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Mucho se habla en la actualidad sobre machismo y se lo suele etiquetar como una cosa

contraria al feminismo, lo que representa un error conceptual importante. Mientras feminismo


puede definirse según la RAE como “Ideología que defiende que las mujeres deben tener los
mismos derechos que los hombres”, el machismo significa “Actitud de prepotencia de los
varones respecto de las mujeres”. Esto último es lo que debemos combatir, no solo las
mujeres, sino toda la sociedad.

El machismo, como queda demostrado, no es más que una muestra de la virilidad y


predominio de los hombres sobre las mujeres. Es una manera (que siempre existió, pero que
hoy parece evidenciarse) de mostrar que las mujeres son inferiores. Esto genera a nivel
social un sinfín de situaciones de desigualdad y violencia simbólica, que en muchos casos
suelen transformarse en violencia literal hacia las mujeres.

El machismo, como muchos de los males de nuestra sociedad, es cultural. Los hombres no
nacen siendo machistas, sino que aprenden desde la más tierna infancia y naturalizan
algunas actitudes que a lo largo del proceso de socialización definen su manera de pensar y
sentir.

Si buscamos una sociedad igualitaria en un futuro, debemos empezar a cambiar las cosas hoy
y estos cambios deben empezar por casa, en la educación de los niños. La familia es el primer
agente socializador la cual debe ser totalmente responsable de la formación afectiva, social y
de identidad de los niños.

Muchos padres consideran que los niños tienen que ir a “aprender cosas” en la escuela, pero en
estos casos se confunde la idea de educación con enseñanza. Por supuesto que la escuela es otro
agente socializador, pero los valores deben aprenderse primero en cada hogar.

Si queremos hijos e hijas que no se conviertan en futuros machistas, lo primero es construir un


modelo de igualdad en casa, con un papá y una mamá (o dos mamás y dos papás) que se
repartan las tareas de la casa, trabajen, realicen actividades de todo tipo sin diferenciación de
género. Estas prácticas cotidianas con un discurso que responda a ellas, hará que los más
pequeños ya comiencen a incorporar la idea de igualdad.

Sobre este último punto, el discurso es esencial. Si lo que queremos es evitar la creación de
estereotipos no podemos decir a nuestros hijos “Ese juguete es de nenas”. Lo mismo para las
niñas; no puede haber en nuestro discurso frases del tipo “El fútbol es para varones”. Y es igual
tanto para chicos, como para chicas: muchas mujeres son incluso más machistas que los
hombres.

Para crear una sociedad más libre e igualitaria los niños deben tener un poco más de poder a la
hora de elegir sus juguetes o actividades extraescolares. Fomentar la capacidad de elegir en
los más pequeños no solo los libera de prejuicios, sino que además los convertirá en adultos
mucho más resueltos.

Pero hay que tener presente que no es solo cuestión de “abrir la cancha” para las mujeres; los
hombres también tienen que ser más libres. Y esto significa criarlos en la igualdad.

Si el rol de la mujer se expande, el del hombre también puede hacerlo. Para conseguirlo,
debemos cultivar una mayor empatía y cooperación en los niños; dejarlos sentir, no
reprimirlos cuando se ponen emotivos diciendo “Dejate de llorar como una nena”, sino dejar
que se expresen como lo sientan necesario.

El machismo social en la actualidad es el reflejo de nuestra educación, donde ciertas actitudes y


roles equivocados fueron naturalizados, sin cuestionamientos. Hoy tenemos el poder de
cambiar el futuro a través de una educación más reflexiva e igualitaria.

https://noticias.universia.edu.uy/cultura/noticia/2017/09/13/1155694/combatir-machismo-
empezar-casa.html
Para combatir el machismo, la
educación en casa es esencial
La tarea para frenar esta lacra es ingente. Tiene que empezar en
la familia ya que los niños aprenden por imitación
Tenemos unas cifras de malos tratos a mujeres y asesinatos que
escandaliza. Ponemos mucho énfasis en las leyes y, tengo la sensación,
que dejamos muy hilvanada la cuestión educativa en la infancia, el origen
de todas las personalidades adultas. ¿De qué sirven leyes ejemplares
cuando la mujer ya está muerta? ¿De qué sirven condenas ejemplares si el
machismo sigue campando a sus anchas?

La educación falla porque hay muchas, demasiadas cosas, que pasamos


por alto y con las que no nos ponemos lo suficientemente serios. Y ahí los
padres, cuando nos toca educar, tenemos mucho que hacer porque la
responsabilidad es enorme. No se nace maltratador ni se nace machista, se
aprende por imitación. Principalmente en casa. Y tanto de la madre como
del padre.

Soy madre de dos niñas pequeñas. Mi tarea con respecto a ellas consiste
básicamente en que crezcan felices, sanas mental y físicamente y con
criterio, con capacidad para tomar sus propias decisiones cuando sean
adultas. Es una de las bases de la libertad: saber elegir y asumir los errores
en el caso de que los haya. El problema es que aprender a tomar
decisiones no se improvisa, se aprende practicando. Para trabajar ese
criterio, las tengo que dejar escoger cuando es infinitamente más cómodo
hacerlo por ellas. Dejar que los niños vayan tomando decisiones es
importante para formarles en criterio. Y me gustaría dejar claro (hay que
explicarlo siempre todo en los tiempos que corren) que no les dejo que se
suban a la ventana para ver qué se experimenta si se caen al vacío, pero sí
les permito tomar otras pequeñas decisiones en el día a día. Como elegir su
ropa, escoger entre bajar a jugar al jardín o quedarse en casa jugando y
dibujando, dejando que elijan qué actividades extraescolares quieren hacer
e, incluso, dentro de un menú equilibrado, muchos días les doy la
oportunidad de escoger entre dos platos para la cena. Creo que fomentar en
un niño la capacidad de elección, les hará ser adolescentes y adultos
mucho más asertivos cuando alguien les agreda o interfiera en sus
sentimientos. Aprender a decidir también supone aprender a decir no.
Claro que no basta con que lo hagamos algunos padres. Los demás
también deben hacerlo. Recuerdo un día que la mayor estaba en un
cumpleaños. Un niño de su curso (que se empeña en que ella tiene que ser
su novia cuando ella no tiene el mínimo interés), le estaba dando la lata con
que le diera un beso. Ella se negaba. El niño, erre que erre y, cuando vio
que por las buenas no lo conseguía, entonces decidió hacerlo a las bravas y
la cogió para plantarle un sonoro beso en la mejilla. Yo estaba observando
desde lejos sin querer intervenir, quería saber qué recursos tendría ella.
Finalmente, mi hija vino hacia mí llorando y diciendo que ese niño le había
“roto el cuello” (esa era la manera de expresar el daño que le había hecho).
Enseguida intervinimos las dos madres y, para mi sorpresa, la madre del
niño le explicó a la mía que es que su hijo había hecho eso “porque te
quiere mucho”. Fui cobarde y no cogí a la madre a solas después del
incidente para explicarle que cuando una persona dice no, es no. Me da
igual que sea una mujer que un hombre. Y que querer mucho no implica
obligar a la otra persona a que te bese. De hecho, no implica a nada.

Me fui muy inquieta del cumpleaños. Por un lado estaba horrorizada y por el
otro sentía una especie de miedo a ser una exagerada. Y esto último me
pasa porque todavía persiste en la sociedad la idea de que muchas
dramatizamos actitudes que son, aparentemente, “normales”.

Desde luego las leyes tienen que ser las que velen siempre por los
intereses de los ciudadanos, pero ¿por qué no nos centramos de verdad en
el origen? Todos somos el resultado de nuestras educaciones. Y cuando
hablo de educación me refiero a la familia, no al colegio (que es enseñanza
y también importa). Si no desterramos frases y creencias de raíz, nunca
jamás acabaremos con el machismo. Padres y madres debemos trabajar
tanto si tenemos niños como si tenemos niñas. El machismo también se da
entre las mujeres y de una manera todavía más ofensiva, si cabe.

¿Se han parado a leer los comentarios en las redes sociales sobre la
desaparición de Diana Quer? ¿O los que se hicieron tras la violación de
Pamplona? Muchos se centran en culpabilizar a la víctima en lugar del
agresor. En hacerla responsable de lo que le ha sucedido: Que a quién se le
ocurre ir con desconocidos, que hay que ver si habría bebido o no, que sabe
Dios si será verdad porque (este es el peor y hay artículo por ahí circulando)
“cuando las navarras o las vascas te dicen que sí, ten cuidado porque
cuando se les pasa el pedo, entonces se dan cuenta de lo que han hecho y
te denuncian por violación”, que fíjate cómo iba vestida, así no me extraña
que la violen, si es que va pidiendo guerra...” ¿Qué educación han recibido
quienes piensan así?
La educación es un camino largo, a veces difícil, pero tiene que ser siempre
en la misma línea. Si estamos horrorizados con el machismo, no podemos
seguir educando a los más pequeños con estereotipos como “los chicos no
lloran, eso es de mariquitas, para estar bella hay que sufrir, ese deporte es
de chicos, las muñecas son de niñas…la lista es interminable. Esto en la
infancia, pero en la adolescencia el discurso tampoco tiene desperdicio.
¿Acaso no es una frase de madres la de tienes que hacerte respetar y por eso
no te puedes ir a la cama con un chico en la primera cita? Siempre he
encontrado en ese discurso algo perverso. Porque lo que se persigue con
ese consejo no es un respeto emocional, sino de pureza, de virginidad,
como si una mujer que no lo sea ya no puede ser tomada en serio. Se
persigue un engaño, un, hasta que no me pongas el anillo o me ofrezcas
garantías, no te doy mi cuerpo. Me parece una manipulación de la
sexualidad. Un te doy mi cuerpo a cambio de algo. Preferiría que las
muchachas jóvenes tuvieran en cuenta otras cosas mucho más importantes
como hacer respetar sus emociones y cuerpos pero por otros motivos que
nada tienen que ver con esa idea de “mujer que ya está usada”.

La tarea educativa para frenar esta lacra del machismo es ingente. Y, o nos
ponemos en serio manos a la obra o seguiremos lamentando cada año
tantas muertes.

https://elpais.com/elpais/2016/09/01/mamas_papas/1472708056_951781.html

Eliminar el machismo
El Congreso se ha puesto de pie para defender simbólicamente a la mujer.
Dedicará una audiencia temática para abordar esta ola malsana de violencia que
nos afecta como sociedad inspirada por el machismo como prejuicio, que surge
de la idea de superioridad e inferioridad a los seres humanos según sean hombres
o mujeres.

Gran parte de los peruanos, incluidas en este universo a las mujeres, ven y
aceptan que las diferencias juegan a favor de ellos y en contra de ellas. Una
actitud de discriminación hacia la mujer que no se sostiene en la realidad, en la
cual demostramos que no existe superioridad por género y que de existir solo se
determina por la adhesión a valores, por la dignidad, coherencia,
responsabilidades sociales y familiares que la mujer afronta con valor y
consistencia moral. No hay base sostenible para esta distorsión mental y cultural.

Es un derecho y un deber luchar contra la discriminación contra la mujer, contra


el indignante machismo que se expresa cotidianamente en mejores salarios para
los varones por funciones similares o iguales, o en dar a los hombres los mejores
puestos de responsabilidad social, gerencial o política. Si el feminicidio o las
golpizas nos avergüenzan y los debemos sancionar firmemente, no podemos
dejar de tocar la permisividad sutil de quienes piensan que solo los hombres están
prometidos a las grandes misiones mientras las mujeres son solo el soporte o el
apoyo.

Y en esta mentalidad equivocada las madres tenemos gran responsabilidad. La


mano que mece la cuna da a los varones trato de seres superiores, llamados a
grandes responsabilidades, mientras relega a las niñas sin pensar en la igualdad.
Las mujeres madres necesitamos cambiar. No formar en los varones ninguna
conciencia de dominación ni superioridad. Y no es una recomendación ligera, las
consecuencias de no escucharla pueden ser graves. ¡¡Feliz Día de la Madre!!

https://diariocorreo.pe/opinion/eliminar-el-machismo-818474/

LINKS QUE TE PUEDEN AYUDAR MEJOR A ENTENDER AMOR:


https://elcomercio.pe/somos/historias/carlos-bromley-machismo-enfermedad-mental-
enfermedad-social-noticia-640521

https://elcomercio.pe/viu/actitud-viu/micromachismo-manifiesta-casos-fotos-noticia-547903

https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/machismo-peru-indicador-pobreza-mujeres-
eduardo-gastelumendi-noticia-517935

https://peru21.pe/campanas/violencia-contra-la-mujer/eyvi-agreda-eyvinuestrosimbolo-claves-
reconocer-posible-agresor-481858

https://peru21.pe/vida/salud/7-claves-cambiar-comportamientos-machistas-hogar-468571

https://peru21.pe/vida/micromachismo-machismo-solapado-erradicar-464423

https://peru21.pe/espectaculos/teresina-munoz-najar-pienso-existe-contraataque-machista-
413848

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