El en-canto del salmo
Algunas apreciaciones y recomendaciones del Concilio Vaticano II para proclamar mejor
el salmo responsorial dentro de la Liturgia de la Palabra en la Eucaristía.
1. Escuela de oración
Los salmos son obras poéticas
heterogéneas de diversos géneros
literarios que conforman un libro con
variadas facetas similar a la vida humana
en sus dimensiones de sufrimiento,
exaltación y contemplación. En ellos
podemos encontrar oraciones de alabanza,
agradecimiento, lamentación y petición
de perdón con los que el pueblo de Israel
aprendió a hablar con Dios.
Estos poemas en el texto hebreo original
de la Biblia, se agrupan en un libro
titulado ‫“ ים הְִִּה ְּת‬tehilim” del verbo
“hallel” que hace referencia a las
alabanzas a Dios. La versión griega de los
LXX titula ese mismo libro “Ψαλμοί”
salmos o “ψαλτήριο” salterio al traducir
el término hebreo “Mizmôr” ‫ מזמור‬que
significa: canto acompañado por un
instrumento musical de cuerda o lira.
Uniendo ambos significados se puede
hablar de alabanzas a Dios acompañadas
por un instrumento musical.
Los salmos son entonces oración. A
través de ellos el hombre no dice sus
propias palabras, sino Palabra de Dios.
Nos dirigimos a Dios empleando su
propia Palabra. Como el niño aprende a
hablar utilizando la manera de expresarse
de sus padres, asimismo el ser humano
aprende a hablar con Dios pronunciando
su Palabra revelada. Se ora con el
lenguaje de Dios, según su forma de
“pensar y de sentir”.2
Por Dumar Iván ESPINOSA MOLINA1
2. Los Salmos en la liturgia cristiana
La Iglesia siguiendo la tradición judaica y
el testimonio de Jesús desde siempre ha
orado con el salterio en el culto público y
privado. “Los salmos han sido a través de
los siglos maestros y modelos de oración
para los cristianos. Una prueba de lo
anterior es la tradición secular del Oficio
divino como oración pública de la Iglesia
en la que los salmos tienen un espacio
preponderante como fuente de piedad y
alimento de la oración personal”.3
También en la Eucaristía los Salmos
tienen un puesto importante como
respuesta orante a la Palabra proclamada
en la primera lectura.
A propósito del salmo en la Eucaristía se
lee en la Ordenación General del Misal
Romano: “Después de la primera lectura
sigue el salmo responsorial o gradual, que
es parte integrante de la liturgia de la
Palabra. Y su elección depende
directamente de la elección de las
lecturas”4.
En el mismo documento sobre la nuevas
normas de la misa a partir del
aggiornamento5 del Vaticano II se ponen
de manifiesto las dos funciones del salmo
responsorial: a saber, ser proclamación de
la Palabra de Dios y respuesta de la
asamblea6. La dinámica del salmo
responsorial proclamado y cantado en la
asamblea litúrgica, especialmente cuando
alterna salmista y asamblea pone de
1
manifiesto “el incesante diálogo entre
Dios y su pueblo, entre Cristo y su esposa
la Iglesia”7.
Para colaborar en el logro de este diálogo
entre Dios y el ser humano el salmo debe
permitir la escucha de la Palabra de Dios
y motivar la alabanza a Dios a través de
secuencias de fácil memorización. “No
basta una simple lectura de él, sino una
ejecución que comporte exigencias
pastorales, litúrgicas y musicales”8.
3. Escuchar para cantar
El concilio ve la posibilidad de entonar el
canto del salmo en la eucaristía en
ocasiones especiales. Se debe proclamar
siempre aunque se haga sólo en forma
recitativa. Aclaración que no vale para el
aleluya antes del evangelio que por ser
una proclamación gozosa si no se canta se
omite.
Leemos en las nuevas normas de la misa a
propósito del salmo gradual que “dentro
de la liturgia de la Palabra, se trata de un
canto, de una proclamación lírica. Esta
proclamación provoca necesariamente
una respuesta. Por ser este salmo
meditación, el salmista lo debe proclamar
de tal modo que permita una asimilación
y contemplación del texto. Por ser
alabanza, la melodía debe permitir una
expansión lírica del espíritu orante”9.
El Concilio Vaticano II obró un
redescubrimiento de la Palabra de Dios en
la liturgia como sucedía al comienzo del
cristianismo. En efecto, durante los
primeros siglos del cristianismo “de la
Palabra bíblica recitada, memorizada,
degustada, luego meditada, proclamada,
anunciada y cantada nacieron las
salmodias, los responsorios y las
antífonas”10. Hoy en día sin embargo, en
muchos ambientes se prefieren otras
melodías románticas y festivas a los
salmos; nuestras palabras a la Palabra.
Inclusive se utilizan melodías de
canciones populares con textos arreglados
que pueden distraer la atención de la
asamblea.
Para proclamar mejor la palabra de Dios a
través del canto de los salmos el lector y
el salmista deben hacer silencio interior
para escuchar primero la Palabra. Se les
podría decir “no cantad a Dios, sino
cantad la Palabra de Dios. El canto
cristiano es posible entonces sólo en la
escucha”11.
En la antigüedad toda lectura se hacía
generalmente en voz alta. No se leía como
decimos ahora “mentalmente”12. “se leía
no como hoy principalmente con los ojos,
sino con los propios labios, escuchando
las palabras pronunciadas por uno mismo,
escuchando las voces de las páginas. Leer
significa antes que nada escuchar”13.
Aunque se practique la lectura oral o
mental es necesario descubrir el sentido
profundo del texto, escuchándolo antes de
hacerlo escuchar. Es interesante la
descripción que hace a este respecto San
Agustín del obispo Ambrosio: “Cuando
leía hacíalo pasando la vista por encima
de las páginas penetrando su alma en el
sentido sin decir palabra ni mover la
lengua. Lo vi leer calladamente y nunca
de otro modo”.14
4. La figura del salmista
La proclamación del salmo responsorial
en la liturgia requiere de la preparación
musical y espiritual del salmista. Comenta
Antonio Parisi, reconocido compositor de
música sacra: “el salmista es una figura
ministerial importante y cualificada.
Tiene la tarea de suscitar con su canto la
2
respuesta de la entera asamblea a la
Palabra de Dios escuchada.”15.
Se recomienda la preparación musical del
salmista para proclamar con serenidad y
armonía el salmo responsorial. En
algunos sitios se disponen fieles de muy
buena voluntad pero sin la necesaria
preparación para la proclamación cantada
del salmo. En estos casos es preferible
recitar con propiedad los versos del salmo
a cantar sin afinación melodías
improvisadas. Una recomendación
importante en la liturgia es no distraer la
atención de la asamblea. Se canta para
facilitar la oración o no se canta.
De otra parte, el salmista debe pronunciar
bien cada verso de modo que facilite la
comprensión y participación de toda la
asamblea. Así toda la celebración será
expresión comunitaria y no protagonismo
individual. “Cuando un lector proclama la
Escritura, se necesita que todos la puedan
leer junto con él; cuando un ministro ora
en nombre de todos, se necesita que todos
puedan orar junto con él. Cuando el
salmista oficia, se necesita que toda la
comunidad pueda salmodiar junto con él.
Aunque la asamblea no haga
materialmente todo”16.
5. Características de la salmodia
La liturgia como expresión de la vida
debe adaptarse a los tiempos y lugares
manteniendo sin embargo el estilo
católico tradicional. Escribe Crivelli: “el
modo de salmodiar deberá adaptarse al
lugar donde el salmo debe resonar.
Navegar entre dos polos: la cantilación y
el canto. Son múltiples los parámetros: el
texto, la música, el rito, el salmodiante, la
asamblea que celebra. La voz se debe
adecuar a cada una de las situaciones.
Pero recordando que la índole de la
liturgia particularmente de la liturgia
romana está del lado de la sobriedad.
Hay una castidad del canto litúrgico, y
esto es todavía más verdadero en cuanto
se convierte en la voz de la esposa, la
Iglesia. El culto cristiano debe ser casto y
sobrio: allí encuentra la propia belleza, la
propia solemnidad. La solemnidad no es
pompa, aunque frecuentemente se
confundan las dos cosas. La pompa
permanece en la apariencia y en la
ostentación. La solemnidad se recoge con
dignidad en la estética de la gracia”17.
En consecuencia, el responsorio en la
proclamación del salmo “debe ser breve,
sin excesiva elaboración melódica”18. La
melodía debe adaptarse al uso que se le
quiera dar al salmo en la liturgia.
“Acompañar una procesión de entrada o
crear un espacio de meditación después
de una lectura son dos cosas diversas. El
texto del salmo podrá ser el mismo, pero
será diverso el gesto. Si los salmos son
bellos es porque son perfectamente
adecuados a la voz que los hace propios y
a su función de favorecer la oración. Los
salmos son esencialmente instrumentos
para orar”19.
6. los salmos en la Tradición de la Iglesia
Los orígenes del salmista se remontan al
cuarto siglo. El papa Dámaso haciendo el
elogio del salmista se refiriere a la “forma
tranquila de entonar con sobrio lirismo los
versículos del salmo. Ni cantilena infantil,
ni teatralidad exagerada”20.
Los padres de la Iglesia también
comentaron los salmos. Una bella página
de San Juan Crisóstomo ilustra nuestro
tema: “el salmo que acabamos de cantar,
ha fundido las voces y hecho subir al
cielo un solo canto plenamente
armonioso: jóvenes y viejos, ricos y
3
pobres, mujeres y hombres, esclavos y
libres, todos han usado una sola voz.
Juntos formamos un solo coro en una
completa igualdad de derecho y expresión
con la cual la tierra imita al cielo”21.
San Agustín por su parte llama la
atención sobre la necesaria sobriedad al
entonar los salmos de David. Hablando de
Atanasio de Alejandría escribe en sus
Confesiones que hacía que el lector
cantase los salmos con tan débil inflexión
de voz que pareciese más recitarlos que
cantarlos. Se trata de llevar el salmo bien
acentuado hasta el fondo del templo”22,
como Palabra de Dios y como respuesta
orante de la asamblea.
7. La propuesta del cd. TOTUS TUUS
El álbum “totus tuus”23 es un proyecto
musical que siguiendo las indicaciones
litúrgicas del Vaticano II sobre el salmo
responsorial en la eucaristía pone a su
disposición cinco melodías sálmicas de
las celebraciones pontificias interpretadas
en español compuestas por el maestro
Marco Frisina sacerdote director del Coro
de la Diócesis de Roma. Cinco salmos
seleccionados de las solemnidades y
domingos del año litúrgico:
1- SALMO 103, Bendice al Señor
alma mía. (del XXIV domingo
T.O. ciclo A)
2- SALMO 21, Dios mío ¿por qué
me has abandonado? (del domingo
de ramos)
3- SALMO 23, El Señor es mi pastor
(del IV domingo de Pascua.
Domingo del Buen Pastor)
4- SALMO 115, tu cáliz Señor es
don de salvación ( del jueves
santo)
5- SALMO 95, Hoy ha nacido el
Salvador (de la misa de
medianoche en navidad)
Fueron seleccionadas estas melodías
sálmicas atendiendo a las palabras de
Monseñor Piero Marini anterior maestro
de celebraciones pontificias en una
edición especial de la Revista Litúrgica
sobre la música en la eucaristía: “las
celebraciones litúrgicas del Romano
Pontífice sirven como modelo y
orientación para cualquier otra
celebración de rito romano, en cualquier
lugar del mundo”24.
El album Totus tuus contiene además de
los 5 salmos anteriormente mencionados
otras dos canciones bíblicas: la parábola
del sembrador y el discurso del pan de
vida además de 3 himnos marianos:
María, María, La Guadalupana y A ti
virgencita, los dos últimos dedicados a la
emperatriz de América.
El autor del cd. Totus tuus Dumar Iván
Espinosa Molina que sirvió como
salmista y diácono en diversas
celebraciones del Santo Padre Juan Pablo
II entre 1996 y 2000 coloca a su
disposición este trabajo discográfico
como material útil para preparar y
solemnizar la liturgia de la palabra y el
oficio divino.
En la carátula del álbum Totus tuus se
encuentran los textos de los cantos para
facilitar su uso litúrgico y catequético. Si
está interesado en los acordes musicales
de cada canción, para el acompañamiento
con piano o guitarra, solicítelos
escribiendo al correo electrónico.
dumarespinosa@hotmail.com . El autor
del album Totus tuus agradece su apoyo
en la compra del cd esperando contribuir
en su servicio pastoral y litúrgico.
Lugares donde se puede adquirir el cd.
Totus tuus
4
BOGOTÁ: Almacén María Auxiliadora:
calle 11 nro. 6 – 08, arriba de la casa del practicar por la falta de signos y división de
Florero. Y parroquia Ciudadela palabras. También por la escasez de códices solía
hacerse en común” Cfr.: SAN AGUSTÍN,
Colsubsidio. FACATATIVÁ (CUND): Confesiones. B.A.C. Madrid-1998. 2ª. Edición.
Papelería Anawin. FUSAGASUGÁ Notas explicativas. pág. 261.
(CUND): Papelería la Sagrada Familia y 13
Op. Cit. CRIVELLI, Jean Claude. pág. 321.
14
Emisora Ondas del Fusacatán (En el atrio Op. Cit. SAN AGUSTÍN, Confesiones. VI, 3,3.
15
de la Catedral). EL ROSAL (CUND): Op. Cit. PARISI, Antonio. Pág. 281, 283.
16
Op. Cit. CRIVELLI, Jean Claude. Pág. 324.
Monasterio Benedictino. BOJACÁ 17
Ibid. Pág. 325.
(CUND): despacho parroquial. SAN 18
Ibid. Pág. 322.
19
ANTONIO DEL TEQUENDAMA Ibid. Pág. 327.
20
(CUND). Despacho parroquial. LA Op. Cit. PARISI, Antonio. Pág. 283.
21
PEÑA (CUND). Despacho parroquial. Ibid. Pág. 283. Homilía 5.
22
Op. Cit. CRIVELLI, Jean Claude. Pág. 322. El
GIRARDOT (CUND) almacén religioso autor cita Confesiones X, 50.
cerca a la Catedral. RICAURTE. 23
“Totus Tuus” fue el lema del pontificado de
(CUND) Despacho parroquial. Juan Pablo II. Traduce: “Todo tuyo” es una
NATAGAIMA (TOL). Despacho exclamación dirigida a María Sma.
24
parroquial. VILLAVICENCIO: Rivista litúrgica. N. 2-3. 1999. marzo-giugno.
“l’in-canto del rito” editoriale.
Parroquia Asunción de Nuestra Señora:
Barrio Villa Bolivar.

1
Lic. En Teología Patrística de la Universidad
Gregoriana
2
COSTACURTA, Bruna, Salmi e sapienziali.
Pontificia Università Gregoriana. Roma-1998.
3
Cfr.: Constitución Sacrosanctum Concilium n.
90. B.A.C. Madrid-1993.
4
Cfr..: Ordenación General del Misal Romano. n.
36. B.A.C. Madrid-1969.
5
Aggiornamento: palabra italiana utilizada para
señalar la intención general del Concilio Vaticano
II al abordar el tema de la liturgia: renovación o
actualización.
6
Op. Cit. Ordenación General del Misal Romano,
n. 36.
7
Cfr.: CRIVELLI, Jean Claude. La salmodia e i
suoi versetti, In Rivista Liturgica n.2-3, 1999. Pág.
322.
8
Ibid. Introducción c5, n.e.
9
Ibid. Introducción c5, n.e.
10
PARISI, Antonio. Liturgia della Parola e canto.
In Rivista Liturgica n.2-3, 1999. pág. 273.
11
Ibid. pág. 274.
12
En las Confesiones San Agustín se sorprende al
descubrir leyendo mentalmente al obispo San
Ambrosio de Milán porque era habitual hacerlo en
voz alta. Se acostumbraba a leer en voz alta “para
acostumbrar el oído a la armonía del lenguaje y la
vista a la lectura entonces algo más difícil de