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Sociedad tecnológica

La tecnología es el conjunto de técnicas que permiten aplicar conocimiento para


satisfacer necesidades de manera eficaz. La sociedad es el grupo de personas que
comparten objetivos similares y que interactúan entre sí.

La tecnología ha influido a la sociedad a lo largo del tiempo de maneras positivas y


negativas. Gracias a la tecnología, el hombre ha logrado controlar a las demás
especies animales, transportarse de maneras más rápidas, producir el alimento
suficiente para toda la humanidad, transmitir información eficazmente, sanar algunas
enfermedades; pero también ha afectado a su medio ambiente deforestándolo,
contaminándolo, extinguiendo sus especies y destruyéndolo. Destruyéndose.

Actualmente creo que no puede existir una sociedad que no esté empapada por los
avances tecnológicos, puesto que las necesidades que cubre abarcan desde las más
básicas, por ejemplo las fisiológicas, hasta las más complejas, como el manejo de los
recursos económicos y bélicos.

Es poco probable que pueda existir una persona humana sin tecnología, a menos de
que esté aislada de la sociedad. Buscamos la tecnología para no aislarnos. La
tecnología no sirve de nada si no existe la sociedad. Si no hay alguien a quien le sirva
la tecnología, no tiene sentido.

Darnos cuenta cómo nos afecta o beneficia la tecnología en la sociedad es importante


ya que muchas veces olvidamos que día a día vivimos conectados a ella y pasamos
por alto los constantes daños que puede provocar si no se utiliza de manera conciente.

La mayoría de los oficios van tendiendo a necesitar conocimientos tecnológicos


específicos. Sería interesante aprender acerca del impacto que puede causar la
tecnología a la sociedad, considerando la desaparición y creación de los nuevos
puestos de trabajo, pues los roles que cubramos serán los responsables de
transformar esta sociedad tecnológica.

La noción de “sociedad tecnológica” se refiere a la técnica en sí misma y su relación


con el uso que el hombre hace de ella. Una técnica es una disciplina racional diseñada
para asegurar el dominio del hombre sobre el orden físico a través de la aplicación de
leyes determinadas científicamente. El uso efectivo puede ser bueno o malo
éticamente, y también puede ser bueno o malo desde el punto de vista de la técnica
misma. El ejemplo que pone Aristóteles es el del gramático, como el único experto en
las reglas de la gramática que está en condiciones de quebrantarlas. La gramática es
susceptible de ser utilizada contra sus propios fines. Por esto podemos decir que la
esencia de la técnica no alberga ninguna tendencia relativa a su uso. No obstante, las
tendencias relativas a su uso sí que existen en la existencia humana y social de la
técnica. La actividad científica no puede y no debe ser neutral, sino que ha de
preguntarse a qué fin, y en referencia a qué valores es razonable y justa su actividad,
dado que el avance tecnológico no constituye por sí mismo una garantía de uso
correcto.
El uso será el punto de encuentro del universo material y moral. Es importante destacar
la tendencia en el hombre, sea natural o históricamente adquirida, a preferir el uso al
no uso. Para conseguir determinar qué líneas del desarrollo tecnológico son las más
adecuadas para el hombre hace falta contar con un conocimiento profundo de las
finalidades humanas. Hoy, una ética de valores está implícita en las teorías
teleológicas en la medida en que los <<bienes>> que éstas se proponen maximizar
pueden ser considerados justamente como valores. Uno de los filósofos que sigue la
teoría teleológica es Aristóteles, quien define a la virtud como un hábito de elección
preferencial o selectivo consistente en una mediedad (mesotés) respecto a nosotros,
determinada por una norma racional, que es justo la que elegiría un hombre prudente.
Lo que de hecho se elige es un modo de actuar ajustable a las circunstancias y por
ello somos lo que elegimos hacer (teniendo presente que no siempre los medios se
ajustan a los fines). Para Aristóteles esta unidad última de todos los fines, intermedios
y coyunturales, viene a recaer en el concepto de felicidad (eu –buena; y daimonía –
genio o divinidad de medio rango). Sabemos en qué consiste la felicidad si
comprendemos la función (ergón) del hombre. La deliberación es la búsqueda o
indagación de los medios; es una investigación cuyo procedimiento es regresivo: tiene
su punto de origen en el fin último a conseguir y desde él se determinan los fines
intermedios; y el último de ellos será el primero que el hombre ha de poner en práctica.
La corrección o rectitud de este análisis regresivo es la diferencia específica de una
buena deliberación.

Estructura económica

Productividad

Consumismo

Organización social

Similitud y diferencia con la sociedad tradicional

La sociedad del fruto

Megatencial

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