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Generalidades de los Pórfidos de Cobre

Los pórfidos de Cu se definen como grandes volúmenes de roca (10 a 100 km3) con alteración
hidrotermal, dispuestos en un patrón concéntrico, cuyo núcleo constituye un stock porfídico de
emplazamiento pasivo, que presenta mineralización de sulfuros diseminada.

Los pórfidos cupríferos se distribuyen a lo largo de cinturones orogénicos (Fig. 27),


principalmente en el cinturón circum-Pacífico (Sillitoe, 1972). Dichos cinturones están asociados
a márgenes convergentes con magmatismo de arco, que puede ser tanto de arco de islas como
de arco continental.

En el registro geológico los pórfidos de cobre existen desde el Arqueano; sin embargo, la mayoría
de los depósitos pertenecen al Cenozoico (Fig. 28). Esto se debe principalmente a los efectos
combinados de la tectónica y la erosión.
Los yacimientos de este tipo se encuentran centrados en intrusiones porfídicas pequeñas en
forma de stocks cilíndricos o enjambres de diques, que se emplazan normalmente entre 1 y 4 km
por debajo de la paleosuperficie (Cox y Singer, 1988; Arribas, et al., 1995; John, et al., 2010;
Wilkinson, 2013). Estos intrusivos poseen una composición variada, desde dioritas calci-alcalinas
a cuarzomonzonitas y de dioritas alcalinas a sienitas. Recientemente se ha señalado la
importancia de estos cuerpos magmáticos precursores como la fuente de los metales, donde los
intrusivos actúan como canalizadores de los fluidos exsueltos de las cámaras magmáticas
parentales. Los intrusivos precursores se encuentran separados de los pórfidos, con los cuales
se encuentran relacionados, por periodos de tiempo de entre 1 y 2 Ma, que corresponden con
periodos de enfriamiento que permiten la exsolución suficiente de fluidos.

Las rocas encajonantes de los pórfidos cupríferos son muy variables y van desde rocas
sedimentarias y metamórficas más antiguas, hasta rocas volcánicas y plutónicas co-genéticas.

Las rocas volcánicas pueden ser previas a la mineralización, pero con mayor frecuencia son
parte

del edificio volcánico (Fig. 30) con el que se encuentra relacionado el cuerpo intrusivo subyacente
(Sillitoe, 1973). Este vulcanismo usualmente es de composición andesítica a dacítica, aunque
pueden llegar a presentar composiciones más félsicas, como riolitas e ignimbritas. Se ha
observado que el vulcanismo cesa entre 0.5 y 3 Ma antes del emplazamiento de los cuerpos
porfídicos. Cuando los cuerpos porfídicos intrusionan secuencias carbonatadas, es común el
desarrollo de cuerpos mineralizados de reemplazamiento de tipo skarn que son adyacentes al
pórfido mineralizado. También se ha reconocido la relación directa entre los pórfidos y los
yacimientos hidrotermales de alta sulfuración.
MINERALIZACIÓN EN PÓRFIDOS CU - AU

La mineralización generalmente se encuentra rellenando fracturas y microfracturas formando


vetas y vetillas, con direcciones controladas por la tectónica regional. Lo que a simple vista son
granos aislados y/o diseminados de minerales, son realmente microfracturas cicatrizadas
caracterizadas y camufladas de cuarzo-ortoza.

La mineralización y alteración pueden presentarse tanto en intrusivos, como en las rocas de caja.

Generalmente la mineralización presenta un núcleo de baja ley que contiene pirita


diseminada que grada hacia fuera en una zona de mena. En la zona de mena se presentan
vetillas y diseminación de pirita con calcopirita subordinada (mena de cobre) y molibdenita
(mena de molibdeno). Es frecuente el desarrollo de una zona de pirita externa la que pasa hacia
fuera a roca no mineralizada. La zona de mena en los pórfidos cupríferos usualmente se
presenta dentro del núcleo de alteración potásica y puede extenderse dentro de la zona
fílica, frecuentemente en el sector más interno se presenta una mayor proporción de
sulfuros ricos en cobre como bornita, gradando hacia fuera a una mayor proporción de
calcopirita, para finalmente en el sector más externo solo sulfuros de Fe (pirita).

Normalmente no existe un límite físico del cuerpo mineralizado que puede ocurrir tanto en
intrusiones, como en rocas de caja, consecuentemente el límite de un yacimiento de este
tipo es fijado en términos económicos con una ley de corte.

Oro

El oro típicamente se encuentra en su estado nativo, ya sea libre, como las partículas de algunos
micrones de tamaño, o como inclusiones en calcopirita y/o bornita. Además puede encontrarse
partículas de oro como inclusiones en –o adjuntas a- granos de pirita y molibdenita. En escasos
depósitos se ha detectado oro en forma de electrum, y en algunos el oro se encuentra en teluros.

El oro perdido en los procesos de flotación parece ser, o bien de grano muy grueso (y por lo tanto
no flota) o de grano fino y atado a pirita, magnetita, cuarzo u otras fases minerales no
recuperadas en los circuitos.

Se ha definido dos tipos de mineralización económica en los yacimientos tipo Pórfido de Cobre:
mineralización supérgena y mineralización hipógena.
 MINERALIZACIÓN HIPÓGENA (PRIMARIA):

1. Núcleo de baja ley: bajo contenido de calcopirita, pirita, molibdenita; magnetita en


porción profunda.

2. Zona de mena, formando un cilindro en la parte externa de la zona de alteración potásica


e interna de la zona de alteración sericítica: calcopirita (1-3%), pirita (1%), molibdenita
(0,03%).

3. Zona de Pirita, corresponde ~ zona fílica: pirita (10%), calcopirita (0.1-3%), trazas de
molibdenita.

4. Zona de baja pirita, ~ coincidente con zona propilítica: 2% pirita.

5. Zona Periférica: calcopirita, galena, esfalerita, Au, Ag.

Imagen 1: Distribución de minerales de mena en un pórfido cuprífero típico

py: pirita, cpy: calcopirita, mo: molibdenita, mt: magnetita.

Generalmente la mineralización presenta un núcleo de baja ley que contiene pirita diseminada
que grada hacia fuera en una zona de mena. En la zona de mena se presentan vetillas y
diseminación de pirita con calcopirita subordinada (mena de cobre) y molibdenita (mena de
molibdeno). Es frecuente el desarrollo de una zona de pirita externa la que pasa hacia fuera a
roca no mineralizada. La zona de mena en los pórfidos cupríferos usualmente se presenta dentro
del núcleo de alteración potásica y puede extenderse dentro de la zona fílica, frecuentemente en
el sector más interno se presenta una mayor proporción de sulfuros ricos en cobre como bornita,
gradando hacia fuera a una mayor proporción de calcopirita, para finalmente en el sector más
externo solo sulfuros de Fe (pirita).

Debido a sus bajas leyes la minería de pórfidos debe ser de bajo costo y ello se logra mediante
una minería masiva no selectiva. Además, para que el costo sea menor muchos de estos
depósitos se explotan a rajo abierto, lo cual es menos costoso que operaciones mineras
subterráneas. El tamaño de estos depósitos hace que estas operaciones sean gigantescas. Por
ejemplo, la excavación más grande del mundo es el rajo de la mina Bingham, Utah (USA) con
800 m de profundidad y 4 Km. de diámetro.
Normalmente no existe un límite físico del cuerpo mineralizado que puede ocurrir tanto en
intrusiones, como en rocas de caja, consecuentemente el límite de un yacimiento de este tipo es
fijado en términos económicos con una ley de corte.

Debido a que el agua hierve a 100ºC y el magma tiene temperaturas que superan 600-700ºC, el
exceso de agua es esencialmente expulsada en forma gaseosa (de ahí el término de segunda
ebullición) si es liberada cerca de la superficie terrestre. Cuando se libera esta agua, elementos
como el azufre, cobre, molibdeno y oro pueden concentrarse en solución en ella. Cuando la parte
acuosa del magma es expulsada por ebullición el exceso de presión produce brechización y
fracturamiento de las rocas intrusivas y rocas de caja, lo que provee vías permeables para que
las soluciones hidrotermales de derivación magmática fluyan a través de las rocas y depositen
su carga metálica.

Imagen 2: Halos Geoquímicos en un pórfido de cobre

 MINERALIZACIÓN SUPÉRGENA

La alteración supérgena es un proceso de reequilibrio de la mineralogía hipógena a las


condiciones oxidantes cerca de la superficie terrestre (sobre el nivel de las aguas subterráneas).
La mayoría de las asociaciones de minerales sulfurados son inestables en estas condiciones y
se descomponen (meteorizan) para originar una nueva mineralogía estable en condiciones de
meteorización.

El proceso de alteración supérgena de depósitos minerales hidrotermales involucra la liberación


de cationes metálicos y aniones sulfato mediante la oxidación de sulfuros hipógenos (lixiviación).
Los sulfatos de Cu y Ag así generados son solubles y son transportados hacia abajo por aguas
meteóricas percolantes. Los cationes descienden en solución y pueden ser redepositados por
reacción con iones carbonato, silicato, sulfato o sulfuro. El Cu y Ag pueden formar minerales
oxidados que permanecen en la zona oxidada, pero también pueden ser precipitados debajo
del nivel de aguas subterráneas por los sulfuros hipógenos y formar sulfuros más ricos en Cu o
Ag respectivamente, siendo este proceso más eficiente para el Cu que para el Ag
(enriquecimiento secundario).

La denudación (erosión) es un proceso geológico continuo en las áreas terrestres elevadas por
sobre el nivel del mar o por sobre el nivel de base local de erosión; esto implica que en áreas
cordilleranas los depósitos minerales de origen hidrotermal eventualmente serán sometidos a las
condiciones oxidantes cercanas a la superficie terrestre. los sistemas de tipo pórfido (formados
a niveles algo más profundos) también son afectados por procesos supérgenos al ser exhumados
por la denudación.

Los procesos supérgenos modifican significativamente la mineralogía de los cuerpos


mineralizados de origen hidrotermal y afectan su metalurgia extractiva. Además, pueden
producir importantes enriquecimientos secundarios ya sea de Cu, Ag o Au. La mayor parte de
los pórfidos cupríferos no son económicos a menos que hayan desarrollado enriquecimiento
secundario o supérgena. Sin embargo, los procesos supérgenos también pueden resultar en la
dispersión de los elementos metálicos o su redepositación como depósitos exóticos a cierta
distancia del depósito hipógeno original.

Un perfil supérgeno ideal puede ser modificado por sucesivos ciclos de alteración
supérgena y por condiciones locales. En principio la zona de oxidación alcanza al nivel de aguas
subterráneas y su posición inferior ha sido controlada en muchos depósitos por las posiciones
del nivel de aguas subterráneas en el pasado. Consecuentemente, es función de la evolución
geomorfológica de una región.

En la zona oxidada los minerales sulfurados hipógenos son destruidos y la mineralogía,


estructura y composición química de las menas modificadas significativamente, lo que
obviamente tiene repercusión en la metalurgia extractiva de las menas de interés
económico.

En la porción inferior de la zona oxidada que subyace a rocas lixiviadas, se forman nuevos
minerales oxidados por reacción de cationes metálicos en solución con aniones tales como
carbonato (Ej. malaquita) y silicato (crisocola). En condiciones áridas y salinas como las del
Desierto de Atacama los cloruros juegan también un rol importante (Ej. formación de atacamita).

Imagen 3: Perfil supérgeno típico de un deposito con mineralización primaria de calcopirita-pirita


y cuarzo

El desarrollo de una zona de minerales oxidados depende directamente de la eficiencia del


proceso de lixiviación, es decir la remoción en solución de los constituyentes de una roca o
cuerpo mineralizado por la acción natural de aguas percolantes. En el caso que la
lixiviación haya sido muy eficiente se formarán pocos minerales oxidados y por el contrario en
los casos donde la lixiviación no ha sido muy eficiente se puede originar un volumen
importante de minerales oxidados. La eficiencia de la lixiviación depende de varios factores, pero
uno de los más relevantes es la capacidad de la mineralogía hipógena de generar soluciones
ácidas al reaccionar con los fluidos meteóricos percolantes y en este sentido la presencia de
pirita es fundamental puesto que la descomposición de la misma genera ácido sulfúrico La
capacidad de transporte descendente del Cu y Ag dependerán, por otra parte, de la mineralogía
de mena y ganga puesto que si existen minerales que reaccionen y neutralicen la solución (Ej.
calcita o feldespato potásico) precipitarán minerales oxidados de Cu o Ag en la zona de
oxidación, pero si por el contrario la mineralogía no es reactiva la mayor parte del contenido
metálico puede ser transportado por debajo del nivel de aguas subterráneas donde precipitará
como sulfuros supérgenos de Cu o Ag al reaccionar con los sulfuros hipógenos.
Bajo el nivel de aguas subterráneas el oxígeno está prácticamente ausente y allí los sulfatos
metálicos en solución reaccionan con los sulfuros hipógenos para formar sulfuros supérgenos.
Por lo general, esta zona es de mayor ley que la zona hipógena y la oxidada en depósitos de Cu
y de Ag. El Au, en cambio, se enriquece en la zona oxidada, donde su enriquecimiento es
principalmente residual por la destrucción de los sulfuros asociados, pero también por procesos
químicos (complejos solubles) en presencia de aniones de Cl y Br. El oro nativo es la única
forma mineralógica que se presenta el oro supérgena y este tiene menor tendencia a
enriquecerse en zonas de sulfuros secundarios.

Un claro ejemplo de mineralización es del La mineralización en Tantahuatay está relacionada a


óxidos de hierro como matriz de brecha hidrotermal y diseminados en sílice masiva, cavernosa
(vuggy silica) y arenosa (sandy silica).

La silicificación, el brechamiento y los óxidos de fierro están relacionados a la mineralización de


oro y según su importancia están compuestos por goetita, jarosita y/o limonita.

Previo a la mineralización, se ha desarrollado un sistema de alteración tipo ácido-sulfato que ha


preparado el terreno incrementando la porosidad y permeabilidad del mismo. La alteración
hidrotermal tiene controles estructurales y litológicos muy marcados, mayormente como rellenos

fracturales. Presenta núcleos centrales con sílice cavernosa o arenosa, (zonamiento típico del
centro hacia fuera), con halos de argílica avanzada, argilización y alteración propilítica.

Los sulfuros primarios son principalmente enargita, pirita, marcasita, covelita, los cuales se han
emplazado principalmente como diseminación en matriz de la brecha. También se ha observado
una buena relación del oro con las estructuras de sílice y sobre todo con la zona de lixiviación
ácida.

Las dataciones radiométricas para la roca huésped son 12.74+/-0.009, 40Ar / 39Ar en biotita y
hornblenda de andesitas y 9.59 +/-0.06 Ma, 40Ar / 39Ar en biotitas de tufos riodacíticos. (Noble
and McKee, 1999).

Para la mineralización las dataciones son 11.01 +/- 0.08 Ma, 40Ar / 39Ar en alunita, venillas de
enargita, pirita y alunita de Tantahuatay 2 y 12.71 +/- 0.06 Ma, 40Ar / 39Ar en alunita del
prospecto Ciénaga Norte. (Noble and McKee, 1999).

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