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Sinopsis
Logan pasó dos años pagando por los errores que cometió. Ahora,
está listo para empezar de nuevo. Tiene un gran apartamento, un buen
trabajo, y un montón de mujeres para distraerlo de su pasado. Y una mujer
que lo está llevando a la locura…

Grace escapó de su manipuladora familia para mudarse a una


nueva ciudad. Su nueva vida, hecha para satisfacer sus propias
necesidades, es casi perfecta. Lo único que tiene que hacer es encontrar
a su Sr. Perfecto, o al menos encontrar una manera de ignorar a su
irresistible pero insoportable y mujeriego vecino.

Grace está decidida a no tener nada que ver con Logan hasta que
una trascendental sorpresa, poco a poco, comienza a convertir al salvaje
rompecorazones en exactamente el tipo de hombre fuerte y estable que
ha estado buscando. Sólo en el momento en que comienza a ceder a sus
encantos, su propio pasado problemático amenaza con descarrilar todo lo
que han trabajado por construir…

On Dublin Street #6

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Traducido por Teffe_17 y Mae

Corregido por Sabrinuchi

Me quedé mirando la tanga rosa brillante tendida sobre el barandal


del pasillo que comparto con el nuevo vecino que aún no he conocido. Mi
primera semi introducción fue anoche, cuando me vi obligada a detener
mi trabajo por un chillido agudo proveniente de al lado.
La novia de mi vecino era ruidosa durante el sexo.
Muy, muy ruidosa.

Aunque era frustrante, no había nada que yo pudiera hacer salvo


esperar a que terminara. Tardó tanto, (tenía que darle puntos por
resistencia), que ya era hora de que fuera a dormir y casi no había
conseguido editar nada.

Ahora la tanga de la gritona yacía tendida secándose en mi


barandal.

Horrorizada ante la idea de mi escalera limpia e inmaculada de


repente convertida en el escenario de Shameless, no pude hacer nada
más que mirar al ofensivo artículo con horror.

El sonido de la puerta del vecino abriéndose atrajo mi atención de la


tanga a su puerta.

Saliendo del apartamento, con teléfono en la oreja, se encontraba


un hombre excepcionalmente alto. Mis ojos recorrieron sus anchos
hombros y sus bíceps musculosos, deteniéndose en el tatuaje negro que
ocupaba una buena parte de su antebrazo derecho. Se veía como un
diseño Celta y parecía ser una espada con un semicírculo arqueándose
sobre ella y conectando ambos lados de la empuñadura.
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—Habla con papá —murmuró el hombre, desviando mi mirada de su


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tatuaje a su rostro—. Cualquier cosa que decidan, cuenten conmigo.


Lucía cabello oscuro muy corto y tenía mucho vello facial que solo
hacía que sus rasgos se vieran más masculinos. Su complexión fornida y la
barba era demasiado en mi opinión. Prefiero mis hombres más delgados,
pulcros y mucho menos intimidantes.

De repente, me encontré atrapada en su mirada cuando levantó la


vista y me vio.

Me congelé, aturdida por el calor que inundó mis mejillas bajo su


escrutinio. Tenía los ojos más extraordinarios que alguna vez haya visto.
Eran claros y luminosos. Hermosos. Inusuales ojos violetas bordeados por
pestañas negras. Esos ojos suavizaban su aspecto un poco.

Me encontré libre de su mirada cuando la arrastró hacia abajo por


mi cuerpo, y luego hacia arriba otra vez. Después de eso, recibí un
asentimiento educado que me hizo erizar la piel. Tal vez mi reacción tenía
algo que ver con lo desdeñoso que era. Totalmente irritada y no siendo
buena para manejarlo, miré otra vez a la tanga y mordí mi labio. No podía
tener ropa interior secándose en mi barandal.
Simplemente, no podía.
Lo observé de nuevo mientras continuaba con su conversación.

—Disculpa —dije en voz baja, molesta, queriendo interrumpir pero de


una manera muy educada para no hacerlo enérgicamente.

Sin embargo, mis tranquilas palabras atrajeron su mirada hacía mí, y


él frunció el ceño.

—Shannon, te llamaré de nuevo… sí… adiós, cariño. —Bajó el


teléfono de su ojera y lo guardó en su bolsillo—. ¿Puedo ayudarte?
Extendí mi mano y me presenté formalmente.

—Soy la señorita Grace Farquhar. —Señalé a mi puerta con la otra


mano—. Tu vecina.

Apretó los labios en una línea dura, pero deslizó su larga mano en la
mía y la envolvió. Un escalofrío me recorrió por los hombros, e
inmediatamente me arrepentí de haberle ofrecido la mano.
—Encantado de conocerla, señorita Grace Farquhar.

—Hmm, absolutamente —murmuré, retirando mi mano y tratando de


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no parecer tan aturdida como me sentía—. ¿Y tú eres?


Página
—El señor Logan James MacLeod.
Se estaba burlando de mí. Lo ignoré.

—Bueno, señor MacLeod. —Intenté con un tono agradable, pero


podía sentir la tanga observándome desde el barandal y alimentando mi
molestia—. Apreciaría mucho si su novia desistiera de dejar sus
innombrables secando en las escaleras públicas. —Señalé la tanga con mi
dedo, sin intentar ocultar mi disgusto.
Logan se quedó mirando la tanga.
—Mierda —murmuró.

—¡Logan! —llamó una voz femenina desde el interior de su


apartamento—. ¿Te apetece ir a desayunar? —La voz fue repentinamente
acompañada de un cuerpo.

Una joven mujer salió al descansillo usando nada más que una
camisa de hombre. Estaba abotonada justo por debajo de su sostén,
revelando un escote bastante impresionante. Todo en la mujer era
curvilíneo y femenino. Sus cortas pero delgadas piernas estaban
bronceadas, su cabello largo teñido de un rubio platino brillante, y tenía lo
que parecían ser kilométricas pestañas postizas expertamente fijadas a sus
ojos.

Ella era lo opuesto a mí de todas las maneras posibles, y de repente


me di cuenta por qué Logan MacLeod me había desestimado a la vista.

—¿Qué está pasando? —Ella pestañeó sus grandes ojos azules claros
hacia Logan.
Logan suspiró.
—¿Pusiste tus bragas a secar aquí?
Ella asintió.

—El aire es más seco aquí que en el baño. Pensé que se secaría más
rápido.

Observé a los dos, fascinada por la creciente irritación de mi vecino


y la ignorancia de su novia al respecto.
—¿Estás loca?
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Ella arrugó la nariz.


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—No. ¿Qué pasa contigo?

—Nos acabamos de conocer anoche, y tú estás secando tus bragas


al aire libre en mi descansillo.
—¿Y?

Logan me miró como si buscara ayuda. Sólo pude mirarlo fijamente


con desconcierto. Se volvió de nuevo a lo que ahora sabía era una
persistente aventura de una noche.

—Es de mala educación y ha molestado a mi vecina. —Señaló con


el pulgar por encima de su hombro hacía mí—. Sin mencionar que es un
poco pronto para que laves tu ropa aquí. Como también para el
desayuno. Ahora, si no te importa, tengo cosas que hacer.

Ofendida por su forma de echarla tan poco diplomática, su


aventura de una noche tomó su tanga y corrió de nuevo al apartamento,
gritando un chorro de palabrotas. Para cuando se cambió a un vestido
rosa pegado y tacones altos, y salió enfurecida de su apartamento con
pies inestables, Logan estaba visiblemente enojado.
Él se veía casi amenazador.
Me estremecí por el aire de peligro a su alrededor.

—¡Vete a la mierda, bastardo! —Pisoteó por las escaleras y luego


lanzó otra mirada sobre su hombro, esta vez a mí—. Y tú, ¡vaca estirada!

Mis labios se abrieron en estado de shock a medida que avanzaba


enfurecida fuera de la vista.
—Bueno, no era todo un encanto —dije, aturdida.
—Era una melosa de primera clase.

—Tal vez deberías ser más selectivo cuando escojas una pareja
sexual para la noche —sugerí amablemente.

Aparentemente no fue sutil. Logan MacLeod clavó su intimidante


mirada en mí.
—¿Me estás juzgando, estirada?
—¿Estirada? —susurré, con las mejillas ardiendo.
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—Sí, estirada. —Pasó sus ojos sobre mí, y sus labios se torcieron en una
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mueca antes de explicar—. Presumida.


—No soy presumida. —Me contuve de estampar mi pie, indignada
que él siquiera lo mencionara. Fui criada en Kensington, Londres, y es
verdad que hablaba de una manera muy correcta, pero eso no tenía
nada que ver con el hecho que sin ningún motivo, él estaba siendo muy
hostil.
—Eres la persona más presumida que he conocido, estirada.
—No lo soy.
—Creo que lo sabría —dijo.
—¿Le desagradan los ingleses, señor MacLeod?
Entrecerró sus ojos.

—A mí no me desagrada nadie porque yo no juzgo a las personas. —


Ahí estaba otra vez insinuando que juzgaba a las personas. ¡Nos acabamos
de conocer!
—Yo tampoco.

—¿Ah, sí? ¿Así que, no me juzgabas en base a la ropa interior


secándose en el barandal, entonces? ¿O que esas bragas pertenecieran a
una aventura de una noche? ¿Me está juzgando por tener sexo casual,
señorita Farquhar? ¿O simplemente por mi elección de pareja para el sexo
casual? —Se fijó en mi blusa con un lazo atado en el cuello y mis
pantalones de cintura alta y piernas anchas—. ¿No era lo suficientemente
elegante para tu gusto?

—Estoy to-totalmente confundida —tartamudeé. ¡Y mortificada!


Odiaba la confrontación.
—Déjame ser más claro. Un agradable vecino se habría presentado
cuando me mudé. Un agradable vecino me hubiera acogido en el edificio
antes de parlotear por una tanga. Entonces, ¿qué? ¿No eres agradable, o
supiste algo de mí que hizo que tus propias pequeñas bragas moralistas se
retorcieran?

—No tengo idea de lo que estás hablando. —Negué—. Simplemente


no quiero un tanga en mi pasillo. —Sintiendo el calor de mi sangre, mis
mejillas ardiendo cada vez más, no tuve más remedio que dar la vuelta y
empujar la llave en mi puerta para escapar de la confrontación. No tenía
idea de por qué estaba tan a la defensiva o por qué me irritaba a niveles
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melodramáticos, pero lo hacía, y no sabía cómo lidiar con ello.


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—Adiós… señorita Grace Farquhar.

Cerré la puerta de golpe. Apoyada en ella, descubrí que estaba sin


aliento, como si acabara de correr todo el camino escalera arriba. Bufé
ante el golpeteo ridículo de mi corazón.
Mi escalera ya no era un lugar seguro.

Estaba agotada.

Fue por accidente entonces, que cuando levanté mi pie para salir
de mi puerta, estaba en realidad bastante consciente de mi entorno para
ver el montón de vómito en mi puerta.
Retiré mi pie y arrugué la nariz con disgusto.
Mi mirada se disparó a través del pasillo hacia la puerta de Logan.
Ese jodido cerdo.

No sólo era la razón por la que estaba agotada, sino que ahora era
la razón por la que tenía que pasar por encima de residuos corporales
para salir de mi apartamento.

Anoche había oído al rufián en el pasillo, tratando de callar a su


compañera cacareando. Habían pasado dos semanas desde nuestro
encuentro, y en ese tiempo lo había visto con tres mujeres diferentes.
Mujeriego. Un absoluto mujeriego con M mayúscula.

Después de escucharlo callar a su amiga, esperé a que empezaran


los inevitables ruidos gimnásticos de dormitorio. Para mi deleite se hizo el
silencio, y me las arreglé para trabajar en tres capítulos de la novela
romántica que editaba.

Pensé que todo estaba bien y caí en la cama alrededor de las tres y
media, colocando mi alarma para las 11:30. Me desperté
vergonzosamente a las seis en punto de la mañana con—: OH DIOS, OH
DIOS, LOGAN, OH DIOS.
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Página

Como si el hombre necesitara ser comparado con Dios. Su ego ya


era bíblico.
Logan MacLeod era un dolor arrogante en mi culo.

Dos rondas de “OH DIOS” después, me encontraba despierta y sin


poder volver a dormir.

Ahora era un zombi andante, y casi camino zombi hacia el vómito


que él o su compañera dejaron en mi puerta.

Durante toda la mañana discutí con mi cerebro idiota acerca de


que él me mantuviera despierta con sus travesuras sexuales, pero como
siempre, finalmente me calmé. Odiaba los desacuerdos con la gente. El
terapeuta que visité en mis veinte años me dijo que mi aversión a la
confrontación nacía del hecho que constantemente buscaba la
aprobación de los demás. Durante años busqué ganar la simpatía de mis
padres con poco éxito, y esa necesidad de agradarles se filtraba en mis
relaciones con todos. Odiaba ser odiada y así evité hacer a la gente infeliz
de alguna manera.
Había trabajado duro para superarlo ya que podía ser perjudicial, y
mi trabajo como editora de libros independiente ayudó, porque como una
buena editora tenía que ser absolutamente honesta en mi crítica
constructiva. Me había vuelto más fuerte cuando se trataba de mis
clientes, pero todavía pasaba dificultades al enojar a alguien en mi vida
personal.
Y realmente no quería la molestia de tratar con un vecino enojado.
Pero ahora yo estaba enojada. Bien y verdaderamente.
¡Vomitar en mi puerta y de ninguna jodida manera limpiarlo!
Miré la puerta de Logan furiosa.

No era como si realmente quisiera tener algo que ver con ese
hombre. Transmitirle mis quejas no iba a tener un efecto adverso en nuestra
relación porque no teníamos una relación y nunca la tendríamos.

Logan MacLeod iba a limpiar el desastre que hizo, y me podía


importar una mierda si me creía la mujer más irritante del mundo.

Con la ira hirviendo en mi sangre, salté el vómito, abrí y marché a su


puerta. La golpeé fuerte.
Nada.
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Golpeé más duro antes de poder arrepentirme de mi decisión a


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enfrentarlo.
Dos segundos más tarde escuché movimiento en el interior, seguido
de una maldición amortiguada. La puerta se abrió de repente, y ahí
estaba él en toda su gloria. Parpadeé, luchando contra el calor que
floreció en mis mejillas, pero fallé. Logan MacLeod había abierto la puerta
en nada más que bóxer, y nunca había visto a un hombre como él en la
vida real. No había ni un gramo de grasa en él. Sólo puro músculo duro.
Definido. Mi amiga Chloe diría que estaba bien definido.

Logan pasó una mano por su cabello corto, atrayendo mi atención


de su paquete de seis a su enojada cara somnolienta.

—Maldición, es domingo por la mañana —dijo, entrecerrando los


ojos—. Si vas a hablar, habla.
El calor en mis mejillas se encendió aún más. A pesar de mi rubor, me
armé de valor.

—Soy muy consciente que es domingo por la mañana —dije con mi


voz tranquila, deseando por una vez haber heredado el tono autoritario de
mi madre—. Después de trabajar hasta la madrugada, fui despertada
bruscamente por tus inconsideradamente fuertes travesuras. Entonces salí
de mi puerta y casi no veo el montón de vómito en el piso. Sólo puedo
suponer que fue dejado allí por ti o la mujer cacareando que trajiste a
casa anoche. —Estaba temblando, y no sabía si era por ansiedad o ira.
Nadie me había trastornado de esta forma en un tiempo muy largo.

—Mierda. —Él pasó la mano por su rostro y luego miró más allá de
mí—. Fue… —Frunció el ceño—. Mi amiga. —Puse los ojos en blanco,
dándome cuenta que no podía recordar el nombre de su aventura de una
noche—. Quería salir y limpiarlo a primera hora en la mañana. Lo siento. Lo
haré ahora. —Su disculpa me alivió un poco. Lo miré fijamente en silencio.
Él parpadeó adormilado, viéndose demasiado atractivo para alguien que
acababa de despertar—. ¿Hay algo más?

—No. Aprecio que lo limpies. —Me di la vuelta y había puesto un solo


pie en la escalera cuando me detuvo.

—No tienes que ser tan hostil, ¿sabes? Deberías considerar quitar ese
palo de tu pequeño culo.

Y así como así, enfurecí de nuevo. Me detuve y miré por encima de


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mi hombro.
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—¿Perdón? —No estaba del todo segura de siquiera haberlo oído
bien.

—Me regañas. Y tienes esa mueca tensa que me das en lugar de


una sonrisa cada vez que pasas a mi lado en el vestíbulo.

¿Mueca tensa? Resoplé ante el insulto y me giré de nuevo para irme,


sin dignarme a darle una respuesta.

—Y eso —gritó mientras bajaba las escaleras—. Ese pequeño


resoplido altivo es jodidamente molesto.
Me detuve en seco, sorprendida.

Porque de repente se me ocurrió que no me sentía habitualmente


llena de ansiedad por el hecho de que esta persona me encontraba
irritante. No. En cambio, el triunfo me recorrió porque estuviera irritado por
mí tanto como yo por él.

Levanté la mirada para encontrarlo parado en el pasillo


frunciéndome el ceño.

A pesar de mis mejillas rojas, logré balancear irritante y altivamente


mi cabello sobre mi hombro y espeté:
—Bien.

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2
Traducido por Beatrix85 y Priix

Corregido por Sabrinuchi

No había ninguna manera de que pudiese ocultar mi disgusto y ni


siquiera quería. Esto se debía a la respuesta de Chloe.
—Suena caliente.

Se refería a Logan MacLeod. Acababa de pasar los últimos diez


minutos quejándome de sus payasadas y lo que me dijo esa mañana a mis
amigos Chloe, Aidan, y la prometida de Aidan, Juno.

Cómo es que Chloe logró escoger “caliente” de todo lo que


acababa de decir, no tenía ni idea.

—Oh, por favor. —Resopló Chloe al ver mi expresión—. En secreto


crees que es caliente.
—Creo que es horrible —le dije, horrorizada.

—Bueno, estoy orgulloso de ti por dar la cara —dijo Aidan, y Juno se


acurrucó más profundamente a su lado en el sofá.

Había conocido a Aidan hace once años, durante nuestro primer


semestre en la Universidad de Edimburgo. Él, más que nadie, sabía que
expresarme era una gran cosa para mí, y sabía exactamente por qué.
Chloe fue mi compañera de habitación en el primer año, y los tres nos
volvimos cercanos durante los cuatro años siguientes en Edimburgo. Un
poco charlatana, coqueta y llena de energía, Chloe era nuestro lado
opuesto, pero juntos funcionábamos. De hecho, si no hubiera sido por
Chloe, Aidan nunca habría conocido a Juno.

Juno era una estudiante de postgrado de Canadá. Estaba aquí


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trabajando en alguna… cosa… de ingeniería que todavía no entendía, y


conoció a Chloe en una noche de fiesta. Durante uno de sus momentos
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de absoluta lucidez, Chloe reconoció algo en Juno que pensó atraería a


Aidan. Ella presentó el rostro fresco, tímido, excepcionalmente inteligente
de la canadiense a Aidan, y fue más o menos amor a primera vista. Habían
estado juntos durante cinco años y planeaban casarse cuando Juno
terminara su postgrado. Por ahora se encontraban instalados felizmente en
su elegante apartamento en Stockbridge, cortesía de los ingresos de Aidan
como un jugador de rugby profesional.

Yo era la única entre nosotros soltera, ya que Chloe también estaba


comprometida. Su prometido, Ed, trabajaba en el área de eficiencia
energética. Había pasado los últimos seis meses en Suecia trabajando en el
desarrollo de una nueva tecnología brillante que ayudaría a reducir los
costos de energía en la vivienda todos los días.

Chloe se sentía sola sin Ed. Y cuando Chloe se sentía sola a ella le
gustaba hacer de casamentera. Conmigo. No es que fuera tedioso
aguantar sus intentos de emparejamiento. Estaba soltera y “buscando”.

Además… era Chloe. Haría cualquier cosa por Chloe, Aidan y Juno.
Mientras se sentaban a mi alrededor en el encantador apartamento de
Aidan y Juno, los miré y vi a mi familia. Me conocían mejor que aquellos
con los que había roto toda comunicación desde hace siete años.

—Gracias —le dije a Aidan—. En realidad se sintió bien mantenerme


firme.

—Si él te da más problemas, le dices a Aidan —dijo Juno, ofreciendo


sus servicios—. Se encargará de él.

Aidan no protestó, porque la verdad era que se encargaría de él. A


pesar de su cautela, no aceptaba mierdas de nadie, y no permitía que
ninguna de nosotras tampoco lo haga. Además, era enorme, incluso más
grande que Logan. Nadie, a menos que sea un idiota, trataría de meterse
con él. Excluyendo una noche muy borracha en la universidad, siempre
había pensado en él como un sobreprotector hermano mayor. Él era más
familiar para mí que mi propio hermano, Sebastian, quien nunca fue
protector. De hecho, fue todo lo contrario.

Eché los pensamientos de Sebastian a un lado y di a mis amigos una


sonrisa tranquilizadora.

—Estará bien. Sólo estoy cansada y de mal humor. Tengo una cita
mañana por la noche, y realmente espero arreglármelas para dormir un
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poco de modo que no termine viéndome como un muerto viviente.


Página

—¿Cita? —dijo Aidan.


—El tipo de mi gimnasio.
Chloe resopló.

—Todavía no puedo creer que tengas una cita con un chico que se
porta como un pervertido con las mujeres en clase de yoga.

—Él no estaba siendo un pervertido. Estaba pensando en unirse a la


clase.
Aidan sonrió.
—Claro.
Los fulminé con la mirada.
—Siempre piensan lo peor de todo el mundo.

—Y para alguien que fue criada por Drácula y una de sus novias, ves
lo mejor, incluso cuando no está ahí —dijo Chloe.
—No siempre —me quejé, pensando en mi vecino.

—Entonces, ¿a dónde te está llevando el pervertido del yoga? —dijo


Juno.
No hice caso de su broma.
—Su nombre es Bryan y me está llevando a cenar.
Chloe gruñó.
—No suenas muy emocionada por eso.

—Por supuesto que emocionada. Bryan parece muy agradable. —Y


lo hacía. También era bastante guapo.

—¿Agradable? —dijo Juno con una sonrisa confusa—. Cariño,


¿agradable? No. Tu primer pensamiento acerca de este tipo debería ser
“guau”. —Se encogió de hombros—. Cuando conocí a Aidan, fue un muy
buen “guau” para mí.
Aidan le sonrió.
—Lo mismo digo, cariño.

—Ugh. Paren. —Chloe agitó las manos hacia ellos—. Nada de


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porquerías acarameladas ni mierdas como esas ahora mismo. No he


tenido sexo en cinco semanas, y la señorita Farquhar aquí no se ha
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acostado con nadie en tres meses.


Me puse roja.
—Gracias por compartirlo.

—El hecho de que no hayas conseguido acostarte con nadie desde


hace tiempo, no significa que debas conformarte con este chico —opinó
Juno.

—¿Quién dice que me estoy conformando? —Alcé mis manos con


incredulidad—. Ninguno de ustedes lo conoce.

—No lo necesitamos —dijo Aidan—. Tus últimas cinco citas han sido
aterradoramente parecidas a la personalidad de un jarro de agua fría.
Sigues vendiéndote muy por debajo de tu precio, Grace. ¿Puedes
culparnos por ser escépticos con este tipo?

—Y cuando Aidan dice “aterradoramente parecidas” quiere decir


chicos que están abarcando más de lo que deberían al salir contigo —
añadió Chloe.

—No, no es cierto. Eso suena tan superficial. No es todo acerca de la


apariencia, ¿sabes? No soy exactamente Angelina Jolie.

Aidan hizo un ruido irritado y tomó su taza de café. Dio un sorbo en


lugar de decir algo que podría molestarme. Sin embargo, Chloe maldijo y
espetó:
—Podría matar a tu maldita madre.

—Sí, bueno, ponte en la fila —murmuré, tomando un sorbo de mi


café y evitando el contacto visual con ella. Definitivamente no quería
tener esa conversación en particular.
—El amigo de mi hermano, Joe, vio tu foto en mi página de
Facebook. Dijo que cree que eres hermosa —dijo Juno y me sonrió.
Me sonrojé y retorcí incómoda.
—No lo hizo.
Ella rió.

—Sí lo hizo. Le pedí a Ally que lo traiga a Escocia la próxima vez que
me visite.
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—No seas tonta. —Resoplé ante la idea.


Página

—¿Este Joe es caliente? —preguntó Chloe.


—Oh, sí.

—Por mucho que agradezco el cumplido, creo que todavía voy a ir


a mi cita con Bryan, si eso está bien. Puedo ceder en muchas cosas, pero
tener un océano entre mi novio y yo, no es una de ellas.
—¿Qué tal un pasillo? —bromeó Chloe.
Arrugué la nariz con sus pensamientos descarriados.

—Logan MacLeod es el candidato menos probable para novio que


cualquier hombre en el mundo entero.

Ella levantó una ceja hacia mí, y me sonrojé de nuevo cuando me di


cuenta que prácticamente le había gritado.
—Famosas últimas palabras.

—No, ningunas famosas últimas palabras —insistí, sintiendo la


inmediata irritación encender mi propia sangre al pensar en mi vecino—.
Logan MacLeod es grosero, probablemente plagado de enfermedades
sexuales, y no es para nada de mi gusto. Y definitivamente, yo no soy de su
gusto. Deberías ver a las mujeres con las que se acuesta. Son todas sexis,
bronceadas, rubias y de pechos grandes. Cree que tengo un palo por el
culo porque el dobladillo de mi falda llega muy por debajo de mi
entrepierna y me abrocho los botones sobre mi escote.

Los ojos de Chloe se abrieron de par en par a medida que yo


despotricaba. Se volvió hacia Aidan y Juno con aparente asombro.
—Tengo que conocer a este hombre.
—¿Por qué? —le espeté.

—Porque él claramente tiene algo intrigante, si puede hacerte esto.


—Ella hizo un gesto hacia mí de manera vaga.
—¿Hacer qué?
—Esto —insistió, repitiendo los gestos vagos.
Apreté los dientes.
—¿Qué es esto?
—No sé lo que es. Sólo sé que es algo.
17
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En el pasado han sugerido, por gente que en realidad no me
conocía en absoluto, que como una editora que pasa sus días editando
libros románticos de ficción, podría tener expectativas poco realistas de los
hombres. Cualquier persona que me conozca, realmente me conozca,
sabía que no era cierto. Aunque estaba buscando activamente al hombre
con el cual quería pasar mi vida, no estaba buscando un hombre de
fantasía. Estaba buscando a alguien comprensivo, protector y divertido.
No esperaba la perfección. Sólo quería gustarle a la persona con la que
estaba saliendo, y quería que fuera amable.
Bryan no era ni divertido ni amable.

—Así que la perra se quedó con el pescado, a pesar de que ella


nunca lo compró —terminó Bryan, sus fosas nasales dilatadas.

Parpadeé, preguntándome cómo mi mención a mi merluza estando


deliciosa de alguna manera nos había metido en el tema de su ex novia.
Otra vez. Hasta ahora, Bryan había llevado todas nuestras conversaciones
en esta pésima cita a sus últimas dos ex novias.
Parecía ser un hombrecito muy enojado.
Aburrida, de alguna manera me encontré armando más revuelo.
—¿Pero no dijiste que lo ganaste en una feria para ella?
Frunció el ceño.
—Ese no es el punto.

—Pero sin duda, un regalo, una vez que se da no se puede tomar de


vuelta, ¿o sí?
—Uff, eso suena a una maldita cosa feminista.
Levanté la mano al camarero que pasaba.
—La cuenta, por favor.
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Página
Agotada por la terrible cita, lo único que quería era llegar a casa y
acurrucarme para ver el último episodio de mi concurso de canto favorito,
que había grabado del fin de semana.
Iba rápido por la escalera cuando, para mi horror, su puerta se abrió.

Logan salió, sorprendiéndome con su atuendo. Llevaba un hermoso


traje negro y una camisa también negra. El botón superior de su camisa
estaba abierto y no llevaba corbata, pero aun así, se veía muy elegante,
era lo más civilizado que lo había visto. Tuve que preguntarme si trabajaba
de noche, y si es así, qué es exactamente lo que hacía.

Me detuve en la parte superior de la escalera, y Logan se sobresaltó


cuando me vio, su mirada deslizándose sobre mí, sus labios entreabiertos
ligeramente como si estuviera en estado de shock. Como él, también
vestía de negro. Un vestido de Alexander McQueen negro con una falda
hasta la rodilla y un cuello en V que mostraba una modesta cantidad de
escote. El vestido era un remanente de mi vida anterior, y era de pura
categoría. Me encantaba. Me encantaba desde hace casi diez años. Por
una vez mi cabello castaño claro caía suelto sobre mis hombros, y mi
maquillaje era suave en tonos rosa oscuro, que se adaptaba a mi tez clara.

Me sonrojé cuando esos extraordinarios ojos suyos colisionaron con


los míos.
—¿De vuelta de una cita? —dijo, sonando sorprendido por eso.
—Sí —respondí por cortesía.
—¿Supongo que la cita no fue bien?
—¿Por qué piensas eso?
—Porque vienes sola a casa.

Sintiendo mis mejillas enrojecer, como tenían tendencia a hacer a su


alrededor, pasé por delante de él, hurgando en mi bolso por mis llaves.

—Puede ser una gran sorpresa para ti, señor MacLeod, pero no todos
nos acostamos con alguien en la primera cita.
—Qué aburrido.
19

Me di la vuelta ante su tono burlón y encontré sus ojos brillando


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divertidos hacia mí.


—Se llama respeto a una mujer.

—Se llama no vivir la vida al máximo. —Empezó a bajar las


escaleras—. Tal vez si terminas de tener sexo, te relajarías un poquito.

Resoplé, negando incluso a mí misma que su percepción me


escoció.
—Estoy perfectamente relajada.

—Oh, suenas así —gritó, su risa irritante arrastrándose hasta mí a


medida que su cabeza desaparecía de mi vista.

—Argggh. —Golpeé mi bolso contra la puerta antes de abrirla y


cerrarla de golpe detrás de mí. El bolso salió volando por la sala de mi
apartamento dada mi ira—. ¡Maldito hombre!
La próxima vez muy bien iba a tener la última maldita palabra.

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3
Traducido por Adaly, Mae y LunaRowe

Corregido por Becco

—Mierda, mierda, mierda —murmuré a medida que intentaba


recuperar mis llaves del bolso mientras trataba de hacer malabares con
tres bolsas de compras llenas de comida.

De pronto una gran mano tiró de las asas de una de las bolsas y
levanté mi cabeza con temor.
Mi mirada se encontró con la de Logan McLeod.
—¿Qué…?

La bolsa estaba en su mano y la segunda y tercera le siguieron


rápidamente en su otra mano.
Me quedé mirando su seria expresión, desconcertada.

—Ni siquiera te oí acercarte detrás de mí. —Desde luego se movía


silenciosamente para ser un hombre tan grande.

En lugar de hablar, hizo un gesto hacia la puerta principal de nuestro


edificio.

Nerviosa, mis manos temblaron un poco cuando saqué mis llaves y


elegí la correcta. Nos dejé entrar.
—Ahora puedo llevarlas, gracias.

Su cara en blanco y la negativa a devolverme las bolsas de las


compras me obligaron a seguir caminando. Me detuve en el primer
apartamento en la planta baja y toqué. Logan se detuvo con confusión.
Antes de poder explicarle, la puerta del apartamento se abrió y estuve de
21

frente a mi vecino favorito, el señor Jenner y su carácter alegre.


Página

—Ah, Gracie, ahí estás. —Me sonrió en saludo, su sonrisa vacilando


un poco cuando vio más allá de mí—. Oh, ¿tienes compañía?
—Señor Jenner, este es el señor MacLeod. Se acaba de mudar al
edificio. Muy amablemente se ofreció a llevar sus compras.

Oí gruñir a Logan detrás de mí y no sabía si era por mi disimulado


relato de la situación o al hecho de que las bolsas de las compras no eran
para mí.

—Oh, qué amable. —El señor Jenner sonrió hacia Logan—. Pasen.
Pasen.
Vi a Logan y él me miró fijamente, su ceja levantada en pregunta.

—Hago las compras cada semana para el señor Jenner. Puedo


llevarlas adentro si quieres. —Tendí la mano para las bolsas.

—Yo me encargo. —Pasó junto a mí, y lo seguí dentro del


apartamento del señor Jenner.

El anciano señor perdió a su esposa hace unos cuantos años, sólo


unos pocos meses después que me mudara al edificio. Su hijo había
dispuesto que una limpiadora lo visitara una vez a la semana, pero pedía
más dinero por hacer las compras, así que me ofrecí a hacerlas gratis
porque los Jenner fueron amables y acogedores conmigo desde el
momento en que me mudé.

Vi a Logan mientras echaba una ojeada alrededor del pequeño


apartamento bien cuidado, preguntándome si en realidad estaba
escuchando la charla del señor Jenner a medida que seguía a nuestro
vecino a su cocina.

Me di cuenta que había estado tan ocupada viendo a Logan que


yo no había oído la charla del señor Jenner, por lo que fue un tanto
confuso cuando Logan ofreció:
—Le echaré un vistazo a eso.

—¿A qué le echarás un vistazo? —dije, inmediatamente


zambulléndome en las bolsas que Logan había colocado sobre la
encimera. Empecé a poner los productos perecederos en el frigorífico.

—La lavadora del señor Jenner le está dando lata. Le echaré un


vistazo.

—¿Estás calificado para hacer eso? —dije, aún curiosa sobre qué era
22

lo que hacía para ganarse la vida.


Página

—Sí, tengo un doctorado en tecnología de lavadoras.


Puse los ojos en blanco ante su sarcasmo.

—Eso es muy amable —dijo el señor Jenner, claramente ajeno al


trasfondo de tensión entre Logan y yo.

—Lo haré ahora mismo, si eso está bien. —Logan se quitó la


chaqueta con el gesto agradecido del señor Jenner.

Particularmente no me quería quedar para ver a Logan hacer una


buena obra. Podría afectar mi molestia, y no quería que nada penetrara
en mi aversión por mi nuevo vecino. Una buena acción no superaría la
cifra de quejas que tenía en su contra.
—Bueno, entonces, me voy.
El señor Jenner sonrió.
—Gracias de nuevo, Gracie. Eres un ángel.

Le devolví la sonrisa pero encontré la mía tambaleándose un poco


bajo la intensa mirada de Logan. Ignorando su burlona mirada ardiente,
me despedí sin mirar a ninguno de los dos y salí corriendo del apartamento.

Todos esos momentos se perderán en el tiempo… como lágrimas en


la lluvia.
Me quedé mirando la oración por decimoquinta vez, tratando de
pensar qué me molestaba sobre eso, por qué me era tan familiar, pero no
me podía concentrar.

No me podía concentrar porque U2 me había estado gritando


desde la puerta de al lado por las últimas dos horas. Cada vez que una de
sus canciones se desvanecía hacia la siguiente, el momento de calma era
llenado por los sonidos de risas.
Logan estaba teniendo una fiesta.

—Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en


23

la lluvia —murmuré, golpeando mi dedo contra el ratón del ordenador—.


Página

Todos esos momentos. Todos esos momentos… Todos esos… ¡Arrggggh! —


Me alejé del ordenador y fulminé a la pared que une mi apartamento con
el suyo.

Me di cuenta que antes me había dejado suavizar un poco hacia él


cuando se ofreció ayudar al señor Jenner de forma casual.
Bueno, nunca más.
Era un patán desconsiderado.

Ayer por la noche comencé a pensar que visitaría a un terapeuta de


nuevo para lidiar con mi resentimiento acumulado contra mi nuevo vecino.
Pero por la mañana tomé la decisión de que sería mucho más barato para
mí cambiar mi horario de trabajo que visitar a un terapeuta. Tendría que
trabajar por la tarde a partir de ahora, y eso era todo.

Está bien, así que en realidad no estaba siendo tan displicente al


tener que reorganizar mi agenda como estaba tratando de convencerme
a mí misma que lo estaba. Sabía que me llevaría días, si no semanas,
acostumbrarme a un nuevo horario de trabajo y a un nuevo patrón de
sueño, pero no podía ver ninguna otra opción desde que un juerguista se
había mudado al lado.

Tras esa decisión, me levanté temprano en la mañana para hacer


mis recados de modo que pudiera volver temprano por la tarde para
terminar un manuscrito que se tenía que devolver a uno de mis autores esa
noche. Era sábado, y prefería pasar mi sábado con Juno y Chloe, que se
habían largado por el día a St. Andrews, pero tenía trabajo que hacer.
Estaba cansada, molesta, y no estaba de humor para hacer frente a
cualquier vecino molesto. Así que por supuesto estaba encantada cuando
mi vecina Janice apareció justo en las escaleras cuando estaba cerrando
mi puerta.
Janice subió las escaleras hacia mi pasillo y se detuvo al verme.
24

—¿Escuchaste? —espetó sin preámbulos.


Página

Me puse mi paciencia como una capa de invierno contra su actitud


glacial.
Janice vivía en el piso de arriba con su novio a largo plazo, Lukash.
Rara vez veía a Lukash, y por suerte, no tenía muchos encuentros con
Janice. Era una abogada defensora en los Tribunales Escoceses, sin sentido
del humor, y… bueno, no había otra palabra para describirla. Era en
realidad un poco perra.
—¿Escuchar qué?

—Tu vecino de al lado. —Hizo un gesto hacia la puerta de Logan, sus


ojos ardiendo de furia.
Así que había hecho enojar a alguien más. No me sorprendía.
—El ex convicto —escupió.
Ahora yo estaba sorprendida.
—¿Disculpa?
Janice dio un paso hacia mí. Inmediatamente quise alejarme de ella.

—El señor Jenner me dijo que Logan MacLeod le mencionó que


cumplió una condena. Al parecer, el idiota asumió que todos sabíamos de
su tiempo en prisión. Esa maldita cabra vieja de abajo ni siquiera parece
pensar que eso es un problema. Él sólo siguió y siguió hablando de ese
matón arreglando su lavadora.
Envolví mis manos en puños.
—El señor Jenner no es una cabra vieja.

—Ese no es el punto. —Janice descartó mi respuesta defensiva—.


¿No tienes miedo de estar viviendo al lado de un criminal convicto? Fui
directamente a hablar por teléfono con el señor Carmichael, pero él insiste
en que el matón es un amigo suyo y que estamos realmente más seguros
con él como vecino. ¿Puedes creerlo?

El señor Carmichael era nuestro arrendatario. A pesar de que nunca


lo había conocido personalmente, era un gran propietario. Si algo iba mal
en el edificio o en nuestros apartamentos, era arreglado inmediatamente.

—Tal vez es bueno juzgando a las personas. Y tal vez estamos más
seguros con el señor MacLeod aquí. —No podía explicar por qué me
encontraba defendiendo a Logan. Era sin duda un vecino muy
25

desconsiderado, y fui intimidada por él en alguna que otra ocasión. ¿Pero


realmente asustada?
Página
No. Nunca.
Janice gruñó.

—Oh, todos son unos idiotas. Te olvidas que defiendo a gente como
ese hombre. Sé exactamente qué tipo de persona es. Buscaré un nuevo
lugar para alquilar.
Ah, por fin una buena noticia.
Apenas me las arreglé para ocultar mi sonrisa.

—Bueno. Entonces, que tengas un buen día. —La rodeé y corrí por
las escaleras antes de que me sometiera a más de su amargura crítica.

Acababa de entrar en el supermercado cuando Aidan llamó y me


preguntó si me apetecía tomar un café rápido. Sabía que aceptar
significaría retrasar lo inevitable, pero me convencí de lo contrario, porque
el café podría despertarme un poco y por lo tanto darme más energía
para hacer mi trabajo más tarde.

El bajo sol de primavera se reflejaba en el exterior de la cafetería con


una hermosa luz suave. Me protegí los ojos y vi a Aidan sentado en una de
las mesas de metal pequeñas. Ya me había pedido un café.
Le sonreí con gratitud cuando me deslicé en el asiento frente a él.

—Eres increíble. —Inmediatamente envolví una mano fría alrededor


de la taza caliente y di un sorbo a la bebida.
Aidan me miró de soslayo contra la luz del sol.
—Te ves hecha polvo.
Gruñí.
—Gracias.
—¿Es ese vecino tuyo?
26
Página
Pensé en las noticias que Janice me había comunicado esta
mañana y decidí no mencionárselas a Aidan. Le preocuparía. Sacaría
conclusiones anticipadas.

Tal vez… bueno, tal vez también debería estar sacando


conclusiones, por el hecho de que mi vecino era un criminal convicto, pero
no sabía por qué había sido condenado, no sabía por qué el señor
Carmichael parecía tan seguro del carácter del hombre, y siempre había
creído que lo mejor era reservar el juicio hasta saber todos los detalles. Por
ejemplo, sabía que Logan MacLeod era arrogante, molesto y ruidoso.
Podía juzgarlo todo lo que quisiera por eso.
—Él parece decidido a vivir la vida al máximo.
—¿Lo que significa?
—Es muy ruidoso.
Aidan se encogió de hombros.
—Bueno, tal vez no sabe lo ruidoso que está siendo. Sólo di algo.
—Si lo hago, él va a asumir que estoy siendo difícil.
—¿Tú? —dijo Aidan—. ¿Difícil? No sabes cómo ser difícil.

—No quiero hablar de Logan. ¿Por qué estás tan interesado en mi


maldito vecino?
Él sonrió.
—Por tu reacción hacia él.

—Oh, no esto otra vez. Desde que Chloe te presentó a Juno, has
llegado a pensar en ella como la reina de la percepción. Te haré saber
que percibe un montón de cosas mal. Todo el tiempo. —Tomé un sorbo de
mi café y luego cambié de tema deliberadamente—. ¿Cómo está
Callum?

Callum era compañero de equipo de Aidan. Salí con él hace unos


años durante un par de meses, hasta que ambos nos dimos cuenta que no
teníamos mucho en común y éramos realmente muy aburridos como
pareja. Sin duda estábamos mejor como amigos. Unos meses después que
nos separáramos, Callum comenzó a salir con Annie, una muy extrovertida
27

periodista deportiva de actividades al aire libre. Han estado juntos desde


entonces y estaban planeando su boda.
Página
La expresión de Aidan decayó.
—Callum y Annie rompieron.
—¡Oh, no! —dije, horrorizada—. ¿Por qué?

—Lo creas o no, tú y ella comparten una situación familiar muy


similar, excepto que ella aún habla con los suyos. Sus padres son
dominantes y negativos, y han tratado de apoderarse completamente de
la boda. También empezaron a presionarlos por los nietos, y no el tipo de
presión que ejercen otros padres. Resulta que son dueños de la casa de
Annie. Callum no sabía eso. Sus padres han amenazado con expulsarlos si
Annie no se embaraza durante su primer año de matrimonio. Al parecer,
creen que tener niños probará que Callum va en serio con Annie. A
diferencia del matrimonio.

—Oh, Dios mío —murmuré, sintiendo una profunda empatía. Otras


personas podrían pensar que es ridículo que cualquier padre actúe de esa
manera, quizás incluso no creerían que existan tales padres, pero sabía por
experiencia personal que lo hacían.

—Callum siguió esperando que Annie se enfrentara a ellos. Ya


habían discutido que iban a tener por lo menos un año como una pareja
casada antes de tratar de tener niños. Le podría importar menos la casa. Él
está listo para alejarse de todo. Pero Annie… no lo hará, y siguió
enfadándose con él cada que le pedía que se enfrente a su familia. A la
final, Callum se cansó de las peleas. Se sintió atrapado por sus padres, y
sólo pudo ver que eso es lo que le esperaba, para el resto de su vida, si se
casa con Annie.

—Eso es horrible —susurré, mi pecho dolía por Callum—. Malditas


familias.
—No todas son malas.
—No —estuve de acuerdo—. Sobre todo si las construyes tú misma.
Aidan rió entre dientes.
—He oído que construirla tú mismo es lo más inteligente por hacer.

—Siempre y cuando elijas materiales de buena calidad, no puede ir


mal.
28

—¿Soy material de buena calidad en esta analogía?


Página

Sólo sonreí, porque él ya sabía que lo era.


Pensé en Annie y deseé poder ir a ella y decirle cómo su vida sería
mucho mejor si eligiera a Callum y lo hiciera su familia en su lugar.
Habría alivio. Nada más que dulce alivio.

Eran casi las dos de la tarde cuando finalmente subí las escaleras
que llevaban a mi apartamento, cargando una pequeña bolsa de
compras. Ya estaba editando en mi cabeza y, por lo tanto, fui sacada de
mi propio mundo por el sonido de una risa cuando la puerta de Logan se
abrió.

Me paré en sorpresa al ver a una pequeña maravillosa pelirroja


saliendo por su puerta por delante de él. Ella no era para nada de su tipo.
Para empezar, usaba demasiada ropa.
La risueña pelirroja se detuvo cuando me vio. Sonrió.
—Hola.
Yo era demasiado cortés para no devolver su sonrisa.

—Hola. —Me dirigía hacia mi puerta, pero ella me detuvo


nuevamente.

—Soy Shannon. La hermana menor de Logan. —Sus ojos violetas


brillaron hacia mí con una diversión amigable. Me extendió su mano.
Se la estreché.
—Grace. Es un placer conocerte.
—Eres la vecina de Logan, ¿verdad?
—Sí —refunfuñó Logan a su lado.
Miré hacia su expresión de repente malhumorada y sentí un
escalofrío de satisfacción. Era maravilloso que le molestara tanto como él
me irritaba a mí. En realidad era lo único que hacia sus desconsiderados
29

niveles de ruido soportables.


Página

—No eres para nada como él te describió. —Shannon le sonrió a su


hermano antes de volver a girarse hacia mí.
Internamente me cuestioné la malicia en sus deslumbrantes ojos y
deseé saber qué era exactamente lo que Logan había dicho sobre mí.
—Probablemente no —coincidí.

—¿Y qué es lo que haces, Grace? Logan es el gerente de Fire, el


club nocturno en la Calle Victoria.

Sabía dónde estaba Fire. Había sido arrastrada allí para bailar varias
veces por Chloe. ¿Por qué diablos sentía Shannon la necesidad de
decirme cuál era el trabajo de Logan? El trabajo tenía sentido, teniendo en
cuenta las horas tan tarde a las que acudía.

—Soy editora de libros independiente. —Miré hacia los ojos de Logan


y añadí enfáticamente—. Trabajo desde casa.
—Oh, eso es genial —dijo Shannon con entusiasmo.

¿Por qué, oh por qué, no se había mudado este encanto al


apartamento de al lado en vez de su gruñón hermano?
—Puede serlo. —Respiré profundo, encontrando de repente el coraje
por la presencia de Shannon, o su posible rol de mediadora—. Trabajo
hasta tarde. Aunque, anoche no pude. —Intenté no titubear bajo la
expresión arrogante de Logan—. Tu fiesta fue muy ruidosa. Me temo que
no soy gran fan de U2 a las tres de la mañana.

Shannon apretó los labios y miró hacia su hermano. Él le devolvió la


mirada, sin decir una palabra en respuesta a mi “acusación”. Shannon
sacudió la cabeza a modo de reproche.
—Intenta ser un poco más considerado, ¿no?
Él cruzó sus brazos.

—Tómalo con cautela, Shannon. La señorita Farquhar es una quejica


profesional.
—¡Logan! —Shannon pareció ofendida.
Tomé incluso más coraje por su reacción.

—Me quejé del tanga de tu aventura de una noche secándose en


mi pasillo y de tu otra aventura de una noche vomitando en mi puerta. No
me he quejado de las muchas noches que no pude trabajar por el sexo
30

ruidoso que se oía desde tu apartamento.


Página
Su hermana lo vio entonces con unos ojos increíblemente abiertos
llenos de horror.
—¿Logan?

Él la fulminó con la mirada pero se mantuvo callado. No necesitaba


hablar. Las palabras “no respondo a nadie” estaban escritas por toda su
cara.

El sonido de pasos interrumpió el tenso momento, y todos nos dimos


la vuelta al momento en que Janice bajaba las escaleras a nuestro pasillo.
Me preparé.
La atractiva morena asintió hacia mí.

—Grace. —Luego volvió la cabeza de una manera tan arrogante


que era casi cómica. Pasó junto a Logan y Shannon sin reconocerlos.

A medida que los sonidos de sus tacones se alejaban con su


descenso, Shannon susurró:
—¿Qué fue eso?

Me moví incómodamente, odiando ser la portadora de malas


noticias. Incluso si eran para Logan.

—Me temo que el señor Jenner cometió el error de mencionar a


Janice el tiempo que Logan estuvo en prisión. Verán, el señor Jenner es
muy amable. No se da cuenta que la gente como Janice… bueno… no lo
es.

La noticia hizo que todo el cuerpo de Logan se tensara. Incluso sus


facciones se habían endurecido.
Shannon palideció.

—Pensamos que ya todos lo sabían. ¿Estás diciendo que ahora lo


saben?

Por alguna razón que no pude imaginar, sentí una sensación


desagradable en mi estómago y de repente me di cuenta que me sentía
mal por Logan.
¿Quién lo hubiera pensado?
31

—No hay diferencia. —Me apresuré a asegurarles a ambos—.


Janice… bueno, todos sabemos lo poco amigable que puede ser. Yo no
Página

me preocuparía. Todos los demás estarán bien. —Me encogí de hombros,


sin saber qué más decir—. Fue agradable conocerte, Shannon. —Me giré
hacia mi puerta y luego me detuve. Miré a Logan por encima de mi
hombro, el cual me miraba fijamente de una manera que me hacía perder
el aliento.
Se veía… desprovisto.

Sacudí mi reacción a su reacción y dije con lo que esperaba fuera


un tono delicado:
—Si pudieras intentar ser un poco más discreto, lo apreciaría.
Logan asintió toscamente.

—Puedo bajar el ruido en las fiestas. Sin embargo, lo ruidosas que son
las mujeres en mi cama está fuera de mi control.

—Oh, Logan. —Shannon hizo una mueca divertida de disgusto en


respuesta a su arrogancia y su hermano le devolvió una gran sonrisa.

Una vez más me sentí sin aliento al verlo sonreír de esa manera a su
hermana. Era la primera vez que veía a Logan MacLeod sonreír de una
manera que fuera pura y sin rastros de burla.
¡Qué espectáculo para la vista!
De repente me observó y nuestras miradas se encontraron.
Busqué frenéticamente alguna manera de liberarme.
Respira, Grace. ¡Respira!

Exhalé el aire entre mis labios y me forcé a bajar la mirada. Abrí mi


puerta y entré.

—Como siempre, encantada, señor MacLeod —dije, deseando


haberle inyectado más sarcasmo a las palabras.

Cerré mi puerta antes de que él pudiera decir o hacer cualquier


cosa para desequilibrarme otra vez.
32
Página
4
Traducido por Leogranda, Aylinachan y Ateh

Corregido por Becco

Justo como esperaba, el pasado de Logan dejó de ser un problema


una vez que Janice se mudó de nuestro edificio. Parecía que todos, al
igual que yo, nos tranquilizamos al saber que el señor Carmichael no
pensara que estuviéramos en ningún peligro con Logan en el edificio. A
pesar de mi irritación con mi vecino, no podía dejar de preguntarme lo que
debe ser para él la vida diaria como un ex convicto. Al parecer, había sido
afortunado en lo que se refiere al trabajo; el señor Carmichael era el
propietario de Fire y obviamente había ofrecido a Logan un puesto allí.
Pero seguramente eso se debía por conocer a la persona correcta. No
todo el mundo era el señor Carmichael. Janice era un gran ejemplo. Así
que cada vez que Logan tenía que rellenar un formulario o explicar las
ausencias de cuando cumplió su tiempo en prisión, tenía que ser juzgado.
De cierta manera, aún estaba cumpliendo su condena.

Sabía cuán profundo era el dolor cuando la gente se rehusaba a ver


más allá de sus propias percepciones y te juzgaba.

A pesar de mí misma, creo que realmente me siento mal por él. Sin
embargo, nunca lo admitiría en voz alta, tenía mucha curiosidad por saber
la razón de por qué había sido condenado. Claramente se trataba de un
delito menor en términos de condena, ¿no? O el señor Carmichael no
estaría tan seguro de su estabilidad. Tal vez era ingenuo de mi parte, pero
era felizmente ignorante en mi ingenuidad y bastante contenta de estarlo.

Ayudó que, como había prometido, Logan intentó ser más


considerado con sus niveles de ruido. Hubo un caso en las semanas
siguientes de sexo ruidoso, pero no hubo ni música ni fiestas. Cuando nos
33

cruzamos en la escalera, ofrecíamos un saludo amigable de


reconocimiento, sobre todo porque ignorarnos el uno al otro sería de mala
Página

educación.
La vida estaba volviendo a una sensación de normalidad e incluso
estaba trabajando por las noches de nuevo.
Lo que no estaba haciendo era salir mucho.

Después de la desastrosa cita con Bryan, que era realmente la


quinta de una larga lista de citas desastrosas, me sentí más que un poco
cautelosa, pero también estaba aburrida. El prometido de Chloe estaba
en casa por un tiempo y Aidan estaba centrado en “modo
entrenamiento”.

Así que cuando Chloe me llamó a principios de semana para


preguntarme si me apetecía ser emparejada con un colega suyo, de mala
gana dije que sí.
Para mi agradable sorpresa, John era guapo de una forma al estilo
anticuado y nervioso en cuanto a conocerme de una manera que era
adorable. Sin embargo, media hora en nuestra cena de la cita, estaba
cada vez más preocupada por la rapidez con la que estaba consumiendo
vino. Parecía que necesitaba el alcohol como ayuda para conversar
conmigo, y también parecía que no sabía cuándo parar.
Y al parecer John y el alcohol no eran una buena mezcla.

Sus ojos oscuros habían sido amistosos y amables cuando él se


acercó a mí en el restaurante. Fueron cálidos, incluso si su mirada se
moviera con ansiedad por todo el lugar mientras charlábamos decidiendo
qué comer.

Sin embargo, por su tercera copa de vino, una luz burlona apareció
en el fondo de sus ojos.
—He visto fotos tuyas, ¿sabes? —dijo.
Levanté la vista de mi pasta, preguntándome qué demonios quería
decir.
—¿Disculpa?
Él sonrió, una sonrisa torcida, perezosa por el vino.

—En Facebook. Chloe me enseñó sus fotos de Facebook. Siempre he


pensado que eras muy bonita.
34

Me sonrojé por el cumplido.


Página

—Gracias.
John de repente se comió con los ojos mis pechos, y me puse tensa.

—Aunque, podrías vestir un poco más sexy, ¿no crees? Tienes una
figura estupenda, pero realmente no podemos verla.

Ocultando mi estremecimiento ante el comentario demasiado


íntimo, miré a su copa de vino casi vacía y deseé tener algo que decir,
pero no quería hacer una escena en el restaurante. Me encontré con su
mirada vidriosa con una de reproche silencioso.
—Me gusta mucho mi estilo.
Levantó sus manos a la defensiva.

—Oh, no quería ser ofensivo. Sólo estaba sugiriendo que podrías no


estar soltera si vistieras un poco mejor.
Casi me atraganté con mi comida.

—Y podrías lucir mejor con tu cabello suelto. Te ves un poco tensa


con él arriba así.

Apreté mis ojos cerrados, tratando de bloquearlo, porque por


desgracia, sus críticas fueron un detonante de ciertos recuerdos…

Las mariposas revoloteando en mi estómago amenazaron con volcar


todo de la nada. Nunca me había sentido tan nerviosa. No había sido
capaz de comer nada en todo el día.
Mi primer baile escolar.

Me miré en el espejo, jugueteando con mi cabello y mi vestido, y


preguntándome si debería haber llevado mi cabello hacia arriba y si
debería haberme puesto el vestido negro en lugar del morado.
—¿Por qué hay un chico en la puerta?

Me giré, mi pulso corriendo al instante por ver a mi madre


inclinándose contra el marco de mi puerta. Estaba frunciéndome el ceño
mientras revoloteaba una copa de vino tinto en su mano.
—Pensé que estabas cenando con la señora Ferguson esta noche.
Mamá me frunció el ceño.
35

—Es evidente que no lo estoy. ¿Qué estás escondiendo? ¿Por qué


Página

estás vestida con esa horrible monstruosidad?


—Me pidieron que fuera al baile escolar.
Ella resopló.

—¿Por el muchacho bajito en mi puerta? Tiene acné. —Arrugó la


nariz con disgusto.
Me sonrojé y miré hacia otro lado.
—Su nombre es Michael y me gusta.
—¿Viene de una buena familia?
—¿Por qué?

Miré hacia arriba, asustada ya que el papá de Michael era un


dentista y su madre era una actriz de telenovela. Era difícil saber si eso los
hacía una
“buena” familia o no.

—Porque… —suspiró con impaciencia—; necesito saber si, a pesar


del acné, este muchacho es digno de mí aconsejándote por un vestido
que te hace ver como si tuvieras cuatro muslos en lugar de dos. —Me miró
con recelo—. ¿Has estado siguiendo la dieta que te dije que comiences?
Temblé.

—La enfermera de la escuela dijo que no estaba destinada para


una chica de catorce años.

—¿Por qué diablos la enfermera de la escuela sabe algo acerca de


tus hábitos alimenticios?
—Yo… yo me desmayé en la escuela.
Mamá puso los ojos en blanco.
—Dios mío, qué debilucha.

Mi dedo se curvó en la tela de mi vestido, arrugándolo. Estaba


delgada, y todavía no parecía ser lo suficientemente delgada para el
modelo de delgadez de mi madre.
—¿Y bien? —espetó—. ¿Quién es este chico?
—Su madre es Andrea Leeds.
36

—¿La actriz? —Mamá inclinó la cabeza mientras pensaba—.


Página

Supongo que podría ser peor. Bueno, no puedes usar eso. —Puso su copa
en mi escritorio y se acercó a mi armario—. Vamos a ver si podemos
encontrarte algo que te dé la apariencia de una figura. Los chicos quieren
chicas que luzcan como chicas, ya sabes, Gracelyn. Nunca podrás ser
sexy, pero podemos tratar de hacerte femenina. —Ella miró dudosamente
a mi ropa en el armario—. También tendremos que hacer algo con tu
cabello. Pareces una condenada niña abandonada. Te vas a hacer un
corte la semana que viene.
Toqué un mechón de mi cabello largo.
—No quiero cortarlo.
Su cabeza giró de golpe, sus ojos oscuros fulgurando furiosamente.

—Mientras estés bajo mi techo, gastando mi dinero y representando


mi nombre, vas a hacer lo que yo te diga. ¿Entendido?
—Sí, madre.

—Malditos niños —murmuró, volviendo de nuevo a la ropa—. Jamás


habría tenido ninguno de no ser por tu maldito padre y su necesidad de
tener herederos para su jodido imperio. Pero, ¿le importa una mierda que
sea yo la que se queda para hacer frente a su estupidez? No, no le
importa… —Su voz se apagó, perdida en sus pensamientos.

Las lágrimas ardían en mis ojos, pero como siempre luché contra ellas
y contra el doloroso nudo en mi garganta…

—Oh, mierda —gimió John, pasándose la mano por el cabello en


señal de angustia—. Sólo estoy diciendo todas las cosas mal. Digo estas
cosas, y en mi cabeza suenan amables, pero sale todo mal. —Se inclinó
sobre la mesa y su codo golpeó la parte inferior de la cuchara del postre.
Haciendo que salte de la mesa. Ni siquiera se dio cuenta—. Creo que eres
hermosa, Grace. Realmente lo creo.
Sonreí ligeramente en mi estado de ebriedad.
—Está bien. Vamos a terminar de cenar.

Afortunadamente, John parloteó durante la cena sin criticarme de


nuevo, aunque tampoco me preguntó nada sobre mí. Habló mucho sobre
su trabajo, sobre sus padres y sobre su pasión por el rugby. De hecho, la
37

única vez que me hizo una pregunta, fue cuando habló emocionado
Página

sobre ello.
—¿Qué se siente al ser amiga de Aidan Ramage?

—¿Amigable? —le dije, sin saber cómo responder a la pregunta


cuando su tono rallaba la adulación.

Su “admiración” por Aidan no salvó la cita. Comprendía lo difícil que


podía ser conocer gente nueva y cómo los nervios podían hacer que la
persona más simpática actuara como un idiota. Pero salir con un
exuberante simplemente no era para mí. Especialmente con uno que me
recordaba a mi madre.

—Déjame acompañarte a casa. —John se tambaleó un poco


mientras salíamos del restaurante. Había sido una cena tardía, por lo que el
cielo estaba oscuro y la luna había emergido. El restaurante estaba en el
casco antiguo, solo a unas pocas calles de distancia de mi casa y el área
todavía estaba llena de gente. No me importaba caminar a casa sola a
pesar de la llovizna en el aire de la noche. De hecho lo prefería así.
—Estaré bien.

—No, insisto. Vives por la universidad, ¿no? —se volvió y comenzó a


caminar.
Suspiré y corrí tras él.
—En serio no tienes que acompañarme a casa.

—Sería poco caballeroso de mi parte no acompañarte a casa. Hay


personas terribles por aquí, ya sabes. —Me lanzó otra perezosa sonrisa de
borracho.
Sólo puse los ojos en blanco.
—Entonces. —John se metió las manos en los bolsillos y me miró—.
¿Te gusta tu trabajo?
Me sorprendió su repentino interés en mi vida.

—Um… sí. Me encanta tener mi propio horario y… bueno, me gano


la vida leyendo y dando forma a los libros que me gustan.
Arrugó la nariz como un niño pequeño.
—Libros. Asco. ¿No te aburres todo el tiempo?
38

—No —resoplé con molestia.


Página

—¿Qué hay de tus padres? ¿Todavía en Inglaterra?


—Sí.
—¿Qué es lo que hacen para ganarse la vida?

—Mi padre trabaja en los medios de comunicación y mi madre es


ama de casa.

—Una ama de casa, ¿eh? Tu padre debe hacer unos centavos o


dos.
O un billón.
—Hmm.
—¿Tienes hermanos o hermanas?
Me quedé mirando su perfil, molesta de que hubiera decidido
convertirse en un entrometido.
—Un hermano, ¿y tú?
—No, gracias a Dios. ¿A qué se dedica tu hermano?
—Trabaja para mi padre.
—¿Cómo se llama, entonces?

—¡Oh, mira! —dije un poco demasiado efusiva—. Estamos casi en mi


casa. —Me detuve—. Bueno, entonces buenas noches.

—Oh, no. —Negó con la cabeza y me lanzó una sonrisa que me


provocó un desagradable escalofrío—. Deja que te acompañe hasta la
puerta.

Sabía exactamente lo que estaba esperando cuando llegáramos a


la puerta, así que sacudí la cabeza.
—Creo que deberíamos darnos las buenas noches.

En lugar de hacerlo, se volvió rápidamente sobre sus talones y


empezó a bajar Nightingale Way. La calle estaba bastante oscura,
sombreada por todos los edificios y escasamente intercalada con
alumbrado público. Gran parte de la luz sobre los adoquines mojados
procedía de la luna siempre servicial. Sintiéndome incómoda, seguí a John.
—¿Cuál es tu número? —me dijo sobre su hombro.
39

—Aquí es. —Aminoré hasta detenerme ante la puerta azul de mi


Página

edificio—. Gracias por la cena.


John dio un pequeño salto hacia mí.
—Podría subir a tomar un café. —Me sonrió esperanzado.
Le dediqué una sonrisa de disculpa.
—Tengo trabajo que hacer.

—Oh, vamos. —Se acercó a mí y yo me tambaleé hacia atrás contra


la pared—. Invítame, Grace. Sabes que lo deseas. —Tomó el cuello de mi
abrigo y yo instintivamente le di un golpe en la mano.
—Voy a entrar. Deberías irte.

Levantó la mano en un gesto de rendición, pero dio otro paso hacia


mí.

Mi estómago dio un vuelco y miré de derecha a izquierda. La calle


estaba oscura y vacía.
—De verdad, John. Sólo me gustaría ir adentro. Buenas noches.

—Estás nerviosa —dijo en voz baja—. Entiendo. Necesitaba unas


copas de vino para relajarme esta noche, estaba nervioso por conocerte,
pero no tenemos que estar nerviosos, Grace. —Pasó los dedos por mi
mejilla y me alejé estremeciéndome—. Sólo somos dos adultos en busca de
compañía.

—No. Estás borracho y quiero que te vayas. Ahora, por favor,


retrocede.

La puerta del edificio se abrió antes de que John pudiera reaccionar.


Una gran figura salió y cuando cerró la puerta detrás de él y giró su cara, la
luz de la luna reveló a Logan. Se detuvo un momento al verme y me
dedicó un guiño antes de darme la espalda. Estaba vestido para trabajar.
Y se iba.

El miedo me hizo abrir la boca y estaba a punto de decir el nombre


de Logan en voz alta cuando él se detuvo y se dio la vuelta. Me miró, sin
expresión alguna, y luego vio a John. A pesar de la mirada vacía en su
rostro, supe de inmediato que había deducido la situación cuando, sin
decir una palabra, Logan sacó sus llaves y abrió la puerta. Al abrirla dio un
paso hacia mí.
40

—Grace —dijo.
Página
El alivio me inundó y supe que no había podido ocultar el pánico en
mi cara cuando pensé que se iba. Me precipité al interior por delante de
él, mirando por encima del hombro para ver a John dar un paso hacia la
puerta. Logan bloqueó la entrada, y observé, fascinada, mientras
intimidaba a John haciéndolo retroceder sin decir una maldita palabra.

John se pasó una mano temblorosa por el cabello, de repente


mirando a cualquier lugar menos a Logan, y entonces, giró sobre sus
talones y comenzó a caminar un poco inseguro por nuestra calle.

Logan entró en el edificio y cerró la puerta. Nos miramos el uno al


otro por un segundo antes de que hiciera un gesto para que me moviera.

Empecé a caminar por el pasillo, oyendo sus pasos detrás de mí. Me


siguió todo el camino por las escaleras hasta llegar a mi piso, y observó
mientras buscaba mis llaves en mi bolso. Cuando me las arreglé para
agarrarlas, se sacudieron en mis manos temblorosas.
La cálida mano de Logan se cerró alrededor de la mía, y sacó
suavemente las llaves de mi agarre. Abrió la puerta para mí.
—¿Te encuentras bien?

—Sí, gracias. —Le di una pequeña sonrisa de agradecimiento—.


Simplemente siento como si hubiera estado atrapada en episodios de Sex
and the City en mis últimas citas. Hay algunos hombres extraños ahí afuera.
—Él no contestó, así que me moví incómoda—. Bueno, gracias de nuevo.
—Procedí a entrar, y dijo mi nombre—. ¿Sí?

Logan ya no estaba inexpresivo. Había una tirantez en sus rasgos y


una sombra de color violeta oscuro en sus ojos. Reconocí esa mirada.
Estaba muy enfadado.

—Nunca dejes que un hombre borracho camine contigo a casa otra


vez.

Desconcertada ya que su ira parecía nacer de la preocupación,


sólo pude asentir, con la lengua trabada.
Me miró fijamente, y lo miré de vuelta aturdida sin decir nada.
Logan suspiró con impaciencia.

—Cierra la puerta, Grace, asegúrala. No me voy a trabajar hasta


41

que oiga el sonido de tu cerradura girando.


Página
—Oh. —Me sonrojé por mi estupidez y cerré la puerta suavemente.
Giré la cerradura y puse la cadena en su lugar—. ¡Buenas noches! —dije a
través de la puerta.

—Buenas noches, señorita Farquhar —dijo de regreso, y oí el


retumbar divertido en su voz antes de que los sonidos de sus pasos se
perdieran en la distancia.

El sol se sentía maravillosamente en mi piel. Las olas se estrellaban en


la orilla. No tenía preocupaciones, ni responsabilidades, sólo el tiempo
infinito y arenas blancas.

La vida era perfecta, un cliché glorioso en su estado celestial


absoluto.
—Grace.

Apreté mis ojos cerrados contra el sonido de la voz masculina en mi


oído.
—Grace. —La voz se hizo más insistente—. Grace, despierta.

De repente, mi silla de playa se volcó sobre un lado, y desperté con


un sobresalto. Respirando con dificultad, parpadeé contra la oscuridad de
mi habitación, y mientras mis ojos se acostumbraban a la luz, mi corazón
empezó a martillear con más fuerza contra mi pecho. Logan estaba
sentado en mi cama.

—¿Qué? —susurré con miedo, inclinándome para encender mi


lámpara de la mesita de noche. No lo estaba imaginando. Logan
MacLeod estaba sentado en mi cama, vistiendo nada más que un par de
viejos pantalones vaqueros descoloridos. Forcé mi mirada a su rostro—.
¿Qué estás haciendo aquí?
Sus ojos violetas ardieron sobre mí, su potente presencia silenciosa.
Me cortó la respiración.

Mi parte baja del estómago se apretó contra el estallido del


hormigueo entre las piernas.
—¿Logan?
42

Colocó una mano lentamente a cada lado de mis caderas y se


Página

inclinó hasta que su rostro estuvo tan cerca del mío que nuestros labios casi
se tocaban. Un hambre feroz cruzó su rostro y jadeé, una sensación de
excitación esparciéndose a través de mi cuerpo.
Me deseaba.

De repente me agarró por la nuca y me tiró contra él. Su boca


capturó la mía. Al instante me fundí en él y envolví mis brazos a su
alrededor, mis dedos presionándose en el músculo bajo su piel caliente.

Su beso era duro, exigente, casi castigador y me deleitaba con él.


Logan gimió, las repercusiones haciendo que mis pezones se aprieten en
reacción, haciéndome estremecer. Mi reacción encendió algo dentro de
él, así que me empujó toscamente sobre mi espalda antes de apartarme
las mantas de encima.
Miré hacia él con repentino asombro mientras tiraba de mis
pantalones cortos de pijama. Los deslizó hábilmente por mis piernas, junto
con mi ropa interior, y entonces se apoyó sobre mí, empujando mis muslos
a medida que me miraba a los ojos. Las manos de Logan rodearon mis
muñecas, y apoyó los brazos por encima de mi cabeza mientras
presionaba su erección cubierta por los vaqueros entre mis piernas.
—Grace —susurró con voz ronca, la palabra llena de necesidad.
—Logan —imploré.

Su mano derecha dejó mi muñeca para bajar su cremallera. Empujó


sus vaqueros lo suficientemente bajos para liberar su erección y luego
devolvió la mano a mi muñeca para clavarme en la cama.

Logan se estrelló dentro de mí antes de que pudiera tomar otro


aliento. Grité por el placer doloroso que se apoderó de mí.

Mis piernas se separaron aún más, instándolo a ir más profundo. Lo


hizo. Se retiró sólo para empujar aún más fuerte. Su ritmo era rápido. Era
duro. Era fundido.
Era diferente a cualquier sexo que hubiera tenido antes.

Jadeé por más a medida que Logan se fundía en mí, sus rasgos
feroces y tensos con lujuria.

La cabecera pegaba contra la pared mientras Logan me follaba


hasta el clímax. Cuando el orgasmo estalló a través de mí, grité su nombre
43

tan alto que estaba segura que todo el edificio me oyó.


Página
Perdida en alguna dimensión empañada con lujuria, distantemente
sentí a Logan quieto. Y entonces se estremeció en un gemido gutural que
hizo que mis músculos internos se apretaran alrededor de él. Echó la
cabeza hacia atrás a medida que se venía, y lo observé con admiración.
Finalmente, terminó y bajó la cabeza.

Sus ojos violetas traspasaron a través de mí, y me dio esta burlona


sonrisa calculada.
—Te dije que todo lo que necesitabas era tener sexo.

Mis ojos se abrieron de golpe, y no pude ver u oír nada más que las
precipitadas olas de sangre en mis oídos.

Me lancé al otro lado de la cama y busqué a tientas el interruptor de


la luz de mi lámpara de noche. La suave luz inundó la habitación, y miré
alrededor.
Estaba sola.
También estaba cubierta de sudor.
Mi cuerpo estaba iluminado por la excitación.

Me dejé caer hacia atrás contra la almohada, mis mejillas


inflamadas y el sueño erótico grabado a fuego en mi cerebro.
Había tenido un sueño erótico con Logan MacLeod.

Con un gemido de mortificación absoluta, tapé mis ojos con el brazo


como si de alguna manera pudiera bloquear el recuerdo del sueño.
Pero no pude.

¡Había tenido un sueño erótico con ese hombre gruñón, irritante,


arrogante, rufián desconsiderado! ¿Cómo era posible? ¡Ni siquiera era mi
tipo! No.
No.
¡NO!
—Oh Dios —gemí mientras pensaba en algo aún peor.
44

¿Cómo diablos iba a mirarlo alguna vez de nuevo?


Página
5
Traducido por LizC, MaEx, Teffe_17 y Nelshia

Corregido por Mariandrys

Su considerada racha había terminado.

Fulminé con mi mirada a mi reflejo en el espejo de plata en mi


dormitorio.
La persona mirando hacia mí era irreconocible.
Me veía espantosa.
Por culpa de él.

Solo horas después de haberme despertado alarmada del sueño


que necesitaba dejar de reconocer que jamás sucedió, fui despertada por
el ruido procedente de la habitación de Logan. Sexo, extremadamente
ruidoso, sexo.

—ASÍ. JUSTO AHÍ. OH, CHICO. JUSTO AHÍ. OH, LOGAN. OH, LOGAN.
OH, LOGAN… ¡AHHHHHHH!
Y ella era americana. Era obvio que Logan se estaba expandiendo.
No es que me importara. Nop.

Sin embargo, estuve sorprendida e indignada cuando la noche


siguiente conseguí aún menos horas de sueño debido a que la americana
estaba de vuelta, y ella y Logan iban por la tercera ronda de: “JUSTO AHÍ."
Y regresó anoche para más rondas de lo mismo.
Setenta y dos horas sin dormir.
No se veía bien en mí.
45

Si él muy maldito volvía con la americana una vez más, iba a…


Página
—¿Qué, Grace? —Curvé mi labio ante mi agotada reflexión—.
¿Gritarle? ¿Darle una lección? ¿Regañarlo? Porque lo has hecho tan bien
en el pasado.

¿Y qué si la americana hacía una cuarta aparición? Bajé la mirada,


incapaz de seguir mirándome mientras estaba ahí parada con mi cabello
desordenado, vistiendo pantalones de chándal y una camiseta manga
larga porque estaba demasiado cansada para planchar algo decente.

¿Logan MacLeod finalmente se estaba convirtiendo en un hombre


de una sola mujer?

Me di la vuelta y salí de mi cuarto, mi estado de ánimo


oscureciéndose a nivel de un agujero negro.
Marchando a través de mi apartamento, tomé mi bolso. Necesitaba
chocolate y café. No había manera de que pudiera sobrevivir a lo largo
del día sin ninguna de esas cosas.

Cerrando la puerta detrás de mí, mis hombros encorvados


instantáneamente se alzaron hasta alcanzar mis orejas con el sonido
familiar de la puerta de Logan abriéndose.
Oh Dios, ¿la vida realmente era así de injusta?

Sintiendo mis mejillas ruborizarse con suficiente calor ante el


pensamiento de Logan viéndome tan despeinada, me volví lentamente.
Él estaba mirando hacia mí a medida que cerraba su puerta.
—Grace.

—Señor MacLeod. —Aparté la mirada, deseando que el recuerdo de


aquel maldito sueño desaparezca.
—¿Estás bien? Te ves como una mierda.
Y eso fue todo.

¡La gota que colmó el vaso del que todo mundo siempre parecía
beber! Al mirarlo, verlo ahí de pie, bien descansado a pesar de su gimnasia
sexual hasta el jodido amanecer, vi rojo.
—¿Me veo como una mierda? —Di un paso tenso hacia él.
46

Logan levantó una ceja ante mi tono.


Página

—¿Sabes por qué me veo como una mierda?


—No, pero de repente tengo la impresión de que soy el culpable. —
Él cruzó los brazos sobre su pecho, claramente descontento.

—Sí —asentí frenéticamente, la falta de sueño haciéndome frenética


en mi ira—. ¡Tú eres el culpable! —Mi voz resonó en las paredes de
concreto de nuestro rellano, pero no me importó—. Setenta y dos horas. He
estado despierta setenta y dos malditas horas.

—Ese no es mi problema, y, francamente, no estoy de humor para


lidiar con esta… histeria. —Se dirigió hacia las escaleras, despidiéndome.
—No te alejes de mí.
Él se detuvo. Giró. Levantó una ceja.

—¿Se supone que debo tener miedo? Cristo, Grace, es como ser
mordido por una mariposa.

Bufé, furiosa de ver que se estaba burlando de mí cuando el alzarme


contra él era un logro trascendental.
—¡Cómo te atreves! Desde hace tres noches he tenido que aguantar
con el constante sexo ruidoso de ti y tu jodida americana. ¡Sólo quiero paz
y tranquilidad! ¡Quiero un poco del condenado y maldito sueño!

Mis palabras parecieron penetrar en la frialdad de la escalera,


zumbando contra las paredes, y sorprendiendo a Logan.

Después de un momento de silencio, durante el cual a la vez me


reprendí por haber perdido la calma propia de una dama y mentalmente
estreché mi mano por tomar una postura, Logan se aclaró la garganta.
—¿Tienes un vaso contra la pared?
—¿Disculpa? —Negué con la cabeza, confundida.
—¿Cómo sabes que he estado follándome a una americana?
Mi boca se abrió ante su tosquedad.
—Porque. Puedo. Escuchar. Cada. Palabra. Que. Ella. Dice.
—Mm, no. Debes estar esforzándote para escuchar.
Mi enojo reavivó.
47

—¿Estás loco? ¿Por qué demonios estaría yo esforzándome por


escuchar?
Página
Se encogió de hombros.
—No lo sé. Tú dímelo.

—¿Siempre eres deliberadamente irritante? —resoplé, reflejando su


postura cruzando los brazos sobre mi pecho.

Para mi sorpresa, esto hizo que los labios de Logan se contrajeran, y


sus ojos empezaron a brillar con humor.

—Parece que solo te irrita a ti —inclinó la cabeza hacia un lado—.


Me pregunto por qué será.

—Porque —me quejé, mi cabeza colgando con exasperación y


cansancio—, estoy privada de sueño, y todo es tu culpa, maldito
mujeriego miserable.

—Bueno, éste es todo un lado completamente diferente de ti. Es


bastante desagradable. Voy a tener que hablar con el propietario sobre
esto. No puedo aceptar este tipo de abusos.
Mi cabeza se irguió y lo fulminé con la mirada.

—Juro que si no empiezas a tomar esto en serio te voy a empujar por


esas escaleras.

—Ahora estás amenazando mi vida —dijo y chasqueó la lengua—.


Eso no va a funcionar muy bien.
—¡Ahora! —grité—. ¿Ahora decidiste tener un sentido del humor?

—Uh, disculpen. —Una suave y joven voz interrumpió nuestra


discusión.

De pie a unos escalones más abajo desde nuestro rellano estaba


una chica. Una chica muy bonita con el cabello oscuro y piel oliva. Iba
vestida con un uniforme escolar, y se veía un poco pálida, cuando ella
tragó saliva, me di cuenta que estaba nerviosa.

Eché un vistazo a mi reloj. La chica debería estar en la escuela.


Preocupada, di un paso hacia ella, pero ella estaba mirando hacia Logan
con un asombro despavorido.
—¿Te podemos ayudar?
48

En lugar de contestarme, ella dio un paso vacilante hacia nosotros y


la luz inundó su rostro. Jadeé agudamente. Detrás de sus gafas, tenía los
Página
ojos más hermosos que había visto. Ojos violeta rodeados de espesas
pestañas negras.

Mi mirada se disparó a Logan, quien estaba mirando a la chica en


estupefacta confusión.

—Mi nombre es… —Tragó saliva, su pecho subiendo y bajando con


rápidos movimientos superficiales—. Soy… soy Maia. —La chica se lamió los
labios y se agarró fuerte a la correa de su bolso—. Eres Logan MacLeod,
¿verdad?
Él asintió torpemente.
—Bueno, creo… creo que yo… yo soy tu hija. Soy tu niña.

Jadeé una vez más, sin apartar los ojos de Logan. Su expresión
hermética.
—No tengo una hija. —Pero sonó inseguro.

Estupefacta, ya que en cuestión de segundos mi discusión con él se


había convertido en una revelación trascendental para él, me tomé un
momento para quitarme de encima mi curioso estupor. Estaba
entrometiéndome en una situación increíblemente privada, así que tenía
que irme.
—Debería irme para que hablen.

La mano de Logan se envolvió alrededor de mi brazo, atrayéndome


a un alto abrupto.
—Grace. Quédate.
Dado que no había nada más que pudiera hacer, teniendo en
cuenta que me sostenía físicamente como rehén, asentí y traté de
relajarme de modo que me soltara. No lo hizo.

Maia parecía a punto de llorar, pero la vi echar los hombros hacia


atrás a pesar de su miedo. Su voz tembló.
—Tal vez deberíamos ir adentro para hablar.

Ni siquiera conocía a la chica, pero por alguna razón, sentí una


oleada de orgullo hacia ella por su valentía. Un sentimiento de conexión,
en realidad.
49
Página
—Creo que es una buena idea. —Me presioné contra Logan hasta
que me miró—. Vamos a hacer esto adentro. ¿O quieres que cada uno de
los vecinos sepa de tu asunto?
Cuando continuó mirándome, supe que él estaba en shock.

—Vamos, Logan —bromeé, tratando de sacarlo del shock—. Si nos


quedamos aquí, me sentiré menos especial al ser la única vecina que sea
parte de esto.

Parpadeó saliendo de su aturdimiento y asintió. Me llevó con él


hacia la puerta mientras abría su apartamento y me daba un codazo para
que yo entre primero, liberando mi brazo una vez que estuve dentro.

Miré por encima del hombro para verlo haciéndole un gesto a Maia.
La chica entró todavía con la valentía como una máscara. No una muy
buena máscara, pero la admiraba igual por tratar. Le di una sonrisa
tranquilizadora.

—¿Te gustaría una taza de té? —ofrecí, ni siquiera segura de si Logan


tenía té.
—Um… —Se lamió los labios nerviosamente—. Agua, por favor.
—Yo lo conseguiré —dijo Logan inmediatamente—. ¿Grace?
—Oh, voy a tomar un café si tienes. Con leche, una de azúcar.
Él asintió y agitó una mano hacia nosotras.
—La sala de estar está justo enfrente.

Resultó que el apartamento de Logan era un reflejo del mío, lo que


explicaría por qué su pared del dormitorio lindaba con la mía. Todavía
había cajas sin desempaquetar ahí. No había nada en las paredes, y la
única pieza importante de los muebles de la sala de estar era un gran sofá
negro en forma de L.

—Va a estar bien —le dije a Maia mientras ella observaba alrededor
de la habitación, pareciendo aterrorizada—. Conseguiremos arreglar todo
esto.
—Um… ¿quién eres tú?

Me senté en el sofá y esperé a que se uniera a mí. Lo hizo


50

lentamente, mirándome con esos hermosos y gigantes ojos suyos. Sus gafas
Página
eran un poco grandes para sus delicadas facciones. Juro que podía ver a
la hermana de Logan, Shannon, en su cara.
—Soy la vecina de al lado. Grace.
Ella frunció el ceño.
—Pensé que eras su novia.
Levanté una ceja.
—¿Por qué pensarías eso?
Ella se encogió de hombros.
—Parecen cercanos.
Ahora era mi turno de fruncir el ceño.

—Aquí tienen —dijo Logan cuando entró en la habitación con dos


tazas y un vaso de agua. Le entregó el agua a Maia, dándole una sonrisa
amable.

Se me ocurrió que era una cosa muy dulce. Esta chica acababa de
llegar a su puerta, anunciándose a sí misma como su hija; él estaba en
shock, probablemente, petrificado, y aun así, estaba tratando de
tranquilizar a la niña.

Interiormente gruñí mientras tomaba el café de sus manos. Era un


cabrón tan complicado.
—Gracias —murmuré.

Logan se sentó en una caja grande frente a nosotras y tomó un


sorbo de su café. Un incómodo silencio cayó entre nosotros.
—Maia —dije—, ¿quién es tu madre?

Logan se tensó ante la pregunta a medida que Maia se volvía hacia


él para contestar.
—Maryanne Lewis.

La forma en que se echó hacia atrás ante la noticia sugirió que sabía
exactamente quién era Maryanne Lewis.

—No —murmuró, pareciendo sacudir la cabeza con incredulidad—.


51

Maryanne… Sí, ella quedó embarazada, pero me dijo que no quería


Página
conservarlo, que yo no tenía oportunidad. Iba a hacerse un aborto.
Desapareció. ¡Nunca la volví a ver!
La boca de Maia tembló, y yo instintivamente tomé su mano.
—¿Cuántos años tienes, Maia?
—Quince.
—¿Logan?
Él asintió hacia mí lentamente, con los ojos sombríos.

—Fue hace casi dieciséis años. Sólo teníamos diecisiete. —Se puso de
pie de repente—. Maldición. ¡Mierda, mierda, mierda!
Maia se inclinó hacia mí, luciendo asustada, así que pasé un brazo
alrededor de ella.
—Está bien. Sólo es una gran sorpresa para él.

Logan fulminaba con la mirada a la pared, y lo vi tomar lentas


respiraciones uniformes mientras trataba de calmarse.
—¿Cómo pudo hacerme eso? ¿Cómo puede alguien hacer eso?

—Ella me dijo que te mintió. —Maia se apartó suavemente de mí, y


Logan la miró bruscamente—. Hemos estado viviendo en Glasgow todo
este tiempo, pero no puedo quedarme con ella por más tiempo. —La
desesperación llenó sus palabras de repente—. ¡No puedo! Ella te vio en el
periódico, y fue entonces cuando me dijo quién eras. Dijeron que estuviste
metido en la cárcel por atacar al novio de tu hermana porque él la golpeó
y trató de violarla.

Aspiré una gran bocanada de aire, y los ojos de Logan volaron hacia
mí. Nos miramos el uno al otro mientras procesaba esto. ¿Alguien trató de
violar a Shannon? ¿La atacó? Estaba horrorizada.

—Fuiste un héroe. Al protegerla de esa manera. Y fuiste castigado


por ello. Mi mamá me pone en peligro todo el tiempo, y no le importa ni un
poco. Tú podrías cuidar de mí mejor que ella.

La atención de Logan se alejó de mí ante esta información no


bienvenida. Él miró fijamente a Maia.
52

—¿Qué quieres decir con ponerte “en peligro”?


Página

Maia agachó la cabeza, entrelazando sus dedos ansiosamente.


—Mamá es una drogadicta.

Cerré los ojos. Esto se estaba volviendo más melodramático cada


segundo.

—¿Qué quieres decir con “una drogadicta”? —preguntó Logan en


voz baja, el peligro retumbando en sus palabras.
—Heroína.
—Oh, Dios. —Me sentía enferma.

—No puedo vivir con ello por más tiempo. —Lágrimas empezaron a
caer por sus bonitas mejillas, y sentí un frío arrastrarse en mis huesos ante la
expresión de sus ojos. Tal desesperación para una chica tan joven.

—Logan —susurré, mirando hacia él, suplicando, aunque no sabía


por qué.
Se veía atrapado. Aterrorizado. Podía decir que él quería escapar.

Era aterrador de ver. Él era, por lo general, tan inflexible, tan en


control.

—¿Qué puedo hacer yo? —espetó hacia nosotras—. Admito que tus
ojos… te ves como…

—Shannon —ofrecí amablemente. Él me miró. Claramente eso no


era de ayuda.
—¿Tu hermana? —dijo Maia, sus ojos iluminándose con curiosidad.
Logan gimió y se pasó la mano por su cabello corto.
—No sé a ciencia cierta si eres mi hija.

Apenas contuve mi bufido, pero me lanzó una mirada asesina de


todos modos, como si supiera exactamente lo que estaba pensando.

—¿Cómo pasó esto? Hace dos minutos estaba… No puedes


quedarte aquí, Maia. Tengo que llevarte de regreso a tu mamá, y
entonces hablaré con ella sobre todo esto.
Maia se puso de pie.

—Por favor. No quiero regresar con ella. Es por eso que estoy aquí.
53

No sabes cómo es allá.


Página

Frente a su miedo, Logan sólo pudo mirarla sin poder hacer nada.
Cuando el silencio se extendió entre ellos, volviéndose físicamente
doloroso estar cerca, me puse de pie.

—Maia, no puedes quedarte aquí con Logan. No está bien. Él podría


meterse en problemas. Tendrá que llevarte a casa hasta que todo esto se
resuelva.

Ella bajó la cabeza, su cabello oscuro cayendo como una cortina


ocultando su rostro. Pero ambos escuchamos sus sollozos silenciosos.
Logan me miró como diciendo: ¿Qué demonios puedo hacer?
Le di una sonrisa reforzada.
Y para más dolores de cabeza…
—Tú vienes con nosotros —me dijo Logan.
Oh, no.

—¿A Glasgow? —chillé. No. Por supuesto que no. Estaba agotada.
No necesitaba presenciar una montaña rusa emocional por sobre mi
agotamiento.
—Sí.

—No. Yo… —Interrumpí mi negativa cuando Maia me miró


bruscamente, con los ojos llorosos, rogándome.
Ambos necesitaban un salvoconducto.
Genial.
—Bien. —Alcancé su mano y le di un apretón—. Los acompañaré.

¿Sabes cómo en esas viejas películas del Oeste cuando filmaban las
escenas soplan fardos de paja por las vacías calles principales de pueblos
pequeños? El viento silbaría exageradamente, siendo el único sonido que
rompe el silencio…
54

Sólo digamos que me vino a la mente mientras Logan conduce a


Página

Glasgow. Ni siquiera sabía que tenía un auto. No sabía mucho de autos


como para saber exactamente cuál era. Sólo sabía que era una especie
de Volkswagen y que por lo menos tenía cinco años. Estaba polvoriento
por la falta de uso.

Llevábamos veinte minutos de viaje y Logan me había informado


que nos tomaría alrededor de una hora y veinte minutos en llegar al
suburbio de Maia. Alguien tenía que hablar. El silencio se estaba volviendo
insoportable.

—Saben, solo he estado en el centro de Glasgow. Para hacer


compras. En navidad. Oh, y he estado en el teatro y he salido por unas
copas. Hay tantas cosas que hacer en el centro de la ciudad, que solo
olvidas lo grande que es el resto de ella.
No obtuve nada.

—¿Sabían que solía ser la cuarta ciudad más grande de Europa? —


divagué—. Esa es toda una hazaña, teniendo en cuenta lo pequeño que
somos como una isla. Creo que era la más grande después de Londres,
Paris y Berlín, y también era llamada la “Segunda Ciudad del Imperio
Británico” en la era Victoriana, y por supuesto es la ciudad más grande de
Escocia y la tercera más grande de Gran Bretaña, así que realmente no es
de extrañar que no haya visto mucho de ella, supongo, aunque viví en
Londres y logré ver un poco mientras crecía. Yo po…

—Grace —interrumpió Logan. Sus ojos seguían fijos en la carretera


frente a él, pero pude ver que estaba luchando por no sonreír—. Lo
entendemos. Glasgow es grande.

Escuché una pequeña risita desde el asiento trasero, y en lugar de


sentirme avergonzada por mis nerviosas divagaciones, sonreí. Conseguí
una risita de Maia. O Logan lo hizo. O ambos lo hicimos. No importaba
quién o qué; sólo importaba que en un día excepcionalmente
complicado, la tímida niña perdida en el asiento trasero había reído.

Me giré un poco en mi asiento para mirar detrás de mí. Los tristes ojos
de Maia se clavaron en los míos.
—¿Vas bien en la escuela, Maia?
Asintió con cautela.
Tenía la sensación de que lo hacía. Le di una sonrisa de ánimo.
55

—¿Qué materias te gustan?


Página
—Me gustan las matemáticas y la física. Mamá no lo entiende. A ella
le gustaba el arte en la escuela.

—A mí me gustaban las matemáticas y la física —dijo Logan


calmadamente—. Era bueno en matemáticas y física.

Maia miró fijamente la parte posterior de su cabeza y ofreció


tímidamente:
—Yo obtengo muchas A.
Observé su rostro suavizarse.
—Bien —murmuró él.
Ese incómodo silencio comenzó a caer de nuevo.

—Bueno, yo apesto en matemáticas y física —dije—. Tuve un tutor. —


Hice una mueca—. Era este horrible chico pretencioso de un año mayor
que el mío. —Lo odiaba. Lawrence Trevelyn. Sebastian había retado a
Lawrence a que pusiera su mano sobre mi falda y la metiera durante una
lección. Me sentí violada y asustada por todo el asunto, y me tomó un
buen tiempo dejar que un chico se acercara a mí otra vez.
Me estremecí.
—¿Estás bien, Grace? —preguntó Logan de repente.

Lo atrapé mirándome rápidamente, sus cejas se fruncieron.


Sorprendida por su receptividad no pude decir nada por un momento.
—¿Grace?

—Estoy bien. —Me giré hacia Maia y sonreí de nuevo, echando los
recuerdos fuera de mi mente—. ¿Te gusta la clase de inglés?
Se encogió.
—Está bien. No soy tan buena en eso. Sólo consigo B.

—Bueno, tengo un título en ello si alguna vez necesitas ayuda. Soy


editora de libros independiente. —Lo dije sin pensar, y sentí a Logan
tensarse junto a mí.
Maia, sin embargo, pareció ilusionada.
56

—¿En serio? Eso es genial. ¿Y, de verdad me ayudarías?


Página
Oh, mierda. Fui y metí mi pie hasta el fondo. Logan acababa de
conocer a la niña. Él no tenía idea de lo que estaba pasando, lo que el
futuro le deparaba, y aquí estaba su tonta vecina encariñándose con su…
posible hija. Sintiéndome culpable, no tuve más remedio si no decir—: Por
supuesto. Te voy a dar mi número para que me llames si llegas a tener
alguna pregunta.
Parte de la luz abandonó los ojos de Maia.
—Claro —murmuró, y apartó la vista.

Me di la vuelta y atrapé la mirada enojada de Logan. Me sonrojé y


miré a otro lado.
Tal vez el silencio era mejor después de todo.

No sé lo que estaba esperando. Los rumores sobre los peligros de


Glasgow eran precisamente eso. Era como cualquier otra gran ciudad.
Tenía sus crímenes, sus buenas zonas, y sus no-tan-buenas zonas. A menudo
exageraban. Comprobé que exageraban mientras conducíamos a través
de los suburbios bien cuidados de áreas que habían sido representadas en
los medios de comunicación como “violentas”.

Incluso cuando nos acercamos a los rascacielos a los que Maia


había dirigido a Logan, estaba llena de optimismo. Una parte de mí quería
poner a Maia en la categoría de “adolecentes excesivamente
dramáticos”. ¿Era su madre realmente una drogadicta, o sólo estaba
inventando cosas porque había peleado con su madre y estaba molesta
por descubrir quién era su padre a una edad tan frágil?

Ignoré mi instinto, diciéndome que Maia no era ese tipo de


adolescente.
No quería que nada de lo que ella había dicho fuera verdad.
Por ella.
Y por Logan.

Había grafitis en las paredes de los rascacielos, pero había grafitis en


muchos lugares estos días.
Eso no significaba nada.
57

Cuando entramos en uno de los rascacielos, el olor de la basura y la


orina golpearon mi nariz y mi estómago comenzó a hundirse. Cuando
Página

llegamos al primer piso, me detuve por completo ante la desalentadora


visión de una puerta de hierro altamente resistente puesta por delante de
la puerta principal de un piso.
¿Qué clase de lugar era éste para necesitar ese tipo de seguridad?
Logan me dio un codazo.
—Vamos.

—¿Por qué? —Señalé a la puerta antes de precipitarme para


alcanzarles.
Apretó el músculo en su mandíbula.

—O es el apartamento de un criminal conocido o debido a su


proximidad a la planta baja, han sufrido muchos robos.
—Este no es un lugar muy agradable, ¿verdad?

—No, jodidamente no lo es. —La mirada de Logan seguía a Maia


mientras nos guiaba al siguiente piso, y pude ver su creciente
preocupación.

Maia se detuvo a mitad de camino por el largo pasillo de la tercera


planta, y temblorosa tomó aire.
—Es aquí.

A pesar de no tener ninguna rejilla metálica, la puerta había sido


golpeada en un punto. No solo había marcas de caucho de las suelas de
zapatos, sino que la madera había cedido y estaba agrietada en la parte
inferior de la puerta. Las palabras “puta”, “perra drogadicta” y “zorra
asquerosa”, entre otras, estaban grabadas en grafitis en la puerta. Sólo
entendía lo que “puta”, “perra” y “zorra” significaba, pero podía decir por
la oscura expresión de Logan que las otras cosas no eran buenas.

De mala gana, Maia sacó sus llaves y nos dejó entrar al


apartamento.
Tan pronto como entramos, fui golpeada por el olor.

—Maldición —murmuró Logan, y compartimos una mirada


horrorizada.
Olía a sudor rancio, cigarrillos, orina y vómito.
58

—Trato de limpiar. —La tez de Maia había palidecido, y había


Página

lágrimas de vergüenza en sus ojos—. Lo hago. En serio.


Lágrimas ardieron en mis propios ojos, un bulto de simpatía y rabia
agolpándose en mi garganta. Le di un apretón a su brazo, pero tuve que
apartar la vista de ella para controlar mis emociones.

—¿¡Mai, eres tú!? —chilló una voz desde la parte trasera del
apartamento.

Ante eso, Logan dio un paso adelante y puso su mano sobre el


hombro de Maia. Parecía un gigante al lado de la delgada adolescente.
Yo no era precisamente alta con un metro setenta y ella era incluso más
pequeña. Medía como un metro sesenta. Él la hizo avanzar gentilmente, y
yo los seguí, absorbiendo todo.

Las alfombras manchadas y descoloridas estaban tan raídas en los


bordes que estaban desgarradas de la placa base. Pasamos una pequeña
cocina que parecía que no había sido modernizada desde finales de los
años ochenta. Había manchas en las encimeras e incluso en las paredes,
pero las superficies se encontraban limpias y no había platos sucios en la
cocina. Había evidencia de que Maia estaba tratando de hacer lo mejor
aquí.

Había dos puertas en el otro lado del estrecho pasillo, separadas por
paredes manchadas de amarillo. Una puerta se abría a una habitación
individual pequeña, estéril pero ordenada y limpia, con carteles de bandas
en la pared. ¿La habitación de Maia? La otra puerta hizo que la frente de
Logan se frunciera profundamente cuando la pasó. Curiosa, eché un
vistazo en el interior y apenas logré sofocar un grito de sorpresa.

Había un delgado hombre desnudo tendido boca abajo en una


cama deshecha. Alrededor de la cama, la alfombra había sido tragada
por las latas de cerveza, bandejas de cigarrillos, ropa y basura. Había un
armario en la parte inferior de la cama que había visto mejores días, y a la
mesita de noche más cercana a mí le faltaba un cajón. También estaba
cubierta de tajos y marcas de puntuación.

Me sentí enferma al ver las agujas esparcidas en la parte superior de


ella.

Desgraciadamente, sólo fuimos recibidos por lo peor cuando


entramos en la pequeña sala de estar.

Extendida sobre lo que realmente parecía un bastante nuevo sofá


59

de cuero estaba una desastrosa mujer delgada. La mujer de cabello


Página

oscuro estaba vestida con una camiseta blanca sucia inmensa y vaqueros
ajustados. Su cabello fino estaba recogido en una coleta despeinada. No
llevaba maquillaje, y cuando abrió la boca pude ver que sus dientes eran
de color amarillo y en descomposición.
—Dios mío. —Logan cerró los ojos contra la imagen de ella.

Maryanne Lewis claramente ya no se parecía a sí misma. Aunque no


tenía ni idea de cómo lucía antes cuando estaba con Logan, pude ver a
partir de sus rasgos delicados que una vez había sido bonita. Pero ahora se
veía de diez a quince años mayor que Logan y sus pómulos afilados
estirando su piel parecía al papel, viéndose demacrada, enferma. El color
de su tez era gris. Simplemente… mal.

Había un par de botellas abiertas de vodka en la habitación, latas


de cerveza vacías, ceniceros sucios, alimentos sin envolver, platos sucios y
más agujas.
Esto era malo.
Muy malo.

Si acaso, Maia le había restado importancia a su situación en el


hogar.
Maryanne entrecerró sus ojos.

—¿Quién demonios son ustedes? —Se levantó trastabillando sobre


sus pies con movimientos erráticos y frenéticos—. Mai, ¿quién coño son
estos?

Para mi sorpresa, Maia se paró a mi lado, casi pero no del todo


enterrándose allí. A pesar de mi malestar y aprehensión en presencia de su
madre, puse mi brazo alrededor de Maia, ofreciéndole apoyo.
—Maryanne, este es mi papá.
Tenía que darle crédito a Logan. Él no se inmutó ante la palabra.

—Maryanne. —Dio un paso hacia ella, y ésta se echó hacia atrás,


con los ojos muy abiertos y vidriosos. Estaba agitada. Su piel parecía fría y
húmeda, y estaba rascando su brazo constantemente.

No sé mucho acerca de las drogas, pero tenía la sospecha de que


estaba en abstinencia.
60
Página
—Jodido bastardo —espetó, tropezándose lejos de él—. Logan.
Logan. Oh, Dios mío, ¿para qué lo has traído aquí? —Fulminó con la mirada
a Maia y luego se movió hacia ella.

Cuando empujé a Maia detrás de mí, Logan se puso delante de


nosotras.
—Maryanne… ¿cuándo fue la última vez que consumiste?

—Hace mucho maldito tiempo. Demasiado maldito tiempo. Le dije a


esa pequeña perra que trajera a Kells para Dom y para mí. ¿Dónde está mi
maldito dinero? ¿Eh? ¿Dónde está, pequeña puta?

—Cuidado —le advirtió Logan, su tono peligroso, y Maia se


amedrentó contra mi hombro.
—¿Quién es Kells? —le pregunté a Maia suavemente.

—Su proveedor —susurró, y hubo un crujido antes de sentirla


presionar algo en mi mano.
Miré hacia abajo a un fajo de billetes.

—Logan —murmuré. La idea de una madre enviando a su hija de


quince años por un traficante de drogas se asentó como aceite en mi
estómago.

Logan miró por encima del hombro, y extendí el dinero hacia él. Lo
tomó, comprendiendo lo que era sin que tuviera que decirle. Cuando se
volvió a Maryanne, dijo:
—¿Es mi hija? ¿Me mentiste?
—¡Quiero mi dinero! —chilló Maryanne.
—¿Es mi hija?
—¡El dinero!

Logan lo tiró a sus pies y soltó un gruñido de disgusto cuando ella se


apresuró a recogerlo.

—Dame tu teléfono —le rogó ella mientras se levantaba—. El mío


está descargado y no puedo encontrar mi cargador. Dame tu teléfono.

—¿Para que puedas llamar a tu proveedor? De ninguna manera.


61

Ahora, respóndeme. —Dio un paso amenazador hacia ella, y ésta


Página

parpadeó hacia él sin comprender—. ¿Maia es mi hija?


—Dame tu teléfono —suplicó de nuevo, rascando su cabeza—. Por
favor. Estoy jodida. —Tropezó con la mesita de café, para llegar a una
botella de vodka—. Kells dijo que iba a estar aquí ayer, pero el maldito
nunca vino. El muy cabrón nunca vino.

Logan se volvió hacia nosotras, atrayendo mi mirada angustiada a su


rostro demacrado.

—Nunca obtendremos una respuesta directa de ella cuando está


así. —Miró por encima de mi hombro hacia Maia—. No sé qué hacer. No
puedo dejarte aquí, pero no puedo permitir que te quedes conmigo hasta
que descifremos esta cosa de la paternidad. La única opción es Servicios
Sociales.

—No. —Maia se apartó de mí, retrocediendo de nosotros—. He oído


historias sobre ello. Peor que esto. Por favor. Por lo menos aquí sé qué
esperar.
—Maia, no todo es malo en las acogidas de menores. Sólo sería
temporal. —Logan intentó racionalizar con ella.

—¡No! —chilló y se cubrió la cara, sus hombros temblando cuando


comenzó a sollozar.

No sé lo que me poseyó para hablar. Tal vez era ver a la madre de


Maia tratarla tan mal como mi madre me había tratado, pero en un
ambiente mucho peor. O tal vez era la máscara cuidadosamente
controlada que Logan llevaba cayendo de vez en cuando para mostrar su
verdadero miedo. O tal vez era sólo que yo era una persona decente que
no podía soportar la idea de dejar a una niña en estas condiciones. O tal
vez no había dormido en setenta y dos horas y no estaba pensando bien.
Tal vez era todo lo anterior.
—Tengo una sugerencia. Porque…

—Mai, ¿dónde está tu teléfono? —Maryanne tropezó de repente en


medio de nosotros, alcanzando a Maia. Tiró de las muñecas de Maia y
luego golpeó su cabeza antes que Logan pudiera alejarla. Él la empujó
entonces no muy gentilmente sobre el sofá.
—Y quédate ahí —le advirtió.
62

—¿Dónde está tu teléfono? —chilló Maryanne.


Página

Maia se limpió la cara llena de lágrimas.


—Ya te lo dije —susurró—. Lo destrozaste hace unas semanas atrás.
Era el momento de seguir adelante.

—Como estaba diciendo, Maia, aunque pareciera que Logan es tu


papá, no estamos al cien por cien seguros de eso. ¿Seguramente puedes
ver lo inapropiado que sería para un hombre adulto el vivir con una chica
de quince años de edad que no es de la familia? Sin embargo, estaría feliz
de dejar que te quedes en mi habitación para invitados hasta que Logan
pueda confirmar la paternidad. —Estaba temblando mucho cuando miré
hacia Logan, no muy segura de realmente comprender cuánta
responsabilidad estaba ofreciendo al asumir eso—. De esa manera ella
estará cerca, pero no viviendo contigo hasta que tengas los resultados de
paternidad.
Él asintió lentamente.
—Sí, eso podría servir… Pero, ¿qué hay de la escuela?

—Vas a tener que obtener el permiso de Maryanne para inscribirla


en la escuela en Edimburgo hasta que tengas el derecho legal.
—Ella ni siquiera sabrá que me he ido —murmuró Maia.

Escuchamos un gemido desde el dormitorio cercano, y al ver a Maia


abrir los ojos de par en par, dije:

—Miren, vamos a tratar todo esto en el auto. Deberíamos salir de


aquí.

Al ver sentido en eso, un Logan silencioso nos sacó del apartamento,


y todos hicimos lo posible por ignorar el sonido de vómitos procedentes de
la sala de estar mientras nos íbamos.

63
Página
6
Traducido por Beatrix85, Jenn Cassie Grey y Leogranda

Corregido por Mariandrys

Si el silencio había sido incómodo en el auto, ahora era doloroso


mientras estábamos afuera en nuestro rellano con Maia. Tanto ella como
Logan habían estado pensativos todo el viaje, interiorizando lo que estaba
pasando en sus cabezas. ¿Yo? Yo estaba tratando de no tener un ataque
de pánico.

—Maia, ¿por qué no vas adentro? —Le entregué mi llave—. Logan y


yo sólo vamos a tener una charla rápida, y luego entraremos.
Ella miró a Logan y luego de nuevo a mí, claramente preocupada.
—Ve. Todo estará bien —le aseguré.
Asintió de mala gana, se volvió y puso la llave en mi puerta.

Miré a Logan, quien me miraba como si fuera un auto que venía


hacia él a cien kilómetros por hora con mis faros completamente sobre él.
Hice un gesto hacia su puerta.
—Entremos.

Sin decir palabra, hizo lo que le pedí, y seguí sus pesados pasos hacia
su sala de estar. Se dio la vuelta y me miró, las manos en sus estrechas
caderas.
—¿Qué mierda voy a hacer?
—Logan…
—No puedo cuidar de una adolescente.
—Logan…
64

—No, Grace, no lo entiendes. —Tragó saliva, y me encontré muda al


Página

ver su temor. Todo este tiempo pensé que Logan MacLeod no temía a
nada, ni se dejaba intimidar por nadie, que era de alguna manera
intocable. Era desconcertante verlo vulnerable. No me gustó. Por alguna
absurda razón, me daban ganas de arreglar su situación. Razón por la cual
probablemente estaba en esta posición. Él apartó la mirada, pasando una
mano por su corto cabello—. Hace unos años, sí, tal vez podría haber
hecho esto. Pero ya no soy más ese hombre.
Ahí es cuando creo que entendí.

Logan MacLeod había estado en prisión. Entonces, ¿quién había


sido antes de eso? ¿Y cuánto le había cambiado eso realmente?

—Debe haber sido difícil —dije—. Ser castigado, tratado como un


criminal por el solo hecho de proteger a tu familia.
Sus ojos se endurecieron.

—No. No hagas eso. No hagas lo que ella hace —señaló a la pared


contigua a mi apartamento—. No glorifiques la situación.

¿Quería mi mala opinión? Bueno, eso no tenía sentido. Recordé


cómo me atacó la primera vez cuando nos conocimos, y sabía ahora que
él pensaba que yo estaba impresionada por su tiempo en prisión. En aquel
entonces él lo entendió mal y estaba enojado conmigo por juzgarlo y
pensar mal de él. ¿Ahora quería que pensara mal de él?
Confundida, me encogí de hombros.

—Supongo que realmente no sé cuál fue la situación. Pero sí sé cuál


es la situación de Maia, y estoy bastante segura que ella es tu hija, Logan.
Se merece algo mejor de lo que ha tenido. En este momento lo mejor eres
tú.

Cerró fuerte sus ojos y en cierto modo, se desplomó en su sillón.


Después de tomarse un minuto, levantó su mirada hacia mí.
—Podría llamar a mis padres y pedirles que la acojan.
—¡No, maldición, no lo harás!

Me sobresalté, sorprendida cuando Shannon irrumpió en la sala de


estar, sus ojos chispeando de enojo. Mis ojos se abrieron ligeramente a la
vista del hombre siguiéndola a la habitación. Casi me sonrojé, así de
guapo era. Nadie debería ser así de guapo. Aunque al igual que Logan en
65

el departamento desaliñado y tatuado, su belleza masculina bordeaba la


Página

perfección. Él era el tipo de hombre a quien por lo general le


tartamudeaba al hablarle. Me dio un gesto de reconocimiento con su
cabeza antes de instalarse detrás de una Shannon muy disgustada. Puso
sus manos sobre los hombros de ella y apretó suavemente, silenciosamente
ofreciéndole su apoyo.
—Shannon, ¿qué demonios? —dijo Logan.

—Si no me querías aquí, no debiste haberme llamado para decirme


acerca de tu hija perdida hace años.
Lancé a Logan una mirada inquisitiva.
Suspiró.
—Cuando paré a echar gasolina, la llamé por teléfono.

Los ojos de Shannon se suavizaron cuando nuestras miradas se


encontraron.

—Hola, Grace. Gracias por estar aquí. Él… —palmeó el brazo del
supermodelo detrás de ella—, es mi prometido, Cole.

—Encantado de conocerte. —Me tendió su mano y noté los


brazaletes de cuero y el reloj de aviador que llevaba puesto, junto con el
anillo de plata maciza en su dedo del medio. Era ese tipo. El tipo genial,
tatuado, puede-llevar-el-tipo-de-joyas-de-hombre-que-quiera. Traté de no
sonrojarme y fracasé cuando le estreché la mano.

—Encantada de conocerte también. —Le sonreí tímidamente y me


volví rápidamente hacia Logan.
Sus ojos se estrecharon sobre mí.
—Volviendo a lo que acabas de decir —espetó Shannon,
arrastrando de mí la mirada intimidante de su hermano hacia ella—. Ni te
creas que enviarás a tu propia hija a casa de nuestros padres. Harías un
mucho mejor trabajo tú mismo y lo sabes.
Logan se puso de pie.

—¿Desde cuándo eres anti-padres de nuevo? Primero me pides que


te lleve al altar; ¿ahora crees que soy mejor material para criarla que ellos?
Pensé que ya habíamos superado esto.

—¿Superado esto? —susurró Shannon, y algo en su voz, en sus ojos,


66

me puso tensa. Cole también lo oyó y la atrajo hacia él de manera


Página

protectora—. Ellos me abandonaron cuando más los necesitaba. Me


culparon por lo que sucedió. Puede que juegue bien para mantener unida
a esta familia, pero nunca voy a olvidar lo que hicieron. Y tampoco
deberías tú. ¿Es eso realmente lo que quieres para tu propia hija, Logan?

De pronto me encontré sintiendo una conexión con otra chica


MacLeod en menos de veinticuatro horas. No conocía los detalles, pero
era inteligente. Podía poner todo en una pieza. Sonaba como si sus padres
la culparan por su propia agresión, por cualquier estúpida razón que sea.
Pero yo había estado allí. Entendía.
Quise tenderle una mano y decírselo.

Por suerte para Shannon, tenía al magnífico Cole en su espalda, y la


ferocidad en sus ojos mientras la sostenía me dijo que destruiría a
cualquiera que intentara hacerle daño. Sentí un dolor en mi pecho y me di
cuenta tristemente que era envidia. Abofeteé a mi conciencia por el
injusto sentimiento. Si alguien merecía la felicidad con un buen hombre,
era alguien que había pasado por lo que ella pasó.

—No estoy diciendo que ellos son perfectos —dijo Logan,


apaciguando su tono—. Pero nos criaron. No estoy listo para esto, cariño.
Sólo estoy tratando de recuperar mi vida. No estoy listo para ser el padre
de una adolescente.

—Entonces necesitas prepararte —aconsejó Shannon, su barbilla


sobresaliendo obstinadamente.
Logan frunció el ceño.
—Eso es malditamente fácil para ti decirlo.
—Oye. —La voz de Cole contenía una advertencia, al igual que sus
ojos.
Logan no se inmutó.

—No me vengas con eso. Ambos entran airosos aquí y es obvio que
tienen grandes planes para mí como padre, pero estoy tratando de
decirles que no puedo hacerlo.

—¿Quién eres? —Shannon se apartó de Cole para ponerse en la


cara de su hermano—. Porque no reconozco a este hombre.

—No vengas a mi casa y comiences con eso —le advirtió Logan con
67

suavidad—. Has sabido acerca de esto por cinco segundos y claramente


Página

no lo has pensado lo suficiente.


Shannon ni siquiera se inmutó mientras su hermano se alzaba sobre
ella, todo tenso y enojado. Estaba muy impresionada con ella.

—Sé lo que me contaste por teléfono. Sé que hay un noventa y


nueve punto nueve por ciento de posibilidades de que esta chica sea tu
hija, que se parece a mí, que es mi sobrina, y que hemos perdido la
oportunidad de estar allí para ella durante quince años. Sé que ha estado
viviendo con una adicta como madre, y sé que hay una posibilidad de
que haya pasado por un infierno. —Tocó su brazo, suplicándole—. Ella se
merece una oportunidad. Ambos se la merecen. Y nosotros merecemos la
oportunidad de decir en dónde se quedará. Ella también es mi familia.
Logan se apartó.
—Ni siquiera me estás escuchando.
—Logan…
Antes de poder detenerme, intervine, interrumpiéndola.
—Existe un problema mayor aquí.

Los tres me observaron como si yo tuviera todas las respuestas. Traté


de no ponerme roja de vergüenza bajo tal expectativa.

—El mayor inconveniente para Maia es estar con su padre. —Enlacé


mi mirada con un resistente Logan—. Maia te eligió, Logan. Si la
abandonas cuando más te necesita… créeme… —parpadeé para
contener las lágrimas, recordando mi propio abandono—, ella nunca
superará el rechazo.

La habitación se quedó en silencio a medida que asimilaban mis


palabras, y aunque no estaba segura acerca de los pensamientos de
Shannon y Cole, sentí como si supiera a dónde habían ido los de Logan.
Las preguntas en sus ojos.
Se preguntaba si yo había sido abandonada.
Y era casi como si le importara.

Estaba confundida por la abrumadora sensación de conexión que


pasó entre nosotros. Por un momento fue como si fuéramos las únicas dos
personas en la habitación.
68

Shannon se aclaró la garganta, y me sacudí del intenso escrutinio de


Logan cuando se volvió hacia su hermana.
Página
Ella asintió hacia él. Logan echó un vistazo a Cole. Él también asintió.
—Sabes que ella tiene razón.
Logan tomó una respiración profunda.

—De acuerdo. Bueno, parece que un cambio de estilo de vida viene


en camino. —Miró alrededor de su sala de estar—. Voy a tener que hacer
algo con este lugar, convertir la segunda habitación en un dormitorio de
verdad. Y mierda… tendré que hablar con Braden. Ya no puedo trabajar a
esas horas.

—Sabes que él hará todo lo que pueda para ayudarte —le aseguró
Cole.

—Lo sé. —Logan me miró—. También sé que te ofreciste para que


Maia se quede contigo hasta que tenga la paternidad y todas las cosas
legales solucionadas, pero no tienes que hacer eso. Entiendo que todos
estábamos atrapados en el momento, pero es pedir demasiado.

—Ella podría quedarse con nosotros —dijo Shannon alegremente,


viéndose emocionada por la posibilidad. Cole asintió en acuerdo, una
pequeña y tierna sonrisa curvando la comisura de su boca.

Se me ocurrió entonces que me estaban dando una salida. ¿Qué


sabía yo de cuidar a una chica adolescente, de todos modos? ¿Y una que
estaba conectada a Logan MacLeod? ¿Realmente quería involucrarme
más con mi vecino?
No, no lo quería.

Me quedé mirando la pared, pensando en la chica al otro lado de la


misma.

—En realidad no me molesta. —Las palabras simplemente salieron de


mí antes de que pudiera detenerlas—. Significa que Maia estará justo en la
puerta de al lado para que puedas verla en cualquier momento que
desees mientras resuelves todo. Y creo que… —Le ofrecí un encogimiento
de hombros confuso—. No lo sé. Suena presuntuoso, pero… —Me callé, sin
saber cómo explicar lo que estaba sintiendo.
Logan sí sabía.

—Maia está apegada a Grace. —Su mirada se suavizó, y me


69

encontré ruborizándome. Él nunca me había mirado así antes—. Está


Página

cómoda con ella. Creo que se siente a salvo con ella.


Aunque Shannon pareció decepcionada, sonrió de igual forma.

—Entonces Maia debería quedarse con Grace por ahora. Aunque,


aun así me gustaría conocerla.

—Tal vez mañana, cariño. Vamos a darle un poco de tiempo para


adaptarse. —Logan alcanzó a su hermana y la atrajo en un abrazo—.
Gracias por estar aquí.
Shannon le devolvió el abrazo.

—Así… saber que es lo correcto para Maia ahora mismo… así es


como sé que puedes hacer esto. Has estado ahí para mí más de lo que
papá jamás estuvo, Logan. Puedes hacer esto. Es lo que eres.

Sus brazos se apretaron alrededor de ella y sentí lágrimas escociendo


mis ojos. Las aparté rápidamente, pero Cole me atrapó. Me sonrió con
descaro.

—¿Qué? —resoplé, atrayendo la mirada de Logan mientras me


limpiaba las lágrimas—. Estoy jodidamente cansada, ¿de acuerdo? Me
pone emocional.

Todos me sonrieron ahora, y puse los ojos en blanco, alejándome de


ellos. Los miré de nuevo sólo para decirles adiós cuando se iban. Cole
estaba casi fuera de la puerta y Shannon ya me había pasado cuando se
dio la vuelta abruptamente y vino hasta mí.
Me tensé, relajándome sólo cuando puso sus brazos alrededor de mí.
—Gracias.
La abracé de regreso.
—De nada.
Se apartó y me sonrió. La esperanza brillaba en sus hermosos ojos.

—Aquí es exactamente donde él estaba destinado a estar —susurró,


y se alejó antes de poder pedirle una explicación.
La puerta se cerró detrás de ella y Cole.
—¿Qué te dijo? —preguntó Logan.
Negué con la cabeza.
70

—Sólo gracias.
Página
No pareció muy convencido, pero lo dejó pasar.
—¿Y ahora qué?

—Ven. —Hice un gesto hacia la puerta—. Voy a hacer la cena para


ti y Maia.
Él hizo esa cosa de mirarme fijamente con intensidad una vez más.
—¿Por qué estás haciendo esto? ¿Es por Maia o por mí?

Culpen a mi agotamiento o locura temporal, pero me encontré


confesándole un poco de mi historia.

—Porque en cierto modo he estado donde Maia está. Sé por lo que


está pasando. No hubo ninguna figura paternal para mí, intentándolo. Tú
vas a intentarlo, y admiro eso. Me gustaría ayudarlos a los dos, supongo.

Logan estuvo en silencio tanto tiempo que estaba comenzando a


sentirme estúpida por haber revelado eso sobre mí.
—Mejor vamos al lad…

—Eres una buena mujer, Grace Farquhar —me interrumpió Logan


solemnemente—. No voy a olvidar esto.

No muy segura de cómo responder a sus palabras o a la forma en


que se presionaron en mi pecho con un placer doloroso, sonreí.

—Um… es posible que no pienses eso una vez que pruebes mi


comida.

Maia estaba parada en mi sala de estar ante los estantes de libros


que cubrían toda la longitud de una de las paredes.
Estaba tan quieta y tensa que Logan y yo podíamos decir que algo
no estaba del todo bien, incluso con ella dándonos la espalda.
—Maia, ¿estás bien? —preguntó Logan con brusquedad.
71

—¿Maia?
Página

Nos miró por encima del hombro, con lágrimas en sus ojos.
—Tienes tantos libros.
Asentí, confundida.
—Me gusta leer.
—Pero es como una biblioteca. ¿Eres dueña de todos estos libros?
—Sí, por supuesto.

—Y tienes muebles realmente hermosos. —Hizo un gesto a la


habitación.

Miré alrededor de mi casa, apreciándolo todo desde su perspectiva.


Sentí orgullo por mi casa, no sólo porque era quien yo era, sino porque
trabajaba desde casa y me gustaba estar rodeada de cosas bonitas. Mi
estilo era shabby chic1. Todo era bonito pero cómodo. Con un montón de
cojines, mantas, libros y obras de arte.

—Luce como sacado de una jodida revista —murmuró Logan,


mirando todo a su alrededor.
—Me lo tomaré como un cumplido —dije secamente.

—Y está limpio —agregó Maia. Lágrimas frescas se agrupaban en sus


ojos—. Así es como viven otras personas. Con libros y cosas bonitas y
limpias. ¿Por qué ella no me dio esto? —suplicó—. La amaba. Ella debería
haberme amado y darme esto. —Sus lágrimas se liberaron, pero antes de
que pudiera llegar a ella Logan lo hizo. Él estuvo al otro lado de la
habitación y atrayéndola a sus brazos en unos pocos segundos.

La dejó llorar todo lo que llevaba dentro mientras yo permanecía ahí


de pie también llorando por ella.

Pero a la vez estaba esperanzada por ella, porque sólo diez minutos
atrás Logan MacLeod había sido un ex convicto cagado de miedo, y
ahora estaba dando un paso adelante por Maia, consolándola sin incluso
tener que pedírselo.

Era bastante posible que Logan fuera natural para estas cosas. Su
hermana ciertamente parecía creerlo.
Por el bien de Maia, eso esperaba.
72

1Shabby Chic: Es un estilo de decoración que tiene su origen en la época de las grandes
Página

casas de campo de Gran Bretaña y consiste principalmente en mezclar elementos


antiguos con modernos.
—¿Te gusta esto? —pregunté, sacando el edredón en mi cama de la
habitación de invitados.
Maia estaba luciendo un poco sobresaltada de nuevo.
—Es muy bonito.

La habitación de invitados estaba adornada con una cama de


trineo de caoba y muebles a juego. Las paredes eran de un color lila
suave, y los colores acentuando los muebles eran negro y plata. Amaba mi
habitación de invitados y estaba más que agradecida por tenerla
preparada y lista para usarse.

La cena había sido incómoda. No había tenido grandes


expectativas de cualquier otra cosa. Iba a tomar tiempo para que Maia y
Logan se acostumbraran el uno al otro. Logan hizo preguntas sobre la
escuela y sus aficiones. Ella habló sobre más cosas acerca de matemáticas
y física y algo acerca de un coro, pero era como estar tirando de sus labios
para obtener información. Creo que se acababa de dar cuenta que todas
las cosas iban a cambiar.

Además, ella y Logan estaban exhaustos, y Logan tenía que irse


temprano para prepararse para el trabajo. Solo eran las ocho, pero los
párpados de Maia estaban caídos, así que insistí en que se preparara para
la cama.
Teníamos mucho que hacer al día siguiente y todos necesitábamos
descansar.
Dejó caer su mochila en el suelo cuando le tendí un par de pijamas
limpios.

—Puedes tomar prestados estos por ahora. Mañana tendremos que


hacer algunas compras. Sólo tendremos que conseguir unas cuantas cosas
hasta que… —Me callé, sin saber cómo completar esa frase sin sonar
insensible.
73

—Hasta que Logan obtenga los resultados de paternidad —terminó


Página

Maia por mí—. Está bien. No soy estúpida. Sé que sería una locura que
cualquiera de ustedes gastara demasiado dinero en mí para que resulte
que no soy su hija.

—Creo que las dos sabemos que con esos ojos tuyos y esa cara que
es aterradoramente similar a la de su hermana, lo más probable es que
seas hija de Logan. Pero eso no quiere decir que todo esto vaya a
funcionar legalmente. Estamos siendo cautelosos, ya que podrías no llegar
a quedarte con él, y sólo quiero que estés preparada para eso.
Su labio inferior tembló, pero asintió y se dejó caer en la cama.

—¿Por qué estás ayudando, Grace? Quiero decir, tú y Logan no


están juntos, y por las preguntas que estuvo haciéndote en la cena, ni
siquiera parece que se conocen el uno al otro muy bien.
Suspiré y me senté a su lado.
—¿Honestamente?
—La respuesta a eso es siempre sí.
Sonreí ante su respuesta.

—Bueno. Tomo nota. La verdad es que, Logan se mudó aquí hace


sólo unos meses, y hemos estado en desacuerdo la mayor parte de ellos.
Pero no creo que él sea un mal hombre. De hecho, estoy bastante segura
que es uno de los buenos. —Pensé en todas sus mujeres. Bueno, en la
mayor parte—. Pero sobre todo estoy haciendo esto por ti.
—¿Por qué? Si ni siquiera me conoces.

—Porque he estado donde tú estás… buscando una familia porque


aquella en la que nací me defraudó de una forma que no se puede
perdonar.
Me miró con esos sabios ojos violetas.
—Ellos también te lastimaron.
Asentí.

—Hice una nueva familia aquí con mis amigos. Sólo quiero lo mismo
para ti.

El silencio nos envolvió, pero esta vez era del tipo dulce, más aún
74

cuando Maia se inclinó sobre la cama y deslizó su mano en la mía.


Página
7
Traducido por Priix y Adaly

Corregido por âmenoire

—Realmente no necesito esto. —Maia me miró con esos grandes ojos


tristes mientras estaba de pie en el vestidor.
—Es lindo. —Hice un gesto hacia el vestido que se había probado. Se
veía particularmente lindo con sus mugrientas botas de motero—.
Debemos comprarlo. —Palmeé mi bolso y le recordé—: Es la tarjeta de
crédito de Logan.
Ella bajó la mirada hacia el suelo.
—No quiero que se enoje conmigo por gastar demasiado dinero.

Me había estado divirtiendo tanto con Maia esa mañana,


haciéndole el desayuno, llevándola de compras, que temporalmente me
había olvidado cuán aterrador y confuso debía ser todo esto para ella.
Sólo porque ella iniciara toda esta cosa, no significaba que no le aterraba
que todo pudiera estallarle en el rostro.

—Logan no se enojará. Apenas hemos comprado algo. Sabe que


necesitas por lo menos el guardarropa para una semana. Eso es lo que
estamos haciendo.

El asentimiento que me dio fue reacio, pero terminamos comprando


el vestido junto con un par de pantalones vaqueros y unas cuantas
camisetas. Se quitó su uniforme y se puso un conjunto de su ropa nueva.
Después llevé a Maia de Princes Street hasta el camino que corría a lo
largo de las afueras de Calton Hill, donde tendríamos privacidad.

Me había despertado esa mañana con el sonido de mi tetera


hirviendo a las cinco de la mañana, Maia estaba en mi cocina,
75

preparándose una taza de té, moviéndose de un pie al otro con nerviosa


Página

energía. Sus ojos estaban inyectados en sangre y eso, junto con lo


temprano que era, me dijo que la chica difícilmente había dormido algo.
Pensé que la mejor cosa por hacer era sacarla del apartamento. Logan
me había dado su tarjeta de crédito la noche anterior antes de irse al
trabajo y yo había pensado que Maia sería como la mayoría de las chicas
adolescentes y que las compras alejarían su mente de las cosas.
No lo había hecho.

Ella tenía tantos pensamientos en este momento que prácticamente


podía escuchar el zumbido de ellos por encima del sonido del tráfico de la
ajetreada ciudad debajo de nosotras.

—Puedes hablar conmigo —anuncié—. Si quieres hablarme sobre


cualquier cosa que sucedió en casa. Entiendo si todavía no estás lista para
eso. Sólo quiero que sepas que estoy aquí.
Ella miró hacia la ciudad, y por un momento pensé que podría no
contestar. Finalmente habló.
—¿Tal vez sólo podrías contarme más acerca de ti?

Se me ocurrió entonces que todo lo que Maia sabía era que yo era
una persona demente a la que confiaba su bienestar. No pensaba que
creyera eso, pero podía entender su vacilación. Había estado
desesperada por escapar de la situación con su madre y eso significaba
tomar un gran riesgo, como por ejemplo, vivir conmigo.
—Claro. Eso es justo. ¿Qué te gustaría saber?
Finalmente, ella me miró.
—¿Eres editora? ¿Para una editorial?

—No. Soy editora independiente. Mayormente hago la edición para


escritores de ficción auto-publicados, pero también corrijo trabajos
académicos.
—¿Y haces un montón de dinero? Tienes cosas bonitas.
Sonreí ante la pregunta cotilla.

—Hago justo lo suficiente. La mayoría de esas cosas bonitas las


encontré cazando ofertas y unas pocas piezas son de una vida anterior.
Ella frunció el ceño.
76

—¿Qué significa eso?


Página
Aunque era un tema del que generalmente rehuía, sabía que para
ganarme la confianza de Maia a cambio tendría que mostrarle que
confiaba en ella.
—Mis padres tienen una gran cantidad de dinero.
Observé mientras procesaba esto.
—Pero ya no hablas con ellos —dedujo.
—No, no lo hago.
—¿Podría preguntar por qué?
—Puedes2 —le corregí con una sonrisa tranquilizadora.
Ella se sonrojó un poco y miró hacia otro lado.
—¿Puedo preguntar por qué?

—Bueno, no es algo sobre lo que me guste hablar, pero… mis padres


no son unas personas muy agradables.
—¿Cuándo dejaste de hablar con ellos?
Estudié su rostro, preguntándome por qué quería saber tanto.

—Hace unos siete años. Me vine a la universidad aquí en Edimburgo


y cuando me gradué regresé a Londres. Traté de ser parte de la familia,
pero… sólo digamos que estuve mejor de vuelta en Edimburgo, donde me
sentía más como en casa con los amigos que había hecho aquí. Me alojé
en un apartamento con algunos de ellos por un tiempo y luego todos
empezaron a emparejarse y a comprometerse. Para entonces ya había
construido una clientela y estaba haciendo buen dinero editando, así que
encontré mi pequeño apartamento en Nightingale Way.

Maia se detuvo bruscamente y me detuve también, miré hacia ella


con curiosidad.

—Entonces lo hiciste —dijo en voz baja. Había algo en su tono. Algo


parecido al asombro—. Hiciste una vida por ti misma fuera de tu familia.
Realmente lo hiciste.
Lo comprendí ahora.
77

2En la primera frase Maia utiliza can para preguntar si puede y Grace la corrige con may.
Página

Can y may se traducen como el verbo poder, pero may es más formal al momento de
pedir un permiso.
—Sí. Realmente lo hice. —Y tú también lo harás.
Sus ojos se ampliaron, luminosos y hubo algo vacilante en ellos.

—Podría… ¿puedo preguntar qué hizo tu familia que fue tan


horrible?
Miré por encima de la ciudad que me encantaba y suspiré.
—Quizás en algún otro momento.

Cuando Maia no contestó, miré rápidamente hacia ella, asustada


de haber lastimado sus sentimientos. En cambio, su triste sonrisa era una
que demostraba comprensión.

—Eso fue rápido. —Logan estaba reclinado con los codos apoyados
sobre la barandilla de nuestro pasillo mientras nos observaba subir las
escaleras. Levanté la vista hacia él y mi sonrisa vaciló cuando asimilé su
apariencia.
Se veía tan agotado como Maia.

—Resulta que Maia no es muy compradora. —Le lancé una sonrisa


bromista a ella, mientras caminábamos hacia el pasillo para unirnos a
Logan. Levanté las bolsas en mi mano—. Tuve que obligarla.
Él se enderezó, mirando las bolsas y luego a Maia.
—¿Conseguiste todo lo que necesitabas?
Ella asintió tímidamente.

De hecho habíamos conseguido todo lo que necesitaba. Ropa,


zapatos, ropa interior y artículos de tocador.
Logan se estiró por las bolsas que llevaba Maia.
—Déjame ayudarte con eso.
78

Sonreí ante la forma en que ella observaba cada uno de sus


movimientos con grandes ojos, completamente fascinada por él, antes de
Página

que los guiara dentro de mi apartamento. Me siguieron hasta la habitación


de invitados y arrojé las bolsas en la cama de Maia. Logan hizo lo mismo, y
observó la habitación.
—Esto es bonito. ¿Te gusta, Maia?
—Es muy agradable —concordó ella tranquilamente.

—Oh, ten. —Busqué en mi bolso su tarjeta de crédito y se la


entregué. Nuestros ojos se encontraron, y me dio una sonrisa socarrona. Me
reí—. No te preocupes. Fuimos amables.

Su sonrisa se convirtió en una sonrisa cansada e ignoré la pequeña


punzada que produjo en mi pecho.

—Estoy seguro que lo fueron. ¿Han almorzado? Pensé que podría


llevarlas afuera.

—No lo hemos hecho. Pero ya sabes… tengo algo de trabajo por


hacer. ¿Por qué no llevas a Maia?

Fijamos nuestras miradas de nuevo y esa pequeña punzada que


sentí se cuadruplicó ante el brillo de gratitud en sus ojos.
—Eso suena genial. ¿Qué te parece, Maia?

Ella asintió, y pude verla tratando mentalmente de alejar sus nervios


como lo había hecho en nuestro pasillo ayer cuando había confrontado a
Logan. Por Dios, ¿fue apenas ayer?

—¿Qué te apetece? —dijo Logan a medida que la guiaba fuera de


la habitación.
—Um… ¿una hamburguesa con queso?

—Oh, mi tipo de comida, nena. Sé dónde podemos conseguir una


buena hamburguesa.
—¡Que se diviertan! —dije detrás de ellos.

Maia me dijo adiós desde la puerta, y Logan levantó su barbilla


hacia mí en lo que asumí era una despedida masculina. Cuando la puerta
se cerró detrás de ellos, mordí mi labio.
¿Qué demonios estaba haciendo?
79
Página
—¿Qué demonios estás haciendo? —gritó Aidan.
Hice una mueca y alejé el teléfono de mi oído.
—¿Grace? ¡Grace!

—Estoy aquí —espeté—. Deja de gritar antes que revientes mi


tímpano.

—Le estaba gritando a mi compañero de equipo, que está


actuando como un completo idiota —dijo—. Lo siento. Estoy en el
vestuario. De todos modos, probablemente debería estar gritándote a ti.
¿Quieres explicarme qué demonios te hizo pensar que era una buena idea
tomar a una chica extraña sin hogar que puede ser o no la hija perdida de
hace tiempo de tu molesto vecino?

Había decidido que lo mejor era llamar a Aidan y dejarle saber mi


situación actual, porque se habría cabreado conmigo si descubría sobre
esto mucho después. Sin embargo, ahora reconsideraba esa decisión.
—Bueno, cuando lo dices así, suena como una locura.
—Porque es una locura.
—Mira, necesitaban mi ayuda.
Aidan gruñó ante eso.
—Iré a conocerlos.
Fruncí el ceño ante la idea.

—No creo que sea una buena idea. Maia está abrumada por cómo
están las cosas.

—Lamento que esta niña esté pasando por todo esto y creo que es
increíble que quieras velar por ella, pero yo estoy velando por ti. Iré a tu
casa en un rato para conocerlos. Sin discusión.

Sonreí porque no era tan malo tener a alguien que se preocupara


por mí.
—Bien. Pero no te alimentaré.
80

Se quedó callado un momento.


Página

—Pero tendré hambre.


Resoplé, sabiendo que estaría haciendo pucheros como un niño
pequeño en el otro extremo de la línea.
—Bien. Te alimentaré.

—¿Tienes sentimientos por este tipo? ¿De eso se trata esto?

Me quedé inmóvil ante la pregunta de Aidan, la bandeja caliente


del horno sostenida en el aire.
—¿Qué?

—Um… ¿por qué no bajas los rollos de salchicha antes de contestar


eso?

Fiel a su palabra, Aidan había venido después de su entrenamiento y


yo había decidido calentar algunos aperitivos como rollos de salchicha y
pequeñas mini empandas para nuestro almuerzo mientras Logan estaba
afuera con Maia.

No había esperado ser golpeada con una pregunta que realmente


no sabía cómo responder.

Bajando la bandeja caliente, me quité mis guantes y le di la espalda


para sacar los rollos de modo que no tuviera que ver a Aidan a los ojos.

—No es eso. Por imposible que pueda parecer, creo que Logan y yo
podríamos ser amigos.
—¿Sólo amigos?
Me reí, pero incluso a mis oídos sonó vacío.
—Por supuesto. —Me di la vuelta para mirar a mi amigo—. Aidan, no
soy de su tipo en absoluto.

—Eso no es lo que pregunté. —Se inclinó sobre el mostrador de mi


81

cocina—. No quiero que salgas lastimada.


Página
—Oh, no lo haré. —Le quité importancia a sus preocupaciones—.
Logan tampoco es de mi tipo. —Ignoré rotundamente los recuerdos del
sueño que había tenido con él o el hecho de que cada vez que me
lanzaba esa sonrisa torcida sentía una llamarada de placer doloroso en mi
pecho. No sabía lo que eso significaba, pero sabía que estaba
jodidamente bien ignorarlo—. Sólo ayudo a un vecino. Y sobre todo, ayudo
a Maia. Creo que entenderás una vez que la conozcas.

Empecé a acomodar nuestra comida en el plato y Aidan


permaneció en silencio hasta que me senté junto a él.
—¿Qué quieres decir?
Incliné la cabeza hacia un lado, pensando.
—Me recuerda a mí.
Mi amigo sonrió.

—Entonces estoy seguro que vale la pena todo el esfuerzo que estás
poniendo.

Le devolví su sonrisa con una agradecida de las mías y luego lo puse


al día con la situación hasta la fecha.

No fue mucho después que escuchamos mi puerta frontal abrirse, y


mis oídos se alzaron ante el sonido de la risa de Maia. El alivio me atravesó.
Tenía que admitir que había estado ansiosa por ella y Logan solos,
preguntándome si podrían superar su incomodidad alrededor del otro el
tiempo suficiente para disfrutar de un almuerzo juntos. A partir de los
sonidos de esa risita, las cosas podrían haber ido bien para ellos.
—Le preguntaré a Grace —oí decir a Logan—. Ella me apoyará.
Sonreí ante las cejas levantadas de Aidan y grité:
—¿Apoyarte en qué?

—Acerca de la música de… —Logan de repente interrumpió su


respuesta cuando él y Maia entraron en la cocina. Sus ojos se estrecharon
sobre Aidan. Cuando miré a Maia, su expresión casi era una imagen
exacta a la de su padre.
Me aguanté la risa.
82

—Este es mi amigo Aidan Ramage.


Página
—El jugador de rugby. —La voz de Logan pareció retumbar con
recelo.
—¿Jugador de rugby? —dijo Maia en voz baja.

—Aidan juega para Escocia —le expliqué—. Es uno de esos amigos


de los que te hablé. Hemos sido amigos desde el primer año en la
universidad.

Ahora Aidan estaba de pie, cernido sobre mí, mirando a Logan y a


su hija.
—Aidan, este es Logan MacLeod y Maia.

—MacLeod —añadió Logan—. Maia me dijo que su apellido es


MacLeod.

—Pero eso… —Fruncí el ceño—. ¿Eso significa que estás en el


certificado de nacimiento?

—Lo averiguaré mañana. Voy a la oficina de registro en la Calle


Princes.

—Encantado de conocerlos —interrumpió Aidan—. Entiendo que es


una situación interesante.

Logan arrastró su mirada sobre él, cuidadosa, deliberada y


realmente bastante intimidante.
—Es un asunto familiar privado.

Aidan se encogió de hombros ante la advertencia, no del todo


intimidado, pero tampoco ofendido.

—Grace está involucrada, y Grace es mi familia —dijo


enfáticamente.

Sabía que Logan entendía, pero no parecía feliz al respecto. Maia


mordía su labio inferior con preocupación, observando hacia Aidan como
si él estuviera a punto de arrebatarle todo. Una de las razones por las que
quería a Aidan era porque era un tipo bastante perceptivo. Él le sonrió
encantadoramente a Maia, y ella se sonrojó hasta las raíces del cabello.

—Sólo quería comprobar y asegurarme que Grace estaba bien. —Su


mirada se desvió de nuevo hacia Logan.
83

Los hombros de Logan parecieron relajarse un poco.


Página
—Entiendo. No pretendía ofender.
Aidan sonrió afablemente.
—No me ofendí.

—¿Tuvieron un buen almuerzo? —dije, cambiando el tema


deliberadamente, antes de quedar sofocada por la testosterona en el
ambiente— ¿Obtuviste tu hamburguesa con queso?
Maia asintió.

—Y después fuimos al Museo Nacional de la Calle Chambers porque


nunca antes había estado ahí.
Levanté una ceja hacia Logan.

—Buena comida y una excursión al museo. ¿A quién estás tratando


de impresionar?
Su labio se levantó en la esquina izquierda con mi broma.

—Tal vez me gusta la cultura y sólo trataba de impartir un poco de


ella.
—Sí, estás lleno de sorpresas —dije sarcásticamente.

—No tienes ni idea. —Me dirigió una sonrisa completamente


maliciosa que me golpeó directamente en las entrañas y parpadeé,
aturdida por un momento—. Maia, ¿por qué no nos vamos al apartamento
de al lado y dejamos a Grace con su amigo?

—Chicos, por favor, quédense —animó Aiden—. De todos modos,


me iré pronto.

Maia fue la primera en hacer un movimiento hacia el mostrador. La


noté mirar los mini bocadillos salados que no nos habíamos comido.
—Sírvete, cariño.

—No dudes que lo haremos. —Logan pasó junto a mí y comenzó a


buscar en las alacenas por platos. Sacó un par y empujó uno hacia Maia.
Ambos comenzaron a poner bocadillos en ellos.
Me reí.
84

—¿Esa hamburguesa no fue suficiente?


Página
Logan me lanzó una mirada por el rabillo de sus ojos que decía
simplemente: Soy un hombre.

Maia se rio y mordió un rollo de salchicha. Encontré su mirada y se


encogió de hombros.
—Estoy realmente hambrienta.

—Eso es porque eres mi… —Logan se detuvo abruptamente, de


repente luciendo muy incómodo.

Nos quedamos en silencio, todos sabiendo que estuvo a punto de


decir “hija”.

—Oye, deja de acaparar la comida —dijo Aidan ruidosamente,


rompiendo el incómodo silencio—. Acabo de llegar del entrenamiento, ya
sabes. Estoy famélico.

Logan saltó sobre la oferta de Aidan de un tema seguro y comenzó


a hacer preguntas sobre el rugby. Aidan incluso se las arregló para tener a
Maia haciéndole preguntas.

Cuando Aidan se iba un poco más tarde, arrojé mis brazos alrededor
de él y lo abracé con fuerza. Hoy me había recordado por qué lo
adoraba.
—Te quiero a morir. —Lo apreté.

—También te quiero, Grace —dijo toscamente, apretando de


regreso. De mala gana, lo dejé ir y se salió silenciosamente del
apartamento.
—¿Un ex?
Me di la vuelta, sorprendida por la aparición de Logan en el pasillo.

Negué, porque técnicamente en realidad no lo era. Una vez no


contaba.

—No. Aidan es como de la familia. Y está comprometido con una


mujer de la que está locamente enamorado.
Logan procesó esto y luego se encogió de hombros.
—Buen chico. Me alegra saber que hay alguien que vela por ti.
85

—Gracias —dije, sorprendida por su comentario.


Página

Se aclaró la garganta.
—Sí, de todos modos… quería tu opinión sobre algo.
—¿Dime?

—Shannon quiere conocer a Maia esta noche, pero no estoy seguro


de que sea una buena idea, no aún.

Me encantó que estuviera tan preocupado por los sentimientos de


Maia. Caminé hacia él y di unas palmaditas en su brazo para tranquilizarlo.
—Confía en tus instintos, Logan.

—Estoy pensando que deberíamos esperar hasta que lleguen los


resultados de paternidad.
—Estoy de acuerdo.
Asintió.

—La llamaré. —Me alejé, pero dijo mi nombre deteniéndome en


seco. Miré sobre mi hombro a manera de pregunta—. Gracias por todo.

Una vez más la gratitud en sus ojos me afectó. De hecho, fui


golpeada por una ola de atracción tan grande que solo pude murmurar
“de nada” antes de tener que alejarme de él. Cerré mis ojos y recé a Dios
para que las preocupaciones de Aidan fueran infundadas.
Esta cosa con Logan y Maia… ¿terminaría saliendo lastimada?
¿En qué demonios me había metido?

86
Página
8
Traducido por Gemma.Santolaria y LunaRowe

Corregido por âmenoire

Logan apareció en mi puerta a la mañana siguiente sujetando un


sobre acolchado. Sus rasgos tensos con ansiedad.
—El kit de paternidad llegó.
Di un paso a un lado para dejarlo pasar.
—Todo estará bien —le prometí.

Él no respondió. Estaba demasiado centrado en llegar a Maia. Lo


seguí dentro de la cocina, donde nos detuvimos ante la visión de Maia
sentada con su nuevo pijama, recogiendo cucharadas de cereal con una
mano mientras sostenía un libro de mi colección con la otra. Su nariz
estaba prácticamente presionada contra las páginas.

Había descubierto que Maia era como yo en más de un sentido. Si


me enfrascaba en un libro, el mundo a mi alrededor dejaba de existir. Esta
mañana, cuando Maia entró en la cocina con una novela para jóvenes
adultos en la mano, apenas había gruñido un “buenos días” hacia mí
mientras le servía un plato de cereal y un vaso de jugo de naranja natural.

—Maia —dijo Logan. Cuando Maia no respondió, me miró con las


cejas levantadas.

—Está leyendo —dije, como si eso explicara todo. Logan me miró


perplejo. Suspiré y deambulé hasta Maia y gentilmente le quité el libro de
su mano.
Ella me miró con confusión.
—Logan está aquí —dije.
87

—Oh. —Se dio la vuelta en el taburete y le sonrió—. Buenos días.


Página

Logan le dio una sonrisa perpleja de vuelta.


—Un buen libro, ¿verdad?

—¿Hmm? —Frunció el ceño antes de que la comprensión aclarara su


expresión—. Oh, sí. Lo tomé prestado de Grace. Es genial.

—Bueno, lamento interrumpir tu lectura, cariño. —Logan se sentó en


un taburete junto a ella y me puse a hacerle un café para ayudarle a
pasar por este gran momento—. Pero el kit de paternidad llegó. Necesito
que pases un bastoncillo por la parte interior de tu mejilla para que así
pueda enviarlo a hacer la prueba.
La cuchara de Maia cayó en su tazón con un estrépito.

—Está bien. Entonces… ¿cuánto tiempo tomará? Ya sabes, ¿los


resultados?

—Lo enviaré hoy mismo. La compañía que usaré tarda cuarenta y


ocho horas en responder, de modo que lo sabremos muy pronto.

La observé atentamente mientras le deslizaba a Logan su café. Ella


había palidecido considerablemente.
—Maia, va a estar bien —dije.
Ella levantó su mirada hacia mí con lágrimas en los ojos.

—Probablemente debería lavarme los dientes primero. —Tomó el


paquete de plástico que Logan sostenía hacia ella con el bastoncillo
dentro. Tan pronto como desapareció fuera de la habitación, Logan tomó
un profundo trago de café.

—Gracias —murmuró, bajando la taza—. Esto es… —Miró de vuelta


hacia la puerta—. Lucía aterrorizada. Prácticamente estaba llorando. Yo…
¿qué está pasando? Pensé que ella quería esto.

—Exactamente. —Me deslicé en el taburete que Maia acababa de


abandonar—. Logan, no tiene miedo a que seas su padre. Tiene miedo
que no lo seas.

Él lo meditó, y poco a poco los músculos de su apretada mandíbula


se relajaron.
—¿Qué hay de ti? —dije—. ¿Cómo te sientes?
—Cualquier cosa que pase, pasará. —Se encogió de hombros.
88

—Logan —advertí—. La mierda machista no va con este


Página

apartamento.
Él arqueó una ceja hacia mí.
—¿Mierda machista?
—Sí, mierda machista. Puedo olerla a kilómetros de distancia.

Él miró dentro de su taza de café como si tuviera todas las


respuestas.

—He pasado por un montón de altibajos estos últimos años. He


aprendido a hacerles frente. Puedo aprender a lidiar con esto. Es un
cambio de vida. —Me lanzó una mirada irónica—. Tuve que terminar las
cosas con la americana.

Ignorando la extraña sensación de satisfacción que sentí ante su


anuncio, traté de ser indiferente.
—¿Por qué?

—Lo de nosotros no era serio, y en este momento es una distracción.


Tengo que enfocarme en Maia. —El violeta en sus ojos se oscureció—.
Vamos, Grace. Los dos sabemos que esa prueba de paternidad nos dirá
que esta niña es mía. Mi vida como era ha terminado. Si hago este
compromiso con esa pequeña niña de ahí, entonces mejor que sea algo
serio. ¿Qué clase de imbécil sometería a una niña al jodido carrusel de
mujeres que he tenido entrando y saliendo de mi vida en estos últimos
meses?

No supe qué decir para hacerlo sentir mejor, porque la verdad era
que la vida que él conocía había terminado. Me levanté para volver a
llenar su taza de café, y cuando se la pasé, apreté su hombro.
—Eres uno de los buenos, Logan MacLeod.

Todos esos momentos se perderían en el tiempo… como las lágrimas


en la lluvia.
89

Esa frase todavía me molestaba. Me mordí el labio, preguntándome


por qué demonios me fascinaba la maldita frase. Mientras Maia parecía
Página

estar perfectamente contenta acurrucándose en mi habitación de


invitados leyendo su libro por el día, tuve la oportunidad de seguir con mi
trabajo. Ese manuscrito debía ser devuelto al autor en pocos días y pasaba
por todos los detalles que había resaltado antes de devolvérselo con los
cambios.

El sonido de mi puerta frontal cerrándose de un portazo me sacó del


manuscrito.
—¡Sólo soy yo! —gritó Logan desde el frente del piso.
—¡Aquí atrás!

Mis ojos recorrieron mi dormitorio. Afortunadamente, no tenía


ninguna pieza embarazosa de ropa interior mostrándose por ahí. Lo cual
era bueno, porque Logan entró directamente y vino a pararse detrás de mí
con las manos en el respaldo de la silla del ordenador.
—¿Cómo te fue? —dije, estirando el cuello para mirarlo.

Estaba demasiado ocupado frunciendo el ceño ante la pantalla de


mi ordenador para contestarme.

—“Todos esos momentos se perderán en el tiempo… como las


lágrimas en la lluvia”. ¿Por qué lo tienes resaltado?
Cerré mi portátil.
—Lo tengo resaltado porque algo me molesta.
—¿Lo has pasado por Google?
—No. —Fruncí el ceño—. ¿Por qué?
—Porque es una cita de Blade Runner3.
El reconocimiento me recorrió.

—Oh Dios mío, por supuesto que lo es. —Levanté la mirada hacia él,
molesta—. Ugh. La última cosa a la que necesito hacer frente en este
momento es a un autor intentando plagiar películas clásicas de culto. —Él
sonrió y luego dio un paso atrás, tomando asiento en el borde de mi cama.
Aparté los pensamientos de mi autor y de lo que iba a hacer para tratar
con esto, después de todo, pudo haber sido accidental. Ojalá.
—Logan, ¿qué pasó en la Oficina General de Registro?
90
Página

3Blade Runner: es una película de ciencia ficción estadounidense dirigida por Ridley Scott,
estrenada en 1982 y basada parcialmente en la novela de Philip K. Dick.
Él suspiró y metió la mano en su chaqueta. Sacó un trozo de papel y
me lo entregó.
Era una copia del certificado de nacimiento de Maia. Lo revisé.

—Logan. Esto… aquí estás registrado como el padre. —Miré hacia él,
emocionada por él—. Te das cuenta que esto significa que tienes
derechos legales ahora, ¿cierto?
—¿Eso significa?

Nos dimos la vuelta para encontrar a Maia insegura apoyándose en


mi puerta.
Logan asintió hacia ella.
—Eso significa.
—Eso es bueno, ¿cierto?

—Es bueno, cariño. —Él lanzó una mirada hacia mí y tuve la


sensación de que había venido aquí para hablar de ello conmigo, para
desahogarse tal vez, pero definitivamente no lo iba a hacer con Maia
aquí. De lo que ya había atestiguado ante su consideración alrededor de
ella, no le gustaría que ella pensara que estaba turbado. Golpeó sus
manos sobre sus rodillas entonces y se levantó—. ¿Por qué no salimos un
rato antes de mi turno esta noche? ¿Vamos a ver una película o algo así?
Podemos dejar que Grace siga con su trabajo.
Los ojos de Maia se iluminaron.

—Sí, de acuerdo. Eso suena bien. —Me dio un suave movimiento de


su mano y se apresuró por sus zapatos y chaqueta.

Miré hacia logan, que permanecía en mi entrada, mirándome de


vuelta.
—Todo estará bien.
Las esquinas de su boca cayeron antes de que dijera:
—Si lo dices suficiente veces tal vez lo volverás realidad.
91
Página
Me las arreglé para solo hacer un par de horas de trabajo y no logré
hacer mucho en ese tiempo. Seguía forzándome a enfocarme en el
trabajo, pero el rostro de Logan apareció en mis ojos más veces de las que
pude contar. Nadaba contra una corriente tormentosa y todo lo que
quería hacer era alcanzarlo y ayudarle a llegar a la costa. Pero mis
afirmaciones no parecían ayudar. Sólo se sentían vacías.

Fui sacada de mi meditación y mi trabajo por el teléfono sonando.


Era Chloe. Llamando para regañarme.
Aidan le había dicho todo.
—¿Estás loca?
Ayer habría dicho que no. Hoy…
—Podría estarlo.
Chloe chasqueó la lengua al otro lado de la línea.
—Sabía que tenías sentimientos por este tipo.
Fui directamente al modo negación.
—Sentimientos. Uff. Apenas lo conozco. Hago esto por Maia.
—A quien también apenas conoces. Necesito conocer a esta Maia.

—No —espeté, mis instintos de mamá oso activándose. Intenté hacer


retroceder esos instintos, endulzando mi voz cuando continúe—. Quieres
conocer a Maia. Hay una diferencia. No puedo dejarte conocerla en este
momento, Chloe. No todavía. Esa niña está pasando por un completo
cambio de vida. No quiero abrumarla más de lo que ya está,
especialmente no con mis demasiado desconfiados pero bien
intencionados familiares.

—Precisamente —dijo Chloe—. Soy tu familia. Es mi trabajo


asegurarme que no se estén aprovechando de ti.
—Sí, Aidan dijo lo mismo.
—Hablando de eso… él si llegó a conocer a Maia.

—Prácticamente fuimos emboscados. Además, sin ofender, dulzura,


pero Aidan es mucho más diplomático que tú.
92

Ella resopló altivamente.


Página

—Intentaré no dejar que eso lastime mis sentimientos.


—Chloe. —Luché por encontrar las palabras para explicarle—. Tienes
esta gran personalidad y Maia… bueno… no la tiene. Y está asustada y…

—Lo entiendo —interrumpió con un suspiro exagerado—. Pero si sales


lastimada por esto, voy a cortar algunas cabezas.
Solté una risita.
—Le advertiré a todas las partes involucradas.

—Crees que estoy bromeando, pero no lo hago, Grace. Tú, más que
nadie que conozco, mereces amabilidad y cariño. Si tan solo obtengo un
olorcillo de “provecho” de estas personas, me voy a meter.
—¿Crees que los ayudaría si fueran ese tipo de personas?
—Supongo que no, pero…
—Chloe. —La detuve de inmediato—. Te quiero.
Suspiró de nuevo.

—También te quiero. Llámame cuando sea seguro que me


entrometa.
Me reí, sintiéndome más agradecida con ella que nunca.
—Eso haré.

Colgamos y miré mi teléfono, deseando que pudiera encontrar una


mejor forma de asegurarle a mis amigos que estaba bien y que no estaba
cometiendo un error ayudando a Logan y Maia.
—Tus amigos están preocupados.
Brinqué, asustada. Me giré y encontré a Maia parada en la puerta
de mi dormitorio, vistiendo su chaqueta y sus zapatos nuevos. Obviamente
había regresado del cine con Logan. No lo escuché, así que asumí que
estaba en su apartamento, alistándose para ir a trabajar.

—Maia. —Sostuve una mano contra mi pecho, deseando que mi


ritmo cardíaco se redujera—. Cariño, es grosero husmear.
Ella echó sus hombros hacia atrás desafiantemente.

—Escuché mi nombre. —Y tan rápido como lo mostró, el desafío se


93

fue—. Tus amigos no me quieren aquí, ¿cierto?


Página
Ésta era una niña que no se había sentido querida por nadie en
mucho tiempo. Esto no era un asunto pequeño para ella. Señalé mi silla,
ella lentamente hizo su camino hacia ella. Una vez que estuvo sentada, me
senté frente a ella en el borde de mi cama.

Maia me miró con esos tristes ojos violetas y no quise nada más que
quitar todas esas sombras de ellos.

—Mis amigos sólo me están cuidando, como yo estoy intentando


cuidar de ti. Entenderán por qué estoy haciendo esto tan pronto como te
conozcan.
Frunció el ceño.
—Pero tú realmente no me conoces.

—Cierto. —Sonreí ante su franqueza—. Pero algunas veces


conocemos a personas con las que simplemente encajamos. Hay una
conexión y no puedes explicarla. Simplemente está ahí.

—¿Y nosotras encajamos? —dijo Maia, sus ojos iluminándose un poco


con obvia esperanza.
Sentí un pequeño dolor en mi pecho por ella.

—Sí, lo hacemos. —Algo inquietante se me ocurrió—. ¿No has


encajado con un amigo, amigos, antes? No has hablado sobre nadie que
podrías estar dejando atrás.
Maia de repente lució muy cansada.

—Los amigos quieren saber todo sobre ti y yo no podía decirles sobre


Maryanne o llevarlos al apartamento para pasar el rato. Era más fácil ser
solitaria que tener que lidiar con las preguntas. Aunque, no me hizo ningún
bien intentar ocultarlo, porque los niños del vecindario sabían sobre
Maryanne y le contaron a los demás. Hay muy pocas personas que
querrían juntarse con la hija de una drogadicta.
La profundidad de la soledad de Maia me golpeó.
Me ahogó.

Me dieron ganas de sacar algo de jodido sentido en su miserable


madre.
94

Más que nada, independientemente de eso, admiraba a Maia. No


Página

había tenido ningún apoyo o ánimo de alguien y hasta donde podía decir,
y de alguna manera, había escarbado hondo y encontrado el coraje a
venir aquí y enfrentar a Logan. Solo tenía quince años y había tomado las
riendas de su destino en sus manos. Yo no tenía ese coraje a su edad.

Sentí lágrimas escocer mis ojos, orgullosa de ella en una forma que
no podía explicar.

—Eres una persona extraordinaria y muy especial, Maia MacLeod. No


dejes que nadie te diga lo contrario. Y pase lo que pase después, nunca,
jamás tengas pena de dejar que te conozcan. Mereces que te conozcan.

Maia me miró, sus ojos abiertos con sorpresa. Y sin más explotó en
llanto.

Me levanté y la jalé de la silla y la sostuve fuerte contra mí a medida


que sollozaba. Me tomó todo lo que tenía para no llorar con ella.

Fue cuando me di cuenta que esta niña se había metido profundo


bajo mi piel en un pequeño lapso de tiempo. Mi vida también había
cambiado. Porque sabía que sin importar lo que pasara con Logan, no
dejaría que mi conexión con Maia se rompiera. Si necesitaba una familia,
quería ser eso para ella, justo como Chloe y Aidan se habían alzado para
ser la mía.

95
Página
9
Traducido por Aylinachan

Corregido por Soulless

—Maia, soy tu padre. —Logan estaba en mi sala de estar,


sosteniendo una hoja de papel, mirando fijamente a Maia con expresión
cuidadosa a medida que daba las noticias que alterarían su vida.

Era la mañana después de que Maia hubiera llorado en mis brazos, y


nos acababa de preparar una taza de té después de desayunar juntas.
Logan se había dejado caer en mi apartamento y sin más preámbulos,
anunció los resultados de la prueba de paternidad.

La taza de Maia tembló en su mano y extendí la mía para tomarla


suavemente lejos de ella.

—¿Qué significa esto ahora? —dijo. El color se había alzado en sus


mejillas, su rostro brillando expectante.
Logan no la hizo esperar.

—Esto significa que entre este certificado y el de nacimiento, tengo


derechos legales como tu padre. Voy a hacer cumplir esos derechos. Hoy
voy a ver a tu madre para decirle que te mudas conmigo. Si quiere hablar
de ello, lo haremos. Si quiere pelear por eso, puede hacerlo, pero va a
perder.
—¿En serio? —susurró Maia casi como si no lo creyera.

—Maia, ella te mantuvo lejos de mí durante quince años. —Sus ojos


eran duros, con determinación—. Y por lo que puedo ver, no ha hecho un
buen trabajo. Es mi turno de cuidarte. No puedo prometerte que voy a ser
bueno en eso, pero puedo prometer que voy a hacer mi mejor esfuerzo
para hacer que los próximos quince, treinta, cincuenta años, sean mejores
96

que los últimos quince.


Página
A medida que yo trataba de parpadear para apartar las lágrimas
con su discurso, Maia se lanzó desde su silla directamente hacia Logan.
Éste se quedó atónito por un momento mientras ella envolvía sus brazos
alrededor de su cintura y enterraba la cara en su pecho. Segundos
después, deslizó los brazos alrededor de ella y la abrazó con fuerza.

Tuve que mirar hacia otro lado para no convertirme en un mar de


lágrimas.
—Grace.

Los miré de nuevo para encontrar a Maia alejándose de su padre,


viéndose un poco avergonzada por su arrebato de afecto. Logan se dio
cuenta, le pasó el brazo por los hombros y la atrajo a su lado. Ella le sonrió
tímidamente, pero él se volvió hacia mí sin darse cuenta de la adoración
que estaba recibiendo.

—¿Está bien dejar que Maia se quede contigo mientras convierto la


segunda habitación en el dormitorio de Maia?
—Por supuesto —respondí fácilmente.

—De acuerdo. —Dejó escapar el aire entre los labios y miró a Maia—.
Voy a necesitar los datos de tu última escuela, cariño, para poder
organizar el traslado a una escuela aquí.
Ella asintió con entusiasmo.

—Necesitarás más ropa. Si Grace no puede llevarte, avisaré a


Shannon. Se muere por conocerte. —Alargó su mano libre y le acarició la
mejilla con el pulgar. Había una luz tierna en sus ojos, creo que finalmente
se acababa de dar cuenta que Maia era suya. Era su hija. Su voz sonó
ronca por la emoción cuando habló de nuevo—. Será mejor que vaya a
ver a tu madre.

—Iré contigo —solté de repente. No quería que fuera hasta ahí solo.
No quería que tuviera que enfrentarlo por su cuenta después de todo lo
que ya había tenido que pasar.
—¿Qué hay de Maia?

—Tengo quince años —dijo ella alegremente—. Puedo cuidar de mí


misma durante unas horas. Créeme.
97

Logan frunció el ceño.


Página

—¿Qué te parece si pasas unas horas con Shannon?


No estaba segura de que fuera una buena idea, teniendo en cuenta
que Maia no había conocido a su tía. Sin embargo, tomó la palabra antes
de que pudiera decir nada.

—Bueno. Quiero conocerla. —La examiné para asegurarme que


estuviera diciendo la verdad y, por lo que pude ver, lo hacía. De hecho,
estaba entusiasmada. Al igual que un niño en la mañana de navidad.

Supongo que, en cierto modo, esto era un poco así para ella. En
lugar de regalos, estaba recibiendo una familia.
—¿Aquí o en casa de Shannon y Cole? —dijo Logan.
—Um… —Se mordió el labio—. Aquí, por favor.

Podría estar emocionada, pero también estaba nerviosa. Logan


pareció entender que estaría más cómoda conociendo a su hermana en
alguna parte que fuera familiar y seguro para ella.
—Bueno. Voy a llamarla.
Lo hizo de inmediato y le oímos decirle que fuera sólo ella. En otras
palabras, Cole no estaba invitado por el momento. Ella debe haber estado
de acuerdo, porque él colgó el teléfono y le asintió a Maia.
—No tiene clase hoy, así que vendrá de inmediato.

No mucho tiempo después mi timbre sonó y Logan desapareció


para dejar pasar a Shannon. La llevó a la sala, sus ojos violetas brillaban,
tenía las mejillas sonrojadas y su cabello rojo brillante le caía sobre los
hombros en una masa de magníficas ondas y rijos. Recorrió la habitación y,
tan pronto como vio a Maia, se acercó a ella.

Sin decir una palabra, Shannon tiró de Maia entre sus brazos y la
sostuvo con fuerza. Miré a Logan para ver cómo reaccionaba ante la
conmovedora escena. Al igual que esta mañana, lucía inexpresivo.
98

Estaba empezando a preocuparme por eso.


Página

Shannon finalmente soltó a Maia el tiempo suficiente para dar un


paso atrás y luego poner su rostro entre las manos. Maia veía a Shannon
como si fuera una hermosa hada mágica. Shannon estaba mirando a
Maia casi de la misma manera.

—Mírate. Estás tan grande y hermosa. ¿No es hermosa? —dijo


Shannon y nos sonrió.
Asentí, y Logan murmuró:
—Sí. Se parece mucho a ti, Shannon.
Los ojos de Maia se abrieron aún más ante el cumplido.
—Excepto por el cabello —dijo él y sonrió.

Ambas rieron, el sonido exactamente el mismo, así que me eché a


reír ante sus idénticas expresiones de asombro y emoción. Tuve la
sensación de que iba a estar bien y empecé a relajarme ante la idea de
dejar a Maia sola con Shannon.

—Bueno. Mejor que se pongan en marcha. —La hermana de Logan


hizo un gesto hacia la puerta.

Logan asintió y se acercó a darle un beso en la mejilla tanto a


Shannon como a Maia. Yo hice lo mismo, apretando la mano de Maia y
sonriendo a Shannon agradecida antes de apresurarme tras Logan para
empezar su decidido viaje de vuelta a Glasgow.

Al igual que la última vez que estuve en el auto con Logan, hubo un
silencio total. Sin embargo, a diferencia de la última vez, quise darle
tranquilidad. Lo necesitaba para procesar todo lo que había sucedido. Así
que mantuve el silencio. Y él lo aceptó. Durante los noventa minutos.
Cuando finalmente llegamos al bloque familiar de pisos, Logan
estacionó y apagó el auto. Me miró.
Le dediqué una pequeña sonrisa temblorosa.
—¿Estás listo?
99

—Quiero que ella pelee conmigo.


Página
No tuvo que aclarar su declaración. Sabía exactamente lo que
quería decir, porque yo también quería que Maryanne peleara con él. Por
el amor de Maia. No se trataba de que no quisiera hacerse cargo de Maia.
Sin importar lo que pasara, él iba a hacer eso. Pero los dos queríamos que
Maryanne diera alguna indicación de que Maia significaba algo para ella.
Mi madre nunca había luchado por mí. Era una agonía saber que tu
propia madre no te quiere. Siempre estaba conmigo. Un fantasma
persiguiéndome, un demonio burlándose: “Si tu madre no te puede amar,
entonces, ¿quién puede?”

Luchaba contra ese demonio, o como quieras llamarlo, todos los


días. La mayoría de los días me ganaba. Aun así… no quería que Maia
tuviera esa lucha.
Logan me dio un asentimiento militante.
—Hagámoslo.
Para el momento en que llegamos a la puerta, tenía mariposas en el
estómago y no de las buenas. No ayudó que Logan golpeara la puerta sin
ninguna contemplación. Me quedé mirándolo con expresión severa y
recordándome a mí misma que en realidad no lo conocía muy bien, y no
tenía idea de su reacción ante esta situación sin Maia alrededor como un
amortiguador.
Oh, mierda.
Supongo que eso me hacía la amortiguadora esta vez.

Ni siquiera pasaron un par de segundos antes que la cerradura diera


la vuelta y la puerta se abriera hacia el interior para revelar a un hombre
alto, flaco y vestido sólo con un par de andrajosos pantalones grises de
chándal.

Su escaso cabello oscuro estaba sin lavar, el rostro sin afeitar y


apestaba a un fuerte olor a sudor rancio.

—¿Sí? —gruñó, rascándose la barriga desnuda. No es que tuviera


mucha.
—¿Está Maryanne en casa? —dijo Logan, bastante educado.
100

La respuesta del hombre flaco fue dejar la puerta abierta, dar la


vuelta y alejarse.
Página
Logan dedujo que significaba que podíamos entrar y yo le seguí al
interior del apartamento. Al instante fui golpeada por ese hedor que
habíamos olido la última vez que estuvimos aquí. Instintivamente me
acurruqué más cerca de Logan mientras caminábamos por el estrecho
pasillo hacia la sala de estar. El hombre flacucho se dejó caer en un sillón
frente a nosotros. Maryanne estaba acostada en el sofá viendo la tele.
Ella levantó la vista, su expresión era distante.
—¿Te acuerdas de nosotros? —dijo Logan y frunció el ceño.
Sus ojos se estrecharon.
—¿Qué diablos quieres ahora?

La miré cuidadosamente. Parecía menos nerviosa que la última vez.


No sabía lo suficiente sobre el abuso de sustancias para entender lo que
eso significaba. ¿Estaba drogada? ¿No estaba drogada? ¿Quién sabe?
Logan continuó.
—Hice una prueba de paternidad. Maia es mía.
—Buen trabajo detectivesco —resopló ella, y el hombre flaco se rio.
Logan los ignoró a ambos.

—También tengo una copia de su certificado de nacimiento. Me


registraste como su padre. Le diste mi nombre.
—¿Y?

—Tengo derechos legales, Maryanne. Voy a cumplirlos. Maia vivirá


conmigo de ahora en adelante. Permanentemente. ¿Tienes algo que decir
al respecto?
El hombre flaco le frunció el ceño a ella.
—¿Tomaste esa decisión?

—¿Y a ti qué te importa? —dijo Logan con silencioso tono


amenazador.
Me moví un poco más cerca de él, sintiendo su lucha.
101

—Nada. —El hombre flaco se encogió de hombros y luego sonrió


estúpidamente—. Maia era agradable a la vista, eso es todo.
Página
Logan se abalanzó, pero yo fui más rápida. Me puse delante de él
con mis manos apretadas contra su pecho.
—No.
Agarró mis muñecas, mirando ceñudo al hombre flaco.
—Si la tocaste alguna maldita vez, te mataré.

—No, hombre. —El hombre flaco se levantó de su silla,


retrocediendo—. Mare, dile que no la he tocado.
Maryanne gruñó.
—¿Por qué iba a querer un pequeño retoño cuando me tiene a mí?
Logan aún seguía tenso.

Apreté con más fuerza contra él, lo que le obligó a mirarme. Nuestros
ojos se encontraron y sentí todo su dolor, frustración y la impotencia sobre
la historia de Maia cayendo sobre mí. Cerré los dedos sobre su camisa y
me incliné más cerca.
—No valen la pena —susurré—. Sólo vámonos.

Parpadeó ante mis palabras y sentí que se relajó, desenroscando sus


manos de mis muñecas. Miró a Maryanne entonces.
—¿Significa esto que no vas a luchar por esto?

—¿Ves cómo esta esto? —Hizo un gesto por la habitación—. ¿Qué


demonios puedo hacer yo por la mocosa, eh? Está mejor contigo. ¿Por
qué crees que le hablé de ti? No me necesita.
Negué con la cabeza.
—No tienes ni idea de lo equivocada que estás.
—Fuera de mi casa, ricachona.
Logan se tensó de nuevo.

—De acuerdo, Maryanne. Si alguna vez vienes en busca de Maia,


tendrás que pasar por mí primero.
Su respuesta fue subir el volumen del televisor.
102

Logan solo pudo mirarla con disgusto.


Página
Dejé caer mis manos de su pecho con el fin de tomar su mano entre
la mía y me lo llevé fuera del apartamento.
No lo solté hasta que llegamos al auto.

Hubo un silencio tenso entre nosotros cuando Logan regresaba


hacia Edimburgo. Sin embargo, llevábamos unos veinte minutos en el auto,
cuando de repente se salió de la autopista al estacionamiento de una
estación de servicio.
Apagó el motor y se quedó allí sentado.
Esperé, dándole tiempo.
Y luego.

—¿Quién hace eso? —Golpeó sus manos en el volante, su pecho


subía y bajaba rápidamente a medida que tomaba tambaleantes
respiraciones entrecortadas.
Lo había visto tenso, preocupado, ansioso.
Pero no así.

No sabía si era solamente por Maryanne, pero sospechaba que era


por todo en general. Era una acumulación de todo desde el momento en
que había abierto la carta de paternidad. Tal vez incluso desde el
momento en el que Maia había aparecido.

—Logan —dije y toqué su brazo, obligándolo a mirarme—. Cualquier


cosa que hagas va a ser mejor que lo que ha hecho Maryanne por Maia.
Sus ojos fulguraron.

—Podría haber hecho esto sin problemas hace unos años, pero ya
no soy ese hombre. El tipo tranquilo que podía encargarse de cualquier
cosa.
103

—Sigues diciendo eso. ¿La prisión fue realmente tan mal?


Página

Apretó la mandíbula y miró por el parabrisas.


—¿Logan? —urgí.
—Yo… yo tuve que convertirme en un hombre diferente por ella.
—¿Cómo?
Suspiró profundamente.
—No quiero hablar de ello. Ya terminó.

—No ha terminado —dije en desacuerdo, oyendo la irritación en mi


voz y no importándome—. Ahora tienes a una adolescente esperando en
casa. Hace una semana, de acuerdo, bien, lo hubiera dejado pasar, te
hubiera permitido resguardar cualquier mierda que se revuelve en tu
interior, pero ya no se trata sólo de ti.

Logan volvió la cabeza y me miró fijamente. Me tensé, esperando. Y


para mi sorpresa comenzó a hablar.

Sin embargo, su voz fue ronca, baja, era como si las palabras se
arrastraran desde el fondo de su vientre.
—No soy un criminal, Grace.

Había un dolor en esas palabras que no podía ocultar, y sentí el


ardor de las lágrimas en mis ojos en respuesta a las mismas.
—Lo sé, Logan.

—No, no lo sabes. —Negó con la cabeza y apartó la mirada—. No


era ese chico. No era ese adolescente, y ciertamente no era ese hombre,
no me rodeo de gente como esa. Los hombres de ese lugar… incluso
muchos de ellos no son ni hombres. No son más que escoria que piensan
que el hecho de que les guste la violencia, jugar con cuchillos y las drogas
les hace hombres. Estuve respirando escoria durante dos putos años,
escuchando sus vilezas y las ignorantes cosas de las que hablaban. Cosas
que planeaban hacer cuando salieran, los hombres a los que planeaban
joder, las mujeres a las que planeaban hacer daño. Y les escuché
planeando hacerse daño unos a otros. Porque es la guerra. —Se volvió
para mirarme a mí ahora, hinchando sus fosas nasales con ira, con los
recuerdos—. Estar en ese lugar es una guerra. Y si no quieres terminar
jodido, tienes que hacer que te teman.
104

Me estremecí al ver la expresión de sus ojos.


—¿Qué significa eso?
Página
—Eso significa que tuve que encontrar un equilibrio. Quería salir
pronto por buena conducta, pero tenía que asegurarme que nadie se
metiera conmigo. Pasé todos los días en el gimnasio ejercitándome y me
alié con ciertos hombres.
—¿Qué clase de hombres? —Casi me daba miedo preguntar.

—La clase de hombres que son realmente terribles criminales. La


clase de hombres que han hecho cosas muy malas, Grace. Uno de mis
amigos más cercanos allí, y todavía hablamos al día de hoy, estaba por
homicidio. Era su tercera condena desde que tenía catorce años. Esa es la
clase de hombre que dejé entrar en mi vida. ¿En qué clase de hombre me
convierte eso?
Me dolía todo por él.

—La clase de hombre que hizo lo que tenía que hacer para
sobrevivir.
—Dices eso, pero no sabes en qué consistió aquello.

—Y no necesito saberlo. —Negué con la cabeza—. No, a menos que


realmente quieras decírmelo. Porque de lo contrario no me importa. No
necesito saberlo. No cambia quien creo que eres. —Apoyé la mano sobre
su pierna—. Logan, fueron dos años de tu vida. Dos años terribles, lo sé.
Pero en el gran esquema de las cosas, dos años no deberían definir quién
eres.
Sus dedos se apretaron alrededor del volante.
—Te estás olvidando de la razón por la que estaba en la cárcel.
Sintiendo que no había ganado del todo esta ronda con él, le dije:
—Entonces cuéntamelo.

—Estaba en el trabajo —dijo de repente—. Solía ser el jefe de


mecánicos de un garaje. Shannon entró… tropezando. —Cuando me miró
esta vez, pareció realmente atormentado—. Mierda, Grace, deberías
haberla visto. —Se estremeció y miró hacia abajo—. Su camiseta estaba
desgarrada, sus vaqueros desabrochados, su cara… maldición, su cara.
Ensangrentada, hinchada. Y su brazo colgando raro. Dislocado. —Llevó los
105

ojos del suelo hacia mi cara—. La agarré, grité a alguien que llamara a una
ambulancia, y mientras esperábamos, me dijo que su novio le había hecho
eso. No puedo explicarlo. Nunca había sentido tanta rabia. Es Shannon. —
Página

Pareció suplicarme—. Es mi hermana menor. Es la persona más amable


que he conocido hasta que te conocí a ti. Lo es todo para mí. Quería
matarlo. Trató de violarla. La golpeó. Y más tarde me enteré que no era la
primera vez que la había golpeado. El pensamiento de ella luchando
contra él, tratando de llegar a mí para que pudiera protegerla… la idea de
que yo no estaba allí… —Se calló, sus sentimientos sacando lo mejor de él,
así que esperé a medida que trataba de controlarse.

—Tuve un solo pensamiento —susurró—. Encontrarlo y devolverle lo


que había hecho. —Se aclaró la garganta, su rostro endureciendo—. Lo
llamaron sed de sangre. Tal vez porque una vez que me apoderé de él, no
pude parar. Un colega, un amigo mío, me siguió. Me arrastró fuera. —
Logan me miró ahora—. Dejé al novio de Shannon en coma. ¿En qué clase
de hombre me convierte eso, Grace? ¿Apto para ser un padre?

Tenía la sensación de que quería que me sintiera indignada.


Disgustada. Que alejara a Maia. Verlo tan abierto, tan expuesto, y tan
avergonzado de sí mismo fue demasiado. No quería que sintiera eso por sí
mismo. Y entonces decidí ayudarlo en todo lo que pudiera.

Una historia que no le había contado a nadie, ni siquiera a Aidan,


vino a mi mente, y me encontré contándosela a Logan.

—Cuando tenía quince años me desperté una noche y había un


chico en la cama conmigo. Tenía sus manos sobre mí, tocándome. Peleé
con él, escuché risas a mi alrededor, y cuando me las arreglé para
escapar del muchacho, para salir de la cama, me encontré con mi
hermano, Sebastian, y algunos de sus amigos borrachos en mi habitación.
Él los había llevado a mi habitación para hacerme deliberadamente eso.
Mis padres no estaban en casa. —Miré mi regazo, tratando de contener las
lágrimas. No me había dado cuenta de lo doloroso que era decirlo en voz
alta—. Salí corriendo de la habitación, me encerré en mi cuarto de baño y
los oí reír todo el tiempo. Conocía al que me había tocado. Era el mejor
amigo de mi hermano. Se quedó fuera del baño y se burló de mí hasta que
mi hermano se aburrió y lo apartó. Estaba aterrorizada. —Me obligué a
mirar a Logan. Me miraba, incrédulo, indignado—. Sebastian hacia cosas
así todo el tiempo. Él pensaba que era un juego. Apenas tuvimos suerte de
que no me violara. —Me quedé mirando solemnemente a los ojos de
Logan, esperando que el punto que estaba tratando de hacer tuviera
algún impacto—. La vida es de tonos grises, Logan. No sé si lo que hiciste
106

estuvo mal. La ley dice que sí, pero creo que actuaste con un instinto que
la mayoría de gente tiene. Si pudiera elegir entre como actuaste tú y como
Página

actuó Sebastian, elegiría tus acciones. Eso es todo lo yo que sé.


—Cristo, mierda, Grace —dijo con voz ronca.

—Conozco lo bueno y lo malo, Logan, créeme. Y en el fondo tú


también. Y sabes que eres un buen hombre. Lo sabes. Y no voy a decirte
nada diferente. —Me limpié una lágrima con impaciencia—. Los dos
sabemos que Maia te merece. Tú te la mereces.

Mi corazón saltó a mi garganta cuando fui sacada abruptamente


del asiento del pasajero a los brazos de Logan. Envolvió su mano alrededor
de mi nuca y me apretó la cabeza en el hueco de su cuello, mientras el
otro brazo lo sujetaba firmemente alrededor de mi espalda. No tuve más
remedio que deslizar mis brazos a su alrededor y aferrarme.
Dejé que la sólida, segura y febril calidez me atravesara.
Inspiré su aroma.

Y deseé que este momento no se sintiera tan perfecto como lo


hacía.

107
Página
10
Traducido por Marcelaclau, SoleMary, Martinafab y Ateh

Corregido por LizC

Mientras salía de mi apartamento me di cuenta que estaba relajada


por primera vez en lo que se sentía una eternidad. Me iba a encontrar con
Aidan, Juno y Chloe por un café antes de empezar mi trabajo del día.
Maia estaba en el colegio.
Su primer día de colegio.

Afortunadamente, su tiempo fuera de la escuela transcurrió al mismo


tiempo que las vacaciones de pascua en Edimburgo, por lo que en
realidad ni siquiera sentiría que se hubiera perdido de mucho. Estaba
empezando en un nuevo colegio en el último periodo del año, de modo
que era un poco extraño, pero no había nada que pudiera hacer al
respecto.

Logan no había perdido nada de tiempo arreglando la nueva vida


de Maia aquí con él. Consiguió su traslado a la secundaria de Muirhead,
que estaba a un paseo de veinte minutos a través de Meadows y en
Viewforth. Logan la había dejado esta mañana, pero ella había sido muy
insistente en caminar a casa sola de regreso y que podría caminar sola al
colegio por sí misma cada mañana a partir de entonces. Si padre no
estuvo feliz por esto, creo que continúa olvidando que ella tenía quince
años y estaba acostumbrada a cuidar de sí misma. Traté de decirle eso,
pero él sólo me gruñó y dirigió a Maia por las escaleras y fuera del edificio.

Aunque él y yo habíamos pasado algún tiempo juntos en estos


últimos días con Maia, la cercanía que habíamos experimentado en su
auto parecía como un recuerdo distante. Tenía la sensación de que Logan
108

estaba incómodo con lo que habíamos compartido con el otro. Tal vez se
sentía extraño al dejarme verlo vulnerable, o tal vez era porque le dejé
Página

verme tan vulnerable. Podía repesarlo una y otra vez en mi cabeza, y


podía sentirme avergonzada por darle una pieza de mi persona que no le
había dado a nadie, pero no iba a dejarme llevar por eso. Si Logan quería
ser machista y actuar extraño por todo eso, entonces lo dejaría. No iba a
volverme loca pensando demasiado en ello.

La verdad era que Maia era una gran distracción del “momento en
el auto”. Sus estados de ánimo estaban por todo el lugar. Ella había ido de
estar emocionada, feliz y llena de anticipación, a preocupada, ansiosa y
encerrarse en su habitación a llorar. Supongo que era en parte debido al
hecho de que era una adolecente, una chica (y en su período), pero
sabía que era algo gigantesco hacer frente al hecho de que su madre la
había entregado sin una pelea. Ella confió en mí un poco sobre cómo era
la vida con Maryanne. Maia se había prácticamente criado a sí misma,
desde ir por sí misma al oftalmólogo cuando se dio cuenta que su vista
estaba empeorando, a robar dinero del bolso de su madre para pagar por
uniformes escolares, zapatos y comida. La nueva transición le estaba
forzando a lidiar con sus recuerdos, y por lo tanto sus emociones estaban al
máximo.

Los estados de ánimo de Maia eran contagiosos, y por lo tanto,


también estaba completamente exhausta.

Por mucho que disfrutara ser un nuevo capítulo en la vida de Maia y


sobre todo conocerla, estaba ansiando volver a la normalidad al tomar
una taza de café con mis amigos y ponerme al día con mi trabajo. De
hecho, estaba más que un poco retrasada.

Estaba en medio de cerrar mi puerta cuando escuché la puerta de


Logan abrirse detrás de mí. Él estaba parado descalzo en su puerta
vistiendo una camisa negra con el logo del club nocturno en el que
trabajaba grabado sobre su pecho. Sus vaqueros azules oscuros luciendo
desgastados y colgando en sus caderas de un modo más que atractivo.
Nunca había pensado mucho acerca de los hombres en vaqueros, pero
en ese momento me di cuenta que algunos hombres simplemente te los
vendían.
Logan definitivamente vendía esos vaqueros.

Tenía una pequeña barba corta otra vez, y me di cuenta que me


gustaba. Mucho. A pesar del cansancio tras sus ojos, realmente era
jodidamente atractivo.
109

¿Cuándo se había convertido en mi tipo?


Página
Miré hacia abajo, dejando caer mis llaves en mi bolso, evadiendo su
mirada para que así él no pudiera ver lo que estaba pensando.
—Hola.
—¿Vas a salir?
Miré hacia él porque sonaba agitado.
—¿Estás bien?
—Trajeron la cama de Maia hace una hora.

—Eso es bueno. —Sentí una punzada en el pecho al darme cuenta


que Maia se estaría mudando pronto.
—Yo… um… —Él se pasó una mano por su cabello—. Quiero que su
habitación sea, ya sabes… necesito pintar. Cosas… objetos… que a las
chicas les gustan.

Él lucía tan adorablemente perdido y confundido que no pude evitar


reírme un poco.
—¿Estás pidiendo mi ayuda?

—Puedo preguntarle a Shannon si estás ocupada, pero sólo pensé…


conoces a Maia un poco mejor.

Maia había pasado más tiempo con Shannon, y las dos se llevaban
muy bien juntas. El fin de semana Logan había llevado a Maia a conocer al
prometido de Shannon, Cole, y a parte de su familia. Ella había estado
sonrojada con emoción cuando Logan la dejó en mi apartamento
después, y llenó mis oídos con descripciones de la hermosa hermana de
Cole, Jo, y su esposo, Cam, y su pequeña niña, Belle. De lo que podía
saber por Maia, es que ellos habían sido extremadamente acogedores
con ella. Estaba emocionada por ella. Nunca antes había experimentado
algo como los amigos de Logan y su familia.

Sin embargo, a pesar de conocerlos a todos y amarlo, Maia todavía


se aferraba a mí. Quería que estuviera incluida en todo y estuvo
decepcionada cuando insistí en que fuera sola con Logan a conocer a sus
amigos y familia. Intentaba lo mejor al darles tiempo padre-hija, y sabía
que Logan lo apreciaba. Pero la verdad era que Maia estaba viviendo
110

conmigo, y hasta ahora había pasado mucho tiempo con ella y era a mí a
quien ella había escogido para mostrarle su lado vulnerable. Era mi
Página
hombro en el que ella decidía llorar cuando todo se volvía demasiado
abrumador.
Así que sí, probablemente yo la conocía mejor que nadie.

—A ella le gusta el verde. No es demasiado femenina. En realidad es


un poco madura en sus gustos. Con estilo. —Suspiré internamente,
sabiendo que era una idiota. ¡Estoy haciendo esto por Maia, no por
Logan!—. Tendré que mirar la cama y hacer una pequeña llamada
mientras te pones tus zapatos.
Él levantó una ceja.
—¿Estás segura?

—Sí, estoy segura. —Lo eché adentro y lo seguí, sacando mi teléfono


de mi bolso.

Llamé a Chloe. Ella no estaba feliz. Su chillido se desvaneció por un


segundo, y de repente escuché a Aidan decir:
—Has lo que tengas que hacer, Grace. Nos pondremos al día
contigo más tarde.
Sonreí por su comprensión.
—Gracias. Hablaremos pronto.

Para el momento en que bajé el teléfono, estaba de pie en la


habitación de invitados de Logan. Era del mismo tamaño que mi
habitación de invitados, y ahora estaba eclipsada por la cama blanca
con cabecera estilo shaker y el colchón ubicado en el centro de la
habitación.
—¿Qué piensas?
Miré por encima de mi hombro y lo encontré apoyado en la puerta.

—Pienso que es adorable. Espero que tengas sábanas viejas para


cubrirla de modo que no le caiga pintura.
—Añadiremos eso a la lista de compras.

—Pienso que será una larga lista —dije con ironía, siguiéndolo fuera
111

del apartamento.

Acabábamos de llegar a la planta baja cuando la puerta del señor


Página

Jenner se abrió de repente y él se asomó al exterior.


—Pensé que había escuchado tu voz, Grace —dijo y sonrió—. Logan.
—Señor Jenner —dijimos al unísono.
—Escuché que tenemos una nueva adición en el edificio.
—Mi hija —dijo Logan.
Yo le sonreí.
—¿Qué? —Frunció el ceño.

—Nada. —Miré de vuelta al señor Jenner que todavía sonreía.


Parecía que se estaba volviendo más y más fácil para Logan usar la
palabra “hija”.
—Oh, muy bien —dijo el señor Jenner, sonriéndole a Logan—. Es
bueno tener una familia alrededor. Hablando de mi falta de ella… —Me
lanzó una sonrisa de arrepentimiento—. Puedo pedirte un favor, Grace,
¿cierto? Me faltan unas cuantas cosas.
Le tendí mi mano.
—Por supuesto. Sabe que no hay ningún problema. ¿Tienes tu lista?
La tenía en su mano. Traté de no reírme mientras me la pasaba.
—Probablemente nos tomará unas pocas horas. ¿De acuerdo?
—Oh, claro. No hay ningún problema. Eres un ángel.

Le sonreí, Logan le dijo adiós y escuchamos la puerta del señor


Jenner cerrarse detrás de nosotros justo cuando salíamos del edificio.
—¿Alguna vez le dices ”no” a alguien? —dijo Logan.
Fue mi turno de levantar una ceja.
—¿Y dónde estarías tú si lo hiciera?

Ignoró mi respuesta y entonces inclinó su cabeza hacia atrás con


una carcajada.

No pude evitar sonreír. Y lo hice, ignorando la creciente atracción


que sentía hacia él.
112

El hombre probablemente podría salvar al mundo con esa risa suya.


Página
Miramos fijamente dentro del maletero del auto de Logan. Estaba
lleno de cosas, al igual que el asiento trasero. No eran sólo para el cuarto
de Maia, en cualquier caso, eran pequeños objetos y piezas que había
elegido para el resto de su apartamento, para volverlo más acogedor.
Justo ahora se veía medio vacío y deshabitado. Logan necesitaba
convertir el lugar en un hogar.
—¿Crees que tenemos lo suficiente? —dijo él secamente.
Sonreí con suficiencia.
—Eso espero, o puedes decirle adiós a tus ahorros.

—Dicho esto. —Cerró el maletero y señaló hacia la tienda de


computadores—. ¿Maia necesita un portátil? ¿Para las cosas del colegio?
Quiero decir, ella necesita un teléfono, pero, ¿necesita un portátil?

—Bueno, Logan, nadie necesita un portátil —dije—. La pregunta es,


¿puedes proporcionarle un portátil?
Frunció el ceño ante mi indiscreta pregunta.

—Tú preguntaste —resoplé—. Sólo estoy diciendo que… su


cumpleaños es en pocos meses. Si quieres compensarla por todo lo
perdido en los últimos quince años, un portátil sería una linda forma de
hacerlo. Pero no todos los cumpleaños deben ser de la magnitud de un
portátil —añadí apresuradamente.
Logan pareció indeciso.

—Maia es feliz con sólo tenerte en estos momentos. No necesita un


portátil.
Él me lanzó una mirada por el rabillo del ojo.
—Está bien.
—¿Está bien?
113

—Sí. —Asintió y luego se dio la vuelta para mirar al otro lado del
enorme mercado—. ¿Tienes ganas de almorzar antes de ir al
Página

supermercado por lo del señor Jenner?


Probablemente debería haber regresado. Tenía trabajo por hacer.
—Suena bien.
Empezamos a caminar hacia el restaurante Tex-Mex.

—Entonces, en cuanto a un teléfono para Maia… ¿sólo compro


uno? ¿O debería dejarla elegir?

Sonreí ampliamente, él estaba esforzándose para no sonar ansioso,


pero aun así podía escuchar su ansiedad.
—Has lo que pienses que es mejor.

Hizo este pequeño gruñido que hace unas semanas me habría


intimidado. Ahora sólo me hizo sonreír aún más.
—Puedo sentir que estás riéndote de mí.

—Moi. —Lo miré fijamente con grandes ojos inocentes—. Ni en


sueños.

—Sí, claro. —Sostuvo la puerta del restaurante abierta, mirándome


fijamente todo el tiempo.
Fingí estar intimidada.

Después de ordenar, la mesera se alejó y Logan y yo nos quedamos


observándonos frente a frente por encima de la mesa.
Él estaba muy serio de repente.
—¿Qué? —dije con cautela.

—No has mencionado a tu familia en absoluto, a excepción de ese


hijo de puta quien ni siquiera cuenta como hermano.
Incómoda bajo su repentino escrutinio, me encogí de hombros.
114

—Mis amigos, Aidan, Chloe y Juno, son mi familia.


—¿Qué hay de los consanguíneo? ¿Tus padres?
Página

—No hablo de ellos.


Ladeó la cabeza con curiosidad.
—¿Por qué?

¿Por qué de repente quería saber sobre mí? Había tenido la


impresión de que él estaba evadiendo cualquier discusión personal
cuando colocó una pared entre nosotros después de nuestro encuentro
efusivo y el abrazo en su auto el otro día.
—¿Por qué quieres saberlo?

Logan se encogió de hombros y tomó un sorbo de agua. Cuando


puso el vaso de regreso sobre la mesa, dijo:
—Eres mi amiga.
Eso me sorprendió.
—¿Ah, sí?

Me dio una perezosa sonrisa y algo se extendió en mi vientre en


respuesta a ella.
—Sí.

Empujando muy lejos esa ridícula reacción hacia él, solté un


resoplido de risa.
—¿Quién lo hubiera pensado?
—Ciertamente, yo no. Estaba muy seguro que eras una arpía.
Entrecerré mis ojos.
—Tú tampoco fuiste pan comido, Logan MacLeod.

Sonrió de nuevo, y se me ocurrió que había visto más su sonrisa en los


últimos días que en todo el tiempo que lo había conocido.
—Lo he echado de menos.
—¿Qué?
—Tú, diciendo mi nombre completo con exasperación.
Me reí con nerviosismo.
115

—Pienso que no tendrás tiempo para extrañarlo. Estoy muy segura


que lo escucharás muy pronto.
Página

—Deja de cambiar el tema.


—¡No lo hice!
—Alguien lo hizo.
—No fui yo.
Me dio una mirada de advertencia con los ojos entrecerrado.
—¿Por qué no hablas de tu familia?

Sentí algo mientras trataba de mantener la calma, pero puse mis ojos
en blanco.

—Mi madre es fría y mi padre distante. No me gustaba la vida con


ellos en Londres, así que los dejé atrás por una familia real aquí en
Edimburgo. Fin de la historia. ¿Está bien?

Se quedó callado un momento. No sabía si estaba procesando la


información o preparándose para más preguntas… y luego me sorprendió
otra vez.
—Gracias, Grace.
—¿Por qué?
Fue su turno de darme un resoplido de risa.
—Por todo.

Me encontré atrapada en su fija mirada. El aire rodeándonos


pareciendo más denso, hasta sentí que me quedaba un poco sin aliento.
Mi piel estaba ruborizada y sentí bajar por mi cuello escalofríos, seguido de
un cosquilleo desde mi espalda a mis pechos.
Los ojos de Logan se oscurecieron con deseo.

—Desafortunadamente… —La mesera apareció en nuestra mesa, y


prácticamente salté fuera de mi asiento—, no tenemos nada más que el…

No estaba escuchando lo que sea que estaba diciéndole a Logan.


Estaba demasiado ocupada preguntándome qué demonios acababa de
pasar.
116
Página
La camarera rompió el momento entre Logan y yo, y de inmediato él
saltó a preguntarme sobre mi trabajo, y si había hablado con el autor que
había intentado plagiar Blade Runner. Desde allí charlamos y bromeamos
sobre nuestro trabajo, sobre Maia, y evitamos cualquier cosa demasiado
personal.

Después de nuestra carrera al supermercado, pasamos por casa del


señor Jenner para darle sus compras y luego Logan desapareció en su
apartamento para empezar a trabajar en la decoración de la habitación
de Maia, y yo entré al mío para comenzar mi propio trabajo.
Creo que volví a leer el mismo capítulo diez veces.
Antes de darme cuenta, Maia había llegada a casa de la escuela.
Llamé a Logan inmediatamente.

—¿Qué? —Maia nos miraba mientras los tres estábamos de pie en la


sala de estar. Ella había entrado, dejado caer su mochila en la sala,
paseado por la cocina, y luego reapareció en la sala con un vaso de zumo
de naranja en la mano. Se veía muy elegante en su uniforme: una
chaqueta negra con la insignia de Muirhead en el bolsillo izquierdo del
pecho, una camisa negra, una corbata a rayas verdes y negras,
pantalones negros ajustados y botas negras.
—¿Y bien? —dijo Logan, sonando impaciente—. ¿Cómo fue?
Ella se encogió de hombros.
—Estuvo bien.
Puse los ojos en blanco.
—Tienes que darnos más que eso. ¿Cómo fueron las clases? ¿Cómo
fueron los profesores? ¿Tus compañeros?

—Estoy tomando en su mayoría las mismas clases que tomaba en


Glasgow, a excepción de medios de comunicación, que me dejaron
tomar aquí. Los profesores fueron profesores, y todo el mundo estuvo bien.
Creo que he hecho una amiga. ¿Qué hay para cenar?

Entrecerré los ojos por lo indiferente que Maia estaba siendo. Sabía
con seguridad que después de nuestra conversación sobre su historia sin
117

amigos, hacer un amigo era algo importante. ¿Por qué no estaba


actuando como si lo fuera?
Página
—Todo eso suena muy bien. —Logan me miró, satisfecho, y no quise
estallar su burbuja al sugerir que algo raro estaba pasando, así que le
devolví la sonrisa.

—Genial. —Maia se encogió de hombros otra vez—. ¿Qué hay para


cenar?

—Mi cambio de turno de día comienza mañana, así que esta noche
no trabajo. Estaba pensando, pero sólo si estás dispuesta, en honor a tu
primer día de escuela, ¿tal vez te gustaría comer fuera? Shannon y Cole
nos invitaron a un restaurante con ellos, Cam y Jo. ¿Qué piensas?

Sus ojos se iluminaron, y vi esa chispa que había estado esperando


ver cuando habló de la escuela.
—Bueno. Claro. Grace, vas a venir, ¿verdad?

Casi me sonrojé, preguntándome si Logan estaba gimiendo


internamente al pensarlo. Estaba segura que había visto suficientemente
de mí por un día.
—Oh, no. Ve y cena con tu familia.

—Quiero que vengas —insistió ella con esta expresión testaruda en su


rostro. Eso era nuevo.
—Maia —comencé—, lo si…

—Deberías venir —me interrumpió Logan—. Deberías estar allí para


celebrar con nosotros.

—¡Yuju! —Maia aplaudió felizmente, y toda la cara de Logan se


iluminó al ver su emoción—. Iremos a prepararnos.
Él rio entre dientes.
—Entonces, de acuerdo. Volveré a las seis para recogerlas.

Tan pronto como la puerta se cerró detrás de él, me volví hacia


Maia.

—Uno, no puedes seguir invitándome a cosas con tu padre. Dos,


¿qué pasó realmente en la escuela hoy?
118

—Oh, Dios mío, ¡fue increíble! —Se abalanzó sobre mí, todo su rostro
radiante—. Estas dos chicas enseguida empezaron a hablar conmigo en mi
primera clase. Son muy simpáticas y nos gusta la misma música, también
Página

tienen el mismo gusto en películas y actores y todo. No les gusta toda esa
esa cosa estúpida de las bandas de chicos, ¿sabes? Les gusta la música
de verdad. Incluso han ido a conciertos en vivo. ¡Son muy increíbles!

Me sentía aliviada de saber que había conocido a gente con la que


hubo congeniado, pero todavía estaba confundida en cuanto a por qué
no había compartido esto con Logan.
—¿Por qué demonios no dijiste eso cuando Logan estaba aquí?
Su sonrisa murió un poco.

—No quiero que piense que soy una tonta niña pequeña que se
emociona sobre cosas estúpidas como esta. No quiero que se aburra
conmigo.

—Maia. —Sacudí la cabeza asombrada por cuán confusa estaba su


mente en este momento—. Logan quiere oír estas cosas. Quiere saber lo
feliz que eres. Él no cree que sean cosas de chicas estúpidas. No tienes que
fingir ser alguien que no eres solo porque creas que va a impresionar a tu
padre. Está orgulloso de ti, especialmente cuando estás siendo tú misma.

Se mordió un poco el labio inferior y luego inclinó la cabeza hacia un


lado y dijo:
—¿Sí?
—Sí. Ahora, debes prometerme que le contarás todo sobre…
—Leigh y Layla —añadió.

—Leigh y Layla. —Sonreí—. Bueno, esos nombres serán fáciles de


recordar.

Maia había tenido razón sobre la hermana mayor de Cole, Jo. Ella
era una de las mujeres más hermosas que había conocido en la vida real,
y eso que había vivido en Londres y había conocido a un montón de
mujeres hermosas. Por lo que podía decir, su belleza era profunda. Tan
119

pronto como vio a Maia de nuevo, la atrajo en un abrazo y comenzó a


preguntarle acerca de la escuela inmediatamente, pareciendo
Página

genuinamente interesada en todo lo que tenía para decir.


Me presentó primero a su marido, Cam. Aunque Shannon y Cole
eran unos años más joven que yo, Cam al parecer estaba cerca de los
cuarenta. El tipo no los aparentaba en absoluto. A diferencia de Cole, que
endurecía su apariencia clásicamente atractiva con dejadez y tatuajes,
Cam era realmente de rasgos duros. Sus tatuajes y apariencia descuidada
sólo le hacían parecer más.

—He oído hablar mucho de ti de Shannon y Cole —dijo Cam,


sacudiendo mi mano—. Llevas el ser una buena vecina al siguiente nivel.

—Tú sabrías todo sobre eso —se burló Jo de él mientras se apretaba


a su costado. Me sonrió, y por un momento estuve un poco deslumbrada
por ella—. Yo soy Jo, la hermana de Cole.

Le estreché la mano a medida que la miraba fijamente. Era alta y


aún más alta en sus tacones de diez centímetros.
—Es realmente un placer conocerlos a ambos.

No sabía qué más decir. Me sentía un poco intimidada por la


hermosa pareja.
Por suerte, Cole me salvó al venir a darme la mano.
—Encantado de verte de nuevo, Grace.
Me sonrojé.
Se volvió hacia Maia entonces, que estaba a mi lado.
—Maia. —Le guiñó un ojo.
Ella también se sonrojó.
Logan gimió y fulminó con la mirada a su hermana.
—Tenemos que conseguirte un nuevo prometido.
Shannon sonrió, pareciendo un poco más que petulante.
—No puede evitar ser así de hermoso.
Creo que Maia y yo nos sonrojamos aún más.

—Oh, Dios. No le llenes la cabeza con esas tonterías. —Cam le dio a


120

Cole un empujón juguetón hacia la mesa—. Ya es lo suficientemente


grande.
Página
—Te haré saber cuando tenga la cantidad justa de ego —le
respondió Cole antes de sacar la silla de Shannon para ella. Noté que Cam
hizo lo mismo con Jo y Logan hizo lo mismo con Maia.

Era una cosa tan caballerosa. Y yo que pensaba que la


caballerosidad estaba muerta.

Antes de que pudiera sacar mi propia silla, Logan rodeó a Maia y lo


hizo por mí. Sonreí ante su amabilidad y me acomodé en frente de Jo.

—¿Dónde está Belle? —dijo Maia de inmediato, viéndose


decepcionada.

Tuve que rebuscar en mi cerebro, pero estaba segura que Belle era
la hija de Jo y Cam.

—Oh, nuestros amigos Hannah y Marco están cuidando de Belle.


Tienen dos hijos y una hija, Sophia, que tiene casi la misma edad de Belle.
Son como primos. Son muy cercanos —explicó Jo.

—Hannah es la mejor amiga de Cole —añadió Logan para beneficio


de Maia—. Es profesora de inglés.
Los ojos de Maia se abrieron como platos.
—¿En mi escuela?
Logan negó con la cabeza.
—No trabaja allí.

—Gracias a Dios —murmuró Maia, y luego se sonrojó cuando todo el


mundo se echó a reír—. Lo siento. Realmente no quiero conocer a uno de
mis profesores fuera de la escuela.

—Sin embargo, Hannah siempre te puede ayudar —dijo Cole—.


Estaría feliz de darte tutoría después de clases.

—Gracias, pero Grace me ayuda con mi tarea de inglés. —Maia


sonrió hacia mí, y ahora tenía la atención de todos.
—¿Ah, sí? ¿Qué haces tú, Grace? —dijo Cam.

—Soy editora de libros independiente. Mayormente de ficción auto-


121

publicado, pero también algunos trabajos académicos.


Página
—¿En serio? —Jo se inclinó hacia delante, viéndose muy
interesada—. Nuestra amiga es escritora, y está pensando en auto-publicar
una serie que su editor no quiere. Ha estado en busca de un editor.

¡Hurra por mí! La cena se había convertido de repente en un cliente


potencial.

—Oh, bueno, voy a darte mi número para que se lo des, y mi sitio


Web. ¿Cómo se llama?
—Jocelyn. Escribe bajo el nombre de “J.B. Carmichael”.
Me quedé boquiabierta.
Jo resopló.

Su resoplido fue rápidamente seguido por la risa ahogada alrededor


de la mesa.
Evidentemente mi cara era todo un poema.

Aunque, considerando que J.B. Carmichael era número uno de


ventas del Sunday Times, creo que tenía derecho a mi sorpresa.
—¿Son amigos de J.B. Carmichael? —dije.

—Esto se siente como un déjà vu. —Cole sonrió descaradamente a


Shannon, y ella le arrojó su servilleta por alguna extraña razón.
Jo no les hizo caso.
—Sí —dijo y sonrió—. ¿Aún puedo darle tu número?

—Espera. —Miré hacia el otro lado de la mesa a Logan—. ¿J.B.


Carmichael es la esposa de nuestro arrendatario, Braden, así como tu jefe?
—Sí.

—¿Y simplemente no pensaste que era importante mencionar que su


esposa era un autora de éxitos?
Los ojos de Logan brillaron con diversión.
—En realidad no.

—¿No has visto su apartamento? —intervino Maia en mi defensa—.


122

Está, como, rebosante de libros. Incluyendo los libros de J.B. Carmichael.


Podrías haberle dicho.
Página

Cole encontró esto aún más hilarante.


—¿Podemos tal vez dejar de llamarla “J.B. Carmichael”? —preguntó
Cam a toda la mesa—. Es raro.

—De acuerdo. —Jo asintió y se volvió hacia mí—. ¿Puedo darle tu


número a Joss?
Joss, articulé.

—Joss. —Apenas me las arreglé para pronunciar la palabra—. Sí. Sí,


definitivamente puedes hacer eso.

Santo cielo. Existía la posibilidad de que J.B. Carmichael pudiera ser


mi cliente. ¡Eso se vería increíble en mi sitio Web!
—La hemos perdido —dijo Logan.
Puse los ojos en blanco.

—No lo han hecho. Estoy aquí. —Sonreí enorme—. Simplemente


estoy más feliz de lo que estaba hace diez minutos.

Se echó a reír, pero se detuvo para responder a la bonita camarera


cerniéndose sobre él. Ella sonrió hacia él, ladeando la cadera. La sonrisa
propia de Logan se profundizó.
Sentí una sensación desagradable en el estómago.

—¿Puedo ofrecerles bebidas, chicos? —preguntó la camarera a la


mesa, sin dejar de mirar a los ojos de Logan. Ella era su tipo. Pequeña,
rubia, con curvas exageradas.
—Agua para la mesa —dijo Logan.
—¿Algo más?
—¿Chicos? —nos preguntó él sin apartar los ojos de ella.
Quería darle un puñetazo.
Fuerte.
—Me gusta tu tatuaje —dijo la camarera—. ¿Significa algo?
—Definitivamente significa algo. —Sonrió sugestivamente hacia ella.
Shannon le lanzó una mirada molesta antes de girar a nosotros.
123

—¿Una botella de vino?


Página

Asentimos.
—¿Tinto? —preguntó Jo.
Todos asentimos nuevo.

—Una botella de la casa tinto —dijo Logan—. Maia. —Él finalmente


arrancó sus ojos de la camarera para mirar a Maia. Frunció el ceño
cuando la vio lanzándole una mirada asesina—. ¿Qué quieres beber,
cariño?
En lugar de responder, ella enterró su nariz en el menú.

Él me miró en busca de respuestas y vi a Maia, siendo incapaz de


mirarlo a los ojos. No tenía derecho a sentir celos o sentirme herida por su
coqueteo con otra mujer. Maia… ella tenía derecho a estar confundida
por la forma en que la hacía sentir. Me imaginaba que ahora quería a
Logan sólo para ella.
—¿Una Coca-Cola Light, cariño? —le pregunté en voz baja.
Ella asintió.
—Una Coca-Cola Light —dije, abriendo mi propio menú con más
fuerza de la necesaria.

Le oí murmurar la bebida a la camarera, y tan pronto como se fue,


sentí su mirada ardiente. Lo ignoré y miré a Jo y Cam.
—Entonces, Logan no me dijo lo que ustedes dos hacen para vivir.
—Yo trabajo con mi tío Mick. Soy pintora y decoradora —dijo Jo.

Esto me sorprendió, pero traté de ocultarlo. Supuse que viéndose en


la forma en que ella se veía, estaba acostumbrada a la gente haciendo
todo tipo de juicios precipitados sobre ella.
—Debe ser divertido trabajar con la familia.
Ella asintió.

—Puede serlo, sí. —Le dio un ligero empujón a Cam con su hombro—
. Cam es diseñador gráfico.
—¿Ah, sí? ¿Trabajas independiente o…?

—Ambas. Trabajo para una empresa de marketing a tiempo


124

completo, pero también co-diseño con artistas multimedia.


Sabía que Cole era famoso en la industria del tatuaje porque era el
Página

artista principal en INKarnate, un estudio de tatuajes en Edimburgo de


reconocimiento nacional. Me pregunté si se inspiró en Cam y pregunté. A
partir de ahí los dos me mantuvieron entretenida, con Jo y Shannon
interviniendo de vez en cuando, pero era muy consciente de una Maia
enojada en silencio a mi lado y su padre confundido a su otro lado.

También era consciente de que era el momento en que comenzara


a recuperar mi propia vida, porque ya no había ningún si con respecto a si
iba a terminar herida. Sólo un cuándo.

125
Página
11
Traducido por LizC y Teffe_17

Corregido por Soulless

—¿Por qué me miran así? —dijo Maia, lanzándonos a Logan y a mí


una sonrisa cautelosa.
Ella había llegado a casa de la escuela para encontrarnos de pie en
mi sala de estar, esperándola. Había pasado una semana desde que
había ido de compras con Logan, y era su día libre una vez más. Habíamos
pasado el tiempo dando los toques finales a la habitación de Maia.
El rostro de Logan estaba perfectamente en blanco.

Me abstuve de hacerle una mueca y le sonreí radiantemente a su


hija en su lugar.
—Logan tiene una sorpresa para ti.

No albergaría su repentina falta de entusiasmo en su contra, porque


sabía que debajo de esa reserva serena, él no era más que un montón de
nervios. Quería que la habitación de Maia fuera perfecta para ella.
Las cejas de Maia se elevaron con el anuncio.
—Bueno.

—Por aquí —añadió Logan, marchando hacia ella. Puso sus manos
sobre los hombros de ella, suavemente le dio la vuelta y luego puso las
manos sobre sus ojos. Comenzó a guiarla fuera de mi apartamento. Ella rio,
y vi los hombros de Logan relajarse un poco.

Corrí junto a ellos para llegar a mi puerta y me reí de ellos cuando


Logan intentó guiarla fuera. Ella tropezó en el marco de la puerta, y los
126

brazos de Logan se envolvieron a su alrededor para evitar que cayera.


Estiró el cuello para mirar hacia atrás hacia él, riendo, y él le sonrió en
Página

respuesta.
—Tal vez sólo voy a cubrir tus ojos una vez que estemos en nuestro
apartamento.

Ella no pasó por alto el énfasis que él puso en la palabra “nuestro”, y


se volvió hacia mí con los ojos brillantes.

—Entonces, vamos. —Me fui adelante y abrí la puerta del


apartamento de Logan.

Una vez estuvimos todos dentro, Logan insistió en cubrirle los ojos otra
vez, y les tomó el doble de tiempo recorrer el piso a la habitación de Maia.
La llevó adentro y dijo:
—Espero que te guste, cariño —luego quitó las manos de sus ojos.

Maia parpadeó varias veces, sus ojos abriéndose cada vez más a
medida que observaba su nuevo dormitorio.

Logan había pintado toda la habitación en un suave y relajante


verde. La cama coctelera blanca era el epicentro de la habitación, y
habíamos encontrado mesitas de noche a juego, una cómoda y un
armario. En la esquina de la habitación había una pequeña silla verde
para lectura de terciopelo muy linda de la que me enamoré y prometí a
Logan que a Maia también le encantaría. Había vestido su cama en un
conjunto de edredones de algodón blanco decorado con un verde
bosque y champán. Envuelto en la parte inferior de la cama había una
saliente de terciopelo verde bosque, y dispuse de cinco cojines dispersos
en todas las formas y tamaños, en verdes y champán, por encima de sus
almohadas.

Lámparas doradas hermosas con tonos champán sedoso se


encontraban en sus mesitas de noche, y le había comprado un poco de
perfume y maquillaje adicional que dispuse en su cómoda. En sus muchas
conversaciones sobre Leigh y Layla, había descubierto cuáles eran sus
bandas favoritas. Así, habíamos encontrado carteles de algunos de ellos,
los enmarcamos, y los pusimos en las paredes. Por encima de su cama
había una lona de arte abstracto que fue pintado en los colores con los
que habíamos decorado su habitación.
Esperamos con gran expectación por su reacción.
127

El asombro en su cara de repente se disolvió en lágrimas.


Logan me lanzó una mirada de pánico.
Página
Le sonreí para tranquilizarlo y antes de que pudiera decir algo, Maia
caminó lentamente hacia él, su boca temblando, su pecho subiendo y
bajando elaboradamente mientras trataba de controlar las lágrimas, y le
echó los brazos al cuello. En ese momento ella se parecía mucho a una
niña, y las lágrimas ardieron en mis ojos.

Logan se relajó en el abrazo, sosteniéndola con seguridad en sus


fuertes brazos. Le besó la parte superior de la cabeza y dijo en voz baja:
—¿Supongo que significa que te gusta?
Ella asintió contra su pecho.

—Me encanta. Es hermoso. —Su alabanza murmurada llegó hasta


nuestros oídos. Hubo unos cuantos sollozos más y emociones ahogadas
antes de que ella se alejara de su padre y secara sus mejillas—. Gracias.

Mi corazón se apretó en mi pecho cuando me di cuenta que los ojos


de Logan brillaban de emoción. Él acunó su cara y susurró:
—Bienvenida a casa, cariño.

No pude contener las lágrimas entonces y, francamente, no me


avergüenzo de ellas. Me conmovió tanto ser parte de este momento.
Maia sonrió temblorosamente hacia mí.
—Mejor voy a empacar.
—Sí, es hora.

Corrió hacia mí y me abrazó con fuerza antes de apresurarse a salir


del apartamento.

Y sólo así me encontré envuelta en los brazos de Logan. Solté un


gemido de sorpresa antes de relajarme en él. Deslizando mis brazos
alrededor de él, traté de no pensar en lo cálido y fuerte que se sentía en mi
contra, los músculos de su espalda duros bajo mis dedos. Olía jodidamente
maravilloso.
Maldición.

El abrazo no duró suficiente tiempo. Se echó hacia atrás, pero no se


alejó. En su lugar, tomó mi cara entre sus manos como lo había hecho con
128

Maia, y sus pulgares limpiaron los rastros de lágrimas en mis mejillas. Me


sentí un poco perdida mirando directamente hacia sus hermosos ojos.
Página
—No hay manera de que pueda agradecerte adecuadamente —
dijo, con la voz ronca.

—No tienes que darme las gracias —susurré, tratando de encontrar


la fuerza para hablar por encima de la reacción que mi cuerpo estaba
teniendo a su cercanía.

Hormigueaba. Por todas partes. En lugares que Logan realmente no


debería estar haciéndome hormiguear.

Esos hormigueos terminaron en completos escalofríos cuando bajó


sus manos, sus pulgares dejando un sendero por mi cuello y a lo largo de mi
clavícula. Me soltó, solo para colocar sus manos en mi cintura.
Mis labios se abrieron en sorpresa, atrayendo su mirada.
No podía respirar.

Un ruido vibrante rompió la intensidad del momento, y fruncí el ceño


en confusión.
Logan dio un paso atrás, ya no mirándome a los ojos.
—Mi teléfono —murmuró, rebuscando en el bolsillo de sus vaqueros.

Más que un poco desconcertada por lo que había o no acabado


de suceder, empecé a dar marcha atrás en la habitación.
—Voy a, eh… voy a ver cómo va Maia.
Sacudiendo la cabeza, me apresuré a salir del apartamento.
¿Qué demonios había sido eso?

Él no estaba coqueteando del todo, así que no podía haber sido


sexual. De hecho, tenía la certeza de que no era sexual, porque él no se
sentía atraído por mí. Negué con la cabeza de nuevo y me dirigí a mi
apartamento, de repente molesta.

¡Me gustaría que el hombre no fuera tan jodidamente cariñoso


conmigo!

Eso era todo. Había estado en lo cierto hace una semana en el


restaurante cuando había coqueteado con la camarera. Sin duda, tan
129

pronto Maia armó una rabieta con él por eso, se detuvo, pero aun así me
recordaba un hecho muy importante.
Página

Yo no era el tipo de Logan MacLeod. Nunca lo sería.


Y, francamente, en cualquier otra dimensión él no sería mi tipo. Me
habían arrojado a él en circunstancias fuera de mi control.
¡Bueno, no más!

Necesitaba crear distancia de él sin crear distancia con Maia. Podía


hacerlo.
Tenía que hacerlo.

Sacando el momento de mi cabeza, me moví a la puerta de mi


habitación para ver a Maia empacando su ropa en la maleta que había
dejado para ella.
—¿Casi lista?
Levantó la vista y me dio una sonrisa trémula.
—Cariño, ¿estás bien?
Se encogió de hombros, y entonces estaba llorando otra vez.
—Voy a extrañarte.
Entré en la habitación y la atraje a mis brazos.

—No iré a ningún lado. Estaré justo al lado, y puedes venir a verme
en cualquier momento que quieras.

Dejé que llorara un poco más, y finalmente se apartó para comenzar


a empacar de nuevo.
—Estoy un poquito nerviosa —admitió.

—Eso es perfectamente normal. Pero tú y Logan van a pasar un


tiempo increíble compensando los años perdidos. —Le di una sonrisa
burlona—. Aun así, trata de llevar las cosas con calma con él.

Maia se rio y asintió. Me dio un último abrazo, y la acompañé hasta


la puerta. Logan estaba esperando en la suya, y se acercó para tomar la
maleta.

Fueron solo unos pasos, pero se sintió como kilómetros, mientras lo


veía guiarla a través del pasillo entre nuestros apartamentos. Ella me dio
una sonrisa aguada y desapareció.
130

Logan asintió hacia mí, y le devolví el saludo con la mano antes de


cerrar mi puerta. Deslizándome por ella, aterricé con un pequeño golpe en
Página

el trasero a medida que observaba abatida hacia mi sala.


Mi abatimiento no duró mucho. No tengo tiempo para ello porque
cualquier preocupación que tuviera de no ver a Maia (y sí, tal vez a Logan
también) se detuvo cuando se hizo perfectamente evidente que ni ella ni
su padre tenía ninguna intención de olvidarse de mí.

Dos semanas más tarde me encontraba en mi cocina. La primera


semana de mayo había pasado, y me encontraba haciendo algo familiar.
Cenando con Maia y Logan.

De alguna manera habíamos caído en este patrón juntos. Después


de la escuela, Maia solía pasar el tiempo, ya sea en la casa de Leigh o de
Layla por una hora antes de venir a mi casa. Haría su tarea y yo la ayudaría
si podía, mientras empezaba a preparar la cena a tiempo para cuando
Logan saliera del trabajo. Si estaba demasiado ocupada con mi propio
trabajo para cocinar, pedía comida para todos nosotros.

—¿Layla dijo qué? —Negué con la cabeza, pensando que había


oído mal.

—Layla dice que piensa que nuestro profesor de historia, el señor


Tatum, está teniendo una aventura con la profesora de música, la señora
Rogers.
Compartí una mirada de preocupación con Logan.

Estábamos sentados alrededor de mi mesa en la cocina devorando


comida china para llevar.
—¿Y Layla fue testigo de algo que le hizo pensar eso?

—Sí. Dijo que la señora Rogers juega con su anillo de bodas cada vez
que está hablando con el señor Tatum.

—¿Cuán aburrida debe estar esa chica para notar esa mierda? —
Logan parecía tan desconcertado como yo.
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—Creo que el punto más importante aquí es que Layla no debería


estar propagando rumores en base a una mujer jugando con su anillo de
Página

bodas.
Maia se encogió de hombros.
—Yo no lo dije.
—Bueno, tal vez deberías hacer que Layla deje de decirlo.
Maia me miró con una expresión desconcertada.

—Es Layla. Solo el ejército británico y un tanque de guerra podrían


hacer que deje de hablar.

Logan se atragantó con el bocado de comida que acababa de


tomar.

Tomé un sorbo de agua para ocultar mi sonrisa. Cuando me sentí


recompuesta, la enfrenté de nuevo.
—Maia, difundir rumores está mal.
—Lo sé. No voy a hacerlo —prometió.

—Pasa las galletas saladas de gambas. —Logan me hizo un gesto,


así que las deslicé en el mostrador hacia él—. Descubrí quién estaba
robando en el trabajo —dijo a medida que apilaba arroz y pollo en una
galleta.

—¿Ah, sí? —Parte del dinero había ido desapareciendo de la barra


de forma intermitente durante la última semana más o menos. Eso estaba
volviendo loco a Logan, sabía que tenía en parte que ver con su sentido
interno de la responsabilidad y el hecho de tener antecedentes penales ya
que el dinero había ido desapareciendo de su lugar de trabajo. Braden
había sido condescendiente con él, dándole la posición gerencial en Fire,
así que sabía que Logan no quería defraudarlo.

—Una de las promotoras de clubes nocturnos comenzó… —Se


detuvo y lanzó una mirada a Maia. Lo hacía mucho cuando estaba a
punto de decir algo antes de recordar que su hija de quince años estaba
en la habitación—. Comenzó una relación con uno de mis camareros. Ella
se enteró de alguna manera que tengo antecedentes penales y pensó
que sería bastante fácil robar el dinero y que yo, naturalmente, sería
culpado por ello.

Sentí mi sangre hervir de furia y me di cuenta que las mejillas de Maia


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se pusieron rojas con la suya.


—¿Cómo supiste que era ella?
Página
—Afortunadamente, el camarero con el que estaba fol… en una
relación notó un cambio en su situación financiera. Comenzó a sospechar
y la atrapó la noche anterior cuando estaba cerrando el bar. Ella pensó
que estaba de espaldas.
—Perra —espetó Maia, furiosa.
Logan simplemente asintió en acuerdo.
Yo puse mis ojos en blanco.

—Maia, no utilices esa palabra. —Miré a Logan—. Pero tiene razón.


¿Involucraste a la policía?
Logan negó con la cabeza.

—Conoces a Braden. Creo que él estaba preocupado por meterme


en problemas, así que le dijo que podía pagarle o él podía ir a la policía.
Ella decidió pagarle.
Maia resopló, empujando su comida alrededor del plato.
—La gente apesta.
—Solo a veces —le dijo Logan—. Cometen errores. Todos lo hacen.

Sintiendo que iba a entrar en modo adolescente melancólica por la


injusticia hacia su padre, decidí cambiar de tema.
—Hablando de errores, hoy hice uno.
—¿Sí? —Ella levantó la vista de su plato.
—Hmm. Escuché esa condenada banda terrible que tanto te gusta.
—¡Uh! —Soltó un sonido de indignación—. ¿Cuál?

—The Charmed Umbrellas… Potatoes… Walking algo. —Me encogí


de hombros, burlándome de ella.
—The Charitable Rifle —resopló—. No son condenadamente terribles.
Miré a Logan.

—¿Cómo salieron con un nombre como ese? Ni siquiera tiene


sentido.
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Él se encogió de hombros, sus labios crispándose de risa.


Página
—Por Dios, Grace, estás demostrando tu edad. —Maia me estaba
dando su mirada de “diablos, no”.
Le di mi propia mirada de “diablos no”.

—No acabas de decir eso. Voy a decirte que tener 28 años no es ser
tan viejo.
—Es ser trece años mayor que yo. —Sonrió con descaro.
—Ahora sólo estás siendo mala.
Logan perdió la batalla y sonrió a su comida.

Antes de que Maia pudiera responder, sonó el timbre,


interrumpiéndonos. Fruncí el ceño.
—Me pregunto quién es.

Quién era, era una mujer alta, de piernas largas, rubia y curvilínea.
Llevaba vaqueros ajustados, tacones de aguja, y un suéter ajustado con
un profundo escote en V que mostraba un muy buen escote. No llevaba
chaqueta y no necesitaba una, considerando que estábamos teniendo un
mes bastante cálido. Sus ojos azules se agrandaron al verme.

—Uh… —Sus cejas se fruncieron en confusión—. Estoy buscando a


Logan.
Era americana.
Mi estómago se desplomó.
¿Era la americana?

—Entra —me encontré pronunciando por cortesía arraigada. Me


hice a un lado, dejando que entrara a mi apartamento, y su fuerte
perfume flotó sobre mí.

Sus tacones resonaron contra mi suelo de madera a medida que la


llevaba a la cocina. Se detuvo en la puerta, y los labios de Logan se
entreabrieron de sorpresa.
Ella le dio una descarada sonrisa íntima.

—Un tipo viejo en la planta baja dijo que podrías estar aquí. —Su
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sonrisa decayó cuando vio a Maia, su expresión volviéndose confusa


cuando me miró.
Página

Él dejó caer su tenedor en el plato y se deslizó de su taburete.


—Qué vecinos tan serviciales tenemos.
Un silencio incómodo cayó.

—Uh… Sharon, esta es mi hija, Maia, y mi amiga Grace. Chicas,


Sharon. —Se acercó a ella y se inclinó para preguntarle en voz baja—:
¿Qué estás haciendo aquí?

—Bueno… —Metió su mano dentro de su gran bolso y sacó un


dispositivo—, dejaste tu iPad en mi casa esta tarde, y pensé que podrías
necesitarlo.

—Mierda. Lo estaba buscando por toda la oficina. Gracias. —Lo


tomó.
Me sentí enferma.

Todo este tiempo, había estado viendo a la americana después de


haber dicho que no lo hacía.
Me sentí… traicionada.

Sabía que no era justo para Logan porque eso no era lo que
teníamos, pero aun así… supongo que no puedes evitar lo que sientes.

—Papá, ¿quién es ella? —exigió Maia fríamente. También resultó ser


la primera vez que había llamado a Logan “papá”.
Él le echó una mirada un poco aturdida.
—Eh… una amiga, Maia.
—Bueno, estamos cenando. Está interrumpiendo.
—Maia. —Bajó su tono de voz con advertencia—. No seas grosera.

—No soy la que está siendo grosera —murmuró y se dio la vuelta en


su taburete, empujando su comida por el plato con el tenedor.

Veía ese plato con una fiereza que me preocupaba. Logan


realmente iba a tener que ser más cuidadoso cuando a la hora de
introducir mujeres a su vida.
—Sharon…
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—Será mejor que me vaya —dijo, lanzándome una sonrisa de


disculpa—. Siento haber interrumpido. —Se inclinó para besar su mejilla—.
Fue bueno verte de nuevo.
Página
Logan la acompañó a la salida, y sentí mi frustración aumentar cada
vez que uno de sus tacones resonaba contra mi suelo.
Cuando Logan regresó, Maia me miró.
—¿Puedo retirarme?
Miré por encima de su hombro a Logan, y él asintió con cansancio.
—Claro. —Le sonreí pacientemente y tomé su plato.

Sin decir una palabra, Maia se levantó y salió del apartamento para
ir al lado.
Logan se frotó la parte posterior de su cuello, incómodo.
—No se suponía que eso pasara.

Sintiendo temor por el hecho de que fuera yo con quien él quisiera


hablar de esto, le di la espalda y comencé a vaciar la comida de Maia y
la mía en el basurero.

—Si tienes una mujer, creo que sería mejor que la introduzcas
cuidadosamente en la vida de Maia. Para futuras referencias.

—Pero yo no… Sharon… no he… Mira, Sharon y yo no hemos estado


juntos. Terminé con ella. Lo de hoy ha sido un desliz.
No dije nada.

—Estoy diciendo que pasé dos años en la cárcel, y cuando salí, pude
haber estado tratando de compensar el hecho de que no había tenido
sexo en dos años. Cuando te acostumbras a tenerlo regularmente… ella
me llamó, y fui a su casa en mi hora de almuerzo y…

—No necesito saber los detalles. —Le lancé una mirada por encima
del hombro, tratando de ocultar mi furia—. Somos amigos, pero no somos
así de cercanos.
—Sólo estoy diciendo que sucedió. No es serio, y no volverá a pasar.
Ahora empecé a cargar los platos en el lavaplatos.
—¿Ella sabe eso?
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—Está aquí con una visa de seis meses. Ambos sabíamos que era
algo temporal. ¿Te puedes dar la vuelta? Odio hablar con tu espalda.
Página

Me preparé y me di la vuelta, apoyada en el mostrador por apoyo.


—A menos que esté soñando con que el escocés de bordes ásperos
le haga la pregunta.
Logan me miró como si estuviera loca.
Solté un resoplido divertido.

—¿Qué? ¿No crees que las mujeres piensen de esa manera? Muchas
mujeres tienen fantasías románticas e ideas, y por mucho que entendemos
la realidad de una situación, siempre hay estas pequeñas cosas llamadas
imaginación y esperanza, y nos hacen pensar cosas locas como querer
que el gerente mujeriego de un club nocturno se case con nosotras y nos
dé una visa permanente.
Logan proceso esto.
—¿En serio?
—Sí.
—De acuerdo, entonces, definitivamente ha terminado.
—El horror. ¿Cómo vas a encontrar tu próxima cita caliente?

Logan se echó a reír y se levantó del taburete. Sin dejar de reír, tomó
su plato vacío y lo puso en el lavaplatos. Cuando se enderezó, estábamos
demasiado cerca para mi gusto. Él sonrió.
—Gracias por la cena.

Lo vi alejarse, pensando que tal vez lo odiaba un poco, y me odiaba


a mí misma por odiarlo cuando no era su culpa que tuviera sentimientos
por él.

—Ah y, Grace. —Miró sobre su hombro—. No digas “cita caliente”


otra vez.

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Página
12
Traducido por Nelshia, Priix y Adaly

Corregido por LizC

—¿Te conozco? —Chloe arrastró su mirada por encima de mí y de


nuevo otra vez con actitud exagerada.
—No lo hagas. —Suspiré y me deslicé en el taburete junto a ella en el
bar. Después que Logan se fue, había llamado a Chloe para concertar
una noche de emergencia fuera. Necesitaba una copa y necesitaba a mi
amiga. Aunque, no necesitaba que fuera sarcástica—. Sé que he estado
preocupada últimamente y lo siento, pero… —Me callé. La verdad era
que, realmente no había sido una buena amiga—. En realidad, sólo lo
siento.
Chloe hizo una mueca.

—Te conseguiste una vida, Grace. No hay nada que lamentar. Sólo
estaba bromeando.
El camarero interrumpió.
—¿Qué puedo traerles?

Me dejé caer, apoyando mi codo en la barra y mi barbilla en la


palma de mi mano.
—Talisker y soda, por favor.
Chloe contuvo el aliento a mi lado.

—¿Vas a tomar whisky? De acuerdo, ¿la cabeza de quién necesito


estar rompiendo?

—La mía —gemí y cerré mis ojos con fuerza—. Mierda, Chloe. Estoy
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enamorándome de Logan MacLeod y necesito que me ayudes a parar.


Página

—¡Lo sabía!
Mis ojos se abrieron para mirarla enfurecida.
—No alardees.

Ella ocultó su sonrisa detrás de su vaso y bebió un sorbo del cóctel de


frutas que estaba bebiendo.
—Deja de sonreír.
Ella resopló.

—Claro, vaca malhumorada. Dime por qué tengo que impedirte


enamorarte del Sr. MacLeod. Vi una foto de él en Facebook. Simplemente
puedo decir… guau.
Mis cejas se fruncieron.

—¿Facebook? —¿Cómo diablos lo encontró en Facebook? ¿Logan


tenía una cuenta de Facebook? Eso no sonaba correcto.

—Agregué a Maia como amiga después de que habláramos por


teléfono el otro día y…
—¿Hablaste con Maia?

—Sí. Cuando te llamé, ella contestó. Tuvimos una pequeña charla. Es


una lindura.

Sólo Chloe podía hacerse amiga de Maia después de una


conversación.

—¿Así que la agregaste a tu Facebook? ¿Sabes que eres trece años


mayor que ella?
Chloe hizo una mueca.

—No lo agregué como amiga para hacernos amiga. La agregué


como amiga con el propósito de espiar, y valió la pena.

—Ed en serio necesita conseguirse un trabajo más cerca de casa —


murmuré.
Ella ignoró mi indirecta.
—Maia publicó una selfie de Logan y ella.
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Me animé ante eso. La idea de Logan posando para una selfie con
su hija me hizo sentir conmovida por dentro.
Página

—Déjame ver.
Sonriendo pícaramente, Chloe metió la mano en su bolso y sacó su
teléfono. Ella jugó con él durante unos segundos y luego me lo pasó. Había
hecho aparecer el perfil de Maia en Facebook, y por supuesto, su foto de
perfil era una selfie de Logan y ella.
Era adorable.

Maia estaba sonriendo ampliamente a la cámara, su mejilla


presionada a la de Logan mientras él daba esa pequeña sonrisa suya que
era sexy incluso cuando él no quería que lo fuera. Me desplacé a través de
los comentarios y empecé a fruncir el ceño.
—Mira lo que estas niñas están diciendo sobre Logan.
—Tienen quince años y él es muy sexy.

—Es el padre de Maia, no… —Mi boca cayó abierta. Empujé el


teléfono en la cara de Chloe, señalando un comentario—. ¿De dónde
aprendió ella acerca de eso? Eso es inapropiado. Esa… maldición, esa es
Layla. —Estaba horrorizada—. Bueno, creo que necesito frenar la cantidad
de tiempo que Maia está pasando con esa pequeña niña… bocasucia.
—Ooh qué lindo, Grace. En serio te pusiste celosa por eso.

—No estoy celosa de una quinceañera, aunque es más cruda que el


porno.
—¿Es posible ser más crudo que el porno?

—Depende del porno —dijo el camarero con una sonrisa pícara


mientras ponía mi whisky delante de mí—. ¿Cuenta?
Pensé en Logan y Sharon.
—Sí, por favor.

—De regreso al tema en cuestión —dijo Chloe—. No quiero impedirte


enamorarte de este tipo. Personalmente, creo que es bueno para ti.

—¿Cómo puedes posiblemente pensar eso? Ni siquiera lo has


conocido.

—Sé que tienes éste fuego en ti que nunca antes había visto. Tienes
estas nuevas personas en tu vida. Tienes a Maia, a quien claramente
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adoras.
Decidí que era hora de decirle sobre Sharon la americana.
Página
—Ay, eso no es nada. —Chloe lo desestimó con un gesto de la mano
tan pronto como terminé de decirle acerca de los acontecimientos de la
noche.
Estaba ofendida por su desestimación.

—Está claro que no estás escuchando. No soy el tipo de Logan. En


absoluto. Y ni siquiera es mi tipo. No sé cómo sucedió esto. Pero sí sé que
nunca me verá como algo más que una amiga, y voy a terminar con el
corazón roto si no hago algo rápido.
Chloe levantó una ceja.

—¿Has oído lo que acabas de decir? Él no es tu tipo. Y sin embargo,


aquí estamos hablando de los sentimientos que tienes por él. ¿Quién
puede decir que no ha desarrollado sentimientos por ti?

Negué con la cabeza, frustrada por sus intentos de apoyo en lugar


de desaliento.

—Él coquetea con las mujeres que encuentra atractivas. He sido


testigo de ello. Nunca ha coqueteado conmigo. Nunca. Chloe, todas sus
mujeres tienen el mismo aspecto. Y no se parecen a mí. Si él no está
buscando ponerse serio con las de su tipo, definitivamente no está en
busca de algo serio conmigo. Sólo va a seguir teniendo turbios encuentros
por su lado con mujeres que no quiere llevar a casa, a su hija. No voy a ser
un encuentro turbio, y no me gustaría serlo.
Chloe frunció el ceño.
—¿Qué diablos es lo que quieres que diga?

—Quiero que me ayudes a superarlo. Antes de todo esto he estado


en una mala cita tras otra. Algunos con los que tú me enviaste a salir. Te
estoy pidiendo que excaves profundo y busques mucho y me encuentres
la mejor maldita cita que alguna vez le hayas encontrado a alguien. Es el
momento de rehacer la magia de Aidan y Juno.
Mi amiga no parecía feliz.
—Pero…

—Pero nada. Logan es un callejón sin salida. ¡Encuéntrame una


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carretera abierta!
Sus ojos se abrieron con diversión.
Página
—Bien. Te voy a encontrar la cita más perfecta jamás vista.

—Eso es lo que estoy hablando. —Choqué mi copa contra la de ella,


ya sintiéndome mejor.

Después que Maia me ayudó a cargar el lavavajillas unos días más


tarde, se volvió a Logan, que estaba bebiendo una cerveza en mi
encimera. Acabábamos de terminar de cenar juntos. Otra vez.
—Dado que es viernes, ¿podemos ver una película esta noche?
—¿Has hecho toda tu tarea?

—La mayor parte. Pensé en terminar el resto el domingo. No hay


mucho que hacer. Pregunta a Grace.

Miré por encima del hombro para encontrarlo mirándome


inquisitivamente.
—Es cierto.
Sus labios se curvaron en las esquinas y sus ojos se deslizaron a su hija.
—Entonces podemos ver una película.

—Tú también, Grace. Papá compró un nuevo sillón y es


impresionante, pero te dejaré tenerlo.
Me reí de su generosidad.

—Nada de películas para chicas, por favor —añadió Logan—. No las


necesito aliándose contra mí.

—Vamos a votar —dijo Maia—. Y prometo no votar por una película


para chicas. Son una mierda de todos modos. Siempre se trata de dos
idiotas que al parecer no entienden el arte de la comunicación.

—No hay nada de malo en una buena película para chicas —


142

argumenté, pero lo hice riéndome de su evaluación sobre las películas


para chicas—. Pero, por desgracia, no puedo votar porque no puedo ir
Página

esta noche.
—¿Por qué? —Maia pareció decepcionada.
—Tengo planes.
—Oh. Bueno, cámbialos.

Me reí, pero Logan dijo su nombre con advertencia y sacudió la


cabeza hacia ella.

—Tal vez Grace va a pasar tiempo con sus otros amigos, Maia.
Recuerda que los tiene.
Maia resopló.

—Oh, sí. Se me olvidó que tenía una vida antes de que nos
apoderáramos de ella.
Los dos se sonrieron maliciosamente el uno al otro.

—Ustedes dos son tan divertidos —dije secamente—. Y tan


equivocados.
—¿De qué?
—Mis planes. No voy a ver a mis amigos. —Sentí un aleteo en mi
vientre y sabía que en parte era por los nervios de la cita de esta noche y
en parte por la emoción de que esta noche podría significar el final de mi
enamoramiento por Logan—. Tengo una cita.
Mi anuncio fue recibido con un silencio absoluto.

Maia me observaba horrorizada, y el rostro de Logan se había


quedado en blanco.
—¿Una cita? —espetó Maia, como si fuera una mala palabra.
Solté un resoplido divertido.

—Sí, una cita. Voy a esas de vez en cuando. Tengo que ocultar mis
cuernos y pezuñas al hacerlo, pero de alguna manera me las arreglo.

—¿Con quién? —Logan prácticamente gruñó desde el otro lado de


la encimera, su expresión ya no en blanco. Estaba con el ceño fruncido.
Duro.
143

Parpadeé rápidamente en sorpresa por su gruñido. ¿Qué era eso?


¿Logan se atrevía a jugar el papel de hermano mayor?
Página
Oh Dios, ¿mi vida podía volverse más patética? He sido relegada a
la “familia” en su libro.
—Un colega de Chloe. Ella nos arregló. Dijo que es maravilloso.

Al parecer, es divorciado, padre de dos, y estaba buscando algo


serio otra vez, después de un año de muchas citas. Tan pronto como Chloe
oyó eso, dijo que sabía que tenía que presentarnos. Dijo que era justo lo
que yo necesitaba.
Sentí otra explosión de mariposas ante la idea de conocerlo.
—¿Una cita a ciegas? —Logan todavía estaba frunciendo el ceño.
—Sí.
—Porque has tenido tanta suerte con eso en el pasado.

Hice una mueca con su recordatorio ya que él me había salvado de


la última.
—Testigo de una mala y crees que lo sabes todo.
Maia de repente cruzó la habitación hacia la puerta.

—Voy a escoger una película —gritó por encima del hombro antes
de desaparecer.

—¿Maia? —llamé, preocupada por su reacción. En respuesta, no oí


nada más que el portazo de la puerta delantera. Lancé una mirada
confusa a Logan.
Se encogió de hombros.

—No me preguntes. Todavía estoy tratando de averiguar la mitad de


sus estados de ánimo.
Me mordí el labio y me deslicé en un taburete.

—Tal vez siente que la estoy abandonando al no quedarme a ver la


película con ustedes.
—Puede ser.

—Odio decepcionarla, pero ella tiene que entender que tengo


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amistades además de ustedes dos y que cuando veo a otras personas eso
no significa que la estoy abandonando.
Página

Logan asintió.
—Voy a hablar con ella sobre eso.
—Gracias.
Suspiró y se levantó de su taburete.
—Es como otro idioma y no hay nadie que me enseñe.
—¿Sobre chicas adolescentes? —Le sonreí con simpatía.
—No. Sobre las mujeres en general.

—Bueno, eso es porque somos mucho más inteligentes que los


hombres. Es difícil para las simples criaturas como ustedes mantenerse al
día. —Le sonreí beatíficamente.
Entrecerró sus ojos en mí.

—Muy gracioso, Grace. —Se dio la vuelta para irse pero pareció
pensarlo mejor—. Entonces, ¿quién es este tipo con el que te vas a ver esta
noche?
—Su nombre es Colin. Trabaja en la agencia inmobiliaria con Chloe.
—Suena como un imbécil.
Solté un bufido.

—¿Cómo conseguiste eso a partir de esas dos piezas de


información?

—Los únicos Colin que he conocido han resultado ser imbéciles y los
agentes inmobiliarios no son más que vendedores aduladores.

—Tiene un buen trabajo, está divorciado y tiene hijos. No es un


imbécil.

—Eso lo hace sonar, aún más, un imbécil. —Logan ahora se dio la


vuelta totalmente para discutir.

—¡Suena como si fuera responsable y dispuesto a comprometerse! —


Sentí mi temperamento realmente empezar a caldear debido a su
sobreprotección.

—¿En serio? ¿Responsable? Entonces, ¿quién está cuidando a sus


145

hijos mientras él está en una cita contigo?


—Imagino que su ex esposa. Se divorció de ella, Logan. No la mató.
Página
—No, por supuesto que no, ¿por qué matarla, cuando puede
mantenerla a su alrededor como niñera glorificada mientras se folla a
mujeres hermosas e influenciables? —Hizo un gesto hacia mí con irritación.
Me quedé de piedra y en silencio por un momento.

Había un trasfondo de verdadera ira bajo su ridiculez, y me sentí


ahogada por la forma en que me vio. Bien podría haber sido Shannon por
la forma tan autoritaria con la que me estaba tratando y hablando.

—¡No soy influenciable! —espeté, y me apresuré a salir de la


cocina—. ¡Puedes encontrar tu solo la salida! Tengo que prepararme para
una cita.

Si en el fondo de mi mente pensaba que era extraño que Colin me


hubiera pedido salir a tomar algo en lugar de una cena, estaba decidida
a empujarlo a un lado y pensar que sólo estaba tratando de hacer todo
esto de la primera cita más relajante.
Debería haber escuchado a la parte profunda de mi mente.

La primera vez que lo vi pensé que era guapo; alto, oscuro, de


buena apariencia y corte limpio. Así como encantador, se puso de pie en
la barra para darme la mano y un beso en la mejilla. También olía bien. Y
tampoco podía apartar sus ojos de mi escote.

No se veía lo suficientemente viejo para ser divorciado y padre de


dos.

Mientras me instalaba en un reservado frente a él con mi copa de


vino, inmediatamente le dije:
—Así que, Chloe me dijo que tienes dos hijos.
Prácticamente se atragantó con un sorbo de su cerveza.
—¿Perdón? —Él tosió en su mano, sus ojos brillando de alegría.
146

Chloe iba a morir tan pronto como pusiera mis manos sobre ella.
Página

Le di una sonrisa tensa a Colin.


—Entonces, ¿tampoco divorciado?
Negó con la cabeza, sonriendo.
—¿Qué clase de tonterías te dijo Chloe?
—Por favor, dime que tu nombre es Colin.

—Mi nombre es Colin y trabajo con Chloe, pero nunca he estado


casado y no tengo hijos.
¿Qué clase de juego estaba jugando mi amiga aquí?
—Tu nombre es Grace, ¿no? —bromeó.

Me quedé observando sus cálidos ojos marrones y me encontré


asintiendo. No sabía lo que Chloe estaba haciendo, pero Colin parecía lo
suficientemente agradable.
—No sé por qué dijo esas cosas.

—Chloe tiene un extraño sentido del humor. Aunque sí me dijo que


soy el segundo compañero de trabajo suyo con el que has estado en una
cita.

Creí detectar algo sugerente en sus ojos y en su tono, pero me


encogí de hombros, decidiendo que eso era paranoico.
—Es una agencia inmobiliaria grande —bromeé.
Él rio entre dientes y asintió antes de inclinarse sobre la mesa.

—Este lugar es un poco pretencioso. ¿Por qué no cortamos por lo


sano y nos vamos a mi apartamento?
Parpadeé ante la sugerencia. No se podía negar el calor en sus ojos.
Al parecer no estaba paranoica.
—¿Perdón?

—Quiero decir que puedo comprarte otra bebida si quieres, pero


sólo pensé, ¿por qué desperdiciar parte de la noche, verdad?

Hace unos meses, probablemente habría sofocado mi indignación


interior, tartamudeando y sonrojándome y de alguna manera me hubiera
147

salido de la situación, pidiendo disculpas como si fuera mi culpa. Cualquier


cosa para evitar enfrentarme a la verdad de ello.
Página
Por lo tanto, sólo podía culpar a la influencia de Logan por pasar
más allá de mi miedo a la confrontación y preguntar directamente:

—¿Me estás diciendo que solo estás aquí, en esta cita, para tener
sexo?
Colin se encogió de hombros y asintió, como si fuera obvio.

—Chloe sabe que sólo busco diversión. Nada serio. Estoy seguro que
ella te dijo eso… ¿no?
Hice una mueca. Sí, definitivamente iba matarla.
—No. No lo hizo.

—Entonces… ¿esto no es sólo una aventura? ¿No quieres ir a mi casa


luego?

De alguna manera me las arreglé para abstenerme de lanzar mi


bebida en su cara. Ni siquiera me había dado cinco minutos de
conversación antes de decidir que no quería nada más de mí que sexo
rápido. En lo que a mí respecta, su forma de hacer las cosas era sólo una
forma glorificada de masturbación.
Recogí mi bolso y chaqueta, le di una sonrisa tensa.

—No. Me temo que sólo sería una experiencia decepcionante para


los dos. —Me puse de pie y miré hacia él con un brillo perverso en mis
ojos—. Sólo disfruto de las cosas realmente sucias, y tengo que ser capaz
de conocer y confiar en un hombre antes de dejarlo hacer absolutamente
todo lo que quiera en la cama.

Me pavoneé fuera de la barra, dejándolo detrás de mí mirándome


con la boca abierta, y me reí cuando salí al aire de la noche. Eché un
vistazo por encima de mi hombro al bar y sacudí la cabeza, sin dejar de
sonreír. No sé qué me pasó ahí, pero me gustó.
Sin embargo, no lo suficiente para evitar matar a Chloe. 148
Página

Ese triunfo momentáneo de hacer sentir a Colin como si acabara de


perderse de algo muy emocionante se disipó cuando caminaba a casa.
Estaba de vuelta al punto de partida.

Chloe, en su infinita sabiduría (¡no!) me había puesto ahí. Pensando


en ello, me di cuenta que era exactamente lo que estaba haciendo. Ella
había dejado perfectamente en claro que pensaba que Logan era el
mejor candidato para mí (como de costumbre, sin escuchar una palabra
de lo que dije) y se había propuesto a demostrarlo al tenderme una
trampa con otra mala cita.

Todo lo que Chloe había hecho era demostrarme que no podía


confiar en ella para encontrarme una cita decente.

Apenas había puesto un pie en mi piso cuando la puerta de Logan


se abrió de golpe. Observándolo con los ojos abiertos, esperé a que dijera
algo. En su lugar, simplemente me miró fijamente. Aun malhumorado. Ya
veo.

—Entonces, muy bien —dije, y me fui tranquilamente a mi puerta. Mis


tacones hicieron un gran ruido, resonando por toda la escalera. Deben
haberle alertado a Logan de mi regreso.
—Llegas temprano —gruñó mientras pongo mi llave en la cerradura.
—Así es.
—¿Por qué?

Casi salté fuera de mi piel con el sonido de su voz en mi oído. Miré


por encima del hombro, y desde luego él estaba casi presionado contra mi
espalda.

—Simplemente porque sí. Papá. —Enojada, abrí la puerta y entré,


esperando que tomara la indirecta y desaparezca.
Iba a estar decepcionada.
Logan atrapó la puerta y me acompañó adentro.
—¿Te hizo algo?

—¿En dónde está Maia? —dije, mientras él cerraba la puerta detrás


de sí.
—Está durmiendo. La he encerrado.
149

—Oh, qué bien —digo, alejándome de él—. Si hay un incendio por lo


menos, sus posibilidades de escapar son más reducidas.
Página
—Se puede abrir desde adentro —dijo entre dientes a medida que
me seguía a mi cocina.

—Logan, no estoy de humor para sea lo que sea esto. —Metí la


mano en mi refrigerador por una botella de vino.

De repente, me quitan el vino de mis manos, así que gruñí con


molestia cuando comenzó a abrir la botella y vertió un poco en un vaso.
Deslizó el vaso a lo largo del mostrador hacia mí con tanta agresividad que
tuve suerte que quedara algo de vino en él.
—Habla —exigió.

Tomé el vaso y me aleje de él para así poder tomar un sorbo un


poco tranquilizante.
—Grace —advirtió.

Mi respuesta fue una mirada obscena antes de poner el vaso en el


mostrador y comencé a desabrochar mi chaqueta. Después de todo, esta
era mi casa. Podía sentirme como en casa.

—No sé si te das cuenta de esto, Logan —espeté a medida que


abría de un tirón mis botones—. Pero, en realidad, no tengo que decirte
nada de mi vida. —Tiré mi abrigo en un taburete que estaba colocado en
la esquina de la habitación y volví por mi vaso.
El silencio de logan me hizo mirarlo.

Su mirada estaba en mi cuerpo, y no podía resolver claramente lo


que la repentina oscuridad en sus ojos significaba.
—¿Logan?
—¿Es eso lo que usaste? —dijo ahogadamente—. ¿Para él?

Miré mi vestido. Simbolizaba toda la esperanza que había estado


sintiendo por esta noche y Colin, porque era la cosa más sexy que tenía en
mi armario, y no lo usaba para cualquiera. Era un vestido negro de satín
largo hasta las pantorrillas que me encajaba como una segunda piel. Tiene
tirantes finos y un escote de corazón que revelaba más escote que
cualquiera de mis otros vestidos. Estaba usando un sujetador push-up muy
sexy que hacía maravillas a mi modesto escote.
150

Recogí mi cabello en alto para mostrar el vestido en todo su


esplendor.
Página
A pesar de que era mucho menos revelador que la ropa que había
visto que usaban las mujeres de Logan, de repente me sentí bastante
expuesta con él viéndome así.
Me sonrojé y tomé un trago de vino.

—¿Era digno de él? —Hizo un gesto hacia mi vestido con una mirada
de disgusto enojado en sus ojos.
Mi propio temperamento se alzó en respuesta.
—No hay nada malo con este vestido.

—Bueno, no podría haber tenido ninguna duda de lo que estabas


ofreciendo cuando apareciste en eso. Entonces, ¿qué diablos pasó? ¿O
fue la verdadera definición de un polvo rápido?
Contuve el aliento, dolida.
—Sal de mi cocina.
Marchó alrededor del mostrador hacia mí.
—No antes de que me digas qué es lo que ese bastardo te hizo.
—No es de tu incumbencia. Por decimoquinta enésima vez.

—Me permito jodidamente discrepar. —Se detuvo a centímetros de


mí, cernido sobre mí, intentando intimidarme deliberadamente para que
responda.
Levanté la vista hacia él, tratando de dispararle chispas con los ojos.
—Estás siendo ridículo. ¡No soy tu hermana!
Logan se echó hacia atrás como si lo hubiera golpeado. Después de
un minuto dijo con voz ronca:
—Créeme, sé que no eres mi hermana.

¿Qué significaba eso? Me estremecí bajo el calor de su mirada y


sentí la piel de gallina levantarse en las curvas superiores de mis pechos.
Mis pezones se tensaron contra mi sujetador. Ahora temblando un poco, lo
rodeé, poniendo un poco de distancia entre nosotros.
151

—Sólo quiero saber si te hizo daño —dijo Logan, ya no sonando


enojado.
Página
—No, no lo hizo. —Terminé mi vino y me giré, pero me recosté contra
la pared, sin poder mantenerme firme contra la confusión que sentía.

La tensión en la habitación era increíblemente espesa, y me estaba


comenzado a preguntar si la parte sexual de ella no solo era de mi lado.
De hecho, me estaba comenzando a preguntar si la tensión no era
enteramente compuesta por frustración sexual, punto.

Miré a Logan de debajo de mis pestañas. Se giró para enfrentarme,


pero cada músculo en su cuerpo parecía estar completamente tenso.
—No lo hizo —repetí en voz baja—. Pero sólo iba tras una cosa.
El músculo en su mandíbula se marcó.
—¿Qué hiciste?

—Le dije que no soy de una sola noche porque cuando iba a la
cama con un hombre, quería que él hiciera todo lo que quisiera conmigo,
y para eso necesitaba conocerlo y confiar en él.
El rostro de Logan se quedó en blanco.
—¿Dijiste qué? —preguntó secamente.

—Estaba bromeando. —Me encogí de hombros, de repente ya no


sintiéndome muy divertida.

—Sí, bueno, yo esperaría mañana una llamada telefónica de él.


Decirle mierdas como esas, usando ese maldito vestido… —Estaba
enojado de nuevo.
Y como siempre, su ira encendió la mía.

—¿Por qué estás actuando como un completo cabrón conmigo esta


noche?

—¿Eres realmente tan jodidamente despistada? —gritó Logan,


llevando una mirada de incredulidad.
—¡Al parecer sí! —grité de vuelta.
—Bueno, ¡aquí hay una maldita pista!

Apenas tuve tiempo de parpadear a su grito antes de que su


152

cuerpo estuviera presionando el mío fuertemente contra la pared. Capturó


mis muñecas en sus manos y las inmovilizó, sosteniéndome completamente
Página
cautiva. Respirando pesadamente, con su rostro a sólo centímetros del
mío, me miró a los ojos y dijo con voz ronca:
—Dime que me vaya, Grace.

Mi piel estaba enrojecida. De hecho, todo mi cuerpo se sintió como


si llamas lamieran cada centímetro de él. Podía sentir mis pechos hincharse
contra los estrechos confines de mi vestido, y el cosquilleo entre mis piernas
había aumentado a un latido insistente. Respiré la esencia de Logan,
quedándome sin aliento cuando sentí su erección. Sentí un tirón agradable
en mi vientre bajo, haciéndome apretar mis piernas ante la urgencia
resbaladiza entre ellas.

—Grace. —Su cabeza se inclinó aún más cerca de la mía—. Dime


que me vaya.

—No —susurré, relajándome contra la pared, y se fundió en mí con


un gemido—. Quiero que te quedes.
Me miró a los ojos como si buscara la respuesta de algo.
—Si me quedo voy a follarte.

Temblé en reacción a su brusquedad y lamí mis labios antes que


moviera mis pies, abriendo mis piernas para que así pudiera encajar mejor
entre ellas. Sus ojos se dilataron con el movimiento, y me alcé de modo
que nuestros labios se rozaran cuando susurré:
—Cuento con eso.

153
Página
13
Traducido por Gemma.Santolaria y LunaRowe

Corregido por Sabrinuchi

Logan MacLeod sabía besar.

Sus labios se sentían calientes contra mis labios mientras su lengua se


deslizaba contra la mía. La barba de tres días raspó mi piel a medida que
profundizaba el beso y frotaba la parte inferior de su cuerpo contra la mía.
Mis pezones se endurecieron al instante. Nunca antes había sido besada
de esta forma. Con tal voracidad. Como si no pudiera tener suficiente de
mí.

Dejé escapar un grito ahogado de emoción mientras dejaba mis


labios y se deslizaba por mi garganta, moviéndose hacia abajo a la parte
superior de mis pechos. Apretó mis muñecas a medida que me arqueaba
contra su boca. En respuesta, soltó su agarre de mis manos y se echó hacia
atrás para mirar mi rostro enrojecido. Mi piel se sentía inflamada y
demasiado tirante.

La parte baja de mi abdomen dio un vuelco ante el calor de su


hambrienta mirada.
Nunca me había sentido tan deseada en mi vida.
Y quería ser deseada por él…
—Logan —le supliqué.

Sus ojos se encendieron ante mi ruego, y deslizó sus dedos debajo de


los tirantes de mi vestido. Con una deliberada lentitud que me hizo jadear,
bajó los tirantes de mi vestido, tirando de ellos hasta que la parte superior
quedó agrupada bajo mi sujetador. Siguió con esto al tirar de mi sujetador
154

para exponerme. Ahuecando mis pechos en sus grandes manos, me miró


a los ojos y me dio esa pequeña sonrisa sexy suya. Su cabeza descendió, y
Página

grité cuando su boca se envolvió alrededor de mi pezón. Lo alcancé, mis


brazos enredados alrededor de su cuello, atrayéndolo más cerca. Gemí,
mi cabeza cayendo hacia atrás contra la pared de la cocina mientras él
lamía, chupaba y atormentaba, antes de pasarse al otro pezón. Mis
sentidos estaban abrumados. Su olor, su calor, su dureza y fuerza. Estaba
rodeada. Nunca antes me había sentido así. Como si pudiera estallar de mi
piel si él no entraba dentro de mí.

Me retorcí contra él, y Logan gimió contra mi pecho, el sonido


reverberando deliciosamente a través de mí. En respuesta, presionó su
cuerpo más fuerte contra el mío y levantó su cabeza para besarme de
nuevo. Este beso fue más duro, más húmedo, mucho más descontrolado.
Al instante me envolví a su alrededor, y mis dedos se cerraron en el cabello
de la parte posterior de su cuello a medida que lamía, chupaba y
deslizaba mi lengua contra la suya, nuestro beso era tan profundo que no
era consciente de nada más que él.
Todo lo que sabía era que quería más y lo quería ahora.

Mi mano se deslizó bajo su camiseta, y trazó su duro abdomen antes


de deslizarse al interior de sus jeans.

Él rompió el beso con un siseo, presionándose en mi mano mientras


trataba de envolverla alrededor de su erección contra el confinamiento
restringido de sus jeans.
Saqué mi mano y empecé a desabrocharlo.
—Te quiero dentro de mí —susurré a toda prisa—. Te necesito.

Alejó mis manos gentilmente de su erección y deslizó su mano por


debajo de mi vestido. A medida que sus dedos se arrastraban a lo largo de
mi muslo interno, preguntó contra mi boca.
—¿Estás lista para mí, Grace?
Mordisqueé su labio inferior y suspiré.
—Estoy tan lista para ti.

—Mierda —gimió otra vez, sus dedos empujando mis bragas hacia
abajo—. Eres una caja de sorpresas.

—¿Ah, sí? —dije en un gemido cuando deslizó dos dedos dentro de


mí.
155

Empujé contra ellos.


Página
Se echó hacia atrás para mirar mis ojos mientras me follaba con sus
dedos.
—Nunca pensé que te calentaras por tipos como yo.

Solté un jadeo, apenas consciente de lo que estaba diciendo,


mientras agarraba su brazo, temerosa de que dejara de hacer lo que me
estaba haciendo.

—Jesús, me estás matando. —Sus labios rozaron mi mandíbula hasta


que su boca se detuvo en mi oído—. Voy a follarte hasta que veas estrellas.

Me corrí alrededor de sus dedos, mis gritos de liberación tragados en


un beso.

Mientras me estremecía contra él, lo besé y chupé su lengua. Su


gruñido en respuesta me estimuló hasta que se tornó en el beso más
pervertido que jamás había experimentado.

Sentí sus cálidas y ásperas manos en mis muslos exteriores a medida


que rozaban mi piel, empujando mi vestido hasta la cintura. Logan se
apoderó de la tela de mis bragas y tiró por completo, deslizándolas por mis
piernas. Las pateé lejos, sin atreverme a romper el beso, y el aire repentino
entre mis piernas aumentó el hormigueo necesitado que se estaba
construyendo en mí otra vez.

Ambos alcanzamos sus jeans, y los empujamos con su bóxer hasta sus
tobillos, liberándolo. Logan se apartó del beso y miré hacia abajo para
comprobarlo.
Era grande.
Más grande de lo que había tenido dentro de mí antes.
—Oh, Dios —respiré.
Los ojos de Logan se oscurecieron.

—Todo para ti, nena —dijo mientras agarraba mis piernas, las
separaba y se empujaba hacia arriba.

—¡Logan! —grité por el delicioso dolor, su palpitante calor


abrumándome. Toda mi atención se enfocaba en la sensación de su
156

espesor dentro de mí, y luché por respirar a medida que mi cuerpo trataba
de ajustarse y relajarse. Logan se quedó quieto en mi contra, respirando
con dificultad, como si estuviera tratando de ganar un poco de control.
Página
No quería control.

Quería más. Empujé mis caderas contra él y terminó


acomodándome contra la pared para que así pudiera envolver mis
piernas a su alrededor. Esa posición hizo que entrara más profundamente
en mi interior, y mis dedos sea aferraron a sus hombros.

—¡Logan! —Eché la cabeza hacia atrás, y Logan lo tomó como una


invitación.

Su boca tiró de mi pezón, y mis músculos internos se ciñeron


alrededor de su pene desquebrajando cualquier control al que se
estuviera aferrando. Él nos embistió contra la pared, empujándose en mí
con fuerza, deslizándose dentro y fuera de mí con un frenesí desbocado.
Levantó su cabeza, y nuestros ojos se encontraron mientras mantenía
su promesa de follarme duro. A medida que me observaba, sus ojos se
oscurecieron.
—Grace. —Su voz era gutural—. Estoy… cerca… —jadeó.

Ante eso sentí su dedo pulgar presionar sobre mi clítoris, y la


combinación de su polla dentro de mí y el roce en mi clítoris me llevaron al
clímax. Mi liberación hizo que mis músculos internos se ondularan alrededor
de su pene. Logan apretó los dientes, sus ojos en mí, sus músculos tensos, y
dejó escapar un gruñido profundo mientras sus caderas se sacudían contra
mí en total clímax.

El mundo volvió lentamente a mí a medida que la euforia de mi


orgasmo se desvanecía. De repente estuve dolorosamente consciente del
pecho de Logan alzándose contra el mío mientras nos costaba recuperar
nuestras respiraciones, de su pesado cuerpo contra el mío, de sus labios
tocando mi cuello.
Respiré su aroma profundamente, temiendo dejarlo ir.
157

Cuando se apartó de mí, sólo pude mirarlo a los ojos, esperando ser
capaz de leer en ellos lo que estaba pensando. Pero no pude. En cambio
Página

me mantuve perfectamente inmóvil, envuelta alrededor de él, mientras él


presionaba el más suave y más dulce beso en mi boca. Mis labios se
estremecieron cuando se apartó suavemente de mí y bajó mis piernas al
suelo.
—¿Estás tomando la píldora? —dijo en voz baja.
Me quedé inmóvil ante la inesperada pregunta.
Y entonces lo entendí.
Lo había dejado entrar en mí sin un condón.
¿Cómo podía haber sido tan estúpida?

—Estoy tomando la píldora —susurré, porque lo estaba, ¡pero ese no


era el punto!

Parte de la tensión en sus hombros se deshizo mientras se inclinaba


para tirar de su ropa interior y pantalones. Lo miré fijamente a medida que
se subía la cremallera y entonces daba un paso hacia mí.
¿Qué iba a hacer a continuación?
No tenía ni idea de lo que estaba pasando aquí.

Para mi sorpresa, tomó el dobladillo de mi vestido y lentamente lo


puso de nuevo en su lugar. Luego agarró las tiras tanto de mi vestido como
de mi sujetador y tiró suavemente de la parte superior de mi ropa hasta
que estuve cubierta.

Con las piernas temblando, sólo pude permanecer ahí de pie en mi


estado de shock mientras él pasaba sus dedos sobre mi mejilla.
—¿Te lastimé?
Sacudí mi cabeza.

En respuesta, Logan tomó mi mano y me guio a través del


apartamento hacia el baño.
—Te dejaré que te laves y después tenemos que hablar.

Encerrándome en el baño, hice lo que sugirió, mi piel ardiendo así


como los recuerdos del sexo me golpeaban una y otra vez. Me recargué
contra el lavabo y miré al espejo a mis sonrojadas mejillas, mis ojos
158

demasiado brillantes y mi cabello, que estaba sobresaliendo de los


pasadores que lo mantenían en su lugar. ¿Qué estaba pasando con
Página
Logan? Él estaba comportándose afectivo, pero extraño para alguien que
acababa de tener sexo alucinante.

Y no podía negar que había sido alucinante. Sentí lo duro que se


vino. Tan duro como yo lo había hecho.
Me sonrojé de nuevo.
¿Qué significaba el “tenemos que hablar”?

Solo había una forma de averiguarlo. Las mariposas revivieron y


juguetearon en mi vientre, a medida que me quitaba mis zapatos en el
pasillo e intentaba caminar calmadamente a la cocina, donde Logan
estaba sentado en un taburete frente a la encimera.
Me deslicé en el taburete junto a él.

Giró su cabeza para encontrar mi rostro, y la mirada en sus ojos me


dijo todo lo que necesitaba saber.
Todo lo que no quería saber.
Y el rechazo, el dolor, era horrible.

Era un dolor ardiente en mi pecho… nada comparado con cualquier


cosa que hubiera sentido antes.

Logan bajó la vista, pareciendo tan solemne, que el dolor se


intensificó y empezó a trepar por mi pecho hacia mi garganta hasta que
sentí como si una mano me estuviera ahorcando.

—Esto no puede suceder de nuevo, Grace —dijo, confirmando lo


que había visto en sus ojos.

Y nunca antes sentí una pérdida tan grande como ahora. Era
diferente del dolor al abandonar a mi familia. Los había perdido
deliberadamente.
No quería perder a Logan.

Dolió, y el dolor solo se intensificó por la pérdida de algo más.


Esperanza.

Antes de esto, no me había ni siquiera dado cuenta que bajo mis


159

reclamaciones de lógica y racionalidad me había aferrado a la fantasía


de Logan y yo juntos, pero lo había hecho. La fantasía me había
sustentado de una manera que sabía que probablemente no era buena
Página
para mí a largo plazo, pero había hecho cada día un poco más brillante y
lleno de anticipación.
No podía responder por la constricción en mi garganta.

—Tengo que concentrarme en Maia. Cada día me recuerda que


perdí quince años de ser su padre, y ni siquiera aún he raspado la
superficie del daño que Maryanne le hizo. Necesito compensárselo, Grace,
la única manera en la que puedo hacer eso es dándole todo de mí ahora
mismo. Se lo merece. Se merece ser la número uno. No puedo estar en una
relación en este momento.

El repentino recuerdo de Logan moviéndose dentro de mí ya no


quemaba mi piel. En su lugar me sentía fría. Me sentía vulnerable.
Humillada.
Estúpida.
Oh, tan jodidamente estúpida.
Porque le di esa parte de mí cuando siempre supe lo que él no
estaba diciendo, lo que estaba escondiendo detrás de la excusa de Maia:
no podía estar en una relación conmigo.

—Grace —dijo cuando yo no dije nada, sus hermosos ojos


pidiéndome entender—. Jamás debí haber estado contigo… actué por
impulso. Tengo que detenerme. —Pasó su mano por su cabello,
claramente frustrado consigo mismo—. Tengo que recuperar el control de
mi vida. Ser un jodido hombre. Mira a dónde me ha llevado el impulso. Por
Dios, me puso en la cárcel.
El enojo abrió mi garganta y mis cuerdas vocales.

—¿Estás comparando tener sexo conmigo con lo que hiciste para


lograr que te encarcelaran?
—Claro que no.

—Oh, bien —dije mientras me deslizaba fuera del taburete y lejos de


él—. Podría haber hecho una excepción por eso.
—Estás enojada —suspiró—. Mierda, Grace, nunca quise…
160

—¿Follarme? Sí, me llegó ese mensaje. —De repente estaba


desesperada porque se fuera antes de ser más humillada por llorar frente a
Página

él—. Puedes irte ahora, Logan.


Se levantó, sus facciones endureciéndose.

—No seas así. Por favor. Has sido tan buena con Maia y conmigo,
tienes que saber que eres la última persona a la que jamás quisiera
lastimar. Soy un imbécil, de acuerdo. —Levantó sus manos en señal de
rendición—. No debería haberlo hecho. Me importas y estoy atraído hacia
ti, claro que estoy jodidamente atraído hacia ti; mírate… pero no tengo
ninguna intención de cruzar esa línea contigo y arruinar lo que tenemos
nosotros tres. Sabes cómo Maia ha estado comportándose cuando
encuentra algún rastro de alguna mujer en mi vida. No puedo hacer esto.
Por favor, entiende.

Entrecerré mis ojos, demasiado dolida para escuchar su explicación


de por qué no. Todo lo que realmente quería era saber por qué.
—Entonces, ¿por qué lo hiciste? —dije, incapaz de ocultar el dolor en
mi interior. Al menos mi enojo parecía mantener las lágrimas a raya—.
Estaba contenta con saber que no correspondías mis sentimientos, así que,
¿por qué cruzaste la línea?
El remordimiento brilló en sus ojos.
—Dejé que los celos sacaran lo mejor de mí —admitió con voz ronca.
Resoplé con incredulidad.

—¿Así que, estás diciendo que te enojaste por que otro niño estaba
jugando con el juguete con el que todavía no habías podido jugar?

—No lo hagas —advirtió—. No hagas esto peor. No tenía ni idea de


cómo te sentías por mí.

—Oh, por favor, Logan. Eso podría haber sido cierto cuando nos
conocimos por primera vez, pero hemos pasado la rutina de vecino
antagonista por un tiempo ahora.
El músculo en su mandíbula se tensó.

—Sospechaba que te sentías atraída hacia mí, pero nada más


profundo. Nunca imaginé que pudieras…

—Porque esa soy yo… la ligona superficial. Me conoces mejor que


eso.
161

—Aparentemente, no lo hago —espetó, sus ojos oscuros con enojo—


. Pero si quieres que asuma toda la responsabilidad por esto, entonces lo
Página
haré. He sido un imbécil, te lastimé, y odio haberte lastimado. En serio. Lo
siento —terminó con un susurro.

Sacudí mi cabeza y envolví mis brazos alrededor de mi cintura,


girándome porque podía sentir las lágrimas viniendo.

—Soy la idiota que olvidó que te gustan que tus rollos rápidos vengan
sin problemas ni ataduras, y con una despedida aún más rápida.
—Jesús…

—No lo hagas. Sólo vete. No hay razón para pelear. Tenías razón
antes. Debería haberte pedido que te fueras entonces. Te lo estoy
pidiendo ahora.

Después de un momento lo escuché caminar hacia la puerta de la


cocina.
Me limpié las lágrimas y di la vuelta.
—Logan.
Se detuvo, observándome casi con esperanza.

—No te quiero de vuelta aquí —dije, aplastando esa esperanza—.


Maia siempre es bienvenida aquí y seré civilizada contigo por ella, pero tú
y yo… nuestra amistad está oficialmente terminada.
Se tensó, con una mirada de incredulidad en sus ojos.
—Me estás matando con esto, nena.
Las lágrimas nublaron mi visión.

—Por favor. —Dejé de mirarlo, limpiando las lágrimas a medida que


caían por mis mejillas.
—Bien —dijo suavemente, y lo escuché irse.

Con el sonido de la puerta de mi apartamento cerrándose, exploté


en lágrimas, apretando mis brazos alrededor de mí como si de alguna
manera pudiera evitar que el dolor se esparza por todos lados.
162
Página
14
Traducido por MaEx, Beatrix85, LizC, Aylinachan y Leogranda

Corregido por Sabrinuchi

Hay momentos en la vida que nos cambian irremediablemente. A


veces, esos momentos son sublimes y dramáticos, trágicos o hermosos por
su intensidad. A veces, esos momentos son tranquilos y pequeños, como
pasos desvaneciéndose detrás de una puerta cerrada. La sutileza de esos
momentos a veces puede camuflar su impacto.

Y a veces el impacto se siente profundamente, pero la tranquilidad


del momento se pierde con todo el mundo a tu alrededor, añadiendo la
soledad a la ecuación.

Así es como me sentí la mañana siguiente, cuando me senté


mirando mi ordenador.
Me había enamorado por primera vez.
Y él no me amaba de regreso.

Ya no me sentía completa. Sentía como si me hubieran quitado un


pedazo de mi ser pero no había reciprocidad para llenar el vacío que
había dejado atrás.

La falta de cariño de mi familia había estado conmigo durante tanto


tiempo que a medida que había crecido, se había convertido en una
parte de mí. Cada pedazo de mí que había tratado de dárselo a ellos,
había estallado en mi interior hasta que me convertí en esta adolescente
solitaria con un muro de unos 15 kilómetros de alto de defensas e
inseguridades.
Aidan y Chloe habían pasado años ayudándome a reconstruirme.
163

Y simplemente les entregué un trozo de mi ser sin pensar.


Página

¿Era realmente culpa de Logan?


Me había dicho hace semanas que no quería estar en una relación
porque estaba centrado en Maia. ¿Y viendo cómo nos conocimos por
primera vez? Su cama había visto más mujeres que las literas de un
autobús de gira de una banda de rock.
Temía haber actuado egoístamente con los ojos vendados.

Antes de poder revolcarme por más tiempo en mi miseria, mi


teléfono sonó. Me limpié los rastros de lágrimas de mis mejillas y contesté.
—Hola —dije, agradecida por sonar normal.

—¿Es Grace Farquhar? —preguntó una mujer. Su acento americano


estaba mezclado con escocés.

—Ella habla —contesté, esperando que no fuera uno de esos


malditos operadores.
—Oh, hola, es Joss Carmichael. Jo me dio tu número.
¿Joss Carmichael? ¿Como en…?.
—¿J.B. Carmichael?
Ella soltó una risa ronca.

—Joss está bien. Me preguntaba si estás libre para conversar sobre la


posibilidad de editar un manuscrito que estoy pensando auto-publicar.

¿Estaba bromeando? Su llamada no podía haber llegado en mejor


momento. La distracción era exactamente lo que necesitaba.
—Puedo hablar ahora, si quieres.

—Genial. Así que, comprobé tu sitio web y tus credenciales y todo


suena fantástico. Tus tarifas son razonables, estás bien educada, y tienes
una clientela sólida que han seguido volviendo a ti. Incluso descargué un
par de libros que has editado, y estoy muy impresionada.
Me sonrojé de placer ante el cumplido.
—Bueno, gracias.

—De nada. Mi única preocupación es que has editado sobre


romance contemporáneo e histórico pero ningún otro género. Este
164

manuscrito es sobre un distópico romance adulto paranormal. El primero


Página
de una serie. Va un poco por ahí. Un poco oscuro y retorcido. Como moi4
—bromeó.
Reí entre dientes.

—Eso suena genial. Leo todos los diferentes géneros que hay y amo
lo distópico y paranormal, así que entiendo la narrativa y la estructura de
esos géneros. Pero por supuesto, entiendo si prefieres trabajar con un editor
que ha editado sobre ese género.
Ella se quedó en silencio un momento.

—No me importa. Estoy feliz de trabajar contigo en él, pero…


necesito saber que vas a ser brutalmente honesta conmigo. Necesito un
editor que no tenga miedo de decirme las cosas como son. Suenas
extremadamente amable, Grace.

—No soy amable —me apresuré a tranquilizarla—. Quiero decir, soy


amable, pero ofrezco críticas constructivas cuando es necesario. Créeme,
incluso he tenido terapia para ayudarme a hacerlo —solté, y luego
palidecí, preguntándome por qué dije una cosa tan estúpida, ¡estúpida!
Afortunadamente, Joss rio entre dientes.
—Te creo. —Gracias a Dios que tenía sentido del humor.
—Bueno. Entonces, ¿por qué no le damos a esto una oportunidad?
Sonreí, sintiendo un poco de luz atravesando la oscuridad.
—¿En serio?

—En serio. —Escuché su sonrisa en su voz—. Así que… ¿cuándo


puedo enviarte el manuscrito?
—Oh, sólo déjame revisar mi calendario.
A partir de ahí, hice la reserva de Joss.

—Te enviaré la mitad de la factura cuando reciba el manuscrito y la


otra mitad puedes pagarla cuando estés satisfecha con el trabajo que
haya hecho.

—Perfecto. Y escúchame, debemos reunirnos para un café pronto.


165

He oído un montón de grandes cosas sobre ti.


¿J.B. Carmichael quería reunirse conmigo para un café?
Página

4 Moi: En el original, en francés.


—Uh… seguro. Eso sería genial.
—Fantástico. Te llamaré.
Bajé el teléfono y me dejé caer en mi silla del ordenador.
Recibí esa llamada gracias a Logan.

Con un suspiro, me levanté y entré en mi sala de estar, donde un


montón de libros con los deberes de Maia estaban en mi mesa de café,
junto con uno de los cinco libros de ficción con los que estaba haciendo
malabarismos en este momento.
Tenía a Maia en mi vida debido a Logan.
“... odio haberte lastimado. En serio. Lo siento”.
La verdad era que pensaba que él estaba arrepentido.
Suspiré y tomé mis llaves.

Logan MacLeod no era plenamente responsable de romper mi


corazón. También había tenido algo que ver con eso.

Era extraño estar en Fire cuando estaba vacío. El club con luz tenue
que poseía el marido de Joss tenía múltiples niveles, cada uno decorado
de forma diferente, y cada uno tocando un género diferente de música.
La planta principal del club estaba en el medio, donde sabía que la oficina
de Logan se encontraba. Cuando toqué el timbre de la puerta, el portero
me hizo entrar.

Logan me estaba esperando al borde de la pista de baile. Lucía


sorprendido pero contento de verme. Miré al conserje y a los miembros del
personal que estaban colocando las bebidas en el bar. Logan siguió mi
mirada.
—Vamos a mi oficina.
166

Lo seguí por la pista de baile, subimos unos pocos escalones, y


avanzamos a lo largo de la pared de regreso a donde una puerta era
Página

apenas visible desde la pista de baile. Me llevó dentro. Había un enorme


escritorio con un ordenador en él. El escritorio estaba cubierto de papeles.
Detrás del mostrador había hileras de archivadores. Era bastante soso, y no
había ventanas.
Logan necesitaba que alguien decorara su oficina.

—¿Está todo bien? —dijo, trayéndome de vuelta a la realidad de la


situación.

Dejé de redecorar mentalmente el lugar y respiré hondo, ignorando


las furiosas mariposas en mi vientre.
—Quería disculparme por la forma en que reaccioné anoche.
—Grace, tú…

—No, déjame terminar —insistí—. Has sido muy claro desde el


momento en que nos conocimos acerca de quién eres. Y también fuiste
muy claro con el hecho de que Maia es lo primero. Y así debería ser. Me
alegra que estés haciendo de ella una prioridad. Tienes razón, ella se lo
merece. Y lo entiendo. En serio lo hago. Entiendo más que nadie que te
sientes culpable cada día de haber perdido la oportunidad de ser su
padre todos estos años. Entiendo por qué quieres enfocar toda tu energía
en ella, y me da vergüenza lo egoísta que fui anoche. Los dos estuvimos en
esa habitación, ambos tomando esa elección. No todo es culpa tuya.
El alivio le hizo hundirse en contra de su escritorio.

—Gracias. Eso significa mucho. —Asentí—. Aun así, no debería haber


hecho lo que hice.
—Como ya dije, los dos cometimos ese error.
Sus ojos brillaron como si estuviera molesto por mi elección de
palabras, pero bajó la mirada al suelo, ocultando la reacción.
Se hizo el silencio entre nosotros, torpe y pesado.
—Entonces, mejor me voy —dije, necesitaba aire fresco.
—¿Amigos? —dijo Logan.
Asentí de mala gana y forcé una sonrisa.
167

—Aunque es posible que no me veas muy seguido por un tiempo


porque me hice cargo de un nuevo cliente. Jocelyn Carmichael me llamó
hoy. Parece que voy a estar muy ocupada.
Página
—Felicidades, Grace. Te lo mereces.
—Gracias.

Nos miramos el uno al otro, sin saber muy bien cómo hacer esto. Al
final le di un patético gesto con la mano y me volví para salir. Estaba
tratando de abrir la puerta cuando sentí su mano en mi hombro. Me
detuve, giré hacia él y de inmediato me lancé a sus brazos.

Me abrazó con fuerza, metiendo mi cabeza contra su pecho, y dejé


que un momento de debilidad me abrumara. Me hundí en su abrazo,
respirando su aroma.

Un bulto de lágrimas se formó en mi garganta, y de repente salí de su


abrazo y hui de la oficina sin mirarlo a los ojos.

Acepté la taza de té caliente de Aidan, sintiéndome agotada.


Esperaba que ya no me quedaran más lágrimas.

Después de salir del club de Logan me fui de inmediato donde


Aidan, esperando que él no estuviera entrenando. Estaba de suerte. Abrió
la puerta y me eché a llorar.

Una vez que estuve dentro se las había arreglado para conseguir
que le contara la historia a través de mi llanto. Fue la primera persona a la
que admití que me había enamorado de Logan MacLeod.
Ahora él estaba sentado en el sofá junto a mí, dándome una sonrisa
tranquilizadora.
—Ahora duele, Grace, pero lo superarás. Te lo prometo.
Le di una mirada dudosa.

—No se siente de esa manera ahora mismo. ¿Cómo puedes estar tan
seguro?
168

Tomó una respiración profunda estremeciéndose, pareciendo casi


nervioso.
Página

—Porque una vez, hace mucho tiempo, estuve enamorado de ti.


Casi derramé mi taza de té sobre mí misma.

Lo miré en estado de shock, probablemente haciendo una buena


imitación de un pez fuera del agua.

—¿Cómo? —susurré, y luego aclaré mi garganta para que me


escuchara—. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Qué?
Aidan se inclinó para acariciar mi rodilla en confort.
—Hace años. A lo largo de la universidad.

El dolor me recorrió cuando recordé la noche de borrachera en la


que habíamos dormido juntos. Estábamos en nuestro tercer año en la
universidad. Me acababan de dejar y Aidan se había compadecido de
mí. Nos habíamos engullido un vino barato y terminamos teniendo sexo.
Decidimos fingir que toda la cosa no había sucedido.

—Oh, Dios —exhalé, sólo pensando en cómo se debe haber sentido.


¡Cómo me sentía ahora mismo!—. No lo sabía —rogué para que me
creyera—. Yo no… nunca habría… no quise hacerte daño.
Su respuesta fue lanzarme a sus brazos, abrazándome con fuerza.

—Grace, lo sé. También lo supe entonces. Pero todo salió bien.


Conocí a Juno y mis sentimientos por ti cambiaron. Te quiero, pero ya no
estoy enamorado de ti. Y el punto es que… también encontrarás a alguien,
y superarás lo de Logan.

Asentí, entendiendo su punto, pero todavía estaba recuperándome


de su revelación.
—¿Chloe y Juno saben cómo solías sentirte por mí?
—Sí.

¿Juno sabía? Nunca me lo hubiera imaginado. No me trataba con


celos, ira o cualquier sentimiento que sería totalmente comprensible. Bufé
con incredulidad.
—Juno es una mujer muy especial.
Aidan rio entre dientes.
169

—¿Acaso no lo sé? —Él me dio un apretón—. Ya vendrá alguien que


te ame, Grace, como tú los quieres a ellos, y eso va a cambiar todo. Sólo
tienes que estar abierta a amar a alguien otra vez.
Página
Me aparté de él para mirarle a la cara.

—Qué inteligente eres, Dr. Aidan —bromeé—. Y gracias por dejar


caer esa bomba por encima de la destrucción causada por Logan.
Él sonrió.
—Lo creas o no, estaba tratando de ayudar.

Suspiré y asentí, sintiendo un pequeño meollo de algo familiar


floreciendo dentro de mí.
Esperanza.

—Lo sé. Y lo creas o no, creo que ayudaste. —Me dejé caer en el
sofá y sentí como el dolor seguía martilleando en mi pecho—. Pero si no te
importa, aún no terminé con todo lo del corazón roto.

—Al fin —espeté cuando Chloe contestó su teléfono—. He tratado


de llamarte todo el día.

—Lo sé —resopló Chloe por la línea—. Por Dios. Estaba en el trabajo.


Dame un respiro, ¿quieres?
—Aidan estaba enamorado de mí y no me lo dijiste.
Se hizo el silencio.
—¿Chloe?
—¿Cómo te enteraste? —preguntó con incredulidad.

—¡Me lo dijo! —Tomó todo dentro de mí no tirar mi teléfono contra la


pared de la cocina—. ¿Por qué tú no?
—Porque él me pidió que no te lo dijera.
—Debiste decírmelo.
170

—¿Y qué bien habría hecho eso? No sentías lo mismo por él.
—No, no lo hacía, pero… Chloe, dormí con él hace años.
Página

—Lo sé —dijo en voz baja—. Estaba allí para recoger los pedazos.
—Oh, Dios. —Me hundí en un taburete—. Es horrible de mi parte, pero
me hubiera gustado que no me lo hubiera dicho. No creo que mis
emociones puedan manejar hoy la situación.
—¿Por qué te lo dijo?

Suspiré, dejando que el dolor me llenara mientras empezaba a


balbucearle al teléfono sobre Logan.

—Oh, cariño —suspiró Chloe—. Lo siento mucho. Y en cuanto a


Aidan, sólo estaba tratando de ayudar. Es decir, míralo. Hace siete años
estaba loco por ti, y ahora está loco por Juno.
—Cierto. —Sorbí—. Eso me hace optimista.

—Entiendo exactamente a dónde quería llegar al decírtelo. Sin


embargo, voy a explicártelo desde un punto de vista diferente, así que no
me mates.
—De acuerdo —dije con temor.
—En aquel entonces, no tenías ni idea de que Aidan estaba
enamorado de ti porque tu baja autoestima y tus inseguridades te hacían
absolutamente ajena cuando se trataba del sexo opuesto.
—Gracias por ese análisis tan triste.

—De nada. De cualquier forma, lo que estoy diciendo es que… si no


supiste cómo se sentía Aidan realmente por ti en aquel entonces, ¿quién
puede decirte cómo se siente Logan por ti ahora? No tienes ni idea.
—¿Qué estás tratando de decir?
—Estoy diciendo que yo no perdería toda la esperanza en Logan
todavía. Un hombre no tiene sexo contigo contra una pared en la cocina
sólo porque eres la mujer más cercana en los alrededores. Bueno… no un
hombre que se parezca a él de todos modos.

—Ya admitió sentirse atraído por mí, pero la atracción y el amor son
dos cosas muy diferentes.

—Tienes razón. Pero cuando se juntan, pueden ser explosivos…


digamos… como en caliente sexo posesivo contra una pared en la cocina.
171

Dejé caer mi cabeza, golpeando mi frente contra la encimera en la


cocina.
Página

—¿Qué estás haciendo?


—¿Qué estás haciendo tú? —gruñí—. Aidan fue de mucha más
ayuda con su historia de “solía estar enamorado de ti”. No necesito tener
esperanzas en lo concerniente a Logan MacLeod.
—Uff. Estar enamorada te hace una vaca malhumorada.
La fulminé con la vista aunque ella no podía verme.

—Me debes por mantener los sentimientos de Aidan en secreto. Te


haré saber cuando piense en algo para que puedas compensarme, pero
en este momento mejor voy a colgar antes de que te mate.

—Y puedo preguntar, ¿cómo es que me vas a matar por una línea


de teléfono?

—Con el poder de la ilusión. —Colgué y tiré mi teléfono a la


encimera—. Tengo que conseguir amigos más pesimistas —murmuré.

El siguiente sábado por la noche dejé a Maia en mi apartamento.


Ella me sonrió y luego volvió para sonreír a su padre, quien se encontraba
rondando mi puerta frontal con bastante torpeza.

—Gracias de nuevo por hacer esto —dijo, refiriéndose al hecho de


que Maia se quedaba conmigo esta noche ya que él tenía que trabajar
en el club para algún gran evento deejay.
—Seguro.
Nos miramos el uno al otro: yo tratando de pensar en algo que decir
a continuación y él probablemente tratando de pensar en una forma
educada de irse sin tener que decir nada más.
—Espero que tengas un gran evento.

—Gracias. Igualmente. Quiero decir… ¿tienes algo divertido


planeado para esta noche?
172

—Oh, sí —intervino Maia—. Grace me va a llevar a hacerme un


tatuaje, y luego vamos a tener esta fiesta por todo lo alto de la que ha
Página

estado hablando toda la semana.


Le eché un vistazo.
—Eres divertida.
Ella movió sus cejas hacia mí.
—Lo sé.

Sofocando mi sonrisa, me di la vuelta hacia Logan, quien estaba


sonriendo a su hija.
—Sólo asegúrense de ir a donde Cole para el tatuaje.
Los ojos de Maia se abrieron como platos.
—¿En serio? ¿Puedo hacerme un tatuaje?
Él inclinó la cabeza, sus ojos brillando con afecto.

—Por supuesto… cuando tengas cincuenta y edad suficiente para


pensarlo.
Maia frunció el ceño.
—Tú tienes un tatuaje.

Todos miramos la espada sobre su brazo, y el rostro de Logan se


ensombreció.

—Puedes culpar a Cole también por ese. —Él llevó su mirada hasta
mi rostro inquisitivo y me dedicó un gesto tosco—. Nos vemos más tarde. —
Miró más allá de mí a Maia—. Pórtate bien.
Cerré la puerta a sus espaldas y seguí a Maia en mi sala de estar.
—Eso fue raro —murmuró.
Supuse que se refería al comentario de Logan sobre su tatuaje.
—Ujum.

—Quiero decir, ¿qué está pasando entre ustedes dos? Eso fue más
allá de incómodo, y no se me ha escapado que papá y yo ya no cenamos
aquí nunca más.

Hasta este momento había asumido que nos estábamos saliendo


173

con la nuestra. Por qué supuse eso cuando Maia era inteligente y
observadora, no lo sé. Llámenlo una ilusión.
Página
—No está pasando nada. —Entré en la cocina, con la esperanza de
que eso fuera el fin de la cuestión.
Idiota.
—No te creo.

—Como prefieras —le dije mientras recogía los platos de aperitivos


que había preparado—. Agarra uno de estos, por favor.

Maia me siguió hasta la sala de estar, donde estaba colocando los


aperitivos en la mesa de café. A pesar de que no íbamos a hacernos
tatuajes ni conseguir drogas esta noche, teníamos planes. Shannon había
organizado una noche de chicas y había invitado a Jo, Joss y algunas de
sus otras amigas a mi casa.
—Grace, sólo dime una cosa.
—¿Sí?
—¿Papá y tú están bien?

Miré su cara preocupada y me detuve para pensar. No quería


mentirle. Como pareja no estábamos bien. Sin embargo, técnicamente,
iba a estar bien y Logan estaba bien.
—Sí.

Aunque ella no se vio completamente convencida, Maia lo dejó


pasar y me ayudó a poner más bocadillos.

Media hora más tarde, mi timbre sonó, y parpadeé cuando una


corriente de atractivas mujeres de diferentes edades pasaron junto a mí a
la sala de estar.
Shannon me sonrió mientras se levantaba entre la multitud.

—Así que, ya has conocido a Jo. —Hizo un gesto a la hermana de


Cole, y nos sonreímos mutuamente—. Y la primera persona a la que voy a
presentarte es a Joss.

Una mujer alrededor de mi altura con largo cabello rubio oscuro y


ojos almendrados dio un paso adelante del grupo. Ella tenía un llamativo
rostro bonito y un pecho del que tuve envidia. Tampoco se veía de treinta
174

y cinco.
Página
Había asumido que alguien simplemente había hecho un gran
trabajo en su foto de autor, pero no, la madre de tres hijos también lucía
joven y hermosa en la vida real.

—Es un placer conocerte finalmente, Grace —dijo Joss en su voz


ronca a medida que sostenía una mano en alto para estrechar la mía.

—Uh, igualmente. —Estreché su mano—. Te dije que soy un gran fan,


¿verdad?
—Tiene todos tus libros —añadió Maia—. Tal vez podrías firmarlos.
—Puedo hacer eso. —Joss sonrió con ironía y retrocedió.

—Me encanta. —Una morena de curvas y piernas largas sonrió. Otra


americana, por el sonido de su acento—. Eres toda una friki de los libros
impresionante. —Ella se sonrojó, sus ojos inusuales abriéndose aún más
mientras daba un paso hacia mí—. No quise que sonara insultante. ―Me
dio la mano con entusiasmo—. Soy Olivia. Puedes llamarme Liv. Colega friki
de los libros. Trabajo en la biblioteca de la Universidad de Edimburgo.

Me quedé momentáneamente hipnotizada por ella. A primera vista


su rostro parecía ser casi normal, pero luego sonrió y se transformó.
Además, tenía los ojos más impresionantes de color avellana. Tenían un
tono tan ligero que eran casi dorados. Eso, combinado con todas sus
curvas y el abundante cabello oscuro cayendo sobre sus hombros, hacían
que estuviera empezando a sentirme normal.
—Es un placer conocerte.

—Soy Ellie, la cuñada de Joss. —Mientras estrechaba la mano de Ellie


me encontré mirando hacia arriba. Era tan alta como Jo, y tan bonita
como las otras mujeres, pero de manera más sutil.
—Y yo soy Hannah, hermana de Ellie. —A pesar de la diferencia en el
color de ojos, pude ver las similitudes entre sus facciones. Sin embargo,
aunque Ellie podría haber sido una modelo con su figura alta y esbelta,
Hannah era un poco más alta y tenía muchas más curvas. Tenía el tipo de
figura que las mujeres de todo el mundo se morían por tener.

—He escuchado mucho sobre ti de Maia —dije—. Es un placer


conocerte. —Hice un gesto hacia los aperitivos—. Por favor, sírvanse.
175

¿Quieren alguna bebida?


Página
Después de atender sus peticiones, fui a la cocina, donde Maia y
Shannon me ayudaron a reunir las bebidas. De regreso encontramos a las
mujeres sentadas en la sala de estar, riendo por algo.

—¿Qué es tan gracioso? —dijo Shannon a medida que nos


instalábamos entre ellas.

—Acabo de recibir un mensaje de Nate —dijo Liv—. Mi esposo. —Me


explicó—. Dejamos a los hombres con los niños hace aproximadamente
media hora y ya están mandándome mensajes. Al parecer Belle y January
se pelean por Sophia.

—Dile a Nate que le diga a las chicas que Sophia no es una muñeca
—dijo Hannah.
—Eso es exactamente lo que le estoy escribiendo a Nate. Cualquiera
diría que entre él, Braden, Marco, Cole y Cam, alguno sería capaz de
hacer frente a una discusión entre dos niñas.
Jo resopló.
—Especialmente Nate.
Liv le lanzó una mirada asesina.
—No tiene gracia.
—¿Qué me estoy perdiendo? —dije.

—Nate era un gigoló —aclaró Hannah amablemente—. Antes de Liv,


por supuesto.
—Espero que sí —dije, haciendo resoplar a Joss.

—¿Deberíamos estar diciendo la palabra “gigoló” delante de Maia?


—preguntó Ellie, sus cejas se fruncieron con preocupación.

—Bueno, ya lo han hecho dos veces, así que supongo que la


pregunta es redundante. ―Maia se encogió de hombros.
Shannon nos sonrió.
—¿He dicho ya que me encanta mi sobrina?

Nos reímos y sentí algunas cálidas burbujas dentro de mí cuando vi


176

los ojos de Maia iluminarse. Ésta era la persona que siempre debió ser. Estar
con Logan estaba cambiándola, dándole confianza para ser ella misma.
Página
Que estaba resultando ser una niña inteligente, sarcástica y dulce que
tenía la costumbre de hacer que todos terminen enamorándose de ella.

Vi como Maia se relacionaba con nosotras, sin importarle que fuera


una chica de quince años entre mujeres con edades que oscilaban entre
veintiséis y treinta y seis. Estaba cómoda y escuchando atentamente a las
mujeres bromear sobre sus trabajos, sus esposos y niños, y entendía por qué.
Estas mujeres eran más que amigas. Todos formaban una familia. Y su
calidez atraía a gente como Maia y yo. Estábamos indefensas ante eso. La
definición misma de una polilla acercándose a una llama.
Estábamos concentradas en el tema de las películas cuando Jo dijo:
—No creo haber ido al cine en unos dos años. Es ridículo.
—Así es —concedió Liv—. Nate y yo tenemos una cita nocturna
cada dos semanas y vamos a ver una película una vez al mes. Fuimos a ver
una nueva basada en la vida real de un ex marine ardiente. Una mala
película pero qué delicia de hombres a la vista. Nate tuvo que limpiarme la
baba de la barbilla.
Joss arrugó la nariz.

—Oh, yo rara vez puedo ver películas como esas. Braden se niega a
ver películas donde los hombres piensan que son más guapos que las
mujeres.

—No. Braden no va a ver esas películas contigo porque él lleva lo


posesivo a otro nivel —bromeó Ellie.
Joss puso los ojos en blanco.

—Mira, si tu hermano es feliz fingiendo que no encuentro a ningún


otro hombre atractivo a parte de él, vamos a dejarlo con su negación.
Aunque a decir verdad, nadie me lo hace como Braden. —Levantó un
dedo y nos señaló—. Que eso no salga de esta habitación. Me gusta
mantener su ego bajo control.

—Como si ellos no encuentran a otras mujeres atractivas —resopló


Hannah—. Juro que he oído a Marco gruñir, sí, gruñir, en voz baja si
comparto una sonrisa con un chico guapo, y sin embargo, ¿se supone que
debo creer que ve las reposiciones de Dark Angel por la trama? No lo creo.
177

—Oye, Dark Angel es una de las series televisivas más infravaloradas


de todos los tiempos —argumentó Liv.
Página
—Por una razón —argumentó Hannah de vuelta.

—Son todos iguales —intervino Jo—. Cam tiene un nuevo ayudante.


Mencioné por casualidad que se veía muy bien, y de repente sintió la
necesidad de… —Miró a Maia y luego a nosotras con una mirada de
complicidad—, demostrar su valía.
—Hablas de sexo —dijo Maia.
Jo frunció los labios.
—Bueno, no hay manera de que se te escape nada, ¿verdad?
—Créeme, he visto y oído cosas mucho peores.

El humor en el aire se disipó, y un incómodo silencio cayó sobre todas


nosotras. Las mejillas de Maia se enrojecieron, y estaba a punto de abrir la
boca para cambiar de tema por ella cuando Jo se me adelantó.

—En realidad, mencioné que este chico es guapo pensando en ti,


Grace. Estás soltera, ¿verdad? Él también está soltero. Le estaba diciendo
a Cam que podría ser divertido prepararles una cita. Nunca antes he
hecho de casamentera.

—Oooh. —Ellie asintió, sus ojos brillando—. Hazlo. Y después nos


pones al día a todas. Será divertido.

—¿Has olvidado lo que se siente? —dijo Joss con ironía—. ¿Y quieres


que ella comparta ese momento insoportable con todas nosotras?
Ellie hizo una mueca.

—Sólo era una idea. Y de todos modos… sólo has salido con un
hombre.

—Y con él fue suficiente, créeme. —Joss se volvió hacia mí—. Puedes


decirle a Jo que se meta a ese lindo chico por el culo. Te apoyaré.
—Eso no suena para nada bien. —Liv se estaba ahogando por la risa.

—Aleja tu mente de eso. —Shannon hizo un gesto inclinando la


cabeza hacia Maia—. Hay mentes impresionables presentes.

Pero Maia no estaba prestando mucha atención. En lugar de eso


178

estaba mirando fríamente su vaso vacío por alguna razón.


Fruncí el ceño, preguntándome qué había dicho para molestarla.
Página
—Uh, gracias por la intención, Jo, pero he estado en seis
increíblemente malas citas en los últimos meses, y estoy sintiéndome un
poco cautelosa. Quizás en otra ocasión.

—Es decir, nunca. —Hannah sonrió satisfecha—. Pobre Jo. Esa


carrera de casamentera no duró mucho.

—Todas ustedes son una mierda —dijo Jo en respuesta a sus burlas,


pero su voz estaba cargada de risa—. Bueno, ¿dónde está el baño,
Grace?

Le mostré el camino y luego deambulé por la cocina para buscar


más bebidas. Estaba por volver, pero dos segundos antes Shannon
apareció en ella. Se acercó a mí y me sonrió.
—Son geniales, ¿verdad?
Asentí entendiendo que se refería a las mujeres.
—Son maravillosas. Se quieren mucho entre ellas, ¿no?
—Ferozmente —concordó Shannon—. Sabes, pensé que encontrar a
Cole me hacía la mujer más afortunada del mundo hasta que conocí a su
familia añadida y me di cuenta que era más que eso. Es un maldito
milagro. Todos ellos lo son. —Echó un vistazo a la puerta—. Son como
debería ser una familia. Son una tribu.

Pensé en Logan y como en todas nuestras conversaciones él no


había hablado mucho de sus padres o su otra hermana. Ya sabía que no
habían apoyado a Shannon cuando más los necesitó, así que supuse que
su familia no era muy cercanos.
—Logan y tú son muy unidos. ¿Pero sólo entre ustedes?
Shannon me miró.

—Mis padres y mi hermana, Amanda, son un poco egoístas. Logan


era el favorito, y odiaba la forma en que siempre me trataban de manera
diferente. Él trató de compensarlo a medida que crecíamos. Siempre ha
estado ahí para mí. Cuando se enteró de cómo me habían tratado
mientras estuvo en la cárcel, se enojó, pero quería que todos seamos de
nuevo una familia. Lo he estado intentando… así como él… pero luego
179

reaccionaron de la forma en que lo hicieron con Maia, y él se hartó.


Fruncí el ceño, sintiendo mi ritmo cardíaco detenerse.
Página

—¿Cómo reaccionaron?
—¿Logan no te dijo que les habló de Maia hace unos días? —
Shannon parecía sorprendida.
Negué con la cabeza.

—Quería esperar hasta que ella se estableciera. Ha estado


posponiendo decírselo a mis padres durante semanas. —Resopló—. Ahora
están haciendo lo que siempre hacen y están actuando como unos
críticos de mierda porque Logan los ha decepcionado.
Sentí la rabia comenzar a hervir en mi sangre.
—¿Maia lo sabe?
Shannon negó con la cabeza.

—No, y en cuanto a Logan concierne, no tiene por qué saberlo. Ella


no ha preguntado por ellos desde hace tiempo. Con suerte, todavía no lo
hará, y eso le dará tiempo a él para calmar su propia ira. Quiere
explicárselo de la manera menos dolorosa posible. Tiene que saber que no
se trata de ella. Nuestros padres simplemente son así.

Miré hacia abajo en la encimera y vi que mis dedos estaban


clavándose en la madera. Me sentí terrible al pensar que Logan había
tenido que lidiar con eso y yo no había estado allí para ayudarlo.
—Debería haberlo sabido —murmuré.
—Es difícil de hacerlo cuando lo estás evitando.

Levanté la vista bruscamente, Shannon me observaba fijamente de


vuelta con una mirada cómplice en sus ojos.
—Logan me dijo lo que pasó entre ustedes.
Levanté una ceja, sorprendida.
—¿Lo hizo?

—No en detalle, por supuesto, porque… —Ella se estremeció—, es mi


hermano. Pero me dijo. Sobre todo porque no lo dejé en paz hasta que lo
hizo. Ha estado actuando como un bastardo gruñón con todo el mundo
menos con Maia esta última semana. Finalmente lo fastidié hasta que me
contó lo que estaba pasando. Resulta que es por ti —dijo y sonrió
180

satisfecha—. Como si ya no supiera que tenía que ver contigo.


—¿Qué quieres decir? —dije con cautela.
Página
Shannon se inclinó hacia mí, con expresión inocente.

—Antes de ti… Logan no sonreía mucho o reía a carcajadas de la


manera que solía reír. —Sus ojos ahora brillaban con lágrimas—. La cárcel
cambió a mi hermano, Grace. Deberías haberlo conocido antes. Era… era
el más grande y adorable bromista, el amigo de todos. Todo el mundo
quería estar con él. Simplemente tenía esta… esta luz a su alrededor,
¿sabes? —Se limpió sus lágrimas con el dorso de sus dedos—. Ya no es así.
No confía fácilmente. Sus sonrisas no vienen fácilmente. Su risa
definitivamente no es… no suena… ya no ríe… —Sacudió la cabeza, como
si estuviera confundida—. Comenzó a sonreír y bromear más cuando Maia
y tú entraron en su vida. —Shannon puso su mano sobre la mía y la
apretó—. No ha sonreído mucho últimamente.

No podía respirar ante lo que estaba sugiriendo. No quería que


pensara algo que no era cierto.
—Shannon…

—Realmente me agradas, Grace. Y me gusta mucho la idea de tú y


mi hermano juntos. Sólo para que sepas. —Su mano se tensó sobre la mía—
. Por favor, se paciente con él. Ha pasado por mucho.

Lo sentía por ella. En serio lo hacía. Y es por eso que tenía que
desengañarla de estas ideas antes de que ella tuviera esperanzas con
respecto a Logan y yo.
—Shannon, no soy del tipo de Logan.
—No creo eso. —Sacudió la cabeza obstinadamente.
—También está concentrado en Maia en estos momentos.
—Creo que se está escondiendo detrás de eso.
Querido Dios, ella era más allá de obstinada. Era una mula.

—Logan y yo… no funcionaríamos. Somos demasiado diferentes.


Honestamente, creo que en este momento estamos mejor
manteniéndonos alejados el uno del otro.

Un ruido llamó mi atención hacia la puerta, y vi el destello fugaz de


un cuerpo con cabello oscuro antes de que desapareciera. Fruncí el ceño.
181

¿Maia?
Página

—¿Crees que nos escuchó? —dijo Shannon, sonando preocupada.


—Maldita sea. —Dejé escapar un suspiro—. Será mejor que hable
con ella para que sepa que esto no tiene nada que ver con ella.

Cuando cerré la puerta a la última de mis nuevas amigas, me apoyé


contra ella y me pregunté cuál sería la mejor forma de acercarse a Maia.
Después de escuchar lo que había dicho acerca de mi amistad con
Logan, había estado muy callada y sobre todo indiferente. Las chicas
sabían que algo estaba pasando, y no mucho tiempo después formularon
excusas para irse.
Preparándome, fui a buscar a Maia.

Estaba en la habitación de invitados, al parecer habiendo decidido


abandonarme y al desorden en mi sala de estar.

—Ahí estás —dije, apoyándome contra la puerta. Estaba sentada en


la cama con un libro en su regazo—. Maia, tenemos que hablar de lo que
escuchaste.
—¿Sobre el hecho de que odias a papá? —espetó.

Sentí una punzada en mi pecho, sólo por el pensamiento de alguien


alguna vez pensando que odiaba a Logan.
—No odio a tu padre.
—Entonces, ¿qué está pasando?
—Es complicado, Maia. Y es entre tu padre y yo. Hemos decidido
pasar algún tiempo separados, pero eso no significa que mi amistad
contigo tenga que cambiar. Entiendes eso, ¿cierto? No voy a ninguna
parte.

A pesar de no que parecía menos molesta, Maia me dio un renuente


asentimiento.

Me hubiera desplomado con alivio contra el marco de la puerta si


182

hubiera pensado por un segundo que era el final de esto. Y supe, cuando
me dijo severamente que le gustaría leer su libro, que no había terminado
Página

del todo de estar enojada conmigo.


La dejé en paz, esperando que su mal humor conmigo no durara
mucho tiempo.

183
Página
15
Traducido por LizC, Jenn Cassie Grey y Marcelaclau

Corregido por Becco

—¡Vuelve aquí!

Mi cabeza se alzó de golpe desde mi portátil y miré fijamente a la


pared de mi sala de estar. Logan estaba gritando. Lo suficientemente
fuerte para que escuchara cada palabra.

Acababa de meter mis pies en mis zapatillas y había agarrado una


chaqueta con la intención de investigar, cuando mi puerta se abrió y se
cerró de golpe. Unas fuertes pisadas se escucharon por mi pasillo y se
detuvieron delante de mí.

—Maia, ¿qué demonios…? —Me quedé boquiabierta, horrorizada al


ver su cara llena de lágrimas.
—Me quedo aquí. ¡Lo odio!
Contuve el aliento.

—No vuelvas a decir… —Me interrumpí bruscamente por el sonido


de mi puerta abriéndose y cerrándose de un portazo. Otra vez.

Las fuertes pisadas de Logan retumbaron más fuertes. Maia corrió


más lejos en la sala de estar al sonido de su llegada. Él entró en la
habitación, con los ojos oscurecidos llenos de furia.

—No te atrevas a irte de la casa de esa manera, y definitivamente


jamás metas a Grace en esto.

—Logan… —Estaba sorprendida por su actitud—. ¿Qué diablos


pasó?
184

—Maia fue sorprendida con un chico en una sala audiovisual vacía


en la escuela. —Todo su cuerpo estaba erizado de tensión.
Página

Mis ojos se desorbitaron cuando me volví hacia Maia.


—Por favor, dime que ha habido un malentendido.

—Sólo nos estábamos besando —dijo Maia defendiéndose mientras


se secaba las lágrimas.
—¡El director dijo que era un poco más que besarse!
—Logan, tal vez…
—¡No es asunto tuyo! —le gritó Maia—. ¡Deja de fingir que te importa!
—¡Maia! —grité.
Ella se estremeció, sus ojos abiertos con conmoción por mi arrebato.

Nunca antes había usado ese tono con ella. Pero nunca antes se
había pasado de la raya.

—Jamás vuelvas a faltarle el respeto a tu padre otra vez diciendo


esas tonterías. Discúlpate.

La mirada que me dio fue de manera evaluativamente extraña.


Luego sollozó y dijo:
—¿Estás diciendo que estás de su parte?

—Maia, tontear con un chico en un salón en la escuela está mal, y tú


lo sabes. Eres una chica inteligente. ¿Por qué demonios actuarías de esta
manera? ¿Hay algo más en todo esto? —Di un paso hacia ella.
Ella se encogió de hombros, ahora pareciendo insegura de sí misma.
—Layla me retó a hacerlo.

Miré a Logan, y supe exactamente lo que estaba pensando antes


de que lo dijera. Mi expresión le dijo que yo estaba de acuerdo con él.

—Tal vez deberíamos poner freno a la cantidad de tiempo que


pasas con Layla.
—Papá —gimió Maia, pareciendo sorprendida por esa sugerencia.

—Ah, así que de nuevo soy tu “papá”. Hace diez minutos era “deja
de actuar como mi padre ya que has estado ausente durante la mayor
parte de mi vida”.
185

Aunque él no lo demostró, sabía lo mucho que sus palabras debían


haberle hecho daño y no pude ocultar la decepción en mi cara cuando
Página

me volví hacia ella.


Ella hizo una mueca de dolor y bajó la mirada.

—No lo decía en serio. —Miraba a Logan, sus ojos suplicantes—. Lo


siento. Es sólo que… ¡es vergonzoso! ¿Por qué el director tuvo que decírtelo
a ti? Pero lo siento, ¿de acuerdo? No fue mi intención.

Maia de repente se vio aterrorizada, como si temiera que Logan se


apartaría de ella.
En lugar de ello, sus rasgos se suavizaron.
—Ven aquí.

Poco a poco hizo que sus pies la llevaran hasta él, y tan pronto como
estuvo a poca distancia, Logan la tomó en sus brazos y la besó en la frente.
Maia se relajó contra él y le devolvió el abrazo.

Tan conmovida como estaba por su arreglo, no me distraje del tema


principal que pasaba.

—Tenemos que hablar de quién es este chico y cómo es que nunca,


jamás, vas a hacer esto otra vez.
Apartándose ligeramente de Logan, Maia se sonrojó.
—¿Tenemos que hacerlo?
Miré a Logan.
—¿Cómo te sentirías si Maia y yo hablásemos de esto a solas?
Él en realidad pareció aliviado.

—Muy bien… pero… —Tiró suavemente de su brazo, atrayendo su


atención hacia él—, cualquier cosa que pueda implicar la discusión, el
resultado será el siguiente: no vas a hacer esto otra vez, o bien, cuando
llegue el momento de que tengas la edad suficiente para salir, voy a
asustar hasta la mierda a cada chico que incluso se atreva a sonreírte.
¿Entendido?
Maia lo miró con los ojos de par en par y asintió rápidamente.
—Bien. —Él asintió, satisfecho, y luego se fue, dejándome con ella.
186

—No lo haré de nuevo —dijo apresuradamente—. Lo prometo.


—Tienes que entender que cuando actúas así con los chicos…
Página
—Grace, no es por ser desagradecida ni nada de eso, pero lo sé,
¿de acuerdo? He visto a una chica un año menor que yo tener sexo con
un hombre mayor en el hueco de las escaleras de mi casa en Glasgow. Y
también he visto otras cosas. Y los chicos no respetan a las chicas. Sé todo
eso. Fue sólo un reto. Y sin importar lo que el director dijo… sólo nos
estábamos besando. No estoy… —Ella se sonrojó—. No estoy lista para
cualquier otra cosa.
El alivio me hizo hundirme contra el sofá.
—No tienes idea de lo feliz que estoy de que digas eso.
Se mordió el labio un momento y luego dijo:
—¿Qué edad tenías cuando perdiste tu virginidad?

—Todavía la conservo —le mentí—. Y si eres sensata, te aferrarás a la


tuya durante mucho, mucho tiempo.
Maia puso los ojos en blanco.
—Sí, y Santa Claus es real.

—Lo es. Así como el Conejo de Pascua. Y los bebés son dejados en
las puertas de los padres de todo el mundo por cigüeñas gigantes. Ahora
asiente como si me creyeras.
Ella rio y asintió.
—Y mi trabajo aquí está hecho.

—No puedo creer que pienses que esto ayudaría a sentirme mejor.
—Levanté los DVD ante Chloe mientras volvía a entrar en mi sala de estar
con dos copas de vino.

—¿Qué? —Frunció el ceño ante mi tono—. Has estado abatida con


el corazón roto por el tiempo suficiente. Pensé que estos te ayudarían a
187

superarlo.
—He tenido el corazón roto durante aproximadamente dos semanas,
Página

pero gracias por tu paciencia. —Dejé los DVD en la mesa de café—.


¿Cómo es que The Notebook, Sleepless in Seattle y Love and Other Drugs
se supone que van a ayudarme? Todas van de dos personas que se
enamoran. Entre ellos. Ya los odio.

—Se supone que te hacen recordar que hay esperanza. —Ella sonrió
ante mi mueca—. Estas películas no son sólo acerca de dos personas que
se enamoran. Van sobre dos personas que se enamoran, pero están todos
estos obstáculos en su camino y es una gran lucha… pero al final, terminan
juntos.
Tomé un trago enorme de mi vino.

—Realmente me gustaría que renuncies a la idea de Logan y yo,


Chloe.
—Nop.
—En serio lo consideraría, si fuera tú.
—¿Por qué?
—Porque voy a matarte si no lo haces.

—Patrañas. —Descartó mi amenaza sin pensarlo—. No me asustas,


Grace. Podría romperte en dos como a una ramita.
La miré con indignación.
—Me gustaría verte intentarlo.
—Mueve la mesa y lo haré.

—Muy bien. —Me levanté de la silla y el timbre sonó. Entrecerré los


ojos hacia ella—. Acabas de ser salvada por la campana.
—Estoy temblando.

Le lancé una sonrisa antes de apresurarme fuera de la habitación


para responder a mi puerta.
Para mi sorpresa me encontré con Logan en ella.
—¿Has visto a Maia? —dijo sin preámbulos.

Notando la expresión frenética de su rostro, sentí que mi ritmo


188

cardíaco empezaba a ganar velocidad.

—No. Pensé que iba a casa de Layla después de la escuela hoy. ¿La
Página

has llamado?
Sacudió la cabeza.
—No contesta.

—Bueno, déjame intentarlo. —Giré sobre mis talones y lo oí detrás de


mí siguiéndome hacia la sala de estar—. Chloe, este es Logan. Logan, esta
es Chloe. —Los presenté rápidamente antes de hurgar en mi bolso por mi
teléfono.
—¿Está todo bien? —dijo Chloe.

—Con suerte. —Marqué el número de Maia y esperé. Se fue


directamente al buzón de voz. Miré a Logan, que se desinfló con mi
expresión—. ¿Tienes el número de los padres de Layla?
Sacudió la cabeza.

—No se me ocurrió hacer eso. Mierda. —Se pasó una mano por el
cabello, y pude ver el pánico aumentando en su expresión.

—Chloe… —Me volví a mi amiga, que estaba observando a Logan


con una mezcla de preocupación y curiosidad—, abre tu Facebook.
—¿Por qué?
—Porque tienes a Maia en tu Facebook. Tal vez publicó algo.

—Bueno, si sus intenciones no son buenas, ¿de verdad crees que


sería tan estúpida? —dijo a medida que buscaba en el bolso por su
teléfono.
—Sí. Incluso los adolescentes inteligentes pueden ser idiotas a veces.

Chloe asintió y empezó a revisar su teléfono mientras Logan y yo


observábamos con impaciencia. Sus ojos se abrieron más cuando leyó
algo y luego nos dio una mirada que decía “oh-oh”.
—¿Qué? —dijo Logan con brusquedad.
—Están tratando de entrar en algún club en Tollcross.

—Es jueves —dije tontamente, sin creer que Maia actuara de forma
tan irresponsable.

—Es noche de estudiantes —dijo Logan—. ¿Cómo diablos creen que


189

van a entrar en una discoteca? Voy a matarla. —Se dirigió hacia la puerta.
—¡Voy contigo! —Me giré hacia Chloe a medida que recogía las
Página

llaves—. Lo siento. Tenemos que resolver esto ahora mismo.


Mi muy comprensiva amiga reunió rápidamente sus cosas, la despedí
fuera de mi edificio y fui a buscar a Logan. Lo encontré dirigiéndose más
allá de la universidad hacia Meadows.
—Logan… —Traté de hacer coincidir mis zancadas con las suyas.

—¿Por qué está actuando de esta manera? —dijo y me miró—. No


es así en casa. Estamos muy bien. No discutimos. Estamos genial. Pero
entonces sale de casa, besa a chicos en salas audiovisuales, trata de
entrar en discotecas, no contesta su teléfono y hace que me preocupe.
Recibí otra llamada de la escuela —me dijo—. Ayer. Se perdió dos clases
de la mañana.
El temor me recorrió.
—Es evidente que esto es deliberado. No es normal en ella. Le gusta
la escuela. Y es feliz contigo, Logan. Sé que lo es.
—Entonces, ¿por qué?
Me encogí de hombros.

—Tal vez se trata de su madre… o… no sabemos por todo lo que ella


pasó. No sabemos con qué está lidiando. Tal vez debería ver a un
consejero escolar.

—No quiero forzarla a hacer algo que no quiere hacer. Bueno…


excepto arrastrarla fuera de esta maldita discoteca.

—¿Tal vez podemos tratar de mantener la calma cuando nos


encontremos con ella? —sugerí gentilmente.

—¿Calma? Grace, son las nueve en punto de un jueves por la


noche. He estado tratando de llamarla por las últimas dos horas y estaba a
sólo unos segundos de llamar a la policía cuando llamé a tu puerta.
—¿A qué hora se suponía que debía estar en casa?

—Dijo que estaba comiendo donde Layla de modo que estaría en


casa alrededor de las siete y media.
—¿Te llevó más de una hora ir hasta mí?
Logan me echó un vistazo.
190

—Las cosas han estado tensas entre nosotros. No quise molestarte.


Página

—Es Maia. Nunca me molestas cuando se trata de Maia.


—Cierto. —La palabra estaba mezclada fuertemente con sarcasmo.

Caímos en un silencio incómodo, compuesto sólo por el silencio del


parque casi vacío a nuestro alrededor.

—¿Estás bien? —dijo, ya no sarcástico sino preocupado—. Maia


mencionó que iba a casa de Layla en lugar de la tuya después de la
escuela porque tenías una cita con el médico.
Palidecí.
—Ah, sí. Estoy bien.
—Eso no sonó nada parecido a bien. ¿Qué está pasando?
—Nada.
—Grace…
—Logan…

—Voy a seguir preguntando hasta que encontremos a Maia, y luego


de que lidie con ella, voy a hacerte hablar —advirtió, sonando
completamente en serio.
Miré a sus ojos y vi la determinación de acero en ellos.
Oh, mierda.

—Está bien… no era una visita médica. Tuve una cita esta tarde en la
clínica de salud.
—¿Para qué? —Parecía impaciente ahora.

—Un chequeo de salud sexual. —Miré hacia el frente, no queriendo


ver su reacción.
Después de un momento de silencio, dijo:
—¿Porque tuvimos relaciones sexuales sin protección?

Escuché algo en su voz que nunca había escuchado antes. Algo


muy parecido al dolor. No pude evitar mirarlo, y me encontré con él
observándome con enojada incredulidad.
—Logan, te has acostado con muchas mujeres.
191

—Utilizo protección.
Página

—No lo hiciste conmigo.


—¡Sólo contigo! —Apretó los puños a los costados y retomó la
velocidad.

Me apresuré para seguir su ritmo, mi corazón latiendo


frenéticamente.
—No sé qué decir. No era mi intención herir tus sentimientos.

—¿Herir mis sentimientos? —Se burló—. No has herido mis


sentimientos, Grace. Pero al menos sé exactamente lo que piensas de mí.

—No pienso mal de ti. Sólo creo que te has acostado con muchas
mujeres y sólo estaba cuidándome. ¡No me puedes culpar por eso!

Él se detuvo de repente, y yo paré para enfrentarlo. Su respiración se


había acelerado de manera exponencial.

—Debes pensar que soy un jodido irresponsable. ¿Honestamente


crees que no me hice un chequeo? Por supuesto que jodidamente me lo
hice. Tuve un chequeo hace seis semanas. Estoy limpio. Te lo hubiera dicho
si fuera de otro modo.

—Estuviste con la americana después de eso —dije, mi voz tranquila


cargada de dolor por la idea de él estando con ella—. Sólo unos días antes
que yo.

Logan captó el dolor porque sus facciones se suavizaron al instante,


el remordimiento iluminando su mirada.

—Grace… —Levantó una mano como para tocarme, pero me di la


vuelta y comencé a caminar hacia Tollcross.

—Simplemente olvidémoslo, ¿de acuerdo? Tenemos que


preocuparnos por Maia.

No hablamos el resto del camino al club, la tensión aumentando


entre nosotros.

Cuando llegamos al amplio callejón donde estaba la entrada del


club, revisamos la fila de gente joven afuera, buscando a Maia.

—Ahí —resoplé con alivio, dándome prisa a lo largo de la fila hacia


donde ella estaba de pie cerca del principio.
192

Mis ojos casi se salen de mis cuencas cuando se giró para sonreírle a
Layla y vi lo que estaba vistiendo.
Página

Ella no se había comprado ese vestido.


Era corto, apretado y era no, no, no, ¡NO!

—¿Qué demonios estás vistiendo? —espetó Logan, gritando más allá


de mí. Obviamente, él estaba de acuerdo con mi evaluación del vestido.

Las mejillas de Maia se sonrojaron al vernos, pero no pareció tan


culpable como debería.

Logan envolvió su mano alrededor de su brazo y tiró de ella fuera de


la fila. Ella fue de buena gana pero se quejó.
—Papá, me estás avergonzando.

Esto lo detuvo, y se dio vuelta para mirar a las chicas que habían
estado de pie con Maia. Una se trataba de una alta y guapa morena; la
otra, era también una linda morena, pero pequeña, con curvas. Supusimos
que estas eran las perversas Layla y Leigh.

—¡Ustedes dos, vengan aquí! —Logan las señaló con su dedo y luego
al suelo junto a sus pies.
La morena alta, quien sabía que era Layla por la descripción de
Maia, se pavoneó hasta nosotros con Leigh arrastrándose a su espalda.
Llevaba un vestido similar al de Maia, así que supuse que era quien le
había prestado el vestido a Maia.

—Vaya, ¿este es tu padre? —dijo y sonrió, pasando su mirada sobre


Logan en lo que era claramente una forma inapropiada y lasciva.
El rostro de Logan se oscureció, su ira intensificándose.
Busqué intervenir.
—Layla, Leigh… vamos a llevarlas a casa.
Layla me lanzó una mirada despreciable.
—¿Tú eres Grace?
—Lo soy. ¿Y supongo que fue tu idea traer a Maia a un club?
Ella se encogió de hombros.

—¿Qué pasa si lo fue? —Se quedó mirando a Logan de nuevo—.


Valió la pena sólo para verlo.
193

—Detente —le dije en voz baja y llena de burla. La hizo sonrojarse de


una forma que ni gritar ni estallar en alaridos lo haría—. Tienes quince años,
Página

no treinta. Estás siendo irresponsable y ridícula.


—Grace. —Maia sonó mortificada, pero no me podía importar
menos. No me gustaba la influencia que Layla tenía en ella.
—No estoy segura que seas una buena influencia para Maia.

—No eres su madre —resopló Layla—. Sólo eres una entrometida


perra inglesa flacucha.

—Eso es todo. —Logan avanzó por delante de nosotras, y lo vimos


hablar con el portero del club. El portero asintió, y Logan sacó su teléfono.
Regresó unos segundos más tarde—. Hay un taxi de camino para ustedes
—dijo Logan a Layla y Leigh—. Y ese enorme sujeto ahí atrás se asegurará
que las lleve a casa. Tú… —señaló a Layla, y ella palideció ante la ira en
sus ojos—, mantente alejada de mi hija de ahora en adelante.
Me rodeó y agarró el brazo de Maia.
—Nos vamos a casa.
—Papá…
—No me presiones, Maia.
Gracias a Dios, no lo hizo.

Logan estaba hirviendo mientras marchábamos hacia su casa a


través de Meadows, así que me apresuré para seguirles el ritmo.

—¿Ésta es la clase de persona que quieres ser? —le preguntó de


repente, su voz llena de incredulidad—. ¿Irresponsable? ¿Infantil?
¿Inmadura? ¿Cómo pudiste hacer esto esta noche, Maia? He estado muy
preocupado.
—Sabía que no me dejarías ir si preguntaba —dijo en voz baja.

—Tienes toda la maldita razón. Tienes quince. Ese club es para


personas de dieciocho años y más. Sin mencionar que es un maldito
cuchitril.
—Sólo quería pasar un rato con mis amigas.

—Oh, y qué amigas son —resopló con disgusto—. ¿Escuchaste cómo


le hablaron a Grace? Después de todo lo que ha hecho por nosotros, ¿te
parece bien que una de tus amigas le hable de esa manera? ¿Faltándole
194

el respeto?
Maia sacó su brazo de su mano, su rostro de repente se enrojeció
Página

con ira.
—¿Y qué importa Grace? ¡Ella ya no es más nuestra amiga!
Sentí como si me hubieran golpeado en el estómago.
—¿Qué diablos significa eso?
Sus ojos brillaron con lágrimas, se detuvo y nosotros paramos.

—Sólo quiero que las cosas vuelvan a ser como eran antes. Cuando
los tres estábamos juntos.
Logan la miró estupefacto.
—¿Es por eso que te has estado comportando así?
Ella se encogió de hombros.

—Es la única manera en la que los dos pasan tiempo juntos en la


misma habitación. Antes… bueno, era como si fuéramos una familia.

—No entiendo. —Logan se rascó la barba, pareciendo confundido—


. ¿Tú y yo no somos una familia?

Los labios de Maia temblaron, y pude ver que estaba a punto de


llorar.
—Sí, claro.

—Bien. —Logan comenzó a caminar de nuevo—. Como cabeza de


esta familia, estoy castigándote durante dos semanas.
—Pero, papá… —Maia se apresuró a alcanzarlo.

—Nada de “pero, papá”. Vuelves a hacer algo como esto otra vez y
será un mes entero.

Los seguí despacio, escuchando a Maia intentando hablar con


Logan para que disminuyera el castigo. Mi corazón estaba latiendo
rápidamente a medida que comenzaba a juntar las piezas del
rompecabezas. Logan no lo había entendido, pero yo sí.

Maia no estaba molesta de que Logan coqueteara con otras


mujeres porque quería toda su atención. Pensé en su molestia cuando
anuncié que iba a ir a una cita. En lo molesta que se puso cuando me
escuchó hablando con Shannon en la cocina sobre Logan.
195

A Maia MacLeod no le gustaba que Logan coqueteara con otras


mujeres porque ella ya había escogido a la mujer que quería en su vida.
Página
Yo.
Maia estaba jugando a hacer de casamentera.
Santo infierno.

196
Página
16
Traducido por SoleMary, Âmenoire, Mae y LizC

Corregido por Becco

Al día siguiente de la irresponsable aventura de Maia en el club


nocturno, la cual me di cuenta ahora que era un acto deliberado para
conseguir que Logan y yo estuviéramos en el mismo lugar porque quiere
que seamos una pareja y aún no sabe cómo hablar con Logan sobre eso,
estaba en mi sala de estar con el portátil haciendo una revisión de un
manuscrito antes de devolvérselo al autor. En un momento de descanso
eché un vistazo a mi página de inicio y un nuevo artículo saltó a la vista.

¿LA LUCHA CONTRA EL CÁNCER DE DANIELLE BENTLEY?

Mi corazón saltó en mi garganta mientras pinchaba sobre el título.

Había una foto de Gabriel y Danielle Bentley en la esquina del


artículo. Estaban vestidos con ropa de noche, sugiriendo que habían
estado en algún evento formal. Gabriel, como siempre, lucía una expresión
solemne en su apuesto y fuerte rostro. Habían más canas en su cabello,
peinado meticulosamente hacia atrás desde su sien y unas pocas arrugas
más en las esquinas de sus ojos y alrededor de su boca de lo que
recordaba. Como siempre, estaba vestido impecablemente en un
esmoquin a medida de algún caro diseñador.

Todos esos viejos sentimientos de abandono, rechazo e ira me


inundaron a medida que observaba fijamente la fotografía de mis padres.
Y simplemente de repente me golpeó la arrolladora sensación aplastante
de todos esos sentimientos, ahogándome con una gran sensación de
197

fracaso.
Página

En realidad había pensado que ya no tenían tal poder sobre mí. O al


menos no tanto.
Pero allí estaban en mi pantalla, y me sentí nuevamente como
aquella pequeña niña que habían abandonado en todos los aspectos.
Mis ojos escanearon el artículo sensacionalista.

Fuentes internas han revelado que la esposa del mundialmente


reconocido londinense, magnate de los medios y empresario de negocios,
Gabriel Bentley, ha sido diagnosticada con cáncer de mama. El portavoz
de la familia no ha confirmado ni negado el rumor.

Sabía lo que esto significaba. Quería decir que mi madre estaba


enferma y no quería que nadie supiera que era infalible.

Las mismas fuentes internas también revelaron que la distanciada


hija, Gracelyn Bentley, todavía no ha regresado a casa para estar al lado
de su madre. Los rumores que rodean la separación de Gracelyn Bentley
de su familia han circulado por años, pero hasta ahora la verdad detrás de
su marcha permanece entre los secretos familiares.

En estado de shock de alguna forma conseguí llegar al baño por mi


cuenta. Sentí la bilis subiendo por mi garganta, así que alcé la tapa del
inodoro. Escupí entre arcadas, pero no vomité a pesar de la agitación en
mi estómago.

Un sudor frío se desató sobre mi piel y me desplomé de nuevo contra


el suelo del baño, llevando mis rodillas hacia mi barbilla. No podía parar de
temblar.
Deseé poder parar de temblar.
¡Deja de temblar!
Mi madre tenía cáncer. ¿Posiblemente muriéndose?

Y ahora la prensa estaba finalmente interesada en saber dónde


estaba la única hija de los Bentley, Gracelyn Bentley, que había
desaparecido. Desde el principio supe que había rumores, seguramente el
personal de la familia no pudo mantener la boca cerrada, pero después
de un tiempo la prensa no estuvo realmente interesada. Había hijos de
estrellas de rock británicas que eran mucho más escandalosos e infames,
mientras que Gracelyn Bentley era la chica tranquila y estudiosa con ojos
saltones que no hacía nada que captara la atención de la prensa.
198

Así es como Gracelyn había sido descrita por la prensa.


Página
Pero ya no era más Gracelyn Bentley. Había cambiado legalmente
mi nombre a Grace Farquhar. Aunque imaginé que si la prensa estuviera
en serio interesada, le sería bastante fácil encontrarme.
Me dieron escalofríos al pensarlo.
Nunca más encontrarían a la chica con ojos saltones.

Había trabajado duro para convertirme en lo que soy ahora y no


una sombra de la chica perdida en las manipulaciones, la crueldad y el
abandono de su familia.

Si la prensa iba en busca de Gracelyn… estarían buscando un


fantasma.
¿O no?

Cerré mis ojos con fuerzas y las lágrimas escaparon por la ligera
presión. Así como así, el llanto se alzó desde la profundidad de mi vientre y
no pude controlarlo. No pude pararlo.
Mi madre, muy probablemente, tenía cáncer y mi padre no me
había contactado para decírmelo. Y él sabía dónde estaba; sabía mi
nuevo apellido. Farquhar por mi abuela del lado paterno. Ella había
muerto cuando yo tenía ocho años, pero algunos de los recuerdos más
felices de mi niñez fueron cuando estaba con ella. Representaba una
verdadera familia para mí. Representaba todo lo que quería y esperaba
tener algún día.

Mi madre tenía cáncer y no podía ir a verla porque no me habían


pedido que lo hiciese.
No querían pedirme que lo hiciera.

Y la horrible y espantosa verdad era que… no sabía si yo quería ir a


verla.

Todas las cosas horribles que me había dicho alguna vez vinieron
inundándome…

“Muy bien. Sigue comiéndote ese trozo de pastel si quieres ponerte


más gorda de lo que ya estás”.
199

“¿Una A en historia? ¿Y por qué me importaría si eres capaz de


memorizar hechos acerca de un montón de personas que están muertas?”
Página
“No me digas que perdiste tu virginidad. Debe haber estado
desesperado”.

“Si no dejas de decir mentiras sobre Sebastian, te enviaré a un


internado. Como si alguno de sus amigos estuviera lo suficientemente
necesitado como para caer tan bajo y buscarte”.
Y el último, el cliché más espantoso…

“Te estaba haciendo un favor, Gracelyn. Aspirabas demasiado. No


puedes creer en serio que puedes tener lo que yo puedo tener. Tienes que
bajar tus expectativas”.

Limpiando las lágrimas de mis ojos, me levanté poco a poco del piso
del baño. No podía dejar que me hagan esto otra vez. Alcanzando mi
teléfono, empecé a marcar el número de Aidan y me detuve.
Él no era con quien quería revelar mis sentimientos.
Sus brazos no eran los que yo quería que me envolvieran.
Y por eso me puse a llorar de nuevo, porque la única persona que
quería estaba a solo unos pocos metros… y no podía ir a él.

Al mirar alrededor a un grupo de personas que no conocía, me


pregunté si había tomado la decisión correcta al venir a esta fiesta en
casa de los Carmichael. Joss me había invitado cuando tuvimos nuestra
noche de chicas, y en ese momento pensé que sería más que
emocionante asistir. La fiesta era para el padrastro de Ellie, Clark Nichols,
que celebra su sexagésimo quinto cumpleaños. Había descubierto que
aunque Braden no estaba relacionado con la madre de Ellie, Elodie, y el
marido de Elodie, Clark, los dos estaban tan cerca de ser sus padres como
cualquiera podría serlo, y por lo tanto, razón por la que él era el anfitrión
del evento.

De alguna manera me las arreglé para recobrar la compostura


200

durante la fiesta en la inmensa casa estilo urbano de los Carmichael en la


Calle Dublín después de la noticia que había recibido por la tarde, y la
Página

verdad era que hasta el momento la fiesta había sido una distracción. Pero
ahora que me habían presentado a todas las personas que Joss amaba, la
noticia seguía arrastrándose en mi cabeza como una cortina soplando en
el viento y permitiendo que la luz brillante se asome a la habitación de vez
en cuando, cuando todo lo que necesitaba era la oscuridad.

Me habían presentado a Elodie y Clark, una encantadora y cálida


pareja mayor cuyas burlas y bromas al discutir me hicieron reír. También
conocí a su hijo y hermano menor de Hannah, Declan, y a su tímida mujer,
Penny. Por otro lado, había estado abrumada cuando me presentaron a
los maridos de mis nuevas amigas. El único que no estaba presente era
Cole, porque tenía gripe, así que él y Shannon se quedaron en casa.

Cam, quien ya había conocido y por el que más me sonrojé, estaba


allí con Jo. Fue a partir de ahí que las cosas se pusieron… bueno, sí,
abrumadoras. Conocí al marido de Liv, Nate.

Realmente esperaba que mi rostro no estuviera en llamas cuando lo


conocí.

Como Cam, casi tenía cuarenta y no los aparentaba. A diferencia


de Cam, con su atractivo rudo alrededor de los bordes, Nate era pura
belleza de Hollywood con su espeso cabello oscuro, ojos oscuros y
hoyuelos sexys.

Luego estaba Marco, el esposo de Hannah. Alto no le llegaba.


Musculoso no lo cubría. Impresionantemente atractivo era quedarse corto.
Sabía por Hannah que Marco era mitad italiano, mitad afroamericano, y
todo lo que podía decir era que el resultado me dejó absolutamente
atontada cuando estreché su mano.

El único esposo con el que no fui tan tímida fue el esposo de Ellie,
Adam. Era el tipo de hombre que se volvía cada vez más atractivo a
medida que hablabas con él porque rebosaba una cálida personalidad
que era increíblemente atrayente. Estuve cómoda con él inmediatamente.

Hasta que conocí a su mejor amigo, mi arrendatario, jefe de Logan y


marido de Joss.
Braden Carmichael.

—He escuchado un montón de cosas buenas sobre ti, Grace —dijo


201

Braden mientras estrechaba su mano. Llevó su mirada hacia mí con la más


ligera de las sonrisas sobre sus labios, y a medida que me fijaba en sus ojos
azul claro me estremecí. Braden estaba a principios de sus cuarenta y los
Página

llevaba muy bien. Siempre había encontrado molesto como algunos


hombres se hacían más atractivos con la edad, y tenía la sensación de
que el señor Carmichael era uno de ellos. Su oscuro cabello tenía algunos
mechones grises que sólo le hacían lucir distinguido. A diferencia de Nate,
Braden no tenía rasgos perfectos, y aun así tenía un rostro
extremadamente cautivador.

Más que eso, había un aura a su alrededor: confianza, poder y una


fuerza pura de voluntad que emanaba de él. De todos los hombres
guapos que me habían sido presentados esa tarde, en mi opinión, el
esposo de Joss era el más atractivo.

También era uno de los hombres más intimidantes que hubiera


conocido alguna vez y eso que vivía junto a Logan MacLeod. Estaba
contenta de que Logan no fuera parte de la fiesta porque estaba con
Maia. No creo que la habitación pudiera soportar tenerlos a él y a Braden
juntos en un mismo sitio.

No había duda de por qué eran amigos. Compartían una similitud


que se volvía más obvia a medida que Joss y Braden hablaban conmigo.

—Escuché que Maia lo está llevando bien y que eres una gran parte
de su transición —dijo Braden mientras Joss se detenía a su lado. Él envolvió
su brazo alrededor de ella automáticamente, como si naturalmente
encajara ahí.

—Logan ha hecho que la transición de Maia sea suave. Yo sólo… —


Me encogí de hombros—. Estoy ahí para ella.

—Está siendo modesta —dijo Joss—. Todo el tiempo que he pasado


con Maia y Shannon, de lo único que Maia habla es de Logan y tú. —Algo
brilló en sus ojos, algo como diversión, y me pregunté por un momento si
había captado el deseo que tiene Maia de vernos a Logan y a mí como
una pareja.

—Bueno, todo lo que sé es que es un tipo especial de persona


aquella que toma a un niño bajo su ala cuando no es de ellos —dijo él y su
mirada se dirigió al otro lado de la habitación, así que seguí su mirada para
ver a quién estaba viendo.
Elodie.
202

Joss levantó la mano de Braden para presionar un ligero beso en sus


nudillos. Él bajó la mirada hacia ella y la jaló más apretadamente en su
costado antes de enfocar esos ojos claros de nuevo en mí.
Página
—Logan es un buen amigo. Maia fue una gran sorpresa para él y
estoy agradecido por lo que has hecho por ellos. Si alguna vez necesitas
algo, Grace, déjamelo saber.

Sentí como si acabara de haber sido oficialmente bienvenida por el


Padrino en persona a su grupo. Me sonrojé y balbuceé mi agradecimiento.

—Sé lo que podrías hacer. —Un rostro apareció junto a mí, y me


incliné para mirar hacia un lado y ver que Ellie se había acercado detrás
de mí y metía su cabeza en la conversación.

Sonreí ante la mirada traviesa en sus ojos azul claro. Mmm. Ella y
Braden tenían los mismos ojos.

—¿Y qué es eso? —El rostro de Branden se había suavizado con


afecto a medida que esperaba la respuesta de su hermana.
Ellie deslizó su brazo a lo largo de mis hombros.
—¿Sabías que esta hermosa dama está soltera?
Joss resopló ante la apariencia mortificada de mi rostro.

—¿Cuál sería el punto, Ellie, además de avergonzar a Grace? —dijo


Braden secamente.
—James Llewellyn-Jones —susurró Ellie.
Branden frunció el ceño.
—¿Mi abogado?
Ella asintió.

—Es hermoso, exitoso, soltero y está aquí. Tal vez una presentación
sería conveniente.
Mi corazón empezó a latir rápido por la vergüenza.
—Oh no, en serio, no tienen que hacer eso.
Joss estaba frunciéndole el ceño a Ellie ahora.

—En serio. No —dijo enfáticamente, abriendo sus ojos a Ellie, como si


tratara de enviarle un mensaje. Sólo que yo no sabía qué mensaje era.
203

Aparentemente tampoco Ellie, quien lucía adorablemente confundida por


la mirada de Joss.
Página

—¿Qué pasa aquí? —Llegó Jo junto a nosotros, sonriendo.


—Pensaba que Braden podría presentar a Grace con James. El
abogado. —Ellie sonrió de regreso.
Jo inmediatamente la fulminó con la mirada.
—O no —dijo enfáticamente.
—¿Qué demonios me estoy perdiendo? —les preguntó Braden.
—Nada. —Le aseguró Joss—. Tu hermana sólo tiene ideas estúpidas.
—Supimos eso cuando decidió casarse con Adam —dijo él.

—Escuché eso. —Adam se aproximó al grupo—. Y mi opinión es que


tu esposa es la que tiene ideas estúpidas. Te permitió engendrar. Tres
veces.

—Oye, nuestros hijos tienen más de mí en ellos, así que no te


preocupes por eso —dijo Joss.

—Tonterías. Beth, sí. Luke, no. Ese niño es la viva imagen de Braden y
todos los sabemos. El mundo está jodidamente condenado. Mejor
mantengan sus ojos sobre la pequeña Ellie —dijo Adam con una seriedad
juguetona.

—Oh, no se preocupen. La estoy criando para que sea justo como


yo. —Ellie le sonrió a su esposo.
Braden miró a Adam.
—Tienes razón. El mundo está jodido.

Por cualquiera que fuera sus razones, Joss me alejó de los intentos de
Ellie por encontrarme pareja y me llevó a través de la habitación en
dirección contraria a James Llewellyn-Jones para rellenar mi copa de
champán.

Veinte minutos pasaron durante los cuales fui presentada a un


204

montón de gente cuyos nombres nunca recordaría dado que mi banco


de nombres se había llenado con los nombres de los Carmichael y
Página

compañía. Más tarde ese día, Ellie dejó de molestarme sobre el abogado
que quería que conociera, así que asumí que había terminado hablando
con Jo o Joss, quienes lucían extrañamente tercas sobre ese asunto.

Sólo fue una coincidencia que cuando me estiraba a por el último


canapé alguien más también lo hiciera.

—Oh, lo siento —dijo una voz masculina y seguí a lo largo de la mano


que se había estirado a por mi canapé hasta un par de agradables ojos
grises. Pertenecían a un atractivo hombre de mi edad—. Insisto en que lo
tengas —dijo, dándome una provocadora sonrisa.
En realidad quería el canapé.
—Entonces, también insisto en eso.

Se echó a reír, observándome mientras tomaba el tentempié y


empezaba a mordisquearlo.
—Soy James —dijo y siguió sonriéndome.
Tragué el sabroso pequeño bocado, parpadeando rápidamente.
—¿Llewellyn-Jones?
Levantó una ceja.
—¿Soy famoso?

Sonreí débilmente, buscando a Ellie por toda la sala, quien


obviamente lo envió aquí. La encontré, pero en lugar de verse alegre al
fijarse que James estaba hablándome, parecía herida. Lanzó una mirada
al otro lado de la habitación a Jo, quien le sacudía la cabeza con
disgusto.
¿Qué demonios estaba pasando con esas mujeres?

—¿Pasa algo? —dijo James, echando un vistazo por encima de su


hombro siguiendo mi mirada.

—No, para nada. Braden mencionó tu nombre antes. Así es cómo


supe quién eras.
—Espero que dijera sólo cosas buenas.

Me sentí incómoda, torpe por alguna razón, como si los dos


205

estuviéramos bajo una lupa. Hice todo lo posible para ocultar el


sentimiento.
Página
—Bueno, hubo mencionó algo de evasión fiscal y terrorismo, pero
aparte de eso…
Él sonrió.
—¿Y puedo preguntarte cuál es tu nombre?
—Oh, es Grace. —Le tendí la mano—. Encantada de conocerte.

Su mano se había deslizado en la mía cuando sentí esta sensación


peculiar de hormigueo en la nuca. El instinto me hizo mirar por encima de
mi hombro.

Logan se encontraba de pie en la puerta de la habitación, con los


ojos clavados en mí.

Por un momento me quedé sin aliento cuando nuestras miradas se


sostuvieron a través de la habitación.

Y entonces, de la nada, me dio esa molesta elevación de barbilla


antes de apartar su mirada. Lo seguí con mis ojos a medida que avanzaba
al otro lado de la habitación hacia Braden. Otras cuantas mujeres más le
siguieron también con la vista. Se veía muy bien en sus pantalones de traje
y camisa negra. Había dejado la camisa abierta en el cuello y las mangas
enrolladas en sus antebrazos, mostrando su tatuaje.

—¿Conoces a Logan? —dijo James, atrayendo mi atención de


nuevo a él.
Creía hacerlo.

—No muy bien. —Tomé mi copa de champán, de repente no tan


distraída de mis preocupaciones.
—Entonces, ¿en qué trabajas, Grace?

Me dejé llevar por la conversación, esperando que me lleve a otro


lugar por un tiempo, pero lamentablemente ya era demasiado tarde. Mi
pecho dolía tanto porque no podía lograr apartar mis pensamientos de mis
padres, Sebastian o Logan. El dolor se agravó solamente cuando Logan
entró en mi línea de visión más allá de James, y lo vi coqueteando con una
bonita rubia cuyo nombre no recordaba.
206

Bajé la mirada, fingiendo reírme de lo que el abogado decía. No


sabía de qué estaba hablando. Apenas podía recordar lo que acababa
de decir. Mis oídos pitaban, y sentí como si estuviera observándome en
Página

esta conversación desde lejos.


No sé cómo me las arreglé para durar todo el tiempo que lo hice,
pero de repente la habitación estaba demasiado caliente para mí,
demasiado ruidosa, demasiado todo.

—Lo siento —interrumpí a James—. ¿Podrías disculparme un minuto?


Lo siento. —Di la vuelta y me alejé, moviéndome a través de la multitud en
el salón principal de la casa estilo urbano. El pasillo también estaba lleno
de gente, pero cuando le eché un vistazo a las escaleras, todo era silencio
y oscuridad.

Sabía que era un poco intrusivo, pero necesitaba un poco de paz y


tranquilidad por un momento, y Joss me informó que sus hijos se
encontraban con los de Jo y Cam, así como los de Nate y Liv, siendo
atendidos por el padre de Olivia, Mick, y su esposa, Dee. Estuvieron
haciendo bromas sobre los dos siendo valientes por cuidar de seis niños esa
noche.

Cuando nadie prestaba atención, subí a la primera planta. La luz de


la luna que entraba por la ventana grande en la parte delantera de la
casa iluminó mi camino y me metí a la primera habitación que encontré.

Dejé la puerta entreabierta, permitiendo que un poco de luz se filtre


en la habitación, y las sombras me envolvieron en la oscuridad.

Era el cuarto de la hija menor de Joss y Braden, Ellie. Sólo tenía un


año. Caminé en silencio a su cuna y vi la lucecita de noche en la mesilla
junto a esta. Cuando la encendí, pálidas estrellas azules comenzaron a
bailar alrededor en las paredes de la habitación a medida que la lámpara
iluminaba todo alrededor. Observando la gran silla cómoda en la esquina
de la ventana, me concentré en ella y me senté a recuperar el aliento.

Me quedé mirando las estrellas que rodeaban la habitación por


encima de mi alcance y de repente me sentí un poco como un gato
tratando de atrapar un rayo de luz con su pata. ¿Por qué sigo haciendo
esto? Me pregunté. ¿Por qué sigo dejando que mis padres me hagan esto?
Herirme así.

Un crujido en los tablones del suelo hizo que me quedara sin aliento.
La puerta se abrió lentamente, y una alta figura se deslizó dentro. Una
estrella de luz captó su rostro, y me tensé.
207

—¿Grace? —llamó Logan y entró, cerrando la puerta detrás de él—.


¿Estás bien?
Página

—Estoy bien —susurré.


Caminó hacia mí, y mis músculos se tensaron aún más con su
cercanía.

—No estás bien. Te estaba observando abajo. Algo sucedió. —Se


detuvo a unos pasos de mí, y me miró a los ojos.
—No importa.

—Maldición, por supuesto que importa —espetó, y dio otro paso


hacia mí—. Dime lo que está pasando.
—¿Dónde está Maia? —dije en su lugar.
—Con Shannon y Cole. Deja de cambiar de tema.
—Mi nombre no es Grace Farquhar —solté.
En el tenue resplandor de la luz vi sus ojos estrecharse.
—¿Qué demonios?

—Quiero decir que es Grace, pero no solía serlo. Solía llamarme


Gracelyn Bentley. Sólo Aidan, Chloe y Juno lo saben. Ahora tú.
—Grace —susurró, con una profunda preocupación en su voz—. No
lo entiendo.
—¿Has oído hablar de Gabriel Bentley?
—¿El tipo del imperio mediático?

—Sí. —No sé por qué se lo decía. Tal vez era masoquista, al confiar en
un hombre, al buscar afecto por parte de él, cuando sabía que no había
esperanza de que fuera real—. Es mi padre, Logan.
—Jesús —dijo con voz ronca, y dio otro paso hacia mí—. ¿Qué…?

—Siempre estaba ocupado, siempre trabajando, nunca tuvo tiempo


para mí, sólo para Sebastian, a quien preparaba para tomar su lugar en el
negocio. Era un poco anticuado. Deduzco que nunca pensó que sería de
mucha utilidad en el negocio porque nunca se molestó en intentarlo
conmigo. —Solté un resoplido de risa amarga—. Me gustaría que mi madre
hubiera sido igual, pero por desgracia su negligencia vino con un flujo
constante de crítica. No era de talla cero. No era lo suficientemente
208

bonita, lo suficientemente atractiva, lo suficientemente ingeniosa, lo


suficientemente a la moda. Era aburrida. Era patética. Nunca debí haber
nacido. —Me quedé sin aliento, recordando el día en que me lo dijo—.
Página

Nunca fui lo suficientemente buena, Logan. Y desearía que eso no siguiera,


bueno… doliendo. —Mi voz se quebró en la última palabra mientras las
lágrimas rodaban por mis mejillas.

De repente Logan se encontraba de cuclillas frente a mí, con una


mano en mi rodilla, la otra acunando mi cara a medida que me veía con
creciente preocupación.

Negué con la cabeza, incapaz de detener el flujo de lágrimas o la


sensación de ser transportada de regreso a cómo me había sentido a los
veintiún años, cuando todo mi mundo pareció derrumbarse alrededor de
mí.
—Lo siento —sollocé—. Es que… lo siento.

Me atrajo hacia él, y enterré la cabeza en el hueco de su cuello, el


dolor aplastando mi pecho vertiéndose sin control mientras lloraba. La
mano de Logan se apretó en mi nuca.

—Me estás asustando, nena —dijo con voz ronca—. Dime lo que está
pasando. Por favor. Déjame arreglarlo.
Negué con la cabeza y me aparté de él, pero se negó a soltarme.
—No puedes ayudar.

—Déjame intentarlo. —Me tomó la cara con las dos manos ahora, y
sus pulgares pasaron suavemente por mis mejillas húmedas.
Y justo así me perdí en sus ojos.

—Mis padres aparecieron en el periódico de hoy. No ha habido un


comunicado de prensa todavía, pero las fuentes dicen que mi madre tiene
cáncer de mama. Está luchando contra el cáncer.

—Mierda. —Los ojos de Logan se llenaron de simpatía—. No te


dijeron.

—No me dijeron —confirmé—. Está claro que no me quieren allí.


Pero, ¿quieres saber la verdad?
Él asintió con solemnidad.

—Ni siquiera sé si quiero estar allí para ella. Me hizo sentir inútil toda mi
vida. Entre la indiferencia de mi padre y su crueldad, fui un completo
209

desastre durante mi adolescencia. Cuando entré en la universidad, Aidan


sugirió que hablara con alguien… un terapeuta. Así que lo hice. Y
Página

realmente ayudó. En serio lo hizo. Por eso pensé que cuando fuera a casa
sería capaz de hacer frente a todo mucho mejor. Pero cometí el error de
llevar a mi novio conmigo a casa después de graduarme. Nos conocimos
en mi último año en la escuela. Pensaba que estaba muy enamorada de
él. —Lo recordé. El absoluto dolor desgarrador de todo el asunto—. Se
suponía que iba a salir para reunirme con un viejo amigo de la escuela. Él
se quedó en la casa. Pero mi amigo canceló, así que llegué a casa
temprano…

—Oh, mierda —susurró Logan, y oí la empatía, el dolor que sentía por


mí.

—Es tan cliché. —Limpié mis lágrimas, lanzándole una sonrisa


amarga—. La madre durmiendo con el novio de su hija. Después de eso
me dijo que me hizo un favor. Que él nunca se habría quedado conmigo a
largo plazo, porque yo no era lo suficientemente buena. Que me estaba
ahorrando la angustia de profundizar las cosas con él. Estaba tan
cabreada que se lo dije a mi padre.
Logan se puso tenso.

—Sí. Un poco vengativo de mi parte. Quería arruinarla. Quería


quitarle todo. Pero a mi padre no le importó. —Negué con la cabeza, más
lágrimas brotando—. Habían estado teniendo aventuras durante años.
Sebastian fue el que me lo dijo. Me lo contó cuando irónicamente sugirió
que me quitara la venda de los ojos y viera el mundo real. Era demasiado
blanda, dijo. Que necesitaba crecer y madurar. Los odiaba. A todos ellos.
Odiaba la forma en que me hacían sentir, y odiaba querer hacerles daño
por hacerme daño a mí. No quería ser como ellos.
—¿Entonces te fuiste? —dijo Logan.
Asentí.

—Dejé todo atrás. A ellos, el dinero y mi nombre. Volví a Edimburgo y


me fui a vivir con Aidan y algunos otros amigos. Pensé que mi familia ya no
tenía el poder de hacerme daño, nunca más. Resulta que sí pueden. —
Solté un resoplido entre una risa incrédula—. ¿Qué tan terrible es no estar
segura de querer ir hasta mi madre posiblemente moribunda, pero a la vez
desear que ella me quiera ahí?

—No es terrible. —Logan me acercó de nuevo—. No es malo en


210

absoluto.
Página
Envolví mis brazos alrededor de sus hombros y lo sostuve con mucha
fuerza a medida que las viejas heridas se abrían, derramando más
lágrimas.
—¿Por qué no me quieren? —susurré en su cuello.

Sentí el pecho de Logan estremecerse contra el mío mientras sus


brazos se apretaban alrededor de mí. Tiró suavemente de mi cabello,
haciéndome echar la cabeza hacia atrás para mirarme fijamente, y mi
corazón tartamudeó ante el brillo de emoción en sus ojos. Encontré que
mis lágrimas desaceleraban ante la mezcla abrasadora de ira, impotencia
y dolor que vi en su mirada.
El mundo entero simplemente desapareció.
La mirada de Logan cayó en mi boca y suavemente, poco a poco,
llevó mi cabeza hacia él y presionó sus labios contra los míos. El beso
empezó suave, tranquilo, como si tuviera la intención de consolar y calmar,
pero yo estaba desesperada por sentir algo más que dolor, y así,
profundicé el beso, empujando en busca de más.

Sólo así, nos envolvió el fuego. Nuestras lenguas se acariciaron,


nuestros agarres en el otro se tornaron desesperados, salvajes, y estaba lista
para derribarlo contra el suelo.

Pero entonces las palabras de mi madre penetraron. El rechazo de


Logan después de que tuviéramos sexo siguiéndolo rápidamente.

Al recordarlo, me encontré odiándolo un poco. Me salí de su abrazo,


poniéndome de pie bruscamente. Él tuvo que apoyarse en una rodilla
para evitar aterrizar de culo.

Mirando hacia sus ojos interrogantes, me di cuenta que no lo odiaba.


Me odiaba a mí misma por permitir que su simpatía se convierta en más de
lo que él había intentado trasmitir.
—Nunca pedí ese tipo de lástima.
—Grace, no era lástima. Era sólo un…

—Error —terminé por él—. Tienes razón. Todo esto fue un error. —Dejé
que otra persona entrara en mi corazón, pero él no me amaba. Se
211

preocupaba. Sabía que yo le importaba. Pero no era amor. Y no era lo


que necesitaba.
Página

Mi labio empezó a temblar, pero me negué a ceder a más lágrimas.


—¿Me llamas un taxi?
—Te llevaré a casa.

Le disparé una mirada que hizo que los músculos de su mandíbula se


tensaran.
—No quiero estar cerca de ti en este momento.

Llegó a mí, haciéndome dar un respingo hacia atrás. Logan bajó la


mano a su costado, en derrota.
—No quiero dejarte así.
—Estaré bien. Si me llamas un taxi.
Permanecí escaleras arriba mientras él hizo lo que le pedí. Regresó
unos minutos más tarde para decirme que uno estaba en camino y muy
cerca.
—¿Puedes decirle a Joss que no me siento bien?
Él asintió, mirándome cuidadosamente.
Corrí escaleras abajo, dejando que mi cabello cayera hacia
delante, ocultando mi rostro de los invitados en el pasillo. Pasé más allá de
ellos sin mirarlos y salí al exterior. Logan estaba justo detrás de mí.

—No deberías estar sola, Grace —dijo a medida que me dirigía


hacia la acera a esperar por el taxi que ya podía ver acercándose por la
cuesta.

Miré por encima del hombro a Logan, quien parecía


sorprendentemente abatido.
—No lo estaré. Voy a donde Aidan.
Su rostro se ensombreció ante mi anuncio.
—¿Aidan?

No contesté. En cambio, el taxi se detuvo y yo prácticamente me


arrojé en él.

—Raeburn Place —dije rápidamente, agradecida cuando el auto se


212

alejó de la acera.
Página
El taxi pasó frente a Logan mientras aún permanecía de pie en la
acera, sus ojos llenos de frustración y preocupación cuando se
encontraron con los míos. Él pronunció mi nombre.
Aparté la vista y me hundí en el asiento.
—¿Está bien? —preguntó el conductor.

Me di cuenta que debía verme horrible, con mis mejillas llenas de


lágrimas y los ojos rojos. Cerré los ojos y dije:
—Voy a estarlo.

Y a pesar de que había sido un día de mierda totalmente


desgarrador, de una manera extraña, retorcida, recordar el rechazo de
Logan me había hecho entrar en razón. Tenía que recordar que no
necesitaba a Logan. Había estado perfectamente bien sin él antes de que
entrara en mi vida.

No necesitaba a mi familia. Me había ido mucho mejor sin ellos estos


últimos años.
Sólo tenía que seguir recordándome todo eso.

Abrí los ojos, pensando en las tres personas que siempre me


ayudaban a recordarlo.

Una sensación de calma comenzó a asentarse sobre mí mientras el


taxi me llevaba hacia Aidan y Juno. Deslizando mi mano en mi bolso,
saqué mi teléfono y llamé a Chloe.
—¿Qué tal, chica? —dijo alegremente.
—¿Puedes reunirte conmigo en casa de Aidan?
Ella se quedó en silencio un momento.
—¿Qué está pasando? Suenas como si hubieras estado llorando.
—¿Sólo vamos a vernos allí?
—¿Por qué? ¿Qué está pasando?

Apoyé la frente contra el frío cristal de la ventanilla trasera del


copiloto, mirando la ciudad pasar de largo.
213

—Simplemente te necesito allí ahora mismo. Necesito a mi familia,


¿sí?
Página
—Estaré allí en diez minutos.

214
Página
17
Traducido por Otravaga y Teffe_17

Corregido por Mariandrys

La única manera en que podía evitar a Logan completamente era


acampando en el apartamento de Chloe. Corría rápidamente a casa
para darme una ducha y cambiarme cuando sabía que él estaba
trabajando y luego regresaba a lo de Chloe.

Había cinco llamadas perdidas de él en mi teléfono, incluyendo un


mensaje de voz que no me atrevía a escuchar.

Cuando Maia llamaba, respondía. Le soltaba algunas tonterías de


que Chloe había tenido una discusión con Ed y yo estaba haciéndole
compañía por un rato, y me sentía muy mal por mentir. Creo que Maia
sabía. Traté de compensar mi ausencia hablando por teléfono con ella
durante mucho tiempo, escuchándola mientras contaba sus planes para
las vacaciones de verano, las cuales se acercaban rápidamente.
Honestamente pensé que me iba a salir con la mía con la mentira.
Pobre ingenua.
—Entonces papá y tú tuvieron una pelea, ¿cierto? —dijo Maia
abruptamente en mi tercera noche de estancia en el apartamento de
Chloe.
Ya me sentía lo suficientemente culpable por mentirle la primera vez.
—No se trata sólo de eso.
—¿Qué hizo? Apuesto a que no tenía intención de hacerlo.

—Maia, no se trata sólo de Logan y las diferencias que estamos


215

teniendo en este momento. Simplemente estoy… estoy pasando por


algunas cosas y… bueno… Chloe es para mí lo que Logan es para ti. Me
Página

gusta estar cerca de ella cuando me siento así.


—¿Y con ese sujeto Aidan? —dijo con tanta suspicacia que me reí.

—Sí, pero ese sujeto Aidan es sólo un amigo. Uno de mis mejores
amigos. Está comprometido, ya lo sabes.
—Hmm. Si tú lo dices.
Me eché a reír de nuevo.
—Lo prometo.

Hubo un momento de silencio, y me di cuenta que era porque Maia


estaba reuniendo el coraje para preguntar:
—¿Papá no te gusta?
Demasiado.

—No es así de simple. Maia, te amo, pero no puedo hablar contigo


sobre estas cosas. Eso es entre tu padre y yo.
Se quedó callada otra vez.
Me mordí el labio, preocupada de haberla lastimado.
—Maia, por favor, entien…
—¿Tú me amas?
Mi corazón se apretó ante la pregunta susurrada.

—Por supuesto que sí. Es un poco difícil no hacerlo. En realidad es


bastante molesto cuán adorablemente encantadora eres.
Resopló, luego el silencio cayó otra vez. Y entonces…
—Yo también te amo, Grace.

Sonreí e inmediatamente después me sentí como una cobarde y un


tanto como una mierda por esconderme de Logan y, a la vez, evitar a
Maia.
—¿Sabes qué? Mañana estaré en casa. Deberías venir a cenar.
—Solamente yo, ¿no? —dijo secamente.

Recordando esas primeras semanas cuando Logan y Maia habían


216

pasado todo su tiempo libre en mi cocina, sentí una contracción de pesar.


—Eso sería lo mejor.
Página
Hablamos un poco más acerca de otras cosas, sobre todo de cómo
Layla no le estaba hablando a Maia porque ella la llamó chismosa y cómo
ahora la pobre Leigh estaba atrapada en el medio. A medida que
escuchaba su parloteo, asumí una vez más que había escapado de más
conversaciones sobre Logan.
Pero lo último que Maia prometió antes de colgar fue:
—Voy a hacer que te guste de nuevo.

Estaba subiendo las escaleras la tarde siguiente, habiendo dejado


las compras del señor Jenner para él, cuando Logan apareció de repente,
bajando por las escaleras a toda prisa hacia mí. Se detuvo cuando me vio,
su expresión en blanco.

Y luego me dio un brusco asentimiento y empezó a moverse


rápidamente por mi lado. Me volví, frunciendo el ceño. Aunque hubiera
sabido que las cosas serían incómodas entre nosotros, la realidad de ello
era bastante diferente. No me gustaba.
—¿Estás bien? —llamé tras él.
Se detuvo de nuevo y me observó.
—Recibí una llamada de la escuela. Maia está en problemas.

La preocupación me inundó, haciéndome olvidar de momento la


incomodidad de estar en compañía de Logan.
—¿A qué te refieres? —Comencé a bajar las escaleras tras él.
—¿Vendrás? —Levantó las cejas en sorpresa.
—Es Maia.

Asintió, y me apresuré a salir del edificio detrás de él. Mientras


caminábamos, habló.
217

—El profesor de historia ha sido acusado de tener un romance con


una colega casada. Los rumores están por toda la escuela, y piensan que
Página

Maia los inició.


La ira e incredulidad fluyeron a través de mí.

—Oh, creo que los dos sabemos quién los inició. —Logan encontró mi
mirada, y ambos declaramos al unísono—: Layla.

El resto de la caminata a la escuela fue completamente silenciosa e


increíblemente tensa. Sabía que Logan estaba furioso de que alguien
intentara echarle la culpa de un “crimen” a Maia cuando ella no era la
responsable, y yo estaba tratando de averiguar cómo podía contener su
ira de modo que él inadvertidamente no se pusiera a sí mismo y a Maia en
más problemas.

Cuando llegamos a la escuela, el director, un tal señor Bruce, casi no


me dejó entrar en su oficina porque yo no era de la familia, pero Logan
hizo esa cosa de la mirada fija inexpresiva que intimidaba a cualquier
persona a hacer casi cualquier cosa que él quisiera que hiciera.
Caminamos a grandes zancadas dentro de la oficina del señor Bruce sólo
para encontrar a Maia sentada, pálida y ansiosa. A su lado estaba una
petulante Layla, y de pie frente a ellos estaba una pelirroja de casi
cuarenta años y un sujeto aproximadamente de mi edad. Nuestros ojos se
encontraron y se enfrentaron por un momento, su expresión cambiando de
amenazante a cautivadora cuando su mirada barrió sobre mí.

—Los padres de Layla no pueden salir del trabajo —dijo el señor


Bruce mientras nos seguía y cerraba la puerta. Rodeó su escritorio y se
sentó, haciendo un gesto hacia nosotros para tomar los otros asientos
vacíos en la oficina—. Así que vamos a comenzar. Señor Tatum, señora
Rogers, éste es el señor MacLeod, el padre de Maia y su eh… amiga, la
señorita Farquhar. Les he pedido venir aquí porque hay un rumor malicioso
circulando en la comunidad escolar que clama que el señor Tatum y la
señora Rogers han estado involucrados en una relación extramatrimonial
en el recinto escolar. Todos sabemos que el rumor es una mentira
repugnante iniciada por un estudiante irresponsable. Layla ha nombrado a
Maia como la culpable, y como pueden adivinar, Maia ha etiquetado a
Layla como la culpable. Con el fin de satisfacer a algunos padres muy
inquietos, necesito que la estudiante responsable exprese una disculpa.
También recibirá una suspensión. Si no consigo la verdad hoy, suspenderé
tanto a Layla como a Maia. ¿Quedó claro?
218

Le eché un vistazo a Maia, que estaba mirando a sus pies, luciendo


como si quisiera que la tierra se abriera y la tragara. Layla estaba mirando
a sus cutículas como si estuviese absolutamente aburrida.
Página
Cambiando mi atención, miré a los dos profesores en cuestión. En
una inspección más cercana, noté que la señora Rogers era atractiva, y el
señor Tatum definitivamente lo era. Estaba claro para mí por qué la
pequeña y superficial Layla había elegido a estos dos como sus víctimas.
Mi mirada encontró la del señor Tatum otra vez, y me encontré dirigiendo
mis palabras a él.

—Soy una buena amiga de la familia y conozco bien a Maia. De


hecho, hace sólo unas semanas atrás, mientras estaba cenando conmigo,
mencionó que Layla había imaginado que había algo entre usted y la
señora Rogers. Preocupada, le pregunté si era verdad y Maia dijo que
claro que no, que Layla estaba aburrida e inventando cosas. Le pedí a
Maia que no repitiera el rumor, y prometió que no lo haría. Le creí y todavía
lo hago.
El señor Tatum asintió gravemente hacia mí.

—También estoy inclinado a creerle. —Miró al señor Bruce—. Layla ha


demostrado un comportamiento inapropiado a mí alrededor y ha sido
advertida. Me di cuenta y me aseguré que en dirección fuesen
conscientes de ello.

—El comportamiento de Maia en los últimos tiempos no ha sido


genial —añadió la señora Rogers.

—Ha ido mejorando de nuevo —discrepó el señor Tatum—. Y me he


dado cuenta de la fricción entre las chicas en mi clase.

—Usted la tiene agarrada conmigo, señor Tatum. —Layla le


entrecerró sus ojos.
—Silencio —dijo el señor Bruce severamente—. Layla, ¿fuiste la que
empezó el rumor? Si lo admites, acortaré la duración de tu suspensión.
—Layla, por favor —dijo Maia de pronto—. Di la verdad.
Layla puso los ojos en blanco.
—Eres una perra aburrida últimamente.

—No le hables de esa manera —intervino Logan, y Layla se


estremeció ante la advertencia en su voz.
219

Él le sostuvo la mirada, su expresión feroz, pareciendo que alguien


era capaz de perforar esa arrogancia indolente suya después de todo. Ella
Página
se sonrojó y se mordió el labio, mirando hacia sus pies al igual que Maia
había hecho hacía un momento.
—¿Layla? —dijo el señor Bruce.
Se negó a hablar.
Él dio un suspiro cansado.
—Entonces no tengo más remedio que castigar a las dos chicas.

Sujeté firmemente el brazo de Logan con la mano, anticipando su


reacción. Poniendo presión sobre su brazo, lo obligué a permanecer en
silencio sin decir una palabra.
—Tal vez podamos trabajar en algo que sea un poco más justo.

—¿Justo? —espetó la señora Rogers—. Tuve que explicarle este


disparate a mi esposo.

—Sé que Maia no estuvo involucrada —le dije—. Así que, si ella va a
ser castigada, quiero asegurarme que no sea una suspensión que manche
su expediente escolar.

—¿Qué está sugiriendo? —preguntó el señor Tatum, que parecía


dispuesto a escucharme.

—Están al final del curso. ¿No hay un evento en que puedan


ofrecerse como voluntarias?

Hubo silencio mientras lo reflexionaban. El señor Tatum miró al


director.
—Está el servicio de final de curso… pero tengo otra cosa en mente.

—¿Ah, sí? —La señora Rogers tenía una expresión molesta, como si
estuviera enojada por siquiera considerar mi idea.

—El próximo semestre voy a ser el anfitrión de la recaudación de


fondos para el Día del Armisticio, en noviembre. Siempre es un evento
estresante para mí además de mi trabajo… así que, ¿por qué no sólo dejo
que estas dos señoritas lo organicen por mí?
—Pero…
220

El señor Tatum levantó una mano para cortar la queja procedente


de Rogers.
Página

—Si lo hacen mal, la suspensión sigue en pie.


Miré a Maia y Layla.
—¿Cómo suena eso?
Maia asintió tristemente.
Layla me fulminó con la mirada.
—¿Cómo crees que suena?

—Esa actitud —advirtió el señor Bruce—. Si la señora Rogers está de


acuerdo, entonces este va a ser su castigo.

Todos miramos a la profesora en cuestión. Nos fulminó con la mirada,


pero finalmente asintió.
Logan estrechó la mano del director y luego las de los profesores,
agradeciéndoles. Maia se acercó a mí y me estrechó la mano.
—Siempre salvando el día —me susurró.
Apreté su mano.
—Haría cualquier cosa por ti.
Sonrió con descaro y luego miró enfáticamente a su padre.
—¿Cualquier cosa?
Gemí.
—Casi cualquier cosa.

Estábamos saliendo de la oficina cuando Logan nos alcanzó, con el


señor Tatum a su lado. El profesor inmediatamente extendió una mano
hacia mí.
—Fue un placer conocerla.

Nuestros ojos se encontraron y se sostuvieron de nuevo, y sentí una


pequeña chispa de atracción.
—Igualmente. Gracias por ser tan justo.
—No creo que Maia haya tenido algo que ver con esto.

—Bien, señor T —le espetó Layla a medida que pasaba a zancadas


221

junto a nosotros, pisoteando con sus largas piernas.


—¡Supongo que ya no somos amigas! —llamó Maia sarcásticamente.
Página
Logan puso una mano en su hombro y apretó.
—De todos modos, nunca fue una muy buena amiga, Maia.

—Um… ¿Tiene un minuto para hablar en privado? —me preguntó el


señor Tatum repentinamente.
Podía sentir los ojos de Logan y Maia quemando en los míos.

—Eh… sí, claro. —Miré de vuelta a ellos. Maia estaba ceñuda. La


expresión de Logan lucía cuidadosamente en blanco—. Los alcanzaré.

Logan tuvo que mover a Maia para conseguir que caminara, y tan
pronto como estuvieron fuera del alcance del oído, me volví al señor
Tatum, con la curiosidad escrita por toda mi cara.

Sonrió, una sonrisa juvenil y encantadora que tuve que admitir me


gustaba mucho. No se parecía en nada a Logan, y decidí que también
me gustaba ese hecho.

—Maia es una buena chica. Tengo la impresión de que ha pasado


por mucho. Habla mucho de ti y de su padre.
Sonreí suavemente.
—Es una persona muy especial.
Él asintió.

—Piensa lo mismo de ti. Por eso sé que tu nombre es Grace y que


eres una editora independiente de libros.
Me reí.
—¿Qué más te ha estado diciendo?
—Que aparentemente haces una buena pizza casera.
—Es cierto —concedí con fingida arrogancia.
Él rio entre dientes.

—Aunque, no dijo nada de tu modestia. —Se aclaró la garganta—.


Mira, espero que no pienses que esto es atrevido, pero he escrito una
novela de ficción histórica que me gustaría enviar a revisar con algunos
222

editores, y me preguntaba si podría contratarte para editarlo antes de


hacerlo.
Página
La sorpresa me atravesó ante su solicitud. Sinceramente, no sabía por
qué me había pedido hablar con él, pero por alguna razón, esto había
sido la última cosa en mi mente.

—Oh… um… tengo una agenda muy apretada en este momento,


pero, ¿por qué no me das tu dirección de correo electrónico para poder
enviarte algunas recomendaciones de otros editores?
Pareció decepcionado, pero asintió de todos modos.
—Claro. Entiendo. Gracias. Mejor te voy a dar mi número.
Busqué en mi bolso por mi teléfono.
—Bueno. Y gracias otra vez por ayudarme allá atrás, señor Tatum.

—Soy Patrick —me corrigió con una sonrisa suave que


definitivamente rayaba en coqueta. Recitó su número para mí una vez
que tuve mi teléfono en la mano—. Llámame para que tu número salga en
mi teléfono y sepa quién eres.
Hice como dijo.

—Sabes que era sólo una estratagema barata para conseguir tu


número, ¿no? —Me sonrió con picardía.
Mis labios se entreabrieron.
—¿Qué? ¿Incluso la parte de “he escrito un libro”?

—No. Esa parte es verdad. Pero si no puedo llegar a conocerte


mientras editas mi libro, realmente me gustaría conocerte tomando un
café o algo así. —Su sonrisa se ensanchó por mi expresión de sorpresa—.
Piénsalo.
Por favor. —Patrick miró su reloj y suspiró—. Tengo la clase de detención
hoy, así que tengo que irme. —Comenzó a caminar hacia atrás,
sonriéndome todo el tiempo de un modo que no dejó ninguna duda de
que él estaba coqueteando. Después de los últimos días, era una
sensación muy agradable, ser considerada atractiva—. Voy a esperar tu
llamada, Grace.

Me despedí con mi teléfono en la mano y me di la vuelta, sonriendo


de mejilla a mejilla a medida que avanzaba por el pasillo.
223

Fue curioso cómo esa sensación vertiginosa se evaporó


completamente en cuanto me encontré con Logan y Maia en Meadows.
Página

Hubo un silencio incómodo tras mi llegada, y supe que Maia estaba


desesperada por preguntarme lo que su profesor de historia quería
conmigo.

—¿Por qué no estabas en el trabajo? —le pregunté a Logan,


desviando la conversación inmediatamente.
—Trabajo esta noche.
—¿Quieres Maia se quede conmigo?
—Nop.
—¿Quién la va a cuidar, entonces?
—No necesito que me cuiden —resopló Maia.
—Shannon —dijo Logan.
—¿Cómo está Shannon?
—Bien.

Me estremecí por la frialdad que Logan estaba emitiendo. Sentí


como si estuviéramos conociéndonos de nuevo. Sin embargo, su forma
monosilábica y ruda conmigo fue aún más desagradable esta vez.

Pensé en Patrick, quien en realidad parecía atraído por mí. Quizás


Aidan tenía razón después de todo. Tal vez realmente había esperanza.

En nuestro regreso a Nightingale Way, Maia me siguió a mi


apartamento y Logan desapareció en el suyo.
—¿Qué quería el señor Tatum? —preguntó Maia inmediatamente.
Arrugué mi nariz ante ella.
—Realmente estás siendo muy indiscreta.
—¿Y bien?
—Maia.
—Papá está molesto.
Resoplé.
—No es por eso, te lo aseguro.
224

—Sabes, para ser una chica inteligente, puedes ser bastante tonta.
Página

Le entrecerré los ojos.


—Cuidado.
Fue su turno para arrugar la nariz.
—No puedes salir con mi profesor de historia, Grace.

—Si quieres saberlo, el señor Tatum me pidió un favor. —Me dejé caer
en mi sillón y la observé así como ella me miraba con irritación. Traté de
mantener mi tono gentil—. Pero si el señor Tatum quiere invitarme a una
cita, o si alguien quiere hacerlo en todo caso, depende de mí decidir si
acepto o no. Maia, no soy estúpida. Sé que anhelas que algo suceda
entre tu padre y yo, pero eso no va a suceder. Lo siento.

Lágrimas brotaron de sus ojos, haciéndome sentir culpable como el


infierno.

—Maia. —Me puse de pie, pero ella ya había girado sobre sus
talones y salía disparada de mi apartamento.

Escuché cerrarse de golpe la puerta principal de Logan y me


desplomé de nuevo en la silla, deseando que mi vida no fuese tan
jodidamente complicada, y que no me preocupara tan condenadamente
por una chica de quince años y su molesto padre.

225
Página
18
Traducido por LizC y Priix

Corregido por âmenoire

Bastaría decir que no pude conciliar el sueño esa noche. Me revolví y


di vueltas durante horas, hasta que finalmente me rendí y me levanté para
hacer algo de trabajo.

Alrededor de las cuatro de la mañana estaba en mi sala de estar


tumbada en el sofá con mi portátil, trabajando en el manuscrito de Joss.
Tenía el mejor de los momentos con ella. La señora sabía muy bien cómo
escribir un maldito buen libro. Estos momentos eran cuando mi trabajo era
increíblemente divertido, porque podía leer un buen libro y luego asesorar
sobre pequeñas cosas que pensaba podría ayudar a que fuera mucho
mejor.

Estaba perdida en la cautivadora heroína de Joss y en una escena


que había escrito que permitía al lector sumergirse un poco más en la
psique de la heroína que quizás debería ser llevado más hacia delante de
la trama para que el lector pudiera conectar con ella un poco más rápido,
cuando…
¡BANG! BANG! BANG!

Brinqué del sofá, mi portátil casi deslizándose fuera de mi regazo


ante el sonido de un puño golpeando en mi puerta. Cautelosa, me
levanté, colocando mi ordenador a un lado y corrí por el pasillo de
puntillas. Me asomé por la mirilla y mi corazón saltó hasta mi garganta.

Desbloqueé la cerradura, abriendo la puerta para revelar a Maia de


pie allí en su pijama con el cabello revuelto y el rostro pálido.
—¿Qué pasa? ¿Estás bien?
226

Negó con la cabeza.


Página

—Papá tiene una pesadilla.


La preocupación se apoderó al instante de mí.
—¿Una pesadilla?
Maia asintió.

—Sigue dando vueltas sin parar y está todo sudado. Estoy reamente
preocupada.

—Está bien. Un segundo. —Con el pulso acelerado, me precipité de


nuevo dentro del apartamento, agarré mis llaves y pantuflas, y me
apresuré junto con Maia. Después de seguirla donde a Logan, susurré—:
¿Esto sucede a menudo?
Sus grandes ojos se encontraron con los míos.

—No al principio, pero en las últimas semanas ha tenido algunas.


Tengo miedo de despertarlo porque vi esta película una vez en la que este
tipo tenía pesadillas todo el tiempo y podía ser, bueno, violento mientras
dormía. Pero no puedo dejarlo así. Esta noche está teniendo una muy
mala. Ha estado sucediendo durante siglos.

—De acuerdo. —Mi mirada fue atraída de forma automática al


pasillo hacia donde estaba su habitación—. Vuelve a la cama, cariño. Me
aseguraré que esté bien.

Maia se hundió con alivio y agotamiento. Después de darme un


abrazo agradecido, regresó a su habitación.

Llena de temor, me adentré por el pasillo hacia la habitación de


Logan y bastante segura oí un ruido como un gruñido de dolor.
Moviéndome más rápido ahora, me empujé dentro de su dominio, mis ojos
fijándose en la sombra de los muebles en la penumbra. Logan estaba
acurrucado en la maraña de sus mantas como si estuviera contenido en
un pequeño espacio y no en una enorme cama. Todo lo relacionado con
su lenguaje corporal sugiriendo que trataba de protegerse a sí mismo, y la
vulnerabilidad de ello ocasionó que una dolorosa ráfaga irradiara a través
de mi pecho.

Se sacudió de repente, su rostro tensándose en el sueño, y soltó otro


gruñido de dolor. Encendí la lámpara de noche y la luz expuso el sudor
brillando en su rostro y la humedad de su camiseta.
227

Me sentí ansiosa por despertarlo, sin saber cómo reaccionaría, pero


no podía soportar verlo sufrir de esta manera.
Página
—Logan —dije, apoyando una mano sobre su hombro—. Logan. —Lo
sacudí.
Se estremeció, pero no despertó.
Me incliné más cerca, mis labios en su oreja.

—Logan, estás teniendo una pesadilla, cariño. Despierta. —Lo sacudí


más fuerte y salté hacia atrás cuando todo su cuerpo se levantó.
Unos ojos violetas parpadearon hacia mí en confusión y sorpresa.
El pecho de Logan subía y bajaba con esfuerzo.
—Tenías una pesadilla —le dije en voz baja.
—Jesús —susurró, pasando una mano por su húmedo cabello corto.
Entonces algo cambió en su expresión—. ¿Y Maia?
—Está bien —le aseguré—. Estaba preocupada, así que vino por mí.

—Mierda —resopló Logan y se dejó caer contra la almohada, sus


dedos curvándose en su cabello—. Mierda.
—Voy a conseguirte un poco de agua.

Cuando volví a su habitación, se había apoyado contra su


cabecera y quitado la camiseta empapada de sudor. Lucía agotado, y
eso fue casi suficiente para distraerme de sus abdominales bien definidos.
—Gracias —dijo, tomando el vaso de agua que le entregué.

Había una pequeña parte de mí que quería enfrentarse a nuestra


incomodidad de antes y solo terminar con ella. Irme y no mirar atrás. Sin
embargo, había una parte de mí mucho más grande que estaba muy
preocupada por él.
Esa parte ganó.
—Hazte a un lado —le dije.

Nuestros ojos se encontraron y contuve la respiración, y a pesar de


todo, esperé que no rechazara mi oferta de amistad.
No lo hizo.
228

Una vez que se movió un poco, me apoyé contra la cabecera y


estiré mis piernas sobre la cama junto a él.
Página

—¿Cuánto tiempo has estado teniendo pesadillas?


Hubo silencio a mi izquierda y estaba a punto de presionarlo cuando
finalmente respondió:
—Desde que salí.
Me dolió por él.
—Logan —susurré, volviendo mi cabeza para mirarlo.

Nuestros ojos se encontraron de nuevo y me dolió aún más la visión


de su obstinada expresión.
—Estoy bien, Grace.
—No estás bien.
—Mira, vienen y van. No había tenido una en un rato, pero
últimamente…
—¿Sobre qué tratan?
Me dio una sonrisa irónica que no alcanzó sus ojos.
—La cárcel, por supuesto.
—¿Específicamente? —insistí.
—No quiero hablar de ello.
—No me iré hasta que lo hagas.
Logan suspiró pesadamente.
—¿Por qué estás aquí siquiera?
Lo fulminé con la mirada.

—Porque a pesar de todo, me preocupo por ti. No me gusta la idea


de que tengas pesadillas y hablar de ellas podría ayudar a que
desaparezcan.
Su rostro se suavizó.

—Aprecio eso, nena, pero no creo que esto pueda resolverse tan
fácilmente de esa forma.
—Por lo menos inténtalo.
229

—Estoy en una pequeña habitación oscura —dijo bruscamente—.


No hay absolutamente ningún espacio para que pueda estirarme. Estoy
Página

acurrucado en ella sólo lo suficiente para caber. Pero de alguna manera,


por arte de magia —dijo con absoluto disgusto—, hay espacio para los pies
que me patean, cuchillos que me apuñalan… rostros… —Sus ojos bajan, el
músculo de su mandíbula tensándose.
—¿Rostros, Logan? —insistí.
Cuando él levantó la mirada, sus ojos ardieron con agitación.

—Dejé que muchas mierdas sucedieran allí que no debía haber


permitido, Grace.

Escuchar tanto dolor en su voz era insoportable para mí. Me estiré


por su mano y enrosqué mis dedos a través de los suyos. Su agarre se
apretó alrededor de ella.

—Hay algo en particular —deduje suavemente—. Algo


atormentándote.
Él frunció el ceño hacia la pared.

Después de lo que pareció una eternidad, finalmente comenzó a


hablar.

—Había un niño. Diecinueve años. Un estúpido niño engreído. Pero


no era un mal chico. Conozco la maldad. Emana por sus poros. La sientes
en el aire alrededor de ellos, algo pesado y oscuro que se arrastra sobre ti y
te hace estremecer como si alguien estuviera caminando sobre tu tumba.
Eso no pasaba con este chico. Era sólo bravuconería. Fue arrojado ahí por
ser cómplice de un robo a mano armada. Solía pavonearse por todos
lados, tratando de convencer a todos que ahí era a donde pertenecía,
pero estaba asustado y podías olerlo en él. Como la sangre en aguas
infestadas de tiburones.
Me sentí un poco enferma imaginando a dónde iba esto.
—¿Cuál era su nombre?

—Danny —dijo, su voz ronca—. Danny Little. Trató de hacer que


cada hijo de puta en el lugar lo llamara el Hombrecito. Traté de decirle
que estaba empujando demasiado duro, cabreando a los chicos…
—¿Era tu amigo?
230

Logan frunció el ceño.


—Creo que yo era el suyo. Me dijo todo acerca de él. Sobre su
Página

mamá y su hermana menor. Cómo sólo estaba tratando de cuidar de


ellas, mejorar la vida para ellas desde que su viejo había fallecido. Un
jodido cliché de tragedia, este chico. Sólo un niño, Grace. Debería haberlo
protegido.
La agonía en su voz trajo lágrimas a mis ojos.
—Logan… —Casi sonó como una súplica.
Se volvió hacia mí, la culpa escrita por todo él.

—Sabía que ellos estaban dando vueltas. No hice lo suficiente.


Llegaban a él… siempre amenazando con violarlo. Le dije que sólo era una
táctica de intimidación, pero lo atormentaron con la amenaza hasta que
lo atacaron. No lo violaron, pero le prometieron que lo harían la próxima
vez. Simplemente le dije que se mantuviera firme, que estaban mintiendo,
jugando con él. No estuve… no hice lo suficiente.
Me sentí enferma. Mi mano se apretó en la suya en reacción.

—Se suicidó algunos días más tarde. Le robó un cuchillo a alguien. Se


cortó las muñecas durante la noche en su celda.
—Lo siento tanto —susurré alrededor del nudo en mi garganta.

—Podría haber hecho algo. —Su mano sostenía la mía tan fuerte
ahora que era casi doloroso—. Yo…
—Tú no eres culpable de lo que le sucedió.

—Esas palabras no significan nada para su familia. Si fuera tu hijo…


esas palabras no significarían nada para ti.

No podía decir nada, porque por mucho que creyera que no era
culpa suya, sabía que también tenía razón.

—Estás poniendo demasiado sobre ti. —Froté mi pulgar sobre el dorso


de su mano para consolarlo—. Todo lo que ves es lo malo cuando allí hay
tanto bien.

Volvió su cabeza para mirarme, sus ojos en los míos antes de moverse
a través de mi rostro, acariciando mi boca y viajando de regreso a mis ojos
una vez más. Había tanta ternura en su expresión que me dejó un poco sin
aliento.
231

—A veces es difícil creer que eres real.


De repente, sintiendo como si estuviéramos a punto de aventurarnos
Página

en territorio peligroso, aflojé mi agarre de su mano y me alejé un poco.


La tensión apareció alrededor de sus ojos ante mi retirada.

—Soy un bastardo egoísta. —Negué con la cabeza—. Soy un


bastardo egoísta —insistió con aspereza—. Quiero enterrarme dentro de ti y
no estoy seguro que pueda seguir conteniéndome.

Me quedé sin respiración ante su confesión y no pude ignorar la


explosión de hormigueos que se despertó entre mis piernas. Pero podía huir
de ellas. Me enderecé, preparada para hacer justamente eso.
—Te dije que no tengo sexo casual.
Ahora, él también se enderezó.

—Grace, no hay ninguna maldita cosa casual en cómo me siento


por ti.
De repente, toda mi simpatía quedó aplastada bajo mi ira.
—Tienes una manera muy curiosa de demostrarlo.
—No me parece justo.
—¿Qué? —pregunté, completamente confundida.
Sus cejas se fruncieron en consternación.

—Salí de la cárcel y tuve estas grandes personas dispuestas a


ayudarme. Y si eso no fuera suficiente, Maia llegó a mi vida. Mi hija pudo
haber sido cualquiera, Grace… pero no fue cualquiera. Fue Maia.
Divertida, inteligente, dulce, hermosa. Mi niña. Una niña con tanta voluntad
y determinación que se ajustó a la vida conmigo en cuestión de semanas.
Tengo mucho de lo que estar orgulloso.
—¿Y crees que no la mereces?

—Sé que no lo hago. Pero pude manejarlo porque había una cosa
que no podía tener y eso me hizo sentir como si hubiera un equilibrio.
Mi ritmo cardíaco aumentó.
—¿De qué hablas?
—Tú.
232

Sentí que el mundo se inclinaba a mí alrededor. No estaba segura


que había escuchado bien.
Página

—¿Yo?
—El día que nos dijiste a Shannon y a mí que no te importaba mi
tiempo en la cárcel. No me juzgaste por ello. —Me miró de forma
conmovedora—. Te quise entonces. Pero no me mirabas de la forma en
que una mujer quiere a un hombre. Estoy bastante seguro que todo lo que
sentías hacia mí era molestia. Y eso funcionó para mí, porque no me
merecía a alguien como tú. Más tarde, cuando empecé a darme cuenta
que estabas tan atraída por mí como yo de ti, lo enterré. Y después que
tuvimos sexo, no se trataba sólo de Maia. Si te tenía a ti y a Maia… era
demasiado, mucho más de lo que merecía.

—Yo era una forma de auto-flagelación para ti. —Aparté la vista—.


Me lastimaste para lastimarte a ti mismo. ¿Eso es lo que estás diciendo?
—Suena tan jodido cuando lo dices.
—Es porque es jodido. —Balanceé mis piernas fuera de la cama y
miré fijamente a la pared—. Deberías ver a alguien, Logan. Hablar con
ellos.
—¿Te refieres a un terapeuta? —Sonó incrédulo.
—Sí. Yo solía ver a uno. Ayudó.
—No soy la clase de hombre que habla.
—Hablas conmigo. —Lo miré por encima de mi hombro.
Él me dio una sonrisa triste.
—Porque eres Grace. Eres la única a la que le hablo así.
Las lágrimas escocieron mis ojos, así que miré hacia otro lado.
El colchón se hundió, y sentí el calor de él a mi espalda. Me
estremecí al sentir su aliento en mi cuello mientras apartaba mi cabello a
un lado con una mano y envolvía su otro brazo alrededor de mi cintura,
llevándome de vuelta contra su pecho.

—Ya no quiero pelear contra esto nunca más. Estoy tan jodidamente
cansado de luchar. —Presionó un beso en mi cuello, y yo cerré mis ojos. Él
podía haber estado cansado de luchar, pero yo no lo estaba.
Él me hirió tanto.
233

Así como mi familia.


Hasta ahora ni siquiera me había dado cuenta de lo
Página

condenadamente enojada que estaba con él.


—Hablaré con Maia —dijo en voz baja en mi oído—. Puedo hacer
que esto funcione y todavía centrarme en ella.

—Maia quiere que estemos juntos —dije inexpresivamente—. Ha


estado tratando de juntarnos desde el principio.
Logan se tensó.
—¿Bromeas?

—Nop. Lo adiviné después de la noche en que la arrastramos a casa


desde el club. Me lo admitió.
Él presionó su frente contra mi hombro.

—¿Me estás diciendo que toda la mierda malhumorada que ha


hecho no fue por otras mujeres, era por el hecho de que las otras mujeres
no eran tú? —Podía oír el estruendo divertido en su voz, y obligué a mi
cuerpo a dejar de reaccionar a él.
—Sí.

Rio entre dientes y me atrajo hacia él, sus dedos deslizándose bajo el
dobladillo de mi camiseta.
—Mi chica tiene buen gusto.

Me alejé de sus brazos, empujándome fuera de la cama. Me volví a


mirarlo con incredulidad.

—¿Crees que eso es todo? ¿Todo lo que tienes que hacer es decir
que me quieres y yo vendré corriendo?
Logan frunció el ceño.
—Eso no es… sólo trato de ser honesto.

—Me rechazaste, Logan —susurré, sintiendo el dolor de todo una vez


más—. Cuando estaba más vulnerable. Sé que en este momento sientes
un montón de culpa por cosas que no podrías haber controlado, y lo
siento, porque no creo que merezcas sentir culpa por eso. Pero esto… —
Hice un gesto entre nosotros—, no va a suceder. Me humillaste.

Empujó el edredón a un lado para salir de la cama, y yo retrocedí


234

mientras se acercaba hacia mí. Golpeé contra la pared a medida que él


presionaba sus manos a cada lado de mi cabeza, enjaulándome. Su
pecho subía y bajaba con sus rápidas respiraciones.
Página
—Nunca quise hacerte daño, nena —prometió, su voz profunda con
sinceridad—. Pensé que te protegía.
—¿De qué?
—De terminar con alguien como yo.

Negué con la cabeza, alejando la mirada de modo que no tuviera


que ver toda la auto-recriminación y el dolor en sus ojos. Siempre me
llamaba. Siempre me rogaba que lo tranquilizara y no estaba segura de
poder luchar contra la necesidad de hacerlo.

—¿Sabes lo jodidamente hermosa que eres? —susurró, presionando


su mejilla contra la mía, su barba arañando mi piel de una manera que
envió deliciosos escalofríos ondulando a través de mí—. Y no me refiero
sólo a esto. —Deslizó una mano hasta mi cintura, su pulgar rozando la parte
inferior de mi pecho. Mis pezones se apretaron, mi cuerpo traicionándome.
Se echó hacia atrás e inclinó mi barbilla, obligándome a encontrar su
mirada. Contuve el aliento ante la necesidad en sus ojos—. Tú eres la mujer
más amable, más divertida y más compasiva que he conocido alguna vez.
El hecho de que seas preciosa y la jodida mujer con más clase que he
conocido sólo hace que sea más difícil no quererte. Y te quiero, Grace.
Nunca dudes que te he querido desde el momento en que me reclamaste
por aquella tanga. —Se acercó, sus labios casi tocando los míos—. Y te he
necesitado desde el momento en que tomaste mi mano donde Maryanne.

—Logan… —Negué con la cabeza—. No puedo. No puedo… yo…


ya no confío más en ti. No conmigo.
Cerró sus ojos con fuerza, el dolor tensando su rostro.
—No digas eso.
Casi lloré ante su súplica dolorosa.
—No puedo evitarlo.

Cuando abrió sus ojos, vi el pánico en su mirada derretirse de


repente, sólo para que la determinación tomara su lugar.
—Voy a compensártelo.
—Logan, por favor… sólo olvidémoslo.
235

Nos observamos fijamente, el aire entre nosotros espeso con


emoción y excitación. Su mano se deslizó por mi cintura y su agarre se
Página
endureció. Rozó sus labios sobre los míos, haciendo que mi boca
hormigueara.

Finalmente respondió con una palabra que envió escalofríos


bajando en cascada por mi espalda.
—Nunca.

236
Página
19
Traducido por Ateh y Leogranda

Corregido por âmenoire

No había duda de la determinación en los ojos de Logan cuando le


di una última mirada por encima de mi hombro antes de huir hacia el
interior de mi apartamento. Me había apresurado a salir del suyo sólo para
descubrir que me había seguido. Se detuvo en su puerta, sin decir nada
porque sus ojos decían todo.
Logan MacLeod me deseaba.
Logan MacLeod estaba determinado en tenerme.

Cerré mi puerta detrás de mí con la esperanza de también cerrar esa


mirada detrás de mí. Pero no podía sacudir esa expresión de mi mente.
Había una parte de mí que estaba emocionada. Sería ridículo negar que
no lo estaba. Sólo era humana y el hombre del que previamente me había
enamorado me acababa de decir que me había querido todo el tiempo.
Había un triunfo en eso. Sin embargo, el triunfo quedó abrumado por mi
miedo.

Había habido muchas veces en el pasado cuando había estado lista


para renunciar a mi infernal familia, pero entonces mi padre, el Señor
Negligente, repentinamente mostraría un interés en mí, me manipularía y
estaría de regreso en su redil otra vez. A veces me preocupaba que la
única razón por la que hubiera permanecido lejos de ellos durante tanto
tiempo era porque mi padre había renunciado a mí tanto como yo había
renunciado a todos ellos.

No quería que esta situación con Logan fuera otro ejemplo de mi


debilidad. El hombre me había herido más de lo que pensaba que era
237

posible ser herida. Sólo porque repentinamente mostrara interés en mí no


significaba que debía correr de nuevo hacia sus brazos. Por mucho que
Página

declarara que me quería ahora, tenía que preguntarme si no era tan sólo
un bálsamo para su propio miedo. Había estado allí para ayudarlo en un
momento difícil en su vida. Temía que estuviera confundiendo gratitud con
algo más y que cuando finalmente se diera cuenta que realmente yo no
era su tipo después de todo, mi corazón quedaría hecho en polvo.

¿Pero eran mis inseguridades hablando? Quizás Logan realmente


tiene sentimientos genuinos por mí.

Aunque todo lo que importaba era que no podía saberlo con


certeza.

—Invita a salir al profesor de historia. —Había sugerido Aidan después


de haberle relatado el nuevo desarrollo en la Saga de Logan y Grace.

—¿Estás demente? ¡Di que sí! Deja que ese magnífico hombre te
arroje sobre su cama y se salga con la suya un millón de veces. —Chloe
había luchado fervientemente en la esquina de Logan cuando le dije.

—Haz lo que te haga feliz. —Había dicho Juno con dulzura, pero
como siempre tan poco útil.

Dado que los consejos contradictorios de mis amigos no hicieron


nada para ayudarme, procuré evitar el asunto por completo al reunirme
con Shannon, Jo y Joss para el café la tarde siguiente. Shannon apareció
cubierta con salpicaduras de pintura. Era una estudiante de arte en el
Colegio de Arte de Edimburgo. Era el día libre de Jo en su trabajo con el tío
Mick en su empresa de pintura y decoración, y Joss, como autora a tiempo
completo, tenía la flexibilidad de utilizar su tiempo como quisiera. Elodie
cuidaba de la pequeña Ellie por ella.

Me encontré con ellas en Black Medicine, una genial cafetería en


Old Town y tan pronto como vi sus rostros preocupados deseé poder dar
marcha atrás y salir de la cafetería. De inmediato fue evidente que no
serían de ninguna ayuda en mi intento de ignorar la situación con Logan.

—Sólo queríamos comprobar cómo estabas —dijo Shannon cuando


me senté con ellas—. Joss dijo que saliste corriendo de su fiesta sin
despedirte, y Logan lucía molesto. Además, por supuesto, me llamó. —Su
mirada era mordaz.
Examinando sus expresiones, simplemente lo supe.
Logan las había enlistado.
238

El muy bastardo.
Página
—Oh, Dios mío. —Dejé que mi cabeza cayera hacia atrás como si
suplicara a una deidad sin compasión—. ¿Por qué yo?
Joss resopló.

—Sí, ¿no apesta cuando un magnífico, divertido y leal escoces se


enamora de nosotras?
Le lancé una mirada malvada.
—No necesito tu sarcasmo en este momento.
Ella sonrió satisfecha.

—Tal vez no estaba siendo sarcástica. Hubo un tiempo en que deseé


que Braden retrocediera.
Jo le lanzó una mirada.

—Pero al igual que Grace, estabas en negación. Lo querías en


secreto. Obviamente. —Señaló los anillos de boda de Joss.
Mi siguiente ceño fruncido estuvo dirigido hacia Jo.
—No estoy en negación. Soy perfectamente consciente de mis
sentimientos por Logan porque dichos sentimientos quedaron aplastados
bajo sus grandes pies no hace mucho tiempo. Quizás simplemente no
quiero repetir la experiencia.
Shannon puso una mano en mi brazo.

—Grace, conozco a mi hermano. No comete el mismo error dos


veces. No te lastimaría de nuevo.
Me quedé mirándola suplicante.
—Sólo quería un café.

—Bueno, vas a tener un café con un pequeño trozo de sermón —dijo


Joss.

—Tienes mucha suerte de que tenga miedo a la confrontación y a


enloquecer a la gente que me importa.
Joss consideró esto y luego inclinó su cabeza hacia Jo.
239

—Eso me sonó vagamente similar a una confrontación, ¿no te


parece?
Página

Jo asintió solemnemente.
—Definitivamente había agresión en sus ojos.

—De acuerdo a Logan, no tienes ningún problema confrontándolo.


—Shannon sonrió perversa.
Cerré los ojos ante su provocación.
—No hay lugar como el hogar.
—Creo que ese conjuro requiere unas zapatillas de rubí —dijo Joss.
Abrí los ojos.
—No debería tener amigas inteligentes. Son odiosas.
—Eso fue sin duda una confrontación —le informó Jo a Joss.
Inmediatamente me levanté de mi asiento.

—Si voy a pasar una hora sentada atravesando esto, necesitaré ese
maldito café.

Para el momento en que llegué a casa mi cabeza aún escuchaba


sus voces.
“Logan es leal hasta la muerte. Siempre te va a cuidar”.
“Braden confía en Logan. Eso dice mucho de él; lo juro”.

“Nunca he visto a Logan tan feliz como lo ha sido contigo. Cuando


pelean me entero porque es un grosero bastardo melancólico. Afectas su
estado de ánimo”.
“Oh, así es cómo sabes que un hombre está enamorado de ti”.
“Dale una oportunidad. Sólo una oportunidad más”.
“Maia te adora. ¿No cuenta eso para algo también?”
“Sólo piénsalo, Grace. Realmente piensa en ello”.
240

Cuando me había levantado para irme, Joss había dado un vistazo


Página

a mi expresión de venado frente a los faros y anunció con remordimiento:


—Les dije que debíamos haber sido más sutil. Se ve como si estuviera
a punto de vomitar.

—Ellie dijo que esto funcionaría. —Shannon me había mirado


nerviosamente.

—Y escuchamos a Ellie, ¿por qué? —Había dicho Jo, compartiendo


una expresión similar.

—Porque es la mejor en estas cosas cursis del amor. —Había


respondido Joss—. Pero pienso que la psicología inversa habría funcionado
mejor en este caso.

—Está bien. —Suspiré, agarrando mi bolso—. No soy un experimento


de casamenteras. Agradezco la idea y la genuina preocupación detrás de
lo que sea que fuera esto, pero me duele la cabeza y me siento un poco
enferma, así que me iré casa.

Me habían ofrecido despedidas preocupadas y apologéticas,


mientras yo había huido de allí.
Pero el daño estaba hecho.

Habían llenado mi cabeza con descripciones de las mejores


cualidades de Logan, recordándome todas las razones por las que me
había enamorado de él en primer lugar. Por mucho que había llegado a
preocuparme por estas mujeres, justo en ese momento estaba irritada con
ellas por hacer de mi vida un poquito más difícil.

Odiaba admitirlo, pero cuando Maia se presentó en mi puerta esa


noche, una parte de mí quería que se fuera. Esa parte de mí era la parte
que se preguntaba en secreto si ella también había sido reclutada por
Logan para romper mis defensas.
Me quedé mirando con recelo hacia ella.
241

—Um… ¿podría entrar?


Me hice a un lado lentamente.
Página

—Sí, puedes. —La corregí automáticamente.


Maia me sonrió y entró al apartamento. La seguí, todo mi cuerpo
tensándose con anticipación.
Girando hacia mí, Maia arrugó la nariz.

—Estoy aburrida. La escuela se termina, no tengo deberes, y papá


está trabajando horas extras. Entretenme, Grace. —Hizo un puchero
divertido.

Todo mi cuerpo se desinfló con alivio. Maia sólo estaba siendo Maia.
Nunca estuve tan agradecida.
—¿Qué quieres que haga? —Le sonreí.

Resopló y miró alrededor de la habitación pensativamente. Sus ojos


se detuvieron en mi colección de DVD y su rostro se iluminó.
—Vamos al cine.

Consideré mi carga de trabajo y luego pensé en lo difícil que era


para mí trabajar en este momento porque seguía pensando en el hombre
de al lado. Me caería bien la distracción.
—Está bien. ¿Tienes algo en mente?
—Hay una nueva película de acción con Nick McGuire.

Nick McGuire era el nuevo héroe de acción del momento en


Hollywood y muy, muy lindo. Sabía exactamente por qué Maia quería ir a
ver la película, y no tenía nada que ver con persecuciones de autos bien
secuenciadas.
Puse los ojos en blanco.
—Está bien.

Decidimos caminar hacia Morningside, donde había este maravilloso


teatro art deco que ambas amábamos. Podías comprar un boleto para un
asiento de cine individual ordinario o podías comprar un sillón o un sofá.
Compramos entradas para un sofá de cuero para ambas y nos dirigimos al
interior del cine.

—Necesito el baño —anunció Maia a medida que me sentaba en el


pequeño sofá—. Vuelvo enseguida.
242

—Consigue algunas palomitas de maíz de regreso. —Le di un poco


de dinero y asintió antes de desaparecer fuera del teatro.
Página
Los avances estaban terminando y Maia todavía no había
regresado. A veces las filas para los refrescos podían ser terriblemente
largas, pero se había ido hace bastante tiempo y me empezaba a
preocupar.

Acababa de inclinarme para sacar mi teléfono de mi bolso cuando


el cuero del sofá crujió y toda la cosa se hundió con el peso de una
persona.
Mucho más peso que el de una esbelta chica de quince años.

Me enderecé y la luz de la pantalla de cine iluminó el rostro de


Logan. Su cuerpo presionándose contra el mío en el pequeño sofá.
Mi corazón empezó a latir con fuerza.
—¿Qué haces aquí? —susurré frenéticamente.
Sus ojos sonrieron.
—Maia decidió no ver la película.
Iba a matarla.
—Esa pequeña traidora.

Logan encogió su hombro contra el mío. Su calor me estaba


empapando junto con su deliciosa colonia.
—Está de mi lado en esto, Grace.
Lo fulminé con la mirada.
—Aparentemente todo el mundo lo está.
Hubo un destello de remordimiento en sus ojos.

—Siento lo de las chicas hoy. Ellas también lo sienten. Eso fue


excesivo.
—¿Y esto con Maia? ¿Cómo le llamas a esto?

—Necesario. —El profundo y determinado retumbo de esa palabra,


me hizo estremecer. En realidad necesitaba dejar de provocar ese tipo de
reacciones en mí.
243

Maldije mi cuerpo.
—No estás jugando limpio.
Página
Me dio una lenta y seductora sonrisa.
—No. Definitivamente no lo hago.

Alguien detrás de nosotros nos hizo callar y me volví para mirar la


pantalla. La película había comenzado y ni siquiera me había dado
cuenta. Así fue como más o menos pasaron los próximos noventa minutos.

Si alguien me preguntara sobre la película, no tendría idea de qué


decirle porque, aparte de una escena de besos, presté poca atención a
algo salvo al hombre a mi lado.

La fuerza de la atracción entre nosotros nunca fue tan evidente


como lo fue en ese oscuro teatro. Tenía que darle a Logan su mérito. No
trató de seducirme con su toque. Dejó que su presencia hiciera todo el
trabajo. Mis sentidos estaban en alerta máxima a su lado. Mi cuerpo
reaccionó a su calor y mi piel se sintió en llamas desde el comienzo de la
película hasta el final. Su rodilla se presionaba contra la mía por pura falta
de espacio y todo mi ser se enfocó en ese punto de contacto. La presión
del toque se expandió, arrastrándose por mi pierna hasta que casi se sintió
como si sus dedos se arrastraran sobre mi piel. Durante las escenas
tranquilas de la película, podía escuchar la suave inhalación y exhalación
de su respiración a mi lado. Algunas veces su colonia penetraba mi
espacio y activaba los recuerdos de la noche que tuvimos sexo
apasionado contra la pared de mi cocina.
Eso fue lo peor.
Porque recordé sentirlo dentro de mí.

Apreté mis piernas juntas, tratando de negar la racha de excitación


que se disparó entre ellas, pero no pude.

Sólo se incrementó cuando Nick McGuire comenzó a besarse con su


hermosa compañera y heroína. La película no estaba clasificada apta
para todo público, de modo que otra escena apareció, la ropa saliendo
en algún momento hasta llegar a ver una hermosa pareja en agradable
ropa interior deslizándose uno contra el otro antes de que lo hicieran.

Vi la mano de Logan enrollarse en un puño sobre su rodilla y tuve la


sospecha de que sabía lo que pasaba por su mente. ¿Estaba tratando de
244

impedirse tocarme?
No podía respirar.
Página
Cuando la película terminó me levanté disparada de mi asiento y
pasé junto a la gente, murmurando disculpas mientras tropezaba con las
pertenencias esparcidas por el suelo a los pies de sus asientos.

Una vez fuera del teatro tragué aire fresco de la noche de verano en
la que estábamos y me giré a mirar hacia Logan cuando se unió a mí. No
sabía qué decir.
—Déjame acompañarte a casa.

Ya que los dos nos dirigíamos al mismo sitio, me pareció infantil y


mezquino negárselo.

Por un tiempo, caminamos en silencio, la tensión chisporroteando


entre nosotros.
—Podías haberte ido —dijo Logan de repente.

Tenía razón. En cualquier momento podía haberme levantado y


salido de ese teatro.
—Al parecer, soy una masoquista.
Gruñó ante eso.
—Estoy bastante seguro que eso fue un insulto.
—Logan… —Suspiré con cansancio—. Mejor no hablemos.

—Preferiría no hacerlo. En este momento preferiría estar besando esa


jodida dulce boca tuya.
Me sonrojé y lo miré fijamente, con los ojos abiertos de par en par.

—No puedes hablarme así. —Miré a mi alrededor, asegurándome


que nadie estuviera presenciando su coqueteo.
—Nena.

—No me digas “nena”. De hecho, termina con eso de “nena” por


completo.

—Bien. Terminaré con eso si puedes decirme que no sentiste eso allá
dentro del teatro. Dime que mientras me estaba poniendo duro sentado a
tu lado, respirando tu aroma, no estabas pensando en lo que es tenerme
245

dentro de ti. Dime que no estabas pensando en mí follándote. Porque yo


no podía dejar de pensar en eso. Quiero follarte y luego quiero hacerte el
Página

amor… —Se acercó a mí a medida que yo seguía caminando, tratando


de alejarme de las palabras que hacían que mi ritmo cardíaco se
acelerara fuera de control—. Y quiero repetirlo una y otra vez por el resto
de nuestras vidas.
Mi respiración tartamudeó, pero seguí caminando.
Hasta que de repente ya no lo estaba haciendo.

Parpadeé ante el abrupto movimiento cuando fui arrojada hacia un


lado en el callejón entre dos boutiques. Logan se cernió sobre mí,
presionándome contra la fría y sombreada pared de ladrillo.
—Dime.
Mis labios se entreabrieron para negarlo, pero no pude.

Me besó, aplastando mi boca debajo de la suya en un enojado y


desesperado beso que curvó mis dedos de los pies en mis zapatos. Odié
que el rasguño de las cerdas de su corta barba enviara escalofríos
excitados por todo mi cuerpo. Odié que mis pechos se hincharan con
necesidad, empujándose hacia su torso, suplicando a pesar de todo por su
toque. Odié que mi piel se sonrojara y el cosquilleo entre mis muslos.
Odié que le devolví el beso tan desesperadamente.

Ante la presión de su erección contra mi vientre y el simultáneo roce


de su pulgar contra uno de mis pechos, la lujuria que se disparó a través de
mí tuvo el efecto de recordarme dónde estaba y con quién estaba
haciendo esto.
Le di Logan un suave empujón, e inmediatamente me dejó ir.

Su pecho jadeando pesado mientras me observaba, con más que


un destello triunfal en sus ojos.

Resoplé y empujé más allá de él, moviéndome de vuelta a la


seguridad de la calle.
Me alcanzó, y sentí su pregunta sin que tuviera que expresarla.

—Así que hay atracción entre nosotros —dije en voz baja,


sintiéndome vulnerable y, por alguna extraña razón, serena—. No significa
nada.
246

—Oh, significa algo —desestimó, y pude escuchar esa maldita


determinación en su voz, junto con un más que pequeño toque de
Página
arrogancia—. Tú misma lo dijiste, nena. No te excitas con cualquiera… y te
convertiste en una flamante fogata cuando puse mis manos sobre ti.
—En este momento, en serio no me gustas.
Logan sonrió satisfecho.
—Está bien. Mientras me ames, nada más importa.

—Eres tan arrogante —resoplé—. ¿Siempre has sido así de


arrogante?
—No confundas arrogancia con confianza.

Hice una mueca y avancé enojada, gruñendo bajo mi aliento ante


la forma en que sus largas piernas fácilmente me alcanzaban.

No había forma de quitármelo de encima todo el camino de regreso


a nuestro edificio, y cuando puse mi llave en la cerradura de mi
apartamento, presionó su pecho en mi espalda, sus labios susurrando a
través de mi oído.
—Estoy esperando por repetir el mejor sexo que he tenido nunca.

Me quedé sin aliento ante esa confesión, mi cuerpo gritándome que


ceda a él. En cambio, giré la llave y entré a mi apartamento, azotando la
puerta detrás de mí para que así no tuviera que mirarlo a los ojos y
mostrarle lo mucho que todavía lo quería.

247
Página
20
Traducido por Jo, âmenoire y Adaly

Corregido por Mariandrys

—Realmente deberías pensar en darme una llave.

Miré de manera amenazante a Maia cuando se detuvo junto a mi


puerta la mañana siguiente.
—No le doy llaves a traidores.
Sonrió avergonzadamente.
—¿Puedes culparme por ayudar a un tipo?
—Sí. Sí, puedo.

Poniendo sus ojos en blanco, Maia ignoró mi mirada y pasó por mi


lado entrando a mi apartamento.
—¿Tienes algo de cereal? A nosotros se nos acabó.

—Estoy haciendo huevos revueltos si quieres un poco —gruñí,


cerrando la puerta y siguiéndola.

Levantó la mirada desde la puerta del refrigerador ahora abierta


cuando entré a la cocina.
—¿Dijiste algo sobre huevos?
—Los estoy haciendo. ¿Quieres un poco?
—Ves, no puedes estar enojada conmigo por mucho tiempo.

—Oh, todavía estoy enojada… pero no tan enojada como para


verte salir sin desayuno.
248

—Entonces eso no es muy enojado en realidad. —Se subió a uno de


mis taburetes en la cocina—. Te ves algo cansada.
Página
Me veía desaliñada. Apenas había dormido. ¡De nuevo! Me las
había arreglado para quedarme dormida alrededor de las cinco de la
mañana por puro agotamiento, y luego Maia había golpeado mi puerta
cuatro horas más tarde.

—Es sábado. ¿No deberías estar durmiendo hasta tarde, como todos
los otros adolescentes del país?

Se mordió el labio, el engreimiento que estaba adquiriendo del


querido y viejo padre de pronto desapareciendo.
—No podía dormir. Estaba preocupada por ti.
Inmediatamente dejé de pretender estar enojada con ella.

—Maia, no tienes que preocuparte por mí, cariño. Puedo cuidarme


sola.
—¿Puedes, en serio?
Me deslicé en el taburete a su lado.
—¿A qué te refieres con eso?

A medida que me miraba con esos ojos violetas suyos, me di cuenta


que eran muy similares a los de su padre y aun así tan diferentes. Había un
matiz de oscuridad en sus ojos, pero no habían alcanzado la dureza que
los de Logan tenían. Era una dureza que desaparecía siempre que alguien
lo hacía reír, y me sorprendí con la perturbadora realización de que si bien
su risa era rara, no lo era tanto conmigo.
Maia suspiró con cansancio, un gesto mucho mayor para sus años.
—Sé que te preocupas por papá. Simplemente no sé por qué estás
haciendo esto tan difícil para él.

—Hay cosas que no sabes, Maia. —No quería contarle que Logan
me había lastimado. No quería que jamás pensara mal de él.

—No soy estúpida. Sé que él no es perfecto —insistió ella—. Si hirió tus


sentimientos, entonces sé que lo lamenta.

—Maia, por favor… —Enterré mi cabeza entre mis manos, de pronto


sintiendo la necesidad de llorar—. No puedo hablar de esto contigo.
249

Hubo silencio, y por un terrible momento, temí haber herido sus


sentimientos.
Página
—Grace…

Por la tensión en su voz, levanté mi cabeza para mirarla. El matiz de


oscuridad en sus ojos se había esparcido hasta que había un montón de
negro entre el color violeta. Un escalofrío inoportuno me recorrió como
reacción.

—¿Recuerdas cuando recién llegué aquí y me preguntaste por lo


que había pasado?

En gran parte Logan y yo veíamos a Maia de la misma manera todos


los días: divertida, sarcástica y cálida. Pero había días cuando se
encerraba en su habitación sola y lloraba sin razón. Lo atribuí a ser una
adolescente y el cambio drástico de dirección que su vida había tomado.
Lo atribuí al hecho de que su madre la había abandonado.
Había estado esperando que Maia se abriera con respecto a ello.
Ahora no estaba segura de poder soportar la verdad.

—Sé que estás preocupada por lo que me pasó cuando vivía con
mamá.

Asentí de nuevo, con una sensación de ahogo envolviéndose en mi


garganta.
Maia me miró directamente a los ojos, con los suyos brillando.

—No era bueno, Grace. Pero no fue tan malo como crees. En gran
parte ella sólo no estaba ahí para mí. Por años no importó porque era mi
mamá, y cuando eres pequeño, amas a tu mamá sin importar qué.

Asentí, recordando aquel amor incondicional que sentía por mi


madre cuando era una niña. Día a día a medida que los años pasaron, mi
madre había fragmentado ese amor hasta que solo estaba aferrándome a
una idea.

—Me encerraba en mi dormitorio por horas cuando traía a algún


hombre a casa. —La mirada atormentada de Maia me hizo alcanzar su
mano y sostenerla fuerte—. Tenía que sentarme ahí, escuchándolos tener
sexo, y entonces, él sólo se iba y Maryanne se drogaría o emborracharía y
se olvidaba de mí. Si necesitaba ir al baño o tenía hambre, golpeaba la
250

puerta, pero ella por lo general no estaba consciente y yo encerrada. —


Lágrimas caían por sus mejillas, y mis propios ojos escocieron en
respuesta—. Después no le hablaba porque estaba herida, y ella se sentía
Página

realmente mal y me llevaba a almorzar y me compraba algo. Se sentaba


conmigo todo el día haciéndome reír, y la empezaba a amar de nuevo. —
Maia se limpió impacientemente las lágrimas—. Pero sólo lo volvía a hacer.

—Oh, Maia. —Apreté su mano, sin saber qué decir porque sabía que
no había palabras para aliviar este tipo de herida.

—Se juntaba con estos tipos realmente deshonestos, Grace. La


trataban muy mal. Le hablaban como si no fuera nada, y a veces la
golpeaban. Por años, ella me protegió de eso. Por eso me encerraba en mi
dormitorio, para que así no supieran de mí o no pudieran llegar a mí. Pero
yo lo escuchaba todo. La escuchaba gritar de dolor a veces… —Se quedó
en silencio reflexionando.

La observé fijamente, deseando que la rabia alzándose dentro de mí


menguara.
Quería castigar a su madre por hacerle esto.

Cerré mis ojos, más lágrimas cayendo cuando me di cuenta que


Maia cargaría con este dolor por el resto de su vida.

Siempre lo haría, siempre se sentiría como una niña poco amada y


abandonada cada vez que pensara en su madre.

—Grace. —El agarre de Maia en mi mano se apretó más, y abrí mis


ojos. Más lágrimas se formaron en sus ojos cuando vio cuán afectada
estaba, y un pequeño sollozo escapó de entre sus labios—. Grace.

Como respuesta me puse de pie y la bajé del taburete hasta mis


brazos, y la sostuve mientras lloraba, sus lágrimas empapando mi albornoz.

Eventualmente se alejó de mí y limpió sus mejillas. Miró el suelo, con


sus oscuras pestañas brillando. Soltando un tembloroso suspiro, sacudió la
cabeza.

—No te lo conté para perturbarte. Estaba intentando decirte por qué


deberías estar con papá.
Toqué su barbilla, levantándola suavemente para ver sus ojos.
—Dime.
La repentina determinación en su mirada me recordó tanto a Logan.
251

—No sólo decidí dejar a Maryanne. Ella dejó de protegerme. Dejó de


pretender amarme. Ese tipo… el drogadicto que estaba en el
Página

apartamento con ella.


El miedo formó nudos en mi estómago.
—¿Sí?

—Ese es su novio, Dom. Ha sido su novio por un tiempo. Él… intentó


tocarme cuando Maryanne estaba inconsciente.

Me aparté de un tirón, mi rabia ardiendo en mi sangre, en mi piel, en


mis nervios…

—No lo hizo —se apresuró Maia a asegurarme—. No lo dejé. Pero


Maryanne no me creyó cuando le conté. Eso fue todo para mí. Terminé de
pretender que nos amábamos. Terminé de pretender que no la odiaba por
lo que hacía. Terminé de pretender que no estaba avergonzada de ella. —
Sus ojos brillaron con enojo y culpa.
Éramos como imágenes de un mismo espejo.

Todavía aprendiendo a lidiar con el enredo de emociones y daño


creado por nuestros padres.
Supe entonces que moriría antes de que esta chica siquiera pensara
que no la amaba.

—Cuando Maryanne mencionó que Logan era mi padre, tomé el


artículo del periódico. Lo guardé. El día después que me golpeara por
decirle que Dom trató de tocarme, empecé a buscar a papá. Ingresé en
la computadora de la escuela y lo busqué en Google. Había un artículo
sobre él y el club nocturno. Fui ahí y le dije a un tipo de la limpieza que era
un familiar y que alguien había muerto y necesitaba encontrar a papá. Me
dio su dirección.
Levanté una ceja ante esa información.
—¿Le dijiste a tu padre?
Sonrió.

—Sí. Quiero decir, agradeció que lo encontrara, pero el tipo no


debería haber dado su dirección así como así. Papá habló con él.
—Imagino que lo hizo.

—No sabía que esperar de papá. Sólo esperaba que fuera mejor
252

que lo que tenía con mi madre. Ahí, estaba asustada, Grace. Realmente
asustada.
Página

—Lo sé —susurré, odiando que hubiera pasado por eso.


—Pero ya no lo estoy. —Caminó hacia mí, una luz de repente
derritiendo la oscuridad en sus ojos—. Papá me hace sentir segura. Siento
como si hemos estado juntos desde el principio, y nunca pensé que
pasaría eso. Es como un milagro. —Se rio avergonzada—. Suena realmente
cursi.
Sacudí mi cabeza.
—No, claro que no.
—Tú eres una gran parte de eso. También me has dado un hogar.
Empecé a llorar de nuevo.
Soy como una regadera gigante.

—Y sí, quiero que papá y tú estén juntos porque quiero que seamos
una familia. Nunca he tenido eso. Pero en realidad, también quiero que
seas feliz. He visto lo que hay allá afuera, y papá es uno de los buenos y
realmente se preocupa por ti. No entiendo por qué no le das una
oportunidad.
La miré, sintiendo su esperanza cayendo pesadamente sobre mí.

—Haría lo que fuera por ti, Maia MacLeod, pero no puedo hacer eso.
Si las cosas funcionan entre tu padre y yo, tendría que ser porque confíe en
él. Se derrumbaría si lo hiciera sólo porque en teoría tiene sentido para
todos.
Me dio esta sonrisa, esta pequeña sonrisa que me hizo detenerme.

—Grace, ¿cómo puedes aprender a confiar en papá si no le das


una oportunidad para ganarse esa confianza?

Y justo así, con esa sola frase, sentí una extraña mezcla de derrota y
alivio.

253

Maia empacó un pequeño bolso esa tarde y Shannon llegó a


recogerla. Fue vergonzoso que ambas estuvieran de acuerdo con mi
Página

decisión, y por mucho que traté de convencer a Maia de que no había


necesidad de que nos dieran a Logan y a mi privacidad porque nada iba
a pasar, no escuchó. Y tampoco lo hizo una Shannon muy emocionada.

De este modo fui que me encontré paseando en la sala de estar del


apartamento de Logan mientras esperaba a que regresara del trabajo. Las
mariposas nerviosas en mi estómago no dejaban de batir sus alas entre
ellas, y más de una vez cambié de dirección hacia la salida, lista para
renunciar antes de siquiera intentarlo.

A medida que me paseaba por la sala, le di un vistazo y vi cuán


diferente estaba desde la primera vez que entré aquí. Había habido cajas
desempacadas tiradas por todos lados y ni un juego de mobiliario excepto
por el sofá de cuero en forma de L. Y, por supuesto, la televisión montada
en la pared opuesta al sofá.
Ahora había añadido el sillón del que Maia había hablado con
entusiasmo. Era un gran y acogedor sillón de terciopelo negro con un
reposapiés en conjunto. Tanto Maia como yo podíamos caber al mismo
tiempo. Junto a la televisión, en la pared, había un espejo de marco
plateado por encima del sofá que había elegido cuando ayudé a Logan
con el dormitorio de Maia. Sobre la pared junto a la puerta había
fotografías que Maia había colocado ahí. Habían dos de Logan y Shannon
cuando eran más jóvenes, una foto de Shannon y Cole, una individual de
Logan con Maia quien la había tomado con su teléfono, y otra fotografía
que hizo que el dolor en mi pecho palpitara.

Era una fotografía mía con Logan y Maia en la cena con Jo, Cam,
Shannon y Cole. Shannon nos había dicho que no acercáramos y había
tomado la fotografía con su teléfono.
Ahora colgaba en la pared de Logan.
Sabía que era obra de Maia, pero aun así…

Junto con la fotografía, lujosas cortinas enmarcaban la ventana,


dándole a la habitación más calidez. Eran de color crema con rayas en
azul marino, y había comprado cojines que combinaran con el sofá para
que hicieran juego. Una mesa de café se encontraba en medio de la sala,
con un tapete debajo de ella.
Todo en conjunto hacía una habitación muy diferente a la de antes.
254

Era la sala de estar de un hogar.


Página

Y él lo había hecho por Maia.


Como siempre, la idea me hizo derretir más que sólo un poco.
La puerta frontal se abrió y se cerró de golpe un poco fuerte.
Me tensé.

—¿Maia? —La profunda voz de Logan retumbó a través del


apartamento sin que siguiera tuviera que levantarla—. ¿Esta noche tienes
ganas de comida china?
Sus pasos avanzaron hacia la sala de estar.
—¿Maia?
Apareció por la puerta y se detuvo cuando me vio.
Me encogí de hombros, dándole una sonrisa nerviosa y sintiéndome
apunto de desmayarme.
—Se quedará con Shannon.
Logan levantó una ceja interrogativa mientras entraba a la sala.
—¿Por alguna razón?
—Para darnos algo de privacidad y así poder hablar.
Las comisuras de su boca se alzaron sólo una fracción.
—¿Mi noche mejorará, Grace?
Puse mis ojos en blanco ante el retorcido significado de sus palabras.
—No de esa manera. Dije hablar, Logan.
Señaló hacia el sillón a medida que él se sentaba en el sofá.
—Entonces, hablemos.

—¿Estás seguro que no estás demasiado cansado por el trabajo? —


pregunté, esperando postergarlo.

Logan sabía exactamente lo que pretendía y sacudió su cabeza,


con satisfacción en su expresión.
—Estoy perfectamente energizado.
255

Estreché mis ojos ante la insinuación.


—Estoy tan contenta de poder ver este lado de ti.
Página

—Oh, todavía no has visto nada, nena.


—Eres asqueroso.

Se inclinó hacia delante, prácticamente desnudándome con su


mirada.
—Todavía no has visto nada, nena —repitió lentamente.
Me estremecí y junté mis piernas.
—¿Podemos hablar en serio?
—Estoy siendo serio.
—Logan.
—Grace.
Resoplé y me puse de pie.
—Estoy tratando de decirte algo.
—Entonces dime.
Cruzando mis brazos sobre mi pecho, bajé la mirada hacia él.
—Ahora no estoy tan segura.
Levantó la vista y ahora, toda la burla y coqueteo había
desaparecido de su expresión.
—Dime.

Tomé una gran respiración y la solté temblorosamente. Clavando mi


mirada en la suya, esperé poder decir lo que tenía que decir sin ningún
malentendido entre nosotros.
—Hoy hablé con Maia.
—¿Está bien?
Sonreí ante su preocupación inmediata.
—Está bien. Es muy persuasiva.
La esperanza brilló en sus ojos.
—¿Necesito incrementar su mesada?
256

Reí ligeramente y miré hacia mis pies.


—Tal vez.
Página
—¿Grace?

Cuando miré su rostro otra vez, me estremecí ante el completo


anhelo que encontré en su expresión. Sabía que si no era cuidadosa podía
encontrar adictivo ese tipo de atención.
—Todavía no confío en ti completamente.
Asintió cuidadosa y tentativamente, como si no quisiera asustarme.

—Pero Maia resaltó que nunca aprendería a confiar completamente


en ti si no te daba una oportunidad de ganártelo.
—Esa es mi chica lista.
Sonreí.

—Sí. Lo es. Y no quiero que resulte herida con esto, así que necesito
que realmente pienses en esto, Logan. Pon de lado el hecho de que yo fui
la persona que estuvo aquí para ti cuando ocurrió este gran cambio en tu
vida, y pon de lado mi cercanía con Maia. Necesito que en serio pienses
en mí, sólo en mí, y si en realidad soy la mujer que quieres. —Me sentí
desnuda diciendo esas palabras, tan desnuda y vulnerable—. ¿Harás eso?

—No he confundido la situación —dijo—. ¿Por qué pensarías que lo


he hecho?

—Mírame —resoplé con frustración—. Estaba justo ahí, Logan. Vi a


todas las mujeres que entraron y salieron de tu apartamento. Eran opuestas
a mí en todas las formas posibles.

Se disparó a sus pies, y me tambaleé hacia atrás por el repentino


movimiento.

—Sí, ¿sabes por qué? No quería nada serio, Grace, así que dormía
con mujeres con las que sabía que no podía verme en algo serio. No
quería la complicación. —Dio un paso hacia mí, y me obligué a
permanecer quieta—. ¿Quieres la verdad? Ha habido algunas mujeres en
los últimos dieciocho meses con quienes hubo chispas… esa chispa de
potencial. Me alejé. No tomé sus números y ciertamente no dormí con
ellas. Porque no quería nada serio. No quería la realidad. Sólo quería
olvidar.
257

Ver el dolor en sus ojos me hizo moverme hacia él.


—Logan…
Página
—Pero tú… —Sacudió la cabeza—. No puedo alejarme de ti incluso si
quisiera. Y no quiero. Eres la realidad y el dulce olvido envueltos en un
paquete molestamente argumentativo, siempre jodidamente en lo
correcto, elegante y condenadamente hermoso.
Contuve la respiración ante sus hermosas palabras.
—¿Eso contesta a tu pregunta, a tus dudas?
Asentí lentamente.
—Entonces, ¿haremos esto? —Comenzó a revolotear hacia mí.
Entré un poco en pánico y retrocedí.

—Voy a intentarlo, pero lo tomaremos con calma y necesitamos…


¡ahh! —grité cuando de repente me encontré siendo levantada sobre el
hombro de Logan—. ¿Qué estás haciendo? —chillé a su espalda mientras
mi cabello se balanceaba contra su delicioso trasero.
—Esa era la realidad. Es hora del olvido, nena.
—¡Sin sexo! ¡Tenemos que hablar!
Acarició mi trasero con su mano.
—Quiero estar dentro de ti.

De repente me encontré cayendo en el aire. Aterricé con un


suave golpe sobre el colchón de Logan y levanté la mirada hacia él en un
estado jadeante, desnivelado y muy excitado.

—Y tú me quieres dentro de ti. —Desabrochó su cinturón lentamente,


el fuego en sus ojos volviéndome un charco caliente y aturdido sobre su
cama.
—Eres demasiado arrogante —susurré.
—Quítate la camisa —demandó, arrogantemente.
Crucé mis brazos sobre el pecho y levanté la mirada hacia él.
—No.
Sonrió.
258

—Quítate la camisa, nena.


—No recibo órdenes.
Página
—En la cama, lo harás.

Mis ojos se abrieron de par en par, mi corazón golpeando fuerte en


mi pecho.
—¿Te gustan ese tipo de cosas? ¿Cosas como látigos y dominación?

—¿Látigos? No. ¿Atarte a una cama y saber que confías lo suficiente


en mí para estar atada mientras hago lo que yo quiera con tu cuerpo? Sí.
¿Bastones? No. ¿Darte nalgadas? Sí. ¿Cruces San Andrés? No, un poco
dramático para mi gusto. ¿Interpretar fantasías sexuales? Sí. Follarte en
cada posición conocida por el hombre, sí, sí y sí.
Lo miré boquiabierta.

—Puede que quieras darme un respiro con esta franqueza sexual


que vienes llevando. No estoy acostumbrada a ello.

—Te gusta o habrías huido de mi apartamento hace tiempo. —


Desabotonó su camisa y la tiró a un lado, revelando su esculpido pecho y
brazos fuertes—. Ahora quítate la camisa antes que te la arranque.

Ni siquiera me atreví a cuestionar si esa amenaza era real. Logan


MacLeod era el Señor Alfa en el dormitorio, aparentemente. A pesar de
que disfrutaba de un buen alfa en la fantasía de los libros románticos,
siempre había pensado que lo odiaría en la vida real. Pero lo que estaba
encontrando aquí era un equilibrio. Logan no era ni cercanamente tan
alfa fuera de su dormitorio, pero dentro… resultaba que un alfa en el
dormitorio no era ni próximamente tan aterrador como había pensado. De
hecho realmente lo encontraba más bien caliente.
Agarré el borde de mi suéter y lo jalé sobre mi cabeza, tirándolo
detrás de mí a medida que me recostaba sobre la cama. En respuesta,
Logan puso sus rodillas sobre la cama a cada lado de mis caderas,
montándose a horcajadas para así poder pasar sus manos por encima de
mi cintura hasta acunar mis pechos sobre mi sujetador.

Arqueé mi espalda, empujándolos dentro de sus manos. Logan me


besó, profundo y fuerte, mientras hábilmente desabrochaba mi sujetador
en la espalda. Mis manos trazaron cada centímetro de su pecho a medida
que nos besábamos, renuentes a dejarlo ir cuando gentilmente empujó mi
259

espalda sobre la cama y deslizó los tirantes de mi sujetador por mis brazos.
Su mirada se movió de mi rostro hacia mis pechos desnudos y el calor en
ésta hizo que mis pechos se hincharan y mis pezones se tensaran. No era
Página

una mujer con grandes pechos como las mujeres que habían venido antes
de mí, pero bajo su ardiente contemplación ya no me sentía insegura
sobre ello.

Podía verlo escrito en todo su rostro: A Logan le gustaba tal y como


era.

Sentí ese aleteo en mi bajo vientre otra vez y supe que si deslizaba
sus manos entre mis piernas me encontraría húmeda y lista para él.

Me tocó, acunando mis pechos de nuevo, apretándolos


suavemente, frotando sus pulgares sobre mis pezones mientras
deliberadamente revolvía mi excitación en vez de liberarla. Tenía la
intención de provocarme y yo tenía la intención de permitirlo. Su
respiración se tornó más pesada y pude sentir su rigidez presionándome a
través de sus pantalones. La diversión brilló en mis ojos cuando me di
cuenta que él podía romperse antes que yo.

Logan vio la mirada y su contemplación se oscureció con ternura y


determinación. Suspiré por el suave rocé de sus labios primero contra mi
pecho derecho y luego mi izquierdo. Me atormentó con toques susurrados,
tratando de obligarme a rogar, pero a pesar de mis uñas enterrándose
más duro en el músculo de sus hombros, me mantuve firme hasta que mis
gemidos necesitados rompieron su voluntad. Finalmente, envolvió su boca
alrededor de mi pezón, surcando su lengua sobre él, antes de chuparlo
con fuerza.

Una ola grande de lujuria se deslizó a través de mi vientre, y grité


suavemente, echando mi cabeza hacia atrás contra la cama.

Logan profesó atención a ambos pezones hasta que estuvieron


hinchados, hasta que estaba desesperada por él. Ahora si grité fuerte,
rogándole, y él se alejó, bajándose de la cama para ponerse de pie como
un dios pagano del sexo. El hambre oscura en sus ojos era mi perdición.
—¿Estás mojada para mí?

Mis labios se entreabrieron ante la sorprendente pregunta sexual


expuesta, y sentí que mis mejillas se sonrojaban.
Los ojos de Logan se estrecharon.
—Dime que estás mojada para mí, Grace.
260

La demanda sólo me hizo mojarme más.


Página

—Estoy mojada para ti —susurré.


El músculo de su mandíbula se contrajo con determinación cuando
Logan se inclinó para desabrochar mis pantalones. Metió sus dedos en la
pretina, así como en mi ropa interior, y tiró. Levanté la parte inferior de mi
cuerpo, y los quitó con rápida facilidad. Una vez que me despojó de ellos,
acarició gentilmente mis pantorrillas y los muslos externos, bajó mis piernas y
las abrió a medida que deslizaba sus manos hasta mis muslos internos. Puso
una rodilla en la cama y se movió sobre mi cuerpo para así poder deslizar
dos dedos gruesos lentamente dentro de mi canal. Mis rodillas se abrieron
más y jadeé ante la sensación. Los sacó casi por completo, así que incliné
mis caderas para encontrarme con ellos cuando los deslizó de nuevo
dentro de mí.

—Logan —gemí, sacudiéndome contra su toque—. Oh Dios, te


necesito.

Sus dedos desaparecieron, y abrí rápidamente los ojos para verlo. Se


levantó de la cama, con la mandíbula tensa perdiendo un poco el control
y sacó un condón del bolsillo de sus jeans antes de quitárselos junto con su
bóxer. Observé atentamente, cada centímetro de mi cuerpo en llamas,
mis muslos internos temblando, mi respiración apresurada, a medida que
enrollaba el condón en su enorme y orgullosa verga.

Mis piernas se abrieron automáticamente cuando Logan descendió


sobre mi cuerpo, empujando contra mi centro mientras su duro torso
rozaba contra mis pechos. Me besó suavemente, arrastrando sus dedos en
mi muslo externo de una manera que me provocó más escalofríos y una
ardiente impaciencia.

Mis caderas se sacudieron con el toque de su pulgar sobre mis


clítoris, y gruñó posesivamente desde la parte posterior de su garganta.
Entonces, me estaba besando de nuevo, una serie de húmedos y adictivos
besos mientras jugaba con mi clítoris. También lo toqué, acariciando sus
hombros, su espalda, sus abdominales, jugando con sus pezones de una
manera que le hizo temblar y presionar más duro contra mi clítoris.

Cuando otra vez deslizó dos dedos dentro de mí, rompí el beso,
gimiendo a medida que mi espalda se arqueaba con sus caricias.

—Eres tan jodidamente sexy. —Dejó suaves besos a lo largo de mi


mandíbula mientras empujaba sus dedos dentro y fuera de mi canal—. Las
261

cosas que te voy a hacer, nena. Voy a hacerte mía, todas y cada una de
las partes de tu cuerpo. —Nuestros ojos se encontraron, los suyos llenos de
Página

promesas sexuales—. Sin restricciones, Grace. No conmigo. Voy a follarte


como si no hubiera mañana, y tú vas a dejarme.
Mi vientre se apretó y mis músculos internos se sujetaron con firmeza
alrededor de sus dedos. Los ojos de Logan de oscurecieron y presionó sus
dedos más profundo dentro de mí. Bajó la voz y se inclinó para rozar su
boca suavemente sobre la mía.
—Pero en este momento, voy a hacerte el amor.

Lágrimas brotaron de mis ojos con la promesa en su voz. Una


promesa para mucho más que un buen sexo. Envolví mis manos sobre su
espalda, suave y caliente.

—Entra en mí, Logan. —Susurré la invitación, y con ella hubo mucho


más de lo que pretendía dar. Logan lo escuchó, y el triunfo brilló en sus
ojos.
Sus dedos se deslizaron fuera de mí, y sus manos rodearon mis
muñecas. Levantó mis brazos por encima de mi cabeza y apretó su agarre
en mí. Mirándome fijamente a los ojos, se movió. Lo sentí caliente y duro
contra mi centro, y de repente, sentí una presión a medida que se
empujaba dentro de mí, facilitado por mi humedad. Avanzó hasta lo
profundo en mí, sus manos avanzando desde mis muñecas hasta mis
dedos, para que así los pudiera enredar con los suyos. De esta manera, me
sostuvo mientras se mecía dentro de mí suavemente, incitándome hacia el
clímax y luego alejándome.
—Más rápido —supliqué.
Una sonrisa tiró de los labios de Logan.
—Estamos haciendo el amor, Grace.
—Podemos hacer el amor… —jadeé—, un poco más rápido.

Levanté mis caderas para acentuar mi punto, y Logan se estrelló con


fiereza contra mí. Grité ante la deliciosa presión aumentando en mi interior.
Con los dientes apretados y los músculos tensos, hizo que sus embestidas
vinieran más fuertes, pero mantuvo un ritmo insoportablemente lento. Soltó
mis muñecas para acunar mi trasero, inclinándome más alto de modo que
pudiera deslizarse más profundo. En respuesta, mis manos se agarraron
firmemente a sus caderas.

Nuestras miradas permanecieron conectadas todo el tiempo, el


262

poder de la intimidad entre nosotros abrumándome con su intensidad.


La sensación dentro de mí estaba elevándose cada vez más alto en
Página

espiral, enrollándose más y más fuerte hasta que todo mi cuerpo se tensó
por encima al borde del placer. Sus dedos se clavaron en mi trasero, su
cadera sacudiéndose más duro y más rápido contra la mía mientras nos
acercábamos a lo que estamos desesperados por alcanzar.
Un empujón más.
—Logan —supliqué.
Otro.

—Aaahhh… —La tensión dentro de mí explotó, un orgasmo diferente


a cualquier otro que haya tenido antes me inundó por completo.

Mis caderas se estremecieron contra Logan, y observé atentamente


cuando se tensó, su cuello arqueado, sus dientes apretados y sus ojos
encendidos con feroz placer a medida que su propio clímax se deslizaba a
través de él. Se sacudió contra mí, su agarré sobre mi cuerpo casi doloroso
cuando se vino.

El pecho de Logan jadeó pesado mientras trataba de recuperar el


aliento. Esos extraordinarios ojos suyos barriendo sobre mi rosto a medida
que yo yacía ahí, mis músculos cálidos y lánguidos por el más increíble
orgasmo de mi vida.
—¿Confías en mí ahora? —dijo entre jadeos.
Sonreí ante su sigilo.

—No me hagas preguntas importantes cuando estoy en un subidón


post-orgásmico, Logan MacLeod.

Sonrió satisfecho y se acomodó sobre mí, acunando mi rostro con sus


manos. Sus labios rozaron los míos suavemente, mi boca hormigueando
con el suave toque.

—¿Cuántos orgasmos crees que se necesitan para que confíes en


mí?
Me reí tontamente.

—Hmm… no sé si los orgasmos son la forma correcta para ganar mi


confianza. Crear una adicción… sí.

—¿Adicción? —Levantó una ceja, viéndose demasiado satisfecho


263

de sí mismo—. ¿Primero adicción, luego confianza?


Abrí la boca para discutir la completa falta de sentido en eso y
Página

entonces fruncí el ceño.


—¿Por qué estoy discutiendo sobre esto? —Abrí mis brazos hacia mis
lados ampliamente y dejé que mis piernas cayeran más abiertas—.
Lléname con orgasmos si crees que funcionará.
Todo su cuerpo se estremeció contra el mío debido a su carcajada.

264
Página
21
Traducido por MaEx y Nelshia

Corregido por Soulless

Dos orgasmos después estoy acostada en el sofá de Logan, recién


duchada (la ubicación del último orgasmo) y devorando la comida china
que él pidió.

Él se encuentra echado en el otro extremo del sofá, nuestras piernas


entrelazadas en el medio.
Logan se ve un poco más que satisfecho, aunque más bien con aire
de suficiencia, mientras come un gran bocado de arroz frito.
—¿Buena comida? —dije, con una sonrisa burlona en los labios.
La diversión se desató en su mirada.
—Alguien me dejó exhausto. Estoy hambriento.
—No recuerdo ser la exigente.
Levantó una ceja.
—“Más rápido, Logan, más rápido”.
Me sonrojé y le di una patada, haciéndole reír, impenitente.
—Eres un cerdo —resoplé, mis mejillas aún en llamas.
—No me estoy quejando, nena —dijo, sin dejar de reír.

Lo miré, incapaz de negar el calor extendiéndose por mi pecho.


Nunca lo había visto así, tan relajado y contento. ¿Soy yo? Quería
realmente creer que tenía el poder de afectar su estado de ánimo tanto
como él afectaba al mío.
265

Su sonrisa desapareció.
Página

—¿Sobre qué estás pensando tan intensamente?


Cubrí mis pensamientos reales con una mentira.
—Como me rendí tan fácilmente.
La risa brilla en su mirada otra vez.
—Fue muy rápido. Tu corazón en realidad no estaba en la pelea.
Puse los ojos en blanco.

—Sabes que evito el drama, y luchar contra ti era simplemente el


drama con el que no podía ni molestarme en enfrentar. Era más fácil ceder
e intentarlo que luchar contra ti.
—Me haces sonar tan atractivo.
Era mi turno de sonreír.
—Estás muy bien.

—¿Sólo muy bien? —Bajó su plato para darme por completo su


sensual atención—. ¿Tengo que recordarte de los tres orgasmos?
—¿Estás contando mis orgasmos? En serio, Logan. —Solté un bufido.

—Pretende todo lo que quieras. Los dos sabemos que volé tu maldita
mente.
Me reí.

—Tienes bastante ego, cariño. No sería bueno para mí acariciarlo


con demasiada frecuencia.
Él me lanzó una mirada cautelosa.

—Espero que sólo estemos hablando de mi ego y no de otras partes


de mí.
Fruncí el ceño, burlándome de él.
—No sabía que había otras partes que valgan la pena acariciar.

—Una gran jodida parte que estaba dentro de ti no hace mucho


tiempo.

Hace que mis mejillas ardan calientes otra vez, pero me estaba
266

acostumbrando a su franqueza.

—Oh, esa parte —murmuré, mi voz un poco ronca ante el


Página

recuerdo—. Hmm, disfrutaría bastante acariciando esa parte.


Los ojos de Logan ardieron con deleite con mi coqueteo, y no pude
contener mi propia sonrisa de satisfacción.

Oh, esto no era bueno, ese sentimiento abrumador de alegría que


sentía cada vez que lo hacía feliz.
Sentí un gran momentáneo revuelo de pánico.

Como si lo intuyera, Logan envolvió una mano alrededor de mi


tobillo y lo apretó.
—Esto va a ser genial, Grace. Va a ser mejor que genial.

Asentí lentamente, dejando que su toque calmara la tensión que se


había deslizado tan rápidamente sobre mí.

Nos quedamos en silencio un momento a medida que su pulgar


rozaba mi piel. Cuando finalmente sintió que superaba mi miedo, lo soltó
para seguir comiendo.
—Así que, ¿Maia está con Shannon? —dijo.
Pensé en las dos pequeñas casamenteras.

—Sí. Has hecho un trabajo maravilloso invitando a todas las mujeres


de tu vida a hacer de casamenteras.
Él gruñó.

—Créeme, no tomó mucho. Al parecer, han tenido sus ojos puestos


en ti para mí desde que Shannon les dijo que era lo que ella quería. —Me
lanzó una mirada tajante.
Reí.

—Apuesto a que simplemente te atormenta hacer exactamente lo


que ella quiere.
Logan negó con la cabeza.

—Honestamente, en realidad no. No podría estar más feliz de que a


Shannon le gustes tanto. Ella es mi única familia de verdad ahora. Quiero
que ustedes dos se lleven bien.
Ante la mención de su familia, sentí que mi sangre hirvió.
267

—¿Tus padres aún no se han hecho a la idea sobre Maia?


Página
—Es peor que eso. —Sus ojos se dirigieron a la pared con las
fotografías de ellos—. Mis padres por lo general se toman bastante tiempo
asumiendo estas cosas. Les tomó años entrar en razón por el hecho de que
Shannon no estaba cometiendo un error al comprometerse con Cole. Les
tomó años entrar en razón e incluso perdonarla por mi tiempo en prisión
cuando ni siquiera era su maldita culpa. Y les ha llevado todo este tiempo
entrar en razón sobre el hecho de que no es mi culpa o de Maia que ella
no haya sido una parte de mi vida hasta ahora. —La ira intensificó su
expresión—. Quieren conocerla.
—¿Qué quieres tú?

—Quiero decirles que se vayan a la mierda. —Su plato cayó sobre la


mesa con estrépito, el apetito claramente destruido por el tema—. Nunca
han sido los mejores padres, y me han cabreado un millón de veces con su
trato hacia Shannon… y lo han hecho otra vez. Con mi hija. Una niña que
ha pasado por una maldita guerra… una niña con cuyos sentimientos no
se puede jugar, porque ya han sido aplastados por su propia madre. Ellos
sabían esto. Les dije esto y aun así la rechazaron como abuelos. Ahora,
porque ya están listos, ¿piensan que sólo pueden entrar como si nada en
su vida?

Me senté, poniendo mi propio plato en la mesa para así poder


deslizarme más cerca de él. Apoyé la mano en su muslo, atrayendo su
mirada. Nuestros ojos se encontraron, y como siempre, todo mi cuerpo
hormigueó gratamente en reacción a nuestra conexión.

—Entiendo que estés enojado con ellos, y honestamente, yo


también. No los quiero en la vida de Maia. Pero esa no es mi decisión, y
puede ser tuya… sin embargo, tienes una niña muy inteligente en tus
manos, y ya ha perdido mucho. Tal vez deberías darle la oportunidad. Se
honesto con ella sobre ellos, sobre su actitud y sobre la posibilidad de que
podrían hacerle daño… y luego déjala decidir por sí misma.

Me miró fijamente un momento antes de inclinarse para rozar su


boca sobre la mía. Mis labios se estremecieron cuando se separaron bajo
el dulce beso. Cuando se retiró, tomó mi cara y rozó el pulgar contra mi
labio inferior.
—No puedo imaginar mi vida sin ti en ella.
268

Mi respiración tartamudeó ante su confesión, y sentí que la felicidad


me inundaba de nuevo.
Página
Con la misma rapidez que el pánico se asentó.
Logan estaba llenando mi cabeza, mi corazón y mi cuerpo con él.
¿Qué pasaba si se alejaba otra vez?

De repente me empujó hacia él, mis manos revoloteando en su


pecho para mantener el equilibrio. Lo miré fijamente a su cara, con los ojos
completamente abiertos, que ahora estaba a centímetros de la mía.

—No voy a ninguna parte —prometió, con voz ronca—. Voy a hacer
todo lo necesario para que confíes en mí, así jamás tendré que ver el
miedo en tus ojos nunca más.

Cerré los ojos ante su dulce promesa y apoyé mi frente contra su


mandíbula.
—También voy a intentar. Es sólo que va a tomar tiempo.

—Tengo todo el tiempo del mundo, Grace. Todo el tiempo del


mundo para ti.

El sol se sentía maravilloso en mi piel. Las olas se estrellaban a la orilla.


No tenía preocupaciones, ni responsabilidades, simplemente la
interminable arena blanca.
La vida era perfecta, gloriosamente cliché en su absoluta divinidad.
—Grace.

Apreté mis ojos cerrados más fuerte contra el sonido de la voz


masculina en mi oído.
—Grace. —La voz se hizo más insistente—. Grace, despierta.

De repente, mi silla se volcó sobre su lado y me desperté con un


sobresalto. Respirando con dificultad, parpadeé contra la oscuridad de mi
habitación, y a medida que mis ojos se acostumbraban a la luz, mi corazón
empezó a martillear con más fuerza contra mi pecho. Logan estaba
sentado en mi cama.

—¿Qué? —susurré preocupada, inclinándome para encender la luz


269

en mi mesa de noche. Logan estaba sentado en mi cama usando nada


más que un par de jeans viejos descoloridos. Forcé mi mirada hacia su
rostro—. ¿Qué pasa? ¿Ha pasado algo?
Página
Sus ojos violetas estaban ardiendo en mí, su presencia silenciosa
potente.
Me quedé sin aliento.

Mi parte baja del estómago se apretó contra el estallido del


hormigueo entre mis piernas.
—¿Logan?

Colocó una mano lentamente a cada lado de mis caderas y se


inclinó adelante hasta que su rostro estuvo tan cerca del mío que nuestros
labios casi se tocaban. Un hambre feroz cruzó su rostro, y jadeé, sintiendo
la excitación dispararse a través de mi cuerpo.
Él me deseaba.

De repente me agarró por la nuca del cuello y me tiró contra él. Su


boca capturó la mía. Al instante me fundí en él y envolví mis brazos a su
alrededor, mis dedos presionando el músculo debajo de su piel caliente.
Su beso fue duro, exigente, casi castigador y me deleite con él.
Logan gimió, sus ecos haciendo que mis pezones se aprieten en
consecuencia, y me estremecí. Mi reacción encendió algo dentro de él,
así que me empujó bruscamente sobre mi espalda antes de arrastrar las
mantas fuera de mí.

Miré fijamente hacia él con excitante asombro mientras jalaba de


mis pantalones cortos de pijama. Los deslizó hábilmente por mis piernas,
junto con mi ropa interior y luego se apoyó en sus brazos sobre mí,
empujando mis muslos a medida que me observaba a los ojos. Las manos
de Logan rodearon mis muñecas y fijó mis brazos por encima de mi cabeza
mientras presionaba su erección cubierta por sus jeans entre mis piernas.
—Grace —susurró con voz ronca, la palabra llena de necesidad.
—Logan —supliqué.

Su mano derecha dejó mi muñeca para bajar su cremallera. Empujó


sus pantalones lo suficientemente hacia abajo para liberar su erección y
luego devolvió la mano a mi muñeca para fijarme a la cama.

De pronto no estaba debajo de él. Estaba al otro lado de la


270

habitación, mirándolo deslizar su cuerpo dentro de una mujer. ¿Era yo?


¿Estaba teniendo una experiencia extracorpórea?
Página
La cabecera golpeó contra la pared a medida que Logan me
follaba hasta el clímax.
—¡Logan, oh Dios! —Una mujer a la que reconocí gritó, y me tensé.
No era yo con la que estaba
Me sentí enferma. Aterrorizada.
¡No!

—¡No! —grité, mi cabeza levantándose de golpe de mi almohada.


Mis ojos se acostumbraron a la oscuridad.
Era una pesadilla.
Sólo una pesadilla.

—Grace. —El colchón se movió debajo de mí, y de repente la luz


inundó la habitación. Un segundo después, Logan se apoyaba sobre mí, su
mirada preocupada en mi cara.
Inmediatamente me puse a llorar.

—Jesús —murmuró mientras me empujaba en una posición sentada


para que así pudiera envolver sus brazos alrededor de mí—. ¿Qué es esto?
—preguntó, metiendo mi cabeza bajo su barbilla.

Negué, tratando de controlar las lágrimas. No quería decirle. Toda la


pesadilla gritaba mis inseguridades, y todavía no estaba lo suficiente
segura de nuestra relación para saber que no lo haría correr hacia la
puerta.

—Oye —dijo, su voz baja y suave, pero también firme—. Te conté de


mi pesadilla. Confié en ti. Confía en mí, Grace. Por favor. No puedo
soportar verte llorar. —Sus brazos se apretaron alrededor de mí, y susurró
con voz ronca—. No quiero perderte.

Giré mi cara desde donde estaba presionada contra su pecho de


modo que pudiera hablar.
—Vas a enloquecer.
271

—No te alejaste de mí, y lo que te dije no era fácil.


Página
Cuando él lo ponía de esa forma, de hecho, en realidad no había
comparación entre lo que nos molestaba en nuestros sueños. El mío era un
drama familiar dañino de mal gusto. El suyo había sido de muerte y culpa.
De repente me sentí muy pequeña y tonta.
—Ahora realmente vas a pensar que soy una idiota.
—Sólo dime.
Tomé un enorme respiro, mi estómago revoloteando con mariposas.

—Tuve un sueño sobre ti antes de que algo pasara entre nosotros.


Antes que incluso fuéramos amigos.
—Bien.
Mis mejillas se sonrojaron.
—Fue un sueño sexual.
—¿En serio? —Sonaba muy satisfecho de sí mismo.

—Si quieres saberlo, me perturbó profundamente a su momento —


resoplé con altivez.
Él gruñó.

—Estoy seguro que lo hizo. Me sorprende que me pudieras mirar a los


ojos después.
—No fue fácil.
Lo sentí temblar de risa.
—Está bien… ¿así que el sueño de esta noche?

Me tensé de nuevo, y él lo sintió, sus brazos apretándose alrededor


de mí.

—Fue el mismo sueño, al principio… pero justo cuando estás a punto


de…
—¿A punto de…?

—Entrar en mi interior —murmuré, todavía no lo bastante extrovertida


272

sexualmente para decir las palabras sin un poco de vergüenza modesta—.


De repente estaba al otro lado de la habitación, mirando. Al principio
pensé que estaba teniendo algún tipo de experiencia extracorpórea, pero
Página

entonces la mujer gritó y… vi quién era.


Logan estaba tenso ahora.
—¿Quién era?

Negué con la cabeza, sintiéndome enferma de nuevo con el


recuerdo.
—Mi madre.
—Jesucristo —espetó Logan inmediatamente.
Me aparté de él, para poder verlo a los ojos.
—Sé que no me traicionarías así. No es por eso que estoy llorando.

Él tomó mi cara entre sus manos, con los ojos oscuros de


preocupación.
—¿Por qué estás llorando?

—Porque finalmente siento que hay una posibilidad de que puedo


ser realmente feliz… y pensé que los había dejado ir hace mucho tiempo,
pero estos últimos meses… —Las lágrimas rodaron por mis mejillas—. Ella
tiene cáncer, Logan. No ha preguntado por mí. Mi padre tampoco. Y este
era su patrón, ya sabes… siempre que ella me hacía daño, yo hacía algo
rebelde. Había decidido renunciar a la escuela secundaria y de pronto él
volaría a casa después de un viaje de negocios para decirme lo orgulloso
que estaría si me graduara como primera de la clase. Y funcionó. Me
manipuló. Me hizo creer que en realidad le importaba. Y entonces ella me
hacía daño otra vez y decidía que no iría a una universidad paga. La
universidad comunitaria me serviría. Papá llegaría a casa, me daría
regalos, me convencería, y de pronto iba a Oxford. Entonces ella me
lastimaba una vez más y había cambiado de opinión y acepté la
Universidad de Edimburgo. A papá no le importó demasiado ya que
todavía era una buena escuela, pero vino para tratar de hacerme
cambiar de opinión. Cuando ella se acostó con mi novio, papá también
trató de manipularme en esa ocasión. Pero estaba demasiado dolida y
disgustada con ellos esa vez. No funcionó. Me fui. Y él se dio por vencido.
—Miré a Logan, suplicante—. ¿Cómo pudo hacer eso? Él simplemente se
rindió. Nunca vino por mí. Jamás me buscó. Y ahora mi madre tiene cáncer
y ellos sólo… ellos no me quieren allí.
273

—¿Quieres estar ahí?


—Quiero que ellos quieran que esté allí —admití, avergonzada ya
Página

que todavía tenían tanto poder sobre mí—. Pensé que lo había superado,
Logan. Estoy tan enojada con ellos y enojada conmigo misma. Ya no soy
una niña. No debería sentirme así.

—No importa la edad que tengas. Los padres tienen más poder
sobre nosotros que nadie. —Él me atrajo más cerca—. No te merecen,
Grace. —Presionó un suave beso reconfortante en mis labios—. ¿Tal vez
deberías hablar con alguien de nuevo?

Miré fijamente a este hermoso hombre cariñoso y le di una pequeña


sonrisa llorosa.

—Estoy hablando contigo. —Reflejé sus palabras hacia mí de no


hace tanto tiempo.

—Y siempre puedes hacerlo. —Las palabras sonaron pesadas y


profundas, llenas de promesas.

274
Página
22
Traducido por Jenn Cassie Grey, âmenoire y

HeythereDelilah1007

Corregido por Soulless

Seis pares de ojos bonitos me observaban, transmitiendo todos juntos


una mezcla de curiosidad, burla, placer y expectativa. Chloe, Shannon,
Joss, Jo, Hannah, Ellie y Olivia se sentaban en un semicírculo en mi sala de
estar.

Habían pasado dos días después de mi decisión de dar a Logan una


oportunidad, y las había llamado por una razón. Probablemente no era la
razón que esperaban.
No era mucho de contar chismes.
—Gracias a todas por venir, chicas. Les he pedido qu…

—¿Para agradecernos por presionarte a que te rindas con Logan?


De nada. —Shannon sonrió.
Sonreí con serenidad.
—Oh, no. Estás aquí a pesar de eso.
Joss resopló.
—Entendido.

—Esto es realmente sobre el decimosexto cumpleaños de Maia.


Logan considera que sería mejor si yo lo organiz…

—Y, por supuesto, dijiste que sí, porque lo aaaaamas —interrumpió


Chloe.
275

Las chicas rieron ante su inmadurez.


Yo puse los ojos en blanco.
Página
—De todos modos, me preguntaba si a ustedes les gustaría ayudar a
organizar una fiesta de cumpleaños para sus dulces dieciséis.

—¡Por supuesto! —Shannon asintió con entusiasmo, y las otras chicas


sonrieron y añadieron sus propios acuerdos.

—Está bien, así que creo que estamos todas a bordo para ayudar a
organizar el mejor dulce dieciséis que cualquier chica ha tenido nunca,
pero por favor primero danos algunos detalles sobre Logan y tú —dijo
Olivia.
Shannon hizo una mueca.

—No demasiados detalles. Sigue siendo mi hermano, y puedo


adivinar lo que puso esa mirada de complacida satisfacción en su rostro.
No necesito los detalles.
Mirando a sus caras inquisitivas, di un largo suspiro.

—Bien. He aceptado darle a la relación con Logan una oportunidad


para que pueda ganar de nuevo mi confianza. Ya han pasado dos días
hasta ahora, y todavía estamos trabajando en ello.

—¿Y el sexo? —insistió Chloe—. ¿Es tan bueno como la primera vez?
Él parece que lo haría bien cada vez.
Shannon hizo un ruido de arcadas.

—No es bueno en eso. —Negué con la cabeza, mirando sus


expresiones decaer—. Es fantástico en ello, y eso es todo lo que necesitan
saber sobre el asunto.

—Francamente, eso fue demasiado para algunas de nosotras —


murmuró Shannon.
Chloe levantó una ceja, sin parecer impresionada.
—Y no suficiente para las demás.

—El mejor que has tenido, ¿eh? —dijo Joss, con un conocedor y casi
simpático brillo de complicidad en sus ojos—. Estás tan jodida.
—Literalmente —concordó Ellie.
276

Las chicas rieron mientras yo trataba de sofocar el pánico creciente


dentro de mí.
Página
—Vamos a cambiar de tema antes de que tenga que decirle a mi
hermano que somos la razón por la cual Grace le está dando una
oportunidad a su relación con él. —Shannon empujó mi taza de té cerca
de mi mano—. Toma un sorbo tranquilizador, y vamos a seguir adelante
con la planificación de la fiesta de cumpleaños de Maia.
Hice lo que Shannon sugirió y me concentré.

—Son las vacaciones de verano ahora mismo y no sé quiénes son los


verdaderos amigos de Maia después de todo el drama que tuvo con el
profesor de historia, por lo que será difícil invitar a los amigos de la escuela
a la fiesta. Sin embargo, honestamente, estaba pensando que Maia podría
estar más feliz este año con sólo un festejo en familia. Sé que los dieciséis es
un gran cumpleaños, pero ha sido un año difícil y creo que algo de bajo
perfil funcionaría mejor.

—Estoy de acuerdo —dijo Shannon—. Cuando cumpla sus


dieciocho, puede invitar a quien ella quiera.

—Exacto. —Abrí un cuaderno frente a mí—. Así que, si están todas de


acuerdo, pensé que a Maia le gustaría que todos ustedes estuvieran allí
con sus hijos. Ella nunca ha tenido una gran fiesta familiar antes, y creo que
le encantaría.

—Definitivamente estamos de acuerdo —dijo Jo, sus ojos brillando


con amabilidad—. Estaremos ahí.
—Niños hiperactivos y todo —añadió Olivia.
Hannah gruñó.
—Sólo recuerden que ustedes lo pidieron.

—Sabes, Braden probablemente nos dejaría festejarlo en el nivel


inferior de Fire —dijo Ellie.

—O está D’Alessandro —ofreció Hannah—. Es el restaurante del tío


de Marco. Él nos daría el cuarto de atrás para una función privada e
incluso nos atendería.

—¿Ah, sí? —dije, complacida—. A Maia le encanta la comida de allí.


Eso sería perfecto.
277

—Voy a hacer que Marco lo llame esta noche. ¿Cuándo es?


Le di la fecha, dentro de dos semanas.
Página
—¿Qué hay de la decoración? Maia no es una chica muy femenina,
pero me gustaría hacer un esfuerzo.

—Colores metálicos —sugirió Joss—. Siendo yo misma una chica no


muy femenina que digamos, no puede irte mal con platas, dorados y
bronces en la decoración.
—Está bien. —Asentí, escribiéndolo todo.

—Pero asegúrate que sea material para un dulce dieciséis —dijo


Shannon.
—Correcto. ¿Qué pasa con la música?
—¿Un DJ? —sugirió Olivia.
Reflexioné sobre ello.
—¿Crees que podríamos conseguir que toque rock alternativo?

—Olvídense del DJ. —Chloe descartó la idea—. Vamos a conseguir


un iDock, algunas bocinas y conectamos un iPhone con todas sus
canciones favoritas en él.
Solucionado el tema de la música, entonces.
—Entonces, ¿eso es todo? —Miré la lista que había hecho.

—Ooh, ¿por qué no ponemos una pantalla de proyección? —dijo


Ellie—. La ponemos al otro lado de la pared trasera. Al principio sólo
podemos utilizarlo para pasar fotos de Maia con nosotros. Tomaremos fotos
furtivamente en las próximas semanas cuando estemos con ella, y después
podemos poner una película para los niños. Podríamos alquilar una muy
grande para la pared del fondo. Hacer una presentación.
Nos gustó eso, así que escribí “Alquilar proyector”.

Mientras estábamos sentadas hablando y formulando más ideas,


riendo y consiguiendo distraernos, me relajé completamente a medida
que me daba cuenta que estas mujeres estaban realmente
comprometidas en asegurarse que Maia tuviera el mejor cumpleaños del
mundo.

Estábamos en medio de una discusión sobre si sería demasiado


278

contratar algún tipo de entretenimiento cuando Logan entró a zancadas


en mi sala de estar.
Página
—Hola, señoras —dijo, y rozó su mano sobre el hombro de Shannon
mientras pasaba.

—¿Dónde está Maia? —dije. Se suponía que debía estar con ella,
distrayéndola.

Logan se inclinó y me besó suavemente en los labios antes de


establecerse en el brazo de mi sofá.

—La dejé en la tienda de tatuajes. Al parecer, Cole le dijo que podía


pasar el día aprendiendo sobre el mundo del arte del tatuaje.
—Oh, sí. Me olvidé de eso —dijo Shannon.
Arrugué mi nariz.
—¿Debería estar pasando el día en un estudio de tatuajes?

—¿Por qué no? —Hannah se encogió de hombros—. Sólo están


fumando crack y tatuando bebés.
Hice una mueca.
—Veo que el sarcasmo manda en esta familia.
Shannon se echó a reír.

—Va a estar bien, Grace. Está con Cole. No hay nadie más
responsable. Lo prometo.
Logan frotó mi hombro.
—¿Crees que la habría dejado allí si fuera de otra manera?

—No, por supuesto que no —le aseguré—. Estoy un poco agotada.


Están sucediendo muchas cosas.
—¿Cómo están saliendo los planes?
Me zambullí en explicar lo que habíamos pensado hasta ahora.

Sus ojos brillaron a medida que las chicas saltaban con todas sus
ideas.

—Suena perfecto —dijo una vez que terminamos. Él bajó la mirada al


bloc de notas y a la lista de invitados que había escrito. Frunció el ceño—.
279

Asegúrate de añadir a mis padres y Amanda.


—¿Qué? —espetó Shannon inmediatamente.
Página
Logan le lanzó una mirada de advertencia.

—Tampoco estoy feliz por eso, pero Maia quiere conocerlos y ellos
quieren conocerla.
—Oh, ahora quieren conocerla. ¿¡Y qué!? No depende de ellos.
—No. Depende de Maia. Le di a ella la elección.
—¿Y de quién fue esa brillante idea?
Hice un gesto de dolor.
—Uh… bueno… esa sería mía.
Shannon suspiró pesadamente.

—Grace, sé que tus intenciones son buenas, pero no entiendes cómo


son nuestros padres.

—Puedo adivinar. Y también estoy preocupada de que Maia los


conozca, pero es lo suficientemente mayor para tomar esa decisión por sí
misma.
—Se lo expliqué —dijo Logan—. Le dije exactamente cómo son, así
que sabe en qué se está metiendo. Aun así quiere conocerlos, y la
dejaremos.
Su hermana sacudió la cabeza y bajó su mirada.
—Es un error.

Un incómodo y tenso silencio envolvió toda la habitación, y las


chicas se miraron la una a la otra, preguntándose qué hacer. Jo
observaba a Shannon con preocupación y se estiró para tomar su mano y
apretarla.

—Creo que terminamos aquí por hoy. Vamos, Shannon. Buscaremos


los regalos de cumpleaños de Maia.
Shannon asintió y empezó a levantarse.
Las otras también lo hicieron, el humor completamente arruinado.

Eché un vistazo a Logan, quien observaba a su hermana. Sintiendo


280

mi mirada, miró hacia mí.


—Vuelvo en seguida —murmuró.
Página
Logan guio a su hermana a un lado y las demás dejaron la
habitación, cada una lanzándome sonrisas y despedidas. Esperé
ansiosamente para que Logan regresara, preocupada por Shannon y
preocupada porque Maia conociera a sus padres. La reacción negativa
de su hermana era demasiado fuerte para no garantizar preocupación.

Pasaron algunos minutos y decidí limpiar las tazas de té y los platos


de panecillos mientras esperaba. Estaba en la cocina, organizando las
tazas en el lavavajillas y la porcelana en el lavabo para lavarla a mano
después, cuando escuché sus pasos.
Ante la presión de su cuerpo contra mi espalda, me derretí en él.

Logan envolvió sus brazos alrededor de mí y apoyó su mentón sobre


mi hombro.
—¿Está bien?

—Lo estará. —Giró su cabeza y presionó un beso en mi cuello—.


Hablaremos de esto más tarde. —Sus labios subieron hasta mi oreja—. En
este momento nos vamos a olvidar de todo lo demás salvo nosotros.
Mi piel se sonrojó ante el reconocible retumbo de su voz.
—¿Ahora?

—Ahora. —Sus manos bajaron hasta mis caderas, y deliberadamente


enterró su erección contra mi espalda—. Hemos tenido que ser silenciosos
las últimas veces con Maia en el apartamento. Ahora estamos solos… y
quiero que seas muy, muy ruidosa.
—¿Ruidosa? —exhalé.
—Ruidosa. —Sus manos se deslizaron hacia abajo y tiraron el borde
de mi vestido de verano—. Me gusta esto. Fácil acceso.

Me reí con nerviosismo, el sonido interrumpiéndose cuando su mano


se deslizó bajo mi vestido y dentro de mi ropa interior. Jadeé cuando rozó
sus dedos sobre mí antes de moverlos hacia abajo y luego deslizar dos de
ellos dentro de mí. Jugó conmigo así hasta que estaba gimiendo y
susurrando su nombre.

—Te quiero más ruidosa que eso —dijo, su respiración entrecortada


281

con su creciente excitación.


Removió sus dedos y luego los enrolló alrededor de la tela de mi ropa
Página

interior y la bajó. Cayó hasta el piso y salí de ella.


—¿Mi habitación? —dije.

—Aquí. Por los viejos tiempos. —Sus palabras, su calor en mi espalda,


el sonido del cierre de sus pantalones bajando, enviaron una descarga de
pura lujuria a través de mí, y mis dedos se enroscaron en la encimera de la
cocina frente a mí con anticipación.
—Abre tus piernas, nena.
Dios mío.
Gemí e hice lo que pidió.

Puso sus manos en la parte exterior de mis muslos y rozó sus dedos
hacia arriba, sobre mi piel, provocando piel de gallina y deliciosos
temblores sobre todo mi cuerpo.
—Me encanta este trasero.

Me sacudí con sorpresa ante el gentil toque donde nunca antes


había sido tocada.
Logan presionó un beso en mi mandíbula.
—Algún día —dijo, su voz oscura con promesa.
La idea me llenó de inquietud y excitación por partes iguales.

Él sintió la sacudida de emoción que me recorrió con ese


pensamiento, y gimió. Pude sentir el calor de su pene duro frotando contra
mi trasero, provocándome, atormentándome, y sus manos se deslizaron
desde debajo de mi vestido para desabrochar los botones en mi pecho.
Sus dedos revoloteando a medida que su excitación aumentaba.
—Logan —supliqué, cuando el aire frío fluyó sobre mi pecho.

Sus manos se deslizaron bajo mi sujetador, sus dedos y pulgares


pellizcando mis pezones. Me quejé en voz alta mientras la sacudida fuerte
de lujuria me inundaba a raudales hasta las entrañas.

—Por favor. —Lo quería en mi interior. Deseaba que dejara de


provocarme—. Te necesito.

Las palabras deshicieron a Logan. Se estrelló en mi interior, y rugí con


282

la invasión profunda, mi espalda arqueándose con la sensación


sobrecogedora de estar llena por completo. Él retrocedió unos cuantos
centímetros y arremetió de vuelta, y me encontré a mí misma
Página

agarrándome con más fuerza contra la encimera para estabilizarme por


las embestidas. La cocina se llenó con el sonido de nuestras respiraciones
pesadas, nuestros gemidos y gruñidos, el golpeteo húmedo de la carne
mientras él me follaba, pero no era suficiente para él. Sus dedos se
hundieron en mis caderas a medida que arremetía contra mí por detrás,
gimiendo mientras me empujaba hacia atrás hacia su perfecto, pero
brutal ritmo. Mi jadeo se hizo más fuerte mientras él continuaba amasando
mis pechos y pellizcando mis pezones.
—Más fuerte, Grace —gruñó, recordándome que podía.

Dejé que todos los “oh, Dios”, los gemidos y grititos que había estado
conteniendo salieran a medida que él jugaba con mi cuerpo hasta el
clímax.

—¡Logan! —grité, un orgasmo que venció a todos los otros,


explotando a través de mí, mis músculos internos apretándose y pulsando
alrededor se su pene mientras él continuaba montándome hasta su propio
clímax.

Se vino con un gemido profundo, su boca sobre mi hombro, sus


manos agarrando mis caderas incluso más fuerte contra él a medida que
se estrellaba contra mí, estremeciéndose mientras se venía.

Mis miembros ya no funcionaban. La única cosa que me sostenía era


la encimera de la cocina y el hombre dentro de mí.

—¿Lo suficientemente fuerte para ti? —jadeé, sintiéndome


completamente agotada.

Sentí su sonrisa contra mi piel, y entonces tocó mi barbilla, volteando


mi cabeza para que así pudiera encontrar su mirada sobre mi hombro.
Había un hambre feroz ahí que conocía demasiado bien.

—Ni de cerca. Y tenemos toda la tarde para mandar a volar el


techo de este lugar.
Me estremecí con el pensamiento.
—Eres insaciable.
Él asintió y presionó su nariz contra la mía.
—No logro tener suficiente de ti.
283

—Me estás culpando —me burlé—. Simplemente eres cachondo.


Página
Él cuerpo de Logan se sacudió con diversión, el movimiento
provocando sensaciones encantadoras de fricción en mi interior.
—No era así antes de ti.
Resoplé.
—No lo creo.
Su expresión se volvió seria.
—Créelo.

Un temblor de emoción me recorrió. Estaba aturdida que me hiciera


sentir de esa manera. Sin saber cómo reaccionar, giré mi cabeza para
evitar su mirada. Sus manos ahora descansaban en la encimera frente a
mí, acorralándome entre él y la misma. Mis ojos viajaron a través de ellas, y
se fijaron en el tatuaje en su antebrazo derecho. Puse mis manos sobre él
en patrones circulares.
—Nunca me contaste lo que significa.
Descansó su mejilla sobre mi hombro.

—Cole me lo hizo. Le pedí un tatuaje y él me pidió que confiara en él


lo suficiente para escoger uno por mí. —Suspiró profundamente—. Es el
símbolo céltico para la justicia.
Una sonrisa tiró sobre mis labios.
—Cree que hiciste lo correcto por Shannon.
—Así es —resopló—. Claro que lo creería.

—Quiere que hagas las paces con eso. —Besé las puntas de mis
dedos y los puse sobre su tatuaje—. Sabía que él me caería bien.
—Estaba enojado con él cuando lo hizo.
—¿Y ahora?
—Estoy intentando hacer que encaje conmigo.
Giré mi cabeza ligeramente para trabar mi mirada con la suya.
—No necesitas intentarlo. Ya encaja.
284

Su respuesta fue el beso más suave que alguien me haya dado


alguna vez.
Página
Página 285
23
Traducido por Mae y LunaRowe

Corregido por LizC

—Me he unido al programa de verano en la biblioteca y el


programa de verano en Meadowbank Swim Center —anunció Maia.
Era el día después de la planificación de los dulces dieciséis de Maia
con las chicas y sentía como si las cosas se movieran muy rápido. Sentí
como si estuviera tratando de alejarme nadando de esta ola, mientras que
Logan y Maia estaban felices de tenerme allí… ya que ellos eran la ola. Al
parecer, después de todas mis protestas, no tomarían las cosas con calma
por mi bien o el de Maia. Ella no quería ir despacio, y Logan ciertamente
no lo hacía.

Ambos se encontraban en mi cocina comiendo la pasta que había


puesto delante de ellos. Era como si hubiéramos viajado en el tiempo hace
un par de semanas atrás, sólo que ahora, cada vez que miraba a Logan,
me devolvía la mirada con calor no disimulado en sus ojos.

Juro que me sonrojé más en torno a ese hombre en las últimas


setenta y dos horas que en los muchos momentos embarazosos
combinados de mi infancia.
—¿Natación? —dijo Logan.
Maia asintió.

—Me gustaba nadar cuando era pequeña, y necesito algún tipo de


ejercicio.
—Entonces, buena idea.
—¿Y la biblioteca? —dije, sonriendo.
286

Ella me sonrió.
Página
—Tienen un gran programa de Jóvenes Adultos. —Se encogió de
hombros, pareciendo un poco tímida—. Pensé que podría conocer a
algunos amigos allí. Ya sabes… unos mejores.
—La mejor noticia que he escuchado en todo el día —dijo Logan.

Maia miró su plato, con una pequeña sonrisa de placer en sus labios.
Parecía que se había contagiado de mi enfermedad, un estado de
felicidad abrumador cuando Logan MacLeod estaba contento con
nosotras. Se encogió de hombros.
—Pensé que me mantendría ocupada este verano.

—Hablando de ocupado, Joss me ha enviado otro manuscrito.


Acabo de devolverle el último. —Negué con la cabeza, todavía estando
asombrada—. ¿Cómo esa mujer escribe tan rápido cuando tiene tres hijos
pequeños?
Logan sonrió hacia mí.

—No empieces a adorarla aún. He estado allí cuando está


escribiendo y es sólo Braden. Le da un par de horas al día, encuentra una
manera de distraer a los niños.
Suspiré ante la idea de Braden Carmichael.
—Nunca he visto a un hombre tan enamorado.
Logan se aclaró la garganta, y me miró. Me observaba fijamente.
—No hay necesidad de que lo adores tampoco.

Luché para contener mi risa, mi lucha sólo lo hizo peor cuando miré a
Maia y la encontré sonriendo con picardía a su papá.

—Puedo ver por qué a Grace le gusta, papá. Quiero decir, es un


poquito mayor y todo eso, pero el hombre tiene presencia.
Resoplé, perdiendo mi lucha.

—Un poquito mayor y todo eso. Maia, el hombre sólo tiene cuarenta
años.
—Eso es viejo para mí.
287

—Oh, cómo vas a cambiar tu tono cuando tengas mi edad y te


acerques a los cuarenta.
Página

—Sólo tienes veintiocho, Grace.


—Hace unas semanas dijiste que era vieja.

—Lo es. Pero hay niveles de edad. Estoy bastante segura que papá
no te querría si tuvieras la edad de Braden.

—Te equivocas —dijo Logan, recogiendo un poco de pasta—. La


quiero de cualquiera manera que pueda tenerla. —Lo dijo con tanta
naturalidad antes de meter la comida en la boca.

Sin embargo, no había nada informal en sus palabras, o la intención


detrás de ellas. Lo miré, mis labios entreabiertos con sorpresa mientras
luchaba por respirar tan fácilmente como antes.
Sintiendo mi mirada, Logan me miró a mí y luego a Maia.
—¿Qué?

Maia apretó los labios ante su inadvertida importancia de lo que


había dicho. Ella ladeó la cabeza y le dio una sonrisa condescendiente.
—Eres adorable, papá.
Me eché a reír.
Logan observó a su hija y entonces a mí, perplejo.
—¿Qué acaba de pasar?

—¿Sabes lo que acaba de suceder? —Maia se enderezó en el


taburete para mirar de mí hacia él—. Esto. —Ella sacudió la cabeza con
asombro, un gesto que transmitía madurez más allá de sus años.
—¿Qué es esto? —dije.
Se encogió de hombros y comenzó a comer de nuevo.
—Simplemente estoy feliz.
Algo así como el pánico apretó mi pecho.

Logan miró a Maia fijamente, paralizado. Su mirada se desvió hacia


mí poco a poco, y vi gratitud, retribución y algo mucho más alarmante en
sus ojos. Determinación.

Su determinación se encontró con la preocupación en la mía y luchó


288

con ella.
Página
Pero había estado preocupada toda mi vida, y ahora que tenía algo
muy importante de que preocuparme, ni siquiera la fuerza y persistencia
de Logan podrían derrotarla.
Me preocupaba por Maia.

Me preocupaba que de alguna manera Logan y yo arruinaríamos


esto y romperíamos el corazón de Maia de nuevo.

La gente caminaba por delante de nosotros en una locura masiva,


riendo, hablando, chocando con nosotros de vez en cuando. La calle
Princes siempre estaba ocupada, y en un día de verano caliente como
hoy, había aún más cuando residentes, turistas y visitantes por igual se
encontraban comprando. Después vagaban hacia los jardines para
sentarse y tomar el sol o esconderse en la sombra del castillo de
Edimburgo.

Me sentía cómoda en las calles de Edimburgo. A diferencia de


Londres, Edimburgo me quedaba como el par perfecto de zapatos. Me
sentía en el anonimato y conocida a la vez por la ciudad. Nadie me
miraba porque encajaba en las calles como si hubiera nacido para ellas.

A medida que caminaba por la calle Princes con mi mano


estrechada con fuerza en la de Logan, me faltaba mi comodidad
habitual, mi ajuste perfecto habitual.
Logan no era anónimo. Logan era Logan. El demandaba que lo
notes, aun si no era deliberado de su parte. Y así avanzar por la calle,
reclamada por este hombre como suya, estaba consciente de las miradas
que atraía, mayormente por mujeres jóvenes, y algunas veces sus ojos
verían de él a mí y me preguntaba si era duda lo que veía en sus ojos.
¿Por qué él estaba con ella?

—¿Así que, por qué iremos al Topshop? —dijo Logan cuando


289

llegamos a la boutique en la esquina de la calle Princes.


—Porque todavía tengo que comprarle un regalo de cumpleaños a
Página

Maia.
Él apretó mi mano.
—Te dije que la laptop podía ser de parte de los dos.

—Y yo te dije “entonces, déjame darte dinero” y me dijiste que no


me molestara.
Logan gruñó.
—Por una buena razón.
Lo detuve y me giré para mirarlo.

—La laptop es un regalo maravilloso, y debería de ser solo de tu


parte. Le voy a comprar un montón de cosas para chica no tan femeninas,
y tú vas a sufrir por eso ya que insististe en pasar el día conmigo.

Con mi mano aún en la de él, Logan llevó su mano, así como la mía,
detrás de mi espalda y me jaló hacia él. Me atrajo a esa sexy entrecerrada
mirada suya.

—Con los arreglos para la fiesta, Maia en la escuela durante las


vacaciones, tú trabajando con un millón de manuscritos a la vez y yo
trabajando, apenas he logrado verte. Recupero mi tiempo contigo
mientras pueda tenerlo. Incluso si involucra ir de compras.

—Me has visto —reclamé calladamente y haciendo un punto, mis


mejillas enrojeciendo con el recuerdo de cuantas veces me había “visto”
en la semana—. Tiene que ser un record, o algo así.
Sus labios se estremecieron con diversión.

—A pesar de lo fantástico que ha sido, nena, algunas veces quiero


pasar tiempo contigo cuando no estamos teniendo sexo.
—Qué revelación —bromeé.
Me dio una mirada de muerte antes de guiarme hacia la tienda.
—Compra.

Resoplé por su demanda pero empecé a mirar alrededor. Viendo el


alarmante aburrimiento en la cara de Logan, me moví un poco más rápido
y tomé unas cuantas camisetas con frases sarcásticas que pensé que Maia
290

aprobaría, un par de jeans entubados, joyería a la moda, y un bolso.

—La estás consintiendo —murmuró Logan cuando se detuvo junto a


Página

mí en la caja.
—Se merece que la consienta un poco. Y mira quién habla, Señor
Laptop.

Sin previo aviso, me besó. Y no un simple roce de labios contra labios.


Fue un completo beso húmedo, con su lengua en mi boca, absolutamente
lascivo.

—¿Por qué fue eso? —susurré, perfectamente consciente de las


ardientes miradas de la cajera y otros dependientes.

Logan no respondió, pero la expresión en su rostro… la mirada en sus


ojos… la emoción que transmitían era tan abrasadora que tuve que
desviar mi mirada.

Quería creer tanto en esa mirada en su cara, y aun así estaba


aterrorizada también.

La chica registrando mis regalos para Maia me miró con absoluta


envidia. Me estremecí ante su mirada evaluadora y miré hacía mi bolso.
Ahí estaba de nuevo.
¿Por qué él estaba con ella?

Mi humor se desplomó, la emoción de comprarle regalos a Maia


lentamente desvaneciéndose a medida que caminaba una vez más hacia
la calle Princes.

—Vamos por algo de comer —dijo Logan, y yo asentí


distraídamente—. ¿Qué se te antoja?
—Cualquier cosa.
Él nos guio más lejos de la calle Princes y llamó a un taxi. En cuanto
entramos, le dio al conductor la dirección de nuestro edificio. Así que lo
miré con duda.
Logan se encogió de hombros.

—Tal vez si te llevo a casa te relajarás. Has estado tensa desde que
salimos.

Mis labios se entreabrieron con sorpresa ante su observación. No me


había dado cuenta que era así de perceptivo.
291

—Estoy bien —mentí.


Página

Su expresión se oscureció.
—No me mientas.

—No es nada —le aseguré—. Es tonto. Mis propias inseguridades.


Estoy trabajando en ello, pero no puedo trabajar en ellas si nos llevas a
casa.
—Dime que está pasando en esa cabeza tuya.

Miré hacia el conductor, pero él no parecía estar poniéndonos


mucha atención.
—Es tonto.
—Ya dijiste eso.
Escuchando la advertencia en su impaciente tono, balbuceé:

—Siento como si las personas se nos quedaran viendo y se preguntan


por qué diablos estás conmigo.
Logan me miró con shock.

—Mierda —soltó de golpe, el músculo en su mandíbula tensándose—


. Tu madre la hizo en grande contigo, ¿no?
Me estremecí ante el recordatorio.
—Dije que estoy trabajando en ello.

—Amigo, he cambiado de opinión —dijo Logan de repente en voz


alta al conductor—. Al Caffeine Drip.
—Me encanta ese lugar —murmuré.

—Lo sé. —Tomó mi mano en la suya, su agarre fuerte, posesivo—. Y


cuando entremos ahí, quiero que pienses en una sola cosa. —Inclinó su
cabeza, sus labios a centímetros de los míos—. Cuando camino a cualquier
lado agarrado de tu mano, estoy jodidamente orgulloso que una mujer
como tú está conmigo.
Sentí el escozor de las lágrimas en mis ojos y nariz.
—Creo que me gustas, Logan MacLeod.
Su sonrisa fue malvada y lenta.
292

—Creo que más que te gusto, señorita Grace Farquhar.


Chasqueé la lengua.
Página
—Eres demasiado engreído para tu propio bien.
Su aliento susurró caliente a través de mi oído.
—Creo que a ti más que te gusta mi engreí… miento.

Me sonrojé y lo empujé suavemente, pero él solo me empujó más


cerca de su pecho de modo que pudiera sentir su risa contra mí.

293
Página
24
Traducido por LizC, Otravaga y Aylinachan

Corregido por LizC

—Parece lleno, muchachos —dijo Maia cuando nos acercamos a


D’Alessandro una semana después.
—Es sábado, pero vamos a estar bien. Reservé la mesa hace unas
semanas —mentí, a medida que Logan y yo la atraíamos hacia el
restaurante bajo el pretexto de que íbamos a tener una tranquila cena de
cumpleaños juntos.
Logan abrió la puerta.
—Las mujeres primero.

Maia entró al restaurante llevando una de las camisetas de slogan


que yo le había comprado y unos jeans ajustados. Me las arreglé para
convencerla de que llevara algunas joyas y unas botas de tacón para que
lo luciera un poco más, e insistí en poner algunas ondas en su cabello. Se
veía tan bonita. ¡Y para nada consciente de lo que había delante de ella!
Me sentí como una niña grande, vertiginosa por su reacción.

—Ah, Logan, Grace. —El tío de Marco, Gio, nos saludó desde detrás
de la mesa del anfitrión, habiendo estado al parecer esperando por
nosotros en persona.

Hace unos días, había conocido a Gio y a su esposa, Gabby, para


darles las decoraciones y elaborar la logística para la fiesta de Maia.
Habían alquilado muy amablemente la trastienda del restaurante para
nosotros a un precio con un descomunal descuento.
—¿Y esta debe ser Maia? —Él le tendió la mano.
294

Maia la sacudió, pareciendo desconcertada por la atención del


Página

dueño de D’Alessandro.
—Vengan, vengan. Les voy a mostrar su mesa. —Sus ojos brillaron
con picardía.

Lo seguimos a través del salón y por un pasillo estrecho que de


inmediato se abrió en una gran sala.
—¡Sorpresa!

Maia se detuvo en seco ante los gritos de nuestros nuevos amigos y


su nueva familia. Todas las chicas estaban allí con sus parejas y niños,
como prometieron, y los padres de Ellie también estaban allí, junto con el
jefe de Jo y el padre de Olivia, Mick, y su esposa, Dee.

Los niños estaban saltando de arriba abajo emocionados mientras


Maia miraba alrededor de la sala en estado de shock.

Serpentinas colgaban del techo y de todos los rincones. Una


pancarta plateada maciza impresa con “FELICES DULCES DIECISEIS, MAIA”
cubría a lo largo de la pared del fondo. Las mesas estaban puestas
alrededor de la mitad de la sala, un gran buffet de comida en una de
ellas, y una pila de regalos en otra. Como se discutió, teníamos un
proyector en la pared adyacente a la pared con la pancarta, y en ese
momento las imágenes de Maia con todos nosotros empezaron aparecer
en una presentación de diapositivas. Teníamos un par de películas de Pixar
para poner en él más tarde y mantener ocupados a los niños más
pequeños. Sillas y pufs estaban puestos delante de él para los niños.
—Oh, Dios mío —susurró Maia.
Logan puso su brazo alrededor de ella y la atrajo a su lado.
—Feliz cumpleaños, cariño.
Ella lo miró asombrada, con los ojos llorosos.
—Papá…
Él la besó en la frente.
—Grace y las chicas armaron todo esto para ti.
—Pero fue idea de tu padre —añadí.
—No sé qué decir.
295

Antes de que pudiera responder, una pareja mayor se apartó del


grupo, seguidos por una mujer que no parecía mucho mayor que yo. Tenía
Página

el cabello oscuro y facciones muy bonitas que me recordaron a Shannon.


Supe de inmediato quiénes eran.

—Maia. —Logan puso la mano en su espalda y la condujo hacia


delante—. Estos son mis padres y mi otra hermana, Amanda.

No queriendo entrometerme, bordeé alrededor de ellos y avancé en


la habitación con Gio a mi lado, tratando, sin éxito, de no preocuparme
por Maia.
—El lugar se ve muy bien —le dije a Gio—. Gracias de nuevo.

—No es necesario. Estamos felices de ser los anfitriones. Marco nos


contó sobre Maia y Logan. Está haciendo un buen trabajo en una situación
tan difícil. —Vi a Gio caminar hacia Marco y Hannah, preguntándome si
Logan se daba cuenta de cuánto lo admiraban y respetaban.

Antes de poder reflexionar demasiado tiempo en la cuestión,


Shannon se acercó a abrazarme.
Cuando ella se retiró, su frente se frunció de preocupación.
—El lugar se ve muy bien.
—Y lo dice con el ceño fruncido —bromeé.
Ella asintió con la barbilla en dirección detrás de mí.
—Apenas nos han dicho dos palabras a Cole y a mí.
—¿Por qué? Pensé que habían resuelto sus problemas.
Shannon suspiró.

—Hace unos meses le pedí a Logan que me acompañe por el pasillo


de la iglesia. Logan me pidió discutirlo con mi padre primero, y por
supuesto mamá y papá se enojaron conmigo. Y luego toda la situación
con Maia explotó.

—Es más o menos como una patada en los dientes consultar antes
con tu hermano para que te lleve al altar —le susurré.
Ella palideció.

—Lo sé. No creas que no lo pensé. Pero quiero que mi vida con Cole
sea honesta y real, y tener a mi padre llevándome al altar cuando él
296

nunca creyó en mi relación con Cole, y sin duda nunca creyó en mí


realmente, parecía hipócrita. No se sentía bien.
Página
—Así que se lo pediste a Logan —dije—. Bueno, creo que eso fue
valiente.

—Gracias, Grace. —Ella sonrió con tristeza—. Algunas personas en la


universidad piensan que soy una mierda cuando se los cuento.

—Ellos no saben por lo que pasaste y cómo tus padres no estuvieron


allí para ti cuando más los necesitaste. No pueden juzgarte. Nadie puede.
Estás en una situación difícil, y en última instancia, tendrás que tomar la
decisión con la que mejor te sientas.

Ella asintió, con una expresión severa mientras miraba más allá de mi
hombro otra vez.

—No quiero que le hagan daño. Tienen esta maravillosa forma de


actuar como buenos padres sólo para desaparecer tan pronto como los
decepcionas incluso un poco.

Cole se detuvo detrás de ella, envolviendo sus brazos alrededor de


su cintura y atrayéndola hacia sí.

Era tan bajita al lado de él, que parecía un guerrero viniendo a


protegerla.
—¿Estás bien, pastelito?
Ella asintió y se aferró a su mano.

—Sólo estoy teniendo mi crisis de costumbre. —Sus ojos se abrieron


ligeramente—. Están viniendo hacia aquí.

—¿Deberíamos abandonar a Grace con ellos o aguantar con


valentía? —susurró Cole dramáticamente.
Logró hacerla reír.
—No podría vivir conmigo misma si abandono a Grace a su suerte.

—Y Grace jamás hablaría contigo nunca más —murmuré en voz


baja, todos mis músculos tensándose a medida que veía a Logan y Maia
acercándose con el resto de los MacLeod a remolque.

Afortunadamente, Maia estaba sonriendo, y sus abuelos parecían


realmente felices de estar con ella. Logan llegó a nosotros primero. Se
297

detuvo a besar la mejilla de Shannon y asentir hacia Cole a modo de


saludo antes de deslizar su brazo sobre mis hombros y atraerme hacia él.
Página
Estudié a Maia en una inspección más cercana, y aunque ella no
parecía molesta, sí se veía un poco abrumada. Estiré mi mano hacia ella
sutilmente, y de inmediatamente la agarró y se escondió en mi costado.
Los padres y la hermana de Logan observaron esta interacción con interés
y algo que parecía mucho a sospecha. Me preparé.
—Esta es mi novia, Grace —dijo Logan.
Controlé mis facciones muy rápidamente.

Era una sorpresa para mí oír que me llamara de ese modo. Sin
embargo… encontré que era una buena sorpresa. Me gustó cómo sonó.
Esta semana pasada Logan había trabajado muy duro para exorcizar mis
demonios e inseguridades.
Dudaba que hubiera una mujer viva que se sintiera más buscada de
lo que yo me sentía en ese momento.

—Es un placer conocerlos. —Le tendí la mano a su madre primero,


una mujer pequeña con cabello rojo y ojos violetas. Era de aspecto joven y
todavía muy bonita, y probablemente podría pasar por la hermana de
Shannon. La otra hermana de Logan, Amanda, había heredado el cabello
oscuro y los ojos de su padre, aunque el cabello de él estaba salpicado de
canas.
Él estrechó mi mano después que lo hizo la mamá de Logan.

—¿Y qué haces tú, Grace? —preguntó él de inmediato, la pregunta


conteniendo más que un dejo de interrogación.
Logan se tensó contra mí.

—Grace es editora independiente de libros —manifestó Maia—. Es


realmente buena en su trabajo. Tiene autores muy vendidos como clientes.
Le sonreí con gratitud.
—Me haces sonar más genial de lo que soy.
Ella me lanzó una mirada de fingido horror.
—¿Estás sugiriendo que los libros no son geniales?
—¡Ooh, caíste solita en esa! —bromeó Cole detrás de mí.
298

Le lancé una mirada por encima del hombro, y él sonrió sin


arrepentimiento.
Página
—Gracias, señor Walker, por la narración.
—De nada.

—¿Cuánto tiempo han estado saliendo? —Amanda pasó al frente. A


diferencia de su padre, sólo parecía haber curiosidad en su pregunta.

—Un tiempo —contestó Logan vagamente—. Y antes de que


preguntes, esto es serio. Pero esta fiesta no lo es. La hora de las preguntas
ha terminado. La cumpleañera tiene invitados que saludar. —Logan nos
condujo hacia el resto de la tribu, diplomáticamente logrando su
propósito. Sus padres y su hermana habían sido invitados, eran bienvenidos
para llegar a conocer a Maia, pero aparte de eso no tenían derecho a
saber nada más sobre nuestras vidas. Aún no.
—En cierto sentido eres maravilloso —le susurré al oído.
—¿Apenas ahora te das cuenta de eso?

Lo empujé en juego, y se rio, abrazándome más cerca. Vimos con


deleite como Maia era engullida por los Carmichael, los Walker, los
MacCabe, los Sawyer y así sucesivamente. Los niños se abalanzaban por su
atención mientras ella recibía abrazos y besos de los adultos.

—Vas a aplastarla —dijo una alta chica con cabello rubio rizado y
ojos azules inclinados en las esquinas, cerniéndose protectoramente sobre
Maia. Beth Carmichael de once años de edad había heredado la altura
de su padre, el cabello y el tipo de ojos su madre, pero el color azul pálido
de los ojos de su padre. Era una niña extremadamente bonita, aunque
llevara esta constante expresión de aburrido desdén que era graciosísima
en una niña.

Maia había conocido a Beth cuando hizo de niñera para Joss y


Braden hace unas semanas. De acuerdo con Maia, la hija mayor de los
Carmichael la había adoptado como una de los suyos.

—Está bien, hemos terminado. —Beth agitó sus manos hacia todo el
mundo—. Déjenla respirar, pero más importante aún, déjenla abrir sus
regalos. —Ella sonrió y dio un paso atrás, asintiendo alentadoramente
hacia Maia.
Solté un bufido. Maia sonrió.
299

—Creo que necesitas ordenar tus prioridades, Beth. Respirar siempre


viene antes que los regalos.
Página
Nos reímos nerviosamente cuando Beth hizo una mueca.

—Uh… por muy poco. Los regalos son, como, la parte más
importante de un cumpleaños.

Joss, que sostenía a su pequeña bebé, Ellie, en sus brazos, le lanzó


una mirada a su esposo.
—¿Qué le estás enseñando a nuestros hijos?

—¡No-oh! —Su hijo de ocho años de edad, Luke, cruzó los brazos
sobre el pecho y sacudió la cabeza obstinadamente hacia su hermana—.
¡La mejor parte es la comida!

—¿Qué le estás enseñando tú a nuestros hijos? —contrarrestó


Braden.

Logan presionó su frente en la parte superior de la mía y rio entre


dientes.

—¿Podemos simplemente hacer algo? —dijo Maia—. Así… ya


saben… todo el mundo dejará de mirarme fijamente.

—¿Por qué? —Beth parecía genuinamente perpleja por esto—. Eres


la cumpleañera. Deberías recibir toda la atención. Es la tercera mejor
parte, después de la comida.
—Tú no eres mi hija —bromeó Joss.
Beth se puso las manos en las caderas.
—No puedes huir de esto, madre.

Todo el mundo se echó a reír, la risa de Braden la más fuerte. Joss


sonrió y le frunció la nariz a su hija. Beth le sacó la lengua y le devolvió la
sonrisa.
—Tú tampoco puedes —le recordó Joss.
—Soy más joven. Probablemente podré.

—Huye, nena. Huiré detrás de ti. —Ella le guiñó un ojo, y Beth sonrió
antes de volver su atención a la todavía abrumada Maia. Me sentía feliz
por Joss y Beth, pero envidiaba sus bromas. No podía imaginar cómo
300

habría sido haber crecido en un hogar donde mi madre no sólo me amara,


sino que me tratara como a una amiga.
Página
—Regalos —anunció Maia de repente, aparentemente habiendo
captado la persistencia en la mirada de Beth.

—¡Yupi! —Beth aplaudió y corrió hacia la mesa con los regalos—.


¡Abre el mío primero! ¡Por favor, por favor, por favor!
Braden captó la mirada de Logan al otro lado del salón.
—A ella le encanta comprarle regalos a la gente.
—Mejor esconde tus tarjetas de crédito —advirtió Logan.
—Duermo con ellas encima.

—Y con un ojo abierto —añadió Joss antes de seguir a todas las


personas hacia los regalos.
—Oye, no nos perdimos de nada, ¿o sí?

Me giré saliendo del agarre de Logan, el deleite atravesándome


cuando Aidan, Juno y Chloe cruzaron el salón, llevando regalos de
cumpleaños en las manos.
—Chicos, lo lograron.
Aidan me envolvió en un fuerte abrazo.

—Cuánto tiempo sin verte. —Él se echó hacia atrás, su mirada


cuestionadora—. ¿Estamos bien?

—Por supuesto. —Lo empujé suavemente—. No seas idiota. Sólo he


estado ocupada.
Su mirada se movió por encima de mi hombro.
—Eso veo.
Juno se metió.
—Dame un abrazo.

Estaba retrocediendo después de abrazar a Chloe cuando Logan


apareció a mi lado. Chloe siendo Chloe, lo abrazó ya fuese que quisiera o
no ser abrazado.

Después de estrechar manos con Juno, él le ofreció la mano a


301

Aidan, y mientras se saludaban, ambos se miraron con masculino recelo.


Estaba realmente contenta de no haberle dicho a Logan que Aidan
Página

solía estar enamorado de mí.


—Entonces —comenzó Aidan, e inmediatamente me tensé ante el
brillo travieso en sus ojos—, ella te escogió por encima del profesor de
historia después de todo.
Logan me miró fijamente.
—No sabía que el profesor de historia era una opción.

—No lo era —dije rápidamente, y luego miré amenazadoramente a


Aidan en advertencia.
Él sólo sonrió con suficiencia hasta que Juno lo golpeó en el brazo.
—Hablemos, Grace.
—Hablemos, Aidan.
Logan y yo hablamos al unísono.
—Sólo… dame un minuto para hablar con Aidan —dije.

Sin esperar una respuesta, agarré a Aidan por su camiseta y lo


arrastré fuera del salón al pasillo. Bueno, no lo arrastré exactamente. No
podías arrastrar a Aidan a ningún lugar.
—¿Qué estás haciendo? —susurré.

—Nada. —Se encogió de hombros—. Simplemente no estoy


convencido acerca de este sujeto. Quiero que él sepa que tienes
opciones.

—No tengo opciones —susurré casi gritando—. El profesor de historia


no es una opción.
—Eso no fue lo que dijiste hace unas semanas.

—Hace unas semanas estaba herida. Logan está tratando de


compensar eso. Las personas merecen una segunda oportunidad, Aidan.
Él asintió, la preocupación por mí estando patente en sus ojos.

—Así es. Pero, Grace, tienes la costumbre de dar a la gente


cincuenta oportunidades.

—Mira, sé que tienes buenas intenciones, pero esto… Logan no es


302

como mis padres y Sebastian. Él no me hará daño intencionadamente.


—Aun así podría hacerte daño, intencionadamente o no.
Página
—Sí, pero cualquiera podría —dije, de repente comprendiéndolo—.
El profesor de historia podría hacerlo si le hubiera dado la oportunidad.
Incluso tú podrías, Aidan.
Frunció el ceño.
—No es como tus citas habituales.
Me reí.
—No, no lo es. Y jamás sentí por ellos lo que siento por él.

Poco a poco, los hombros de Aidan se relajaron y sus ojos se tornaron


cálidos.

—Así que, lo que estás diciéndome es que mantenga mi gran nariz


alejada de él.

—Nunca. Eres mi familia, Aidan. Si no te importara, no me gustaría.


Pero Logan y yo tenemos que trabajar en todo esto por nosotros mismos,
sin ti apretando sus botones.
—Entendido.

Regresamos de nuevo a la habitación donde Logan tomó mi mano y


me llevó a la mesa donde Maia estaba abriendo sus regalos.
—Cuando termine, hablaremos.

—Logan, no ha sido nada —traté de explicar, pero él ya estaba


pendiente de Maia e ignorándome por el momento.

Dejé que su deleite me distrajera a medida que abría regalo tras


regalo. Recibió libros, vales de regalo, maquillaje, DVD, chocolate y otros
presentes en abundancia. La tribu la mimó profusamente.

—Papá, ¿has visto? —Maia corrió hacia él después de darles las


gracias a todos. Había dejado sus regalos al cuidado de Beth, que había
ordenado a su hermano que recogiera el papel de regalo mientras ella
colocaba los presentes en una pila ordenada.

—Sí —dijo y sonrió, sus ojos arrugándose en las comisuras de forma


atractiva—. ¿Te lo estás pasando bien?
303

Con los ojos muy abiertos, miró alrededor en la habitación.


Página
—Nunca antes había tenido tantos regalos y mucho menos una
fiesta. —Se volvió hacia mí, con los ojos brillando de emoción—. Tengo
ochenta libras en vales de regalo para la librería.
—Genial —le dije—. Si quieres vamos mañana.
Asintió, pareciendo aturdida.
—¿Estás bien, cariño? —dijo Logan.
—No sé qué hacer ahora.
—Tengo algo para ti. —Desapareció tras la mesa y sacó su regalo.
Sonreí cuando Maia abrió la boca sorprendida.
—¿Otro?
—De mi parte. —Le hizo un gesto—. Ábrelo.

—¡Hay otro regalo! —gritó Beth a todo el mundo, atrayendo su


atención de nuevo a la mesa.

—¡Caballos! —gritó Belle, la hija de Jo y Cam con entusiasmo,


corriendo hacia la mesa.

Beth observó el paquete de forma rectangular y luego a Belle, está


vez recelosa. Lanzó una mirada a Jo, como diciendo: ¿Qué le estás
enseñando a tu hija?
Tuve que limpiar las lágrimas de mis ojos de tanto reírme.
Jo entrecerró los ojos hacia Beth.

—Acaba de pasar por una fase de caballos. —Ella se volvió hacia


Joss y articuló: Listilla.
Joss se limitó a sonreír.

—¿Qué es? ―dijo Maia y me volví hacia ella. Quería ver su expresión
cuando lo abriera.
—Ábrelo y averígualo.

Maia abrió el papel con cuidado y giró la caja para poder tenerla
de frente. Su mandíbula cayó abierta, literalmente, al ver el ordenador
304

portátil.
—Feliz cumpleaños, cariño —dijo Logan suavemente.
Página
Ella inmediatamente se echó a llorar.
Los ojos de él se dispararon hacia mí.

Lágrimas de alegría. Lágrimas de alegría, articulé, agitando las


manos hacia él frenéticamente.
Logan rodeó la mesa y la tomó en sus brazos.

—Creo que es el momento del pastel —anunció Elodie, sus años de


experiencia como madre brillaron hábilmente a medida que desviaba la
atención de Maia mientras se serenaba—. ¡Vamos, niños! Vamos a por el
pastel de Maia. —La siguieron, charlando con ella todo el tiempo y me
maravillé de la forma en que podía llevarlo todo y tener múltiples
conversaciones a la vez.

Di un paso adelante hacia Maia y Logan, y estaba a sólo unos pies


de distancia cuando Logan alargó un brazo y me jaló hacia ellos. Ambos
pasaron un brazo a mí alrededor y me estrecharon con fuerza.

—Ahora van a hacerme llorar —dije en voz baja por el nudo de


emoción que tenía en mi garganta.
—Bien. Eso hará que me sienta menos idiota —sollozó Maia.
Logan y yo nos apartamos y acuné su cara llena de lágrimas.
—No eres una idiota. Eres un encanto.

Se limpió la cara y miró a su padre como si fuera un héroe en


persona.
—Gracias por el portátil, papá.
La humedad hizo brillar sus ojos y sólo pudo asentir.

Mis dedos se cerraron en su camisa y luché por no llorar al ver su


emoción.

—Maia, ¿por qué no vas a enseñarle a Beth el portátil? —sugerí


suavemente, dándome cuenta que Logan necesitaba un minuto.
Maia pareció darse cuenta de eso también e hizo lo que le pedí.

Por mi parte, tomé la mano de Logan, lo saqué de la habitación y lo


305

llevé al despacho de Gio.


—¿Estás bien?
Página
Como respuesta, me tomó en sus brazos y me apretó entre ellos.
Nos quedamos allí un rato sin decir una palabra.
—Eres mía —susurró de repente.
Me quedé inmóvil.
—¿Qué?
Logan se apartó lo suficiente para tomar mi cara entre sus manos.
—¿Consideraste salir con el profesor de historia de Maia?

Sorprendida por el repentino giro de la conversación, sacudí la


cabeza.
—Aidan es sólo un idiota.
—¿Lo hiciste?
—Logan…

—Eres mía —dijo, con voz feroz—. Soy tuyo. Nunca dejaré que nadie
se interponga entre nosotros.

Me estremecí ante la dulce posesividad de las palabras y me aferré


a él con más fuerza.
—No quiero a nadie más que a ti.
Cerró los ojos con alivio y apoyó su frente contra la mía.

El silencio nos envolvió, esta vez sólo destacando nuestra cercanía,


nuestra conexión y las promesas sin palabras que nos hicimos el uno al otro.

306
Página
25
Traducido por SoleMary, HeythereDelilah1007 y LizC

Corregido por Sabrinuchi

Era una de esas mañanas perfectas, no hacía mucho calor, pero la


luz del sol estaba entrando a borbotones a través de la ventana. Me había
despertado temprano en la cama de mi novio después de una noche de
hacer el amor dulcemente. Habíamos desayunado con Maia y luego ella
se había marchado al programa de verano Jóvenes Adultos en la librería y
Logan se había ido al trabajo.

Había regresado a mi apartamento, donde estaba trabajando en el


nuevo manuscrito de Joss y comiendo los cruasanes sobrantes del viaje de
ayer a mi panadería favorita. Por primera vez en la vida, era capaz de
dejar a un lado mi angustia interior por encima de… bueno… todo… y
estaba sólo disfrutando de mi trabajo y mi vida.
Debí haber sabido que todo se iría al infierno.
El golpe en la puerta era la señal del comienzo.

El hombre parado en el umbral de la puerta era la parte del


“infierno”.

—Padre —dije suavemente, impactada por el surrealismo al verlo ahí


de pie en mi pequeño pero limpio pasillo.

Gabriel Bentley se alzaba con una fresca camisa blanca, muy


probablemente de diseñador, una chaqueta de cuero liviana y un
pantalón oscuro. Él estaba resplandeciente e impoluto desde la parte
superior de su perfectamente peinado cabello hasta los relucientes
mocasines italianos negros en sus pies.
307

Pero lo resplandeciente e impoluto iba sólo en la superficie.


Mis dedos se curvaron alrededor del marco de mi puerta.
Página

—¿Qué quieres?
—¿Puedo pasar? —dijo, abriéndose paso por delante de mí.

Sentí el pánico elevarse desde mi pecho, una sensación de asfixia


envolviéndose alrededor de mi garganta mientras cerraba la puerta y lo
seguía al interior de mi apartamento.

Lo encontré en mi sala de estar, mirando alrededor, registrándolo


todo.
—¿Qué quieres?
Me dio un suspiro de cansancio en respuesta a mi tono brusco.
—Tu madre está enferma. Tiene cáncer de mama.
Escucharle decir las palabras en voz alta de repente lo hizo real.
—Lo sé —dije—. Vi un artículo en el periódico.
Mi padre volvió su cabeza de golpe como si lo hubiera abofeteado.
—¿Y nunca se te ocurrió venir a verla?
Luché contra la ola de culpabilidad.

—La última vez que hablé con ella me dijo que jamás quería verme
de nuevo.

—Para ser justos, la delataste conmigo sobre su amante —me


reprendió.
Perpleja, sacudí mi cabeza.

—Uno, él no era su amante, era mi novio. Dos, ¿te estás escuchando


a ti mismo? Nunca entenderé su mutua falta de respeto entre ustedes y su
matrimonio.

—Por el contrario, tengo un respeto saludable por tu madre. —


Mirándome tristemente, se sentó en el brazo de mi sofá—. Simplemente
deseaba que hubieras heredado el realismo de tu madre. Siempre sales
lastimada fácilmente, Gracelyn. Es difícil de observar.
—Mi nombre es sólo Grace —le recordé fríamente.
Él asintió.
308

—Grace.
—¿Por qué estás aquí?
Página
La tristeza se derritió justo lo suficiente para que su acerada
determinación brillara a través de ella.

—Estoy aquí para convencerte de regresar a casa. Los medios han


mostrado algo de interés en el hecho que tú no estás en casa, al pie,
vigilado el estado de salud de tu madre.
Resoplé.
—Por supuesto, todo es cuestión de apariencias contigo.
Él tuvo la audacia de mirarme herido.

—Soy la cabeza de una compañía de medios de comunicación. La


imagen lo es todo. Pero en realidad te necesito más que por eso. Ella está
enferma, y no sé qué más hacer.

A pesar de intentarlo, no pude ignorar el aguijón de simpatía que


sentí o la cada vez mayor culpabilidad.
—¿Está agonizando?

—Está luchando. Pero es una batalla difícil. Sebastian ha redoblado


sus esfuerzos para tomar en sus manos aún más desempeño en la
compañía y así poder concentrarme en obtener el mejor tratamiento para
tu madre.

Crucé la habitación, mis piernas temblando demasiado para poder


mantenerme en pie por más tiempo. Una vez estuve sentada frente a él,
no sé cómo encontré el coraje para preguntarle aquello que no estaba
segura que quisiera que respondiera.
—¿Ha preguntado por mí?
Recibí solo silencio mientras mi padre miraba el suelo.

—Entonces, eso sería un “no”. —Cerré mis ojos luchando contra el


dolor de su rechazo. Como siempre.

—Yo te lo estoy pidiendo. —Se quedó mirándome fijamente directo


a los ojos y me dio esa sonrisa persuasiva que siempre me había dado
cuando intentaba lograr que hiciera lo que sea que él quería—. Te he
extrañado.
309

Lo miré con recelo.


—Nunca lo habría sabido con todos los correos electrónicos,
Página

llamadas y postales que me has enviado los últimos siete años.


Frunció el ceño, pareciendo perturbado por mi terquedad.
—La falta de comunicación va en ambos sentidos.

—No, no lo es. Fui traicionada por mi madre, por ti y Sebastian,


desestimaron todo como si fuera una niña que necesitaba madurar y
entender cómo es el mundo, como si la traición fuera parte de la vida.
Bueno, no lo es. Ahora lo sé. Tengo personas que se preocupan por mí, y
ellos nunca me traicionarían como ella lo hizo. Como todos ustedes lo
hicieron.
Mi padre ladeó su cabeza hacia un lado, pensando.

—¿Estás hablando de este hombre, este vecino tuyo? Logan


MacLeod, el ex convicto y su hija perdida.
Me senté de nuevo, el pánico trepando dentro de mí otra vez.
—¿Has estado investigándome?

—Por supuesto que lo he hecho. Eres mi hija. No dejé que te


enfrentaras al mundo por tu cuenta. Necesitabas espacio de esta familia y
te lo he dado, pero también he estado observándote. Sé todo sobre ti. Sé
sobre el jugador de rugby, Aidan Ramage, y su prometida, Juno.
Canadiense, ¿verdad? Y, por supuesto, tu mejor amiga de la universidad
Chloe. Sé todo sobre ti, sé que todos ustedes van cada año a Skye por un
fin de semana en verano y París por un fin de semana en invierno. Te
conozco Grace.
—Eso no significa que me conoces.
No lo significaba.
Pero estaba también completamente abrumada por la noticia de
que él había estado pendiente de mí o investigándome, el resultado era el
mismo. Mi padre no me había abandonado por completo.
No sabía cómo sentirme sobre eso.

—Te conozco más que suficiente para saber que has sido engañada
por un ex convicto. —Se alzó por encima de mí, ya no era el padre
agotado pero si el intimidante hombre de negocios—. Te conozco lo
suficiente para saber que la traición es algo que no puedes soportar. Has
310

abandonado a tu familia por eso. Y ahora te estás oponiendo a regresar a


nosotros por este Logan y su hija. Pienso que esto es importante, entonces,
Página

sabes que él te está manipulando. Él no es lo que tú piensas que es.


—¡Suficiente! —Me levanté de un salto, mi enojo hirviendo en mi
sangre.
Mi padre se retiró, impactado de que yo usara ese tono con él.
Impactado porque él estaba equivocado.
Él no me conocía.
Ya no me asustaba expresarme, giré alejándolo de mí.
—No conoces ni una cosa sobre Logan.

—Oh, ¿tú sí? —Se interpuso frente a mí, sus mejillas ruborizándose por
el aumento de su temperamento—. ¿Por qué no le preguntas por la rubia
americana con la que está durmiendo? Pregúntale por qué estuvo en su
club durante el día mientras él estaba trabajando ahí. Dos veces. Esta
semana.
Fue como un golpe en las entrañas. Y en realidad me dejó sin aire.

¿Cómo supo mi padre lo de la americana? Solo podía saberlo si lo


que estaba diciendo era verdad.
Pero seguramente había una explicación…

—Fuera de aquí —grité ahogadamente, desplomándome en mi


sofá, envolviéndome en mí misma por protección.

—Está bien. —Su voz era suave y con simpatía ahora, real o falsa—.
Pero una vez que entres en razón, puedes encontrarme en el Hotel
Balmoral. Estaré ahí hasta que accedas en venir a casa conmigo.

Decir que mi padre había absorbido toda la felicidad de mi


apartamento cuando se hubo ido era decir poco. ¡Era como si mi familia
tuviera un radar o algo parecido!

“¡Oh, miren, Grace está realmente feliz. ¡Vamos allá a mandarlo todo
311

a la mierda!”
Página
Casi no me moví de mi sofá durante el resto del día mientras
repasaba una y otra vez lo que mi padre había dicho. La confusión, la
culpa, la tristeza… todo era demasiado.
Necesitaba hablar con Logan.

Esa tarde, alrededor de la hora de la cena, él y Maia llegaron juntos


a mi apartamento. Sabía que Maia había ido a la casa de unos amigos
después del programa de Jóvenes Adultos, y que Logan había acordado
recogerla después de su trabajo. Eso significaba que yo cocinaría, y saber
que iba a tener que esperar por horas, hasta este momento.
Tan pronto como ellos entraron a la sala, miré a Maia.
—Cariño, ¿podrías darnos a tu padre y a mí algunos minutos a solas?

Maia se fijó en mi expresión, la preocupación llenando sus ojos. Pero


asintió.
—Iré al lado.
—Grace, ¿qué pasa? —preguntó Logan cuando Maia dejó la
habitación.
Apenas escuché que se cerró la puerta, me levanté.
—Mi padre estuvo aquí hoy.

—¿Qué? —Logan atravesó la habitación y me agarró de los brazos—


. ¿Estás bien?

—No. Quiere que vaya a casa. Para estar con mi madre. Está
realmente enferma.
—¿Cáncer de mama?
—Sí.

—Mierda. —El agarre de Logan sobre mí se hizo más fuerte, y me


atrajo más cerca—. Le dijiste que no. Que perdió la maldita cabeza si
piensa que vas a ir a casa con él.
Palidecí y me alejé de su agarre.

—Él hizo lo de siempre. Intentó manipularme. —Miré sobre mi hombro


312

hacia Logan, cuya preocupación parecía haberse cuadriplicado desde


que me alejé de él—. Dijo que habías visto a la chica americana. Sharon,
Página
¿cierto? Dijo que ella te visitó al club dos veces esta semana. Durante el
día. ¿Cómo siquiera supo sobre ella?
Ahora era el turno de Logan para ponerse pálido.
Mi estómago revoloteó desagradablemente.
—¿Te visitó?

—No es lo que piensas. La vi una vez esta semana. Si me visitó antes,


no estoy enterado. No te lo dije porque no quería que te alteraras por
nada. Estuvo ahí para ver si yo quería reavivar las cosas una vez más antes
de que se fuera del país. Le conté sobre ti y se fue. Fin de la historia.

Mi corazón estaba latiendo fuertemente ante el pensamiento de esa


mujer estando cerca de él. Por el amor de Dios, todavía podía escucharla
gritando su nombre desde su habitación. Apreté mis dientes contra el
recuerdo.
—Si no fue nada, debiste habérmelo dicho.
—¿Y molestarte por nada? Estás empezando a confiar en mí. No
quería arruinar las cosas.

—Te doy una pista, Logan. Es mejor escuchar ese tipo de cosas de ti
que de otra persona. ¡Menos de mi padre!

—¡Esto es lo que quiere! —gritó Logan en respuesta, haciendo gestos


entre nosotros—. ¡Arruinarnos de modo que él pueda entrometerse y
manipularte para que vayas a casa con él!

—Sí, lo sé —dije, bajando mi voz. Me hundí contra el respaldo del


sofá y lo miré siniestramente desde debajo de mis pestañas—. No vuelvas a
ocultarme algo como eso.

—No lo haré. Lo prometo. —Él rodeó el sofá y puso sus manos sobre
mis caderas, arrastrándome contra él—. Dile a tu padre que se vaya a
casa, Grace, antes de que cause más problemas.
El latido de mi corazón se convirtió en un martilleo feroz.
—No estoy segura que pueda hacerlo.

—¿Qué? —Él me miró fijamente a los ojos, los suyos llenos de


313

incredulidad.
—Logan, sabes qué he estado cargando esta culpa, este peso, por
Página

el cáncer de mi madre. El hecho de que me sienta así significa algo.


Necesito solucionarlo, y si eso significa hablar con mi papá otra vez,
entonces que así sea.

—¿Sabes lo que significa la culpa, Grace? Significa que no eres una


perra sin alma como la mujer que te dio a luz. Tan simple como eso. No lo
dejes arrastrarte de vuelta a ese mundo.

—Eso es lo que intento. Me lleno de pánico sólo de pensarlo —


confesé—. Pero, Logan, ¿qué clase de persona sería si no voy junto a mi
madre, cuando es muy posible que muera?

—¿De qué te preocupas? ¿Lo que el mundo piensa de ti? ¿Lo que
nosotros pensamos de ti? ¿O lo que tú piensas de ti? Porque al final del día,
nena, las únicas opiniones que importan son las tuyas y las de aquellas
personas que te importan.

Había una gran parte de mí que sabía que Logan tenía razón y otra
gran parte de mí que hiperventilaba ante la sola idea de dejar que los
Bentley regresen de nuevo a mi vida. Sin embargo, había también esta
pequeña voz dentro de mí que me decía que Logan era parcial. No me
podía dar consejos porque tenía interés en el resultado.

Aunque sabía que Aidan también, lo llamé esa noche mientras


Logan y Maia se sentaban en mi sala de estar viendo una película después
de la cena. Me encerré en mi dormitorio con el teléfono y marqué el
número de mi más viejo amigo, porque él había estado allí conmigo a
través de todo el trauma de la traición de mi madre y la apatía de mi
familia hacia mí.

También tuvo una reacción mucho menos impulsiva hacia el drama


que Logan.

—Oh, mierda —dijo Aidan una vez que terminé de contarle acerca
de la visita de mi padre.
314

—Entonces, ¿qué hago?


—No te puedo decir qué hacer.
Página
Me quedé mirando al teléfono con horror por un segundo y luego
volví a ponerlo en mi oído.
—¡El punto es que me digas qué hacer! —protesté.

—No, no lo es. No puedo tomar esta decisión por ti. Nadie puede. Se
tiene que sentir correcto para ti. Todo lo que puedo decir es que ninguno
de nosotros va a juzgarte por cualquier decisión que tomes. Haz lo que
tienes que hacer.

Hablamos un poco más durante un rato antes de que finalmente


colgara, sintiéndome nada más y nada menos confusa que cuando lo
había llamado. Estaba levantándome de mi cama cuando la puerta de la
habitación se abrió y Logan entró.
—¿Estás bien? —dijo, cauteloso.
Asentí.
—Acabo de hablar con Aidan. Le pedí su consejo.
Al parecer fue lo peor a decir. La expresión de Logan se
ensombreció.
—¿Entonces aceptas sus consejos, pero no el mío?
—No es así.

—¿Ah, sí? ¿Tengo que sentirme bien por el hecho de que corras a tu
querido Aidan cada vez que tienes un problema? ¿Es esto algo para lo
cual debería prepararme en el futuro?
Lo miré boquiabierta.

—¿Logan, de dónde viene esto? Sabes que Aidan es uno de mis


amigos más cercanos.
—Sí, y aunque me alejas, corres hacia él.

—No te estoy alejando. —Salté de la cama y corrí hasta él, sólo


ahora dándome cuenta lo mucho que la noticia de la llegada de mi
padre le había sacudido—. Logan, acudí a Aidan porque puede ser
racional sobre esto. Él puede dejar de lado nuestra amistad y darme
consejos sin ser parcial.
315

—Puede hacer eso porque no está luchando como un condenado


por ti. —Se pasó una mano por la cara, pareciendo de pronto agotado—.
Página
Eso es todo lo que siento que siempre voy a hacer… luchar como un
condenado por ti.
Las lágrimas escuecen mis ojos al ver el dolor en los suyos.

—Sólo estoy pensando en esto. Y sabes que volver a Londres sólo


sería por un tiempo. No sería el final de lo nuestro.

—No. Significa el final de todo lo que has construido desde que


escapaste de su maldito mundo enfermizo y manipulador. Ellos son tóxicos.
Te harán daño otra vez, Grace, y no habrá nada que yo pueda hacer
para detenerlo. No puedo dejar que eso suceda. No puedo dejar que
hagas esto.
Tomé su mano, esperando que el gesto suavizara lo que iba a decir.
—Cualquier cosa que decida, va a recaer en mí, no en ti.
Arrancó su mano de la mía.

—Ves, esa es la diferencia entre tú y yo. Pensé que, ya que te amo,


cuando mierdas como estas aparecen, lo discutimos… porque nos afecta
a ambos.

Sorpresa, asombro, alegría, pánico, euforia, miedo, excitación,


inquietud… todo me inunda a la vez al oír esas dos palabras que salen de
su hermosa boca.

De hecho, sentí tanto que no pude encontrar la fuerza para


responder.
Y él estaba esperando una respuesta.
Y no cualquier respuesta.

—Muy bien, Grace —espetó, y desapareció antes de que pudiera


hacer que mi boca trabaje.
316
Página
26
Traducido por Martinafab, Gemma.Santolaria y Mae

Corregido por Becco

Te amo.
Te amo.
Te. Amo.

¿Qué era lo difícil de esas palabras? ¡Nada! ¡Se las había dicho a
otras personas antes!

Sin embargo, de alguna manera, habían crecido cincuenta veces su


tamaño normal cuando Logan las dijo. Eran tan grandes que no había
manera de evitarlas, y no podía ver nada por la sombra descomunal de
cada maldita letra.
Estaba aterrorizada de decírselas a él.

Esa noche estaba acostada en la cama, y cada vez que trataba de


obligar a mi cuerpo a levantarse y salir para poder ir a él a la puerta de al
lado y simplemente dejar escapar las palabras, era detenida por ese
miedo.

Sin embargo, cuando el día siguiente transcurrió sin ninguna señal de


él o Maia, las palabras se filtraron, y el sentido común comenzó a golpear
317

con toda fuerza en mi miedo. Para cuando regresé con algunas compras
para el señor Jenner, estaba decidida a dar media vuelta y salir del edificio
y encontrar a Logan.
Página
Él me había dicho esas momentáneamente grandes palabras a mí
primero.
Se mostró vulnerable por mí.
Tomó ese paso sin que se lo pidieran.

¿Y seguramente él estaba igual de asustado de ser rechazado? ¿De


exponerse allí mismo y que todo fuera mal?
Si Logan podía ser valiente, entonces yo podía ser valiente.
Porque claro que lo amaba.
Sentía como si lo hubiera amado desde siempre.

Acababa de dejar mi propia compra de alimentos en la cocina y


estaba apresurándome a salir del apartamento cuando escuché:
—¡Grace!

Maía venía frenética corriendo por las escaleras hacia mí, sus ojos en
alerta con pánico. Me apresuré hacia ella justo cuando llegó al rellano.
—¿Qué pasa?

—Es papá —resopló ella, sin aliento—. Shannon me acaba de llamar.


Ha estado tratando de llamarte. Su ex ha vuelto. Aquel que la golpeó.
Papá ha desaparecido.

Y justo así, nada más importó, nada salvo encontrar a Logan. Busqué
mi teléfono en el bolso, el cual había puesto estúpidamente en silencio.
Efectivamente, tenía una docena de llamadas perdidas de Shannon. Pasé
través de los números y le di al de Logan.
—Vamos, vamos —murmuré mientras sonaba. Mis esperanzas
cayeron en picado cuando fue al buzón de voz—. No —susurré, y colgué.
Le devolví la llamada a Shannon.
318

—Oh, gracias a Dios, Grace. ¿Has visto a Logan? —dijo sin


Página

preámbulos, el pánico evidente en su voz.


—Estábamos justamente comprobando el apartamento. —Le señalé
a Maia que lo hiciera, y ella inmediatamente empezó a abrir el
apartamento de Logan.
La seguí adentro a medida que ella lo llamaba.
—Shannon, ¿qué está pasando exactamente?

—Mi ex —dijo en voz baja, con un ligero temblor en su voz—. Ollie. Se


puso en contacto conmigo. Salió de la cárcel y está en Edimburgo. Quiere
encontrarse conmigo.
—Maldita sea, ¿estás bromeando? —espeté indignada.

—Papá no está. —Maia sacudió la cabeza, viniendo por el pasillo


hacia mí.
—Él no está ahí —dijo Shannon, obviamente después de haber oído.
—¿Has comprobado el club?

—Ahí es donde estaba yo. Dios, Grace, jamás se lo hubiera dicho,


pero estaba allí. Hoy no tenía clase y, a veces le llevo el almuerzo a Logan
cuando estoy libre. La oficina de administración de la escuela tenía una
carta para mí, y la abrí en la oficina de Logan. Era de Ollie. Cuando Logan
vio mi reacción, me arrebató la carta antes de que pudiera detenerlo. Y
entonces, sólo se fue y no responde su teléfono. Mierda, Grace, ¿y si hace
algo? No puedo dejar que esto le suceda de nuevo. —Comenzó a llorar, y
hubo un sonido de un crujido fuerte—. ¿Grace? —Oí a Cole decir—. Mira,
quiero matar a este tipo por contactar con ella más que nadie, pero no
vale la pena. ¿Tienes alguna idea de dónde está Logan?
Traté de respirar por encima de mi miedo cada vez mayor.

—No sé de ningún lugar en específico, pero él conoce a gente,


Cole. Podría estar tratando de localizar a Ollie. Nuestra mejor posibilidad es
tratar de hacer lo mismo y llegar primero.

—Podría ser demasiado tarde. Ha estado desaparecido durante


unas horas.

—Oh, Jesús, no digas que ese… este… ¿cómo está Shannon? ¿Va a
estar bien?
319

—Ya no tiene miedo de ese pedazo de mierda. Sólo tiene miedo por
Logan. No sé si…
Página
Sus palabras se desvanecieron para mí ante el sonido de la puerta
principal abriéndose, y tanto Maia como yo nos dimos la vuelta, el alivio
inundándonos a la vista de un demacrado Logan entrando en el
apartamento.

—Cole, está aquí. —Corté lo que sea que había estado diciendo—.
Logan está en casa.
—Maldición, gracias. ¿Está bien? ¿Hizo algo?
—¡Papá! —Maia corrió junto a mí y se arrojó hacia él.

Logan inmediatamente envolvió sus brazos alrededor de ella,


cerrando los ojos. Vi la tensión en su rostro, pero también el amor. Y lo supe.

—No, Cole. No hizo nada. —Él no pondría en peligro su vida con


Maia.
—Bien. Voy para allá y llevaré a Shannon. Tenemos que hablar.
Estuve de acuerdo y colgué.

Por un momento no pude hacer nada más que mirar de padre a


hija, el alivio repentino de tal temor haciendo que los niveles de adrenalina
en mi cuerpo cayeran. Me sentí agotada.
Por todo.

Maia finalmente se apartó de Logan y él acunó su cara, apartándole


las lágrimas.
—Estoy bien —le prometió—. Estamos bien.
—Shannon pensó que habías ido detrás de ese sujeto.
Su mandíbula se apretó y negó con la cabeza.
No había ido tras él, pero estaba luchando contra el impulso.

—Maia —dije—, voy a llevar a tu papá a la puerta de al lado


durante un minuto o dos. ¿De acuerdo?

Ella frunció el ceño, claramente no muy feliz conmigo al secuestrarlo


y dejarla fuera del asunto, pero asintió.
320

—Grace. —Logan levantó una mano, con una horrible expresión en


blanco—. Ahora no.
Página

A pesar de que estaba herida, lo fulminé con la mirada.


—Sí, ahora mismo.

Su respuesta fue rozarme enojado al pasar, sin siquiera mirarme.


Caminó por el pasillo hacia su habitación y cerró la puerta tras de sí.

Las lágrimas brotaron de mis ojos a medida que observaba la puerta


cerrada.
Sabía lo que estaba haciendo.
Apartándome porque pensaba que yo lo apartaba.

—¿Grace? —Maia tocó mi mano, mirándome con simpatía y


preocupación.
Así que, ¿qué iba a hacer?

¿Evitar enfrentarme a él? ¿Tomar mi dolor y dejar que se agrave


como él había hecho?

Él estaba en esa habitación, probablemente reviviendo cada


momento que había pasado en la cárcel debido a ese hijo de puta que
había atacado a Shannon.
Y eso era más importante que mis sentimientos heridos.

Agarré la mano de Maia mientras sacaba las llaves de mi bolso. Se


las entregué.
—Ve al lado, cariño.

Ella me dio una sonrisa llorosa de alivio antes de abandonar el


apartamento.

A su vez, eché mis hombros hacia atrás, preparándome para la


batalla mientras me dirigía por el pasillo y abría la puerta.

Él levantó la vista de su sitio en la cama. Estaba sentado en el mismo


borde, con los codos sobre las rodillas, las manos entrelazadas con fuerza.
Sus ojos ardieron enojados ante mi intrusión.
—Vete a casa, Grace.

—No. —Cerré la puerta detrás de mí de un portazo y crucé los brazos


sobre mi pecho—. Nunca he tenido miedo de ti, Logan MacLeod, y no voy
321

a empezar ahora. No te voy a dejar.


Página
—¿Es eso? —se burló—. ¿Solo soy interesante cuando estoy siendo el
herido ex convicto? Primero fue Maia; ahora es el hijo puta del ex de
Shannon volviendo. Y aquí estás toda interesada de nuevo.
Hice una mueva ante su tono cortante.

—Voy a dejar pasar eso ya que has tenido un día particularmente


terrible.
—Qué amable de tu parte.

—Logan, no. Me he pasado toda la noche y todo el día


reprendiéndome a mí misma por quedarme allí de pie como una idiota
cuando me dijiste que me amabas. Estaba a punto de venir a verte
cuando Maia se precipitó por las escaleras con pánico por esta noticia de
Ollie.
Él sacudió su cabeza y miró al suelo.
—No. No quiero oírlo.
La ira se expandió en mi sangre, eclipsando momentáneamente mi
simpatía y preocupación.

—No te atrevas —dije, con voz suave, pero mi tono hizo que
levantara la cabeza—. No juegues a ser el héroe rechazado porque no
pude decir las palabras que jodidamente ya sabes que siento. ¡Has sabido
que estaba enamorada de ti desde mi reacción ante ti al alejarte después
que dejara que me folles contra la pared de mi cocina! —Mi pecho subía y
bajaba superficialmente a medida que trataba de respirar.
Logan perdió la mirada en blanco de sus ojos.
—¿Alguna vez vas a dejar pasar eso?

—¡Ya lo hice! —grité, porque gritar se sentía mejor que llorar—. ¡Mi
punto es que lo dejé ir porque te amo! —Me hundí con alivio al decir esas
palabras—. Por mucho que me asuste hasta los huesos, te amo más de lo
que he amado antes a nadie. No te aparté, Logan. Me estaba tomando
un momento. Pero esto. —Hice un gesto hacia él, sintiendo la repentina
humedad en mis mejillas—. Esto eres tú apartándome, y tengo demasiado
miedo otra vez.
322

—¿Porque crees que voy a perder el norte y terminar lo que empecé


con Ollie? —Sus ojos brillaban con furia y conflicto.
Página
—No. —Negué con la cabeza—. Amas demasiado a Maia como
para poner en peligro tu relación con ella. Jamás estropearías eso.

Sus hombros cayeron y me miró con los ojos abiertos de par en par.
Se parecía tanto a un niño perdido que mis lágrimas se derramaron más
rápido por él.
—¿Crees eso? —dijo con voz ronca.
—Lo sé.

De pronto, cruzó la habitación desde el otro lado, y yo estaba en sus


brazos, él besándome con fuerza, desesperadamente. Se echó hacia atrás
un poco, sosteniendo mi cabeza en sus manos mientras miraba fijamente
mis ojos con la fiereza que me encantaba.

—Te amo tanto —dijo, con voz ronca—. No me dejes nunca, Grace.
No me dejes nunca.
Mis labios temblaron a medida que sacudía la cabeza ante la idea.
—No lo haré —sollocé en voz baja—. Te amo. Eres mi familia. No te
dejaré —prometí, y entonces supe que nunca lo haría—. No quiero estar en
ningún otro lugar que no sea aquí contigo.

Envolvió fuertemente sus brazos a mí alrededor, y hundí la cabeza en


su pecho, sumergiéndome en él.

—Casi perdí el control —confesó—. Ya estaba de muy mal humor


debido a nuestra pelea, y luego veo esa carta… la audacia de ese hijo de
puta para contactar con ella… tenía que dar una vuelta, tenía que
caminar y recordarme a mí mismo todo lo que tenía que perder. Le
arrebató tanto a mi hermana, Grace, y me quitó dos años de mi vida y
mucho más. No se merece estar caminando libre por las calles de
Edimburgo.

—Lo sé —dije, mis dedos encrespándose más firme en su camiseta—.


Pero ya no puede hacer nada, nunca más. Tienes una vida ahora. Tienes
una hija que te adora y una novia que haría cualquier cosa por ustedes
dos. —Sus brazos se apretaron ante eso—. Y Shannon. —Reí suavemente—.
Oh Dios mío, tu hermana es más feliz de lo que la mayoría de la gente
nunca ha soñado. Tiene la escuela de arte, te tiene a ti y tiene a Cole. Ollie
323

no le puede quitar nada de eso.


—Tienes razón. —Él se alejó suavemente para poder mirarme a los
Página

ojos—. Sólo deseo que su mera mención no jodiera con mi cabeza.


Toqué su mejilla, rozando mi pulgar sobre la corta barba rugosa.

—Estoy descubriendo que estas cosas están tan arraigadas


profundamente en nosotros que hay una posibilidad de que nunca
desaparezcan realmente. —Le di una triste sonrisa y supe que él sabía que
ya no estábamos hablando de sus demonios—. Pensé que así era, pero
parece que va a ser una batalla constante. Algunos días, algunos años
incluso, serán mejores que otros. Pero estoy aquí para ti y tú estás aquí para
mí, y eso es todo lo que podemos pedir.

Sus dedos se cerraron en mi cintura, su agarre casi dejándome


moretones.
—¿Eso quiere decir que no vas a volver a Londres?
—No, no lo haré. Pero… —suspiré—, tengo que hablar con mi padre.
Aunque Logan no pareció muy contento con ese anuncio, dijo:
—Ten cuidado.
—Siempre.

Me besó suavemente, un beso que se volvía cada vez más


hambriento cuando el timbre sonó segundos antes de que oyéramos la
puerta abrirse.
—¡Logan! —oímos a Shannon gritar.
Nos separamos del beso.
—Esta noche —prometió.
La anticipación me recorrió.
—¿Puedo ser ruidosa?
Sus ojos brillaron con calor.
—Vendré cuando Maia se vaya a dormir.
—¡Logan! —Shannon sonaba más frenética.
—Será mejor que salgamos.

Shannon y Cole se encontraban en la sala, y Cole nos dio una


324

mirada de complicidad cuando aparecimos. Puse los ojos en blanco y él


sonrió. Su prometida, por su parte, voló hacia su hermano, al igual que
Página

Maia había hecho antes.


Logan abrazó a Shannon con fuerza, susurrándole palabras
tranquilizadoras. Ella se echó hacia atrás, limpiando sus lágrimas.

—Me tenías tan preocupada. —Ella le dio un puñetazo en el pecho y


se dirigió de nuevo a Cole, acurrucándose en su costado.

—Sólo necesitaba dar una vuelta —le dijo Logan—. Lamento haberte
preocupado.

—Está bien, seré directo —dijo Cole—. Este tipo quiere reunirse con
Shannon para disculparse, eso es lo que dice su carta. Bueno, vamos a
dejarlo.
—¿¡Estás jodidamente loco!? —Le gané a Logan en decir.
Todo el mundo me miró sorprendido.
—¿Y bien? —resoplé, cruzando los brazos sobre el pecho.
Cole levantó una ceja a Logan.
—Se veía tranquila.
Logan sonrió satisfecho, con un brillo travieso en los ojos.
—Oh, sabe cuándo gritar en el momento apropiado.
Cole resopló mientras Shannon jadeaba asqueada.

—¿Podemos volver al asunto en cuestión? —dije, señalando a Cole—


. No puedes estar hablando en serio al pensar que es una buena idea
poner a Shannon en esa posición.

—Puedo hablar por mí misma —dijo Shannon, no sin amabilidad—.


Miren, no quiero reunirme con él. No quiero sus disculpas. No estoy
buscando un cierre. En. Absoluto. Esa es su mierda y no me obligará. Pero
Cole no cree que ignorarlo funcione.
—Estoy de acuerdo —gruñó Logan.
Cole levantó las manos a modo de rendición, para tranquilizarme.

—Sólo vamos a pretender que Shannon se va a reunir con él. Lo


haremos en algún lugar público, pero abierto. Estoy pensando en
Meadows. Y en lugar de Shannon nos encontrará a mí, Braden, Cam, Nate
325

y Adam.
—¿Y yo qué? —Logan apretó la mandíbula.
Página
—No. —Shannon negó con la cabeza—. Los chicos sólo van a ir para
advertirle. No habrá violencia… sólo una advertencia. Logan, te quitó dos
años de tu vida. No tienes manera de saber cómo vas a reaccionar ante
eso.

—Iré —dijo él—. Quiero enfrentar a ese hijo de puta, y quiero que
sepa que todavía estoy aquí. No voy a hacer nada, pero…
—No sabes eso —sostuvo Shannon.

—Mira eso —espetó, señalando al portátil en la mesa de café—. Eso


pertenece a mi hija, mi hija que está justo ahora al lado esperándome,
como ha estado esperándome toda su vida. Y esto. —Él me agarró la
mano y la sostuvo contra su pecho—. He estado esperando esto toda mi
vida. No voy a poner en peligro ninguna de esas relaciones por ese llorica
hijo de puta. Pero voy a mirarlo a los ojos y le haré saber que no me venció.

Los labios de Shannon temblaron, pero había una luz en sus ojos, una
luz que veía cada vez más en Logan últimamente. Ella asintió y luego se
tapó la boca para tratar de ahogar un sollozo.
—¿Shannon? —Logan dio un paso adelante, viéndose confundido.
—Estás bien —sollozó—. Estás bien.

Y fue entonces cuando vi la comprensión en el rostro de Logan, y


antes de que Cole pudiera acercarse a ella, su hermano la tomó en sus
brazos y la abrazó mientras lloraba.

Me quedé mirando a Cole, un tanto confundida. En respuesta, él se


acercó a mí y puso una mano en mi hombro, guiándome con cuidado
fuera de la habitación y del apartamento.
—¿Qué está pasando? —dije una vez que estuvimos en el rellano.
Los ojos de Cole brillaban de emoción cuando me miró.

—No tienes ni idea —dijo con voz ronca—, de cuánta culpa lleva mi
chica por lo que le pasó a Logan. Por mucho que le haya dicho una y otra
vez que no era su culpa, no podía dejarlo ir. —Me sonrió, su amor y alivio
por ella reflejados en sus ojos—. Creo que esto significa que finalmente está
dejándolo ir.
326

La puerta se abrió y Maia salió de mi apartamento.


—¿Todo está bien? Oí gritos antes.
Página
—Esa fue Grace. —Cole me empujó juguetonamente—. No puede
callarse.
Le hice una mueca.
—Eres muy divertido.

—Soy estupendo —respondió, y luego sonrió a Maia, quien se sonrojó


en seguida. Eso sólo hizo a Cole sonreír más fuerte.
Lo empujé por burlarse de ella.
—Madura.

—Nunca. —Él negó con la cabeza y se quedó mirando la puerta de


Logan una vez más—. ¿Cuánto tiempo deberíamos darles?
—¿Dar a quién? ¿Qué está pasando? —dijo Maia.

—Shannon y Logan —contesté, en dirección a la puerta—. Vamos a


ir a mi apartamento y tomar una taza de té. —Miré hacia atrás una última
vez a la puerta de al lado, sintiendo el comienzo de algo que no había
sentido en mucho tiempo. Alegría. Todavía quedaba mucho camino por
recorrer para llegar allí, pero ahora no parecía tan lejos de alcanzar. Sonreí
mientras entraba—. Vendrán cuando estén listos.

327
Página
27
Traducido por LizC

Corregido por Mariandrys

Sincronicé mi confrontación con mi padre a la perfección.

Con esto quiero decir que lo hice al mismo tiempo que los chicos
iban a confrontar al ex de Shannon. No podía soportar la idea de ir y venir
en mi apartamento, esperando a que Logan regresara y me dijera que
todo iba a estar bien, así que decidí distraerme por mi cuenta con la
emocional arma nuclear que era mi padre.

Maia, quien ahora sabía de la visita de mi padre y de Logan y la


decisión de los chicos para reunirse con Ollie, me aseguró que estaría bien
haciéndole compañía a Shannon. Podría haberse visto como una mala
idea dejarla en medio de este remolino, pero era brillante; sabía que estas
cosas perturbadoras estaban sucediendo, y sólo estaba haciéndole sentir
peor no saber los detalles.
Esta era Maia.

Por mucho que odiara las razones del por qué, ella era lo
suficientemente madura como para manejar la situación. Y,
honestamente, era un maravilloso consuelo para Shannon.

Dejé a Maia con su tía en su apartamento y luego me monté en un


taxi.

El conductor me dejó fuera del Hotel Balmoral. El enorme edificio se


cernía sobre mí, intimidándome, burlándose de mí.

Hice que la conserjería llamara a su habitación, y mandaron a un


miembro del personal del hotel para llevarme hasta su suite.
328

Por supuesto, era la mejor suite en el hotel: la Suite Real.


Página

Me llevaron al interior del vestíbulo de la suite y me dejaron sola ahí.


—¿Hola? —llamé.
—Oh, estás aquí. Pasa adelante.

Seguí su voz hasta llegar a una gran sala de estar. El Hotel Balmoral
era un edificio de época con los techos masivamente altos y la gran
arquitectura de la época Victoriana. El punto focal de la habitación era
una hermosa chimenea que Gabriel había encendido a pesar del calor
del aire de verano afuera.

Había estado caliente por los nervios antes. Ahora estaba


prácticamente derritiéndome.

—Siéntate. —Hizo un gesto hacia el sillón frente a él. Era una


reproducción del siglo XIX de la silla de Luis XV, y estaba casi asustada de
sentarme en ella. Como de costumbre, nada más que lo mejor para
Gabriel Bentley.

Una vez que me senté, sonrió. Pude ver de inmediato que pensaba
que había ganado.
—¿Puedo ofrecerte una bebida?

—No, gracias. —Tomé una gran bocanada de aire y exhalé


lentamente—. Estoy aquí para pedirte que vuelvas a Londres. Sin mí.

Su sonrisa inmediatamente murió, sus ojos marrones oscureciéndose


a negro.
—No puedes estar hablando en serio.
—Lo digo muy en serio.
—¡Tu madre tiene cáncer, por el amor de Dios!
Hice una mueca ante el recuerdo.

—Sí. Pero tuve que preguntarme con qué sería más difícil vivir… con
la culpa que siento al no ir a verla, o con el veneno que volvería a entrar
de nuevo a mi vida al permitirle a ella regresar. Por permitirles a todos
ustedes de nuevo regresar a mi vida.
Se burló.
329

—Qué drama.
Página
—No, Gabriel —dije, el uso de su nombre cimentando mi punto a
venir. Él se estremeció—. Tú ya no eres más mi familia. Dejaste de ser mi
familia hace mucho tiempo… si es que alguna vez realmente lo fuiste.
—El perdón es divino —me recordó.

—Sí, lo es. —Me puse de pie, dejando que toda la ira, el dolor y el
rechazo fluyese en mí, y por primera vez fuese dirigido a una de las
personas que lo merecía—. ¿Y qué voy a perdonar? ¿Tu abandono total y
absoluto? ¿Cómo es que nunca estuviste ahí y por lo tanto, nunca viste
cómo ella me trató? ¿Sus constantes críticas e insultos? ¿Cómo me
destrozó desde el momento en que pude caminar? Voy a perdonar todo
esto. Pero no por ti. Voy a perdonar todo pero por mí. Por mi bien.

—Tu madre estaba tratando de prepararte para nuestro mundo. ¡Ella


es realista!

—¡Es una perra amargada, cruel y confabuladora! —grité en


respuesta—. El cáncer no borra eso, Gabriel. Ninguna enfermedad borra
automáticamente los pecados de la gente. Mi madre no es una realista. Es
una mujer que despertó para darse cuenta que su marido no la amaba
como ella lo amaba a él, así que aprendió a seguirle el juego y a jugarlo
bien en lugar de correr tan lejos y tan rápido como pudiera de ti. Porque es
una materialista y el dinero siempre va a ser más importante que su
felicidad. Y si no podía ser verdaderamente feliz, por Dios, que yo tampoco
iba a serlo. Me llevé la peor parte de su amargura. ¡Tú no la amabas, así
que ella no me amó a mí! —Golpeé mi puño contra mi pecho mientras él
me contemplaba con horror—. ¡Yo recibí tus insultos, tus bofetadas, tus
traiciones! ¡Todo eso fue por ti!
—Gracelyn… —susurró.

—Es Grace —dije y contuve las lágrimas, enderecé los hombros—. Y


he dejado ya de preguntarme qué podría haber hecho para que ella me
amara. No es mi culpa que no sea capaz de hacerlo. Ahora lo sé. —Asentí,
sabiéndolo aunque no del todo sintiéndolo. Solo podía esperar que un día
las palabras se hundieran profundo hasta mis huesos—. No voy a dejar que
me haga daño de nuevo. O a la pequeña mierda retorcida que tiene por
hijo quien pensó que estaba absolutamente bien dejar que sus
compañeros se acercaran a mí, porque él pensaba que la violación era
330

muy divertida.
Gabriel se puso de pie lentamente, con los ojos entrecerrados.
Página
—¿Qué estás diciendo?

—Estoy diciendo que a tu precioso niño le gustaba dejar que sus


amigos borrachos entraran en mi habitación cuando era una adolescente.
Por suerte para mí, me alejé antes de que algo verdaderamente horrible
pudiera suceder.
—No. —Negó con la cabeza—. Sebastian no haría…

—Sebastian es una versión masculina de tu esposa. Créeme, lo hizo.


Aprendió de Danielle cómo tratarme, y ella sólo lo animó.
Él me miró, incrédulo.
—¿Estás diciendo todo esto sucedió en mi casa sin mi conocimiento?
Resoplé.
—No pretendas que te importa ahora. Es jodidamente tarde.

—No sé lo que quieres de mí. —Se encogió de hombros—. Pensé que


te había dado todo. Ahora simplemente no sé lo que quieres de mí.

Como siempre, interpretaría al triste mártir… otra arma de


manipulación.
Pero no iba a funcionar. No esta vez.
—Quiero que te vayas a casa, a Londres.
Me observó como si no me reconociera.
Bien.
No quería ser la persona que conoció antes.

—¿En serio vas a ignorar esto? ¿No harás caso al cáncer de tu


madre?

—No voy a ignorarlo. Estoy triste por cualquier persona que tenga
que luchar esa batalla, pero con ella, la tristeza viene dada a
regañadientes. —Caminé hacia la puerta y me detuve para mirar hacia
atrás—. Te voy a decir qué, Gabriel. Si Danielle pregunta por mí, iré a verla.
Pero sólo para visitar. No para quedarme, no para cuidar de ella… porque
ambos sabemos con absoluta certeza que ella no correspondería a tal
331

bondad. Esto es una despedida, señor Bentley.


Él miró hacia otro lado, el músculo de su mandíbula tensándose, a
Página

medida que se daba cuenta que no iba a ganar esta acometida. No


habría ningún reencuentro en esta familia de modo que él pudiera saludar
a su público y a sus accionistas y decirles que todo estaba bien en su
mundo, y si todo estaba bien en su mundo, entonces, todo estaba bien en
sus negocios.

—No va a preguntar por mí —le dije—. Y agradezco a Dios que no lo


haga. Su presencia en mi vida es como una mordedura de serpiente.
Todavía no he terminado de sacar el veneno de la última vez. Otra
mordida podría resultar fatal.

Y con ese triste resumen de mi relación con la mujer que una vez
había sido mi madre, salí de la habitación del hotel, sintiendo mi corazón
pesado, pero sabiendo que había hecho la única cosa con la que podía
vivir.

332
Página
28
Traducido por Nelshia y LunaRowe

Corregido por âmenoire

Me encantaría decir que regresé al apartamento de Shannon y que


mantuve la calma y fui fuerte, llena de rígida superioridad sin impertinencia
británica.

La verdad es que, emocionalmente desbordada como estaba, me


eché a llorar tan pronto como Shannon abrió la puerta y pasé los siguientes
diez minutos alternando entre sus abrazos y los de Maia.

Finalmente me calmé lo suficiente para decirles todo lo que había


dicho y cuando terminé ambas me miraban con asombro.

—Un día, cuando sea mayor y pueda arreglármelas, espero ser lo


suficientemente valiente como para enfrentar a mi mamá como lo hiciste
con tu padre —dijo Maia.
Bueno, eso sólo me hizo llorar de nuevo.

—Oh, cariño —dijo Shannon por encima de una vez más la regadera
humana en su sala de estar—. Creo que mejor haré un poco de té.

Una vez que se fue de la habitación, limpié mis lágrimas y traté de


concentrarme.
—¿Alguna palabra de Logan?
Maia sacudió su cabeza.
—No. Tengo que admitirlo, empiezo a preocuparme.

Las mariposas que se habían convertido en mis compañeras


constantes estas últimas cuarenta y ocho horas repentinamente se
333

tornaron más feroces.


Página

Nos sentamos en silencio durante un minuto más o menos hasta que


dije:
—Ya deberían haber vuelto para este momento.

—Lo sé —concordó Shannon, regresando a la habitación con una


taza de té para todas nosotras. Tomé la taza caliente con gratitud—. Le
envié un mensaje a Cole, pero no he oído nada de vuelta. Todos hemos
estado preocupados por la reacción de Logan, pero ustedes saben que
Cole es un virtuoso en las artes marciales, ¿verdad?
Mis ojos se desorbitaron fuera de mis cuencas.

—No. Nadie difundió esa información fundamental. ¿No crees que


él…?
Shannon se encogió de hombros.

—Me prometió que no lo haría. Pero Cole tiene instintos protectores a


kilómetros de distancia. Sabe todo lo que Ollie me hizo. —Corrió una mano
por su cabello, un tirabuzón saltando de regreso desafiantemente por el
tirón de la acción—. Nunca debí haber accedido a esto.

La puerta se abrió en ese momento exacto y Shannon se puso en pie


mientras Logan y Cole entraban en la habitación. Había un aire pesado y
peligroso a su alrededor.

—¿Qué pasó? —dijo Maia, poniéndose de pie cuando yo también lo


hacía.

—Entendió el mensaje —dijo Logan, sus rasgos tensos con una furia
sombría—. Sin violencia. Aunque tuve que sujetar a éste todo el tiempo. —
Señaló con el pulgar por encima de su hombro hacia Cole.
Cole parecía listo para explotar.
Shannon dio un tentativo paso hacia él, susurrando su nombre.
Logan miró a Maia y luego a mí.
—Dejemos a éstos dos solos.

Recogí mis cosas a medida que Maia abrazaba a una muy distraída
Shannon para despedirse. Toqué su hombro cuando la pasé y agarré la
mano de Logan.

No tenía sentido decirle algo a Cole. Sus ojos estaban fijos en


334

Shannon y tenía el presentimiento de saber cómo iba a gastar toda esa


energía inutilizada dentro de él.
Página

Me sonrojé ante la idea y sostuve más fuerte a Logan.


—¿Estás bien? —dije, tan pronto como estuvimos fuera del
apartamento.

—Sí —me aseguró—. Te diré todo cuando lleguemos a casa. ¿Estás


bien?

—Estuvo magnífica —soltó Maia por encima de su hombro mientras


nos guiaba fuera del edificio—. Pero dejaré que ella te cuente cómo fue.
—¿Maia estuvo allí? —dijo él y me frunció el ceño.
—No —dijo ella—, pero me gustaría haber estado.

Dado que nadie tenía ganas de cocinar esa noche, compramos un


poco de pescado y patatas fritas mientras estábamos fuera y los llevamos
de vuelta al lugar de Logan. Nos acurrucamos en su sala de estar,
comiendo mientras él relataba lo que pasó.
Sus ojos brillaban con triunfo.

—Deberías haber visto su cara cuando vio a estos seis tipos


caminando hacia él. Y luego me vio. Para entonces ya era demasiado
tarde. Estábamos justo en su rostro.

—¿Había otras personas en el parque observando? —dijo Maia, sus


ojos resplandeciendo de emoción ante la idea del drama.
Logan asintió.
—Sí, definitivamente tuvimos una audiencia.

—Los seis de ustedes son toda una vista —murmuré, mis labios
torciéndose con diversión ante la idea.
Él mordió una patata y luego tragó.

—Lo primero que Ollie dijo fue “¿Dónde está Shannon?” Cole
simplemente se abalanzó sobre él. Por suerte, soy rápido. Pero tuve que
335

mantenerlo sujeto todo el tiempo.


Página

—Entonces, ¿qué más dijo?


—Ollie básicamente dijo que quería disculparse por lo que había
hecho. Que era una persona diferente.
—¿Qué dijiste?

—Dije que Shannon no quería su disculpa. Que había seguido


adelante, tenía una vida, una familia y un prometido. Cole pudo haberle
lanzado unas cuantas palabrotas en ese momento. Y entonces le dije a
Ollie que Shannon no quería volver a verlo nunca más y que si trataba de
comunicarse con ella llamaríamos a la policía. —Él sonrió—. Y luego Braden
se adelantó y le dijo que ahora Shannon tenía una familia aquí y que esa
familia la protegería. Dijo que era mejor que Ollie regresara a Glasgow.

—¿Eso es todo? —Maia hizo una mueca, claramente decepcionada


que no hubieran habido puños involucrados.
Logan le sonrió satisfecho.
—No fue lo que él dijo, Maia. Fue cómo lo dijo.
Compartí una sonrisa de complicidad con él.
—Estas personas son buenas personas.
Me guiñó un ojo, obviamente, de acuerdo.

—Bueno, siempre y cuando este tipo se vaya al carajo y deje a la tía


Shannon en paz, supongo que eso es todo lo que importa. —Maia se
encogió de hombros, empujando un pedazo de pescado en su boca.
—No utilices la palabra “carajo”. —Sacudí mi cabeza hacia ella.
—¿Desaparezca? —Sugirió con su boca llena.
Arrugué mi nariz.
—Mastica antes de hablar.
Tragó saliva y fijo sus ojos en Logan.
—Está mandona esta noche.
Me encogí de hombros.
—Ha sido ese tipo de día.
336

—Todavía no me has dicho lo que pasó con tu padre.


—Más tarde —dije, con más que esa promesa en mis ojos.
Página
Comprendiendo, su propia mirada se volvió más caliente. Miró hacia
otro lado antes que Maia lo atrapara.
—¿Película? —le preguntó.

—Claro. —Maia puso su plato sobre la mesa de café y se acercó al


gabinete con los DVD—. Supongo que éste es un momento tan bueno
como cualquier otro para decirles que tengo una cita el próximo sábado.
Logan se atragantó con una patata.

—¿Un chico del programa de natación? —Logan se detuvo en el


marco de la puerta de mi dormitorio con sus brazos cruzados sobre el
pecho—. ¿Y sólo tengo que decir que sí?

Estaba sentada en el borde de la cama usando un sexy camisón de


seda color azul y esa era la primera cosa que me decía desde su llegada.
Tuve que evitar reírme.
—¿Y bien? —dijo.

—Tiene dieciséis, Logan. Dijo que él también tiene dieciséis. No suena


como el fin del mundo. Podría tener diecinueve y estar montando una
motocicleta.
—Tengo que conocerlo.
—Ese es tu derecho. Pero no lo ahuyentarás.
Me lanzó una mirada enojada.
—Pensé que ese era parte de mi trabajo.
Me reí.
—Una gentil advertencia tal vez, no una completa amenaza.
Pareció considerar esto y después suspiró.
337

—¿Estás segura que no es demasiado joven?


Página

—Se comporta mucho más adulta que muchas de las chicas de su


edad, y mucho más responsable.
—Tal vez deberías tener la charla de sexo con ella sólo por si acaso.
Ya sabes, asustarla un poco.
Me levanté, alisando el pequeño camisón.

—Si alguien debería tener la charla de sexo, eres tú. —Señalé a mi


atuendo—. Esto debería de recibir una mejor reacción de la que está
recibiendo. Lo he comprobado… —Miré sobre mi hombro hacia mi trasero
y deliberadamente piqué el material que lo cubría—. Y parece que
acentúa todos los lugares correctos, así que no creo que esté haciendo
algo mal. Debería ser… —Alcé de nuevo la vista solo para descubrir que él
había cruzado la habitación silenciosamente hasta que estaba a
centímetros de mí.
Su caliente mirada me hizo temblar.
—¿Eso significa que te gusta?

Su respuesta fue arrastrar el camisón sobre mi cabeza y tirarlo sobre


mi silla. Una vez que estuve desnuda, me levantó en sus brazos y me lanzó
no muy gentilmente sobre la cama. Lo miré, mi excitación aumentando a
medida que se arrancaba la ropa a la velocidad de la luz.

Repentinamente estaba sobre mí, besándome como si no hubiera


mañana. Me agarré de la cintura de Logan mientras el beso se volvía más
hambriento. Podía sentir la dura e insistente presión de su erección contra
mi abdomen. Gruñó, sus labios dejando mi boca, ahora deslizándose a
través de mi barbilla, bajando por mi mandíbula. Besó su paso a través de
mi cuerpo, su boca caliente y desesperada, así que me sostuve,
acariciando su musculosa espalda, deslizando mis manos por sus
omoplatos mientras se movía más hacia abajo.

Cuando esa caliente boca suya se cerró alrededor de mi pezón


izquierdo, mis caderas chocaron contra él en reacción.

—Oh, Dios. —Mis muslos lo apretaron a medida que lo urgía a


acercarse más, mi espalda arqueándose por más mientras primero me
lamía y después me chupaba duro. Sentí una humedad correr entre mis
piernas—. Logan.

Gruñó de nuevo, pero continúo chupando, provocando y


338

atormentándome, hasta que sentí el remolino de tensión tensarse en mi


bajo vientre.
Página
—Logan… —Ahora respiraba fuerte, sosteniendo su cabeza en mis
manos mientras él circulaba su lengua alrededor de mi areola—. Más.

De repente estaba moviéndose, deslizándose hacia abajo por mi


cuerpo, sus manos agarrando y masajeando mis senos a medida que
descendía, sus labios dejando un rastro de húmedos besos bajando por mi
abdomen. Me estremecí ante el toque de su lengua a través de mi piel y
me relajé en anticipación a su destino, mis piernas cayendo abiertas.

Me besó, sacudiendo su lengua ligera y deliberadamente evitando


mi clítoris, provocándome. Y entonces sentí sus dedos deslizarse dentro de
mí y gemí con necesidad. Logan levantó su mirada hacia la mía, sus ojos
calientes con su propio deseo. Sus dedos se deslizaron fuera de mí y luego
dentro de nuevo. Mis caderas empujando contra ellos, intentando agarrar
su ritmo.
Mordí mi labio a medida que mi orgasmo se construía.
—Déjalo salir, Grace. Quiero escucharte.

Deslizó sus dedos fuera de mí, pero antes de que pudiera lamentar la
perdida, abrió mis labios y rodeó mi clítoris, provocándolo, presionándolo…
y después succionándolo.

Lo dejé salir por él, gritando su nombre ruidosamente de placer


mientras continuaba lamiéndome.

—¡Logan! —jadeé, sintiendo mi orgasmo cerca del borde—. ¡Oh Dios,


sí! ¡Sí. Sí! —exploté, gritando su nombre a medida que mi ojos se cerraban.
El orgasmo rodó a través de mí en oleadas, y me sacudí una y otra vez
contra su boca hasta que finalmente estuve saciada.

Lo sentí moverse hacia arriba de mi cuerpo y cuando finalmente abrí


mis ojos tenía sus manos aferradas a cada lado de mi cabeza otra vez, su
parte inferior presionada contra mí. Su expresión era oscura con promesa y
lujuria…y algo mucho más profundo.

—Dios mío, te amo —dijo, las palabras tan espesas de emoción que
fueron apenas audibles.

Forcé energía hacia mi brazo y levanté mi mano para acariciar su


mejilla.
339

—También te amo de la misma manera.


Página

Sacudió su cabeza.
—No es posible, nena.
Sonreí.
—¿Es una competencia?

—Un hecho. —Empujó su erección entre mis piernas y yo me


estremecí en reacción—. Ningún hombre vivo ama a una mujer tanto
como te amo a ti. Jamás pensé que me sentiría de esta manera por nadie.
No creí que eso existiera. No para mí.

—Vas a hacerme llorar y necesito dejar de llorar —susurré—. Te amo


de la misma manera. Nunca lo olvides.
Asintió, inclinándose para rozar su boca contra la mía.
—¿Confías en mí?
—Sí —dije inmediatamente—. Completamente.

—¿Todavía tomas la píldora? —Mordisqueó mi labio inferior antes de


mirarme a los ojos de forma interrogativa.
Confundida, asentí.
—¿Y confías en mí?
—Ya dije que sí.

En respuesta me besó más profundo y más húmedo que antes y me


hundí en la belleza de ello, empujó dentro de mí.

Jadeó contra mi boca ante la sensación de estar dentro de mí sin


protección alguna. Sus ojos se oscurecieron a medida que se presionaba
más profundo y mis músculos se apretaron alrededor de él. Se movió casi
todo el camino fuera de mí y luego se deslizó de regreso, sus empujes
gentiles y lentos.
La fricción empezó a encenderse dentro de mí otra vez.

Fijamos nuestras miradas mientras se movía dentro de mí y me quedé


completamente abrumada por la conexión entre nosotros, por el amor. Eso
aumentó mi excitación como nada más podía hacer y antes de saberlo
me estaba viniendo de nuevo.
340

Logan siguió empujando dentro de mí, alcanzando su propio clímax,


la tensión apretando sus músculos mientras luchaba por contenerlo tanto
Página
como fuera posible. Cuando presionó un pulgar en mi clítoris, entendí por
qué.
Quería que me viniera una vez más.

En la privacidad de mi habitación, Logan MacLeod me susurró todas


las cosas sucias que me iba a hacer con lujo de detalle. Justo mientras
ordenaba que me viniera de nuevo, mis músculos internos apretándose
alrededor de su polla, así que sus labios se separaron, sus caderas se
detuvieron y con un profundo gemido que envió una grata satisfacción
retumbando a través de mí, se estremeció cuando alcanzamos juntos el
clímax.

341
Página
29
Traducido por âmenoire y MaEx

Corregido por Soulless

Ocho meses después…


El sonido de golpeteo lentamente se filtró en mis oídos, sacándome
de mi caliente y maravilloso sueño.

Mantuve mis ojos cerrados, negándome a ser completamente


sacada de él.
—¡Papá! ¡Grace!

El pesado brazo alrededor de mi cintura se movió y un gruñido


retumbó justo cerca de mi oído.
—¡Papá!
—¿Maia? —dijo Logan somnoliento en mi oído, sonando confundido.
—Puerta —farfullé.
—¡Despierta! ¡Hoy es la boda! —Terminó eso con risitas.

—Mierda. —El brazo empezó a desaparecer de mi cintura, y me moví


para atraparlo.
Jalé su cuerpo de regreso al mío, mi espalda contra su parte frontal.
—No.
Escuché su risa grave.
342

—Nena, tenemos que levantarnos.


—¡Despierten!
Página
—Estamos despiertos, Maia —contestó Logan.
—Tengo café para ustedes. ¿Están decentes?
Él se inclinó para quitar mi cabello de mi cara y susurrar en mi oído:
—¿Estamos decentes?

—Yo sí. Tú definitivamente no —murmuré, todavía rehusándome a


abrir mis ojos.
—¡Entraré en diez segundos!

—Maldición. —Abrí mis ojos, haciendo gestos por la luz—. Siento


como si hubiera dormido tres horas.
—Es porque lo hiciste.

Me giré y me enderecé, mirando mientras Logan salía de la cama y


rápidamente se movía dentro de unos pantalones. Me lanzó una camiseta.
Oh sí, estaba desnuda.

Empecé a ponérmela cuando noté que su corbata todavía estaba


envuelta alrededor de mi muñeca.
—Mierda. —La jalé desesperadamente, sin querer que Maia la viera.

Logan rio entre dientes y se sentó de nuevo sobre la cama,


apartando mis manos.
—Sólo danos unos segundos más, Maia —le dijo.
—Uff —dijo ella—. Eso me dijo más de lo que necesitaba saber.
—Quítala —susurré, a medida que luchaba por desatar el nudo.
Él estaba temblando de risa.
—¿Dónde está la otra?
Levanté mi muñeca y fruncí el ceño.

—Debes haberla quitado. —Miré cautelosamente a la puerta del


dormitorio—. ¿Pensé que Maia se quedaría con Shannon anoche? —Sólo
la idea de ella escuchando lo que había pasado en esta habitación me
hizo sonrojar con mortificación de pies a cabeza. Hace algunos meses
343

había desocupado mi apartamento y me había mudado con Logan y


habíamos estado siendo bastante creativos en el sexo desde entonces,
Página

encontrando tiempo para tener maravilloso y muy ruidoso sexo cuando


Maia no estuviera en casa. Las veces que estaba en casa eran las veces
que a Logan le encantaba mirarme morder mi labio para contener los
gritos de placer.
—Lo estaba. —Me aseguró mientras desataba la corbata.
Tan pronto como lo hizo, me puse la camiseta.
—Entraré antes que el café se enfríe.

—Entra —dijo Logan una vez que me cubrí y la corbata estaba


escondida.

Maia abrió la puerta y entró llevando dos tazas de café. Mis labios se
abrieron ante la visión de ella. Ya estaba vestida con su atuendo de dama
de honor.
—Te ves hermosa —dije.
Sonrió, pasándome mi café.
—Bueno, no te pongas todo llorosa conmigo, Grace.

—Tiene razón. —Su papá se levantó para presionar un beso en su


mejilla a medida que tomaba su café—. Te ves hermosa, cariño.

Se sonrojó y alisó sus manos ahora libre por su vestido rosa claro. Era
un rosa tan sutil que era casi color perla. Tenía pequeñas mangas
abultadas, un escote en forma de corazón y una ligera oscilación en la
falda. La falda llegaba a sus rodillas, así podíamos ver los hermosos zapatos
abiertos de plataforma rosas aperlados que tenía puestos. Su cabello
estaba peinado en elaborados espirales levantados y rizos puestos en su
lugar con pequeñas perlas y circonitas.
—Te ves tan grande.
Maia me sonrió tímidamente.
—¿Crees que le gustará a Charlie?

Su padre gruñó ante la mención del nombre del chico al que Maia
había estado viendo por los últimos ocho meses. No sé por qué estaba tan
preocupado. Charlie era lo opuesto a un chico malo si alguna vez había
conocido uno.
344

—Estoy segura que lo hará. ¿Qué haces aquí? Claramente deberías


estar en casa de Shannon. —Le señalé.
Página
—Sí, el estilista y el maquillista hicieron mi cabello y maquillaje
primero, así que pensé que tomaría un taxi y regresaría a casa para
asegurarme que ustedes dos estuvieran levantados. Afortunadamente lo
hice, sino todavía estarían durmiendo.

—Hablando de eso, voy a bañarme. —Logan puso su taza ahora


vacía sobre la mesita de noche y salió apresurado de la habitación.

—¿Está nervioso por acompañar a Shannon hacia el altar? —dijo


Maia después que se hubo ido.
—Nop. Se siente honrado.

Observé a Logan acompañar a su hermana hasta el altar algunas


horas después, mi pecho desbordado con orgullo. Todavía pensaba que
era increíblemente valiente que lo eligiera a él en lugar de a su padre, y
estaba complacida de ver que a pesar del enojo que causó, sus padres
todavía habían asistido. Aparentemente, su padre había recapacitado y
entendió por qué significaba tanto para Shannon que Logan fuera el que
la entregara.
También habían estado allí para Maia hasta ahora.

Sin extrañar, Maia, sabiendo lo que eran capaces de hacer,


mantuvo sus defensas altas alrededor de ellos, habiendo aprendido
demasiado joven lo que era tener a alguien que te importa en un
momento y dejar de preocuparle al siguiente.
Pero los MacLeod estaban tratando.

Shannon sólo tenía una niña de las flores, una dama de honor y una
madrina de honor. Tenía a Maia como dama de honor, la sobrina de Cole,
Belle, como niña de las flores, y su amiga Rae era madrina de honor. La
había conocido sólo una vez antes. Rae trabajaba con Cole en el estudio
de tatuajes, y ella misma era una chica tatuada de aspecto motorista que
345

de alguna manera hacía a su vestido parecer más rudo.


Podría haber sido las botas de motorizada que Shannon le había
Página

permitido que se pusiera.


Tanto Shannon como Cole habían escrito sus propios votos, así que
tenía manchas de rímel alrededor de mis ojos para el momento en que
terminaron. Aunque, me alegré de ver que no era la única afectada,
podía ver que Ellie, Jo y Hannah estaban dándose toquecitos en sus ojos.
Sólo Olivia y Joss tenían los ojos secos, pero sus radiantes sonrisas
iluminaban toda la iglesia.

Nunca conocería a gente como ellos, pensé mientras miraba


alrededor de la habitación a las mujeres, hombres y niños que habían
invitado Shannon y Logan a sus vidas y con la misma facilidad nos tomaron
a Maia y a mí.
—¿Necesitas un pañuelo allí? —me susurró Aidan al oído.

Juno, que estaba sentada a su lado, clavó su codo en su estómago


para callarlo.

Chloe, que estaba sentada a mi otro lado, me entregó un pañuelo


de papel.

Puse los ojos en blanco ante su gentil burla, pero me alegré de que
estuvieran aquí conmigo.
Toda mi familia junta en una habitación.

—Bueno, abandonemos este lugar y salgamos de aquí —anunció


Shannon precipitándose hacia nosotros, arrastrando a Cole con ella.

El salón de la recepción era enorme ya que tenían una gran


cantidad de invitados, pero aquellos de nosotros que éramos familia y
amigos cercanos habíamos empujado dos mesas y estábamos sentados
alrededor de ellos, hablando y bebiendo, relajados ahora que la
ceremonia y la cena habían terminado.
Miramos hacia Shannon, divertidos.
346

Su vestido, uno blanco, que abrazaba su figura a la perfección, por


las pantorrillas de largo y con estilo de los años cuarenta, todavía estaba
Página

inmaculado. Así como los zapatos Kurt Geiger de diez centímetros que
llevaba puestos. Sin embargo, sus mejillas estaban sonrojadas, y su cabello
caía de los clips que el peluquero había usado.
Parecía abrumada.

—Lo digo en serio. —Asintió—. Tenemos que salir de aquí. Mis mejillas
duelen, mis pies duelen y estoy harta de hablar con gente con la que casi
nunca hablo en lugar de las personas con las que quiero hablar. —Hizo un
gesto hacia nosotros.

—Traté de decirle que esto sería así —dijo Cole mientras envolvía sus
brazos alrededor de su cintura y la atraía hacia él.

—Vayamos al Walk o algo así. —Ella se refería a un pub que sabía


que era el preferido de Cole en Leith Walk.

—Nop. —Él la besó en la mejilla con tono de disculpa—. Estamos


atrapados aquí.

—Eso no significa que tengas que deambular alrededor de todos los


demás —dije, empujando una silla vacía hacia ella—. Siéntate con
nosotros. Si alguien quiere hablar contigo, pueden venir a ti.

Sus ojos se iluminaron ante eso, e inmediatamente se quitó los


zapatos y balanceó sus pies descalzos hacia mí. Logan empujó una silla
hacia Cole, quien se dio por vencido y decidió unirse a nosotros también.
—Qué demonios —murmuró—. Es nuestra boda.

—Tendríamos que haber hecho eso en nuestra boda —le dijo Joss a
Braden.

Su esposo sostenía a la bebé Ellie en sus brazos, balanceándola


suavemente mientras se fijaba en todo. Shannon y Cole habían tenido
deliberadamente una boda y cena tempranas para que los niños pudieran
disfrutar de todo.

—Probablemente —dijo él—. Pero disfruté bastante lo torturada que


estabas por todo.
—Eres tan romántico —dijo ella secamente.
Él le guiñó un ojo y ella puso los suyos en blanco.
347

—Todo el mundo debe hacer lo que nosotros hicimos —dijo


Hannah—. Marco y yo sólo los invitamos a ustedes y fue perfecto.
Página
—Oh, no. Me gusta todo lo de la gran boda —desestimó Ellie—. Me
encantan las bodas.
—Lo sabemos —dijeron Joss, Jo, Liv, y Hannah al unísono.

Ellie las fulminó con la mirada, y Adam puso su brazo alrededor de


ella, atrayéndola a su costado.
—Ignóralas, cariño.

—Te encanta que me encanten las bodas, ¿verdad? —le dijo a él,
con los ojos abiertos de par en par, todavía, de alguna manera poniendo
este adorable puchero a pesar de que estaba en sus treinta y tantos años.
—Absolutamente —logró decir su esposo con una expresión seria.
Braden lo arruinó gruñendo ruidosamente con incredulidad.

—Bueno, Grace y yo probablemente sólo haremos algo pequeño —


anunció Logan, haciendo que las dos mesas por completo se callaran.

Me puse rígida y sentí la mano de Chloe apretando mi rodilla en


reacción al anuncio.
Maia se quedó sin aliento.
—¿Se van a casar?

—En algún momento —dijo Logan, luciendo confundido por la


repentina atención de todos.

—Pero, ¿se lo has propuesto? —Shannon se inclinó sobre la mesa, sus


ojos brillando de emoción.

—En algún momento lo haré. —Él miraba a través de la mesa hacia


mí, al parecer en busca de ayuda.
Sólo podía mirarlo de regreso en shock.
No me había mencionado el matrimonio.

—¿Por qué Grace se ve como si acabara de escuchar esto por


primera vez? —preguntó Olivia, con diversión en su expresión.

—Porque así es —respondió Chloe a mi lado. Ella sabría, porque sería


348

la primera persona en saberlo.

—Auch, Logan —le espetó Jo—. No puedes ir anunciando estas


Página

cosas sin hablar con la futura novia en primer lugar.


—Terrible movimiento, compañero. —Nate sacudió la cabeza.

—Bueno… —Logan miró a todos y luego a mí antes de llegar a la


conclusión que lo había hecho de la manera equivocada—. Mierda.
—Logan MacLeod, hay niños presentes —carraspeó Elodie.
—Mis disculpas —dijo, casi con timidez.

Me reí ante el hecho de que nadie, absolutamente nadie más en el


planeta podía intimidar a Logan, pero Elodie Nichols podía hacerlo sentir
como un colegial errante.

Nuestros ojos se encontraron cuando se volvió hacia mi risa. Sus ojos


preguntándome si estábamos bien. Sonreí.
—Sólo asegúrate de hacer una proposición increíblemente fabulosa.

Todo el mundo resopló y rieron entre dientes ante la mirada de


Logan, su promesa de hacer precisamente eso ardió desde su mirada a mi
alma.
—Qué manera de eclipsar mi boda, idiotas —bromeó Shannon.

Eso nos sacó a Logan y a mí de nuestro momento, y pasé un brazo


alrededor de ella, abrazándola en disculpa. Ella desestimó mi gesto con la
mano, riendo, aparentemente demasiado entusiasmada ante la
perspectiva de nosotras convirtiéndonos en cuñadas.

A medida que la conversación avanzaba a otras cosas, Maia corrió


alrededor de la mesa hacia mí, inclinándose para mirarme a la cara. Por
un momento nos miramos la una a la otra, y sentí todo lo que estaba
sintiendo sin que ella tuviera que decir nada. Extendí la mano para tocar su
mejilla, y sus ojos brillaron con lágrimas.
Sólo así, mis ojos también se llenaron con ellas.
Porque de repente lo supimos.
Ella y yo… teníamos a Logan y nos teníamos la una a la otra.
Y eso significaba que finalmente íbamos a estar bien.

Miré hacia Logan para encontrarlo observándonos fijamente, como


349

si supiera lo que había pasado entre nosotras. Sus ojos se oscurecieron por
la emoción profundamente que sentía. Sus labios se separaron y articuló:
Te amo.
Página
Y mientras lo murmuraba de regreso, en ese momento, justo ese
momento que jamás olvidaría, sentí la rara dulzura de la absoluta certeza…
de la felicidad absoluta.
De la familia absoluta.

350
Página
Epílogo
Traducido por Otravaga, Ateh, Leogranda, SoleMary,

Apolineah17, Martinafab y Mae

Corregido por LizC

Cuatro días más tarde en Italia.


SHANNON
—Fue muy amable que Joss y Braden nos dieran la villa de nuevo —
dijo Cole mientras flotábamos en la piscina juntos. La primavera en el Lago
Como era realmente una ocasión apacible, un poco como un prematuro
verano británico, pero hoy era un día inusualmente caliente para la
temporada y estábamos sacando el máximo provecho de ello.

Me balanceaba suavemente contra él, mis piernas envueltas


firmemente alrededor de sus caderas, mis brazos alrededor de su cuello.

—Estoy tan contenta de haber venido aquí. —Había parecido la


opción perfecta para nuestra luna de miel.

Las manos de Cole masajearon mi trasero, con esa mirada de


párpados bajos haciéndome estremecer.

—Yo también. Tengo recuerdos particularmente buenos en esta


piscina.
Me reí.

—Estamos a plena luz del día. Sólo dejé que eso sucediera la última
351

vez porque estaba oscuro.

—Entonces, ¿eso significa que vas a dejar que me aproveche de ti


Página

en la piscina esta noche?


—Oh, tendrás que emborracharme primero. Quiero decir, mírate —
bromeé, pasando mis manos sobre sus fuertes bíceps—. ¡Guácala!
Se estremeció por la risa.
—Sé que te costará mucho, pastelito, pero hazlo por mí.

—Oh, entonces, está bien. —Me reí a medida que salpicaba mi


rostro de besos y fingía tantearme.
—Estás usando demasiada ropa —resopló.
—Estoy usando un bikini.
—Sí. Demasiada ropa.
Soltando una risita, me aferré más a él, instando a mi cuerpo a
acercarse más al suyo mientras el agua suavemente trataba de
separarnos.
—Creo que deberíamos volver aquí para cada gran aniversario.

Deslizó sus brazos alrededor de mi espalda, arrastrándome contra su


pecho para que así nuestros labios estuvieran a tan sólo unos centímetros
de distancia. Me quedé mirando sus hermosos ojos verdes, y como
siempre, me sentí satisfecha con el profundo conocimiento de haber
encontrado a mi mejor amigo y mi familia en este hombre.

—Creo que esa es una gran idea —dijo suavemente, rozando su


boca sobre la mía—. Y cuando tengamos hijos y sean mayores, también
deberíamos traerlos aquí.
—¿Cuántos quieres?
Se encogió de hombros.

—No me importa. Seré feliz si tenemos uno o cinco, niños o niñas… En


tanto tengan un pedazo de mí y un pedazo de ti, eso es todo lo que
importa.
—¿Tienes que ser tan perfecto, Cole Walker?
—Todo esto es parte de mi encanto, señora de Cole Walker.

Me sonrojé, mi cuerpo hormigueando de excitación como lo hacía


352

cada vez que él me llamaba señora de Cole Walker. No sabía por qué eso
era tan excitante y tan provocativo, pero lo era, y en serio lamentaba
Página

confiárselo a él. Lo fulminé con la mirada.


—Dijiste que no lo harías. —Me retorcí cuando acunó mi trasero,
deliberadamente presionándome contra él.
Sonrió diabólicamente.
—Eres tan jodidamente adorable.

Cerré los ojos y bloqueé lo que le estaba haciendo a mi cuerpo. ¡No


había manera de que fuésemos a tener relaciones sexuales a plena luz del
día en una piscina!
—¡Quiero tres niños! —grité prácticamente para distraernos a ambos.
Justo como esperaba, Cole dejó de provocar mi cuerpo y se calmó.
—¿Tres?

—Ujum. —Abrí los ojos para mirar fijamente los suyos sinceramente—.
Niños o niñas… no importa. Aunque me gustaría un niño con ojos verdes y
cabello rubio rojizo.
Su sonrisa fue lenta e infantilmente satisfecha.

—¿Sí? ¿Y entonces, cuándo vamos a empezar a hacer que eso


suceda?

—¿En unos pocos años? —dije—. Todavía te quiero todo para mí por
un tiempo.

—En unos pocos años —murmuró, observándome con todo el amor y


la ternura del mundo—. Vamos a tener niños realmente lindos.
Asentí, abrazándolo con fuerza.
—E inteligentes.
—Y amables.
—Y talentosos.
—En serio nos amamos a nosotros mismos, ¿cierto? —confesó.
Sacudí la cabeza y lo miré a los ojos. No, sólo te amo de verdad.

Como si leyera mi pensamiento, Cole cerró la distancia entre


nosotros y me besó tan profundamente y con tanta fuerza, que
353

reconsideré todo el asunto de las relaciones sexuales a plena luz del día.
Página
Mientras tanto, de vuelta en Edimburgo.
HANNAH
No podía recordar la última vez que había ido a casa de mis padres
y que no fuese caótico. A mamá y papá tenía que gustarle de esa manera
porque era constante. Conocía a mamá lo suficientemente bien como
para saber que si eso le estuviera molestando, ella nos diría a todos que
nos largáramos.

—Papá, ¿puedo ir arriba y jugar en la computadora con Will? —dijo


Dylan en voz baja, mirando a su padre implorantemente mientras
estábamos de pie en el pasillo de la casa de mis padres.

Apenas habíamos puesto un pie en la puerta y ya mi sobrino Will


intentaba arrastrar a mi hijastro escaleras arriba.

Marco miró a Dylan, al igual que nuestro hijo Jarrod, que estaba
estirando su corto bracito hacia su hermano sin esperanza de alcanzar su
objetivo. En respuesta, Dylan lo ayudó estirando la mano y apretando la
suya.

—Sólo por un rato —dijo Marco—. Tu abuela Elodie ha hecho el


almuerzo, y vas a sentarte con la familia a comértelo.

—Eso va para ti también. —Adam, mi cuñado, salió al pasillo desde


la sala de estar.

Su hijo, Will, que era sólo un par de años más joven que Dylan, le
devolvió la sonrisa.

—Está bien —dijo y se encogió de hombros. Se hacía cada vez más


evidente a medida que pasaban los años que él había heredado su
naturaleza llevadera de mi hermana.
354

Dylan asintió también y luego siguió a Will escaleras arriba.


Página
—Me pareció oír voces. —Mamá apareció junto a Adam con el
pequeño Braden de cinco años en sus brazos.
Me acerqué para besar su mejilla y luego robarle a Bray.
—¿Y cómo está este hombrecito? —pregunté.

—Bien —dijo él, masticando un bollo de leche ahora pastoso que mi


madre probablemente le había dado—. Hambriento.

Jarrod hizo este tierno sonidito de gruñido a medida que trataba de


alejarse de su padre para alcanzar a Bray. Cuando no funcionó, de
inmediato estalló en agudos llantos. Por alguna razón, mi hijo había
decidido que le gustaba Bray por encima de todos sus primos.
Desafortunadamente, Bray estaba demasiado interesado en cosas de un
niño de cinco años para darle mucha importancia a las atenciones de un
niño de dos años de edad.

—Oh, querido —sonrió mamá—. Vamos a poner a Jarrod en el


corralito en la sala de estar.
—¿Dónde está Will? —preguntó Bray.
—Arriba.
—Baja, abuelita —dijo.

Mamá lo dejó en el suelo, y él se apresuró escaleras arriba tan rápido


como sus piernitas podían subir.

—Hannah, cariño —dijo papá, levantándose de su asiento para


abrazarme y besarme—. ¿Cómo estás?
—Bien, papá. Estresada con la escuela. Nada nuevo. —Sonreí.

—Enseñando —gruñó mientras tomaba a Jarrod en sus brazos. Mi


padre lo sabía todo acerca de los altibajos de la enseñanza. Era profesor
en una universidad—. Marco. —Asintió contento a mi marido y luego miró a
nuestro alrededor, frunciendo el ceño—. ¿Dónde están Dylan y Sophia?

—Dylan está arriba con Will, y Sophia… —Miré por encima del
hombro cuando Ellie entró en la habitación con mi hija en brazos—. Corrió
directamente a la cocina.
355

Sophia adoraba a su tía Ellie y al parecer tenía algún tipo de radar


psíquico para encontrarla.
Página
Ellie se acercó para darme un beso en la mejilla, y Sophia enterró su
cabeza en el pecho de su tía, indicando claramente su “Me niego a
ceder”. Mis ojos sonrieron a los de Ellie.
—¿Cómo estás?

—Bien —dijo sonriente—. Reservamos nuestras vacaciones en familia


esta mañana.
—Oh, ¿a dónde van?

—Disney World —respondió Adam, acercándose por detrás a su


esposa. Pareció afligido simplemente al pensar en ello—. Florida.
Ellie estaba sonriendo de oreja a oreja.
—Va a ser fantástico.

—Fantástico —murmuró Adam, haciendo una mueca de horror


detrás de su espalda.

Marco tosió, tratando de encubrir una risa, pero no estaba


engañando a nadie. Ellie le lanzó una mirada de reojo.
—¿Mi marido está haciendo muecas a mis espaldas?
Marco recobró la compostura.
—Absolutamente no.

—No te creo. —Miró por encima del hombro a Adam—. Vas a


disfrutar el reino mágico, Adam Sutherland, fin de la historia.
Él la miró fijamente y luego se volvió hacia nosotros.
—A los niños les encantará; eso es lo que importa. Aunque pienso
que Bray todavía es demasiado joven para ello.

—Entonces iremos otra vez cuando sea mayor. —Ellie se encogió de


hombros.
Adam palideció.
—Necesito un trago.
—Te traeré uno —ofreció mamá—. Alcohol, ¿no?
356

—Realmente te amo, Elodie —dijo.


Página

Ella rio.
—Voy a traerte una cerveza. ¿Clark?
—Sí, gracias, cariño.

—Sólo voy al baño —dije, rozando una mano por el cabello de


Sophia cuando la pasé y a Ellie.

Acababa de terminar en el inodoro y había abierto la puerta para


salir cuando fui bloqueada por Marco. Puso suavemente una mano en mi
estómago y me empujó hacia el interior, cerrando la puerta detrás de él,
encerrándonos dentro.
—¿Qué pasa? —Miré hacia él con sorpresa.

En respuesta, deslizó sus manos a través de mi estómago y hacia


abajo sobre mis caderas, agarrándolas para poder empujarme en su
contra. Mis propias manos se apoyaron sobre su pecho a medida que
levantaba la mirada a sus hermosos ojos.

—Cariño, ¿qué pasa? —repetí, preocupándome cada vez más por


la mirada ansiosa en sus ojos.
—¿No estás molesta? —dijo.
—¿Por qué?
—¿Por toda la charla sobre Disney World?

De repente comprendí de golpe. Negué con la cabeza


enfáticamente.
—No. No lo estoy.

A pesar de que los dos teníamos empleos a tiempo completo, como


una pareja joven viviendo en una casa de cuatro dormitorios en el centro
de Edimburgo, nuestras vidas no eran financieramente fáciles. Por supuesto
que habíamos tenido un mejor comienzo que la mayoría porque mi seudo
hermano mayor Braden había orquestado junto con Ellie y me habían
comprado un precioso apartamento en New Town. Había vendido el
apartamento para hacer un depósito considerable en nuestra casa de
cuatro dormitorios, pero aun así teníamos una hipoteca considerable a
pagar, así como tres niños para vestir y alimentar.
357

Costosas vacaciones en Disney World no estaban exactamente


sobre la mesa para nosotros en este momento.
Página
—Ya aprovecharemos alguna rebaja y llevaremos a los niños a
España o algo así —le recordé—. E incluso si no podemos hacer eso,
simplemente los llevaremos a un viaje de un día por todo el país.
Marco asintió, pero aún no se veía del todo convencido.
—No quiero que tú y los niños se pierdan de nada.

—¿Perdernos de qué? —Lo apreté más fuerte—. Una casa preciosa,


un marido que me ama, un padre que los adora. ¿Qué es exactamente lo
que nos estamos perdiendo?
—¿Estás segura? —dijo, ahora con voz ronca.

Deslicé mis manos alrededor de su cuello y llevó su boca a la mía.


Bromeé con mis labios sobre los suyos, rozando mi labio superior sobre el
suyo inferior, luego mi labio inferior sobre el suyo superior.

Él gimió, su agarre en mis caderas casi haciéndome hematomas, y


sentí su reacción inmediata empujando en mi estómago.
Mi piel se calentó y le di un beso, amando cómo podía encenderlo
tan fácilmente.

El beso se volvió húmedo, profundo, duro, nuestras manos


deslizándose, tocando y halando para acercarnos.

El sonido de mi madre llamando a los niños ya que el almuerzo


estaba listo rompió a través de nuestra bruma y de mala gana nos
separamos. Mis pechos se alzaban en las manos de Marco, así que los
amasó una última vez antes de deslizar sus manos a una posición más
segura en mi cintura.
—Supongo que eso significa que estás segura. —Su voz retumbó con
diversión.
Sonreí hacia él.
—Cariño, todos los días contigo son unas vacaciones.
Sus ojos se tornaron cálidos, llenándose de ternura.

—¿Dónde están Hannah y Marco? —Escuché a mi madre decir en


voz alta.
358

—No sé —respondió Will alegremente.


Página

Mis ojos se abrieron de par en par.


—Voy a salir primero y te dejo para… —Hice un gesto a su erección.
Cerró los ojos con fuerza.
—Mi culpa por elegir una esposa ardiente.

Me reí entre dientes y pasé por delante de él mientras se apartaba


de la puerta.

—Les diré que bajarás en un minuto. —Abrí la puerta y miré de nuevo


hacia él—. El tío Gio. Desnudo.

Marco maldijo y arrojó una toalla de manos hacia mí, yo reí,


huyendo del baño y cerrando la puerta detrás de mí.

—¡Apuesto a que funciona! —grité a través de la puerta, y reí todo el


camino abajo.

A mi llegada a la sala del comedor, Dylan palmeó el asiento junto a


él.
—Hannah.

Como siempre, mi pecho estalló con sentimiento a medida que me


acercaba para unirme a mi hijastro. Dylan adoraba a su padre, y por
supuesto que amaba a su madre un montón, pero estaba contenta de
haber ganado su amor en los últimos años y la codiciada posición de ser la
persona que más quería se sentara junto a él en las comidas. Justo cuando
estaba a punto de sentarme, Sophia decidió que me había extrañado en
los últimos diez minutos y se negó a sentarse en cualquier lugar que no
fuera en mi regazo. Estaba claro que ella no se había dado cuenta que a
los cuatro años de edad era mucho más grande de lo que era a los dos.
Pero no importaba. Mamá ya me había advertido que llegaría un
momento en que a Sophia no le gustaría ser vista conmigo, y mucho
menos sentarse en mi regazo, así que estaba decidida a tener su atención
tanto como fuera posible.

La piel de mi cuello se erizó y supe que mi marido había entrado en


la habitación. Miré hacia él a medida que avanzaba con Adam, éste de la
mano de Bray mientras Marco llevaba a Jarrod.

Marco se sentó junto a mí, lanzándome una mirada que prometía


359

retribución más tarde por nuestro momento arriba. Jarrod inmediatamente


tomó un mechón del cabello de Sophia, y ella se volvió y le hizo cosquillas
en el cuello en respuesta, provocando una risita de él.
Página
—¿Todo el mundo está listo para comer? —preguntó mamá a la
mesa, y a medida que observaba alrededor a mi familia, me sentí
extrañamente emocional. Miré de nuevo a Marco, que pareció sentirlo y
me veía con atención.

Como siempre hacía. Mis sentimientos eran la prioridad número uno


para él, y nunca dejaba que lo olvidara.
Pensé en lo que me había preguntado arriba.

—Estoy tan segura —susurré, y mi marido extendió su mano libre para


apretar mi rodilla debajo de la mesa.

OLIVIA
Estaba demasiado tranquilo. Muy, muy tranquilo en casa.

Me acurruqué en un enorme y cómodo sillón en la sala de estar (la


más pequeña de nuestras dos salas), donde estaba leyendo un libro de un
autor con el que Grace trabajaba. Llegué a una parte húmeda que me
hizo enrojecer y miré a mi magnífico esposo, que yacía en el sofá leyendo
una novela gráfica (porque nunca había dejado de ser un niño grande).

Mi intención era saltar sobre él cuando un pensamiento se me


ocurrió, que alguna de nuestras chicas podría venir corriendo e
interrumpirnos. Fue entonces cuando me di cuenta que la casa estaba
muy, muy tranquila.
—¿Dónde están las chicas? —dije a Nate.

Volvió la cabeza en el cojín rechoncho contra el que estaba


descansando y me miró por encima de las gafas que ahora tenía que
llevar. Las odiaba. Yo pensaba que le hacían lucir adorable. Qué era
360

exactamente por lo que las odiaba.


—Pensé que estaban en la sala de estar viendo una película.
Página
—Y por lo general vienen bailando, cantando o chillando de algún
modo. —Me levanté de la silla, dejando mi libro en mi lugar—. Vuelvo en
un segundo.
—Cariño, ¿me puedes conseguir un café mientras estás allí?

—Tu falta de preocupación es maravillosa —dije poniendo los ojos en


blanco y desapareciendo de la habitación.

Lo que encontré en la sala me hizo detenerme en seco con un


pequeño suspiro.

Reproduciéndose en la gran pantalla de televisión que Nate había


montado en nuestra pared por encima de la chimenea estaba nuestro
DVD de boda.

Lily y January estaban sentadas en el sofá, calladas como ratones


mientras observaban a sus padres bailando en su recepción.

También me quedé mirando la imagen, en la forma en que Nate me


sostenía tan cerca y me observaba a los ojos como si no hubiera nadie
más en el salón con nosotros.

Claramente las chicas estaban hipnotizadas por esto, viéndolo como


si estuvieran viendo una película de princesas Disney.

Sentí calor en mi espalda segundos antes de que unos brazos se


deslizaran alrededor de mi cintura y me atrajeran hacia atrás contra un
pecho duro. Me relajé contra Nate, cubriendo sus brazos con los míos. Él
acarició mi cuello y me susurró al oído:
—Buena elección de película.
Sonreí satisfecha.
—No la he visto en años —susurré en respuesta.

Lily se volvió, habiéndonos escuchado. Llevaba una mirada de


disculpa.
—Oh. Sólo la encontramos.
January nos miró por encima del hombro.
361

—Mami, tu vestido es muy bonito.

—¿Todavía lo tienes? —preguntó Lily, sus ojos brillando con tan solo
Página

pensar en llegar a usarlo.


—Así es. Voy a mostrárselos, pero tienen que tener mucho cuidado
con él, ¿de acuerdo?
Ellas asintieron con solemnidad, mis dos angelitos.
—¡Papi, estás vistiendo una falda allí! —dijo Lily riendo.

—Estoy usando una falda escocesa —reconoció a medida que me


arrastraba hacia delante como si yo fuera su marioneta, haciendo que las
chicas rieran más duro.
—¿Te gustó llevar una falda escocesa?
Él me apretó con más fuerza.
—No lo sé. ¿Me gustó usar una falda escocesa?
Negué con la cabeza.
—Te quejaste de eso todo el día.

Lily pausó el DVD y se dio la vuelta en el sofá frente a nosotros. Como


siempre, January hizo lo mismo que su hermana mayor.
—¿Prefieres usar una falda o un pañal? —Ella sonrió como si hubiera
pensado en la cosa más divertida del mundo.

Me sacudí con la risa, preguntándome si Nate lamentaba introducir


nuestros “qué preferirías” en las conversaciones a nuestras hijas.

—Hmm. —En realidad fingió reflexionar sobre ello—. Creo que


prefiero ponerme una falda escocesa.
—¿Por qué?
—Porque es más cálida y menos humillante.
Lily rio de nuevo, pero Jan arrugó la nariz.
—¿Qué significa humil-humanante?
—Humillante —le corrigió Lily—. Significa vergonzoso.
Mi inteligente pequeña galletita sabelotodo.

—Oh. —Jan rio a carcajadas, los hoyuelos que había heredado de


362

su padre apareciendo—. Sí, un pañal te haría lucir tonto, papi.


—No lo sé.
Página

Miré por encima del hombro para verlo.


—Un pañal, ¿en serio?
Él sonrió, exhibiendo sus propios hoyuelos.
—Podría llevar un pañal.

—Cariño, te quiero, y creo que eres muy guapo, pero ni siquiera tú


podrías llevar un pañal de hombre.
Él resopló.
—Quizá tengas razón.

—Mamá, ¿preferirías estar casada con papá o el hombre del


comercial del lavaplatos líquido? —Lily sonrió con picardía.
Le lancé una mirada de advertencia a mi hija cuando me delató
descaradamente.
Nate me soltó muy despacio y giré para mirarlo.
—¿Qué es eso? —bromeó.
Me encogí de hombros tímidamente.
—Es muy guapo.
—¿Y? —Él levantó una ceja—. ¿Yo o ese tipo del lavaplatos?
Ahora era mi turno para fingir reflexionar sobre ello.
—El tipo del lavaplatos en realidad lava los platos.
—Tenemos un lavavajillas.
—También limpia las encimeras de la cocina.

—Oye, teníamos un trato. Te doy dos lindas niñas, y tú limpias la


cocina.
—Esa es una buena oferta, mamá —dijo Lily sonriendo.
Le hice una mueca a Nate, quien no pudo seguir conteniendo la risa.
—Ella te atrapó con eso.

—No me atrapó con nada. Yo hice el arduo trabajo para producir


363

estos dos angelitos. Eso no tiene ningún sentido. Si alguien debería estar
limpiando las encimeras, eres tú.
Página

—Mamá, ¿preferirías…?
—No, me toca a mí. —Me incliné como pude con los brazos de Nate
envueltos a mí alrededor y rocé mi nariz sobre la de Lily y luego la de Jan.
Ambas rieron y me agitaron la mano—. ¿Preferirían vivir en las alcantarillas
con animales encantados, hermosos elfos y místicas ciudades de
alcantarillado, o en un hermoso bosque tranquilo con un montón de
princesas hermosas y príncipes encantadores?

Nuestras chicas se miraron por un segundo mientras lo


contemplaban y luego se volvieron al unísono y dijeron:
—¡Alcantarillados!
—Buena respuesta. —Asentí en aprobación.

—Esa fue una difícil. —Nate estaba pensativo—. En serio estaba


teniendo dificultades para dar con una respuesta a eso. —Puso una mano
en su corazón de una manera dramática—. Vivir en las cloacas sucias con
un montón de bichos raros adorables o atravesar un hermoso bosque con
una princesa hermosa. Está difícil. Muy difícil.

—¡Papá! —Las chicas rieron de su broma, sus risitas resonando con


más fuerza.

—Tienes suerte de que eres adorable en esas gafas. —Me presioné


contra él, riendo, cuando sus ojos se estrecharon con la palabra
“adorable” —. O podría simplemente sentirme ofendida por todo el asunto
de la princesa hermosa.

—Yo no lo haría —susurró él—. Ella era tan fría como el agua de lavar
los platos y seguía quedándose dormida.
—¡La Bella Durmiente! —gritó Jan, por encima de su cabeza—.
¿Podemos ver La Bella Durmiente?
—¡Sí! —gritó Lily, corriendo a través de la habitación hacia nuestro
mueble del DVD.
Nate miró de ellas a mí y resopló.

—El DVD de nuestra boda ha sido remplazado por La Bella


Durmiente.

Lo empujé lejos de las niñas, acurrucándome contra él apenas lo


364

tuve en la entrada. Cuando estuve segura que las niñas no podían oírnos,
le susurré:
Página

—Quizás hay algo bueno en toda esta cosa de La Bella Durmiente.


Sus manos se flexionaron en mis caderas, su mirada profunda
volviéndose más pesada y ardiente.
—¿Qué tienes en mente?

—Estoy pensando en una fantasía sexual. Esta noche. —Rocé mis


labios sobre los suyos—. ¿Tú eliges? ¿Interpreto a una damisela en peligro al
estilo cuento de hadas, o vamos con algo más de ciencia ficción? —Sonreí
sugestivamente.

—Nunca cambies —susurró él con voz ronca—. Eres absoluta y


jodidamente perfecta como eres.
—¿De qué están hablando? —llamó Lily ruidosamente.

—Tu padre sólo está recordando por qué se casó conmigo —le dije
de vuelta, y él sonrió, esos irresistibles hoyuelos destellando otra vez, como
solían hacerlo al menos treinta veces al día.

JOHANNA
—Belle ama este lugar. —Me acurruqué al lado de Cam a medida
que la brisa del agua me hacía poner la piel de gallina—. Debí haberme
puesto una chaqueta.

En respuesta, Cam abrió la suya y me puso en su interior, cerrando la


chaqueta sobre mí tanto como pudo.
—Deberíamos hacer el esfuerzo de venir más seguido.

Asentí, observando a Belle jugar en la playa con nuestros amigos, la


hija de Lym y Peetie, Sara. Lyn y la mamá de Cam, Helena, fingían
perseguirlas, y sus risas flotaban sobre el aire uniéndose a los graznidos de
las gaviotas sobre nuestras cabezas.
365

Siempre amé el pueblo natal de Cam en Longniddry. Amaba la


Página

playa cercana donde estábamos y amaba que a mi hija le encantara


tanto sus abuelos. Amaba que estuviera teniendo la clase de vida que yo
siempre había soñado tener de niña.

—Cole y Shannon disfrutarán el sol —dijo Cam, con una sonrisa en su


voz.

Belle pegó un grito mientras giraba fuera del alcance de Helena


solamente para correr directo a donde su abuelo Anderson. Él reía y la
lanzaba al aire, y ella reía y gritaba a medida que la giraba a su alrededor
antes de soltarla sobre la arena de nuevo. Sara exigió el mismo trato, y
Peetie la complació mientras Lyn y los abuelos miraban. Seguí a Belle con
mis ojos a medida que corría adelante un poco más.

Cuando la contemplé, ella se transformó en un pequeño niño con


cabello rubio rojizo, mirando el agua con asombro. Fue un recuerdo del día
en que había subido a un bus con él y lo llevé a Balloch de modo que él
pudiera ver el lago por primera vez. Él había tenido seis; yo sólo tenía
catorce.
—Todavía no puedo creer que mi hermanito se casó.
—Tiene veintisiete, Jo —me recordó Cam gentilmente.

—Siempre será mi hermano menor —susurré, sintiéndome un poco


emocional—. Lo comprenderás con Belle. Siempre tendrá seis años para ti.
—Cariño, ¿estás bien? —Inclinó su cabeza para mirar mi rostro.

—Es una tontería. —Sacudí mi cabeza, parpadeando para contener


mis lágrimas—. Sólo siento como si… desde que obtuve todo lo que
siempre quise, el tiempo pasó muy rápido. Belle estará en la secundaría
antes de que nos demos cuenta. Amo ser mamá. Nos amo como padres.
No quiero que eso termine.
—Eso nunca se termina, Jo.

—Lo sé, pero mira a Cole. No termina, pero ellos no te necesitan de


la misma forma después de un tiempo.

Cam se quedó en silencio un momento, pienso que sorprendido por


mi tristeza.
Pero como siempre, él también tenía la habilidad de sorprenderme.
366

—¿Tú…? ¿Tú quieres otro bebé?


Página

Me tensé contra él, asustada de mirarlo a los ojos y delatarme.


—Cumples cuarenta este año, Cam.

—Y tú solo comienzas los treinta y cinco. Todavía hay tiempo… ¿si


eso es lo que quieres?

La esperanza comenzó a burbujear en mi interior a medida que me


giraba a mirarlo. Por meses, esto ha venido presionándome, pero Cameron
nunca me había dado algún indicio de que él quisiera tener otro niño.
Sería más estrés financiero. Significaría quizás tener que buscar otro lugar
para vivir. Pero realmente quería otro bebé. Quería que Belle fuera una
hermana mayor como yo lo había sido y que tuviera un pequeño hermano
o hermana que la admirara de la misma forma que Cole me admiraba a
mí.
—¿Te gustaría tener otro bebé?

Cam buscó mis ojos, una pequeña sonrisa empezaba a mostrarse en


sus labios.

—Sí, quiero tener otro bebé. Simplemente pensé que no sería algo
que quisieras. Usualmente me dices cuando quieres algo, Jo. —Él ahora
estaba sonriendo mientras veía el entusiasmo presente en mis ojos.
—En serio quiero otro niño —susurré—. Realmente lo quiero.
Él asintió lentamente.
—Entonces empezaremos a intentarlo.
—¿Sólo así? ¿Sin discusiones?

—No será fácil. —Él dirigió la mirada hacia la playa. Los demás se
habían alejado de nosotros, y Belle y Sara estaban saltando a la playa
tomadas de la mano—. Pero lo vale.
Envolví mis brazos alrededor de su cuello, sosteniéndome con fuerza.
—Te amo.
—También te amo.

Lo besé, un largo, lento y dulce beso lleno con cada onza de amor y
gratitud que tenía dentro de mí ya que después de todos estos años
Cameron MacCabe todavía tenía la capacidad de hacerme la mujer más
367

feliz del planeta. Las lágrimas temblaron en mis pestañas, y cuando él


rompió el beso salpicaron sobre sus mejillas.
Página

Cam las limpió con su pulgar.


—¿Lágrimas felices?
—Mucho.
Sonrió y me abrazó más fuerte.
—Esto va a ser divertido.
—¿Añadir otro niño a la tribu? —resoplé, riendo.
—Me refería al sexo constante… pero sí, eso también.

Mi risa resonó por toda la playa mientras él tiraba de mi mano y me


llevaba hacia nuestra familia. Ante el sonido de mi risa, Belle, con el
cabello rubio volando salvajemente alrededor de su rostro sonriente,
inmediatamente corrió por la playa hacia nosotros.

ELLIE
Inclinándome ligeramente contra la entrada de la cocina de mi
madre, estudié la espalda de Adam mientras estaba de pie solo en el
fregadero lavando las tazas y los vasos que no pudieron entrar en el
lavavajillas.

No por primera vez le di gracias a Dios por haberme casado con un


hombre que no le importara los deberes de la cocina.

—Te puedo sentir allí, sabes —dijo en voz baja, las palabras con un
dejo de diversión.
Sonreí y entré en la habitación.
—Hannah y Marco se van a ir en un rato.

—Probablemente también deberíamos ir a casa. Creo que Jarrod ha


368

agotado a Bray.
Página
Deslizándome por detrás, pasé mis brazos alrededor de él,
cruzándolos sobre su pecho a medida que apoyaba mi mejilla contra su
hombro.
—Estaba pensando…
—Hmm, eso nunca es algo bueno.
—Lo digo en serio.
Adam resopló.
—Yo también.
Puse los ojos en blanco a pesar de que él no podía verme hacerlo.
—Te gustará esta línea de pensamiento. Lo prometo.

En respuesta dejó de secar una taza y se giró, así que tuve que
reacomodar mis brazos alrededor de sus hombros mientras me acercaba
pecho contra pecho hacia él. Me quedé mirando sus ojos oscuros, viendo
un atisbo de descontento en ellos. Había visto esa mirada varias veces
durante las últimas semanas, y estaba empezando a ponerme ansiosa. Fue
sólo después de haber reservado las vacaciones de los niños para Disney
World que empecé a sospechar que estaba mal.

—Te he estado descuidando —susurré, apartando dulcemente el


cabello de su rostro.

Había algunas arrugas alrededor de sus ojos que no solían estar allí,
pero sólo hacían que luciera duro e interesante. Malditos hombres. ¿Por
qué era que muchos de ellos conseguían un mejor aspecto con la edad
mientras que las mujeres tenían que trabajar hasta el culo para seguir
luciendo jóvenes?
—¿Ellie?
Sacudí mi cabeza, concentrándome.

—He estado trabajando en mi artículo, y he estado pasando todo mi


tiempo libre con los niños y tú has estado ocupado. No hemos tenido nada
de tiempo para nosotros.

Él asintió, algo parecido al alivio entrando en su expresión, y eso hizo


369

que inundara la culpa.


—¿Pensaste que no lo había notado? —dije.
Página
—Como dijiste, hemos estado ocupados. —Se encogió de hombros.

—Adam, me he dado cuenta que no hemos estado en una cita en


meses. He notado que no hemos tenido tiempo para más que un rapidín
en meses. —Me presioné sobre él—. Tienes que decirme cuando eres infeliz.

—Els. —Envolvió sus brazos con más fuerza alrededor de mí—. No soy
infeliz. Simplemente te he extrañado. Nunca quise ser como mis padres e
ignorar a mis hijos, pero también me gustaría algo de tiempo con mi
esposa de vez en cuando.

—A mí también. —Sonreí lentamente—. Es por eso que le pedí a


mamá y Clark que cuiden a los niños esta noche. Iremos a casa y les
conseguiremos algunas cosas para pasar la noche, lo traeremos aquí, y
entonces tú y yo podemos hacer lo que condenadamente queramos.
Adam arqueó las cejas.
—¿Estás bromeando? Porque si estás bromeando, es muy cruel.
Solté una risita.
—No estoy bromeando. Sólo tú y yo, amor.

Me besó, un beso suave que prometía más, y entonces se apartó


para murmurar contra mi boca:

—Bueno, dejaremos las cosas de los niños y después iremos a casa,


así puedo follarte tan duro como pueda y tú puedes correrte tan
ruidosamente como quieras.

Una ráfaga de excitación se disparó directamente entre mis piernas,


así que asentí, sin palabras.
Sus ojos ardieron.
—Vámonos ahora.
Sonreí y asentí.
—Tengo otro regalo para ti.
—Por favor di que lencería transparente.
Riendo, negué con la cabeza.
370

—Mejor.
Página
Pareció dudoso de que hubiera algo mejor que lencería
transparente.

—Vamos a hacer lo de Disney World con los chicos en el verano y la


pasaremos genial con ellos. —Porque por mucho que él bromeara sobre el
caos pronosticado para las próximas vacaciones, le encantaba pasar
tiempo con sus chicos. Su verdadero problema había sido que él nunca
conseguía verme… a solas—. Y después de eso, tú y yo vamos a ir a la villa
de Joss y Braden en el Lago Como por cuatro noches. Dijeron que
podíamos tenerla, y mamá y Clark están encantados de cuidar a los
chicos.

Adam se me quedó viendo por un momento con incredulidad.


Cuando se dio cuenta que hablaba en serio, me besó de nuevo, más
fuerte esta vez. Rompimos el beso para jadear en busca de aire, y dijo, con
voz ronca:
—Maldición, en serio te amo.
—Es un poco difícil odiarme, cariño —bromeé.

—No estás bromeando —gruñó, dirigiéndome nuevamente hacia la


puerta—. Casa, cosas de los niños, de nuevo aquí, casa, revolcarnos como
adolescentes. Ahora.
Bueno, no tenía que decírmelo dos veces.

JOSS
—Mamá, ¿estás escribiendo?

Mis dedos se quedaron inmóviles por encima de las teclas de mi


portátil ante el sonido de la voz de mi primogénita detrás de mí.
371

—¿Esta es la habitación en la cual escribo? —dije sin darme la


vuelta.
Página

—No parecía como si estuvieras escribiendo.


Me giré en mi silla para encontrar a Beth cerniéndose en la ahora
abierta puerta de mi oficina.

—¿La puerta cerrada y el sonido de las teclas golpeteando no lo


reveló?

Mi hija de once años hizo una mueca de una manera que era
demasiado parecida a mí.

—Papá está con Ellie, Luke está jugando un videojuego, y yo estoy


aburrida.
—Pensé que estabas leyendo.

—Lo estaba, pero mi libro es aburrido. Además… es sábado, sabes.


—Puso las manos en sus caderas y me miró enojada.

Sentí que esa mirada fulminante me golpeó en el pecho y un poco


de dolor se extendió de él. Trataba de hacer mi mejor esfuerzo para
equilibrar mi escritura y mi vida con mis hijos y con Braden, pero
evidentemente a veces me equivocaba.

—Ve y has que Luke se prepare, yo iré por tu padre. Saldremos a


comer y ver una película. ¿Suena bien?

—En realidad no debería tener que soltar estos indicios sobre cómo
ser un padre, mamá. —Levantó su ceja hacia mí de esta manera
seriamente instruida. Sinceramente no sabía de dónde sacaba estas
mierdas.
Levanté mi ceja directamente hacia ella.
—Está bien, listilla. Mensaje recibido.
Ella sonrió triunfalmente y salió corriendo para buscar a su hermano.

Me reí entre dientes a medida que guardaba el documento y


apagaba el ordenador. Mi hija se estaba haciendo demasiado inteligente
para su propio bien. Sin embargo, era difícil de controlar lo sabelotodo,
cuando tenía una madre como yo y un padre como Braden.

Encontrando a dicho padre en la sala de estar, me detuve en la


puerta para mirarlo por un momento. El cuerpo largo y todavía
372

deliciosamente bien cuidado de Braden se encontraba tumbado sobre el


sofá. Nuestra pequeña, Ellie, estaba tendida sobre el pecho de Braden. Los
dos estaban durmiendo.
Página
Saqué mi teléfono del bolsillo y comencé a sacar fotos.
—¿Qué estás haciendo? —murmuró Braden somnoliento.

Levanté la vista de mi teléfono para verlo frotándose los ojos con una
mano y acariciando la espalda de Ellie con la otra.

—Subiendo una foto de ti y Ellie durmiendo a Instagram. A mis


lectores les encantará.
Pareciendo más despierto ahora, frunció el ceño.
—¿Qué?

—¿No lo sabías, cariño? Tú eres su novio literario favorito que ha


cobrado vida.

—¿Has estado compartiendo fotos de mí con tus lectores? —Se


quejó adormilado.

—Tenía que sacarte algún uso. Has aumentado mis seguidores en las
redes sociales. Oh, mira. Ya tiene veinte me gusta. —Le sonreí por encima
de mi teléfono, y sus ojos se estrecharon.
—Me debes una por eso.
Mi cuerpo se calentó sólo por el pensamiento.
—¿Qué tenías en mente?
Sonrió, lenta, malvada y dulcemente.
—Ya se me ocurrirá algo.
—¿Me gustará?

—¿Estás coqueteando conmigo mientras nuestra hija está


durmiendo en la habitación?
Me acerqué a ellos.

—No puede oírme —dije en voz baja, agachándome en cuclillas


para acariciarle su suave cabello—. Está dormida como un tronco.
—Pensé que estabas escribiendo.
373

Volví mi atención de Ellie a Braden, cayendo como siempre en su


mirada azul pálido.
Página

—Beth me echa de menos. Aunque no lo dijo de esa forma.


—Ella no lo haría. —Sonrió él cariñosamente—. Es demasiado
parecida a su madre para admitir directamente cuando echa de menos a
alguien. Siempre tiene que envolver la sensación con sarcasmo.
Me reí entre dientes.
—Hace la vida entretenida para uno.
—No me gustaría que fuera de otra manera, nena.

Inclinándome, presioné mis labios contra los suyos, con la intención


de que fuera un beso suave, pero como siempre, se hizo más profundo.

—¡Puaj! —La voz de Beth nos separó—. Ya es bastante malo hacer


eso delante de mí, ¿pero delante de Ellie?

A su entrada ruidosa, Ellie se agitó en el pecho de Braden y comenzó


a gemir al ser despertada.
—Beth, tu hermana estaba durmiendo —le reprendí.

Ella inmediatamente se vio culpable y se deslizó a la habitación en


puntillas como si su entrada ahora silenciosa deshiciera el haber
despertado a su hermana. Deteniéndose justo a mi lado, se arrodilló y puso
la mano en la espalda de Ellie.
—Está bien, niña —dijo en voz baja—. Vamos a salir. ¿Quieres salir?

Ellie se extendió adormilada hacia su hermana, y Beth la tomó en sus


brazos con facilidad y se levantó.
—Voy a cambiarla.
Tiré del dobladillo de la falda de Beth.
—Gracias, cariño.

Una vez que se fueron, Braden se sentó, pasándose las manos por su
cabello revuelto.
—¿Vamos a salir?

Asentí y me senté en su regazo, desordenándole el cabello aún más


con mis manos.
374

—Beth estaba aburrida.


Frunció el ceño mientras envolvía un brazo alrededor de mi cintura.
Página

—Podría haberme llevado a los niños, dejarte aquí para escribir.


—No. —Lo besé de nuevo—. Beth tenía razón. Necesito pasar más
tiempo contigo y los niños. Quiero pasar más tiempo contigo.

—¿Y esta noche conmigo? —Él rozó su boca tentadoramente sobre


la mía.

—Cada noche contigo —respondí en un susurro, y me besó con más


fuerza.
—¡Puaj!

Esta vez nos apartamos para encontrar a Luke parado en la puerta


con los brazos cruzados sobre el pecho.

—¿Tienes algún problema? —Le arqueé la ceja a mi hijo de ocho


años.

—Sí. —Lo dijo como si debiera ser obvio—. Se supone que no deben
hacer eso delante de sus hijos. Eso es lo que dice Beth. Lo dice como si
fuera una regla.
Braden rio entre dientes.

—Hijo, los únicos que hacen reglas en esta casa son papá y mamá.
¿Entendido?
Él asintió obedientemente, pero todavía se veía consternado.
—¿Tal vez debería ser una regla?
Contuve la risa por la esperanza en la pregunta.

—Créeme, amiguito —dijo Braden, apretando mi cadera para dar


énfasis—. Esa es la única cosa menos probable que se convierta en una
regla en esta casa.
—¿Pero hay oportunidad?
Volví la cara en el cuello de Braden para ocultar mi sonrisa de Luke.
—No. Hay cero posibilidades.
—Cuando cumpla dieciocho, ¿voy a ser capaz de hacer reglas?
Sintiendo a dónde estaba yendo esto, Braden rio entre dientes.
375

—Hijo, cuando cumplas dieciocho años, una regla de no-besar-a-


chicas será la última cosa que querrás establecer.
Página
—Puede ser. Sin embargo, una norma de no-besar-a-mamá
definitivamente se establecerá. —Él desapareció por la puerta y le oímos
gritar a su hermana, probablemente yendo en su busca para quejarse de
nosotros.

—Están conspirando contra nosotros —murmuré ominosamente,


mirando por donde se había ido nuestro hijo.

—Oh, lo pueden intentar. —Braden volvió mi cara para besarme otra


vez. Cuando se retiró, sonrió—. Pero no van a tener éxito.

Sonreí ante el humor en sus ojos, el humor que compartía, la


conexión que nosotros compartíamos que nos hacía pasar por
absolutamente todo, y sabía que siempre lo haría.
—Tenemos esto.

—Tenemos esto —concedió Braden, y luego me besó una vez más


cuando Luke volvió a entrar en la habitación, y nuestra risa emergió contra
los labios del otro ante el sonido de indignación de nuestro hijo.

GRACE
—Tienes que ser más amable con Charlie —susurré al oído de Logan
a medida que entrábamos tomados de la mano al estadio de rugby.

Maia caminaba delante de nosotros, apretando con fuerza la mano


de Charlie mientras Chloe y Ed charlaban sobre algo.
Logan gruñó.
—Fui amable.

—Apenas le dirigiste dos palabras durante el trayecto en taxi hasta


376

aquí.

—¿Qué quieres que le diga? —Frunció el ceño—. Lo único que se me


Página

ocurre decirle implica amenazas.


—Fue un perfecto caballero con ella en la boda el otro día. Siempre
es un perfecto caballero.

Como si supiera que estábamos hablando de él, Charlie nos lanzó


una mirada por encima del hombro y palideció. Alto y desgarbado, era
lindo de una manera muy juvenil. Era inteligente, divertido y tenía estilo.
Llevaba un par de gafas negras de marco grueso que eran realmente
adecuadas a su rostro anguloso, y estaba vestido con una camisa blanca,
un chaleco negro y unos pantalones ahusados de traje negros con una
cadena que colgaba de un lado de la cintura al otro.

—Le podrías preguntar sobre su banda. Maia dijo que los chicos
reservaron un concierto.

—Una banda. —Logan negó con la cabeza—. Pasó de ser el Señor


Buen Chico al Chico en una Banda.
—Pensé que ya lo habías superado.

—No lo he superado porque cuanto más tiempo están juntos y


cuanto más se enamora del pequeño cabrón, más posibilidades tiene de
corromper a mi niña.
Apreté su mano.

—Tienes que dejarla crecer y confiar en ella para actuar con


responsabilidad.
Su rostro giró bruscamente hacia mí.
—¿Qué sabes tú? ¿Ha sucedido ya?

—Oh Dios mío, la paternidad te ha hecho enloquecer. —Suspiré—.


Vamos a hablar de otra cosa.
—¿Como qué?
—No sé… tal vez…

—¡Dense prisa, entrenadores lentos! —gritó Chloe hacia nosotros,


sonriendo.

Puse los ojos en blanco, pero Logan y yo corrimos y los seguimos por
las gradas. Juno esperaba en asientos de primera fila para nosotros.
377

—Hola, tú. —La abracé con fuerza—. ¿Cómo estás?


Página

—Bien. —Nos sonrió—. Emocionada por el juego.


—¿A quién apoyas, Grace? —Ed se burló de mí.
Era un partido Escocia contra Inglaterra. Hice una mueca.
—Gracioso.
—¿No, en serio?

—Estoy apoyando a Aidan —resoplé, y me senté con Juno por un


lado y Logan en el otro.
—Es decir, Escocia.
—Sólo lo confirmo.
—Chloe, por favor golpea a tu esposo por mí.
—¡Ay!
Miré a las sillas hacia ella y sonreí.
—Gracias.
Me guiñó un ojo e ignoró las quejas de Ed.
—¿Así que Aidan está listo? —dijo Logan a Juno.
—Como nunca lo estará.

—El lugar está lleno —señaló Charlie junto a Maia. Ella estaba
sentada al lado de su padre, dejando a Charlie a su otro lado. Chica
inteligente.

—Se trata de eso —dijo Logan, sorprendiéndome aún más cuando


preguntó—: ¿Eres un gran fan del rugby, Charlie?

Charlie y Maia parecieron igual de atónitos que yo. Charlie se


recuperó más rápido.
—En realidad no, señor.

—Yo tampoco. Pero es diferente cuando tienes a alguien a quien


apoyar.

—Oh, definitivamente —se apresuró a concordar—. Aidan es un tipo


genial.
378

Logan lo miró fijamente.


—Soy un tipo genial, Charlie.
Página
El novio de Maia tragó saliva.
—Por supuesto, señor.
Gemí.
—Casi lo tenías. Pero entonces lo arruinaste.
Logan sonrió sin arrepentimiento.
—¿Alguien trajo algo de comer? —gritó Chloe.
—No.
—¿Beber?
—No.
Chloe nos lanzó una mirada de disgusto.
—Lo hicieron muy bien, chicos.

—Ve y tráenos nuestras bebidas habituales —gritó Juno hasta la fila


de ella—. Todavía tenemos tiempo.

Mi amiga sacó su monedero. Logan me dio un golpecito con el


hombro.
—¿Quieres algo de beber?
Me mordí el labio y miré hacia él.
—Tal vez sólo agua.
—¿No quieres una cerveza o vino?
Negué con la cabeza.
Juno frunció el ceño.
—Siempre tomamos una cerveza para saludar a Aidan cuando sale.
—Lo sé. Simplemente no me siento de ánimos para una hoy.
Ella gruñó.
—¿Qué? ¿Estás embarazada?
379

Me sonrojé tanto que mi cara se sintió como si estuviera en llamas.


—¡Oh, Dios mío, estás embarazada!
Página

—¿QUÉ? —gritó Maia.


Logan se quedó en silencio a medida que me observaba en estado
de shock.
—¿Qué? ¿De qué me perdí? —escuché a Chloe preguntar.
—¡Grace está embarazada! —gritó Maia, y al menos sonaba feliz.
—¿Logan? —Tomé su mano—. ¿Estás bien?

—¿Estás embarazada? —dijo en voz baja—. ¿Embarazada,


embarazada?
Me reí de forma inapropiada.
—¿Hay algún otro tipo de embarazo?
—Hay un silencio embarazoso —sugirió Juno amablemente.

—¿Estás un poco embarazada o embarazada, embarazada? —dijo


Logan, ignorando absolutamente a todos menos a mí.
—Muy embarazada.

Salté de sorpresa cuando se abalanzó sobre mí, arrastrándome fuera


de mi asiento mientras se levantaba. Mis pies dejaron el suelo y me aferré a
él a medida que me abrazaba fuertemente, con la cara enterrada en mi
cuello.

Eventualmente, me bajó al suelo y se apartó para tomar mi cara


entre sus manos.

—Entonces, ¿supongo que estás feliz? —Sonreí, las lágrimas brillando


en mis ojos.
—Eso es subestimarlo, nena —susurró.

—¡Quiero un abrazo! —Maia se empujó contra nosotros, envolviendo


sus brazos a nuestro alrededor, en los estrechos confines de la fila.

Me reí cuando Logan deslizó un brazo alrededor de las dos y sonrió


como un niño pequeño.

—¡Uh, muévanse, gente! —resopló Chloe, agachándose bajo el


brazo para llegar a mí—. Dejen a la mejor amiga pasar.
380

—Esto en realidad no tiene nada que ver contigo, Chloe —bromeó


Logan con ella mientras se acurrucaba contra mí.
Página
—Oh, muchacho. —Ella negó con la cabeza como si sintiera pena
por él—. De verdad necesitas aprender más rápido de lo que estás
aprendiendo. La mejor amiga… que sería moi —hizo un gesto a sí misma—,
siempre está incluida en todo lo que no es sexo real.

—Y así es como arruinaron el momento para mí. —Maia arrugó la


nariz.
Logan resopló.
—Creo que sólo lo arruinó, punto.
Chloe levantó la nariz en el aire.

—No voy a escuchar tu negatividad. Voy a ir a buscar agua para mi


hermosa y brillante mejor amiga. Pensé que había algo diferente en ti esta
noche.
Asentí.
—Ajá. Claro que lo hiciste.

Se apartó del círculo y agarró a Ed, arrastrándolo por la fila y


volviendo a las escaleras en busca de bebidas.

Después de abrazar a Juno y Charlie, me senté de nuevo en mi


asiento, esta vez con el brazo de Logan alrededor de mis hombros.

Nos quedamos en silencio mientras todos comprendíamos la


importancia de las noticias y del momento.
Y entonces Logan dijo:
—El mejor juego de rugby jamás visto.
—Nada puede arruinar este momento —agregó Maia.
—¿Ni siquiera Inglaterra superando a Escocia? —bromeó Juno.
—Ni siquiera Charlie —dijo Logan deliberadamente.
—Aw, gracias, señor —dijo Charlie, sonando realmente contento.

Ante eso me eché a reír, soltando risitas que me hicieron doler el


vientre, y el sonido fue tan contagioso que contagié a Logan, Maia,
381

Charlie y Juno.
Página
Fin.

Página 382
Próximo
Libro
Cuando no está trabajando en el
club, Craig Lanaghan cuida de su
madre y hermanas menores. Así que,
cuando se trata de mujeres, lo único
que quiere es un buen momento. Pero
una vez que Rain Alexander entra en su
vida, no puede negar que esta mujer podría valer mucho más que una
aventura de una noche…

El pesar de toda la vida de Rain es haber dejado a su hermana


Darcy hace años sola con un tutor que resultó ser abusivo. Por lo tanto,
cuando el novio de Darcy la humilla públicamente de una manera cruel,
los instintos sobreprotectores de Rain entran en juego y lo sigue al Club 39,
donde conoce a un hombre que simplemente podría ser su pareja
perfecta.
La química entre Rain y Craig es explosiva, pero Rain está en busca
de venganza, y se niega a ser distraída por el coqueteo. A medida que las
cosas entre ellos se calientan, tendrá que tomar una decisión
desgarradora entre ceder al hombre de sus sueños o poner de primero la
felicidad de su hermana…
383
Página
Sobre la Autora
Samantha Young es una escritora escocesa graduada de la
Universidad de Edimburgo en 2009. Estudió historia antigua y medieval, lo
cual en realidad sólo significa que le gustaban las cosa viejas. Desde
febrero de 2011, Samantha ha estado auto-publicando sus novelas para
adultos jóvenes más vendidas por Amazon. Ha sido nominada para el
Premio al Mejor Autor y Mejor Romance Goodreads por su best-seller
internacional ON DUBLIN STREET.

Para obtener más información sobre la novela de ficción para


adultos de Samantha visita http://www.ondublinstreet.com

Saga On Dublin Street:

1. La Primera Cita de Elodie y Clark


2. On Dublin Street
3. An On Dublin Street Christmas
4. POV de Braden
5. Until Fountain Bridge
6. POV de Adam
7. Down London Road
8. POV de Cam
9. Castle Hill
10. Before Jamaica Lane
11. POV de Nate
12. Fall from India Place
13. Echoes of Scotland
14. Moonlight on Nightingale Way
15. One King's Way
384
Página
Créditos
Martinafab
Staff de Traducción Nelshia

Moderadora. Otravaga
Priix
LizC
SoleMary
Teffe_17
Traductores.
Adaly
Staff de Corrección
Apolineah17 Correctores.
Ateh
Âmenoire
Aylinachan
Becco
âmenoire
LizC
Beatrix85
Mariandrys
Gemma.Santolaria
Sabrinuchi
HeythereDelilah1007
Soulless
Jenn Cassie Grey
Jo
Leogranda Recopilación y revisión.
LizC LizC
LunaRowe
Mae
Diseño.
385

MaEx
Mae
Página

Marcelaclau
Página 386

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