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Avanzar hacia una Nueva Educación

Tema: Conflicto Educacional, Frente Educacional

Alfonso Mohor y Oscar Jara


Congreso Estudiantil Movimiento Autonomista
Resumen Ejecutivo
El presente documento busca en su primera parte realizar un ​Diagnóstico de lo que ha sido
el movimiento por la educación en los últimos años y los cambios que ha tenido durante los
distintos ciclos políticos. Dentro de los diagnósticos se busca superar el conservadurismo
que viene asociado a las “recetas 2011”, haciéndonos cargo de que cada propuesta tiene un
contexto al cual responde, y el escenario ha cambiado (¡y mucho!) desde aquel año.

Luego el documento ofrece una lectura del ​Contexto del 2018 en el que se busca salir de la
versión, que es bastante cómoda para la izquierda, donde Piñera solo trae malestar para la
población y quiere eliminar las garantías sociales del “legado de Bachelet”. Se considera que
muchos elementos de su programa (con el que salió electo) representan profundizaciones
de soluciones neoliberales que componen el “legado de Bachelet”, por lo que la manera de
enfrentarlas va a requerir más contenido que el que se plantea desde el progresismo.

En base a estas características se plantean los ​Objetivos que permitirían reconstruir un


movimiento social que ​mejore su organización​, entendiendo que actualmente tiene
problemas y que las formas de esta no están sirviendo para los desafíos de este ciclo
político. Además se busca que existan ​contenidos movilizadores que logren hacer carne de
los desastres que está produciendo el mercado educativo, saliendo de la discusión en
abstracto y llevándola a los problemas concretos. Por último se busca un ​movimiento
contextualizado que proponga una nueva forma de entenderse a sí mismo en un mapa
estratégico para articular a los diversos actores que se están articulando y movilizando
desde el mundo social.

Luego se hace una lectura sobre ​¿Qué rol le cabe al Movimiento Autonomista? donde nos
hacemos cargo de que ocupamos un rol de liderazgo que debemos asumir con
responsabilidad e iniciativa, a la vez que se analizan las características que esta iniciativa
debería tener. Por último, se invita a discutir sobre propuestas para concretar esto durante
el año, ante lo que creemos que va a ser un aporte tener un ​Congreso por una Nueva
Educación con características que nos ayuden a cumplir los objetivos ya planteados, de
momento se propone que sea ​participativo​, ​contingente​ y ​movilizador​.
Diagnóstico
Desde los inicios del periodo de transición a la democracia hasta ahora hemos vivido ciclo de
movilizaciones sociales que ha tenido diversas expresiones. Dentro de ellas destaca el
movimiento estudiantil, el cual se ha consolidado como uno de los actores con mayor
continuidad a lo largo de este proceso desde las movilizaciones pingüinas del 2006, las
masividad no antes vista del 2011 y la estela de movilizaciones que ha producido esa
experiencia desde entonces.

Este movimiento ha dejado grandes aprendizajes para el mundo social. Dentro de ellas
destaca la capacidad de poner temas en la agenda pública desde la movilización social y que
es posible movilizar el malestar que ha generado el Chile neoliberal. No obstante, también
nos ha dejado como lecciones, como que es posible desarticular a los movimientos sociales
desde las instituciones y que la capacidad de movilización es algo que requiere mucho más
que convicción, requiere “hacer sentido” y aprovechar las características del momento
político.

Desde el 2012 hasta la fecha hemos caído en la “profecía del 2011” que durante muchos
años consistió en que movilizando y exigiendo una reforma que se hiciera cargo del
problema se podía conectar con el gran conjunto de la población y hacerse cargo de los
grandes dolores de la sociedad en su conjunto. No obstante, la profecía no se cumplió y
durante años el movimiento estudiantil ha pecado de conservadurismo al negarse a cambiar
de rumbo ante un camino ya conocido que consiste en movilizar durante el primer
semestre, generar pautas de discusión y volver a impulsar los contenidos de la “fórmula
secreta”: gratuidad, fin al lucro, marco regulatorio, entre otros.

El ciclo de reformas de la Nueva Mayoría que está terminando nos debe dejar grandes
lecciones para el nuevo ciclo que viene. La primera tiene que ver con que la institucionalidad
tiene distintas formas de procesar los conflictos sociales. Esta lección que tuvo el
movimiento estudiantil del 2006, y que el del 2011 pareció haber superado al imponer su
agenda pública, se vio materializada cuando desde el ejecutivo en vez de iniciar un acuerdo
se instala una agenda de reformas que permite tecnificar, dividir y resignificar el conflicto.

La tecnificación permite legitimar la iniciativa del gobierno a la vez que hace entrar al
movimiento en esa disputa, donde deja de importar el “hacer sentido” o la capacidad de
solucionar los problemas. Esto termina haciendo que el movimiento estudiantil se distancie
de sus bases y de los problemas que supo interpretar alguna vez.

La división del proyecto en partes permite al gobierno no tener que enfrentar a un


movimiento estudiantil diverso y articulado. Por el contrario, logra disociar los tiempos que
antes eran comunes, generar acuerdos por separado y terminar enfrentado a sectores
dentro de este.
La resignificación de las demandas, y a través de estas, del conflicto, utiliza los mismos
conceptos que el 2011 significaban cambio, para hacer precisamente lo contrario, como en
el caso de la gratuidad o la reforma a la educación pública. Con esto lo que se termina
afectando es la audibilidad y capacidad de “hacer sentido” del movimiento.

No obstante, durante este proceso de desarticulación del movimiento estudiantil surgen


diversas expresiones, que una vez más, logran mostrarnos que mientras el neoliberalismo
siga siendo la forma en que vivimos, vamos a encontrar intentos por superarlo dentro del
mundo social. Es así como se da forma durante el “ciclo reformista” se potencian
movilizaciones contra la violencia machista, contra el sistema de AFP, y contra el
extractivismo, entre otros conflictos.

A fines del 2017 las elecciones representan una disputa por la interpretación del malestar,
dentro de las cuales el Frente Amplio surge como una explicación desde la movilización
social, con lo que el cerco institucional de la transición parece ceder ante la iniciativa
política. No obstante, no queda clara la relación que el Frente Amplio tendrá con los
movimientos sociales, hace falta una lectura de porqué la propuesta de Piñera supo
interpretar el malestar (en base a trabajo, familia y crecimiento) y si el hecho de que el FA
entre en la institucionalidad termina siendo un avance para las demandas del mundo social.
Estos aprendizajes serán los más relevantes del nuevo ciclo político que comienza.

Contexto del 2018


EL 2018 nos enfrentaremos a un escenario totalmente distinto a los años anteriores. Por el
lado institucional tendremos un Frente Amplio en conformación y cuyo carácter está en
disputa, una Nueva Mayoría en una crisis de identidad política profunda y un renovado Chile
Vamos diverso, astuto y en la presidencia de la República.

Este nuevo ciclo político no será similar al que dio origen al 2011, y con esto queremos
plantear de forma explícita que el hecho de tener a Piñera en frente no va a resolver las
debilidades que actualmente tenemos. Hacerse cargo de estas es un desafío que debe
plantearse cualquier esfuerzo responsable que busca ofrecer conducción al movimiento
educacional.

Es más, dentro de la agenda que este gobierno va a impulsar en educación nos encontramos
con una ampliación del concepto y la cobertura de la gratuidad a CFT e IP, además de la
posibilidad de incrementar la gratuidad en Universidades según el crecimiento económico.

Una agenda de este tipo no puede ser leída sino como una profundización del “legado de
Bachelet”, la cual busca conectar conectar con el problema de endeudamiento que tienen
cientos de miles de chilenas y chilenos. Por lo que acá se presenta la primera necesidad: No
se puede generar movilización desde lo educacional si no se establece un proyecto que,
conectando con necesidades sentidas de la población, sea capaz de anteponerse a las
soluciones neoliberales, incluso las que forman parte del “legado de Bachelet”.

A fin de cuentas, el modelo de segregación en educación superior sigue vigente, incluso con
la gratuidad. Lo que hacen las soluciones neoliberales es que alivian el endeudamiento, lo
que atiende al dolor que siente la población, pero mantiene el sistema de segregación y
provisión privada que es el que estructuralmente nos convierte en consumidores de
educación.

En el mundo social por otro lado, nos encontramos con un movimiento estudiantil bastante
desarticulado en todos sus niveles y donde es muy probable aparezca con fuerza la idea de
que este es un escenario tipo 2011, ante el cual, nuevamente, hay que aplicar la receta
mágica, esta especie de “profecía 2011”.

Una de las ideas a transmitir en esta ponencia es que no existen recetas mágicas ni profecías
que se hagan cargo del estado actual, y es en este contexto donde debemos salir a proponer
un plan que nos permita construir movimiento social y articulación, logrando ser oposición a
las políticas neoliberales y trazando un camino de salida de ellas. Ese camino de salida
incluye reconstruir el tejido social, recuperar lo público para las comunidades y proponerle a
la gente un país con derechos sociales en contraposición al neoliberalismo con rostro
humano (y a veces ni tan humano).

Objetivos
El plan que buscamos para este 2018 debe hacerse cargo de estos 3 objetivos:

1) Mejorar la Organización: Hacernos cargo de que nuestras formas de organización hoy en


día no están convocando y el funcionamiento de estas se remite muchas veces a sobrevivir a
los quórum o simplemente mantener las estructuras heredadas.

Debemos ser profundamente críticos con nuestros espacios de organización. ¡Hoy en día
hay problemas! Hay una crisis de representación, diferencia entre bases y dirigentes, nuevas
generaciones que no se conectan con la “estela del 2011”. Es un escenario distinto y los
nuevos actores deben tomar sus propias decisiones, incluso contrariando las de la “receta
2011” si es necesario. Un desafío fundamental para este ciclo político es generar una
apertura que nos permita integrar a nuevos sectores del conflicto. Si no somos capaces de
conectar el movimiento con CFTs e IPs, será Chile Vamos quién los convoque en lo que
viene.

2) Generar Contenidos Movilizadores: ​Debemos hacernos cargo de la definición de


contenidos que realmente proyecten una disputa con los pilares del neoliberalismo en Chile.
Estos contenidos deben ser planteados desde una perspectiva sistémica, para que no nos
vuelvan a dividir desde el ejecutivo.

Hay Universidades Privadas que están cerrando porque el negocio se hace poco rentable,
los colegios municipales cada año disminuyen su matrícula y entregan educación con la que
no se puede entrar a la Universidad y la desigualdad sigue siendo la tónica del sistema. En
resumen, la educación de mercado sigue causándole estragos a mucha gente en nuestro
país y nuestro deber es mostrarles que una solución es salir de la lógica neoliberal.

3) Movimiento Contextualizado​: Debemos entender quiénes son las personas (sujetos/as)


que hoy componen los espacios educacionales, qué características comunes poseen y cómo
estas características pueden ser articuladas en busca de la generación de pertenencia. Las
políticas neoliberales afectan a todos los actores de la comunidad educativa, articular esas
contradicciones será necesario para superar el gremialismo.

Además es necesario repensar cuál es el rol que tiene el movimiento por la educación
dentro del movimiento social. Hoy en día existen diversos actores emergentes que se
movilizan de forma esporádica y articulan nuevas formas. El movimiento estudiantil debe
proponer una forma de articularse con estos procesos que buscan otro modelo de sociedad.

¿Qué rol le cabe al Movimiento Autonomista?


El Movimiento Autonomista se encuentra atravesado por el desafío de liderar el proceso del
2018 dentro del mundo educacional. Este rol de liderazgo implica en primera instancia tener
una propuesta para el año que, asumiendo riesgos, invite al movimiento estudiantil a la
consecución de los objetivos planteados anteriormente. Hay que tener presente que cuando
no se propone desde la fuerza propia pueden ocurrir dos escenarios: se mantiene la inercia
u otro toma la iniciativa.

En el caso del movimiento estudiantil cualquiera de estos escenarios significa lo mismo, es


decir, repetir nuevamente la “receta 2011” apostando a que una versión caricaturizada de
Piñera basta para movilizar e impugnar el modelo neoliberal. El problema de esto es que el
progresismo, que son los que proponen esta receta, son los mismos que tienen la
contradicción de defender el “legado Bachelet”. Con lo que sería una movilización que
terminaría criticando políticas como la “gratuidad” en CFT e IP, la modificación del CAE,
entre otras. Es decir, sería salir a criticar lo mismo que buscan abrazar con fuerza. En
resumen, sería un nuevo cabezazo contra la pared.

Además, Movimiento Autonomista tiene el deber de marcar la pauta sobre lo que será el
espacio social del Frente Amplio, sobretodo en educación. Esto implica que debemos ser un
esfuerzo que genere contenidos, que busque ampliar la base social y sea capaz de poner el
Frente Amplio a disposición de la lucha social.
Además, un buen proceso de articulación del sector educacional durante el 2018 podría
servir para afianzar las confianzas del mundo social con el Frente Amplio y con Movimiento
Autonomista en particular, lo que permitiría ir concretando la nueva forma de hacer política.

Congreso por una Nueva Educación


Para este escenario necesitamos tomar una iniciativa durante el primer semestre que nos
permita, más que caricaturizar a Piñera, plantear una crítica a los problemas que está
generando la educación de mercado. Esto debe hacerse desde la base, con los diversos
actores que conforman el sector educacional: Universidades, CFT, IP, Institutos
Técnico-Profesionales, Liceos, etc…

Para que esto no sea nuevamente (como dice la famosa receta) un acuerdo entre las
cúpulas que acuerden un petitorio, necesitamos proponer un nuevo mecanismo. El
problema no es que los acuerdos cupulares sean malos en esencia (o tal vez sí), sino que si
queremos integrar a nuevos actores a la discusión que no están constituidos (CFT, IP, ITP,
bases desarticuladas, etc…) necesitamos un mecanismo de apertura. Este congreso debe
sacudir la orgánica educacional y movilizar nuevos sectores, aunque hoy en día no estén
articulados.

Queremos que este congreso sea ​participativo​, donde podamos usar las nuevas tecnologías
para orientar la discusión de manera centralizada, pero ampliarla de manera
descentralizada. La idea es que en cualquier institución educativa de Chile se pueda
participar de este congreso y que sirva para generar una nueva red que nos convoque. Es
necesario que diversos movimientos y organizaciones sociales puedan ir generando
documentos y dar aportes a las discusiones que vayamos teniendo.

Queremos que este congreso sea ​contingente​, que de manera centralizada podamos ir
poniendo sobre la mesa las cosas que vayan ocurriendo mientras este se realice, siendo un
congreso conectado con la realidad. A la vez que existan debates de personajes influyentes
que permitan aumentar la discusión interna. También buscamos un carácter cultural, que
diversos artistas puedan mostrar su apoyo a esta causa y generar impacto mediático.

Queremos que este congreso sea ​movilizador​, que durante el transcurso de este congreso
se propongan acciones a las unidades congresales (¡ucones otra vez!) para intervenir sus
territorios, difundir ideas y a la vez ir construyendo encuentro social y movilización.
Firmas:
Alfonso Mohor - Presidente FECh
Katty Lilay Adasme - Vicepresidenta FEUTAL
Catalina Castillo - Vicepresidenta FEPUCV

Gabriel González - Presidente CEFH UCH


Catalina Dupuy - Concejera FECh
Catalina Pérez-García - Concejera FECh
Josefina Navarrete - Concejera FECh

Camila Jerez - Estudiante UCH


Carlos Aguilar - Estudiante UCH
Dante Riquelme - Estudiante UCH
Felipe Juica - Estudiante UCH
Florencia Díaz - Estudiante UCH
Gabriel Rojas - Estudiante UCH
Marian Barraux - Estudiante UCH
Maximiliano Ovalle - Estudiante UCH
Oscar Jara - Estudiante UCH
Rodrigo Vallejos - Estudiante UCH
Vicente Bustos - Estudiante UCH
Vicente Gamboa - Estudiante UCH
William Acuña - Estudiante UCH

Benja Lustig - Estudiante UC


Bruno Campos - Estudiante UC
Magda Cottet - Estudiante UC
Matías Llorens - Estudiante UC
Tomás Boric - Estudiante UC

Mónica Bugueño - Estudiante UDP

José “Pepe” Flores - Estudiante UAH

Carlos Nova - Estudiante UDEC

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