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“RAFAEL VASCONES
GOMEZ”
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y
AMERICA (1933 – 1945)
Integrantes:
Malena Gomez
Ingrid Castro
Carlos Sarabia
Iveth Guzman
Alexander Gracia
Esteban Bastidas
Stefany Quintanilla
Paola Vivas
El comienzo de la guerra para Estados Unidos reflejó claramente las prioridades estratégicas
de este país. En cuanto a Europa, Estados Unidos a través de 1942 se limitó a garantizar que
Gran Bretaña no fuera invadida, mantuvo el flujo de armamentos tanto para los británicos como
para los soviéticos, y se dedicó a obtener control de las rutas marítimas del Atlántico. Utilizando
a Gran Bretaña como base aérea, la Fuerza Aérea norteamericana comenzó una fuerte
ofensiva sobre los centros industriales, de transporte y de población de Alemania. Recién a
fines de 1942 las tropas norteamericanas invadieron el norte de África y en julio de 1943 el sur
de Italia. Fue recién en junio de 1944, con la invasión de Normandía, que Estados Unidos se
lanzó de lleno a la guerra en Europa. A partir de ese momento, hasta mayo de 1945, las
potencias del Eje fueron rápidamente derrotadas en el teatro europeo. En todo esto también se
ha generado una fuerte polémica, dado que gran parte de la maquinaria bélica nazi-fascista se
encontraba volcada en contra de la Unión Soviética, que ya emergía triunfante en 1944. La
demora norteamericana en “abrir el segundo frente” se debió a que Estados Unidos prefería
que la URSS se desgastara lo más posible en la lucha contra el Eje. Ante la presión de Stalin,
invadieron Italia en 1943 perdiendo miles de hombres en una guerra de posiciones y ante un
ejército alemán bien atrincherado en posiciones como las de Monte Casino y Anzio. Mientras
acumulaban fuerzas y recursos para la invasión a Normandía, los Aliados optaron por
profundizar el bombardeo de la base industrial alemana mientras fortalecían a los partisanos
(1).
En el Pacífico, y después de una serie de grandes derrotas, Estados Unidos volcó gran parte
de su esfuerzo bélico desarrollando una estrategia volcada a controlar toda la cuenca del
Pacífico. Si bien gran parte de las fuerzas armadas japonesas se encontraban luchando en
China, en el Pacífico estaban bien atrincheradas en una serie de pequeñas islas difíciles de
atacar y protegidas por una moderna y aguerrida marina de guerra. De ahí que el alto mando
norteamericano se concentró en el desarrollo de la aviación naval y en tropas de asalto anfibio
(los Marines). La táctica de asaltar a los japoneses en islas-fortalezas, como Tarawa o Saipán,
implicó la pérdida de miles y miles de soldados. Para lidiar con esto, el General Douglas
MacArthur, al mando en el Pacífico, desarrolló una estrategia por la que cada isla capturada se
convertía en una base aérea y de aprovisionamiento que permitía a Estados Unidos acercarse
a Japón. Esta estrategia fue exitosa permitiendo el bombardeo aéreo de Japón a partir de
mediados de 1943.
Al mismo tiempo, Estados Unidos abasteció a los ejércitos nacionalistas chinos que peleaban
contra los japoneses, y apoyó a grupos partisanos en Filipinas y el sudeste asiático. El
bombardeo de Japón se concentró en blancos civiles. Al igual que en el caso europeo el
bombardeo indiscriminado contra blancos socio-económicos tenía los objetivos de debilitar y
desmoralizar a su población, de dificultar su producción bélica, y tuvo la ventaja de destruir la
infraestructura necesaria para que estas potencias no pudieran competir con Estados Unidos
en la posguerra.
A partir de mediados de 1944 era evidente que el colapso japonés era una cuestión de tiempo.
Su aviación había sido aniquilada, su flota diezmada, y sus ciudades bombardeadas con cientos
de miles de muertos. El régimen japonés tenía serios problemas para poder importar una
cantidad de insumos imprescindibles para su esfuerzo bélico. A partir de la derrota de Alemania,
los Aliados exigieron que Japón aceptara una rendición incondicional. Para forzar esta, el 6 de
agosto de 1945 una bomba atómica fue lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima
matando más de cien mil personas y, tres días más tarde, otra destruyó Nagasaki causando
unas 90 mil muertes. El 14 de agosto el Emperador japonés efectuó la rendición.
Es indudable que la contribución norteamericana a la Segunda Guerra fue importante. Si bien
los soviéticos perdieron cerca de 20 millones de habitantes mientras que los norteamericanos
tuvieron 405.000 muertos y 670.000 heridos, fue el peso económico e industrial norteamericano
lo que facilitó la derrota del fascismo. Al mismo tiempo la guerra transformó a Estados Unidos.
Fue la guerra la que sacó a Estados Unidos de la Gran Depresión; la que transformó su
estructura social incorporando a millones de mujeres y de negros al trabajo industrial; la que
creó las bases de lo que Eisenhower denominó el complejo militar industrial; y la que convirtió
a este país en una potencia mundial. La guerra también tuvo efectos sobre sus ciudadanos.
Millones de norteamericanos vieron el mundo por primera vez y sintieron que eran
“libertadores”. En la guerra Estados Unidos no sólo desarrolló su poderío económico, militar y
nuclear, sino que también acumuló un poder simbólico y estratégico a partir de proclamarse
como defensor de la democracia y de la libertad. El efecto más importante de esto fue que logró
erigir un consenso entre la población norteamericana que fue la base social efectiva y necesaria
de la nueva potencia imperial y hegemónica del mundo capitalista. Pero este consenso generó
también una serie de conflictos internos puesto que es lo que sentó las bases tanto para el
movimiento por los derechos civiles de la década de 1950, como para las luchas contra la
discriminación, o las del movimiento antibélico de la década de 1960. Si bien para muchos
norteamericanos la Segunda Guerra fue el mejor momento de su historia también les reveló
aspectos de su propia sociedad que, para muchos, eran el peor.
La población femenina tuvo muchos roles diferentes durante la Segunda Guerra Mundial,
incluso como combatientes, trabajadoras en el frente interno y como víctimas. La Segunda
Guerra Mundial implicó un conflicto global en una escala sin precedentes; la urgencia absoluta
de la movilización de toda la población hizo la expansión del papel de la mujer inevitable,
aunque los roles particulares variaban de un país a otro. Esta guerra desligó relevantes
variaciones en Europa como en Estados Unidos. Fue una oportunidad determinante para
aquellas mujeres que participaban por primera vez.
Han sido guerrilleras, aviadoras, agentes, y fabricaron armamentos, embarcaciones y carros de
combate. Se ocuparon de todos los entornos y en diferentes zonas existentes siendo participes
activas en la lucha mundial.
No obstante, se produjeron alternaciones importantes en la economía con respecto a las
mujeres, ya que los hombres renunciaron a sus trabajos para insertarse en el ejército. Esto
conllevó a un avance referido a la producción masiva de armas para impedir descender en la
pobreza.
En los países aliados miles de mujeres se alistaron como enfermeras que desempeñaron
funciones en las líneas del frente. Miles de personas se unieron a las milicias de defensa en
sus hogares y hubo un gran aumento en el número de mujeres que prestaron servicios en las
fuerzas armadas, sobre todo en el Ejército Rojo de la Unión Soviética.
Varios cientos de miles de mujeres sirvieron en funciones de combate, sobre todo en las
unidades antiaéreas. Los Estados Unidos decidieron no utilizar a las mujeres en combate activo
porque la opinión pública no lo toleraría. Muchas mujeres sirvieron en
las resistencias de Francia, Italia y Polonia, y en el Special Operations Executive de Reino
Unido y Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos que colaboró.
Otras mujeres, llamadas mujeres de confort, se vieron forzadas a la esclavitud sexual por
el Ejército Imperial Japonés antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Aproximadamente 2
millones de mujeres judías murieron en el holocausto, los nazis también mataron a mujeres
con discapacidad y mujeres gitanas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, las mujeres tuvieron un importante rol en Estados Unidos.
Con los hombres luchando en Europa y en Asia, fueron las mujeres las que asumieron los
trabajos en fábricas.
La Segunda Guerra Mundial también permitió la incorporación de la mujer las Fuerzas Armadas.
Además de ser enfermeras, trabajaron en comunicaciones y en el ensamblaje de las máquinas
de guerra.
Las Fuerzas Armadas de EE. UU. se fueron modernizando creando varios cuerpos femeninos
de acuerdo a las necesidades, aunque seguía habiendo diferencias salariales y de beneficios
en cuanto a los hombres. Se han contabilizado que de las 350.000 mujeres que sirvieron en la
Segunda Guerra Mundial, 16 murieron en acción.
Durante la Segunda Guerra Mundial, aproximadamente 400 000 mujeres estadounidenses
sirvieron en las fuerzas armadas, ochenta y ocho mujeres fueron capturadas y mantenidas
prisioneras de guerra, más de 460—algunas fuentes dicen que la cifra se acercaba a los 543—
perdieron la vida como consecuencia de la guerra, incluyendo 16 a causa del fuego enemigo.
Las mujeres fueron reconocidas oficialmente como una parte permanente de las fuerzas
armadas de Estados Unidos después de la guerra con el acta del Women's Armed Services
Integration Actde 1948.
WE CAN DO IT!
La mano de obra calificada de las mujeres fue simbolizada en los Estados Unidos por el
concepto de Rosie la remachadora, una mujer trabajadora que realiza trabajos que antes se
consideraba 'trabajo de hombres'.
Con este horizonte ampliado de oportunidades y de confianza, y con la base de conocimientos
extendido, muchas mujeres ahora podían tener un empleo remunerado y voluntario, los roles
de las mujeres en la Segunda Guerra Mundial fueron mucho más amplios que en la Primera
Guerra Mundial.
El cartel ‘We Can Do It!’ nació como poster propagandístico para mantener la producción
industrial de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Fue creado en 1943 por el
diseñador gráfico estadounidense J. Howard Miller (1918–2004). Recibió el encargo de
Westinhouse Electric, empresa que precisaba de mano de obra, como muchas otras, debido
a que sus trabajadores habían cambiado su puesto de trabajo por el campo de batalla.
«We Can Do It!» (¡Podemos hacerlo!) asegura la protagonista del cartel sobre un llamativo
fondo amarillo, vestida con uniforme de trabajo, un pañuelo rojo a lunares blancos a la cabeza
y gesto desafiante.
El objetivo de este cartel sencillo pero con mensaje potente, era avivar la llama patriótica de las
mujeres estadounidenses. La intención era conseguir que acudieran a trabajar a las fábricas
donde realizarían labores que, hasta entonces, solo estaban reservadas para los hombres
(como la producción de material bélico).
La mujer del cartel de Miller suele relacionarse con Rosie The Riveter (Rosie la remachadora),
un icono y concepto de la mujer trabajadora estadounidense en la Segunda Guerra Mundial
que apareció por primera vez en una canción escrita por escrita por Redd Evans y John Jacob
Loebe en 1942. La letra cuenta cómo Rosie con su esfuerzo y su espíritu trabajador ayudaba a
su país durante ese difícil periodo de guerra.
A pesar de que el cartel ‘We Can Do It!’ de Howard Miller estuvo solo un breve periodo de
tiempo expuesto, su imagen ha trascendido en el tiempo. La imagen de una mujer trabajadora
acompañada de tan rotundo mensaje, ha servido como símbolo de la emancipación laboral
femenina que empezó a emerger en los años 60.
W.A.S.P
(Women's Airforce Service Pilots)
El servicio de pilotos de mujeres de la fuerza aérea de los Estados Unidos fueron pioneras de
los pilotos femeninos encargadas de volar aviones militares dentro de las fuerzas aéreas
durante la Segunda Guerra Mundial
Pero al igual que habían pilotos americanas también las pilotos soviéticas fueron muy
destacadas al igual que las alemanas quien en general fueron muy importantes para ayudar a
defender a su país en la S.G.M
W.A.A.C
(Women's Auxialiry Army Corps)
Con muchas bajas en el frente occidental en 1916, el ejército británico comenzó a preocuparse
por su reducido número de soldados que luchan. El teniente general Sir Henry Lawson sugirió
al general de brigada Auckland Geddes, Director de Reclutamiento en la Oficina de Guerra, que
demasiados hombres estaban haciendo lo que él llamó "trabajos suaves". Después de
conversaciones con el gobierno se decidió utilizar a las mujeres para reemplazar los hombres
que realizan ciertos trabajos administrativos en Gran Bretaña y Francia. Estos hombres podrían
ser enviados a luchar en el frente.
Muchas mujeres decidieron trabajar en la guerra logrando demostrar que las mujeres pueden
cumplir los mismos roles que los hombres, además que se le dejara de ver como solo una
esposa o una ama de casa, inferior al hombre, lo que permitió su liberación e independencia.
El cuerpo del Ejército de mujeres, Women's Army Corps, les ofrecía a las mujeres otra vía para
demostrar su competencia. Aparte de las enfermeras, estas mujeres son las primeras en unirse
al ejército. Hacia fines de la S.G.M más de 150.000 mujeres se habían alistado para servir a su
país (E.E.U.U).
Minorías raciales
Hasta la Segunda Guerra Mundial la opinión pública apenas si tenía conciencia del problema
interno que aquejaba al país. Las teorías racistas del nazismo hicieron entonces pensar a más
de un americano sobre la conveniencia de revisar su propia actitud respecto a sus compatriotas
negros. Los movimientos de población dentro del país, por otro lado, iniciaron la salida de los
negros de las zonas agrícolas del Sur. A partir de la Segunda Guerra Mundial se observa un
cambio radical en la actitud general (excepto en el Sur) y en la del Gobierno Federal. Los tres
últimos presidentes (Truman, Eisenhower y Kennedy), han tomado el problema muy en serio.
Por otra parte, el Tribunal Supremo dio un viraje completo a su doctrina, patente en sus últimas
sentencias. Finalmente, todos ¡os medios de comunicación de masas (prensa, radio, cine,
televisión), están colaborando a la creación de un clima propicio a la integración, fruto de la
preocupación que el país siente por la opinión internacional, especialmente la de los países
afro-asiáticos de reciente creación.
Después de la segunda guerra mundial, Ralph Ellison, en su invisible Man, nos presenta la
inevitabilidad del cambio que se ha de producir. Esta obra, publicada en 1952, mereció la
National Book Award. Otros autores de importancia son James Baldwin (Go tell it on the
mountains, 1953, y Notes of a Native Son, basada, por supuesto, en la obra de Wright);
Gwendolyn Brooks, gran poetisa, que ganó e! Premio Pulitzer, por A street in Bron¿eville;
Lorraine Hansbury, ganadora de la New York Drama Cru tics Circle Award por su comedia A
raisin in the sun, y John O. Killen, autor de Youngblood (1954).
Obreros/ sindicatos
La Segunda Guerra Mundial proporcionó la oportunidad a la burocracia de la CIO de disciplinar
sus filas y consolidar su control sobre los nuevos sindicatos de la industria. Inmediatamente
después de Pearl Harbor, la CIO, a pesar de la oposición del Sindicato de Trabajadores Mineros
de John L. Lewis, acordó con la cláusula de “no hacer huelgas” a cambio de un lugar en el
Consejo Nacional del Trabajo y la Guerra y el compromiso del gobierno de hacer realidad el
Union Shop y del “mantenimiento de la membresía” en las industrias de guerra. Mientras que la
CIO apostaba a que bajo los auspicios de los tiempos de cooperación durante la guerra, se
fortaleciera la posición del sindicalismo, tanto en la industria (en los Consejos de Administración
del Trabajo para administrar las industrias de guerra) como en el Estado (nuevas reformas
sociales), lo cierto es que la posición de la CIO se debilitó tanto política como económicamente.
Este compromiso hizo responsables a los dirigentes de los sindicatos por las acciones de sus
miembros, reclutando a la cúpula sindical como aliados activos del capital en su lucha por
recuperar el control de la planta de producción. El papel de la burocracia como “policía” en el
lugar de trabajo socavó las huelgas por mejoras en las condiciones de trabajo y dio lugar a la
centralización masiva del aparato sindical, a la imposición de un procedimiento burocrático de
presentación de reclamos, y a un debilitamiento general en las bases del activismo y de la
democracia.
Homosexuales
La adaptación de las leyes se retrasó considerablemente con respecto al desarrollo
sociocultural. La equiparación de los homosexuales fue parte y consecuencia de una
liberalización de la sexualidad con respecto a las tradiciones culturales, que han ido perdiendo
importancia durante el siglo XX y que dieron paso al concepto de libertad sexual individual.
La emancipación de los homosexuales comenzó en EE. UU. durante la Segunda Guerra
Mundial. Hitos importantes en el camino fueron el estudio El comportamiento sexual
masculino (1948).
Michael Stokes, el dueño de la colección que ahora
hace pública la editorial alemana, despejas dudas: “El
elemento homoerótico está en las propias
exigencias de la guerra. La eficiencia de bañarse en
grupos o de hacer exámenes médicos colectivos puede
parecer algo muy sexy. Pero los soldados simplemente
seguían órdenes. Eran solo piezas del engranaje
Ilustración 1 libro my buddy
militar”. No obstante, el origen de este proyecto sí es
gay. “Estas imágenes son verdaderos fetiches entre
el público homosexual. En el mercado del coleccionismo son muy cotizadas. Una foto de
un soldado de la Segunda Guerra Mundial vestido se encuentra en eBay por cinco dólares.
Dian Hanson, la editora, que lleva meses trabajando con él en este proyecto, media en
nuestra conversación y aporta sus puntos de vista. “En el ejército de los Estados Unidos
este poderosísimo vínculo se fomentaba desde el mismo reclutamiento. Se juntaba a dos
individuos y desde ese momento tenían que vivir como uno: entrenarse juntos,
dormir en literas juntos, comer, bañarse e ir al aseo juntos. Cuando por fin acudían a
la guerra, iban juntos y ambos eran más fuertes para afrontarla”, explica Hanson, quien
continúa: “Las mentes pensantes de la Segunda Guerra Mundial sabían que la fortaleza
psicológica era importantísima en esta guerra. La única forma de evitar el colapso
mental de los soldados que vivían bajo esa presión era crear vínculos fortísimos
entre ellos. La ideología no importaba mucho en el frente. Lo que les hacía seguir adelante
era luchar por intentar salvar a la persona que llevaban al lado”.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se convirtió en una potencia europea y
asiática responsable de la seguridad de centenares de millones de personas más allá de sus
fronteras geográficas. El problema yace en que los estadounidenses jamás reconocieron qué
significaba ser una potencia europea y asiática, y nunca aceptaron completamente el hecho de
que tenían que, desde el principio, contar con fuerzas terrestres significativas preparadas para
la guerra. Por lo tanto, Estados Unidos no estaba lo suficientemente preparado cuando se
declaró la guerra y tuvo que depender del servicio militar obligatorio para satisfacer las
necesidades de personal. Consideremos lo siguiente:
* En 1952, en todo el apogeo de la guerra de Corea, el Ejército de EEUU contaba con 1.596.419
soldados, organizados en 20 divisiones del servicio activo. Este Ejército fue el resultado de la
“mili”, y con unas cuantas divisiones más, el Ejército hubiera podido detener el avance de los
chinos bien al norte del paralelo 38 y mantener el territorio ganado en Corea del Norte.
* En 1961, en la víspera de la guerra de Vietnam, el Ejército de EEUU contaba con 858.622
soldados organizados en 14 divisiones del servicio activo, aproximadamente la mitad de su
tamaño diez años antes. En 1968, el año de la Ofensiva del Tet, el Ejército de EEUU contaba
con 1.570.343 soldados organizados en 19 divisiones del servicio activo.
* En 1973, terminó la “mili”. Muchas lecciones han surgido con respecto al fracaso de Estados
Unidos para lograr su objetivo político de un Vietnam del Sur libre; sin embargo, una de esas
lecciones no debería ser que el ejército de soldados-ciudadanos fracasó. El Ejército de EEUU
y el Cuerpo de Marines no fueron derrotados táctica ni operacionalmente en Vietnam.
Para analizar correctamente la práctica de las mujeres de confort hay que relacionar una serie
de dinámicas que ayudan a comprender el fenómeno. En primer lugar, hay que mencionar el
cuadro general de la época, caracterizado por el colonialismo. En efecto, la invasión y
ocupación de Corea por Japón en el periodo que va desde 1905 a 1910 responde a una
dinámica de expansión japonesa con el fin de encontrar tierras, recursos y mercados que
pudieran sostener a su población, sostener su producción industrial y finalmente dar salida a la
misma. Corea representaba, por su situación geográfica, un objetivo claro y débil en aquel
momento. La política económica japonesa de extracción de la riqueza de la Península provocó
el empobrecimiento de gran parte de la población coreana que se vio aislada del crecimiento
económico y de la industrialización que sufrió el territorio, ello provocó que muchas familias
cayeran en la trampa de enviar a sus hijas a las fábricas de textiles o municiones, acabando en
las estaciones de confort. La clase social y el estrato económico será también un elemento
clave. Además, ya desde los inicios de los años 30 se ve un claro interés del Imperio por asimilar
a los coreanos tanto militarmente (reclutamiento de coreanos encuadrados dentro del Ejército
Imperial) como culturalmente (cambio de nombres coreanos por japoneses); el reclutamiento
de jóvenes coreanos hizo que muchas que eran costosas de curar y mermaban las capacidades
de los soldados, controlando sanitariamente a las víctimas; y finalmente, evitar la filtración de
secretos militares. En el año 1994, la ICJ (International Commision of Jurists) llevó a cabo una
investigación sobre los eventos ocurridos durante la II Guerra Mundial relacionados con las
mujeres de confort3 .
Esta investigación tuvo como resultado un informe en el que recogieron los testimonios de 17
víctimas tanto filipinas como coreanas, teniendo en cuenta que se centraron en las víctimas de
estas dos nacionalidades. Estos testimonios detallan las experiencias que tuvieron que sufrir
durante su cautividad. Las víctimas eran desplazadas de su lugar de origen para aislarlas de la
población local, ello evitaba la filtración de secretos militares y dificultaba las fugas debido al
desconocimiento tanto del idioma como de la geografía de la zona. Según el testimonio de Yun
Soon-man, después de ser capturada por los soldados japoneses la metieron en un camión,
que estaba lleno de otras chicas coreanas y las enviaron por tren a Pusan, un gran puerto en
la costa sur de Corea. Allí estuvieron 2 días hasta que se les envió a un barco que las llevó
hasta el puerto de Shimonoseki, en Japón4 . En el caso de Kim Bok-sun, tras ser capturada,
fue trasladada a Kwangju, Seúl, Incheon, Pusan, Osaka, a Saigón (Vietnam) y, finalmente, a
Yangón (Myanmar)5 . Al llegar a las estaciones de confort eran confinadas en pequeñas
habitaciones y se encontraban bajo la más estricta vigilancia, siendo acompañadas en todo
momento para evitar las fugas. Una vez en las instalaciones comenzaban las violaciones y los
tratos crueles.
Según Chong Song Myong "el primer hombre que entró en su habitación fue el asistente del
Comandante del Regimiento, ella creía que era el 33º regimiento el que estaba desplegado en
el área, encontrando la experiencia muy vergonzosa y le describió como el que destrozó su
virginidad. Unos días más tarde el mismo hombre volvió y esta vez intentó resistir, en ese
momento cogió su espada y amenazó con matarla. Continuó resistiendo, hasta que le quitó la
ropa por la fuerza y fue despiadadamente apaleada, perdiendo la conciencia" 6 . Los
testimonios al respecto son numerosos y sus consecuencias no sólo se visualizan en las
enfermedades venéreas, úteros amputados, abortos y marcas sino también en un profundo
sentimiento de vergüenza y deshonor, muchas de las victimas nunca hablaron de esta etapa
con sus familiares. Hwang Kum Joo decidió quedarse en Seúl "y jamás contacté con mi familia
porque me sentía avergonzada"
Esto se repite en mayor o menor medida en todos los testimonios: imposibilidad de encontrar
trabajo o formar una familia, aislamiento, abandono y deshonra para la familia. Además, el
hecho de que muchas quedaran estériles, con lo que ello conlleva en una sociedad patriarcal,
las convertía en una carga para la familia, que no podía encontrar un marido, lo que impidió su
reintegración en la sociedad. Esta es una de las razones del silencio de las víctimas.
El gobierno de Japón durante los años 91, 92 y 93 llevó a cabo una investigación para
determinar lo que ocurrió. Según este informe estas mujeres procedían de lugares como China,
Taiwán, Filipinas, Indonesia, de origen holandés y mayoritariamente de Japón y Corea. En
cuanto a las cifras, éstas difieren dependiendo de la fuente de que se trate, desde 30.000
mujeres8 hasta 200.000 mujeres9 . Las estaciones estaban diseminadas a lo largo y ancho de
las posesiones japonesas en Asia (incluyendo Japón), en países como China, Corea, Filipinas,
Indonesia, Myanmar, Malasia, Tailandia, Nueva Guinea o la Indochina Francesa. Durante la
investigación que se inició en el año 1991 respecto a este asunto, el gobierno de Japón llegó a
una serie de conclusiones: que el gobierno había estado involucrado en el establecimiento de
las estaciones de confort, en el control de los que reclutaban a las mujeres de confort, en la
construcción y refuerzo de las instalaciones, la gestión y la vigilancia de las estaciones, el
mantenimiento de la higiene en las estaciones y entre las mujeres, en la expedición de
identificaciones y otros documentos relacionados con las estaciones10.
El informe señaló, también, que muchas de estas estaciones estaban dirigidas y las mujeres
reclutadas por personal privado aunque hubiese una supervisión directa o indirecta por parte
de las Autoridades militares. En este sentido, hay que mencionar también la colaboración que
hubo entre las Autoridades militares y parte de la población local. En varios testimonios, las
víctimas mencionan la existencia de personal colaborador local. Según Kim Bok-sun, fue
raptada por un hombre coreano en uniforme militar y por dos soldados japoneses11. Francisca
Austari, filipina, relata como "en algún momento en 1941, un filipino se le acercó mientras ella
y otras chicas lavaban ropa en la orilla del río. Ella oyó a otras mujeres gritar "vienen los
japoneses", todas comenzaron a correr, pero ella fue lenta y el filipino le agarró del brazo. Le
dijo que ella se iba a ir a limpiar las ropas de los japoneses que estaban acampados en una
ciudad cercana. Los soldados japoneses estaban presentes mientras esto ocurría." 12 Estos
colaboradores filipinos eran denominados "makapili".
POLÍTICA DE JAPÓN RESPECTO A LAS MUJERES DE CONFORT
Los sucesivos gobiernos de Japón tras la Segunda Guerra Mundial han intentado sanar estas
heridas y por ello, han llevado a cabo una serie de iniciativas tanto en la formalización de
disculpas a través de declaraciones como en el establecimiento de entidades no
gubernamentales para expresar sus remordimientos mediante proyectos para ayudar a las
víctimas. Las declaraciones de disculpa en materia de mujeres de confort han sido recurrentes
desde la década de los 90. En 1992, durante su primer viaje a Corea tras tomar posesión de su
cargo, el Primer Ministro Miyazawa señaló que "nosotros los japoneses debemos en primer
lugar y sobre todo, recordar la verdad de aquel trágico periodo en el que las acciones japonesas
provocaron sufrimientos y pena a vuestro pueblo. Nunca debemos olvidar nuestros sentimiento
de culpa por esto" 13. Como consecuencia de su compromiso de llevar a cabo una investigación
tuvo lugar la publicación del Informe anteriormente mencionado. Por ello, Yohei Kono emitió la
conocida como "Declaración Kono", en ella, se reconocía que se había "dañado severamente
el honor y la dignidad de muchas mujeres", y que a través de ese comunicado el gobierno de
Japón extendía "sus sinceras disculpas y remordimientos a todos aquellos que,
independientemente de su lugar de origen, sufrieron un dolor desmedido y heridas físicas y
psicológicas incurables como mujeres de confort".14
Tras esta Declaración, el gobierno de Japón creó un fondo no gubernamental que ofrecía ayuda
médica y compensaciones: el Asian Women's Fund. Un año después de la Declaración Kono y
tras la formación de un Gobierno de coalición dirigido por Tomiichi Murayama se decidió crear
un Comité para estudiar estos asuntos en el 50 aniversario de la guerra. Las posiciones entre
las partes eran distantes, unos pedían el pago de compensaciones a las víctimas y otros
rechazaban esa posibilidad argumentando, como veremos más adelante, que todos los asuntos
sobre reparaciones o litigios por asuntos acaecidos durante la guerra fueron zanjados con el
Tratado de San Francisco y los Tratados bilaterales firmados por Japón. En diciembre de 1994,
el Comité emitió un Informe donde recomendaba al gobierno reconocer la responsabilidad moral
y establecer un Fondo en cooperación con el pueblo japonés como forma de expresar su
arrepentimiento y de solucionar los problemas que este asunto provocaba entre los países. El
Fondo tenía una serie de objetivos básicos establecidos en la Declaración de 14 de junio de
199515 que debían ser gestionados mediante la cooperación entre el gobierno y el pueblo de
Japón:
- El Fondo recaudará fondos en el sector privado como medio para demostrar el arrepentimiento
del pueblo japonés por las mujeres de confort durante la guerra.
- El Fondo apoyará a aquellos que lleven a cabo proyectos médicos y de ayuda y otros
proyectos similares que sean útiles para las mujeres de confort, a través de la financiación
gubernamental y de otros fondos.
En ella el Primer Ministro habló sobre los errores de la política nacional de Japón en los años
previos y durante el conflicto mundial deseando que estos errores no se repitieran en el futuro
y expresando "sus sentimientos de profundo pesar, declarando sus disculpas más sentidas y
expresando su luto por todas las víctimas, en el interior y en el extranjero, de esa historia." 16
La creación del Fondo supuso una brecha entre las víctimas ya que mientras algunas de ellas
aceptaron las compensaciones y la ayuda, otras la rechazaron señalando que debía ser el
Estado japonés el que pagase directamente a las víctimas. No obstante, desde el gobierno de
Japón esta opción se descartaba por las razones anteriormente mencionadas. Tras su creación
el Fondo comenzó una serie de proyectos para cumplir con los objetivos asignados. Esto se
inició en algunos países como Indonesia y Filipinas mediante Memorandums de Entendimiento
(MoU). En Indonesia este Memorandum y las actividades del Fondo tenían como objetivo la
construcción de instalaciones de servicios sociales para el mayor (artículo 1) y tenía una
dotación presupuestaria de 380 millones de yenes. Las acciones de estos proyectos debían
estar focalizadas en las regiones en las que había habido mujeres de confort. El AWF tenía
además un poder de observación y la DSA (Department of Social Affairs) Indonesia debía
elaborar un informe anual para el Fondo. El Fondo también llevó a cabo acciones en Países
Bajos para ayudar a las víctimas que en tiempo de guerra tuvieran nacionalidad holandesa,
estas ayudas se canalizaron mediante un acuerdo entre el AWF y el PICN (Project
Implementation Committee in the Netherlands). Mientras que en Países Bajos la ayuda se
tradujo en provisión de bienes y servicios sociales y médicos, en países como Corea del Sur,
Taiwán o Filipinas el Fondo llevó a cabo tres tipos de acciones:
1 - Pago de compensaciones.
El represor de minorías étnicas que marcó el camino a Trump. En 1942, los norteamericanos
de origen japonés fueron llevados a campos de internamiento por orden de Franklin D.
Roosevelt.
El 19 de febrero de 1942, Roosevelt firmó la Orden Ejecutiva 9066, por la que se dio luz verde
para que las autoridades militares procedieran a reinstalar a la población procedente de los
países con los que Estados Unidos estaba en guerra, y sus descendientes, en localizaciones
que se consideraran seguras, tanto para ellos como para prevenir posibles actos de sabotaje.
Eso en teoría, porque en la práctica la medida se centró casi exclusivamente en los miembros
de la etnia japonesa: pocos alemanes fueron "recolocados", y los italianos quedaron
expresamente excluidos, por más que en esas comunidades hubiera antes de 1941 no pocos
partidarios de los regímenes fascistas europeos.
Además, el caso de los japoneses era especialmente espinoso: la inmigración nipona, mucho
antes de la Segunda Guerra Mundial, había ido haciéndose con terrenos, sobre todo en la Costa
Oeste, de los que había ido obteniendo un rendimiento muy superior al de sus vecinos
caucásicos.
'Nisei' americanos
Ello había provocado ya un profundo rechazo de la población blanca, lo que había llevado al
Gobierno americano a restringir la posibilidad de que los inmigrantes orientales obtuviesen la
ciudadanía. Pero sus hijos, conocidos como "nisei", al haber nacido ya en suelo americano
obtuvieron automáticamente la nacionalidad estadounidense. Por tanto, las medidas firmadas
por Roosevelt (y a las que curiosamente se opuso el normalmente paranoico J. Edgar Hoover,
director del FBI) provocaron la discriminación oficial de ciudadanos norteamericanos por
motivos de raza, algo expresamente prohibido por la Constitución.
Finalmente, se estableció una zona de seguridad que prohibió a los 120.000 habitantes de los
estados de la Costa Oeste (los 130.000 de Hawái, mucho más cercano a Japón, fueron
disculpados porque eran imprescindibles para la economía de las islas) residir fuera de los
campos de internamiento que se establecieron. Se les dio ocho días para deshacerse de todos
sus negocios y propiedades, lo que hizo que mucho se malvendiera. Alguno, ante la
imposibilidad de obtener un precio justo por sus tierras, prefirió prenderles fuego, por lo que fue
acusado de sabotaje. Sus cuentas bancarias quedaron congeladas, y en la práctica se les privó
de cualquier bien material.
El alambre de espino
Fueron ubicados en diez campos, de entre 20.000 y 8.000 personas, la mayoría situados en
zonas inhóspitas y de clima externo. Algunos campos tuvieron un régimen más liviano, pero en
otros, como el de Tule Lake, en California, donde se internó a los líderes de las comunidades
civiles y religiosas y a los que se habían manifestado en contra de las medidas, se implantó un
auténtico sistema carcelario. Pero en todos lucía el alambre de espino y se castigaba
severamente cualquier intento de escapar, incluido el abrir fuego a matar.
Sólo se permitió salir a varios centenares de jóvenes a cambio de que se alistaran en el Ejército.
Fueron enviados a Europa por temor a que pudieran desertar si se les destinaba al Pacífico,
convirtiéndose en uno de los grupos más condecorados, porque solían ser enviados a las
misiones más peligrosas. Además, Estados Unidos firmó acuerdos con numerosos países
latinoamericanos para que detuvieran y les enviaran a sus propios habitantes de origen nipón,
con el fin de poder utilizarlos como moneda de cambio con los prisioneros norteamericanos en
poder de Japón.
Cuando la guerra terminó, los campos fueron cerrados y sus prisioneros liberados. Cada uno
recibió sólo 25 dólares y un billete de tren, pero casi nadie tenía a dónde regresar. La inmensa
mayoría nunca recuperó lo arrebatado, y aún tuvieron que seguir sufriendo el racismo durante
años. No sería hasta 1988 que la administración Reagan terminara por pedir perdón y aprobara
compensaciones económicas para los supervivientes. Hoy, muchos descendientes de los
represaliados se han destacado por su apoyo a la minoría musulmana, el nuevo colectivo objeto
del racismo y la histeria, dos componentes que, cuidadosamente manejados por un Gobierno
populista, pueden estallar en cualquier momento.
Servicio militar obligatorio en Japón
Los japoneses adoptaron su visión de una Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental, y
un Asia para los pueblos del sudeste asiático, que había estado bajo el dominio europeo durante
generaciones. Como resultado, muchos habitantes de algunas de las colonias (particularmente
Indonesia) se pusieron del lado de los invasores japoneses por razones anticoloniales.
Uno de estos líderes fue FengYuxiang (1882–1948), apodado “El General Cristiano”. Las tropas
de Feng eran unas delas más disciplinadas en un momento histórico en el que como apunta
Chi.
Estos soldados participaron en batallas con la esperanza de que sus comandantes los
recompensaran ose les permitiera saquear”. Feng, por el contrario, se preocupó por disciplinar
tanto a sus soldados como a sus comandantes.
En el ejército de Feng los oficiales debían tener un nivel elemental de educación, y aquellos
que no lo tenían eran educados en elementos básicos de lectura y en el estudio de algunos
clásicos. También pasaban por un periodo de formación de tres meses en el que se les instruía
en tácticas militares, manejo de tropas, topografía, armas, historia militar, fortificaciones y
normas. Las tropas eran entrenadas físicamente mediante la práctica de pesas, pruebas de
pista, boxeo y gimnasia. Entre otras, algunas actividades utilizadas para preparar a estas tropas
fueron concursos de cavar trincheras o ejercicios físicos en diferentes condiciones climáticas
(los cuales incluían a oficiales y miembros de apoyo como oficiales médicos, empleados de
oficina, cocineros, etc.).
Además de estas actividades, las tropas de Feng debían pasar por diferentes exámenes. Si se
aprobaban se obtenía una recompensa, o un castigo si no se superaban. Por último, estas
tropas debían practicar la marcha rápida con todo el equipo de campaña. A las menos dos
veces al mes, estas tropas debían marchar durante 40 km cargando un equipo de unos 30 kg
de peso. Esta distancia se incrementaba hasta alcanzar entre 64 y 72 km. En una ocasión, una
de las unidades más famosas del ejército de Feng, la Unidad de Cuchillos Largos (Da Dao Dui),
recorrió a pie unos 130 km en 24 horas (Sheridan, 1966: 78).Asimismo, y con el objeto de
reforzar la disciplina y unidad de las tropas, los oficiales de Feng debían compartir las mismas
penalidades que los soldados rasos. Feng lideraba con su ejemplo, ya que él mismo trabajó
hombro con hombro junto a sus tropas en diferentes actividades como cavar trincheras. Esta
actitud sirvió para que la tropa fuese leal a Feng y a sus oficiales.
Las actividades de entrenamiento que Feng utilizó sirvieron como base para la creación de las
Unidades de Cuchillos Largos, las cuales continuarían como parte del ejército del norte durante
la Segunda Guerra Mundial, como se expondrá más adelante.
Disolución
A inicios de 1943, DeWitt ya no contaba con credibilidad en el Departamento de Guerra, y fue
relevado del mando en el Comando Oeste. En su reporte final, DeWitt aseguró que la
evacuación forzosa de los japoneses hacia campos había sido necesaria, ya que aseguró haber
recibido cientos de reportes sobre apariciones de luces en la costa y transmisiones de radio de
origen desconocido. Hoover se mofó de la División de Inteligencia Militar de DeWitt, ya que
mostraba "histeria y falta de juicio".
No fue hasta la primavera de 1944 que el Departamento de Guerra recomendó la disolución de
los campos al Presidente Roosevelt. Sin embargo, debido a que ese año Roosevelt buscaba la
reelección, la decisión fue aplazada.
De esta manera, en la primera reunión de gabinete después de la reelección de Roosevelt, se
decidió soltar a todos los evacuados que habían demostrado ser leales. Pero esta decisión
tardó un año en llevarse a cabo completamente.
A la salida, los evacuados recibieron un boleto de tren y 25 dólares.
Despojados de todo
Horas después de Pearl Harbor y durante los meses previos al internamiento, el gobierno
congeló las cuentas bancarias de todos ellos; luego se les obligó a malvender sus inmuebles y
bienes o a almacenar estos últimos a toda prisa.
Reubicados
Más de 110.000 individuos de origen japonés (hombres, mujeres y niños, tanto ciudadanos
como extranjeros) fueron repartidos en diez campos de concentración que los estadounidenses
llamaron relocation centers, “centros de reubicación”. En ellos vivieron cerca de cuatro años.
Manzanar era un lugar muy duro, con temperaturas extremas todo el año, bajo cero en invierno
y rondando los 50 grados en verano.
Viviendo en un erial
El más conocido de todos fue Manzanar. Mientras otros campos se erigieron en terrenos
pantanosos, el de Manzanar era un erial en la ladera oriental de la Sierra Nevada de California.
No se trataba de un campo de exterminio, pero, debido a su emplazamiento, era un lugar
terriblemente duro, con temperaturas extremas todo el año, bajo cero en invierno y rondando
los 50 grados en verano. Continuamente soplaba un viento huracanado, y los internos solían
levantarse por la mañana cubiertos de la cabeza a los pies por una capa de polvo.
Catres de acero
La mitad de la población eran mujeres, un cuarto estaba formado por niños en edad escolar, y
también había bebés y ancianos que apenas podían valerse por sí mismos. A una familia de
cuatro miembros se le permitía vivir en un espacio de 6,1 x 7,6 m. Dormían en catres de acero
del Ejército, sobre sacos de paja, aunque disfrutaban de electricidad, además de lavanderías y
salones comunales para el culto religioso. Duchas y aseos también eran comunales.
Esto hacía que los canadienses se encuentren en un contra de los japoneses y que vean en
ellos una amenaza. En 1942 el primer ministro canadiense promulga una serie de decretos con
vista a desplazar a cualquier persona de origen japonés hacia unas << zonas de protección >>
situadas tierras adentro.
En febrero de 1942 el primer ministro de Canadá Mackenzie King promulgo una serie de
decretos con vista a desplazar a cualquier persona de origen japonés hacia unas “zonas de
protección” situadas tierras adentro. Todos los canadienses de origen japonés son llevados a
ciudades fantasmas de las montañas Rocosas o a plantaciones de remolacha azucareras. Las
condiciones de vida en los campos o en aquellas ciudades fantasmas eran primitivas. Los
deportados se fueron de su casa con una sola maleta y alguna prenda personal. Aquellos que
eran destinados a campos de trabajo. Minas o campos de remolacha azucareras, eran
sometidos a unas condiciones de vida extremadas.
La mayoría de los japoneses que emigraron a Canadá lo hicieron entre 1890 y 1920, aun
contando los primeros aparecen registros en 1877. Los primeros inmigrantes trabajaron en
industrias maderas y mineras y en la zona de British Colombia, lo hicieron en industrias
pesqueras y agrícolas.
En Canadá se dio sospechas hacia los canadienses de origen japonés y principalmente a
aquellos que manejaban embarcaciones, esto provoco más tarde que se les despojara de estos.
Además, cabe destacar que desde el ataque a Pearl Harbor el odio por parte de los
norteamericanos hacia los japoneses fue inmenso tanto en Estados Unidos como en Canadá.
Esto trajo como consecuencia a los japoneses derechos perdidos, separación de familias,
hogares perdidos y racismo
Linkografias:
EE.UU
http://www.laizquierdadiario.com/La-Segunda-Guerra-Mundial-y-la-identidad-norteamericana
https://mundo.sputniknews.com/sociedad/201805091078511420-gran-guerra-patria-historia-
mujeres/
https://prezi.com/gpzkfi4lytsu/womens-army-corps-wac/
https://rpp.pe/mundo/actualidad/asi-lucharon-las-mujeres-en-la-noticia-1073700
https://laprensa.peru.com/cultura/noticia-segunda-guerra-mundial-y-rol-mujeres-latinas-59019
https://www.biobiochile.cl/noticias/2014/08/24/we-can-do-it-la-historia-detras-del-iconico-cartel-
de-rosie-the-riveter.shtml
http://www.ultimocartucho.es/el-servicio-militar-obligatorio-en-estados-unidos-deberia-volver-
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Japón
https://www.artehistoria.com/es/contexto/jap%C3%B3n-y-la-ii-guerra-mundial
https://www.todamateria.com/segunda-guerra-mundial/
http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2016/DIEEEO11-
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https://www.academia.edu/21638340/LAS_ARTES_MARCIALES_DEL_EJÉRCITO_CHINO_E
N_EL_PERIODO_REPUBLICANO
Tratamiento de los japoneses estadounidenses, japoneses latinoamericanos y japoneses
canadienses.
http://www.revistalacomuna.com/memoria/japoneses-campos-eeuu/
https://www.lavanguardia.com/historiayvida/japoneses-estados-unidos-segunda-guerra-
mundial_11482_102.html
https://www.efe.com/efe/america/sociedad/los-campos-de-concentracion-para-japoneses-un-
trauma-ee-uu-que-vuelve-a-la-luz/20000013-3660263
https://prezi.com/p/zmglgb7lt1t6/tratamiento-de-los-japoneses-estadounidenses-japoneses-
latinoamericanos-y-japoneses-canadi
https://ddd.uab.cat/pub/tfg/2015/tfg_25303/TFGISMAELD.Y2.pdf
https://prezi.com/bcshbgs3fwio/trato-hacia-los-japoneses-americanos-y-canadienses/