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Del Convenio:
1. El presente Convenio se aplica a los impuestos sobre la Renta exigibles por cada
uno de los Estados Contratantes, y en el caso de Portugal, respecto de sus
subdivisiones políticas o administrativas o sus entidades locales, cualquiera que sea
el sistema de exacción.
2. Se consideran Impuestos sobre la Renta los impuestos que gravan la totalidad de la
renta o cualquier parte de la misma, incluidos los impuestos sobre las ganancias
derivadas de la enajenación de la propiedad mobiliaria o inmobiliaria, los impuestos
sobre los importes totales de los sueldos o salarios pagados por las empresas, así
como los impuestos sobre las plusvalías latentes.
3. Los impuestos actuales a los que se aplica este Convenio son, en particular:
a) En el caso de Portugal:
i. Impuesto sobre la renta de personas (Imposto sobre o Rendimento das Pessoas
Singulares – IRS).
ii. Impuesto sobre la renta empresarial (Imposto sobre o Rendimento das Pessoas
Colectivas – IRC).
iii. Sobretasa a las rentas empresariales (Derramas); (en adelante “Impuesto
Portugués”).
b) En el caso de Perú:
i. Los impuestos sobre la renta establecidos en la “Ley del Impuesto a la Renta”, (en
adelante “Impuesto Peruano”).
ARTÍCULO 4: RESIDENTE
2. Cuando en virtud de las disposiciones del párrafo 1 una persona física sea residente de
ambos Estados Contratantes, su situación se resolverá de la siguiente manera:
a) dicha persona será considerada residente solamente del Estado donde tenga
una vivienda permanente a su disposición; si tuviera una vivienda
permanente a su disposición en ambos Estados, se considerará residente
solamente del Estado con el que mantenga relaciones personales y
económicas más estrechas (centro de intereses vitales).
b) Si no pudiera determinarse el Estado en el que dicha persona tiene el centro
de sus intereses vitales o si no tuviera una vivienda permanente a su
disposición en ninguno de los Estados, se considerará residente solamente
del Estado donde viva habitualmente.
c) Si viviera habitualmente en ambos Estados, o no lo hiciera en ninguno de
ellos, se considerará residente solamente del Estado del que sea nacional.
d) Si fuera nacional de ambos Estados, o no lo fuera de ninguno de ellos, las
autoridades competentes de los Estados Contratantes resolverán el caso de
común acuerdo.
3. Cuando, en virtud de las disposiciones del párrafo 1, una persona que no sea
una persona física sea residente de ambos Estados Contratantes, las
autoridades competentes de los Estados Contratantes harán lo posible para
determinar, mediante un procedimiento de acuerdo mutuo, el Estado
Contratante que deberá considerar residente a dicha persona para efectos del
Convenio, teniendo en consideración su sede de dirección efectiva, su lugar
de constitución o lugar de inscripción, así como cualquier otro factor
relevante. En ausencia de tal acuerdo, dicha persona no tendrá derecho a
exigir ninguno de los beneficios o exenciones impositivas contempladas en
este Convenio, excepto por los Artículos 24 y 25.