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1.- mapa conceptual de infecciones vaginales y de trasmisión sexual.

2.-Tipos de cáncer ginecológico.

CÁNCER GINECOLÓGICO DE CÉRVIX


La cérvix es el canal que conecta la vagina con el útero. El cáncer de cérvix se
puede prevenir gracias a la vacuna contra el VPH y a las pruebas de detección. Cuando se detecta de
forma precoz, tiene una alta tasa de curación. Suele darse en mujeres por encima de los 30 años. Uno
de los síntomas es la hemorragia vaginal después de una relación sexual.

CÁNCER GINECOLÓGICO DE OVARIOS


El cáncer de ovarios suele darse con más frecuencia en mujeres mayores de 60 años. Existen una
serie de factores de riesgo tales como la edad, tener familiares cercanos que lo hayan padecido o haber
tenido cáncer de mama, útero o colon. No haber tenido hijos, una endometriosis o una mutación
genética BRCA1 o BRCA2 también son factores de riesgo. Sus síntomas pueden ser varios. Entre ellos
destacamos el sangrado entre períodos, presión en la pelvis, dolor abdominal o en la parte baja de la
espalda, hinchazón, etc.

CÁNCER GINECOLÓGICO DE ÚTERO


Entre los factores de riesgo del cáncer de útero están la obesidad o ser mayor de 50
años. Tener familiares que han sufrido cáncer de útero, ovario o colon también son factores a tener
en cuenta. La mayor parte de este tipo de cánceres se produce en mujeres que están en
la menopausia o la posmenopausia. Entre los síntomas puede haber hemorragia o secreción vaginal
fuera de lo normal, dificultades para orinar y dolor durante las relaciones sexuales.

CÁNCER GINECOLÓGICO DE VAGINA Y VULVA


El cáncer de vagina y de vulva no son muy frecuentes. Entre los factores de riesgo está infectarse con
el VPH, haber tenido cáncer de cérvix, fumar, tener irritación o quemazón crónica en la vulva.
Sus síntomas pueden ser hemorragia o secreción vaginal fuera de lo normal, orinar con más
frecuencia, estreñimiento y sangre en la orina o las heces. Notar dolor o presión en la pelvis o el
abdomen, especialmente al orinar o durante la relación sexual, son también síntomas a tener en cuenta.
SARCOMA DE ÚTERO
El sarcoma de útero o leiomiosarcoma es poco frecuente. La incidencia suele ser entre el 3 y 5 %
de todos los tumores uterinos. El adenocarcinoma del útero, cáncer del cuerpo uterino, es el más
frecuente de la pelvis femenina. Su incidencia ha aumentado en los últimos años.
3.- medidas preventivas promocionales para el cáncer ginecológico.
-Familias saludables con conocimiento de la Prevención del cáncer de cuello uterino, mama.
- consejería Para la prevención y Control del cáncer

En primer lugar, evitar o mitigar aquellos factores que se han identificado como capaces de poner en
marcha el proceso cancerígeno o de estar asociados a su desarrollo. A estas iniciativas se les llama
acciones de PREVENCIÓN PRIMARIA.
En segundo lugar, podemos adherirnos a las iniciativas de eficacia probada en el diagnóstico precoz
de lesiones precancerosas o de cánceres en momentos muy iniciales de su desarrollo: la PREVENCIÓN
SECUNDARIA. Para que ésta sea posible necesitamos:
o Conocer la historia natural del cáncer, la que abarca desde las modificaciones más precoces de su
evolución hasta los estadios más avanzados.
o Disponer de una técnica diagnóstica que sea capaz de detectar estas lesiones iniciales de forma
segura, cómoda y sencilla.
o Para que la PREVENCIÓN SECUNDARIA sea aplicada en los programas de Salud Pública tendrá que
haberse demostrado que su aplicación sistemática sobre una población ha disminuido de forma clara
y significativa la mortalidad provocada en esta población por el cáncer contra el que se trabaja.
o En sólo tres cánceres se dan estas condiciones: mama, colon y cuello de útero.
Finalmente, la PREVENCIÓN TERCIARIA: el tratamiento de las lesiones precancerosas o cancerosas
iniciales detectadas por la Prevención Secundaria. Para garantizar la calidad del procedimiento
aplicado y sus resultados, el tratamiento debería ser aplicado siempre por equipos bien entrenados
siguiendo protocolos bien establecidos.
4.- cuidados de enfermería.

Atecion integral.

cuidados enseñanza de
personalizados. Emfermeria autocuidados.

apoyo emocional

1.-La misión de la enfermera en la Consulta de Oncología Radioterápica es “exclusiva”, y sus


funciones (Figura 5) son atender a todos los pacientes en tratamiento con radioterapia prestando
cuidados de enfermería que mejoren la calidad de vida11, procurando una atención integral a través
de cuidados personalizados mediante intervenciones de apoyo emocional, información y enseñanza
de autocuidados.
2.- La consulta de enfermería sirve a la enfermera para controlar y vigilar los procesos crónicos del
paciente, en este caso de la paciente con proceso oncológico14. Es un espacio que genera confianza
tanto para la paciente como para la enfermera y sirve para el diálogo entre ambos. La paciente con
cáncer requiere una consulta individualizada para dar información de todo el proceso de su
enfermedad, que permita solucionar los problemas reales derivados del tratamiento y un abordaje
eficiente no sólo físico sino psicológico15 .
3.-La misión de la enfermera en la Consulta de Oncología Radioterápica es “exclusiva”, y sus
funciones (Figura 5) son atender a todos los pacientes en tratamiento con radioterapia prestando
cuidados de enfermería que mejoren la calidad de vida11, procurando una atención integral a través
de cuidados personalizados mediante intervenciones de apoyo emocional, información y enseñanza
de autocuidados.

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