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Seguridad vial: Más allá de los automóviles

ENVIADO POR IRENE PORTABALES GONZÁLEZ EL MAR, 06/26/2018


COAUTORES: SOFÍA GUERRERO GÁMEZ, IGNACIO SÁNCHEZ D’OCON, JUAN MIGUEL VELÁSQUEZ

http://blogs.worldbank.org/latinamerica/es/seguridad-vial-m-s-all-de-los-autom-viles

Peatón cruzando frente a multitud de automóviles. Fuente: Banco Mundial

¿Sabías? El cuerpo humano tiene una capacidad conocida y limitada de tolerar impactos de
vehículos: A 30 km/h la probabilidad de sobrevivir es del 90%, pero un atropello a 50 km/h
sería equivalente a una caída desde un cuarto piso.

Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) permiten hacernos una idea más
amplia de la importancia de la seguridad vial en todo el mundo. De acuerdo con las
estimaciones globales de las muertes por incidentes viales, en 2013 perdieron la vida más de
270.000 peatones, lo que representa casi un quinto del total de fallecimientos. En Estados
Unidos, por ejemplo, entre 2009 y 2016 el número de peatones fallecidos aumentó en un 46%,
según el Insurance Institute for Highway Safety. Este incremento se achaca a la expansión de
vías rápidas arteriales en zonas urbanas y suburbanas.

En el Perú, los datos de siniestralidad relativos a peatones no son nada positivos. El Ministerio
de Salud, en su publicación Análisis epidemiológico de las lesiones causadas por accidentes
de tránsito en el Perú, resalta que casi la mitad de las lesiones en incidentes en los que se
ven involucrados peatones son de carácter múltiple y un 22% causan traumas en la
cabeza. Las probabilidades de sufrir un desenlace fatal o secuelas de gravedad son altísimas.

Aun así, caminar es el principal modo de transporte para muchos ciudadanos, llegando a
representar el 25% de los viajes en Lima y Callao[1] o incluso cerca del 50% en Cusco[2]. Por
esto, la seguridad del peatón debería ser una prioridad para todos. Sin embargo, si tenemos
en cuenta el ambiente hostil a la movilidad peatonal, con falta de cruces y accesos seguros en
muchos entornos urbanos, la lección es directa: el peatón queda completamente subordinado
al automóvil, en un segundo plano frente a los conductores.

Poner un freno a los siniestros viales

Por ello, resulta fundamental realizar una planificación del transporte intermodal con sistemas
viales más seguros, que tengan en cuenta las necesidades de todos los usuarios de la vía
pública y no únicamente de los modos motorizados. Pongamos como ejemplo la falta de
paraderos formales para las combis, cuyos pasajeros acaban subiendo y bajando
prácticamente en cualquier lugar, generando un gran peligro para el peatón.

Como parte de la búsqueda de soluciones, en febrero de este año se celebró en Perú el 2


Congreso Nacional de Seguridad Vial, que contó con la participación de Oliver Braedt, líder del
programa de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial. Su intervención estuvo enfocada en los
usuarios de la infraestructura vial más vulnerables, los peatones, brindando una serie de
recomendaciones que ayuden a crear un entorno seguro.

La presentación se realizó con base en el documento Seguridad peatonal – Manual de


seguridad vial para instancias decisorias y profesionales, de la OMS con la colaboración del
Banco Mundial, que identifica los siguientes factores de riesgo:
 Velocidad: Cuanto mayor es la velocidad, existe más probabilidad de sufrir lesiones de
carácter grave o mortal. A 30 km/h la probabilidad de sobrevivir es del 90%, mientras que a
60 km/h, es del 25%.[3] De igual forma, con la velocidad aumenta también la distancia
requerida para frenar y menor es el tiempo disponible para reaccionar.
 Alcohol: El alcohol provoca un deterioro de las capacidades físicas y mentales de los
usuarios de la vía, que son especialmente importantes en el caso del conductor, ya que
perjudica su capacidad de decisión, vuelve sus reflejos más lentos y reduce su atención y
agudeza visual. Además, diferentes estudios relacionan el estado de embriaguez con una
tendencia a acelerar demasiado, estando este factor por tanto relacionado con el anterior.
 Falta de instalaciones peatonales: En muchos casos, observamos vías que tienen
instalaciones peatonales deficientes, con escaso mantenimiento, muy separadas entre sí o,
directamente, que no las tienen. Esto es particularmente grave en intersecciones, donde el
riesgo para los peatones que quieren atravesarlas aumenta.
 Otros factores, como la falta de respeto de las normas de circulación vial, las
distracciones provocadas por los celulares o el uso de auriculares, la mala visibilidad
provocada por un alumbrado inadecuado o vehículos que circulan sin luces, y la fatiga en
aquellos conductores que deberían parar y descansar unas horas. Afortunadamente,
existen posibles vías de mejora. Hay diversas acciones de probada eficacia que, al
aplicarse, reducen el riesgo al que se exponen los peatones.
 Protección de los usuarios vulnerables, aumentando su espacio propio con aceras o
vías peatonales amplias, e incluso peatonalizaciones parciales o totales de calles y plazas.
Para protegerles de su interacción con vehículos, es fundamental tener cruces peatonales
seguros, preferiblemente a nivel, bien señalizados y correctamente ubicados. También es
necesario contar con una buena visibilidad, mejorando el alumbrado y eliminando
obstáculos visuales.
Vía con espacio independiente para peatones, ciclistas y automóviles en San Isidro. Fuente:
Banco Mundial.

 Reducción de la velocidad en la vía, estableciendo límites de velocidad adecuados con


el entorno y haciéndolos respetar, por ejemplo, limitando la velocidad en zonas urbanas a
50 km/h y creación de zonas 10, 20 y 30 para favorecer el tránsito peatonal y de movilidad
no motorizada. También se emplean elementos de infraestructura que logran una
reducción de la velocidad de los vehículos motorizados, tales como islas de refugio,
badenes o estrechamientos de la vía.
 Fomento de una mayor concienciación, priorizando la educación vial, la divulgación y la
formación, así como velando por el respeto de las leyes de tránsito que dan prioridad a los
peatones.
En definitiva, los peatones forman parte de un grupo diverso, con limitaciones a la movilidad
en algunos casos (ancianos, personas discapacitadas, mujeres embarazadas, etc.), y deben
ser protegidos. La solución pasa por una gestión integral, que combine las medidas de
ingeniería vial con el cumplimiento de las normas de circulación, la pronta asistencia sanitaria
en caso de emergencia y el refuerzo de la educación vial.

Con la voluntad de todos, la situación de los peatones en nuestras calles y carreteras podría
ser segura.

Cibergrafía.

[1] Transporte urbano: ¿cómo resolver la movilidad en Lima y Callao?, Mariana Alegre,
Consorcio de Investigación económica y social,
http://www.cies.org.pe/sites/default/files/investigaciones/dp_transporte_urbano_sep.pdf

[2] Plan de Movilidad y Espacio Público de Cusco, Vol. 1, Municipalidad Provincial de Cusco,
https://issuu.com/plancusco/docs/revista_26_feb_1226_hrs

[3] Speed and the injury risk for different speed levels (en inglés), Comisión Europea,
https://ec.europa.eu/transport/road_safety/specialist/knowledge/speed/speed_is_a_central_iss
ue_in_road_safety/speed_and_the_injury_risk_for_different_speed_levels_en

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