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GARANTÍAS PARA LA INDEPENDENCIA DE LAS Y LOS OPERADORES DE JUSTICIA.

HACIA EL FORTALECIMIENTO DEL ACCESO A LA JUSTICIA Y EL ESTADO


DE DERECHO EN LAS AMÉRICAS
INTRODUCCIÓN Y METOLOGÍA
A. Introducción
1. La vigencia de los derechos y libertades en un sistema democrático
requiere un orden jurídico e institucional en el que las leyes prevalezcan sobre la voluntad
de los gobernantes y los particulares, y en el que exista un efectivo control judicial de la
constitucionalidad y legalidad de los actos del poder público. Con tal propósito, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (en adelante, “Comisión”, “Comisión
Interamericana”, o “CIDH”) ha resaltado el rol fundamental que desempeñan las y los
operadores de justicia para hacer preservar el Estado de Derecho, posibilitando que toda
denuncia pueda tomar su correcto cauce a través de los mecanismos jurisdiccionales
dispuestos por el Estado, y en casos de violaciones a derechos humanos sea posible
investigar, castigar efectivamente a los responsables y recibir una reparación, garantizando
a su vez un debido proceso a toda persona que pueda ser sometida al ejercicio del poder
punitivo del Estado.
2. Tal y como lo ha expresado la Relatora Especial de Naciones Unidas sobre
la Situación de Defensores de Derechos Humanos, cuando las y los operadores de justicia
contribuyen a que se logre el acceso efectivo a la justicia y realizan “un esfuerzo especial en
un proceso para que se imparta justicia de manera independiente e imparcial y garantizar
así los derechos de las víctimas, puede decirse que actúan como defensores de los
derechos humanos”1. Bajo dicha perspectiva, en el ámbito de la Comisión Interamericana,
la Relatoría sobre Defensores y Defensoras de Derechos Humanos ha sido el punto focal
encargado de realizar el seguimiento y monitoreo respecto de la situación de operadoras y
operadores de justicia reconociendo la función esencial que realizan para la defensa de los
derechos humanos en su condición de garantes del derecho de acceso a la justicia 2.
1 Relatora Especial sobre la cuestión de Defensores de la ONU. Folleto No. 29. Los Defensores de los
Derechos Humanos: Protección del Derecho a Defender los derechos, pág. 9.
2 Así, en su Informe sobre la situación de las defensoras y defensores de los derechos humanos en las
Américas, la Comisión subrayó la importante labor de defensa de derechos humanos que realizan las personas
encargadas de impartir justicia e investigar las violaciones a los derechos humanos. CIDH. Informe sobre la
situación de las defensoras y defensores de derechos humanos en las Américas, OEA/Ser.L/V/II.124, Doc. 5 rev.1, 7
marzo 2006, párr.110. Asimismo, en su Segundo Informe sobre la situación de las defensoras y los defensores de
los derechos humanos en las Américas, la Comisión se refirió a la labor de defensa de los derechos humanos
realizada por jueces y juezas, fiscales, procuradores, procuradoras, defensoras y defensores públicos y agentes de
la administración de justicia. CIDH. Segundo informe sobre la situación de las defensoras y los defensores de
derechos humanos en las Américas, OEA/Ser.L/V/II, Doc. 66, 31 diciembre 2011, párr. 349.
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3. En experiencia de la Comisión, a pesar del amplio reconocimiento que ha
dado la comunidad internacional a labor de jueces y juezas, fiscales, defensoras y
defensores públicos, como actores esenciales para garantizar el acceso a la justicia y el
debido proceso, en varios Estados de la región desempeñan sus labores en ausencia de
garantías que aseguren una actuación independiente, tanto en un nivel individual como de
las instituciones en las que trabajan. Dicha fragilidad se expresa en una serie de injerencias
por parte de poderes públicos y agentes no estatales que generan barreras de iure o de
facto para las personas que desean acceder a la justicia las cuales están asociadas a la falta
de diseños institucionales que resistan las presiones que pueden provenir de otros poderes
públicos o instituciones del Estado, así como en la ausencia de procedimientos adecuados
para nombramiento y selección, y de garantías debidas en los procedimientos de carácter
disciplinario. La Comisión ha observado a su vez que persisten aspectos funcionales u
organizativos en el interior de las entidades de justicia que debilitan una actuación
independiente, como lo son la falta de provisión de recursos materiales y logísticos
suficientes; así como fuentes externas a las entidades de justicia que afectan la
independencia de las y los operadores de justicia tales como la corrupción y la ausencia de
protección frente a presiones provenientes sectores como el crimen organizado.
4. En vista de la anterior situación, la Comisión Interamericana decidió
elaborar el presente informe en ejercicio de su función primordial de promover la
observancia y la defensa de los derechos humanos en los Estados americanos y de las
atribuciones que le otorga el artículo 41 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (en adelante, “Convención Americana”) y 58 de su Reglamento con el objetivo
específico de identificar las obligaciones que los Estados partes de la Organización de
Estados Americanos (OEA) han asumido para asegurar el acceso a la justicia a través de
garantías que deben ofrecer a las y los operadores de justicia para una actuación
independiente, ampliando la sistematización de los estándares de derecho internacional e
identificando algunos obstáculos que persisten en los Estados del hemisferio.
5. Este informe da continuidad al análisis ya realizado por la Comisión en
varios de sus informes anteriores en relación con las garantías que los Estados deben
ofrecer a las operadoras y operadores de justicia para que su rol fundamental en el acceso
a la justicia y garantía del debido proceso pueda cumplirse sin dificultades 3.
3 Entre otros, CIDH. Informe sobre la situación de los derechos humanos en Jamaica,
OEA/Ser.L/V/II.144, Doc. 12, 10 de agosto 2012, párr.63 a 93; Informe Anual 2011, Capítulo IV. Venezuela,
párr. 447 a 475, y Cuba, párr. 211 a 227; Informe Anual 2010. Capítulo IV. Colombia, párr. 220 a 226;
Observaciones preliminares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre su visita a Honduras
realizada del 15 al 18 de mayo de 2010, OEA/Ser.L/V/II. Doc. 68, 3 junio 2010, párr. 77 a 86; Democracia y
derechos humanos en Venezuela, OEA/Ser.L/V/II. Doc. 54, 30 diciembre 2009, párr. 180 a 319; Informe Anual
2009. Capítulo V. Informe de seguimiento - acceso a la justicia e inclusión social: el camino hacia el fortalecimiento
de la democracia en Bolivia. OEA/Ser/L/V/II.135. Doc. 40, 7 agosto 2009, párr. 66 a 85; Observaciones de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre su visita a Haití en abril de 2007. OEA/Ser.L/V/II.131, doc.
36, 2 Marzo 2008, párr. 24 a 30; Informe sobre terrorismo y derechos humanos, OEA/Ser.L/V/ll.116. Doc. 5 rev. 1
corr., 22 octubre 2002, párr. 229; y Segundo informe sobre la situación de los derechos humanos en el Perú,
OEA/Ser.L/V/II.106. Doc. 59 rev.2 junio 2000, párr. 1 a 5.
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6. La CIDH espera que las recomendaciones que realiza en el presente
informe sean útiles a los Estados miembros de la Organización para contribuir al
fortalecimiento de los actores y entidades involucrados en la impartición y administración
de justicia y, particularmente en los casos de violaciones a derechos humanos, eliminar la
impunidad que persiste en muchos de ellos.
B. Metodología
7. Para la elaboración de este informe la Comisión realizó una serie de
actividades destinadas a recopilar información sobre la situación de las y los operadores de
justicia en la región y los principales obstáculos que enfrentan en sus labores. Asimismo la
CIDH desarrolló actividades destinadas al análisis de los estándares de derecho
internacional relevantes sobre la materia a fin de poder arribar a las recomendaciones en
este informe.
8. A ese respecto, el 15 de enero de 2013 la Comisión publicó un
cuestionario de consulta a los Estados y a la sociedad civil con el objeto de recopilar
información relevante a fin de “identificar las problemáticas que enfrentan las y los
operadores de justicia e impulsar la utilización plena de los estándares internacionales que
sirvan de guía a los Estados sobre las líneas de acción a seguir para garantizar su
independencia e imparcialidad”4.
9. La CIDH agradece de manera muy especial a los Estados que
respondieron el cuestionario, así como a las operadoras y operadores de justicia,
organizaciones no gubernamentales, personas y universidades que también hicieron llegar
sus respuestas a la Comisión5.

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