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Retomamos a partir del punto donde habíamos dejado la vez pasada, siempre dentro
de lo que me tomé la libertad de denominar "el segundo capítulo", es decir:
EL SIGNIFICANTE Y EL INCONSCIENTE
La "prueba" de este párrafo remite a esas "dos vertientes generadoras del significado
que constituyen la metonimia y la metáfora", que acababa de mencionar.
Ello habla en el Otro, decimos, designando por el Otro
el lugar mismo que evoca el recurso a la palabra en toda
relación en la que interviene.
PARTICIPANTE: ¿Y por qué dice síntoma "en el
sentido analítico del término"?
Pero lo que estaba subrayando hace un momento es que el Otro es un lugar, y que
siempre van a encontrar en Lacan la fórmula "el lugar del Otro". ¿Por qué me parece
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importante recordarles que el Otro es un lugar? Entre otras razones, porque en el Seminario
sobre La lógica del fantasma, justamente, que acabo de evocar, Lacan va a decirle a su
audiencia: "hay algo de lo que ustedes, increíblemente, nunca se dieron cuenta, pese a que
siempre definí el Otro como lugar, y es que el Otro es el cuerpo".
Lo que sí subrayo ahora es esto: que el Otro es un lugar. Será el lugar de la batería
significante, el lugar del tesoro del significante. Es un lugar donde hay significante, vamos a
decirlo así. Y este lugar es evocado siempre que hay recurso a la palabra. Lo voy a decir
llevando la cosa al límite: su existencia de lugar es efecto de esa evocación (6). Terminemos
con este párrafo:
Si ello habla en el Otro, sea que el sujeto lo escuche o
no con su oreja, es que es ahí que el sujeto, por una
anterioridad lógica a todo despertar del significado,
encuentra su lugar significante.
Es decir, que antes de que haya significado, primero el sujeto debe encontrar su lugar
en el Otro. ¿Cómo lo encuentra? El lugar en el Otro lo encuentra por el vacío en el Otro -
aunque se puede decir al revés: la inclusión del sujeto en el Otro lo barra-, y ocupa ese lugar
por medio de lo que, en psicoanálisis, denominamos identificación. En primer lugar la
identificación al rasgo unario, etc.
En este párrafo de «La significación del falo», lo que está acentuado no es el Otro
como lugar del tesoro del significante, del "código", como se dice a veces, sino como lugar
evocado por el recurso a la palabra, lo que implica también la presencia, o al menos la
referencia, al interlocutor. En ese sentido, también está en cuestión lo que tiene que ver con
la verdad. La referencia a la verdad en lo que digo, en el discurso, supone la instancia del
seguimos:
El descubrimiento de lo que articula en este lugar, es
decir en el inconsciente, nos permite captar al precio de qué
división (Spaltung) se ha constituido así.
La cuestión de la Spaltung ya la hemos considerado y, anticipándonos en el texto, la
hemos considerado incluso en su triplicidad -significante/significado, falo/castración,
necesidad/demanda-, señalando su identidad de estructura.
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Bueno, todo lo que yo entiendo hasta el momento de la enseñanza de Lacan es que el
Otro no es el inconsciente. El inconsciente es "el discurso del Otro", que no es para nada lo
mismo. , la diferencia que Freud hacía, por ejemplo, cuando se preguntaba si los sueños
pueden mentir, y se respondía que los sueños no son el inconsciente (10). El inconsciente es
la legalidad que rige la transformación de los pensamientos latentes en el contenido
manifiesto, o en las imágenes-escritura del sueño. La "otra escena" es el ámbito escriturario
de esa transformación.
el sujeto se constituye como dividido, justamente por todas estas spaltungen que ya
hemos mencionado.
EL FALO Y EL SIGNIFICANTE
lo que estoy diciendo, y creo que se verá mejor en la continuación del escrito de
Lacan, es que este significante que es el falo no representa al sujeto, y además no tiene par,
es impar, no tiene "otro significante" para el cual ejercer la representación.
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me parece importante subrayar algunas palabras. Por ejemplo, la palabra destinado,
en la frase "es el significante destinado a designar en su conjunto...". Esta palabra, destinado,
es una palabra a retener. ¿Por qué? Porque a lo largo del escrito vamos a encontrar palabras
que van a evocar a ésta constantemente, por ejemplo: privilegiado -en la frase "es el
significante privilegiado de esa marca en que la parte del logos se une al advenimiento del
deseo"- y escogido -en la frase "ese significante es escogido como lo más sobresaliente de lo
que puede captarse en lo real de la copulación sexual"-, ambas expresiones que encontramos
en la página 672 de los Escritos. Hay algo en particular, cierta singularidad, que hace que
este significante esté destinado, privilegiado, escogido para tal función, lo que subraya lo que
acabamos de decir: que no se trata de un significante entre otros, como los otros.
Ahora bien: ¿a qué está destinado este significante? Está destinado a designar - lo
que es otro término a retener, puesto que designar remite a nominar, e incluso en más de un
sentido de la palabra nominar. Se nomina en el sentido de dar un nombre a algo, pero también
en el sentido de designar para una función –
La frase la debemos leer también teniendo en cuenta la frase que esa frase deja afuera:
Lacan no escribe "destinado a significar", por ejemplo, escribe "destinado a designar", y la
relación de designación no es una relación de significación, sino relación a algo de un orden
diferente que el del designante, por decirlo así, como ocurre en el caso del nombre: el nombre
no significa, al menos en tanto nombre; en tanto nombre nomina, designa, pero no significa.
Bien, ¿qué designa este significante? ¿está destinado a designar qué? - un "conjunto"
- ¿cuál? - el conjunto de "los efectos de significado".
no es el significado el que tiene efectos, sino que el significado es un efecto, estos
efectos de significado forman un conjunto, y este conjunto de los efectos de significado tiene
un significante destinado a designarlo, o lo que sería más preciso decir: esa designación hace
de "los efectos de significado" un conjunto.
Algo más: estos "efectos de significado" están condicionados -otra palabra que
conviene retener, puesto que va a volver a aparecer más de un vez en el texto, si es que ya no
apareció, va a volver a aparecer cuando Lacan se refiera a lo incondicionado de la demanda,
y va a volver a aparecer cuando se refiera a la condición absoluta del deseo-: a estos efectos
de significado, "el significante los condiciona por su presencia de significante". Esto de la
"presencia" es interesante: es por su presencia que el significante condiciona los efectos de
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significado, cuyo conjunto designa el falo. Como si dijéramos: antes de tal o cual efecto de
significado, ya hay un conjunto virtual de efectos de significado, por el hecho de la presencia
como tal del significante.
Antes de entrar en lo que correspondería a lo que designé como "cuarto capítulo" de
este escrito, resumamos lo dicho hasta aquí de este significante tan especial que es el falo:
1) El falo se esclarece por su función,
2) esta función consiste en que es el significante destinado a designar un conjunto, el
de los efectos de significado,
3) los cuales están condicionados por el significante por su presencia de significante.
Para avanzar en cuanto a en qué consiste este condicionamiento, pasamos al "cuarto
capítulo":
NECESIDAD, DEMANDA, DESEO
— — — — — — — — — — necesidad
y luego tenemos un salto de nivel, un desfasaje, porque pasamos a otro piso, que es
el piso de la demanda:
---------------------------- demanda
— — — — — — — — — necesidad
y el piso de la demanda es el piso del significante, peor todavía: del par significante,
o para no adelantarnos: de la cadena del significante. Es decir, que este piso de la demanda,
constituido por esos elementos discretos que son los significantes, es de otra estructura que
el piso -que ejemplificamos como continuo de la necesidad. Para decirlo más abruptamente,
el piso de la demanda tiene una estructura, es una estructura, lo que no podemos decir del
piso de la necesidad. En todo caso, la necesidad será estructurada por la demanda, se plegará,
hasta cierto punto, a la estructura de la demanda.
A ver si puedo decirlo de manera que les resulte claro. Por deformación continua
podemos transformar un triángulo en un círculo o en un cuadrado. Esa transformación
topológica es posible porque, para decirlo en los términos que estamos empleando, esas
figuras son del mismo "piso".
Pero en el pasaje de la necesidad a lo que la nombra,
cuando la necesidad ingresa en el desfiladero de los significantes,
saltamos de nivel, no hay allí manera de establecer una deformación continua entre
ambos niveles.
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No puedo hablar de ella. Porque éste, el de la demanda, el de "el hombre habla", es el
piso. En realidad, ya hablar de "necesidad" es mítico. Ahora voy a decir por qué...
Porque cuando decimos "efecto del significante", uno puede tomar no solamente lo
que el significante "atrapa", para decirlo así, sino también lo que deja afuera, no solamente
el agujero que hace en lo real, sino también lo que rodea a ese agujero.
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abre la diversidad de las objetivaciones por verificarse de la
misma cosa. (23)
Así es. Está bien lo que aclarás. En Freud, la noción de represión originaria obedece
a una necesidad lógica: a la necesidad de explicar por qué se reprime tal representación: algo
se reprime, no por lo que es en sí mismo -en ese caso, tendríamos una, digamos, "teoría
contenidista de la represión", es decir, que tal representación contendría en sí misma la
necesidad de su represión-, sino porque conecta con un reprimido primero. Esto, en general,
es la función de lo primario en Freud, que no se restringe a la represión primaria, sino que
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funciona en nociones tales como narcisismo primario, identificación primaria, fantasías
originarias... En el caso de la represión primaria u originaria, no sé si es preciso recordarlo,
Freud dice que consiste en pura contracatexis y...
¿Cuáles son los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis que anuncia el título
del Seminario? - inconsciente, repetición, transferencia y pulsión - lo que pone de relieve
lo que, entonces, no sería, para Lacan, y subrayo "para Lacan", un concepto fundamental: la
represión. Ninguno de esos cuatro conceptos calificados de fundamentales, e incluso
reducidos a cuatro y no más de cuatro por ese artículo definido "Los" del título del Seminario,
ninguno es la represión.
Si la supone, la represión sería más fundamental... Y en Freud es efectivamente así.
En Freud, al menos en el Freud de la Metapsicología del ’15, la represión es fundamento del
inconsciente. Pero si para Lacan el concepto fundamental es el inconsciente...
Sí, claro que sí. Incluso, en Freud mismo, si vamos a la segunda tópica, encontramos
una parte inconsciente, dentro del ello, que no deriva de la represión, que tendría un origen
filogenético, o, dentro del yo, los mecanismos de defensa del yo, entre los cuales está la
represión, pero que no están reprimidos, aunque sean inconscientes. En fin, nuestro asunto
no es ése. Nuestro asunto es Lacan, y la cuestión radica, fundamentalmente, y para decirlo
en un cortocircuito, en que la representación no es el significante. Lacan parte del
significante, y por ello, cuando habla de represión, siempre se refiere, salvo excepciones
como las del párrafo que estamos considerando, a lo que, salvando las distancias entre la
representación y el significante, sería del orden de lo que Freud llamaba represión secundaria,
es decir, al mecanismo de la metáfora, donde un significante sustituye a otro significante, y
le permite afirmar la equivalencia entre la represión y el retorno de lo reprimido... Pero ahí
ya está en juego la estructura del inconsciente, ese pleonasmo del inconsciente estructurado
como un lenguaje, como condición de sus formaciones...
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Está bien, si querés, ese inconsciente se fundaría en esta
curiosa Urverdrängung relativa a la alienación de la necesidad en el registro de la demanda.
¿Pero te das cuenta de que entre esta Urverdrängung y la del Freud de la Metapsicología sólo
hay una relación de homonimia?
Pero no como momento previo, ni siquiera mítico, en el momento de Los cuatro
conceptos..., donde él ya cuenta con el par significante S1 y S2, es decir, donde lo que
llamamos "lo reprimido", incluso el agujero de la represión originaria, se deduce de la lógica
del significante. Pero atengámonos a nuestro texto sobre «La significación del falo», es decir,
atengámonos a esta particular Urverdrängung. Está claro que se trata de un momento mítico,
porque el piso, más allá del cual no podemos hablar más que míticamente, es "el hombre
habla". Sólo retroactivamente, y míticamente, insisto, podemos hablar de la necesidad, o de
un sujeto puro de la necesidad, todavía no barrado por el significante.
cuando yo digo que el piso es "el hombre habla", incluyo esa dimensión del "hablado",
y esto hasta en sus efectos de sujeto. A eso me refería cuando decía que la estructura está ya
ahí desde siempre. Pero el "hablado" no es el sujeto puro de la necesidad, que es mítico, el
"hablado" es un sujeto de pleno derecho, por decir así, es decir: $ . ¿
yo, para ofrecerle la oreja a alguien, tengo que establecer dos suposiciones que son la
base de la posición analítica. La primera suposición es que eso que escucho quiere decir
algo - es la suposición de base, necesaria para intervenir de alguna manera - no digo ahora
de una manera interpretativa, para no dar por adquirido lo que entendemos por interpretación
- digo de alguna manera: sin esa suposición, las palabras que escucho son ruidos,
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En cuanto a la segunda suposición, que está puesta de relieve por el escrito que
estamos comentando, es que, en eso que se dice, y que significa algo, hay además un goce.
Llamémosla suposición de goce. O sea, que el que tenemos delante, y eventualmente
acostamos en el diván, no es un espíritu. Ese que habla además tiene un cuerpo.
Pero acá, en este párrafo referido a la necesidad y a la demanda, no. Si lo que retorna,
si el retoño, fuera de la misma estofa que lo reprimido originariamente, entonces lo que
retornaría en el retoño sería la necesidad. Pero lo que Lacan plantea no es que retorna la
necesidad, lo que retorna es ese retoño que, dice, llamamos deseo.
O sea, que el deseo es el retoño que surge de la Spaltung entre la necesidad y la
demanda.
Entonces: hay una alienación de la necesidad, porque la necesidad no puede
articularse - veamos: no es que no se articula, es que, al articularse la necesidad en la
demanda, algo resta inarticulado.
Es decir: para decirlo en términos de este texto, un poquito anteriores: hay algo que
no se presta a "la conformación significante como tal". Algo de la necesidad se presta a eso,
y algo de la necesidad no se presta.
¿A qué no se presta?
A la conformación significante como tal, a la articulación. Y entonces, esto que no se
presta, retornará en un retoño... que no es un retoño de lo que no se presta, porque no es el
retorno de la necesidad inarticulada por inarticulable -si fuera esto lo que retornara al campo
de la articulación, entonces lo inarticulable pasaría a estar articulado, y aquí no pasó nada-,
sino un retoño raro, digamos, de una estofa diferente que la de lo que quedó urverdrängt al
articularse en la demanda, y, me adelanto, de una "estofa" diferente, también, de la del campo
de la demanda, que es el deseo.
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