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«El bobo del colegio» de Lope de Vega. Notas para una edición crítica

Article · December 2013

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Javier San Jose-Lera


Universidad de Salamanca
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XXXII – XXXIII

Seminario de Edición y Crítica Textual

Buenos Aires
2012 – 2013

ISSN 0326-0941
Incipit está indizada en las siguientes bases de datos bibliográficas: MLA (Modern Lan-
guage Association), DIALNET (Universidad de La Rioja, España), International Medieval
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Economica Francesco Datini  (Prato, Florencia, Italia), Centre de documentation Andre
Georges Haudricourt (CNRS, Francia), MEDIEVALIA (Universidad Autónoma de Méxi-
co), Portal del Hispanismo (Instituto Cervantes, España), IBZ (Internationale Bibliographie
der geistes-und sozialwissenschaftlichen Zeitschiftenliteratur / International Bibliography of
Periodical Literature on the Humanities and Social Sciences), IBR (International Bibliogra-
phy of Book Reviews of Scholarly Literature on the Humanities and Social Sciences), estas
dos últimas con sede en Berlín (Alemania).

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ISSN 0326-0941
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Incipit es el Boletín anual del Seminario de Edición y Crítica Textual (SECRIT).


Destinado a difundir los trabajos del Seminario, publica colaboraciones originales dedicadas a los problemas y métodos
de edición y crítica textual de obras españolas de la Península y de América, desde la Edad Media a nuestros días.
También entran en su campo desde problemas codicológicos y noticias de archivos y repositorios bibliográficos hasta
temas de lengua, estructura y estilo vinculados al texto o a la historia del texto.
Ejercerá la dirección el Director del SECRIT, asistido por un Consejo Editorial y Asesor integrado por especialistas de
la Argentina y del extranjero, que cumplirán funciones de referato.
INCIPIT
XXXII – XXXIII
(2012 – 2013)

Índice

A rtículos

La edición y anotación de textos teatrales del siglo xvi: problemas y casos

San José Lera, Javier, Presentación............................................................ 15

Burguillo, Javier, Notas sobre la edición del teatro de Juan de la Cueva:


problemas y casos de La comedia del tutor.............................................. 19

Framiñán de Miguel , María Jesús, En torno a la Representación ante


el príncipe don Juan de Juan del Encina: el texto del Cancionero
(1507) y de los pliegos........................................................................... 45

Mier P érez, Laura, Consideraciones textuales sobre el teatro


de Gil Vicente....................................................................................... 65

San José Lera, Javier, El bobo del colegio de Lope de Vega. Notas para
una edición crítica................................................................................83

Valero Moreno, Juan Miguel, Lucas Fernández, Farsas y églogas.


Die Kunst der Fuge............................................................................... 107

Vélez Sainz, Julio, Hacia una nueva edición crítica de la Comedia


Aquilana de Bartolomé de Torres Naharro.......................................... 135
Homenaje a don Claudio Sánchez Albornoz

Moure, José Luis, Presentación................................................................ 159

B ohdziewicz, Soledad, El Liber Mariae de Juan Gil de Zamora.


Estado de la cuestión........................................................................... 167

Janin, Érica, Marcas de difusión oral en textos manuscritos


de clerecía: el caso del Poema de Alfonso Onceno en relación
con el Libro de Alexandre, el Libro de Apolonio y el Poema
de Fernán Gonçález.............................................................................. 191

Saracino, Pablo, El mito de origen de Castilla en la historiografía


española del exilio............................................................................... 209

Soler Bistué, Maximiliano, La mirada de los nobles. Figuras


del lector modelo en la Crónica de Pedro y Enrique de Pero
López de Ayala.................................................................................... 219

Zubillaga, Carina, La relación discursiva plegaria-profecía en la


Vida de Santa María Egipciaca............................................................. 231

D ocumentos

Fuentes, Juan y Avenoza, Gemma, La traducción castellana


de los Moralia in Job atribuida a Pero López de Ayala:
edición del “Prologo de San Gregorio que enbio a San Leandro,
arçobispo de Seuilla” (bnm mss / 10136 fols. 1v-4r)............................ 249

Nota-reseña

María Carmen Marín Pina, Páginas de sueños. Estudios sobre


los libros de caballerías castellanos, Zaragoza: Instituto
Fernando el Católico, CSIC, 2011 (Lilia Orduna)................................ 271
R eseñas

Santiago Disalvo, Los monjes de la Virgen: representación


y reelaboración de la cultura monacal en las Cantigas
de Santa María de Alfonso X, Newark, Delaware:
Juan de la Cuesta, 2013 (Gimena del Río)........................................... 295

Javier Roberto González, Los Milagros de Berceo: alegoría, alabanza,


cosmos, Buenos Aires: Miño y Dávila, 2013 (Gabriela V. Soria)........... 301

Valdaliso Casanova, Covadonga, Historiografía y legitimación


dinástica. Análisis de la crónica de Pedro I de Castilla,
Valladolid: Universidad de Valladolid, 2010 (Jorge Ferro).................... 305

Marta Haro Cortés, Rafael Beltrán, José Luis Canet y Hector H. Gassó,
eds., Estudios sobre el “Cancionero General” (Valencia, 1511). Poesía,
manuscrito e imprenta, Valencia: Universitat de València, 2012,
2 tomos (Leonardo Funes y Claudia Raposo).......................................308

Roberto Mondola, Dante nel Rinascimento castigliano:


L’Infierno di Pedro Fernández de Villegas, Nápoles:
Tullio Pironti, 2011 (Cinthia María Hamlin)....................................... 320

Cristóbal de Molina, Relación de las fábulas y ritos de los incas,


edición de Paloma Jiménez del Campo, transcripción de Paloma
Cuenca Muñoz, coordinación de Esperanza López Parada, Madrid:
Iberoamericana-Vervuert, 2010 (Valeria Añón)................................... 329

El erudito frente al canon: Filología y crítica en Menéndez Pelayo


y Gaston Paris, edición de Lidia Amor y Florencia Calvo,
Santander: Real Sociedad Menéndez Pelayo, 2013
(Carina Zubillaga)............................................................................... 339

Libros recibidos en donación . ............................................................... 345

Normas para la presentación de trabajos . .......................................... 347


Artículos
La edición y anotación de textos
teatrales del siglo xvi: problemas
y casos
el bobo del colegio de lope de vega
notas para una edición crítica 1

Javier San José Lera


Universidad de Salamanca

R esumen: La comedia de Lope de Vega, El bobo del colegio, incorporada


a la Parte catorce de las obras de Lope (1620), aunque probablemente
compuesta y representada en los primeros años del siglo xvii, se relacio-
na con los años de Lope en Salamanca y sirve para comprobar algunas
dificultades que pueden encontrarse en la edición del teatro áureo. La
doble naturaleza literaria y performativa de la literatura dramática, así
como las condiciones de fijación del teatro a través del libro impreso,
repercuten en el proceso de transmisión textual y deben tomarse en
consideración a la hora de llevar a cabo una edición crítica.
Palabras clave: Lope de Vega – teatro – edición crítica – Salamanca

1
Este trabajo formó parte del Seminario La edición y anotación de textos teatrales del siglo
XVI: problemas y casos, que se desarrolló en la Universidad de Salamanca entre los días 18
de abril a 16 de mayo de 2013, en el marco del proyecto de investigación TESAL16 y del
Programa de Doctorado en Español: investigaciones avanzadas en Lengua y Literatura de la
Universidad de Salamanca; comprendió ponencias desde La Celestina a Lope de Vega (Juan
del Enzina, Lucas Fernández, Torres Naharro, Gil Vicente, Juan de la Cueva y los formatos
del teatro impreso). El proyecto TESAL16 Documentación, estudio edición y propuestas de
representación del teatro en Salamanca en el siglo XVI es financiado por la Junta de Castilla y
León (SA155A11-1) y el Ministerio de Economía y Competitividad (FFI2011-25582).

Incipit XXXII – XXXIII (2012 – 2013), 83-105


Entregado: 21/6/2013 - Aceptado: 30/7/2013
84 javier san josé lera

Abstract: The play by Lope de Vega, El bobo del colegio, is published in


Parte catorce of Lope’s works (1620), though probably was written and per-
formed in the early seventeenth century. It is linked to the years Lope de
Vega spent in Salamanca and it serves well to check some difficulties that
can be found in editing Spanish Golden Age comedy. The dual nature of
theater performative and literary, as well as the theater fixing conditions
through the printed book, affect the process of textual transmission and
should be taken into consideration when carrying out a critical edition.
K eywords: Lope de Vega – theater – critical edition – Salamanca

La relación de Lope de Vega con Salamanca se fundamenta en unos


pocos y no claros datos biográficos. Se especula sobre su presencia como
estudiante en las aulas universitarias, entre 1580 y 15822. Los libros de
matrícula de esos años nada ofrecen al respecto, por lo que la conjetura
se apoya especialmente en el metaficcional y jocoso “Advertimiento
al señor lector” de las Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de
Burguillos, donde mezclando burlas y veras afirma:

…pues tantos aquí le conocieron y trataron [a Tomé de Burguillos] (…)


y asimismo en Salamanca, donde yo le conocí, y tuve por condiscípulo,
siéndolo entrambos del doctor Pichardo, el año que llevó la cátreda el
doctor Vera 3.

No se suele señalar el hecho de que Lope, al parecer, tenía un tío


lejano, Miguel del Carpio, uno de cuyos hijos podría ser el Gonzalo Ro-
dríguez celebrado en el Laurel de Apolo (“Honren el claro Tormes dos
Gonzalos / (…) / ilustres vates del dorado Apolo / Monroy el uno, de
Anfïón traslado/ y Rodríguez el otro celebrado”, silva III, vv. 535 y ss.);
quizá el mismo Gonzalo Rodríguez de Salamanca, que firma un poema

2
Lo propone Rafael María de Hornedo (1935), con escasos datos y bastantes conjeturas.
3
Cuiñas (2008: 110). Sobre el carácter burlesco de este prólogo, ver San José Lera (2007:
179). Y sobre la vida y la poesía de Lope en general, Pedraza Jiménez (2003, 2007 y 2008).
85
el bobo del colegio de lope de vega

laudatorio en quintillas que Lope coloca al frente de la Arcadia; otro


de esos primos lejanos, Francisco del Carpio Maldonado, que estudió
en la Universidad de Salamanca en los años 80, escribió también versos
panegíricos al frente de la Arcadia 4.
En la casa ducal de Alba de Tormes, entre 1590-1595, pasó algunos
buenos años de su vida (y sufrió la triste muerte de su esposa Isabel de
Urbina y de dos de sus hijas Albania y Teodora 5; y conoció seguramente
el ambiente estudiantil de la capital, aunque poco inclinado a Escuelas,
como él mismo recuerda en el Laurel de Apolo (silva III, vv. 397 y ss.),
donde recrea poéticamente sus años a orillas del Tormes:

Tormes, de blancos álamos ceñido / (…) / cuyas islas de arena / canté


llorando mi amorosa pena / que tanto me costó buscar su olvido, / es-
tudiante de amor en sus riberas / más que de sus escuelas celebradas…

El caso es que además de la Arcadia y algunas comedias firmadas en


Alba de Tormes en los años 90 del siglo xvi, alguna otra comedia, quizá
posterior, queda vinculada a Salamanca por su ambientación estudiantil
y su localización dramática6. Este es el caso de El bobo del colegio.
La obra no despertó el interés de don Marcelino, que no le dedica
atención en sus Estudios sobre Lope de Vega, por lo cual ha quedado
virgen de las eruditas y sabias apreciaciones del polígrafo cántabro.
Tampoco ha contado con excesiva atención ni editorial ni crítica7.

4
Tras la pista de esta parentela salmantina de Lope trabajó Ricardo Espinosa Maeso, y sus
notas manuscritas al respecto pueden verse ahora en el Fondo Ricardo Espinosa del Archivo
Histórico de la Universidad de Salamanca (“Don Miguel del Carpio, tío de Lope de Vega”),
http://ausa.usal.es/espinosa_manuscritos.php.
5
“¿Quién presumiera que mi luz podía / hallar su fin donde comienza el día?”, (o sea, en
Alba), escribe en la Epístola a Claudio Conde.
6
Para la estancia de Lope en Alba, ver Cayetano Alberto de la Barrera (1973: 55-58) y Ca-
ñas Murillo (1992 y 2000). Las comedias autógrafas de Lope firmadas en Alba de Tormes
se consignan en Presotto (2000) y Sánchez Mariana (2011).
7
Ha sido editada en la colección de Obras de Lope de Vega publicadas por la RAE, tomo XI,
Madrid, 1929, 508-546. Yo mismo llevé a cabo una edición divulgativa y sin notas (San
José Lera, 2001). Las ediciones críticas del grupo ProLope no han llegado aún a la parte xiv,
colección en la que se recoge la comedia. Una aproximación literaria a la obra en Barbara
E. Kurtz (1986).
86 javier san josé lera

El bobo del colegio parece haberse difundido –en su tradición anti-


gua– únicamente en las dos ediciones de la Parte catorce de comedias de
Lope. No he localizado copias manuscritas de esta comedia (Presotto,
2000; Sánchez Mariana, 2011), ni ediciones sueltas, tan comunes a lo
largo del siglo xvii y aun en el xviii (aunque en general estas derivan de
partes del xvii)8.
Estos son los testimonios básicos que se deben tener en cuenta a la
hora de establecer el texto crítico:
[1620] Parte catorze de las Comedias de Lope de Vega Carpio Pro-
curador Fiscal de la Cámara Apostólica, y su Notario, descrito en el
archivo Romano, y Familiar del Santo Oficio de la Inquisición. A Quien
van dirigidas dize la siguiente página. [Emblema de Juan de la Cuesta]
Año 1620. Con Privilegio. En Madrid por Iuan de la Cuesta. A costa
de Miguel de Syles mercader de libros. Vendense en su casa, en la calle
Real de las Descalças.
[1621] Parte catorze de las comedias de Lope de Vega Carpio, procura-
dor Fiscal de la Camara Apostolica, y su Notario, descrito en el archivo
Romano, y Familiar del Santo Oficio de la/ Inquisición. A quien van
dirigidas dize la siguiente página. [Grabado Grifo]. Año 1621. Con Pri-
vilegio. En Madrid, Por la viuda de Fernando Correa Montenegro. A
costa de Miguel de Siles mercader de libros. Vendese en su casa, en la
calle Real de las Descalças.
Los preliminares de ambas ediciones son idénticos en los ejemplares
consultados (Biblioteca Nacional de España 1620; Biblioteca Menéndez
Pelayo, 1621), aunque difieren con el ejemplar de 1620 conservado en
la Universidad Complutense. No obstante, la composición es distinta
respecto a ortografía y disposición de líneas.

8
No obstante, debe tenerse en cuenta lo que apuntan –con razón– Kurt y Roswitha Rei-
chenberger (1987: 284): “antes de poder comenzar la edición, el investigador se halla con la
empresa de una búsqueda aventurera quizá de meses o de años enteros”. Aunque las cosas
respecto al acceso a datos han cambiado notablemente gracias a Internet, la abundancia
de impresiones sueltas en los siglos xvii y xviii de comedias y la dispersión de manuscritos
complica la localización de fontes criticae.
87
el bobo del colegio de lope de vega

Ambas ediciones de la Parte catorce parecen ser ediciones a plana y


renglón, aunque 1621 incorpora algunas variaciones de puntuación y no
marca el registro del quinto cuaderno, mientras 1620 sí lo hace; también
difieren en la forma de referirse a los movimientos de los personajes en
alguna de las didascalias explícitas; pongo solo tres casos como muestra:

VERSO 1620 1621

1190/1191 Entren Fabio estudiante de camino, Salen Fabio estudiante de camino,


Reynel gorrón, Garcerán y Marín Reynel gorrón, Garcerán y Marín

1648/1649 Entrense, y salgan Garceran, ya Vanse, y salgan Garceran, ya


con sayo de colores, y polainas, y con sayo de colores, y polainas, y
Marin de labrador Marin de labrador
[pero el reclamo de la página
anterior es En-, como para el
Entrense de 1620]

1678 Entren Riselo, y Gerardo Salen Riselo, y Gerardo estudiantes


estudiantes

Pese a estas pequeñas divergencias formales, en la fijación del texto


crítico tendríamos como texto base la princeps de 1620, aunque puede re-
sultar conveniente ofrecer alguna de las puntuaciones propuestas por 1621.
[1884] Comedias escogidas de Lope de Vega volumen I en la Biblioteca
de Autores Españoles, por Juan Eugenio Hartzenbusch, Madrid, Riva-
deneira, 1853-1884, tomo 24, pp. 180-201. Las beneméritas ediciones de
la BAE forman ya parte de lo que podemos considerar tradición textual
antigua, y a pesar de sus evidentes errores, de enmiendas imaginativas y
“bastantes intervenciones editoriales” (Varey, 1991: 555), y de responder al
gusto editorial del teatro en el siglo xix (con divisiones en actos y escenas),
alguna de sus conjeturas no deja de ofrecer interés textual, como veremos9.

9
Escribe García Soriano: “Hartzenbusch las enmendó [las comedias de Lope] a su modo, sin hacer
constar lo que ponía de su cosecha, y, en cambio, no utilizó los autógrafos que se conservan de mu-
chas, cuyos textos habían sido mutilados y corrompidos en las antiguas ediciones” (Vega, 1929: v).
88 javier san josé lera

[1929] Obras de Lope de Vega, publicadas por la Real Academia Es-


pañola, tomo XI, Madrid, Imprenta de Galo Saez, 1929. Es la edición
de Justo García Soriano, presentada con voluntad de edición crítica
(“dar siempre los textos más auténticos y autorizados”) o, al menos, de
reproducción fiel de los originales “o, en su defecto, los de las primeras
ediciones, sin omitir el cotejo con las reimpresiones posteriores y la
anotación de las variantes que unas y otras ofrezcan” (Vega, 1929: v).
Sin embargo, la fidelidad, casi ciega, a la princeps impide la toma de de-
cisiones editoriales y aleja de la consideración de una verdadera edición
crítica10. No obstante, es un primer notable intento de poner en limpio
el texto de Lope.
Sobre esta base de fontes criticae, nuestro primer espacio de indaga-
ción debe ser el contexto editorial que acoge la obra –la parte de come-
dias– que nos obliga a tener en cuenta las circunstancias especiales que
rodean este género editorial, su fecha, su extensión (doce comedias), la
intencionalidad de su estructura múltiple y polifónica (d’Artois, 2012:
9), la autoridad del texto recogido, su formato de puesta en página y
otras circunstancias que pueden afectar a la fijación del texto crítico11.
La Parte catorce se publica en 1620, pero la aprobación es del 23 de
octubre 1619 y el privilegio del 26 de diciembre de ese mismo año. Es
necesario tener en cuenta el proceso de producción teatral (escritura,
representación, edición), que distancia, en ocasiones considerablemente,
la escritura de la obra de su publicación. Como es sabido, la recopila-

10
“Y en todo caso, aun a sabiendas de que el sentido se halla alterado en algunos pasajes,
evidentemente corruptos, preferimos respetar la lección antigua, antes que incurrir en las
arbitrarias y profanadoras restauraciones y en las fantásticas adivinaciones de los editores del
pasado siglo” (Vega, 1929: v). Lo cual no es del todo cierto: con relativa frecuencia corrige
lugares del impreso de 1620 (aunque en la nota remite a la ed. de 1621, de la que no ha dado
cuenta en el breve prólogo) y en otras ocasiones modifica sin anotar. Y las decisiones no son
siempre acertadas, a mi parecer: por ejemplo corrige el verso 1043 en que el criado Marín se
despide de Valencia lamentado perder de vista ‘congrets, vipocrás, mariscos’; naturalmente
congrets, en valenciano, reproduce el habla local del criado; pero García Soriano edita
‘congrete’, perdiendo ese rasgo de caracterización lingüística del personaje, porque maneja
ejemplar de la edición de 1621, donde se lee, en efecto ‘congrete’.
11
Para este concepto y sus repercusiones en la edición ver d’Artois (2010), Giuliani (2010)
y Vega García-Luengos (2010).
89
el bobo del colegio de lope de vega

ción de las comedias en partes para la imprenta se produce después


de que –vendidas a los autores de comedias, que se convierten en los
propietarios de la obra– han dado su fruto sobre las tablas12. Baste citar
al respecto lo afirmado en el prólogo al lector de la Parte décima de
1618: “Lee estas comedias o déjalas, que no importa, pues ya me dieron
el provecho que tú piensas que me quitas”.
La obra que nos ocupa, El bobo del colegio, no aparece referida en la
lista de 219 comedias que ofrece Lope al frente de la primera edición de
El Peregrino en su patria en 1604, pero sí lo hace en la lista ampliada con
144 más de la edición de 1618. Esto puede hacer pensar que la comedia
debe ser posterior a la fecha de publicación de la lista de 1604, puesto
que ahí no se consigna. Sin embargo, no debe olvidarse el hecho de que
Lope recuerde allí que la lista no es completa, pues sale “sin muchas de
que no me acuerdo”, por lo que la ausencia de una comedia puede ser
considerada un indicio, pero no una evidencia. Además, la nueva lista
de 1618 debe ser interpretada en el conjunto de estrategias editoriales de
Lope para hacerse con el control de la edición de sus comedias (Baldés
y Morrás, 2010: 12).
De las comedias que se recopilan en la Parte catorce, dos pueden
ser fechadas con seguridad, pues se conservan en sendos manuscritos
autógrafos: El cuerdo loco, fechado en 1602 y El cordobés valeroso, Pedro
Carbonero, firmado por Lope “En Ocaña, a 26 de agosto de este año de
1603”; de La corona merecida, se conserva igualmente un autógrafo sin
fecha, aunque parece igualmente de 1603. Estos autógrafos se conser-
van, además, junto con las rúbricas con las licencias de representación
de distintas fechas y la copia de varios repartos distintos. La fecha se-
gura de representación de alguna de estas piezas de la parte xiv es 1606;
en esa fecha Antonio de Granados, autor de comedias, afirmaba ser
suyas las siguientes comedias de las incluidas en la parte xiv: La corona
merecida, Pedro Carbonero, El cuerdo loco y La gallarda toledana. Este

12
Sobre los pleitos de Lope por recuperar los derechos de sus obras para imprimirlas, ver
d’Artois y Ramos (2010).
90 javier san josé lera

autor de comedias había firmado, además, un poder el 19 de enero de


1603 para concertar representaciones con su compañía en Salamanca
en las fiestas del Corpus, octavas y “fiestas de las vacaciones” (DICAT,
s.v. Antonio de Granados). Sabemos con seguridad que el 17 y el 28 de
diciembre de 1606 se pudo ver en Salamanca El cordobés valeroso, pues
tenemos el impagable testimonio de Girolamo da Sommaia, ese estu-
diante italiano en el Estudio salmantino, que anota en su Diario todo
tipo de datos curiosos y, especialmente para nuestro interés, asistencia a
representaciones teatrales13. Girolamo testimonia también la asistencia
en Salamanca a la representación de otra comedia de las de la Parte ca-
torce, El Caballero de Illescas, los días 9, 19 y 21 de septiembre (es decir,
en las fiestas de vacaciones) de 1604.
El Bobo del colegio fue representada por Tomás Fernández, según
leemos en los impresos de 1620 y 1621 (“Representóla Tomás Fernán-
dez”). Este actor y autor de comedias, especializado como actor en
papeles de gracioso, desarrolló una intensa actividad de la que existe
documentación desde 1604, y precisamente dentro de la compañía de
Antonio Granados en 1605; en 1607 está en Valladolid, donde se casa
(DICAT, 2008, s.v. Fernández, Tomás). La huella del actor en el texto
de la comedia podría encontrarse en los versos 1650-1654 donde leemos
lo siguiente:

GARCERÁN: ¿Fingí bien?


MARÍN: Tan bien fingiste / que mil sospechas me dieron / que
ya habías hecho otras veces / esta figura del bobo (…)
Bien ganáramos partido / los dos en una comedia

No son infrecuentes en el teatro áureo estos juegos metaficcionales


en los que los actores, y en particular el gracioso, rompen las barreras
del espacio de la ficción (el de la representación) y el de la realidad (los
espectadores), para introducir bromas de carácter metateatral en las
que el texto se refiere a sí mismo, a su autor o a las circunstancias de la

Haley (1977). Para lo relativo a las anotaciones teatrales del Diario de Girolamo da Som-
13

maia ver Haley (1971) y García Martín (2005).


91
el bobo del colegio de lope de vega

representación, en barroca mezcla de burlas y veras14. Es una variación


sobre aquellas ambigüedades y guiños al público que Lope recomenda-
ba en el Arte Nuevo, porque eran muy del gusto del vulgo: “Siempre el
hablar equívoco ha tenido / y aquella incertidumbre anfibológica / gran
lugar en el vulgo, porque piensa / que él solo entiende lo que el otro
dice” (vv. 323-326). Aquí podemos pensar en las circunstancias espe-
cíficas de la representación ante el público del xvii, que vería a Tomás
Fernández representando a Garcerán en el papel de bobo y le recordaría
en otros papeles similares.
Salamanca era plaza atractiva para las compañías que actuaban en
Valladolid (lugar de la corte hasta 1606), porque podían desplazarse sin
excesivos gastos (lo que explica en parte la intensa actividad teatral en
Salamanca en esos años)15. No es descabellado pensar que El bobo del
colegio se aplaudiría mucho en el corral salmantino, cuando sonaran los
versos de Garcerán (“Salamanca encierra en sí / todo lo bueno del mun-
do: / es un Liceo segundo, / Atenas se cifra allí”, vv. 173-176) y sobre
todo, la larga relación de Fabio alabando a la ciudad ( “Dejáis de ver un
lugar / de los famosos de España (…) Yace en el sitio que veis / mirán-
dose Salamanca / en los cristales del Tormes…”, vv. 1219 y ss.). Ambos
parlamentos, y sobre todo el segundo, forman parte de esos elogios de
ciudades que de la tradición retórica y del mundo romanceril del pliego
suelto saltan a los tablados (o viceversa), pues resultaban especialmente
atractivos para la tropa farandulesca en busca de aplauso16. Aunque
la pieza de El bobo del colegio no es una loa, se le pueden aplicar las

14
Víctor Dixon (1996: 77) recordaba el carácter metateatral de la comedia La noche de San
Juan con alusiones al contexto real en el que se representaba la comedia. Ver también Abra-
ham Madroñal (2012). Sobre otras manifestaciones de la metateatralidad barroca ver, p. e.,
Carmen Bravo-Villasante (1944), Alan S. Trueblood (1964) e Irene Andrés-Suárez (1997).
15
Haley (1971); García Martín (2005: 144) consigna, desde el Diario de Girolamo da
Sommaia la nada desdeñable cifra de 234 comedias representadas en Salamanca entre
1604-1606.
16
“Si el panegírico mejor definido era el de las ciudades, los cómicos andariegos prodigaron
los elogios de las capitales españolas” (Rico, 1971: 614). Ver García de Enterría (1973: 235
y 365).
92 javier san josé lera

reflexiones sobre este género y sus estrategias de captación del público


que estudia Flecniakoska (1968).
Estos datos parecen confirmar las fechas que Morley y Bruerton
(1940: 176) proponen para El bobo del colegio, a través del estudio com-
parado de versos y pasajes: entre 1604 y 1606, las fechas de estas otras
comedias de la parte xiv. La fecha aleja la posibilidad de que la comedia
se escribiera en Salamanca o en Alba de Tormes, de donde Lope sale en
1595. Pero no cabe duda de que Lope escribe desde los recuerdos de su
conocimiento del ambiente salmantino (y del valenciano, en contraste),
y de alguna de las costumbres no documentadas atribuidas a las institu-
ciones colegiales salmanticenses; y escribe, muy posiblemente, pensando
en un público salmantino17.
El proceso de transmisión textual del texto teatral en el siglo xvii
es complejo e impone unas circunstancias específicas para la edición
crítica (Cruickshank, 1985; Ruano de la Haza, 1991). El poeta compone
una comedia, que vende a un autor, que saca copias para sus actores,
modificando el texto según las necesidades de su compañía y las cir-
cunstancias de la representación (atajos, acotaciones, añadidos…); el
propio autor de comedias lleva el texto a pasar censura para la represen-
tación, lo que puede originar nuevas modificaciones del texto (Blecua,
1983: 194). El manuscrito teatral es un “producto social en estado per-
manente de cambio” (Varey, 1991: 558). Después de haber funcionado

17
Este el resumen argumental de la obra: Fulgencia ha sido llevada de Salamanca a Valen-
cia por su hermano Juan para que viva allí con sus tíos. En Valencia se ha enamorado de
Garcerán, un caballero valenciano, que la visita a pesar de los celosos cuidados de la tía.
Cuando su hermano decide casarla en Salamanca con un amigo suyo, Octavio, hermano
a su vez de Celia (con quien pretende casarse Juan), va a buscarla, y se la lleva muy a pesar
de la enamorada Fulgencia. Pero a Salamanca la sigue su amante valenciano, Garcerán,
que decide disfrazarse y hacerse pasar por el “bobo” alojado en el Colegio Viejo, para poder
tener acceso a las casas nobles, y en particular a la de Fulgencia. Mientras, esta ha ido
dilatando su compromiso. El enredo amoroso se desarrolla en un ambiente estudiantil, con
graciosas discusiones filosóficas, y no carece de los elementos propios del vodevil: celos,
duelos, confusiones de personalidad, fingimiento de sentimientos y cambios de actitud de
los personajes, equívocos, disfraces, ritmo alto, música… hasta que Garcerán descubre su
verdadera personalidad y consigue casarse con su amada. Sobre la figura del bobo colegial
ver San José Lera (2001: 13-15)
93
el bobo del colegio de lope de vega

en escena, el poeta (o un editor o un librero) trata de recuperar su obra


(de la que quizá no guardó copia) y lo hace recomprando el manuscrito
de la representación a los comediantes18. Este proceso disminuye nota-
blemente la autoridad del texto impreso en una parte de comedias, y a
efectos de edición crítica nos obliga a asumir lo afirmado por Ronald W.
Mackerrow (Prolegomena to the Oxford Shakespeare. A Study in Editorial
Method, Oxford, 1939):

[…] el texto ideal de las obras de un dramaturgo temprano será el que


se acerca lo más posible –tomando en consideración la naturaleza de
la evidencia que ha sobrevivido– a una copia sacada en limpio por la
mano del autor mismo de sus obras teatrales en la forma final que quiso
darles (cit. en Varey, 1991: 556).

Como he apuntado antes, no conservamos manuscritos de El bobo


del colegio. No es difícil pensar en el “comportamiento textual” de ese
manuscrito perdido, a la vista de la manera en que se produce el paso
del manuscrito al impreso de otras comedias de la Parte catorce, de las
que sí conservamos autógrafos. En este sentido, el estudio de los ma-
nuscritos de Pedro Carbonero y La corona merecida, con los respectivos
impresos de la Parte catorce ofrece interesantes resultados19. Una de las
principales consecuencias es la comprobación de que Lope no era un
editor ejemplar, dejando pasar al impreso “versos trastocados, faltos,
disparates evidentes y erratas” (Montesinos, 1929: 139). Evidentemente,
esto reduce considerablemente la autoridad del texto impreso en las
partes de comedias20.

18
Cruickshank, (2000: 132) recuerda el texto de Calderón en la Quarta Parte de sus come-
dias, 1672: “acudí a buscarlos [los libros de Comedias] y no solo hallé en sus impresiones que
ya no eran mías las que lo fueron, pero muchas que no lo fueron impressas como mías (…)
llenas de erratas (…) pues no es su dueño el que la vende, sino el apuntador que la traslada,
o el compañero que la estudia o el ingenio que la contrahaze”. Baldés y Morrás (2010: 31)
recuerdan que para recopilar los manuscritos de las comedias que habían de pasar a formar
una parte, es posible que Lope guardara alguna copia de sus comedias; otras las habría
coleccionado el Duque de Sessa en su archivo, otras las puedo recomprar el propio poeta.
19
Ambas comedias fueron editadas y estudiadas por Montesinos (1923 y 1929).
20
“Lope no enmendaba su texto; por consiguiente no es posible decir con Menéndez Pelayo
que los impresos dan la lección que el poeta tenía por definitiva” (Montesinos, 1929: 161).
94 javier san josé lera

Es muy interesante el estudio de los manuscritos, en comparación


con el impreso de la Parte catorce, desde la perspectiva de la transfor-
mación de las didascalias. El traspaso no se limita, creo, a meros cam-
bios de formulación, sino que en algunos casos muestra la trayectoria
de la función por hacer a la función hecha y fijada. Por eso, debemos
suponer que las acotaciones de El bobo del colegio autógrafo debieron de
ser distintas de las impresas de las que disponemos en la parte y de su
transformación por Rivadeneira en BAE con criterios decimonónicos.
El análisis de un par de casos muestra a las claras el paso del teatro al
texto.
Así por ejemplo, en La corona merecida:

FOLIO MANUSCRITO PARTE XIV

11r Caballeros de acompañamiento Entra acompañamiento, y de-


quantos puedan Madama Leo- trás de todos Madama Leonor
nor en una silla alabarderos muy bizarra
los que puedan y paren en el
teatro

Es evidente que la didascalia del manuscrito atiende a la función por


hacer, como indican a las claras las expresiones “cuantos puedan” y “los
que puedan”, que se suprime en el impreso, porque afecta a la realidad
de la representación, pero no de la lectura. Lo mismo puede decirse de
la indicación de movimiento “paren en el teatro”, es decir, en la parte
del tablado visible al espectador y adornada al efecto.
En Pedro Carbonero ocurren fenómenos similares:

Los autógrafos de ambas comedias pueden verse en el portal web de la Biblioteca Nacional
de España (Biblioteca Digital Hispánica:
http://www.bne.es/es/Catalogos/BibliotecaDigitalHispanica/Inicio/index.html).
95
el bobo del colegio de lope de vega

FOLIO MANUSCRITO PARTE xiv

10r Acto 2º Descubrase un paño y vease Corre una cortina y vense con
con inbenzion en una mesa invencion las cabeças encima de
las cabezas de los Benzerrajes una mesa
estando en ella todos los que
puedan con sus platos como se
suele hazer

La apariencia se describe en el autógrafo con más lujo de detalles


de atrezo y atención a las circunstancias de la representación (“los que
puedan”), el objeto (“sus platos”) y sobre todo, el precioso “como se suele
hazer”, que apunta a la costumbre de este tipo de escenas trágicas que
el autor sabía cómo resolver para que causara el mayor impacto visual
en el espectador. El apunte falta, como es natural, en el texto impreso,
donde no se trata de hacer, sino de leer.

FOLIO MANUSCRITO PARTE xiv

14r Acto 3º Entrados dentro finjan su batalla Echan mano a las espadas todos,
y tomen sangre subiendose por y entranse, y dentro forman
detrás al monte y salgan los mo- batalla con los Moros, y suben al
ros Abenadin, Arfego y Zerbin. monte heridos, y salen los moros
Caxa y vandera Abenadin, Arfego y Zerbin con
caxa y vandera

Es muy curiosa la transformación del manuscrito al impreso que su-


fre esta didascalia, ya que se refiere específicamente a movimientos por
el teatro (“entrados dentro finjan…subiéndose por detrás… salgan”) y a
material de utilería que en tiempos modernos debería haber dejado bien
preparados el regidor: “tomen sangre”, sangre de teatro en canutillos,
como el que usó Basilio el pobre en las Bodas de Camacho para fingir
su suicidio (¡Industria, industria!) y que los actores soldados necesita-
ban para mostrar a los ojos la crueldad de la batalla. El acto teatral de
embadurnarse de sangre es sustituido en el impreso por el resultado que
debe suplir la imaginación del lector: los combatientes quedan “heridos”.
96 javier san josé lera

Basten estos casos para mostrar cómo ante el texto impreso de


una comedia, en una parte debemos mantenernos alerta y poner en
cuarentena la autoridad del texto transmitido, que ha sido manipulado
y transformado, cuando no deturpado21. Pero cuando el texto impreso
es el testimonio único, la necesidad de estar atentos para percibir los
errores es aún mayor22.
Por eso, sería necesaria la colación del mayor número posible de
ejemplares de los testimonios impresos, pues podrían responder a emi-
siones o estados diversos23. Sin embargo, es preciso ser conscientes de
que la edición de una comedia no puede ser un procedimiento mecánico:

No hay una sola solución o método que valga para toda obra teatral:
cada una acarrea sus propios problemas, que necesitan de soluciones ra-
cionales, tanto en el establecimiento del texto como en su presentación
visual (Varey, 1990: 109).

El repaso a algunos casos de estos problemas en la fijación del texto


de El bobo del colegio puede mostrarnos el distinto tipo de problemas
con los que el editor crítico debe batallar en el ejercicio de la constitutio
textus. Los casos que presento ahora proceden del cotejo de los impresos
de 1620 y 1621 (Parte xiv) con el texto fijado en BAE.

1. Lectio facilior de BAE

VERSO 1620/1621 BAE CONSTITUTIO TEXTUS

1288 entierra el alua encierra el alba entierra el alba

21
De otro tipo de intervenciones que testimonian los manuscritos teatrales, por parte de
copistas, revisores o autores de compañías da buena cuenta Vaccari (2006: 52-59).
22
Es verdad de Perogrullo, pero verdad, lo afirmado por Cruickshank (2000: 139): “Para
reparar un error es necesario advertir su existencia”.
23
“Se ha estimado por cálculo estadístico que de una tirada de mil ejemplares, es necesaria
la colación de al menos treinta de ellos para obtener una muestra suficientemente represen-
tativa” (Pérez Priego, 1997: 39).
97
el bobo del colegio de lope de vega

En el pasaje, el estudiante Fabio hace una larga relación de las celebri-


dades de Salamanca, en linajes y edificios; la relación corográfica constitui-
ría, sin duda, un pasaje de éxito en una posible representación salmantina
de la comedia, y el autor hace gala de su ingenio para convertir la relación
en una “pieza de bravura” que despierte la admiración y el aplauso. En este
punto, Fabio se refiere a la fama del convento dominico de San Esteban:

Oído habrás en Valencia / de San Esteban la fama, / cuya capilla mayor


/ justamente se compara / con el día más hermoso, / si en ella se entierra
el alba (vv. 1283-1288)

El editor de BAE ha editado encierra, entendiendo la hipérbole de


los versos, pero no la dilogía de “alba”; el término no solo se refiere a
la luminosidad del amanecer (por eso la capilla mayor “encierra” la luz
del alba), sino además, al linaje del mecenas que puso en marcha las
obras de renovación del convento de San Esteban: fray Juan Álvarez de
Toledo, hijo del segundo Duque de Alba, don Fadrique y de Isabel de
Pimentel. Como ocurría con frecuencia, la casa de Alba había previsto
su enterramiento en la esplendorosa capilla mayor del convento, que
entierra (y no solo encierra) al mismo tiempo la luz del alba y la luz de
los Alba. Entierra es por lo tanto la forma que hay que editar24.

2. Una emendatio ope ingenii

VERSO 1620/1621 BAE CONSTITUTIO TEXTUS

2179 Colessio colegio colesio

2195 Colessio Colegio Colesio

VERSO 1620/1621 BAE CONSTITUTIO TEXTUS

2192 templo Ephesio templo egregio templo Efesio

24
Es también la forma que edita García Soriano (Vega, 1929: 522) y anota la corrección de
Hartzenbusch.
98 javier san josé lera

Presento conjuntamente estas tres variantes claramente relaciona-


das. La primera (v. 2179) aparentemente solo moderniza la ortografía,
pero lo hace con poca advertencia al suprimir un rasgo de caracteriza-
ción lingüística del habla del bobo a través de las incorrecciones y la
pronunciación vulgar, como es el caso de la variante afectada; la misma
corrección modernizadora y correctora actúa en el verso 2195, aquí
con efectos secundarios, de los que se resiente el verso 2192, con una
enmienda ocurrente que viene a tratar de subsanar el cambio de rima
provocado. En efecto, en el texto original colesio rima chistosamente
con efesio:

GARCERÁN: Hoy levanto un tempo Efesio / al amor.


MARÍN: ¡Qué bien harás! / y su puerta honrar podrás /
con las armas del Colesio.

Lo que aparentemente era solo una opción modernizadora y co-


rrectora, (colesio a colegio) motiva la innovación ocurrente (emendatio
ope ingenii) de Efesio a egregio, que, en efecto, preserva la rima de la
redondilla con colegio. Pero la lectio facilior de BAE acaba con las refe-
rencias intertextuales del texto de Lope, quizá a la carta de san Pablo
a los Efesios, donde se lee la definición paulina de amor; quizá, y más
probablemente, al templo de Diana en Éfeso, maravilla de la antigüe-
dad, incendiado por Eróstrato, que había atraído la atención de Lope
en otras ocasiones, pues lo cita, por ejemplo en La Jerusalén conquis-
tada: “Eróstrato quemó el templo de Diana Efesia”, y en el Peregrino
en su patria, “A Elvidio hereje llama san Jerónimo / noble en maldad,
y así pienso que Erostrato / quiso serlo quemando el templo a Efesia”.
También lo cita en la Corona trágica, v. 307: “pero como el de Eróstrato
de Efesia”. Demasiados efectos colaterales para una decisión editorial
claramente errónea25.

La edición de García Soriano (Vega, 1929: 534) anota las correcciones de Hartzenbusch,
25

mantiene en su texto “Efesio”, pero corrige “Colegio” en los dos casos, como hace 1621.
99
el bobo del colegio de lope de vega

3. Emendatio ope codicum de BAE

VERSO 1620/1621 BAE CONSTITUTIO TEXTUS

3215 F. Veysle ay. FULGENCIA. Veisle ahí FULGENCIA. Veisle ahí


Ot. Quien? OCTAVIO. ¿Quién? ¿Pablos? OCTAVIO. ¿Quién?
F. Pablos? GARCERÁN. ¡Sí! FULGENCIA ¡Pablos!
GARCERÁN: ¡Sí!

En este caso, es el análisis del impreso, en su materialidad, el que


nos permite optar por la reconstrucción del texto que propone BAE de
forma plausible. Parece uno de esos errores motivados por el modo de
composición de la imprenta manual: el cajista se queda sin espacio en la
caja de texto, porque el verso es muy largo y partido en varios parlamen-
tos de interlocutores distintos; seguramente no supo cómo componer
el verso para que entrara entero y suprimió el adverbio que requiere el
verso para completar el octosílabo:

TRISTÁN: Di Fulgencia, dónde está / y acábanse estos enredos


FULGENCIA: Veislo ahí
OCTAVIO. ¿Quién?
FULGENCIA: ¡Pablos!
GARCERÁN: ¡Sí!
Yo (que ya lo digo en seso),
Garcerán soy, veisme aquí…26

No obstante, incluso en este caso podemos suponer que la oralidad


implícita en el recitado del verso en escena subsanaría sin problemas
graves la irregularidad métrica y haría prescindible la emendatio del
editor.

García Soriano no completa el verso ni recoge en su aparato la variante de Hartzenbush.


26

Sobre los problemas de la bibliografía material aplicados a la crítica textual, ver los trabajos
publicados en Rico (2000).
100 javier san josé lera

Son solo tres casos en los que se perciben las dificultades de la fi-
jación del texto crítico, donde, por otra parte, no acaban los problemas
del editor. Será necesario tomar decisiones no menores respecto a la
modernización ortográfica (hemos visto las consecuencias de la inad-
vertencia al respecto), así como a la modernización de la puntuación
(complejo mundo, especialmente en un territorio de oralidad irrenun-
ciable como es el del texto teatral), decisiones respecto a la mise en
page y, finalmente, afrontar con inteligencia el muy serio problema de
la anotación, que no ha sido afrontado por los editores anteriores y que
resulta imprescindible pensando en un lector alejado del “horizonte de
recepción” que podía tener un lector o espectador del siglo xvii27. Todos
estos aspectos quedan fuera ahora de estas notas.
Que son solo eso, unas notas con algunos problemas (desde la fecha
a la autoridad del texto) y casos en torno a las dificultades de editar
una comedia. Quizá solo una más de Lope, pero nada menos que una
más de Lope, una de las muchas que necesitan una edición para poder
leerla y disfrutarla. Una de esas de las que casi solo pueden leerse to-
davía en aquellas ediciones que Alonso Zamora Vicente catalogaba de
“empaque repelente” o “concienzuda fealdad”28. Una de esas necesitada,
como tantas otras, de ser sacada como “mercancía polvorienta” de un
viejo almacén, para ir dándola limpia, explicada y cercana 29, y cumplir
en ella las obligadas tareas del editor que recordaba el humanista Isaac
Casaubon: sanare et explicare30.

27
Ignacio Arellano (1991: 579) emplea el concepto de “horizonte de recepción” para referirse
al objetivo ideal de anotación de un texto del Siglo de Oro, que debe ser reconstruido para
el lector actual.
28
“Las colecciones monumentales suelen ser de un empaque repelente (la académica de
Lope, por ejemplo) o de una concienzuda fealdad (la de Rivadeneira, sin ir más lejos)”
(Zamora Vicente, 1958: 95).
29
“Por fortuna, algunas espíritus generosos van entresacando de aquellos almacenes la mer-
cancía polvorienta y nos la van dando explicada, limpia, cercana” (Zamora Vicente, 1958: 96).
30
Tomo la referencia a Casaubon de Eugenio Asensio, que la recuerda en 1986: 181.
101
el bobo del colegio de lope de vega

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