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Esta doctrina pregona una vía salvadora filosófica no centrada en el culto de ningún dios. Su
práctica es la de realizar esfuerzos para encaminar al alma-conciencia hacia un estado divino y de
liberación (moksa). Aquel ser que vence a sus enemigos interiores y alcanza el estado superior
pasa a ser denominado ‘vencedor’ o ‘conquistador’ (yina). El estado más elevado se conoce
como siddha.
El jainismo es conocido en los textos antiguos también como śramaṇa dharma (deber del que confía
en sí mismo) o el camino de los nirgranthas (aquellos sin apegos ni aversiones).
Se trata de una religión nastika (no teísta), que no reconoce la autoridad de los textos sagrados
hinduistas ni de los sacerdotesbrahmanes.
La doctrina jaina enseña que el jainismo ha existido siempre y siempre existirá,2 3 4 pese a ello los
historiadores datan las fundación y organización de la forma actual del jainismo en algún momento
entre los siglos IX y VI a. C..5 6
Se ha hipotetizado que ―como muchas tradiciones hinduistas―, el jainismo podría tener su origen
en la cultura del valle del río Indo, siendo una muestra de la espiritualidad nativa de esa zona
anterior a la llegada a la India de la migración indoaria.7 8 9Otros estudiosos sugieren que las
tradiciones shramana eran contemporáneas y distintas a las prácticas religiosas de la religión
védica.10
Actualmente, el jainismo es una religión minoritaria pero influyente con unos 4,2 millones de
seguidores en la India,11 además de una exitosa y creciente comunidad emigrada a América del
Norte, Europa Occidental, el Oriente de Asia, Australia y otros lugares.12
En el Matsia-purana (24.47) ―del siglo III d. C.― aparece una mención al yina-dharma, la ‘religión
de los yainas’. Sostiene que la no violencia es el principio supremo (ájimsaparamo-dharma) y ha
insistido en su observancia en pensamiento, palabra y acción a nivel individual y social. El texto
sagrado Tatua-artha-sutra lo resume con la frase «paras-para-upagrajo-yivanam» (‘unos a otros se
sustentan las vidas’).
jainismo
1. nombre masculino
Religión de la India que tuvo su origen en la predicación de Vardhamana (siglo vi antes
de Cristo); se caracteriza por rechazar el origen divino y la autoridad de los Vedas (libro
sagrado de los hindúes), por venerar a algunos antiguos predicadores y por aspirar a
que el alma se libere de su cárcel corpórea.
"el jainismo es el antecedente del budismo"
Jainismo
Información General
El jainismo es una fe religiosa de la India que se suele decir que se originó con
Mahavira, un contemporáneo de Buda (siglo 6 aC). Jainistas, sin embargo, el recuento
de Mahavira como el último de 24 fundadores, o Tirthamkaras, la primera Rishabha
ser. En 1990 el número de todo el mundo jainistas se estimó en 3.650.000, casi todos
de los cuales viven en la India. El jainismo ha estado presente en India desde los
tiempos de Mahavira, sin interrupción, y su influencia ha sido significativa.
los seres, desde aquellos con los cinco sentidos hasta los que sólo tienen un sentido.
cabezas de familia común no puede ayudar a dañar este último, a pesar de que
deben tratar de limitarse en este sentido, absteniéndose de comer carne, algunas
frutas o miel o de beber vino. Además de los cabezas de familia Jain se espera que la
práctica de otras virtudes, similares a los que en el hinduismo. Los votos adoptadas
por los monjes Jain son más graves. Finalmente contener elementos de ascetismo: el
ayuno, la mendicidad ambulante, aprender a soportar las molestias corporales, y
varias austeridades internas que constituyen una variedad de Jain de yoga). Jainismo
es único en permitir que los muy avanzados espiritualmente para acelerar su
propia muerte segura por las prácticas (sobre el ayuno y bajo determinadas
circunstancias.
Karl H. Potter
Bibliografía
Chatterjee, AK, una historia completa del jainismo, 2 vols. (1978); Gopalan,
Subramania, contornos del jainismo (1973);. Humphrey, C., ed, La Asamblea de
Oyentes (1990); Marathe MP, et al, eds, estudios en el jainismo (1986);.. Roy , AK,
Una historia de los jainistas (1984), Stevenson, ST, El Corazón del jainismo (1915,
repr 1970.);. Vahar, PC y eds Shosh, KC,, Una Enciclopedia del jainismo (1988).
jainismo
Información General
Introducción
El jainismo es una religión de la India se concentró principalmente en Gujarat y
Rajasthan, en algunas partes de Mumbai (antes Bombay), y en el estado de
Karnataka (Mysore), así como en las grandes ciudades de la península india. El Jains
totalizaron alrededor de 3,7 millones de la década de 1990 comenzó, pero que
ejercen una influencia en la comunidad predominantemente hindú muy fuera de
proporción con su población, son principalmente comerciantes, y su riqueza y la
autoridad han hecho su una secta relativamente pequeña de los más importantes de
vida de las religiones de la India.
Orígenes
El jainismo es algo similar al budismo, de los cuales era un rival importante en la
India. Fue fundada por Vardhamana Jnatiputra o Nāṭaputta Mahavira (599-527BC),
llamado Jina (conquistador espiritual), un contemporáneo de Buda. Al igual que los
budistas, los jainistas negar el origen divino y la autoridad de los Veda y veneran a
algunos santos, los predicadores de la doctrina de Jain en el pasado remoto, a quien
llaman tirthankaras ("profetas o fundadores de la ruta"). Estos santos son almas
liberadas que alguna vez estuvieron en cautiverio, pero quedó libre, perfecto y feliz
con su propio esfuerzo, sino que ofrecen la salvación del océano de la existencia
fenoménica y el ciclo de las reencarnaciones. Mahavira se cree que ha sido el
tirthankara 24. Al igual que los adeptos de su secta padre, el brahmanismo, el Jains
admitir en la práctica, la institución de las castas, lleve a cabo un grupo de 16 ritos
esenciales llamados samskaras, prescrita para los primeros tres varna (castas) de los
hindúes, y reconocer algunas de las deidades menores de el panteón hindú, sin
embargo, su religión, como el budismo, es esencialmente ateo.
Los jainistas parece que nunca han sido tan numerosos como los budistas. A pesar de
que la demanda una membresía de más de un millón de creyentes, laicos incluidos, las
estadísticas recientes de la India muestran que su número no es mayor que la mitad de
un millón. Sobre la cuestión de la conveniencia de ir desnudos, los monjes jainistas
tienen para las edades ha dividido en dos sectas. La Secta vestidos de blanco, cuyos
monjes. están vestidos con vestiduras blancas, es la más numerosa, floreciente,
principalmente en el noroeste de la India. Para esta secta pertenecen algunas
comunidades de monjas jainista. Los ascetas desnudos, formando la otra secta, son
más fuertes en el sur de la India, pero incluso en este caso se han limitado en gran
medida la costumbre de la desnudez a la hora de comer. Como el credo budista se
resume en tres palabras, Buda, la Ley, la Orden, por lo que la religión jainista se
compone de los llamados tres joyas, Derecha creencia, el conocimiento Derecha,
Derecha Conducta. Derecho creencia abraza la fe en Jina como el verdadero maestro
de la salvación y la aceptación de las escrituras jainistas como su enseñanza
autorizada. Estas escrituras son menos amplias, menos variado, que los budistas, y,
aunque este último se asemeja en gran medida, ponen gran énfasis en la mortificación
corporal. El canon de la secta vestidos de blanco se compone de cuarenta y cinco
Agamas, o de los textos sagrados, en la lengua Prakrit. Jacobi, que ha traducido
algunos de estos textos en los "libros sagrados de Oriente", es de la opinión de que no
pueden ser mayores de 300 aC Según la tradición jainista, que fueron precedidos por
un antiguo canon de catorce Purvas llamada, que han desaparecido totalmente. Con la
jainista, "Derecho del conocimiento" abraza la visión religiosa de la vida junto con el
fin del hombre, mientras que "Derecho Conducta" se refiere a los preceptos éticos
principal y con el sistema de asceta, monástica.
Por su parte ético-la esfera del derecho de Conducta, el jainismo es en gran medida a
uno con el brahmanismo y el budismo. Hay, sin embargo, algunas diferencias en la
aplicación del principio de no matar. El carácter sagrado de todo tipo de vida implícita
en la doctrina de la metempsicosis ha sido más escrupulosamente observada en la
práctica por el Jain de los brahmanes o la budista. Los brahmanes tolera la masacre de
animales para la alimentación, para ofrecer ofrendas para el sacrificio, o para mostrar
hospitalidad a un huésped, el budista no tiene escrúpulos en comer carne preparada
para un banquete, pero el Jain réprobos de carne de alimentos, sin excepción, como la
participación de la ilegalmente de su vida. Por razones similares, la Jain no se
contenta con su esfuerzo de agua potable y con el resto en casa durante la temporada
de lluvias, cuando el suelo está lleno de formas inferiores de vida, pero cuando sale,
lleva un velo delante de su boca, y lleva una escoba con la que barre el suelo delante
de él para evitar la destrucción de la vida de los insectos. El asceta jainista se deja de
ser picado por los mosquitos y los mosquitos en lugar de arriesgarse a su destrucción,
mediante un escobillón a la basura. Hospitales para animales han sido una
característica destacada de la benevolencia jainista, en la frontera, a veces en lo
absurdo. Por ejemplo, en 1834 existían en Kutch un hospital templo que apoyaron
5,000 ratas. Con todo esto escrupuloso respeto de la vida silvestre animal del Jain se
diferencia de los budistas en su punto de vista de la legalidad de suicidio religioso. De
acuerdo a la ética jainista un monje que ha practicado doce años de ascesis severa, o
que ha encontrado tras un juicio largo que no puede mantener su naturaleza inferior en
el control, puede acelerar su fin por la auto-destrucción.
Bibliografía
Jacobi, Los Sutras de Jaina, vols. XXII y XLV de los libros sagrados de Oriente;
HOPKINS, las religiones de la India (Boston, 1895); HARDY, Der Buddhismus nach
älteren Paliwerken (Münster, 1890); Monier Williams, el budismo (Londres, 1889);
BARTH, las religiones de la India (Londres, 1891).
JAINISMO
El jainismo es una religión de la India, que se supone fue fundada en el siglo VI a. C. por Majavirá. Se trata
de una religión nastika (no teísta), que no reconoce la autoridad de los textos Vedas ni de los
brahmanes. Ástika y Nástika son dos términos en idioma sánscrito usados para clasificar (desde el punto de
vista del hinduismo) doctrinas y personas. Ástika(‘ortodoxo’), es el término utilizado en el marco del hinduismo
para referirse a las doctrinas que aceptan la autoridad de los textos hinduistas (como las Upanishades y
los Puranas) como escrituras supremas reveladas e irrefutables. Nástika (‘heterodoxo’ en sánscrito), es un
término utilizado en el hinduismo para referirse a las escuelas filosóficas y movimientos religiosos que no
aceptan la autoridad de los cuatro Vedas ―textos épicos no filosóficos― como la verdad suprema, haya sido
ésta revelada o no. La palabra nástika supone el contrario de ástika. En la actualidad, el jainismo está presente
en la India oriental (Bengala), centro occidental (Rayastán, Majarastra y Guyarat) y meridional (Karnataka). Su
filosofía y práctica enfatiza la necesidad de realizar esfuerzos para encaminar el alma hacia una conciencia
divina y la liberación (Mokṣa). Aquel alma que venza a sus enemigos interiores y alcance el estado superior
llamado jina pasa a ser denominada vencedor o conquistador. El estado más elevado se conoce como siddha.
El jainismo es conocido en los textos antiguos también como Śramaṇa dharma (que confía en sí mismo) o el
camino de los nirgranthas (aquellos sin apegos ni aversiones). La doctrina jaina enseña que el jainismo ha
existido siempre y siempre existirá. Pese a ello los historiadores datan las fundación y organización de la forma
actual del jainismo en algún momento entre los siglos IX y VI antes de Cristo.
Se ha especulado que, como muchas tradiciones en el hinduismo, el jainismo podría tener su origen en la
Civilización del valle del Indo, siendo una muestra de la espiritualidad nativa de esa zona anterior a la llegada a
la india de la migración indoaria. Otros estudiosos sugieren que las tradiciones shramana eran contemporáneas
y distintas a las prácticas religiosas de la religión védica. Actualmente, el jainismo es una religión minoritaria
pero influyente con unos 4,2 millones de seguidores en la India, además de una exitosa y creciente comunidad
emigrada a Norte América, Europa Occidental, el extremo Oriente, Australia y otros lugares.Los jainas han
influido y contribuido de manera significativa en las esferas éticas, políticas y económicas de la India. Además
los jainas tienen una larga tradición ilustrada y son la comunidad religiosa con mayor grado de alfabetización
de la India y sus bibliotecas son las más antiguas del país. Originario del Subcontinente indio, el jainismo (o
más apropiadamente el dharma jaina), fue fundado por el indio Mahavirá (549 – 477 a. C., aunque varía según
las fuentes). No se conoce mucho acerca del origen del jainismo, aunque según sus seguidores es una de las
religiones más antiguas del mundo, de orígenes prehistóricos anteriores al 3000 a. C. y los comienzos de la
En el Matsia-purana (24.47) ―del siglo III d. C.― aparece una mención al yina-dharma, la doctrina de los
jainas. El jainismo es único en el hecho de que durante su historia nunca ha transigido en el concepto de la no
sustentan las vidas). Un arjat se destaca de los 24 yinas (‘victoriosos’) principales, que vivieron en cada uno de
los 3 ava-sarpinis (períodos descendentes de larga duración), que están divididos en seis etapas: bueno-bueno,
bueno, bueno-malo, malo-bueno, malo, malo-malo. Los avasarpinís alternan con los ut-sarpinī, largos períodos
ascendentes, cuyas etapas comienzan por malo-malo y terminan con bueno-bueno. El último arjat que estuvo
en la Tierra (en este último avasarpiní) fue Majavirá, el fundador del jainismo. Se cree que vivió en Bijar (India)
poco tiempo antes de la época de Buda (siglo V a. C.).Los historiadores creen que las menciones al jaina-
dharma que aparecen en algunos Puranas, demuestran que los textos védicos no son tan antiguos como
pretenden los eruditos hinduistas. El jainismo tiene una cosmología y creencias elaboradas; atestadas de
Ellos creen que el mundo es eterno y carece de principio. No existe una divinidad personal, y todas las posibles
divinidades —las almas de los perfectos arjat (divinidades humanas), por ejemplo— no son emanación ni
manifestación de ninguna divinidad apofática ni de ninguna Unidad (el Todo o Absoluto), conceptos y
realidades que son igualmente negadas y rechazadas en el jainismo junto con la de un dios creador. También
creen en el pananimismo, de que toda la realidad es vida. Para el jainismo el universo es una totalidad
viviente; todo ser posee un alma, más o menos compleja, diáfana o pesada. Desde la tierra o el viento, a los
insectos o los mamíferos, todos los seres reflejan el universo y son dignos de respeto. El mayor pecado para el
jainismo es causar daño a un ser vivo, aunque también hay que evitar dañar a la tierra o a las almas del agua
o del aire. En coherencia con lo anterior, los jainas practican la no violencia, el ayuno y la mortificación del
propio cuerpo. A través de estas actividades esperan descargar su alma del peso de la materia kármica y evitar
posteriores reencarnaciones.
El jainismo presenta una perspectiva igualitaria de las almas, sin importar las diferencias en las forma física:
humanos, animales, y organismos vivientes microscópicos. Los humanos son los únicos poseedores de los seis
sentidos: vista, oído, gusto, olfato, tacto y pensamiento; por lo tanto de los humanos se espera que actúen con
responsabilidad hacia toda la vida siendo compasivos, sin egoísmo, sin miedo, racionales y misericordiosos.
Desde el punto de vista epistemológico, el jainismo es relativista, defiende que el conocimiento del mundo solo
puede ser aproximado y que, con el tiempo, incluso su propia religión acabará por desaparecer. Este principio
ha sido aplicado por sabios y pensadores jainas y se conoce como Anekantavada. La comunidad jaina
distingue entre monjes y seglares. Los monjes se someten a una disciplina ascética superior a la de los laicos,
rishí (asceta jaina) toma cuatro votos: la no violencia; la sinceridad; la rectitud; la renuncia a las cosas y a las
personas.
Los yina-kalpa son las ordenanzas practicadas por los yinas (opuestas a aquellas de los sthaviras). Consiste en
cinco votos: ajimsá (no violencia); satiá (veracidad); asteia (no robar); brahmacharia (castidad)
y aparigraja (desapego de lo material). El jainismo pone mucha atención en el aparigraja, el desapego de las
cosas materiales a través del control de uno mismo, la penitencia, la abstención del goce de los sentidos, la
limitación voluntaria de las necesidades y la disminución de la agresividad. La compasión por toda vida ya sea
humana o no es central en el jainismo.La vida humana se valora como una oportunidad única y rara para
alcanzar la iluminación y matar a cualquier persona, sin importar su crimen se considera algo extremadamente
horrendo. En esta misma línea, el jainismo requiere tanto de laicos como de monjes de todas sus sectas y
corrientes la práctica del vegetarianismo. En algunas regiones indias como el Rajastán o Karnataka la influencia
de los jainas ha sido tan fuerte que la mayoría de los hindúes de la zona se han convertido también en
vegetarianos. El vegetarianismo es un modo de vida para un jaina, teniendo su origen en el concepto de yivá-
daia (‘compasión hacia las vida) y el ájimsa (no-violencia). La práctica del vegetarianismo es vista como un
instrumento para la práctica de la no violencia y la coexistencia pacífica y cooperativa.
Los jainas son vegetarianos estrictos (dieta vegana) que consumen solamente seres sin sentidos (sin sistema
nervioso), principalmente del reino vegetal. Si bien la dieta jaina implica el aniquilamiento de cosas sin mente
como son las plantas, esto se ve como la forma de sobrevivir que causa el mínimo de violencia hacia los seres
vivos. Algunas formas de los vegetales, como las frutas, son mejor vistas por el jainismo por comportar
simplemente la extracción de una parte de la planta y no su destrucción total como ocurre si se comen raíces o
brotes. En el jainismo suele emplearse el término Jain Muni o Muni para referirse tanto a los monjes como a
las monjas. Se les suele llamar sadhus y sadhvis, respectivamente en la tradición de la secta Svetambara. Las
dos corrientes principales dentro del jainismo (Digambara y Svetambara) muestran ciertas difirencias en los
hábitos monacales. Los monjes Digambara no visten ropas en absoluto como forma de practicar el rechazo a
los apegos. Los monjes y monjas Svetambara llevan ropas blancas pues consideran que deben llevarse ropas
sencillas y anchas mientras no desarrollen un apego por ellas. Los monjes y monjas jainas viajan a pie y
Como se prescirbe en textos antiguos como el Acharanga, las condiciones del monacato son bastante estrictas
y surgen de las enseñanazas de Mahavira. Los cinco Mahavratas son los cinco votos principales que deben
observar los monjes jainas: No violencia (Ahimsa); Verdad (Satya); No robar (Asteya); Castidad
(Brahmacharya); No posesión/desapego (Aparigraha). Para los jainas laicos que pueden casarse y poseer
propiedades existe un equivalente de cinco votos llamados Anuvratas. A diferencia de los monjes de religiones
como la católica, el monacato entre los jainas lleva aprejada una vida mendicante y nómada que solo se
detiene por razones como la edad, una enfermedad o algún interés erudito. La meditación jaina pretende llevar
el alma a un estado de completa libertad de las ataduras. Los textos jainas ofrecen una guía detallada sobre
técnicas de meditación para alcanzar un conocimiento y conciencia plenos. Las técnicas de meditación jaina
están diseñadas para ayudar al que las practique a permanecer apartado de los apegos y los odios y así
conseguir una liberación de las ataduras del karma mediante la percepción correcta, el conocimiento
correcto y la conducta correcta. Estos tres puntos se conocen como las tres gemas del jainismo o Ratnatraya y
son imprescindibles para lograr que el alma se eleve.
El concepto de karma en el jainismo trasmite un significado totalmente diferente al que suele entenderse en la
filosofía hindú y en la civilización occidental. No se trata de una fuerza inaccesible que controla el destino de
los seres vivos de forma inexplicable. No se refiere simplemente a “acto”, “trabajo” ni tampoco una fuerza
mística invisible (adrista) sino más bien un material delicado, imperceptible para los sentidos que interactúa
con el alma con una calidad e intensidad proporcional a las acciones, pensamientos realizados y las palabras
dichas que se hayan guiado por aversiones y apegos causando nuevas ataduras. El Karma en el Jainismo es
algo material (karmapaudgalam) que produce ciertas condiciones como una medicina tiene múltiples efectos.
Los efectos del karma que se contemplan en el jainismo son más un conjunto de leyes físicas que de leyes
morales. Los karmas se agrupan en karmas dañinos que obstruyen la verdadera naturaleza del alma y Karmas
no destructivos. A causa de que existen Karmas dañinos, el alma está encerrada en un cuerpo y deberá
experimentar dolor y sufrimiento de maneras diferentes. El jainismo realiza una extensa clasificación sobre los
La liturgia jaina explica la forma de contener la influencia del karma así como librarse de los karmas
acumulados. En el jainismo el moksha es lo mismo que el nirvana. Cuando un alma alcanza el moksha se libera
del ciclo de nacimientos y muertes (samsara) consiguiendo su máxima pureza. Entonces se convierte
en siddha, literalmente aquel que ha conseguido su objetivo último. Los seres más importantes en el jainismo
son los 24 Tirthankaras, siendo Mahavira, el que se considera fundador del jainismo, el número 24. Se dice que
en realidad no fue su fundador, ya que existía antes de su nacimiento, pero como en todas las religiones existe
la manía de buscar un fundador, se le ha considerado a él. Enumerar todos los Tirthankaras resultaría un poco
largo. Como ejemplo podemos citar a Adinath, con cuerpo amarillo y un toro, a Neminath, con cuerpo rojo y
una concha marina, y al propio Mahavira, con cuerpo color dorado y un león. Son los primeros humanos que
llegaron al desapego total y guiaron a los demás en ese camino. También se les llama los conquistadores y
hombres perfectos. Se dice que ellos pertenecían a familias acomodadas pero renunciaron a las cosas
materiales y se iluminaron. Cuando sentían que iban a morir se retiraban a la cima de una montaña donde su
espíritu se extinguía y no volvía a encarnar ningún ser más, ni repetir ningún ciclo más de vida. La vida de los
Tirthankaras aparecen en los textos jainas, los cuales son unos manuscritos en hojas de palmera que se
Los seguidores de esta religión son unos 4 millones, pero son muchos más los que la admiran por su actitud
respetuosa con todos los seres vivos. Los monjes jainies suelen vivir en monasterios y asumen los siguientes
alimentarse por las noches. Deben comprometerse a caminar descalzos y no utilizar ningún medio mecánico de
locomoción. Esto ha sido un motivo de su poca expansión, de hecho ningún asceta salió de la India hasta que
llegó el siglo XX. Deberá evitar caminar sobre la hierba o cualquier tipo de planta. En esta religión es fácil ver
personas mayores que mueren por eutanasia voluntaria, ayunan hasta la muerte. Es el voto más severo y
sagrado del jainismo. Esta religión admite el suicidio de aquellos religiosos que alcancen altos grados de
espiritualidad y se dejen morir por inanición cuando están en un estado de abstracción profunda. Existen dos
formas mayoritarias de pensamiento jain. Una es la de los Svetambaras que se visten de blanco y predominan
en el norte y la otra es la de los Digambaras que andan desnudos renunciando a cualquier bien terrenal y que
se localizan principalmente en el sur. Dahavira se dedicó a cuidar de sus padres, pero cuando estos murieron,
Dahavira tenía apenas 31 años se quitó toda la ropa y permaneció desnudo el resto de su vida. Él fue quien
introdujo el desnudismo en esta religión. Cuando llegaron los musulmanes a la India se prohibió a los jainies
Los jainies normalmente tienen un cuenco de agua para su aseo personal, y una escobilla para apartar las
pequeñas vidas que encuentran en su camino, pero los jainies Digambaras no tienen ni siquiera estas cosas. A
veces se piensa que esta tendencia a la renuncia de lo material se debe a la miseria que existía en la zona
donde surgió, pero la historia nos demuestra que en esa época el curso del Ganges disfrutaba de un gran
desarrollo económico, social y político. El jainismo como el budismo o el brahmanismo nunca afirman que
hubiera miseria social, sino que mayoritariamente tratan aspectos existenciales referidos a la condición
humana. Convertirte en asceta es un buen camino para desprenderte de la prisión del cuerpo. La madre de
Gandhi era jainie, y esto influenció mucho a este personaje. Una profunda mujer jainie practicará la meditación
frente a un altar doméstico durante unos 50 minutos nada más amanecer. Visitará el templo a diario e
intentara escuchar los sermones de los asceta. Llevarán a sus hijos al templo y les enseñarán los nombres de
los Tirthankaras y les recitarán los mantras sagrados. Una verdadera jainie no cenará después de la puesta del
sol.
Normalmente en todas las religiones se habla de varones, pero en ésta y según el Kalpasutra había 1400
mujeres frente a sólo 700 hombres las que alcanzaron la liberación en época de la vida de Mahavira, su
fundador. Hoy en día la cantidad de ascetas jainies mujeres triplica al de hombres. Estas mujeres pertenecen
mayoritariamente al pensamiento Svetambara. Según los digambaras la mujer nunca puede llegar a la
liberación, hasta que no se reencarne en hombre. Los Svetambaras dicen lo contrario, de hecho afirman que el
decimonoveno Tirtankara fue mujer. En jainismo está más presente en regiones como Bengala, Mysore,
Rajastán, Maharastra o Gujarat. Como lugares sagrados del jainismo podemos citar el templo jain de Rankpur,
Mount Abu, Sravanabelagola, Khajuraho, Palitana, Mahavirji, Ahmadabad, Ajmer o Jaipur. Todo buen jainíe
Se puede decir que apenas ofrecen creaciones originales desde el punto de vista artístico, a excepción de las
miniaturas del Kalpasutra. Hay que tener en cuenta la poca importancia que dan a los dioses, y que el
pensamiento de su doctrina explica la desnudez de sus imágenes. Podemos pensar que el despego que inculca
esta religión no es compatible con la creación de los templos que nos han dejado, ya que hacía falta dinero
para su construcción. Pero fue posible porque los jainíes adquirieron poder económico y cultural. Se dedicaban
al comercio, a la orfebrería, y su honestidad les hizo conseguir la confianza de la gente. En épocas antiguas
llegaron a ocupar altos cargos en la administración, consejeros de príncipes y disfrutaban de un alto nivel
económico. La imagen del practicante del jainismo desnudo no debe confundirnos con el gran respeto social
que tenían. El caso es que todas sus ganancias las donaban para la construcción de sus templos. Y no sólo
motivo de la esvástica se combina con el de una mano. La razón es que, en el jainismo, este símbolo
representa a su séptimo santo, y las cuatro manos son también usadas para recordarle al adorador los cuatro
posibles lugares de nacimiento; el mundo animal o de las plantas, el infierno, la Tierra, o el mundo de los
espíritus.
La compleja doctrina del karma se describe con gran detalle en la sorprendente religión jainista.
El jainismo es, con el budismo y el hinduismo, una de las tres grandes religiones de la India. El jainismo surgió
en el norte de la India siglos antes de la aparición del budismo y se difundió por todo el subcontinente. Sus
seguidores afirman que fue fundado en tiempos muy antiguos y creen que sus enseñanzas son eternas e
imperecederas. La religión jainista aparece recogida en una serie de extraordinarios textos prebudistas. La
literatura teológica y científica del jainismo contiene relatos que hablan de hombres santos, canciones sobre los
creadores primigenios, así como preceptos de todo tipo. Estos textos, de modo similar a la Biblia, están
recopilados bajo el título genérico de Shvetambaras. Se dividen en 45 secciones, cuyos títulos son todos
auténticos trabalenguas. El «Vyahyaprajnaptyanga» presenta todas las enseñanzas del jainismo con diálogos y
leyendas. El «Anuttaraupapatikadashan-ga» cuenta las historias de los santos primigenios que ascendieron a
los mundos celestiales más altos. La sección titulada «Purvagata» contiene libros y descripciones científicas.
Dentro de ésta, el «Utpada-Purva» trata de la formación y de la disolución de todas las diversas sustancias
químicas. El «Viryapravada-Purva» describe las fuerzas que están activas en la sustancia de los dioses y de los
grandes hombres. El «Pranavada-Purva» estudia el arte de la curación. El «Lokabindusara-Purva» trata de las
matemáticas y de la redención. Por si todo esto no fuera suficiente, existen también los 12 «Upangas»,
que describen todos los aspectos del Sol, la Luna y de otros cuerpos planetarios, así como de las
formas de vida que los habitan. Además, el «Aupapatika» nos explica el modo de alcanzar la existencia
Aquí vale la pena detenernos en una descripción de esta verdaderamente sorprendente religión,
casi desconocida, que creo habría que investigar más a fondo. El jainismo es una religión de la India,
que se dice fue fundada en el siglo VI a. C. por Mahāvīra. Se trata de una religión no teísta y no reconoce la
autoridad de los textos Vedas ni de los brahmanes. En la actualidad, el jainismo está presente en la India
oriental (Bengala), centro occidental (Rajastán, Maharastra y Guyarat) y meridional (Karnataka). Se calculan
aproximadamente unos cuatro millones de fieles jainistas, siendo la séptima en número de fieles entre las
del jainismo, aunque según sus seguidores es una de las religiones más antiguas de la región y también del
mundo, porque sus orígenes prehistóricos datarían de antes del 3000 a. C. y de los comienzos de la cultura
índica del río Indo, con sus misteriosas ciudades, ahora en ruinas, de Mohenho Daro y Harappa. En
elMatsiaPurāná aparece una mención al jina-dharma, la doctrina de los jainistas. Dharma es una palabra
El jainismo es único en el hecho de que durante su historia es la única religión que nunca ha
palabra y acción a nivel individual y social. El texto sagradoTattvartha Sutra lo resume con la
frase “parasparopagraho jivanam” (toda la vida se sustenta mutuamente). Un dios arhat se destaca de los 24
dioses jinas (‘victoriosos’) principales, que vivieron en cada uno de los 3 ava-sarpinīs (períodos descendentes
de larga duración), que están divididos en seis etapas: bueno-bueno, bueno, bueno-malo, malo-bueno, malo,
malo-malo. Los avasarpinísalternan con los ut-sarpinī, largos períodos ascendentes, cuyas etapas comienzan
por malo-malo y terminan con bueno-bueno. El último arhat que estuvo en la Tierra (en este último avasarpiní)
fue Mahāvīrá; el verdadero fundador del jainismo. Se cree que vivió en Bihar poco tiempo antes de la época de
Buda (siglo VI a. C.). Los historiadores creen que las menciones al jaina-dharma que aparecen en
algunos Purānas, demuestran que los textos védicos no son tan antiguos como pretenden los eruditos
hinduistas.
La religión jainista tiene una cosmología y creencias elaboradas; llenas de nombres, categorías,
clases, jerarquías, grados, órdenes, entre otros. Ellos creen que el mundo es eterno y carece de
principio. No existe una divinidad personal, y todas las posibles divinidades —las almas de los
realidad es vida. Para el jainismo el universo es una totalidad viviente; todo ser posee un alma, más o menos
compleja, diáfana o pesada. Desde la tierra o el viento, a los insectos o los mamíferos, todos los seres reflejan
el universo y son dignos de respeto. El mayor pecado para el jainismo es causar daño a un ser vivo, aunque
también hay que evitar dañar a la tierra o a las almas del agua o del aire. En coherencia con lo anterior, los
jainistas practican la no violencia, el ayuno y la mortificación del propio cuerpo. A través de estas actividades
esperan descargar su alma del peso de la materia kármica y evitar posteriores reencarnaciones.
La religión jainista presenta una perspectiva igualitaria de las almas, sin importar las diferencias en las formas
físicas: humanos, animales y organismos vivientes microscópicos. Los humanos son los únicos poseedores de
los seis sentidos: vista, oído, gusto, olfato, tacto y pensamiento; por lo tanto de los humanos se espera que
actúen con responsabilidad hacia toda la vida, siendo compasivos, sin egoísmo, sin miedo, racionales y
conocimiento del mundo sólo puede ser aproximado y que, con el tiempo, incluso su propia religión acabará
por desaparecer. La comunidad jainista distingue entre monjes y seglares. Los monjes se someten a una
disciplina ascética superior a la de los laicos, aunque no ejercen el monopolio de la religión. Viven en un jina-
sadman (monasterio jainista). Un jina-rshi (asceta jainista) asume cuatro votos: la no violencia, la sinceridad, la
rectitud y la renuncia a las cosas y a las personas. Los jina-kalpa son las ordenanzas practicadas por
los jinas (opuestas a aquellas de los sthaviras). Consiste en cinco votos: ahimsa (no
material).
La religión jainista pone mucha atención en el aparigraha, el desapego de las cosas materiales a través del
control de uno mismo, penitencia, limitación voluntaria de las necesidades y consecuente disminución de la
agresividad. El vegetarianismo es un modo de vida para un jainista, teniendo su origen en el concepto de jīva
dāya (‘compasión por los seres vivos’) y el a-himsá (la no violencia). La práctica del vegetarianismo es vista
como un instrumento para la práctica de la no violencia y la coexistencia pacífica y cooperativa. Los jainistas
son vegetarianos estrictos (dieta vegana) que consumen solamente seres sin sentidos (sin sistema nervioso),
principalmente del reino vegetal. Si bien la dieta jainista implica el aniquilamiento de cosas sin mente como son
las plantas, esto se ve como la forma de sobrevivir que causa el mínimo de violencia hacia los seres vivos
(muchas formas vegetales como frutas o raíces son mejor vistas por el Jainismo por comportar simplemente la
Aparte de las escrituras antes indicadas, se supone que existieron libros en tiempos remotos, pero que se han
perdido. Pero los jainistas creen que estas escrituras fueron transmitidas oralmente a los sacerdotes a lo largo
de las generaciones. Y creen que siempre están apareciendo reencarnaciones de los antiguos profetas que
revelan de nuevo su contenido, en la medida en que la gente y los tiempos estén preparados para recibir tales
enseñanzas. Sólo se han conservado fragmentos de los textos perdidos, pero su contenido es realmente
asombroso, tales como: “Cómo viajar a tierras lejanas por medios mágicos; Cómo hacer
milagros; Cómo transformar las plantas y los metales; Cómo volar por los aires”. También en la
literatura sánscrita se describe el vuelo por los aires. Según las enseñanzas jainistas, la época en que vivimos
no es más que una entre muchas. Antes de nuestro tiempo hubo otros periodos cósmicos y dentro de poco
tiempo empezará una nueva época. Estas épocas nuevas siempre vienen anunciadas por veinticuatro profetas,
los tirthamkaras. Los profetas de nuestra época están naciendo ahora, o quizás ya sean adultos. Los líderes
religiosos del jainismo dicen conocer sus nombres y otros detalles de sus vidas.
El primero de estos profetas (tirthamkaras) fue Rishabha y se dice que vivió en la Tierra durante unos
increíbles 8.400.000 años. Rishabha era un gigante, pero los patriarcas que lo sucedieron fueron cada vez
menos longevos y menos altos. Pero, no obstante, el vigésimo primero, que se llamaba Arishtanemi, llegó a
vivir 1.000 años y medía diez codos de alto. Sólo los dos últimos, Parshva y Mahavira, alcanzaron una edad
razonable. Parshva vivió cien años y sólo medía 2,74 metros de estatura, mientras que Mahavira, el vigésimo
cuarto tirthamkara sólo alcanzó los 72 años de edad y sólo medía 2,12 metros. Los jainistas sitúan la aparición
de los tirthamkaras en unos tiempos increíblemente remotos. Se supone que los dos últimos, Parshva
y Mahavira, murieron en el 750 y en el 500 a. C, respectivamente, mientras que el sucesor del primer patriarca
Rishabha estuvo presente durante unos 84.000 años. Estos astronómicos números que se nos presentan
deberían llamar la atención a los investigadores de mitos y de los teólogos. La razón es que tenemos un núcleo
En la antigua lista de los reyes babilónicos se cuentan diez reyes desde la creación de la Tierra
hasta el Diluvio, que reinaron durante un total de unos 456.000 años. Después del Diluvio, «volvió a
bajar del cielo el reino una vez más», y los 23 reyes siguientes reinaron durante otros 24.000 años. A los
patriarcas bíblicos también se les atribuyen edades increíbles. Se dice que Adán vivió más de 900 años; Enoc
tenía 365 años cuando ascendió en un carro de fuego, mientras que su hijo Matusalén vivió 969 años. En el
antiguo Egipto el sacerdote Manetón dejó escrito que el primer monarca divino de Egipto había sido Hefaisto,
que también había traído el don del fuego. Después de él vinieron Cronos, Osiris, Tifón, y Horus, hijo de Isis.
Después de los dioses, los descendientes de los dioses reinaron durante 1.255 años. Y después vinieron otros
reyes que reinaron durante 1.817 años. Tras esto, otros 30 reyes reinaron durante 1.790 años. El reino de los
espíritus de los muertos y de los descendientes de los dioses abarcó 5.813 años. El historiador Diodoro de
Sicilia, que hace 2.000 años escribió varias obras, confirma estas fechas. Desde Osiris e Isis hasta el reinado de
Alejandro, que fundó la ciudad de Alejandría, en Egipto, se dice que pasaron más de 10.000 años; pero
algunos dicen que ese periodo abarca en realidad unos 23.000 años. También el griego Hesíodo, en su obra
“Mito de las cinco razas de la humanidad”, escribió (hacia el año 700 a. C.) que originalmente los dioses
inmortales habían creado a los seres humanos: «Estos héroes de excelente origen, llamados semidioses,
que en los tiempos anteriores a los nuestros residían en la Tierra sin límites…».
Los jainistas, como hemos visto, no son los únicos que relatan fechas tan astronómicas. Pero, además, muchos
de sus escritos son revolucionarios desde el punto de vista de la ciencia moderna. Su concepto del tiempo,
del kala, parece formulado por un físico actual. Su unidad de tiempo más pequeña es el samaya. Éste es el
tiempo que tarda el átomo más lento en recorrer la distancia de su propia longitud. Una cantidad innumerable
de samayas constituyen un avalika, y 1.677.216 avalikas componen un muhurta, que equivale a 48 de nuestros
minutos. Treinta muhurtas equivalen a un ahoratra, que es la duración exacta de un día y una noche. Si
multiplicamos 48 minutos (un muharta) por 30, obtenemos 1.440 minutos, que es exactamente el número de
minutos que hay en 24 horas. Pero la medida del tiempo de los jainistas tiene millares de años de
antigüedad, y se dice que fue comunicada a los seres humanos por seres celestiales.
Quince ahoratras constituyen un paksha, que es medio mes; dospakshas equivalen a un mes. Dos meses son
una estación; tres estaciones son un ayana o temporada. Dos ayunas valen un año, y 8.400.000 años son
años). La cuenta de los jainistas llega hasta increíbles números de 77 cifras. Más allá de estas
cifras, los valores se dan en términos de conceptos concretos, semejantes a nuestros años luz,
para una distancia tan enorme como 9.500.000.000.000 kilómetros. ¡Realmente asombroso!
Y para demostrar que todo esto no son simples fantasías, tenemos que los mayas de la América Central
utilizan cifras igualmente mareantes, y también las relacionan con el tiempo y con el universo del
mismo modo que los jainistas de la lejana Asia. Los jainistas tomaron también de sus maestros
celestiales unas definiciones de lo que es el espacio que resultan sorprendentes, y que hacen comprensible la
relación de éste con el misterioso concepto del karma. En los textos científicos de los jainistas, el átomo
ocupa un punto en el espacio. Este átomo puede unirse con otros para formar un skandha,que
abarca entonces varios puntos en el espacio o un número de éstos imposible de medir. Nuestra
propia ciencia enseña lo mismo: dos átomos pueden formar una cadena de proporciones mínimas, pero
también existen cadenas moleculares que contienen muchos millones de átomos. Estas cadenas atómicas
producen sustancias y materiales de diversas densidades. Las enseñanzas jainistas distinguen seis formas
principales de cadenas o conexiones de este tipo: Fino-fino: cosas que son invisibles; Fino: cosas que
también son invisibles; Fino-áspero: cosas que son invisibles pero perceptibles por el olfato y el oído; Áspero-
fino: cosas que se ven pero no se sienten, como las sombras o la oscuridad; Áspero: cosas que se reúnen por
sí mismas, como el agua o el aceite; Áspero-áspero: cosas que no se reúnen sin ayuda exterior, como la
piedra o el metal.
En el jainismo, hasta una sombra o un reflejo se consideran materiales, porque son producidas por
una cosa. Ni siquiera el sonido se clasifica en la categoría de «fino-fino», sino que se considera una
materialidad fina, resultado del «frote de grupos de átomos entre sí». Según esta enseñanza, la sustancia
«fina-fina» puede penetrarlo todo y, por lo tanto, puede desempeñar una influencia modificadora sobre otras
sustancias. La sustancia que penetra en un alma se expresa como karma, lo que nos vuelve a llevar al
tema de la reencarnación. Se considera que el karma es eterno, lo que podría aportar una idea de inmortalidad
de la esencia de cada ser. Actualmente se sabe que todo tipo de materia se puede reducir al nivel atómico. Y
el mismo átomo está compuesto de partículas subatómicas, entre las que destaca el electrón, que oscila a un
ritmo de 1023 veces por segundo.Actualmente los jainistas considerarían la materia de este electrón
como «fina-fina»: ya que no es posible captarla y, además, es inmortal. El átomo actúa como «el
espíritu dentro de la materia», de manera parecida a una onda de radio que penetra sustancias determinadas.
Y resulta que los pensamientos de toda forma de vida influyen sobre sus obras. En línea con esto, el
astrónomo y físico inglés Arthur Eddington escribió: «La sustancia del mundo es la sustancia del espíritu». Y
Max Planck, ganador del premio Nobel de Física, dijo lo siguiente: “No existe la materia como tal. Toda la
materia surge y se sustenta únicamente en virtud de una fuerza que hace oscilar las partículas”.
Toda existencia es un eslabón en una larga cadena y dado que nuestros pensamientos dirigen nuestros actos,
estos actos dejan su rastro en nuestra mente y espíritu. Los jainistas conciben lo que llamamos «alma»
como la materialidad «fina-fina» del cuerpo físico. Esta materialidad penetra el cuerpo como el electrón
al átomo. El electrón pertenece al átomo, pero los dos no entran nunca en contacto entre sí. El átomo puede
cambiar de posición, unirse a otros para formar cadenas moleculares gigantescas, y siempre estará
acompañado de electrones; pero lo raro es que no son los mismos electrones, pues el electrón «salta» de un
átomo a otro, por ejemplo, cuando se le aplica calor. Y en la misma milmillonésima de segundo en la que un
electrón salta a un nuevo átomo, otro electrón ocupa el lugar que deja vacío. De modo que tenemos una
actividad «fina-fina» eterna e inmortal, una oscilación más allá del átomo material. Los jainistas
ven el karma del mismo modo. No importa qué le suceda al cuerpo físico, que lo incineren o se pudra
bajo tierra: el karma sigue siendo inmortal. Este karma contiene toda la información sobre la forma vital
a la que pertenece. A lo largo de la vida pensamos y sentimos; estos pensamientos y estos sentimientos se
Cuando este karma se forma sobre un nuevo cuerpo, ya contiene toda la información de su
existencia anterior y sigue conteniéndola para toda la eternidad. Pero, dado que el fin último de la
vida es alcanzar un estado de serenidad absoluta, siendo uno con Brahma, el karma nos conducirá a esa meta
por una serie de innumerables reencarnaciones. Esta manera de pensar no está demasiado alejada de la
filosofía actual y de los descubrimientos de la física moderna (ver el artículo “La física moderna, ¿debe
algunos de sus conceptos a civilizaciones remotas?”). Lo que puede sorprendernos es que unas
teorías tan complejas fueran enseñadas hace miles de años por unos maestros que se dice que
aparecieron de las profundidades del universo. La última época de los jainistas comenzó hacia el 600 a.
C. con el último de los 24 tirthamkara, llamado Mahavira, que era el hijo de un rey cuyo embrión se dice que
fue implantado en el vientre de su madre, la joven reina, por seres celestiales. Un tema recurrente en muchas
de las tradiciones existentes. Se espera que todos estos maestros celestiales de la Antigüedad reaparecerán,
reencarnados en nuevos cuerpos. Existen muchas pinturas jainistas antiguas en las que aparece representado
el vigésimo cuarto tirthamkara, el profeta Mahavira. Por encima de la procesión en su honor flotan cinco
Pero existen diferencias apreciables entre las expectativas del regreso de los dioses por parte de los jainistas y
por parte de los cristianos, musulmanes o judíos. Estos últimos creen que aparecerá un Mesías que los juzgará,
y mientras los fieles disfrutarán de la gloria celestial los infieles se asarán en el infierno. Los jainistas son más
originales y no esperan a un solo salvador, sino a varios a la vez. Los profetas o tirthamkaras regresan
constantemente, en cada una de las épocas. Después de su aparición no hay un fin del mundo definitivo, no se
alcanza el gozo celestial ni tampoco la condenación eterna, sino que comienza un nuevo acto en el teatro del
universo. Los tirthamkaras tienen menos de salvadores que de ayudantes. Preparan a los seres humanos para
la época siguiente. Por eso se reencarnan como seres humanos, tal como vemos en las profecías de Enoc
cuando se refieren al «hijo del hombre». Pero su sustancia y su conocimiento kármico proceden del
universo. Son extraterrestres los que implantan el embrión en el vientre de la mujer virgen. Y es
importante tener en cuanta que estas ideas proceden de hace varios miles de años antes del nacimiento de
Cristo, por lo que los jainistas no pueden haber tomado del cristianismo el concepto del nacimiento virginal.
No es de extrañar que unos maestros cósmicos tales como los tirthamkaras tuviesen grandes conocimientos
en astronomía. De estas fuentes es de donde los jainistas aprendieron sus increíbles datos astronómicos. Sus
enseñanzas muestran que fueron capaces de medir las dimensiones del universo. Su unidad de
medida era el rajju, la distancia que recorre Dios volando en seis meses (curiosa unidad de
medida, que sugiere un dios muy “humano”), cuando viaja a 2.057.152 yojanas por segundo (sea
cual sea la correspondiente unidad de tiempo nuestro a la que la asimilemos, estamos hablando
de velocidades inimaginables). Las enseñanzas jainistas dicen que la Tierra está rodeada por tres capas,
que se diferencian por su densidad: densa como el agua, densa como el viento y densa como un viento fino.
Más allá está el espacio vacío. Es realmente asombrosa la semejanza con las conclusiones de la
ciencia moderna, que nos habla también de tres capas: atmósfera; troposfera, que contiene nitrógeno y
oxígeno; y estratosfera, con la capa de ozono. Más allá está el espacio interplanetario. Actualmente, la gente
admite cada vez más la idea de que deben existir en el universo otras formas de vida aparte de las terrestres.
Los jainistas lo han creído siempre: para ellos, todo el universo está lleno de formas de vida que están
repartidas desigualmente por los cielos. Es interesante advertir que aunque reconocen la existencia de
las plantas y de las formas de vida básica en muchos planetas diferentes, afirman que sólo en
algunos planetas determinados existen seres dotados de «movimiento voluntario».
Los filósofos de la religión jainista describen las diferentes características que poseen los
habitantes de los diversos mundos. Los cielos de los dioses dependen de los Kalpas, que son un período
de tiempo que comienza con la creación del Universo y termina con su destrucción y la total vacuidad en el
espacio. Un kalpa consiste de cuatro períodos: el período de la creación, el período de la existencia, el período
de la destrucción y el período del espacio vacío. En ellos, al parecer, se pueden encontrar maravillosos
palacios voladores: unas estructuras voladoras que forman muchas veces ciudades enteras. Estas
ciudades celestiales están alineadas unas sobre las otras de tal modo que los vimanas (los carros de los dioses)
pueden salir en todas direcciones desde el centro de cada «nivel». Cuando termina una época y están a punto
de nacer nuevos tirthamkaras, suena una campana en el palacio principal del «cielo». Esta campana hace que
suenen campanas en los otros 3.199.999 palacios celestiales. Enseguida, los dioses se reúnen, en parte por
amor a los tirthamkaras y en parte por curiosidad. Y a continuación, transportados por un palacio
volador, visitan nuestro sistema solar, y comienza una nueva época sobre la Tierra.
En el budismo, el concepto fundamental de la redención aparece bajo una forma muy semejante a la del
jainismo, que era una doctrina anterior a la llegada del Buda (560-480 a. C). Buda significa «el despierto» o «el
iluminado» y su nombre propio era Siddharta. Nació en el seno de una familia noble y se crió entre lujos en el
palacio de su padre, en las estribaciones del Himalaya, en Nepal. A los veintinueve años de edad abandonó su
hogar y se dedicó durante siete años a la práctica de la meditación, buscando el camino del conocimiento. Pero
en los tiempos del Buda, los dioses de la mitología ya llevaban mucho tiempo de existencia. Después de su
iluminación, sintió que era la reencarnación de un ser celestial. Se puso a predicar a sus discípulos el sendero
óctuple, que podría conducir a todas las gentes a la iluminación. El Buda estaba convencido de que el futuro
traería a otros budas y en su discurso de despedida el Mahaparinibbana-Sutta habla de estos budas del futuro.
Profetizó a sus discípulos que uno de ellos llegaría en una época en que la India estaría abarrotada de gente y
las ciudades y las aldeas estarían pobladas tan densamente como gallineros. En toda la India habría 84.000
ciudades; en la ciudad de Ketumati (la actual Benarés) viviría un rey llamado Sankha, que
gobernaría a todo el mundo pero sin usar la fuerza, sólo por medio del poder de su rectitud. Y
durante el reinado de este rey bajaría a la Tierra el sublime Metteya (también llamado Maitreya):
La profecía del Buda es semejante a las enseñanzas jainistas del regreso de los tirthamkaras. El budismo habla
también de las diferentes épocas, que se comparan con una rueda que gira. La única diferencia es que en el
budismo estas épocas tienen una duración astronómica. La idea de las cuatro épocas, o seis, en el jainismo,
mismas cifras en culturas que están muy alejadas unas de otras. Según las crónicas babilónicas, los antiguos
reyes o monarcas del cielo reinaban durante miles de años. La duración que se atribuye a los reinados de
los dioses sumerios Anu, Enlil, Ea, Sin y Sama y Adad se asemejan mucho a las duraciones que se
Sumer
Anu = 4.320
Enlil = 3.600
Ea = 2.880
Sin = 2.160
Sama = 440
Adad = 432
Jainismo
Maha-Yuga = 4.320.000
Kali-Yuga = 432.000
Kali-Yuga = 360.000
Deva-Yuga = 288.000
Treta-Yuga = 216.000
Dvapara-Yuga = 144.000
El Kali-Yuga aparece dos veces, ya que el Kali-Yuga «sin crepúsculo» tiene una duración más corta que el Kali-
Yuga «con crepúsculo». Si descontamos el número de ceros, la coincidencia de las cifras significativas
demuestra la existencia de una fuente primitiva común. El número 4.320.000 del Maha-Yuga («gran época»)
es idéntico al del tercer rey antediluviano En-me-en-lu-an-na, que reinó durante 12 SAR (año del planeta
Nibiru, equivalente a 3600 años terrestres), o 43.200 años. Y el número 288.000 del Deva-Yuga corresponde al
periodo de reinado del sexto rey, En-sib-zi-an-na. Éste duró 8 SAR, o 28.800 años. La referencia más antigua a
una época remota del mundo se encuentra en la antigua Grecia, en la obra del poeta Heráclito. Habla de un
periodo de 10.800.000 años, que se corresponde exactamente con el segundo periodo de los antiguos reyes de
Sumeria: 30 SAR, o 108.000 años. Estos números no tienen ninguna relación directa con el regreso de ningún
salvador, pero ponen de manifiesto la base común que comparten las diversas tradiciones. La única manera
de explicar estas coincidencias es suponer que en los albores del tiempo debió existir una cultura
original única. Esta fuente común se remonta a tiempos muy antiguos, pues de lo contrario se hablaría de
Annie Besant, de laSociedad Teosófica, en relación a una visita a un grupo jaimista nos dice:
“Nos vamos a encontrar esta mañana en una atmósfera muy diferente de la que
sus miembros, mercaderes y comerciantes en su mayoría. Las cuatro castas de los Hindúes son
ellos; también pocos Kshatriyas, cuya casta parece totalmente incompatible con las ideas actuales
diseminados ciertamente también en otras partes, pero puede decirse que las
Hay un punto con respecto a las castas que los separa del Hinduismo. El Sannyãsî del Jaina
puede provenir de cualquier casta. No está restringido, como en el hinduismo ortodoxo común a la
casta brahmana. El Yati puede provenir de cualquiera de las castas, y por supuesto como regla proviene del
Vaishya, que es la casta predominante entre los Jainas. Tienen los mismos enormes ciclos de tiempo que
diferencias en lugar de las similitudes. Por mucho tiempo entre los eruditos occidentales, se veía
Jainismo en la India es mucho más antiguo que el Budismo. El último de sus grandes Profetas
fue contemporáneo de Sãkya Muni, el Señor Buda; pero El fue el último de una
Había grandes ciclos de tiempos en los que creían los jaina y los hindúes; y encontramos que
en cada vasto ciclo — que se parece al día y la noche de Brama — veinticuatro grandes Profetas vienen al
Avatar es un hombre perfeccionado. El Jaina no tiene ninguna duda sobre este punto. Sus
ellos como Arhats, como Buddhas, como Tathãgatas, etcétera, pero sobre todo como
conquistado su naturaleza inferior, que ha alcanzado la divinidad, en quien Jîva afirma sus
Veinticuatro de estos aparecen en cada ciclo, y en el Kalpa Sutra de los Jainas, encontraremos
yergue ante el Jaina como el ultimo representante de los Maestros del mundo,
grandes enseñanzas. Bajando de las más elevadas regiones a su última encarnación, aquella en
la que iba a obtener iluminación, al principio guiaba su rumbo dentro de una familia brahmana, donde había
planeado nacer. Pero Indra, el Rey de los Devas, viendo la llegada del Jina,
dijo que no era correcto que naciera entre los Brahmanes, porque siempre el
Jina era un Kshatriya y debía nacer en una casa real. Por lo tanto Indra envió a
uno de los Devas para guiar el nacimiento del Jina en la familia del Rey
Siddhãrtha, en la cual finalmente nació. Su nacimiento estuvo rodeado por aquellos signos de
voto de renunciar a todo, de alcanzar la iluminación y de convertirse en Salvador del mundo. Espera
hasta que su padre y madre están muertos, para que no pueda apenar sus corazones por su partida; y
entonces, con el permiso de su hermano mayor y los consejeros reales, sale rodeado por multitudes de
personas para adoptar la vida ascética. Llega a la selva; se quita sus vestiduras, sus vestiduras reales y sus
ornamentos reales; se
arranca el cabello; se viste con las prendas del asceta; envía de regreso a la
procesión real que lo siguió, y se aventura solo en la selva. Allí por doce años
practica grandes austeridades, luchando para realizarse a si mismo y darse cuenta de la nada de
conocimiento del Supremo se convierte en el suyo propio. Se libera de los lazos de Avidyã y se convierte
como Maestro al mundo, enseñando durante cuarenta y dos años de vida perfecta.
Tirthamkaras, y ulteriormente, 84.000 años antes que Él, el vigésimo Segundo y asi hacia atras y
llegamos al primero de estos, Rishabhadeva, el padre del Rey Bharata, que le dio su nombre
hindú y el jaina juntos reverencian al Grande que, dando nacimiento a una línea de Reyes, se
convirtió en el Rishi y el
escritura, entre los siglos tres y cuatro antes de Cristo. Anteriormente, como era común en
Trescientos o cuatrocientos años antes del nacimiento estimado de Cristo, fueron puestas por
escrito. Pero sabemos bien que no estaban si se perdieran todos los Vedas, podrían ser re
producidos textualmente por aquellos que aprendieron a repetirlos. Por lo tanto las Escrituras,
Valabhi, donde se realizo una revisión crítica de estas Escrituras, bajo Devard-digamin, el
constituyen el canon de la religión Jaina, la Escritura autorizada de la fe. Parece haber habi
son particularmente reservados con respecto a sus libros sagrados, y hay obras
maestras de la literatura, entre la secta de Digambaras, a las que se les negó totalmente su
publicación. Pero cuando los Digambaras hayan aprendido que, excepto en casos especiales, está
bien divulgar las verdades al exterior, se permitirá que los hombres pueden tenerlas. Fuera de
de Purãnas y Itihãsas, que se parecen mucho a las Purãnas e Itihãsas de los Hindúes. Se
Hasta aquí lo que podemos llamar su literatura especial; pero encontramos que todavía esta
libros, que, aunque se originan en la comunidad Jaina, se han convertido en propiedad común
de toda la India. El bien conocido Amarakosha , por ejemplo, es una obra Jaina que todo
Los Jainas provinieron del sur de la India, extendiéndose hacia el sur a través de toda la parte sureña de la
encontramos que son los fundadores de la literatura Tamil. La gramática Tamil, que se dice es
famoso Kural del poeta Tiruvalluvar, se dice que es un trabajo jaina, por lo
que los términos que usa son términos jainas. Habla de los Arhats; usa los términos técnicos de la
religión jaina, y por lo tanto es considerado como perteneciente a la fe jaina. Lo mismo es verdad de la
literatura canaresa y se dice que desde el primer siglo de la era cristiana al duodécimo, toda la literatura de
Canara es dominada por los jainas. Tan grandes eran en esos días.
Entonces llegó un gran movimiento a través del sur de la India, en el cual los seguidores
de Mahãdeva, Siva, vinieron predicando y cantando a través del país, apelando a esa emoción profunda del
corazón humano, Bhakti, que el Jaina había ignorado tanto. Vinieron cantando a Mahãdeva, coreando sus
magnánimo emperador mogol, emitió un edicto que no se debería matar a ningún animal en los
alrededores de los templos jaina. Yalaluddin Muhammad Akbar, más conocido como Akbar el Grande, fue un
gobernante del Imperio mogol desde 1556 hasta 1605, y está considerado como el mayor de los emperadores
mogoles. Los Jainas están divididos, en dos grandes grupos: los Digambaras, conocidos en el siglo
cuarto antes de Cristo, y mencionados en uno de los edictos de Asoka; y los Svetambaras, aparentemente
más modernos. Estos últimos son ahora los más numerosos, pero se dicen que los
Digambaras poseen bibliotecas mucho más vastas de literatura antigua que la secta rival. Ellos
se manifiesta como el Conocedor de todo lo que es. Por otro lado Dravya, la sustancia, que es lo que es
conocible; el Conocedor y
lo Conocible uno opuesto al otro; Jîva y Dravya. Pero Dravya ha de ser pensada
como siempre conectada a Guna, la cualidad. Con Dravya está no solamente Guna, la cualidad, sino
el Uttaradhyayana: “Sustancia es el sustrato de las cualidades; las cualidades son inherentes a una
solo ejemplo: el voto de Brahmacarya, que sobre el Yati impone celibato absoluto, en el laico significa
solamente temperancia y castidad apropiada en la vida de un Grhastha. De esta manera los votos
incluyen: Ahimsa, inocencia, Sûnriti, veracidad, Asteya, no tomar aquello no nos pertenece,
Jaina. Muy, muy marcada es su traducción de la palabra Ahimsa, inocencia: “no matarás”. Tan lejos
lo lleva en su vida, a tal extreme, que a veces pasa casi más allá de los límites de la virtud hasta lo
cuando oímos la respiración solo a través de una tela, como hace el Yati,
tocando continuamente los labios para que nada viviente pueda ingresar a los pulmones. He aquí lo que,
Asi como es mi dolor cuando me golpean con un palo, arco, puño, terrón, o
cacharro; o amenazan, golpean, queman, atormentan, o privan de la vida; y asi
como siento todos los dolores y agonía, desde la muerte hasta el tirón de un
cabello; de la misma manera, estén seguro de esto, todas las clases de seres sienten el
mismo dolor y agonía, etc., que yo, cuando viven son maltratados de la misma manera. Por esta razón ninguna
clase de ser vivo debería ser golpeado, ni tratado con violencia, ni abusado, ni atormentado, ni privado de la
vida. Digo que los Arhats y Bhagavats del pasado, presente y futuro, todos dicen así, hablan así,
declaran así, explican así; ninguna clase de ser vivo debería ser asesinado, ni
tratado con violencia, ni maltratado, ni atormentado, ni echado. Esta ley constante, permanente,
eterna, verdadera ha sido enseñada por hombres sabios que comprenden todas las cosas”.
Si esa fuera la regla para todos, qué diferente sería India; sin animales golpeados
o maltratados; sin criaturas que luchan, que sufren. Podemos tener comprensión, hasta en la
exageración del Jaina, que tiene una base tan noble y tan compasiva.
Hasta la miel y la manteca llega la ley de alimentos prohibidos, porque en la obtención de la miel
las vidas de las abejas. Encontramos en la vida diaria del Jaina reglas establecidas para el laico
algún pequeño voto en algo absolutamente poco importante, por ejemplo: “Durante
este día no me voy a sentar más que un número determinado de veces”; o: “Durante una
semana no voy a comer tal verdura”; o: “Por una semana, o diez días, o un mes, voy a guardar una hora de
silencio durante el día”.
¿Por qué todas estas reglas tan estrictas? Para que el hombre pueda siempre ser auto-conciente y nunca
niño que es educado así no es descuidado. Siempre piensa antes de hablar o actuar; se le
gente dice: “Si hubiera pensado, no lo habría hecho”?. Si se entrenan desde la infancia a nunca
hablar sin pensar, nunca actuar sin pensar, inconcientemente el cuerpo aprendería a seguir a la mente. Por
supuesto que hay votos mucho más serios que los tomados por
cuidadosamente en las reglas, en los libros. Cuando se conoce a los Jainas, se los encontrará tal
Si pasamos del laico al asceta, el Yati, sus reglas son muy estrictas. Mucho ayuno,
llevado a un punto extraordinario, como el ayuno de los grandes ascetas de los hindúes. Hay
Svetãmbaras. Entre los Digambaras no hay ascetas femeninos, y sus puntos de vista de las
mujeres no son en general muy elogiosos. Entre los Svetãmbaras, sin embargo, hay ascetas femeninos así
como también masculinos, bajo las mismas estrictas reglas de pedir limosna, de renunciar a la propiedad. Pero
una regla muy sabia es que el asceta no debe renunciar a cosas sin las cuales no puede
suficiente alimento para mantenerlo, porque solamente en el cuerpo humano puede obtener la
liberación. No debe renunciar al Gurú, porque sin la enseñanza del Guru no puede caminar por el estrecho
sendero; ni a la disciplina, porque si renuncia a eso, sería imposible el progreso; ni al estudio de los
Sûtras, porque eso también se necesita para su evolución. Pero fuera de estas cuatro cosas
que pueda decir: “es mío”. Dice un maestro: “No debe hablar sin que se le pregunte, y si
se le pregunta no debe decir mentiras; no debe ceder a su enojo, y
tolerar con indiferencia, acontecimientos agradables y desagradables. Somete tu ego, porque el ego es
difícil de someter, si tu ego se somete, serás feliz en este mundo y en el próximo”.
Los ascetas femeninos, que viven bajo las mismas reglas estrictas de conducta,
tienen un deber adicional, que es el deber de visitar todos los hogares jainas, y ver
que las mujeres jainas, las esposas y las hijas, sean apropiadamente educadas
e instruidas. Ponen gran énfasis en la educación de las mujeres, y un gran trabajo del asceta femenino es
impartir esa educación y ver que se lleve a cabo. Hay un punto que el hindú bien podría tomar prestado del
jaina, de manera
que se les podría enseñar a las mujeres hindúes sin la posibilidad de perder su fe
ancestral, o sufrir la interferencia de su propia religión, tarea que podría llevarse a cabo por ascetas de su
propio credo. Seguramente no puede haber vacación más noble, seguramente sería una ventaja para el
Hinduismo. Y entonces, ¿cómo ha de morir el asceta? No ha de esperar hasta que la muerte lo
cuerpo no puede hacer más progresos, cuando ha alcanzado ese límite del
cuerpo, ha de dejarlo de lado y salir del mundo con la muerte por inanición voluntaria.
Tal es una breve descripción de una noble y sorprendente religión, de una gran fe que prácticamente,
con la hindú; y en tan gran medida es este el caso que el norte de la India los jainas y
que viven con sus hermanos hindúes, y así están desde la infancia ayudando a acercar más y más los
lazos de amor y de hermandad. En la India se ha construido una nación de gente de muchas religiones.
Con los jainas no puede surgir ninguna dificultad, salvo por el fanatismo que encontramos por
igual entre los menos instruidos de todos los credos. Es el deber de los más sabios y los más
espirituales disminuir gradualmente este fanatismo. Permitir que todos los hombres, en su propia fe,
enseñen al ignorante a amar y a no odiar. Hay que poner énfasis en los puntos que nos unen en lugar de los
Respuesta: El jainismo comenzó en el siglo VI a.C. como un movimiento de reforma dentro del
Hinduismo. Se basa en las enseñanzas de su fundador, Majavirá. Creyendo que una vida de
abnegación era la manera de alcanzar la "iluminación", Majavirá vagaba desnudo y mudo por la
India durante 12 años, soportando privaciones y abusos. Después de esto, él tomó a discípulos,
predicando su nueva creencia. Majavirá se opuso vehementemente a la idea de reconocer o adorar
a un ser supremo. Aunque Majavirá negó que cualquier Dios o dioses existieran para ser adorados,
él, como otros líderes religiosos, fue divinizado por sus seguidores más adelante. Fue nombrado
Tirthankar el Numero 24, el último y más grande de los seres salvadores. Según las escrituras
Jaina, Majavirá descendió del cielo, no cometió ningún pecado propio y a través de la meditación,
se liberó de todos los deseos terrenales.
El jainismo es una religión de legalismo extremo, porque uno logra su propia salvación sólo por el
camino del ascetismo (la abnegación rígida). No hay libertad en esta religión, sólo reglas,
principalmente los Cinco Grandes Votos - la renuncia de: 1) matando a seres vivos, (2) mintiendo,
(3) avaricia, (4) placer sexual, y (5) accesorios mundanos. Las mujeres deben evitarse
completamente porque se piensa son la causa de todo tipo de maldad.
Como todas las religiones falsas, el jainismo es incompatible con el cristianismo bíblico. En primer
lugar, la Biblia condena la adoración de cualquier otro dios aparte de Jehová, el Dios vivo y
verdadero; "Yo soy Jehová tu Dios... No tendrás dioses ajenos delante de mí" (Éxodo 20:2,3). "Yo
soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí" (Isaías 45:5). Majavirá no era un dios,
sino un hombre. Como todos los hombres, él nació, pecó, y murió. Él no alcanzó la perfección sin
pecado. Sólo un hombre ha vivido perfectamente, el Señor Jesucristo que "fue tentado en todo
según nuestra semejanza, pero sin pecado" (Hebreos 4:15).
En segundo lugar, la Biblia aclara que seguir leyes y enseñanzas, incluso las del Dios vivo y
verdadero, nunca resultará de la justicia necesaria para la salvación; "el hombre no es justificado
por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo" (Gálatas 2:16). La Biblia enseña que la
salvación es por gracia mediante la fe en la sangre derramada de Jesucristo (Efesios 2:8-9), quien
llevó nuestros pecados en la cruz para que nosotros pudiésemos tener su justicia; "Al que no
conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios
en él" (2ª Corintios 5:21). Jesucristo alivia las cargas de las personas, mientras que el jainismo sólo
las agrega.
Por último, dos de "los Grandes Votos" del jainismo contradicen directamente la palabra revelada
por Dios. Mientras que evitar la codicia, la mentira y los accesorios mundanos es encomiable, evitar
el placer sexual, llevado al extremo, sería el fin de la humanidad. Con el fin de asegurar la
continuidad de las generaciones del hombre sobre la tierra, Dios nos dio el regalo del impulso
sexual. Dentro de las limitaciones del matrimonio sagrado, el impulso sexual encuentra su
cumplimiento completo, y asegura el futuro de nuestra especie (Génesis 1:28, 2:24, 9:1). Además,
uno de los principios del jainismo es ájimsa, la prohibición de tomar la vida en cualquier forma. Esto
contradice directamente tanto el Antiguo y Nuevo Testamento donde Dios le dio a la humanidad los
animales para el alimento (Levítico 11 y Hechos 10).
Como todas las religiones falsas, el jainismo es otra mentira de Satanás, cuyo deseo es atraparnos
en un sistema que centra nuestra atención sobre nosotros mismos, el giro hacia el interior de
nuestras mentes y espíritus en un intento de hacernos dignos a través de la abnegación y el
mantenimiento de las reglas. Jesucristo nos mandó a morir a nosotros mismos, a vivir para él y, a
través de él, para los demás. El fracaso del jainismo a avanzar mucho más allá de ciertas zonas de
la India habla sobre el hecho de que no satisface la necesidad universal humana. Esto es en
contraste con Jesucristo, cuyo impacto es universal.