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http://blogs.worldbank.org/latinamerica/es/seguridad-vial-m-s-all-de-los-autom-viles
¿Sabías? El cuerpo humano tiene una capacidad conocida y limitada de tolerar impactos de
vehículos: A 30 km/h la probabilidad de sobrevivir es del 90%, pero un atropello a 50 km/h
sería equivalente a una caída desde un cuarto piso.
Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) permiten hacernos una idea más
amplia de la importancia de la seguridad vial en todo el mundo. De acuerdo con las
estimaciones globales de las muertes por incidentes viales, en 2013 perdieron la vida más de
270.000 peatones, lo que representa casi un quinto del total de fallecimientos. En Estados
Unidos, por ejemplo, entre 2009 y 2016 el número de peatones fallecidos aumentó en un 46%,
según el Insurance Institute for Highway Safety. Este incremento se achaca a la expansión de
vías rápidas arteriales en zonas urbanas y suburbanas.
En el Perú, los datos de siniestralidad relativos a peatones no son nada positivos. El Ministerio
de Salud, en su publicación Análisis epidemiológico de las lesiones causadas por accidentes
de tránsito en el Perú, resalta que casi la mitad de las lesiones en incidentes en los que se
ven involucrados peatones son de carácter múltiple y un 22% causan traumas en la
cabeza. Las probabilidades de sufrir un desenlace fatal o secuelas de gravedad son altísimas.
Aun así, caminar es el principal modo de transporte para muchos ciudadanos, llegando a
representar el 25% de los viajes en Lima y Callao[1] o incluso cerca del 50% en Cusco[2]. Por
esto, la seguridad del peatón debería ser una prioridad para todos. Sin embargo, si tenemos
en cuenta el ambiente hostil a la movilidad peatonal, con falta de cruces y accesos seguros en
muchos entornos urbanos, la lección es directa: el peatón queda completamente subordinado
al automóvil, en un segundo plano frente a los conductores.
Por ello, resulta fundamental realizar una planificación del transporte intermodal con sistemas
viales más seguros, que tengan en cuenta las necesidades de todos los usuarios de la vía
pública y no únicamente de los modos motorizados. Pongamos como ejemplo la falta de
paraderos formales para las combis, cuyos pasajeros acaban subiendo y bajando
prácticamente en cualquier lugar, generando un gran peligro para el peatón.
Con la voluntad de todos, la situación de los peatones en nuestras calles y carreteras podría
ser segura.
Cibergrafía.
[1] Transporte urbano: ¿cómo resolver la movilidad en Lima y Callao?, Mariana Alegre,
Consorcio de Investigación económica y social,
http://www.cies.org.pe/sites/default/files/investigaciones/dp_transporte_urbano_sep.pdf
[2] Plan de Movilidad y Espacio Público de Cusco, Vol. 1, Municipalidad Provincial de Cusco,
https://issuu.com/plancusco/docs/revista_26_feb_1226_hrs
[3] Speed and the injury risk for different speed levels (en inglés), Comisión Europea,
https://ec.europa.eu/transport/road_safety/specialist/knowledge/speed/speed_is_a_central_iss
ue_in_road_safety/speed_and_the_injury_risk_for_different_speed_levels_en