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HISTORIA DEL DERECHO

JUAN DIEGO PERILLA


MANUELA CUERVO

EXAMEN FINAL: parte 1

10 SUJETOS:
1. Paramilitares: Su aparición en la exposición de Jesús Abad Colorado se puede entender como
una herramienta para posicionar el recorrido histórico en el punto más bajo del conflicto, con
el fin de mostrar la crudeza que el mismo adquirió y la forma en la que los actores armados
decidieron sacrificar el respeto por la dignidad humana y simplemente utilizar a la población
civil como un instrumento para materializar un mensaje de miedo y de intolerancia frente a
sus oponentes. Por esto, los paramilitares cumplen el rol de demostrar el punto máximo de la
descomposición de un conflicto supuestamente ideológico, que, con el tiempo se contaminó
con intereses más oscuros como los del narcotráfico, y que, acabaría siendo una guerra sin
cuartel entre actores armados que con tal de mantener su dominancia en el territorio
cometerían los peores actos de la historia del conflicto, como lo fueron múltiples masacres,
desapariciones forzadas, y el uso indiscrimado de la tortura. En conclusión, los paramilitares
cumplen la función de hacer una marca temporal en el punto más oscuro del conflicto, y así
poder enfatizar en la fuerza y el coraje del pueblo colombiano para sobreponerse a estos
momentos.

2. Campesinos: La aparición de la población campesina es un componente fundamental de la


exposición, pues, el recorrido trata de mostrar cómo se vive el conflicto en las zonas más
afectadas por la violencia, justamente estos lugares son en su mayoría rurales, por ende, su
población es campesina. A lo largo de la exposición los campesinos son utilizados como la
imagen de la inocencia de la población civil en el conflicto, como la representación del
sufrimiento y la desolación de vivir y ser arrastrados por una guerra que es ajena a ellos, y la
materialización del espíritu de superación y nobleza que muy pocos seres humanos poseen.
La población campesina representa estas características ya que, son ellos quienes han tenido
que ser desplazados, han vivido la persecución de los grupos al margen de la ley, y aun así se
rehúsan a dejar su estilo de vida atrás, aunque hayan tenido que trasladarse a las grandes
ciudades, pues, sueñan con volver al campo. Finalmente representan la forma más pura del
espíritu humano, pues, muchos han decidido no cargar rencor frente a quienes los agredieron
directamente, y se han enfocado en la reconstrucción de su vida, algo que al parecer solo se
puede alcanzar cuando se vive de primera mano el sufrimiento que genera la guerra, porque,
esto permite elevarse más allá de lo meramente material o ideológico, y entender el mundo
de una manera más benévola. Es por esto por lo que los campesinos son fundamentales para
la construcción narrativa de la exposición.

3. Madres: El rol de la figura de las madres en la exposición es el de representar la búsqueda de


la verdad, y la lucha contra el olvido sistemático típico de los conflictos bélicos. Porqué ¿Qué
mejor manera de ejemplificar estos conceptos que la lucha de una madre? Esto se debe a algo
tan básico como el amor de madre, se podría decir que esta es la motivación más fuerte e
inagotable que existe, así que las diferentes historias que aparecen en la exposición sobre
madres ya sea buscando a sus hijos desaparecidos, o marchando por que no se olviden de
ellos, son la forma ideal de exponer la voluntad incansable que existe en torno a temas tan
importantes como conocer la verdad de un conflicto que se ha caracterizado por ser
absolutamente turbio, y por evitar que las victimas del mismo caigan en el vacío del olvido
algo que se intenta promover en el conflicto armado colombiano, con la finalidad de erradicar
todo lo que sea contrario a los intereses de los actores armados, y que mejor manera de hacerlo
que eliminando completamente de la memoria colectiva a quienes se resisten a ser arrastrados
por la guerra. Así que las madres son el símbolo de esta incansable lucha por la verdad y por
la memoria histórica, algo que no puede hacer falta en ningún conflicto armado.

4. Población Afrocolombiana: La población afrocolombiana cumple la función de mostrar


cómo se ha desarrollado la guerra frente a las minorías étnicas, si bien también se hacía
mención a los indígenas, Jesús Abad Colorado dedica más tiempo y espacio a la población
afro, ya que, son la población que se vio afectada por uno de los eventos centrales de la
exposición, la masacre de Bojayá. Colombia como un país que se reconoce a sí mismo como
pluralista, entiende que existen distintos grupos étnicos que lo conforman, y que deben ser
reconocidos y respetados, por ende, les garantiza una protección especial, la cual consagra en
la Constitución. Pero, existe un problema con las minorías étnicas, y es que están ubicadas
en zonas periféricas del país, donde el conflicto es más fuerte y la violencia es algo común.
Así que la aparición de la comunidad afrocolombiana y su rol central en la narrativa de los
sucesos de Bojayá, logra mostrar la forma de vivir de las minorías, y como han coexistido
con el conflicto rehusándose a perder su cultura con el paso del tiempo, también, es una gran
manera de ver como la protección constitucional no es efectiva si se mantiene plenamente
como una figura jurídica, pues, el abandono del Estado en el ámbito material con estas
comunidades es evidente, y los ha hecho propensos a sufrir los eventos más aterradores y
violentos del conflicto.

5. Líderes sociales: Son la representación del agujero negro de la guerra, que, absorbe todo a su
paso y trata de eliminar a aquellos que han luchado por evitar que su comunidad caiga en la
oscuridad de la violencia. Es por esto por lo que los líderes sociales cumplen la función de
recordarle a la audiencia que la guerra siempre busca mantenerse en el tiempo, y que quienes
deciden oponerse a su avance son vistos como una amenaza, ya que, representan la conciencia
social de que la situación puede cambiar por medio de un pueblo organizado, algo que no es
práctico para aquellos que encuentran beneficios en la violencia. Más allá de representar la
necesidad voraz de perdurar que tiene la guerra, los líderes sociales también son un
recordatorio de que es posible hacerle frente a la violencia, y que siempre será útil luchar por
defender causas nobles, aunque eso signifique un peligro, pues, esa lucha se mantiene, y solo
así nos demostramos que aún vale la pena no ceder nuestra humanidad a la guerra.

6. Niños: Los niños son la imagen de cómo se mantiene la inocencia en una realidad donde
aparentemente no existe, y del camino que existe hacia un futuro mejor. A lo largo de la
exposición se hace referencia a los niños que han tenido que sufrir desplazamientos forzados
o masacres, y como más allá de estar marcados por estas atrocidades ellos mantienen este
rasgo infantil de la inocencia, lo que lleva a pensar que existe una forma más pura de ver el
mundo, y que aunque hayan sido testigo de la decadencia humana y la guerra se haya robado
su infancia, siempre esta es luz de esperanza infantil de que puede haber un futuro mejor, y
es esta la inocencia de los niños. También son una representación de la transición a una época
sin conflicto, pues, esta esperanza de un futuro de paz es la que se simboliza constantemente
en los niños nacidos durante el conflicto.

7. Gobierno: Jesús Abad Colorado ha mostrado al gobierno del país a lo largo de toda la
exposición, y se puede interpretar que la imagen que transmiten las menciones al gobierno es
la de un gobierno que durante mucho tiempo trató el conflicto como un tema de resultados,
y que manejaron una situación critica desde la comodidad de sus despachos, lo que demuestra
la sensación de abandono que se percibe en las zonas rurales del país. Aunque, no toda la
exposición brinda esta imagen del gobierno, también se recalca su función como ente
negociador en los procesos de paz de 2003 y 2016, donde se ve a un gobierno dispuesto a
dialogar, que demuestra la capacidad del mismo para entrar de lleno al conflicto y utilizar su
fuerza diplomática para buscar un fin pacifico. Por ende, la exposición muestra las dos caras
del gobierno a lo largo del conflicto, la del resultadista que maneja la guerra desde los
despachos y solo busca tener números “buenos”, y la del gobierno comprometido a utilizar
toda su maquinaria diplomática para evitar más violencia y buscar una salida negociada al
conflicto.

8. Ejército: El ejército es otro de los actores del conflicto que tiene una dualidad dentro de la
narrativa de la exposición. Primero se ve una imagen del ejercito comprometido con su
función de luchar por mantener el orden público, y ser una institución que inspira confianza
y seguridad entre la población, sin embargo, el ejército también fue víctima de la decadencia
del conflicto a lo largo del tiempo, volviéndose resultadista, y creando alianzas poco éticas
con los paramilitares con el fin de luchar contra la guerrilla. Lo que los llevo a perder el norte
frente a su función, y con tal de acabar con el enemigo acolitaron varios de los peores actos
del conflicto, actuando como colaboradores de los paramilitares. Es decir que el ejército es
otro de los actores que cumple la función de mostrar las fluctuaciones que existen dentro del
conflicto armado, como quienes lo integran van perdiendo su humanidad conforme esta muta
y se recrudece.

9. Periodistas: los periodistas tuvieron un rol fundamental para documentar los efectos de sus
acciones en la sociedad colombiana. Fueron testigos de atentados, extorsiones, bomba y
desplazamiento. Abad colorado fue uno de ellos, aprendiendo a moverse por la selva y lograr
hablar con aquellos que nunca se habían dado a conocer, todo esto con sólo su cámara. Sin
embargo, no sólo fueron espectadores del conflicto armado, también cumplen con la función
de ser entes de memoria histórica, que, cumplen la función de evitar el olvido del conflicto,
y de reafirmar y mantener vigente la memoria colectiva con el fin de evitar la repetición de
estos hechos por medio de testimonios, o trabajos inherentes a su profesión como lo es toda
la exposición de Jesús Abad Colorado.

10. Indígenas: Los indígenas no tienen una aparición muy extensa en la exposición, sin embargo,
las pocas veces en las que aparecen sirven para mostrar la imagen de que están dispuestos a
morir reivindicando su cultura, y que, por más que se traten de alejar del conflicto usualmente
este llega a ellos pues viven en las zonas periféricas del país. Por ende, los indígenas cumplen
la función de mostrar cómo confluyen las diferentes luchas qué hay dentro del país para
terminar siendo consumidas por la guerra y evitando que cada causa se separe, negándole a
la población civil la defensa de sus derechos, pues, serán vistos como acciones relacionadas
al conflicto y perderán popularidad y apoyo.

5 MOMENTOS HISTÓRICOS:
1. Asesinato de Garzón (1999): La mención que se le hace al asesinato de Jaime Garzón tiene
como finalidad recordar la magnitud y el alcance del conflicto en la sociedad, pues, muestra
cómo se atacan y eliminan de forma sistemática a quienes luchan por una causa que los
actores armados no consideran conveniente para sus intereses, la relevancia de este asesinato
recae en el hecho de que al ser una figura pública reconocida por sus denuncias al gobierno,
se dio a entender que nadie estaba seguro si se dedicaba a exponer la naturaleza del conflicto
armado. Este es uno de los asesinatos de activistas más icónicos de la historia reciente de
Colombia, y por esto es un momento histórico relevante en la exposición, pues representa a
los otros activistas y líderes sociales que han sido asesinados a lo largo del conflicto. También
al ser el momento más alejado del presente, permite iniciar una línea del tiempo para ver
cómo se construyó la relación entre los actores del conflicto, ya que, la relación entre los
agentes del gobierno y los asesinos de Jaime Garzón, de un buen punto de partida para este
fin.
2. Masacre de Bojayá (2002): Probablemente la masacre más conocida del conflicto armado
colombiano, en la que se ha demostrado la evidente colaboración entre paramilitares y
ejército, pues estos últimos permitieron el paso sin restricciones de los primeros hasta Bojayá
y Vigía del Fuerte. Aunque la masacre fue perpetrada por la guerrilla utilizando cilindros
bomba contra la población civil. Este evento permite ver por primera vez la relación entre
ejército y paramilitares, y su oposición conjunta a la guerrilla, algo que sería común a lo largo
del conflicto. Bojayá, también es relevante por ser una de las máximas expresiones del daño
a los civiles que hubo en el conflicto. La narrativa punto por punto de los sucesos ocurridos
después de la masacre, es uno de los puntos más fuertes de la exposición, y cumple con su
función de transmitir a la audiencia los sentimientos de la población en cada paso del proceso.

3. Operación Orión (2002): La operación Orión es otra de las muestras evidentes de la relación
entre paramilitares y ejército contra la guerrilla, pues ambos actores se aliaron para hacer una
incursión a la comuna 13 en Medellín con el fin de neutralizar las células urbanas de las
FARC, sin embargo, las violaciones a los derechos humanos fueron evidentes, pues se
realizaron detenciones arbitrarias de civiles por ser acusados de formar parte de la guerrilla.
Este hecho es históricamente relevante, porque evidencia que en su punto máximo el conflicto
llegó hasta las grande urbes del país, y su crueldad no se vio reducida por alejarse de la
periferia, en su lugar se mantuvo solo que se podría decir que se sintió como si fuera mayor,
ya que hechos con la brutalidad de la operación Orión no se esperaban en las grandes
ciudades, por ende su repercusión mediática fue mayor, resaltando la crueldad del conflicto,
algo que no había ocurrido cuando estos actos se daban en la periferia.

4. Desmovilización Paramilitar (2003): Otro momento clave de la guerra en Colombia fue el


proceso de paz con los grupos paramilitares en 2003, pues, significaba la salida del escenario
bélico de uno de los actores armados del conflicto los paramilitares. Estos eran probablemente
el grupo más sanguinario de todos, y su desmovilización fue un paso hacia adelante en el
escenario político frente al conflicto armado, pues, se decidió utilizar la negociación y el
dialogo en lugar de la fuerza para aminorar la guerra. Es en este proceso donde se vio la otra
cara del gobierno, la de la diplomacia en lugar de la violencia, y donde se abrió camino a la
búsqueda de una salida negociada con el otro actor armado, la guerrilla.

5. Desmovilización de las FARC (2016): El proceso de paz con las FARC es el momento
histórico óptimo para cerrar la línea del tiempo, ya que, permite ver como se cerró el circulo
de interacción entre los actores armados del conflicto. Una vez desmovilizados los
paramilitares, se redujo a guerrilla y ejército, que como se ha visto en los eventos previos
nunca tuvieron una relación que les permitiera iniciar diálogos. Sin embargo, después de
diezmar a la guerrilla por medio de acciones militares, fue posible iniciar una mesa de dialogo
que terminaría con la firma del acuerdo de paz de 2016, terminando así con la existencia de
la guerrilla más antigua del mundo. Y volviendo a mostrar la faceta diplomática del gobierno,
que, probablemente de haber aparecido antes en lugar de la faceta resultadista, podría haber
reducido el número de muertos del conflicto de manera aún más significativa.

5 LUGARES:

1. Catatumbo: en el Norte de Santander, entre la Cordillera Oriental, se encuentra uno de los


lugares más infames en la historia del conflicto armado colombiano. Jesús Abad Colorado lo
captura sobretodo con la desmovilización de un frente de las AUC, desafortunadamente no
es sólo este hecho histórico que ha hecho conocido su nombre entre la población. Pues,
debido a que ha sido una zona históricamente marginada por el Estado, la violencia se ha
refugiado allí. Ella ha visto cómo desde los 70’s el ELN y el EPL han tomado dominio, en
los 80’s las FARC y en los 90’s la “arremetida paramilitar”. Sin embargo, hoy día el
Catatumbo ha renacido después de la penumbra. Las escuelas son lugares seguros, a donde
los niños pueden asistir sin el miedo de que se convierta en una trinchera para grupos al
margen de la ley, y, el río Catatumbo retomó su posición como arteria para la población,
siendo identidad de los catatumberos. Pasó de ser un sitio lleno de abandono de cultivos,
casas y desplazamiento forzado, a una región donde se cultiva la coca, la palma de aceite y
se extrae petróleo.

2. Comuna 13: ubicada en la zona centro occidental, es una de las dieciséis comunas en
Medellín. Tiene ciertos puntos potencialmente riesgosos por desastres naturales y distintas
quebradas, en donde comparten mayormente personas de estrato bajo. La exposición “El
Testigo”, retrata esta zona como lo que era años antes: el barrio más peligroso de Colombia.
La mayoría de los que llegaron y se asentaron ahí eran víctimas de desplazamiento forzado,
en donde empezaron a instalarse paulatinamente milicias guerrilleras, como el ELN, M-19 y
las FARC. Fue el centro de reclutamiento para sicarios al servicio del Cartel de Medellín y
también de Cali. Años después, en 2002, el gobierno de Álvaro Uribe desplegó la Operación
Orión -protagonista en las fotos de Abad Colorado de este lugar-, en donde fuerza pública y
paramilitares se unieron para hacerle frente a la guerrilla. Sin embargo, fue uno de los
episodios más sangrientos de esta época, pues también murió un gran número de civiles. No
obstante, la Comuna 13 empezó a cambiar de cara cuando en 2011 se instalaron escaleras
eléctricas para fines sociales. Desde ahí, la Alcaldía de Medellín se ha enfocado en hacer
varias obras para que este barrio, antes marginalizado, tenga cierto sentido de identidad. Esto,
junto al arte callejero que decora toda la comuna, hace que día a día se vaya dejando en el
pasado toda esa violencia para darle paso a un futuro más brillante.

3. Bojayá: Este lugar, ubicado en el Chocó, donde esclavos africanos que escaparon se
asentaron, fue otro de los sitios más azotados por el conflicto armado. En las orillas del río
Atrato se levanta una comunidad, mayormente afrodescendiente, testigo de la violencia y el
cambio. Jesús Abad Colorado fotografió el momento que quedó marcado este territorio, y
por el cual, si uno busca “Bojayá”, lo primero que aparece es la palabra “masacre”. El 2 de
mayo de 2002, ochenta personas murieron -aproximadamente- cuando militantes de las
FARC lanzaron un cilindro bomba a la Iglesia de Bellavista -en donde se refugiaba la
población civil- en medio de un enfrentamiento armado contra paramilitares de las AUC. Los
sobrevivientes tuvieron que escapar en canoas, esquivando la lluvia de balas, usando las
manos, buscando volver horas más tarde para recuperar a sus muertos. Cosa que no fue
posible porque el enfrentamiento se extendió hasta días después. Años después, en 2015, un
representante de las FARC pidió perdón por lo ocurrido, muchos aceptaron, pero otros siguen
pidiendo porque ayuden a ubicar a seres queridos que quedaron desaparecidos en medio de
los hechos.

4. Bogotá: por ser la capital del país, naturalmente fue epicentro y testigo de los episodios más
violentos o tristes, sea porque los hechos trascurrieron aquí o porque es centro de reunión
para el Estado, con sus tres ramas del poder publico. Sea porque las fuerzas militares
desplegaron toda una operación para retomar el Palacio de Justicia, cuando el M-19 entró
forzosa e intrusivamente; o porque la Plaza de Bolívar ha sido centro de reunión para todos
los manifestantes en contra del conflicto armado. Sin embargo, Jesús Abad Colorado
fotografió a Bogotá en uno de los momentos más simbólicos para la reconciliación y paz
después del conflicto armado: se tejieron telas blancas juntas con nombres de víctimas del
terror colombiano.

5. Tierra alta, Córdoba: ubicada a 78 kilómetros de Montería, cuenta con gran parte del Parque
Nacional Natural de Paramillo en donde se encuentra una gran cantidad de diversidad en
cuanto a flora, y también a fauna pero que en su mayoría se encuentra fuera de este. Es un
territorio que se desarrolla gracias a la producción agraria, ganadería, pesca y extracción de
madera. a pesar que el Acuerdo de Paz entre Colombia y las FARC fue firmado fuera del
país, Tierra Alta fue un centro fundamental para la transición de guerrilleros y dejación de
armas. Sin embargo, no hay que olvidar el pasado tormentoso que la población sufrió en esas
mismas tierras, pues el frente 58 de las FARC fue autor de una masacre completamente
silenciosa que pasó desapercibida por el país. El 22 de mayo del 2001, 21 personas murieron
a manos de la guerrilla, que eran pensadas cocaleros al servicio del grupo paramilitar AUC.
Contra las que se enfrentaban frecuentemente al disputarse el control de esta región. Sin
embargo, 18 años después, las familias de las víctimas siguen pidiendo que se les repare, no
sólo con un estimado en dinero sino con el reconocimiento y perdón del mismo frente ya
extinto.

5 SOLUCIONES:
1. Búsqueda cabal de los desaparecidos: Jesús Abad Colorado, haciéndole una mención especial
a los desaparecidos, hizo énfasis en la cantidad de cuerpos que tiene la Fiscalía por identificar
y entregar. La historia ha mostrado a los colombianos que es bastante factible que a una viuda
le entreguen después de 10 años el cuerpo de su esposo, pero 3 años después tengan que
exhumarlo porque realmente es una mujer. Más de una vez se hace una mención a la verdad
en esta exposición, por eso es que una de las soluciones planteadas es que debe hacerse una
búsqueda forense bastante especializada, identificar los restos eficazmente y no sólo darle
paz al difunto sino a la familia que todavía está de luto. e identificación de los restos. Porque
el sistema tradicional, el mismo Abad Colorado lo dice: “esta práctica es otra forma de
desaparecer los desaparecidos”.

2. Educación especial: En varias piezas el fotógrafo capturó a niños que a su poca edad fueron
expertos en huir del conflicto armado: “Luisa no quería huir de nuevo. Con sólo nueve años
se había desplazado cuatro veces”. Eso realmente es un trauma que deja rastros en la cabeza
de cualquiera, y peor si se trata de alguien en desarrollo. Por eso, para evitar que en el futuro
algo similar ocurra con aquellos que vivieron sus efectos de primera mano, hay que darles
una educación especial, concentrada en la terapia para poder superar el pasado. Esto es
especialmente relevante porque los niños son el futuro, y si se quiere una paz duradera no
sólo hay que concentrarse en los de hoy, sino en los que mañana dirigirán el país.

3. Mano dura con la JEP: ya puesta en práctica la Jurisdicción Especial para la Paz se han visto
grietas en su estructura, y la forma en la que está materializando el Acuerdo de Paz. Es
fundamental nunca olvidar, no sólo en discursos y en papel sino a la hora de decidir y castigar,
que la prioridad aquí no es las FARC: son las víctimas. Más allá de las últimas noticias, de
quien se extradita, quien se sale del acuerdo, la exposición deja algo que decir: que todo esto
que se logró con tanto esfuerzo, es para los que sufrieron el conflicto armado. Entonces, si
hay ex guerrilleros que ni siquiera comparecen a las citaciones para contar sus versiones, si
hay hasta discusiones acerca de qué delitos son juzgados por esta jurisdicción -en cuanto a la
fecha en que se cometieron-, si hay hasta declaraciones que son dejadas por fuera de la
versión que se proclamará oficial, ¿a qué se está jugando? Hay ex guerrilleros caminando por
la ciudad tranquilos, mientras se olvida que todavía hay gente sufriendo todavía las secuelas
de haber tenido que salir de su casa por el conflicto armado.
4. Publicidad: la propaganda en sí tiene mala fama, sin embargo, podría funcionar a la hora de
que los colombianos vieran más de donde vinieron para entender porqué se está haciendo
todo esto del acuerdo de paz. Muchas personas al terminar de ver la exposición de Jesús Abad
Colorado entienden más el porqué se hizo una tregua con la guerrilla, porqué se logró la
desmovilización de grupos paramilitares. Porque ven la otra cara de la moneda. No obstante,
esto no le ocurre a la mayoría de los colombianos que todavía sostienen que no están de
acuerdo con el tratado, pero -y es una afirmación bastante atrevida- es porque no han ido a la
exposición y no han visto la otra cara de la moneda. Realmente es un imposible buscar que
millones de colombianos vayan a Bogotá, al centro y al Claustro a verlo, pero si esta versión
del conflicto les llega a ellos -a través de una campaña publicitaria y no política para que no
tenga tintes políticos-, tal vez sean más los que entiendan porqué el Gobierno decidió hablar
con la guerrilla, en cambio de decir que se arrodilló ante ella.

5. Más presencia del Estado: en más de una de sus obras Abad Colorado hacía alusión a lo
silenciosos que eran los ataques contra la población civil. El resto de Colombia no se enteraba
si se desplazaban a diario miles de personas, o hasta hoy hay muchas “masacres silenciosas”.
Colombia se enteraba de lo más escandaloso -que llevó a la normalización de la violencia-,
pero a veces si siquiera de eso sabía porque la Fuerza Pública nunca llegó al rescate. Viendo
muchas de las fotografías es fácil preguntarse “¿qué habrían pensado estas personas en medio
del refugio de balacera? ¿será que sólo esperaban a que un helicóptero de las Fuerzas
Armadas llegara? Porque no es absurdo imaginarse que muchas veces los enfrentamientos
terminaban por la falta de balas y no porque los militares llegaban. Hasta a veces era peor,
como ocurrió en el caso de Bojayá, y los civiles no tenían a dos disparándoles sino a tres. No
obstante, no es posible parar de pensar que tal vez las cosas habrían sido muy distintas si el
Estado, a través de su fuerza pública, hubiera estado presente, incorruptible y fuerte. Tal vez
la versión de muchas cosas sería distinta porque habría un testigo completamente de fiar, o
seguramente habría muchos hechos que saldrían a la luz porque el Estado estuvo ahí. Es fácil
imaginarse el “que hubiera pasado si…”, pero por eso es que hay enmendar las cosas, porque
es imposible arreglar lo que pasó, pero sí se puede aprender de eso para el mañana.

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