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- R UEOLOG,I A

SU~
~ELP RU

Aberto o ~e Castro
P. ALBERTO ROSSEL CASTRO

ARQUEOLOGIA

SUR DEL PERU

Ar aas: Valles de lea y l a Haya


de Ría Grande de Naska

[iJ Editorial Universo S. A.


111 LIMA PERU
A mis r~cO'1'dado8 padre8
César R 08sel E8pinoza
Valentina Ca8tro Río8

Con censuras eclesiásticas

© EDITOR IAL UNIVERSO S,A. 19n.


Av. Nlcolés Arr iole 2285 - La Victoria
T eléfono 24- 1639 - Casilla 241 - Lima 13 - Perú

IMP RESO EN EL PER U I PRINTED IN PER U


PR O LOGO
El Dr. P. A lberto R ossel Castro ha publicado su libTo A r­
queología Sur del Perú que contiene una valiosa contribución
al mejor conocimiento de nuestro pasado precolombino, precisa­
m ente en una de las zon{l8 más favorecidas por la presencia de
monumentos y materiaus de gran importancia.
POCM personas como el autor de estas páginas poseen tan
vastos conocimie'ntos adquirido8 a lo largo de muchos años de
residencia en esa región. Ha aprovechado de BU espíritu inves­
tigador, aplicándolo a una detallada descripción de cuánto Ue­
gó a BUS manos o pudo ob8ervar directamente en 108 camp08 de
la pesquisa arqueológica. En su afán de sínte8is, el Dr. R08sel
ha trazado cuadros muy utilizables por C'u,antos se intere8en en
la vida cultural del Sur peruano más p'róximo a Lima. Así por
ejem., el cuadro de la pág. 28, 8U8 interesantes cuadros y la in­
terpretaci6n de símbolos son de particular importancia, si se
le8 estudia con seriedad y dedicaciÓ11 (pág8. 357, 958 Y 9,1;9).
Siendo la inquisici6n arqueológica de 1tna zona, en muchos
C4808 apresurada, é8ta no produce resultado8 apreciable8, 8US
conclusiones son de un valor provisional; pronto su.rgen nuevas
interpretaciones que pueden ser rebatibles, en .e8ta carrera por
ofrecer [M últimas novedades. E n cambio~ el Dr. R088el ha es­
perado por muchos año8 la mejor ocasión para dar a conocer las
conquistas que ha alcanzado en su lenta y segura observación de
los fenómenQs.
E8 de especial importancia cuanto se refiere al extraordi­
nario monmnento de los dibujo8 en tierra de las pamtpas de
Nazca. Hasta hoy la persona más conocedora de tales dibujos Es de esperar que los especialistas presten atención debida
ha sido la Dra. María Reich, que ha dedicado muchos años a su a Arqueología Sur del Perú y que cuanto contiene sea ma,tería
estudio. Se deb e conocer al detalle la presencia de dibujos seme­ de estudio y discusión, para lograr el ef ecto perse,(ju,ido por su
jantes en otras zonas próximas y aun en sitios más apartados, esfo1'zado autor.
como lo está haciendo el autor, con positivos resultados.
Luis E . Valcá n :el. ~
Llama la atención el estudio cuidadoso que hace el autor de
as galerías y acueductos de Nazca, que se distinguen considera­
blem ente de todo lo conocido en otras culturas.
E l universo Nazca está circunscrito por la presencia e in­
terpretación de los dibujos de su cerámica, cuya admirable po­
licromía no tiene rival en el mundo, así como su avanzada técni­
ca para lograr piezas de gran v olumen con muy poco peso.
E l Dr. Rossel ded'ica un am plio y minu.cioso capitulo al es­
tudio de la música nazquense, y de un modo especial a las an ta­
ras, cuya variedad especifica detalladamente. Con razón 8ostie~
e que este instrumento coloca a Nazca en Un lugM privileg'
or BU extraordinario desarrollo.
El autor reconoce el origen Tiawanako en muchas de las es­
pecies encontradas en el valle de lea, al mismo tiem po que más
tarde Be identifica objetos de Warpa y otros lugares de Ay
cho como influidos por la inmigración Tiawanako.
Se reconoce una relación entre Na~ca y Paracas, cuya crono­
logía es dif eren te según los cuadros indicativos de las distintas
ultura8.
Ent re las culturas que se desarrollaron e1t el valle de lea
resalta por la superioridad de su arte textil la Cultura Paracas.
La riqueza de colorido y las múltiples representacione8 de su mi­
tología le dan un caráoter 'm,uy particu14r, qtte en este horo apa­
"'ece nítidamente.
Son muy dignos de tomarse ell cuenta l08 datos que ofrece
el Dr. Rossel sobre las poblaciolles de origen incaico.
N o nos cansaremos. f}llell, dfl sostener que la obra que prolo­
gamos, constituye un rico aporte al mejor estudio de la8 socieda­
des que poblaro11 este rirctlÍfo histórico, en el transcurso de m
chos siglos.
I N TRODUCCI O N

En vía de motivación debo hacer, en primer lugar, una sal­


vedad: el lector, en cada párrafo o capít ulo de esta obra, encon­
trará nombres toponímicos que se han desfigurado con el trans­
curso del tiempo hasta quizás perder su sentido y significación
propios ; por eso, vi, por conveniente reconstruir en 10 posible al­
gunas raíces de sitios o nombres de uso común, teniendo en cuen­
ta que, en lenguas madres aborigerres peruanas, no se encuen­
tran en su alfabeto la Z, la C y la H castellanas. Por ello, escribo
adrede y casi continuamente (valga por un simple ejemplo) Nas­
klL y Kusko sin Z, Paru as sin e, Tiawanako sin H y con K.

OVILES
I~n segundo término, deseo explicar, en este proemio, los
IQvlICll que me han impulsado para escribir este libro. VIlO de
11 011. lit falta de una obra integra! didáctica aplicable a! área Sur
flJIII!ológica del Perú que sirva como instrumento de guía al
nncstro. al antropólogo, a! intelectual y al estudioso.
la obra titulada Arqueologia Sur del Perú, al salir a luz,
I ~í. pur lodos los medios naturales, de cubrir este inmenso va­
ntJmdo al lector, por los métodos didácticos modernos,
I de estudio y una fuente de consulta. Porque cada ca­
tn obra es una unidad de trabajo entrelazado los unos
tro8 e ilustrado como centro de interés, por elementos
xlra(dos precisamente del campo arqueológico: he
rdade.ra procedencia y autenticidad. Todo el conjunto
lihro, va orientado hacia ]a búsqueda de la verdad; pero,
teca. Mi mesa, mi escritorio, mi laboratorio, mi libro de consul­
en este quehacer, se han presentado numerosos problemas que se ta siempre fueron el campo. En él encontré no pocos restos aban­
somet en a la crítica científica y constructiva, ya que las conclu­ donados por los "huaqueros": fragmentos de cerámica disper­
siorres de algunas de ellas, hablando humanamente, no son i nfa­ sos, como papeles rotos, por las lomas de los cerros, por quebra­
libles. Sin embargo, trato de resolverlos en su propia plurimen. das o prominencias de los basurales, los cuales son inservibles y
cionaJidad. Tal es el caso : una zona arqueológica es la constitu­ despreciados por los intonsos ; pero, para el arqueólogo son per­
ción del todo, como el cuerpo humano que está compuesto de miem­ las botadas en el basural que las recoge con admiración, para for­
bros y órganos. En la región Sur Costeña del Perú se constatan mar con ellas un collar de reconstrucción histórica.
dos centros geográficos bien constituidos: el del Valle de lea y el
de la Hoya de Rio Grande de Naska, en cuyos lugar es se han desa­ UTILI DAD E IMPORTANCIA
rrollado dos civilizaciones memorables: la de Naska y la de Para.
kas, con inmensas irradiaciones hacia el Centro, Norte y Sur del Esta obra la creo importante y de su ut ilidad para la socie­
país. Desde luego, en el est udio de este problema, he procurado no dad intelectual, porque ella h a surgido de la propia r ealidad ar­
dejarme llevar de la fuerza del ambiente, para no encajarlo dentro queológica. H e aquí su mér ito. Por t anto, no sólo debe int eresarle
de la división política actual de distritos, provincias y departamen· al arqueólOgo que encontrará los datos más completos de la Pre­
tos, ya que ella carece, por si misma, de toda demarcación cien­ Historia corr espondiente a la Costa Sur del P erú, sino también
tífica, y las deducciones serían imprecisas, incompletas, truncas al hombre procedente de difer entes esferas del saber humano: el
e innecesarias. El hecho de decir: Arqueología de lca, Na.ska, antropólogO descubrirá los primeros vestigios de la presencia del
Chincha, Palpa, etc., implicaría una idea netamente regional, muy hombre peruano y su evolución Y entr oncamiento con otras socie­
limitada y entrecortada. En cambio, Arqueología Sur del P erú dades o grupos humanos. El ingeniero verá de cerca las prime­
abarca a las dos region-es ya mencionadas. ras obras hidráulicas de galerías fjltrantes existent es en la Hoya
Otro fador ; el hecho de haber tenido mi residencia por va­ ne Río Grande de Naska, o los primeros momentos de domestica­
rios años desde 1941 a 1950 en la noble y legendaria ciudad de :i6n de las plantas y animales. El sociólogo Y el etnólogo encon­
Naska, y desde 1951, dos lustros más, en la ubérrima e histórica trllrán los inicios de la vida del hombre. de las sociedades h uma­
provincia de lea, me ha permitido, en su aspecto positivo, ver de ,m8 que han dejado sus huellas profundas en las ar tes, industrias,
cerca, qué de cementerios prehispánicos; qué de galerías filtran­ I:ostumbres, folklore, etc. El musicólogo comará con una fuente
tes; qué de figuras geométricas; qué de maravillas en la cerámi­ dI.! información de trascendencia espiritual, de sonidos musica­
ca y textilería; qué de monumentos arquitect ónicos en sus her­ lcu g-rabados en cada t ubo de las antaras, cual un órgano que re­
m osos y var iados valles, en sus profundas y estrechas quebradas. prncfuce una escala eromática al tiempo de tocarlo. El médico y
En su aspecto negativo, todos aquellos monumentos arqueológi­ I .....ont61ogo hallarán objetivamente el problema de la deforma­
cos están destruidos por el tiempo y por la mano intencional del ÍI~II t'raneana, en su sentido neuro-quirúrgico; los causales y los
hombre; alll están los cementerios prehispánicos saqueados y ca­ rr¡¡)vi!t'!'I de esa deformación ; la práctica de las trepanaciones, sus
vados ciento de veces por los uhuaqueros"; los pocos restos ar­ IMCI'I, causas e instrumentos paleo.quirúrgicos; encontrarán,
queológicos que existen, permanecen en el abandono; no hay ins­ 'lIHIlIJíón, no pocos casos, de n:!presentaciones pictóricas o escul­
tituciones que se interesen por su couservaciÓD. Este descuido kna de órganos del cuerpo humano como el riñón, el pulmón,
es una realidad inobjetable. y conocer esta realidad, es tener con­ tráquea, Y el porqué modelaban los sepulteros los adobes de ·
ciencia arqueológica e hist órica que me ha permitido recolectar, tlllllhuR en forma de dientes humanos, especialmente, los ca­
seleccionar y r elacionar los diferentes dat os. Cada Datum de este 'Y molares. El maestro o pedagogo que lea este libro, des­
libro es una experiencia. P or lo mismo, los problemas surgidos y n cada capítulo numerosos elementos culturales que pua­
resueltos en este trabajo, no son productos del bufete o de la biblia- ulilizados como un excelente e insustituible material di­
dáctico en sus clases, por ser fu ente de primera mano. Así, se
fomentará la formación de una conciencia histórico-nacional, que
contribuya a una mejor valorización del pasado peruano por parte
de nuestra juventud estudiosa.
Finalmente, "Arqueología Sur del Perú" sale a luz, sin la pr e­
tensión de haber agotado todos los variados problemas ar queo­
lógicos de las dos áreas ya mencionadas, ni sentar conclusiones
defi nitivas; ella, en cambio, como toda obra humana, está llena
de defectos; y. por eso, con sirrceridad, se somete a la critica cons­ CA P I T ULO I
tructiva y abre su pensamiento al campo de la discusión ; y saje,
únicamente, como un aporte a la ciencia, como un auxiliar o guía ARQUEOLOGIA SUR DEL PERU
par a los estudiosos y turistas del mundo.
l. ~epto '7 objeto de la arqueologia.
Alberto ROBBel C. 2. Areall arqueológicaa.
3. Termlnologial!: Cultura. Chilización, Pre-Colombina, Pre-
Historia, Pre-Hispánlca, Estilo.
-4. Eetati(p"afia y dinamismo de concentración billtórica.
5. Tiempo-Espacio-Hilltórico.
6. Cuadro estratip-áfico para el Sur ctel Perú.
7, Cronoloaia arqueológica.

1. Concepto y objeto de la arqueología.

Su etimología viene de la Jengua griega: Arkaio-antiguo;


Logos-inteligencia. Por inteligencia la interpretaban los griegos.
Entonces, Arqueología significaría: Lo qqe queremos saber del
hombre antiguo. Precisa, quizás, hacer algunas aclaraciones de
concepto.
Un grupo de autores, valiéndose de la palabra antiguo, to­
mada en su más amplia extensión, incluyen a todas las ciencias
históricas en la arqueología. Los humanistas del siglo XVI, apli­
C'Rron el término antiguo, para el estudio tanto de los monumen­
lQ!I cuanto de los textos clásicos, dando preferencia a estos últi­
1Il0S. No obstante, para los arqueólogos los textos clásicos fue­
ron considerados como auxiliares de la arqueología., y la denomi­
luci6n de "antiguo" la sustituyeron por su derivada : antigUe­
dudes.
De aquí resultarfa que la Arqueología, considerada en su sen­
licio estricto, define con mayor precisión su conceptuación; es
na ciencia que trata de saber los principios y las leyes propios
19
18 ALBERTO ROSSEL CASTRO A RQUEOLOGlA. SUR DEL PERU

de las obras del hombre que se han olvidado o se han perdido, pa­ El centro de int erés del arqueólogo, es y debe ser el trabajo
ra r econstruir, con ellas, la Historia. de campo; pueden haber arqueólogos que escriban bastante, pe­
ro que observan poco o casi nada en el campo; pueden tener mu­
El malogrado amauta de la Arqueología Peruana, doctor Ju­ cha bibliografía como muy poco conocimiento en el campo de la
lio C. Tello, en su cátedra universitaria de San Marcos de Lima, experimentación. Esta acción del arqueólogo en el campo, desa­
enseñaba que la arqueología "es 1Ula ciencia que trata de descri­ lient a a muchos estudiosos ; por eso, tal vez hay muy pocos ar­
bir lo que ha ido desapareciendo, de busear los datos perdidos y q ueólogos de campo en el m undo que tengan vocación por esta
de reconstruir el hecho histórico". De este concepto nace el ob­ ciencia; que no es tan fácil r esolver sus problemas. Es() de cami­
jeto y fin de la arqueología: investigar en el campo ; reconstruir. nar por el campo a pie sin ayuda de medios motorizados ; de eje­
los hechos histór icos o productos del hombre dejados a través de cutar cateos o excavaciones a todo viento y sol, entre polvo y
la humanidad. De aqui nace, también, el primero y fundamental tierra; de dormir a veces bajo la sombra de carpas en lugares
propósito del arqueólogo: investigar en el campo el hecho olvi­ desolados, frígidos y lluviosos; de tomar alimentos f r íos a des­
dado, extraer de allí alguno que otro dato, para volver a const ruir hora; de ir por senderos escarpados a pie o a lomo de bestia, cru­
la Historia. zando montes y peñascos, y matorrales; de trepar paredes Y cer­
cos; de pasar las noches en las frigidas cuevas, y, en fin todas
El doctor Julio C. Tello, en una de sus t antas conversacio­ las inclemencias y penurias de una exploración, que el autor de
nes que le escuchaba, en mesa redonda, cuando fundó la "Aso­ eH te libro, muchas veces, ha saboreado estas inclemencias t anto
ciación Peruana de Arqueología", en 1940, a la que pertenecí co­ en la Sierra como en la Costa del Perú; todo ello, es algo mortüi­
mo socio activo, decía, para ilustrar el segundo propósito, "que cante que desanima. Para vencer estas dificultades del ambiente
el arqueólogo, luego de penetrar en el c:a.mpo olvidado, debe se­ en cada situación, conviene tener una verdadera vocación y un
guir el terreno de lo :recordado donde trata de locaJjpr su ha­
Dazgo, de interpretar las figuras, de qué civilización o pueblo co­ 4".5píri tu de sacrificio.
rresponden". Agregaba, con tan maestría y énfasis en su lengua­
je peculiar, que para el arqueólogo no vale una obra artística.. Areas arqueológicas.
mente considerada, sino que se conforma con alguna h.uella. r efe­ De acuerdo a los recient es estudios Y descubrimientos arqueo­
rente aJ arte o industria humanas. De donde podemos deducir kas llevados a cabo en el Perú, la Arqueología Peruana se
que el tercer propósito del arqueólogo, seTÍa est udiar el valor in­ Imelle clasificar por Areas Arqueológicas, más o menos extensas,
trínseco y no el valor real de las cosas (1). de puehlos o civilizaciones, hoy por hoy, en ruinas, que, en su
De este campo de la r econst r ucción histÓrica, el arqueólogo '1i111l) histórico, se caracterizaron por su desarrollo o retraso
observa, recopila y selecciona datos, formula hipótesis, analiza y ¡t'''"! unos de otros. Esas áreas arqueológicas están situadas
dicta principios y fórmulas concluyent es. Est e es lo científico. ul\nt\(1 regiones bien configuradas y definidas de Costa, Sie­
Por eso, el arqueólogo, es, como lo h a dicho un autor anónimo, •• HNdón Andina Y Montaña o Zona Amazónica.
"el obrero infatigable que construye los cimientos del hermoso I'cgl(m de la costa como la de la Sierra, se subdividen
palacio de la Historia ; es el minero que busca en las entnúias u 1~Í\mdnte en zona del Norte, Centro y Sur.
de lo pasado la preciosa materia que, luego depurada en el crisol
de la sana crítica, adorna a la gran maest ra y madre de la huma­ I~tl lo (lue corresponde a la zona Sur Costeii.a, que es el cen­
nidad : la Historia" (2) . ¡JI! nlleslro interés, se cuentan las principales áreas del Valle

(1) Revista ChfJ8qui - V. 1; NO 1; págs. 70 al 73. Sesi6n del 16 de ma ­ uml'nt.&da; W. M. Jackson Ine. Editores ¡ año 1960 ;
yo de 1940. Museo de la Universidad de San Marcos de Lima.
(2) Diccionario EnciclO"p¿dico Hispano-Americano. T. n. Nueva Edici6n
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20 ALBERTO ROSSEL CASTRO ARQUEOLOGlA SUB DEL PERU
También se aplica a cada paso el término de "cultura" sin
de Ica y las de la Hoya de Río Grande de Naska, en cuyas que­ t omar en cuenta su sentido propio. Se va vulgarizando y hacién­
bradas, valles, planicies y médanos se han desarrollado dos civi­
lizaciones bien determinadas y caracterizadas: la de Naska y la dose muy familiar hasta en las mentes de los eruditos. Los so­
de Parakas, con irradiaciones a las r egiones de Ayacucho de la ciólogo Y antropólogos la usan, en un sentido " amplio", para in­
s cosas " superiores" de la vida, como artes¡ literatura, fi­
dicar las
Sierra Central; por el Sur, Acarí y Caravelí; por el Norte, hasta
Ancón. losofía ; el adjetivo "culto", se le emplea como lo más cercano a
"cultivado" o "refinado". En su acepción sociológica, "cultura"
Trataré de describir, de acuerdo al esquema estratigráfico es la totalidad de lo que aprenden los individuos como miembro
propuesto, las etapas Socio-políticas o civilizaciones que se han de una sociedad; por ejemplo : lavarse los dientes, aprender la
desarrollado en el Area Sur del Perú. música, el modo de vestirse, el idioma, son partes bio-sociales de
una cultura (3).
3. Terminologías: Cultura; Civilizaci6n; Pre-oolombina; Pre­ ia
hispánica; Pre-historia. El concepto de "cultura", en el campo de la arqueolog , va­
ria por completo su aplicación; pues, esas normas o vivencias,
Antes de todo conviene tener presente 10 siguiente: costumbres, creencias y actitudes en el hombre, han dej ado de
tener vitalidad, acción y evolución.. Todos son restos muertos,
Estoy convencido que la Arqueología Peruana es una cien­ mudos, fósiles que han dejado de ser cultura. Sin embargo, mu­
cia, porque es un conj unto de hechos reflexivos que se ajustarr !hos aficionados o profesiorrales en arqueologia peruana, deno­
a sist emas y métodos, y sus problemas son verificables. Ella de­ minan, con suma ligereza, a las sociedades, pueblos Y acivilizacio­
be estar , entonces, al alcance de todos las conocimientos humanos, del
nes en ruinas, que precedieron a la Conquista español . Perú, o
para ser amada, leIda y comprendida por todos. le "Cultura Mochica", "Cultura Nasca", "Cultura Tiawanac ",
En el campo de ]a Arqueología Peruana ha sucedido, en "Cultura Chavin", etc. Todo ello, es también impreciso y confu­
cuanto a la nomenclatura, hechos discordantes e imprecisos, unos ; 0, carente de toda apreciación científica. La Academia de la
contradictorios e inaplicables, otros. De esto ha resultado un sin­ l,cngul\ considera a la palabra "Cultura" como desarrollo intelec­
número de terminologías que se confunden unas de otras. No ha lu nl () nrtístico del hombre, mas rro para r eferirse a los restos
predominado una regla o norma de enseñanza homogénea, didác­ tl uj u!l(ls por éste a través del Tiempo-Espacio-Histórico. La es­
tica y permanente, basada en la observación cientffica, para apli­ (' Imlll norteamericana incluye a la Arqueología en la ciencia An­
carla a la Ar queología Peruana. ItOJlOlógica, siendo aquélla como auxiliar de ésta; por eso, qui­
o cllu. emplea a menudo este concepto de cultura en la arqueo­
s t érminos ant iguos empleados desde Max Uhle (1901) login pel'uana. La Socialogía, la Antropología, la E tnología, la
para adaptarlos a la cronología peruana de Tardío, Medlo y Tem­ I'llueologia son ciencias específicas que deben limitarse a su
prano, deben ser r evisados ; pues, esta clasificación tiene mucha vcrdndero campo de acción para comprender mejor sus diferen-
semejanza o afinidad con ]a división vert ical eur opea de: Anti­
gua, Media y Moderna. I éD problemas.
l'~n vista de este barbarismo, el término "cultura" se discn­
La clasificación de Max Uhle, de orden arqueológico, f ue tal 11 uno de los congresos de Historia N aciona! del Perú. Es así
vez {lceptable para su tiempo. La Arqueología Peruana desde en­ n la Mesa Redonda correspondiente al TI Congreso de His­
tonces (1901) ha evolucionado bastante, ya tiene un historial fe-. Nacional fue presentada una interesante ponencia por el
cundo. Por eso, ]a clasificación de Tardfo, Medio .y Temprano, no
cabe en este libro, por ser ella impropia e inadecuada, al menos, Ely Chinoy _ IntroduccWn a la Sociología - E d. Paid6s; pág. 28.
para las áreas arqueológicas de lea, ya que esa denominación no uarta ed . castellana 1966.
corresponde a su realidad arqueológica.
22
ALBERTO nOSSEL CASTRO .\ RQUEOLOGIA SUR DEL PERU 23
Dr. Richard Schaeldel que estableció lo siguiente: Designar co­ El descubrimiento de América por Cristóbal Colón, en un
mo cultura los restos materiales que el arqueólogo suele encon­ sector de las tierras antillanas. el 12 de Octubre de 1492, ha dado
trar (4). Frente al hallazgo de los restos, por ejemplo, de una
margen par a denominar impropiamente a todos los pueblos o ci­
cerámica encontrada en una área de 2 mil., el objeto del arqueó­ -¡ilizaciones de América que precedieron a este acontecimiento,
logo es interpretar qué hombre, qué pueblo, qué nación, qué im­
de "Civilización Pre-Colombina". Téngase presente que este he­
perio, qué civilización los fabricó, preguntarse : ¿ Dónde está su
origen? Por este simple hallazgo no se puede denominar a ese cho consumado con el desembarco de Colón en Haití de Santo Do­
mingo, en nada repercutió, ninguna influencia tuvo en el gran
lugar con e] nombre de tal o cual comunidad, porque puede ha­
ber sido trasladado ese objeto utilitario o artístico. por algún Imperio Inkaico; antes bien, éste siguió su ritmo normal de desa­
hombre de un sitio lej ano, sin que este sujeto sea dueño o autor rrollo cultural durante cuarenta años después. Todavía, en el año
de tal artefacto encontrado. de 1532, con el ar ribo de las huestes de Francisco Pizarra en
Tumbes y , seguidamente, con el cruel asesinato del monarca Ata­
Asimismo, el concepto de Civilización se confunde con el de walpa. en Caj amarca, el Imperio de los Inkas sufre un brusco
cultura, aplicándose indistintamente ambos términos, en textos cambio de su vida política, social y religiosa; se derrumba, y cae
escolares, en libros de historia, en t rabajos monográficos, en te­ bajo la espada y dominio español. A los pueblos del Imperio In­
sis, etc. Toynbée denomina a toda sociedad humana de Civiliza­ kaico, que antecedieron a este hecho histórico, es más preciso y
ción y distingue que hay civilizaciones desarrolladas, abortivas y cientüico denominarlos de Pr e-Hispánicos, y no de Pre-Colombi­
detenidas (5) . El diccionario de la Academia Española dice: "es nos, porque no encuadra a la realidad histórica.
el conjunto de ideas, ciencias, artes y costumbres que fonnan y
En lo que respecta al concepto de Pre-Hispánico, la preposi~
caracterizan el estado social de 1Ul pueblo o de una raza". Efec­ ción latina Prae significa antes, delante de. Cuando digo en esta
tivamente, el término civilización se aplica mejor a los pueblos oura, por un ej emplo, "Cementerios Prehispánicos de la Hoya de
desarrollados, industrializados, tecnificados, con ideas, tradiciones, Naska", me estoy refiriendo a España antes de su invación o
ciencias y artes, cuyos valores han heredado a otros pueblos; que ~onquista del Imperio Inkaico. No podria decir Cementerios In­
han dominado una región, más o menos, extensa; que han bus­ kaicos, porque la Civilización Naska existió mucho antes que los
cado su medio de acción y de conquista por emigración o imni­ 1nkas. Por eso, el fonema Prehispánico aparece repetidas veces
graci6n. Cabe, en este sentido, denominar con mayor precisión
de Civilización Naska, Civili7Ación Mucltik, Civilización Parakas, m casi todos los capítulos de esta obra, tan solo para significar
1111 Espado-Tiempo-Histórico de dominio, de dependencia, de es­
Civilización Inka, Civilización Tiawanako, etc. Denominando así, clAvitud, cuyo gobierno predominante, después de 300 años de vi­
estarnos señalando a un pueblo que vivió en su Tiempo-Rorizon _
da virreynal, se vino de bruces por tierra con la misma espada,
te-Histórico propios. En cambio, si a estas civilizaciones las de­
10 por Emancipación sino por Libe.ración. La Emancipación es
nominados Cultura, estamos limitando y disminuyendo el verda­
In separación voluntaria de dos que se aman; con este criterio ya
dero concepto, porque cultura es resultado y efecto de cultivar
los conocimientos humanos. habrían héroes en nuestra Patria. La Liberación se consiguió
Ilerza de sangre, muertes y sacrificios que culminó en la bata­
mgrienta del 9 de diciembre de 1824 en Ayacucho. El tér~
¡JlO de Pre-Hispánico marca, pues, un momento de nuestra rea­
4 IIchul histórica. El autor de este libro no puede desprenderse de
( ) Actas 11 trabajo8 del/[ Congreso Nacional de Hi8toria. del Perú. (Epo­
ca Prehispánica); año 1968; págs. 35; 37. onema, porque está muy sobrepensado.
(6 F:n lo que respecta a la Pre-Historia habría que hacer algu­
TQynbee Arnold - E studio de la Hi.9torla (Compendio l' rv; Eme­
cé; por D. G. Somerwell), pág. 176. 'eparos. Ella es el estudio de la vida de la humanidad duran­
1 extenso y lejano periodo donde aún no ha llegado hasta
24
ALBEkTO ROSSEL CASTJ«)
ARQUEOLOGIA SUR DEL PERU '25
nosotros las tradiciones orales ni escritas. Esta ciencia se apoya
en el análisis
periodos de los restos materiales dividiéndolos por edades,
y épocas. hace la aguja de un reloj marcando los segundos. Mi experien­
cia recogida en el campo de las áreas de lca y de la Hoya de Río
Grande, me permite decir que, en una misma tumba, existe a la
Mientras que la Arqueología como denda, ampliando con­ vez cerámica fina y ordinaria, ceremonial y utilitaria, pertene­
ceptos anteriores, tiene tres objetivos: 19 describir lo que ha ido cientes a una misma civilización, en una misma secuelTCia y fase.
9
desapareciendo; 2 Huer revivir hechos no regiStrados; Y. 3 Por decir lo menos, afinno que estos obj etos fueron utilizados
Reconstruir el hecho histórico. Aunque se diga que las ciencias por un mismo autor simultáneamente. Estas evidencias prueban
no se fundan tanto en el objeto de su estudio sino en los méto­ que no hay r egla fij a para clasificar las civilizaciones prehispá­
dos y procedimientos de ,irrvestigación. este Principio de camino nicas basadas únicamente en los estilos.
o regla, es algo sUbjetivo, como un objeto sin sujeto ; o un obj eto
sin la cosa real. La Pre-Historia no tiene estos obj etivos; por El estilo es, simplemente, un elemento cultural; es un factor
eso, para la Arqueología la Pre-Historia viene a constit uir el auxiliar que debe utilizarlo el arqueólogo para poder interpr etar
material arqueológico, el cual no sólo está constituido por la Pre­ los hechos del hombre olvidado en el campo.
Historia, sino por los hechos no registrados que están en eJ do­
minio de la propia Historia.
4. Estratigrafía y dinamismo de concentración histórica.
El Método de la ArqueOlogía es el Estratigráfico basado en Recordando lo dicho, el método que sigo en este libro es el
la SUperposición. Este mismo método lo aplico en el desarrollo Estatigráfico, el cual se aplica, especialmente, a los cortes hori­
de este libro cuyO postulado está delirreado en la Estratigrafía ontales o verticales de los basurales que presentan estratos o
Arqueológica para el Sur del Pení. De ella, antes de todo, daré 'apas superpuestas, que permite determinar las fases o etapas de
algunas explicaciones, aunque sucintas, a fin de hacer más via­ u desarrollo. Empero, si este mismo método se aplica a los ce­
ble el conocimiento de los problemas propuestos. De nada servi­ menterios pre-hispánicos de los valles de lea, ya no funciona,
ría poner un cuadro a la vista, sin antes explicar el POrqué de su
conformación que no es un capricho o invención de~ autor, sino
IJorQue en' un mismo nivelo sedimento se registran tumbas de di­
(-..entes épocas, e incluso, pertenecientes a distintas civilizacio­
la resultante de un vasto est udio de investigación comparativo fII'S. Algo más, cada tumba, en un cementerio, marca su secuen­
realizado en el campo desde el año de 1941, que me ha permitido ¡,l propia que la distingue de la otra, por los artefactos que con­
recoger inValorables e innumerables datos arqueol6gicos. liene, como: cerámica, telas, instrumentos de música, de labran­
Sólo me queda hablar algo de ES'l'ILOGRAFIA. No cabe l. obra hidráulica, etc. Estas características intransferibles,
duda, que el estilo es un elemento cultural que siempre utiliza eJ J1crrniten obtener una clasificación de acuerdo a su edad crono­
arqueólogo. El estilo es, según el léxico, el carácter propio que l(.llil'a.
imprime el artista en 8US obras, en virtud de sus facultades per­ La observación del arqueólogo no termina ahí. Falta eva­
sonales. El hombre está, casi siempre, inclinado a manifestar al­ liJlH' lo más importante: el dinamismo, aspecto que los arqueólo­
guna cualidad artística basada en su voluntad de hacer perfecta 11I 110 han dado importancia. Todos esos artefactos ext raídos de
o imperfecta su obr a. El estilo en el hombre no es un instinto, IImhas (obras de irrigación, los calendarios, los andenes de
como lo tiene la abeja cuando elabora maquinalmente su celda sin 1I11'Ivo, etc.) demuestran una dinámica en el hombre. Todo hom-
variar su estilo. Un mismo hombre puede tener varios estilos en 1/l'C! etl JII'ofundamente dinámico, por ser espiritual, esa fuerza le
una misma época; por eso, el estilo no mar ca un Espacio-Tjempo, tll para actuar en todas las situaciones del medio geogm..
sin'o un gusto espontáneo, libre y ocasional. El proceso del esti­ \ lIue se encuentra. El hombre pre-rustórico en el Valle de
lo artístico no debe tomarse como el movimiento o cambio qU (por no decir las sociedades humanas) es eminentemente di­
que vence las influencias del medio geográfico, para r e­
27
ARQUEOLOGIA SUR DEL pERU
26 A LBERTO ROSSEL CASTRO

Histórico. Es dentro de este triángulo (T. E. H .) , err el que se


solver sus necesidades; es el que, más bien, se relaciorra con las debe circunscribir el Cuadro Estatigráfico de las secuencias pa­
influencias telúricas constantes de la tierra en cada situación; r a el Sur del Perú en el orden arqueológico. Ello debe servir de
es el que doblega y supera las dificultades geográficas y hace de paut a para el estudio comparat ivo, con el fin de hacer más viable
las áreas conquistadas un suelo lleno de dicha y bienes naturales y entender mejor las diferentes líneas geográficas Y cronológicas
o artificiales que Dios, puso, casualmente, en sus manos, para
aprovecharlos y ordenarlos hacia la consecución del bierr, que es en las que el hombre prehistórico ha vivido.
lo perfectivo en el hombre (6). Al involucrar en este capítulo el nuevo vocablo de Tiempo­
Espacio-Hist órico, debo hacer, antes que todo, la justa salvedad
El concepto ar riba mencionado conviene ilustrarlo con un
simple ej emplo de la existencia de una sociedad saturada de di­ que la trilogía enunciada es tomada de la obr a del doctor Víctor
Raúl Haya de la Tor r e; y, precisa, por lo mismo, puntualizar el
namismo, que vence en el Tiempo y en el Espacio la hostilidad
del desierto; la soledad de quebradas secas sin vida; los cerros sentido filosófico de los términos adquir idos, para formular el
grisáceos sin verdor err ninguna de las estaciones. Esa sociedad Cuadro propuesto (8).
fue la "Civilización Naska", compuesta de gentes dinámicas de Tiempo-Histórieo se refiere a los diferentes grados de desen­
apoderarse de la Hoya de Río Grande, en las costas marítimas volvimiento económico, político, social y religioso de un pueblo.
Sur del Perú, particularmente, de las quebradas de Kajamarka, Este Tiempo Histórico se subdivide por Etapas; cada una de és­
sin agua; de t ierras cubiertas de arena sin árboles ni contornos tas es sinónimo de Fase. Una y otra pueden ser aplicable en un
de vida; en un ambiente caluroso y seco. Por eso, optaron ven­ mismo sentido. El conjunto de Etapas o Fases coJl8tituye una
cer el medio geográfico, soberbiamente hostil que IrO le brindaba
Secuencia o Período.
siquiera el elemento primordial de la vida: el agua. Esta es ex­
traída del subsuelo por medio de canales extendidos por debajo Las etapas o fases tienen en el camPO de la historicidad un
del suelo o lecho de los ríos, cuyos canales se dirigen en distin­ orden que seguir. Nunca úna Etapa camina por saltos. Así, la
tas direcciones, ya sea a la base de los cerros o hacia los méda­ ('Lapa e debió pasar por las etapas A Y B. Esto es algo que i m­
nos (7). Esta obra hidráulica, maravilla del mundo, es fr uto de porta saber en arqueología. antes de dar los primeros pasos para
un dinamismo de concent ración histórica. 11 clasificación.
5. Tiempo-Espacio-Histórico. Espacio-Histórico es la constante relación del hombre con el
IlIhlente telúrico; es propiamente la dinámica del hombre sobre
La dinámica de concentración histórica ha engendrado, por 11, Keografía para resolver los pr oblemas de sus necesidades Y
gravitación, un principio filosófico muy reciente para dividir el nllncguir su bienestar. La dinámica es propia en el hombr e por
Cuadro Estratigráfico a base del Tiempo-Espacio-Histórico. Tén­ '" (t~piritual. Por eso, est e Espacio u Horizonte tiene una ca­
gase pl'esente que la Arqueología, con su propia filosofía, r econs­ rí!\tica única que la distingue de cualquier otra. De aquí re­
truye la Historia que se tenía como muerta, paralizada, abando­ que el hombre nunca puede estar lejos de su Tiempo His­
nada y dispersa. Acumula datos, hechos y fenómenos, para sa­ ni menos separado de su Espacio Histórico. Ambos princi­
car de ellos su propia coordenada, es decir, su Tiempo-E spacio­ lOO son inseparables; de ahí, result a el enunciado de Tiempo­
¡f,d(.J-l!istórico.
(6) Roseel Castro, Alberto ­ CO?I.Ciencia Hi8t6ricO- Nactonal C07M AetitlUl
en la Enseñanza 11 Aprendizaje - Monografia para optar el grado
de Bachiller en Educación; Pontificia UnIversidad Católica del Perú j 1>r. la Torre, Victor Raúl - Ellpacio_Titmpo-Hist6rico - p­
a ño 1968, pág 64.
:\5 ¡año 1948. Lima-Perú.
7) Rossel Castro, Alberto - Ob. Cit. , pág. 65.
6. ARQUEOLOGIA SUR DEL PERU
CUADRO ESTRATIGRAFICO PARA EL SUR DEL PERU 29

nEMPO HISTORICO Este enunciado de Tiempo-Espacio-Histórico es nuevo por


ESPACIO cuanto que, por primera vez, lo incluyo en el campo de la Arqueo­
HISTORICO
SECUENCIA O PE­ SECUENCIA O PE­
logía. Empero, es antiguo, porque el concepto de materia, ener­
RIODO SOC/O-ECO­ RIODO SOCIO - PO­ gía, movimiento, espacio y tiempo, fueron de Carlos Marx basa­
NOMICO ETAPAS O FASES HORIZONTE
l/TICO dos en la teoría Newtoniana ; y que la dialéctica Hegeliana: "de
que todo pasa, muere y es sepultado por ideas y cosas nuevas" ,
CONQUISTAS DEL 3 . SUB- /NKA la adapt ó a la Historia.
KUSKO HORIZONTE
2. INKA-CLASICO IMPERIAlISTA
1. PRE-/NKA 1440-1532 D.C. En cambio, Haya de la Torre, agrega a los principios de Ma­
URBANISTICO OR/­ teria, Energía y Gravitación, una cuarta dimensiórr: Espacio­
AGRI CULTURA 3 . SUB-CHINCHA
GEN ANDINO DEL 2. CHINCHA
HORIZONTE Tiempo-Histórico, tomándola de la física relativista de Alberto
NORTE INVASION AND INA Einstein, y la aplicó a la Filosofía de la Historia.
CLASI CO 1000 a 1440 D.C_
1. PRE-CH INCHA
Con la nueva Filosofía Relat ivista todas aquellas concepcio­
GANADERIA SEGUNDA GRAN FU­
PESCA 2. SUB-EPIGONAL HORIZONTE
nes han sido profundamente alteradas en la integridad de sus
SI ON ORIGEN AN­ TIAWANAKO aspect os.
FLORECIENTE OINO DEL CENTRO EXPANSION/STA
3 PACHEC07
1. EPIGOHAl
500-1000 D.C.
Conforme al Cuadro Estratigráfico elabor ado a base del
T/AWANAKO Tiempo-Espacio-Histórico, requiere, ahora, hacer una ligera ex­
CONF/GURAC/ON 3. SUB-NASKA plicación de cada estrato propuesto, para su mejor estudio y
REGIONAL HORIZONTE comprensión. Porque cada uno de ellos forma parte de un capí­
2. CLASICO FLORECIENTE tulo especial. Estas acciones están encuadradas en dos campos:
NASKA 330 A.C.
1. PRE·NASKA 500 D.C.
Tiempo-Histór ico y Espacio-Bist6rico.
FORMATIVO 2 . PARAKAS
REGIONAL HORIZONTE El primer campo se refiere a : TIEMPO HISTORICO.
NECROPOl/S SEPARATISTA
1. PARAKAS
200 I 330 A.C. a) Secuencia Socio-EconóDÚca. En este aspecto se debe te­
CAVERNAS
PRIMERA FUSION
ner en cuenta la Ganadería, la Agricultura y la Pesca.
2 PARAKAS
ORIGEN ANDINO HORIZONTE
TRIROFOIDE EPIGONAL CHAVIN La Ganadería, en los valles de lca, ha sido una de las fuentes
DEL NORTE 1. PARAI<AS 500 A.C. primordiales de abastecimierrto en el mercado popular. Estuvo
CISTOIDE 200 A.C. l.m organizado tanto en la Costa como en la Sierra que, por eso,
AGRICUl nlRA SOCIEDADES han registrado en los valles de lca, grandes centr os de domes­
INCIPIENTE KAWACHI HORIZONTE
PRIMITIVAS DISCO VERDE lC'ución y de crianza a manera de establos. Así, en 1as ruinas de
INICIAL
3200 A.C. Nrtska, principalmente, en el sector de Kajamarka, encontré co­
500 A.C. rules de encierro para llamas ; de igual modo, en las lomas de
? SAN NICOlAS hukcho, en Laguna Grande; en la ciudadela de Poka.Tampu
HORIZONTE
CABEZA lARGA PRE·CEJt'MICO I'(¡mbo Colorado); en los Koto de Chincha Kamak de Chincha
OnlMA 5500 A.C. Bbjll. Esto demuestra, que cada centro poblado tenia su fuente
3200 A.C. lo nhllstecimiento de carne de llama, de vicuña, de taruga, de cu­
Pre-~r(colas
7 ? I l'l.' A ello, se agrega, también, la domesticación de palomas,
lires, loros, chaucatos, etc.
30
ALBERTO ROSSEL CASTRO ARQUEOLOGIA SUR DEL P ER 31
La Ganadería de la Sierra formaba parte integral de la de modo permanente, y no dejar que la tierra, muchas veces carga­
Jos valles de lca. La Sierra era el centro más propicio para el da de ot ras partes y el agua, se pierdan en el abismo. Gran par­
desarrollo de esta industria. Hubo entre la Sierra y la Costa de te de los andenes están comunicados por acequias niveladas, de
lea un constante intercambio de víveres. Así, la Sierra de Way­ tal forma que llevan un' declive proporcional como si un ingenie­
tará suministraba sus productos a los valles de P isco; la de San­ r o las hubiese trazado con un teodolito.
tiago de Chocorbos, Guambo, Cóndor-piana, Laramarka, Pako­
marka, Ayamarka, Qerko, Quirawará, Wak-Wash (quebrada de Modelos de andenes se constatan en las quebradas de Chin­
Río Grande), transportaban sus productos de carne a los valles cha y Pisco. En los sectores de Wánkano (quebrada de Pisco a
de l ea y Palpa ; por la quebrada de Llauta, igualmente, exist ía 1.120 m.s. el nivel del Mar), en el lado derecho del río, los ande­
este intercambio con los centros ganaderos prehispánicos de Pu­ nes están sin cultivo, por que el rio de Pisco, por erosión, h a des­
ka-Jasa (2.750 s.n.m.), Kalla-Jasa (2.750 m.), P uka -Kari (2.000 truido la acequia que lo sustentaba. En cambio, por el lado iz­
m.), Wakra-Marka (3.050 m.), Soko-Silla (2.000 m.) y Saya-Silla quierdo, los andenes están en pleno funcionamiento, aun cuando
(2.000 m.). se han f usionado muchos de ellos para agrandar el ár ea de sem­
brío de algodón o alfalfa. El fundo se denomina W ánkano.
Por la quebrada de Naska, los centros de Uchuy-Marka, Pir ­
ka, Galeras, P ula-Puko, t raían sus productos hacia la Costa. Los La Pesca, en el Litoral Marítimo, se ejerció a lo largo de las
de Chavín, Chanka-Wasi, Wichinka, Chapa-Marka, Kollka-Pampa, playas de Chincha, Pisco, Parakas, Laguna Grande, Puerto de
suministraban a la extensa zona de Chirrcha. Santa Ana. San Nicolás, San Juan de Marcona, Josefita y Acari.
Los resLas dejados se conocen COIl' el nombre de Conchales. Un
Restos más antiguos de la vida pastoril, de tipo Machay capit.ulo especial est á reservado al estudio de este problema más
(Cavernas) donde se han cobijado los primitivos pastores, se re­ adelante.
gistran en las alturas de Chincha, a los alrededores de las lagu­
nas de Chaj lla-Kocha, Ñuñujayok, a 4.600 m. sobr e el nivel del b) Secuencia Socio-Política y Etapas. Comprende las so­
Mar. Err la cuenca de Cóndor-piana (4.200 m.) donde se puede dedades o grupos humanos interrrelacionados con los de las áreas
formar UD enorme reservorio o presa para irrigar las lomas de de lea y Río Grande. E sas civilizaciones muchas veces tienen
H uambo y Córdova, y, primordialmente, la quebrada de fugue >rigen andmo que se han fusionado con las "tras exist entes en
y Huarangal, se encuentran varias cavernas, corrales y chozas ., mismo escenario de conquista; esa acción ha engendrado, mu­
de piedra, utilizados por antiguos pastores que proporcionaban has veces, una nueva config uración regional propia.
carne a la Costa.
Toda civilización, encontrada err los valles de Ica y Río Gr an­
La Agricultura, en los valles de lea, fue una de las industrias rle. demuestra que ha pasado por cambios culturales y ha dejado
de mayor desarrollo, sometida a una técnica de ensayo y experi­ lriltos, etapas o fases de su evolución.
mentación. Las quebradas de Chincha, Pisco, l ea, Palpa y Nas­
ka, en la región Cisandina, aguas arriba, de 800 a L500 m.s. el El segundo campo se refiere a: ESPACIO HISTORICO.
nivel del Mar, se descubren un sistema de irrigación a base de
andenes de tipo escalonado, muchos de ellos en pleno servicio al gn una constante relación del hombre, por ser espirit ual,
hombre actu al y otros en completo abandono. Los andenes se I ambiente; es decir, con su Tiempo-Histórico. Es la diná­
encuentran por los cerros, quebradas, lomas y riberas de los r íos . Illc!ll del hombre que refleja hechos totales. No es simplemente
a manera de macetones artificiales. Los andenes tienen sus con­ nall1r una fase que es un movimiento parcial; ni merros aún, el
tornos reforzados con piedras pulidas o sin pulir; cada uno for­ llllple enunciado de "Formativo Regional", sin saber el porqué
ma una mesa o superficie plana independierrte una de otra, con formación. Para complement ar esa imperfección está el
el propósito quizás de conservar el abono y la humedad de un dllio de Espacio u Horizont e Histórico. Por eso, los diferen­
84 ALBERTO ROSSEL CASTRO ARQUEO LOCIA SUR DEL P Ea 35

usando el carbono 14 (C. 14), que fu e descubierto y descrito por científico. Así, por ejemplo, se han ej ecutado estudios sobre t r on­
tres eminentes figuras en la ciencia atómica: profs.Willard Frank cos sepultados en épocas prehistóricas, por la Glaciación de ''Wis­
Libby, el Dr. E. C. Anderson y el Dr. R. J. Arnold, del Instituto cosirr" de Norteamérica, dando como r esultado 11.400 años de
de Estudios Nucleares, de la Universidad de Chicago, los cuales edad, la que ha sido aceptada por los geólogos. Esta f echa indi­
hicieron ensayos en materiales orgánicos procedentes de tumbas car ía el paso o la presencia del hombr e europeo por el Estrecho
egipcias (lO). de Bering, para poblar la América.
El nuevo método cronológico se basa en que los rayos cósmi­ El arqueólogo francés Federico Engel, después de excavar
cos, originarios del interespacio, al penetrar a la at mósfera de cientüicamente más de veinte sitios, en la costa m{!ridional del
la tierr a, producen átomos de carbón radioactivos de peso ató­ Perú, especialmente, en la Península de P arakas, en el punto de
mico 14. Es decir, el carbón 14 (C. 14) que es el isótopo del car­ Cabeza Larga, en 1959, asegura, por radio carbono, que el hom­
bón ordinario o carbón 12 (C. 12) . Ambos elementos de carbón bre ent er r ado, en sentido horizont al y a poca profundidad, es el
se combinan con el oxígeno, formando el bióxido de carbón de la más antiguo de lea, que tiene un registro de 5.020 años A. de C.
atmósfera, de un modo estable y permanente. (12). Este dato que al principio fue el record del h ombre más
antiguo del Perú, ha sido superado por descubr imientos posterio­
El Bióxido de carbón es absorbido por las plantas, los ani­ res en la zona de Chilca a 65 Klm. Sur de Lima, ejecutados por
males y todo ser viviente orgánico. Una vez que un árbol es cor­ el mismo arqueólogo ya mencionado, que encontró en una tumba
tado, o un animal muere, automáticamente deja de percibir el
elementos de horticultura. consistentes en camote, mate, palIar,
carbono. Enseguida el carborro 14 va disminuyéndose lentamente calabaza, tejidos de junco, fibras de cáctus, piel de vicuña, resi­
con una velocidad que llega a perder radioactivo a los 5.600 años; duos de carbón de palo, teniendo una edad de 7.000 años A. de C.
de aquí se deduce que a los 11.200 años habría perdido la cuarta
parte de su radioactividad; y a los 16.800, la octava parte. De El hombre de Laurikocha descubierto por el Ing. Augusto
este modo, el carbono 14, va desapareciendo hasta no quedar re­ Cardich, en la Sierra Central, jurisdicción de Huánuco, a 4.000
zago en el cuerpo orgánico (11) . m. sobre e1 nivel del Mar, tiene una edad, por el carbono 14, de
9.525 años (13).
Los elementos culturales sometidos a la aplicación del car­
bono 14 deben ser de preferencia: . telas, madera, huesos, semi­ Existen otros mét odos, como: de Estilografía que permite
llas, procedent es de conchales o cementerios prebispánicos con UIl ~omparar los est.ilos, les tipos de la cerámica; de Termomagne­
peso minimo de 80 gramos. El arqueólogo procura tomar con t ísmo que usan los geólogos, para calcular la edad de los sedi­
cuidado (evitando ponerse en contacto directo) el material ar­ mentos glaciales.
queológico al momento de extraerlo, utilizando, par a tal efecto,
una herramienta limpia. Luego, lo coloca en una bolsa transpa­
ente de aluminio, para ser sometido al laboratorio que actual­
mente atiende el Instituto Nuclear de California de N. A. (12) Engel, Federico - EU1Mntos de Preh:is tc»ia. Peruana - p. 32; año
1962. El autor es muy escueto al deseribir al hombre mú a ntiguo
Los resultados cronológicos de mayor comprobación del car­ de la Oosta. Sur del Perú.
bón 14 ya son numerosos y de bastante aceptación en el mundo Véase folleto mimeografiado de Alejandro Pezz.ia A. lea Pre-Cerá­
mico, p. 2; año 1963. lea.
(lO) M. Wheeler - Ob. Cit. ; p. 46; año 1961. (111'1 Cardich, Augusto - Los YacimiBnt!}s de Laurikocha 11 la Nueva
Interpretaci6n. de la Pre-HiBt01'ia Pet"Ua71Q. - p. 103; año 1959; Ac­
( 11) S cience - CIX¡ N° 2827 ; p. 227-228 ; 4 de marzo, 1949. Universi­ tas y Trabajos del II Congreso Nacional de Historia del Perú. Epa­
dad de Chicago. en Pre--Rispánica; Vol. L
CAPITULO II

MEDIO GEOGRAFICO

1. CUrnatolo¡fa de loe valles de lea y Boya ele Río Grande de


Nasu.
2. OrolP'afia.
S. Hidroll'afia.

1 . Climatologia de los valles de lea y Hoya de Rfo Grande de


Naska.

El medio geográfico o "contorrro geográfico", muchas veces


es adverso a las aspiraciones del hombre. Al menos, el ambiente
geográfico de los valles de lea y de la Hoya de Río Grande de
Naska, ha sido centro dificil para el desarrollo económico y cul­
tural de la vida humana, especialmente, por la escasez de agua.
S6lo el dinamismo del hombre pudo vencer las inclemencias del
Espacio Hist6rico.
El Departamento de lca se encuentra localiZada en la
parte central y septentrional del Perú. La capital, Jea, tiene una
altitud de 360 m.s. el nivel del Mar, a veinte leguas, aguas arri­
ba del no de lea. Naska está situado a 620 m.s.n. del Mar en la
uebrada de la Hoya de Río Grande. Ambos lugares se ubican
geográficamente entre 76° y 76° de longitud Oeste y de 13° y
15° le latitud Sur. El clima, tanto de lea como el de Naska, en la
eetación de verano (Enero, Febrero y Marzo) es seco, bastante
caluroso por falta de vegetación. Marca el barómetro de tempe­
ratura máxima 30° a 84°, bajo sombra; en el invierno la tempe­
ratura mínima baja a 26° 6 16°. Las otras estaciones, corno en
MEDIO GEOGRAFICO 39
AL BERT O ROSSEL CASTRO
38
Los Andes, la Costa, el Mar y la Selva, son cuatro factores
casi todo el Perú, pasan sin apreciár selas. Aunque también, en geográficos que influyen poderosamente err el desarrollo del hom­
lea o en Naska, exist e un contr aste digno de hacer mención, f ue­ bre y de los pueblos. En el Perú, por un exclusivo privilegio de
ra de su cielo despejado Y límpido : en noches de luna y en el la Providencia Divina, no existe una unidad geográfica sino una
día lleno de Sol, los cerr os de los contraf uertes andinos que ba­ variedad matizada de múlt iples contrastes : pues, donde hay va­
jan y duermen en los valles arenosos, no se visten de gala por­ riedad. existe la belleza. De ahí sus diferencias y diversas ten­
que apenas las garúas humedecen el suelo. E n contr aste, los va­ dencias artísticas, literarias, religiosas y costumbres de los pue­
lles de Lima, Chancay, Ruacho, Pachakamak, Markona Y Acar í blos pre-hispánicos.
sí br indan un acentuado verdor en sus lomas a causas de las con­
tinuas pr ecipitaciones atmosféricas. Debido a ello, los cerros de Los Andes Peruan:os se extienden como una columna verte­
Ika y de Naska, exhiben más bien aquel gesto típico de pendien­ bral, con montes señeros de Sur a Norte, con r amificaciones a la
t es pelados, faldas gr isáceas, montículos plomizos Y copos blan~ Costa Litoral y al otro lado de la r egión Interandina, formando
quecinos de arena. Estos últimos son formados por los vientos Hoyas o Cuencas con n umerosos cerros dentados, en cuyas bases,
en su secr eto t rabajo de erosión sobre la superficie de las colinas por los deshielos y filtraciones atmosféricas, se forman ciénagas
y de los llanos. Lo curioso es cuando estos monticulos o dunas y lagos sugest ivos, r odeados de matorrales. En las planicies vi­
de arena, cambiaD' de posiciones formando dibujos de media lu­ ven manadas de camélidos (Vicuña) ; CIecen el dor ado "Ichu"
na, círculos y otras figuras convencionales, tal como se ven en (paja) y la grama verdosa; a veces, los filones y cimas de los
el tablazo de la bahía de Laguna Grande, más al Sur de Parakas; cerros cubier tos de nieve como cascos de plata, se vuelven, en
o en las pampas de Villakuri, Wayurí, etc., desorientando al ob­ verano, de un color r ojizo, amarillento o plomizo. P or el Oriente
servador ese cambio aparente en un mismo panorama. A ello se de la Hoya de Naska, pasan, pues, tres sistemas de cordilleras
suma, particularmente que, en los meses de agosto, setiembre } andinas que se despr enden del nudo del Kusko: La Cor dillera
octubre, se presentan fuertes ventarrones que se conocen en la Occiden.tal Marftima, la Central y la Oriental. Estas están a t an
región por el nombre de Paraka. Estos vientos que soplan de cortas distancias unas de otras, que hacen variar el ambiente,
Oest e a E ste por las tardes, cargan en su remolinado trayecto, produciendo un contraste 6nico en el Mundo geográf ico, porque
bastante polvo y arena perdiéndose en lontananza. La diafanidad impiden el paso de los vientos alicios de la Selva. para hacer j ue­
del cielo. entre lca y Naska, la abundancia de calor y luz, y el o con la corrient e peruana del Mar Pacíf ico. Por esta causa, no
frescor del mar, influyeron enormemente en la p sicología colec­ 'xiste esa constante llovizrra en estas costas de lca como sucede
tiva de los antiguos mor adores, para resaltar en ellos los grandes 11 las pampas de Lachay en Huacho ; en las cumbres de P asa­
valores humanos en el campo del arte: la pintura, la música, la mayo, en Ancón; en las faldas y ensenadas de Lurin ; en los r e­
t extilería y todas aquellas actividades relacionadas con las belleza. 1,¡¡egues rocosos de Chilca y Mala .
Entre las cadenas de rocas que descienden de la Cordillera
2. Orografia.. te Lucanas hasta la Hoya de Naska, se pueden nombrar, por el
Nor~e, la de "Pinchango", j unto al poblado de P alpa ; por el Este
Las variadas prominencias Y depresiones de los cerros que lu ele Illakata (Cerro Blanco) , de cuyo monte se conserva una su­
se levantan al Norte, Este y Oeste del Departamento de l ea, han tiva leyenda que conviene r eproducir en esta página (1); por
producidO una típica configuración geográfica que tiene de largo
140 Klm. desde Chincha, Pisco, lea, Vil1akurí y Wayur1, y por
ancho, más o tnenos, 40 Klm.; y otr a hoya, a un desnivel más ba­ I LEYENDA DE lLLA -KATA Y TUNG~ .
.o, en plena Costa, que se inicia desde Palpa hasta Acarí, ence­
rrada por contraf uer tes andinos y mar ítimos, conocida, por eso. "llIa-ka ta" es el nombl'e de u na de las cumbres más altas de la
en el campo de la ar queología como la Hoya de Río Grande d(' rdillera Occidental Maritima. situada en las P a mpas de Galeras
Naska.
40 ALBERTO ROSSEL CASTRO MEDIO GEOGRAFlOO 41

l Oeste, a orillas del Mar, circundan los cerros de "Tunga", que Aquella "Cordillera Marítima sin Nieve" que es cortada por
se elevan hasta 1.690 m.s. nivel de) Mar y "Koyungo" a 1.790 m. los ríos de Naska e lea, sigue su ruta hacia el Norte, formando
d t; altura. Todos j untos forman una cadena a orillas del Mar, un contrafuerte marítimo, hasta tocar, por el lado Norte, los pá­
cual una "Cordillera Mar ítima sin Nieve". ramos de Pisco donde desaparece. Este contrafuerte o cadena de
rocas en el Departamen\o de lea, impide el paso de las aguas sub­
En los cerros de Illa-Kata, Tunga y Mar kona, que per tenecen terráneas que bajan de la Cordillera hacia el Mar. Por eso, el
geológicamente a la era terciaria y secundaria, se encuentran fó­ Valle de lea es, geológicamente, un inmenso plato subterráneo
siles de la misma época, cuyos restos afloran en cantidad nume­ de agua qUt; aflora sobre la tierra, formando pequeñas lagunas
osa. En la Hoya de Sakako, entre los páramos de Aca.rí y Naska y oasis, como Wakachina, Oro-Wi1ka, Saraja y la Victoria. En
. en la de Kallango, se descubren, también, grandes depósitos o la actualidad, estas lagunas tienden a secarse por una serie de
panteones de ballena, cuyos restos paleontológicos demuestran poZGS tubulares que se han abierto en todos los sectores para
que el Mar Pacífico, en una época remota, habría cubierto toda irrigar las tierras de cultivo. Quizás, cuando lJeguen las aguas
esta f aj a costanera y que al retirarse por algún cataclismo o de Choclokocha, en abundancia, podrían revivir estas lagunas
hundimiento de tierra, dejó tras de sí a sus habitantes, los cua­ que eran una atracción turística en lea.
les, actualmente se hallan petrificados quizás por acción de! te­
r reno calcáreo que los rodea.
(Lucanas). "Tunga" es otro cerro ponicionado a orillas del Mar Pa­
cifico, al Oeste de la Hoya de Naska, junto a Isa playas de San Ni­ sas y oscura!! nubes. Los do. corrieron presurosos, por caminos ex­
coláa, colindante con los celTOS mineralizad08 de Marcona. traviAdos, en direcci6n al Mar, aprovechando el sueño de IDa-kata;
éste, poco después, se despierta. Hecha de men08 a su compañera y
"Dla-kata" era el señor de 1aa altuns que vivfa en pacifica , tran­ la llama con una potente voz de trueno. La planicie y los rec6nditos
quilidad con la mujer de aua en8Ueño~, diafrutando de la belleza del de 108 cerros tiemblan al eco de Sil grito deaesperante. Nadie le con­
aro hiente, vale decir, del fresco aromo. de las flores silvestres; del testa. Sin embargo, su mujer que escuwba la voz de Illa-kata a lo
e.Ilbido de las vicuñas,! vizcachaB; del sustento de 1.. aguas cristali­ Lejos, se arrepiente seguir a Tun&"a 'i le dice a éste: IOh, Sellor de
nas que brotan de 108 celTOS coronad6s de nievee perpetuas. en cuyos los llanoa, IIbrate de la ira de Illa-kata que viene pel'Bigui6ndonos.
picachos forman sus nidos 108 cóndores. Mi muerte en 8US manos está decretada. I Huye I y d6jame que yo
En cambio, Tunga, el 8eñor de la Costa, era muy aventurero. re­ muera aquí. Pues no morirás dijo, Tunga. IMira I te cubriré con esta
toz6n. En una de tus acostumbradas correrlas, llegó a tocar lOa harina del mafz de mil valles; asi di.frazada, IlIa-kata no podrá re­
dominios de llla-kata. Era una tarde llllvioaa y fria, como nunca. en conocerte y yo me tri a mis regiones j y cuando al calor del Sol de la
8U vida lo experimentó. Retumbaron los Uuen08 '1 cruzaron los ra­ mañana le haga a tu esposo desistir de tuS prop6lltoe, volveré pronto,
yos; y vi6ae obligado Tunga a aeercarae a IDa-kata, 81lplieAndole. para prosegull' en nuestro camino. HabierKIo dicho esto, vierte la
IOh aeñor de las alturas I Ven&,o de lejanas tierras. Mis miembros, harina de malz y la deja diafra.za.da. A poco rato, llla-kata, llega
por el intenso frio. no quieren obedecerme. Dadme poaada, - Ola­ muy cerca de ella con gritos desconcertantes. No la reconoce. L
kata, le contesta: -bien venido seas IOh forutero!, y tú, (dirigién­ deja. Regresa decepcionado a sus frias cumbres, casi en 108 precisos
doae a tu mujer) prepárale una chicha hervida al señor de climas y momentos que rayaba la aurora. Para vengar con 8U ira, m.-kata.
tierras diltantes. Tunga entra en amistad con Illa-kata, el que rea­ manda fuertes cataclismo! para destruir a las montañu. Maldijo a
Hu otras vilitas semejantes en señal de agradecimiento. Cada vez IU mujer y al infiel amigoj ellos cayeron bajo las ruinas de la ca­
que Iba Tunp de la Costa a la Sierra, llevaba presentes de oro, pie­ tAltrofe )' ae convIrtieron en seres Inanimados. Efectivamente, la ~
clraa precio..., mantos de algod6n, objetos de cerAmica. En una no­ rlna de maIz que cubrla el cuerpo de BU mujer, se trana!orm6 en un
che de pltclda luna, Tunga rapta a la mujer de llIa-kata a quien 1 Inmenso médano, bajo cuyo peso, qued6ee sepultada. De&de entonces,
habla engañado diciéndole que venia por mandato del dios de los ma­ a este cerro denom1nase nls.-kata, Tunga, no se eacap6 de la maldi­
rea, el "Apu-Yaku", que vivfa en las inmensidades del Mar, fructi­ cl6n de Illa-kataj pues, a punto de llegar al Mar, ae tom6 en un
ficando las tíerraa, produciendo animales y refrescando las caldeAdas ro ne&,%o de . hierro macUo. Tunga es el cerro de Markona de don­
arenas; que dejar a 101 borrend08 truenos, las noches helaciaa de "pe- dé ie extrae el hierro.
42 ALBERTO ROSSEL CASTRO
MEDIO GEOGRAFICO 43

3, Hidrografía. kaica, lo consigna en su libro monumental, Garcilaso de la Vega,


y dice: " Al valle de lea que es fértil como lo son todos aquellos
Los ríos de lea, muy parecidos a todos los de la Costa Pe­ valles, ennoblecieron todos aquellos Reyes Incas con una hermo­
ruana, son tan cortos, de 120 a 150 Kms. de lon gitud, cuyos le­ sísima acequia que mandaron sacar de lo alto de las sierras, muy
chos permanecen, en su mayoría, sin agua, salvo cuando llueve caudalosa de agua, cuyas corrientes trocaroo en contra con ad­
en la Sierra, en meses de Errero, Febrero y Marzo. Entonces, las mirable artificio, que, yendo naturalmente encaminadas al le­
aguas rompen los cauces, derriban árboles, arrasan sembríos y vante, las hicieron volver al poniente ]lor un río que pasa por
sepultan poblados. aquel valle traía muy poca "agua de verano y padecian los indios
El r io de lea que baja de las alturas de Castrovir reyna, cu­ mucha esterilidad en sus sembrados, que muchos años que en la
yo "Divortium aquarum", es tan pobre en vertientes, corre por sierra llovía poco, los perdían por falta de riego. Y con el soco­
quebradas hendas y estrechas en dirección de Este a Oeste. Al rro del acequia, que era mayor que el río, ensancharon las tierras
llegar a la Costa, cuando el Valle se agranda por ambos flancos, de labor en más que otro tanto, y de allí adelante vivieron en
dobla su cauce de Noroeste a Sudoeste, y riega las tierras de Chi­ grande abundancia y prosperidad" (2), Esta acequia inkaika
rana, Tinguiña, Llancay, Takama, Makakona, Saraj a. Ayamilla, dejó de funcionar a la llegada infortunada de los españoles al
Parkona, Wanka, Aquije, Sunampe, Pongo, Takaraka, Chullpa­ Perú en la Conquista, como todas las demás industrias de irriga­
ka, Tate, Sokta, Okukaje, Kallango, UUujalla y Monte Grande. ción: reservorios, acequias, acueductos, represas, andene/!, etc.,
las que se paralizaron en pleno progreso socio-económico. Actual­
Las tierras de cultivo de lea se configuran en bolsonadaa; mente, los sistemas de irrigación, por medio de pozos tubulares,
es decir, desde la cabecera de la Achirana se abre una planicie instalados en conocidas haciendas de lea, han aumentado la agri­
ver dosa exuberante, r odeada de médanos, pampas desérticas y t'ultura en poca escala, La escasez de agua en los valles de lea
cerros pelados-blanquecinos, estrecha sus pliegues rocosos en el s siempre la misma.
punto de Sokta, por donde cruza el río, rompiendo los f ilones, y
salta como un cañón hacia la cuenca de Okukaje, Esta zona se Los trabajos de irrigación en los valles de Ica, en la época
expande en forma circular; más al Sur el mismo río pasa por un ne la República, recién se iniciaron el año 1896, por la Junta De­
cauce estr echo a la otra cuenca de Kallango; bajo la forma de 11lll'tamental de lea, nombrando para su estudio el Ing. Emeterio
hoyas unidas en cadena, el río de lea sigue su curso por los sitios PGrez, En 1905, el cuerpo de Ingenieros e Irrigación, presentó
de Ullujalla, Samaka, Santa Rosa y Monte Grande, hasta desem­ tlns proyectos para irrigar el vane de lea, siendo aprovechado
Hlli, de ellos. En 1946, el Presidente de la Cámara de Diputados,
bocar err el Mar Pacífico.
ID,', Fernando León de Vivero, presentó un proyecto de Ley pa­
El tia de lea, prácticamente, permanece sin agua durante el In fin'anciación de la presa de Choclokoeha. por diversas firmas
año. Sólo en los meses de invierno, en la Sierra, se ven correr las 101'11 su ejecución; pero en 1948, rescindieron Jos contratos. Se
aguas por su lecho. Las Cordilleras de lca, Palpa y Naska, son r09igUló por administración del Estado hasta fines de 1950 en
pobres en vertientes hacia el Mar P acífico j en cambio, son abun­ 110 rll~ nuevamente licitada la obra y se siguió por contrata du­
dant es por el lado Occidental, cuyas aguas alimentan principal­ daño 1951, al fin del ella] la firma contratada solicitó la
mente al n o Pampas. I(~n elel contrato, paralizándose la obra hasta Julio de 1953.
tn Il1isma fecha hizose otro contrato con la firma Montgo-
Los l nkas del Kusko, en vista de la eseasez de agua en el
Valle de lca, opt ar on por desviar las vertientes del río Pampas,
por el sist ema de acequias, hacia el lado oriental, restos de cuyos Reales de los IncfUJ - Edici6n a l cuidado de Angel Ro­
!Id lnsUtuto de Filología de la U niversidad de Buenos Aires,
acueductos aún se registran en lomas y desfiladeros como obra "Il, xvn, pág. 41,
de mayor envergadura en el inkar io. Esta obra de ingeniería in
44 ALBERTO ROSSEL CASTRO

i
mery Construction Company; pero, ésta, por falta de organiza­
ción, también, fracasó, y se anuló el contrato. Sin embargo, pro­
siguió la obra con los sub-contratistas Réruzini y Cía. e Ingenie­
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ros Ejecutores S.A., los cuales financiaron, en 1958, 24 millones e

de soles oro, por una parte, y 10 millones, por otra; con cuyo
monto se terminó la construcción de la obra de Chokk>kocha el
28 de noviembre de 1959, en el período presidencial del doctor
Manuel Prado U., ahora, la estructura de los canales y túneles
de la presa de "Choklokocha" está situada al otro lado oriental ..
de la Cordillera de los Andes y las aguas han sido desviadas por
canales y túneles a uno de los afluentes del río de Ica. Los cana­
les tienen 55 kilómetros de longitud, a una altura de 4.600 m.s.n.
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del Mar. Se inicia en el túnel Nq "O" de 1.300 metros de largo a ..J
cuya salida está un aliviamiento de fondo. En seguida viene el • ct
segundo tramo de canal de 15 kilómetros hasta el túnel N9 2, que w ct
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cuenta con 5.800 met ros de longitud, también con una salida de
aliviamiento de fondo. Sigue el tercer tramo de 12 kilómetros de
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longitud con 320 metros de acueducto cerrado, que toca con el 49 8d
túnel y último, de 1.300 metros que es el que atraviesa la línea 15
de la Cordillera Occidental para dar SUB aguas a las quebndas
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de Parinacoeha, afluente del rio de lea. Ver Lam. 1 (3). w u
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Por una prerrogativa de ]a Naturaleza, los cerros que rodean
a lea, impiden el paso de las aguas subterráneas hacia el Mar.
Entonces, por el mismo declive del terreno, se producen oasis ro­
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deados de dátiles y lagunas medicinales sin ser termales, circuns­ 2ir
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descomposición' y sirven, por eso, de sanatorio para la humani­ I~ e

dad doliente. Las lagunas de lea, muchas de ellas vestidas de su­ 0i-
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gestivas leyendas, son : "Oro-Wilka", "La Victoria", "Saraja" y


''Wakachina'' (4).
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(8) Ministerio de Fomento y Obras Públicall - Direcci6n de Aguall e
Irrigaci6n, folleto qUe incluye el COito de la presa de Choklok«ha de
SI. 228'303.429.29.
(4) "Wakachina". Viene de Wakay-Uorar¡ China-Joven, doncella; o sea,
Joven que llora. Mucho se ha fantaaeado a través de 1011 tiempos 10­
bre esta leyend a. He leido muchas variaciones de Wakachina. He
tratado de depurarlas a fin de presentar la verdadera leyenda. Pues,
"Wakachina" fue una bella mujer, perteneciente al linaje de uno dI!
los antiguos ayllus de l ea, que solfa salir por el campo todas las taJo.
46 ALBERTO ROSSEL CASTRO MEDIO GEOGRAFlCO 47
También, el río de lea se complementa con las antiguas ace­ caudal de aguas por profundas quebradas que reciben muchas
quias que pertenecen a la Civilización Parakas, como las de Ma­ filtraciones, quizás de las lag unas que se sitúan al otro frente de
kakona, Achirana, Mochika, Okukaje, KaIlango, en cuyas boca­ la Cordillera Oriental. Las aguas al llegar a la Ceja de Costa,
tomas se han encontrado cementerios de las fases más primiti­ desde Okollo, ensanchan la Hoya hacia tierras, aguas abajo ; en
vas de Parakas y Naska. este trayecto todavía recibe riachuelos que bajan de Quirawará
y Wak-Was. Sigue el valle en su verdor, que hace j uego con los
RIO GRANDE. Se forma de ocho afluentes que bajan de cerros pelados i parece una alfombra verdosa extendida y surca­
los Andes hada la Costa, como : da por una cinta de plata, con ribetes tachados de collotas o ro­
dados, y que irriga las aguas los valles de Santa Rosa, La Mer­
a) el afluente de Wayuri o Chimba que nace de las alturas ced, Comunidad, etc.
del distrito de Córdova y corre por la quebrada est recha de TIbi­
llo y Santa Cruz. No tiene nevados ni lagunas en las alturas. La c) el afluente de Palpa, es de menos extensión y de poco
quebrada, por eso, permanece casi durante el año sin vegetación. caudal i nace, del mismo modo, de las cordilleras de Laramate.
S6lo en las épocas de lluvias de la Sierra, se vuelve caudaloso y
b) el Río Grande se desprende de los deshielos y nevados después del invierno se convierte en quebrada sin agua. Los te­
de Anta-Pitek y 'Wamaní en las alturas de Oko-Pampa, Lara­ rrenos que se sitúan por la cabecera de Chichitara y MoIlaque
Marka y Pako-Marka. Tampoco en estas cordilleras, existen la­ son los más favorecidos por las aguas de esta quebrada.
gunas o represas i éstas se ubican al otro lado de la Cordillera,
cuyas aguas se dirigen al río Pampas. Sin embargo, este afluen­ d) el río de Viseas se origina, también, de los nevados de
te, en los meses de enero, febrero y marzo, descarga bastante Laramate y corre por quebradas t urtuosas y estrechas, y llega
a unirse con el de Palpa, formando con éste una horqueta o 'Tall­
des en t'ompama de un j oven que se había prendido de su coraz6n.
ka", cuya configuración fluvial dio el nombre de Palpa que es
Por circunstancias del destino, este joven que le había prometido ma. adulteración de "Pallka".
trimonio, falleció de muerte natural. "Wakachina, quedóse solitaria
en este mundo, pero segula, por extramuros de la ciudad, recogiendo e) el río de Ingenio, baja de la Cordillera de "Caballo­
lus huellas del pasado y recordando las bellas tardes de aquellos días, Pampa" y "WanJm..Pampa", riega todos los terrenos de Uruisa
síetnpl'e euando el Sol declinaba sus rayos, dejando su sombra por los y Otoca. Por el lado Oriental de la Cordiller a existen tres lagu­
cerros y huarangales. Sentada en las faldas de los arenales, frente nas: '''Wachanakasa'', "Urpo" y "Chakarana", las cuales dan sus
al véspero, Wakachina lloraba amargamente pan disipar sus penas \glJas al afluente de Ranramayo, principal tributario del río Pam..
y deseaba ir cuanto antes a morar en la mansi6n del padre Sol. Ca­
da lágrima que caía. por sus mejillas, cual perla cristalina, rodaba pOl pus que engrosa, a su vez, al caudaloso río de Apurímac.
las faldas del cerro y de la a rena, formán<lose, poco a poco, todos los
dms, en el fondo, una pequeña laguna. En una de estas tardes d('
f) el afluente de Aja nace en las alturas de UChuymarka,
desespenci6n y nosta!gia, fue sorprendida por el asalto de un mal In ser "reservorium aquarum"; por su escasa penetración se des­
espíritu personificado en un hombre de malos instintos. La joven pa­ 1;1.8, en época de lluvias, hacia la Cordillera Oriental, regando las
ra librarse de este mal, se zambulló en las aguas cristal1nas y viendo 1¡erras de Uchuymarka, Comunidad, Santa Catalina, Pongo, Ca­
ell a que el verdugo veIÚa tras de si, imploro a los dioses tutelare~ ~lI\gué, Trigal y Orkona. En este último sitio, se ha levantado
que la liberara de éste, cubriéndola de un manw de nieve para ocul­
1111/\ compuerta a costa del Estado con el fin de desviar las aguas
tarse de la ira del mal. De pronto, fueron convertidas estas Umpidu.­
uas en un color verde oscuro, y ella perdi6se al fin como una B ada do ~8ta quebrada a la de Tierras Blancas.
misteriosa en las entrañas de la laguna formada por sus lágrima!!
Por las noches de luna, esta Hada suele aparecer sobre las agua g) el río de Tierras Blancas se forma de los pequeños ria­
vestida de nieve con cabellos dorados eomo 108 rayos del Sol. ElI liuclos que descienden de las alturas del distrito de Tamboque­
busca siempre sacr ificar a algún bañista inocente e infortunado, "t, nndo o Leoncio Prado, los mismos que son utilizados para el rie­
holocausto a sus dioses protectores.
48 ALBElI.TO ROSSEL CAe.-TRO MEDIO GEOGRAnCO 49
go de los andenes y terrenos sit uados a las orillas y partes altas Pámpano, Pokra, Lauta, Mollejo, Chilka, Wallanga, Quinga Gran­
de Tamboquemado. Las aguas de este río avanzan hacia el valle de, Quinga Chico, Walla-Grande, Auquis, Paurarrga, Kuya-Wasi,
de Naska sólo cuando hay abundancia de nuvia en las cordilleras, Pat i, Aparí, Granadayo, Monte Sierpe, Pallasca, Pata-Kaiko, Mi­
por eso, esta quebrada permanece durante el año sin agua. Este raflores, Bernales, San Ignacio, Monterola, Casa·Koncha, Lima
río corre, paralelamente, por la misma planicie, con el de Aj a. en la Vieja, Las Palmas, La Floresta. Montalván, Capucha, Chongos
cuyo centro se posiciona. la ciudad de Naska. Ambos nos se unen Alto y Bajo, Let rayo, Pariawana, Ca ucato.
en el punto de Venturosa, y sigue en un solo brazo, aguas abajo,
El río de Pisco sigue su curso por un cauce pedregoso; tiene
por Llapana, Kawachi, Estaquería, Tambo de Perro hasta Usa· 30 a 60 ID. de ancho, por término medio. El agua en el estiaje
ka, donde se une con el de Kopara. lleva una velocidad de 30 a 40 m. cúbicos por segundo y desem­
h) el afluente de Kopara, se origina de los nevados de Illa· boca en el Pacífico por el1ado Norte de la ciudad de Pisco, abrien­
kat a. Las vertientes de este río cruzan en distintas direccio:rres do una boca de 60 metros de ancho.
por la inmensa planicie de Galeras en tIonde se crian, todavía,
por la gracia de Dios, manadas de vicuñas, las cuales, a veces, RIO DE CmNCHA. Hacia el lado Oriental de la Provincia
son arrasadas por los cazadores inescrupulosos (5). Las aguas de Chincha se registran más de diez lagunas, como las de Chun~
llegan a un desfiladero y bajan hacia una quebrada estrecha y cho, Tapa-Kocha, Wami·Kocha, Paka·Kocha, Chokol-Kocha, Chi·
escabrosa, cuya configuración impide dar paso a UJY camino de Kocha, Kollo·Kocha, Winchi-Kocha, cuyas aguas se dirigen a la
acceso hacia la Costa. Esta quebrada permanece sin agua casi cuenca del Mantaro, irrigando los valles de Chongos Alto, Wari­
d urante el año. Sólo en épocas de lluvia en la Sierra, se irrigan Kancha, Mayu, etc.
los valles de Quemazón, Las Trancas, Kopara, Corralones, Tun­ Desde el Dívortium Aquarum de Chincha, lado Occidelrlal
ga y Jumana. En el sitio de Malpaso este rio se une con el que se sitúan las lagunas' o represas de Chajlla-Kocha (4..600 m.),
baja de Palpa, Ingenio y Chimba, y siguen unidos por un solo rurpo, Obispo, Ñuñu-Jayok, cuyas aguas bajan por la quebrada
cauce, regando los fundos de Santa Rosa, Koyungo, Maijo, Casa­ de Puente Eugenio y forman el río de Kollka·Pampa que se une,
Corra) y desemboca, en el punto de Santa Ana, al M.ar Pacífico. ¡)Cuas abajo, en el punto de Chanka-Wasi, con el no de Auka
En Koyungo se observa que la quebrada tiene agua todo el año, que baja por el lado izquierdo. Este, a su vez, es sustentado por
a consecuencia de las filtraciones subterráneas y del desnivel con el :lfluente de Yaqintay que tiene su origen en la represa de Wi­
relación a los puntos más altos del valle. d,inga (4-.600 m.) . De este modo, sigue su curso descennente con
I Hombre de río Tantara. Más abajo, este mismo río recibe, por
RIO DE PISCO tiene su "Reservorium aquarum" en las cor­ I lueto izquierdo, el afluente del Aurawa, siendo alimentado, por
dilleras de la provincia de Castrovirreyna. Los nos Chirls, Cas­ \ Iftllo derecho, por el riachuelo de Chupa-Marka que irriga los
trovirreyna y Waytará, son tributarios del río Pisco. En las 1IoIILulos Tantara, Waman-Tampu (3.000 m.).
cuencas hidrográficas de Castrovirreyna se encuentran varias
lagunas y represas ent re las que se mencionan: Pako-Kocha, San "'n el punto de Pal.ka (lado izquierdo) recibe las aguas del
Francisco, La Virreyna. Chonía. Pultok, Puka-K~ Waman· J Wncho que baja de la represa de este mismo nombre. y las
Kocha, todas ellas están situadas entre los 4.500 a 5.000 metros no Arma. Siguiendo siempre aguas abajo, por el sector iz..
s.n. del Mar; algunas de ellas ya están represadas, cuyas aguas 111101'110, llegan las aguas del río Capillas; desde esta confluencia­
irrigan las tierras de Castrovirreyna y los valles de Wánkano, qlliihl'uda toma el nombre de río San Juan que riegan las ha~
H\lfl8 ganaderas de Wayun-Killa (2.000 m.). Wancha, Yana­
"'11L', Wachak (1.000 m.), Loche, Wachin.ka, Wankor (600 m.),
(5) El E stado ha convertido a Galeras en un centro de la crianza de i ./111111: u esta última hacienda llegan, por el lado derecho, dos
vicwias., con buenos reBultados.
60 ALBERTO ROSSEL CASTRO

pequeños afluentes: Ayoche y Yauri-Tampu; las aguas de este


último río, irrigan las haciendas de Hornillo y Yauri-Tampu. El
río de San Juan sigue, siempre qguas abajo, hasta el sitio de
Conta, donde se divide en dos ramales que riegan los valles de
Chincha Alta y Chincha Baja. El ramal del lado .derecho, con el
nombre de Río San Juan, por la acequia de tipo pre-inka, como
la de Ñoko riega los fundos de Larán, San Pedro, Sunampe, Chin­
cha Baja y Tambo de Mora. El ramal del lado izquierdo, con el
nombre de Río Chico o Río Malgenio, irriga los fundos del Car­
men, San Regis, San José, Hoja Redonda, San Pablo y Lurín­ CAPITULO 11 1
Chincha.
PUEBLOS Y CEMENTERIOS PRE -HISPANICOS
La quebrada de Chincha es la más profunda y exterrsa del
Departamento de Ica. Las aguas r epresadas que bajan de sus DEL SUR DEL PERU
cordilleras son bien distribuidas en la vida agrícola. Todo el tiem­
po es un valle florido y hermoso gracias al esfuerzo del hombre. l . Visión PanOrámica..
Su gente, industriosa y la boriosa, ama a la tielTa para enrique­ 2. Mapa Arqueol6gico.
cerse de ella. 3 . Puebl06 y Cementerios Pre-Hiepánicos de la Hoya de Rio
Grande de Naska.
,. Pueblos y Cementerios Pre-Hispánieos de los valles de lea.
S. Los Conchales de lea.

Visión Panorámica.
:La región de la Costa Marítima peruana, por sus caracteriS­
UCIII'I singulares en el aspecto arqueológico, fue un gran cemen­
lerilJ pre-hispánico. En cuanto se refiere a la zona arqueológica
(11~1 Departamento de lea, los pueblos, ciudades y cementerios pre­
hinrmnicos en ruinas, se hallan repartidos en todas las quebra-­
¡II\/\ o afluentes de los rios; en las faldas de los médanos; sobre
:{'rros libres de humedad; en la bocatoma de las acequias, o
1/\ desembocadura de los nos.
1m arqueólogo, el científico, el historiador al visitar, por
IOplo, un cementerio prehistórico de l ea, en las actuales cir­
\lw.. Lnncias. notará de inmediato que ha sido profanado por los
'1!lIlHqueros" de todos los tiempos; que en los centros urbanos sus
11I\lruR están destruidos y divididos, en parte o totalmente, para
I ensanche de tierras de cultivo; o que, por encima de las ruinas,
IIZllIT carreteras, o sobre ellas se han edificado casas, chozas.
filadas para viviendas.
--~-
" I "A [

\
52 ALBERTO ROSSEL CASTRO k;U .... C ,. Y . l l C A ~
Encontrar cementer ios vírgenes, donde no ha llegado la ma­
l.,
no destructora del hombre, es imposible hallar en lea. De allí
nace una de las grandes dificultades para reconstruir su Hist<r
ria antigua. Los pocos cementerios existentes en el valle de lea
o. \
..r..l
y en la Hoya de Río Grande de Naska, estárr a la vista de todos;
pero, de cuyo panorama flota la triste figura de un panal de abe­
j as, porque éstos fu eron excavados clandestinamente ciento de
veces por los "huaqueros" . Esta situación que ocurre en los ce­
menterios d.e lea, no permite hacer de ellos un estudio serio,
completo, sistemát ico y provechos o para esclarecer los htlchos
ignorados en el tiempo. Sin embargo, ante ,este problema de ce­
menterios ruinosos, viene a suplir el ojo clínico del arqueólogo,
por no decir la experiencia adquirida en el campo y aplicada a la
práctica. E l que escribe esta obra, ha vivido más de dos lustros
observando elementos culturales disper sos en las quebradas, ce­
rros y planicies, los cuales no han sido tornados en cuenta, como
es el caso de pueblos o sociedades h eterogéneas que aprovecha­
ron el mismo cementerio para el entierro de los cadáveres huma­
nos; por esta razón, cada yacimiento es un cementerio mixto. De
este modo se explica que en un mismo nivel estratigráfico, apa­
rezcan tumbas y pozos funerarios desde los más antiguos hasta
los más modernos. Tan s610 se distinguen, unos de otros, por la
arquitectura de las tumbas, por sus prendas o ajuares funera­
rios, por su cerámica intransferible en el estilo. Por ello, al estu­
diar los diferentes estratos en. cada Horizonte, doy preferencia
a la arquitectura de las tumbas.

2, Mapa Arqueológico.

Un Mapa Arqueológico oficial del Perú, aplicable a la región


Sur de Lima, en su sentido integral, prácticamente no existe.
Conviene, entonces, hacer alguna salvedad confeccion'ando un
mapa que comprenda. todos los valles de lca y la Hoya d~~ Río UBICACION DE LOS CEMENTERIOS
Grande de Naska, ya que en estos dos escenarios se han desarro­ KOTOS,CONCHALES URBES EN
llado, en distintos períodos, importantes civilizaciones prehispá­ RUINAS
nieas, prutícularmente, las renombradas civilizaciones de N aska - ­ ---­
LEYENDA
y Parakas. La, Arqueología Sur del Perú, como ningún ot ro sec­
tor de) suelo peruano, presenta en su panorama geográfico y en L_ ~1.'.TlJIlo. .'1.
su trascendencia histórica, tres grandes hechos, los cuales di­ _ u..... _UrlAl lil
1._ e_MAUI. •
dácticamente no se podrían fusionar en un solo mapa, porque 4.- IInOI •

Mall_ de ublcaci6n de 101 cementeriOfl, koto.. conchalell y urbea en r uin••.


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ALBERTO ROSSEL CASTRO PUEBLOS Y CEMENT ERIOS p~m SPA N1COS SUR DEL PERU 55

ello implicaría confundir o disminuir los hechos memora bles acae­ c) En la quebrada de Naska, cuyo centro ocupa ·la ciudad
cidos en su Espacio-Tiempo-Histórico. Los mapas son: de Naska, tiene dos ramales: Aj a y Tierras Blancas. Los ce­
menterios son: Orkona, Trigal, Tierras Blancas, Kantayo, Ka­
a Mapa de ubicación de los cementerios y centros pobla­ juka, Kajamarka, Pangaraví, Achako, Majoro, Conventillo, Soi­
dos ruinosos. songuito, Pacheco, Soisongo Grande, Llapana, Kawachi, Esta­
b) Mapa de las Galerías Filtrantes de la Hoya de R fo Gran­ quería, Tambo de Perro, Usaka y J umana. Las ruinas más inte­
de de Naska. resantes son: la ciudadela inkaika de Kajamarka (Paredones),
a un Klm. Sur de Naska; Kawachi, aguas abajo, a 27 Klm. Sur
c) Mapa de las Figuras Geométricas desarrolladas en N as­ de Naska, en cuyo centro existen, además, importantes montícu­
ka y extendidas por todas las áreas de lca. los artificiales confeccionados de adobes cónicos y rodeados de
numerosas tumbas; Estaquería, a 8 kilómetros más al Sur de
En cada mapa debe incluirse, de preferencia, los nombres Kawachi, con numerosas tumbas y restos de palos funerarios
toponímicos indígenas de los valles de lca, procurando conser­ puestos en los ángulos de cada t umba, o en plataformas edifica­
varlos como un valioso documento geográfico para la Filología y das exprofesamente.
la Historia. Muchos de ellos están adulterados o castellanizados,
otros han desaparecido por suplantación de nombl'es posteriores. d) En la quebrada de Palpa, se reúnen tres afluentes: Río
De allí que se deben hacer posibles depuraciones de vocablos in­ Grande, Palpa y Viseas; en las orillas de cada af luente se posi­
dígenas mal escritos. Diversos escritores de lea creen que sólo· cionan loé siguientes cementerios: Viscas y Llipata; Chichltara,
la lengua quechua dominó estos escenarios; pero existen muchas Pinchango, Mollaque y la Muña; la Guisla, Santa Rosa, Jolash,
toponimias de origen Aguaruna y Wambisa del Norte peruano, La Merced y Comunidad.
toponimias ayrnaras y Quechuas; Cbimú o Muchik: Shamas o e) En la quebrada de Ingenio (kilómetro 443) están los ce­
Rampas de la región Amazónica. Por eso, que al escribir todas menterios: Estudiante, Makakona, Bogotaya y San Pablo; la
estas toponimias, se tendrán en cuenta los fonemas C, B, H, Z, Legua, San' Javier, la Banda, Changuillo y San Juan.
castellanas que no existieron en las lenguas indígenas peruanas
(Lam. n.). f) E n la quebrada de Koyungo, aguas abajo, se encuen­
lran los cementerios de Lacra, La Merced y Cabildo; en este lu­
3, ur se une el río Chimba, ya un kilómetro, más abajo, el de Nas­
Pueblos y Cementerios Prehispánicos de la Hoya de Río
Grande de Naska. ka, en el punto de Malpaso. De aquí el río corre en un solo bra­
o, por una quebrada estrecha hasta llegar al Valle de Koyungo
Daré comienzo nombrando las ruinas y cementerios prehis­ uyas áreas son amplias y donde se ubican los cementerios de
óricos de la Hoya de Río Grande de Naska, que estárr ubicados "mta Rosa, Papagallo, Coyungo, Marcha, Br ujas, Maijo, Cara­
unas veces dentro de las quebradas y, otras, en los centros de "oles, Monte Grande, Venado, Baj ada de Naska, Marcha, la Ca­
la vída agrícola: lla, Machu y el Angel.
g) En la quebrada de Acari, al Sur de Naska, frontera de
a) En la quebrada de Kopara, a 32 Klm. Sur de la ciudad rNluipa, se ubican los cement erios, aguas arriba, de Ventadero,
moderna de Naska, se encuentran los cementerios de las Tran­ Chingo, Galeras, Pellej o, Lugumare, Vikota, Cerro Colorado y
cas, Kopara, Totoral, Wayuri, Poruma, Corralones y Tunga. fnmho Viejo.
b) En la quebrada de Taruga, a 29 KIm. Sur de la ciudad
de Naska, se sit úan los cementerios de Pajonal Alto, Chauchillu
Macha Verde, Pajonal Bajo y Atarko.
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ALBERTO ROSSEL CA STRO
VERLOS Y CEMENTERIOS PRE.HlSPANIC;OI; SUR DEL P ERU 67
4. Pueblos y Cementerios Prehispánieos de los valles de lea.
kilómetros más, sobre una plataforma de médanos , está ubicado
el cementerio pr ehispánico de WaDas. En este lugar , encontr é
De la quebrada de Palpa, camino hacia lea, se sube en pen­
dientes, por una quebrada de t res kilómetros de longitud, angos­ fr agmentos de cerámica de estilo Para kas y Naska ; cm'árnica de
ta y rodeada por ambos flancos de rocas y precipicios. Sin em­ color negro con incisiones de tipo Chincha. Se camina 3 kilóme­
bargo, surca por ella en zig zag ]a Carretera Panamericana que, tros, aguas arriba, por el poblado del Olivo y j unto a la bocatoma
al llegar a la media cumbre, cruza un túnel de 80 metros y de­ de la acequia de Makakona, sobr e una enserrada, a orillas del r ío
semboca en la quebrada de Wayurí. De este punto, en dir ección de lea, está el importante cementerio en talud de Teoja te, en cu­
hacia el Norte, seguiré señalando Jos centr os ruinosos y cemen­ yo sitio, se han explorado tmnbas de tipo Parakas y Naska.
terios p,rehispánicos de los valles de l ea, Pisco y Chincha, situa­ Para conocer los cementerios del distrito de SaJas (Guada­
dQs casi siempre a la rinconada de los cerros, sobre lomas y fal­ lupe) desde lca, se toma, en dirección Norte, la Carretera P ana­
das de los médanos y de la bocatoma de las acequias, y de la mericana, a 4 kilómetros, se desvia hacia el poblado de Subtan­
desembocadura de los ríos. Así t enemos: Jalla; en este sitio, en el extremo superior, se observan construc­
ciones rectangulares de tipo Chincha. En esta misma zona, al
a) En la quebrada de Wayurí o Río Chinba (kilómetro lado Oeste, se extiende el latifundio de Makakona, en cuyas áreas,
409) de escasa vegetación, por falta de agua. En épocas de llu­ en un tiempo, vi más de siete montículos piramidales de estilo
vias este elemento se origina de las alturas del distrito de C6r­ Chincha, y todos ellos, en la actualidad, han desaparecido, demo­
dova, cuya zona carece de cordillera; por eso, la quebrada per­ lidos por la acción del hombre para convertirlos en tierras de
manece casi siempre sin agua. No obstante, se registran cemen­ cultivo. En el pueblo de Guadalupe, a 12 kilómetros de lca, lado
terios de tipo Inka en el distrito de Santa Cruz, cementerios de Oeste, se levanta el cerro conocido con el nombre de "Cerro Prie­
tipo N aska y Tiawanako, en Wayuri, por donde cruza un camino to", en cuyas faldas existen restos de cementerios, de construc·
Inkaico que baja bordeando ]os cerros hacia la Hoya de Río cjones, huellas de caminos, fragmentos de cerámica de tipo Pa·
Grande. rakas, Naska y Chincha, En el barrio de Collazos, colindante con
la hacienda de 108 Pobres, persisten tres Koto; varios de ellos
b) En la quebrada de lea, el turista puede visitar diversos

cementerios de tipo Naska y Parakas. Para ello, seguirá el ca­


fuel'on demolidos y las tierras utilizadas para el cultivo.
mino carretero que conduce al distrito de Los Molinos, cruza lea
En el distrito de Pueblo Nuevo, de Ica, a 8 kilómetros Sur
poblados de La MáqUina, Tacama, Santa Rosa y Chavalina, 80bre ie lea, por el Camino Panamericano, se toca con el área arqueo­
las faldas de Los CerriJos y de la quebrada de Cordero. Adelan­ lógica de Takaraka, en cuyo sitio se contemplan' algunos montícu·
tándose un poco más de 5 Kms. aguas arriba, cerca al poblado de loA piramidales que se han escapado, por suerte del destino, de
San José de Los Molinos, hallará los cementerios de Wamani y J/1 mano de los faudatarios que, año tras año, van destruyendo
Tiraxi. tna reliquias del Estado, sin que haya una institución que los
Para visitar los cementerios del distrito de San Juan Bau. ulU'de.
tista de Ica, se toma la ruta, por el lado derecho del río de lca, En el año 1956, conté, en Takaraka, cinco monticulos que
desde el punto del Hospital de Socorro, a cmco kilómetros; alli nlnn, por término medio, cuarema metros de altura, En el sec­
se ubica el pu~blo de San Juan Bautista, donde se ven las Wakas or de Chullpaka constaté seis pirámides. Actualmente (1956) ,
o Kot o de la Mejorana, Huapo, Reyes. Siguiendo por el camino Jfin pirámides de Takaraka, de tipo Chincha, s6lo quedan dos en
de Quilloay, a seis kilómetros, aparece el pueblo del Carmen, des­ pitl, con peligro, también, de ser demolidas, Posiblemente, den·
de cuyo lugar se dobla a la mano izquierda, lado Oeste, en di­ lre. de algunos años más, corno no existen en el Perú normas po­
rección hacia el cerro, se atraviesa la acequia de Makakona, dos \'Us y prácticas que vigilen las cosas de nuestro pasado histó­
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p UEBLOS y CEMENTERIOS PR&-HlSPANlCOS SU R DEL PERU
68 ALBERTO ROSSEL CASTRO

pues, todos los estratos de las civilizaciones de lea. Es un centro


rico, quedarán de ellas sólo recuerdos. Los cementerios de Pari­ muy poco conocido y de mucha importancia en el campo arqueo­
ñC1 Chico y Koñuka ; más al Sur, están los cementerios de Waka­
china, Lujaraj a, la Venta, Aguas de Palo y Sokta. En dirección, lógico.
hacia los cerros, al cruzar el río de Ica, con frente a Lujaraja, Para conocer , algo más, aguas abajo, se encuentr an los ce­

están los cementerios de Tajawana, en cuyo lugar se han encon­ menterios de Santa Rosa Grande, Santa Rosa Chico y Monte

trado elementos culturales de Parakas y Naska. Grande que se prolongan hasta la desembocadur a del P acífico.

En la hacienda de Okukaje, a 32 kílómetros Sur de Ica, en c) En la pa mpa de Villakurí, kilómetro 280 de la Paname­

una cuenca rodeada en círculo por médanos y cerros, se descu­ ricana, apartándose en dirección al Este Y a una distancia de

bren varios núcleos importantes de cementerios prehispánicos. cuat ro kilómetros, per siste un hermoso castillo en galerías, ro­

Así, en la bocatoma de Okukaje, la Peña, en Paraya o la Banda ; deado de una pared de adobes, de 37 ro. de extensión longit udi­

en el Cerro de Córdova (cerro de Max Uh le) , con frent e a la ca­ nal por 40 m. de ancho. Los cementerios, al parecer, están re­

sa hacienda de Okukaje ; y, un poco más al Sur, el cementerio de partidos por categorías . Los cadáveres que aún quedan, han si­

Pinilla. En todos estos cement erios se ha n explorado tumbas de do depositados en t umbas comunes. E n Villakurí se constatan

tipo Naska, Par akas, Epigona l Tiawanako, Ch incha, Inlm. Las también pozos artificiales que siguen utilizando los colonos para
t umbas de la Peña, casi en su t otalidad han sido de tipo Parakas. el sembrio de maíz, muy similar a los pozos de cult ivo de la zona
de Chilca, Sur de Lima. Además, se descubren montículos o ba·
Más al Sur de Okukaje, a 10 KIm., aguas abajo, se sitúa la surales con vestigios de conwas, almejas Y otros residuos de Mar.
región de Kallango, otra cuenca, donde encontré una antigua pla­ Los vestidos de los cadáveres muestran plumas de aves de origen
nificación agraria de acequias y andenes; cementerios de tipo Pa­
rakas y Naska. En seguida aparece la Pampa del Inka (así 10 forestal.
denominan los campesinos del valle), que termina en un abismo d) En la quebrada de Pisco se descubren dos sectores ar­
en t alud, se baja por un camino estrecho hacia una hondonada queológicos: la Península de Parakas Y la Quebrada de Pisco.
dividida por el río lea, en cuyo extremo Sur sitúase las r uinas En la Península de Parakas, a 18 Klm. Sur de la ciudad de
de IDlujaIla que está cubierta de arena. A pesar de ello, sobre­
salen las paredes hechas de adobes rectangulares que miden, más Pisco, se encuentran los importantes yacimientos de Cerro Colo­
que menos, 55 cm. de largo por 30 cm. de ancho y 10 cm. de alt o. ..ado, Punta de P ej errey, Disco Ver de, Lagunilla ; y, más al Sur.
Se cons tatan paredes de adobones y postes de huarango con hor­ I,aguna Grande, Karwa y Chukcho.
quetas, como las que vi por Estaquería y Corralones de Naska. e) En la quebrada de Pisco. kilómetro 234 de la Carretera
La ciudad destruida, en su totalidad de tipo Chincha, se ubica al Punamericana, poco antes del p uente de Huamaní, a 10 kilóme­
lado izquierdo del rio de lca, casi al fin de la zona de Samaka t ie­ bos aguas arriba , surcando una pendiente y un médano, están
rras de cultivo de cinco fanegadas. El día 16 de abril de 1952 lu f'! ruiuas Y cementerios de Chongos Alto y Bajo, Y en cuya área
pude, asimismo, descubrir al costado derecho del río de Ica, so­ ¡Ibit'anse restos antropológicos con def ormaciones craneanas, ce­
bre las faldas arenosas, el cementerio de esta región todo profa­ I'úmicas de la etapa Parakas Necrópolis. En el kilómetro 230,
nado, viéndose al descubi erto t umbas de tipo Naska, Parakas, plIlllmdo el puente de Huamaní, siguiéndose la carretera de Cas­
E pigonal Tiawanako y Chincha Clásico e l1l'ka. Encontré batanes, U'lIvirreyna, aguas al'rlba, súbitamente se presentan los siguien­
hornos, min as de arcilla en colores : blanco, amarillo, rosado y !!l t~entros arqueológicos: Lima la Vieja (25 Km.), H umay (32
rojo. Todos est os elementos me han convencido que UllujaUa y Krll.): Panta-Kaiko (40 Km.) ; Tambo Colorado (42 Km.); Au-.
Samaka han sido centros donde se fabricaban objet os de cerámi­ IlIi il (.t7 Km.) ; Walla Grande (52 Km.) ; Walla Chico (56 Km.) ;
ca que abdSt ecían t odos los mercados del valle de l ca y quizás de Wl\ukuoo (88 Km.); Pokra y Lauta (98 Km.).
Rio Grande de Naska. En Samaka y Ullujalla se encuentran,
60
ALBERT O ROSSEL CASTRO PUEBLOS Y CEMENTERIOS P RE-BISPANICOS SUR DEL P ERU 61
f ) En la quebr ada de Chincha, dividida por dos brazos del más antiguos, res ultaron ser por otras exploraciones realizadas,
Río San Juan que irriga casi la totalidad de la amplia, bella y acumulaciones muy recientes. Así, hace poco. tiempo, en 1948, el
verdosa planicie, se posicionan los siguient es mOffilmentos arqueo­ Museo. de Antropolo.gía y Arqueo.logía de Lima, bajo la dirección
lógicos:
del do.cto.r J ulio C. Tello., al desalojar los basurales, en una parte
de les mo.ntículos situado.s al lado. No.rte de la ciudad de Ancón,
En Chincha Baja se levantan los templos de Chincha-Kamak encontró debaj o de ellos una capa a luviónica, que a l ro.mperla po.r
(conocidos vulgarmente por el Centinela), rodeados por el lado el método estratigráfico., se enco.ntró sobre un plano, más de 100
Norte de cuatro pirámides o Koto. Sobre la base de este mismo t umbas que contenían cada una de ellas de dos a cuatro cadáve­
templo se registran varios edificios de tipo lnkaico; al Noroeste res enfardelados con t elas, pues tes en cuclillas acompañades de
de Tambo de Mora, se ubica el templo de Kancha-Maní. En el ár ea cántaros y ollas globulares de tipo Huaura, con decoración de in­
de Chincha-Kamak lado Oeste, sobre una planicie, con frente al fluencia de estilo inciso y pictórico Chavin. Las tumbas teman
Mar, están los cementerios.
tarimas de palos de huarango, recubiertas de torta muy semej an­
Los Koto de tipo piramidal se levantan aisladamente en las tes a las tumbas de Naska (1). En cambie, en el lado. Sur de la
distintas haciendas del Valle. Muchos de ellos han desaparecido Necrópo.lis de Ancón, hacia la media falda del cerro que se levan­
con el tiempo; sin embargo, quedan algunos en las haciendas de ta con frente a la misma Bahía, se encontr ó, en una extensa área
San Antonio y Hornillo; Lurin-Chincha y Hoja Redonda. Por los de conchales, a una profundidad de sólo. 30 a 40 cm., cerámíca de
alr ededores de San Juan, el Carmen, Larán, pampas de Ñoko, Su­ color negro, siempre con estilizacio.nes de tipo Chavín, cuyo.s res­
nanpe. existen huellas de cementerios que se han convertido en tos han sido considerados como. los más antiguos de la región.
terrenos de cult ivo. Cruzando la Hacienda de San Juan, a 600 m. En cuanto a los conchales de lea, posicionados a lo largo de
sobre el rrivel del Mar, se toca con Wankor¡ donde se ven petro­ la orilla del Mar Pacífico., desde la zona costanera de Chincha, al
glifos importantes dignos de un estudio especial. No.rte, hasta los confines de la desembocadura del río de Acarí
al Sur, son signos de toda ponderación ya que representan, en el
5. Los Concllales. campo arqueológico, uno de les centros de suma importancia pa­
ra el estudio y esclarecimiento de los pro.blemas históricos de la
Son acumuJamientos de desperdicios de cocina, cenizas, re­ ,·egión. Los primero.s intentos de estudio. de los concha les de lea,
siduos de animales, en su mayor parte marinos, depositados por (! reahzaro.n· en los yacimiento.s de guano de la isla de Chincha,
el hombre en distintas épocas sin Propósito ni fiIralidad alguna. n los que se desenterraron restos de ocupación humana, acom­
Ila ñado.s de cerámica, figuritas de oro y plata con estilizaciones
En los actuales momentos de reeonstruir la Historia perua­
'11' animales de mar.
na, se necesitan hacer estudios de estos restos, ya que muchos
de ellos presentan un proceso de estratos de la vida histórica Los conchales de Parakas, a 18 kilómetros de Pisco, presen­
ignorada.
1\ :1 la simple vista, en su mayoría, caracteres netamente f un e­
mos, pues los pueblos prehist óricos se habían aprovechado de
Los recientes descubrimientos llevados a cabo en estas acu­
mulaciones extendidas a lo largo de la8 orillas del Mar Pacífico, lIoa, para el entierro de sus muert os,· quizás porque las capas
harr demostrado variadas manifestaciones de la Vida del hombre 11'lltigráficas de estas prominencias ofrecían mayo.res seguri-
que les particularizan unas de otras. Por ejemplo, en los con­
chales de Virú se descubrieron diversas capas de estratos que JirilQ Huapaya Manco - Nuevo tipo de tumba descubierta en la
avanzan hasta la fase Pre-Cerámica . Los de Ancón, explorad08 NL'f:ropolis de Ancón - Revista. del Mu~eo Nacional de Antropolo­
por Reinas y Esttibel, en 1880, y Max Uhle, en 1901, como 108 ,lit - Lima ¡pág. 93 al 98; con tres figuras o cortes estratigráficos
lo 1all tumbas de Anc6n.
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PUEBLOS Y CEMEN'rERIOS PRE-H ISPANICOS S UR DEL PERU
62 ALBERTO ROSSEL CASTRO
metros de alto por l OO metros de ancho. Max Uhle visitó estos
dades que las de la arena. El doctor Julio C. Tello, en la explo­ montículos en 1901, Y dice: "Cerca a la boca del río de lea, a cirr­
mción cien tífica que ejecutó en la Bahía de Parakas, el año de co minutos de camino, desde el Mar hay dos espléndidos Samba­
1929, comprobó que los habitantes pertenecientes a la fase Ne­ quis o conchales; cada uno de 180 m. de largo de Este a Oeste,
crópolis de Cerro Colorado, utilizaron los conchales para el en­ por unos 100 m. de ancho, unos 50 m. de altura. Estos parecen
tierro de sus muertos, cuyas costumbres demuestran claramente ser los primeros descubrimientos en las costas peruanas y t ienen
que estos restos precedieron a la etapa de Necrópolis. cierto parecido con los de la costa meridional de Brasil, sus bases
Algo más al Sur de Parakas, en la zona de Laguna Grande, pudieron ser elevaciorres naturales de poca alt ura, pero proba­
en el punto denominado Chukcho, al Norte de Kar wa, a orillas blemente 40 metros o más de su espesor es de residuos de con­
del Mar, sobre un terreno accidentado de más de 3 kilómetros de chas ligeramente mezclados con arena" (3). Ultimamente, se han
longitud y rodeado de laderas, quebradas y precipicios, se ex­ hecho sondeos y estudios que revelan el avance del hombre h as­
tiende un enorme conchal. En algunos sectores, con frente al ta la fase pre-eerámica, de cuyo problema se hablará más ade­
Mar, se registran corrchal-es reforzados con piedras o rodeados de lante.
Mar, tal vez con fines de preservarlos de la humedad o de la ero­ En la boca del Río Grande de Naska se hallan los conchales
siórr de los vientos. En est e mismo lugar , los antiguos pescado­ de Santa Ana y de San Nicolás, eu los cuales también encont ré
res aprovecharon de los basurales para edificar sus habitaciones I etapas del Hor izonte Pre-Cerámico. En la Bahía de San Juan de
dE tipo Soterrado con chimenea. Cada soterrado mide, por tér­ Marcona (cuando recién se emplazaban los ingenieros para ex­
mino medio, 2 .40 m. de largo por 1 m. de ancho y por 1 m. de plotar la mina de hierro de este lugar), presencié, ellO de di­
alto. La chimenea tiene 85 cm. de alto por 40 cm. de diámetro, ciembre de 1947, un corte vertical de un conchal de 30 metros de
de tonna cúbiea. El soterrado tiene la forma rectangular con pa­ altura por 80 m. de diámetro, para dar paso a una carretera cos­
redes de rodados unidos sin argamasa; los techos cubren vigüe­ tanera que se dirigía en dirección al nuevo muelle del asiento mi­
tas de piedras lajas, o palos de nuarango, o bien costillas de ba­ nero de Marcona. Es así que en un corte, de arriba hacia abajo,
llena. La mayor parte de estas construcciones, en el año que las
visité por primera vez (1956), estaban al descubierto y a la vista
~onstaté los siguientes estratos: capas de arena negruzca mez­
clada con ceDÍ7.as de cocina; fragmentos de cerámica ahumada;
de cualquier observador. Pero, poco después (1960), un huaque­ :orontas de ma1z; h uesos de animales, qu:.zás de huanaeo (lo que
1'0 en su afán de buscar tesoros, con un tractor habia destrozado
indicaba cierta variedad de la comida); tumbas en medio de los
por completo los soterrados q-..e eran netamente de tipo andino.
tmsurales con paredes de piedras calizas y techo de barbacoa de
Los conchales~ pues, no sólo se han utilizado como tumbas huesos de ballena, que pertenecían a elementos culturales de la
sino también como viviendas subterráneas para resguardar a sus tupa Inkaica. Pude cont ar ocho capas estatigráficas de basura­
moradores del flagelo constante de los vientos a partir del me­ 1';1\ de 1.00 m. a 2.00 m. de espesor, con fragmentos de tejidos,
diodia y, a la vez, del frío de las noches. En todos los conchales h'mentos de cocina; moluscos. En la capa octava, la más pro­
se descubren restos de cerámica utilitaria, residuos de redes, con­ rlllldn, sólo habían residuos de animales de Mar sin tejido ni ce­
chas de moluscos, desperdicios de cocina, huesos de animales (2 ) . '.,II11l'U; carbón de cocina. Se llegó al suelo compacto y duro, cu­
Siempre más al Sur, están los conchales que se sit úan cerclI cnpa demostró la ausencia de todo elemento de cerámica; era,
a la desembocadura del río de lea. Uno de enos mide hasta 50 jíll(!k, la fase inicial para esta zona.

2) El 26 de Julio de 1960 inspeccioné la zona de Chukcho. utilizando ..(


camino to rt uoso que se desprende a la altura de P ozo Santo. Ver'
R ossel Castro A lberto - Los Concll(<<e.~ (1 Dep611ito8 p?'f~hist6rie",~ dl'l ltll'íllla de Muaeo Regi07lal de Ica - N' 8; pág. 58. Notas de Campo
Departamento th lea - Bol. S~iedad Geográfica de Lima l. LX XIX ; del Mal( Uhle.
págs. 45, 50, 51. Año 1962.
64 ALBERTO ROSSEL CAS'fRO

El conchal del Puerto de Lomas, de una altura de 30 metros


por 90 metros de diámetro, es un acumulamiento de cenizas de
cocina,mezclado con una variedad de moluscos (erizos, lapas, ca­
racoles, choros, almej as, conchas, barquillo) y con fragment os
de cerámica ahumada de factura doble y tosca; restos de telas
de algodón; redes, hojas de pacay; tumbas con paredes de con­
chas de Mar.
En la desembocadura del r ío Acarí, se encuentran los con­
chales de Chaviña, Tanaka, Samaka, Josefina y Lomas.
Por los utillajes encontrados en los conchales de l ca (r edes,
bolsas de totora, cesterías, acumulamiento de moluscos, cen izas, CAPITULO lV
h uesos de animales) se deduce que sus habitantes f ueron gentes
dedicados especialmente a la pesca, a la caza de los lobos de Mar, BlSTORIA DE LA ARQUEOLOGIA SUR DEL PERU
de ballenas, de cachalotes, y que practicaban el trueque con los
valles agrícolas cer ca nos del valle de lea. Los conchales están 1. E:1ploracio nes empíricas.
calculados en una edad de 5.000 a 1.000 años antes de Cristo. 2a. ExploracioneS científicas..
Elementos c.ullurales de lea y Naska en 108 museos extran­
En los con chales de lea no se han encontrado 108 famosos jeros '1 nacionalell.
"arpones" que usaron los esquimales del Norte de] Perú, pero sí
el "Espondy1us", que en una concha grande y se encuentra en Exploraciones empíricas.
las costas E cuatorianas y en Cemro América, asegurándose que Si bien las primeras informaciones arqueológicas peruanas
correspondería después de la etapa Epigonal Chavín. Sin embar­ IIministl'sdas por los cronistas de los siglos XV1 y XVII. al tiem­
go, en mis constantes investigaciones, he llegado a ubicar un cen­ 1'" de informar al Virrey español, consignaban sin querer caraete­
tro de producción de "Espondylus" en Laguna Grande, al Sur de islícas de monumentos históricos: palaciOS, castillos, adorato­
Parakas. Actualmente, los pescadores extraen' hermosas conchas t'Íllk (Pakarina) , fortalezas, caminos, tambos de la Costa Y de la
de Espondylus, -esta existencia desvirtúa, en parte, que hayan iérra, costumbres, religión, genealogías de los lnkas, ellas no
sido trasladadas por el hombre desde los centros ya mencionados. referían a las civilizaciones de Naska y Parakas. porque rya
lw~.
á
En los conchaJes de lca también se han encontrado la "est ólica", precisamente, habían desaparecido del escenario geog -
de uso vulgar entre los Esquimales, cuyo hallazgo lo hizo el doc­ ó mucho antes de la llegada de los españoles al Perú.
tor Federico Enge1, quien afirma haberla hallado eh la eta pa
"pre-cerámica, atribuyéndole la edad de 4.000 años ames de NI los extirpadores de idolatrias que no podían ocultar su
Cristo" (4). illIhro cuando quemaban los ídolos de las Wakas, como lo hizo
11 Pizarra al incinerar la momia dellnka Tupak yupanqui en­
\\dln ('00 telas finísimas, con el fin de extraerle todo el oro que
dmullha; 01 en las declaraciones de enos mismos, tal como
'11 In obra de FranciSCO de Toledo (a. 1.571) que afirma.
eran tan ricas que si se explotaran sería la mayor
renta que el Rey tuviera", es dable encontrar mención
(4) F ederico Engel - Elementos d~ Pre-Hi8Iona Peruo,lIo - Pág. 52,
año 1960. Ing wakas de la región de lea.
67
66 A LBERTO ROSSEL OASTRO IIlSTORtA DE LA AllQuroLOGLA :'1I11 DEL PER

De este modo, se debe consignar UD' hecho curioso. Las ex­ perpuestos y que del más profundo extrajo una cantidad de pla­
ploraciones empíricas ejecutadas por los "huaqueros" (1) en la tos de oro, un ídolo de oro, aretes y láminas repujados y otros
Hoya de Río Grande de Naska y de lca, son, propiamente, los objetos de cerámica. El ídolo era la figura escultórica de un in­
primeros descubrimientos arqueológicos que precedieron a las dígena que tocaba una antara que medía más o menos 10 cm.
cientüicas. La historia de estos trabajos ilicitos se remonta al También descubrió, por los cementerios de los Maj ueJos, UD'a tum­
período 1901-1926. Hasta entonces no hubo una ley prohibitiva ba de tipo Naska que contenía un cadáver humano casi deshecho
de parte del Estado Peruano. Los famosos cateadores se dividia-­ acompañado de 32 piezas de antaras hechas de terracota. La pri­
ron en grupos por todas las quebradas de Río Grande, por los va­ mera antara medía 1.20 de altura. Lo que quiere decir que el
lles de lca, y profauaron los cementerios de Kajamarka (Pare­ músico tocaba esta antara de pie. Otro hanazgo, no menos im­
dones), Kopara, 'I'unga, Kawachi, Estaquería, Ingenio, Palpa, portante, Que ha marcado época. en el desenvolvimiento de la "Ci_
Koyungo. Okukaje. y todos los sectores de lea, Pisco, Parakas y vilización Nnska". ha sido el descubrimiento hecho por él, en
Chincha. Sólo Jos objetos de valor artístico fueron seleccionados HIló, de objetos de cerámica de lipo Epigonal Tiawarrako, metí­
en estas fechorlas, y los restos antropológicos, una vez de que h)s en \loa fosa abierta exprofesamente en el fundo Pacheco.
eran destrozados y separados de los ajuares funerarios, de ]as regaba Maldonado que en ninguna otra parte de los cemente­
telas, collares, máscaras de oro, aretes y otras prendas, dejában­ ele RIO Grande se han encontrado restos parecidos; que es
se botados en la intemperie. Los capataces, que pagaban 80 cen­ llcLO atribuir su hallazgo fuera de Pacheco.
tavos diarios a sus operarios, se encargaban de inmediato, de h) Justo Pastor Rivas (también ya difunto), me refirió,
ofrecerlos en venta por las canes de Lima y las tiendas de co­ in 1909. cateó los cementerios de Kawachi y Estaquerla.
mercio. Los extranjeros que compraban a estas antig¡oallas. las piel,as artísticas extraídas de Estaqueria las negoció. una
exportaban fácilmente por Jas aduanas del Perú. Es así como s ,'te. COIl un oculista alemán residente en Lima; y, la otra, con
explica el caso, que en los museos de Berlín y New York, ya s Prado Ugarteche y la madama E.-Rosay, de nacionalidad
exhibían y se conocían antes de 1926, las telas de las Necrópolis l . La colección de Javier Prado Ugarteche fue donada
de Parakas. l(l. b misma que se exhibe en el Museo de Arte. En 1921,
A fin de suministrar mayores y verídicas informaciones,p PÍo de la Independencia del Perú, el mismo Rivas llevó
ra la Historia de la Arqueologfa, tuve que ponerme en comuni 1 II Lima una valiosísima colección de 400 piezas proce­
ción con los principales cabecil1as de los "huaqueros". EUos cuml T'unga, Koyungo Y Kawaclu, y, a la entrada a Lima,
tan los detalles con vivos caracteres, ya que actuaron cerca d f\U1IBUfiu, por el entopces Prefecto de Lima, don Octavio
da sector de las quebradas de Naska, lea y Parakas. Est ignora el paradero de estos objetos de arte, porque
claraciones son valiosos grarullos que vienen a esclarecer 1\¡'fl/lI"OIl a formar parte del Museo Nacional. En 1923, ex­
pl'oblemas oscuros que el cientñico a veces los ignora. 10 tumbas en el cementerio de la Moña (Palpa).
lel' desalojar \ln relleno de 36 m:!. por 9 ro. de pro­
HeJos aquí: vo uue hacer uso de roldanas y escalera y extrajo
de estilo nasquense. No encontró cadáveres hu­
a) Ponpeyo MaJdonado (ya difunto). En 1942 m I U(~mpo los había pulverizado. Los paramentos
que inició sus excavaciones en los cementerios de K !dlficndos de adobes cónicos. Todos los objetos
(Paredones) y Kantayo en 1905. Recuerda que la ro ¡tes de {'sta tumba fueron vendidos al hacendado
tumba descubierta fue la de Kantayo, repartida en lr 11M (Nl\ska). Actualmente, los herederos (hijos)
11111\ J,icza de recu~rdo. Los objetos de oro de
leilt(; c1~ Kawuchi Y Kantayo fueron vendidos
(1) De Wako-Objeto encontrado en 108 cement.erioB IIlt:hillpftn l de Lima. Este ITÚsmo sujeto fue el que
69
HISTOR iA DE LA A.RQ U EOLOGIA SUR OEL p EIll1
68 ALBERTO ROSSEL CASTRO
e) Romi n Guzmán. acompañó, como obrero en las explo­
descubrió las min'as de hierro de Marcona. Llevó a Lima las
raciones científicas de P arakas, al doctor Julio C. Tello en 1927
muestras y enseñó las vetas de exploración antigua a los inge­
y 1929. P or eso, sus declaraciones son muy valiosas. Asegura
nieros interesados en este importante hallazgo. Justo Pastor
que abrió más de diez cavernas en Cerro Colorado sin corrtener
perdió la paternidad y su acción sobre esta mina.
restos humanos, " pues habían estado vacias Y bien t apadas"
c) Candelario Navarro, excavó numerosas tumbas en el ce­ (sic). ¿ Qué finalidad tuvieron estas cavernas ? ¿ Fue con el fin
menterio de "Soisorrguito", en compañía de Vicente Bailón, en d€ guardar víveres ? l. Fueron tumbas preparadas para posterio­
1916. Los 'enseres de arte fueron vendidos al extranjero italia­ Tes entierros? En los cementerios de P arakas no se descubren
no Enrique Frachia, arrendatario de la hacienda Maj oro. La co­ (dice Guzmán) los típicos adobes cónicos, que es urro de los indi­
lección de pieza s seleccionadas de E. Frachia, f ue, poco después, cios de las tumbas más antiguas de la Costa Litoral P eruana, si­
adquirida para el Museo de la Universidad de San Marcos de Li­ no que cada caverna está edificada con "piedras pequeñas cogi­
ma. Navarro prosiguió excavando los cementerios de Achako, das de los alrededores y no lleva tarima o techo. Las tumbas
Estaqueria, At a rko, y Kawachi, en 1941. En la quebrada de üdoptan formas rectangulares, de diez a ocho metros de largo J)Or
Atarko, zona de Mancha Verde, el mismo "huaquero" errcontr6 tres o cuatro de ancho. Los cadáveres humanos, enfardelados
en una tumba dos auquénidos (llamas) en posición horizontal, magistralmente. estaban enterrados "por grupos o en comunidad
unidos cabeza con cabeza y, junto a ellos, una momia recubierta y dispuestos en fila. Los jefes o régulos se posicionan casi siem­
de totora. En Kajamarka (Paredones) pudo apreciar una cos­ pre al centro de los demás cadáveres. Las prendaa de valor, co­
t umbre ancestral de los Naska: cada tumba tenía como contra­ rno fajas de oro, se ajustan sobre la piel desnuda y los aretes son
se-ña un palito puesto verticalmerrte sobre La superficie del suelo ,,\rgos en láminas.
o un adobe en punta. Y, en Soisongo, comprobó otra cost umbre Asimismo. Guzmán ejecutó, sin dirección técnica, otros tra­
del rito funerario: cada cadáver humano descansaba sobre una
fosa, en la cual se guardaba una sola pieza de cerámica de la m'
tu,jos de esta indole, Y con ayuda económica de Eliseo Galindo
((IlfU huaquero de la región de Naska). En 1929, desenterró ce­
f ina. o
nlÍcls de tip() Naska en la zona de .Botijon:es Y Kallang (que­
d) Carlos Bracamonte, al principio se dedicó a abrir LIUU IfI't\l\n tic lea), de tumbas edificadas con adobes cónicos. Remo­
bas en los cementerios de Estaquería, en 1918, ayudado por dU f1 ulInbién los cementerios de Wayurí, la Muña, Wawachl y Es­
Manuel Carrera Corzo, dueño precisamente del fundo de I·;"t:t
quería, situado en la otra banda del rio de Naska. Este "huaqu "¡link
ro" asegura que los objetos de estila naturalista no se mezo! ploraciones cientificas.
han con el otro más fino y complicado por ganchos; puelJ, cHd
estilo tenía su tumba separada, aun cuando ésta se uLil:1I1 historia de las exploraciones científicas, en la zona Sur
el mismo cementerio. También cayó en sus manos los c(!Tll(llll inició con el arqueólogo alemán Friedrich Max Uhle,
rios de Cabildo, La Legua, Jumana, Wayurí y Kawa(·I1i. 1 rn;nl\te del Museo de Etnología de BerUn, quien fue el pri­
apreciaciones que BracarnoIrte tuvo de ellos son las slJ[tl il!iH in 11 conocer, en 1901, un tipo de cerámica Naska en­
en Cabildo (Palpa) las paredes de las tumbas son, en S il l'fa 'Il IIn sector de la hacienda de Okukaje, al Sur de lea.
parte, de piedra con barbacoa. En cambio, en Wayuri, rio Ohir 1 sitio de Cerro Córdova, y que él 10 denominó
ba, cubr en las tarimas de caña con paredes de udobes r:urHlrn l<n, 11~jecutó excavaciones en los cementerios de Ko­
o rectangulares que pertenecen a1 tipo InkaÍCo o I<Jpigonnl kilehina (Galngarza) y en este último descubrió una
wanako. Raras veces se encuentran en esta zonu lutllllllA fU ,oLenín máscaras de oro y Ki"pus. posteriormente,
rima de huarango o con paredes de adobes cónicos, lLJlI' "illsitu" los cementerios de Naska. Hizo algunos
70
ALBERTO ROSSEL CASTRO
HlSrORIA OE LA ARQUEOLOGfA SUR DEL PERU 71
cortes en la zona de Estaquería, Kawachi y Kajamarka (Pare­
dones). A su paso de Arica (1909) explor6 los centros arqueo­ Peruana, sito actualmente en Pueblo Libre de Lima, reconocido
lógicos de Chaviña., Chala, Lomas y Jos conchales de Josefita y por Resolución Suprema No 1313, del 8 de Octubre de 1939.
la Quebrada de la Vaca. Todos los objetos de arte y demás en­ El doctor Teno, el 25 de Marzo de 1915, exploró, a su re­
seres antiguOS recolectados por dicho arqueólogo, fueron clasifi­ greso de Puno y Tiawanako, la Hoya de Río Grande de Naska y
cados, indicando su procedencia, Jos mismos que se exhibían ati­ los valles de lea y Pisco. En J utio, del mismo año, refiere tex­
nadarnente en el antiguo Museo (ya desaparecido) de Alfonso tualmente, este arqueólogo, lo siguiente: "exploré la Hoya de
Ugarte. Pero la mayor parte de los objetos explorados por Max Río Grande entre cerro Blanco por el Oriente y los guaranga·
UhJe, están en la Universidad de California donde aparecen 600 les de Monte Grande por el Occidente. Por aquel tiempo la ex­
vasijas de cerámica y varios lotes de fragmentos de cerámica de ploración vandálica de los cementerios de esta región era muy
tipo Naska, Parakas, lea o Chincha.
notoria. En Majara, Kawachi, Tunga, Los Majuelos, Usaka y
En 1915, surge en el país un arqueólogo de origen peruano: Koyungo, habían tumbas recientemente abiertas, examinándo­
el doctor Julio C. Tello, creador y fundador de varios museQs en los pude conocer su estructura y además tuve la suerte de es·
el Pais. Científico infatigable, porque no hubo un rincón del sne­ tudiar una considerable cantidad de objetos salidos de ellos que
o peruano que no fuese visitado, estudiado y observado por él. fueron a formar parte de la colección de Enrique Frachia, hoy
I Cuántas veces se vio a este hombre genial pernoctar en los de­ en el Museo de Arqueología de la Universidad de San Mar­
siertos, en las punas y cordilleras j cobijarse en los repliegues de " I)S" (2). Con esta declaración, se comprueba la obra científica
las cuevas, en las soledades candentes de la arena costeña, tan n forma integral en la Hoya de Río Grande de Naska, ejecuta­
sólo por adqUirir nuevos y valiosos testimonios veridicos de nues­ da por el doctor Tello por primera vez, en las dos quebradas de
tra nacionaTidad! En la primera alborada de la lucha en el cam­ ,'ranen (Kopara) y de Naska.
po de la arqueolOgía, Tello, encontró la filantropía de otro hom­ También, en Jubo de 1925, exploró los valles de Pisco y Pa­
bre no menos ilustre, don Victor Larco Herrera, para formar, eOIl ra kal3, en compañía del antropólogo norteamericano doctor Sa­
dispersas y valiosas colecciones de antigüedades peruanas, un fllUd K Lotrop; y quince dias después, el 28 de Julio, el doctor
museo, el que se denonunó: MUSEOLARCO HERRERA. Esl{ 11-110 regresó e instaló su campamento para estudiar los cemeD­
fue la base y el punto de atranque para la creaci6n del "Museú I,' /'Íus de Cabeza Larga o Arena Blanca, Certo Colorado y la
de Arqueología Peruana". De este modo, el Dr. Tello, en su cn.
Punlill'l. A esta exploraci6rr se debe el descubrimiento del ce­
lidad de Director de dicho Instituto, pUdo incrementarlo COII in
lIeuterio "Wari-Kayán" o Cerro Colorado, situados a 18 kiló­
gentes materiales artísticos, dando OPOrtunidad a los hombJ">
ultlll"os Sur del Puerto de Pisco, sobre una colina de cerros de
de ciencia al conocimiento de las distintas etapas cronolcígicm,.
II!~do rojizo, salpicado de una numerosa cantidad de fragmen­
ignoradas hasta entonces, de las civiliZaciones prehispánic:tS rI,,/
iJt! ¡fu pórfido rojo que se extiende por las faldas y hoyas, mez­
Perú. Las primeras colecciones artísticas adquiridas por Tellll IflJldose con arena y ripio.
Larco Herrera de la región de Naska, para el nuevo Museo, fu
ron: la de Pompeyo Maldonado que había recolectado, prindrnJ I~Ir1octor Tello, con su eficiente equipo de trabajo, extrajo
mente, de las tumbas de Kantayo; la de Víctor EJías, proccclcut UI1 Uárea de 260 m!!.• 429 fardos de momia de forma cónica
de los cementerios de Ingenio, San Javi€ r y Estudiante; las (/ ;0 m. de diámetro por O. 90 CID. de alto; de los cuales; 33
Ricardo Perata y Arturo PeHani, originarias de Jos cernen, el OH grandes; 354 pequeños, y caracterizáIrdose cada uno de
dE' Tea (años 1918-1919). Todos estos elementos culturales, J' I~on grandes prendas de vestir hechas de lana y decoradas
cedentes de la Hoya de Río Grande de Naska, sirvieron de IH' Imente Sobre las mismas faldas deJ Cerro Colorado, en
tal para levantar el primer Museo de AntrOpología y ArCIUl'oJ" ¡líu C. Tello - Vaso de Piedra de Na.BC.a - Chaskt; Vol. 1. N"
10 ; año 1942.
HIl>'TORIA DE LA ARQUEO LOGIA ¡;UR DEL PERI: 73
72 A1.BERTO ROSSEL CASTRO

roca dura, descubre cavernas funerarias sit uadas en fila, sepa­ que había observado, años atrás, en Kallango del Valle de ICll y
radas por trechos. Ellas se caracterizan: son construcciones en Laud del Valle de Chancay, una acumulación inusitada de va­
cilíndricas de piedras pequefias unidas con argamasa, de 1.50 m. sij as rotas que sepultaban restos de vivienda y donde abundaban
de diámetro; con una entrada tubular de tres metros de altura, lo~ batanes y maDOS de mortero, es decir, una fábrica de alfare­
por 1 .00 m. de diámetro, que toca con una caverna de 1.20 m. ría. Pero en el presente caso, noté de inmediato que los frag­
de altura por 3 00 m. a 4.00 m. de diámetro, cont eniendo de 30 mentos de cada vasija est aban juntos y que eran tangibles las
a 40 fardos funerarios, cuyos cadáveres presentan defonnacio­ huellas de que había sepultado deliberadamente una innumerable
nes craneanas de tipo cuneüorme. cantidad de vasija de todo tamaño, rompiéndolas y arrojándolas
dentro de un mismo pozo para ocultarlos o enterrarlos" (3). En
E n su incansable y tesonera inquietud, por rruevos descubri­ esta exploración cooperó, de un modo eficaz e inteligente, el ar­
mientos, el doctor Julio C. Tello, nuevamente, el 27 de Enero de queólogo Toribio Mejía Kesspe.
1927, realizó otra expedición a la Hoya de Río Grande de Naska,
esta vez, con auspicios del Museo de Arqueología Peruana y de De las experiencias recogidas, en estas continuas explora­
la Comisión Organizadora de la Expedición Iberoamericana dE;! ciones, el doctor Tello, puso de manifiesto sus teorías de clasifi­
Sevilla, Instaló su campamento en el sector de las Trancas, al ...i6n arqueológicas, tanto para la Hoya de Río Grande de Nas­
olro lado del río de Ropara, (en el Pampón), con frente a la c..'l­ I ('omo para la Península de Pal'akas, desde el más antiguo al

sa-hacienda de las Trancas. De este centro volvió a revisar los ,MiS moderno, en este orden:
cementerios de Kopara, Tunga, Naska, Ingenio y Wayurí. En
esta expedición estudió 537 tumbas, cuyos trabajos no se han l. Parakas.
publicado, que permanecen aún' inéditos en cuadernos y libretas 11 . Chanka.

de apuntes en la Universidad Mayor de San Marcos de Lima. Sill 'Ir Rukana.

embargo, en su última obra póstuma de "Paracas", publicado por 'V Kollawa.

el Proyecto 8b del programa de 1941-42 de The Institute Of An­ \ Chincha.


dean Research de N ew York, hace mención que las 537 tumbas, VI. ln'k a.
debidamente descritas e ilustradas, corresponden a los siguien
tes cementerios: "4, tumbas de Ropara; 74, el Pampón; 27, el f¡ombres de estas civilizaciones corresponden a sitios
Pampón N.E.; 321, los médanos; 48, la Marcha; 6, Pacheco o Kn n sido encontrados los restos culturales. Así,
wachi; 25, Chikerillo y Sentella de Ingenio; 32, Puente-Gentil d
Wayurí. Estas tumbas c1asüicadas por ubicación y su contenido (' I! L'rURA PARAKAS. comprende:
pertenecen: 80 al grupo Naska; 176, Chanca; 266, al de Rl1k
na; o sub-Rukana; y 17 al de Chincha, KoIlawa o Inka. Adern
descubre en el fundo Pacheco, millares de fragmentos de cerám
ca fina y escultórica. "Penetré (elice el doctor TeUo) en el t\t'
de Pacheco al pie de un añoso huarango y a pocos mctrO!4 ehr 1I
choza donde vivía una mujer pastora de vacas que teniu UI
mor canceroso en el rostro, estaba la huella de una anLigu comprende:
cavación y en el fondo varios fragmentos de alfarería \,111
raba a la superficie, todos del mismo tipo de la mucstr'(I ,1 nlUl.
nueva acumulación de desperdicios de alfarería, semchurl
rt!Tflrtl8 - 111-. Parte - Págs. 49, 60. Año 1959.
74 ALBERTO ROSSEL CASTRO HISTORJA DE LA ARQUEOLOGlA SUR DEL PERl! 76

2 . Chanka Clásico. Sobre la "Cultura Chanka". en su primera fase de Pre-Ghan­


S. Sub-Chanka. ka, Teno sostuvo que procedió de la cuenca del Pampas o Apud­
mac; ella viene a la Costa transportando la madera chonta que
CULTURA RUKANA, comprende: la utiliza en la fabricación de lanzas, puchkas, piruros j traen con­
sigo plumas multicolores de aves que viven en la floresta ama­
1. Pre-R ukana o Wari de Ayacucho. zónica; practican la domesticación de la llama, de la alpaca, de
2 . Rukana Clásico. la vicuña.
3. Sub-Rokana.
Las características de las tumbas de esta. "c ultura~ ' son las
CULTURA KOLLAW A, comprende: Cámaras fabricadas con piedras o con adobes lenticulares; usan
generalmente las cabezas trofeos cortados ex-profeso en direc­
1 . Pre-Kollawa o Pacheco. ción occípito-frontal; los vasos son cilíndricos; las tazas campa­
2. Kollawa Clásico. nuladas; los cántaros globulares achatados COD doble pico, con
3. Sub-KoUawa. fondo blanco; con dibujos de ganchos en negro, rellenados con
rojo violáceo; las hondas tremadas. Refiere Tello que esta "Cul­
CULTURA CHINCHA, comprende: tura" es idéntica a lo que él encontró en¡ los yacimientos de War­
pa, Pokra, en Wari-Wakaurara, OkrQ,s, Konchopat.a, en Aya­
1. Pre-Chincha
cucho.
Chincha Clásico.
De la "Cultura Rukana" afirma que los ceramios tienen la
3 . Sub-Chincha. misma forma. y ornament.ación que de la "Cultura Chanka", pero
en grado inferior decadente.
CULTURA INKA, comprende:
Los cadáveres se encuentran en dos clases de tumbas: la
J Pre-lnka o Cusco Arcaico. de los jefes y la del pueblo.
2 Inka Clásico. Las cámaras de la primera son de piedra. y barro, y a veees,
3. Inka de) Imperio o de la Dinastía de Manko (4). :on adobes extraídos de los edificios correspondientes a otras
luliuras; el cadáver está envuelto en telas rústicas con turban­
Al explicar el doctor Tello la procedencia de las diferentes ll"s, mantos, unkus, madejas de hilo de lana, ojotas, bolsas de
culturas emplazadas en la Hoya de Río Grande de Naska y en .oca, hondas, fajas de lana.
los Valles de lea, refiere que los yacimientos arqueológicos de
Parakas (que los divide en tres fases: Cavernas, Necrópolis y la La "Cultura Kollawa" o "Epigonal" de Uhle, que se hace
cultura local de Chincha) son los más antiguos del Litoral. presente en la Hoya de Río Grande de Naska, se caracteriza por
\'1uellos elementos culturales encontrados en "Pacheco", sector
A la Cultura Naska la clasifica así: Pre-Naska, Naska y
(11' Kawachi, metidos en una fosa, fragmentos de cerámica fina,
Sub-Naska; el tipo Pre-Naska debió existir en la cuenca del
~ lIltórica, de caras humanas, de llama, con decoraciones de pa­
Pampas; es la primera colonia establecida en la Costa por mi·
JIll A, ollukos, mafz, y otros elementos de origen netamente andi­
gración de su centro troncal andino. Jln : tiU centro de desarrollo estuvo en la Hoya del Mantaro, prin­
pnlmente en Konchopata de Ayacucho. Tipo de esta cerámica
'le encontró en Pachacamac que lo denominó "Epigonal Tia­
(") Julio C. Tello - Ob. Cit. ; págs. 6. 6, 7, 8. Ii UIl11Reo"•
76 ....LBERTO lW SSEL CA STRO HISTORIA DE LA ARQU~LOOlA SUR UEL PERI 77

En 1931, con permiso del Gobierno Peruano, Cayton, Kroe­ nako y Bolivia. Su inform e f ue publicado en la Revista alemana
ber y Olson, estudian los cementerios de Kopara, Estaquería, "Forschungen und Frotschrit te", 10 de Abril de 1931, N9 10 (7).
Palpa e Ingenio de la Hoya de Río Grande. Como resultado de
estas investigaciones, el doctor A. L. R roeber publicó su impor. En 1951-1952, se realizó otra ex pedición a los valles de lea
tante obra titulada "Peruvian Arqueology in 1942". En ella, di­ y Río Grande, procedente de la Urriversidad de Columbia de New
cho autor, describe casi todas las ciudades y pueblos pre·hispáni. York, encabezada por el doctor WiIliam Dunean Strong; los tra­
cos peruanos, y cita, particularmente, los cent ros arqueológicos bajos de investigación comprendieron los valles del Río Grande :
explorados por él: E staquería, Ropara, Pacheco, Okukaje, Pa­ Palpa, Ingenio, N aska, Tunga, Las Trancas, Taruga, Kawachi y
r akas, Tambo Colorado de Pisco, y clasifica a la Civilización N as­ Estaquería. La expedición tomó mayor atención al sector ar·
ka en Naska A, Naska B, Naska YI, y Naska Y2 (5). En el queológico de Kawachi donde descubrió más de seis arrdenes
orden cronológico, las fases propuest as por el doctor Kroeber son construidos de adobes odontiformes, superpuestos en f onna es·
completamente opuestas a las del doctor Tello, porque considera calonada de mayor a menor con una altura de veinte metros, por
que no habían pruebas suficierrtes para colocar Pre-Naska antes base 112 met ros de largo y 90 metros de ancho, con una plata­
que N aska, sino a la inversa, señalando a N aska Clásico como ti­ forma donde se halla incrustada en el suelo doce estacas de ma­
po A y Pl'e-Naska como tipo B. Sin embargo, el doctor Tello in­ dera de huarango con horqueta en su extremo superior. A todo
sistía en sus aseveraciones, basándose en sus exploraciones rea· este conjunto, Strong lo denomina: "El Templo", en contrapo.­
lizadas en Kopru'a en 1926·1927, afirmando que lo considerado sición a Doring que Jo llamó "Cultura de los Morros". El mismo
por Kroeber como el Pl'e-Naska tJpO B, no conespondía al tipo arqueólogo, en su folleto escrito en inglés, como informe de esta
de alf arería que él había señalado en los cemeIrterios de Kopara. explicación, asegura haber encontrado en Kawachi, debajo del
En sus cuadernos de apuntes y, hoy publicado en su libro póstu­ gran Templo, una tela de algodón que ocupaba una fosa de 18
mo de Paracas, confirmaría la tesis Telloniana que dice a la le­ metros de largo por 1 m. 76 cm. de ancho, doblada en forma de
tra: "En el Valle de "Nasca quebrada de las Trancas, descubrí un acordeón, la que medía siete metros de aD'Cho por 50 a 60 me­
"capas de tumbas superpuestas correspondientes a tres culturas tros de largo. El supone que ella fue cortada anteriormente por
"distintas; la interior del tipo Pre-Naska; la media de tipo Nas· manos extrañas y la considera como la pieza de tela más grande
"ka Clásico; tipo superior del tipo denominado hoy Rukana" (6). de la cual se tiene conocimiento en el Perú. El doctor Strong di­
ce (sin confinnación), que exist e en Kawachi un cementerio de
Consiguientemente, en 1931-1932, también con autorización tipo Parakas y que, en este mismo sitio, los cadáveres de rango
del Supremo Gobierno y del Patronato de Arqueología Nacional, habrían sido embalsamados para ser transportados, bien a Oku­
el dodor H. D. Doering, conservador del Museo, de Munich, ex­ kaje o Parakas. Las cerámicas encontradas en Kawachi (afir­
ploró los cementerios prehispánicos de Kawachi, Wayurí, Esta­ ma) son semejantes a las de Parakas de tipo Cavernas y Necr6-­
queria, las Trancas o Ropara. En el sector de Kawachi descu­ poJis; y las clasifica así: Kawachi Negativo; Kawachi inciso In·
brió varias tumbas de tipo Tiawanako; bautizándolas por "Cul­ terino; Kawachi Rojo Blanco; Kawachi Modelado y Cerámica
tura de los Morros", en relación con la configuración de los ce­ llana. A la .cerámica de N aska la sitúa en el Horizonte F lore­
menterios o adoratorios de tipo "Koto" (Montículo). En segui. :iente, teniendo las fasea siguientes: "Nasca Temprano A";
da, el mismo arqueólogo aprovechó para visitar el Norte del uNasca Medio"; y "NhSCa Tardio B"; pero, antecede a todo ello,
Perú: Chanch án, Moche, Chicama; por el Sur: Cusca, Tiawa- 1,\ fase denominada por Uhle de Proto-Nasca (8) .
(6 A. L. Kroebe r -- Pet1wia71 ArqueoLogy in 1942 - Págs. 29, 30
Revista Museo Na.cional - T. n, N" 2, pág. 130.
(6) J nlio C. TeUo - Ob. Cít. Págs. 6, 6, 7, 8. Introducción. Lima-Perú.
UII Revi~ta IÜl Mu.~eo Regional de lea - Elxpedici6n Ica-Ocucaje-Nas­
Vaso de P iedra de Nasca - Reimpreso en CIta8ki - Vol. 1 - Pág.
ca.- Año IV; N" 5, pág. 7, año 1952. Relaciones Culturales entr
20 - 1942.
Pctrllcas, Nasca Ii ll14 culturas Tiahua7l.acoide en la Cos ta Su". del
Perú (1957).
78 IU!;TOarJ\ Uf: LA ARQtJEOLOGIA SUR DEL PElJ.U 79
ALBERTO ROSSEL CASTRO

En el período 1956-1957, el doctor Lorenzo E. Dawson, ar­ En resumen, los arqueólogos norteamericanos presentan sus
queólogo del Museo de Antropología de la Universidad de Cali­ cuadros estratigráficos a base de estilos. Por ejemplo, para se­
fornia, en Berkeley, publicó una seriación cronológica para la ce­ ñalar los estratos de Okukaje lo nombran por Okukaje 1, 2, 3,4,
rámica Parakas, subdividida en cuatro fases: la. fase inicial, hasta 10; para clasificar las etapas de Naska, también lo hacen
la tradición Naska (como purrto de referencia) que lo denomina en el mismo sentido: "Estilo Nasca 1", "Estilo Nasca 2", hasta
Naska 1, equ.ivalente a Proto-Naska de Uhle, y al estilo encon­ 9. Sobre la clasificación por estilos interesa ampliar, más ade­
trado por Tello en las Necrópolis de Parakas; la 2a., 3a. y 4a. lante, los conceptos.
fase de Parakas se encuentran en Okukaje. En cambio, el doc­ En 1968, precisamente, cuando estuve ordenando el mate­
t.or Rowe, propuso una numeración provisional utilizando la le­ rial acumulado para esta obra, se publica el libro "lca y el Perú
tra T como prefijo que indica la calidad tentativa de los núme­ Precolombino" de don Alejandro Pessia Assereto¡ a quie1J' debo
ros. Es así como las cuatro fases de Parakas propuestas por darle mis felicitaciones sinceras por este hecho. Conviene, en­
Dawson', se denominan: T-1, T-2, T-3, Y T-4; correspondieI}do tonces, comentar con imparcialidad y honradez esta obra e in­
T-l, a Teojate o "Juan Pablo" por Pablo Soldi y "Early Para­ cluir sus nuevos aportes a la ciencia arqueológica peruana. He
kas" por Strong; T-2, a un estilo nue'·o. como los cántaros en leído y revisado con atención el merrcionado libro, que está divi­
botella con dibujos policromados, pintados después de la cocción; dido por capítulos; pensé encontrar en cada uno de ellos una uni­
los dibujos de felinos son Incisos y policromados; T-3, a "Para­ dad de trabajo o acciones de investigación profunda. La mayor
kas Cavernas" de Tello que Strong llama uLate Parakas"; T·4, parte de los temas son más bien de carácter informativo que ca­
a una parte de "Necrópolis" de Tello y la otra a la fase "Nas­ recen de conclusiones científicas propias del autor, y que eran
ka 1" (9). ja~ que más me interesaban.
En 1958, la Universidad Nacional de San' Marcos, en cola­ En lo que toca a la clasificación estratigráfica, recopila al
boración con la Misión Fulbrignt de Intercambio Educativo, ore pie de la letra las teorías anticuadas y trilladas de Max Uhle y
garuzó un programa de exploraciones del área Sur del Pero, zo­ sigue devotamente las teorías estilísticas y subjetivas de Walla~
na de lea, integrado por los investigadores de la Universidad de ce, Dawson, Rowe y otros, las que, hoy por hoy, están cuestio­
California, Señores: Wallace, Dawson, Menzel y Edward P. Lau­ nadas, y necesitan ser revisadas más que nunca ante los nuevos
rrig, los cuales exploraron los "Cerrillos", con frente a "Teojate", m'oblemas planteados err este libro.
ej ecutando cortes estratigráficos. Encontraron fragmentos de
cerámica incisa Chavin entre los basurales; los estratos estaban
formados muy cerca a las paredes del "Castillo", cuyo edificio
a. Elementos culturales de lea en los Museos Extranjeros y
Nacionales.
consta de escalinatas hechas de adobes cónicos, barnizadas de
torta con cimentnción de piedras sin pulir con argamasa. EJr Numerosos objetos arqueológicos procedentes de los valles
1959, el doctor John R. Rowe, catedrático de Arqueología Pcrun
'I( lca y de la Hoya de Río Grande de Naska., y desde luego sin
na en la Universidad de California, Berkeley, estudió los centro xugerar, están· repartidas en casi todo el mundo, especialmente,
arqueológicos de lca con motivo de levantar el mapa arquefllógi
co del Valle de lca, y lo continuó en 1961. con ayuda de Ruchn l()ll\s, piezas de oro y plata, cerámica escogida y otl:os utensilios,
"IR cuales hacen mucha falta para un estudio integral de la Ar­
Roark y Tomás G. Peterson (10).
11Uf!o)ogfa Peruana.
(9) John H. Rowe. La seriación cronol6gic:a de In Cerámica d"
elaborada por Lorence E. Dawson - Rtlll. !rfIUlt!<¡ [úwiolltll Las exploraCIones científicas extranjeras que se han reali­
N" lO, págs. 9-20; nño, 1968. lo en las áreas de lea, verdad que con autorización del Estado,
(lU) f(tJ1'. del M"tlrr¡ HcnilJllUl dll 11".11; N" 13; p. á4 ó ufiIJ I:JlH. 11 permitido salir fuera del país los mejores ejemplares del ar­
80 ALBERTO ROSSEL CASTRO HISTORI A DE LA ARQUEOLOGlA SUR DEL PERU 81

te prehispánico. A esto se agrega, por una parte, las ventas ilí­ tos de arte procedentes de las civilizaciones Naska" P arakas, Tia­
citas de obj etos de arte a comerciantes nacionales y extranjeros. wanaeo, Chincha, Chimú o Muchik, etc. Como ejemplo puedo
hechas por personas inescr upulosas ; y, por otra, las exportacio­ mencionar:
nes de esos mismos objetos por los puertos marítimos y aéreos
sin que se haya im pedido este enorme y escandaloso negociado. a) En los museos de Berlin y Londres existen telas de Pa­
Estos robos contra el patrimonio nacional han tenido sus causa­ rakas, ceramios de Naska en sus diferentes procesos de evolución.
les: la poca vigilancia y control del Estado; y, algo más, la falta
de personal idóneo e insobornable en Jos delicados puestos de b) En el Museo de Bellas Artes de Boston se exhiberr te­
embru'que y desembarque por Los puertos del Perú, para impe­ Jidos preferentemente del tipo Parakas.
dir. de una vez por todas, que se sigan exportando paquetes, ca­ e) En la Universidad de Berkeley se expone la valiosa co­
jones, buJtos con etiquetas fingidas, pero que contienen valiosos lección de cerámica de tipo Naska, Parnkas y otros objetos de
materiales arqueológicos. A los autores de estos hurtos muchas valor, llevados del Perú, por el arqueólogo Max Uhle en sus ex­
veces no se les aplica las leyes de represión. Se han descubierto ploraciones iniciadas en 1901.
casos de decomisos en los puertos de embarq ue, ocultándose los
nombres de los autores y quedando el caso en el anonimato. ¿ Qué d) En el Museo de Chicago (Field Museum of Chicago) ;
hubo? ¿Soborno? (ll). Por eso, en varios museos particulares en el de Los Angeles, al Sudoeste de Albuquerque; en el Middle
y estatales de países extranjeros, se exhiben impunemente obje­ lnstitute de Tulane, de Washington; en el de Historia Natural,
ele Brocklyrrg, New York; en el de Pensilvania en Filadelfia;
~ n el de Peabody, se guardan y exhiben muchos objetos de arte
(11) Citaré algunos decomisos o robos de arte prehispánico: "Botín de de diferentes centros arqueológicos del Perú, así como ceramios
Oro d~ C/¡icla1lo". - En el hotel Astoria fue decomisado a Raúl
Apéstegui Breneinni. 13 piezas de láminas de oro inkaico; una ore­ .Y lelas de las civilizaciones Naska y Parakas. En el mismo Mu-
jera de 4 centímetros de radio y varias pieZl;lS de cerámica seleccio­ o de Peabody, se encuentra la valiosa colección de Hiram A.
nada (La Prensa 24 de Junio - 1963). "Contrabando de Wakos··.· Blngham, fonnada con restos extraídos de las ruinas inkaieas
por este mismo año. fueron decomisados en el puerto del Callao 15 (lo Machupichu, en 1911. Además, en la sección Depósito del Mu­
buJtos conteniendo yaliosas telas y piezas de cerámica, con destino de Magdalena de Lima (Pueblo Libre) se encuentran cajo­
al Jop6n y Canadá que iban a salir en el vapor Hapeville. HU"
n
mállCflf"4 de Oro de un m.ill6n de 80[es • que fue extraida de un
'on materiales arqueológicos procedentes de las referidas
menterio prehi~pánico de Lambayeque y embalado por el norteam
ricano James W. Morley Barber, para ser transportado a New YQrk
como "Objeto U8adO de uso personal", en la flota "Gra'n Colombi-" ) El Museo de América de Madrid (España) posee cerá­
(El Comercio - 30 diciembre - - 19(9). liD os miUcJt1e,Q en objel de tipo Naska, Chimú, tejidos de Parakas y toda la colec­
de Oro 11 cerámicll8".' doce cajones que contenian 422 piezas de IIrl, 'Irrea, consistente en 600 piezas de cerámica escogida y se­
prehispán1co del Perú; consistían en máscaras de oro, brazalel.!, mil
ñequeras, coronas, vasos de plata. tejidos de dilerentea colores. IAn
7.a5, cetros tallados de madera, figuras humanas labrndas en pie.! ,;1 jirón Cumaná, un ¡dolo de Oro, máscaras, collares, pulseras de
monolítica de la civilizaci6n Chavin de 67 kilos de peso: un r. ti! rJlehispánico que, por una "banda de mujeres". iba a ser saca­
rero de paja, conteniendo 63 instrumentos suplementario!!; mnl!l rl., tI",1 rafs (La Prensa - 3 - agosto 1966). "Veinte Milúmes de
chullos, penachos, collares, warakas, otros objetos de Inndera LAlI qUJ.'C)16gicIJs" procedentes de los cementerio!! de Laure (Chan­
¿os; rerámica de tipo Muchik. Na.ska. Chancay, Huanney, (~lIr n conexi6n con comerciantes del eentro de Lima, la PIP de­
Virú, Lambayeque, cuyo cargamento iba 8. ser exlraldo tld pzaf i.;te mil piezas de eerámica, máscaras de oro, brazaletes
1969, por el puerto del Callao, a bordo de la motonave "Cu (1, /!CIlIares de piedras preciosas, tejidos de mantos, unkos, etc.,
destino 3 Londres. consignado a John Angove Rogcl'8, el.! 11 Utl {ul1!'On entregados una parte al Museo de Arqueología y Antro­
Hilad inglesa, acaudalado industrial. "Un Milltin' /le Oro ¡"Nli,."." (lQI'­'mn d.! MAgdalena y la otrd fue designada a la Casa. de la CUI­
Lll ptlIic:rn Ile InveatiJcadon!'JI 1101 P<lríl (PH') d",corn (lA ¡'rellllA :11 - A¡.y(,st.,o - HI66).
82 ALBERTO ROSSEL CASTRO HISTORIA DE LA ARQUEOLOGIA SUR [)EL PERl1 83

leccionada. En el Museo, ya citado, de Historia Natural de New elementos antropológicos de cráneos alargados y deformados ar­
York está la colección de jarrones extraídos de Pacheco por el tificialmente, procedentes de los cementerios de Chongos. Res­
arqueólogo OIson, en 1930. tos de un hombre en sentido horizontal, vestido de junco encon­
Los museos del Perú, tanto nacionales como particulares, trado en Parakas, por el doctOr Federico Engel que tiene una
guardan ingentes materiales de invalorable valor artístico, a pe­ edad, carbono 14, de 5.020 años. Don Virgilio Rubini, dueño del
sar de .tantos saqueos, destrucciones, peculados y negociados que fundo Okukaje, donó 170 piezas de tipo Parakas y Naska. Cuen­
se han sucedido desde la llegada de los españoles por primera vez ta el Museo Regional de lea con más de 20.000 piezas arqueoló­
a este territorio. Sólo, indicaré los materiales existentes que co­ gicas de incálculable valor científico. Por ley del Congreso N9
rresponden a las civilizaciones Parakas y Naska, en este orden : 10385, el referido Museo cuenta con las rentas provenientes al
impuesto a las bebidas alcohólicas de 10.% , cuyo monto se utili­
a) En el Museo Particular de Larco Herrera de Chiclín zará en la construcción de un nuevo local, de acuerdo a las nue­
vas normas de la museologia, Pero, hace poco merros de 3 años
(Truj illo) . se pueden ver numerosos y valiosísimos ejemplares
de arte pr ehistórico de casi todas las civilizaciones del Perú que (1972) que el Museo Regional de lca, ya funciona en su nuevo
antecedier on a la Conquista, especialmente los r est os de Kuspi­ local de material noble de dos plantas, sito en Las Palmas, ju­
nique; de Chic ama con decoración incisa; de Satinar; de Virú; risdicción de San Isidro de lea.
de Mochlk : collares de oro; sortijas de huesos; máscaras de oro; d) El Museo Particular de "Carlos Belli" , en lea, estuvo
plumaje ; cráneos deformados y trepanados; turquesas; platos SItuado en el Jirón Castrovirreyna; pero, a raíz de la inundación
de piedra con decoración de estilo Chavín; máscaras con turque­ del río de Tca, en' la madrugada del 8 de Marzo de 1963, que arra­
sa; ollitas de piedras con incisiones; etc. En cuanto se refiere a l>Ó muchos inmuebles de esta calle, fue trasladado al fundo el
la Civilización Naska posee este Museo más de tres mil ejempla­ "Purgatorio", a dos kilómetros al Este de la ciudad de lea, cami­
rel':. repartidos en sus diferentes fases de evolución. no a Los Molinos. No puedo precisar cuántos especimenes se
alvarían de esta catástrofe. No obstante, en la calle Castrovi­
b) En el Museo de la Universidad de Trujillo, además que f1'cyna, hubo 400 ejemplares de ceramios de tipo Naska adquiri­
cuenta con valiosos ejemplares de la región de Virú, Moche y •.\os muchos de ellos por compra, por cuya causa esta colección
otras regioues, se registran varios ejemplares de la civilización .:m'ecía de procedencia. Había telas de estilo Epigonal Tiawana­
Naska. kll. turquesas, kipus. etc. Esta colección pertenece a los herede-
e) En el Museo .Regional de lea, creado por Decreto Su­ 1'Il~ del que fue Carlos Belli, de origen italiano. Este mismo se­
pr emo de 30 de Marzo de 1947, a petición de la Representación ¡¡¡lIó a su colección un origen hindú, especialmente a la cerámica
P arlamentaria Iqueña, siendo Presidente de la Cámara de Dipu­ N.i~ka., -porque estaban las reencarnaciones de los seres del mun­
t ados el doctor F ernando León de Vivero, el principal gestor de ir¡ y del hombre. Esta misma tesis patrocina su hijo, el profe­
dicho Centro de Cultura. Este recibió el apoyo económico de vi­ 111' don Próspero BellL

sibles acaudalados de la región de lca, como de los Señores Eu­ e) El Museo Partícular de "Vista Alegre" de los herma­
logio Fernandini, E milio Guimoye, Héctor Boza y Emique Her e­ nos Picasso Perata, conserva 4.000 piezas de tipo Naska; varios
día. Además, donaciones de objetos arqueológicos y coloniales IJjdos de cerámica de Epigonal Tiawanako, telas de tipo Para­
de personalidades de la localidad, los cuales sirvieron para for­ y otras de arte escultórico Y plctórico. Todos ellos han sido
mar la primer a colección del Museo Regional de lea. En vit rinas d{Jllirldos por compra; se e,miben en vitrinas y anaqueles he­
especiales se exhiben cer amios de tipo Naska., resaltando el arte l'hüB de madera tallada de huarango,
escultórico en sus t res fases de evolución; ceramios de tipo Epi­
gona! Tiawanako ; palos xilográficos ; restos de estilo Parakas; f) En el Museo Particular d-e los SeñoreS Rubirri True1, en
Iwknje, a 32 KIm. Sur de lca, se registra una colección, no tan­
84 ALBERTO ROS;;EL CASTRO HIST ORIA DE LA ARQUEO LOGIA SUR DEL P ERI ' 85

to por su cantidad, sino en cuanto a su calidad que no pasa de de Lima, fruto de una exploración hecha por el autor hacia los
50 piezas de tipo Parakas, extraídas por el Señor Aldo Rubini años de 1935 a 1940 en los sectores arqueológicos de Chiprak,
del sector de la Peña; j unto a la bocatoma de la aceq uia de Oku­ Rupak, Añay, Rankocha, Auquiwilka, Kachimarka (Viseas); ce­
kaje. He tenido noticias de que esta colección ha pasado a for­ rámica de Tipo Ancón y Sapallán ; cerámica de estilo negativo
mar parte, pOl' donación, aJ Museo Regional de lea, gesto digrro de Okukaje y la Peña ; cabezas t rofeos; cabezas deformadas de
de destacarse por ser ejemplo de sensihilidad cultural. Chongos; numerosos fragmentos de cerámica como muestrarios
g) En el Museo Partic ular del doctor Pedro Tello, Médico de los diferentes cement.erios de los valles de l ea, Pisco, Chincha
an tiguo y establ e en la provincia de Palpa, se exhibe una selec-­ y Naska con indicaciones de su procedencia.
colección compuesta de 200 piezas de cerámica de la Etapa k ) E n el Museo de Arte. sito err el Paseo Colón (Lima) se
Naska Clásico y dos ejemplares de la etapa Parakas-Cavernas ; conser va una numerosa colección de las fases de Naska, donada
éstos dos últimos fue ron adqUIridos por compra en el Valle de al Estado Penlano por los hermanos don Javier y Manuel Prado
[ca. Constaté, también, numerosos cráneos trepanados y defor­ Ugarteche, que comprende las siguientes piezas arqueológicas:
mados artificialmente; cráneos con enfermedades óseas, ya qu
el dador Tello tiene pr eparado un estudio patológico de culturas 1) Varios fragmentos de telas de Epigonal Tiawanako, y
prehispánicas ele la región de Palpa. llna tela con estilizaciones de cazadores.
h) En el Museo Municipal de la Provincia de Naska, hubo 2) Un mamo de Parakas Necrópolis, CaD bordados de ca­
400 piezas de la etapa Naska Clásico; 15 palos xilográficos pro­ bezas trofeos, sobre un fondo verde. Se estilizan figuras huma­
cedentes de los cementerIos de Corralones y Estaquería; más de nas que llevan, en una mano, una cabeza trofeo y, en la otra,
30 ejemplares de cerámica de estilo Epigona.J-Tiawanako extraí­ un cetro. Se cuenta por las oríllas de la tela 14 figuras de hom­
dos del cementerio rle Scln Javier (quebrada de Ingenio), los bres y por el fondo 46 hombres, posicionados en sentido diago­
mismos que fuel'On decorrUsados "in situ" por el lrrspector del nal, con pecho de color azul o negro, sobre un fondo de color ocre;
Concejo Provincial de Naska. Es una lástima. que estas valiosas y sobre la cabeza de cada figura, se dibuja una diadema radial.
piezas hayan desaparElcldo del Museo MUlÚcipaJ de Naska, ya que
últimamente, en 1964, hice una visita a este Museo, pero ya no 3) Otro manto de Parakas-NecrópoJis con UD fondo negro
están a la vista los 40 ejemplares decomisados por el Inspector ron 45 dibujos bordados de estilo antropomorfo; es decir, el hom­
de ese entonces que era el autor de este Libro. bre UlÚdo con la serpiente con cabeza bicéfala de color rojo, ama­
rillo, ocre, blanco y verde.
i) En el Museo Particular de la Señora Hortencia Cáceres
4) Una parte fragmentada de una vasija de etapa Naska
de Porras (Lima) se conservan piezas escultóricas de la Etapa
N aska Clásico. Clásico de forma escultórica que representa la cabeza de Ul1 per­
Ronaj e con cara y mostacho&- de un felino; platos grandes de for­
j) E n' el Museo Particular del Presbítero Dr. Alberto Ros­ ma cóncava, con estilizaciones en el fondo, de peces y aves de
sel Castro, en lea, existe una pequeña colección de estudio en Mar. Estas últimas piezas mencionadas, quizás, fueron vendi­
este orden: Etapa Naska Clásico: tipos de vasos. cántaros, ollHs das por el huaquero Justo Pastor Rivas, las que él mismo men­
y tazas. E tapa Pre-Naska: tipos de vasos, cántaros, ollas y ta iona haberlas extraído del cementerio de Estaquería en 19~
zas. Etapa Sub-Naska: tipos de vasos, cánta.ros, ollas y tazas, por su misma declaración (antes indicada), asegura que f ue­
Etapa EpigonaJ Tiawanako : momias. telas, coUares, hondas. ron vendidas en Lima.
puchkas, ovillos, procedentes de l cementerio de Atarko (Naska )
5) Palos xilográficos de la Etapa Epigonal Tiawanako que
Una momia de un infante de la caverna de Rupak (Canta) ; ce
rámica de la Civilización' Muchik; cerárrUca de la Región Central ran hitos en las tumbas de mayor importancia.
·86
ALBERTO ROSSEL CASTRO HISTORIA DE LA ARQUEO LOGIA SUR DEL PERU 87
6) Varios fragmentos de fajas multicolores; bolsas con ll) Museo de Arqueología y Etnologia de la Universidad
flecos en t ri comía rojo, verde y blanco i un poncho de bebé con
Mayor de San Marcos de Lima. F unciona en una de las salas del
aplicaciones de placas de plat a, cuyo ejemplar f ue extraído del
cementerio de Estaquerfa. antiguo local de la Universidad de San Marcos, sito en el Parque
Universitario. En est e important e Museo se exh iben dos valiosas
colecciones: la del doct or Julio C. Tello y la de E nrique F raccia.
l) El Museo de Arqueologia y Antropología de Magdalena
Vieja (Pueblo Li bre-Lima), es uno de los mejores de América, m) Colección TeDo: Comprende todos los elementos cul­
por su contenido y organización, donde se conservan valiosos tUI'ales extraídos en las exploraciones científicas de 1913 y 1919,
ejemplares de todas las civilizaciones del suelo peruano, Jos mis­ por el doctor Tello, de los cementerios de Kuyurrgo, Tunga, Ma­
mos que están clasificados científicamente, indicándose su pro­ joro, Usaka, AIlaka, Kawachi, Estaqueria, Okongalla, Las Cañas,
cedencia. Existen más de 30.000 cerrunios procedentes sólo de Anglia, Llicuas, Visambra, San Luis (Naska), Kopara, Jurnana.
los cementerios de la Hoya de Río Grande de Naska (1927-1929),
Sector de OkoO'galla (Pacheco). En la sala denominada "Roton­ Los tipos de cántaros, ollas, vasos y tazas, en sus tres fases
da de Parakas" se exhiben, magistralmente, en artísticas vitri­ principales de desarrollo de la Civilización Naska suman 987
nas y en orden cronológico, las suntuosas y finísimas telas de piezas. En telas, winchas, bolsas, andas, mantos bordados, mo­
Parakas. Los "maniquíes" hechos por calcos y estudios somáti­ mias y cráneos se cuentan' 306 piezas, haciendo un total de 1.293
cos imitando al antiguo hombre paraquense, están revestidos especímenes.
('on las auténticas prendas exhumadas de las Necrópolis de Pa­ Además, pude ver 3 kipus de la zona de Chullpaka de lea; 2
rakas. También se constatan' momias o fardos funerarios de Pa­ estólicas de Estaquería y una momia de Koyungo. Los cráneos
rakas indicando el proceso de su momificación con fines educa­ presentan huellas de trepanaciones, fracturas, lesiones patológi­
tivos i maquetas de tumbas en sus dos fases de evolución: Ca­ cas, procedentes muchos de ellos de los cementerios serranos de
vernas y Necrópolis de Cerro Colorado. La fase Caverna está Yauyos y Huarochirl; de) Litoral: Mala, Pisco e lea.
representada, a escala métrica, en forma de una garrafa conte­
niendo fardos funeranos. La fase Necrópolis, muestra la tumba n) Colección Fraccia, fue donada por la señora Ana Ron ­
rectangular conteniendo 420 fardos de mom.ias en forma cónica. cagliolo de Fraccia, en enero de 1936, a la UIriversidad de San
En las vitrinas están los ceramios de tipo Caverna y Necrópolis, Marcos, comprende: Tipos de cántaros, ollas, vasos y tazas de
sumando más de mil ejemplares. la Civilización Naska en número de 2.510; telas, mantos, tupus
(10) de cobre, poncho (16), llauto o cintas de lana, etc., suman
En la Sala N aska, en vitrinas adheridas a los cuatro lados, ~oO piezas.. Hace un total de 2.810 especímenes.
se cuentan 3.723 ejemplares de cerantios de tipo Naska, clasifi­
cados, según ]a teoría Telloniana en: Pre-Naska, Naska y Sub­ ñ) Museo de Oro del Pero, es propiedad del acaudalado don
Naska. Miguel Mujica Gallo, (12) que está situado al lado Sur de Monte­
rico, cerca a la última cuadra de la Avenida Primavera, encerrado
En la Sala Chanka y Rukanas, están los ceramios extraídos 11 UD' perímetro de 10.000 m:!. y rodeado de frondosos árboles,
del Río Grande, con más de 3.400 ejemplares, y clasificados en n\.re ellos, casuarinas, eucaliptus y aClldas. El museo es el más
Pre-Chanka, Chanka Clásico y Sub-Chanka. La Cultura Rukana, mnde y valioso en objetos recolec tados de oro del Per ú Prehis­
comprende: Pre-Rukana, Rukana Clásico y Sub-Rukana. rll'lI1ico, los cuales se exhiben en galerias subterráneas con pisos
La Galería Kollawa o sea la Epigonal Tiawanako que cons­ Ilfombrados. Hay arcos, paredes y techos enchapados de lámi­
ta de grandes vasos ceremoniales extraídos del cementerio do
Pacheco (Okongalla).
.12 1 Ultimamente, este Museo a pasado a propiedad del Estado Peruano.
88 ALBERTO ROSSEL CASTHO

nas de oro blanco y amarillo, tal cual fueron las mismas láminas
de oro blanco que cubrieron los muros líticos del templo inkaico
de Korikancha del Kusko. Los vasos, tazas, ollas y cántaros de
oro están colocados en alacenas empotradas con puer t as de vi­
dr io, procedentes del cementerio de Batán Grande, del Departa­
mento de Lambayeque, cuyos enseres pertenecen a la Civiliza­
ción Muchik. Exhíbense, también, en alacenas empotradas, va­
rios mantos adornados con láminas de oro y collares con perlas
preciosas. Es digno de hacer resaltar un collar de oro de 21 ki­
lates de tres ruedas, engastadas de numerosas perlas blancas,
las cuales, con mayor probabilidad, proceden del Caribe.
CAPITULO V
P ude ver un cráneo b umano, cuyas mandíbulas llevan den­
t adura postiza de cuarzo rosado; este material, posiblemente, se HORIZONTE PRE_CERAMICO (1)
origina de Méjico. Quizás, la dentadura postiza no corresponda
a la autenticidad de las mandíbulas. 1. El hombre pre-cerámico y elementos c:ultuTales.
2. Origen del hombre pre_cerámico,
Un collar de oro con incrustaciones de esmeraldas; éste pue 3. Génesis de las chilizací ones Parakas y Naska.
de haber sido transportado de Colombia. Otro collar de oro con
esmeraldas de amatista (color lila), quizás se origina del Brasil. t , El hombre pre_cerámico y elementos culturales.
El oro que pertenece a la Civilización Naska, está represen­ En el Horizonte que antecede al arte de la cerámica es el
tado por 24 láminas con figuras de pájaros, engastadas en una
tela; 50 brazaletes de oro y una trompeta de oro. Espacio Histórico, relativamente, el más antiguo, más no el itri­
do de la vida socio-económica o socio-política, ya que los agrega­
El oro que pertenece a la Civilización EpigonaJ Tiawarrako dos sociales que ocuparon el escenario geográfiCO de los valles de
consiste en numerosas canilleras y un cíngulo o cordón de tercio­ ICR, de la Hoya de Río Grande de Naska, por los recientes des­
pelo con 10 láminas similares a la forma de un pallar; una mo­ ;ubrímientos llevados a cabo, hacen pensar que trajeron consigo
mia adornada con láminas de oro, con plumas de aves de la sel­ un bagaje de conocimientos en el manejo de c~ertos elementos
va; un poncho con láminas de oro; dos cascos hechos con cañas culturales, especialmerrte de madera. de huesos Y de piedra. Las
de bambú y enchapados en oro ; una caheza de llama de oro ma­ entes de este Horizonte de vida inicial en 1ca, traen ciertas eX­
cizo. Tres balanzas de oro con tablero de forma rectangular COII ~eriencias obtenidas en otras regiones que las aplican, en su nue­
adornos de aves en alto relieve y con figuras escalonadas. ve' ambiente, principalmente, en lo que se refiere a la vida do­
méstica. los objetos de madera de huarango, tales como: cucha­
raS. cucharones, platos, cuchillos, vasns, peines, bastones, ban­
tIJS, agujas, horquetas de hilado. etc. ; a la vida agrícola: 1am­
[1I1S, hachas, espancadores. rakuanas (especie de pico), taklla
(urado), allana (punzón para sembrar). kallwa (para ajustar la

I 1) En los capítulos sllbsiguienles sigo el orden indicado de FIorizoDte~,


para mayor comprensión E'.Tl el desalTollo de los temaS propuestos.
91
HORIZONTE pB.E-(TERA~l1l·O
90 ALBERTO ROSSEL CASTRO
campo de la vida agrícola, porque trae cousigo el paDar. cuya
trama) , telares, etc; al arte xilográfico: ídolos de cabezas hu­ legumbre le acompaña todavía en la tumba. El pallar es un ele­
manas, de leones, serpientes, sapos, búhos, llamas, cóndores; a la mento de alto poder alimenticio en proteínas, es de t ipo netamen­
vida funeraria: techos de las tumbas, postes en los cementerios; tt. genético; por tanto ese hombre es un técnico que viene de al­
a la vida urbana: chozas, ranchos, ramadas, cercos, etc. Por eso, gún centro de experImentación, por supuesto no seria la Costa,
en Parakas los grupos humanos edificsron sus casas de huararr­ ni la misma Sierra, Quizás con mayor probabilidad, la Hoya. del
go con muros de piedras, cubiertos los techos con grama y paja; a
Amazonas. Por eso, en los valles de Naska, región de Okongall ,
en la quebrada de Tunga (1940) el doctor J. C. Tello en compa­ en la cabecera de los valles de lea. en la Hacienda de los pobres.
ñía del arqueólogo A. L. Kroeber, encontró vasos de madera, ins­ existe el paliar blanco en estado salvaje, cuya vaina es similar al
trumentos de madera, postes de huarango, unidos con cerámica tamaño de un pacay, de gusto amargo y duro para cocinar.
de tipo Clásico Naska (2). Yo encontré, en Estaquería (1946),
cucharas de madera, "espancadores", lampas de cultivo; en Ko­ Además, el hombre de este Horizonte utiliza el algodón de
para: "allana" a modo de pico. Los objetos de huesos de anima­ color leonado, el cual es otro elemento cultural que ha sido some~
les marinos, tales como costillas de ballena, se han utilizado pa­ tldo a UD proceso de experimentación genética; lo mismo que el
ra el maderamen de tumbas, de chozas, de soterrados y de ca­ maíz, planta graminea, tiene, con mayor prol:mbilidad. origen flo­
vernas que se pueden ver, por ejempl", en las unidades urbanas reshl1 Y que debe ubicársele más al Not1,e del Perú .
de Parakas; en los soterrados de Chukeho, al N.E. de. Laguna
Grande; en Karwa, al Sur de Laguna Grande; en la misma Pe­ Por otra parte, el hombre registrado como el más antiguo
nínsula de Parakas dentro de las tumbas. y en los cementerios n la Costa Sur del Perú que avanza a una'edad relativa. de 5.020
de Cabeza Larga y Cerro Colorado. lños A.C. Y que fue desenterrado por Al arqueólogo F. Engel, en
1/\ Península de Parakas, en el sitio de Cabeza Larga (3). ya do­
Precisa, entonces, tener mucho cuidado y atención, al tIem­ minaba el arte textil, porque viene vestido de urta larg~ túnica
po de clasüicar los objetos de madera, huesos y piedras. En el 1!S('otada Y de un manto o poncho con t~jidos de fibras de junco,
Perú, estos elementos culturales están poco estudiados y casi na­ !lIIpleando la técnica de la trama Y de la urdimbre. El junco es
da divulgados pese a su importancia; posiblemente ellos antece­ Uí1 elemento auténticamente de origen amazónico, tal como se
den a la cerámica por un principio de evoluci6n histórica. vlsten los Campas Y los Shamas en la región del Huaytía. Toda­
vin, acompaña a este hombre (ello refnerza lo que ya he dicho
Esta apreciación que la creo justa, porque está basada en IltCI;ormente), objetos de huesos, punzones y bastones de ma­
hechos. hace pensar más a fondo. y afianza mi pensamiento eOIl ¡I OrH, collares de huesos; se alimenta de carne de vicuña. de 11a­
argumentos de causa que. cuando se mira a una cerámica de Epi­ 11 venado ; de peces de Mar o carne de lobo, etc.; usa herra­
gonal Cha\'ín, procedente de cualesquiera de los centros arqueo mwnhts de piedra; tiene habitaciones rudimentarias a modo de
IÓglcos ya mencionados, se parece, a simple vista, un objeto d~ ¡¡t,NTados, con techos de huesos de baUena o palos de huarango,
madera de color ocre o llD vaso de h uarango, o bien a un espéc.l L Ilefenderse de los fuertes vientos de la región.
men de piedra pulida con incisiones dp estilo Chavírr Clásico.
g" la Bahía de San Nicolás, al S.O. de N aska, cerca de la
Por otra parte, en este mismo Horizonte, el hombre 4L1C ~l mllOcadura de Río Grande, el doctor Willan Ducam Strong,
hace presente en el escenario de Jea, no representa a un tipo in W:ill, descubrió en un conchal, varios elementos culturales
culto o salvaje, sino que ,tiene conocimiento de la técnica ell t.'1
1, Federico _ Ponencia para Simposium de lea - Rewl4 Re­
(2) Rell. del MU8eo Nncional de A'IltTOp. y A rq.; pág. 66 : año 1
I lit' len.. NO 14; p. 11; año 1965 - lea, Perú.
Lima, Per~.
93
HORIZONTE PRE-CERAMICI:l
92 ALBERTO ROSSEL CASTRO
El maíz se reprod uce alogámicamente ; es decir, los primiti­
de piedras pulidas, cuchillos de piedra, punzones de obsidiana, vos agricultores de los valles de lea y de la Hoya de Río Grande
corteza de calabaza, pequeñas mazorcas de maíz, calculados por de N ask a, para obtener la cruza de esta planta, adoptaron los
el carbono 14, de 5.500 años A. de C. De esta misma edad se cal­ métodos similares a los que actualmente ut ilizan la genét ica mo­
culan los yacimientos encontrados en la desembocadura del r í derna para seleccionar en masa o individualmente las semillas,
lea, por Engel, sobre otro con chal , de obj etos de piedra, puntas y guardarlas en silos apr opiados, abiertos en el s uelo hast a la
de obsidiana, punzones de piedra, cortezas de calabazas, semillas época de la siembra en los meses de enero o abril. Los silos que
de lúcuma. En el sitio de Otuma, a 15 Klm. de Parakas, se en­ vi en la rinconada de los cerros de P irrchango (Pa lpa) , eran de
cont ró : algodón, pallar, maíz, los cuales están' evaluados, en forma circular, de boca avoidal estrecha ; el fondo es semejante
4.000 años A. de C. El mismo arque510go Engel descubrió en a un h orno ; pero, comunicado cada silo por una puerta cir cular.
Chilca (Sur de Lima) a un hombre horticultor acompañado da Aún existen silos en la planicie de Cabeza de Toro en la quebra­
elemen tos de camote, maíz, tej idos de j unquillo que tenía una
edad de 7.000 años A. de C. da de Pisco.

Algo más. Los agentes de est e Horizonte han utilizado el

Estos descubrimientos han demostrado la posición cronoló­ sistema de cruza en líneas, que consist e en sembrar el maíz de

gica que deben ocupar ciertos elementos alimenticios utilizados una clase en una línea o surco, Y de otra echarla en el surco ad­

por el hombre ant iguo y encontrados en los estratos más profun­ j unto, y al llegar el maíz al estado de espigas, los gametos mas­

dos en las zonas arqueológicas de lea" De este modo, el Maíz culinos y femeninos se combinan fácilmente.

(F am. Gramínea-Zea Mays) que en Méjico lo nombran por maíz


y en el Perú por Sara, tiene flores monoicas. Es producto de La edad cronológica del maiz encontrado en las tumbas de
América del Sur; se desconoce aún el lugar de sU nacimiento. los valles de lea y de la Hoya de Río Grande de Naska, está por
Cristóbal Colón lo llevó, en su primer viaje, a Europa (España). debajo de los 5.500 años A. de C., ya que el1 el Valle de Chilca
E l maíz del Perú tiene el grano de dos maneras: el uno duro (Sur de Lima ), se ha descubierto el maíz dentro de una tumba
(morocho) y el otro blanco (kapia); más aún, presenta una va­ que tenía 7.000 años A. de C.
l'íedad de colores : el maíz blanco, rojf), amarillo, rosado, plomi­ Otro elemento nutritivo es el Pallar (Phaseolus Lunatus L.)
zo, cafe, negro y otras variedades. Los antiguos hombres, nada que quiere decir, guisant es de media luna. Es Ulla planta legu­
menos, han ten i'do que preparar sus guisos y viandas de esta minosa t repadora; de flores pedunculares; de ramas cilíndricas
manera: el choclo, den omínase al maíz tierno antes de la cose­ y torulosas (tór ula-cordoncillo que se enrosca sobr e las r amas ) ;
cha; el mote, Ilámase al maíz seco, duro y sancochado que se usa de semillas grandes; de forma de media luna o arriñonadas; de
en la hora del almuerzo, cena o banquetes; la kancha es el ma íz vaina (cuando est á mad ura) coreácea3 (parecida al cuero) ; de
seco tostado; la choch~ pr epárase del maíz seco o verde san­ color amarillento brumáceo por el exterior, Y gris blanquizco por
cochado, similar a una eonserva de choclo ; molido se usa en chu­
pes y picantes; la lawa, nómbrase a la harina de maíz crudo que el interior; cont iene de 1 a 4 semillas.
sirve para preparar la sémola; la mazamorra, ot ro elemento que El pallar es una planta autofecundable (autógamas) . Los
se hace del maíz amarillo empolvada con harina de cal viva, se primitivos agricultores de lea y de Naska usaron el método de
usa como desayuno: la patasca, se produce de la mezcla del maíz la fec undación cruzada t eniendo en cuenta el medio ambient e.
pelado con cal y ceniza, para emplearlA en chupes y picant es; la El ambiente telÚl'ico de un sitio a otro, en el mismo valle de lea,
humi ta es similar a l tamal, la cual se prepara de harina de maíz
mezclada con sal, aji o sin él; el sanku se hace de maíz con sal.
aj í o du lce; el Wayro no es otro que el maíz tostado. molido ~ ( .1) Mej ia Kesspe, M. T. - Kusay . Re'lJ. WirakocM. Vol. 1, N" 1; pág.
mezclado con charqui. aj í seco y sal (4) . 11, año 1931, Lima, Pel"lÍ.
94
ALBERTO ROSSEL CASTRO HORIZONTE PRE-OERAMlCO 95
pcr ejemplo, tiene una influencia poderosa en la producción y chado de las casas, para las camas en las viviendas, en los sote­
sabor de las plantas. Así. los garbanzos de Okttkaje son los más rrados y en las cavernas i han confeccionado petates en forma de
exquj~itos de todo el valle. En cambio, los paliares de San .Juan canastos de diferent es tamaños. para depositar los cadáveres en
Bautista y de Takama son insuperables en su sabor. Del cruza­ laR tumbas i cordeles trenzados y abanicos con mangos de totora.
miento, en tiempo de las floraciones, resulta una variedad de
pallares en color, tamaño y forma. Los paUares, en su forma, Las esteras están reforzadas por urdimbres de algodón, con
son unos ovoides irregulares de color negro, de ombligo abultado las cuales han cubierto los fardos funerarios con el fin de pro­
o deprimido; otro oval, de color fundamental bruno naranja, tegerlos.
con lineas negras estriadas con pequeñas manchas negras y
El hombre más antiguo desenterrado hasta ahora, en Para­
termina en un bonete negro, de ombligo deprimido. En cambio kas, está revestido de junco, en cuya pieZa se constata el uso de
los palIares, de color fundamental rojo, son ovoides, con ombligo
la trama y de la urdimbre; este hecho, es uno de los indicios en
deprimido del cual se desprenden' rayas negras radiantes sin
bonete; y, los de forma arriñonada, de color fundamental ama­ el conocimiento de la textileria, lo que probada una experien­
rillo paja, con ombligo deprimido, tienen puntos negros dise­ cia adquirida en otros sitios, posiblemente. en el sector interan­
minados (5). dino; pues, el junco es una planta de origen selvático.
La Lúcuma (F. Sapotáceas) comprende muchas especies y
Cronológicamente, por el carbono 14. al pallar. en los valles abunda en Ameriea del Sur, de preferencia en la zona selvática
d~ Ica, se le ha llegado a precisar una edad de 4.000 años A. de del Perú. De hojas ovales, de color verde oscuro, con flores blan­
C. El hecho de haber encontrado en una tumba de la zona de cas; su fruto contiene un núcleo pulposo a.&tarillento como yema
Otuma (PenínsuJa de Parakas) , a 15 kilómetros Sur. los tres de huevo, suculento, de sabor dulce. La semilla de la lúcuma se
elementos culturales: algodón, pallar y ma.tz. hace pensar muy descubre casi siempre en las tumbas formando parte integral del
a fondo sobre ¡,el origen del hombre en este escenario. ajuar funerano. El arqueólogo Engel desenterró la semilla de
la lúcuma juntamente con otros elementos culturales, en UD con­
También tenemos el junco o totora. Tipha Dominguensis chal situado en la desembocadura del no de lea, dado que los an­
(Fam. Typhacae). Los españoles, err ]a Colonia, denominaron tiguos indígenas de los valles de lea han tenido a la lúcuma como
a esta planta de Junco. La totora es una planta lacustre. de lar­ comida preferida por su alto porcentaje de proteínas.
gas hojas lanceoladas; de tallo que alcanza de dos a tres metros
de alto. Crece en abundancia en las ciénagas de aguas salobres Los estratos donde fueron encontrados la seIIÜlIa . de )a lu­
en las pampas de Villakurí y Kaukato (Pisco); en los valles hú­ cuma, han sido calculados de 5.000 años A. de C. Por eso, qui­
medos de Chincha Alta y Baja. Desarrollase también en las la~ ÚS, aparece como un arquetipo en los ceramios pictóricos y es­
gunas y represas de la .Cordillera de Huancavelica, así como en 'ultóricos de N~ y Parakas. (Fig. 1).
las orillas del lago Titikaka. err Puno, y en toda la región flores­
ta] de] Amazonas. El algodón es una planta del género Gossypium. El uso de
~.~L<l planta se remonta a las civilizaciones más remotas del mun­
Los antiguos hombres de Parakas, de la Hoya de Río Gran­ lo, pues los egipcios, los hindúes y los chinos lo utilizaron pa­
de de Naska y de los valles de lea, utilizaron los tallos de la to­ 1'/1 la confección de sus vestidos. En América. todas las civiliza-
tora para confeccionar asientos de sillas y de esteras para el te:­ iones prehispánicas también han aprovechado esta planta mal­
cea para sus vestimentas. Existen varias especies; es algo im­
(5) E. Yacovlef y F. L. Herrera. El Mundo Vegetal de loa antiguos pe porlante citar algunas de ellas, para diferenciarlas con otras es­
ruanos. Rev. del Museo Na.ci(mal. T. liI; N" 3; P. 285; año 19:f4, ies encontradas en el Perú. Asi se tienen: 1) Gossypium
Lima, Perú.
luhaceus, no siempre es herbácea, puesto que en ciertas regio­
,e desarrolla en forma de arbusto de 1. 60 m. a 2 m. de alto;
96 ALBERTO ROSSEL CA STnO HO RI ZONTE P RE-CERAMJCO 97

ñan la flor del algodón. Pues al mom{!nto de pulver izar el cam­


po algodonero muer en, por desgracia, los insectos buenos junta­
mente con los malos. Conviene, siguiendo las normas de la ge­
nética, favorecer con viveros apropiados la pr oliferación de los
insectos buenos, en una proporción mayor, a fin de que éstos de­
voren o se alimenten de aquéllos.
La falta de arborización en los valles de lea, el sistema ina­
propiado de pulverización, han dado motivo para el crecimiento
propicio del Picudo y ot ros insectos maligO'OS que malogren el
cultivo de algodón.
La presencia del algodón de color crema o leonado, en las
tumbas prehispánicas de los valles de lea, es un índice de la cru­
za del algodón híbrido de fibra oscura con el algodón de fibr a
blanca. Esto prueba que las civilizaciones prehistóricas de lea
practicaron ]a genética por el sistema de cruzamiento.
Aparte de los variados peces de mar y de los productos agrí­
colas, el otro elemento primordial que usaron los hombres del
Horizonte Pre-Cerámico de lea fue la carne de origen andino, co­
mo la de venado, la de vicuña y la de llama. Estos animales fueron
Pig. J Un cesto que contiene lúcumas, corresponde a l. rase domesticados técnicamente, teniendo en cuenta el medio físico,
Parabs NeClÓpo&. Proc.ede del cementerio La hila de como la luz, ]a humedad, el calor, la sequedad de las lomas, etc.
Okulaje. Colección ParlicuJ(JJ': Aldo Rubini-Rd4. Los restos encontrados de estos animales no son en forma espo­
Okukaje.
rádica, sino abundantemente en todas las fases de evolución de
de tallo leñoso; de fJor color amarillo pálido; la cápsula tiene tres las civilizaciones desarrolladas en el Area Sur de lea.
JÓculos. 2) GiJssypium arborescens, es otro de los arbustos que
cultivaron los hindúes, los árabes y los chinos; esta especie se A! husmear las h uellas de estos elementos culturales, en el
ha registrado en América. Su altura alcanza de 5 a 6 m. ; de tll­ cerro de Chukcho que se levanta a orillas de] Mar, entr e los con­
lIo leñoso; con flor de color púrpura; el algodón que produce eR chales de este nombre y de Karwa (Sur de Laguna Grande) , en­
excelente. 3) G. Hirsutmn; planta herbácea; tallo ramoso, d­ l'ontré (en 1956) un cementerio que rodeaba la cumbre de Chuk­
flores amarillas. 4) G. Indicum; es propio de los valles de lu cho en forma de un anillo, compuesto únicamente de osamentas
Costa y de los valles tropicales del Perú y Bolivia; de flores ama de llama, cuyo hal1azgo me hizo pensar que se t r ataba de una
illas; de tallo leñoso; de 1 a 2 m. de alto; de cápsula de 4 lúculos; !\Otigua Pakarina de ]a región, en la que se rendía culto t al vez
el algodón es excelente. \1 dios Mar y que se le ofrecía sacrificios cruentos con la sangre
tic: la llama.
E l algodón en el campo de la genética, es una espeCle de r
producción mixta. La fecundación cruzada depende de la mayor Al estudiar los huesos calcinados de la llama de Chukcho,
o menor abundancia de insectos que son los agentes que actúan pude observar varias cabezas con mandíbulas que tenían muelas
con mayor efectividad en ella. En los valles de lca, Chincha,. Pi lt! lipo carnivol'o; las patas mostraban los dedos en número de
co, Naska, no se toman en cuenta de la existencia de estos agCII .. ~ a los que se unía, en el mismo nivel, otro dedo en gancho tal
tes de fecundación al tiempo de combatir a los insectos que du
98 AL BERTO ROSSEL CASTRO HO RlZONTE PJiE.CERAMJCO 99
como el talón de un ave de rapiña. Debemos recordar que la lla­ 2. Origen del hombre pre-cerámioo.
ma normal es un animal mamífero, rumiante, del orderr de los
artidáctilos, familia de CaDlélidos, de dos dedos delanteros, con La génesis de la población americana es una t esis proble­
un dedo posterior como la uña de un ave rapaz. mática y bastante difícil, porque no hay pruebas suficientes de
Por lo expuesto, ¿ cuál sería la posición que debe ocupar el objetividad. Por eso, existen sobre ella opiniones y teorías nu­
cementerio de huesos de llama de Chukcho? Por el mismo he­ merosas, desde las más antiguas hasta J~s más modernas; afin es
cho de estar el cementerio de Chukcho dentro de las áreas de los unas y contradictorias otras. No es del caso, en el presente ca­
conchales de Laguna Grande y de Karwa, en los cuales se han pítulo, referirme a ellas. Unicamente, debo concretarme a esbo­
descubierto tumbas de la Civilización Parakas, en sus cuatro fa­ zar sobre el origen del hombl"e que aparece en lea, en el Hori­
ses: Parakas Cistoide, Parakas Trirofoide, Parakas Cavernas y zonte P re-Cerámico; Y. de pronto, surgeu estas preguntas: ¿De
P arakas Necrópolis, debe pertenecer a esta civilización desde s u dónde procede ese hombre desenterrado en la Península de P a·
fase inicial, ya que la llama fu e utilizada por el hombre peruano rakas corno el más antiguo? En el caso de un explorador, ¿ po­
como elemento de transpor te o de car ga, de carne y de lana para dría haber venido de la ZOIra Interandina o del Norte Andino?
los vest idos. Quizás, este animal conduciría sobre sus lomos al Por el momento no se puede dar una respuesta categórica y con­
primer núcleo de hombres que bajaron del Ande hacia la Costa. cluyente. Se necesitan más pruebas y datos. Para ello, deben
Además, la llama con tres dedos indicaría su antigüedad, su pro­ haber otros restos más antiguos en otros centros a losencontra­
ceso de form ación. Es, pues, uno de los casos de investigación en dos en el área de Parakas. Una de las áreas sindicadas como im­
el campo de la Paleontología. (¡'lg . 2). portante fue Laguna Grande, en la que no se ha hecho estudios
a fondo científicamente. Pero, los huaqueros se adelantaron pa­
ra explotar esta zona en los años de 1969, 70 Y 71, Y fueron ex­
traídos de eUa valiosos tesoros artísticos de la Civilización Para­
kas, sin saber a qué lugar de la Tierra se haya exportado. Poco
después, se decomisaron algunos tesoros i y lo peor, se ocultaron
los nombres de los verdaderos autores que financiaron este es­
caudaloso hecho.
A consecuencia de esta obra devastadora, los soterrados de
Chukcho han desaparecido por completo. Se ha perdido. así, uno
ele los derroteros para buscar las huellas del hombre pre-histó·
rico.
Los elementos culturales que acompañan al hombre más an·
liguo de Parakas son: el maiz y el paliar; mientras otro trans-­
porta el camote, la yuca, el algodón y la coca. Viene vestido de
IMa de vicuña, o, simplemente, de fibras de junco. Estos ele­
IlIentos nutritivos, cultivados y domesticados por el hombre, mu­
hos de ellos de origerr andino y florestal, son t ransportados, pre­
¡samente, por aquel hombre que se hace presente en el escena.rio
de lea y viene de algún centro de origen andino o de cualquiera
Paras de llama; UJl a de ellas con u e, dedos y UJI gancho. dl~, tus hoyas de] Amazonas.
Procede del cerro de Ch ukcho--laguna Grande. Colee. A.
Rossel Castro.
100 ALBERTO ROSSEL CASTRO

:1 . Génesis de las civilizaciones Parakas y Naska.

Existe una tendencia tradicional y muy arraigada en las


mentes de la colectividad y oficializada en muchos libros de his­
toria y en numerosos textos escolares que sirven como guías en
la enseñanza y aprendizaje. Ella considera a las dos civilizacio­
nes prehispánicas de Parakas y Naska, como dos civilizaciones
enteramente diferentes entre sí, lo cual ha dado origen a una se­
rie de dificultades de orden cronológico o de interpretación cien­
tífica de cada una de ellas. Largo y pesado sería señalar los gran­
des errores que persisten a través de medio siglo, desde cuando CAP I TUL O V I
se descubrió esas dos civilizaciones. Como si esto fuera poco, se
debe puntualizar algunos de ellos, como los más notorios: se HORIZONTE EPIGON AL CRA VIN
afirma con insistencia que Parakas antecede a Naska o que son
dos civilizaciones enteramente diferentes. Ni lo uno rri lo otro PRIMERA FUSION
es aceptable. Más adelante (Cap. VIll) se estudiará este hech
con mayor detalle. La civilización Naska se sepal'a de la de Pa­ 1 Antecedentes arqueológicos.
2. Colonias de Epigonal ChaviD en l ea.
rakas, casualmente, en la fase Necrópolis; por eso, ambas tienen 3. Caraderillticall fundamentales de EpifOnal Cltavin.
entre sí ciertos caracteres de afinidad inobjetables que prueban Cementerio de Teojate.
el caso de haber nacido de un solo tronco comúñ; y que de las 5. Arquitectura de las tumbas 1 fasell.
dos civilizaciones, puede estar su origen en aquella primitiva fa­ 6. Cronoloaia.
milia qne apar ece en ]a etapa Pre-Cerámica; o en otro estrato
más antiguo que permanece aún oculto a los ojos de la ciencia. 1. Antecedentes arqueológicos.
Sentado este principio, debo afirmar categóricamente que Naska
y Parakas son dos civilizaciones hermanas que se han desarro­ A los restos culturales de las capas estati gráficas más pri­
llado en distintos medios geográficos, aunque bastante cercanos. mitivas encontradas en la Hoya de Río Marañó14 el doctor Julio
C. Tello los denominó "Estilo Chavín" o "Cultura Chavfn". La
vnriante del estilo Clásico Chavin en otras áreas del Perú, como
en las de lea, los arqueólogos la designan "Chavi.noide", para sig­
nificar "relación con"; pues, el sufijo griego eidos representa:
forma. Entonces debe buscarse un término más científico y apro­
piado, y que es el de Epigonal originario del griego Epigono que
!lignifica "derivadón de". Esta palabra Epigonal es la más pre­
cisa y que encuadra mejor para indicar el estilo Chavfn encon­
trado en el área arqueol6gica de los valles de lea, que pertenece
la fase Clásico Chavfn. Pero, no es propiamente est e estilo el
(IUe aparece en lea, sino una variante de] mismo qUe se mezcla
~on los elementos culturales existentes en el medio geográfico
d" Parakas, lea y Río Grande de Naska. Esta primera fusión se
aliza en el Horizonte que bien puede llamarse Horizonte Epi­
102 .Ai.sERTO ROSSEL CAb'TRO HORIZONTE EPIGONAL CHAVIN 103

gonal Chavin. Aquel estilo pudo haber sido importado por algún b) Los Cerr illos hacia los repliegues de la rinconada de los
grupo tribal andino cercazro de la Costa, el que estaría, posible­ cerros de este lTOmbre, sobre las faldas de la misma colina, junt o
mente, desde mucho antes, influenciado por el est ilo primario de a la hacienda de Chavalina y colindante con la de Cordero, y a la
Recuay que es la etapa más primitiva hasta ahora encontrada. izquierda del río de lea, con frente a Teoj ate, a 18 KIm. de la
la que dio origen al Clásico Chavín. Este hecho de la Primera ciudad de lea, aguas aniba, por el camino de Takama.
Fusión que se realiza en lea hace ver, con mayor claridad, el en­
e) Okukaje a 32 K1m. Sur de lea, camino a la Venta, en los
lace troncal que tanto dolor de cabeza ha causado a los científi­
cos del mundo, de querer encorrtrar otros centros extraños de de­ cementerios de P inilla. Córdova, La Peña y La Banda.
rivación, excluyendo a su verdadero centro de origen de la Hoya d) KalIango a 38 Klm. Sur de la ciudad de lea, por un des­
de Río Marañón, cuya tesis lo sostuvo, con muchísima razón. el vío del camino Panamericano, al Sur de Okukaj e, sobre ambos
insigne arqueólogo Julio C. TelIo (1). costados de las riberas del río de l ea, están los cementerios de
Ulluj alla y Samaka.
Conviene señalnr la ruta que habría seguido de Norte a Sur
este grupo chavinense en búsqueda de mejores centros de desa­ e) Tajawana a 30 Klm. Sur de lea, camino al distrito de
n'ollo demográfico. Ella sería, con mayor probabilidad, la zona Santiago, lado occidental del rio de lea, sobre los cerros de este
andina, en cuyas planicie, rios, cuevas, lagunas y montañas en­ nombre, con frente al poblado de Lujaraja.
contrarían en su viaje de metanostosis (Gr. emigración) varia­ f) Mollaque lado Norte de Palpa, a 3 Klm., en el área de
dos elementos de alimentación, tales como: carne de vicuña, ve­ Pinchango y Chiquitara.
nados y tarugos; patos y peces en las lagunas; vizcachas en las
morrenas y montañas; raíces de plantas silvestres; aun cuando g) Kawachi a 27 Kim. Sur de la ciudad de Naska; a orillas
ellos traían en este espacio histórico un bagaje de conocimientos del rio de Naska y a extramuros de los terrenos de cultivo.
genéticos del cultivo de la papa, el maíz, la yuca, el camote, qui­ h) Península de Parakas a 18 10m. de Pisco, en los sitios
zás, hasta el pallar porque este último elemento, como la lÚCUma, de Cerro Colorado y Disco Verde.
que tienen origen selvático, acompaña en las tumbas a cada cadá­
ver humano, no es una simple legumbre que haya producido por i) Cbongos Alto a 8 KIm. aguas arriba de )a ciudad de Pis­
sí. Esto estaría indicando que es un producto de pacientes y lar­ co, y a la izquierda del río de Pisco, hacia el Norte de la hacien­
gos años de experimentación y ensayos ejecutados por el hombre' da algodonera de Chongos Alto, sobre un declive arenoso, rodea­
chavinense en lejanos centros fuera del área de lca. do de muros de adobes de estilo Chincha.
2. Colonias de Epigonal Chavín en lea. 3 . Características fundamentales de EpigonaJ Chavín.

Los centros de desarrollo de Epigonal Chavin se encuentran Los detalles fundamentales de Epigonal Chavín en l ea, se
en todo el área del departamento de lea, y ellos son ~ han plasmado, por felicidad e ingenio del hombre antiguo, en la
erámica, otorgando en ella un testimonio irrecusable y auténti­
a) Teojate sjtuado al extremo Norte del distrito de San co ante los embates del flagelo implacable de los agentes físicos
J uan Bautista de lea, a 20 KIm. Norte de la ciudad de lea. de todos los siglos. En cambio, las telas, los mates pirograbados
y otros objetos blandos, han desaparecido por erosión. No se han
mcontrado en el este Horizonte, pese a tantas exploraciones cien­
(1) TeUo, Julio C. - Chat1Ín cap. 1: p. 13; año 1960; con revisión d tíficas en todo los valles de lea, elementos liticos pertenecientes
Toribio Mejia Kesspe. 111 Clásico Chavín. Precisa, entonces, determinar las car8Cterfs­
¡ells culturales de la cerámica de este espacio histórico.
104 ALBERTO ROSSEL CA S'l'R H ORIZONTE EPIOONAL eRA VI'N 105

a) La Cerámica: Su decoración. Los fragmentos y obje­ ferentes colores, se encuentran en las pampas de Wayurí yen los
tos de cerámica descubiertos en los cementerios prehispánicos cerros de Kallango. La arcilla está car gada de mica, cuya mez­
de lea están clasificados por tipos de ollas, cántaros, vasos y ta­ cla le ha dado un aspecto grasoso, de consistencia débil, que al
zas. Todos ellos proceden, en su mayoria, de los cementer ios de poner se en contacto con el agua se desintegra en su totalidad.
Teojate y de La Peña de Okukaje. Los ceramios, en cuanto a su Parece que el alfarer o, en este caso, no ha est ado muy experi­
decoración, son monocromos, es decir, predominan los color es mentado en aplicar las proporciones debidas para producir obje­
negro oscur o, el gris chocolate o mate, el rojo claro. Estos colo­ tos de cerámica de consistencia f uerte o vidr iosa.
l'es hacen la impr esión como si f ueran las vasijas de madera o En lo que se refier e a la forma, los tipos de cant aros son re­
de piedra, lo que prueba un r ecuerdo lejano de la técnica de la lativamente pequeños, de forma globular, asemejándose a una
piedra tallada o de la madera la br ada. El conjunto, en su deco­ botella o garrafa, con gollete angosto. Las ollas son de tipo man­
r ación, es una r éplica de la piedra Cha vírr. Las pintur as recino­ ka (algo grande) que se utilizaban para depósitos de agua o de
sas, en algunos ceramios, demuestran haberse aplicado después chicha. Los bordes de los platos y de los vasos están cortados
de Ja cocción, por cuya causa al f rotarlas se des pinta (Fig. 3). a bisel ; las bases, por lo general, son planas.
b) La Cer ámica : Su constit ución y marfología. En cuan­ Las incisiones de las figuras geométricas que se han ej ecu­
t o a s u constitución de la alfarería, se nota lo siguiente: tado con ciertas herramientas apropiadas, como el punzón de me­
tal, hueso o madera. Los circulos parecen que se han hecho con
La cerámica ha sido elaborada con una arcilla procedente un compás; los demás dibujos habrían estilizado a pulso antes
de la misma región de lea. Las carrteras o vetas de arcilla, de di- de la cocción. Las incisiones tienen formas curvas, rectas, ser­
pentiformes, triangulares. Las serpientes son similares a un
cascabel (Flg. 4) .

4. Cementerio de Teojate.

Teojate sitúase al extremo Norte del distrito de San Juan


Bautista, a 20 KIm. desde la ciudad de lea, junto 8 los repliegues
rocosos de la bocatoma de la acequia Pre-Inka de Makakona. La
configuración orográfica de Teojate está rodeada de cerros ele­
vados, de quebradas y pendientes, y tiene por base una planicie
angosta que se extiende a lo largo de las orillas del r10 de lca.
Los antiguos moradores de esta región, habían aprovechado de
la pequeña planicie, para usarla de cementerio. Como el río de
lca, que cruza el valle de Norte a Sur, fue desviado de su curso
normal, en época de la República, hacia la base del cementerio
de Teojate, con el fin de ganar tierra para el cultivo de algodón,
sin mirar los daños que este hecho causaría en 10 futuro. Es 8S!
~ue en el mes de Febrero de 1954, las fuertes corrientes de agua
FIg. 3 Fragmento de un plato cQlor negro OICUfO, uemejíndole 1 río de lea. por erosión, derrumbó en sentido vertical una mi­
a una formacIón lit/ca con incIsiones aerpentirormea y Lnd de la planicie de Teojate, dejando al descubierto varias tum­
caracteres de Eplgonal Chav/n. Procede de la Peill de hns que contenían alfarena y cadáveres humanos pertenecientes
ku lcaje. Co/~c. A. RoI&el e
106 ALBERTO ROSSEL CASTRO HORIZONTE El'ICONAL e RA VIN 107

~ -~ ~.
. ~
. :.;,;­

Fig. S Vista panor'.lmíca del oementeno de Teojate, de Elite a


Fig. 4 Fragmento de un plato, con fíguns aerpentiformeJI en no
Oeste. Corte de talud por el de lea.
;¡Jto relieve, color TOjO y negro, se asemejan a dos casca­ des y barro sin paja DO hay barbacoa de made­
beles ntorcidos. Procede del cementerio de La Peña de
Olcukaje. Colecclim A. RO$sel C. ra" (2)

a las civilizaciones de Naska y Parakas. Este accidente na.tural Al cementerio de Teojate, Pablo Soldi, impulsado por una
e involutario permitió a don Pablo Soldi ejecutar, con seguridad, fuerza personalista de "epiklesis" (gr. sobrenombre), da su nom­
las excavaciones con ayuda. de los peones procedentes de la Ha­ bre de Juan Pablo, por el hecho de que él mismo Jo había en­
cienda de Okukaj e, en el resto de las t umbas que aún quedaban contrado. Los arqueólogos norteamericanos suelen, también, ci­
del cementerio prehispánico de Teojate (Fig. 5). tar impropiameme este sobrenombre que no corresponde, en na­
Felizmente, Soldi, llegó a publicar ~ 1955 un folleto como re­ da, al escenario geográfico, objeto de este estudio. Teojate es
sultado de estas exploraciones empíricas, y refiere lo siguiente : el nombre típico que debe conservarse por un principio de re­
construcción histórica; éste es uno de los tantos casos que se
" La forma de los enterramient os, la calidad presentan en todo el valle de lea.
de las vasijas, sus motivos ornamentales y de au­ La cerámica del cementerio de Teojate es bastante varia­
sencia de t extiles y otros utensilios; demuestran ble; la confección adolece de cOll'SlStencia; la cocción es muy dé­
que pert enecen a un periodo ant erior de Ocucaje. bil, porque las paredes de la misma, al frotarlas se deshacen, o se
Posiblemente pertenecieron a los primer os grupos despintan los dibujos por carecer de durabilidad. La técniea en
h umanos que desendieron de Chavin por el Valle este sentido no llegó a la meta de su perfección. Los platos son
de l ea. Casi no se encuentran osamentas y el tipo
de enterramiento es muy diferente al de Ocucaje.
Pues en esta zona solamente son pequefios podtos
a poca profundidad, recubiertos con piedras gran- (2) SoldJ, Pablo L . Chavín en lea (folleto de ó p.) año 1955, Jea, Perú.
108 ALBERT O ROSSEL (~M¡TRO
HORIZONTE EP IGONAL CHAVLN 109
hondos; las tazas campanuladas; los cántaros globulares o en
forma de botella, con gollete tubular angosto, sin base, color ma­
te; también, hay cántaros globulares con pico expandido y asa­
puente casi plano (Fig. 6).

Fig. 6

Un cántaro color mate; forma


globular en botella golle te y
cuello angosto • •in asa ni de.­
coración. Procede del cernen·
terio de Teojate. Co/ec. A Fig.7 Un plato de forma campanulada, con base ~mlplana,
Roue/ C. color calé, con decoración negativa, en forma de discos,
color tOAdo; constitución débil. Procede del Cementerio
de Teojate. Colee. A. Ros:rel C.

Se han encontrado, platos con base semiplana, de color ca­


fé, con decoración negativa. con manchas rosadas de forma cir­
cular (Figs. 7, 8, 9).
Es conveniente tener en cuenta que todos los objetos, arriba
numerados, han sido extr.afdos dentro o fu'era de las tumbas ;
unos fragme.n tados involuntariamente por accidentes nat urales
t ales como derrumbes de las paredes y techos de las tumbas ;
otr os int encionalmente por manos de 10l! huaqueros, por eso, se
hallan dispersos en la superficie del suelo. Los objetos mImera­
dos de 6, 7, 8, han sido exhumados en tumbas de tipo pozo
(cista); éstos son los más primitivos hasta hoy encontrados en Fi~8 Fragmento de un plato bondo con incisiones rectu.
los valles de lea. pualelu y diagonales. color cat'é, base aem ipIan.a. Procede
del Cementaio de Teojate. Colección A. Rossel e
110 AL9ERTO ROSSEL CASTRO HORIZONTE EPIGONAL e RA VlN 111

Las tumbas más simples, confeccionadas a modo de pozos


o cistas se encuentran en los cementerios de Teojate y de los Ce­
rrillos al N. de lea. Las de tres pisos se han descubierto en
Okukaje, Sur de lca, principalmente, en el cementerio de La Peña.
Cada una de estas tumbas se sitúan en una etapa anterior a
Par akas Cavernas; por tanto, éstas son las más antiguas hasta
ahora encontradas en el valle de lea. Precisa, entonces, dar un
nombre técnico a cada uno de los tipos de tumbas descubiertas
en lea. Las tumbas a modo de pozos o cistas se llamarán Pa·
raka8 Cistoide (Lat. Cista-pozo ; gr. eidos-forma). Las Tumbas
de tres pisos se denominarán : Parakas Trirofoide (gr. tr eis­
tres ; gr. órofos-techo; eidos-forrna) .

Interesa describir a cada una de ellas, para esclarecer el-pr o­


blema que ha surgido de estas interrogantes. Pues las t umbas
correspondientes a Para.kas Cistoide se relacionan con las e.istas
Fig. 9 Un vaso laticular, constitución serranas que tantas veces vi "in situ" en las ruinas de Huar ás;
con incisiones en la zona ventrat. de líneas quebradu que
se CTUUlI en trenza., simulando wa lierpiente. Procede del
en Chlprak, Rupak, Kantamarka, de la provincia de Canta; en
Cementerio de Teojate. Co/~ A. Rmsel C. Tupe y VIñak, de la provincia de Yauyos; en Waytará, de la pro­
Esta situación tan singular de los elementos de alfarería vincia de Castrovirreyna, y de otros lugares más al Sur.
descubiertos en la zona de lea y en la Hoya de Río Grande de
N aaka, pernllte clasificar la cerámica en dos grandes grUpC,8: En Teojate se han descubierto dos tipos de cistas:

al Cerámicas elásticas (gr. Klast(¡s-quebrado, roto) son las a) Cislas semicirculares con paredes; y,
que están fragmentadas por accidente o intencionalmente; y, b) Cistas horizontales.
b) Cerámieas non·Clásticas, se refieren a las cerámicas que
se conservan íntegras en su constitución física. En Okukaje un tipo de dstas, corno puente de enlace:

La actitud del arqueólogo, en estos casos es la de utilizar c) Cistas semicirculares sin paredes.
forzosamente los fragmerrtos; éstos deben ser reconstruidos téc­
nicamente, hasta donde sea posible encontrar su primitiva mo­ Cronológicamente estas cistas pertenecen, en grupo, a la fa­
dalidad, para intuir su origen, estilo, morfologia, etc. se de Parakas Cistoide, y tienen las siguientes estructuras:

5. Arquitectura de las tumbas y fases. a) Cistas semicirculares con paredes. Están edificadas con
piedras t oscas O de rodados de río, unidas con argamasa; las pa­
A fin de poder evaluar, en forma cronológica, los diferentes redes cierran el vano simulando una falsa bóveda y termina cu­
materiales arqueológicos extraídos de los cementerios de Teoja­ briéndolo dos o t res piedras laj as unidas con barro. La ciata mi­
te y Okukaje, conviene tener en cuenta los tipos de tumbas de de, por término medio, 80 cm. de alto por 50 cm. de diámetro
donde ellos proceden. (Fig. 10).
112 ALBERTO ROSSEL CAST R(> HORIZON'l'E EPlOON AL VIN 113

e) Cistas semicirculares sin paredes. Refiérense a las cis­


t as en las que, por primera vez, aparecen en el techado de las
t umbas, las barbacoas y en los paramentos, los adobes adonti·
formes; aún más, estos mismos elementos culturales siguen exis­
tiendo típicamente después en las fases de las dos civilizaciones :
Nask.a y Parakas. El constructor de estas ciatas supo aprove­
char la dureza del terreno arcilloso, para edüicar este tipo de
tumbas.
A propósito de ilustr ación, presento el cort e de la tumba N9
43 que, el 4 de mayo de 1955, en las faldas de Paraya (Okuka­
je), a sólo 66 cm. de profundidad, se descubrió una pared de ado­
bes adontiformes unidos con argamasa, que encerraba un vano
de forma semicircular, rellenado de arena; al retir ar este des­
monte, aparece una capa de torta de 70 cm. de grosor que cu­
bría todo el espacio. De inmediato se procedió a romper la torta
Fig. 10 Corte vertical de una cista semjcircular de Teojate con que descansaba sobre una barbacoa de palos de huarango y ho­
patedes de píedru sin labnr y cubm el vano piedras jas de pacay, y cubria un pozo sin paredes, pero rellenado siem­
lajas; dedicada para un aolo cadáver. pre de arena, donde hubo un solo fardo funerario con la cabeza
b) Cistas horizontales. Son de forma semicircular confec­ deformada en sentido Fronto-Oecipital Oblicua achatada. Las te­
cionadas sobre terreno arcilloso sin paredes laterales, en sentido las que cubrían el cadáver estaban carborrizadas, las que con só­
horizontal, con una puerta de entrada, pero tapiada de piedras lo tocarlas se deshacían. Le acompañaba dos platos de color ne­
lajas o rodados de río. Mide 80 cm. de profundidad horizontal, gro por fuera y por dentro; un plato mediano de color ladrillo.
por 50 cm. de diámetro. Tipo de estas cistas )0 encontré en el un plato color negro con rayas incisas, de forma romboidal, y un
cementerio de Teojate (Fig. 11). balay con maníes y semilla de zapallo (Fig. 12) .
Las tumbas que se refieren a P ARAKAS TRffiOFOIDE. es
decir, de tres pisos, están edificadas en el subsuelo con paredes
laterales de adobes odontiformes l de rollos de totora o con lien­
zos de cafia entortados con barro, cuyos miembros forman un
~Ut.IITI "0.1.1) solo cuerpo arquitectónico, y posiblemente aquéllos, fueron pre­
parados simultáneamente en una sola época, para el entier ro de
un solo cadáver. Esta clase de tumbas ocupa cronológicamente
un lugar intermedio entre Parakas Cistoide y Parakas Cavernas.
Las tres estructuras tienen estas caraeterísticas:

Primer Piso. Es el más profundo, de menos ext ensión, de


forma circular; muy parecido, en su forma, a un vaso cilíndr ico;
con paredes de adobes odontoides estucadas con barro; mide, por
Flg. 11 Corte vertical de una d4ta horizontal de TeoJate. ce:mdo
el hipogeo coo piedra. sín labrar y donde le dep05ita un
término medio, 1.20 m. de altura por 90 CDl. de diámetro. Este
lOlo cadáver. piso se ha utilizado. algunas veces, de depósito de objetos cere­
116
ALBERTO ROSSEL CASTRO HORIZONTE EPIGONAL CHAVlN
114

I U,IR'!CI[ Dn SUt:LO
PARED DII: ADO.[ .'., ..•., :1iII"'I

¡,-~:-- __
.;. - lO e• .

ARCILLA EST II~TI ..ICADA {! : ~< ;;::,,~:C; C:ADAV!!"

r---~~~~ 1. 10 ~

Pig. 12 Corte vertical de una cista semicircular sin paredes; d.e


Okukaje, en el punto de Paraya con Barbacoa; y un PLATO IIfIATlVO ., . , ~ ! .. ~ Q
solo cadáver.
c:aIlTAIIO

moniales, y, otras, para el errtierro de un solo cadáver acompa­ lit ZAPALLO


ñado de sus aj uares. El techo es una barbacoa de palos de hua­
rango cubierto de torta.
Segundo Piso. Ocupa la parte media; es de mayor exten­ fiig. 13 Corte vertical de una tumba Trirofoíde (de 3 pisos), de
La Peña (Okultaje).
sión que la primera; de forma cúbica; edificado con adobes ooon­
tiformes; de 80 cm. de alto por 1.60 m. de ancho. La pared des­ Rubini encontró en el segundo piso un cadáver en posición sen­
cansa sobre la barbacoa del primer piso. E n este compartimien­ tado, en completa descomposici6n, sin objetos funerarios; abier­
to, se ha encontrado, a veces, un solo cadáver; o, simplemente, ta la. barbacoa del tercer piso que estuvo llena de arena y tierra,
algún objeto de alfarería ceremonial o ut ilitaria. El t echo es extrajo tres objetos de cerámica: un plato con decoración nega­
siempre urra barbacoa con torta. tiva; un tinajón con estilazaciones negativas de color mate, y una
Tercer Piso. Es la coronación de la t umba que se levanta taza conteniendo semillas de zapaDo.
sobre la plataforma del segundo piso, con paredes de adobes en
fOrma de dientes, cuya estructura sobr esale a flor de tierra que 6. Cronologia.
mide 1 .70 m . por lado y por 60 cm. de alto. En este piso no exis­
te ningún artefacto ni resto humano, lo que hace pensar que di­ .E I cuadro cronológico que rige para las á.reas de lea, el mis­
cha estructura sin puerta de entrada, sería con la finalidad de mo que es citado por los arqueólogos como intangible, incluye en­
defensa o resguardo de la misma t umba. l:re el período Inicial y período Formativo Regional (Parakas
'~vernas y Parakas Necrópolis) un espacio denominado Hori­
E n el cementerio de La Peña (Okukaje), se han descubierto mte Temprano, en donde agregan máa de 10 fases tradiciona­
más de 50 tumbas superpuestas; para ilustrar con mayor Objl> les de Okukaje. Este sistema no funciona propiamente para los
tividad, pr esento el corte de la tumba Nq 25 que fue descubiertn lIC8 de lea; por eso, debe tomarse en cuenta mi propuesta,
el 24 de abril de 1956, por el señor Aldo Rubini, cuando tenfn 8~ Jt'uduclo de mis observaciones obtenidas en el campo. El cuadro
residencia en la misma hacienda de Okukaje (Fig. 18). El señor
6 ALBERTO ROSSEL ' ;A STR

ya propuesto para las áreas de lca funciona clarísimamerrte; pues,


en el Tiempo Histórico de lca, se había realizado una Primera
Fusión del estilo Clásico Chavín del Norte Andino con el elemen­
to cultural Inicial de lea, de cuya fusión han resultado dos fases
o etapas bien caracterizadas: Parakas Cistoide y Parakas Tri­
rof oide. Este Tiempo Histórico, a su vez, estuvo íntimamerrte
ligado a su Espacio Histórico como dinámica e influencia COIlS­
tante del hombre sobre esas etapas o fases ya mencionadas. Es­
te Espacio debe, entonces, denominarse, con mayor propiedad,
de Horizonte Epigonal Chavín con una duración de 500 a 200
años A. de C.
C AP I T UL O V I I

HORIZONTE SEPARATISTA (1)


l. Sentido de ute H orizonte; ParUas Cavernas y 8U des­
cripci6n.
2 . Modalidades de entierro en las ea vernas.
3. Elementoll eulturales de lall cavernas.
•. Análillill.
5. ParakAs Necrópolis y 110 descripción.
6. Sistema de momificación de loe cadáveres.
7. Enfardelamiento de loa cadáveres y elementos culturales.
8. Anállllf. de laa Necrópolis de Paraka..

1 . Sentido de este Horizonte: Parakas Cavernas y su des­


cripción.

Los arqueÓlogos y escritores americanistas denominan sim­


plemente a esta fase por su secuencia de "Formativo Regional",
dejando a un lado su Espado Histórico que es el más importan­
te y esclarecedor, el que está unido íntimamente con su Tiempo
Histórico. Entonces es cuan'Cio se explica mejor los dos grandes
hechos realizados en este Horizonte: uno- de unificación socio­
económica, poUtica y religiosa que el pueblo de Parakas habia
llegado a su proceso de perfecci6n; Y, el otro, la desmembración
o separación voluntaria de un grupo de familias procedentes de
la misma Civilización Parakas que se ubica y permanece en la
(1) De "Formativo" 10 denomina Ducan Willan Strong. De "Periodos
Cultista y Experimental", Walden C. Benne.t.
119
118 ALBERTO ROSSEL CASTRO HORIZO NTE SEPARATISTA

Hoya de Río Grande de Naska. De este último acontecimiento se


hablará con mayor detalle, más adelante. Por eso, a fin de coor­
dinar los hechos mencionados, implica bautizar lo de Horizonte
Separa tista.
La Civilización Parakas en est e Horizonte tiene dos fases de
evolución: Pardkas Cavernas y Parakas Necrópolis, siendo la
primera la más antigua. Es de tipo "Machay", para designal"la
dentro del con'cepto de cuevas, antros y cavernas. Pero las ca­
vernas de Cerro Colorado no son de origen natural sino artificial,
confeccionadas en el subsuelo con características de terreno ar­
cilloso y firme que adopt an formas de una garrafa, las cuales
están dedicadas al entierro de cad'áveres humanos. Esta clasifi~
cación estratigráfica, de "Cavernas", fue hecha "in situ" por el
doctor Julio C. Tello, cuando descubrió, en 1926, a 18 kilómetros
Sur del Puerto de Pisco, en una colina de aspecto rojizo sobre
aldas y hoyadas, un conjunto de cavernas artificiales. Desde en·
tonces, est a clasificación resulta invariable, porque precisamen­ Fíg. 14 Corte vertical de la caverna NO 4 · de Cerro Colorado.
te se basa en la estructw'a esencial de las tumbas que están en Alto S m. (Copia, Antiguo Perú. pOI Julio C. TeIlo;
relación con los artefactos funerarios de cada cadáver humano. p. 119; año 1929).
It Las gentes de esta civilización depositaban sus cadáveres
El doctor TeDo, describe su descubrimiento en esta forma:
en número de 30 a 40 f ardos dentr o de las cavernas que eran
"Eliminando la capa de arena de la superficie, abiert as en terreno duro compacto de varias capas de arcilla es­
aparece una delgada de caUche. Separada ésta se tratificada; a veces, se apilonaban los cadáver es a 10 largo del
halla una construcción cilíndrica de piedra de 1 m. tubo de entrada.
a 1.50 m. de diámetro y de cerca de 2 m. de altura Hasta la actualidad no se han encontrado, lamentablemen ­
que sirve de entrada o vestíbulo a la caverna. De­ te, en el área de lca, Cavernas semejantes a las descubiertas por
bajo de ésta hay otra de caliche y debajo de ésta el doct or Tello; él mismo afinna que ést as no son las únicas, y
un tubo de 3 m. de largo por 1. 50 m. de diámetro que deben existir otras en la P enínsula. La "Expedición de la
que conduce a la cámara funeraria o CaVel"Da pro­ Univer sidad de Columbia de 1952 a 1953", sobre las áreas ar­
piamente dicha. Esta tiene alrededor de 1 m. a queológicas de lea y Río Grande, r efir iéndose a las cavernas, di­
1.20 m. de alto y de 3 m. a 4 m. de diámetro. En ce: "Que ni los huaqueros, ni nosotros, hemos podido encontrar
las paredes del tubo aparecen unas oquedades o lo que Kawachi habría sido el sitio donde los difunt os peruanos
peldaños destinados sin duda a facilitar el des­ de rango, habrían sido inhumados Y enfardelados para trans­
censo a la tumba, y en las de la caverna, casi a portarlos a Okukaje o Parakas". Estas apreciaciones son meras
nivel del suelo hay cavidades o fosetas ocupadas conjeturas que nada prueban. Lo cierto es que hasta la fecha no
por los cadáveres". (2). (Fig. 14). se han encontrado cavernas del tipo Parakas en f orma de garra­
fa. Empero, en las zonas arqueológicas de Huarás, se han des­
cubiert o cántaros de estilo Chavin en fop ua de gar r afa. Esto sí
(2) Tello, Julio C. - Anttguo Perú - ps. 110-120; año 1929; Lima-Peru.
120 ALBERTO ROSSEL ("ASTRO
121
HORIZONTE SEPARATISTA

es una interrogante que lleva a plantear un problema arqueoló. d) En ollas o Mankas, donde se depositaban los cadáveres
gico de bastante profundidad. ¿ Porqué las cavernas de Para· de los niños (3).
kas se asemejan a los cántaros de estilo Chavín de Huarás ?
Algunos cadáveres humanos de Chongos han sido someti­
2 . Modalidades de entierro en las cavernas. dos a un especial método de momificación: unos, barnizados con
brea todo el cuerpo desnudo; otros, envueltos con hojas de pacae,
Los entierros en las cavernas han sido para diferentes cla­ que los cubre una simple tela de algodórr, en posición sentado;
ses sociales; se han encontrado cadáveres casi desnudos o en­ los aj uares consisten en palIares, maíz y maní. También pude
vueltos con un simple manto; unos, son dos o tres mantos grue­ constat ar, en los cadáveres abandonados, que habían sido enlu­
sos corr ientes; otros, con vistosos mantos, de 2 a 3 mantos ca­ cidos todo el bulto con una torta de arena, adoptando una forma
lados, con turbantes y diademas de oro en láminas sobr e la ca­ cónica, la que se asemeja a una mole de piedra. En este estado
beza. Pobres y ricos tienen siempre un obj eto utilitario con ali· de preparación se depositaba el f ardo en una f osa de forma cir­
mentos, recipientes de legenaria. No hay en' las cavernas obje­ cular, a poca profundidad del suelo.
os de plata ni de cobre. Los restos arqueológicos que encontré
en Chongos, pertenecen en su mayor parte a la fase cavernas de 3. Elementos culturales en la fase Cavernas,
Cerro Colorado, en cuyo cementerio se habían enterrado gentes
de diferentes rangos sociales. Las t umbas están casi a flor de La alfarería es la más perfecta y de mayor consistencia de
t ierra (a 80 cm. por término medio), son de forma cilíndrica la fase anterior ya mencionada. De factura doble. Decoración
con una profundidad de 1.80 m. colocadas casi en fila y separa­ en fondo negro; con figuras incididas de animales de mar (pe­
das unas de otras. Los huaqueros habían dejado los restos an­ ces) o de felinos muy semejantes a los que aparecen con fre­
tropológicos desarmados allí mismo; las telas estaban destruidas cuencia en la fase Pre-N aska. Los tintes son gruesos resinosos,
por carbonización y por la humedad. de colores vivos como el amarillo canario, el rojo y el verde.
Los cadáveres de la fase Cavernas tienen las cabezas defor­ Particularizando, los tipos de alfarería encontrados en los
madas de tipo Fronto-Occipital circular &ecta (Qccipitis frontis cementerios de Okukaje tieIl'en estas características:
erecti circularis), es decir, la verticalización de los huesos lab­ Los cántaros son de forma globular en botella, con base li­
dicas del occipital y del frontal, con trepanaciones en la edad ma­ geramente plana, con pico recto y asa-puente ancho, semejante a
dura y lesiones de osteoporosis sistemática. En el cementerio de una hoja vegetal, unido a una cabeza humana o a la de un ave ;
Chongos (Pisco), encontré algunos cráneos deformados que ha­ en la parte ventral se estiliza la cabeza de un jaguar. Los picos
bían sido abandonados por los huaqueros. Otros cráneos defor­
mados y trepanados se encuentran además, en el Museo Regio­ tienen color rojo.
nal de lca, procedentes de este lugar, por cuanto que don Ale­ Los platos presentan una estructura doble con bordes o la­
jandro Pezzia descubrió varias tumbas, constatando cuatro cla­ bios gruesos, base ligeramente lenticular con dibujos circulares
ses de enterramiento: gruesos resinosos de color amarillo vivo, con puntos rojos en el
centro de cada círculo.
a) En simples fosas, el fardo cubierto de varios mantos;
Las tazas adquieren formas campanuladas, de base lenticu­
b) En simples fosas, la momia cubierta con un solo manto lar con decoración incisa, dividida en campos independientes, en
de algodón, seguido de una gruesa capa de barro i
(3) Pezzia Assereto, Alejandro - Yacimiento antropológico de Chon­
c) E n simples fosas, sm ninguna cubierta el fardo fune­ gas _ Ret'. del Muso Regional de leG; p. 88-34; N' 14; a. 1963.
rario;
12
122 ALBERTO ROSSEL CASTRO HORIZONTE SEPABATISTÁ

donde se estilizan animales de mar o el j aguar de color amarillo


o verde y roj o vivo (Fgs. 15-16) .
La fase Cavernas es bastante pobre en textiler ía ; el cadá­
ver hállase envuelto en pocas telas; sin embargo, se han exhu­
mado telas bordadas, labradas o transparentes. La mayor parte
de ellas son de algodón, tejidas en un f ondo blanco o café, sobre
el cual se estilizan serpientes bicéfalas de cuerpo ondulado den­
tado; felinos que están unidos al hombre, mostrando los miem­
bros cefálicos y las manos del ser humano que sostienen cuchi­
llos, tal vez para sacr ificarlos.
La indumentaria comprende mantos, t únicas (Un:ku), turban­
t es, fajas, llautos, redes, Wara o pañete.

4. Análisis.
Flg. 15 TIes artefactos ae cerámica de la fase cavernas. Un plato
En el análisis de reconstrucción histórica. cabe preguntar. de estru.ctura doble con dibujos circulares de color ama­
rillo y verde. Dos cántaros con piro y asa·puenle con
¿ Las Cavernas de Cerro Colorado y los fardos funel"arios depo­ cabezas de Jllhuar. Colee. Aldo Rubiní-BdD.. Oku/azje-[ca.
sit ados dentro de ellas son de la misma época? ¿ Las Cavernas
no podrían haber sido edificadas con doble fin: primero, para
el entierro de cadáveres humanos; y segundo, para el depósito
de víveres? La entrevista que hice en la ciudad de Naska (1942)
a nn obrero del doctor Tello, en la Expedición Científica de Pa­
rakas, los años de 1927 y 1929, llamado Ramón Guzmán, me ase­
guró haber descubierto más de diez cavernas, sin cont ener res­
tos humanos y estaban "vacías y bien tapadas" (sic). De esta
apreciación, que la creo de sumo interés. no se hace menciórr en
el libro del doctor Julio C. Tello; q uizás, puedan estar consigna­
das en algunos cuadernos de exploraciones, cuyos manuscritos
de primera fuente han sido donados a la Universidad Mayor de
San Marcos de Lima; pero, estos materiales tan valiosos no están
aún al servicio del investigador. Encontré cavernas, más de cin­
co, en forma de ollas o Mankas globulares, no en botelJas, situa­
das en los repliegues de los cerros de Pinchango, en la j urisdic­
ción de Río Grande de Palpa. Por los residuos dejados alli de
corontas de maiz. sin cadáveres humanos, me percaté que estas
cavernas habían sido depósitos de víveres de las gentes que vi­ Fig.16 Una taza de esbuctura doble, decoración incidida. con
vfan por este sector. Del mismo mo~o. en la jurisdicción de "Ca­ tlnle grueso resinoso de colnr amarillo, verde y negro.
Se estilizm dos jabuarcs y doS peces. procede de Okukaje.
beza de Toro", en la quebrada de Pisco, aguas arriba, hacia la
Colee. A. Rosse1 C.
cima de los cerros, sobre una larga planicie, se abren infinida-
124 ALBERTO ROSSEL CASTRO HORIZONTE SEPARATIsTA
126

des de huecos o silos cónicos que se utilizaron para guardar ví­ "Todos los edificios son subterráneos. Las pa­
veres y de este modo preservarlos de la polilla. Este sistema de redes tienen de 30 a 40 cm. de espesor y reposan
silns en la Costa del Perú convendría actualizarlo en el campo de por 10 general sobre la dura formación granítica
la agricultura peruana. que se halla a una profundidad de dos a cuatro me­
tros. Piedras pequeñas, angulosas, sargazos ma­
5. Parakas Necr ópolis y su descripción. rinos, palos, huesos de ballena y barr o de aspecto.
calcáreo que forman tortas tan duras corno el ce­
El doctor Julio C. Tello a esta fase la denominó de Necrópo­ mento, con stituyen los principales materiales de
lis, para significar (gr. nekros-muerto; polis-ciudad) el entierro corrstrucción.
subterráneo de cadáveres humanos en comunidad perteneciente. "Debaj o de un extenso basural y sobre las
en su mayoría, a una casta o jerarquía social que ha desapare­ r uinas de una primitiva población ocupando una
cido en el tiempo. Esta etapa corresponde a la subsiguiente fa­ área de 260 mil., se halló este gran cementer io con­
se superior con relación a su antecesor imnediato de Parakas teniendo momias enfardeladas, de diferentes ca­
Cavernas. tegorías dispuestos en grupos, apilonadas unas so­
Todos los edificios encontrados en Cerro Colorado son sub­ bre otras. Corrientemente, los grupos estáD' for­
terráneos ; tal vez, por una estrategia de resguru'do contra los mados por un fardo grande central, dos o más
continuos vientos o simún (Paraka) de la región. Las paredes fardos medianos a los lados y muchos otros peque­
tienen estructur as angostas, hechas de piedras pequeñas urridas ños superpuestos. Casi todos están protegidos ex­
con barro calcáreo, cuya mezcla, cuando se endurece, es muy se­ t eriormente por un paño grueso de algodón y una
mejante al cemento. Los techos están confeccionados de palos estera o petat e. De dicho cementerio se han ex­
de huarango o de huesos de ballena; llevan patios o corredores. traído, hasta ahora, 429 fardos. Generalmente tie­
nen forma redonda o cónica; 33 de ellos tienen
Los entierros se han ejecut ado en comunidad y dispuest os más de 1. 50 m. de al to por 1.50 m. de diámetro;
por grupos. Los far dos individuales pertertecen, unos, a perso­ 42 tienen 1 m. de alto por 50 cm. de diámetro y
najes de alto rango social, y 108 otros, a categoría inferior. Se 354 son pequeños" (4).
caracterizan los primeros, por la lujosa vestimenta que lleva ca­
da bulto funerario, por los objetos de cerámica, láminas, ar etes,
máscaras, brazaletes de oro que exor nan a cada cadáver. Mien­ 6. Sistema de momificación de los cadáveres.
tras que los segundos, car ecen tot almente de indumentarias. Los Siguiendo una tradición general en el Perú Pre-Hispánico,
grupos de cadáveres están orientados hacia un fardo grarrde de que ningún cadáver humano se ha encontrado vestido, la Ci­
central ; a éste rodean otros de menor tamaño, y hast a mucho vilización Parakas sometia a todo cadáver humano, a este pro­
más pequeños, tal como lo describe el ductor TeHo ;
ceso de momificación:
"Eliminada la capa superficial de arena se a) Desnudo el cadáver, se extraía todos los int estinos y
constatan los siguientes tipos de construcciones: las vísceras, abriendo el abdomen por un corte longitudinal ;
hileras de cuartos, tal vez, viviendas subterráneas,
situadas a lo largo de la antigua playa. Detrás de b) AIT'<lncábase los pulmones y el corazón, cortando el tó­
ést os, una hilera de patios o corredores, y más l'ax a través de esternón;
atrás y paralela a las anteriores, otra de grandes
cámar as furrerarias o mausoleos.
(4) Tello, Julio C. - Ob. Cit. p . 127, 131.
126 ALBERTO ROSSEL CASTRO HORIZONTE SEPARATISTA 127
e) Cercenábase la cabeza del cuerpo, para extraer la masa el mango dirigido hacia a bajo. La decorad6n de la telaesiá
encefálica por la base del cráneo; aun cuando hay casos de ca­ constituida con figuras antropomórficas, es decir, en cada esca­
dáveres que tienen la masa encefálica reseca; en las cuencas de que se presenta el cuerpo de un hombr e de perfil, con los brazos
los ojos se colocaban tapones de algodón por las que se extraía, estirados y sosteniendo verticalmente dos fl echas o jabalinas,
en algunos casos, la sustancia gris ; con ti·enzas y som brero en líneas.
d) Practicábase incision es en las extremidades, para ex­ b) La cúspide del fardo, a modo de moño, era hechOo de en­
traer los músculos; voltura de algodón, simulando una cabeza humana. adornada con
e) Por fin, se sometía al tratamiento de momificación em­ una piel de ~orro, de un llaut o polícromo y de una honda de
pleando ciertas sustancias químicas y orgánicas, como )a cal, el magtiey.
ají molido en polvo, la sal molida, la flor de la muña en polvo, la e) Debajo del manto bordado se encontró otro semej ante,
brea y otros ingredient es que todavía se ignoran. En seguida, con tela básica de algodón, de color ocre oro; con figuras antro­
se plegaban las extI·emidades hacia la columna vertebral o err di­ pomórficas bordadas, dispuestas en orden ejedrezado y ejecuta­
rección del abdomen, y los brazos hacia la cara o la nuca, to­ das con t écnica de bordado plano de una sola cara; dos f ranjas
mando el cadáver una forma de ovillo, a l tiempo de asegurarlo bordadas y sostenidas a los lados longitudinales con su flecadu­
con ligaduras. Después de este proceso, se ponía el cadáver a ra contorneada; los hilos son de lana torcida.
fuego lento con el fin de reducir el volumen; esto explica, por qué
algunos cadáveres llevan los glúteos carbonizados. De este mo­ La decoración de la tela está .constituida por un ser huma­
do, el cadáver flexionado, en posición sentado, era fácil taponear no en posición de pie que tiene en una mano, una cabeza trofeo y
los vacios con algodón y ponerlo dentro de un canasto de junco. en' la otra, un cuchillo de pedernal, vestido de Unku con franjas
sobre el pecho, decorado con cabezas trofeos; un paño largo so­
bre la frente que pende hacia atrás; sobre la frente una barra
7. Enfardelamiento de los cadáveres y elementos culturales. metálica, muy semejante, a la Civilización Naska. La pintura
de cada bordado es distint a por su color; se representan caras
Los cadáveres de las Necrópolis de Parakas, han segoido dividIdas en dos áreas de colores diferentes j caras cuarteladas
siempre un proceso preconcebido de enfardelamiento después de en cruz; caras partidas en dos mitades o cortadas a nivel del la­
la momificación. Esto eviderrcia la existencia de sujetos exper­ bio supel"Íor.
tos en el arte de enfardelar los cadáveres y de acondicionar las
distintas piezas de telas o mantos que cubren a las momias. La Tela mide 2. 67 m. de largo por 90 cm. de ancho.
De algunos y escogidos fardos desentel'fados de Cerro Colo­ d) En seguida, aparece otra errvoltura con una tela de al­
rado, se han ejecutado estudios científicos que han proporciona­ godón, cocida con cordones de algodón. Eliminada esta envoltu­
do valiosos datos debidamente documentados. Entre ellos, están ra, de pronto, se ve otra envoltura de algodón, y debajo de ésta
Jos estudios realizados por los arqueólogos E. Yacov)eff y G. se halla un manto de color verde cromo oscuro de algodón de 2.30
Muelle, del fardo N'¡ 217 que fue abierto el 26 de agosto de 1932, m. de largo por 87 cm. de ancho, con franjas que están unidas
suministl'arrdo los siguientes detalles: a la tela básica mediante puntadas por encima con hilo fino de
81godón. En cada ladó longitudinal de las franjas se estilizan
a) Retirada la primera envolt.ura, se presentó un manto doce animales bicéfalos muy similar a la nutria que repetidas
bordado de lana, con fond!> de color añil, con escaques bordados, veces adornan los cel'amios de Naska. Quitado este manto se
de 2.55 tU. de largo por 90 cm. de ancho, con cara hacia afuera desCtlbre otra tela de algodón, de color gris azulado; en este es­
que cubría a lrededor del bulto, y sobre el manto un abanico con tado el cadáver se sienta sobre un canasto grande de junco, acom­
pañado con tejas o piezas en miniatura.
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128 ALBERTO ROSSEL CA b~RO HORIZONTE SEPARATISTA

sanatorio, donde se ejecutaban esta clase de operaciones, a cuyo


e) Retirada la tela gris azulada, se halla una t ela blanca lugar acudían las gentes enfermas que venían de distintas re­
de algodón que envuelve toda la paca sobre el canasto. Quitada
esta última cubierta, aparece una cantidad considerable de al­ giones de la Sierra o de la Costa.
godón desmo tado impregrrado de una sustancia blanca, muy pa­
recida a la cal; el algodón servía de relleno entre los vados de CERAMlCA DE LAS NECROPOLIS.
las piernas, del tórax, los que estaban fu ertemente adheridos por Los cántaros encontrados son siempre en botella, de base
los costados.
plana, o de form a de f rut os Y legumbres como la calabaza, el to­
La momia se encuentra en posición sentada, toda desnuda, mate, el aj í, la lúcuma, etc. Están elaborados de arcilla blanca
con los miembros contraídos y ajustados contra el tronco, con la o crema, con dos picos tubulares rectos delgadOS, cuyas puntas
cabeza inclinada hacia las r odillas, y en la cabeza se cefiÍa un son de color r ojo que están unidos con asa-puente, levemenl::e ar­
llauto. (5). queado, de forma de una hoja que descansa sobre una cúpula
f) He aquí este complicado proceso de momificación y en­ (Fig . 17).
fardelamiento que pr actica ba la Civilización Parakas; posible­ Hay otros cántaros con un solo pico con asa-puente unido a
mente cada envoltura de telas coloreadas tiene llD simbolismo la cabeza de un felino o de un ser humano, o de un ave, de color
que permanece aún encerrado en una interrogación. gris, con diseños negativos de rayas verticales.
TREPANACIONE S DEL CRANEO. Las tazas presentan fondo esférico. con base plana, a veces,
ligeramente convexa, de estructura delgada, de color gris oscu­
Ot ra de las características propias que descubrió Te110, en ro, con su interior color n'egro.
la fase N ecropolis, fue la práctica de la trepanación del cráneo,
empleando la técnlca del raspado que consist ía err eliminar la ta­
pa externa del cráneo, ejecutando incisiones circulares o poligo­
nales sin dañar la lámina vítrea. Las causas principales para la
ejecución de estas operaciones quirúrgicas, han sido las fractu­
ras depresivas o las fr acturas conminutas ; es decir, 106 huesos
que quedaban con fragmerrtos pequeños ocasionados por los gol­
pes de porras, caídas, golpes de hondas, por enfermedades de
est eoporosis. En Parakas, e1 mismo doctor Tello, encontró los
instrument os operatorios, entre ellos, el trépano o cuchillo de oh­
sidiana con su mango manchado de sangre, roscas de algodón,
para protejer las heridas, paños, vendas e hiJos de algodón.
El 40 Ó 50% de cráneos de la Necrópolis de Parakas apare­
cen trepanados. Por eso, el doctor Tello, con bastante funda­
mento, af irma que Parakas habría sido el lugar preferido como
Cintaro de base semi-plano, de forma de UfIlI calabaza,
Pia 17 con doS piC05 sobre un bonete o cúpula, de color rojo;
w-puente ancho, en forma de una hoja; con ranurllS en
la parte ventral. Color amarillo crema. Colee. Aldo
(6) Revista cUt M'UIl eQ Nacional - T. II. N·s. 1-2: p. 68 y siguientes; RubíIlJ-Hda. Okulcoie.1eo.
a ño 1934. Lima, Perú.
131
130 A LBERTO RO!>SE L CA STRO IiORIZONTE SEPARATISTA

Los platos de color gris se caracterizan por su f onna semi­ pies y las rodi llas tan levantadas que las tien en
cir cular, de base ancha con f ondo de color negativo negro, con a juntar casi con la boca Y tienen la camiseta pa ­
lineas djvergen t es, diseños de aves, de peces, felinos con lengua ra abajo hasta los pies. vienen a meter en ella t odo
salient e (F ig. 18). el cuerpo, si no es la cabeza, Y con las piernas af ir­
man y estriban en la camiseta quedan muy t iran­
tes; Y ellos asi sentados están con tanto descanso
qu e suelen permanecer un día entel'o sin levantar­
se de un lugar (Lib. 14. c. V.).

b) Asimismo. la costumbre de acompañar a loS cadáveres


de vestidos nuevos, de joyas más ricas, de objetos de arte. de co­

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' midas o semillas Y otros utensilios, t.al como se encuentran en

~. '

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# ..., :- ,-,.'­

1 \ . . .)ri' las tumbas de Parakas, es, también, costumbre generalizada en

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casi todas las civilizaciones pre-hispánicas del Perú.

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... , ., . ." .
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que envuelven a los cadáveres de las Net.:rópolis de Parakas. Así,
s~ encuentra el linteum o VUlgarmente denominado manta. ·for­
:--
,. !!JI'
mado de piezas unidas, porque en Parakas los telares eran an­
gostos. tenían aplicaciones düerenles para tej er vestidos de la
.~- . vida diaria. servillelas. colchas, alfombras, envoltu.l'as de cadá­
veres. etc. El Unteum de Parakas es diferente al "Yakolla" o
manta que usaron las gerrtes del Imperio de los lnkas; ésta era
mucho menos corta que se anudaba en el cuello o se unía con un
Fig. 18 Plato barnizado COD una pasta rUla por c1eI\tro y pOI
fuera color café oscuro, tie.ne 26 Iínea5 negativas con­ prendedor (Orope).
céntricas en el Condo. Colee. A. RosseJ C. Los vestidos doblados en miniatura que acompañan a los ca­
dáveres de las Necrópolis de Pal'altas, es costumbre extendida
8. Análisis de la Necrópolis de Parakas. en el Perú Pre-Hispámco como signo de ofrenda en los sacrifi­
cios. Por eso, Amaga, dice:
a) La costumbre de dar una forma cunoidea a los bultos
"En la muerte o entierro de sus difuntos .. .
funerarios de Parakas y de encontrar el cadáver desnudo en po­
suelen vestir vestidos nuevos y otras veces ponen
sición sentado, no es más que un remedo de la postura familiar
de descanso que tenían, en general, los an t iguos peruanos, de doblados sin vestidos (Lib. 2. c. 27).
sentarse sobre el suelo con las piernas rrllzadas para comer o pa­ Cobo, agrega:
ra asistir a las reumones de la com unida.d. Los cronistas, muy
post erior es, desde luego, hacen' referencias a estos hechos per­ "Después de llorado al muerto hacían sus sa­
sistentes en el Imperio Inkaico. Tal como Cobo, que refiere: crificios y supersticíones . . . vestido Y adornado de
ropa y joyas más ricas que tenían, lo sepultaban
"Siempre se sieutan en el suelo, es de est e mo­ junto con él otros vestidos nuevos doblados, mu­
do: doblan las piernas cuanto pueden, j unto lo chas comidas y bebidas, enterraban juntamente
132 AL BERTO ROSSEL eAST RO

sus armas e instrumentos de su arte y oficio. So­


lian poner plata y oro en la boca) en los anos y en
el seno y otr as partes" (Lib. 1. c. 16) .

e) Las prendas de piel de zorro (Canis azurae) puestas


sobre la cabeza de las momias de las N ecr6polis de Parakas, se
encuentran representadas t ambién en las decoraciones bordadas
de las telas paraquenses y de las eerámicas policromadas de Nas­
ka, lo que está indicando que esta piel era usada err la vida dia­
ria. Por eso, en los cer amÍos de N a8ka la representan fielmente
como una costumbre que viene enlazada desde la fase Cavernas CAPITULO VIII
de Parakas hasta las grandes Necrópolis.
HOR~ONTE FLORECUENTE
d) Por último, las cabezas deformadas de las Cavernas y
N ecrópolis de Parakas, se descubren en todas las civilizaciones l . Origen de la Civilización Naska.
prehispánicas per uanas, al igual que err las europeas. 2. Etapas de la Civilización Naska.

2 .1. Etapa Pre-Naska:


a) Elementos culturales
b) Casos de comprobaci6n.
2.2. Etapa Clásico Naska:
a) Elementos culturales
b) CafI08 de comprobaci6n.
2.S . Etapa Sub·Naaka:
a) Elementos culturales
b) Casos de c:omprobac.i6n.

l. Origen de la Civilización Naska.


En primer lugar he denominado, al principio de este libro,
que la Civilización N as1m compuesta de gentes dinámicas, al apo­
derarse de la Hoya de Río Grande Y teniendo como centro de ex­
pansión el valle de Kajamarka (hoy Naska), encontró un am­
biente nada favorable para el natural desalTollo del hombre. Era
un valle sin agua , sin árboles, rodeados de cerros pelados y gri­
sáceos, con pampas desérticas, sin vegetación; y, a pesar de ello,
esta nueva generación se enfrenta conb'a el ambiente telúrico,
poniendo en ejercicio su dinamismo para hacer de él urr centro
lJfOpicio y generoso.
l ;lfi
134 ALBERTO ROSSEL OASTRO 1l0Rt20NTE Jo'LORECTENTE
NASKA
En segundo término, al referirme de la génesis de las civili­ PRE NASKA.
zaciones Para kas y Naska (Cap. V), dije que ellas habían naci­ I
do de lID solo tronco común y fueron denominadas después por
los arqueólogos contemporáneos con nombres dist intos tan sólo
por el lugar geográfico en que se desarrollaron. Parakas y Nas­ t40RIZONTE
ka fueron dos pueblos hermanos, cuyo origen se remonta a la fLORE CIENTE
PA RAKAS
primitiva familia de la Etapa Pre-Cerámica; Y. ésta, a su vez.
NECROPOLIS
por los rest os o elementos cultul'ales que lo acompañan, parece
tener como foco originario la Hoya Interandina, principalmente, HORIZONTE SEPARATISTA
la cuenca del Mantaro. PARA KAS
CAVER NAS
Este primitivo núcleo humano, en su infancia de desarrollo,
se fusiona con gentes que vienen del Norte Andino portando otros HORIZONTE EPIGONAL CHAV IN.
elementos culturales, entre ellos, el estilo denominado "Ohavin
Clásico", el cual, al mezclarse con el elemento originario de la
región, produce otro tipo de estilo al que he llamado EpigonaJ
Chavin. Con estas nuevas aportaciones se desarrollaron Parakas
y Naska. Lo anterior puede verse en este árbol genealógico (Ver
Fig, 19).

2. Etapas -de la Civilizacióll Naska. HORIZONTE INICIAL

Al separarse )a Civilización Naska de la de Parakas, en la


fase Necrópolis, cuando ésta ya había llegado a su mayor creci­
miento de desarrollo industrial, se suscita un hecho trascenden­
te: La Civilización Parakas se detierre para siempre en su cur­
HORIZONTE PRE-CERAMICO
va ascendente, dando paso a la Civilización Naska, y ésta, corr
mayor suerte, llega a la plenitud de su maduradón que es pro­
piamente el despliegue de los valores humanos. para perfeccio­
nar técnicas más avanzadas de irrigacion, astronomía, escritUJ'a,
tejidos y bordados magistrales, etc.
Fig. 19 Albo) Genealógico de las civUir.u:iones Naska y Paraka&.
Además, parece que los hombres de Pru'akas se desbandan;
los técnicos abandorum sus áreas geográficas, como que se re­
pliegan en la Hoya de Río Grande. para dru' origen a otras dife­
renciaciones o fases, de acuerdo a su medio geográfico, y hacer CultUl'as del Perú - p, 75; año 1961), Abundando r.ún más, se
resaltar nuevos productos de la técnica industrial y del arte, a pregunta: ¿ Por qué causa", Parakas se estaciona en lo mejor de
cuyo crecimiento y maduración. se ha denominado, con bastante su vida Socio-Económica? ¿ Qué hubo, un cataclismo? ¿ Por qué
precisión. en congresos de Historia, "Configuración Regional" sus técnicos se repliegan en la Hoya de Río Grande? Por hoy,
que unido a su Espacio Histórico se conoce por Horiwnte Flo­ son preguntas sin respuesta caleg61'ica, hasta que se consiga
reciente. Mason lo nombra por "La Era Floreciente", (Antiguas más pruebas.
137
HORIZONTE F LORECIENTE
136 ALBERTO ROSSEL CA STRO

Con t odo, se registran los siguient es caSOS: 2. 1 . Etapa Pre-Naska.


Cuando se separa el hombr e nasquense de P ar akas ya era A est a fase, por su tipo y estilo de los ceramios y otros ar­
n
un ad ulto en pleno cr ecimiento y con mucha experiencia. En la tefactos, Max Uhle lo denominó "Proto-Naska ; los arqueólogos
meseta de madurez de la Civi]jzación Naska se constat an cera­ norteamericanos ''Enrly-Naska'' (Naska Anterior) ; Gayton y
mios con caracteres de realismo o nat uralismo que representa Kroeber " Naska A", como estilo más primitivo, por ser los di­
ser es in t ran sferibles del medio ambiente como animales de mar bujos más simples, oscuros Y f uertes; Dawson Naska 1; para
o dE:' tier ra. En otros casos, el hombre se Wle a esas figuras Tello éste es el tipo decadente, derivado de un tipo andino Pre­
simbólicas, para producir ceramios antropozoides adornados con Naska, cuyo pensamiento se refleja en estas lmeas:
ganchos, cabezas trofeos o animales bicéfalos. Después de un
largo período este estilo decadente se mezcla con otros elemen­ "Las excavaciones que he realizado posterior ­
t os f oráneos, engendrando un estílo decadent e, entonces la línea mente en otros sitios de Naska, como en Kopara
declina de la meseta de su maduración. entre 1926 a 1927, aportaron ciertas evidencias que
aclara este problema. Según ellas, el tipo Pre-N as­
Esta apreciación, basada en' la realidad arqueológica, ha da­ ka no corresponde al tipo de alfarería muy anti­
do motivo para clasificar por fases o etapas bien definidas a la gua que yo designé como tal, sino a otra decaden­
Civilízadón Naska, cuya secuencia se inicia así, de la más anti­ te, derivado de aquél, un tipo andino, el mismo que
gua a la más reciente: aparece, en Okros, Ayacucho y en la sierra. de
Huancavelica. Esta alfarería andina Pre-Naska
migró a la Costa muchos siglos atrás. Juzgar por
1. Pre-Naska; lo observado en las excavaciones, los tipos andinos
2 . CJásico N aska; y N aska coexistieron casi hasta el período de los
3 . Sub-Naska. Inkas; pero, antes que ellos, hubo otro más anti­
guo, que es el propiamente el Pre-Naska, Naska
Esta clasificación la he tomado fielmente, tan sólo en su y Sub-Naska con fuerte ingerencia andina. Pre­
sentido material, del estudio hecho por el doctor Julio C. Tello, Naska debe existir en la cabecera de la Hoya del
en sus diferentes divulgaciones científicas. En cuamo a la in­ Pampas, en el territorio ocupado por las viej as na­
terpretación formal de cada lIDa de ellas, es completamente di­ ciones Rukanas, S01'as y Wanka. También, me pa­
vergente; ya que la fase Pre-Naska corresponde al estilo de ma­ rece que debe e..xistir en aquellos lugares, restos
nifestación naturalista o realista, cuyos antecedentes similares liticos que en todo tiempo migró del Occidente. El
se encuentran precisamente err el camino ascendente de Caver­ tipo Pre-Naska corresponde, pues~ a las primeras
nas y Necrópolis de Parakas. colonias establecidas en la Costa" (1).

La fase CJásico Naska se refiere al tipo antropozoide, con Para mí, esta fase Pre-Naska es la más extensa, cuyo ori­
todas sus complicaciones artísticas. Es propiamente el estilo clá­ gen se pierde en la Etapa Pre-Cerámica, igual a la de Parakas.
sico que lo personaliza de cualquier otra fase. En algunos espacios aislados de su crecimiento, por suerte, ha
La etapa Sub-Naska es la decadente que nace de la meseta dej 000 huellas más profundas, en las que ya se pueden verifi­
de su maduración, por las influencias exóticas que el Clásico Nas­
ka reclbe.
Para mayor comprensión, debo analizar, una por urra, estas (1) Tello, Julio C. - Vaso de piedra de Naska - Revista Chaski -
fases propuest as. ­ Vol. 1: p. 27, año 1940 - Lima, Perú.
138 ALBERTO ROSSEL CASTRO HORiZONTE F LOR ECI ENT 139
car datos concreLos de su procedenCla. Los restos culturales de que estos element os cult urales ocupan la misma fase y el mismo
esta fase comprenden objetos de madera, cerámica y telas, en los horizonte de P re-Naska.
cuales se estilizan la mentalidad dominante del hombre con fuer­
te tendencia hacia el naturalismo o realismo, porque se empeña Los P latos present an figmas exparrdidas de base lent icular
a reproducir seres del medio ambiente, entre ellos: semillas, ani­ o con vexa, algunos con pint ura negat iva; se reproducen otros se­
males de mar y de río. Estas evidencias. las encontré en los ce­ res naturales con incisiones y t endencias hacia el realismo. Las
menterios de Teojate, Cerrillo, Okukaje y Tajawana. incisiones nunca deben considerarse como signos de antigüedad,
porque en t odas las etapas de diferentes civilizaciones, han ha­
Los testImonios de objetos de madera y de telas, por su bido t ipos de cer ámica incisa. Los artistas, para representar sus
misma constitución, han estado sujetos a la descomposición a dibujos han preferido usar el fondo de cada plato, en él han es­
través del tiempo; pOI' eso, es mucho más difícil tener como prue­ tilizado peces y est rellas de mar, riñones humanos y otros Sel'es
ba esta clase de testimonios. Como tal, sobre todas las cosas, los del medio ambiente.
objetos de cerámica representan las pruebas más fehacientes
como documentos mudos pero elocuentes, para esta clase de re­ Las Ollas toman formas globulares. con gollete sin asa; de­
conslrucción histórica. coradas a pincel; de tamaño standard de 12 a 16 cm. de alto. Son
ellas de carácter utilitario o ritual.
a) ELEMENTOS CULTURALES. Fueron: 1) La Cerá­
mica y 2) Arquitectura de las tumbas. Las Tasas toman formas campan uladas con base lenticular;
de estilización policromada con motivos natUl'alistas, la abertu­
ra labial es convexa, hecha de arcilla fina, pulida y bruñida; de
1) La Cerámica, Su Morfología y Decoración, Los cera­
altura 13 cm.
mios generalmente muestran caracteres geométricos y pictóri­
cos, y, en pequeila escala, escultóricos. Unos son rituales y otros Los Vasos poseen formas tubulares cortos, ligeramente de­
utilitarios. primidos por el lado labial; confeccionados con arcilla fina; de
est ructura delgada; decoraciórr policromada; de altura poco más
Los tipos de cerámica comprenden los cántaros. platos, ollas,
vasos y tazas. de 13 cm.; de base convexa (Fig. 20) .

Los Cántaros_ Unos adoptan formas globulares, con pico y Los colores que han usado los artistas de esta fase son: ne­
asa-puente. de constitución doble y pesada, con estilizaciones in­ gro, blanco, rojo indio, violáceo, nogal, plomo, ocre amarillo.
cisas de seres del medio ambiente, pero con decoraciórr, sin ser Todos ellos de origen vegetal o mineral.
indelebles. En otros cántaros, en cambio, el trabajo es más re­
finado, de mayor perfección, de formas globulares; de dos picos 2) Arquitectura de las Tumbas.
verticales o divergentes, con asa-puente; la arcilla empleada es
fina, pulida y bruñida, y decornda a pincel; de varios colores, Precisa hacer un análisis arqueológico de reconstrucción bis­
cuya gama avanza hasta diez tonalidades; se estilizan los seres tórica de las tumbas o mausoleos, en cuanto se refiere a su ar­
de la fauna y flora regionales; el tamaño oscila de 16 a 17 cm. de quitectura, por ser ellos el continente de los objetos de arte y de
alto. Los cántaros utililarios carecerr de toda ornamentación. los restos antTopológicos. Conviene, entonces, estudiar los si­
Este caso de ceramios ordinarios, toscos y pesados no podría ha­ guientes materiales de construcción: la piedra, la madera y el
eel" funcional' la clasificación de algunos ru'queólogos que basan adobe.
su teoría sólo en las manifestaciones d~ los estilo!:); pru"a ellos, En las exploraciones que se han ejecutado a lo largo de di­
estos ceraIDlOS ocupru-ian una etapa más primitiva; siendo así ferentes años, para ser más preciso desde el año de 1901 hasta
HORIZONTE FLOR EOIENTE
141
140 ALBERTO ROSSEL CASTRO
superior más ancha y otra inferior a ngosta. Un tipo de esta
t umba Se descubrió en Okukaj e, cuandú, en 1956, don Pablo 801­
di, aprovechando de su estadía en Olmkaje, en compañía del hua­
quero don P ompeyo Maldonado, en el sitio de Paraya encorrtró
por primera vez, objetos de cerámica de la fase Pre-Naska con
decoración inCISa, los cuales forma parte de la CoLección "Pablo
1
Soldi". La tumba de donde se exhumó, se divide en dos partes :
una cámara superior y otr a inferior. La primera, la más ancha.
de f orma cúbica, forrada los contornos laterales con lienzos de

U· carrizos ; rellenada de arena sin techo, con poste de huarango al


centro, que sobresale a flor de tierra, de cuyo hito los huaquer os
se han guiado en todo tiempo, para ~j ecutar Slffi excavaciones
clandestinas. La segunda cámara con techo de huarango, menos
\ . 1 ancha que la primera, sin paredes, por estar con stituida de arci­
~ lla estratificada, pero cubierta de torta de barro, en cuyo inte­
6 ríor, encontráronse cuatro ce ramios : dos cántaros rituales de
estilo inciso, y dos platos con pintura negativa. El cadáver de­

Fig. 20 Morfología, Tipos: 1 Olla. 2 Cántaro. 3 Vaso. 4 Taza.


5 Plato.
1968 (Véase el Cap. IV). se han descubierto ciertos tipos de pie­ .2
1
dras, maderas y adobes empleados en la edificación de las tum­
bas que pertenecen a las civilizaciones Parakas y Naska.
DentI·o de las primeras fases de la civilización Parakas, apa~
recen las t umbas hechas de piedras deformes sin pulir ; pero, en
las fases Cavernas, Necrópolis, Pr~Nal:!ka, Clásico Naska y Sub­
Naska, se descubren las siguientes formas de tipos de adobes:

a) Adobes en forma ovoide irregular; -a!t .l2P.JL4Ja-. ~ ,6 4


b} Adobes en forma de diente mQlarj 3
c) Adobes en forma de diente <.anino;
d) Adobes en forma de media Juna;
e} Ronos de maiz y lienzos de caña (Fig. 21) .

De todos los tipos de materiales ya señalados, el adobe pare­


ce ser, con mayor probabilidad, el más antiguo. Fig. 21 Morfología de Adobes 1 Tipo ovQide irrlgular. 2. Tipo
Diente Canino. 3. Tipo media tuna. 4. Tipo Dien te MOlaL
En cuanto la estruct ura de las tumbas, en la fase Pre-Nas­ 5. Tipo Rollo de maíz.
ka. sigue existiendo aún t umbas de dos pisos o cámaras: una
143

-
HORIZONTE J,'LOREOIENTE
142 ALBERTO n OSSEL OASTRO

"TU,,"'"
posit ado allí estuvo en completa descomposición ; las telas se ha­
bían car bonizado con el tiempo.
También existen tumbas de una oola cámara, cuyo tipo es el
más dominant e y generalizado ; abiertas debaj o de la arena a
una profundidad de 3 a 4 metros, por término medio ; de forma
elíptica o semicuadrangular de 2 a 3 metros de ancho por 1.50
m. de altura. Tiene paramentos later ales hechos de adobes en
forma de un diente canino o de forma de media luna, o simple­
mente, pedazos de barro en forma ovoide irregular y en cuya su­
per ficie apar ecen aún plasmados Jos dedos de los ant iguos sepuJ­
t ureros. Hay tumbas sin paramentos de adobes, abiertas eIr sue­
lo de arcilla estratificada, cuyos lados están est ucados con barro
y los techos constituyen vigas de huarango que descansan hori­
zontalmente sobre los paramentos; y algunas de las vigas de los
extremos están exprofesamente quemados, con el fin, quizás, de
evitar la putrefacción. Sobre las vigas, cubren boj as de pa.cay y
tOl·tas de barro. La mayor parte de las tumbas de esta fase co­
mO de las otras subsiguientes, llevan hitos a flor de tierra, de Tres tipos de lumbas: 7'Tancru, con adobes en fonna de
Fig. 22
adobes cónicos o bien de palos labrados de huarango. Las carac­ dientes molares; Thnga. oon adobes difonne5: Kowochi.
teristicas de estas tumbas son, entre si, idénticas en las tres fa­ con adobes de dientes caainos.
ses: Pre-Naska, Clásico Naska y Sub-Naska, aunque con lige­
ras variaciones en la primera etapa de P.re-Naska donde las tum­
bas se presentan superpuestas.
He aquí, las caracteristicas estructurales de tres tumbas
extraídas de los cementerios de Tunga con adobes deformes; de
Trancas con adobes de forma de dietItes mo1ares; de Kawachi
con adobes al parecer de dientes caninos (Fig. 22). Estas t res
representaciones típicas indican una tendencia hacia la supervi­
vencia del ser humano después de muerto.
El hecho de sacrificar niños como ofrendas a la muerte de
los jefes de la comunidad o tribus, está indicando una costumbr e
en la civilizaci6n Naska hasta hoy desl!onocida.
El caso de cortar la cabeza del düunt o para guardarla al
lado de la familia o clan, y tenerla CúlllO una reliquia o trofeo,
es otra costumbre típica que no se puede ocultar.
F'ig. 23 Dos ceramiO$ de la fue Pre- Naskl con deconación incisa
b) Casos de Comprobación.- Encont ramos : en los que se eslilinn do5 JahlJm:es.
145
144 ALBERTO ROSSEL CASTRO HORlZONTE Jo'LORECTENTE

1) Ceramios con incisiones de felinos. Son dos ceramios


con decoración incisa que proceden del cementerio de la Peña en
Okukaje, y pertenecen a la colección particular del señor Aldo
Rubini, sito en la casa-hacienda del mismo lugar.
Uno de ellos es de forma t ubular escultórica que pr esenta
una rotura en uno de sus extremos inferiores. Es algo arqueado
que imita, en su forma, a la figura de un gusano de boca elípti­
ca (propia de los peces) y mostachos del jaguar, cuyo simbolis­
mo supervive aún con mayor claridad y perfección en la fase
Clásico Naska. Sobre el lomo del gusano se levantan dos picos
t ubular es unidos con asa-puente.
El otr o, es un cánt aro con dos picos de 11 cm. de alto con
una abertura de 0.008 mjm, unidos con asa-puente de forma glo­
bular, que mide de diámetro 19.05 cm. por 15 cm. de alto, de fac­
tura doble sin sonido metálico. Sobre la superficie ventral se es­
tilizan a un felino dos veces, con patas dobles, or ejas en punta,
abo serpenteado y el cuerpo salpicado de varios puntos circula­
res (Fig. 23).
Precisa, además, presentar el área ventral del cántaro de
dos picos, donde se estilizan por dos veces a un jaguar, con el
propósito de ver el conjunto estilístico y abrir el camino, para la
búsqueda de su origen y significación. Los siete círculos con
puntos en el centro, y cada uno de ellos, están encerrados por sie­
te barras de color rojo. Los dos jaguares que tienen el lomo co­
lor rojo salpicado de círculos, de boca ancha, simulando colmi­
Fjg. 24 Un calco del área ventnl del cántaro NO 2 donde se gra­
llos; de orejas en punta, con rabo en cauda, a los que se unen 14 fjcan do$ jahu:ues con semllla5 y ~escados.
semillas con rayas rojas, y con peces qtre, al parecer, no pueden
ser meros dibujos puestos al azar. Este conj unto quizás sea un jas, por las continuas excavaciones realizadas allí, en un área de
fragmento de un códice que necesita una interpretación científ i­ cuatro metros cuadrados, una ve:z; desalojado el desmonte de are­
ca, y que, por eso, trato de representar los detalles, lo más fiel­ na. encontré a una profundidad de 60 cm. (1945), casi por ca­
mente, en el calco. Por lo pronto el jaguar, que se hace presente sualidad, una manka u olla grande de barro sin decoración que
en los ceramios de lea y Río Grande, se identifica con el de la conten1a restos humanos de un infante todo deshecho, sin cabe­
región andina de Ch~vín. Estos ce ramios es propiamente aquel za y las telas carbonizadas; la olla descansaba sobre una capa de
estilo que se ha denominado con mayor propiedad de "Epigonal torta compuesta de adobes cónicos ordenados en hileras, que al
Chavín" y que supervive aún, como un caso típico, en la E tapa romperla, después de un estrato de arena de 65 cm. de espesor,
Pl'e-N aska (Fig. 24). apareció una barbacoa enlucida de barro y sostenida con palos
de hual'rurgo, cuyos extremos estaban carbonizados exprofesa­
2) Una Manka con un Cadáver lIumano. En un cemente­ mente. Roto este techo, se presentó la tumba rellenada de arena
rio al Nor te del cerro de Kawachi parecido a un panal de ave-
147
146 ALBERT O RO SSEL CASTRO HO RIZONTE ~'LOBECIEN'rE

que medía 1. 60 por 1. 80 m. de lado y 1. 50 m. de alto, sin pare­ 4) Proceso de Gestación del Ají. El cántaro que mueve a
des la tera les pero enlucido con torta el talud int erior . No encon­ motivación, es de t ipo rit ual, extTaído del cementer io de Las Ca­
tré ningún obj eto funerario porque anteladamente los h ua queros ñas, en la zona Soisongo (1946) , forma part e de la Colección A.
habían per forado por uno de los ángulos de la misma tumba y Rossel Castro, tiene forma globular; de dos picos cilíndricos di­
habl·íarr extraído su contenido. vergent es, de 5 cm. de alto cada uno y con asa-puent e. Mid e 16
CID. de diámetro. Los dibujos se delinean sobr e un fondo blan­
3) Un Cadáver sin Cabeza. En la quebrada de Naska, en­ co; se cuentan seis colores: negro, nogal, amar illo, ocre, naran­
t re Soisougo y Llapana, se conoce el sitio de " Las Cañas" donde ja y r ojo indio. En este ejemplar, se registra un ser como divi­
se posiciona un cementerio prehispánico t ot almente pr ofanado, nidad central de la agricultura que se ident ifica con el ají. E n
situado a extramuros de los terr enos de cultivo, descubrí (1946) el fondo, este ser es un verdadero gato marino, cuyo CUeI'"P0 es­
sólo a 20 cm. de promundidad, un techo o barbacoa de palos de tá salpicado por una ornamentación fitomórfica, sobre la super­
huar ango, cubiert o de h ojas de pacay y t orta de barro. Quitado ficie ventral, apreciánse los diferentes cambios que sufre el ají
este maderamen, se preserrtó la tumba cubier ta de arena, de for­ en su proceso de gestación cuando se si.embra en el campo; vale
ma semi-circular, de 2 m., con paredes de adobes adontiformes, decir, desde la semilla, las ramas, las hojas, las flores hasta el
con un cadáver en posición sentado, envuelto con una gruesa te­ fruto en baya (Fig. 25).
la de algodón color gris, sin cabeza, en completa descomposición,
orienta do hacia el Oeste y t eniendo a su lado tres ceramios: un
plato, un vaso y un cántaro, con decoración policromada.
E st e caso no es un hecho aislado, existen ot1"OS similares en
distintos cementerios de la región de Naska, lo que demuestra
que la Civilización Naska. tenía la costumbre de cort ar la cabeza
de sus difuntos cuando quizás éstos pertenecían a una familia
de rango. La cabeza de cada difunto se guardaría en la casa co­
mo una reliquia sagrada. Por eso, quizás, se trepanaba por el Fig. 2S Un cánta·

centro del fron tal. abriendo un orificio circular, por donde se en­ 10 policro­

gastaba una pita torcida de algodón o de lana que servía de asa mado de

para el transporte, o colgarla de ella en un sitio preferencial. forma glo­

bulal. de

L os elementos culturales extraídos de tumbas de una sola dos picos;


un gato

cámar a, que pert enecen a la fase Pre-Naska, est án los ceramios matino

decorados con pintura de tono oscuro y f uer te. El artista casi que se une

siempre reproduce objetos del medio ambiente sin observar la con el ají

perspectiva; aun cuando los dibujos se delinean de izquierda a en su pro­

ceSO de

derecha. Sin embargo, sobresale la habilidad del pintor que cuan­ gestación .

do t oma el pincE'l es seguro y enérgico al reproducir las plantas Colección


o animales ; todavia más, se empeña de reproducir fielmente el A. Ronel

Castro.

proceso de evolución de ciertas plantas o animales, tal vez con


fines de enseñanza. Un mnstélído casi siempre es el ser central
como una divinidad creadora que se idE:ntifica principalmente en
la vida doméstica, agrícola y religiosa.
A LBl!!B.T O ROSSEL CASTRO

El animal estilizado al nat ural, con s us colores au ténticos


HORIZONTE F LOR ECIENTE 149
e cuatro pat as ; boca elíptica, y mandíbula sin dent adura; vos, renacua jos, hast a la edad madura. Los dibujos se delÍl"enn
Iblgua colgant e ; oj os semirredondos ubicados en el mismo nivel ; sobre un fondo negro y se cuentan siet e color es: gris plom
ostachos oblicuos ; dos arcos superoculares que ocupan toda la amarillo ocre ; rojo indio ; rojo claro; blanco, negro; vjol á.ceo
gión frontal ; el mismo dorso lo t iene algo encorvado juntamen­ (Fig. 27) .
con la cola plegada hacia la espalda; las orejas son arqueadas,
cortas, un poco escondidas (Fig. 26).

F¡g. 26 Cnlco riel gato marino en colorea. Es un fragmento de un


códice e!lc.ripturano.

5) DesarroUo de la Familia de Jos Crustáceos. La oUa que


sirve de muest rario en esta fase, se extrajo de una tumba del
ementerio de Tunga (1945), Y ella forma parte de la Colección
A. Rossel Castro. E s de forma ovoidaI, casi elíptica por su lado Fig. 27 Una olla de fOlma OVOldal, decorada todo su el¡pACIO,
ventral, que se aparece a una bolsa de coca con su cuello cerrado donde se estiliza el proceso de lA familla de 105 crustáceos.
en abanico; mide de alto 12 cm. El pintor no ha dejado ningún Colección A. Rossel Castro.
espacio en claro; toda la superficie ventral y la base están dibu­ A fin de poder apreciar el conj unto de las estilizaciones he
j ados; por eso, tal vez, se estilizan dos veces el gato marino (N u­ procurado sacar el calco de los düerentes motivos que exornarr a
ia) con adornos picüormes dentados. Esta escena representa dicho objeto (Fig. 28).
el desarrollo de la familia de los artrópodos. Es nn diseño obJe­
t ivo de] proceso biológico de llIl' crust áceo decápodo de río que uti­ 2.2. E tapa Clásico Naska.
lizaría un docente pre-histórico con fines de enseñanza; o quizás,
sea urr códice con signos ideográficos de escritura antigua. En Los arqueólogos Gayton y Kroeber clasificaron a esta fase
él se r egisb'an claramente las fas es de desarrollo, desde los hue- en: Naska B como tipo posterior al Naaka Á. El doctor Tallo
a esta etapa la denominó de Pre-Naska o Chanka de origen An­
161
160 A L8 ERTO R OSSEL CASTRO HORIZO~E F LORECI ENTE

runo, que migró a la Costa muchos siglos atrás y que ella vien e
a ser la genu ina representante de las primeras colonias andinas
establecidas eIt el Litoral del Pacífico de Río Grande. Los ar­
queólogos americanistas, entr e ellos Dawson, la nombran como
Naska Medio (Midle) o Nas ka 1, Naska 2, Naska 3, hasta 9.
La clasificación de Pre-Naska o Chanka de origen Andino
que irradió a la Costa muchos siglos antes, defendida por el doc­
t or Tello, es bast ante incierta que conlleva una serie de confu­
siones en el proceso del arte. Por eso, tant o en la zona Andina
como en la Hoya Amazónica, no se han registrado los anteceden­
t es de la F ase Pre-Naska de Tello, muy apesar de repetidas ex­
ploraciones científicas que se han re-a lizado en est.os últimos
tiempos. -8.
Las divisiones numerales o algebraicas de Naska 1, 2, 3, 4,
etc., o Naska Y1, Y2, basadas en la evolución de los est ilos qu e
propugnan los arqueólogos norteamericanos, son, también, mu­ I
"'g~
'0
....

cho más imprecisas aunque no erradas; son estudios parciales ~o


limitados a lID aspecLo del arte que no involucra 10 general. Ellas 'a ol
:1 o
están desligadas de otros aspectos más- importantes de la diná­
mica del hombre. Posiblemente esta clasificación numeral de eti­ .~l

queta, puede servir como uno de los elementos de ayuda para el e'S
estudio de la Hist oria del Arte Pre-Hispánico en el Perú. Pero, -ª .9
usar esta clasificación en materia de enseñanza y aprendizaje no -8
tendría aplicación porque carece de objet ividad. Vaya un ejem­
plo: Estilo Naslm B carece de obj eto. Donde no existe objeto
no puede haber percepción. En cambio, cuando se dice: Es tilo
Naska Antropo2;oide (Antropo-hombrc; ZooIt-animal; eidos-for­
!TIa), se está indicando objetivamente que la Civilización Naska,
en un a f ase de s u estilo, se une el hon-.bre con un ser en forma
de animal.
Por t anto, la denominación de Clásico Naska es lo típico; es
lo import ant e. E l adj etivo Clásico es el más expresivo, global y
filosófico, por que se refiere al desarrollo complet o de los valores
humanos ; involucra la meta alcanzada -por la dinámica del hom­
bre en el campo socio-económico, socio-político y socio-religioso.
as etapas o fases se entrelazan unas y otras con su E SP¡'lcio
Histórico.
La et apa Clásico N aska hereda de su antecesor Pre-N asku
163
152 ALBERTO ROSSEL CASTRO HORIZONTE FLORECIENTE

el arquetipo o el simbólico animal marino (Nutria) , o, en algu­ c) Los palos funerarios constituyen los postes de hllal"a n­
nos casos, del felino Andino (Puma), para unirse con el hombre go, en número de cuatro, que se levantan perpendicularmente
y formar juntos una sola unidad central, de la cual se origina un hasta dos metros y termina en horqueta en su extremo superior,
estilo característico que se denominaría con mayor propiedad de y se ubican uno en cada ángulo del mismo perímetro rectangu­
Antropozoide. Esta figura simbólica j uega un papel importante lar. Es de suponer que estos palos se utilizarían unas veces pa­
en esta fase; ella es la más extensa geográficamente que la de ra suspender de las horquetas el cadáver humano y someterlo a
Pre-Naska, porque se descubr e desde Pisco hasta r ío de Majes, UD proceso de momificación ; en otras ocasiones, servirían para
en Camaná; y, sigue, aguas arriba, por Chuquibamba hasta la una ramada. •
Hoya del Pampas, en el Apurímac. Es decir, por los centros ocu­ d) El talud intermedio es un cubo sin paredes laterales, de
ados por las civilizaciones prehistóricas de los Chanka, Rukana cuatro metros de lado por nueve de profundidad, el que había si­
y Soras, y COD' fuertes influencias en las otras civilizaciones por do rellenado de al'ena, ripio y fragmentos de cerámica de la fase
el Norte de Pachakamak, Ancón, Nieveria, Pasamayo y Pacas­ Pre-Naska y Clásico. En el centro del mismo espacio habíase
mayo. edillcado una pirámide truncada, hecha de adobes cónicos. t al
vez con alguna fin'8.lidad de rito funerario.
a) Elementos CulturaJes. Comprende: 1) Arquitectura de
las tumbas ; 2) Cerárruca; su morfología y decoración. e) La Cámara Sepulcral se posiCIOna a los 9 metros de pro­
fundidad, construida de adobes cónicos sobre un terreno aluvió­
1) Arquitectura de las tumbas. La cerámica está unida nico; consta de un techo enmaderado con palos de huarango. re­
a la arqu itectma de las tumbas; aunque las tumbas son bast an­ cubierto de torta. Aquí, según me aseguró Maldonado, no hubo
te par ecidas a las de la fase Pre-Naska. No obstante, hay otras restos antropológicos en buenas condiciones, sólo pequeños frag­
con ligeras variantes de suma importancia, ClLando adquieren ca­ mentos de huesos humanos que evidenciaban su existencia.
racteres de un verdadero mausoleo, el cual siempre se dedica al f) El Hipogeo es un sepulcro subterráneo socavado al cos­
entierro de fam ilias distinguidas de alto rango social. Tal como tado de la cámara sepulcral, en un terreno de arcilla estratifica­
puede comprobarse en la descripción del siguiente mausoleo, ba­ da, en el cual se encontró varios objetos de alfareria; vale decir ,
sada en la declaración hecha "in situ" por don Pompeyo Maldo­ cerámica de la fase Clásico Naska en tIpos de cántaros, ollas y
nado que había explorado el lugar de la Muña en 1923. vasos, tazas de oro con grabaciones, Estos artefactos fueron
El Mausoleo de la Muña. Me constituí a este cementerio en ,'endidos a don Antonio Elías, residente en la ciudad de Naska.
el verano de 1947. Está situado en los repliegues de los cerros Los herederos de él, sus hijos Manuel y José, con quienes me
sobre una quebrada honda y estrecha llena de cascajos, a orillas entrevisté, no tenian en su poder dichos objetos que servirían de
de Río Grande y al S.O. de Palpa, aguas abajo, del puente de mucho para completar este estudio (Fig. 29).
Comunidad. Los restos que existen aún por suel'te, me permi­
tieron l"eConstruir en lo posible, los siguientes detalles: 2) La Cerámica: su morfología Y decoración. En la etapa
Clásico Naska, el artista nasquense se empeña en representar es­
a) El paramento superior es una pared cuadrangular de tilizaciones sobre la superficie de los ceramios, cual si fuera un
5 m. de lado que circunda el Mausoleo y mide el muro 88 cm. de papel para. grabar las letras y con ellas reflejar la dinámica del
ancho por un metro de alto, fabricado con adobes adontiformes estilo dominante que se debe denominar (repito otra vez), con
que se engastan con argamasa, unos en sentido vertical y otros mayor propiedad, estilo antropozoide, por la unión del hombre
en dirección hOrIzontal. con el animal marino. Los detalles de este estilo están adorna­
dos de ganchos o tentáculos de los gastrozoides que pertenecen a
b) La puerta de entrada se abre por el lado Norte con es ­ la clase de los Hidrozoos; de boca elíptica, de cavidad gastrovas­
calinata de adobes que conduce hacia el interior.
164 ALBERTO HOSSEL CA!3'rRO aOR IZO ¡¡'LORECI1!:NTE 155
CORTI: VER TI CAL
vasos, sin embargo, de form a mucho mas abierta en su parte la­
ID ESCALIRATA
bial y menos angosLa en su base, casi similar a las copas del si­
PARID DI ADOef.
MLO
glo XX, decorados con mot ivos g uerreros y con ganchos y cabe­
zas trofeos.
Algunas ollas o Mankas destinadas a la vida doméstica no
P""" rRuRcaoA j;. l .' , : : : " " ] Vd'8~A I
tienen decoración; por eso, las bases están con una pasta de
hollín. Otras ollas han servido de depósitos o urnas funerarias,
TALUD-- ':'_~""'I
de forma ovoidal con orejas laterales en la parte venb'al, para
t'" " '" . "".'PO CAIIIARA
facilitar su manejo.
arRAro
Las tazas tienen formas ovojdales con labios expandidos.
y R IPIO ' .'
Los platos obtienen formas extendidas con base convexa y
~/j:~<:i',~JSS ,e, *tUi!.. ,-~~:.~;..~~~~... ::;:::~J, lleNO 1)1; MUA. . . .O con dibu jos en su parte interior.

""',i. "; ::';F-,E~. ~~: ~ '." -~"t, ".,' "",ono b) Casos de Comprobación. La CIvilización Naska en esta
fase de su desarrollo ha dejadO restos valiosísimos para su com­
probación. Entre ellos tenemos los sistemas hidráulicos subte­
rráneos de Irngación en las quebradas de Naska. Aja y Tierras
Fig. 29
Blancas; en PajonaJ Alto, Kopara, Las Trancas, muchos de ellos,
están en actual ejercicIO. Los conocimientos astronómicos regis­
trados en ]¿IS lineas y rayas geométricas sobn las pampas desér­
ticas de l{awachi. Sokos, Ingemo (Bogotaya), LHpata y Pinchan­
cular con tentáculos. Además, este estilo animal marino, en el go (Palpa ). Los sistemas de planificación agraria encontrados
proceso de reproducción, se ramifica en colonias de poliformismo. también ell las pampas de Sokos. El dominio del arte musical,
Los ceramios de esta fase, en su decoración, presentan cabezas cuyas notas están grabadas en cada tubo de las an Laras o flau ­
trofeos, decapitaciones de seres humanos, ejecutados por gene. tas de arcilla. De todo ello me ocuparé más adelante, en capítulos
rales o régulos, que están a taviados de cascos y adornos de especiales. Las obr~s de textileria son escasas en esta fase, al­
tentáculos de la familia de los gastrozoides. gunas por su delicadeza no han resistido a la humedad. y, ju rr­
tamente, con los cadáveres se han destruido por completo. Ape­
a cerámica se clasifica por tipos: Cántaro, Olla, Vaso y sar de lo ('nal, se conservan telas de esta etapa en los museos na­
Taza. Los cántaros adquieren formas lenticulares con picos ex­ cionales En cambio, lelS tu mbas y la ceramica. por su misma na­
pandidos en sentido divergente; asa-puente arqueada; tentáculos turaleza, ~on las que más han perdurado. Entonces, éstas servi­
y cabezas trofeos. Nótese también cántaros de forma ovoidaJ rán como una de las fuentes de prjmera mano para catalogar,
con un solo pico en dirección vertical y oblicuo; asa-puente que describIr, opinar y reconstruir el hecho h.istór ico ignQt'ado.
se engasta desde el extremo del pico hasta la parte media ven­
tral; dos picos verticales y asa-puente arqueado; decoración de 1) Un Cántaro con Escenas Guerreras. Es de arcilla fina,
figuras guerreras y tentáculos. pulida y bruñida; con dos picos divergentes tubulares que ter­
Los Vasos presentan for mas de un cáliz, angostos, anchos minan en punta; con asa-puente arqueado; de somdo metalico ;
y altos con base convexa y labios ligeramente expandidos. Hay de forma lenlicular; con decoración poliCl·omada. de escenas de la
AORIZONTE PLORECIEN'r 157
166 ALBERTO ROSSEL OASTRO
los cadáveres; unda a toda la figura, 28 cabezas t rot eos
vida g uerrera. El artista, en este cer amio, trat a de representar (Fig. 31).
las f acciones y semblanzas propias de los líderes o guerreros en
el campo de ba talla y hasta los det alles de s us vestidos Que lle­
vaban. Los colores p redominan tes son : rojo, plomo, r oj o indio,
ocre, ocre encendido, mOl'ado oscuro, blanco y negro. Los ocho
co lores es tán grabados a pincel antes de la cocción de un modo
indeleble. El pint or, a fin de hacer re3alt ar los colores con ma­
yor ex presión, utilizó el color negro para ribetear los contornos
de cada figur a. Mide de diámetro 23 ero. ; los picos divergentes ,
7 cm.; el asa-puent e, 14 ('m. de largo por 3 cm. de ancho; de 15
cm. de alto. F ue extl'aído por un huaquer o de los cementerios de
Tunga ; actllalmente f orma parte de la colección part icular de Jos
hermanos Picasso de lea, sito en la Hacienda de Vista Alegre
(Fig. 30).
A fin de ilustrar mejor los motivos guerreros, he procurado
hacer un calco del mismo objeto donde oe ve dos escenas guerre­
ras, compuestas de cuatro hombres o generales debidament e uni­
for mados de cascos, en forma de media luna, con adornos de lan­
zas y penachos; de manteos con motivos serpentiformes; "Un­
ku" de mangas cortas. pantalón corto como el de un atleta; ro­
diller as largas. Cada figura humana r efleja aptitudes y sem­
blanzas fieras y valient es, que empuña en sus manos, con bravu­
ra y satisfacción, la cabeza de su infeliz víctima; mientras. en In
ntra escena. aparecen destrozados y dispersos los miembros de

Fig. 3 1 Calco del cántaro de la Fig. 30 con e5C1m:U gueJTetall!


.. hombres uniformados de cucos, con 28 cabezas trofeos.

2) Un Vaso con Cabezas Serpentiformes Unidas a l Hom­


bre. Mide 19 cm. de alto por 12 cm. de diámetro labial, de f or­
ma cilíndrica (tipo ancho), de base convexa; procedeme de una
tumba del cementerio de Kawachi, lado Norte, Forma parte de
la Colección A. Rossel Castro. Con decoración de cinco colores
Fig. 30 Un cántaro con esceJUlS gueneras de rorma lendcular;
con dos picos; decoración policromada. Procede del ce­
sobre fondo blanco: rojo oscuro, negro, plomo, ocr e y blanco
menterio de: Tunga. Colección Picas$o Hllor. Hda. Vísta (Fig. 32),
Alegre - lea.
158 AL8ERTO R08SEL CAs-rH

Siguiendo el mismo método


de present ación objetiva, en
el calco se pueden ver los si­
guientes det alles: 27 cabezas
serpentiformes ; 11 cabezas
trofeos; 3 cabezas de un mus­
télido (Nutria) , unidas a los
miembros inferiores del hom­
bre, y de cada cabeza se des­
prerrden tentáculos con peque­
~
ños ganozoides o yemas de re­ ~
producción de plantas de mar
(Fig. 33) .

~

~
."

Hg. 32 e

.o ..
~.g
Vaso con cabezas serpentiformcs r
ciHndrico; decoración policromada. =~
Procede del cementerio de Kawachi. 8":::1
Colecci61t A. R088el ~e

t;

Las cabezas trofeos y las figuras serpentiformes que apa­ ~i


recen estilizadas a colores en todo el cuerpo del vaso, son idénti­ -8<->
cas a las telas bordadas y exhumadas de la fase Cavernas de Pa­
l'akas. EsLa identidad es una de las pruebas de filiación entre
a1
Naska y Parakas, que tantas veces va haciéndose presente en i'ª

cB
diferentes fases de su desarrollo. De esta representación gráfi­
ca surge una problemática que debe ser resuelta con alguna res­ a~
puesta de orden científico. Para el autor de este trabajo, los sig­
nos representativos que se vislumbran en los calcos no pueden ....
l"'l

ob
ser meros adornos puestos al azru' ni con fines netamente ritua­ ¡¡
les de orden funerario. Se hace presente aquí un nuevo proceso
de orden escripturario basado quizás en un sistema ideográfico
o simbólico que necesitaría un estudio más a fondo y muy apar­
te a este capít ulo.

2.3. Etapa Sub-Naska.

Esta fase fue denominada por Kroeber, basárrdose en el pro­


ceso de los estilos, Yl, Y2, Ya, siendo el estilo Yl el decadente.
160 AL9ERT O ROSSEL CA STR HORIZONT E F LORECI1i:IIITE
161

Aun cuando ya he mencionado a Dawson y Strong, a los qne se Las oDas adoptan formas globulares, de base t ambién con­
un en Rowe, Menzel y Rinddell, de la Universidad de Ca1if ornia vexa .
(Berkeley) que exploraron las áreas de lea y de la Hoya de Río Los vasos son similares a un cáliz, o, a veces, a porongos
Grande, en 1958, vuelvo a insistir que todos ellos clasifican a
con boca reducida y la base ligeramen t e deprimida.
Naska de Temprano, Medio y Tardío, siendo este último el deca­
dente ; o de Naska 1, 2, 3-4, 5, 6, perteneciendo 3-4 al estilo de­ Los pla tos de f ormas expandidas tienen la base convexa.
cadente.
Las tazas se caracterizan por sus f or mas tubulares, no muy
E sta clasif icación propuesta por los citados arqueólogos, con altas y están decoradas.
el debido respeto que mer ecen sus ideas, carece de obj etividad
o exótico, en estos enser es, se aprecia en las líneas en for­
y donde ésta no existe, no puede haber enseñanza ni compr en­
ma de discos, grecas y estilizaciones geométricas escalonadas.
sión. Err este libro trato de buscar esta objetividad, ya que uno
de los fines de la arqueología no sólo es recons truir el hecho his­ La unión de estos dos estilos ha sido denominado, algunas ve­
tórico, sino hacerlo llegar a las ment es de todo nivel h umano, ces, de estilo híbrido.

2) Arquitectura de las Tumbas. Los nuevos constructores

para dar luces a las gener aciones que vienen. Por eso, la he de­
nominado E tapa Sub-Naska ; la preposición latina Sub indica de tumbas para el entieno de los cadáveres humanos, usaron,

decadencia, estar debajo, y, quizás, con mayor precisión' inferio­ como era natural, los materiales de construcción existentes en el

ridad con relación al Clásico Naska. La linea descendente nace valle, ya sea de un modo t otal o parcial, dando origen marcada­
de la meseta de maduración a la que llegó, en su Horizonte de mente a dos tipos de tumbas:
esplendor o florecimiento, la Civilización Naska.. La decadencia a) Tumba de tarima inclinada; y
aparece cuando el Clásico Naska se mezcla con elementos cultu­ b) Tumba de paramentos de palos en punta.
rales que pertenecen a civilizaciones andinas. Se pierde, enton­ a) La Tumba de tarima inclinada, const a: a) de una pa­
ces. lo típico, lo clásico de la Civilización Naska, para dar paso a red rectangular hecha de adobes cónicos que circunda todos los
lo exótico, a la fuerza dominante que llega, con mayor probabi­ lados laterales de la tumba; b) de una cámara sepulcral. de for­
lidad, del Centro lnterandino. ma tubular, abierta debajo de la arena; cuando el talud es de
arcilla estratificada 110 l1E'va adobes; mas, si éste es de t ierra de­
Las evidencias que prueban esta decadencia, se registran en lesnable, entonces, se utiliza adobes c6nieos; e) de un techo de
los objetos de madera, telas, cerá.mica y piedras talladas. palos de huarango puestos oblicual"Jente de la base hacia un cos­
a) Elemen tos Culturales. Comprende: 1) La cerámica: tado superior de la cámara, y cubierto de una capa de tort a; y
su morfología y decoración; 2) La Arquitectura de las Tumbas. d) de un Hipogeo destinado propiamente para el depósito del
cadáver humano y de los ajuares funerarios.
1) La cerámica: su morfología y decoración. Los restos
alfareros tienen' fonnas geométricas y pictóricas, dedicados unos Tipos de esta clase de tumbas, constat é, por suerte, en los
para usos f unerarios y otros para la \ida. doméstica. En cuanto cementerios de Tunga en 1945 (Fig. 34).
a s u decoración, resalla la policronúa. Los t ipos representan b) Tumba de paramentos de palos en punta, se compone :
ollas, vasos y tazas. Todos ellos son un poco más altos que su a) de una pared rectangular que rodea superficialmente; mide,
antecesor inmediato: Clásico Naska. por término medio, 9 m. de lado por 70 cm. de espesor y por 80
cm. de alto; b) de cámara sepulcral de 1 .50 m, de alto por 1.20
Los cántaros presentan formas lenticuJat'es. con un pico y
m. de diámetro, con paramentos de palos de huarango puestos
asa-puente que descansa sobre urra cabeza escultórica, de base
convexa. verticalmente Y rellenados los intersticios con piedras pequeñas
llnidas con argamasa, destinada al depósito de los cadáveres; Y
162 ALBERTO ROSSEL CASTR' 163
UORIZONTE jo-LORECIENTE

o
A. ANCIlLA ISTIIATI"CAJlA
l . AUN. SUlLTA.
~ APOII. CONICO'.
" "t~O'IO .
11. 11""'''''11111
~. 'UII) IIICT".'ULAII

~LAMO HOIIIlOIITAL
1. _ ARENA
2- ARCILLA ESTRATIFICADA
Flg. 34 Corte vertical y horizontal. de una twnba de laTima inclt­ 3 .• PALOS EN PUNTA
nada. de forma tubular con paredrectanguJar. Olmenteno 4._PARED RECTANGULAR
de Tunga. DE ADOBES .
t') de Tc('ho enmaóerado con palos de huarango y empastado por
encima con torta de barro. Esta clase de tumbas constaté en los
cementerios de Las Trancas (Kopara). (Fig. 35).
b) Casos de Comprobación. Conviene ahora presentar los Fig. 35 Corte vertical y horizontal de una tumba de Palos de
hechos de confirmación, a fin de esclarecer el problema plantea­ punta, de forma tubular, tomada del cementerio de Las
do. BástaIne citar y analizar 3 ejemplos típicos: a) Un cántaro Trancas.
y un vaso con motivos ex6ticos y b) Un vaso de piedra de estilo ferenLes: uno, el genuino representante de la fase Clásico N as­
híbrido. ka que aún persiste, y que se caracteriza por los ganchos o ten­
táculos con cavidad gastro-vascular; y, el otro, es el Epigonal
1) Un cántaro y un vaso con motivos exóticos. El Cárrtaro
que sirve de ejemplo tiene forma lenticular; de un solo pico ver­ Tiawanako, que se distingue por los dibujos escalonados. El ce­
tical cilíndrico de 7 cm., con asa"puente que descansa sobre la su­ ramio procede deJ cementerio de Tunga (Fig. 36).
pedicie ventral; mide de altura 14 cm. por 21 cm. de diámetro; El Vaso que se utiliza de muestrario, es caliciforme; mide
pintado a pincel en cuatro colores; rojo claro, rojo indio, negro, 22 cm. de alto; exhumóse del cementeno de Tunga; el vaso tiene
blanco y ocre. Los motivos están alirreados, en una mitad del figuras escalonadas en grecas formando ángulos alrededor del la­
área superventral, sobre un fondo blanco. Vense dos estilos di- do labial; este es el mismo estilo conocido de Epigonal Tiawana­
164 ALBERTO RoSSEL CASTRO
ROIUZO~E ~'LORECIENTE 65

cuando, en 1928, el COIl'O<lido y antiguo huaquero E Jiceo Galindo,


negociaba por las calles de Lima con otras vajillas de valor. E l
vaso de piedra tiene forma cilíndrica, con base ligeramente con­
vexa deprimida, boca circular, pulida la superficie exterior, don­
de se estilizan a un felino o mustélido en dos posiciones incisas
repetidas, con grecas escalonadas en la parte inferior. Por la
forma del vaso de piedra se identifica con los vasos calicifor­
mes de la Fase Sub-Nsska o decadente. Además, en este objeto
se registran dOi estilos diferentes: a) Uno está representado
por el estilo tradicional y típico, en la figura de un mustélido
que se une con el hombre, formando un cuerpo dentellado ser­
pentiforme que sostierre en sus manos una cabeza trofeo y ter­
mina en una figura cefálica con ojos redondos y boca elíptica,

Fig. 36 Cánlaro lenticular con l1D pico, asa-puente


ventrlll. decoración policlOlTUldll y de do:.
esnlos: Clásico Naska y Epigonal Tiawanako.

ko; los tentáculos o ganchos con gastro-vascular que se multipli­


can en colonias, soJ! los representantes del estilo Clásico Naska
(Fig. 37).
Estos objetos de alfarería proceden del cementerio de Tun­ Fig.. 37 Vaso calict­
fonne¡ deco­
ga, y forman parte de la colección del Museo Municipal de Nas­ ración poli·­
ka, desde la fecha que fueron decomisados a un huaquero en el cromada. Dos
sitio de Corralones el año de 1946, zona de Tunga. Estuve pre­ estflos: Clásl·
sente en este decomiso que lo hizo el señor Sub-Prefecto de la co Naska y
Epigonal lia·
P r ovincia de Naska, en compañía del Jefe de Línea; se incauta­ wan!lko. Pro­
ron 400 piezas de alfarería, casi en su mayoría, pertenecientes a cede del ce­
la Civilización N aska. menterio de
Tunga Museo
Municipal de

2) Un vaso de piedra de estilo hibrido. El doctor Jubo C. Naska.

Tello publicó un interesante estudio titulado "Vaso de piedra de


Naska". subrayando como los primeros indicios en Naska, de la
"Cultura Megalítica", semejante a la de Chavín. Este vaso fue
adquJrido por compra para el Museo de Antropología de Lima,
166 ALBERTO ROSSEL CASTRO

cuyos miembr os inferiores se unen j unto a la cabeza del musté­


lido que tiene su cola encorvada hacia arriba i y, b) Otro, es pro­
piamente el estilo exótico o hfbrido que se caracteriza por los di­
bujos incisos en grecas y figuras escalonadas. Este es el estilo
que aparece casi siempre en la fase Epigonal Tiawanako (Fig.
38 ). (1) .
Desde luego, el Vaso de Piedra, rro es tan antiguo como se .
ha querido ubicarlo. El dominio de la piedra es patrimonio de
civilizaciones avanzadas. Nunca ella es indicio de antigüedad.
En todas las et apas de despliegues de los valor es humanos~ ]a
piedra ha formado part e casi siempre en todos los elementos CAPITULO IX
culturales. Las Civilizaciones de Naska y Parakas, en cuanto se
r efiere a su cronología, usaroD' el oro antes que el cobre ; la ma­ HORIZONTE FLORECIENTE

dera y la alfarer ía antes que la piedra. GALERlAS FILTRANTES DE LA HOY A DE RJO GRANDE

DE NASKA

1. Ant~edentee hiBtóricos.
2. Ubicación de las galeriag.
3. Arquitectura de las galerlas.
4. Limpieza de las galerias.
5. Edad de 18s galerias.
6. Análisis de las galerías.

l . Antecedentes históricos.
Los cronistas de la Colonia no mencionan a estas galerías.
Su divuJgación se inicia en la época de la República en comenta­
rios periodísticos y revislas, tanto nacionales como extranjeros.
Un estudio parcial y Lécrrico lo hizo el señor Ing. Francisco Gon­
Fig. 38 Vaso de piedra, ronna zález García en un informe al Ministerio de Fomento el año de
cilíndrica. con Incis!o­ 1934 (1). En este mismo año, el Ing. Alberto Rega! presentó
Des de felinOll; de grecas otro estudio sin abarcar más allá de lo conocido (2). Poco des­
escalonad.:l:s de la fue
Epigonal Tiawanako.
pués, en 1942-1943, el autor de esta obra publicó un ensayo con­
Museo de Al/tropología creto sobre la mayoría de las galerías filtrantes de N aska, como
de I.inll1 fruto de las experiencias recogidas en el campo de los hechos con

tll Gonzále~ Garctl.l, Francisco. - Los acueductos Incaicos de Nasca;


RC1'. del Minis terio de Fom~mto . Seco de Aguas e Irrigaci6n ; Vol. TI;
año 1934. Lima.
(2) Regal, Alberto. -- Ac:ueductos Precolombinos de Nasca - Ret'. Uni­
(1) Tell0, Julio C. - Vaso de Piedra de Naska. Revist a CJzaski - Vol versitaria, CatólICa de Lima; T. Xl; MO 1934.
l, N" 1, p. 29 - año 1940 - Lima-Perú. '
168
AL BERTO ROSSEL CASTRO GALERIAS FILTRANTES DE LA HOYA DE RlO GRANDE 169
ocasión de tener s u residencia en la misma ciudad, la que se pro­ la superficie del suelo, que cruZaD, asombrosamente, lomas, ce­
longó por más de ocho años consecutivo~ (3). rros y quebradas, y que sirven aún a muchas comunidades de la
Ahor a, tócame incluir los demás estudios complementarios Sierra y de la Costa en el riego de sus tierras. Las galerías fil­
de investigación sobre esta materia y precisar en qué Horizonte trantes, son, pues, patrimonios únicamente de la Civilización
o en qué F ase se ubican estas obras hidráulicas de la Hoya de Naska. De ahi, nace su imnensa importancia en las obras de irri­
Río Grande de Naska. Los comentaristas de las galerías fil traD­ gación de carácter prehistórico.
tes de Naska no han señalado a qué civilización pertenecen.
Simplemente las hall' denominado: "Aeuedudos Incaicos de Nas­ 2. Ubicación de las galerías filtrantes.
ca"; "Acueductos Precolombinos de Nasca"; éstas y otras deno­
minaciones con las que se han publicado, son imprecisas que in­ Ubícanse en las siguientes quebradas; Naska, Taruga, Ko­
ducen a la incomprensión. para o Trancas.
Las obras hidráulica.q de Naska no son simplemente acne~ En la quebrada de Naska, se posicionan las galerías de: Or­
ductos o acequias de abastecimiento de agua. sino galerías, por kona, Vijuna, Uchuya, Tejeje, Cerco, Kantayo, Wachuka, con
decir lo menos, vías subterráneas con ventilación, que reciben las dos ramales; Visambra, con dos ramales; La Gobernadora; Aj a,
filtraciones de las corrientes de agua que bajan por el subsuelo con dos ramales; Kurve; Arrglia; Kayanal; Pangarav1 con dos
de la región andina. Tradicionalmente, los moradores de Naska ramales; Okongalla, Conventillo, Agua Santa, Soisonguito, Soi­
han conservado el típico nombre de CCpukyo" que significa: fuen­ songo Grande.
te, manantial, filtración, el cual estru'ía conforme a esta apre­ En la Quebrada de Kopara, se descubren siete galerías.
ciación. Las aguas se almacenan en un reservorío que también
denominan ClKocha"-lagull'a, y a .los respiraderos: ojos que, en En la zona de Taruga persisten: tres galerías.
forma vel'tical, se abren de trecho en trecho, a lo largo de las
galerías. Además de las nombradas, existen otras sepultadas por el
tiempo, de las cuales se ignoran el punto de origen y el rumbo
Estas obras de ingenieriaque se cruzan y se entrelazan en
que llevan. Sólo la humedaC¡ o el aniego de ciertas áreas agríco­
distintas direcciones. aun por debajo de los lechos de los ríos;
las, o la formación espontánea de árboles verdosos posicionados
ue exhiben un alto tecnicismo hidráulico en su consisterrcia en un mismo sentido por ambos flancos, presentando el aspecto
asísmica y en su corte a la superficie de capa acuífera, son ma­ de grandes avenidas, permiten comprobar 8U indiscutible pre­
ravillas del hombl'e prehistórico que pertenecen al Horizonte Flo­ sencia, en espera paciente de la mano del hombre para ser pues­
reciente en su fase o etapa Clásico Naska, cuya afirmación fun­ tas al servicio de la agricultura del valle. No escatimo en sumi­
damentaré más adelante.
nistrar el derrotero de algunas galerías perdidas, entre ellas: la
Además, estas obras hidráulicas de tipo galerías. no se re­ de LLAPANA, ubicada en la parte superior del fundo de este
gistran en las diferentes civilizaciones desarrolladas en el Perú mismo nombre, gue atraviesa el lecho del río subterráneamente,
Pre-Hispánico. Lo que se descubre en el campo de irrigación y por la superficie de la tierra crecen en formación de dos en fi­
agraria son acequias o acueductos hechos de piedras lajas sobre la los árboles de huarango; la de KAJUKA está pegada al cerro
de este nombre, cuya zanja abierta aún permanece tupida de un
espeso y añoso carrizal; la de La Gobernadora es un ramal de
(3) Rossel Castro, Alberto. - Sistema de Irrigaci6n Antigua de Naska; la galería de Pangaravi y se bífurca. de ésta a la altura del fundo
RI; /J. del Mt¿seo Nacional de Lima; T. XI; p. 196"202; año 1942. Ob. SaD Miguel; pero, se ignora su total trayectoria j la de Majoro
Cít. diario Noticias de Naska; 28 de Julio 1942.
también aflora una parte y cruza de N.E. a S.O. sobre unos te­
170 ALBERTO ROSSEL CASTRO ~.
I J
\( -~'\\i'~{
l~ r ) , \ \
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l\ ) ,,¡
nenos eriazos, cuyas huellas demuestran haber sido cultivadas
"\. " \""I L
1t .'L)/:
en tiempos pre-históricos; la de Ko.para, se ignora su origen,
sólo se manifiesta una pequeña parte, principalmente, cuando
las aguas bajan de la. Sierra en époclis de lluvias; la de Wa­
yurí situada en la cabecera de las tierras de cultivo de las "Tran­
cas", cuya trayectoria se desconoce.
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El número de las galerías filtrantes, en actual ejercicio, su­ ':'.l..(..1\,.­


.... .....<c ¡~),
man cuarenta y uno. (Lam. IIJ). ..
.. ~ "'~. • . I. ~~)J.'
'l'k/
3. Arquitectura de las galerias. ~2)

Del estudio paciente y comparativo de cada galería de los


valles de Naska. he recogido una serie de elementos culturales
que me han permitido descubrir en la edificación de estas obras
de ingeniería prehispánica, Q.9~ ~istemas: el de zan,ja L el<ie~
cavón. El de zanja, consiste en cavar el suelo hasta tocar la pri­
'i f -27
/

·:Si
mera napa acuitara y tratar de conservar el declive correspon­
diente a fin de que pueda correr las aguas filtrantes hacia el re­
servorio o "Kocha": El sistema de zanja es el Que más se ha usa.­
do, al menos en las partes bajas del valle de Naska..
, '"
.1'

. ,,­
,r¡
o..,
En cambio,. el de Socavón se aplica a las galerías situadas o >
en los lugares altos que se aproxtmaD' a la región cisandina. El
modo como se ejecutaron los trabajos de estas galerías de tipo
Z
'P'
\11
~
'»"

socllvón, fue, primero, abrir los "ojos" o respiraderos vertical­ >


mente, conservando la distancia de 2'0 a 30 m.; en seguida, se
procedía a cavar horizontalmente. bajCJ túnel, hasta conectar el
primer respiradero con el segun'do; y una vez entrelazadas sub­
~
telTánearnente las galerías, se procedía a levantar los paramen­ Lam. lIJ. úbicaclOn de las Galerías (iltrantes de Naska, 'raru
tos laterales con piedras o rodados de río sin argamasa, a cuya y Kopara.
costum bre lo.s ingenieros denominan estilo de piedra seca y sobre 1- ORCONA
12- LL1KUAS 23- MAJORO
ellos descansaban los durmientes o techos de piedras. Tipos de 13- SAN MARCELO 24- QKONGALLA
2- MATARA
2&- AGUA SANTA
estas galerías se pueden ver en Orkona, quebrada de Aja; en 3-- UCHUYA
1-1- LLIKUAS
1 5 - CONVENTILLO 2&-- SAN ANTONIO
Kantayo, quebrada de Tierras Blancas. 4- TEJEJE
27- SOISONOUITO
5- WACHUKA
16- KANTAILLO
17-- GOBERNADORA 28- YAPANA
En ambos sistemas obsérvanse los siguientes detalles: 6- VlSAMBRA

18- PANGARAVI 29- 30, 31 TARUGA


7- AJA
32- 33 WAYURI
a) Los paramentos de soporte se levantan por anlbos flan­ 8- AJA
19-- KAY ANAL
20- PANGARAVI
34, 35, 36, TRANCAS
cos laterales. hechos de cantos rodados, unidos entre sí, sin ar­ 9- KURVE 37. 38, 39. KOPARA
10- ACHAKO
21- WAYRONA

gamasa, de estilo de "muros de piedl'a seca". 22-- MAJORITO


40- MAJORO.
L1- ANGLIA

172 GALERJAS F ILTRANTES DE LA HOYA DE ID O GRANDE 173


ALBERTO ROSSEL CAST RO

A COII TI
b) Los durmien tes o techos, están hechos de piedras lajas,
sin pulir , traídos de las canteras o cerros adyacentes; o de palos
de b uarango con SUs extremos car bonizados, con el fin, quizás,
de preservarlos de la humedad, aunque esta madera tietre la ca­
racterística de ser imputr esaible. Las bases de algunas galerías
están enmaderadas con palos de huarango, o a veces empedra­
das con el propósito de evitar la erosión o las filtraciones de las
aguas. Los durmientes o aparejos, en su mayor parte, nunca
presentan un alineamiento recto, más bien sirruosidades y mean­
dros de piedras, con el fin de cortar la corriente de las aguas; en
otras secciones son muy estrechas y peligrosas.
La altura de las zanjas varían, según el declive de cada te­
rreno, de dos a siete metros. Los paramentos y el techo, por
término medio, miden 70 cm. de altura por 60 cm. de ancho.
e) Los respiraderos, se abren verticalmente de forma cu­
boidal, revestidos de piedras o de palos de huarango. Ellos equi­
distan unos de otros de 20 a 50 m. Tienen 3 a 7 metros de pro­
fundidad por 80 cm. a 1 m. de diámetro. Estos respiraderos per­
manecen tapados casi siempre a ras de) suelo hasta el momento
de hacer uso de ellas.
d) Las cisternas o AJcantarillas son depósitos subterrá­
neos de agua que están en conexión directa con las galerías. Adop­
tan fOI'mas circulares o cúbicas,revestidas de piedras o palos de
huarango. (Lam. IV) . TIPO 'OCAYOII

1._ TlIlII"" 01: CULTIYO

e) Los reservorios o Kochas que sirven como depósitos de 2._ IITIIATO 01: 0111111.011 1._11"""'''01:110

__ 01:. iliON"
agua, están confeccionados sobre la superficie del suelo, unos de ~_ ""CILLA IITlIATIPlCAD"

forma circular, otros rectangular o cuadrangular, sin paredes la­ Lim. IV Corte vertical de las galerías de tipos socavón y zanjas..
terales, con una sola compuerta. Varios reservorios tiemien a su E l aforamiento del agua en litros por segundo es mucho
ruina. No obstante, éstos, en la región de Naska, sirven para
más variable. El aumento o dismirrución de las aguas, está en
irrigar de 30 a 40 fanegadas de tierras de cultivo en cada zona. relación directa con la precipitación lluviosa en la estación in­
La extensión longitudinal de las galenas es bastante varia­ vernal o con la sequedad en el estío. Verbigracia: se recuerda
ble. Cuentan, por término medio, de 200 a 1.500 metros de lon­ en. carne viva, cuando la población de Naska tuvo que sufrir una
gitud. No siempre siguen una línea recta en su trayectoria, sino fuerte hambruna durante cuatro años consecutivos (1860-1864).
que trazan figur as en zig-zag. por falta de lluvia en la Sierra. Las aguas de las galerías secá­
ronse por completo, menos, por felicidad, la de Ac.ha-Ko, cuyas
En cuanto se refiere a la gradiente de las galería:¡¡, los cons­ aguas diéronse a ración al vecindario con el fin de poder abaste­
tr uctores o ingenieros tuvieron en cuenta, dar a cada galería su cer en algo las necesidades domésticas. En cambio, los animales
pendiente necesaria, que varía entre 0.44 % al . 5 %.
174 ALlJERTO ItOSSEL CASTRO GALElUAS ¡··lLTRANTES DE LA HOYA DE mo GRANDE 176
del campo lamentablemente se murieron. Sin embargo, cuando las galerías desminuyen de volumen y se vuelven casi termales,
sucede épocas normales, como las de 1941 a 1949. los ríos traje­ los bañistas aprovechan, por las mañanas, para darse baños en
ron suficiente agua por sus lechos, entonces las galerías crecie­ los ojos o en las Clkochas", y son los meses prefelidos para eje­
ron en volumen de agua. Es te f enómeno de "años buenos", me cutar su limpieza por intermedio de obreros expertos y con oce­
favoreció par a observar el aforamiento de algunas galerías de dores de la "limpia de Pukyo". Ellos quitan las malezas; cortan
vital importancia, entre ellas, son las siguientes : las raíces de los árboles; extrJ:1.en las palizadas; reparan los de­
Galerías de Mes Afio
n-umbes de los muros construidos, ya por el correr del tiempo,
Aforam. ya por efectos sísmicos. El trabajador que lleva la delantera
Lit. X Sdo. dentro de las cajas subterráneas, portando su lámpara de minas
1. Orkona agosto 1946 20 y un balde, denominase "portador", y los que lo 81guen, "segui­
2. Tejeje " " 15 dor" o "botador", En forma de cadena se hace la limpieza. En
3. Vij una " " 16. 5 muchas ocasiones se han registrado accidentes lamentables por
4. Wach uka " " 30.13 den-umbes de las pal'edes. por empalizadas de las aguas, por as­
5. Aja "" 18.4 fixia, o picaduras de reptiles (viboras o culebras).
6. Achako " " 30. 15 5. Edad de las galerías.
7. Anglia " " 27. 4
8. Kurve " " 14 ¿ A qué civilización pertenecen estas galerías? ¿ Es obra co­
9. Visambra " " 30.5 lonial? ¿ Es obra inkaica? Muchos autores o investigadores que
10 . Kantayo " " 19 han admirado la maravilla de estas obl'as de ingeniería. las han
11. Gobernadora " " 17 denominado "acueductos inkaicos", o "acueductos precolombi­
12. Pangaravi " " 16 nos", sin tomar en cuenta. varios factores de validez . Es que no
13. Wayrona " " 10 ha habido una obra integral de la Civilización Naska Que ilustre
14. Majoro Chico " ., 17
este caso, Los investigadores se han concretado sólo a estudiar
15 Majoro Gl'ande " " 24
la cerámica Naska acumulada en los museos por diferentes for­
16. Llikuas" " 16 mas. Rechazo por infundadas éstas y otras ideas. Los nuevos
17. Llikuas 29 " " 12 descubrimientos aportados por la Arqueología han echado por
18. Las Trancas " " 20 tierra muchas afirmaciones de Jos cronistas coloniales que, en su
mayoria, atribuían únicamente a los Ink.as todos los adéla ntos
Actualmente, desde el año 1951 a. 1969, el valle de Naska, errcontl'ados a la negada de los españoles en la Conquista. Los
en su campo de vida agrícola, sufre una de las más prolongadas
sequías de todos los tiempos, por cuya causa las galerías filtran­ emperadores lnkaicos, cuando arribaron a estos valles, DO con­
tes de algunos sectores, prácticamente, se han secado. Esto se federaron propiamente a la civilización Naska sino a los Chincha
o a los Rukalla, los cuales, por entonces, ya habían sentado su
debe, también, a la implantación de pozos tubulares modernos
dormnio cultural recibiendo como herencia obras asombrosas de
abiertos a poco más de 60 metros de profundidad, los cuales han
ilTigaci6n de la Civilización Naska. Los. Inkas, en el período de
roto todas las capas acuíferas subterráneas, dejando sin agua las
primeras napas ú'iáticas superiores, las que fueron aprovecha­ trescientos años. jrunás habrían podido trasbordar este proble­
das ingeniosamente por los ingenieros prehispánicos. ma de irrig-clción por el sistema de galerías; ellos estaban acos­
tumbrados, de acuerdo a su medio ambiente, a realizar irrigacio­
4 . Limpieza de las galerías. nes por el sistemn de acueductos o acequias. En las galeIias de
En los meses de setiembre y octubre, cuando las aguas d.e Naskn se han encontrado, dentro de las "alcantarillas" o "cister­
nas subterráne~ s", un cántaro o una olla magníficameme deco­
176
ALBERT O ROSSn CASTR O CALERIAS F ILT RANTES DE LA HOYA DE RJO GRANDE 177
rada de tipo Clásico o un Vaso de Oro como ídolo del dios de las mes; de Edilbert o Maza, 2 fanegadas con 27 horas al mes. Fun­
aguas: "La Nutria". Estas galerías se hallan en íntima relación do Rosarias, de Isabel Caico y J osé Mart ínez, de 5 fanegadas con
con las Figuras Geométricas delineadas sobre la superficie del mita de doce horas al mes. F undo Or kona Chico, de una fane­
suelo de donde se originan las galenas. E n los t úmulos de estas gada, mitado con 18 horas al mes. E ste fundo pertenece a lá
figuras también encontré restos de la civilizaci6n Naska. Por Testament aría J esús Chávez. F undo de Comunidad, com prende
t odo ello, las galerías filtr antes de esta región, como culminación a varios pr opiet arios y tiene 5 fanegadas con mita de 36 horas
de un largo pr oceso, per tenecen al "Clásico Naska", dentro del al mes.
Horizonte Floreciente y catalogada su cronología en los años de
330 A.C. al 500 D.C. 2) Galeria de V i juna. Está situada al E ste de lá Ciudad
6. Análisis de las galerías. de Naslta, en el sector de Matara, con prominencias de arerra
aC"tlática que fueron extraidas al tiempo de abrir las zanjas y so­
Como h echos de comprobación. conviene hacer un arrálisis bre las cuales han crecido seculares h uaráltgos y, por eso, estos
de algunas galerías de importancia, ubicadas en las t res quebra­ árboles se enfilan a 10 largo de esta galena. Una parte de ella
das de la Hoya de Río Grande, indicando su gradiente que sigue, es de tipo socavón que mide 50 m. de largo y la otra de tipo zan­
j untamente, con el perfil del terreno, y las áreas de tierra de cul­ ja que tiene 25 m. de extensión, con una Rocha. La cofa, sobre
tivo que, con ellas, se irrigan. el mvel del Mar es de 817. 28 m. con una pendiente de galería
a) Quebrada de Naska. 0.68 % ; mide de profundidad en el pento más alt o 5 .77 m. E l
plano topográfico fue levantado por el Ing. González Garda
1) Galería de Orkona, está enclavada en el cerro de este (Lám. V).
nombre; al N.E. de la ci udad de Naska y a 4 kilómetros; de 414
m. de longitud, repartidos asi: 225 m. de galería filtrante y de
189 m. de zanja a cielo abierto. No existe reservorio. Las cajas 1 GALERIA DE VIJUN~
subterráneas miden 1 m. de alto por 40 cm. de ancho; es de tipo
socav6n con respiraderos en número de diez. Se orienta de Nor­
te a Sur; bifúrcase por debajo del lecho del rio de Aja. en dos , ._ .tll.U .
ramales: uno que se dirige hacia el cerro y el otro al fundo ."
Cangungué. .....11.. .
1111

Orkona riega los fundos siguientes: Orkona, de 8 fanega­ ~


l ._mil
das, con mita de tres d1as 18 horas al mes; irriga sólo tres fane­
gadas; BueDavista, de 6 fanegadas, con 4 días de turno; per­
tenece a la Testamentaria Espejo. Asimismo, a Uchuya, de
12 f anegadas, solo i5 fanegadas, con 5 diM de mita; es propiedad
1.:...
de César Reyes. Fundo Uehuya, de José de la Borda, de 12 fa­
negadas, irriga 5 fanegadas con. 5 dIas de turno. Fundo Casa
Grande, de Celestina vda. de Flores, 3 fanegadas con mita de dos
días y 2 horas al mes. Fundo Matara. comprende las propieda­
des siguientes: de la Testamentaría Remigio Jiménez, 4 fane­
gadas, de las que riega 2 fanegadas con mita de 3 días al mes;
COTA
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de Petr oniJa García, 2 fanegadas, con mita de 12 horas al Um. V Plano vertical y horizontal de la p1.ería de Vijuna. .
178 ALBER'l'O ROSSEL CA&"TRO GALElRlAS ~·tL'fRÍ\.N1'ES DE LA HOY," DE IUO GRANDE ' 179

3) Galería de Uchuya. Tiene poca cantidad de agua .v oe '-"1


corta extensión sin reservor ío. Por eso, sólo riega media fane. 1GALERIA DE WACHUKA J
gada de tierra.
4) Galería de Tejeje, se posiciona en la hacienda de Belén.
Oriéntase de Este a Oeste, COIl un reservor ío y algunos respira­

¿eros casi destruidos. Mide la galería de tipo zanja 245 m. de


longitud; y la de tipo socavón 40 m. Irriga los f undos de Belén, 1_,..•.
1'1'

25 fanegadas, propiedad de la Testamentaría J osé de la Borda·


1- T8t,1O
de Tej eje, propiedad de Claudio Canales y de F ederíco Sarmien­
to con 4 fanegadas, con una mit a de 24 días para el f undo de Be·
lén y seis días para el de Tejej e. E l primer dueño de Belén fue
Tomás de Ar ias, el que dejó en su testamerrto una Capellanía
Laica con una renta anual de 4.220 pesos.

~
5) Galería de Wachuka, se ubica a dos kilómetros al Este
de la ciudad de Naska. Oriéntase de E . a O. Comprende dos bra­
zos, el de la izquierda mide 400 m. de tipo socavón con más de 1 0411"""
10 respiraderos ; el de ]a derecha, 160 m. de tipo zanja. Las dos
secciones se unen y avanzan al descubierto una longitud de 312 _ I a l . o.
,a..o.
m. hasta tocar con UD' reservoria que mide 30 metros de diáme­
tro por 3 m. de altur a. La extensión longitudinal de la galería
de Wachuka es de 820 m. de 6n fanegadas de tierra; perte­
nece a la Testamentaría Gaveglio. Según el Iug. González Gal'­ Lám. V1 Plano vertical y horizontal. de la gaJeTíá de WllChu\cll.
cía, Wachuka está a 760 m. sobre el nivel del Mar; tiene una pen­
diente de galería O.45?f y de terreno 1.5%. En la cota más al­ 30 ínnegadas de tierra. Esta galería cuenta con una pendlenle ue
ta (768.22) tiene una profundidad de 8.55 m. Los dos ramaJes (l.5~f (Lám . Vil y Fig. .39).
de galerías at raviesan subterráneamente el río de Aja y consi.
g uientement e el de Tierras Blancas (Um. VI). VisamlJra riega los fundos siguientes : Fundo de San Mar­
elo, propiedad de los herederos de Emilio Anc~lya, a .4 K1. aguas
6) Galería de Visambra. Situáse a tres cuadras en línea abajo de la ciudad de Naska, con 30 .fanegadas, de las cuale::; só­
rect a de la. P laza de Armas de la ciudad de Naska. Tiene por lo riega diez fanegadas con mita de 4 días en un rol de 33 dias;
cota 760 m. sobre el nivel del Mar. Consta de 150 m. de galería Fundo Kukumayo de los herederos Manuel Iglesias, de 4 fane­
de t ipo zanja, y más de dos kilómetr os de tipo socavón. Por de­ gadas con mita de UD' día; Fundo Tahona. propiedad dé Pablo Es­
baj o del Jecho del río de Tierras Blancas se divide en dos rama­ pejo, una parte se parceló para edifical: el Centro Escolar de Va­
les : un brazo sigue el rumbo por el Este haCia el fundo de Kazr­ rones de Naska y el Holel de, Turistas; el y·esto de lienas de 9
taito y el ot ro asciende, en sentido divergente por la ribera del fanegadas con 5 días de mita;' Fundo Visambra, de los herederos
mismo r ío en dir ección de Wachuka, con cuya galería probable­ de Josefina Mejía, de 12 fanegada.s con mita de 8 días: Fundo
mente se conecta. El ancho de la caja s ubterránea de Visambnl Huertas, de Angela Robles Y de Emilio Ancaya con una fanega­
es de 50 cm. de ancho por 70 cm. de altura. El r eservodo bene da y con mita de 12 horas, Fundo Calderón, de los herederos R.
8 m. de diámetro de poca altura; pero, lo suficiente para regar Cuadros, COD" 3 fanegadas Y 2 días, 8 horas de mita; Fundo de
180 A LBERTO ROSSEL OASTRO

I
" [ GALERIA DE VI SA M8R A

,.a.ar _ Fig.. 39 Galería de Vi­


7C1'. n
sambra a Cielo
"
abierto, con agua
PUIfTO _ a 30 lilro:; por
ti VUEIoVE segundo.
ACUEDUCTO.

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. .. . TeU4 .
'.'.ar fU . .

Lám. VII I'Wno vertical y horizontal de la galería de Vi8ambra.

Juan Canales, con 2 fanegadas y media, con mita de 4 horas; al dominio de la Parroquia de Santiago de Naska. N o sucedió
Fundo Visambrilla, del Colegio Nacional rle San Luis Gonzaga así, lamentablemente, porque pasaron lus años sin que la Parro­
de lea. con 5 fanegadas y media, y con mita de 3 días. Sobre quia de Naska reclamara este bien. Cuando me ruce cargo de
este terreno el Estado ha construido el Colegio Nacional de Va­ esta Parroquia, a partIr del año de 1942, demandé a la Benefi­
rones de Naska; Fundo las Animas, de los herederos Lorenzo cencia Pública de Naska ante el Juez de Primera Instancia, pi­
Espejo. con una fanegada y con dos días de Mita; Fundo Huertas diendo la devolución del terreno de Pateoncito. Como ya había
de Aníbal Canales, de una fanegada con un día de mita. Fundo pasado llliÍs de 14 años sin que la parroquia reclamara sus dere­
chos, se perdió el juicio por prescripción. Las tierras de este te­
Panteonc:ito, de tres fanegadas, con dos dias de mita; propie­
rreno, ganadas ilícitamente, han sido utilizado para otros fines
dad de la Parroquia de Santiago de Naska. La Beneficencia PÚ­
bliCR de la misma ciudad usufructuó este terreno, desde el año l'eprochables, como de elaborar adobes que se vendian al público
y levantar casas con este material, perteneciente a dos o tres per­
do 1928, so pretexto de una simple donación hecha ante el Juez sonas influyentes del lugar. Fundo los Madriles, de Eusebio
do Paz del lugar, por el Señor Arzobispo de Lima, Mons. Emilio Matta, de tres fanegadas con un día <.le mita. Las huertas del
Lisson, sin que se llegara a protocolizar la minuta. La donación
pueblo que suman más de cinco fanegarlas, tienen un dla de mita.
tuvo una cláusula condicional, en el caso de no ensanchar el pan­
teón de San Clemente sobre el terreno de la Parroquia, en un 7) Galería de Aja. En la zona de Aja, al Norte de la ciu­
plazo de dos años, ipso facto volvería el terreno en su integridad dad de Naska. se descubren tres galerías: dos de tipo zanja Y
GALERlAS VILTRANTES DE LA HOYA DE RlO GRANDE 183
182 ALBERTO ROSSEL CASTRO

una de soeavón. Esta última tiene una extensión longitudinal de 9) Galería de \Achako : Siempre al Norte de la ciudad de
555 m. y está a 625 m. sobre el nivel del Mar. La caja subterrá­ Naska; a tres kilómetros del Hotel de Turistas i se divide en cin­
nea núde 70 cm. de alto por 60 cm. de ancho. La galería del lado co ramales de tipo z4Ilja que dan sus aguas a un r eservorio. La
izquierdo, se vuelve subterránea a la altura de 631 m. s. el nivel humedad del t erreno, situado en una hondonada, ha permitido
del Mar, sigue por debajo del fundo Pasache y atraviesa subte­ el afloramiento de laS aguas de Kurve y Anglia. El plano levan­
lTáneamente el río de Aja a una profundidad de 5.50 m., con una tado por el Ing. Gonz~lez García, demuestra que la galería tiene
gradiente de galería de O. 79'1~ Y con un perfil de terreno de una pendiente de 0.87%. sobre un terreno bastante irregular
0.2% (L{un. VID). (Lám. IX).
8) Galería de Kurve; al Norte de la ciudad de Naska; a 3 10) Galería de A~glia; a 2 Klm. al Oeste de Naska; de ti­
kilómetros del Hotel de Turistas y metida hacia la rÍllconada de po zanja, con una lonptud de 400 m., se vuelve subterráneo al
los cerros, se registra esta galería de tipo zanja; de 300 m. de tiempo de cruzar por debajo del puente del Camino Panameri­
longitud con urr reservaría. cano; y riega 18 faneg~ de tierras de cultivo.

[GAL~RIA DE ACHAK?J
GALERIA DE A JA

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horIZontal de la galena de Ach&.


limo VIII Plano vertical y horizontal de la galena de Aja.
, 186
184 A~ERTO ROSSEL CASTRO GALERIAS II'I LTllAN1'1I:S UE LA HOYA DE RlO GRANDE

11) Galería de San Mar eelo ; al Oeste del Naska ya 3 Klm. ; "Don Vicente Suárez Cervantes, contratado
ubicada casi junt o a la galería de Llicuas ; st¡! orienta de Est e a para la limpieza del acueducto de Cant..'lYo el año
~este; mide 100 ~etros de zanj~ ; poco antes, de 1942 fue descu­
1882, da la siguiente relación : que entró a las ocho
de la mañana provisto de una. veja Y una cajita de
bIerta esta galerla ; por eso, se Ignor a todavía su verdadera ex­ cigarrillos. fósforos y una botella de aguardiente
t ensión y sus ramificacion'es. Riega sólo 4 fregadas de tier r a. a los 130 m. un primer ramal que se dirigía hacia
12) Galería de L1iCU88; a 3 Klm. de la ciudad de Naska, la izquierda. siguió avanzando por la rama del
aguas abajo, colindant e con las tierras de {Majoro; divídese en frente y encontró un nuevo ramal que se dirige ha­
dos partes: una se orienta de E ste a Oeste, y cruza los parrales cia la derecha; siguió avanzando p or el del frente
hasta llegar al final del acueducto. Refiere que
de la Test amentaría Hen-era, con una extr..DSión longitudinal de más o menos a las 7 u ocho cuadras (700 a 800
140 m. y con varios respiraderos, porque ElS de t ipo socavón; los metros) se le apagó la vela y cuantas veces quiso
par amentos son de piedras "de estilo seco~" con durmientes de pa­ encende1'la otras tantas se apagaban. pero que él
los de huarango; riega cu~tro fanegadas le tierra. La otra, to­ siguió a obscw'as avanzando hasta el final. En el
ma el rumbo de Norte a Sur, de cien metr s de largo; y vuelve a terminal de la galería, dice que una piedra grande
dirigirse de Este a Oeste, para irrigar ci co fanegadas de tierra de cuyos bordes mana tilla cantidad de agua, así
de cultivo. Toda la orientación sefialada Eistá en relación con téc­ como también las paredes empiezan de los bordes
nica de captación de las aguas subterrán¡leas. de la piedra grande; tiene, según refiere. altura y
ancho variables, que en algunas secciones podia
13) Galería de Conventillo; a siet~ Klm., aguas abajo. de caminar de frente y en otras penosamente de cos­
la ciudad de Naska; es de tipo zanja; sin caja subterráIrea; con tado. Refiere que la cantidad de agua que discu­
una longitud de 400 m. de largo. Riega ,14 fanegadas de tierra. rre por el canal va disminuyendo progreSivamente,
hasta que, en el terminal, es como un "hilito", cree
14) Galería de Kantayo. Es de iniportancia capital. Todas que el fondo del canal se encuentra a unos quince
las obras hechas en este sector pruebam el esfuerzo del hombre metros de la superficie del terreno ; salió a las 6
cuando quiere vencer el medio geográfico adverso. A más de ser p.m. casi asfixiado, en el exterior lo creían m~r­
un trabajo arriesgado de ingenieríapre}!listórica, es rica en mitos to". Ob. Cit., de González Garcia. Lám. X; Fíg. 40,
y leyendas para el hlstoriador, el arq~eólogo, el antropólogo o Un ramal de la galería de Kantayo se dirige hacia la rinconada
etnólogo. La acequia subterránea está Ial lado izquiel'do del río de la quebrada de Tierras Blancas, en cuya superficie se regis­
de Tierras Blancas, a 4, .Klm. al Este de la ciudad de Naska ; y se trn figuras geométricas en forma de una aguja engastada en un
orienta de Este a Oeste; mide de lOngiJ;tId 435 m., con 14 respi-, ovillo con túmulo o pequeñas sepulturas C\e carácter ritual que
raderos, y se divide en dos brazos: el de tipo zanja de 80 m. y contenían huesos de animales, al parec~r de cuyas por la forma
el de tipo socavón de 335 m. El una pro ,'undidad de 5.21 m. Lle­ de los cráneos, mezclados con fragmentos de cerámica de la fa­
va una pendiente de 42% . Existe un ~'amal subterráneo que se se Clásico Naska. Estas evidencias me llevan a creer que la¡¡
dirige rumbo al Norte y pasa pO!' debaj ) del lecho del río de Tie­ figuras geométricas de Kantayo están en relación con las gale­
rras Blancas; quizás, sea esta galería e mismo ramal de Visam­ rías; porque en este mismo lugar, el día de su limpieza, y sobre
bra, que ya se mencionó anteriormente . Riega 30 fan egadas de todo al terminar las faenas, se celebraban fiestas con danzas y
las 70 con que cuenta la hacienda de h.1mtayo. El reservorío an­ bailes, con sacrificios cruentos al dios de las aguas "La Nutria".
tiguo ha sido reformado y ampliado; ~ a caja subten-ánea mide Los restos de grlldas o andenes en las faldas del cerro, a modo
70 cm. de alto por 50 cm. de ancho; he,cha de piedras o rodados de asientos y la forma de la figura geométrica de esta SeC<!ión,
de río unidos con mortero. El ingenier~) González Garcia cita las hacen presumir la finalidad coreográfica que tendrian estas fi­
declar aciones de un testigo que trabal.j ó esta galería haciendo guras de Kantayo.
limpieza :
' ;I\!.ERIAS I'ILTRANTES DE LA HOYA DE RlO GRAt-Ol)E 187
86 ALBERTO ROSSEL CAST RO

13) Galeria de La Gobernadora. Sitúase al S.E . de Naska ;


a un kilómetro de la población. Cuando explor é esta galer ía. en
el mes de oct ubre de 1943, en t raje de baño. aprovechando de lél.
limpieza que hacían los "part idarios" o yanaconas, pude apre·
ciru' los mur os lat erales hechos de rodados y los durmient es de
palos dt-' huarango, los cuajes mostraban sus extremos car boni·
zados exprofesamente, con el fin de preservarlos de la humedad
o putrefacc ión. Tiene una extensión longitudinal de 1.260 m.;
a los 315 m. se vuelve subterr áneo; se orienta primero de Este
a Oeste y después de Norte a Sur, y l&s aguas se j untan en un
reservorío; la galer1a es de tiposoca.vón y cuenta con cinco res·
piraderos.
En est e mismo sector, descubrí la corrfluencia subterránea
con el rama] de la galería de Visambra que cruza por debajo de
la casa habitación de Onécimo Lancho y sigue por la pampa en

GALERIA DE KANTAYO

Fig. 40 Galería de Kanuyo con paramentos de piedm y techo

~- t-tJ
de piedras lajas.

dU'ección a la de Kaj uka que aún está acuita. Paralelamente ti

"~'-;j
la de La Gobernadora, corre otra galería. cuyos desmontes se

~ .. .-------.~
dejan aún ver con bastante claridad, pero todavía no afloran las
vunvw; lE _"W
.
aguas nI exterior (Fig. 41) .
,'\"'''"''"
.-r I1 Plo4Z BJl.10 "1.81 •
t4l.11
16) Galerla de Pangaraví. En la zOIÍa de este nombre exis­
ten dos galerías de tipo zanja en actual ejercicio. Una que co­
rn. de Norte a Sur, con una extensión longitudinal de 365 m
desde el punto en que se vuelve subterráneo; y la otra orientada

I "C=J~j~

de Este a Oeste con una extensión de 375 m. En la cota de

i
I tl. ZI I n . 4l ea .l'O 117.91 845. 11
522 . 50 sobre el nivel del Mar, se unen los dos brazos y siguen
hasta dar sus aguas a un reservorlo, cuya Kocha mide 42 . 50 m .
de largo por 22 ID. de ancho.
La galería de Pangaraví es prolongación de la Gobernadora
que cruza por el fundo San Miguel (Lám. XI; Fig. 42)
17) Galería de KayanaJ. Es la menos conocida y quizás la
Lám, x Plano vertical y horizontal de la g¡¡Jeria de KIJIUyo. más importante por su arquitectura. Posiciónase dentro del pe­
188

ALBERTO ROSSEL r,ASTRO GAL ERlAS J-'lLTRANTES DE LA BOYA DE ruo GRANnE 189

GALERIA DE PANGARAVI

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10

J. v.

UO IZ I 1111.110 aa.lo 111.10


Trayectoria de una galería oculta en el IeCto de la
Gobomadora.
Lám. Xl Plano vettical y horizontal de la galena de Pangaravl.
rímetro·de la ciudad de Naska; ella puede ser visitada por todos
los aficionados o estudiosos que se interesan por conoeerla. Cru­
za por debajo del lecho del río sobre el antiguo puente de fierro tendrían' los limpiadores para cumplir su labor; quizás ella tuvo
que une la ciudad de Naska con el barrio de San Carlos. Sigue la otra finalidad de carácter ritual. ya que se encuentra junto a
trayectoria hacia la Plaza de Armas de N aska. Sólo he podido las ruinas de Kajamarka.
medir 250 m. de longitud. Debajo dei puente se divide en dos 19) Galeria de Majorito. Denominase también Majon) Chi­
brazos:. uno que sigue el rumbo de las orillas del río de Tierras
co. Nace de un recodo de la galeria de Wayl'ona a un nivel más
Blancas y el otro en dirección a la Plaza de Armas. La caja mi­
bajo: es de tipo zanja; corre de Norte a Sur una distancia de
de 70 cm. de alto por 50 cm. de ancho. Las aguas de esta gale­ 400 m. de longitud; de 14 fanegadas de tierra.
ría van hacia el flllTdo de Pangaravi.
20) Galería de Majoro Grande. Cuema con extensión lon­
18) Galería de Wayrona. Se ubica. muy cerca a la hacienda
de Pangaraví. Tíene una longitud de 470 m. que se reparte de gitudinal de 850 m. y conoe de Norte a Sur que se reparte asi:
este modo : la de tipo zanja, con 250 m. de largo que corre de 150 m. de tipo zanja y 80 m. de tipo socavÓn con respiraderos;
Norte a Sur, cuyas paredes laterales están revestidas de mate­ la caja subterránea mide 70 cm. de alto por 60 cm. de ancho, fa­
rial Jitico (rodados), y la de tipo socavón cuenta con 2~0 m. de bricada de rodados y piedras lajas. Crúza, por el Jecho del río de
longitud; ]a caja nride 50 cm. de alto por 30 cm. de ancho. La Tierras Blancas, en dos ramales, cuyos brazos se pueden' ver por
estrechez de esta galería hace pensar en un problema difícil que el respiradero que se sitúa en el mismo lecho del río a una pro­
fundidad de 5.50 m., en el punto de 702.61 sobre el nivel del
GALElUAS l"ILTRAN'rES DE LA HOYA DE RlO GRANDE 1~1

ciado aquí ; sin embargo, las aguas s~ abastecen aún para regar
las t ierras de Soisongo.
23) Galeria de Soisonguíto; de tipo zanja con una longitud
de 1.000 m. está dentro de las propiedades de Luis Bohórquez y
de Cristián Denegrí. Irrlga 24 fanegadas con 23 días de mita
para Bohórquez; seis fanegadas con mita de siete dias, para De­
negri. Lleva una pendiente de 0 .75 %.

Plg. 42 Galería de In Gobema­ b) Quebrada de Kopara.


dora n ciclo abierto co­
nectllW1 con la de Pan· 1) Galeria de el Pampón. La hacienda de las Trancas es­
garaví.
t ú dividida en dos partes: Trancas Alto y Trancas Bajo. Por

[ACUEDUCTO DE MAJORO !

Mal'. Lleva una pendiente de 0.44 f,;. Las aguas se almacerran '-lO•. ti

4
e11 una Kocha que se encuentra a 669.06 sobre el nivel del Mar. •
• T04·1I
Riega 20 fanegadas de las 51 hectáreas (LAm. XlI).
21) Galería de Okongalla. Es tipo zanja con una extensión
de 548 m. a una profundidad de 6 27 m.; carga mucha más agua
en relación COD' las demás de esta zona. Las filtraciones manan
desde 1 35 m. caSI por e~cima del fondo de la galería; la cual o
lleva una pendiente de 0.58% y de pendiente de terreno 0 . 95 r- 0.44 'W. :1

22) Galería de Agua Santa. Es de tipo zanja de 240 m.


ele longitud, una parte y la otra es de tipo socavón de 240 m. de
i

longitud con respiradel os; la caja formada de material lítico mi­


de 80 cm. de alto por 50 cm. de ancho; riega 16 fanegadas. Asi­
...... • .
101.11
...
70&11
l.
104.11
l
7Ot-Ce
.~.
T01 •.., I
102 ."
l. • •
m .. l'oz...

mismo, sustenta con sus aguas a Jos terrenos de Pueblo Viejo


que pertenecen a Rómulo .Jiménez, con una mita de 12 días. Es
de suponer que ésta sigue una trayectoria mucho más de lo apre-
tim. XII Plano vertical y horizontal de la galería de Majoro Grande.
192 ALBERTO ROSSEL CASTRO
CALERIAS FI LTRANTES DE LA HOYA DE RJO GRA NDE 193

CORTE VER TI CAL ; . ALEA IA • EL PA MPO N ·


.. EL PAMpQN=]

u:aco a.

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1110

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Lám. xm Plano vertical y horiz:ontal de la galería del Pampón.

esta quebrada corre el tio de Kopara o Trancas. Es una zona ~,~~ro.l- L ECHO !FE RIO

fértil y la más extensa de la quebrada; en ella se ubican tres lI_ RESPIRADERO.


galerías: Wayurí, TotoraJ y El Pampón. Las dos primeras son 4 _ TERRENO DE CUL.TlVO .

de tipo zanja y la tercera de tipo socavón. De esta última mere­


ce detallarse un poco más por su peculiar arquitectura. Los l_AIIClL.J.A fsrllATIF"CADA.
detalles son éstos: mide una longitud de 1.180 m.; de los cuales
500 m.; es de tipo socavOn que cruza por debajo del río de las Lám. XIV Arquitectura de la galena del Pampón.
Trancas, Con el interés de cerciorarme de su arquitectura ÍD­
terna, aproveché de la lunpieza que hacian los "partidarios", los filtran las aguas hacia la cisterna de captación, La galería
\!l OS
cuales habían abierto un respiradero en el mismo centro del Je­ lume una gradiente de 0.69%-.
cho del río, y penetré en traje de baño y vi dos galerías en pla­
nos diferentes; una superior y otra inferior que se unían pam En esta misma galería de El Pampón, el mayordomo de la
salir al exterior Ambas están fabricadas de rodados y piedr: ('lenda de las Trancas Alto, en ese entonces (1942), don José
lajas. con techo de pIedras largas y con más de ocho respirnde \ .\rro. cuando dirigía la limpieza de ésta, encontró debajo de
l'OS, y siguen rumbo hacia los médanos y terminan en una
cantarilla o cisterna subterranea; el techo y las paredes latt!ní
n'. ll1~danos. a la altura de 700 m. sobre el nivel del Mar lID& cis­
111 Rubterránea y dentro de ella, un objeto escultórico de ce­
les están edificados con palos de huarango, P~l' cuyos interat i mlell que representaba a la Nutria, Entre los vecinos, según
¡!I!d"! ,Ilveriguar, era noticia corriente que José Navarro había
194 ALBERTO ROSSEL C.\STRO

descubierto en la cisterna un ídolo de oro y no un objeto de ce­


rámica. Sea una u otra fOrn1a, el hecho comprueba que esta ga­
lería, como todas las demás, es obra de la Civilización Naska
(Láms. XlII y XIV).
2) Galería de Kopara. En la zona de Kopar2 exploré tres
galerías: dos de tipo zanja y una de socavón. La de tipo zanja
cone transversalmente de Este a Oeste, en cuyo ext remo supe­
rior emerge a la superficie de la tierra una cantidad de agua pro­
duciendo ciénagas, lo que indica que las cajas interiores están
interrumpidas.
3) Galeria de Taruga. Es otra quebrada al Sur de Naska CA P IT U LO X
y al Norte de Las Trancas, que recibe las aguas que bajan de las
HORIZONTE F LORECIE NTE
alturas Wayma (Lucarras) en épocas de !Juvia. existen dos ga­
lerías: UDa de tipo zanja y la otra de socavón. La arquitectura
FIGURAS GEOMETRICAS DE LA HOYA DE RJO GRANDE
rle éstas es de la misma estructura de la ya señalada tantas veces.
1. Nominaci6n, hipótesis y opmlone"..
2. Ubicación y descripción de la8 fi guras geometric8s.
3. Instrumentos de precisión y trazos de las figuras.
4. Clasificación e interpretación de las figuras geométricas.
4 . 1. Primer grupo: "proy~to de irrigación y parcelación
agraria.
4 . 2 . Segundo grupo: los Túmulos,

oS . 3 . Tercer grupo: estiliza ciones de orden textil.

4.4 . Cuarto grupo: los observatorios aslronóQlicOll.


5. Civilización a que pertenecen las figuru geométricas.

1. Nonúnación. hipótesis y opiniones.

Antes de todo, est e problema debe llevar un nombre genér i­


co que involucre toda su característica propia, y es el de "F igu­
l'a8 Geométricas" como forma externa. y típica, para significar
todas las líneas, rayas, plazoleta s graficadas sobre los cerros,
planicies y terrazas aluviónicas de la. Hoya de Río Grande y de
los valles de lea.
Para el estudio de estas Figuras Geométricas existe escasa
bibliografía. Los cronist as de la Colonia DO comentan su exis­
tencia como tampoco hacen referencias de la Civilización Naska.
Por eso, surge, hoy por hoy, sobre la interpretación de estas f i·
guras, varias preguntas como éstas: ¿ Qué significación tienen
196
ALBERTO .ROSSEL CASTRO F1GUBAS OEOMl1l'RIOAS DE LA ROYA DE RJO GRANDE 197
en el campo arqueológico estas lineas ? Si fueron sagradas, ¿ por Est os y otros pacientes estudios de investigación, me han preci­
qué se posicionan todavía en los desiertos? Si fueron astronó­ pitado ahondar más el esclarecimiento de este sugestivo proble­
micas, ¿ por qué lriciérorrse de tanta extensión y ~n casi todos los que lo consigno en este capítulo, y ello servirá desde luego
cerros y planicies de la Hoya de Río Grande ? ¿ Y a qué civiliza­ (y es mi gran deseo). de contribución a la ciencia arqueológica.
ción pertenecen?

No obstante, en estos últimos tiempos ya existen valiosos 2. Ubicación y descripción de las figuras geométricas.
estudios, opiniones e hipótesis de arqueólogos e historiadores que
se pueden sintetizar en esta forma: Pienso, antes de discutir el problema, señalar la ubicaciórr y
descrip('ión de algunas figuras geométricas como guia y orien­
El profesor Toribio Mejía al referirse a las figuras geomé­ tación al estudioso o turista. En el Klm. 232, del camino Pana­
tricas, las titula: "Seqes o caminos sagrados", basándose en 10 mericano, en el punto de Pozo Samo. existe un desvío, hacia la
que Polo de Ondegardo, en su "Relación de los Seqes o Adorato­ mano derecha, en dirección al Mar, cruzando una colina rocosa,
rios del Cusco" hace especial merrción de los caminos sagrados por donde caminan los pescadores de Laguna Grande, a poco más
sólo de esa región sin referirse a los valles de Naska (1). de 20 Klm. sobre una planicie, se descubren lineas y rayas que
El doctor Hans Horkheimer, sostiene : a) que las plazoletas se orientan de Sur a Norte con algunos monticulos en sus ex­
eran destinadas a reuniones sagradas; b) que las rayas son li­ tremos. También, en la Punta de Pejerrey de Parakas se dibuja
neas genealógicas que determinan el origen y relaciones de pa­ como una Cruz sobre una colina con frente al Mar.
rentezco de los grupos reurridos en las plazoletas: y e) qUe las En el distrito de Guadalupe, poco antes de lea, sobre las
figuras han tenido finalidad coreográfica (2). faldas occidentales de Cerro Prieto, n6táse huellas evidentes de
El doctor Paul Kosok, a más de aceptar las opiniones de los figuras geométricas.
anteriores ya citados, en compañía de la señorita María Reich, En Tajawana al Sur de lea sobre una planicie en la que
agrega que las lineas misteriosas de Río Grande tienen relación existen: restos de cerámica de tipo Parakas, Naska y Chincha,
con la astJ:onomia (3).
acumulamiento de tierra y cascajo formando bordes, se ven ra­
He publicado algunos ensayos de este problema, con el nom­ yas y plazoletas.
bre de "Figuras Geométricas", err 1947 (4); en Actas y Traba­ En Okukaje IGm. 363, del Camino Panamericano, a extra­
jos del TI Congreso Nacional de Historia del Perú, año 1959 (5). muros de los terrenos de cultivo, antes de bajar a la casa ha­
cienda, sube una línea triangular hacia la cumbre de un cerro de
(1) Mej ia Kess.pe, Toribío - Seqes o Caminos Religiosos; Acta" 11 Tra­ poca elevación sobre el nivel del suelo.
bajos cimttElicol$ del Ccmgreso Int6TJ'l.G.donal de AmericaniBta8¡ T. 1.
p. 559-569, Lima, Perú. En la quebrada de Wayuri, KIm. 408, río abajo, a 5 K1m.,
una raya corre de Sur a Norte con Ulla longitud que pasa de 40
(2) Horkheimer, Hans - Rev. de lo IJnillerBidad tú Trujillo, p. 69, kilómetros y tiene seis a ocho metros de ancho. Esta es un ca­
año 1947.
mino de opo Inkaico, que no se reladona, por su estructura y
(3) Kosok, Paul - Wieh ColaboratIo" of ."laria Reich. The 1I1isteriom
';i\'lensiÓn. con las figuras de la Hoya de Río Grande.
o{ Nasco,. Natural IJist(Yf"y - Mayo, W4.7.

(4) RosseJ Castro, P. Alberto - Lineas Geométricas Prehispániens de


Río Grande de Naska - El Comercio, 15 enero, año 1947. Huya de Rio Grande de Naska. Actal! 11 T,.abajo8 del JI Congrt:­
"·¡/IIIClI de Hiato'no, del Perú. Vol. 1, p. 361. 359; año 1969,
(5) Rossel Castro, P. Alberto - Figuras Geométricas Prehispánicas de n,"_
198 ALBERTO ROSSEL CASTRO

Siguiendo aún más al Sur, en la quebrada de Río Grande y


Palpa, están las figuras de Pinchango, Klm. 419, cuesta arriba,
a dos kilómetros, que constan de una plazoleta trapezoidal de
200 metros de longitud; se orienta de Este a Oeste; y, en el ex­
tremo más angosto, se levantan dos montículos compuestos de
piedras pequeñas, de forma circular, de altura 50 cm.; en el otro,
más ancho, dibújase un círculo excéntrico que tiene por diáme­
tro 20 m. y el surco 50 cm. de ancho.
Encontré r uinas de viviendas de forma rectangular y de he­
rraje, edificadas con piedras y barro ; basurales, tumbas, batanes
y desperdicios de metal. Estas constr ucciones no corresponden
a la edad de las figu r as geométricas, por que muchas de ellas es­
tán edificadas sobre la superficie d{! algunas plazoletas. Los
fragmentos de cerá mica son monócromos de color nogal y negro,
rojo y blanco, cuyos element os pertenecen a la civilizaciórr CWn­
cha (F ig. 43) .
Baj ando hacia el Sudoeste, camino a Palpa, cruzando la que­
brada de Mollaque, se encuentran otras figuras de forma trian­
gular, en cuya superficie, posteriormente, se edificaron tumbas
cilíndricas que no pertenecen tampoco a la edad de las figuras.
En la l'inconada del f undo de rIEl Sacramento", a dos kiló­
Potograf{a del Servicio Acrcorotognfico NaciOJlJI. de las
metros de Palpa, en un plano inclinado, observé otras combina­ figuras geométricas de Pinchango NO 0- 4163. emítid;J
ciones de triángulos y lineas en espiral y onduladas, r elaciona­ al au tor con la au tOOzación J1lSpectiva.
das con la agricultura y el arte· textil.
E n la quebrada de Viseas, Sur de la ciudad de Palpa, a tres todas, y es cortada por otras líneas adicionales que corren de Sur
kilómetros cuesta arriba, se sitúan lineas, rayas y plazoletas que <1 Norte y que se distinguen unas de otras por su estructura.
se extienden toda la planicie denominada "IJipata". Así, por {!jemplo. hay lineas rectas edificadas con hitos de pie­
En el despoblado Pjedras Gordas, Klm. 431, sobre una pam­ dras colocadas en punta de trecho en trecho. Otras marcaciones
pa erÍa.Za que se introduce hacia el lado oriental, s{! descubren es­ puestas sobre los bordes de las rayas sin ser éstas propiamente
tas figur as : montículos. ¿ Qué finalidad habrían tenido estos signos? Ellos
no son puestos al azar. Tienen una finalidad más práctica. Qui ­
a) De una Colina o Plataforma Natural de 50 metros de i\s son señales para posteriores trabajos de perfección de las
altur a, se bifurcan nueve líneas en distintas direcciones. Dos de líneas; y, por eso, éstas se quedaron imperfectas e ilIConclusas
ellas que ba jan casi perpendicularmente a la base de dicha Coli­ (Fig. 448).
na, ÚD:ense con una raya de 7 . 50 metros de ancho por 4 KIm. de b) Dos lineas en surco, de UD pie de ancho. se cruzan cor­
longitud, cuyo. extremo termina en un triangulo. t nIDcado. Esta tundo la raya central; una se orienta exactamenre de Norte a
raya central que se orienta de Este a Oeste. es el más ancho de '111 y I:l otra tiene por rombo. 10° Norte.
200 ALBERTO ROSSEL CASTRO FIGURAS GEOIlETRICAS DE LA HOYA DE RJO GRANDE 201

c) El Camino Panamericano corta a la Raya Central, y a


un costado de ésta se descubre una plazoleta de forma triangu­
lar inconclusa con desmontes divididos en porciones para ser
desalojados fácilmente a los costados laterales; y,
d) Volviendo a nuestro punto de partida, vale decir, a la
cima de la Colina Natural, se presenta otra planicie en forma de
azotea en dirección al Este donde se hallan tres plazoletas tra­
pezoidales separadas unas de otras y entrelazadas por líneas en
surco. Cada plazoleta lleva ciertos signos convencionales. Así,
la plazoleta más próxima a la Colina, mide 150 metros de largo
por 23.30 m. de base y por 5 metros por su lado opuesto. Den­
tro del área de esta misma plazoleta se yerguen pequeños mon­
tículos de piedras menudas, puestos aisladamente, y a los costa­
dos exteriores circunscríbense otras figuras en f orma de hongos
o lóbulos. El lóbulo del centro mide 6 .33 m. de diámetro; los
de los costados 1. 50 m. y 4.50 m. 'rodo el conjunto seméjase a
las figuras decorativas de los cerami08 de la fase Clásico Naska.
Exornan, además, a la plazoleta cuatro líneas paralelas entrela­
zadas por sus extremos, UD túmulo rectangular cercado de pie­
dras laj as en punta, rellenado de piedras pequeñas, y de donde
se desprende una línea de Norte a Sur.
La otra plazoleta triangular del centro, enlazada por UDa lí­
nea en surco, de menos extensión que la primera, tiene los bor­
des formados por centenares de pequeños montículos que dan la
impresión de ser las cuentas de un rosario.
La última plazoleta trapezoidal está en el extremo oriental
de la planicie, junto a los cerros cisandinos, unida siempre por
una línea con el triángulo anterior y por una raya que toca al
cerro donde encontré cateos o socavones de minas (Fig. 44b).
En la quebrada del río Ingenio, se posicionan figuras geo­
métricas en los siguientes puntos: La Banda, Chiq uerillo, Ba­
rranca, Changuillo, Mal Paso, Santa Rosa, Koyungo. Pukyo, Sa­
linas y San Javier. E n Bogotaya, j unto al cementerio público
del distrito de Ingenio, sobre una planicie, se estilizan rayas y
líneas de forma textil que se cruzan entre sl, muy similar a una
trama y urdimbre de los tejidos (Fig. 45). Fig, 44 a. Dos rotos de b tinea central de Piedras GoJdas.
E n la pampa de Sokos, al subir por el Camino P anamerica-
202 ALBERTO ROSSEL CAb'TRO l"IGURA S GEOMETRI(' 4i; DE LA HOYA DE RJO GRAN DE 203

tU "1 LU PATA

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.,\, .. "
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"I¡II'

LE CHO SECO DE L A QUEBRADA DE


",. -.
PI E ORAS SORDAS

\R UINA3

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1¡'llt{~/~ II "~ •
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"'TOS ...... .......................... .

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MONTICULOS _ • :::.~ ••
LlHEAS EN SUIIICO
PLAZO LElAS <: j
DECLIVE DEL TERRENO <'"":'

Fig. 44 b. Plano Gelleml de bs Líneas Geométricas de Piedras


Gordas. Una raya central de 7.30 m. de ancho por
4 Km. de longítud. Unll terraza con pluoJelaS.
2011 ALBERTO ROSS'EL CASTRO

"ig. 45 Rayas y lineas de forma textil en la plazoleta de


Bogotaya. On8eo1o).

no, sobre el puente del río Ingenio, KIm. 446, se constatan nume­
'osas y complicadas figuras geométricM consistentes en líneas,
plazoletas, triángulos, dibujos de animales, siluetas de mons­ Fig. 46 Fotografía del Servicio AereoCotogrifico Nacíonal de las

truos y otras graficaciones. Muchas de las lineas se pierden en riguras geométricas dJ Sokos NO 0-4775. emitida al

el horizonte sobre una área de más de 400 Klm:l. Parece que fue autor con autorizaeión respectiva.

aquí el centro de desarrollo de estas abigarradas figuras de or­ se bifurcan lineas que tornan una dirección por donde. sale o se
den geométrico (Fig. 46). oculta el Sol en los solsticios y equinoccios del año, perdiéndose
en la cúspide de otros cerros después de reéOITPr m:i.q o menos
En la quebrada de Naska se descubren figuras geométricas 5.000 metros de longitud. En este lugar existe sólo una plazole­
sobre los cerros y planicies de Tierras Blancas, Kaj uh, Orkona, ta de forma tra.pezoidal que mide 800 m. de largo; de 70 m. de
Kantayo, Kajamarka, Estaquería, San Luis, Llapana, OkongaDa, ancho por su base; y de 50 m. en el otro extremo. Descúbrense,
Achako y Kawachi. Estos dos últimos lugares son los más inte­ además, dos rayas de 3 m. de ancho, las cuales se dirigen: una,
resantes por la conservación de las figuras, aunque muchas de a Soisongo; y la otra a Llapana, recorriendo una. distancia de
ellas tienden a su destrucción. Las figuras de Kawachi merece­ Klm. Sor; por las características de I~s rayas, éstas son cami­
rá en este mismo capítulo, más adelante. un estudio especial. nos de conexión a los terrenos de cultivo. o a las aldeas cercanas
Las figuras de Achako que están a cin-.:o kilómetros al Norte de
]a ciudad de Naska, junto al Camino Panamericano que cruza del valle.
transversalmente las líneas de esta zona, exigen una mención Por fin, a 20 Klm. más al Sur de Naska, en' la quebrada. de
más específica. Así, de un montículo o cerro de poca. elevación KO)lara, Las Trancas, Pajonal, Marcha, y en Aca.rí, pude ver fi­
FIGURAS GEOMEl'RICAS DE LA BOYA DE BIO GRANDE 207
206 ALBERTO ROSSEL CASTRO

guras aisladas como en las pampas de la Esperanza de Acarí que


actualmente ya están convertidas en zona de cultivo.
Del mismo modo, he llegado a comprobar influencias de las
figuras de N aska en otras regiones, más al Norte de Lima, tal
como en la zona de Repartición, derrtro del área arqueológica de tJ
Kal'awayllo, en el punto de Komas, poco antes que se poblara es­
te lugar sobr e la mano derecha del camino asfaltado que condu­
ce a la provincia de Canta; y, en la quebrada de Chancay, aguas
.. r ~""<I '¡ F 'qo ¿ ¡- "1

arriba, frente a las encrucij adas de Hornillos, pasando sobre el A"" e" C 1t0
puente de Palpa o Santo Domingo, j urisdicción del distrito de
Huaral, constat é en los cerros algunas rayas y líneas muy pare­
cidas a las de Naska (Lám. XV). ~ ..J
~
3. Instrumentos de precisión y trazos de las figuras.

El conj unto de figuras indican un sistema de planificación ooa._o

levantadas por técnicos. Son figuras netamente intencionales,


porque persiguen objetivos generales y parciales. La forma de 'Aelr' e o
.....
orientación que siguen cada una de ellas; la precisión en los tra­
zos; )a perfección de los trapecios y triángulos, hacen pensar en
el concurso de hombres versados en agrimensura o geodesia. Si
las galerías filtrantes de Naska fueron obras de Ingeniería úni­
Cafi en su género, mucho más las son, las figuras geométricas que
implicaron el dominio de la geodesia, por lo que se debe conve­
nir que ellas sean también, como otros productos culturales. ex­ UBICACION DE LAS FIGURAS
presión del ingenio de los 1l4lmbres nasquenses. GEOMETRICAS DE LA HOYA
DE RIO GRAtIlE DE - NAZI<A
Es más que presumible que los geómetras de Naska h~yan
usado instrumentos de precisión para los trazos de cada figura, LEYENDA
entre ellos: el Tupus, la Pértiga, el Astrolabio, el Cordel y el l - f'LAzaLCrA T.A"-mtQAl..

Nivel. t..- Cia •• OI

"---... ,,
El Topos consistía en una plancha de metal o de madera con
un orificio abierto en el centro y servía de visual al observador. L_ _ r

La Pértiga o poste de madera colocábase perpendicularmen­ Lám. XV Mapa de ubicación de 13.5 figunl geométricas de la Hoya
te sobre la tierra, y la misma reflejaba su sombra en un momen­ del río Grnnde en Nuka
to de la salida o puesta del Sol, o de la Luna. Entonces, aprove­
chábase para marcar con exactitud la longitud de la sombra en
relación con la altura del Sol. Esta operación se repetía cada mes
o cada año. El Astrolabio era un teodolito manuable y sencillo,
YIGURAS GEOBlETBJOAS DE LA. llOYA DE RlO GRANDE 209
208 ALB ERTO ROSSEL CASTRO

tinguir las suplantadas por roanos del hombre moderno de nuas.


compuesto d9 un t ubo de madera o terracota, del que pendía una
tra siglo. Esta comprobación no se puede hacer sino 'en el pro­
plomada, con el fin de determinar las verticales y el rumbo de
pio terreno, recorriéndolo de extremo a extremo. Existen, pues,
las Uneas. Los antiguos egipcios usaron también este instru­
plazoletas destrozadas intencionalmente cuando se construyó la
mento para los trazos de sus palacios. El Cordel y nivel de agua
Carretera Panamericana. Se han utilizado, actualmente, algunas
se han utilizado principalmente para los trabajos de las galerías plazoletas como campos deportivos por estar situadas j unto a
fi ltr antes. Diferemes sectores que he visitado, comprueban un
ciertas aldeas; se usan las lineas a manera de caminos 'de herra­
sistema de trabajos de tipo standard. Las líneas, plazoletas y
dura; los montículos sirven, a veces, de pilastre a los que doman
rayas que aún quedan a medio construir son ejemplos bien cla­
caballos, cuyos animales, al correr imprimen con sus cascos cier­
l'OS del proceso de confección de cada una de ellas.
tas figuras como discos. A esto se agrega la, frecuerrcia de los
Una vez hechos los t razos, y ]os hitos equidistantes unos de turist as o aficionados que, sin el menor escrúpulo, par no andar
otros, por los más expertos o técnicos, vendl'ían otras manos no a pie, se introducen con sus vehículos motorizados por entre las
menos hábiles que se encargaban de abrir las zanjas. Si las li­ plazoletas y rayas.
neas eran r ectas se abria el surco como si hubiese pasado por alli
un arado; si t riángulos o trapecios, los desmontes se agrupaban 4. Clasificadón e ínterpretación de las figuras geométricas.
en porciones para el fácil acarreo en "parihuelas" (especie de an­
garillas con dos palos laterales) y se depositaban a los costados Conviene ahora discutir el problema y sentar las bases de
con el abj eto de formar bordes y dar mayor visibilidad y sime­ su interpretación. ,Los materiales encontrados en' las diferentes
tría, impidiendo, de este modo, la confusión de una plazoleta can ODas de la Hoya de Río Grande y de los Valles de lca, son abun­
otr a. Es así como se pudo distinguir, en el propio terreno, las dantes, lo cual me han permitido hacer comparaciones unos con
líneas modernas superpuestas sobre las más antiguas. otros, clasificándolos por grupos. Estos grupos geométricos, en
cuanto a su apreciación objetiva, son semejantes como nacidos
El panorama que se divisa de arriba hacia abajo (por ej., de un mismo padre común; pero, en cuanto a su significación
de un avión) es bast.ante sugestivo. los bordes aparecen de un cuantitativa o intrínseca, son diferentes. Esto me ha permitido
color rojo oscuro o plomizo y el área limpiada de un color amari­ clasificar a todas las figuras geométricas. en este orden:
llento claro. De un avión no se aprecian las verdaderas perspec­
tivas que siguen las líneas, ni la e1'l'Ormidad de su trayectoria. Primer Grupo: Proyecto de Irrigación y parcelación agraria.
El juego de luces, según las horas que cruza un avión sobre el
valle geométrico, presentan a los pequeños montículos circulares Segundo Grupo: Los Túmulos.
como si fueran habitaciones ruinosas. Este hecho le sucedió al Tercer Grupo: Estilizaciones del arte textil.
doctor I-Iorkheimer, cuando observó desde el avión, en el KIm.
39, al Este de la hacienda de San Javier, dentro del perímetro Cuarto Grupo: Los observatorios astronómicoS.
de las r ayas, construcciones ruinosas de aldeas antiguas que él Veamos las pruebas que aporta para cada uno de estos
mismo cr eyó que eran la clave de sus investigaciones. Nos cons­
tituimos al propio terreno con la máquina fotográfica en la ma­ rupos.
no, y uespués de largo caminar, comprobamos que habían sido .1 • 1 . Primer Grupo: Proyecto de IrrIgación y parcelación
montículos posicionados dentro de las plazoletas.
agraria.
Gran parte de las fotografías aéreas tomadas en distintas
epocas sobre el panorama geográfico, don'cle están graficadas las Las numerosas figuras geometlicas de las pampas de "So­
f iguras, ponen todos los detalles verdaderos y apócrifos. Por kos", entre ellas, laa plazoletas. líneas, rayas, tlÍmulos, estiliza­
mucho que se vea en la fotografía cierta claridad, hay que dis-
21(}
ALBERTO ROSSEL CASTRO FIGURAS GEOME'l'RIOAS D E L A HOY A DE R IO GRA NDE .211
ciones de animales, caras humanas y plantas del medio ambiente,
y el abono, y de convertir cada parcela en un terreno permanen­
han sido objeto de variadas interpretaciones; y parece que a quf
te de cultivo, a semej anza de las pequeñas terrazas o andenes de
debió ser el centro de una poderosa escuela geodésica antigua,
la región andina. Se descubre, a úrr más, parcelas que están abo­
de donde se han irradiado de Sur a Norte por las quebradas o nadas con h ojas de plantas, hierbas marinas, guano de la isla,
valles del Chillón y Chancay.
cenizas y estiércol de llama.
Por la posición que ocupan las figuras, en zona despoblada, El panorama de Sokos presenta al observador una compli­
desprovista de vegetación por f alta de h umedad, lejos de los
cada. red de líneas que se cruzan en distintas direcciones y que
centros urbanos, no pueden haber sido centros de recreación, de
se entrelazan casualmerrte con más de quince P ARCELAS, de as­
emplazamiento de los agregados sociales, o corrales sagrados con
pecto trapezoida~ con bor des a los costados que miden, por tér­
fines religiosos, ni observator i.os astronómicos, ni caminos sa­
mino medio, 800 m. de lar go por 100 m. de ancho. Lo dicho no
grados. Ellas debieron tener una finalidad más práctica, de
puede negarse. La prueba está aquí. Véase en el plano (Lám.
acuerdo a la mentalidad de un pueblo industrioso y traba jador XVi) . La Parcela V es trapezoidal, con bordes laterales, mide
como lo fueron los hombres de la CiviIiYAción Naska, eminen te­
mente agrícola. 840 ro. de longitud por 100 m. de ancho en su extremo más am~
plio; la superficie aparece barbechada y abonada en toda su área
La agricultura y la irrigación f ueron patrimonios sólo de interior. Dicho sea de paso, el barbecho es un sistema ancestral
altas civilizaciones. Los autores modernos han considerado a los de agrorromia en los pueblos prehistóricos, que consistía en re­
Andinos y Amazónicos, en el Perú Prehispánico, como los prime­ mover la tierra descansada o fértil y dejarla así por un tiempo.
ros experimentadores de la agricultura e irrigación, concretán­ Además, encontré varias estilizaciones de animales y plantas, c~
dose a estudiru' las TERRAZAS o ANDENES que se descuelgan mo las de una Tarántula, de un buitre, de un Varee y de un
hacia la Floresta o hacia el Litoral. No han tomado en cuenta, guarango. El dibujo de la tarántula, araña peluda, venenosa, de
sin embargo, la agricultura Prehispánica de la Costa Litoral Ma­ aspecto temible, de ocho patas, con boca en tenaza y con abdo­
rítima, por falta de un estudio integral de cada civilización re­ men, mide 33 m. de largo; las patas delanteras 15 m. y las de
gional. Precisamente, a 10 largo del Mar Pacffico, existieron ci­ atrás 17 m.; el abdomen 11 m. de diámetro; la linea que circuns­
vilizaciones de mayor arraigo como la de Muchik, en el Norte' cribe la silueta de dich o animal es 50 cm. de ancho. En la lite­
Parakas y Naska, en el Sur. latura prehistórica de los pueblos del Perú, este insecto relació­
nase con la agricultura: es símbolo de la fecundidad y riqueza.
La civilización Naska, superó técnicamente, en este Hori­ Por esta razón, el antiguo agricultor nasquense, domin'ado por
zonte, a otras civilizaciones con el sistema de irrigación por ga­ esta misma idea ancestral, representa. a la t arántula siempr e jun­
lerías fil tJ'antes (ya mencionadas) y en el reparto de las tierras to a las parcelas de cultivo. E ste mismo animal da origen a una
por el sistema de parcelas o pozos, que consistía en dividir las linea que se desprende de una de las patas inferior es y sigue el
ár eas agrícolas en forma triangular, rectangular o trapezoidal. rumbo de 250 0 h asta tocar a un túmulo situado en la parcela nú~
Cada parcela, pozo o Kollo, como los agricultores nasquenses de mero 3 (Fig. 47).
h oy sigue denominándolo con este nombre, era marcada visible­
mente por los cuatro costados con bordes de piedras, ripio y cas~ El buitre ave rapaz; de 127 m. de largo; de 108.50 m. de
caj o que se extraían de la superficie interior de cada pozo, al ruus; las pat as 13 ro.; el pico 26.70 m. Representa eJ1 la mitolo­
tiempo de hacer la limpieza. Estas parcelas tenían, además, una rfa peruana al arqu etipo o signo precursor de la lluvia; persiste
medida standard de 800 m. de largo por 80 m. a 100 m. de an­ IlÚO en la mentalidad de muchos pueblo~ indígenas la idea que
cho ; se descubre, también, acequias conectadas por el ángulo BU~ lumdo el buitre baja de las alturas y atraviesa velozmente por
perior. Los bordes hacíanse con el fin de conservar la humedad !tlf:. quebradas, dejando tras de sí el ruido aterrador de sus- ale­
\lusaS alas, ella es signo mensajero de la proximidad de las 11u­
PLANO, DE ANTEPAOYEC19 DE CINCO
PARCUAS AQRARIAS DI: "*Ol!I

LE T ,E _ DA

ClIL_ ACEQUIA .
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Lam. XVI.
~'IGU RA S GEOMETRI CAS DE LA HOYA DE Rl O GRANDE 215
214 ALBERTO ROSSEL CASTRO

MRCE1.AS o • POZOS·
BUITRE

Fig. 48 El buitre es símbolo precursor de la6 lluvias en la mito­


[TARANTULA] logía nuquense.
I';sta Íllterpretaciótr explica el porqué de su presencia en estas
pampas desérticas.
El huarango, árbol leguminoso muy estimado por los anti­
1l0S agricultores, de estructura fuerte e imputrecible, se usó
iempre para confeccionar las galerías filtrantes, las tumbas, los
1I\strumentos de labranza y hasta los utensilios domésticos. Di­
Parcllos O N POZOS" ho árbol está estilizado; el tronco con sus raíces y ramas leño­
lue terminan en horqueta sin hojas ni frutos (Fig. 49) .
Fig. 47 La tarántula slmbolo de la fecundidad en la vida agríco­ Por último, algunas parcelas de Sokos y Achako, llevan ado­
la prehistórica.
tdus a sus costados laterales líneas onduladas, no muy anchas
vías en la Sierra que han de humedecer y fructificar las tierras. lIi muy profundas (mide por término medio 40 cm. de ancho) I
Por eso, no es de extrañar la estilización de esta ave rapaz en llll! es similar a los surcos que actualmente usan en sus sem­
estas pampas de planificación agraria. Una línea azimutal que I,,'lus los agricultores del Valle de Naska. El sistema ondulado
tiene 60° y va a morir en un t úmulo, corta el cuerpo del buitre ÍI di! "caracol" de las lineas tenía por finalidad guardar la hume­
y otra, de Norte a Sur, cruza el pico (Fig. 48). ,d y el abono.
El Varee, es una planta marina de la familia de las algas, 1.105 paleo-agrónomos de N aska. para dar irrigación a las
muy abundante en las playas de San Nicolás que, de preferencia, íI1HlI,,~ de Sokos, habían proyectado desviar las aguas del río
~e utilizó como abono de las tier ras en vez del guano de la isla.
fl GtrnAS GEOMETRICAS DE LA HOY A DE RIO GRAND
217
216 Á LBERTO ROSSEL CASTRO

Ingenio por medio de una acequia, cuya toma debió de estar si­
tuada al lado oriental del pueblo de Ingenio. Existe hitos a lo
largo de las faldas de los cerros, por donde debla cruzar la ace­
quia. Todo ~llo; refuerza la tesis, de la existencia de una enor­
me planificación prehistórica agraria en las Pampas de Sokos;
que, desde luego, sería un error sostener que esas líneas o rayas
sean astronómicas.

4.2. Segundo Grupo: Los Túmulos. Pareela.

Túmulos -término latino que significa- montículo artifi­


cial. Vale deci1'; un montón de piedras puestas sobre las sepul­
turas. El túmulo corresponde al término indígena de .. Apachi­
ta" que significa también montones de piedra, o adoratorios de
caminantes, o vana observancia idolátrica. Pero, es una mani­ HUARANGO
festación colectiva de animismo en el campo de la psicología.
En mi recorrido por diferentes partes del suelo peruano, he
porlido apreciar cierlas costumbres ancestrales de grupos socia­
les, relacionadas con los túmulos, como éstas:

a) Las porCIOnes de piedras dejadas en' sitios estraté­


gicos, ya a la vera de los cami.nos que serpentean por las faldas
de los cerros, ya al cruzar las cumbres de los picachos andinos.
son adoratorios de los viajeros; porque el caminante, al pasar VAREe
por una 4'Apachita", tiene que dejar una piedrecita como ex-voto,
para no coger el "mal de viento~', el "soroche" o la '~eta". La
enfermedad del "soroche" fue de mucho cuidado para el antiguo RJrcelo. o
peruano al tiempo de trasmontar la cordillera; esta enfermedad ·POZOS·
consiste en ·una iDten~a cefalalgia, esto es, malestar general acom­
pañado de vómitos y hemorragia por las narices. Como medida Fig.49 El hombre nasquemt utilizó el Vetee de abono de laa
de precaución para combatir este mal utilizábase la acción aro­ tieaas, y el huarango. para las galenas, tu In bas e instru·
mática de un arbusto que crece en las mismas alturas y es cono­ mentos de labranza.
cido con el nombre de ''Piriuya", cuyas hojas se toman en efu­ clue el viajero, unas veces, al dejar una -piedra, pronunciaba es­
sión o simplemente se frotan las sienes. El '!soroche" conócese, La. plegarla: "¡Ohl Déme la felicidad en mi viaje, para poder re­
hoy en día, por la enfermedad de Monge, por haber este facuJ­ gresar por este mismo camino". En seguida aspergeaba sobre el
tativo estudiado ampliamente la génesis de dicha enfermedad túmulo sus orines con el fin de no coger el mal de "Chukcho",
andina l;uya denominación se aplicabaa a la fiebre del paludismo. Otras
b) Las "apachitas" situ~das a la ve.r:a de los caminos ac­ veces, tenía por objeto asegurar la fidelidad de su mujer o "com·
cesibles a los valles de la Costa, eran repisas sagradas, en las puñera" durarrte su ausencia.
218
ALBERTO ROSSEL CASTR
F IGURAS GEOMETRICAS DE LA HOYA DE RlO GRANDE 219
c) Algunas "Apachitas" servían de puerta de entrada a
la8 almas de los dif untos que se iban de esta vida a la otra. Pe­ Los túmulos cuadrangulares y rectangulares se encuentran
ro, antes de este tránsito, todas ellas tenían que ser sometidas en las pampas de "Sokos", situados fuera del área de las parce­
a unas pruebas de rigor que consistían en que las almas de los las. Se asemej an a los antiguos t úmulos de los egipcios, cuando
hombres lazaban, de cierta distancia, con sus hondas o "wara­ éstos levantaban montones de piedras sobre la sepultura de los
ka", una piedra sobre la Apachita. j Ay de estas almas qUe no cadáveres humanos. Empero, en este lugar, no se hallan restos
pudieran dej ar su ex-voto sobre el túmulo ! Era por que estaba h umanos ni otros signos que evidencien este hecho. Los tipos
manchada de pecados; enton::es, regresaban llorosas para vagar de formas rectangulares (A y B) los descubrí en la parcela Nn
por el mundo hasta cuando se pur ificasen totalmente de sus cul­ 1 de Sokos, en cantidad de 47 y miden más de 2 m. a 4 m. de
pas. Esta leyenda se conserva con toda nitidez sobre la Apachi­ largo por 60 cm. a 80 cm. de ancho. La circunstancia de pose­
ta de "Kakawasruko", en el pueblo de San Agustín de Pariak, cionarse cerca a una aldea arrtigua, hace pensar que en estos ado­
provincia de Can ta. He aquí, la persistencia anímica err los gru­ ratorios se rendía culto a los muertos en relación con algún To­
pos h umanos. tem O "Pakarina". Los r itos ceremoniales consistían en deposi­
tar, en ciertas épocas del año, piedras sobre el t úmulo como sig­
Los túmu los de la Hoya de Río Grande son promontorios de no~ de recordación.
piedras que se agrupan denh'o y fuera de las plazoletas, toman­
do dist intas formas y dimensiones en número irregular sin con­ Los túmulos cónicos (Tipo C y D) hechos unos por agrupa­
tener restos humanos. Esta Particularidad, requiere entonces mientos de rodados de río y otros por acumulamiento de piedras
hacer un estudio, clasificando los túmulos por tipos. He procu­ pequeñas que miden, aproximadamente, UD metro de diámetro
rado, a base de confrontaciones, analizar cuatro formas o tipos por 50 cm. de alto, se encuentran en las figuras de Kantayo, en
de túmulos: Cuadrangulares. rectangulares, cónicos y ovoides número ne 15. En uno de ellos, al ejecutar un corte, encontré.
(F'ig. 50). en el subsuelo, un pozo sepulcral de 20 cm. de diámetro por 30
cm. de altura, que contenía huesos de animales, quizá de vizca­
chas o cuyes (véase corte vertical). Ellos eran repisas sagradas,
en las cuajes se sacrificaban y enterraban animales en holocaus­

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to de la "Pakarina" de "Cerro Blanco", de cuyas entrañas bnr
tan las aguas que corren por las galerías filtrantes de "Kanta­
yo", El rito, seguido de danzas, celebr ábase en tiempo de las
limpiez.as de los acueductos.
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Los túmulos ovoidales (Tipo E) consisten en porciones de
B · '.,. ,' 'Q.:;. ". ' • ." . ,.' piedras pequeñas o ripio que apenas miden 10 cm. a 20 cm. de
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diámetro, por 8 a 10 cm. de alto y se sitúan, a veces, dentro de

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las plazoletas o bien a orillas de las rayas. Los túmulos de este

D ", :Ay ·
lipo se ven dentro de una raya del observatorio de Kawachi, que
se orientan a la puesta del Sol en el solsticio del 21 de junio. Los
túmulos, en este caso, pueden representar a un con junto de ci­
clos de años astronómicos ya transcurridos desde su formación.
Si Kawachi es un calendario, los túmulos de este lugar deben es­
tar en relación con la astroJromia. Túmulos de este tipo, descu­
Fig. 50 Túm ulos cU2drangulares. rectangulares, cónicos. O\Ioides, hrí también. en número considerable, en Piedras G«das de LIi­
unidos a las figu ras geométricas.
22U
ALBERTO ROSSEL CASTRO FlGURAS GEOMETRICAS DE LA HOYA DE. R10 GRANDE 221
pata (Palpa), dentro y fuera de las rayas o plazoletas de las que
ya se hizo mención. ¿ Qué aplicación práctica tendrían estas figuras ? El hecho
de estar muy cerca a los terrenos de cultivo, las parcialidade.s
4 . 3. Tercer Grupo: Estilizaciones de Orden Textil. agrarias ejecutarían sus danzas en tiempo de la recolección de
los frutos. Numerosas parejas de hombr-es y mujeres, irían dan­
Comprenden plazoletas, rayas y lineas que se combinan in­ zando pOI cada línea al son de una música típica: las de la tra­
tencionalmente para representar signos de orden textil con fi­ ma estarían vestidas de un color y las de la ul"dimbre de otro.
nes netamente coreográficos; todas ellas, casi siempre, sitúanse Es así como rendían culto al dios de la. Reproducción, cuya dei­
j unto a los centros de cultivo, o sobre la cima de los cer ros de dad aparece con frecuencia en los ceramios nasquenses de la fase
donde se originan las galerías filtrant es. clásica, simbolizando la fecundidad en la agricultura. Para con­
vencerme hice un ensayo de reconstrucción con 100 niños esco­
Los dibujos que se estilizan sobre el suelo, unas veces, pre­ lares que iban cantando una marcha triunfal, unos tras de otros,
sentan figuras de la trama y ]a urdimbre; y otras, un ovillo con siguiendo el curso de la figura textil I Qué maravilla me causó
una aguja, los cuales servían de camino para las damas que se contemplar figuras móviles de seres humanos que se mezclaban
ejecutaban en tiempo de la recolección de los frutos o de la lim­ entre sí empeñando la mirada! (Fig. 51).
pieza de las galerías fil trantes.
La figura que estiliza un ovillo con una aguja, se registra
La figura que representa la trama y la urdimbre de los te­ en la zona de Kantayo (quebrada de Naska). sobre una planicie
j idos, se encuentra en la zona de Sacramento, situada al Norte encerrada entre dos flancos de cerros del contrafuerte andino
de Palpa, a 3 KIm., j unto a la vera del Camino Panamericano, de "Cerro Blanco". De esta ensenada. como ya he mencionado,
sobre una superficie inclinada. ElI dibujo ha sufrido el flagelo se origill'a la galería filtrante de Kantayo, y vuelvo a insistir que
de los siglos; la erosión del viento y del "Wayko"; la incuria de ésta tiene relación con la figura estilizada sobre la superficie
lo~ agricultores o aldeanos de la región que actualmente cami­ del suelo.
nan sobre Jos trazos; y, muy apesar de ello, aparecen las moda­
lirlades propias de la trar:na y la urdimbre, de cuyas combinacio­ Las caracteristicas propias de esta figura son: adopta la
nes resaltan otras formas sin hacer ángulos sino curvas. raya central una forrna rectangular que mide 800 m. de largo
por 30 m. de base y termina en punta, tocando muy cerca a un
Así, el triángulo central mide 150 m. de largo, por base 30 túmulo de piedras. Esta raya se parece mucho a una aguja que
m., de cuyo vértice se desprende una línea de 50 Clll. de ancho atraviesa por un costado a una línea en espiral que da vuelta
que serpent ea, paralelamente, a la misma altura, da ocho vuel­ nueve veces, y se desprende en zig-zag dieciséis veces cruzando
tas y se abre oblicuamente, para replegarse otra vez en cuatro la línea central y rodeando en curva a Jos catorce túmulos. E l
líneas paralelas y termina en una raya más ancha con tenden­ conjunto configura a un ovillo atravesado por una aguja, en
cia hacia la formación de un triángulo. Esta linea representa a cuyo extremo se engasta un hilo en el ojo de una aguja (Fig. 52).
la trama. Además, en el mismo triángulo central, se dibuja, de A fin de precisar mejor la finalidad de los túmulos, ejecuté
Sur a Norte, otra línea de un metro de ancho que serpentea en
ángulos desiguales nueve veces y se entrelaza con dos líneas de un corte vertical a uno de ellos, y pude encontrar un pozo o cista
la trama an terior, para estilizar dos figuras semejantes en es~ sepulcral que conterua huesos de cuyes o vizcachas. Este hallaz·
piral, de 50 cm. de ancho, y terminan en lÍll'eas paralelas de nue­ go me comprobó-la superVIvencia de una costumbre ancestral de
ve vueltas, las cuales representan a la urdimbre. Las figuras guardar dentro de una cista los restos de animales que eran sa­
que se sitúan má.s al Norte, se han borroneado por completo con I'rificados en holocausto al dios Agua, representado en la Nutria.
el transcurso del tiempo. Por lo e~-puesto, las figuras de Kantayo utilizábanse para fi­
nes coreográficos. cuando se terminaba la limpieza de las galerías
2 A LBERTO R OSSEL CASTRO FIGUHAS GEOMETR ICAS DE LA HOYA DE RJO GRANDE 22."

4 .4. Cuarto Gr upo : Los Observatorios Astronómicos.

Su descubrimiento, en la Hoya de Rio Grande, conf ormados


por lineas y rayas concéntricas hacia la cumbr e de Jos cerros o
por una platafor ma nat ural o artificial, plantea otro problema
de vi tal importancia. Ellos no pudieron haber sido caminos rea­

'"
les o sagrados ; tampoco plazoletas con fines agrar ios J. Enton­
ces, qué significarían ?
El primer toque de atención lo hizo el profesor Paul Kosok
el año de 1941, anunciando que todas las figuras geométricas de
]a Hoya de N aaka era el libro más grande de astronomía en el
mundo, por tanto estas lineas tenían relación con la astr onomía.
El r eferido autor nunca pudo probar en qué consistía esta rela­
ción y hasta dónde habria avanzado el conocimiento de los sabios
nasquenses en cuestiones de geodesia y astronomía.
En cambio, la señorita María Reich, me parece un poco más
precisa en sus ppiniones escritas en un foUeto de treinta páginas,

LINEAS GEOMETRICAS DE CARACTER TEXTIL


"KANTAILLO" 'N AIIIA 1

Fig. S 1 Figura textil que represenm la trama y la urdimbre. Zona


lit: Sacnunento, Palpa.

~
subterráneas de Kantayo. E ntonces, Jos grupos humanos de la

.~
parcialidad de Kantayo. ejecutarían sus danzas, bailes y demás
r epr esentaciones al au:e libre. Los eapectadOl'es de la fiesta se COIIT E VEIITICAL
posesionaban sobre las faldas del cerro) lado Norte, donde se des.
cubren, precisament e, asientos a modo de andenes.
TU..ULOS .

Aún más; en la quebrada de Ingenio, en el punto de Bogo­ aSTA SEPULCIIAL


COIITENIENDO HUEllOS DE ANIIIALD
t aya, descubrí una figura de carácter textil, dedicada a las dan­
zas agrarias por estar sit uada bastante cerca a los terrenos de
cultivo. Fig. 52 Un ovillo con llJla aguja. Zona de Kantayo, Naaka.
224 ALBERTO ROSSEL CASTRO FIGURA S GEOMETRIOAS DE LA HOYA DE RJO GRANDE 225

dividido en secciones. En ellas, ubica los dibujos por quebradas; talación con t odos los equipos astronómicos, sino como un siste­
indica sus formas y visibilidad por avión; los tamaños y detalles ma especial de r egistros astronómicos de los años lunares o so­
característicos de algunas pistas que se bifurcan de los montícu­ lares escritos sobre la superficie del suelo, cuya lectura, pr ecisa­
los artificiales. Habla de su objeto y finalidad en párrafos muy mente amerita a la Historia de la Civilización Naska.
cortos para un problema de bast ante envergadura astronómica
y que hubiera querido leer el pronunciamiento a UIl'que no total, Los observatorios se sit úan en las quebradas donde ha sur­
per o ampliado siquiera en parte, sobr e los puntos de vista de co­ gido la agricultura. Los más importantes y de mayor conserva­
rrelación astronómica, anunciados insistentemente por ella en ción están' en los siguientes lugares: Pinchango y Llipata, en la
periódicos y r evistas. La citada autora, como que se arrepiente quebrada de Palpa; Ac.hako y Kawa.ehi, en la quebrada de Naska.
dc' abordar el pr oblema, t r ae un solo ejemplo expresado en este Estos observatorios no se identifican en cuanto a su aplica­
párrafo: " ... aW1que no entraré más detalladamente en obser­ ción, se diferencian unes de otros. Mientras en uno se registraba
vaciones astronómicas, reservando las investigaciones hechas al una estación lunar o una inclinación solar en los meses solsticia­
respecto, para una p ublicación siguiente, no puedo dejar de men­ les de junio y setiembre, en otro se completaban los equinoccios
cionar un ejemplo, el cual una vez que el material acumulado es­ de marzo y diciembre. Sin embargo, el observatorio de Kawachi
t é suficientemente para dar un respaldo amplio a la hipótesis era el calendario aplicable, parece, para las cuatro estaciones del
proporcionaré una información muy valiosa. Se trata de la pis­ año. Era el principal oráculo de donde emanaba la suerte de los
ta en lado Este del mapa, Grab. N9 68 (Achako), la que comien­ agricultores del Valle.
a al pie de los cerros. En realidad, sube un poco por la pendien­ El estudio de los observatorios ya mencionados de la Hoya
te, como se ve en la fotografía (Grab. N 9 54), de SU final. La dE' Naska, es bastante arduo para un solo hombre. Para conse­
misma cadena de cerros forma la linea del horizon te, teniendo guir un resuJ tado concreto de todos ellos, se necesitada el traba­
dos cortes que corresponden exactamente a los dos lados de la jo técnico repartido por equipos; tales como: de topografía, geo­
pista (Grab. No 61), lo que implica que haya sido construida con
desia, astronomía, antropología, arqueología, etnografía. foto­
vista al Norte. Después de medir y analizar su orientación, se grafía, etc.
llegó al siguiente resultado: Entre 500 A.C. y 1.500 D.C. nada
más que una sola estrella se ha visto en esta dirección lo que ocu­ Por este motivo, me voy a ocupar únicamente del Observa­
rrió entre los años 500 y 780, intervalo en que otra estreUa de torio de KawadU.
Osa Mayor dista a las cuatro anteriores mencionadas, tuvo su
ocaso entre estos dos puntos el cual señaló el fin de noviem­ Este se posiciona en el K1m. 456 del Camino Panamericano,
bre" (6 ) . , 6 Klm. al Oeste, en un desierto, en el Hemisferio Meridional,
\ 14° 51~ Latitud Sur y 74° 58' 15" Latitud Oeste del Meridiano
Como se ve, en este suscinto párrafo eD'Cierra todo lo que dó Greenwich. Aquí descubrí 21 líneas o rayas concéntricas ha­
en materia astronómica se ha escrito hasta el presente, sobre los da una plataforma natural graficada sobre el suelo, las mismas
"dibujos gigantescos" de la Hoya de Naska. IUt' enrumban en distintas direcciones con medidas de longitud

La existencia de colinas naturales o artificiales de las que Ih''\iguales, cuyos detalles son estos:
se bifurcan líneas o rayas en distintas direcciones, la he deno­
1\) Una plataforma natural formada de tierra arcillosa que
minado Observatorio Astronómico, no en el sentido de una ins­
levanta del llano, poco más o menos, de S m. de altura con pro­
ngación al lado Suroeste. Los "huaqueros" o husmeadores de
ullcrros, en su afán de encontrar algún tesoro, abrieron zanjas
(6) Reich, Maria - Los Dibujos Gigantescos en el 8Uslo de la8' pampas huecos por distintas partes, haciendo perder su configuracIón
de NQ,8k(f, y Palpa, pág. 23 Y 24é ano 1949.
226 ALBERTO ROSSEL CASTRU I"IGURAS GEOMETRICAS DE LA ROYA DE RJO GRANDE 227

primitiva. Sobre la superficie del terreno encontré algunos frag­


mentos de cerámica dispersos de la fase Naska y de coJor negr
azabache de estilo Parakas. ~\'

PLANO DEL OBS ERVATOR IO DE KAWACHI
b) Convergen a la plataforma 21 lineas o rayas de dife­
rent es tamaños que se orientan en distintas direcciones. Los es­ L EYE NDA
tudios preliminares los hice con la ayuda de una brúj ula. Des­
pués f ueron rectificados con un teodolito, manej ado por la seño­ - 21 LINEA S QR AYAS CONCEN T RI CA S _
- SOLSTICIO DE 2.1 DE JU NIO INI CIO OE
rita Reich. Saqué en limpio, por errtonees, la orientación preci­ CO SE CHAS
sa de algunas líneas que creí de importancia para la defensa de - SOLSTICIO DE DICIE MBRE INICIO OE L
esta tesis. Así resultó que la linea trazada en dirección magné­ SEMBRIO
EQ UI NOC CIALES DE SETIEJllllfIE
tica Norte, tenía una ligera desviación de 00.25" Este; y ésta - LINEA S
y MARID.
mide un pie de ancho por una extensión longitudinal de 5 K1m. IIC-u... ! ' I D 000
Y termina en la cúspide de "Cerro Negro", poco más, de 15 m. Elcol o ' " l O 000 ( U n •• . . . - - '
E ICGlo l ' 3000 (Un,os eaf'l.antrt=­
de altura, donde pude observar a un costado la figura estilizada
de una cara humana cuyos ojos se formaban de montículos de
piedras pequeñas (Lám. XVII).
La l'aya del lado Este marcó un ángulo de 84° 37' 01" Nor­
te: de 6 m. de ancho por 4 KIm. de longitud; se parece a un ca­
mino carretero con bordes a los costados; las continuas avenidas
de los "Waykos" la han destrozado por varias partes abriendo -l
quebrarlas hondas; la misma raya toca con un cerro color rojo -~ ...
ladrillo y sube por la pendiente y dobla hacia atrás donde se for­
ma sobre el suelo una plataforma trapezoidal.
' " . ' 0 0•

Las rayas que llegan a la plataforma principal de Kawachi,


por el costado Sur y Oeste, son más anchas y longas de 30 ro. a
el:...... A
"') III
50 m. de ancho por 300 m. a 700 m. de longitud. Sirven de limi­ /11
te~ de algunas de estas rayas, varios montículos de piedras pe­
queñas orientados con precisión en un mismo sentido; y de otras,
los montículos se ubican dentro del área. Por ejemplo: la raya
de 58° 51' 07" Sur que mide 36.50 m. de ancho por más de 700
m. de largo, tiene a los costados varios montículos alineados téc­
nicamente, y no están colocados al azar. Las lineas del extremo
Norte se bifurcan unas de otras conservando su distancia eQul
tativa de diez en diez grados. Lo que está. indicando un prohlr
ma de precisión geodésica.
Ahora bien. ¿ Cuál sería el diagnóstico más acertado, pnrll Uro. XVII hano del observa.torlo de Kawachi.
indicar el objeto de cada una de estas lineas o rayas? ¿ Con f/U
FIGURAS GEOMETRIOAS DE LA HOYA DE roo GRANDE 229
228 .u.BEBTO f{OSSEL OASTRO

cada 150 años y existiendo en la misma raya una variación de


fin el geómetra nasqu~nse trazó estas figuras que convergen a
16 0 51' 07", r esulta, pues que la raya A t iene una edad, hasta el
un mismo centro?
21 de junio de 1949, de 2.400 años; por decir lo menos, que llega
Al suponer que haya sido un calendario solar o lunar, con a 451 años A.C. Esta misma figura, por el costado más próximo
el fin de marcar los principales ciclos solares o est aciones del año, al Sur, se habría utilizado para registrar la puesta del Sol en el
debió pasar para su formación, posiblemente, muchos años de solsticio de verano del mes de diciembre, época en que el Sol se
experimentación. Para conseguir su estabilidad, a través de los aproxima más al Sur al momento de ocultarse. Los túmulos de
tiempos y de las generaciones, debió existir, también, signos con­ los costados, tal vez, tengan alguna relación numérica de repre­
vencionales, porque la tradición oral no habría podido ser un me­ sentar cada uno de ellos una evolución o cambio cada 150 años,
dio de perennidad de una ciencia como ésta, que lleva necesaria­ 10 que equivaldría a un signo de estabilidad. Desgraciadamente,
mente signos escrituranossimb61icos. Entonces, ¿ cuál sería la muchos de ellos se han perdido o borroneado con el tiempo, por
clave de su interpretación? el descuido y la poca o insignificante importancia que se da a
estas cosas de orden arqueológico.
En la actualidad, las figuras de rayas y líneas de Kawachi,
todas han cambiado de dir~cción con relación a la salida y pues­ Hay otro punto de referencia. En el solsticio de diciembre
ta del Sol en 108 solsticios y equinoccios de] año sol m'. Esta va­ d~ 1949, cuando el Sol salió por el horizonte más bajo del Este,
riación, casualmente, me ha servido de punto de partida para pen­ la sombra de nuestra pértiga se orientó con la raya B (lado Oes­
sar en un registro solar y de ahí deducir su cronología. le) , que tiene por ángulo 79° 52' 00" Norte; mide 15 m. de an­
cho con innumerables montículos o túmulos en el área interior,
He aquí las pruebas : el Sol en el solsticio de invierno del y lo que me indicó esta !'aya se refería al solsticio de diciembre.
21 de junio de 1949 (Hemisf. Merid.), salió por el horizonte a
horas 6.45 marcando un ángulo azimutal de 58° 51' 07" Norte, Por último, la raya que se dirige al Este con un ángulo de
sin poder coincidir con ninguna de las líneas o rayas trazadas B·l° 37' 01" Norte, con una longitud de más de cuatro kilómetros,
por el extremo Norte y después se ocultó a. horas 5.40 por el parece que es la línea equinoccial de setiembre y marzo. El Sol,
rumbo 74° Norte. A fin de precisar la salida del astro en aquel NI la actualidad, con relación a esta raya tan larga, ha variado
21 de junio (tal como lo usaron los antiguos Naska) , pusieron una fIn rumbo, puesto que sale por 79° 52' 00" Norte, existiendo una
pértiga al centro de la plataforma y ésta proyectó la sombra en tliferencia de 4° 85' 0111 •
dirección de la raya ancha A (la que está en el plano Sur) y mar­
Todo ello demuestra que hubo dos fechas astronómícas im­
qué inmediatamente con un punzón por donde la sombra irrum­
JJ!Jrtantes en el año: el 21 de junio, fecha solsticial, cuando el
pía. Sobre esta base, busqué, en seguida, su orientación precisa
Sol se aproxima más hacia el Norte, y se iniciaban las cosechas:
valiéndome de ]a ayuda de un teodolito que me suministró el
el 22 de diciembre (Vernum), cuando el Sol se apartaba del
rumbo de 58° 51' 07" Sur, cuyo dato me comprobó que la. raya
Norte, dábase principio al sembrío. La agricultura no pudo sur­
anterior se refería a la salida del astro en el solsticio de 21 de
ir sin el Calendario que pTecÍ8ara las estaciones y regulara los
junio. Esta raya 80lsticial de junio inicióse con el t razo sólo de
una linea; y a medida que el Sol iba "éambiando de dirección en os por ciclos solares a largo plazo.
ciertos perIodos de años, la misma raya primitiva se quedaba sin Estas manifestaciones objetivas son verdaderas escrituras
objeto. Entonces, era necesario agrandarla avanzando uno de t!ladas en símbolos ideográficos y representados por rayas, li­
sus bordes en dirección del nuevo cambio solar. Concretándome; s y montículos que se utilizaban para registrar los años y las
la raya A evolucionó de 42° Sur hasta el 58° 51' 07", punto en l.uciones divididos en 360 0 • Las rayas se agrandaban a medi­
el que se estacionó la marcación. Si al suponer que el Sol, en su do tlue iba variando el Sol en su marcha aparente por el Hori­
marcha aparente por el Horizonte, ha sufrido un cambio de 1 °
230 ALBERTO ROSSEL CAST RO

zonte, tal vez, en cada ciclo de 150 años ; lo~ montículos qUlzas
servirían para este fin d~ señalar los ciclos de años solares.

5. Civilización a que pertenecen las figuras geométricas.

A través de este capítulo, he inteIrtado fundamentar una t e­


sis que la form ulo categóricamente : las figuras geométricas de
al Hoya de Río Grande y de los Valles de lea, pertenecen a la Ci­
vilización Naska.
Esta afirmación la baso en los siguientes hechos: CAPITULO XI

a) Las relaciones que existen ent re dichas figur as geomé­ HORIZONTE FLORECIENTE
t ricas con las galerías filt r antes ;
LA MUSICA NASQUENSE
b)La identificación que tienen ciertas líneas, plazolet as y
r ayas en un plan de irrigación con la Civilización Naska que fue 1 . La antara, BU forma y decoración.
em jnentemen ~ agrícola; 2. Escenografía mll8ical.
3. Interpretación de 108 sonidos mulÚcales.
c) Por haber demostrado que el Calendario de Kakachi tie­ Grabación de las notas en UD pentagrallUl.
ne una edad que avanza a 451 años A. C., dejo al elevado crite­ 5 . Conclusiones.
rio de otros científicos, con el respaldo de nuevos aportes e in­
terpretaciones de la ciencia arqueoLógica, subestimar, rechazar 1. La antara, su forma y decoración.
o mejorar esta tesis, nacida al calor de mi profundo amor por el
pasado peruano. La música es el canto del alma; es el lenguaj e del espíritu
popular y la manifestación más fiel de la psicología individual o
colectiva. Ella fue primero, antes que el lenguaje, la que servía
de médium para que el hor.lbre comunicara sus sentimientos en­
tre sus semejantes. .
La música nasquense, cronológicamente hablando. es muy
anterior a la. Inkaika. Es la más complicada y la menos tonoCÍ­
tlll. Se la ha confundldo casi siempre con el pentáfono illkaiko
IJ ue al compararlo con el cromatismo de la música N aska, resul­
f u1"Ía aquélla la música decadente.

Son escasos los autores que han tratado de la música nas­


(Iliense en su verdadera amplitud. Los esposos franceses Raoul
Margarita Ú'Hancourt han hecho estudios como nadie hasta
dlClra caD' materiales recolectados de varias regiones del Perú,
I.lf!l1ominando a su trabajo a "groS3o modo" "Música Incaica".
in embargo, se admiran de lo extraño del sonido de algunas
232 ALBERTO ROSSEL CAST1l.0 LA MUSI CA NASQUENSE 233

antaras de Naska (1) . El señor Andr és Sas publicó (1939) un calonada y por su estilo diferente ; y, a ún más, ellas pertene!!en
artículo titulado "Ensayo sobre la música Nasca" (2 ) , en el que a civilizaciones muy posteriores. Asi mismo, en los cementerios
analiza 28 antaras de procedencia de la Hoya de Naska, las que de las civilizaciones de Chincha, Chancay y Pachakamak. se han
f ueron adql.1iridas, por el Museo Nacional de Arqueología (ant es encontr ado antaras de cañas en trelazadas con hilos de algodón
sit o en la Av. Alfonso Ugarte) por compra y decomiso. El mis­ o de lana en colores que pr esentan los t ubos pirograbados con
mo Sas descubre en ést as la fr ecuencia de los sistemas diatóni­ signos escalonados y con grecas o f iguras r ectangulares. En los
cos y cr omát icos, y el empleo de intervalos y ligeramente meno­ ceramios escultóricos de la civilización Muchik, se constat an se­
r es. Trabajos más concr et os no se han hecho. Precisa, enton­ res humanos tocando antar as de caña. T odas 1M antaras de este
ces, hacer un est udio específico de estos element os culturales, párrafo jamás se identifican con las de Naska.
para reconstruir la histor ia y hacer resaltar otr o aspecto de la
Civilización Naska que culminó en el mismo Horizonte F lore­ Las ant aras de Naska cuentan con tres a catorce t ubos mu­
cient e. sicales; al menos hasta ahora, no se ha tenido noticias de un ma­
yor n úmero de tubos. El t amaño de cada ant ara es variable des­
La música Il'asquense está escrita, grabada y perennizada de 7 cm. hasta 50 cm. de largo. Por informe del "Ruaquero"
a través de los siglos, en un instrumento llamado ANTARA. Es­ Pompeyo Maldonado que recibi en N aska supe que éste, en una
ta, en Kechua, significa : Fla ut a ; en aymará, denominase: Sikus de sus tantas exploraciones impíricas, había descubierto, dentro
(flaut a ) , tal como en P uno y Bolivia, así la nombran. de una tumba, en la zona de Majuelos (Naska), una momia des­
hecha, rodeada de 32 nntar as, y, una de ellas, llegó a medir 1.20
La antar a es un instrumento de viento hecha de terracota. .m. de alto. Lo que significaría que el músico para tocar esta
sometida a cocción, compuesta de vanos tubos ci.l.ú:rdricos desi­ antara, tema que hacer lo de pie, apoyando el vértice de la misma
guales unos de otros y alineados en fila simétrjcamente. En sobre el suelo.
cuanto a su forma, predomina el triangular, aunque hay muchas
antaras de un aspecto odontiforme, es decir, como dientes que se 2. Escenograffa musical.
engastan en las encías de una mandíbula. La forma t riangular
de algunas antaras de cinco tubos es similar a la palma de una El arte de representar, en objetos plásticos, todas las esce­
mano que se extiende desde la mnfieca hasta el extremo de los nas o manifestaciones h umanas de la civilización Naska, estuvo
dedos, los que estarían, a su vez, representados por los tubos relegado a un orden secundario. Djóse, en cum.bio, preferencia
musicales; o, tambjén, se identifican con las figuras geométri­ el arte pictórico. No obstante este sello característico, laij gen­
cas de las pampas de Sokos, muchas de las cuales son de forma tes de la civilización Naska han repr esentado escenas escultóri­
triangular. La decoración de las antaras es polícroma, o sim­ '~as bast ante expresivas y de mucha envergadura. Una de ellas,
plemente de un solo tono. ~s la encontrada por el Dr. Julio C. Tello en el pueblo de Ingenio
Las antaras o flautas de caña sólo se han exhumado de t um­ (Naaka) . (3) que consist e en una placa con figuras escultóricas,
bas de t ipo Tiawanako o Inka. En los cementer ios de Kaj amar­ de un hombr e, de una mujer, de dos muchachos, de una mucha­
quilla (Lima) Max Uhle extrajo antaras muy parecidaa a laa de cha, de t res loros y de cuat ro perros. Todos ellos caminan en l!jJ
Naska ; pero, se distinguen de éstas, por su forma triangular es­ 'Itmo de alegria, amenizad o por el taiíido de una antara que la
jecuta el varón ; éste transporta sobre el gorro de su cabeza,
laramente deformada en sentido Fronto-Occipital Cirrolar erec-
(1) Raoul y Ma rgarita D'Ha.n court. La Mv.3'ique rU8 Inca et 3es survi.
nana8. TeIlo, Julio C. - Un modelo de EseenografIa Pláatiea en el Arte
(2) Bas, Andrés. E nsayos sobre la música Nasca. Re'!). Mu.86b Nac:ionaJ. Antiguo Peruano - Wira-Koeha., Re'IJ. Pernana, Vol. 1, p. 87-106,
- T. VIII, p. 12-139; año 1939. Lima-Perú.. año 1981. Lima, Perú.
2ll
ALBERTO ROSSEL CASTRU
LA ~USIOA NASQUENSE
235
ta, dos antaras más; la mujer (esposa) que pr esiona una anta~
ra en cada mano, lo acompaña con su dulce silbido, por cuya cau~
sa tiene los labios r educidos; del mismo modo, los dos muchachos
que llevan Tembetá pegado en los labjos (4) : uno canta, mien­
tras el otro sil ba. A este grupo de familia, únense los loros que
se diferencian por sus colores; el de la muchacha, el plumaje es
verde con pintas amarillas sobre el dorso de las alas ; y Jos dos
de la mujer, el que está en el hombro ~quierdo, tiene las alas
inferiores matizadas de rojo y las superiores de amarillo anaran~
jado, con pintas negras; y el que descansa en el hombro derecho,
las alas son de color azul y con visos negros y amarillos las ex~
tremidades. Los loros, por su aparien<'Ía psicolÓgica, son silba­
dores y muy hábiles de producir la imitación; por eso, quizás, en
esta escena fonnan parte del conjunto musical (Fgs. 53-54).

• e c:

A·C

Flg. 54 Descomposición de los personajes musicales.. El c:eramlo


pertenece 3 b elapa Clásico Na.ska.

Además, existen dos piezas escultóricas de la Fase Clásic,j


Naska que pertenecen al Museo de Antropología de Magdalena
Vieja de Litna. Una de ellas (Sp. 3/6526) representa a un hom­
bre en posición sentado que toca una antara con la mano dere-­
,~ ha; los tubos de ésta, para el registro de las notas musicales
19udas, están al lado izquierdo del músico; sobre la rodilla des­
('.ansa un tambor de cuero inflado de forma ovoidal; la mano iz­
IlIierda sostiene una maza de madera o de metal que servía pa-
Fig. 53 Una p13c3 Con Cigura, e!ICultóricas de un conjunto musical. I tocar el tambor y una sonaja también de metal colocada h()­
l'izontalmente a la altura de la oreja izquierda. El músico viste
(4) Tembetá. Tenbé-labio; ¡!.a-piedra; pero aquí los muchachos llevan 1111 "trouse" adornudo de 41 antaras, las cuales se reparten así:
en el labio inferior un ornamento, posihlemente, de género. 11 grandes, 5 medianas y 25 pequeñas. Mide este ceramio escw­
írico 18.30 cm. de alto y 10 cm. de base. La otra muestra es­
ulLórica (Sp. 3/6366) presenta la imagen de un músico que toca
236
ALBERTO ItOSSEL CASTRO
LA. llUSTOA NASQUENSE 237
una antara colgada del cuello como un pectoral y cubre su cabe­
za un sombrero y un antifaz a la altura de los ojos (Fig. 55). he seleccionado por grupos, no tanto influenciado por su forma
3. Interpretación de Jos sonidos musicales. o decoración, como aucederla en los demás ceramios ornamenta­
les o funerarios, sino en cuanto a su manifestación intrÍllSeca de
COD' el propósito de poder seguir un sistema adecuado en el la nota musical emitida por cada tubo. Los sonidos musicales
estudio de la interpretación musical de las antaras de Naska, las para poderlos escribir he usado un pentagrama en la clave de
Sol; aun cuando los bardos nasquensen usarfan otros sistemas
muy originales adaptados y conocidos exclusivameme por ellos.
Cada tubo de una antara emite al soplar una nota musical.
Los tubos largos dan notas graves y las cortas notas agudas.
Tener en la mano una antara nasquense, es muy semejante a un
organillo. Conviene iniciar el estudio de lo simple a lo compues­
to, para resolver este problema, y ejecutar el registro de izquier­
da a derecha, y de la nota más grave a la más aguda.
Las antaras estudiadas aquí, pertenecen, una parte, al Mu­
seo de Arqueología y Antropología de Magdalena Vieja de Lima,
facilitadas gentilmente cuando era Director la ilustre doctora
Rebeca Camón Cachot; y la otra, al Museo Regional de Ica. A

~

a.r.~,TWI
~/'S"

I ••"""'O @ fin de poder captar el sonido preciso de cada tubo, me valí de .la
ayuda de las cuerdas de un violín.
Analizaré 52 antaras de . Naska, de la más simple a la más
compuesta, siguiendo un orden numérico en relación con el nú­
mero de tubos. Están repartidas en tres láminas: XVIll,
XIX, XX.
En la lámina XVIII, dibújanse en su color natural: rojo, ne­
gro-gris y blanco, 25 antaras que producen los sonidos siguien­
les:
I 2
• 2
'~J..;
WJ fODa
ANTARA N9 l. Es de forma de un diente canino, cuya co­
la constituyen tres tubos y la raÍl. servirla de mango; mide

" le largó 21 cm. por 8 cm. de boquilla; de color gris, adornada


l. 17 ~
~,~
on una cara en alto relieve; circundan a ]os tubos unas lineas
en colores alternas de blanco y negro cuyos hilos aj ustan a Jos
'('b tubos. Fue decomjsada a don Miguel Montie! Ruiz, natural

Fig. SS
.t,1 Naska, el año 1932; está numerada, en el libro de inventarios,
Un cantoro ~p. 3/6526 que repre~nL1 a un músico ve 11 la fracción 32/410. Los calibres de los tubos son desjguales
lido de Irouse adomado de 41 añt:mus; y Olro Cllnlnro
Sp/. 6366 qUIl muestnl a un musico tocando su antara. dun las notas musicales: Do, Re, Fa. Con un tono mayor de
n a Re y un cuarto de tono.
23 ALBERTO ROSSEL CASTRO
II UJ IV v VI

NTARA Nv n. De cinco tubos; de 18 cm. de largo por 8


cm. de boquilla; de color negro plomo; pertenece a la colección
Janhnckee, Lima. cuyo ej emplar aparece en el libro de los D'
court; es sumamente interesante por su decoración incisa eje­ no
cu tada antes de la cocción y se estiliza sobre la superficie al dios ,
.....
N aska. Se ej ecutan las notas siguientes: Lab, Do, Mib, Fa, Lab;
con un acorde perfecto de: Lab, Do, Mib, Lab, y con un relativo ' AHHCMU LIMA
de F a; y con tres intervalos de una tercera disminuida. No in­
dica su procedencia. y 111

ANTARA Nv m. (Sp. N9 3/6783). De cinco tubos de cali­


bres desiguales ; de color negro azabache; de 19.30 cm. de lar­
go, de 8 cm. de boquilla; con dos orificios en la parte media que
servía para ensartar un hilo y ponérselo sobre el cuello el músi­
co; fue adquirida para el Museo de Magdalena por compra, sin
tener, desde luego referencias de su exhumación. Esta pieza re­
produce las notas siguientes: Dol, Mi, Fa, Sol, La; en cuya es­
c~a registrase una tercera aumentada de: Do# a Mi; medio tono
de Mi a Fa; y dos tonos de Fa a Sol y de Sol a La.
ANTARA N' IV. Consta de seis tubos, de calibres dispare­
jos; de color gris pardo; de 18 30 cm. de largo por 9 cm. de bo­
quilla; procede de los cementerios de Kopara; vale decir, de la
tumba N9 2, Seco 3, Cementerio Q (Expedición Arqueológica di­
rigida por e! Dr. Julio C. Tello, año 1929). Al tocarla se oyen
estas notas: Re#, Fa#, La, Si, Re, Mi. En esta escala resulta un
acorde perfecto con dos sostenidos: Re¡, Fa¡, La, Re#. Por su­
puesto distin to al acorde europeo de Re mayor que no lleva Re#. ltlV
No insisto en hacer una comparación con la música transporta­
da de Europa, sólo es un'a pauta para nuevos estudios superiores.
ANTARA N' V. Pertenece al Museo Regional de lea (M. l.),
marcada con el número 720. La mayor parte de los objetos de
arte prehistóricos que se exhiben en dicho Museo son adquiridos
por decomisos y compras de colecciones particulares; por eso,
carecen de la etiqueta científica q\le señala el lugar, la tumba,
el cementerio y la sección de donde proceden. Esta antara mide
18.30 cm. de largo por 11.30 cm. de boquilla; de color rojo oscu­
ro ladrillo; tiene seis tubos, uno de ellos malogrado. Apesar de
ello, exhiben estas notas: Re#, Sol, La#, Do, Re.
Uni. XVIlJ Veinticinco antuas polloromadas de 3 a 11 tubos, de
roana rectangular y odontifoane.
240 ALBERT O ROSSEL (,AS'TRO LA MUSleA NASQUENSE 241

E ste instrumento musical, sin ninguna duda, es el comple­ tán mruogrados tres tubos : 1, 2, 3. Al soplar origina estas IlO­
mento de la ant ara M9 IV que, posiblemente, se tocaban las dos tas: Fa~, La, Si, Re. El doctor Tello extrajo esta antara del
juntas y producían entonces una de las escalas t ípicas de cro­ cementer io de Koyungo. Mide de largo 19.30 cm. por 11 cm. de
matismo con sostenidos: Re#, Fa# Sol, La, La#, Si, Do, Re, embocadura.
Re#, Mi ; en la que hay t res tonos y seis semitonos. Aquí, no ca­ ANTARA Nt X. De color rojo, con estilizaciones de semi­
be aplicar la escala menor eur opea que consta de tres tonos, de llas, roto uno de los tubos de mayor calibre ; la encontré en Nas­
un tono y medio, y de tr es semitonos. ¿ Qué secreto encier ra es­ ka, en una colección particular del señ,or Guido Roncagliolo, Y
ta escala con la nota inicial sensible de Re# ? Es otro puntal pa­
ra un estudio de mayor profundidad. registré estas notas : F a#, Si", Do, Re, Mi". Las not as musica­
les de esta antar a son únísonas como las de la antara M9 VIIL
ANTARA N' VI. Aseméjase, en su forma, a un aj í dividi­ A NTARA N' XI. De color negro azabache; de 15 cm. de
do por mitad; de color negro azabache. Hállase en el Museo Re­ largo; de siete tubos, cuyos extremos están rotos y mal repara­
gional de lea con el NQ 714; de 18 cm. de largo por 9 cm. de em­ dos. Debajo de los tubos hállanse dos orificios con fines utili­
bocadura con seis t ubos fusifonnes. Reproducen estas notas: tarios, pues sirven para penderla con un hilo sobre el pecho.
Mib. Fa, Sol, Si", Do, Mi". Aquí, en esta escala se descubre un Produce las notas: Fa#, Si", Si, Re, Re#. (Sp. 3/6781 - Museo
acorde perfecto de Mi" y COIl su relativo de Do Menor ; aun cuan­ Antrop.).
do el Fa, no correspondería a este último acorde. Estos acordes
es otra interrogante en la música nasquense. ANTARA N' XII. Está fichada con el N' 166-2; procede de
la Necrópolis de Paruas; de color gris oscuro, con un solo hueco
ANTARA N' VD. De arcilla fina.; decorada con tres colo­ para el pase del hilo de suspensión; mide 22 cm. de largo por
res: blanco, rojo oscuro y negro. Estilizase, en una de sus ca­ 9.30 cm. de embocadura. De siete tubos cilíndricos algo aplana­
ras, cinco aves de origen costeño, las mismas que siempre se re­ dos; el sexto (de calibre roto) aparece malogrado; da las notas:
piten en los demás objetos de alfarería de estilo Naska. El gor­ Fa, Si, Do, Mi, Fa#, Sol. La escala se inicia con una cuarta alta
geo- de este- animal (que en Naska lo denominan Chaucato) tan de Fa a Si; de Si a Do, medio tono; de Mi a Fa#. un tono; de
dulce y melódico, fue quizás el inspirador del músico nasquense. Fa~ a Sol, medio tono; y en el caso que haya sido La, la nota
Mide 17.30 cm. de largo por 10. 30 cm. de embocadura. Se exhi­ malograda, resultaría lo siguiente: dos tonos y dos semitonos.
be en el Museo Regional de lca con N' 1426. Las notas son las
siguientes: Sol, La, Si", Si, Do, Re, Re#. ANTARA N' XIII. Signada con el número 715; sin proce­
ciencia; pertenece al Museo Regional \le lca; tiene ocho tubos,
ANTARA Nt vm. Sp. 3/6790 del Museo de Antropología uno de ellos malogrado; de color rojo oscuro; adornado con cua­
de Magdalena Vieja, Lima, adquirida por compra sin referencia tro corolas de flores blancas, contorneadas por lineas negras ; se
de origen; pero, clasificada dentro de la f ase Clásieo Naaka; Ilescubren estas notas: Fa, La, Do, Re, Mi, Fa, Sol. Sin ningún
tiJízase la típica divinidad que campea en esta E t apa sobre wr l\cc.idente, todas son notas naturales. Obsérvase un acorde de:
fondo rojo. Mide de largo 19.30 cm. por 11 cm. de embocadura. Fu, La, Do, Mi. Al comparar éste con el acordec europeo de Sol
Da estas notas: Fa#, Sol, Sib, Do, Re, Mib. El primer tubo, de Mayor y su relativo menor de Mi, solamente faltaría el acciden­
calibr e más doble, está malogrado. En el supuesto que éste ha­ b' Fa~.
ya marcado la nota musical de Mi", se tendría el mismo caBO de
la antar a N'I VI; que vale a un acorde de: Mi", Sol, Si", Mi". ANTARA N' XIV. Tiene el Nq 1248 (Museo Reg. de Ica);
nide 20 cm. de largo por 8.30 cm. de embocadura; de color gri­
ANTARA Nt IX. De color rojo, negro y blanco. Dibújase, ceo; de ocho tubos; los dos primeros están rotos, los. cuales
en una de sus caras, 14 semillas de frijol sobre un fondo rojo mpiden dar una descripción completa; sin embargo, dan estas
dividido por rayas negras; la embocadura es de color negro; es- lIólns: Mi, Sol, Sol#, Si, Do, Re,.
242
ALBERTO ROSSEL CAl>'TRO LA MUSICA NASQU ENSE 24~

ANTARA N9 XV. Sin número (Museo Antrop. de Lima) ; de: Sib, Dob i y un acorde: Re, Fa#" La, Re ; cuyo instrumento
de ocho t ubos ; el primero y el últ imo están mal reconstruidos; ha tenido a La como nota dominante; como cadencia el Dob y
de dos colores : blanco y negro que se alternan entre si; con dos el Sib.
aguj eros para enlazar el cordón de suspensión; de 17.30 cm. de
largo por 11.30 cm. de em bocadura. Tiene estas notas: F a#, ANTARA N' XXII. Sp. 3/6778. Museo de Antrop. de li­
Sol, Si, Do#" Re#,. Apréciase en esta escala cierta tendencia a un ma: de color rojo indio ; de 10 tubos; mide 20 cm. de largo por
acor de de : Sol, Si, Re#" Fa#,. 14 cm. de boquilla; ornamentada con cálices de ají de color blan­
co y negro. Tiene esta escala: Sol#, Do, Re, Mi, Sol~, La., Do,
ANTARAS N's. XVI-XVIL Son en su fonna, decoración Re, Fa; obsérvase un acorde de: Do. Sol, Do. La nota domi­
y r eproducción de sonidos musicales unísonos. Miden ambos ins­ nante es La; la cadencia se ha realizado de Sol# a La.
tr umentos 9 cm. de embocadura por 21 cm. de largo; pertenecen
al Museo Antrop. de Lima, con las iniciales de Col. PastOl'; de ANTARA N' XXllI. De color negro claro, algo plomo; de
ocho tubos cilíndr icos. El t ubo de calibre más doble de la antara 10 tubos; de 12.30 cm. de largo, por 10 cm. de boquilla; perte­
N~ XVI hállase roto; de color negro con figuras blancas al cos­ nece al Museo Regional de l ca adquirida por compra; modula
tado inferior de los t ubos. En ellas se escuchan estas notas: estas notas: Mib, Sol) Sib, Do, Re#, Fa, Sol, Si, Do.
Do, Re#" Fa#" Sol, Si, Do, Re#,.
ANTARA N' XXIV. Pertenece al Museo Antrop. de Lima;
ANTARA N9 XVIll. Col. Tello. Sp. 1/1108 _ Museo de de color rojo oscuro, de 10 tubos; mide 29 . 30 cm. de largo por
ntrop.; de color noga]; de nueve tubos; con dos agujeros para .14 cm. de ancho; tiene el tubo N9 1 malogrado; repercute estas
dar paso al cordón; el primero y el último de los tubos están notas: Fa, Sol#, Do, Re#, Mi, Fa, Sol. La, Si. Al comparar las
inutilizados; de 18.30 cm. de largo por 11 cm. de boquilla. He notas musicales de esta antara con las de la amerior No xxm,
aquí las notas musicales: Do, Re, Mi, Sol, La, Si, Re. Otro caso resulta que se complementan entre sí; por eso, cuando se unen
similar a la antara N9 XIll con una eacala compuesta de notas las notas en un pentagrarna resuJta una perfecta escala cromá­
naturales en la que se descubre un acorde de Do mayor. Al su­ tica bastante caprichosa, compuesta de bemoles y sostenidos, de
ponel" que el tuvo NQ 1 produjo la nota musical La, ya se tend:ría tonos y semitonos, de notas unisonas con intervalos de tercera,
un acorde Menor de La. I¡uinta y octava. Véase: Mib. Fa, Sol, 801#, Sib, Do, Do, Re#.
Mi, Fa. Fa#, Sol, La, Si, Do. Las notas de las dos antaras, cuan­
ANTARAS N's. XIX-XX. Sp. 3/6774 - 3/6775 respectiva­
do se hace un registro, dan la impresión de un acorde lúgubre.
mente; Museo Antrop. de Lima. De dos colores negro y rojo
l ..a n'Jta dominante y la cadencia de la frase musical es Mib.
claro; de 10 tubos; de 28 cm. de largo por 13 cm. de boquilla ca­

da uno; fueron adquiridos para el referido Museo por decomiso. ANTARA N' XXV. Sp. F.U';975, Museo Antrop. de Lima;
Los tubos de ambas amaras dan notas unísonas: Re, Solj, La, dE.' color negro claro; de 11 tubos; de 28.30 cm. de largo por
Do#, Re, Fa, Sol#. La, Do, Re. En las notas musicales unísonas 15 .30 cm. de boquilla; están inutilizados los tubos 1, 6, 7, 11.
de estas dos antaras, se encuentran un acorde perfecto: Re, Fa, Los tubos San'os dan las notas: Fa, Sol#. Do, Re#, Sol, Si, Do.
La, Re. Muy distinto al acorde de Re Mayor europeo que lleva
sostenidos o acddentes: Fa y La. En la lámina XIX represéntanse 12 antaras en colores na.­
urales de rojo claro y ced:ro; de 11 a 13 tubos, cuyas notas mu­
ANTARA No XXI. Sp. 3/6784; Museo de Antrop. de Lima; ¡cales están en las escrituras que siguen.
procede por decomiso; de color gris; de diez tubos; de 23. 30 cm.
de largo por 13.30 cm. de boquilla; y se encuentra esta escala: ANTARA N' XXVI. Sp. 3/6808; Museo de Antrop. de Li­
Fa, Sih. Re, Mi, Fa#. La. Si. Re, Mi; e11 ella existe Ull semitono na i de color rojo claro; de 11 tubos con embocadura aplanada
ji v.eramente, fusiforme; de 17 cm. de largo por 13.30 cm. de
244 ALBERTO ROSSm.. CASTRO
X 1(1 X
XXY 111
XXVII
boquilla. Es, del mismo modo, complemento de la antara N° )(XYI

XXV. e inicia la escala con una nota de tercera disminuida: Do~,


Mi, Sol#, La#, Si, Mi, Fa, Sol, Si, Do, Re. Las dos antaras al to­
Jltrn¡O

,O¡,
carlas simultáneamente originan una escala muy parecida al Si
Menor europeo con el 801#, Lat. Hela aquí ; Do#. Mi, Fa, IJ ..1
II
801#. Lal, Si, Do, Re, Mi, .Fa, Sol, Si. SI, Do, Do, Re, Re. En la
primera escala de Mi a Mi se cuentan cuatro semitonos y cuatro
tonos. s "..0.

ANTARAS N 9s. XXVIJ-XXVlIJ·XXIX-XXX. Son anta­


I .
ras de nok1.S unísonas Y. a la vex, complementarias, las cuajes
forman un solo cuerpo musical de varinda armon1a; pertenecen
al Museo Antrop. de Lima.
Las antaras N·ls. LXVIl-XXVllr son similares de color, :xxx X~XI
XX)!I I
XX)(1I1
forma y tamaño; el doctor Julio C. Tello las exhumó del cemen­
terio Q de Kopara el año de 1929. La. primera antara (Nq
XXVII; - Sp. 1/1152) mide 36.30 cm. de largo por 17 cm. de
boquilla; tiene 11 tubos, de los cuales 1, 2, 3, están fragmenta­
dos; y, más aún. presenta una fractura ya recorrstruida en la
parte media ventral. La segunda antara (Nq XXVIII - Sp.
1/1139), de 11 tubos, tiene dos tubos malogrados: 1, 11.
Las antaras XXIX (Sp. 3/6785) y XXX (Sp. 3/6809) fue·
ron adquiridas por decomiso V miden 32 cm. de largo por 15. 30
cm. de ancho labial; de color grisáceo. La reconstrucción de la XXXVII
antara No XXX, se ha hecho sin técnica; pues, la baba de la co­ XXXV

la ha chorreado a 108 tubos interiores; de esta manera. los inuti­


lizados son: 1, 2. 3, 4, 11.
Apesar de estas imperfecciones, las cuatro antaraS da esta
escala con dos octavas: Si, Re, Fa, Sol, La, Si, Do, Re, Mi. Fa,
Fa#, Sol, La, Si. La escala se inicia con un intervalo de tercera
alta: Si a Re. En ésta se reglstran dos acordes: Re, Fa, La,
Do; -Sol, Si, Re, Fa#. Este último es un acorde de Sol menar, I, /
I
porque lleva Fa#. V S/~n

ANTARAS N'a. XXXI (Sp. 1/1119), XXXII (Sp. 1/1118).


Fueron extraídos del. cementerio de Kopara, en la expedición ar­
queológica de 1929; forma parte de la Col. Tello, Museo de An·
tropo de Lima; de color rojo claro; de 15 cm. de largo por 14 cm. Lim. XIX
()oCe antaru monócromu de II a 13 tubol, de ronna
de boquilla; de 11 tubos cada Un'a; proporcionan notas musica- triangular.
46
ALBERTO ROSSEL CASTRO LA M1JSICA NASQUENSE 247
les unísonas. La escala se inicia con un intervalo de una cuarta nogal claro. He aqui las notas que repercutan las antaras si­
alta ; y , al tocarlas de izquier da a derecha, por la nota más gra­ guientes.
ve, pr od ucen estas notas: La, Re, Fa, Sol, Si, Do, Re, Fa, Sol, La,
Si, con un acorde : Sol, Si, Re, Fa. ANTAR A N' XXXVIll. Sp. 1/ 1126 - Museo de Antrop. ;
de color negro plomo; con una franja blanca alrededor de la bo­
ANTARA N' XXXIII. Sp. 35/7769, Museo de Ant r op. de quilla; de 13 t ubos cilíndricos; de 44 cm. de largo por 20 cm. de
Lima; de color nogal de 12 tubos ; de 16 cm. de largo por 14 cm. boquilla; fracturada en dos partes por su vért ice inferior, por
de boquilla; pr ocede de los cementerios de Poroma (Sur de Ko­ cuya causa el tubo más doble de sonido grave est á malogrado.
para-Naska); está rota por- s u parte media inferior, por cuya Este instrumento fue exhumado del cementerio de Kopar a, t um­
causa se han obstruido los tubos 1. 2, 3. Los restantes originarr ba N9 6; y produce estas notas: Si, Mi&, Sol, Si, Do, Re, Re#. Fa,
esta escala: Re, Mi, Sol, Do, Re#, Fa j , Sol, Sol#, La#. Sol, La, La#, Si. El tubo N' 1, o sea, el tubo más doble, posi­
ANTARA N' XXXIV. Sp. 3/6776 ; Museo de Antrop. de blemente, daba la nota grave Fa. Est a escala se identifica con
Lima; de 12 t ubos en perfect as condiciones; de color rojo daro; la antara anterior N' xxxvn. y en ella se encuentran dos acor­
de 21 cm. de largo por 15 cm. de boquil1a, reproduce estas notas: des perfectos: Sol, Si, Re, Fa; - Si, Re, Fa, La.
Sol#, Do. Re#. Fa#, Sol#, La#, Do, Re, Fa, Sol, La, La#. ANT ARA N' XXXIX. Sp. N' 693. Museo Regional de lea ;
ANTARA N' xx...'XV. Sp. 3/6776; Museo de Antrop. de Li­ de color rojo claro; sin procedencia; tIe 43 cm. de largo por 18
ma ; de color rojo claro; de 18.30 cm. de lar go por 13.30 cm. de :m. de boquilla; de 12 tubos; dan estas notas: Sol, Do, Fa, La,
boquilla i de 12 t ubos, con roturas en su vértice inferior que ha Do, Re, Fa, La, Si, Do, Mi, Sol. Son notas sin accidentes.
comprometido al tubo 1 de sonido más grave. Suministra estas ANTARAS N's. XL-XLI-XLll-XUII-XUV. La suerte me
notas: Sib, Re, Fa, La, Si, Do, Re, Mi, Fa, Sol, La. Si estas no­ ('upo haber encontrado en el Museo Regional de lea, estas cinco
tas se intercalan con las de la antara N'1 XXXIV, originase esta ntaras que tienen la particularidad de formar un solo cuerpo
escala: Sol#. Sib, Do, Re, Re#, Fa, Fa#, SOI#, La, La#, Si, Do, musical; aunque de diferentes tamaños; sin embargo, emiten no­
Re, Mi, Fa, Sol, La, La#. Es una escala de dos octavas. La pri­ t;/l~ complementarias; de doce tubos; sin procedencia. La antara
mera una escala cromática; la seguntla una diatónica con una N~ XL mide de largo 34 cm. por 17 cm. de lado labial; de color
terminación de La# aguda; y Con ocho tonos y seis semitonos. rojo claro. La antara N'1 XLI es del mismo tamaño y decoración,
un una fractura en 8U parte media; felizmente, la compostura
ANTARA, N' XXXVI. De 12 tubos, de color rojo claro; de

111.1 ha comprometido al sonido de la nota musical. La otra N9


24 1/2 cm. de largo; por 15 1/2 de boquilla; todos los tubos es­

tán obst r uidos por una mala reconstrucción. XLII es semejante a la anterior, se encuentra en perfectas con­
llIciones. La ant ara NQ XLIII mide 15.30 cm. de largo por 14
ANTARA N· xuvn Sp. 3/6772, Museo de Antrop.; de 11\. de extremo labial; de color rojo claro. La antara N' XLIV
color gris ; de 13 tubos; de 32 cm. de largo por 19 cm. de ancbo ¡"1l0 21 cm. de largo por 14 cm. de lado labial; el primer tubo
labial en perfectas condiciones; al ejecutar un registro dio esta mcuentra fracturado que producía un sonido grave. Por su
escala: Fa, Si, Mi¡" Fa, Sol#, Sib, Re¡', Re, Fa, Sol, La, La#. Se Ir!lInldad en su morfología, estas cinco antaras, es de presumir ,
descubre en esta escala una variedad de accidentes: sostenidos íli.!¡·OJ1 exhumadas, probablemente, de una sola tumba y confec­
y bemoles, quizás con el propósito de interpretar las melodías . ¡olluclas quizás por un mismo compositor. Todas ellas inician
fúnebres.
Ir¡ ,'8(~nla con un intervalo de una cuarta; o sea, de Si (grave) a
: y las notas puestas en un pentagrama resultan los acordes
La Lámina N' XX representa 15 antaras de diferentes ta­ Illentes: Mi, Sol, Si, Mi - Sol, Si, Re, Sol. - Si, Re, F a, Si.
maños de 13 a 14 t ubos : de colores llegro y blanco ¡rojo clru'o' Ite, Fa, La, Re.
)(1.1
248 ALBERTO ROSSEL CASTRO XL
X.X I le
XXXYI I'

Acor des de una quinta alta: Mi, Si. Sol, Re.


Acor des de segunda : Re, Fa. - Mi, Sol. - Fa, La. - Sol,
Si. - Si, Re. - La, Do.
ANTARAS N's. XLV·XLVI. Sps. 1/1135 - l/1134, Museo
Antrop. de Lima. Cuéntase 13 tubos ; de 21 cm. de largo por
15 .50 cm. de boquilla ; de un mismo color negro y ocre en su
vértice inferior. Cada uno está dividido por una franja roja. La
Antara N9 XLV que fue exhumada de los cementerios de Kopa­
ra por Tello, tiene una f r actura en su parte media sin compro­
meter a los tubos ; en cambio, la del N0 XLVI tiene malogrados
los tubos 6, 7, 8 Y 9. Los tubos sanos de las dos antar as emiten X L II
)C un
notas unísonas, tales como : Sol#, La, Re#, Fa, Sol, Si, Do, Re.
Mi, Fa, Sol, La, Si.
ANTARA N' XLVIL Sps. 32/418, Museo de Ant rop. de

"
Lima. De color roj o oscuro; de 13 tubos en buenas condiciones;
fue decomisada a Manuel Montiel Ruíz; produjo las notas siguien­ lO)

tes: Sol, Do, Re#, Sol, 801#, Si, Do, Mi, Fa, Sol, 801~, La, Si#.
ANTARA NI XL VID. Sps. l/11BO. Museo de AIrttop. de
Lima; de 13 tubos con aplanamiento en la embocadura; de 31. 50
cm. de largo por 13 cm. de boquilla; de dos colores: negro y ocre.
Procede del cementerio de Rapara. Los tubos 3, 4, 13 se en­
cuentran malogrados; el resto de los tubos emiten las notas de:
Mib, Sol, Do, Do, Re, Mi, Mib,Lab, La, Si.
ANTARAS N's. XLIX-L. Representan a dos antaras geme­
las, unísonas, de la misma morfología y decoración; procedente
del cementerio de Kopara, de la t umba N9 6, cuando se realizó
la Expedición Arqueológica de 1929, dirigida por el Dr. Julio C.
Tello. Cada uno consta de 13 tubos. La antara N0 49 tiene ma­
logrados los tubos 1, 2, 3, 6, 7. La antara No 50 los tubos 1, 2,
3, 4, 5,. Están marcados con los números 1/1182 y 1/1181 res­ L II

ectivamente. La primera presenta las notas: Do#, Re. Mi, Fa,

r"
Sol. Lab. Sib, Reb. La segunda tiene las notas: Do, Re, Mi, Fa,
Sol, Lab, Sib. Reb.
ANTARA Nt LI. Exhlbese en el Museo Regional de lea
con el Nc¡ 885 M.I.; de 13 tubos; fracturada en' tres partes; de
41 cm. de largo por 18 cm. de embocadura; de color rojo ocr e; Quince 1I1tuaS de 13 a 14 tubos, de las cuales nueve
Um. xx.
los tubos 5 y 18 se encuentran inutill.zados. Los que están en son monócromaJ y seis IOn bícromas.
250
ALBERTO ROSSFlL CASTRO
"LA MUSICA N ASQUENSE 251
buenas condiciones emiten estas notas : Lab, Do, Mi, Sol, Vo,
Re, Mi, Sol, Si, Do, Mi. .....Tu..

ANTARA N' LIJ. Sp. 32/417 - Museo de Antrop. de Li­


.
"..-r- Fi8~
_ ~--'
I Z .~

ma ; de color rojo ocr e; de 14 t ubos ; de 23 cm. de largo por


18 . 50 cm. de boquilla; Se halla en buen estado; produce est as
notas ; Mib, Sol, Do, Mi, Fa#. La, Si, Do, Re, Re#, Mi, Fa. SoJ
(agudo) .
i1fij~W:~"n(KEe
s- - ­ , 1; 34

4, Grabación de las notas en un pentagrama. fij j ,!id)


t iI
I r I r ITFllítBl
3 ~

Precisa poner las notas musicales de las 52 antaras en un


pentagrama en la clave de Sol, a fin de poder ver las escalas Q'IV I ¡.m=H±l t (r-=i=J
(7 1 2 3 1' ':1 C.
l¡ t!8!
diatónicas y cr omáticas, los tonos y semitonos, los acordes y de.
más accidentes musicales. (Págs. 251, 262, 253. 254).
5. Con c1 usiones.
A;;¡;¡;;:;;;P r \ r
'W' 1:.::c::¡=,=
11
4-
I rr
S
I
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1!?TPe M.l~

Finalmente, conviene sintetizar las ideas proferidas en este


capít ulo, las cuales, desde luego. se someten a la critica cons­
I
HSJ+ ,~ Sf::t::j=t:;-=q~~
"-.r-.; -f - ~ 4
tU:T1i1:fd!T
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1
tr uctiva de los musicólogos. Helas aquf.
1)Que en la gama musical nasquense existe una compro­
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';r. r. ++ I ,
\;¡ t" I , TI \=' r 11
, . ...!....-L..!-~~
Bi t n,l.

bada escala diatónjca y cromática, tal como lo demuestran las 1 ~ 3" s , 7

antaras números 33 y 34 que f orman un solo cuerpo musical


compuesto de bemoles y sostenidos con ocho tonos y seis semi­
tonos ;
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1
EFr\.. I tA~!
c. 7
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2) Que el ochenta por ciento de las escalas de cada anta­

ra se inicia con una tercera o una cuarta alta;


K*/X
-'V' f
le - "11';
L J IEl rrtt-~ 1/tti"
~ ... 6' " 7 -'
'Jdilli~
3) Que se descubren acordes perfectos e imperfectos en la
escala de una misma antara. Cuando ésta tiene un acorde fun­
=.":::=Ir
. . ce; -=-r= rZT . L_, 1m
- l1 Z f _ =rr TUr. [ F f F F ' lptl3 c TV
n~_
dament a l, la ott,ll complementa y suministra el acorde de terce­ ., Z, ) .. ~ " ,
re o de quint a alta.

4) Que Se han descubierto antaras de serie que se tocaban »,;'1 ti.~fl1


z. ...
Ir(. l rr ~ 9#",
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al mjsmo tiempo por sujetos distintos, cual una banda de músi­
cos, produciendo notas musicales a veces unisonas y otras de
quinta y octava. Entonces, el conjunto musical armonizábase en
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réplica, dejándose oír, primero, la pieza. musical en tono de pri­
mera; después, de quinta; en seguida, de octava: y, por último,
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2fi3
262 ALBERTO ROSSEL CASTRO LA MOSlQA NASQUENSE

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255
LA MUSICA NASQUmiSE
254 AL BERTO RO SS EL CAST RO
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:z aÚ­ 29, 30) que t ienen escalas de dos octavas; y. las ot ras (NQs. 40,
41, 42, 43, 44) dan acordes de 2a., 3a., 5a.

x _ ¡:fI_r i:1 r ~f r ~ 5) Que en la escala pentafónica I nkaica, fr ente a la abru­


e r¡~l.J1EK.f1f !
I i .. 1 , i. i I
madora gama musical nasquense, la considero como música de­
Jt'1d If', I I J I r I F Ir I I I q =F I e
~ ~ t 9 '3 10 cadente y muy posterior a la de N aska.

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" , .. 1. 04 1

Rito (t ,1,hll. 'u


j 13
.& 3
1r 1rf' l' (.r I f l' F 1 t
~ T , , 10 1/ Uf.
S) Que las antaras de Naska perienecen cronológicamente
a las dos fases: Pre-Naska Y Clásico Naska, en el Hor izont e
I ' . Floreciente.

6'tt '" ~ ~ 11 1: 1t I ~ j : q111 f \~.I~,I': 'uuu.


7) Que estas características no se descubren en la Civili­
zación Maya, paTa ser más preciso, en la Zapotees de la región
Oaxaka de Centro América, cuyo hecho, una vez más, echa por
Wfi I'J li ·· \r \ r t r 1t \. I \iI{ \ rt f
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\ r(
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r\' l's'"'
11 &.l ­
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tierra la tesis de la procedencia Centroamericana de la Civiliza­
ción Naska de Max UbIe. Tampoco, se han eJtcontrado en la Ci­
vilización Chanka de la zona central lnterandina peruana, en el
t '" • " ~ _-' ~_ L ___ '-f supuesto caso de babel' cruzado ésta el Ande, para bajar hacia
Y"lí v '.i!f1T pq_f H' 15" ( '{. I¡II& Pi; 1J 1r H t '/"n ,~
la
la Hoya de Río Grande de Naska en un estado adulto, como así

T e rI!
i 6, ~ ~ ~ I " /3 lo pensó el doctor Tello, cuando dijo que "tipo naturalista o rea­

ihJ\r IJ!F\ I 1 ¡-¡ ¡-¡ 1f 1 I 'fil,. ! lista de Naska es el decadente, derivado de un tipo andino Pre-
N!4:-I'I
, 1 ~ • : i~ '~ ~. ff'~lr~
¡%oVil 1,: J , r l' r I J '1 I I \ I I \ Illel!:f
Y Naska".
Si así fuese, ¿Por qué no dejó en e11ugar de origen los ras­
gos de su inquietante problema musical? En cambio, lB. fase Pre­
Naska que se encuentra en la etapa Necrópolis Parakas, ya pre­

."t l'
t + ~ '& ~ ~ , 10 I , I~
,~enta antaras en fOl'ma de una mano extendida. de color ocre o
~'#",;;V llq;: J 1.1\
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ligeramente negro azabache.
8) Que Ja música variada o polliónica de Naska como la
~
lextilería artesanal de Parakas, matizada de colores, es patrimo­
lIio sólo de pueblos civilizados que han llegado a la meta de su
:a l ' 4- l' . , l' • .. ,. 11 maduración, La música nasquense comprueba esta plenitud de
8\1 desarrollo, para lo cual ha tenido que pasar por una serie de
- 1-fl=l'"',.',
.. .,1 .. _"(_ , 10 'a. - 1,­
(!nsayos culturales bastante largos, pues, el arte musical, como
111 nasqueDse, no se improvisa en un cerrar Y abrir de
ojos. E s
9
" uno de los puntales que refuerzan grandemente la filiación Nas­
- \f l' tr ir ¡flfIF!: lu,·Parakas.
iL
... $"

5 9) Que ningún pueblo pre-histórico, hoy por hoy, puede


J ~ f \r \
fqT\ ~\r
hibir tales antecedentes musicales como las Antaras de Naska,

i 2, 1 3 ... r , ~ t - 9 • lo . I~ 13 /1
256
ALBERTO ROSSEL CASTRO

cuyas notas musicales son documen tos escritos, son fósiles del
espíritu nasquense grabados sobre terracota. Cualquier musicó­
logo puede acudir a estas fuen tes vivas que presenta la Civiliza­
ción Naska.

CAPITULO XII

HORIZONTE EXPANSIONlSTA

EPIGONAL TlAWANAKO
1. Concepto: La segunda Gran Fumón. Grupo Tribal de Wari.
2. Element08 culturales.
8. Casos de comprobación.
•. Fragmentos de cerámica Wari en Pacheco.
&. Colonias de postes funerarios.
6. Sub-Epigonal Tiawano.ko.

Concepto: La Segunda Gran Fusión. Grupo Tribal de Wari.

El Horizonte Expansionista es el espacio más corto que se


I('vistra en el área Sur de lea. En él se patentizan dos fases de
"olución: EpigonaJ Tiawanako como desarroUo regional por in­
11I"ncias interandinas que se extiende de Sur a Norte hasta Pa­
1'1' monga; y Sub·Epigonal Tiawanako que es la etapa propiamen­
j o decadente.

Ya he indicado, más de una vez, que hubo una primera fu­


I" cultural, cuando las colonias del Norte Andino, al llegar a
:ostas tnarítimas de lca, trajeron consigo el estilo "Clásico
II/Ivin", pero al mezclarse éste con log nuevos elementos cult u­
I€!o'!. produjeron otro estilo diferente, al que lo he denominado
mayor propiedad de Epigonal Chavin.
Asimismo, al estudiar la fase Clásico Naska, en el espacio
IMico de su maduración, se suscita otro hecho trascendental,
JI vez de proseguir la etapa de su esplendor, toma una Jí­
25!1
258 ALBERTO ROSSEL CASTlW HORIZONTE EXPANSlONIBTA

mente labradas; los bloques verticales de 15 metros de altur a


nea descendente, para dar paso a influencias exóticas más fuer­
de Apakana labrados a manera de pilar\:!s; las cabezas clavas hu­
tes, incluyendo, principalmente. en 8U arte, un estilo decadente,
manas; los bloques de Puma-Punko que pesan más de cien t one­
cuya fase se sitúa en la secuencia denominada de SulrNaska.
ladas; y la maqueta de piedra labrada de andasita de 3.75 m. de
Este hecho descendente no se estaciona; más bien, se pro­ ancho por 3.00 m_ de alto, del Templo de Tiawanako o "Puerta
lifera con mayor intensidad, delineando un espacio hiBtórico que del Sol". reafirman su foco de irradiación, aun cuando más al
se conoce por "Horizonte ExpansioniBta'" el cual se relaciona Sur de Bolivia no se descubren elementos culturales de Tiawa­
a su vez, con una secuencia conocida como la Segunda Gran nako.
Fusión.
Empero, los restos encontrados en la Hoya de Rio Grande
Esta dinámica del hombre foráneo, que pudo haber venido, de N aska, y, en las demás áreas de los valles de lea, no son pre­
con mayor probabilidad, del Centro Interandino, debilita y domi­ cisamente los tipicos elementos que se ven en pukara, Tiawana­
na completamente a los elementos culturales matrices de toda el ko o en Kalasasaya, sino una variante del estilo Clásico Tiawa­
área arqueológica Sur de lca, y haee resaltar otro elemento cul­ nako que se mezcla con el estilo Clásico Naska. Los forjadores
tural característico. La presencia de una colonia andina, en las de este nuevo elemento cultural. tan poco pudieron haber sido
quebradas de lea, es un hecho. Cabe preguntar: ¿ Cuál sería ese propiamente las gentes de la civilización Tia.wanako que estaban
grupo humano que dominó con su técnica difusionista a los va~ familiarizadas con el arte megalitico escultórico, que dominaban
Hes de Jea? ¿ Cómo se realizaría esa E:xpansión endógena. por el arte de amasar la piedra. sino un grupo tribal de algunas civi­
un sistema de guerras o por un intercambio de masas sociaJ.es? lizaciones vecinas de Warpa o de Wari de la región' central del
¿ Qué significarían las representaciones de escenas guerreras en Pam~ y Apurímac, que estuvo tiempo atrás, especialmente la
los ceramios de esta fase? ele Wari, influenciada por el estilo Tiawanako. Esta nueva va­
riedad. en el arte, es la que llega a la Hoya de Río Grande de
Las pruebas documentales en los ceramios matrices de N as­ Naska. l.Cómo denominar a este nuevo estilo? ¿ Tiawanakoide?
ka, representan estilos exóticos, entre ellos. cabezas de cóndor;
cetros unidos a la marro del hombre; cabezas de puma; dibujos
I~I sufijo griego eidos significa forma. Nunca este término pue­
le referirse a relación tal como lo pensó Kroeber; pues, la forma
escalonados; estilizaciones decorativas deJ iriso de la Puerta del
SoJ de Tiawanako. Desde Juego. la expansión de la Civilización III los ceramios de Naska, la arciUa y la policromia muy poco
ha modüic:ado; lo que ha variado e3 su estilización. De tal
Tiawanako es un hecho innegable que corre por toda la mesela
nH\nera, precisa reconstruir el hecho hIstórico. aplicandO el tér­
de este nombre hasta Pasto, por la regi6n Cisandina, aproxi.mán­
mino griego "Epigono" (que representa derivación o descenden­
dos e con mayor extensión hasta la Co~ta del Pacífico, Y. a me­
dida que ésta se aleja hacia el Norte. va debilitándose. ¿ Y cuál h\) a ese nuevo estilo, para denominarlo de Epigonal Tiawana­
0, el cual se deriva del centro arqueológico andino de Wari {Aya­
sería el centro de origen primario de esta Civilización? Con ma­ Hcho} . Este lugar, con maYor probabilidad, estuvo dentro del
yor probabilidad se circunscribe entre las ruinas de Pukara y
writorio de la civilización Chanka, posicionada al oeste del rio
Tiawanako, ésta última situada a' una altura de 4.000 m. y a 21
Pllmpas. que fue conquiStada por los Inkas del Kusko, según re­
KJm. Sur del Lago de Titikaka (3.812 ID.); al menos como tal ('hcias de Cieza de León y Garcilaso de la Vega, sobre todo és­
afirman muchos arqueólogos, con fuertlaS ramificaciones por Si­ último, que consigna los pormenore3 de esta conquista (1) .
llustani, Juli, Akora y otros lugares d.ei Departamento de Puno. 11 olvidarse, debo citar el estudio de investigación arqueológi-
Los últimos estudios llevados a cabo en las ruinas de Tiawanako,
por el fug. Arturo Posnansky, han demostrado la antigüedad y
la importancia de los restos nlegaliticCls andinos en la frontel'u Oc la Vega, Garcilaso - Comentarios Realel/ de loa [ru;a.8 ,. Libro
de Bolivia. Las piedras del palacio de Kalasasuya. cuidudosu­ ')'crcel'O. p. 205. T. 1, Emeeé Editores S.A., Buenos Aires.
260
ALBERTO ROSSEL CASTRO
K01UZONTE EXPANSIONlSTA 26J
ca que llevó a cabo en la Sierra Central, el doctor Luis G. Lum­
breras, asegurando que la civilización Chanka fue contemporánea ción policromada. El motivo es siempre zoomorfo, de cara cua­
o inmediatamente anterior a la Inkaica (2). drada, de oj os redondos con lagrimones y boca elíptica. Existen
pocos cántaros escultóricos, si es que los hay, son eminentemen­
La variante del Clásico Tiawanako se bifurca hacia el Nor­ te escultóricos.
te con fuerte influencia en Pachakamak, Nievería, Ancón, Chan­
cay y Paramonga. Esta difusión es desigual, según el medio am­ 2) Las Tazas son campanuladas, de base plana; decoración
biente en que se ha desarrollado. Mientras en unas regiones, policromada. Los dibujos están sobre la s uperficie superior que
particularmente, en sus ceramios, son dé textura delgada, de representan cabezas humanas; de ojos alargados casi siempre
arcilla fina y decoración policromada como sucede en Naska, lea, con lagrimones de 6 a 8 cm. de alto. Constátanse tazas escult ó­
Pachakamak y Ancón ; en otras, como en Nieveria son toscos, ricas que representan caras humanas con narigueras o tambetá
sin pulimiento con ar cilla roja na t ural, COD' decoración de tres R y con' tat uaj es serpentiformes.
cuatro tonos.
3) Los Vasos presentan formas da cálices, de paredes rec­
2 . Elementos cultur ales. tllS con liger as inclinacionés hacia afuera; de base plana.
4) Los Platos muestran los labios expandidos COD fondo
a) La cerámica: Su morfología y decoración. Los cera­ "In no, o a veces cóncavos; de factura doble.
mios de la fase Epigonal Tiawanako son geométricos y pictóri­
cos, aunque aisladamente escultóricos, sin perder la morfología 5) Las ODas adoptan formas esferoides, con base ligera­
de su tronco matriz de la civilización Naska. La forma es la que rtlente aplanada o cóncava; sieml?re de factura doble.
más ha resistido en la fusión de lo ex t raño y hasta el material
empleado, la ar cilla, es de la misma región, lo cual induce a creer b) Arquitectura de las tumbas. Las gentes de este Hori­
que Jos mismos artistas subyugados elaborabarr los artefactos de 'nte enterraban a sus muertos en twn bas triangulares o rec­
cerámica, para fines peculiarmente f unerarios y domésticos. tangulares. construidas de adobes cuadrados de variados tama­
¡¡')8. Los cadáveres humanos están sentados y envueltos en ca­
La decoración es policromada y la face bruñida; sobresalen /111M de algodón y defendidos de una tela gruesa o una malla. AJ-
la grecas, los rectángulos con círculos opuestos diagonalmente, unas momias descansan sobre petates, a veces en canastas he­
ca bezas de cóndor, cetros. Los colores empleados son los seis hna de totora, muy semejantes a las costumbres de la civiliza­
f undamentales de la Civilización Naska; pero, a menudo dismi­ Ít,n Parakas. El bulto funerari~ es cuneiforme.
nu ye esta gama hasta dos o tres veces, al menos en la fase de­
cadente pier de su policromía. Casos de comprobaci6n.
Los ceramios presentan los siguientes tipos: Cánt aros, n) Cementerio de la Legua. En el kilómetro 439 del Ca­
Ollas, Vasos, Tazas y Platos.
'li1111OPanamericano, sobre el río Ingenio, a extramuros de los
1) Los Cántaros tienen formas ovoides con base plana, dos nos de cultivo, a un kilóm~tro Norte de la casa-hatienda dE
piCOR divergentes cilíndricos, o de un solo pico vertical; decora­ 11 .Javier, el 18 de j ulio de 1942, los huaqueros profanaron las
limhns del cementerio prehispánico de "La Legua". El autor de
lihro, en su calidad de Inspector de Bibliot eca y Museo de
(2) Lumbreras, Luis G. - Sobre 1011 Chankas, Act(u JI Traba.;olt del 11
unicipaJidad de Naska con ayuda ele la Guardia Civil. llegó
Congreso N a.ci(J1lal tU Historia del Perú; P. 211 a 242; año 1969; ~comisar todos los enseres funerarios extraídos de más de
Lima, Perú. Ite lumbas. cuyos restos fueron a incrementar el número de
de) Museo de N aska. Las tumbas median, por término
263
HORIZONTE JaPANSIONISTA
262 ALBERTO ROSSEL CASTRO

medio, 2.10 m. por 1. 80 m. de lado; por 2 00 m. de alto. Los


adobes eran rectangulares; cad~ adobe tenia 50 cm. de largo;
38 cm. de ancho, por 11 cm. de alto. Cubría el techo de cada tum­
ba palos de huarango con tOl'ta de barro. Las tumbas estaban
intencionalmente rellenadas de tierra. Los restos antropológicos
encuéntranse sentados, envueltos en algodón y defendidos de una
tela gruesa o de malla; de forma ovoidaJ. Los cráneos no pre­
sentan deformaciones ni trepanaciones.

b) Dos cántaros con pico y asa-puente. El cántaro de la


Fig. 56, procede del cementerio de la Legua; de forma ovoidaJ;
ligeramente aplanada la base; con dos picos cilíndricos divergen­
tes (están rotos). La figura central representa una cara cua­
drada de boca elíptica, ojos redorrdos, en un espacio a modo de­
cielo esb'ellado, sobre un fondo rojo. El otro cántaro (Fig. 57)
es de arcilla fina, de sonido metalico; representa la cabeza de un
puma, de ojos redondos con lagrimones, nariz en punta, estiJí­
zanse las figuras de color blanco sobre un fondo rojo; mide 14
cm. de alto. Procede del cementerio de la Legua.
e) Una taza escultórica. La taza de la Fig. N9 58, es escul­
tórica. con base plana uno de sus lados, representa magistral­ Un3 laza eSCllllorica que replcsenta la cara de una mujer
mente la cara de una mujer, cuyas DÚradas de ojos oblicuos. na- Pig. 58
con laluajell r.erpentifarmes l'lI ámbas mcjill3s.

I'I~ chata como la de los chinos, con nruigueras o tambetá que


mviesa los' cartílagos y con dos figures serpentiformes en aIn­
UI mejillas, Y decorada de rojo oscuro, hace pensar su origen de
r egión central amazónica de donde: quizás, proceden los Wari•
..
d) Taza con. la Portada del Sol d~ TiawanakO. En la Fig.
f,9 , aparecen dos ejemplares: un cántaro malogrado el pico
\-puente, Y una taza. Fueron exhumados del cementerio de
gua; los dos son de factura fina, pulida y bruñida. Sola­
~ente voy a describir la Taza. Mide de alto 10 cm. con dOB asas
tl y pequeñas a los extremo::> superiores de la parte ventral.
olores son: negro, blanco, amarillo ocre, ocre rojo. plomo
11'0. El dibujo representa en toda su extensión al friso de
Fig. 56 Un eánlaro Qvoidp, Fig. 57 Un l'l\ntaro ron a Portada del Sol de Tiawanako, donde se puede ver dos ca­
dos piCOll (rotos). puente, de ardlln ei. ~ ulldradas adornadas cada una de ellas con dos cabezas
una cara, boca elíp­ .na. con dihujo de un ve de rapiña (cóndor); ocho discos pequeños con puntos
tica y ojos redondO'l. puma.
265
26 ALBERTO llOSSEL CASTRO HOR IZONTE EXT 'A NSIONl!M'A

Fig. 59 Una taza en cuya superficie ventral se djbuja en colores


el friso de lA Portada del Sol de Tiawanako, con cabe2as
de candor; un cántaro con dos picos Y Il53' PU en te. Fig. 60 Configura el pulmón humano VISto de perfil y de frente.
(Plásticos). con asa·puente que se une a la traquia. Procede del
Cementerio de Kantayo.
blancos; catorce grandes con seis a siete puntos intermedios; Fragmentos de cerámica Wari en Pacheco.
24 barras y lineas de ángulo.
E1 fundo Pacheco, en la quebrada de Naska, está sit uado al
e) Escultura de un pulmón humano. El cántaro de la Fig. mloeste de la ciudad de Naska, a 15 KIm. aguas abajo, dentro
NQ 60, es escultórico que representa los pulmones del ser huma· los linderos de la zona arqueológica de Okongalla, donde se
no que cubre al corazón, conectado con la tráquea que sirve de Icscubrió JIUmerosos fragmentos de cerámica similar a la de Tia·
tubo vertical. Mide de alto 13 cm. de dos colores: fondo rojo wanako. los que habían sido metidos in~encionalmente dentro de
con lineas blancas y asa-puente. He tomado la vista de frente y II tU L fosa. Conviene reseñar la historia de este hecho.
de costado. Procede del cementerio de KantayO (Naska); f ue
descubierto por el huaquero don Pompeyo Maldonado. Este ej em· El primero que descubrió este lugar, en 1915, fue don Pom­
piar lo han poseído varios dueños; últimamente, lo ha tenido e yo Maldonado, célebre huaquero de la ciudad de Naska; él mis-
I (¡, me aseguró (1942), que sirvió de guia posteriorment e al
roo suyo don Agustín Bocanegra Prada. quien, gentilmente, me
permitió hacer un estudio Integral; pues el objeto en referencia :lflclvl' Julio C. Tello, en 1927, el que extrajo numerosos frag­
se sitúa en la fase Epigonal Tiawanako. El artista que lo moda. 1I~ lltos de cerámica que fueron llevadol> al Museo de Magdalena
ló debió ser un conocedor de las partes anatómicas del orgnnis· iej" de Lima. De esta misma zona, el doctor Ronald L. 0180n,
mo humano ; y, quizás, un excelente paleo-médico de la época. mbién. cogió varios fragmentos sobr:mtes de la misma cerá­
267
266 ALBERTO ROSSEL CASTRO 1I01UZON'l'E EXP ANSIONISTA

mica, en 1930, que fueron transportados, para su reconst rucción contrados en la zona de P acheco, a donde se presume, con mu­
al Museo Americano de Historia Natural de New York. chlsima probabilidad, fueron t ralISportados exprof esamente de
la región de Ayacucho, por los legitimos representantes de la
Cuando visité esta zona en dos ocasiones, en 1942 y 1945. antigua colonia Wari, la cual, por una costumbre ritualist a, r en­
no pude encontrar ni pizca de cerámica de este estilo, máxime, dirían culto a los dioses, ofreciendo esta clase de sacrificios; o,
sí e) área donde fueron encontrados los fragméntos de Pacheco, quizás, en las luchas de expansión de. los Wari, estos fragmentos
ya estaba convertida en terreno de cultivo. Ahora, para estudiar representarían trofeos de guerra.
los referidos fragmentos hay que acudir bien al Museo de Antro­
pología y Arqueología de Magdalena Vieja de Lima, o al Museo Por todos estos hechos, no se puede concebir la idea que es­
de Historia Natura! de New York, porque en todo el área Sur de in cerámica h aya sido elaborada en la región de Naska, princi­
lea, no se han encontrado ceramios iguales a los de Pacheco. palmente en el punto de Pacheco. No obstante, el doctor Tello
insiste en denominar Cultura Kollawa a esta cerámica de P ache­
Los fragmentos llevados a! Museo de Magdalena Vieja de eo; Cultura Kollawa que estaría compuesta por varias t ribus
Lima han sido hábilmente reconstruidos por el doctor Tello con rlesiminadas a lo largo de la Costa, entre Kollao y río Paramon­
ayuda de 108 técnicos del miamo Museo. Como resultado de este Ka. Esta teoría aún no ha sido demostrada; otros arqueólogos
descubrimiento, se exhiben dos tipos de cerámica: Uno de es­ Jlefialan a Pacheco como el centro de irradiación a todos los ru va­
tructura grande y maciza, y otro escultórico. lles de lea. Est o es falso de toda falsedad, porque no haY'P €­
\lI\S de irradiación del estilo similar Pacheco, ni siquiera en las
El primer tipo comprende doce jarrones en forma de .... , reas más cercanas de lea. Entonces, lo único que cabe pensar.
hondos con asa hancha y con base plana; miden de diámetro 50
I lilfa resolver el problema, es que la cerámica encontrada en Pa­
a 70 cm., y de un metro de alto. Las decoraciones representan
cabezas cuadradas: narices altas; ojos redondos, algo cerrados checo pertenece a la fase Clásico Wari, la misma que fue elabo­
I'Hda en la región de Ayacucho, cuya afirmación está respaldada
con lagrimones; boca larga y ovalada; dientes diagonales; cabe­
por los últ imos descubrimientos ejecutados en Konchopata. Por
zas de felinos con uñas cuadradas y con cetro.s en la mano. Es­
l'O, en los dos tipos de cerámica Pacheco no se registran elemen­
tas figuras se alternan con plantas alimenticias de origen neta.­
mente andino, entre ellas, la papa, la oca, el maíz, la quinua, el tlJl~ culturales costeños. Este simple detalle es un puntal de en­
alineo. VI'1'gadura; porque el espacio histórico siempre ejerce una acción
m la dinámica del hombre que está en relación con su proceso
El segundo tipo es esencialmeme escuJtórico. El artista ha hislórico, Los fragmentos de pacheco no coinciden con el Hori­
modelado esculturas de llamas grandes y pequeñas, haciendo re­ ,-,nte O Tiempo Histórico de la región de N aska.
saltar sus habilidades y costumbres propias del referido caméli­
do americano, como las de estar unas tendidas sobre el suelo de Colonias de postes funerarios.
las lomas, y otras, en ademán de caminar con su aspecto afable
y noble por las escarpadas alturas del Ande. Casi siempre la bo­ He visitado repetidas veces las quebradas de Kopara Y de
ca del ceramio se abre por la mitad del lomo de cada animal. NI\!lka, seguidas de algunas vicisitudes dignas de consignar las
lUlo Entre ellas, los viajes forzosos en noches tenebrosas por
Posteriormente, en 1942, en el punto de ''Koncha-pata", a
tuleros de cerros escarpados, de planicies candentes Y de que­
los alrededores de la ciudad de Ayacucho, entre los terrenos de
cultívo. el personal téenico del Museo de Magdalena Vieja. en­ hfil(tlls desoladas, pOI' caminos estrechol:\ llenos de matorrales, de
Jlimu;¡ e insectos. Así, caminé una vez desde Estaqueria hasta
contró enterrado en fosas una numerosa colección de fragmentos . 1<:1, una distancia de 32 kilómetros con un peso de antigua­
de cerámica, muy similar a la de Pacheco de Naska. Este hallaz­
go ha resuelto el problema sobre el origen de ]os ceramios en­ Ihu, amure mi espalda. Estos y otros incidentes me han permiti­
269
HORLZONTE EXPANSI ONISTA
268 A LBERTO BOSSEL CASTRO han encontrado p uestos verticalmente sobre las t umbas de tipo
Epigonal Tiawanako ; otros, utilizanse CODlO maderámen de techo
do observar y estudiar de cerca los diferentes detalles de las hue­
llas dejadas intencionalmente por el hombre, particularmente, de las t umbas.
los restos de postes funerarios que al parecer representan cosas Los postes que me han servido de estudio, se guardan en el

de poca importancia. Con t odo, he logrado extraer de ellos, de pequeño Museo Municipal de Naska, los cuales pr oceden de los

su lenguaj e mudo, conclusiones prácticas y se puede dividir di­ cementerios de tipo Epigonal Tiawanako de Mancha Verde, Co­

dácticamente en tres partes: rralones, Tunga, Koyungo, Usaka. Además, todos ellos son ricos

ejemplares de suma importancia par a la arqueología, porque abre

a) Hitos Funerarios. el camino troncal de su génesis ; pues, cuando se compara estos

nia
postes con los famosoS ídolos llamados l'eodomiros (Patago ),
b) Palos Xilográficos. se encuentra cierta analogía o parent esco en cuanto a su repre­
c) Anfiteat ro Anatómico de Estaqueria. sentación de medio cuerpo. Lo cierto es que los ídolos de p ascua
estudiados ampliamente por Stephan-Chauvet. son gigantescas
a) Hitos F unerarios. La civilización Naska, en SUB tres estatuas megalíticas que miden de 30 a 40 pies que pesan más
fases de evolución, tenía la costumbre ancestral de poner sobre d(> 10 a 40 t oneladas; en tanto (he aquí la similitud), los ídolos
la t umba de sus ant epasados, un hito que consistía en un adobe de la región de Naska son de madera tallada cortada por el ab­
cónico o un palo de huarango puesto en sentido vertical, más o domen con los brazos cruzados por delante, apoyando las manos
menos de 50 cm. de alto. En el cementerio de Xajamarka (Pa­ ~obre el estómago Y reflejando un semblante grave y tranquilo.
redones), casi todas las tumbas de tipo Naska, tenían señas de Asimismo, se les puede catalogar como precur sores de los ídolos
palos de huarango en dirección perptlndicular y puestos, casi de madera tallada de Pachakamak que miden 2 m. de largo
siempre, en la puerta de entrada, o a veces, en el centro de cada (Fig.. 61).
t umba.
c) Anfiteatro Anat6mico de Estaqueria. ¿ Cómo denomi­
Otros cementerios también de tipo Naska, tenían hitos de
huarango puestos en los cuatro ángulos de la tumba, de dos a unr a este conjunto de postes con horquetas que se levantan en
tres metros de altura, con sus horquetas en la parte superior , il\ zona del cementerio prehispánico de Estaqueria, situado en
con la finalidad de colocar tal vez una ramada o techo a modo 11, quebrada de Naska?
de sombra, quizás cuando los cadáver~s eran embalsamados y Precisa dar un nombre qne involucre a la totalidad de estos
se ofrecian ritos funerarios colgándolos de las horquetas. Esta lementos culturales, dejados intencionalmente por el hombre
clase de hitos se registran en EstaqueriR lado Sur, en Corralones, "rchispánico. Quizás, encuadra mejor el de Anfiteatro Anató­
en Las Trancas, en Samaka de Kallango, en la Muña de Palpa. I1tieo, para significar el lugar donde se disecaban los cadáveres
Igualmente, existen cementerios cercados con palos de hu a­ humanos. sometiéndolos a un proceso de momificación, usando
IIIII\S veces el fuego lento Y otras el lavado con salitre.
rango todo el perímetro que ocupan las tumbas, preferencial­
mente. de tipo Epigonal Tiawanako i por ejemplo, he visto en Sobre la ubicación cronológica de los post es del cementerio
Corralones (quebrada de Kopara). en Mareha (Las Tran'cas), en J'chispánico de Estaquería. los arqueólogos eluden opinar a qué
Samaka (quebr ada de lea). vilización corresponden. Las distintas exploraciones científi­
que se han realizado en el área. de la Hoya de Río Grande,
b) Palos Xilográficos. Son gruPc.s de postes de huarango lesde Max Uhle (1901) hasta Wallace. Dawson Y OtTOS (1958) .
con hor quetas de 1 a 2 m. de alto. labrados en alto relieve que 1 han opinado sobre el objeto y finalidad que habrían t enido
reproducen figuras escultóricas de serpientes; cabezas de ani­
males: caras o miembros de seres humanos, los cuales, unos se
271
HORIZO~ EX,PAN810NlSTA
270 ALBERTO ROSSEL CASTRO

Una parte de 101 postes de Estanquería que pertenecen


Fig. 62
a la fase Epigonal TJlIwanako.

fnnadas de varias civilizaciones, y en SU extremo Norte, sepa­


, ¡donan los postes de Estaquería. A medida que el tiempo trans­
,'\lrre, estos importantes restos culturales tienden a su total de&­
l:rllcción por acción innoble de los colonos de la región que utili­
m los palos como combustible en la vida doméstica. Por suerte
,Id destino, pocos y muy contados postes pude encontrar, Y és~
t.Uf:. los he utilizado de muestrarios en el estudio de este proble­
Fig. 61 los pal05 xDogrificos de tipo Epigonal TÍ2wanako. Se
guardan en el Museo Municipal de Nuka. ¡Ha, Los restos tienen estos caracteres;
Jos postes de Estaqueria. En 1926. el arqueólogo L. Kroeber hi­ 1) El conjunto de postes de Estaquería se levantan sobre
zo estudios en este lugar, y en su libro "Arqueology 1942" hace 1J1I1I plataforma artificial de 36 m, de largo por 21 ro.. de ancho;
mención de estos postes sin inclinars~ a qué civilización perte­ decir: 756 mrl , Actualmente, todo el área está cubierta de
necen, si a la de Naska, Tiawanako, Inkaica o Coloniaje (Fig. 62).
Estaquería se sitúa al sudoeste de la ciudad de Naska a 32 2) Los postes miden verticalmente de 1,30 m. de alto. Y
kilómetros aguas abajo, propiamente a un nivel más profundo \t'ndos unos de otros en línea recta de 1.50 m. a 1.70 m. Por
del sector arqueológico de Kawachi, cuyos cerros se repliegan t) ludo, incluyendo los que han desaparecido, se cuentan vein­
formando una garganta y unu planicie angosta, lado izquierdo 110, y por el otro, trece, que hacen un total de 273 palos, de
del río Naska. A lo largo de esta llanura ocupan tumhns ylI pro-
273
ALBERTO ROSSIlL OASTRO lJORlZO NTE EXPANSION ISTA
272

los cuales cnce sorr de estructura doble nin horqueta que aún per­ o o o O
sisten, y los demás terminan uniformemente en horqueta. O O
O
3) A los alrededores de los 756 m;:!. se descubren r estos de "00 O O O O O
O
postes que fueron cortados a machete, posiblemente, para utili­
zarlos como leña de cocina; con todo, una parte de ellos, que su­ • • •• • • •• ••••• O
man más de 30 postes, están encerrados dentro de un rectángu­ • •• • • • •••• • •• O
lo, cuyos muros de poca altura están edificados con adobes rec­ • •••• • •••• •• •

··· · · · .......,
O
tangulares. • • • • • • •• •••••••
• •• • •
Algo más, ejecuté cateos de observación ; por suerte,
4) • •• ••• O

pude encontrar dos pozos circulares que contenían residuos de • • • • • • • • • • 00 •


• • • • •• o
) O· • • • • • • • • O O •
sangre reseca antig ua con manojos de algodón e hilos, cuyos ele­ :
mentos me hizo pensar que es m uy pcsible que hayan otros po­
zos similares que esclarezcan más el problema ; y, t ambién, vi al­ ~((~( O · • • • • • ••• O O •
O· • • • • • • • • 00 •

• o
.0
gunos postes que mostraban sus bases \!arbonizados. (Lám. XXI ). • • • • • • • • • • • •• •• •
••• ••••••
11 • •
En resumen; ¿ qué finalidad tendrían estos postes de Esta­ 11
• • • • • • • • • • • •• • o

quería? Por el análisis propuesto, se deduce que en un taller • • • ••• • • • • • • • o
para tejer las telas que cubrían los cadáveres; que es un Anfi­ • ••••••• • • •• •
11

teatro donde se momificaban los cadt.veres humanos antes del • ••• • •• • ••
11 11

entierro en las tumbas; las horquetas servian para estos menes­ • •• ••• • • • • • 11 11
• o

teres de enfardelamiento; o cuando se sometían a los cadáveres. • • • • • • • • • •• • • •• • o
extraídas sus vísceras, a un fuego lento.
Asimismo, estos postes se iden tiíican, por su estilo, con los
•••••• •• • ••
• •••••• ••• .'.
11

::::: :

•• o
.· o

postes puestos como hitos sobre las tumbas de tipo Epigonal
Tiawanako; y aún más, con los palos xilográficos que se encuen­ O i=
:::: i •••••••

!
tran dentro o fuera de las tumbas de la misma civilizaciórr. Por
I!:::======:!J ••••••••• o
t anto, los postes de Estaquería pertenecen a la civilización Epi­ o o o o P o
gona] Tiawanako.

6. Sub-EpigonaJ Tiawanako.
'OITII DOIUI •• 'OITU 011....00., o CI ..IIITrIlIO , .'UD DI ADOUI.-

Es la fase de decadencia de los elementos culturales de E pi­ Lim. XXI Plano del Anfiteatro Anl.tóntico de Eltaquería, tipo
gona! Tiawanako, cuya civilización no llega a la etapa de su ma­ Epigonal Tiawanako.
duración. Los centros más arraigados de desarrollo local de Epi­
gonal Tiawanako, en tre ellos: Naska, rka y Pachakamak, se es­ Los métodos de vida socicreconómicos, socio-pollticos Y re­
tacionan y dan paso a la mezcla de otros estilos exóticos. Es así 10SOS, cambian por el dominio de otras fuerzas más poderosas
como los ceramios pierden su policromia, y llegan a tener dos o vienen de la región andina y que enrumban, en este cargo,
tres colores: Blanco, rojo y negro. ,.Qtos valles en dirección de Norte a Sur.
CAPITULO X II I

HORIZONTE DE INV ASION ANDINA

CIVILIZACION CHINCHA

1. Orígen de Chincha. Mitología e historia.


2. Etapas o fases.
2.1. Fase Pre-Chineb...
2.2 . Etapa Clásico Chincha.
a) La tumba e incineración · de 109 cacLiveres.
b) Cerámica.
e) Construcciones urbanas de tipo Koto.
d) Los Roto del Valle de lca.
e) Corte vertkal del Koto de Collazos.
f) Los Koto del Valle de Chincha.
2.3. Chincha Decadente.

l. Origen de Chincha. Mitología e historia.

No se puede omitir ciertos datos mitológicos e históricos


:¡Ul' se refieren a Chincha. Convendría citarlos aquí porque vie­
111m a reforzar alg:unos testimonios d~sc ubiertos por la ciencia
I'flueológica en diferentes explor aciones cientificas llevadas a
hu, principalmente, en las áreas de Chincha.
Así, el cronista Pedro Cieza de León cita una mitología r e­
lllOada con el origen de Chincha, cuarrdo el marqués don F ran­
o. Pizarra, pide a su majestad el Rey de España por términos
276 ALBERTO ROSSEL CASTRO
CNlLIZActON CHINCHA ..77
de su gobernación, desde Tempella o rio Santiago (en las fron­
teras de Ecuador y Perú) hasta el valle de Chincha. El mismo La expediciórr arqueológica realizada por el doctor .Julio C. Tello,
conquistador ya había indagado que, en tiempos pasados, había en 1937, en la zona de Otusha, departamento de Cajamarca. dio
llegado al valle una tribu bajo la bandera de un esforzado capitán por resultado haber descubierto, en ese sector, fl·agmentos de ce­
llamado Kapak-Chincha y encontró en el lugar mucha gente de rámica Chincha, perteneciente a la fase inicial, que es propia­
pequeña estatura "el mayor tenía poco más de dos codos" y eran mente la fase Pre-Chincha. Este hallazgo, verdad es parcial; se
tímidos y cobardes. Estos enanos quedaron subyugados y some­ necesit an mayores datos que demuestre!!. con mayor claridad este
tidos a duros trabajos p or los invasores y, quizás, por esta causa, problema.
se extinguieron por completo (1). Los r econocimientos científicos de CAmpo más reCIentes
En cambio, el arqueólogo Max Uhle aseguró años atrás de (1957-1959- 1970) I bajo los auspicios de la Comisión Fulbright.
la llegada a las costas de Chincha y Pisco de una tribu de la ci­ llevados a cabo por el Instituto de Arqueologia y Etnología de la
vilización de tipo Zapoteca de Centro América, y refiere textual­ Universidad Mayor de San Marcos de Lima (3) han comprobado
mente lo siguiente: "Con respecto al origen de la civilización de siempre la presencia de la cerámica Parakas-Cavernl\S. la que
Proto-Chimú y Proto-Nasca, soy ahora seguro que una civiliza­ nunca puede relacionarse con la de Chincha, ya que ésta es, cro­
ción de tipo Zapoteca puro (de la región Oaxaca) o de la Cost a nológicamente, de etapa muy reciente en relación de aquélla que
del Pacífico cercallo se trasladó en forma (para decir así) casi l!S mucho más remota. Sin embargo, ambos elementos cultura­
íntegra a las Costas de los V~lles de Chincha y Pisco; la civili­ les se encuentran en un mismo nivel estratigráfico, o pOl lo me­
zación Proto-Chimú no llegó así en una forma afirmada" (2). nos permanecen asociados en un mismo basural. Tampoco podría
relacionarse con la cerámica Naska, en sus fases (Pre-NéUika y
Esta teoría ha quedado a la zaga; a pesar de los años trans­ Naska Clásico), porque también ésta es la más antigua que la
curridos no ha tenido confirmación histórica. Nadie puede arries­ de Chincha.
garse a seguir tal pensamiento ante los descubrimientos arqueo­
lógicos de campos más recientes, los cuales van demostrando, Queda, entonces, un vacío de la cerámica Chincha sin en­
con mayor prioridad, sobre la invasión de un grupo tribal andi­ Lroncamiento o antecedente histórico.
no que viene siguiendo el rumbo de Norte a Sur, que se instala
en el sugestivo y floreciente valle de Chincha e implanta sus ele­ Etapas o fases.
mentos culturales que sobresalen por una fuerte tendencia al
arte textil y en la idea predominante del arte arquitectónico de El doctor Julio C. Tello divide este horizonte en tres fases:
urbanismo; con estos aportes que aparecen en un estado de ma­ 11 re-Chincha, de origen Andino; Chincha Clásico, de desarrollo
durez, no parece muy prudente pensar en una etapa de desarro­ local; Chincha de fase Decadente.
llo regional Mucho m..:"is, no se han encontrado restos pre--cerá­ Los arqueólogos Strong y Rroeber citan a Chincha con el
micos de tipo Chincha. En cuanto tal, los menesteres de campo úmbre de lea y la dividen y subdividen de acuerdo a su herme
pel'miten pensar, con criterio imparcial, que los elementos cultu­ utica de tipo estilistico, de este modo:
rales de Chincha no son de origen local sino andino. ¿De qué lu­
gar saldría el grupo humano, porlando estas nuevas tendencias lca-Primitivo (Early Ica) es una variedad local de estilo
g'ligousl ;
(1) Ciez.a de León, Pedro - La Crónica del Perú - Viajes Clásicos. Ed. Jea-Medio (MiddJe lea) es el relacionado con el estilo Tia­
Esp8sa-Calpe S.A. Madrid Barcelona - 1932, Cap. LXXIV, p. 228.
lIako y subdivide en:
(2) Max Uhle - Una carta. R8tJ. Jlft'-S80 Nacional; T. VI, N° 1; p. 98;
año 1937; Lima-Perú. ' U"letr¡1 Arqueología 11 Sooiedad - - Universidad Mayor de San Mar·
r,os. NO 2. Trim. Junio - 1970; Lima-Perú.
279
CTVTL[ZACION CHINCHA
278 ALBERTO ROSSEL CASTRO
textil andino, estilizado magistralmente en ceramios y telas ; Y
lea Medio I b) el arte arquit ectónico, plasmado en construcciones urbanas,
lea Medio 11 en adoratorios o Wakas y en palos xilográficos.
Para demostrar estos dos principios se cuentan con los si­
lea Ultimo (Late lea ) es el desarrollo de lea Medio 11 qU8 guientes elementos culturales: a) La Tumba e incineración de
se subdivide en: los cadáveres ; b) La cerámica; c) Construcciones de tipo Koto.

lea Ultimo I a) La Tumba e incineración de los cadáveres. Par ece que


lea Ultimo 11, es modificación de l ea Ultimo I por el esti­ los Chincha, que dominaron todo el área de los valles de l ea, no
lo Inca. dieron importancia a la arq uitect ura de las tumbas paTa el en­
lierro de sus antecesores. Sólo ocu paron cement erios ya prepa­
La última clasificación hecha por la misma escuela nortea­ rados por otras civilizaciones. Por eso, las tumbas que aparecen
mericana es mucho más complicada y bastante confusa, porque n poca profundidad de la t ier r a, son simples fosas u hoyos sin
aplican indistintamente los t érminos horizonte y periodos como harbacoa ni par amento alguno ; los cadáveres están casi a flor de
si éstos fueran sinómmos; todavía más, incluyen la clasificación tierra, depositados unos encima de otros, acompañados de sus
europista y anticuada de Max Uhle. Por ejemplo: "Período In­ enseres personales de hondas, bolsas de lana, porras, redes de
termedio Tardío" u "Horizont e Medio", " Horizonte Tardío" o pesca, túnica s, prendedores de cobr e y plata, objetos de madera,
"Estilo Chincha Tardío I1" . E stas denominaciones no encuadran etc. Algunos cadáveres llevan en la boca pequeñas láminas de
al acontecer histórico y es bastante subjet ivo. cobre; las telas que sirven de envoltur a. son de algodón de color
hruno o verde anar anjado y, a v eces, están met idos dentro de los
Por eso, en el desarrollo de este Horizonte, compulsando los (majones de factura gruesa con asa. 'rumbas de esta clase he
hechos más razonables sigo la división propuesta por el doctor 'v isto en P arakas, Ch incha-Kamak (Ch incha Baja), UJlujalla y
Tello, por ser la más atmada y que está de acuerdo a la r ealidad amaka (lea) , Pinchango y Mollaque (P alpa ), Kajamarka, Kan­
arqueología y a fin de h eredar a la Hist oria una primicia de h e­ luyo, Kopara, Atarko, OkongaUa, Kawachi, Estaquería (Naska),
chos reconstruidos. ViIlakurí, Chongos Alto y Bajo (Pisco) .
2 .1 . Fase P r e-Chincha. Las diferentes explor aciones científicas r ealizadas en los va­
111'8 de lea, no h.an dado el verdadero sentido y explicación de las
Con este nom bre se denomina a una civilización que viene IIlImerosas pirámides truncadas, hechas artifiCIalmente de ado­
portando su cultura propia del Norte Andino hacia la Costa Cen­ I'I'~ rectangulares Y adobones que se posicionan intencionalmen­
t ral Sur del Perú, la misma que se mezcla con el Epigonal Tia­ l. ,\ dentro de los terrenos de cultivo en los valles de Chinch.a e
warrako. De este modo, los anteceden t~s de aquellos nuevos ele­ I ll. Más aún, estas construcciones que pertenecen, en su mayor
ment os en su pureza hay que buscarlos no en el Valle de Chincha jlurle, a la civilización Chincha, al tiempo de ejecutar en ellas
sino en el Norte Andino. ,icmoticiones por parte de los indolentes dueños de los furrdos
{itlllde se levantan los montículos, han puesto al descubierto
lI urlos rellenados de cenizas qu e er an casualmente de seres hu-
Etapa Clásico Chincha. HHlI(~8, los que me h.an demostrado que los Chincha tenían la
hambre de incinerar los cadáveres t!n vez de embalsamarlos
E s acaso la fase donde se regist ra el hecho de mixtificación uyas cenizas la guardaban dent ro de los cuartos o soterrados
dE' un elemento cultural andino con el de Epigonlll Tiawarrako. f!ItOa pirámide. P or esta cost umbre, las pirámides er an con­
De esta unión surgen dos tendencias bien definidns : /1) ..1 arte
CI VILl ZACION CHINCHA
281
280 ALBERTO ROSSEL CASTRO

sideradas como un lugar sagrado donde se rendía culto a los


muertos.

b} La cerámica. Es düerent e a la cerámica de Chancay y


de Chimú. Los ceramios en esta etapa han perdido su forma y
estructura t r adicionales. Hay un cambio brusco en el proceso
estilístico que no se puede pensar err un origen local o regional;
porque, aparecen de inmediato las formas típicas de regiones
andinas. En cuanto a su decol"ación, t ambién desaparece la po­
licromía, para convertirse en una t ricomía bien marcada: negro,
rojo y blanco. Con estos coJol'es se estilizan figuras geométricas:
u'iá11'gulos, grecas, rectángulos, líneas quebradas, puntos, circu­
los; representaciones zoomorfas: aves de mar, peces, etc.
P ara facilitar la comprensión, conviene clasificar la cerárru­
ca en tipos: Cántaros, Ollas. Platos y Tazas.

1} Los Cántaros unos son ovoides de cuello expandido, sin


asa; la ornamentación se localiza casi siempre en la parte sup~
ríor, junto al cueIlo; otros globulares, con asa vemral o sin ella
y con cuello alargado; hay cántaros en forma de barril con cue­
llo expandido, de color negro, pegado eu el centro; con asa a Jos Fig. 63 Tipos de Ceramlca
Cbincha: Cántaros y Ta·
costados; o con una sola asa pegada al cuello. zas. Etapa aásico Chin­
cha. Colec. A Rovsel e
2) Las Ollas tienen paredes inclinadas hacia adentro, de
labios gruesos como bemba; en su forma similar a las bolsas de
coca que los pastores de la Sierra usart con frecuencia.
3) Los Platos presentan bases convexas y bordes semiver­
ticales O incHnadas hacia el interior.
4} Las Tazas adoptan formas campanuladas, de labios
gruesos y otras cónicas cerradas junto a la boca. Hay tazas de ,,~ i!ntrada; cada plataforma se comunica por una escalera de ac­
gálibo cóncavo con base aristada; con estilizaciones textiles y !J:lO, la cual, a medida que se asciende al COJl'O truncado, los pel­
zoomorfas (aves de mar. cabezas de alcatraz). (Fig. 63). lniios son más angostos.
c) Construcciones urbanas de tipo Roto. La civilizaci(1O Los cronistas denominan a estas cOrultrucciones de "Wakas"
Chincha se ha distinguido por las construcciones urbanas de as ¡vulgo sjgue nombrándolo de este modo. Pero, es convenien­
pecto monumental, edificadas sobr~ promontorios artificiales o r(~con8truir su primitivo nombre. Por felicidad, pude encon­
naturales. de forma de un cono truncado, de dos o tres cuerpoS. I'fif elJ el area de Chincha Baja la toponimia de "Koto", casual­
Cada una de las cuaJes se levanta sobre una plataforma rectan Ite donde se posiciona el monumental templo de Chincha-Ka­
gular atrincherada con paredes de adobes, con Ullfl sola puert llamado impropiamente "El Centinela" por los ignaros. La
21\"'
28 ALBERTO ROSSEL CASTKO CTVILIZACI0N CHINOHA

palabra indígena de Koto .s ignifica: promontorio, montículo. Es­


te es el nombre típico con el que se debe nombrar a todos los
promontorios piramidaleR de la civilización Chincha. Aun cuan­
do esta denominación es similar a la de ChuUpa o Kullpi de la
región andina.
Las construcciones de tipo Koto de los valles de Chincha e
lea, son de origen andino, cuyas huellas vienen en dirección de
Norte a Sur. Edificios de esta clase existen en las civilizaciones
andinas de Chiprak y Rupak, en la región cisandina, de la pro­
vincia de Canta, al norte de Lima, en el sector de Waylla-pampa
(vulgarmente Huayopampa), a los que se nombran de SbalJa·
Koto, I{oto.Koto, Llimpan.Koto, Kofo-Marka, Roto. Aquí, en
Chincha, como allá en Canta, las construcciones se levantan den­
tro del áTea de los terrenos de cultivo que forman parte integral
de la vida agrícola. También se registran en las zonas arqueo­
J¡)gicas de Cañete, Lima. Chancay y Huacho.
Los Koto ele los valles de lea, adoptan la forma de un cono
truncado; están conslruidos exprofesamenl-e de adobes y adobo­
nes. ya sobre una plataforma natural o arlificial, ya sobre acu­
mulaciones de tierra. y tac;cajo. Miden de altura de 5 a 30 m.: n Koto dentro del área de l-ultivo en el sector de
aunque el Koto d~ Clüncha-Knmak, mide poco más de. 60 me­ CollaLOI .1 extremo Sur del fundo de Lo! Pobre
tros (Fig. 64). llOCO más al Norte del fundo San Ramón. En la actualidad (1973)
)'H no se encuentran. Cuando ¡úce los primeros esiu di os, el 7 de
d) Los Koto del VaDe de lea. Si: ubican en las zonas de diciembre de 1956, las dos pirámides eslaban ffituadas a la mano
Makakona, Los Pobres, Takltraka y Chul1paka. Por Ins quebradas lel'echa del Camino Panamericano, equidistantes a 200 metros
de Palpa y Naska propiamente no ·existen. 11111\ de otra; median, pOl' término medio, 35 m. de alto por 80 m.
,la diámetro. La parte superior de cada pirámide, era· un cono
Los Roto de Makakona están al Norte de lea, a la altura del 1'llDcado, donde se levantaban compartimientos de habitaciones
Klm. 3. En ln53 CODRtaté seis pirámides j en )a actualidad (1969) '-'011 profundos huecos ejecutados por los Hhuaqueros" en la creen­
ya no existe uno como muestrario. En lB. Hacienda de Los Po­ l\in, qUIzás, de descubrir tesoros; eran de paredes rectangulares
bres, más al Norte. colindante con Makakona, vi más de cinco lahoradas con adobes de la misma fomm, de 69 cm, de largo por
montículos, de los cuales sólo hay uno. 12 cm. de alto, por 17 cm, de ancho. Las paredes de las habita·
La zona de Takaraka, sítuada a siete kilómetros al Sur de irJlIC'.5, . por ambas caras, estaban estucadas y pintadas de color
la ciudad de lea, por donde cruza la Carretera Panamericana, se 'ojo, sin lecho; a los alrededores exploré basurales de cocina con
puede dividir en tres sectores: Takaraka (propiamenLe dicho), \írmentos de cerámica utilitaria ahumada. La presencia de e5­
Galngarza y Chullpaka. mi reslos me demostraron a las claras que las construcciones
IU levantadas eran casas-habitaciones favorecidas de ventila­
1) SECTOR DE TAIURAKA. Encontré. en este lugar (en 11 yde estar defendidos sus habitantes de inseelos Y de toda
1953) ,. dos pirámides, las mÓJ) elevadas de la zona, situadas un lad del suelo.
ClVILlZACION CfiNCBA 285
2 ALBERTO ROSSEL CASTRO

Después de algunos años, las dos pirámides de Takal'aka


c¡ue permliían hacer en eUas un bello Museo de Sitio, f uer on des­
tJ'uidas, err su totalidad, por la acción intencional del hombre, pa­
ra ensanchar, ¡ Oh, qué sarcasmo ! el área agrícola. Cuando se !"'
inició el trabajo de demolición con una potente máquina nivela­ : TAXA IIAXA

dora, denuncié oportunamente este insólito hecho de lesa cultur a E e KOT O !IE T AU IIAIA
"'A~AII ' C;IOO
a la Prefectura de lea. Se paralizó el trabajo por algunos dias; •'ti"

,
11
se hizo las averiguaciones del caso, poniendo en conocimiento del •z
Presidente del Patronato Arqueológico de lea, el que dio un infor­ • C"UU.~A••

me poco grato (según supe extr aofieiaiment e), en el sentido que


los montic ulos de Takaraka "no tenían importancia arqueológica".
Con este pobre y triste parecer de qUlen conocía mucho merros
~
de estos menesteres arqueológicos, ya se podía esperar lo apun­ o
. . . O.IINAI
tado antes entre comillas. Se prosiguió la obr a de destrucción
••
' AIlAIUIU
a
con mayor saña. T uve que presenciar, muy a mi pesar, en cuan~
t o pude. la demolición de las dos pirámides. Los trabajos se eJe­
ñ
~
e 1I CASA tW:I(MOA SAM IIAMOII
IN 01: STllueClOM
C

cutaban de día y de noche. Constaté cuatro capas de construc­
ciones superpuestas, a modo de cuartos rectangulares, posicio­
nados en distintas direcciones, sin puertas, ni restos humanos, ,
é_é tL GALAGARZA

ni cerámica; en cambio, cada cuarto por separado tenía relleno • CMULLrAKA

de lIerra arcillosa, arena de río y cenizas. e I A -;; "

0
.....
Como si esto fuera poco, registré también en esta zona, pi­ o
rámides que tenían sobre la cúspide construcdones rectangula­
res a modo de depósitos, lo que excluía. ser viviendas propiamen­
J eALAU"U
.:~:. .
te dichas (Fig. 65). CIMDlttIIlO . . . . .IUIICIIIMA
VI OUTllucelOIl

2) SECTOR GALAGARZA. Se posiciona, a más de 300


Fíg. 65 Plano de la pcsici6n de los Koto de Tllkaraka, Chullpaka
m. hacia el Sur de Takaiaka, como desafiando a la incuria de los y Galagana.
hombres, seis pirámides, de las cuales tres están situadas a la
mano derecha del Camino Panamericano y las otras tres dentro I l<oto C tiene destruido una parte de su ángulo oriental que
del área del fundo Galagarza. La pirám.ide o Koto (B) tiene 15 .idr. 15 m. de altura.
m. de alto pOI 80 m. de diámetro y circunda las casas-habitacio­ Hacia el Este de Galagarza, a una distanCla de medio kil6­
nes de los actuales colonol' que trauajan la cooperativa del sec­ IIwl.ro, se ubica un cementerio prehispánico donde se han encon­
tor. Sobre la cumbl'e del Koto se descuelga una campana de unos ¡do tumbas pertenecientes a diferentes civilizaciones. como:
postes que sirven para avisar la hora de entrada y salid8. de los l'fIkllS, Epigonal Tiawanako, Chincha e Inka. Se conoce a este
trabajadores. Los departamentog o cuartos se superponen al pa­ r con el nombre típico de "Wakachina".
recer unos sobre otros y están elaborados de adobes rectangula­
res. Sobre la base del Koto crece un secular huarango, cuyo ár­ SECTOR DE CHULLPAKA. Por un desvío del punto
bol, tal vez, indicaría, en los anillos de su cortEza, la cronología raka, al Este, camino al distrito de Pueblo Nuevo, a 500
del Koto de Galagarza. Los Koto (A y C) son de menor Illtura.
286 ALBERTO ROSSEL CASTRO l'rvTWZAClON ClUNCJU 287

m. se posiciona seis pirámides. La pirámide o Koto de Chullpa­


ka situada en la parte alta de la planicie, es la más elevada, que
mide 20 ID. de alto; por base 70 m. Soure el cono truncado, los
moradores de Chullpaka han puesto un~ cruz misionera, acondi­
cionando su piso de cemento con graderías y paredes circulares,
y donde los cristianos católicos rinden culto a dicho madera. De
este modo, la pirámide de ChuJlpaka eotá resguardada de todo
saqueo o excavación clandestina..
Las demás pirámides que están en la planicie, dentro de los
terrerros de cultivo, corren el inminente peligro de ser destrui­
dos. Actualmente, por su base se han abierto acequias y se ha
excavado su uase para extraer la tierra arcillosa y mezclarla con
arena.
En casi todas las pirámides ya mencionadas, se descubren
basurales de cocina, fragmentos de cerámica utilitaria y ceremo­
nial con decoraciones de rojo, blanco y negro, cuya gama usó co­
mo base la Civilización Chincha. En más de una pirámide des­
cubrí cOll'Btl'ucciones rectangulares como si éstas fueran depósi­
tos de víveres.

e) Corte vertical del Koto de Co11azos. El nombre de "Co­ Fig, 66 Ocstrucclon del Koto de CoJ1¡¡zOiS en cuya cim3 se divisa
11azos" no es toponimia indígena sino ape1lido de un español del un tr,¡ctor en pleno trab:ljo.
tiempo de la colonia que tuvo su fundo en este sector. El Koto mza y de tIerra arcillosa. Las paredes de cada celda, estaban edi­
de Collazos se sitúa dentro del área del fundo de Los Pobres, de ficadas de adobes rectangulares (Fig. 66).
30 m. de al lo por 50 ro. de diámetro. La zona de Collazos, dista
9 Klm. de la ciudad de lea, por el Camino Panamericano, Norte. A fin de ilustrar el caso, véase el corte vertical en la Fig.
La demolición de la pirámide se inició el 4 de diciembre de· 1951, 67 donde se descubre la celda Nq 3 que tiene acumulada la parte
con el fin de ensanchar la tierra de cultivo de la hacienda de Los [:uperior de cenizas con un espesor de 63 cm., y la otra inferior,
Pobres, sin que ninguna institución saliera en defensa de su se encuentra repleta de arena de río con un volumen de 37 cm.
conservación, muy a pesar de que en la ciudad de lea, existía un Empero, la celda Nv 9, tuvo todo el espacio ocupado de arena de
Patronato Arqueológico. Tuvt!, entonces, por fuerza que presen­ río conñ'agmentos aislados de cenunios de tipo Chincha, Asi­
ciar este lamentable hecho, de lesa cultura. El tractorista. en­ mismo, la celda N~ 6 mostró un: relleno de ceniza. Las celdas 10,
cargado de realizar esta ingrata operación con una potente má­ 11, 12, 13, 14 no fueron destruidas en su totalidad por el trac­
quina niveladora, dío comienzo por la cúspide de la pirámide, de torista porque ya estaban al nivel del suelo; por cuyo motivo, no
pronto se descubrió a la vista varios compartimientos indepen­ logró tocar la misma base de esta pirámide. lo cual era lo que
dientes de forma rectangular distribuidos en distintas direccio­ más me interesaba, porque hacía suponer con bastante certeza
nes, sin puertas de entrada; de tres por dos metros de lado y por ~l mi favor. que quizás en este centro se guardaría algún sarcó­
un metro de alto; la .pared tenia 93 cm. de espesor; cada cuarto fago conteniendo restos humanos perteneciente a la familia o li­
o celda estaba rellenado exprofesamente de arena de rio, de ce- naje de la región;
2815 ALBERTO ROSSEL CASTRO CTVI LlZACION CHINCHA 289

pensar mej or en su significado, y decir que los Kot o de Takara­


CORTE VERTICAL ka y los de Makakona, han tenido una doble finalidad: para ser­
vir de viviendas y de Mausoleos. Las viviendas est án siempr e
edificadas en la cima de las pirámides compartidas en cuartos,
salas, pasadizos, posiblemente, con techos de palos, cañas y es­
terones recubiertos de t orta; a los alrededores se han encontra­
do residuos de cocina, cenizas y acumulamiento de basurales. Los
Mausoleos eran propIamente las celdas interiores superpuestas
unas sobre otras, de forma rectan'gular rellenadas de tierra, are­
na y ceniza ; sin puertas; pero estucadas las paredes y barniza­
das de color blanco. La presencia de celdas ocupadas de cenizas
humanas es una de las pruebas que la Civilización Chincha tenía
la costumbre de incinerar los caclAvereo de sus deudos en lugar

~';TE
ele aplicar el sistema general de momificación. Esta práctica tan
:iingular en la Costa peruana no es de origen local sino de la zona
HORIZONTAL mdina. Por eso, en cada Koto, los Chincha rendían culto a los
muertos.
f) Los Koto del Valle de Chincha. Desiácanse por su ar­
Ituitectura de carácter monumental y pur la cantidad tan nume­
rosa de pirámides extendidas dentro de las áreas agrícolas de
llldo el valle de Chíncha. Estos hechos confirman que este lugar
file eJ centro de desarrollo y expansión de la gran Civilización
( 'llIncha.
Los Koto de Chincha significa promontorio, montlculo, los
GlltUeS tienen un origen andino; casualmente por Koto se conoce
1.1 fundo que rodea al edificio monum~ntal de Chincha-Kamak
illle se sitúa con frente al Mar Pacífico.
Se puede dividir los Koto de Chincha en tres grandes grupos :
Fig, 67 COIte yertica1 del Koto de CoDazos de 4 piSOS super­ 1) El Templo de Chincha-Kamak;
pUt'."itos; y corte horizc>otal del tercer piso que presenta
9 celc1as de dislinta8 dimensiones sin puerta. 2) El Koto de Kancha-Mani; y
El corte horizontal representa el Ser. piso donde aparecen
3) Los Koto de Urin-Chincha.
9 celdas, de las cuales 8 son de forma rectangular y una irregu­
lar con cinco ángulos. 1) El Templo de Chincha Kamak. Sitúase el grupo de pi­
Este corte que se hizo en el sector de Collazos igual al d nllll~s de Chincha Kamak, en el área de Chincha Baj a y de Tam­
Takaraka, es idéntico a éste en su es~ructura, porque perrnit do Mora, con hente y muy cerca al Mar Pacífico, y sólo a tres
hacer un examen más obj etivo, de acuerdo a la realidad, par. 1m. 01) Norte de Chincha Baja. A este lugar, 10 conocen muchos
CIVlLIZACION CHINcaA 291
290 ALBERt'O IWSSEL CA5raO

vulgarmente con el nombre postizo de "El Centinela", CUY»' deno.


minación no encuadra con la ciencia. Se debe ya dejar este
sustantivo que está fuera de la realidad. Por primera vez, en la
Historia de la Arqueología, se reconstruye con el nombre de:
Chincha Kamak. basándome en las crónicas que ya mencionan 8
este adoratorio.

"Es de saber (diee Garcilaso) que los indios


de este hermoso Valle de Chincha tenían un idolo
famoso que adoraban por dios, y le llamaban Chin­
cha Camae. Levantaban a este dios semejanza del
Pachacamac" (4). Decornción en 3110 relieve del templo de Chincha Kamak
Fig.68
CQn 12 cabelas de aves marinas, 12 cabezaS de peces y 4
Al dios Chincha Kamak los antiguos morador:es de todo el de alcatraz.
Valle rendían culto en el templo que lleva su nombre. Pues ele]
análisis hecho "in sjtu" se deduce que este monumental edificio
no tiene parangón en toda la Costa Sur de] Perú, por su orna­ Por suerte, en la última etapa de la plataforma de Chincha
mentación arquitectónica, por la orientación que siguen las pare­ Kamak, se conserva, desafiando al flagelo del tiempo, un muro
des en distintas direcciones, con el pr0pósito quizás de contra­ fragmentado, parte de un cuarto sin puerta, casi destruido por
rrestar los movimientos sísmicos, por estar rodeados de grandes erosión, que mide 10.80 m. de largo por un metro de alto, hecho
paredes con una sola entrada como si fuera un Castillo o Forta­ de adobórr que tiene 75 cm. de alto por 60 cm. de grosor, Y, por
)(,Z3, por su altura que mide más de 60 m. desde su base, ocupan­ u cara interior Que está estucado de un color blanco cenizo, se
do UD area no menos de 15.300 ma., hacen pensar que no fue de­ stilizan dibujos de arcilla en alto relieve, representando cabezas
dicado para viviendas sino como un aJoratorio. La entrada es tle aves marinas. grecas de carácter textil, 12 cabezas de peces
por el lado Sur, en zig zag y se sube a la cumbre por una esca­ y cuatro cabezas, al parecer, de alcatraz (Fig. 68).
lera de adobes rectangulares. A estas figuras escultóricas de barro arcilloso Que permane­
Todo el edüicio que se eleva en plataformas superpuestas, t;~n a la intemperie, sin ninguna defensa que las proteja, los tu­
está construido de grandes adobones en más de las dos tercer~ l'iRtas que llegan contirruamente por estos. lugares, las tocan, ras-
partes, y el resto son adobes rectarrgulares. No se puede preci. Iln. y destruyen sin ningún escrúpulo. A ello se agrega. aun
sar aún el número exacto de plataformas, porque están compl JlllÍs, cuando los campesinos del valle han colocado una cruz cris­
tamente sepultadas por los den-umbes de las paredes que han linna sobre la misma cumbre de la pirámide, por 10 que se pro­
dejarlo adobes sobre adobes que impiden la visibilidad de las gil dllce la afluencia de gentes in~pertas en arqueologia, que au­
l{'rías,. corredores, escaleras, sótanos, altares de sacrificio, cuar menta algo más la destrucción de este adoratorio.
teles, depósitos, alacenas, atalayas, etc. Posiblemente, en el fu. Panorámicamente, los grandes muros de adobones se pare­
turo, cuando el pueblo de Chincha Alta o Baja, tenga concienei "011 n las moles micas de Saksa-Wamán del Kusko. Es de supo­
de la importancia de este monumento, se podría, con una limpi Ir..', al contemplar este monumento, otrora admirable y suntuo­
za, bajo la dirección de un arqueólogo, descubrir y reconstrlll , que los Chincha se distinguieron por el arte de levantar edi­
los diferentes compartimientos de que consta este adoratorio. ios monumentales. Tal vez, por ello, el cronista Vásquez des­
l'lbe con much~ razón lo siguiente:
(ti) Vega, Garcilaso - Comentarios RMle/!¡ T. U, p. 43. Emecé Er!. S

Buenos Aires; año 1943.

292 ALBERTO ROSSEL CASTRO

"Que Chincha fue sumamente poblado como lo . )


comprueba sus ruinas cuyos edificios hacen com­ o
~

petencia a las construcciones incaicas como sus ~


suntuosas huacas, considerándolas como las únicas
§ I

y tan grandes, no sólo de este hermoso valle sino
de todos los que hay en el Perú, cuando pasé por ! ~
k
ellos muchas veces me entretenía considerando ~

tanta grandeza ya toda acabada" (5). .


~

~
El templo de Chincha Kamak está rodeado de cinco grandes ,! ~<
grupos de pirámides más, los cuales no pertenecen propiamerrte 11.
a la Civilización Chincha sino a la otra más reciente: la Inkai­ ~
ka. Es un hecho histórico la dominación del Imperio lnkaico en rol
~
estos valles. Los invasores al ocupar la zona sagrada de los 8
Chincha a base de luchas encarnizadas, se posicionarorr en los
~ ¡
<
alrededores del adoratorio, formando uua urbe repartida en par­
cialidades o Pachakas que tenían plazas, graneros, corrales, ha­
bitaciones, atalayas, jardines, pasadizos, baños, cementerios, etc.
Quizás desde esta etapa de dominación, el templo de Chincha-Ka­
mak s ufriría su decadencia y abandono (Lám. XXII).
B
PALACIO DEL CACIQUE PRINCIPAL (G. l.). Está si­
~
tuado junto al Templo de Chincha Kamak, lado Noroeste, con
una sola puerta de entrada que dá acceso a una plazoleta conec­
tada por una calle. El conjunto de construcciones es de tipo ne­
tamente inkaico i consta de hornacinas rectangulares; las puer­
I
o

tas, en su mayor parte, son de doble jamba ; de ventanas ciegas,


a modo de roperos, con aplicaciones de líneas rectas y paralelas, ~
las cuales están dentro de las habitaciones. No se puede apre­
ciar los dinteles por el estado ruinoso en que se encuentran ; és­
tos, posiblement e, serían de palos, ya que no se descubren moIIO­
litos o piedras longas talladas. Las paredes hállanse estucadas
de color plomo. Los departamentos que se levantan, en la parte
más alta, se comunícan por escaleras de adobes y éstas siguen en o
ig zag hacia la azotea. En una plazoleta, lado Norte, se descu­
bre un pozo circular, de boca angosta. que hace suporrer a un silo ~ ~
para guardar alimentos. Tipo de estos silos hemos visto en Pin ~ ~
8o p:
chan~o y Cabeza de Toro en Pisco. Las ventanas ciegas, como
~ ~
(5 ) Valcárce.l, Luis E. - HÜJt~ria del Pero Antiguo. T. 19 Edic. Juan 11.
Mejla Baca ; p . 205, año 1964. Lima.,' P erú.

110
2!)"
294 ALBERTO ROSSEL CASTRO CIVILIZACI0N CHINcrBA

las jambas y h ornacinas, se identifican en su forma a las cons­


tru cciones liticas del palacio de Waytará, en Castrovin-eyWl.
Empero, son' t an parecidas a las,de P ukatampu de Pisco y a las
de Kajamar ka de Naska (Fig. 69).

P ALACIOS DE LOS P ACHAKAS (G2, G3, G4, G5). Son


pirámides, a modo de palacios, de los Pachakas que comandaban
a las parcialidades de pescadores, agricultores y mercaderes. Las
construcciones son de tipo lnkaico con cimientos de estilo Chin­
cha. Cada Grupo o Pachaka presenta sus plazas con hornacinas
de tipo rectangular; aun cuando, también hay alacenas de forma
circular a modo de huecos. Las paredes están hechas en su ma­
yor parte de adobones; a veces entrelazadas con adobes rectan­
gulares, con una sola puerta de entrada a cada grupo piramidal.
Estos g'l'UpOS permanecen en completa ruina. Los campesinos del
valle habían utilizado las plazas para el sembrío de panllevar.
Numerosas habitaciones se han derrumbado por la humedad. El
palacio de un Pachaka del G5 es el más extenso y el menos de­
rruído. Por espíritu de oposición, el propietario de un fundo ale­
daño se había apropiado de varios compartimientos de este grupo,
para instalar allí una granja de aves con bebederos de cemento
y cisternas para dep6sito de agua. Felizmente las autoridades
del cercado ejecutaron el inmediato desalojo. Las paredes de es­
tl:: grupo (G5) presentan adobones que se mezclan con muros de
adobes rectangulares y con cimientos de piedras o rodados. Esta
arquitectura de tipo Chincha se mezcla con el inkaico.
Los adobones son gruesas paredes formadas de la mezcla de
arcilla, arena fina, cascajo delgado con poca agua, ligeramenté
húmeda, cuya composici6n era vaciada a un molde y someti~a 11
f uerte presión. Cada pieza de adob6n mide, más o menos, uno ti
dos metros de largo, por 1 .50 m. a 2 m . de alto, y por grosor
1.80 m.
Los adobones descansan 'también sobre 5 6 10 hileras do
..dobes rectangulares, y éstas, a su Ve1., se afianzan sobre un ci
miento de una hilera de piedras o rodados de r10. Del misl1l
modo, los adobones con dos o tres hileras de adobes rectangul
res en la parte media de la pared. Las puertas tienen doble J~Ull
ba; las ventanas y las hornacinas son de estilo rectangular Fig. 69 Puertas y ventanas líticas (I3pezoidaJes de Waywa. Se
identifican en su rorma COD las de Olinc:ha Kamak y
ciegas, porque no atraviesan el grosor de la pared (Fig. 70). Pub-Tampu de Pisco.
2!l7
296 ALBERTO ROSSEL CASTRO CIVILlZ.AOION Cl:lINCRA

2) El PaJacio de Kancha-ManÍ. Está situado al Sudoeste ADOBE


de Chincha-Kamak, junto al Puerto de Tambo de Mora. Es un
conjunto de ocho pirámides, de fonna rectangular; hecho de ma­
terial de adobones; la pirámide del centro es la más elevada, con­
feccionada de adobones y adobes r ectangulares. Por referencias
de dos cr onistas que residieron en Chirrcha. el año de 1558, Cris­
t.óbal de Castro y Diego Ortega de Morejón, se sabe lo siguiente :

"Hace menos de siglo y medio (1.400) que vi­


no por estas tierras un Inca llamado Cápac Yupan­
qui, que se decía hijo del Sol, y al cual acompaña­
ba mucha gente. El Inca les dijo que venía por su
bien y por el de todo el mundo, que él no quería ni
su oro ni su plata ni sus mujeres ni nada de lo que
t enían, porque de todo e~to ellos tenían en gran
abundancia, y que lo único que les pedía era que le
reconociese por señor, y se adelantó a ofrecerles
ropa que traía del Cusco, y mantas de oro y otras
muchas cosas de que carecían. Los jefes de todas
las comunidades del valle reunidos deliberaron,
acordando recibir al Inca por sefior y Emperador,
viendo el buen trato que les dispensaba.
Los Chincha construyeron para el Inca un pa­
lacio que fue conocido con el nombre de Jatum ~::.j..
Cancha (el Gran Cercado).
(6) .
Le señalaron mujeres, yanaconas y chácar as". 11 ~~
~~

~
Los moradores y vecinos de Tambo de Mora conocen a este PUERTAS DE DOBLE JAMBA
DE LINEAS SEXTAGONALES
conjunto de pirámides con el nombre de "Cancha Maní" que es­
tá en relación con "Jatun-Kancha" de Ortega Morejón. Además,
los edificios de adobones son similares en su forma a las gran­
des moles líticas de las regiones del Kusko y Way1;ará (Castro­
virreyna). Por cuya razón, las construcciones de Kancha-ManÍ
GRECAS EN ALTO REI.IEVE
son de estilo Inkaico; pero, los materiales empleados en los ci­
mientos de piedras sin pulir unidas con argamasa son de estilo
Chincha.
CIMIENTO DE UNEAS

RECTAS V OCTAGONALES

FIg. 70 Arquitectura de paredes, venlaJUl$, cimentación y e!IÚlos


(6) Valcárce1, Luis E . Historia. del Perú A.ntigl4l - T. I, p. 528; Edt..
Juan Mejía Baea; año 1964; Lima, Perú. en alto relieve.
ALBER'rO nOSSEL CASTRO

3) Los Koto de Urin-Chincha. Sitúanse por ambos lados


del fío de Chincha. Se extiende por los f und os de San Pablo,
Lurín-Chincha, Hoja Redonda, El Carmen y Sunampe. Muchos
de ellos han desaparecido por demolición de los agricultores mo­
dernos. Exactamente, con ]0 que ha ocurrido en la zona de lea,
ha sucedido aquí en Chincha ; pero, en !llenor escala.
Estos Koto son propiamente cementerios o Grandes Mauso­
leos que los Chincha guardaban las cenizas de sua muer tos en Jos
sótanos de cada Roto. Los Koto que aún quedan en pie, pueden
CAPITULO XlV
servir de modelos para posteriores estudios de confrontación, y
acrecentar, de este modo, los nuevos cvnocimierrtos de la Civili­
zación Chincha que había tenido la costumbre de cremar Jos t'~ _ HORIZONTE IMPERIALISTA
dáveres humanos.
l. Fuentes de crónicas: Pacl1akutek no estuvo por Jea.
2. lnka Yupanki y Kapak yupanki por Jos valles de lea.
2 . 3. Chincha Decadente. 3. Los ayUus de Urin y Anan. Caciques eusqueño8 p01' Ica.
4. Inka Waskar del Kusko y la Prlncesa Kori-KoyJlur de lea.
Es el estilo. que toca con la Civilización lnka. El aspecto S. Etapas o Fases.
Clásico de Chincha pierde su emotividad y da paso a la CiviHza. 6. Urbes lnkaicas: Puka.Tampu (Tambo Colondo); Kajamar­
ción lnka. ka (Naska).

La Civilización Chincha se cataloga, en su proceso de desa­ l . Fuentes de crónicas: Pachakutek no estuvo por lea.
rrollo, de 1.000 a 1.400 años D.C.
En este Horizonte ya existen fuenLes escritas de los cronis­
las, que, al tiempo de informar al Rey de España de sus conquis­
tus por el suelo peruano, mencionan a numerosos monumentos
de distintas partes del país, entre ellos: Wakas, tambos, cami­
nos. nombres de los In'k as y régulos, organizaciones socio-políti­
I'n~, socio-religiosas. Del mismo modo, los extirpadores de ido­
Intrías que cumpltan nada menos que mandatos de los concilios
ü de los Obispos, hacen un inventario de la destrucción de las
\\' nkas, de la incineración de las momias o ídolos, de los templos
l' 'ganos, etc. Todo ello, aunque es un aspecto negativo, viene.
f "1110 de perilla, a constituir un aporte positivo para reconstruir
1.\ Jlistoria.
En 10 que se refiere a la conquista de los 1nkas. la opinión
108 cronistas no está de acuerdo con el relato de Garcilaso de
ga. cuando afirma que los Inkas, desde Manko Kapak has­
tlI último, emprendieron: grandes conquistas por los pueblos,
"(1 Integrarlos al Imperio En cambio, los historiador es moder ­
\('eptan sólo la hipótesis que desde Manko-Kapak hasta Wi­
301

300 ALBE:RTO ROSSEL CASTRO HOBIZONTJ: DlPDIALISTA

rakocha, los Inkas no ext endieron su dominio más allá del Kus­
2. Inka Yupanki y Kapak Yupanki por los valles de lea.
ko. Est a últ ima aseveración es la más probable, pues las luchas Según referencias de los cronistas Bernabé Cobo, Garcilaso
ant eriores a Pachakutek fueron contiendas locales, ya que nin­ y, muy a secas, Cieza de León, P achakutek realizó una expedi­
gu na t ribu Inkaica había pensado en un imperio. ' Todavía el 8" ción a la región de los Chinchaysuyo, seguido de 60.000 soldados,
Inka "Hatun Topa){ Inka", conocido por su nombre posterior de I\COlllpañado de su lújo el príncipe lnka Yupanki y de s u herma­
Wirakocha, fue el que sugirió la idea del Imperialismo. Precisa.. no el general Kapak Yupanki, con quienes subyugó a la tribu de
mente, éste consiguió la victoria con tra uno de los antiguos los Rukana. En este lugar se quedÓ Pachakutek con una parte
y acérrimos enemigos: los Chankas, que ocupaban los departa­ riel ejército; sólo el tío y su sobrino con 30.000 hombres, siguie­
mentos de Ayacucho y Apurimac; acometió a los Pokras y Lu­ ron la mar cha a la Costa y dominaron en completa paz a los N as­
kan as. Esta obra imperial la continuó su hijo Kusi Yupanki, lla­ ka, lca Y Pisco. En cambio, los Chincha se r esistieron t enazmen­
mado Pachakutek, por sus gr andes obrdS y reformas, por su ta­ le a la entrada del ejército de Kapak Yuparrki, Porque en el de­
lento de estadista, por su visión política de unificador de los pue­ dr de Garcilaso, Chincha era un poderoso valle cuyos moradores
blos hacia la fonnación de un imperio, con un programa de or­ 1\(; jactaban de haber venido de lejanas tierras guiados por un
ganizaeión seCÍo-política, socio-económica y socio-religiosa. tiforzado ca1)itán, que ganaron el valle a fuerza de armas, des­
Debo esclarecer, una vez por todas, que ningún cronista h'uyendo a sus habitantes que adoraban al Mar y no al Sol como
menciona que el J.nka Pachakutek haya llegado en persona, en lJuerian los lnkas del Kusko y que tenían por dios a Chincha­
misión de conquista, a Jos valles de lea, ni mucho menos, en plan Kamak. Ambos coIttendores se enfrentaron por mucho tiempo,
tu rístico perdiendo el tiempo como los taimados, perezosos o li­ ubriendo los campos de batalla de cadáveres humanos. Kapak
bidinosos; y. aun más, atribuirle la construcción de una acequia Vup8nki mandó destruir las acequias que irrigaban el valle; hizo
sin agua, llamada "Achirana", de una longitud de 40 K1m. desde t !llar los campos de cultivo, Y mandó un ultimátum, en el sentido
Los Molinos hasta Tate, empleando un tiempo récord de 24 horas. que si no se rendían todos serían pasados a cuchillo, para poblar
Esto, que humanamente hablando es imposible, con el propósito ni valle con nuevas generaciones. Los Chincha, por fin, se doble­
dt' requerir el amor de una Ñusta de) pago de Tate, Esta infor­ aron y se comprometieron a rendir culto al Sol.
mación carece de base arqueológica e hist6rica. Es muy pueril
y fantástica. La arqueología ha demostrado que la acequia de Los ayllus de Urin y Anan. Caciques eusqueños por lea.
la Achirana es una obra Pre-Inka, como las de MakakoDa, Mo­
chika, Okukaje y KaIJango. El hecho de la construcción de una A raíz del dominio e integración de los ayUus de los vanes
acequia por Pachakutek es un cuento de hadas. Ni siquiera es h! lea al Imperio Inkaico se inició la división política en seccio­
mito o leyenda, para poder pensar en una tradición alegórica, Ii" ~ de Urin-lka y Anan-Ika; Urin-Pisco y Anan-Pisko; Urin­
basada en algún hecho real, histórico o filosófico. La idea es 'hincha Y Anan-Chincha; KoUao (quebrada de Ingenio) y Kaja­
muy l'eciente. nacida en el siglo :XX, para ser más preciso, en la !It:\rka (quebrada de Naska). Esta división' que se atribuye pro­
Epoca de la República del Perú, y consignada, nada menos, en r;lnmente a los lnkas es bastante discutible. Porque hay regiones
las Tradiciones Peruanas, del ilustre escritor don Ricardo Pal­ n que se han aplicado esta división mucho antes al dominio de
ma. La crónica literaria -es una creación propia de Palma que IÚB Inkas con fines netamente agrarios, tal como en las zonas de
amerita la prof undidad de su intelecto. El mismo tradicionali8 Bolivia las tribus aymaras se subdividian en Aran-Saya (arriba)
t a habia hecho en vida, que su obra, en casi su totalidad, no es­ Manka-Saya (abajo) . Pues, mientrrus muchos autores pien'San
taba basada en hechos históricos. Con ánimo confusionista. 108 1 In denominación de los Urin (abajo) eran ayUus originarios,
110
plagiadores citan a este cuento con una lindesa rayana en la te IOl4maa antiguos que poseian las tierras en las zonas bajas, de
meridad, con el objeto de cohonestar su labor arlluooló1tÍca jilr fertilidad Y las más extensas; 103 Anan (arriba) eran ay­
histórica.
303
302. ALBERTO RO SSEL CASTRO HORIZONTE IMPERIALISTA

llus advenedizos, forasteros r ecién llegauos que ocupaban las tie­ De los Cacicazgos de Pisko y Chincha, en cuanto a su orga­
rras altas, pobres de fecundidad, en quebradas estrechas y fal­ nización, se tiene conocimiento muy poco. Sin embargo, de este
dosas. Otros, suponen que esta división de Anan y Urin era n último, se sabe algo más, por una Relación que hace Diego Or­
medios para el mejor cobro de los t r ibutos, ya que esta división tega Morejón, Corregidor del Valle de Chincha, el 22 de febrel'o
es bastante relat iva. Tiene muchos aspectos que debe tomarse de 1558, consignando, que el Inka Tupak Yupanqui fue el que di~
en consideración. Con respecto a la división registrada en los vidió el Valle de Chincha en dos parcialidades o Pachakas: Anan­
valles de lea, por documentos recientes de la Colonia, se dividíarr Chincha (Chincha-Alta) y Urin-Chincha (Chincha Baja). En

en esta forma: cada parcialidad había un cacique prinr.ipal o pachaka (Mayor­

domo del Inka), subdivldida por familias que eran vigiladas por

En el Valle de lea, hubo 3 Cacicazgos o Repal·timientos : el segundas personas del ca,cique. Los componentes de cada Pacha­

de Urin-Ika ; el de Anan-lka y el de San Juan de Urin-Ika. ka se clasificaban por edades, en esta forma: (3 )

Los Cacicazgos qu e conservaron su or ganización lnkaica, Puñuk~Ruko


aprobada como buenas por las aut ol'idades ibéricas, f ueron : Chaupí-Ruko De 60

..
De GO afios (hada arriba) se tlenominaba:

Urill'-l ka, comprendía. seis Huarangas: la primera, KoUana-Hua­ Auka-Pora De 26 hasia 40

r anga ; la segunda, Tallana-Huaranga; la tercera, Toma-Huaran­ ~lacha.-Wayna De 16 10 :. 20

Koka-Pallak De 12" ,,16 "

ga; la cuarta, Achira-Huarnnga; la quinta, PaUana-Huaranga; Pukllay-Wamra De 8 " 12

la sexta, Loka-Huaranga. Estas seis tenían cada una sus diez Tata-Mikuy De 4 10 6
11

Pachakas, y, en ellas por cabeza, un Cacique Principal. Ent.re Macha-Pora De 2 " 4

t odas las Huarangas babia una, la más pl"ÍvilegÍada, llamada li o­ l.oka (andar a gatas) De 1 año " 2

'l'rnwamra De 8 meses a 1 año

lIana-Huaranga (1). I-lompu-Warnra De 4 meses a 8 meses "

Ania-Wamra (pañete) De 1 mes a 8

El Cacicazgo de San Juan de Urin-Ika, pertenecía a la Ko­


llana-Huaranga de Urin-Ika. El cronista Reginaldo Lizárraga cita que los Inkas clividie
r(lOa las familias de Chincha, en este orden: 10 mil labradores;
Los Cacicazgos de Anan-Ika, comprendía cinco Huarangas: l() mil pescadores Y 10 mil mercaderes.
la primera, Kollana-Huar anga Askalka; la segunda, Huaranga­
Marquisa; la tercera, Kawanqia·Huamaní; la cuarta. Huaranga­ Los pescadores no tenían porqué labrar la tierra, ya que
Pallanga; la quinta, Huaranga-Llamayaya-Kari (2). n esta industria ellos tenían todo 10 necesario; tampoco los la­
hr...dore!\ de.la tierra DO tenían necesidad de pescar porque los
Estos Cacicazgos antes de la Conq uista española, estaban I,rnductos de la tierra los intercambiaban 'con el pescado. En
ubicados en distintas partes del Valle de lea, lo que quiere decir Ililnto a los mercaderes teníanautoriz:ición, para recorrer el Ca­
que la denominación de Urin (abajo) y Anan (arriba) eran con irazgo y también todo el Imperio, llevando, principalmente, ma~
fines netamente agrarios. pirograbados y pintados de color~s, hasta la provincia de
IlllI"uito .en el Kollao (Puno). porque en esta región las gentes
(1) Juan Zambrano - (Cura de la Doctrina de Santiago de Lueren) lo lpuinn a esta industria costeña de mucha estima, para sus be­
Relaci6n de la F iliación de Sangre y Nobleza de don Bartholo Garcl/l
y E8¡nlco; año 1732; con notas e introducción de Jobn H. Row\1':
(4).
Inst ituto de Estudios Andinos - Berkeley, California ¡año 1970 Vnlcá.rcel, Luis E. _ Hi.qwriD- del Perú Antiguo; T. 1; p. 628; año
1!l6-l¡ Edit.. Juan Mejia Baca - Lima.
(2) Archivo Nacional del Perú - Expediente Judicial; ~g¡¡jo Nf 1 i
t ra C; NO 24; p. 38; año 1645. Vlllcárel!l, Luis E. _ Historia del Perú. Antiguo - T. L p. 224; año
1(164; Edil.. Juan Mej[a Baca, Lima.
S05
IIOR1Z0NTE IMPERIALISTA
04 ALBERTO IWasEL CASTR,()
I¡ado ayUus pertenecientes u los linajes de los Aquije, los Wa­
De la organización del Cacicazgo de Kaj amarka (quebrada mán, los Tat aJe, 108 Mokoka, los Mallurí, los Musía, los Mosay­
de Naska ) , en tiempo de los Inkas, se ignora mucho. No obstan­ w¡üe, etc. ¿Err qué se fundamenta est~ hecho ? De ello, se sabe
te, de esta dificultad. se t iene en mente, que el Repartimiento de por declaración, nada menos, de uno de los caciques de la par­
Kajamarka comprendía Kollao (quebrada de Ingenio) y la que­ ¡.¡alidad de Luren, don Juan Esteban Wamán Aquije (1759), en
brada de Palpa. Los nombres de lO;; caciques que gobernaron la un proceso Judicial, reclara para sí, el Cacicazgo de Luren, pre­
región de Naska ya se han publicado con bastante claridad en lmtando pruebas de su genealogia que desciende, por linea rec­
n uestro libro His toria Regional de lea (5). til paterna Y materna, de la sangre Real de los lnkas, y que per­
lenece, por tanto, a la nobilísima Kollana Huaranga de Lu­
CACIQUES CUSQUEÑOS POR !CA.
I'en (7).
Sólo debo utilizar documentos valederos que están a ni ve! En su genealogía materna, don Juan Esteban Wamán Aqui­
de este Horizonte. Por suerte, ya se cuentan con escritos paleo­ Jl:, asegura haber nacido en lea en 1744, bautizado en el templo
gráficos contemporáneos a la Conquista Española, y muchos de "e Lurert, por el padre Fr. Nicolás Victoria Y Medrano, siendo
ellos están suscritos en el Tampu de lea, por el primer Encomen­ liS padres legitimos don Francisco Tabje Y doña Francisca. Ma­
dero don Nicolás de Rivera. el Viejo. Del estudio de esos impor­ lIurí; ésta, a su vez, fue hija de SUS primeros abuelos José Wa­
tantes documentos se deducen n"ombres de indígenas corno los IllÍln Aquije Y Lorensa Tataje: el primero fue hijo de Gaspar de
Ukulmana, Tipismana, Anikama. Chakaltalla, Yauripana, WalJa, IOB Reyes Warnán Aquije, sU segundo abuelo; ést.e hijo de Feli­
Chongos, etc., que tienen o.rigen forestal amazónico, especial­ Pé Waroán, su tercer abuelo, nacido del matrimonio de Alonso
mente, en la zona Central Interandirra. Wnmán Aquije con Elvira Makoka, su cuarto abuelo, Y uno de
\o!' primeros caciques convel"tidos al cristianismo en tiempo de
Igualmente, los ayJlus de la zona oriental de Santiago de
IH conquista española.
Chocorvos, Waytará y Laramate, en todo tiempo, han incursio­
nado a la costa y se han radicado en ~l1a. Por ejemplo, Jos An­ En seguida, véase el árbol genealógiCO por la rama materna :
chante son originarios de Santiago de Chocorvos ; pues, en una
ocasión don Pascual Anchante, cacique principal de Santiago de RBOL GENEALOGICO DE JUAN ESTEBAN W AMAN
Chocorvos, vino por lea, para hacer algunas cobranzas, hospe­ AQUlJE, RAMA ~ATERNA
dándose en la casa del Gobernador de lea don Gonzalo Muchay­
piña, eJ mismo que se prendó de una hij a de éste llamada Bea­ ItNARDO WAMAN
triz y se casó con ella, dejando en el valle de lea muchos des­ UIJE
cendientes con el apellido Anchante (6).
17<14 JUAN ESTEBAN
A raíz de la conquista de los lnkas por los valles de lea. 1011 W AMAN AQUlJE
soberanos cusqueños tomaron posesión de los puestos claves pa
~ dominar a las masas populares. Cou ellos, también, han arri­ IIKES

FRANCISCO TATAJE

(6) Rossel Castro, P. ALberto - H;¡¡toria Regional de lca -- T. J, p. lOO, CON

FRANCISCA MALLURI
año 1964; Lima.
(6) Por Fr. J uan Zambrano - RelacI6n de la FiliacWn de RIHI{JTI': "/1 110 J\ll\n Esteban Wamán Aquije - Genealt>gia úc IOH Caciques ue Urin­
bLeza de d/m Bartholo Garda 11 Esp,Lco. Cap. V; p. 14; ~••'" una in t~ y de San Juan de Urin·!ka¡ en ColeccW lI lUiH Papeles. T. V.
troducción de J OM H . Rowe. Instituto ne E.tUllí!)" , \'ntllnQs. Herk \ Irtt:uito) por Alberto Rossel Castro.
ley, California, 1970.
306
ALBERTO ROSSEL CASTRO HORIZONTE IMPERIALISTA 807
1er. ABUELO '
31lr. ABUELO
JOSE WAMAN AQUIJE
CON
DO MINGO T ATAJE
LORENSA TATAJE
CON
MARIA CHUM BI WA MAN MU SIA
2do ABUELO
Estas r eferencias del á rbol genealógico se complementan,
GASPAR DE LOS REYES
WAMAN AQUIJE para a bundar en' la filiación y parentesco de Alonso Wamán
Aquije con el de Domingo Tataje, en una partida de ba utismo
3er. ABUELO
del año de 1729, que existe en la Parroquia de Santiago de Luren
FELIPE WAMAN AQUIJ E de lea, cuyo tenor dice así :
4to. ABUELO
" Año del S. de set esientos y veintinueve en
a . 1560 ALFONSO WA MAN AQUIJE
quince de setiembre yo J uan Zambrano cura
CON prevdo. de la doct rina de Luren, p use óleo y crisma
ELVIRA MAKOKA a Ju lio de Dios nacido de seis meses a quien' le ha­
bia echado el agua el Dr. Joseph Falcón hijo lego.
E l á rbol genealógico de don J uan E steban Wamán Aquije, de don Domingo Tat aje y d e Juana Lengua ambos
caciques principales del p\1eblo de LUl'en, nieto el
por la rama paterna, demuestra que es hijo de F r ancisco Tataj e uno y bisnieto la otra del Gvdor., y cacique princi­
y de F r an cisca MaIl urí, el primer o fue h ijo de don Lor enzo Ta­ pal desde las antigüedades Dn. Gaspar de los Re­
taj e, su primer abuelo ; éste hij o de P edro Ta taj e, s u segundo yes Aquije. hijo legitimo de don PheJipe Huaman
abuelo; que lo f ue a su vez de Domingo Tata je, el más antig uo, Aquij e, el primer cacique y Gvdor. que hallaron en
su ter cer abuelo. este pueblo los conquistadores como const a en el
primer li bro de Baptismos que doy fe siendo este
ARBOL GENEALOGICO DE JUAN ESTEBAN cura por el año de quinientos sesenta, y t ambien
WAMAN por sus testamentos que he visto y leido en el ofi­
AQUIJE, RAMA PATERNA
cio; siendo padrinos don J ulio Serpia y doña Gre­
JUAN E STEBAN WAMAN AQ UIJE goria de los Reyes; testigo Don Fraco. TataJe, D.
P ADRE S Pablo Anchan te, D. Antonio Apar cana y lo firmo
F r. Juan Zambl'allO. Cura Prevdo. y Not o P ppco. ­
F RAN CISCO TATAJ E Al margen' : "Julio de Dios - visto - Nieto, bis­
CON nieto y tataranieto por linea recta de sanguinid ad
FRANCISCA MALL URI y legit imidad de los gobernadores del Pueblo de
1er. ABUELO Urinyca desde el año de 560" (8).

LORENZO T ATAJE El Inka Waskar del Kusko y la Princesa Kori·KoyUur de lka.


CON
JOSEFA WAMAN AQ UIJE El cacique principal de la dinastía de los Sullka-Changalla .
2do ABUELO la parcialidad de Anan-Ika, en vista de no poder ir personal-
PEDRO TA TAJE
CON • CIi) Parroquja de Santiago de Luren de lea - L ib. de BauNs mo. Tomo 1,
JUA NA MAGDALE NA .!NICA MA Fa. 18, año 1729. Perú.
:308 BOlUZONTI!I lMPERlALlSIA 309
ALBERTO ROSSEL OASTRO

ruente a rendir pleitesía al lrrka Waskar del K usko por su re­ Changalla como caciques de la parcialidad de Anan-lka. AdemlÍs.
ciente ascensión al trono imperial, envió un valioso donativo con­ se cita el apela.tivo de "Chumpi" (color castaño) que era el sig­
sistente en una hermosa y "bien nacida" doncella llamada Chum­ no de la llama de color castaño, Y la criatura sexo · femenino
pi-yaya, de belleza "muy extremada", euya hija era del cacique siempre adoptaba este nombre de Chumpi que se unía. al suslan­
Sullka-ChangaIla, habida en su mujer Illa-Llokoche, éstos f ueron tivo Yaya (Cl'iatura o muchacha). Ta.mbién, las hijas mujeres
acompañárrdola, en la larga travesía desde !ka, hasta ]a abrupta descendientes de los Sullka-Changa.lla, por úna costumbre art­
y legendaria ci udad del Kusko; y Waskar al verla y mirarla a cestral, tomaban para si, el nombre de IDa (Luz), Illapa (la
Chumpi-yaya, quedóse admirado de su belleza, la. que super aba luz).

:1 todas las vestales de las vírgenes del Sol y la llamó, por eso, En el testamento del cacique de Anan-Ika don Juan Sullka­

"Kori-KoyIlur" (Estrella de oro), colmándola de toda distinció n Changalla (1.618), declara ser hijo de sus podres don Domingo

y preferencia, y, disnunuyendo desde luego, la. atención a las de­ Sullka-ChangaUa y de doña Isabel JapnicalJa, que tuvo doce hi­

más "concubinas". Esta aditud del ln.ka Waskar causó indig.: jos en su mujer María Espilko, de los cúales sobrevivieron dos

nación, celo y envidia en las demás vestales del Kusko, las que muj ere~: J UaIl'a 111a-Yakoche, casada con el cacique de San Juan

acordaron y jmaron' por unanimidad darle muerte secretamente. Bautista, don Fernando Anicama, y Catalina Chumpi-Yaya. me­

Un día, no muy lejano, estas mujeres consumaron su criminal nor de edad (a. 10). En este documento se descubre, precisa­
obra, dándole, posiblemente, algún brebaje de yerbas mortí:feras. mente, los dos adjetivos calificativos quechuas: TIla y Chumpi-
E l lnka encontró a Kori-Koyllur muerta en su propio aposento.
I Oh! I Suerte del destino! i Cuál no sería su dolor y sorpresa al
Yaya.
contemplar este tétrico cuadro en el qu~ pudo más la envidia que 6, Etapas o fases.
el amor extrem¿¡do deJ lnka Waskar. Este no tuvo otro medio
que embalsamar el cuerpo de Kori-KoyIlur, y de ordenar Sil tras­ El proceso de desarrollo expansiorusta de la. Civilización In­
lado, cubierto de negros fas tones y cargado en litera, para ser kaica que llega a los Valles de lea (Naska, Parakas y Chincha),
sepultada en la tierra caldeada de su nacimiento. !ka se vistió por la conquista de Kapak Yupank:i (general y hermano de Pa­
de luto por la muerte de Korl-KoyUur que fue enterrada con ho­ :hakutek.), se inicia en' los años más o menos de 1.440 D.C. y se
nores, cuyo cadáver, tal vez, sigue oculto en algunas de las '''Wa­ cataloga una existencia muy corta de domini,o de siglo y medio
kas" de la región. El 1nka Waskar que motivó de alguna forma, ( 1532). Sin embargo, los soberanos inkaicos fueron los que im­
a esta irreparable desgracia, prodigándole a sus lastimados sue­ plantaron, como hemos dicho anterio~ente, una organización
gros, de riquezas y bienes temporales. Esta leyenda, que ]a he I'ocio-económica, dividiendo a las regiones en sectores agrarios,
narrado tratando de , conservar su hermoso contenido literario, de Unn (abajo) y Anan (arriba). Del mismo modo, se impone,
fue descrita por el cronista Miguel CabeJlo de Val boa, cuando él en el campo socio-económico, un lluevo estilo de cerámica trans­
mismo, servía de párroco de San Juan Bautista de lka, en 1583, portado por el hombre desde el Kusko, y se cristaliza ]a tendencia
y la consigna en su importante obra (9).
de fundar centros urbanos, aun cuando éstos se sitúan a UD ni­
La veracidad de ella, está confirmada, en gran parte, por vel más bajo en la técnica, puesto que usaron el adobe en vez de
documentos paleográficos publicados después, muy cercanos a la 11\ piedra tallada que emplearon en el Kusko. Parece que los ar­
Conquista española, en los cuales se mencionan a los SuJIka. iluiiectos inkaicos conocedores únicos del secreto de amasar la
piedra, DO vinieron a los valles de lea.
(9) Valboa, Miguel Cabello de; - MÍIiIC81ánea. Jlntdrtiea. - Cap. 26; Jl Ante estos hechos, 'Precisa mencionar. en este capitulo, la
410-411; con Pr61ogo, .n otas e índices del Instituto de .l!:tnologfa; año Insificación estratigráfica ya puntualizada por los arqueólogos
de 1951; Lilrul, P~. 'ruanos, por ser ella de mayol' profundidad en su criterio y la
311
HORIZONTE l1>fi>ERIALlSTA
310 ALBERTO ROSSEL CASTRO
Bingham (a. 1911 ) , denominó a los cántaros del Kusko de ArÍ­
que más se acerca a la reaIldad arqueúlógica. tal como : Pre-In­ balo (Fig. 71) .
'ka, Inka-Clásico e Inka Decadente.
b) Tipo Olla. Las ollas inkaicas del Kusko tienen for ma
La fase Pre-Inka con-esponde a la arkaica que se encuentr a ovoidal, de base ligeramente plana, con boca ancha, con labios
en las regiones del mismo Kusko. Está demás insistir que esta salient es y con dos asas a los costados. Hay ollas para t ostar
etapa pueda haber surgido en los valles de la Costa, y mucho maiz. La decoración consiste en' líneas quebradas como las silue­
menos, en la zona de lea. tas del plano de las ruinas de Saksa-Wamán. Existen ollas sin
decor ación, por lo menos las ollas de tipo doméstico. Exíbense
La etapa Inka-Clásico es de desar rollo local del Kusko que
viene hacia lea con motivo de la conquista Inkaica, cuyo estilo los colores siguientes: el roj o, el crema y el negro. En cambio,
las ollas de lea de tipo l nkaico son ovoides, con labios salientes,
al mezclarse (como es natural y así ha sucedido con todas las ci­
con base semi-cü'cular Y sin asa. Se haH encontra-do en los valles
vilizaciones que han inmigrado a estos valles), con los otros es­
tilos dominarrtes del valle de l ea, se mixtifica, y produce un es­ de l ea, t inaj ones paI'a depositar víveres.
tilo Neo Clásico Inkaico y quizás, puede decirse con mayor pro­ 1
pi edad el estilo Inka-Decaden te. Las r azones de este hecho que
hago hincapié, se deducen cuando se hace una confrontación de
am bos estilos: Kusko e l ka; que enseguida lo analizamos:

a) Tipo Cántaro. El del Kusko es de gollete o cuello abo­


cinado, con boca dilatada, de labios gruesos que neva en su par­
te inferior, en ambos costados laterales, dos lóbulos con su ori­
ficio, asemej ándose a1 16bulo de la oreja humana, dispuesto para
colgar, de él, un arete. Los cánt aros de !ka, de tipo lnkaico, no
tienen estas característ icas de cuello abocinado, ni lóbulos en las
bembas inferior es. Es un cántaro decadente inkaico.
La parte ventral del cántaro lnkaico cusqueño, lleva doble
asa a los costados; el de !ka aparece con una sola asa casi j unto
al cuello. La base del cántaro cusqueño es cónica; la de lka es
casi semiplana que fácilmente puede sentar se sobre una mesa. le A

El cántaro clásico cusqueño es similar al fruto de una flor que


cr ece en las zonas frígidas de las quebradas inaccesibles de Ma­
chupich u y en las alturas del Urubamba, que los indígenas deno­
minan a esta bella flor de "Chuplukukuy" y ésta tiene f lores
campanuladas de color rojo y blan'co, que deja en su madUl'ez,
un fruto de cuello abocinado con base cónica.
--~
Sp. 1/267. Un cántaro de bano cocido. pulido y orna·
Fig. 71 mentado, de estilo fitomor fo, de origen forestal, con

Por tanto, estos cántaros eminent emente f itornarlos no huy


dos lóbulos en el labio, eon un collat y figura ventIal al

porqué buscar otros nombres que no encuadran a su realidad


parecer pétaloS.

histórica. Muy a pesar, por un simple parecido a los vasos gri Un cántaro lnlca de lca, de factura doble con asa ventral.

gos Que tienen un cuello estrecho, pero de base ancha, rriram A. de estilo decadente.
313
312 AL8ER'IO RO~EL CASTRO HO.'ZO"'. 'KP ElUALtBTA - ¡I
e) Tipo Jarra. A éstas DO se pueden denominar ollas, sino
Jarras de mesa como una azucarera con pedestal y con tapa. Por
s u forma original es similar a UD Hongo, con una asa gruesa y
ancha, puesta en sentido oblicuo, a manera de un ojal que per­
mite asir de ella fácilmente. Tipo de jarras de esta clase no se
han encontrado por los valles de lea.

d) Tipo Plato. Los platos inkaicos del Kusko toman for­ KUSKO
\

mas elipsoides, con un mango en su extremo más agudo. Al exa­


minar. con mayor esmero, a estos enseres del Kusko, resalta un
parecido, en su forma, a una papaya, t> a UIta lúcuma divididas
en dos partes; el mango seméjase al pico de un loro selvático.
En cambio, los platos inkaicos de lea presentan claramente sus
variaciones de su decadencia. También en lea, se han encontTado
platos chatos ccm decoración geométricE. (Fig. 72).
,KA
e) Tipo Taza. Es horrdo (Punko) muy apropiado para be­
ber: agua, chicha, etc. Hay tazas córueas sin decoración.
J
~--------------------
FIg. 72 Sp. 1/15H. (I(.USkOJ, platO o.e barro cocido y ornamentadO
6. Urbes Inkaicas: Puka-Tampu (Ta.'llbo Colorado) ; Kajamar­ de factwa fina. de estilo fito-zoomorfo. de origen forestal:
ka (Naska). y otro plato Inltaíco de lca. de estilo decadente.

Una de las obras dejadas por los Inkas en los valles de lea, PUKA-TAMPU (Tambo Colorado).
son las grandes urbes hechas de adobes. Su construcción plante a) Nombre y posición geográfica.. Actualmente, estas rui­
un prob1ema que es necesario resolverlo. Los soberanos inkai­
cos parece que no tuvieron nirrgún interés, mucho menos sus ar­ nus se conocen en el mundo cientifico por "Tambo Colorado" f

quitectos, para. edificar los cimientos y paredes de las construc­ quizás por el color rojo de sus paredes que aúo persiste a la vis­
ciones de piedras talladas de estilo sillar; o los dinteles y umbra­ ta del observador. Est a ciudad perdida en el tiempo Y en ruinas,
les de tipo monolítico, a pesar que tenían a la mano cerros cons­ está situada en la zona de ChunclulDga que encierra los puntos
de Nayk.asha y puka-Tampu con andenes de cultivo, los cuales
tit uidos de rocas que les brindaban canteras inagotables para
hacer derroches de arquitectura Utica, superando, en su proceso forman el fundo de Pallaska, colindante con los restos arqueol6­
evolutivo, a las mismas construcciotte~ del Kusko. Pero, ¿ Qué icos de Patak.aiko al Oeste y de Aukis al Este. ReconstruyendO,
sucede, en esta época, en los valles de la Costa '{ Que el adobe -ntonces, el nombre desconocido y aplicando el objetivo de la ar­
suple a la piedra. En el Kusko el dominio de la piedra es la cul­ IUeologia, conviene denominarlo de "puka-Tampo", por ser éste
1 nombre típico que se conserva en las mentes de los campesinos
que viven aún a los alrededores del vaU~. El Tampu ocupa un lu­
minación de una obra gigante; la piedra tallada viene a ser la ú l.
tima fase de su virilidad. En cambio, en los valles de lea (como
(\r estratégico con el fin de dar provisiones a las gentes tanto
en toda la Costa del Perú), el adobe inlroico ocupa la primera etn
de la costa como las de la Sierra. Aquí, en este mesón se con­
pa de su decadencia. Ello, hablando con mayor propiedad, es I
fase decadente que duró siglo y medio hasta la llegada de Jos e! ~uiria los productos más comunes del valle, como: camote,
pañol es en la Conquista en 1532. muiz. palIar. algodón, plátano, pacay, lúcuma, maní, etc. Era
316
aH ALBERTO ROSS&1.. CA....,.RfI BOR1ZONTE DolP1!:RIALIS'l'A

ras en alto relieve en cocada y signos escalonados, de dos pisos


también el lugar donde residían las autoridades del reino Iukaico, con techo encofrado; aqu í posiblemente se guardarla el ídolo.
y donde se "endian culto al Sol, y vivían las vestales de este dios.
Puka-Tampu, sitúase, aguas arriba, sobre una área irregu­ 2) Segundo Grupo; La Casa de Akllakuna. Adosado al

ar en pendiente de 120.000 m~, a 800 nL sobre el nivel del Mar, primer grupo están los aposentos dedicados a las mujeres escO­

enclavano en una ensenada, rodeado de cerros por los tres cos­ gidas al culto del Sol (Akllakuna); consta de 36 habitaciones

tados: Norte, Este y Oeste, u 42 Klm. del Carnino Panamerica­ en buen estado de conservacIón, unidas por pasadizos en labe­

no y a orillas del río de Pisco. Por último, cruza, por el centro rinto, tiene cada una de ellas una sola puerta trapezoidal de en­

de la plaza principal, de Este a Oeste, el Camino Carretero que trada, con nlchos Y ventanas interiores.. con bastante ventilación

sigue en dirección de Casb'ovirreyna. y lllz, de estilo trapezoidal. En el centro de este grupO se regis­

tran tres cuartos con clstel"1l3S hechas de piedras labradas co­

Se han publicado numerosos trabajos en libros, revistas, pe­ nectadas con canales de agua, que pasan por intermedio de las

riódicos. monografías. de las rumas de Puka-Tampu, entre ellos. paredes cruzando los pasadizos; los canales están corrstl'uidos con

los e1el doctor Julio C. Tello, cuando presidió la Comisión Arqueo­ pIedras lajas unidas con argamasa. Parece que estos canales han

lógica del Museo Nacional de Antropología (1940), con el objeto sido edificados con fines simbólicos. porque el registro hecho

de levantar un plano, pro'a confeccionar una maqueta que fue he­ evidenCIan que nunca pasó el agua por ellos; en' el caso de haber
cha por el artista Lws Cossi Salas, la misma que actualmente se discurrido el agua por estos canales, las paredes de adobes se
exhibe en el mismo Museo de Magdalena Vieja (Pueblo Libre), habrían destruido ya sea por la humerlad o el caliche, Los ci­
A él, se suman: los estudios publicados por los arqueólogos nor­ mientos, sin embargo, de casi todos los edificios son de piedras
teamericanos Kroeber y Strong; los comentarios en la cátedra 5in labrar, cuya estructura corresponde a la arquitectura Chin­
universitaria del historiógrafo Horacio Urteaga. los planos le­ cha. He aquÍ una de las pruebas de su continuidad (Fig.13).
vantados por el arquitecto I1art Tené; la copilación de datos en
su importante libro del escritor y perivdisLa César García RoseIl, 3) Tercer Grupo: AJtar ' de Sacrllicios. Es el sitio adheri­
y de otros más, que se me escapan de la memoría, para un me­ do al Templo. El altar es un muro grueso hecho oe adobes con
recido comentario. superficie plana, como el altar que vi en Machupichu de una sola
piedra compacta y bien tallada. En el altar de Puka-Tampu se
b) División urbana de Puka-Tampu. Por una razón didác­ sacrificarían animales vivos o cosas de comer en holocausto del
tica, precisa hacer una división, de acuerdo a la configuración
urbana de Puka-Tampu, en los grupos 8iguientes: dio!; Sol.
4) Cuarto Grupo: El Palacio. posiblemente este sector
1) Primer Grupo: El Templo del Sol. Sitúase al lado me­ era dedicado para la morada del régulo o representante del Inka.
ridional de todos los grupos. Por la forma. y orientación que tie­ Se sitúa al pie del celTO, de 100 metros de frente por 150 m. de
nen los compartimientos, muy semejantes a los adoratorios de fondo, orientado de Sur a Norte, Consta de varios cuartos que
las ruinas de Waytará o a los de Machupichu, hace pensar en un se distribuyen hasta las faldas de las· colinas, en unos, se abren
verdadero Templo o Adoratorio, dedicado al Sol. Tiene forma. alacenas trapezoidales situadas a un mismo nivel horizontal sin
piramidal, cuyo estilo es muy propio de los Inkas; consta de tres atravesar la pared; en otros, se ven alacenas de doble fila, cuyas
plataformas; a) la más baja mide 30 m. de largo y la más alta paredes están pintadas de colores: rojo ' o amarillo, y con estili­
20 m., formando un rectángulo perfecto que termina en un t9­ zaciones de seres humanos. Todos los edüicios, de este grupo,
rreón, el cual está conectado por una e3calera de adobes en zig­ hállanse circundados por una pared de adobes colocados en for­
zag. El conjunto tiene una puerta' de doble jam9a con frente a
ma de malla (Fig. 74).
la Plaza Principal. Un pabellón o sala tiene corniza con moldll-
317
31 ALBERTO ROSSEL. CASTRO HORIZONTE UlPERIALlSTA

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Fig.74 Detalles del Patado Incaico en Pu.1ta-Tampu.


Fig. 13 Hllbiw:iones dedicadas a la mujores del Culto del SoJ
(o\kIlakunll) con puerta3 Il'llpezoidaJes y cuartos cisterna. pórticos; cuartos Y ventanas trapezoidales, con pinturas mura~
les de forma geométrica, de variados colores: verde, naranja,
El palacio consta de un frontis, formado por una pared de plomo y blanco. Más al Sudoeste, los edificios han sido destrui~
adobes rectangulares que tiene una pllerta trapezoidal con dintel dos en talud por acción del río de Pisco, por cuyo motivo se apre­
monolítico de doble jamba y cuatro homacinas trapezoidales a ,
modo de ventanas de estilo ciego porque no atraviesan el muro. cian los canales de agua que servían para alimentar las cisternas
de baño que existen en este lugar. Aun quedan los restos de dos
Esta arquitectura inkaica de Pukatumpu es hija de la ciudadela atalayas o miradores de donde los gUardias vigilaban la pobla­
de Waytará, en la sierra de Castrovirreyna, aguas arriba de es­
ta misma quebrada. El otro frontis, corresponde también a una ción tanto de día como de noche.
parte del Templo inkaico de Waytará, formado de piedras puli­ 6) Sexto Grupo: El Mesón o Mercado. Este sector arqui­
das de estilo sillar; la puerta y las hornacinas, de estilo trape­
zoidal, tampoco cruza el muro lítico. De esta comparación se de­ tectónico se independiza de los otros grupos j posici6nase en el
duce que Pukatampu, por ser la arquitectura de adobes, se sitúa lb.do Este, por la entrada del camino de Castrovirreyna; está ais­
en un nivel más recierrte, de estilo propiamente Inka Decadente. lado de los demás grupoS, por un muro de adobes, de más de dos
(Véase Fig. 69). metros de altura; tiene cuatro pórtico!) de entrada a un amplio
espacio; sin techo j existe en el interior andenes y plataformas;
todos los restos comprueban haber sido este lugar de provisiones
5) Quinto Grupo: Segunda Parte del Palacio. Sitúase al como un mercado donde se hacía el trueque con los pueblos de la
lado Sur de la Plaza Principal. El conjunto es un cúmulo de ado-­ Sierra. Además, pude ver un sector dedicado a la cría de auqué­
bes y desmontes; para poder reconstruir a este sector se necesi­
ta tiempo, dinero y técnica. No obstante, se constatan grandes nidos o llamas, por las capas de estiércol que han dejado.
HORIZONTE JJ(PERlALISrA 319
318 ALBIilRTO IWSSEL CASTIIO
Para el est.udio de estm, ruinas, levanté previamente en 194(.i
7) Séptimo Grupo:, La Plaza Principal Los Inkas han te­ on plano en el que se pueden apreciar las siguientes secciones:
nido siempre la visión de construir plazas o plazoletas dentro de
un poblado. En Pukatampu exisLe una plaza principal, de f orma 1) Graneros Y Granjas. Sitúanse en la cabecera de la Ha­
t.rapezoidal que mide 120 metros de largo por 67 m. en su lado cienda rangaraví. Actualment.e. desde 1953, sobre las ruinas de
más ancho; ella ocupa el centro de todos los grupos; y, actual­ esta antjgua población, se han levantado numerosas viviendas
mente, es cruzada por la carretel'a a Castrovirreyna. La facha­ de gentes que han inmigrado de distintas partes del país, prin­
da del lado Node, con frent.e a la plaza, esta adornada con más cipalmente, de la Sierra de Lucanas y de la misma población de
de 50 hornacinas de forma trapezoidal. colocadas en sentido ho­ Naska. Antes de esta invasión destructora, pude felizment.e com­

rizontal en la parte superior, posiblement e con algún fin de or­ probar a tiempo numerosas construcciones de áreas amplias, unas

nato: o algún rito, para los viajeros o fi estas populares. de forma cuadrangular. otras rectangular, poco más de 8 m. de

ancho, 10 m. de largo, con veredas interiores, tal como se ven,

8) Octavo Grupo: La Necrópolis. Los in'kas invasores, ha­ en pequeña dimensión, en puka-Tampu, hechas de tierra cerni­

cia la costa de los valles de lea, no han dado tanta importancia da, las que se utilizarían' de tendal para los artefactos de cerá­
a la constl'ucción de mausoleos, criptas o tumbas de gran enver­ mica recién elaborados antes de la cocción; o tal vez, para secar
gadura como los Naska o Parakas. Muchos ayllus inkaicos, a el maíz en tiempo de las cosechas. Junio a estos extensos ,gra­
veces, aprovecharon de las tumbas pre-existentes, especialmen­ neros, descubrí unos cuartos de forma cúbica, sin puertas, a ma­
te, de las civilizaciones Chincha o Epigonal TiawaOélko. En Pu­ nera de hornoS. En esta sección, sobre la misma falda del cerro,
katampu, por ejemplo, la Necrópolis está sit.uada en la parte al­ observé unos andenes escalonados, en cuya superficie se habían
tel, en una planicie irregular llena de cascajo y ripio, donde han levantado 24 celdas sin puerta, de 2 m de largo por 1.50 m. de
abierto pozos circulares o sarcófagos comunes sin bru'bacoa, sin ancho. Con el fín de cerciorarme de la finalidad que tendrían
paredes. Esta zona hállase completame.llte saqueada, no quedan­ estos cuartos, ejecuté una excavación, en más de uno. y, a una
do parte alguna para explorar. profundidad de 80 cm., encontré gruesas capas de sedimento de
guano de "cuye" o "cuy", conejillo de indias, mamífero, roedor,
KAJAMARKA (Naska). lo que me demostró, haber sido este lugar madrigueras de cone­
jillos. Ea otros corrales más amplios descubrí debajo de la are­
a) Nombre y Posición Geográfica. A estas ruinas de tipo na capas de guano de Uama quizás de venados Y tarugos, cuyos
netamente inkaico. se conoce actualmente con el nombre vulgal' restos eran una de las evidencias que estos corrales sin puerta,
de "Paredones". Sigujendo la línea de reconstrucción rustóúca, servían para la crianza o domesticación de la ,'icuña, llama, ta­
el científico debe denominarlo de "Kajarnarka" porque así cons­ ruga y venado. Además, abastecían al mercado de abundante
la en numerosos documentos de la Colonia. tal como puede verse carne y charqui con lo que el vecindario se alimentaba.
en mis trabajos publica.dos "Templos y Caciques de lea" (p. 49) ;
e "Historia Regional de lea" (p. 99). La urbe inkaica se sitúa. 2) Las Plazas. otra de las características de los arquitec­
en línea recta, a un kilómetro Sur de la ciudad moderna de Nas.. tos inkaicos hall' sido .las construcciones de plazas en los centros
ka, sobre las faldas de un cerro. Está fortificada por una gruesa urbanos. En Kajamarka, a un costado del Santuario, a un nivel
muralla de adobes, con un'a soja puerta de entrada. Por las hue­ más bajo, están tres pl~oletas juntas, unidas por una calle cen­
llas que se descubren, la población inkaica se había extendido tral en zig-zag. Cada plazoleta cuenta con dos o tres cuartos en
al Oeste de la planide, cuyas áreas se encuentran ocupadas d forma de T Y otros sin puerta, situadus siempre a los costados
sembrios por la hacienda La Gobernadora. .Los restos que. uó" de cada plaza. Los cuartos sin puerta, posiblemente, se utiliza­
quedan, miden de largo, de Norte a Sur, dos kil6metros, 1101' 50 riaJI pata el encierro de animales en tiéIIl¡>O de las fiestas coreo­
a 80 metros de ancho.
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320 ALBERTO ROSSEL CA~'TR('
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gráficas. La plazoleta N9 3 mide 43 m. de largo por 22 m. de
ancho. la cual t iene 3 habitaciones en forma de T con pasadizo.

3} Un Santuario. En cada ciudad inkaica siempre se le~


vanta un lugar dedicado al culto de los dioses. E l santuar io de ...-J
Kajamarka está situada en una pendiente hacia la rinconada del
cerro, donde se hacían sacrificios cruentos e incruentos al dios ==
Sol. El santuario consta de dos compartimientos: uno de forma =-;:==::

rectangular con ocho alacenas trapezoidales j otro de forma semi­ -.-


circular con ocho alacenas int eriores de forma trapezoidal y cua­ <~

i~
tro alacenas exteriores con frente a las plazas. El santuario está ~
rodeado por una gruesa pared de adobes de forma poligonal con
cuat ro alacenas más amplias de forma trapezoidal con frerrte a -,.... ~
la plazoleta. Comunícase por una escalera de adobes con una
puerta de entrada. Las alacenas servían para deposit ar ex-vot os

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18
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consistentes en oUitas pequeñas, muñequitas, piedrecitas, etc.
~
Los dos compartimientos aparecen pintados al roj o. j

4) Una Atalaya. Levántase sobre una colina rocosa; edi­ .i


....l
ficada de adobes rectangulares; de forola circular con varias ala­
cenas trapezoidales que miran hacia el exterior. Por su forma
y posición que ella ocupa, posiblemente, fue el cent ro de teleco­
municaciones, de donde se impartían órdenes, avisos urgentes,
reuniones de la comunidad, trabajos en el campo de orden coo­
per ativo, limpieza de los acueductos, arreglo de los caminos, etc.

5) Akl1a Wasi. (Casa de las escogidas o hijas del Sol) .


Por suerte pude constatar, su existencia en un fragmento de
cuartos que están destruidos por el tiempo. Ha cruzado la ca­ ~H~
rretera que se dirige a Lucanas; más aún, la Hacienda de La Go­
bernadora, y vi que gran parte de sus compartimientos, como j ar­
dines, pasadizos, baños, se han convertido en terrenos de cul ti­ ~e
vo. Sólo de seis cuartos por el lado superior se constatan varias ~ :5
alacenas. Las paredes estucadas al rojo, de forma rectangular
y todo el conjunto destruido, hablan de la existencia de aposen­ ia < ~
tos dedicados a las hij as del Sol.
~~! ~
6) Palacio de Kajamarka.. Las grandes mansiones impe­ j<~ ~
riales que servían de morada al Cacique y sus cortes, están si­ ... ~Q ~o~ o Q o
Qii! < oo.,:, o o g
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tuadas más al Norte y sobre una planicie. Pero, sus paredes hUIl
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322 ALB ERTO ROSSEL CA ST RO

sufrido, a través del tiempo, quizás uno de los flagelos más cr ue­
les, por la mano intencional del hombre moderno. Las piedras
que cubrian las jambas, las escaler as, 108 pasadizos, se han t r ans­
portado a la ciudad moderna de Naska ; los adobes, inclusive, ser ­
vían para r ellenos de caminos, argamasa para est ucados. Para
levantar el plano que pr esento, me costó meses de t rabaj o. Ven­
cí gran parte de su contenido. Se trata de un PALACIO con una
sola ent rada. Est á r odeado de gr uesas paredes de adobes. Cons­
ta de habitaciones en forma df' T, muy par eddas a las de Machu­
llichu ; con plazoletas; pasadizos; escaleras de piedra ; alacenas
trapezoidales de doble jamba ; rezagos de j ardines; acued uct os
de desagüe; cuart os para cría de páj aros. Los muros están es­ AP I T UL O XV

tucados de color rojo, blanco, amarillo, muy similar a las habi­


taciones de Puka-Tampu en el valle de Pisco. DEFORMACIONES Y TREPANACIONES CRANEANAS

7) Necrópolis. Es el cementerio de la ul'be de Kajamarka 1. Deformaciones craneanas.


situado a extramuros de la pobLación, tanto por el lado Norte co­ 1.1. Clase de deformaciones craneanas,
mo por el Sur. Est os lugares fueron siempre el blanco de los 1.2. Mó.i1es.
huaqueros porque aquí se han encont rado t umbas de la civiliza­ 1. 3 . Cuos de deformaciones.
ción Naska. Por eso. se parece a un panal de abejas sin miel, 2 't'repanac:iones craneanas.
por los numerosos huecos, promoniorios de tierra, forados en
distintas direcciones, fragmentos de cerámica dispersos como pa­ 2.1 . Bibliografía.
2.2 . Area de las trepanaciones.
peles rotos, cráneos humanos destrozados y repartidos por dis­ 2 . 3 . Métodos de trepanaciones.
tint as partes. No existe en esta necrópolis espacio alguno que 2." . Cauaas de las trepanaciones.
no se haya excavado. Una misma tumba ha sido cavada hasta 2 . S . InBtrumentos quirúr¡ricoe.
dos o tres veces. Precisa salvar la integridad de estas ruinas de
3. Cabezas trofeos.
suma importancia para la Historia P eruana (Um. XXIll).
1. Deformaciones craneanas.
Las deformaciones de los cráneos numanos han sido practi­
cadas por todas las civilizaciones prehistóricas, en todos los con­
tinentes. No es patrimonio de una sola civilización; por eso, los
historiadores, tanto griegos como latinos aluden en sus escritos
11 cráneos deformados. Largo, cansado e innecesario seria men­
cionarlos aquí. Además, los descubrimientos arqueológicos ej e­
cutados en' la Asiria, Egipto, Asia, Malasia, Polinesia han COll­
firmado este hecho.
En cuant o se refiere a América los datos son abu ndantes;
como prueba están los siguientes:
DEFORMACIONES Y TREPA NACIONES CRANEANAS
325

324 A L BERTO ROSS I!d. CA STRO


en el Catecismo, int rod ujo que los Kollas, Paquinas y ot ras na­
Bartolomé de las Casas atribuye a las tribus de Guatemala ciones que acost umbraban a defor mar las cabezas, f ueran prohi­
la costumbre de deformar la cabeza de los niños desde cuando bidos de hacerlo.
nacen: Actualment e, muchos grupos de indígenas de la región Ama­
zónica, practican esta costumbre de deformar los cráneos huma­
"Háncense las caras y las cabezas por indus­ nos. Así, los Jíbaros, Aguarunas, Huatnbisas Y los Sch amas, de
tria de las parteras o de las mismas madres cuando
las criaturas son tiernas o chiquitas, empinadas y la r egión Amazónica del P erú, siguen d~formando las cabezas de
ha cen las frentes anchas. Algunas las tienen em­ los niños. De los Shamas, afirma el P. Fr. W. Fernández i
pinadas y las frentes cuadradas como las de esta " . .. en el Achatamiento de los cr áneos colocan a los niños una
isla (Haití) , otras como los mejicanos y algunas tablilla en la frent e, fuertemente sujeta por unas cint as detr ás
como los del Per ú o los de la Florida, las tienen de de la cabeza" (3),
figura de martillo o de navía ; dije algunos del
Perú, porque propiamente en cada pr ovincia t ienen 1.l . Clases de deformaciones craneanas.
propia costumbr e de deformar con indust ria las
cavezas, con lías o vendas de algodón o lana por El cráneo humano ha sido estudiado en todos los tiempos
dos o tres años a las criat uras desde que nacen, en su forma descriptiva o plástica; pero. en cuanto a su aspecto
que los empinan, los cuales quedan como figura de­
or osa o mortero. Los locayos de Cuba y Jamaica comparativo es muy reciente. El eminente cirujano francés Dr.
las tien en como las nuestras" (1) . Pablo Broca, en 1861, fue el que sentó las bases de una ciencia
nueva, usando términos nuevos Y comprensibles, que 10 denomi­
Cieza de León refiriéndose a la provincia de Cali (Colom­ nó CRANEOMETRlA. Esta ciencia. que trata de la medida de
bla) donde existía una tribu llamada "Chankos" compuesta de los diámetros principales del cráneo, de longitud, ancho, altura,
hombres gigantes, de caras largas, de gran fuerza, de cabezas etc.; y, a propósito, de evitar cada vez que se intente tomar di­
anchas, agrega lo siguiente : mensiones, se han establecido indices con los cuales basta dar
una cifra, para obtener su resultado. El cirujano Pablo Broca
" . . . cuando la criatura nace le ponen la cabe­ que descubrió la tercera circunvalación frontal, donde se locali­
za del arte que ellos quieren que la tenga; y así, za el centro del lenguaje, ha clasificado los indices cl'aneométri­
unas quedan sin colodrilJo, y otras la frente sumi­ cos, en cinco grupos:
da, y otros hacen que la tenga muy larga; lo cual
hacen, cuando son recién nacidos con unas table­ 1. Dolicocéfalos (Dolikhos-Iargo i Kephalé-cabeza) 75 Y más.
tas, y después COD' sus ligaduras; . .. " (2). 2 Sub-Dolicocéfalos (Sub·inferior) ., . ' 76,01 a 77,77
3. Meso-ticéíaloB (Meso·medioO) .. . • ., ., 77,78 a 80
80,08 a 83,38
El Sínodo de Lima, del 17 de J ulio de 1595, reunido por el 4. Sub-braquicéfalos (Brakhus-corto, rP.dondo)
83,34 y más.
primer ar zobispo Fr. Jerónimo de Loayza, se dispuso que la su­ 5. Braquicéfa1os .. . , . , .. . . .• . . .
perstición de colgar las cabezas de los muchachos de ciert as for­
mas que los indígenas llaman "Soyta Oma" y "Palta Oma", se Estos índices son los más usados y adoptados en todas par­
quiten del todo. Lo mismo el Tercer Concilio Provincial Limense. tes. Deniker, sin embargo, ha clasificado en ocho grupos:

(1 ) Dc l as Casa s. B artolomé - Historia AflOlol1~tica - cap. XXXIV.


(3) Bole tín de la Sociedad Geográfica. d(l L ~m(l. T. 45; año 1928. .
2) Cieza de León , Pedro - La Crónica del Perú - C. XXVI, p. 78;
año 1932; 2a. E d. Espasa Calpe. S.A. Ma drid, Ban:l'lonlA
327
DEFORMACIONES Y T R EP oUIAOlO NES CR AloIEANAS
:i26 A LBERTO IWSSEL CJ\STR'

2) Los cráneos tubulares erectos (Brachicephalia artificia­


l. Hiper-Dolicocefa lía ( Hiper-superior) .. . . 69,9 Y meno~ lis erecti) . se diferencia por el plano decúbito (horizon­

2. Sub-Dolicocéfal o ( Su b-inferior ) .. .. 75,01 a 77,77


3. Meso-Ticéfalos (Meso-medio · ) 77,78 a 80 t al) , tanto en el plano frontal Y en el plano Labdicas, por

4. Meso-Cefalia. . . . .. . . 77,7 a 79,9 medio de tabletas.

Sub-Dolicocefalfa .. 80 a 83,9
6. Bra quicefalia. ' . . ' 83,8 a 84,9 3)
Los cráneos circunferenciales (Orbicularis artificialis) ,

7 . Hiper-Braquicefalía 85 a 89,9 se distingue por las formas cilfmiricas o cónicas, o si­


8. Ultra-Bra quicef a lia (ult.ra-más que) 90 Y más. métrica anular erecta, por medio de vendas o correas
elásticas.
E n la práctica, los cálculos para oLtener el indice de un crá­
neo cualquiera se ejecutan de este modo: se toma las dimensio­ b) E l doctor Pardal asegura que ia clasificación hecha por

nes: Largo (L) y Ancho (A). El Ancho ( A ) se mu1tiplica por lOf. arqueólogos at endiendo a su aspecto plástico. es empírica; Y

100 y se divide por el Largo (L), el l'esultado representará el él como médico enfoca el problema de la deformación craneana en

In.dice (1). Entonces, la fórmula sería: su sentido neuro-quirúrgico. estudiando los siguientes puntos:

A X 100 1) Que La deformación craneana no fue incompatible, con la


1 . conservación de la salud y de la vida, porque la región de
L la base no sufre modificaciones;

Por ejemplo, un cráneo mide 14 cm. de an'Cho y de largo 18; 2) Que según el mecanismo fisio-patogénico, hay en los crá­
neos una parte que se deforma, como la porción superior
)', aplicando la fórmula propuesta se tiene: o bóveda que, en el momento del nac.uni.ento, ya tiene una
contextura membranosa, Y otra 'que resiste a la defor­
14 X 100 mación, como la porción de la base, porque ésta ya tiene,
= 77,7. en el momerrto del nacimiento, su estructura ósea o car­
18
tilaginosa; Y
El cráneo sería Sub-Dolicocéfalo según el indice de Broca. 3) Que el principal centro de interés (primus movens) ha
sido la deformación occipital, porque la concha de esta
En cuanto a la apredación científica de los cráneos defor­ porción no se suelda con las porciones anteriores basilar
mados de América, habria que ampliar más Jos conocimientos so­ y condilas hasta el segundo año de la vida (4).
bre las cabezas largas (Dolicocéfalos) y redondos (Braquicéfa­
los) ; pues, ya se han ejecutado trabajos importantes sobre ellas, e} La Arqueologia no puede preseindir de la forma de las
taJes como: cosas, ya que ella refleja un hecho intencional dejado por el hom­
bre, mucho más cuando se desea saber Jos causales de la deforma­
a) José Imbelloni, antropólogo argentino, en su obra: "Loe ción craneana, donde está escrito, en lenguaje mudo, pero elo­
pueblos deformadores de los Andes: la deformación iJdencional cuente, el pensamiento dominante de una civilización. La actitud
de la cabeza como arte y como elemento diagnóstico de las cultu­ del invest jgador no puede despreciar este hecho sino situarse en
ras", divide las deformaciones de los cráneos en tres partes: el mismo Horizonte, a fin de descubrir el hecho oculto con la ma­
yor i mparcialidad posible.
1) Los cráneos tubulares oblicuos (Brachicephalia artificia­
lis) que se caracter ÍZa por la deformación occipital­ (4) Ram6n Pardal _ La Deformación Intencional del Cráneo por l(l~
frontal, en sentido oblicuo, mediante tabletas. indios de América - ActlJ3 Ciba; N" 3 i p. 69-80; año 1938. Lima.
3o¿ 8 ALBERTO ROSSEL CASTRO

Del estudio comparativo que he r ealizado, en más de 800 crá­


neos deformados, procedentes de los museos nacionales, de museos
regionales, de colecciones particulares y de los cementerios pr e­
hispánicos de Naska: Est aquer ía J Kawachi, Trancas, Ropara"
Corralones ; de Palpa: Chiquitara, Mollake, la Muña, Cabildo ; de
lea : Kallango, Samaka, Lujaraja ; de Pisco: Parakas, Chongos
Alto ; de Chincha: Koto, Kancha-Maní ; de Ca nta: Auki-Wilka,
Rupak, Rankocha, se puede red ucir a tres principios fu ndamen_
tales :
1) Cráneos defor mados de tipo Fr onto-Occipital circular
erecta (Occipitis frontis eredi circuJaris ), que permite
la verlicalización de los huesos lambdicas del occipital
y del frontal de forma cir cular erecta, presentand o en
el conjunto, el aspecto de un calvarium cuneiforme. La
deformación se habria ejecutado con vendas o vinchas. tin crlÍneo de tipo Froll­ Fig. 76 Un cráneo tipo Fronto
¡"ilt, 75 to-Oecipital-drcular er~­ Occipitnl.Erecta-aehatada.
Los huesos Labdoides (forma de L griega-Lambda) Etapa Parakas Cavernas.
que a veces suman hasta trea lábdicas (Os Inkae) se ta, Fase parakas Caver­
nas. Cementerio de Chon­ Cementerio Chongos Alto.
han ergido por acción de las vendas, pero sin compro­ go6 Alto. CI1tecci6n A. Colección A. R0811el C.
meter la base del cráneo (Fig. 75). Ros8'! C.

2) Cráneos deformados de tipo Fronto-Occipiial ereda


achatada (Occipitis frontis plani erecti); es decir, los
huesos lábdicas como el frontal presentan una superfi­
cie plana que hace pensar, de que la deformación se ha
hecho con tab1etas que han sido puestas en el frontal y
en el occipital aseguradas por cordones (Fig. 76).
3) Cráneos deformados de tipo Fronto-OccipitaJ oblicua
achatada (Occipitis frontis plani obliqui), es una va­
riación de cráneos deformados en sentido oblicuo, usan­
do siempre las tabletas para dar la forma. plana al occi­
pital y frontal. También, se observan cráneos oblicuos
bilobadús o trilobados que se forman por acción de lí­
gaduxas que dejan surcos como los lóbulos de las ore­
jas, de dos a tres surcos, cuyas ligaduras oprimian a
los huesos de la corona (Fig. 77).

1 .2 , Móviles.

¿ Cuál sería el móvil para deformal los cráD'eos apenas na­


cían las criaturas? Arqueólogos e historiadore!l lIseguran 'lu Un cráneo tipo Fronto-Occipital.Oblicua-Achatada. FaM
Fig.77 Parakas CavernlUl. Cementerio Chongo8 Alto. CI1/ecci6n A.
R0886l C.
3
DEF ORMACIONES Y T REP ANACIONES CRANEA"NAS
330 AL BERTO ROSSEL CASTRO
CANTARO (Sp. 3/6155 - Museo de Antrop.) con Un' pil8
U;]. para distinguirse una familia o tribu de otra; o que era sólo divergent e y asa-puente anch o, de 14 cm. de ancho por 10 cm.
patrimonio de una casta sacerdotal; o para distinguirse de los de base convexa; con decoración policrom ada , predominando los
esclavos; o por fines guerreros y religiosos. Por lo visto existe colores: r oj o oscuro, rojo indio, crema, negro Y blanco. P rocede
di::<paridad de opiniones. Sin embargo, es un h echo consumado, del cement erio el Pampón (Las Trancas ) Y desenterrado por el
cuya costumbre fue casi universal en los pueblos antiguos del doctor Tello. Mu.estr a la cabeza notablemente def ormada de tipo

mundo, que no ofrecían trarrstornos mentales o psíquicos. El Fronto-Occlpital Circular Erecta, con cabellos largos t renzados,

doctor Lastres, notable neurólogo, opina que las deformaciones cubierta de Chuko y asegurada por una Vincha en colores. La

del cráneo producían diferentes trast ornos, como éstos: cara se asemeja a la de una mujer que la tiene adornada con ta­

tuajes en tres colores. Cubre el cuerpo un manto ajustado por

" hemorragias por rupturas de los peque­ el cuello, el cual está dividido en tres campos; por la parte supe­

ños arterioles de la corteza cerebral; cont usiones rior se estilizan grecas escalonadas; por el lado central se dibu­

diversas de la sustancia encefálica que producen jan gan'ozoides o tentáculos unidos a un mustélido; Y en el ex­

pert urbaciones histológicas dur aderas: t r aumatis­ tremo inferior, se registran seis cabezas trofeos (Fig. 78). Este

mos, que llevados sobl'e las circ un valaciones moto­


r as, sobr e todo en la deformación ánt ero-posterior ceramio pertenece a la Fase Sub-Naska.
(Zaito-H uma) prod ucirían a la larga fenómenos
I
UN CANTARO (Sp. 3/6097 - Museo de Antrop.) que mide
convulsivos de t ipo epiléptico, ya generalizado, ya
Jacksoniano; además de no ser improbable, la pro­ 14 cm. de alto por 9 cm. de base convexa, con asa-puente y un
ducción de detenciones en el desarrollo de las cir­ solo pico divergente, roto por su extremo superior; con decora­
cunvalaciones motoras ya los síndromas infantiles ción policromada; el cántaro toma la figura de una mujer can
correspondientes a la epiplejía infantil, al Litle, a su cabeza deformada de tipo Fron~Occlpital circular erecta con
las adherencias miningeas ya su inflamación agu­ trenzas largas, cubierta de un "Chuko" asegurado por una vin­
da o crónica" (InvesUgadón Histórica del pasado cha; su cuerpO está cubierto de un manto o pluvial en que se es­
nervioso peruano. Lima, 1935). tilizan cinco cabezas de un mustélido ton ganozoides, cuyos ór­
ganos están unidos a los miembros inferiores de su ser humano;
A pesar de estas consideraciones, hubo delicadeza en el pro­ sobre el pecho la manta se sostiene de un prendedor con orillas
ceso de deformación; respetábanse las fontanelas y la base del escalonadas Y con un nspa en el centro. Todo el vestido está ase­
crán'eo i los vendajes ejercían su acción en las partes blandas o guradO por un cinturón en dos vueltas con borlas o manera de
cartiüginosas y se renovaban y eran cubiertas por dentro de ma­ \m rosario. El ceramio pertenece a la etapa Sub-Naska (Fig. 79).
terias suaves como el algodón; los cráneos no se reducían a l t iem­
po de ser deformadas. Por eso, es factible que no se produjesen EL CANTARO con pico y asa-puente (Sp. N/13446 - Mu­
los fenómenos convulsivos de tipo "epiléptico". Está descartado seo de Antrop.) con base rota, con decoración policromada j de
que la deformación no era patrimonio de una casta, familia o 19 CID. de alto, con cabeza y trenzas largas, visiblemente defor­
tribu; quizás, más bien, con fines guetTeros y religiosos, cuyos mada de tipo Fronto-Occipital circular erecta y cubierta de un
móvil es les incitaban a representar en los ceramios como J'in­ "Chuko" y vincha en colores; la mujer está vestida de una ca­
diendo culto al genio o valor humano. miseta sin mangas, ricamente bordada. donde se estilizan seis
cabezas de un mustélido con tentáculos Y con serpientes bicéfa­
1.3 , Casos de def ormaciones. las. Una mano sostiene una cabeza trofeo Y la otra, al parecer,
un cuchillo o varilla ceremoníal. El ceramio pertenece a la eta1l8
Las pnlebas son abundant es, tanto en Ins civilizaciones de
Parakas y de Naska. He aquí algunos datos ilustrativos . SulrNaska (Fig. 80).
:~3 2

ALBERTO ROSSEL CASl'RO

nm'ORMACIONES y TREPANAOIONES CkANEANAS 383

zás, porque los cirujanos primitivos del Perú denominarían a es­


ta clase de operaciones por otro nombre que no se ha incluido en
el léxico español. Los alfareros tratan de representar diversos
casos patológicos del hombre; parálisis facial; la joroba; ciegos
y tuertos ; casos de uta y viruela ; amputaciones de brazos y pier­
mas; cortes en los labios y en la cara, como los ceramios de la d ­
vilización Muchik y los de Naska. Ninguno de ellos presentan
casos de trepanacion'es ; ello está indicando que no estuvo esta

CE"'A
Lu!!iffiH!f!!ff!lll
10010 o.CUlto. IILANCO
1.:~:.::~~::.;~-
CIi"- ItO~o.
Fig. 78 Un cánblro Sp. 3/6]55, Museo Antrop. de Lima. Pre­
lenta la cabeza deformada tipo Fronto-Occipital Circular
Erecta concabeUos largos. Pertenece 11 la f~ Sub-Na$ka.
Trepanaciones craneanas.
2. 1 . Bibliografia.

ILANCO
J
NU lO 10010 OICUIIO OCII~ MI""'~O
Los cronistas de la Colonia no citan en sus escritos a las
trepanaciones craneanas de las civilizaciones prehispánicas, C)Í1i~ Fig, 79 Un CÚltaro Sp. 3/6097. Museo Antrop. de Urna, con
cabeza deformada tipo Pronto-Occipital Circular Erecta.
Fase Sub- Naska.
334 ALBERTO RO SSEL CASTRO

práctica en manos de todos, sino sólo en sujetos expertos o pe­


ritos en esta materia de operaciones quirúrgicas.
Los descubrimientos arqueológicos, en estos últimos tiempos
han demostrado que hubo en las civ ilizaciones prehispánicas un
proceso de horadar (trapanón-horador) con el t r épano el casco
de la cabeza, ya sea por grave dolencia O por extraer algurra es­
quirla o cuerpo extraño; o, tal vez, como siempre sucede en t odo
ensayo o experiencia, el acto de operar estar ía muy lejos de lo
indicado.
Por eso, ya se tiene un historial f~cundo del est udio en su
aspecto científico, de las trepanaciones del Perú Pre-Hispánico,
que se puede nombrar para los casos de consulta en este orden:

BELLO, EDMUNDO - La Cirugía del cráneo entre los an­


tiguos peruanos del Perú .
R ev. Médica Lat ino Americano i año X; Junio Nn
117; año 1925.
CARRION CACHOT, REBECA - Medicina y Cirugía en
el Antiguo P erú. El Comercio de Lima - Agosto
- año 1952.
HR.DLICKA, ALES - Handbook of American Indiane -
Bureau of American E t hnology, Bull 30; pt. 1.
1907, p. 96.
Trabajos Antropológicos en el Perú 1913. Vol. LXI,
N '; 118; Washingt on, 1914.
LASTRES, JUAN - Medicil1a Aborigen P eruana - Rev.
Museo Nacional - T. XlI - 1943. LIMA. ...
,.....
LORENA, ANTONIO - La Medicina y las Trepanaciones ..'
..
............ " .. .. ..~ ..__ .... ... .......
-
CJ_

'
lneanas. Sociedad Unión Médica Fernandina; año ., ..........~_ ............ ,

1908.
- Algunos materiales para la Antropología. del
Cusca; año 1908.
NEGRO
LOP EZ, P . - Medicina Abol'igen Americana. La Trepana­ 401'115 IIL"NCO
ción en el Antiguo Perú. El Comercio de Lima. Un cántato Sp./ N/13446. Museo Antrop· de Lima. Con
Nov. 18, a. 1938. Flg. 80 defoDllllclón tipo fronto - Occipltal Circular EJeCta. Fase
Snb-Nuka.
337
DEFORMACIONES Y TREPANACIONES CRANEANAS
336 ALBERTO ROSSEL CASTRO
Muchos otros escritores Y antropólogos extranjeros como
MAC GEE, W. J . AND MUÑIZ, M. A. - La Trepanación Bandelier, Guiard Emile, Rivet Paú1, Wolfel D. J., han dej ado
Primitiva en el Perú. Procedings of the American importantes trabajos sobre la Trepanación Craneana del Perú
Asociation for the adoancement of Sciencie Pre-Hispánico.
Brocklyn, p. 359, año 1894.
MATTA, DA VID - La Trepanación en la época de los In­ 2 .2 . Area de las trepanaciones.
cas. Crónica Médica de Lima ; año 1886. Con mayor abundancia Y extensión se han registrado t repa­

MORALES MACEDO, CARLOS - La Trepanación de los naciones craneanas en el Area Andina que en el de la Costa,

cráneos peruanos y su representación cerámica. pl'incipalmente, en el Kusko, zona de Kalka, siendo este lugar

Sp. Washington, Imprenta del Gobierno, año 1917. quizás, como afirman varios antropólogos, un sanatorio de toda
PEZZIA ASSERETO, ALEJANDRO - Cráneos deforma­ la región Sur Andina del Perú .

dos del Valle de lea. lea y el Perú Precolombino. En las provincias de Yauyos y Huarochirl descubrió el doc­

Empresa Editora-Ojeda S. A.; 1968. tor Tello cráneos trepanados pertenecientes a la Civilización Pr~

hispánica de los YauyoS. En mis exploraciones por la provincia

QUEVEDO, SERGIO A. - La Trepanación Incana en la de Canta, eIl' las áreas arqueológicas de Rupak, Chiprak, Ranko­
Región del Cusco. Universidad del Cusco. Sp., año cha y Auqiwilka, encontré varios cráneos trepanados, Parece,
1944. con mayor probabilidad, que, en el área Andina, han irradiado
RAMON, P ARDAL - La Medicina y la Cirugía en la c e­ hacia la Cosla Marítima esta costumbre de trepanar los cráneos.
rámica del Antiguo Perú. Actas Ciba, N9 7, año Por eso, tal vez, Y esto sería el mejor sentido de explicación, que
1937. los médicos cirujanos primitivos encontrarían, en la Perrínsula
de Parakas, el ambiente privilegiado para un sanatorio quirúr­
ROY MODIE - Lesiones de la Cabeza entre los peruanos gico. El hecho de haberse encontrado en Las Cavernas y N ecró­
precolombinos. Rev. de Biología Médica; año 1927. polis de Parakas cráneos trepanados de origen andino Y de la
selva amazónica, es una de las prueb~ de esta exparrsión. El
SQUIR, JORGE - Perforaciones Craneanas sobre los anti­
guos cráneos del Al to PerlÍ. Bol. Soco de Antropo­ descubridor de Cerro Colorado, el doct or Julio C. Tello, dice así:
logía de París ; año 1871. "Casi el 40 por ciento de los cadáveres encon­
TE LLO, J ULIO C. - Trepanación Pre-Histór ica entre los trados en Cerro Colorado presentan huellas palpa­
antiguos Yauyos del Perü. Congreso Internacio­ bles de operaciones cruentas realizadas en la cab~
nal de Americanistas de Londres. Año 1912. za. Son frecuentes las trflpanaciones practicadas
mediante el método del raspado y de las incisiones
TELLO, P EDRO E . - La Trepanación del cráneo en la An­ circulares, Y las extensas resecciOIl'es que compro­
tigua Civilización Nasca. Tesis. Facultad de Me­ meten a veces casi la mitad del casquete craneal.
dicina. Lima, 1937. El magnífico estado de conservación de los ejem­
pLares, y sohre todo, la cantidad y variedad de los
WEIS, PEDRO - La Cirugía del Cráneo entre los Antiguos objetos relacionados con estas operaciones, que
Peruanos; p. al 34; Artes Gráficas. Tipografía acompañan al cadáver, aportan un conjunto de en­
Peruana S.A Lima, 1949. senanzas que iluminan muchos de los puntos os­
curos o dudosos sobre los motivos, los métodos o
ESCOME L, EDUARDO - Cir ugía y Arte en la Pr ehistoria
Peruana. Facultad de Medicina. Lima, 1920.
839
DEFORMAOIONES y T REPANACIONES CRANEANAS
338 ALBERT O ROSSEL CA:''l'RO

procedimientos operat orios, el instrumental qui­


r úrgico y el tratamiento post-operatorio" (5 ) .

2 .3 . Métodos de trepanaciones.

En el estudio del problema de las t repanaciones se han pues­


t e de manifiesto algunos mét odos aplicados por los paleo-dru­
j &.nos del Perú. Las clasificaciones deducidas por los arqueólo­
gos y anh'opólogos contemporáu'eos, son similares. las cuales se
000

AupalO
,
Fig. 8 t
CllICULall
POLI 'Olla\. CU&Oll.....1A.IJI 111

TrepanacionClO por los métodos: I2SPado. circular poU­


callOa

pueden sintetizar en este orden: gonal. cUJldrolllgular Y en canoa.

E. Escomel divide en tres partes: POI' lo expuesto se puede deducir 10 siguiente:


a) Trepanaciones por l'aspado;
Que hubo la téCnica del raspado aplicada en cráneos de­
a)
b) Trepanaciones por ~'\ladro sucesivo; y
formaños;
e) Trepanaciones por secciones perpendiculares con el turni.
b) Que hubo la técnica del aserrado de contorno cuadrilá­
tero o poligonal;
Eduardo Bello clasifica en tres tipns de operaciorres: c)
Que hubo la técnica del omido circular u oval de uso
común Y ordinario; y.
a) Simples incisiones exploradoTaa; d) Que hubo también la técnica de extensas resecciones de
b) Trepanación de magnitud mediana; y, Tello.
e) Craneotomía.
¿ Cuál de estas técnicas sería la más antigua? Quizás. la del
Mac Gree considera tres clases de trepanaciones: orificio eU'cular u oval.

a) Trepanaciones cuadrangulares; 2 .4 . Causas de las trepanaciones.


b) Circulares;
e) Ovales. El docto!' .Tulio C. Tello. en sus descubrimientos ejecutados
en Cerro Colorado de Parakas, consigna este hecho:
Julio C. TeJIo propone cinco modos de trepanaciones: "No se han encontrado hasta. ahora casos típi­
cos de fracturas craneales; fracluras depresivas
a) Trepanacion'es por el método del raspado; conminutas e u-racliadas. que son los motivos prin­
b) Trepanaciones pOI incisiones circulares, cuadrangulares cipales que determinru'on las trepanaciones en la
y poligonales; regjón andina. Muchas veces la operación consiste
e) Trepanaciones profundas en canoa; y solo en la eliminación cu idadosa por raspado de la
d) Trepanaciones por extensas resecciones. tabla exlerna Y del díploe, manteniéndose intacta.
(Fig. 81). lu lámina vihea. No se p~rcíbe huella alguna de
periostritis u osteitis pre o posi-operatorio en el
<!ampo lesionado. Si estos cráneos no hubieran si­
do encontrades ('on los apósitos respectivos. y no
(5) Tello, Julio C. - Antiguo Perú - p. 1.14, 145. año 1929, Perú.
341
DEFORMACIONES Y T REP ANACIONES CRANEANAS
340 A.LBER'l'O ROSSEL CASTRO
Los instr umentos o elementos quirúrgiCOS encontrados en
presentaran clarament e regeneración del hueso se Cerro Colmoado de Parakas por el doctor Tello, consisten en:
podr ía suponer qu e las operaciones fueron practi­
cadas post-mort em" (6).
a) Cuchillos de obsidiana ;
Sín embargo, posteriormente, el mismo docto!" Tello con Her­ b) Curetas de hueso de ballena;
bert Williams, aplicando el est udio de la Histología y los Rayos Láminas de oro para obturar las heridas;
e)
X, encontraron, en las osamentas extraídas de las Necrópolis de d) Vendas o apósitos de algodón.
Parakas, una serie de huesos largos con engrosamiento del pe­
riostio y enclaustramient o de la médula, cuyas lesiones son con­ El cuchiJIo de obsidiana de origen paraquense de lea, crono­
sec uencias de periostitis y ostiomelitis que produce la sífilis. lógicamente, es anterior al Tumi de cobre Inka.ico. Muy a -pesar,
en Anta-Pampa (Apurimac), el Prof. Antonio Centeno Zela, en
A este estudio se complementan los resultados obtenidos por el Congreso de Arqueología Andina de 1972, en Lima. presentó
fas doctores García Frias y Lastres, en momias peruanas, cuan­ un cuchillo de obsidiana en forma de una Hacha y un cráneo con
do deseubrieron focos de Gohn calcificado, con lesiones típicas cuat.ro trepanaciones circulares. Por lo expuesto, se puede agru­
del complej o primario de tuberculosis (7) . par en cinco tipos de cuchillos de obsidiana con: punía aguda o
~emic1rcular con mango de madera o c~rrizo que están asegura­
Ultimamente, el doctor Pedro Weis, en sus estudios sobre
las trepanaciones, a base de los Rayos X, afirma las siguientes oo::!o con hilo torcido (Fig. 82).
causas:
3. CabezaS trofeos.
a) Fracturas de diversos tipos; Las cabezas trofeos momificadas aparecen en los ceramios
b) Procesos ínflamatorios, hemorragias con levantamiento pictóriCOS de la Civilización N aska, en el período Clásico de su
del periostio, lesiones sifiliticas y t ubercu losas; ostio­
melltis triviales y tumores;
e) Lesiones de oseoporis simétricas de Hrdhicka (8).

2.5 . Instrumentos quirúrgicos.

Los primitivos cirujanos de la Civilización Parakas, han usa­


c1C' en las intervenciones quirúrgicas de las trepanaciones cranea­
nas ciertos instrumentos que comprueban los actos intencionales
ejecutados en sujetos vivos. Los móviles predominantes fueron
e~encialmente terapéuticos, ya que se registran casos de super­
vivencia con la cicatrización o relleno de la zona del periostio por
lesiones sifi liticas, fracturas o procesos inflamatorios.
3 41 5
2
(H) Tello, .Julio C. - A1Itiuuu Pe1"Ú; p. 146 Y 146; año 1929; Lima, Pení
(7) Lastre, .ruan :n. - Medicina Aborigen Peruana. Rev. Mus eo Nacw­ CuatIo tipos (1, 2, 3. 4) de cuchiUo$ de obsidiana en­
na l. T. XlI, N° 1, p. 78; Lima, Perú. Año 1943. Fig. 82 /;<mtrados en Cerro Colorado, Y uno (5) en Anta-Pampa
(8) Weis, Pedro. - La Ci,,~(!(a
del Cráneo entre 108 Anliouo.~ Pe'T"lum/ll tAPurima/;).
- Artes Gráficos - Tipografí a Pe 111 ana., S.A. Año 1949, Lima.
343
Dl!.'FORMACIO~ y TREPANACIONES CRANEANAS
342 ALBERTO ROSSEL CASTRO

maduración, ignorándose esta práctica en las demás etapas an­


terior es . Este hecho, desde luego, marca un período histórico de
ÍJJvasión de civilizaciorres de origen selvático y andino, como la
de Wari de Ayacucho, la de los Mandaruku, del Amazonas; la de
los J ívaros, en el Pastaza del AmazOIláS.
El uso de cabezas momificadas lo practicar on también en el
Kusko, los Inkas; en Tiawanako los K ollas; en Chikama, los
Muchik.
Los Waykuru o Waychis a lo largo del Paraguay y del baj o
Paraná, y en casi t odas las t ribus del Chako, extraen la piel con
el cuero cabelludo y la ext irpan y sirve para demostrar su va­
lent ía err las festividades religiosas; el cráneo se utiliza de vasi­
ja para beber en diversiones bacanales.
Entre la tribu de los Mandaruku, del Amazonas, existe un
" Paiquicé" (decapitador), que coge de los cabellos al herido o
enemigo y con maestría lo decapita y le extrae las sustancias
blandas; los ojos, la lengua y todas las porciones carnosas adhe­
rentes. En seguida, el cráneo es sometido a la acción de fuego
lento y untado con aceite de "Uruku" , y, después, expuesto a los
rayos del Sol para endurecerlo. Por fin. las cuencas de los ojos
son rellenadas de resina mezclada con los dientes; el cabello y las
orejas se adornan de plumas de aves multicolores.
En cambio, los Jívaros tierren la habilidad de preparar ca­
ezas humanas y de reducirla~ a un quinto de su volumen. Em­
plean estos procedimientos: carbonizan los huesos interiores del
cráneo con piedras Cálientes y someten después las partes blan­ Cabeza trofeo de una mujer adulta, labios unidos con
das al humo de una fogata, alimentada ean raíces de palmas, que Fig.83
espinas; orificio pcu el omón y pasa por éste un hilo.
tienen la misma virtud del alumbre, de reducir la cabeza al ta­ Co/cc. A. Rossel e
maño que se desea, conservando sus facciones proJ)ias (9) .
Las cabezas trofeos momificadas que se dibujan en los ce­ la masa encefálica; extracción de las sustancias carnosas, dejan.­
do libre sólo la piel, la que es rellenada por dentro de algodón
ramios nasquenses de la f ase Clásico y las que se hallan poste­
rionnente en tumbas de tipo Tiawanako e Inkaico, son semejan­ mezclado con ciertas sustancias.-químicas; taponamiento con ma­
nojos de trapos o algodón las cuencas oculares Y unión de los la­
tes a los Mandaruku y los Jívaros, y, especialmente, a los Agua­
bios con espinas de cáctus. Otras cabe2.as t ienen aseguradas las
r unas. La semejanza se da en' estos detalles: un corte horizon­
tal qne divide al hueso occipital de los parietales vaciando toda mandíbulas inferiores con un hilQ hacia el apófisis sigomática..
En ambos casos, las cabezas presentan necesariamente. por el
(9) Ulloa, Luis - U n Gran Problema - BoleHn Soco G~og. de Lima -
nlro del ofrión, casi junto a la linea metópica, una cisura cir­
VoL XXIX, p. 122.

ALBERTO HO SSEL CASTRO nET"ORMACfONES ' " TREPANAClONER CRANEANAS


346
344
eular biselada, poco menos de 03 cm. de díámetro por donde paS¡l
un cOl'dón que mide has ta un metro de largo, y en el que se en­
gasta la lengua amputada del mismo cráneo.

OASOS DE COMPROBACI0N. "


La F ig. 83 es una cabeza t r ofeo de una muj er adult a que la
encontré en los basurales del cementerio de Tunga, el año de
1943. Tiene los labios unidos con espinas de cáct llil ; las cuencas
oculm'es sin taponamiento ; un hueso biselado por el ofrión, por
donde sale un hilo torcido que en su parte media se ve prendida
la lengua disecada ; la cara de esta cabeza est á pintada al rojo
sin perder aún sus hermosas f acciones por una técnica especial
de momifícación,
La F ig. 84 representa, en el art e pictórico, la existencia real
de una costumbre de momificar las cabezas de los jefes, de los
sacerdotes o de los principales miembros de familia. Es de esta
manera que se desvirtúa la afinnación de que las figuras fuesen Un CJlntaro y un:!. olla con cabezas tlofeos y tatuajes, y
Fig. 84
meros adornos, como así se había pensado; tieneD' ellas una ob­ cordones por el ofrión, Fase Sub-Naska, Musea ,Mtmici·
jetividad histórica. Así, en el cántaro A, se estilizan ocho cabe­ pal de Naska.
zas trofeos con sus l'espectivos cordones; las caras están adorna­
das de color amarllo-ocre sobre un fondo blanco; y, la taza, n, en
su parte ventral, se dibuja la cabeza trofeo de una mujer con ta­
tuaJes sobre ambas mejillas; los labios unidos con dos agujas;
por el gollete (algo roto) orillado de sign'Os escalonados; y se
grafica la típica divinidad nasquense en su aspecto antropomor­
f izado (Museo Municipal de Nasca).
La Fig. 85 f muestra cuaho cráneos quemados por el sol que
los encont.ré a flor de tierra en el cementerio de Tunga, y tienen
cada uno por el ofrión un hueco biselado y un corte horizontal
por la altura del hueso occipital
La F ig. 86 (Sp. del Museo de Antropología). es un ceramio
procedente de Río Grande, con dos picos y asa-puente ; de cinco
colores: café, blanco, ocre-amarilJo, rojo oscuro y negl'o, que re­
presenta en su forma una cabeza trofeo momificada, en la que
se dibuja una cara humana con los labios unidos por cuatro agu­
jas, y un hilo que nace del frontal.
Ag. 8S Cuatro CTánCQ.~ trofeos con hueCO! por el ofriólI, Cemen­
terio de Tunp. Coleccihn A. RO$~t1 e
346 ALBERT O ROSSEL CASTR O
DEFORMACIONES Y T REPANACIONES CRANEANAS 347

Fig. 87 Cabezas trofeos en lu telas de Parakas - Necropoli.,.

m
r0JTI
cu,rR
1 . . . . . . . - 1- - - - '

..... A11 CO

Fig. 86 Un cántaro similar a la cabeza troloo con labio. unidos


con aguja,~. Museo Antroo de I.i

No es extraño también encontrar eH las telas rituales extraí­


das de las Necrópolis de Parakas, cabe~as trofeos adornadas con
bordados de hilos de lana en colores, sobre fondo de telas de al­
godón, que prueban su filiación con la civilización Naska. Las
fIguras o símbolos representan seres h umanos que cogen, unas
veces, con ambas manos, a. la altura del pecho, una cabeza tro­
feo ; otras, en' una mano Heba descolgada del cabello una cabeza
trofeo, y, en la otra, un cuchillo a manera de cetro (Fig. 87).
CAPITULO XVI

LOS KILLKA DE ICA


l. Concepto ne KiUka.
2. Los Ki1lka en el Perú.

3 Los ilfmboJos sirnificativ08 e ideográfic:.os.

". Los Kíllka de lea.

S. Algo bochornoso sobre los gliptolitos de lea.

1. Concepto de KiJIka..

KILLKA es una palabra índígena peruana cuya etimología


Sf>deriva del ~erbo Killkani~escribir, dibujar, pintar. Xillka­
Ynchak-el que sabe escribir.
El quechuista Diego González de Holguín 10 traduce por
"QuelIka"-carta, escritura. En la lengua aymará se traduce por
"Kmkani"-escribir.
Numerosos autores de libros, pen~adores, investigadores y
educlldores, denominan a los diferentes signos que aparecen gra­
bados, baj o relieve o pintados sobre piedras, rocas y cavernas,
de Petrogüfos (gr. Petro-Piedra; glifos-canal, canaladura); de
Pictografia a los signos de pinturas en las cavernas del Ande,
También, globalmente, nómbrase de Arte Rupestre. Esta y otras
denominaciones no encuadran a la realidad hjstórica, porque no
pueden ser simples razguños, o artefactos rupestres sin ningu­
na significación. Por eso, todas ellas, desligadas de la realidad
histórica, son inadecuadas para aplicar a las manifestaciones ti­
ticas existentes a lo largo de la zona cisandína sudamericana,
precisando. particularmente, desde Pasto haSta el Norte Argen­
350 ALBERTO ROSSEL OA!n'BO LOS KlLLKA DE ICA 35J

tino. En el Perú cor ren a lo lar go, de Norte a Sur, como un cer­ ideogramas utiliza las líneas rectas, curvas, que­
eo o hito de demar cación' entre la Costa y la Sierra y en la Ceja bradas y paralelas, la cruz, etc. La escritura. sobre
de Montaña del Amazonas. paliares de los Mochicas se propaga en el Perú y
los hombr es de Nasca, P aracas y 'I'iahuanaco Y
Quizás, con mayor propiedad podría llamarse de "Gr afoli­ Lambayeque la utilizaron, Y sólo desaparece en la
tos" (Gr . Grafé-escritura ; litos-piedra) a las escrituras o signos denominación de los I ncas" (1 ) .
que se encuentr an sobre las piedras o rocas. A las pinturas de
las cavernas en la región Andina, denozpínanse de Pictografías. La escdtora Victoria de la Jara escribe afirmanno la per­
sistencia de una escritura en las civilizaciones peruanas; así:
Pero a ún, así estas denominaciorres no envuelven a las ins­
cripciones sobre madera, cerámica, pallar, metal, etc. Conviene, ''Mi teoría es una investigación independiente
entonces, buscar un nombre genérico que comprendan a todas las y no la continuación de los trabajos realizados por
frecuencias escript urarias con el pr opósito de reconstruir la His­ Larco Royle . . , Los resultados comparativos 'de
t oria. nuestra investigación sobre las escrituras con sig­
nos-paliar son las siguientes:
En el historial de la lengua aborigen, ya existe un fonema
general, quizás más universal, poco divulgado, Y. desde luego, no 19- Hay cuatro escrituras con sigrros-pallar:
menos cient ífico como es el "KILLKA", que encierra a todas las Paracas, N asea, Mochica A Y Mochica B.
variedades de grafic8Ciones encontradas hasta el momento.
29- Es evidente que Mochica A y Mochica B
son dos sistemas <liferentes, teniendo el segtmdo
2 " Los Killka en el Perú. signos de mayor complejidad y asemejándose par­
cialmente al sistema Inca.
Ya existen varios e importantes aportes sobre los Killka en
el Perú que afirman la existencia de la escritura en las antiguas 39- El problema Nasca es muy grave pero su
civilizaciones peruanas. Estos valiosos aportes, se puede sint e­ escritura es la más importante después de Para­
tizar en la foona siguiente: cas e Inca. Los personajes de Nasca tienen vesti­
dos e insignias bastante similares a los de Paracas,
El conocido arqueólogo, ya fallecidt>, don Rafael Larco Boy­ pero los sign'os de su escritura pocas veces están
le, al estudiar las civilizaciones del Norte peruano, en ]as zonas asociados a estos dignatorios" (2).
dt> Moche, Salmar y Cuspinisque, asegura haber encontrado la Véase la figura Antropofitomorfo de las te­
escrit ura Muchik sobre el pallar, y sintetiza sus conceptos de es­ las de Parakas con signos-pallar-cabezas trofeos
t e modo:
(Fig. 88).
"El pallar es de fácil manipulación y transpor­ En seguida, debo consignar el pensamiento del doctor Raúl
te, era llevado en pequeñas bolsas por los mensa­ Porras Barrenechea, sobre la escritura en las civilizaciones anti­
j eros, que como los chasquis del Imperio de los In­ guas peruanas, expresado en su cátedra universitaria:
cas, cruzat·on todo el territorio por la red de cami­
nos. Las r epresentaciones pictóricas del pallar con~ (1) Larco Hoyle, Rafael - Los Mochicas _o, pág. 42. Sociedad Geográ':
vierten a éste en un idiograma que es aplicado lue­ fica Americana. Impreso en Buenos Aires - Argentina.
go a la superficie de los vasos votivos y al arte tex~ (2)" De la Jara, Victoria - La Soluci6n del Problema de la Escritura
t il, así la forma del paliar se estiliza err unos casos Peruana. A-rqueolog{a Y Sociedad - Museo de Arqueologia Y Etnlr
se humaniza en otros . .. Para la factura de sus ¡olña. U. N. Mayor de San Marcos - "N° 2; pág. 92: año 1970. Lima.
352
ALBERTO ROSSEL CASTRO LOS KILLKA DE ICA 353

la m emoria de los qu ipucama yoc más que al sím­


bolo expresivo y tangible (3).

En el XXXIX Congreso Internacional de Americanistas err


Lima, el año 1970, el doctor J avier Pulgar Vidal expuso brillan­
temente la existen cia de los Killka en el Perú e hizo referencias
de la colección de los Killka en la Universidad Nacional Mayor de
San Mareos, como la más numer osa en estos últimos tiempos.
E stos t rabaj os publicados y otros ignorados por mi, son va­
liosos aport es, i an sól o para probar la existencia de una escrit u­
ra desde las fases mñs tempranas de las civilizaciones peruanas,
sin haber llegado, desde luego, a la meta de haber encontrado la
clave interpretativa de los diferentes SigIlOS descubiertos. Por
lo mismo, persiste una gran laguna qUE: hay que superar.
No obstante, agudizando un poco más el pe.D'Sanllento, debo
contribuir con algunos aportes positivos con el propósito de es­
clarecer, en algo, el problema, ya de por sí escabroso.
Fig. 88. Figura :mlropofilomorfó de las telas de Paraka~.
con signos - paUar - cabezas trofl'lOs. El estudio se inicia "a posteriori", es decir, de la actual su­
pervivencia de la lengua Keswa (Runa-Simi) en el Perú hacia el
pasado. Este es un Fadum (hecho) incontrastable en la Histo­
"Los etnólogos modernos consideran que hay ria. Es tan flexible que se traduce, con toda su belleza y trascen­
tres et.'\pas en el desenvolvimiento de la escritura. dencia filosófica, a todas las lenguas del mundo, cuya ductibili­
La primera es el método pletórico o sea el dibujo dad demostraría que ella no es producto de 300 años, como aaí
de cosas o de sím boJos de ideas. En la segunda se cataloga a la Civilización Inkaica. Por lo tanto, la antigüedad
etapa que es de transición, se inicia la representa­ de la existencia del Keswa aumentaría considerablemente, no
ción de los sonidos, ya n'O son mediante dibuj os, si­ siendo sólo patrimonio de los Inkas, sino el producto de urra lar­
no mediante abreviaciones de dibUjos que tienen ga experiencia histórica.
una escritura convencional y fonética. Es la etapa
predominante jeroglifica. La tercera es la etapa En el campo filosófico, el Keswa es consecuencia del pem:la­
fonética en la que los símbolos usados no denotan miento; porque el pensar es hacer conceptos a través de las pala­
ya objetos sino que son signos que representan so­ bras, y lo más lógico y Iácil, es el hecho (factum) de protocoli­
nidos y palabras, sflabas o sonidos elementales de zar las palabras en escrituras, porque el hombre es profundamen­
las letras (Kroeber). Los Quipus escapan a todas te dinámico en cada situación o medio que actúa. Ya se ha de;.
estas definiciones, no son dibujos ni ideogramas mostrado, hasta la saciedad, en los diferentes capítulos de esta
ni pictografias. Tampoco son forma alguna de al­
fabeto o de escritura fonética. Los más favorables obra, cómo las civilizaciones Naska y Parakas resaltaron en el
comentarios los consideran como un "sustituto de arte pictórico y textil, gracias a su dinamismo. Por eso, hay que
las escrituras" o como un auxilio, pero en el que el
recuerdo se halla. ell'Comendado, principalmente, a (3) POM'IUI Barrenechea, Raúl. Fuente8 HÍ8~óriCll8 Peruanas. (Juan Me­
Ha Raca y P. L. Villanueva, Editores, nño 1954, Lima), pág. 104.
356
ALBERTO ROSSEL CASTRO LOS KlLL KA DE ICA
354
3 .1 . Escrituras de símbolos significativos.
convenir que las comunicaciones ent re los hombres, tanto en el
orden político, económico, social y religioso, debieron r ealizarse Desde las primeras fases iniciales de las civilizaciones de
por escrituras, y nada de memor ismo; ¿ y qué clase de escritur a Naska y Par akas, se descubren representacioaes de cosas reales
seríil: la fonética o la simbólica ? Intentar é dar una r espuesta. en objetos, es decir, cada ser del medio ambient e ha trascendido
S. Los símbolos significativos e ideográficos. t:n ()bjetividad.
Así, las cosas reales como el toIl1ate, el ají, el pepino, el maíz,

Los Killka en el Perú, encuéntranse grabados en grafolitos, el plátano. la lúcuma, el palIar, la pa¡¡a, los peces, el rept il, el

cerámica, telas, maderas y metalurgia, cuyas manifestaciones búho, el buitre, la tarántúIa, el león, ~l hombre, etc., han tras­

matizadas a veces de colores, son resultados de análisis, ensayos cendido en símboloa significativos. Inclusive, dentro del conjun­

y exper iencias, realizados por hombres versados en la materia. to de símbolos, se descubre uno que tierre la jerarguía de Arque­

Cada signo o dibujo ha sido previamente elaborado en el' intelec­ tipo, y como tal, es un ser mágico y divinizado, lleno de poder.

to del hombre, en forma de objeto, que no es la misma cosa, y Arquetipos de signos significativ03 se patentizan en las te­
dt: hecho lo reproduce y lo relaciona con otros objetos y los pro­ las suntuosas de Parakas Y en sus dos fases más célebres (Ca­
tocoliza, teniendo conciencia de la realidad: de la misma cosa. Por vernas y Necrópolis). También, en los ceramios policromados de
lo tanto, los Killka no son simples signos o dibujos ornamentales la civilización Naska, en sus dos etapas: Pre-Naska y Clásico
corno asi se ha creído siempre y se ha divulgado en los cursos de
hístoría, en los textos escolares, en tesis doctorales, etc. Naska.
En la civilización Naska, el Arquetipo de signos significati­
Los Killka, en el Perú, están l'epresentados por símbolos. vos está representado objetivamente en un animal de mar lla­
Cada símbolo es la expresión del pensamiento; es el lenguaje mado Nutria, con reales apariencias de ojos saltantes, cabeza
más expresivo del hombre en la Historia; es la idea más nítida achatada, orejas cort as, boca eUptica de donde cuelga la lengua
que se puede encontrar. como un pez con mostachos, cuerpo salpicado de puntos o círculos,
Existen objetos elaborados en el pensamiento que jamás se cola en cauda. Este animal se hace presente en' todas las mani­
pueden expresar sino por medio de símbolos. Cuando el símbolo festaciones humanas, bajo un ~ímbolo dominante Y permanente.
es producto de un'3 experiencia colectiva e histórica, es imborra­ Esto hace pensar que la Nutria es la divinidad central nasquen­
ble y expresiva en todo tiempo, y conviértese en un patrón o Ar­ se; es el dios o señor del agua (el apu- yalm) .
quetipo dominante. Además, se descubre esta misma deidad en las telas de Para­
En las civilizaciones de Naska y Parakas, en sus artefactos kas. Todos los arqueólogos e intelectuales que han investigado
de cerámica, de tejido, de madera y de metalurgia, especialmen­ comparativamente los estilos de Parakas con los de Naska, ha­
t e, de orden funerario, se encuentran numerosos símbolos CaD brían encontrado, con no. menos asombro, una relación bastante
íntima. entre ambas civilizaciones. Esto prueba qu.e hubo entre
ellas un Ar quetipo común, dominante. representativo objetjva~
significaciones propias.
A fin de encuadrru' mejor el sjst~ma de un modo didáctico, mente. Todo símbolo protocolizado es una escritura; no es. pues,
en un intento preliminar, se puede dividir Las escdturas o Killka un simple signo, dibujo, adorno. decoración, sino un símbolo
de N aska y Parakas, descubiertas a través de sus diferentes fa­ l'minentemente significativo. Véase págs. 357, 358, 359.
ses, en dos 'partes:

lQ- Escrituras de símbolos significativos; y


29- Escrituras de símbolos ideográficos.
356 ALBERTO ROSSn CASTRO SIMBOLOS
3 .2 . Escritura de símbolos idWgráficos. SIMBO LOS SIGNI FICATIVOS IDEOG RAF ICOS OR DEN

~
Represent an las ideas abstractas usando símbolos mediante
seres materiales. Sólo dos o tres pueblos del mundo han obtenido R ENACUAJO AGUA LAGUNA
esta clase de .escrituras : los Egipcios, Chinos y Americanos.
Pretender que los indígenas americanos hayan tenido una

~
escritura propiamente fonética, quizás sea por el momento muy
aventurado, porque todas las manif estaciones eSCl'iptu rarias des­ LECHUZA MUERTE VIDA FUT URA
cubiertas hasia ahora, .indican c1arameute ser escrituras de sím­
bolos ideogr áficos. Todas ellas superviven en el orden' socio-eco­
nómico, socio-poHtico y religioso. Igualmente, hay Kilika de sig­
nos ideográficos de orden numérico, posiblemente, mucho más
abundante ya qUe culmina en la invención del Kipus. Este es
una . tabla de reducciones para resolver de inmediato los proble­
mas de todo orden.

Como pruebas he coleccion-ado más de dos mil símbolos ideo.­


GARRAPATA

Q POBREZA EL OCIO

~
gráficos, justamente de las dos civilizaciones hermanas de Para­
kas y Naska, cuYOS signos no figuran en este libro por razones PUMA FORTALEZA TRABAJO
obvias, pues necesitan mayores datos y estudios más profundos. o o
Sólo presentaré algunos ejemplos parciales y muy comunes de
Killka de símbolos ideográficos de orden socio-politico, económi­
co y religioso.

4. Los KilJka de lea.

En la quebrada de Pisco, Kilómetro 88, aguas arriba, en los

PALOMA

~ AMOR LA MUJER

~
grafolitos.de Wánkarro, Lauta y Pokra, se posicionan numerosos

sectores
SERPIENTE RlaUEZA LAMINA

Los de Polaa se sitúan dentro de los terrenos de cultivo, cu­

yos signos están graficados bajo relieve sobre la superficie de

cuatro pórfidos graníticos de color rojo claro. Los Signos, en su

mayor parte, representan figuras de llamas, las cuaJes ya est án

borroneadas por la acción del tiempo; por eso, es un POCO difícil

hacer una reconstrucción integral de ellos.

Los de Lauta se descubren más al Sur de Pokra, a un lado


LlAMA

d REPRODUCCION GANAOERIA

~
superior del camino carretero Pisco-CastrOvil'reyna, sobre filo­
nes o macizos de roca pizarrosa blanquecina. Los signos estili­
zados, en su mayor parte, son utilizables.
NUTRIA •• DIOS AGUA CREADOR

,
SI MBO LOS SIGNI FICATIVOS I SIMBO LOS
IDEOGRA FICOS ORDEN
SIMBO LOS SIGNIFICATIVOS SIMBOLOS
ORDEN
~ ID EOGRAFICOS

" RRO y-(' PASTOR ESTANC'A


PALLAR
cf} ALIMENTO
PARA ESTA
VI DA Y LA
FUTURA

HOMBRE
jr"
0

COMPAÑERO
SEÑOR
EL HOMBR E
FRIJOL
() ALIMENTO
PAR A ESTA
VIDA Y LA
FUT URA

i~
¿J
CONOOR LeUV'A . '0
PARA ESTA
MANI ALIMENTO VIDA Y LA
FUTURA

TARANTUL A
--~ ~

~~
I ___
-JI'

I
FECUNDIDAD

I
LA TIERRA MAIZ
, ALIMENTO
PARA ESTA
VIDA Y LA
FUTURA

~ -t>
ZORRO
ROBO
~RIMEN
SOL EL AÑO CICLO

VAREC
-~ ,

([
'" ABONO
SEN/BRIO
LUNA MES ESTACION

o
HUA RANGO
ARADO
LABRANZA CI RCULO OlA SEMA NA

AJI

+
CONDIMENTO PARA ESTA
VIDA Y LA
FUTURA ESTRELLA NOCH E AMANECER
361
LOS lULLKA DE l OA
.,60 ALBERTO ROSSEL CASTRO
Bulta más que bochornoso, muy ver gonzoso, tener que tratar, for­
Los grafolitos de Wánkano son los más import antes por su zosamente, de él, ya que este capítulo se consagra al t ema de los
cantidad y variedad de motivos. Ocupan dos sectores : la sec­ Kil1k.a de l ea. P ues, al no citarlo, m ás que uno, me t ildaría de
ción Norte, sobre una planicie, lado derecho del río Pisco, cubier ­ un perfecto ignorante. Mi silencio serrn tomado como algo fingi­
t a de cáctus y de piedras aisladas de distintas dimensiones, en dn y malicioso. y se prestaría para consider arme como un encu­
más de treinta piezas, las que habían sido desprendidas de las bridor de un hecho de lesa cultura en el ambiente en que vivo.

faldas de los cerr os de Wánkano en épocas remotas. Los signos Por supuesto, no quiero ser ni 10 uno ni 10 otro.

esculpidos sobre la superficie de cada piedr a r epresentan a lla­


mas y serpientes, y ot r os signos convencionales. Encontré en Esta situación, coa prescindencia de la perso:,q involucrada

esta misma sección tilla r oca plana en la que se ha estilizado, en en este hecho, conocida por el autor, exige una aclaración hidal­
alto relieve, un mapa orográfico, representando a la quebrada ga, respetando las ideas ajenas.

de Pisco con sus montañas, meandros, lagunas de la cordillera de Se trata de los "Gliptolitos" de' doctor Javier Cabrera Dar­

Waytará y CaStrovirreyna. El segundo sector se ubica por el ex­ quea, médico Y catedrático de la Universidad Nacional "San Luis

tremo Sur de la misma planicie, en el que se encuentra una roca


diorita, semi-redonda, de superficie gmnitoidea, y sobre ella se Gonzaga" de lea.
han estilizado dos pumas: macho y hembra, con cinco cachorros, Los hechos son los sigui~ntes:
una serpiente, un hombre y una mujer, dos renacuajos, el sol, la 1q_ Cuando se exhibía los "gliptolitos" en la Casa de la
luna, las estrellas, dos IJamas y un fragmento de las telas de Cultura de lea, en 1967, siendo director del mismo Instituto, el
Paralms. citado doctor Javier Cabrera Darquea, fui invitado por él, para
En la quebrada de Chincha, aguas arriba del Fundo de San conocer de cerca a las diferentes representaciones liticas; y, del
Juan, se sitúan los grafolitos de Wan.kor. análisis ejecutados "in situ", me percaté, con no menos asombro,
de muchos defectos fundamentales; entre ellos:
En la quebrada de Palpa, a la derecha del río Palpa, aguas
arriba, frente al fundo Mollaque, están los grafolitos de Chichi­ _ El material empleado era en su mayoría '/rodados de Tio"
tara. extraídos exprofesamente de algunas h10renas de los alrededores
En la quebrada de lea, aguas arriba, distrito de los Molinos, d€ Okukaje donde, casualmente, abunda este material de limos
tanto en Wamaní como en la misma población de San José de los macizos.
Molinos, se encuentran dispersos varios grafolitos y quizás mu­ _ Las estilizaciones son uniform~s, hechas con un punzón
chos de ellos sepultados por los Waykos. metálico, bajo relieve, no muy profundas, demostrando a las cla­
Por la zona de N aska, en el sector de río Kopara, más al l'as, haber salido de la mano de un solo hombre que vive en nues­
fondo de las Trancas, en el punto de Quemazón, se registran al­ tra época.
gunas piedras con signos de serpientes y llamas. _ El artista trata de mezclar estilos de la civilización Pa­
rakas, Naska e lnka con animales antidUuvianos de Mamut , Mas­
5. Algo bochornoso sobre gliptolitos de lea. todonte, reptiles que pelean salvajemente con el hombre cuater­
nnrio vestido de trusa como si ya éste conociese el pudor.
Nunca jamás Ílubier a escrito en este libro de un hecho re­
ciente qu e ha ,s urgido en el ambiente intelectual iqueño, cuando _ Cada piedra estilizada ha sido sometida al fuego con ca el
precisamente estaba dando los últimos toques a esta obra. \ll de endurecer su superficie, Y luego barnizada con gomala
:r:ubin o grasa con el propósito de dar brillo color mate o madera.
Conocia de cerca desde su origen el hecho que para mí re-
hllúlnndo antigüedad.
363
LO!:! KILLKA DE ICA
362 ALBERTO ROSSEL CASTRO

Las pruebas más contundentes que pulverizan a esta fan­


tástica teoría, están en las numerosas exploraciones cien tíficas
realizadas en las áreas ar queológicas de lea, sin haber encontra­
do siquiera una piedra parecida a la que comentamos.
Todas estas observaciones fueron publicadas en "La Prensa"
de Lima, mes de Junio de 1967.
Desde entonces, el doctor Javier Cabrera Darquea, muy a
pesar de estos defectos sustanciales, Que excluyen toda autenti­
cidad a sus "gliptolitos", ha divulgado en entrevistas periodísti­
cas. en conferencias, en su cát edr a universitaria, casos de emba­
razo, de operaciones cesáreas, t r asplantes del cerebro, etc., que
se habr ían realizado en la zona de Okukaje, hace más de 60 mi­
llones de años; Y. aun más, asegur a que Ica sea la cuna de.la hu­
manidad; que los "gliptolitos" f ueron hechos por seres extrate­
rrest res que invadieron la región de Ica.

INGENUOS PANE GIRISTAS.

No han faltado, sin embargo, gentes de poco alcance inte­


lectual o panegiristas de jerga, de estilo apocaliptico, hiperbólico
que buscan lo' comercial y lo sensacional, para asegur ar que la te­
sis de los "gliptolitos" es única en el mundo. Para ser más exac­
to bastada citar al escritor francés Chanoox que en su obra
"Enigma de los Andes", escribefanfarronerias y exageraciones
como éstas: "que las piedras del doctor Javier Cabrera Darquea
deben ser la biblioteca de los Atlante que han ex,istido hace 50
millones de años". (¿Posiblemente co!! el carbono 14 ?).- "Que
el a utor es el descubridor de todos los tiempos".
A esio se suma todavía, el pensamiento teñido y saturado
de ingenuidad del conservador del Museo Regional de lea, Sr.
Alejandro- Pezzia Assereto que refiere como "algo importante la
colección de piedras grabadas que tiene el Museo de l ea y que él
las ha clasificado en. nueve grupos". A mi parecer estas píedms Fotografía de Basilio Uc.huy. Mendoza, mostrando los
no deben ocupar un sitial en el Museo de lea que es un centro Fig. 89 "G1iptolit04 de Qkukaje" hecllos por él.- (Revíllta mundial
sagrado de inspiración verídica e histórica. Muy bien esas pie­ N' 15 - Enero 1975).
dras harían más honor sirviendo de piso ornamental del mismo
Museo o de cualquier otro edificio de lea. Abunda en eS91 mis­
ma inexactitud el Sr. Pezzia, r efiriéndose a las piedras que posee
36-­

3M ALBERTO ROSSEL CASTRO LOS KI.LLKA DE ICA

el doctor Cabrera Darquea: " es la colección más importante que


exis te en el Perú" (1) .
Todas las colecciones particulares que se exhiben como una
novedad del siglo no merecen crédito ni comentario alguno por
más prestigio y galardones cient íficos que tengan sus poseedo­
}IJ ~ 'Jt¿hr ~/¡¿>'l d~
res. Menciónanse colecciones de los señores Santiago Qmróz, Cé­
sar Alme¡da, Santiago Calvo, J aime Salas, etc. ~~ F 1;p.-04 /~.,ú<'1
.t~r j~/l, LA'¿!.''''~\. -
ka.:< d.<-df .¡;'~cr...e~ .~
RECHAZO DE CARACTERIZADAS F IGURAS DEL MUNDO
CJENTIFICO. f4l-
!6~m.: PI ~ -t. 'dw ~/,~&~t) ckA'..
Los "gliptolitos" de Ica han sido rechazados categóricamen­
te por los hombres de ciencia del mundo, como una de las farsas ~ ,b
~~ ~&.- ~"'~ ~"I/I&:.-'
más vergonzosas de esta época. He aquí algunas declaraciones.
La de la doctora Rosa F ung, directora del Museo de Arqueología
;.fo .~ ~ .h.;::~.d~¿~ "'--...
de la Universidad Mayar de San Marcos de Lima, en estos tér­ aMi> frj . pbd~ ,<J.o- .~~~
,¿/h'­ ~ ~)fo-c';:~ d~/,~¿¿:~
minos:

"Que no hay civilización ni cultura, pueblo ni ~ ~ ~~ Á'1i. fféI.,? ..ú;


raza por remotos que sean que haya desaparecido
~ ~~,i.{) ~d,( C~.¿ 4" ~
d tf'"~ ~~ /)VA-~ y­ ~ 4-<.
en totalidad y tan absolutamente que no haya de­
jado a su paso por la tierra alguna clase de restos

tlftt..~ (?7'Ulir" (.d ~'~-Y
que sirvan para establecer su existencia: huesos
fósiles o residuos de cerámica, tejidos, armas, ador­ ,v5
nos, objetos rituales o de uso doméstico" (2).
&~ ~ ~ () J1.-<4 ~.Lv ~ ~~
Con eminentes personalidades de) mundo científico, en el 39
pÚ> ~ 'p~~{ia.
~M tbue~/()¡,b.t~
Congr eso de Americarustas celebrado en Lima (1970) I ya en me­ -,
sa redonda, ya en horas de desc.an'So, dialogábamos sobre los
"gliptolitos" de lea, los que se asombraran que, con mucho garbo
/JI "'" / .
_ l' "" '1 ¡ $­
y desparpajo, se defendiese la exist encia de médicos cirujanos
que, en la Era Secundaria, ejecutasen transplantes del cerebro {l,IUi' t v¡{ t:;/tUL'ff
O
con microscopio en la roano.
,I/~~.~
Igualmente, los ilust res miembros del Primer Congreso Na­
cional de Arqueología Andina (1972) Y los del Congreso Lin­
güístico realizado en el Colegio Raimondi (1975), protestaban la
-Fig. 90
Una ~rta de Basilio Uchuya de puño y letra.
(Revillta mundIAl N' 15 - Enero 1975).

(1 ) Pezzia Asaereto, Alejandro. Ob. Cit. Pág. 97; año 1968.


(2) R evistn Mundial - N" 6; pág. '19; añ() 1975; Lima-Perú.
367
LO!i Kl LLKA DE lCA
366 ALBERTO RO SSEL CASTRO

Fig. 91 Un Gazapo de un médico cirujano que ejecuta operación


c:esárea hace 611 milloneS de añOlJ.- (Rev. española.-- La
Gaceta del Norte.- l3·0ct. 19H'
tesis de los gliptolitos de lea como el escándalo más audaz y rui.
doso de lesa cultura, y que hubiera gente que se prestase para
lanzar gazapos y hacer creer la autenticidad de esas piedras.
Véanse las figs. 89, 90, 91 y 92.
ARDE EL CASTILLO Y SE HACE CENIZAS.

Por fin, después de nueve años, triunfa y flota la verdad


sobre el tapete, echando por tierra todo el edificio deleslable le­
van tado sobre cimiento de arena y cartón. Se ha quemado como
un castillo en pocos minutos, haciéndose polvo y cenizas con la
contundente declaración de un humilde artesano, don Basilio
Uchuya Mendoza, que dice textualmente con todos sus defectos
gramaticales, pero que brota de un corazón sincero:
Otro JtlI%8pG de un equipo de médicos cirujanos que realizan
Fig. 92 trasplantes del cora%ón Y el cerebro hace 60 millones de
"Yo Basilio Uchuya Mendoza, reconozco que
todas las piedras del doctor J avier Cabrera Dar­ años.- (Rev. e8pañola.-- 13·0ct..1974).
quea han sido trabajadas por mí. Bajo el sistema
del quemado de piedra, luego trasado con sierra de
368
ALBERTO IlOSSEL CASTRO

doble filo y luego bañadas c On' barro, con un peque-­


ño trapo, lo bengo r ealizando desde hace diez años
Y de la única persona que le he vendido mi traba­
j o es al doctor Cabrera, dicho sea paso lo he cono­
cido por doctor Sotil".
"Hacienda Ocucaje 10 de enero de 1975. Fdo. CONTE N' I DO
Basilio Uchuya".

Desde luego, los "Gliptolitos de fea" es un caso inverosímil, Pácina


a temporal y ahistórico, pOrque del análisis escueto que se ha he­
cho, resulta de que no hay un pun to de apoyO de donde asirse; o Prólogo '" '" ... . .. '" '" ' " .. . '" ... 9
lo que es lo mismo, no se encuentra la verdad que es una, venga Introducción ... '" ... ". .. . . . . '" ... ... . .. 13
de donde viniere. Por lo tanto, es una tesis artificiosa. y contra­ CAPITULO .1 .- ARQUEOLOGIA SUR DEL PERU
hecha que no encuadra a ningún sistema científico de nuestro
tiempo,
la ni menos con ningÚIr otro de la historia, de la crítica y de
filosofía. 1 . Concepto y objeto de la Arqueología '" . . . . . . . .. 17
2. Areas arqueológicas ... '" .. . ... .,. ... '" 19
3. Terminologías: Cultura, Civilización, Precolombina,
Pre-Hispánica, Pre-Historia I • •• '" ••• ••. ••• • •• 20
4. Estratigrafía y di.n.amiBmo de concentración histórica 25
5. Tiempo-Espacio-Hi.stórico.......... .. 26

6 . Cuadro Estatigráfico para el Sur del Perú '" . . . . .. 28


7. Cronología Arqueológica ... ... .,. . .. 32
CAPITULO 11_ l\lEDJO GEOGRAFICO
1 Climatología de los valles de lea y de la Hoya de Río
Grande de Naska ...... '" . ..... '" .. . 3
2. Orografía . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . .. . . . 38
3 Hidrqgrafja. " . .. ... ... ... ' " . . . ... ... . ..
CAPITULO m.- PU1!;BLOS y CEMENTERIOS PRE-WSPANICOS
SUR DEL PERU
1 . Visión panorámica . .. ... ... '"'" . . . ... '" ... 51
Mapa Arqueológico '" .. . " . ' " . .. . . . ... ' " 52
S. Pueblos y cementerios pre-hispánicos de la Hoya de
Río Grande pe N aska ... ... ... .. . ' " '" ... '" 54
Pueblos y cementerios pre-hispánicos de los valles de·
lea ............ '" . . . . . . . . . . . . . . . 56
5. Losconchales de Jea ... ". . . . . . . ,.. ... . . .... 60',

CAPITULO IV.- mSTORlA DE LA ABQUEOLOGIA


. suR DEL PERU
l . Exploraciones empíricas '" ... '" 65
Página
Página
170
2. Exploraciones científicas. . . ... . .. .. . ... ... . . . 69 S. Arquitectur a de las galerías , . . . ,. 174
3 . Elementos culturales de lca en los museos extranjeros Limpieza de l a..r:; gaJer ías .,. 175
y nacionales . . . .. . .. . . . . ' " . .. '" . . . . . . 79 5 . Edad de las galerías '" ... 176
6. Análisis de las galerías . ' . .,. .,. . , . . ..
CAP ITULO V.- HORIZONT E PR E-C~A l\nCO

CAPI1'ULO X. - F IGURAS GEOl\\ETRICAS DE LA HOYA


1. El hombre pre-cerámico y elementos culturales 89 DE RIO GRANQE DE NASKA
2. Origen del hombre pre-cerámico ... '" ... . .. 99
3. Génesis de las civilizaciones Parakas y N aaka 100 l. Nominación, hipótesis Y opiniones ... . .... , .. , . ,. 195
2. Ubicación y descripción de las figuras geom étricas . . . 197
CAPI TULO V~ HORIZONTE E PIGONAL CHAVIN 3. IIlBtr1.lmentos de pr ecisión Y trazos de las fi guras . . . 200
4. Clasificación e interpr etación de la.s figuras geomét ricas 209
1. Ant ecedentes arqueológicos ... '" ... ... . . . 101 4. 1. Primer grupo: proyecto de irrigación y parcela-
2 . Colonias de . Epigonal Chavfn en l ea ' " '" ... 102 ciÓ'n agraria . . . .. . . . . '" .. , '" ... ... 209
3 . Características fundamentales de EJ)igonal Chavín 103 4.2. Segu:sdo grupo : los túmulos .......... , .. ,. 216

Cementerio de Teojate . . . ' " ' " ... ... ... ' " 106 4.3 . Tercer grupo : estilizaciones del orden textil .. . 220
;). Arquitectura de las tumbas y f ases .. . . . . . .. ". 110 4.4. Cuarto grupo : los observatorios astronómicos 223
6 . Cronología '" " . ... '" '" '" ... ... '" 115 5. Civilización a que pertenecen las figuras geométricas 230
CAPITULO vnl- HORIZONTE SEPARATISTA
CAPITULO Xl ....... LA MUSICA NASQUENSE

1. Senti~o . ~e este horizonte: Parakas-Cavernas y su 1, La antara, su fonna Y decoración . .. . , . '" . " . . , 231
descrJ}>Clon '" '" ... '" ... '" ... . .. 117 2. Escenografía musical . . . ... .,. .., ... .. . .,. ... 233
Modalidades de entierro e'n las cavernas 120 3. Interpretación de los sonidos musica.Ies . " .,. ... .,. 236
3. Elemento.s culturales de la fase Cavernas .,. 121 4. Grabación de las notas musicales en un pentagrama 250
4. Análisis ... . .. '" ... . .. '" '" ... ". 123 5. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . · · . · · · · · ...... 250

5. P arakas-Necrópolis y su descripción , . . '" 124


6. Sistema de momificación de los cadáveres .. : 125
7. Enfardel~miento de los cadáveres y elementos cultu­
CAPITULO xn.- HORIZONTE EXPANSIONlSTA

EPIGONAL TIAWANAKO

rales ... . ...... . .. . .. . . . . . . . 126


8. Análisis de las N ecropolis de Parakas 130 1. Concepto: la segunda gran fusión. Grupo tribal de Wari 2h7
CAPIT ULO vnL- HORIZONTE FLORECIENTE Elementos culturales ... . . . . .. .. . . . ....... . . 260
Casos de comprobación ... '" ., . . , .... ,... . . . 261
1. Origen de la Civilización Naska '" 133 Fragmentos de cerámica Wari en Pacheco .. , 265
2 . Etapas de la Civilización Na.ska ' " 134 Colonias de postes f unerarios . .. .,. ~67
2 .1. Etapa Pre Nazka '" Ii . Sub-Epigonal Tiawanako ., ... , ., . . , . . ,. 272
137
2 . 2 . Etapa Clásico N azka 149
2.3. Etapa Sub Nazka ...... ' " 1:.\I'l'fl1LO XnL- CIVI LIZACION CHINC
158
CAP ITULO I X..- GALERTAS FILTRA NTES DE LA HOYA 1 . Origen de Chincha ., . . . . ., . .,. '" 275
DE RIO GRANDE DE NASKA I~tnpas o fases . . . ,. . ,. . . . .. ' ... 277
2. 1 . Fase Pre Chincha ... .,. . . • . . . 278
1 . Antecedent es histór icos '" '" ... 2.2. Etapa Clásico Chincha . .. .., .,. ... 278
167 9 •3 . Chincha Decadente . .. .,. . .. 298
2. Ubicación de las galerías ' " .. . . .. 169
CAPITULO XIV.- HORIZONTE IMPERIALISTA

1. Fuentes de crónicas : Pachakutek no estuvo por lea . . . 299


2; Inka Yupanki y Kapak Yupanki por los valles de lea. 301
3. Los ayllus de Urin y Anan. Caciques cusqueños por lea 301
4. El Inka Waskar del Kusko y la princesa Kori-Koyllur
de Ika ... ... ..... . . .. . ... . .. ... ' " .. . 307
5 . Etapas o F ases ... . . . .... ... ... '" ' " '" 309
6. Urbes inka ikas: Puka-Tampu (Tambo colorad
Kajamar ka (Naska) ... ... '" ' " .. . ... '" 312
CAPITULO XV.- DEFORMACIONES y TREPANACIONES
CRANEANAS

l. Defor maci ones craneanas . .. . . . '" ... '" 32~


1 . 1. Clases de defor maciones craneanas .. . 325
1 . 2 . Móviles ... . . . '" ... '" ... ... 328
1 .3. Casos de deformaciones . . . '.' ... ... '" 330
2 . Trepanaciones craneanas ... ". ". " , ." 332
2 ,1 , Bibliografía ,.. '" '" ,.. ~ .. 332
2. 2 . Area de las trepanaciones '" ... ... 337
2 . 3. Métodos de trepanaciones .,. ... '" 338
2 . 4 , Causas de las trepanaciones ...' . ,. ." .,. 339
2. 5 , Instrumentos quirúrgicos ... :., 340
3. Cabezas trofeos .. ' ". ... ... '" 341
CAPITULO XVl .~ LOS KILLKA DE ICA

1 . Concepto de Killka .,. '" . .. . . . ' .. ". ... 349


2 . Los Killka en el Perú ,.. ... '" '.. ... ' " . .. :~50
3. Los símlJc\os significativos e idiográficos . .. 35
3. 1 . Escrituras de símbolos significativos . .. 3ñll
3.2. Escritura de símbolos ideográficos ... '" ' . . 356
4. Los Killka de lea . .. '" .. . ... ' " ... ... ... 356
5. Algo bochornoso sobre los gliptolitos de lea . .. .. , 360

E.t. libro le terminó de imprimIr


el <11. :as de ()(:tubre de 11177
<In 1001 Talle.... Gd.flcOI de
EDITORIAL UNIVERSO S.A
Av. Nlcolú Arriola N' 2286
Apdo. 241 - Telí. 24 ' 6~1I
La VIctoria - LIma - PerlÍ

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