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Si usted experimenta un problema con el sentido del gusto, es importante que recuerde que no está También
solo. Más de 200.000 personas visitan al médico anualmente por estos problemas quimiosensoriales. Disponible En:
Pero, otros tantos trastornos del gusto no son notificados. Ingles
Muchas personas que tienen trastornos gustativos también notan que tienen problemas con el sentido
del olfato. Si usted desea contar con más información acerca del sentido del olfato, la hoja informativa
El Olfato y los Trastornos del Olfato, puede responder a algunas de sus preguntas. Si usted necesita
una copia, llame al Centro de Distribución de Información de NIDCD al (800) 241-1044.
El sentido del gusto forma parte de nuestro sistema sensorial químico, o quimiosensores. El complejo
proceso de la degustación comienza cuando las diminutas moléculas que se liberan a nuestro
alrededor estimulan las células especiales en nuestra nariz, boca y garganta. Estas células
sensoriales especiales transmiten los mensajes a través de los nervios hasta nuestro cerebro, donde
los sabores específicos son identificados.
Las células gustativas o células nerviosas del gusto, reaccionan ante los alimentos y las bebidas. Son
células superficiales que están en la boca y envían la información del gusto a las fibras nerviosas. Las
células gustativas se agrupan en las papilas gustativas de la boca, la lengua y la garganta. Muchos de
los pequeños hoyos que se pueden ver en la superficie de la lengua, contienen papilas gustativas.
Comúnmente podemos identificar por lo menos cinco sensaciones del gusto diferentes: dulce, agrio,
amargo, salado y umami (el sabor producido por glutamato que se encuentra en caldo de pollo,
extractos de carne y algunos quesos). En la boca, junto con la textura, la temperatura y las
sensaciones del sentido químico común, estos gustos se combinan con olores para producir la
percepción del sabor. Es el gusto que nos deja saber si estamos comiendo una pera o una manzana.
Es una sorpresa para muchas personas saber que los sabores se reconocen principalmente a través
del sentido del olfato. Si tapa su nariz mientras come chocolate, por ejemplo, usted tendrá dificultad
para identificar el sabor del chocolate--aunque podría distinguir si el alimento es dulce o amargo. Eso
es porque la característica distintiva del chocolate, por ejemplo, a diferencia de los caramelos, es en
gran parte el olor.
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La queja más común y verdadera sobre el gusto está referida a las percepciones gustativas
fantasmas. Además, las pruebas pueden demostrar una reducción en la capacidad de sentir sabores
dulces, ácidos, amargos, salados y umami, y esto se llama hipogeusia. Otras personas no pueden
detectar ningún sabor, lo que se llama ageusia. Ciertamente la pérdida total del gusto es rara;
normalmente se percibe como reflejo de la perdida del olfato, la que es a menudo confundida con una
pérdida del gusto.
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Algunas personas nacen con trastornos quimiosensoriales, pero la mayoría los desarrolla después de
haber tenido algunas lesiones o enfermedades. Las infecciones de las vías respiratorias superiores
serían las responsables de algunas pérdidas quimiosensriales y las lesiones en la cabeza también
pueden causar problemas gustativos.
La pérdida del gusto también puede ser causada por la exposición a ciertos productos químicos,
como los insecticidas, y por algunos medicamentos. Los trastornos del gusto pueden ser el resultado
de problemas de salud bucodental y algunas operaciones quirúgicas (por ejemplo, la extracción del
tercer molar y cirugía del oído medio). Muchas personas que reciben radioterapia para tratar el cáncer
en la cabeza y cuello desarrollan trastornos quimiosensoriales.
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Los científicos han desarrollado pruebas gustativas en las cuales el paciente responde a diferentes
concentraciones químicas. Esto puede incluir la sencilla prueba del "tomar, salivar y enjuagar", o la
aplicación de productos químicos directamente sobre áreas específicas de la lengua.
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Sí. Una persona con un trastorno del gusto se ve afectada no solamente en cuanto a su calidad de
vida, sino que también se ve privada de un sistema de alerta que para la mayoría de nosotros es
normal. El gusto nos ayuda a detectar los alimentos o bebidas en mal estado y en algunos casos la
presencia de alimentos a los cuales somos alérgicos. Quizás lo más serio, es que la pérdida del
sentido del gusto también puede causar depresión y una disminución en el deseo de comer.
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Sí. En el caso de que un medicamento sea la causa de los trastornos del gusto, suspender o cambiar
la medicación puede ayudar a eliminar el problema. Algunos pacientes, en especial aquellos con
infecciones respiratorias o alergias, pueden recuperar el sentido del gusto cuando se resuelve su
enfermedad. A menudo la corrección de un problema general de salud también puede resolver la
pérdida del gusto. Ocasionalmente, la recuperación quimiosensorial ocurre espontáneamente.
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¿Qué investigación se está haciendo?
NIDCD apoya las investigaciones básicas y clínicas de los trastornos de los quimiosensores en
instituciones en todo el país. Algunos de estos estudios se realizan en varios centros de investigación
de quimiosensores, donde los científicos trabajan en forma conjunta tratando de develar los secretos
de los trastornos del gusto.
Una parte de la investigación más reciente sobre nuestro sentido del gusto está dirigida a identificar
los receptores claves en nuestra células gustativas y conocer cómo trabajan para poder entender
completamente el sistema gustativo, en particular cómo trabaja el mecanismo proteico en la proteína
G asociada con los receptores. Los resultados en esta área pueden tener grandes usos prácticos
como el desarrollo de medicamentos y alimentos artificiales que les permitan a las personas de edad
avanzada, con trastornos gustativos, poder disfrutar nuevamente del sabor de los alimentos. La futura
investigación podría estudiar cómo cambia el sabor entre los seres humanos y los animales. Parte de
la investigación se enfocará en la adaptación al cambio del gusto en diferentes especies animales
durante largos períodos, mientras otra investigación estudiará por qué nosotros aceptamos o
rechazamos diferentes sabores. Más allá de esto, los científicos también sienten que el futuro de la
investigación del gusto podría también colaborar en la investigación de cómo el gusto afecta varios de
los procesos y actividades en el cerebro. Específicamente, cómo el gusto interactúa con la memoria,
cómo influye en los sistemas de retroalimentación hormonal, y cómo modifica las decisiones y el
comportamiento al comer
Es notable el progreso que se ha hecho al establecer la naturaleza de los cambios que ocurren en el
gusto con la edad. Ahora se sabe que la edad influye mucho más sobre el olfato que sobre el gusto.
Además, las células del gusto (junto con las células del olfato) son las únicas células sensoriales que
regularmente se reemplazan a lo largo de toda la vida -normalmente las células gustativas viven diez
días-. Los científicos están examinando estos fenómenos, que pueden proporcionar formas de
reemplazar éstas y otras células sensoriales y nerviosas dañadas.
Las metas de los programas de investigación de NIDCD para las ciencias quimiosensoriales incluyen:
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Uiversity of Pennsylvania
Smell and Taste Center
(Centro del Olfato y el Gusto de la Universidad de Pensilvania)
3400 Spruce Street
Philadelphia, PA 19104
Voz: (215) 662-6580
Fax: (215) 349-5266
Correo electrónico: doty@maz.med.upenn.edu
Para obtener más información, contacte al Centro de Distribución de Información de NIDCD (NIDCD
Information Clearinghouse).
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