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ENSAYO SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA EN LA REINSERCION

SOCIAL DEL ADOLESCENTE INFRACTOR: “EL MOMENTO DESPUÉS DE LA

PRIVACIÓN DE LA LIBERTAD”

“Aquella no era una cárcel, era una universidad del crimen. Entré con un

bachillerato en marihuana y salí con un doctorado en cocaína.” -JOHNNY DEPP – Con

esta frase se inicia a escribir sobre un tema preocupante, la realidad de la reinserción social,

es complejo hablar de ella, porque parece una utopía pensar que una cárcel o un centro de

rehabilitación podrían volver “buenos” aquellos que ya cruzaron la línea del delito. A través

de las siguientes líneas se espera que se pueda responder la pregunta ¿Cuál es el punto

clave para hacer realidad la reinserción social de un adolescente infractor?

Para empezar, se debe entender que la reinserción social es un proceso sistemático

de acciones orientado a favorecer la integración a la sociedad de una persona que ha sido

condenada por infringir la ley penal. Estas acciones buscan abordar la mayor cantidad de

factores que han contribuido al involucramiento de una persona en la actividad delictiva,

con el objetivo de disminuir sus probabilidades de reincidencia y promover el cambio hacia

conductas prosociales. Esta es asumida desde la norma constitucional como la nueva

socialización del privado de libertad, ejercida con el uso de métodos y procesos que tienen

como objetivo la rehabilitación social del recluso. Asimismo, el concepto de la reinserción

considera al recluso como un ser humano requerido de apoyo y no de castigo, por lo que

se considera dentro de un proceso de prevención especial.

Su objetivo principal es religar al interno con el medio exterior para evitar el

agravamiento de sus aspectos negativos de manera que se asegure la no reiteración de los


motivos por los que fue sentenciado considerando la aplicación de recursos como permisos

de salida, el régimen abierto y la libertad condicional.

Para poder cumplir su objetivo la reinserción social se fundamenta en 5 pilares los

cuales se pueden identificar como:

Alianzas con el público y sociedades privadas; esto implica que se promueva


espacios de reintegración social, laboral y civil. Es difícil promoverlos puesto que después
de pasar por un centro de rehabilitación, ellos suelen quedar con ciertas etiquetas, sin
embargo, con ciertos acuerdos se puede ir logrando su reintegración.

El respeto y garantía a los derechos humanos; esto se fundamenta en el


reconocimiento de la dignidad de todas las personas y el respeto y garantía de sus derechos.

Condiciones de vida dignas; El que una persona haya sido condenada a una pena no
la excluye de su dignidad y del ejercicio de derechos, salvo aquellos derechos limitados en
la condena. Para ello es necesario contar con una infraestructura adecuada, buenas
condiciones de habitabilidad y espacios menos violentos, todas condiciones que apuntan a
que los internos e internas cumplan sus sanciones en espacios que realmente posibiliten la
reinserción social.

Reinserción social desde un enfoque local; El apoyo postpenitenciario es


fundamental en el proceso de integración en la comunidad de las personas que han
cometido delito. En este proceso son importantes los esfuerzos del gobierno central y los
privados, pero además es sustantivo el apoyo de los gobiernos locales, ya que es en el
municipio donde el Estado ofrece la mayor gama de prestaciones y servicios sociales, y es,
por tanto, un espacio fundamental para que quienes hayan cometido delito se integren a la
sociedad vía el acceso a estas prestaciones.

La familia como soporte emocional del proceso de reintegración; esta

institución es el núcleo indispensable para el desarrollo del hombre, donde se satisfacen las

necesidades básicas y se encuentra apoyo socioemocional que nos ayudaran a crear una

interacción con el medio adecuada. En este último pilar, se debe ahondar un poco, porque
es el más importante, de la familia depende si el proceso de reinserción tiene éxito o fracasa.

Enfocarse en la familia en este proceso, abre dos posibilidades:

La primera posibilidad, es el abandono de la familia, esto podría deberse por una

dinámica disfuncional en ella, donde antes no se brindó el apoyo y soporte emocional

apropiado y ahora cuando un miembro se ve privado de su libertad, lo más sencillo es

abandonarlo. Esta situación aumenta los factores de riesgo, porque dentro de una cárcel, la

familia suele ser el contacto con el mundo del exterior, además del principal aliado para

que los programas de reintegración funcionen, al no acompañar al infractor aumentan las

posibilidades de fracaso del proceso de reinserción.

La segunda posibilidad, es el acompañamiento dentro del proceso. Dentro de esta

situación la familia no solo cumple la función de apoyo social y emocional, sino también

entra en un proceso de reestructuración, aquí la familia debe aprender hacer frente a las

disfuncionalidades presentes dentro de ella y asumir el reto de ser un ambiente más

saludable para el miembro que debe reintegrarse a la sociedad. De esta manera, aumenta

los factores de protección y las posibilidades de éxito de un programa de reinserción social.

La familia es el punto clave para hacer realidad la reinserción social de un

adolescente infractor. Debido a que este al cometer un delito por primera vez, suele ser

porque no tiene una figura clara de autoridad, no han interiorizado normas sociales, y la

dinámica familiar suele ser disfuncional, con carencias emocionales, con exceso de

violencia o permisividad. Los estilos de crianza también llegan a ser muy importantes, ya

que estos permitirán un adecuado desarrollo del individuo tanto dentro como fuera de la

familia. El adolescente al salir del centro de rehabilitación enfrenta nuevos retos en la

sociedad, como seguir con sus estudios, asumir un trabajo, asumir nuevas

responsabilidades, sin embargo, si sale y la familia sigue teniendo las disfuncionalidades


de antes, puede perder todo lo que aprendió dentro de un programa de reinserción. Pero si

la familia ha mejorado sus disfuncionalidades le ofrece mejores posibilidades para que el

adolescente pueda asumir la nueva etapa de reinserción social.

Si bien es cierto, en un centro de rehabilitación se ingresa por distintos delitos, el

asegurarnos que se cumplan los 5 pilares, puede ayudar a que este no se convierta en una

universidad para el delincuente, sino en un lugar de reformación, que brinde ciertas

herramientas que servirán para hacerle frente a los nuevos retos que esperan después de la

privación de la libertad.

A lo largo de este escrito, se ha visto que la reinserción social, puede llegar a ser

una realidad, en cuanto se cumplan con los 5 pilares fundamentales, sobre todo teniendo a

la familia como soporte emocional de la reinserción. La familia es el principal núcleo de la

sociedad, y si queremos una sociedad en paz y armonía, una familia debe aprender hacer

frente a las disfunciones y dificultades juntos. En la familia, los jóvenes encontraran las

normas que les permitan vivir en armonía, pero sobre todo aprenderán sobre el bien y el

mal, y aunque el adolescente haya cruzado la línea del delito una vez, con su familia podrá

proponerse ya no volver a cruzarla porque las oportunidades que ofrece la reintegración

son más amplias que el camino de la delincuencia, cuyo final solo es la privación del la

libertad o la muerte.

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