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Artículo

La clase de instrumento
Un espacio para la producción de sentido1
Por Alejando Polemann
Licenciado y Profesor Superior de Guita- Las clases, los modelos
rra, Facultad de Bellas Artes (FBA), Uni-
versidad Nacional de La Plata (UNLP). Los estudiantes de música suelen consi-
Se desempeñó en la cátedra Guitarra y derar la clase de instrumento como un es-
fue Jefe del Departamento de Música pacio para la incorporación de herramien-
de la FBA durante el período 2004-2007. tas técnicas vinculadas más a la ejecución
Actualmente es Profesor Titular de las que a la interpretación.2 En general, las ne-
asignaturas Tango, Producción y análisis
cesidades planteadas se orientan a dificul-
tades particulares en el manejo del instru-
musical IV e Instrumento. Es director de
mento para sonorizar las configuraciones
la revista Clang (FBA-UNLP). Editó siete
texturales iniciales que componen una obra
discos como compositor, arreglador y/o o una canción –como combinaciones de al-
intérprete de música popular argentina tura y duración en melodías, acordes, líneas
folclórica y rioplatense. de bajos, etcétera– o los yeites en el uso del
instrumento propio de algún género o es-
tilo en particular. Son menos frecuentes
los casos, desde el nivel inicial y hasta el

1
La primera redacción de este artículo fue en el marco del curso de posgrado “Didáctica de la apreciación musical”, de la
Facultad de Bellas Artes (UNLP), en el año 2000. Desde entonces, fue revisado y reescrito en varias ocasiones y es utilizado
como apunte de cátedra para las asignaturas de instrumento de las carreras de Guitarra y Música Popular de dicha unidad
académica. Sus principales lectores son los estudiantes que ingresan al Ciclo de Formación Básica, de un año de duración,
previo al inicio del primer año de estas carreras.
2
Esta afirmación no se desprende de una estadística formal, sino de las observaciones realizadas durante quince años
como docente de cátedras donde en la actualidad cursa un promedio de quinientos alumnos por ciclo lectivo.

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universitario, en los que la orientación es- para que afloren las supuestas destrezas in-
perada por el estudiante se vincula con la natas del alumno.
comprensión del lenguaje musical –tanto Un perfil alternativo de docente, posible
en sus aspectos gramaticales, sintácticos y de enmarcar en una propuesta constructi-
sus posibles significados–, por ser menos va de la enseñanza, podría ser el de aquél
valorado como un insumo necesario para que a partir de las ideas y los conocimien-
la interpretación musical. tos previos del estudiante se comprometa
Esta particularidad encuentra eco en la con el trabajo, no exclusivamente desde el
mayoría de las propuestas de enseñanza ejemplo magistral o desde el lugar de facili-
musical, formal y no formal, que enun- tador, sino desde la búsqueda de una cons-
cian en sus programas, casi exclusivamen- trucción que supere lo que el profesor y el
te, obras, géneros o habilidades técnicas alumno saben de la música a estudiar, de
como únicos contenidos. Dicha impronta la producción constante de nuevas posibi-
supone un modelo de docente abocado a lidades, herramientas y reflexiones. Éste es,
proporcionar las herramientas técnicas que quizás, el punto de partida necesario para
satisfagan las necesidades enunciadas por desarrollar lo que aquí se propone.
el estudiante y que son las que éste percibe Sin embargo, definir qué tipo de pos-
como falencias al compararse con aquellos tura, orientación o escuela lleva adelante
intérpretes que admira y que operan como cada docente en su práctica educativa no
referentes. En esta situación, lo que el estu- es algo sencillo. No sólo porque se corre
diante probablemente nunca podrá solici- el riesgo de encasillar la tendencia del do-
tar es lo que aún no advierte como elemen- cente desde una mirada externa a la clase,
to necesario para su formación. sino porque, incluso, los mismos profesores
El modelo tradicional de maestro, for- muchas veces no tienen en claro qué línea
jado principalmente en los conservatorios pedagógica están siguiendo o, lo que es
europeos del siglo xix y aggiornado como más frecuente, verbalizan una postura que
tecnicista en el siglo xx, supone la posesión se contradice con la práctica concreta.3
de “secretos” para la realización musical, Entonces, sin estigmatizar orientaciones,
frecuentemente vinculados al amplio ma- se privilegian en esta reflexión las propues-
nejo de la información y a la destreza física tas de formación artística basadas en la
e interpretativa, muchas veces considerada constante producción que supone un fluido
como innata, telúrica o racial, según el tipo intercambio entre estudiantes y profesores.
de música de que se trate. Una concepción Para ello, ni el maestro puede ser idealiza-
un tanto más realista, pero igualmente li- do ni el estudiante depreciado. De algún
mitante, considera la posibilidad de que modo, es cierto que el estudiante descono-
estas claves se consiguen con el tiempo y ce, al punto de no suponer su existencia,
la experiencia intransferible. El modelo pro- gran cantidad de elementos, dominios4 y
gresista o expresivista –desde mediados del relaciones que componen el lenguaje y el
siglo xx– traslada los “secretos” para la rea- quehacer musical. Pero también, y esto es
lización artística al interior del estudiante, lo más importante, ignora y/o desestima
posicionando al educador como facilitador gran cantidad de facultades que él mismo

3
Los estudios de José Antonio Torrado y Juan Ignacio Pozo ilustran, significativamente, estas contradicciones. Ver: Juan
Ignacio Pozo y José Antonio Torrado, Nuevas formas de pensar la enseñanza y el aprendizaje, 2006.
4
Dominio, entendido como área, campo, esfera, terreno, sector, etc. En relación con las acepciones posibles, se entiende que
dominio permite identificar y diferenciar a la forma, el ritmo y la textura como espacios de influencia, con sus respectivas vincu-
laciones, donde los elementos de la música, como la altura, la duración, la intensidad y el timbre, se comportan o se agrupan
de una manera particular. En la actualidad este término no se utiliza como parte de las convenciones terminológicas instaladas
para al análisis musical, por lo que podría representar un aporte, una idea para ser discutida en profundidad en otros espacios.

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posee y por las que seguramente decidió la profesión. Es habitual que las manifesta-
ser aprendiz de música. En muchos casos ciones artísticas sean medidas o valoradas
tampoco advierte el origen de esos desa- en relación con el gusto personal e inclu-
rrollos que siempre son sociales y cultural- so que, luego de algunos esfuerzos de re-
mente situados. Un docente atento podrá flexión, se llegue a la conclusión de que no
identificar, potenciar y trabajar estas facul- es posible un análisis o interpretación que
tades que se manifiestan en el sujeto5 para escape a este elemento de juicio. En esa vía
que tomen algún sentido superador. de análisis se incluyen criterios orientados a
ponderar la demostración, frecuentemente
El contexto, la valoración en propuestas donde se observa un exage-
rado lucimiento personal del intérprete de la
El entorno cultural occidental actual producción musical.
–considerando principalmente los cánones Ya como una característica presente en
de valoración presentados a partir de los diversas épocas y géneros de producción y
medios de comunicación masivos–, imbui- de consumo artístico, estas propuestas tra-
do de una valoración pragmática, utilitaria, bajan con parámetros predominantemente
mecanicista y mercantilista, opera como cuantitativos: cuánto más rápido, más alto,
modelo estético, es decir, como referen- más grande, más fuerte, etcétera. En ellas,
cia para quienes aún no han ingresado a las herramientas de juicio se encuentran
una práctica musical profesional o recién emparentadas con las disciplinas deporti-
lo están haciendo. Por supuesto que este vas donde las competencias son ganadas o
modelo también se encuentra presente perdidas por los participantes. En el espa-
en quienes, ya en su actividad profesional, cio de formación, esta postura plantea un
aceptaron definitivamente trabajar bajo horizonte de metas que, dada la dificultad
esos parámetros. Sin negar el profesiona- técnica-motriz que implica, trae como con-
lismo que muchas veces se advierte en esas secuencia gran cantidad de frustraciones
propuestas estéticas, ni la gran satisfacción para quienes no consiguen resultados que
que pudieran proporcionar a quienes las encastren perfectamente con el modelo.
consumimos, nos interesa particularmente Sin duda, la destreza técnica es un ele-
considerar la influencia que ellas producen mento importante y necesario para conse-
en las personas que se encuentran en una guir un resultado artístico que trascienda
etapa de formación artística. la expresión meramente catártica. Pero si
En el espacio de clase, el docente en- se la toma como objetivo principal, habrá
frenta, necesariamente, una cantidad de perdido el verdadero sentido para el cual
presupuestos aportados por el estudiante se trabaja en su desarrollo, es decir, como
que deberán discutir y deconstruir6 en pos medio o herramienta para la expresión ar-
de un desarrollo de la valoración crítica del tística. Por otra parte, todas las propuestas
hecho artístico que reemplace a la mera- profesionales que trabajan o han trabajado
mente gustativa, demostrativa o, incluso, en esta dirección deberían ser consideradas
deportiva. Dentro de los posibles criterios y valoradas exclusivamente dentro de ese
de valoración de los estudiantes el más fre- marco estético; de lo contrario, se corre el
cuente es el relacionado con el gusto, ín- riesgo de creer que son características que
timamente vinculado con la pulsión hacia debieran estar presentes, indefectiblemen-
5
La noción de sujeto se emplea emparentada y relacionada con las de persona y/o individuo. En esta delimitación se incluyen
las particularidades afectivas, culturales y cognoscitivas que interactúan en el comportamiento de cada ser en particular.
6
El término se utiliza en su acepción más general. El Diccionario de la Real Academia Española lo define como un proceso
de “desmontaje de un concepto o de una construcción intelectual por medio de su análisis, mostrando así contradicciones y
ambigüedades”. Para profundizar sobre el tema, ver: Carlos Altamirano, Términos críticos de la sociología de la cultura, 2002.

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te, en todas las manifestaciones artísticas. una doble tarea: por un lado será espectador
Retomando la consideración del gusto, del arte de la época que le toque vivir; por
es razonable señalar que es sin duda un otro, será productor de sus propias obras.
factor central en el proceso de comunica- Esta doble posición se encontrará presente
ción del arte. Pero es importante advertir en todo contacto con el arte, puesto que
que las obras no sólo comunican cuando el desarrollo de una influirá necesariamente
gustan sino también cuando no lo hacen. en la otra.
Por encima de ello, habrá que considerar
que el gusto es una construcción, es decir, El sentido, la interpretación musical
una particular manera de relacionarse con
una situación nueva o conocida, que se en- Al imaginar una situación de formación
cuentra íntimamente ligada a la experien- que integre las tendencias mencionadas,
cia acumulada y a las características cultu- se podría pensar que las clases de instru-
rales y afectivas de cada sujeto.7 mento deberían desarrollarse mediante la
Paralelamente, influirá de manera deter- exposición del contexto histórico-social
minante la concepción implícita del estu- de una música determinada, la identifica-
diante en relación con las funciones que el ción de los elementos del lenguaje o del
arte, en general, y la música, en particular, género, la aplicación de recursos técnicos
cumplen en la sociedad.8 La vinculación del instrumentales, o el trabajo sobre diversos
arte con el placer o el esparcimiento, con recursos expresivos. Sin duda, estos abor-
la ética, la moral o la religión, con aspectos dajes deberían ocurrir en algún momento
cognoscitivos, comunicativos, o hasta te- de una adecuada formación instrumental.
rapéuticos, será determinante al momento Pero si no trascienden el espacio de indi-
de hurgar en recorridos que pueden entrar cación particular en una determinada cla-
en conflicto con esos supuestos. se para una obra, canción, o recurso pun-
Tener presente estas cuestiones sobre los tual de un género, no proporcionarán un
distintos criterios de valoración e interpre- aprendizaje verdaderamente significativo
tación del arte permitirá, al menos, comen- en la dirección que aquí se plantea. La clase
zar a identificar y a diferenciar, por un lado, individual o los grupos reducidos son espa-
las apreciaciones de carácter más personal, cios particularmente aptos para trabajar la
relacionadas con el gusto o las funciones construcción de sentido, tanto en su posi-
instaladas, y, por otro, las consideracio- bilidad más general de dar sentido al traba-
nes estéticas que implican necesariamente jo realizado, como en el desarrollo de un
abordar el contexto en que se sitúan esas tipo particular que podría ser considerado
producciones artísticas. La valoración esté- una herramienta para la valoración estética:
tica también se construye y para ello hace el sentido crítico artístico.9
falta desarrollar determinadas herramien- En este trabajo, el término sentido se uti-
tas. Frente al hecho artístico el artista posee liza principalmente para referir a las ideas

7
El sociólogo francés Pierre Bourdié ha desarrollado exaustivamente el estudio sobre “el gusto” en las sociedades. Ver,
Pierre Bourdieu, El sentido social del gusto, 2010.
8
Un análisis sintético y esclarecedor sobre las posibles funciones del arte desde la antigüedad hasta nuestros días puede
encontrarse en Ariel Bignami, Praxis artística y realidad, 1983.
9
El uso del término crítico se vincula con la Teoría Crítica de la Escuela de Frankfurt, una corriente filosófica desarrollada
desde 1930 en Alemania. La mirada sobre el lugar del Arte en la sociedad de aquel momento tuvo una presencia central
en las reflexiones y en los conceptos de la Escuela. Por lo tanto, su consideración y utilización en este artículo, en términos
generales, no reporta mayor novedad. Hasta podría considerarse que sentido crítico artístico supone casi una redundan-
cia. Quizás el aporte más significativo que se presenta en este trabajo sea el momento y el espacio puntual en donde se
propone su aplicación o ejercicio. Para profundizar sobre el tema ver: Alicia Entel y otros, Escuela de Frankfurt: razón, arte
y libertad, 1999.

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que implican un nuevo estado de com- na utiliza algún modo implícito de interpre-
prensión, y surgen o son producidas en la tación y valoración frente al arte. Un objeti-
interacción con la música por medio de su vo posible de la formación artística musical
práctica y su análisis. Con el término críti- pudiera ser el de avanzar en niveles de sig-
co se hace referencia a una mirada, a una nificación estética, cada vez más apropia-
perspectiva orientada a mostrar las posibles dos, para construir modos de observación
contradicciones de los supuestos y de los acordes con el contexto de la música que
saberes instalados. Una perspectiva que se está realizando o escuchando.
contribuye a develar implicancias morales, En una situación de aprendizaje progra-
ideológicas y hasta políticas con el fin de mado, sea en un marco institucional o no,
obtener otra mirada superadora que con- el estudiante tendrá una situación de par-
temple la subjetividad de quien observa y tida como la mencionada anteriormente.
de quien produce, a partir de la obra o de Una música será interpretada con los cono-
la canción, gran cantidad de sentidos y po- cimientos construidos hasta ese entonces.
sibles significados en un entramado cultu- A partir de esto, y de imaginar un inicio
ral que trasciende el material concreto de virtual del proceso, el docente podrá suge-
trabajo y que requiere ser indagado. rir diversos recorridos de búsqueda para el
En el espacio de clase, el intercambio en- estudio de esa música en particular, como,
tre estudiante y docente permite diversas re- por ejemplo, proponer un abordaje lúdico
construcciones racionales de las músicas, así mediante la improvisación; indagar sobre
como la recuperación de las distintas sensa- otros recorridos creativos vinculados con
ciones, percepciones y emociones que ésta los materiales de la obra o el género; traba-
puede llegar a inducir. El contacto cercano jar la imitación de posibilidades expresivas;
con el estudiante hace posible un segui- proporcionar elementos para entender su
miento profundo de los procesos de cons- contexto social y cultural; interpelar al estu-
trucción de sentido que éste recorre. La po- diante sobre su conocimiento del lenguaje,
sibilidad de aplicar el sentido crítico en estos sobre la valoración que le adjudica a él o a
espacios no parece ser una idea tan trillada o esa música; inducir a la toma de conciencia
desarrollada. La predisposición a cierto esta- de los propios gustos y procesos; etcétera.
do de vigilia, en el que no sólo se considera En todos los casos, las propuestas deben
lo que se ve o se escucha en una primera estar cerca de las posibilidades de conside-
impresión sino que se profundiza en pos del ración, comprensión, realización y asimila-
hallazgo de nuevos modos de comprensión, ción del estudiante.
podría considerarse como punto de partida Iniciado este recorrido, y en la instancia
para la construcción de sentido. de cierre de algún ciclo del proceso, “la mú-
El conocimiento operante al inicio de sica habrá madurado” desde el punto de
este proceso, tanto a nivel cognoscitivo vista interpretativo musical y conceptual. El
como sensorial, servirá como herramienta resultado no deberá ser unívoco sino cual-
para la elaboración de la nueva construc- quiera de aquellos que reflejen un cambio
ción interpretativa que se transformará lue- de sentido, una postura distinta y un mane-
go en un nuevo conocimiento. Se trata de jo superador de las posibilidades de realiza-
una herramienta necesariamente dinámica ción de la música misma. El sentido crítico
en su construcción, utilización y en sus dis- artístico también habrá madurado, habrá
tintas etapas de asentamiento. Es posible cambiado de estadio, produciendo nuevos
decir también que no se tiene o se deja significados.
de tener sino que se construye o produce En los distintos momentos del estudio,
constantemente, cíclicamente. Toda perso- esta búsqueda tendrá a la interpretación

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musical como reflejo y espacio privilegiado que a su vez será un elemento determinan-
de explicitación. Para definir este espacio es te en la construcción de la versión musical.
necesario hacer una breve referencia a los Éste puede ser el más general en el contex-
otros momentos o procedimientos que ha- to profesional de las artes y, a la vez, el más
cen posible que suceda eso que llamamos específico en el marco de una situación de
“música”. El de mayor consenso, quizás, aprendizaje como la descripta.
gira en torno al concepto de composición, Existen y ocurren otros y variados tipos
en donde el autor crea una nueva música de sentidos adjudicables al hecho artísti-
a partir, claro, de un marco genérico y cul- co. En la situación de formación que nos
tural determinado. Luego, según el tipo de ocupa, tanto en el estudiante como en el
música que se trate, ocurrirán procesos de docente comprometido, se producen nu-
instrumentación, trascripción, adaptación merosos movimientos afectivos que otor-
o arreglo. Aquí el consenso es más difícil, gan sentido, en una utilización amplia del
sobre todo en el último caso. término, al quehacer artístico. La satisfac-
Este modo de producción e intervención ción, el desaliento o la serendipia10 son es-
se encuentra asociado, principalmente, a la tados de ánimo que influirán directamente
música popular. Si bien no es el tema cen- en la construcción de algún sentido más
tral de este artículo, viene al caso señalar específicamente estético. El docente debe-
que con frecuencia se utilizan de manera rá tomar en cuenta estos estados –incluso
indistinta los conceptos de arreglo y versión con la fuerte subjetividad que portan– y
planteando, incluso, la sinonimia entre am- trabajar con ellos para identificarlos como
bos. Proponemos una clara diferenciación componentes de la construcción que aquí
–que queda como debate pendiente para nos interesa.
otros estudios– según la cual la versión es Las escuelas que el alumno transite du-
el producto final, la obra misma, que im- rante su proceso de formación influirán y
plica el tránsito por la composición, el arre- determinarán los modos de interpretar el
glo y, finalmente, la interpretación musical. arte. A la vez, desde distintas perspectivas
Como se indicó, este último momento de e instancias, toda nuestra actividad vital
la producción musical es un espacio privi- influirá en los estratos de nuestra psique
legiado para la construcción de sentido en y, consecuentemente, en nuestra manera
acto, en tiempo real, es decir, en el mo- de interpretar la realidad. Por ello, dentro
mento en donde todos los recursos técni- de un espacio de formación programado,
cos, expresivos y conceptuales se presentan se considera más adecuado trabajar en un
en forma de síntesis mediante la interpre- manejo activo y analítico de las construc-
tación musical, proporcionándole un cómo ciones interpretativas, antes que dejarlas li-
hacer y un porqué hacer esa música y, por bradas a extremos niveles de inconsciencia,
supuesto, un para quién. disfrazada de expresividad. Esto no implica
encasillarlas en respuestas y observaciones
Las conclusiones, los interrogantes previsibles, sino que apunta a otorgarles la
flexibilidad necesaria que permita registrar
Hasta aquí se ha propuesto un recorri- los propios procesos y discernir los diferen-
do posible en la enseñanza musical de ins- tes contextos de pertenencia de cada obra
trumento para la construcción de sentido de arte.
como un insumo irreemplazable para la in- Finalmente, se cree que las propuestas
terpretación –que incluye a la ejecución–, y de formación musical orientadas a la pro-
10
Término castellanizado del inglés “serendipity”, adjudicado al estado de satisfacción producido por un hallazgo, descu-
brimiento o revelación.

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ducción de sentido mediante una mirada
crítica, no solo obtendrán mejores resulta-
dos técnico-motrices e interpretativos, sino
que tendrán la facultad de trascender el es-
pacio de clase para proyectar el trabajo ha-
cia los espacios afectivos más significativos
para el estudiante, revalorizar la tarea y, sin
duda, hacerla más grata.

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