Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
La violencia en el Perú
Curso
Docente
Autores
4 r o – VII
Las pandillas
El término pandilla suele tener especialmente connotaciones negativas, ya que su uso
comúnmente se refiere para indicar a grupos, bandas o tribus urbanas que habitualmente
realizan acciones violentas contra otras personas.
Los pandilleros típicamente ingresan a estos grupos entre los 13 y 21 años de edad,
unidos por la carencia activa y la necesidad de recursos básicos. Entre las causas para que
los adolescentes y jóvenes se integren a las pandillas está la familia: la desintegración y
abandono familiar, la violencia doméstica, el abuso y la explotación infantil, la falta de
supervisión adulta por largos periodos de tiempos desde una temprana edad, la falta de
amor, educación y protección de los niños y jóvenes. Estos jóvenes se unen a las pandillas
en busca de aceptación, compañía, reconocimiento y el sentimiento de pertenecer; y estas
los acogen reemplazando a la unidad o núcleo familiar. Otra causa es la pobreza, el 60%
las pandillas registradas por la policía proceden de hogares que carecen de condiciones
mínimas de vivienda y en un alto porcentaje han abandonado sus estudios por la falta de
recursos económicos o la desintegración familiar. Otros factores importantes son la pérdida
del autoestima personal, la falta de experiencias positivas y exitosas, el uso y abuso de
drogas, alcohol y tabaco, etc.
El término se hizo común en el país desde hace más de dos décadas, en que se
ubicó a los primeros grupos de jóvenes que se reunían para protagonizar actos vandálicos,
destruir viviendas y robar para comprar licor y drogas. Pero lo más importante para ellos en
ese tiempo, y ahora también, es proteger su área geográfica, la zona donde operan y que
consideran suya.
Las pandillas criminales callejeras han evolucionado hasta el punto de crear
amenaza a la seguridad pública y privada tanto en vecindarios, áreas metropolitanas,
naciones y en las zonas fronterizas. En el Perú, las pandillas callejeras son generalmente
vistas como preocupaciones criminales menores con grados variantes de sofisticación y
alcance; sin embargo, algunas pandillas han evolucionado o se han transformado en
entidades potencialmente más peligrosas que se dedican a la venta de droga callejera, la
extorción, el robo y venta de vehículos robados, venta de documentos falsos o robados, y
los ajustes de cuenta por el control de territorios para las actividades criminales, (venta y
tráfico de drogas y armas).
Diversos estudios revelan que las pandillas mejor organizadas se desarrollaran en
tres 3 niveles, ello depende de su nivel de organización y de sus lazos con otras pandillas.:
- Las pandillas callejeras tradicionalmente con una orientación territorial. Operan al grado
menos elevado de la violencia extrema social, tienen un liderazgo flexible y enfocan su
atención en la protección de su territorio y la lealtad pandillera dentro de su ambiente
directo inmediato a menudo sólo unas cuadras o un barrio. Cuando se involucran en
empresas criminales, es generalmente en forma oportunista y en un ámbito local. Estas
pandillas territoriales son limitadas en cuanto a su ámbito político y sofisticación.
- Las pandillas de segunda generación tienen un enfoque comercial. Son pequeños
comerciantes y centrados en las drogas. Protegen sus mercados y emplean la violencia
para controlar su competición. Tienen una agenda a veces obviamente política más
amplia enfocada en el comercio y operan en áreas geográficas más amplias,
involucrando a veces estados múltiples y hasta áreas internacionales. Su tendencia de
liderazgo centralizado y operaciones sofisticadas para la protección de sus mercados
los coloca al centro de la vara de politización, internacionalización y sofisticación.
- Las Pandillas transnacionales han evolucionado en cuanto a sus objetivos políticos.
Estas pandillas son las más complejas y operan, o aspiran a operar, en el extremo
global de espectro, empleando su sofisticación para ganar poder, ayudar la adquisición
financiera e involucrarse en actividades de tipo mercenario. La mayoría de estas
pandillas han sido primariamente mercenarias en cuanto a su orientación; en algunos
casos, no obstante, han buscado avanzar sus propios objetivos políticos y sociales.
Los tipos de pandillas que destacan en el Perú son:
- Las pandillas de barrio: son las agrupaciones que actúan en su barrio sus miembros se
dedican exclusivamente al guerreo con pandillas aledañas a su zona o barrio para
sentirse superiores.
- Las pandillas de barras brava: es una de las más notorias por la violencia que ejercitan,
aparecen en los clásicos U y alianza o de diferentes equipos a estas pandillas se suman
gente de todos los conos de nuestra capital a una sola a identificarse con los colores
del equipo que alienta.
- Las pandillas agrupada por escolares: son agrupaciones conformadas por los alumnos
de los principales colegios que se enfrentan, ocasionalmente, en las principales
avenidas de su distrito.
- Las pandillas de mujeres: la presencia femenina en el pandillaje es cada vez más
notoria, tanto en el interior de la pandilla como en los espacios y actos en que estas
actúan. Su participación es múltiple: "guerrean" junto con los varones; auxilian a los
heridos en los enfrentamientos a modo de "socorristas"; o actúan como "soplonas"; las
que llevan y traen amenazas de mensaje, desafíos o burlas de grupo enfrentados;
alertan de posibles ataques o "mandan al desvió".
Las barras bravas
Diversos analistas coinciden en afirmar que en los primeros años de la década de los
ochenta, los seguidores de los equipos más populares del Perú se ubicaban en los estadios
de acuerdo a criterios de identificación de clase. De un lado, los barristas de Alianza Lima
se ubicaban en la tribuna popular sur y, de otro lado, los seguidores de Universitario se
ubicaban en la tribuna oriente propia de las clases medias. Ambas barras eran grupos de
hinchas “decentes” y poco organizados que se reunían en el estadio para apoyar a sus
respectivos equipos y que, además, contaban con el reconocimiento oficial del club. Este
reconocimiento implicaba entradas de cortesía y una vinculación privilegiada con el club, la
cual era fuente de poder y la base sobre la cual, muchas veces, se construían relaciones
de clientelismo y paternalismo. Se señala, incluso, que varios de los organizadores
“históricos” de estas barras luego se convertirían en empleados de los clubes o de las
empresas de sus ocasionales dirigentes. En esos años, los mismos en que se inicia la
guerra subversiva en el Perú, los clubes de fútbol tuvieron un fuerte control sobre la
organización y comportamiento de sus seguidores. Sin embargo, a fines de los años
ochenta e inicios de los noventa esta situación se va modificando. Son años de
agravamiento de la crisis económica, deterioro del orden público, desempleo general, y
sobre todo de violencia y terrorismo indiscriminado.
En este contexto las barras van escapando del control de sus dirigentes “históricos”,
al mismo tiempo que se convierten en un fuerte polo de atracción para miles de jóvenes y
adolescentes de los barrios marginales. El estilo confrontacional e infractor de las normas
de conducta socialmente aceptadas se va delineando como una característica central de
estos jóvenes. Al mismo tiempo, las barras se van dotando de formas más complejas de
organización al centralizar bajo su mandato a numerosos grupos de jóvenes cohesionados
territorialmente en barras distritales o locales. Todas ellas hermanadas por sentimientos de
lealtad e identidad a un club de fútbol determinado.
En términos organizativos, las barras pasan de ser una sola organización
centralizada en un núcleo de dirigentes antiguos a una red de grupos barriales que se
extienden por toda la ciudad. De esta manera las disputas y enfrentamientos que se
representan en el fútbol pasan del campo de juego y las tribunas del estadio a la vida local
de los barrios. La ciudad entera se convierte en un terreno de disputa real y simbólica. Las
barras distritales se enfrascan en luchas territoriales por el uso social del espacio local, y
en esto adquiere importancia el graffiti como una marca de apropiación territorial. Así, las
lealtades futbolísticas crean y reproducen nuevas líneas de diferenciación social entre las
personas, las cuales se vienen a sumar a otros criterios como clase, origen, edad, género
u ocupación.
En el caso de Universitario de Deportes, este proceso ha sido bien descrito por Raúl
Castro, quien señala que la barra conocida con el nombre de “Trinchera Norte” se funda en
1988 como una disidencia de la barra oficial del club ubicada en la tribuna de oriente.
“Trinchera” reclama una nueva identidad mudándose a la tribuna popular norte, pero sobre
todo afirma la necesidad de defender su emblema de los ataques de su barra archienemiga,
“Comando Sur” de Alianza Lima, y de organizar a su “ejército” para pasar al “contraataque”.
Tareas estas que no habrían sido asumidas por la barra oficial de oriente, lo cual habría
dado origen al estigma de “gallinas”. Poco a poco la “Trinchera Norte” va ganando su
legitimidad y autoridad en las calles al tiempo que desaparece la barra crema de oriente.
En 1994 la Trinchera de Universitario organiza un sistema descentralizado de
reparto de entradas de cortesía a los emergentes grupos barriales. Como indica Atilio
Espinosa, hasta ese momento el reparto lo realizaban centralizadamente los jefes de la
barra en los alrededores de los estadios donde jugara Universitario. Con el nuevo sistema
los grupos barriales tienen mayor importancia como canales de distribución de beneficios
al tiempo que surgen nuevos líderes que pronto reclamaron su lugar en la directiva central
de la barra. Estos nuevos líderes, además, buscan renegociar sus vinculaciones con los
dirigentes del club marcando una mayor autonomía que sus predecesores. Un proceso
parecido muestra Martín Benavides para el caso del “Comando Sur” de Alianza Lima. En
esta barra, popular de sus inicios, las jerarquías internas estaban revestidas de un fuerte
sentido familístico y comunitario. Los dirigentes antiguos imponían su autoridad en nombre
de la fidelidad a la tradición que sostiene a esta comunidad como una gran familia o
hermandad espiritual. De allí el poder cohesivo que tiene la noción de intimidad en esta
comunidad. Sin embargo, en la medida que “Comando Sur” fue integrando a otros grupos
barriales ocurrió lo mismo que con “Trinchera Norte”. Es decir, el poder y la legitimidad de
los dirigentes antiguos se vio cuestionada.
La respuesta al desafío fue muchas veces violenta y ello explica por qué un grupo
de jóvenes en 1993 formó la barra disidente “Los Cabezas Azules”, quienes fueron
obligados a salir de tribuna sur y ubicarse en tribuna norte, hasta ese momento territorio
exclusivo de la barra de Universitario. Los “Cabezas Azules”, no obstante sus repetidos
esfuerzos, no pudieron atraer a otros grupos barriales por el poder simbólico que tiene la
tribuna sur para todo hincha blanquiazul y, además, por no tener acceso a las entradas de
cortesía que monopoliza “Comando Sur”. En 1997 el proceso se repite aunque con otro
resultado. Esta vez una alianza de grupos barriales encabezados por los “Sicarios”,
“Barraca Rebelde” y “Agustigrone”, todos ellos liderados por jóvenes entre 16 y 22 años,
destronaron finalmente el poder de los antiguos y capturaron la dirigencia central de
“Comando Sur”.
Bandas
Frente a las actividades criminales clásicas, llevadas a cabo básicamente de manera
individual, se observa en la actualidad una evolución hacia una criminalidad más
corporativa, denominada crimen organizado. Las bandas son aquel grupo de personas
relacionadas entre sí con el fin de cometer uno o varios crímenes organizados. Se trata de
grupos de delincuentes organizados, que se encuentran además en condiciones de actuar
tanto en la vertiente legal como en la ilegal de la actividad política y económica, cuya
influencia en estos ámbitos se extiende hasta poder, incluso, condicionar negativamente
sectores enteros de la vida productiva, social e institucional.
Algunos tipos de delitos realizados por las bandas son:
- Delitos financieros.
- El blanqueo de capitales.
- La trata de personas con fines de explotación sexual u otros fines.
- Tráfico de drogas y explosivos.
- El tráfico de bienes procedentes de sustracción (como por ejemplo, obras de arte,
vehículos, etc.).
- La corrupción (cohechos a funcionarios públicos, fraude de subvenciones, etc.).
- La falsificación de moneda.
- La inmigración ilegal.
- Los delitos basados en alta tecnología (como la delincuencia informática).
- Los delitos contra el medio ambiente de carácter grave.
Relación violencia – drogas
La relación entre las drogas y la violencia es un problema grave, ya que América Latina es
la región con mayor ritmo de expansión urbana en el mundo, y con dinámicas que fácilmente
se asocian al incremento tanto del abuso de drogas como el de la violencia: una población
joven que en su mayoría se siente excluida de la política y el empleo, y para quien los
canales de movilidad social son hoy más inciertos que nunca; la brecha creciente entre
mayor consumo de imágenes y menor consumo de bienes palpables, vale decir, cada vez
más manos vacías con ojos colmados de productos publicitados; y un creciente “desarraigo
existencial”, compuesto por cambios de valores y territorios, y por la inestabilidad del
empleo, todo lo cual lleva a vivir con menos realidad y menos futuro.
Existen muchos factores que juegan un rol importante en la violencia, entre ellos se
incluyen conducta de los padres, edad, genero, y abuso de substancias como anfetaminas
y cocaína lo cual ocurre antes y durante algunos actos violentos. Por décadas el uso de
drogas y particularmente el alcohol ha sido asociado a conductas violentas, y algunos
investigadores aluden que estas causas tengan relación con múltiples variables.
Actualmente existe un incremento de violencia asociada con el abuso de drogas en América
Latina.
La droga puede parecer un sucedáneo a la mano para olvidarse de la exclusión,
vivir la ilusión en que lo simbólico se confunde con lo material, compensar la falta de
movilidad social o real con mucha movilidad dentro de la propia cabeza, convertir el
desarraigo existencial en ligereza para viajar vía porro o bazuco.
La violencia en la mayoría de los casos se nutre de la marginalidad urbana, de
brechas entre estratos sociales, de frustración por no acceder a bienes y servicios que se
promocionan en todas las pantallas y banners publicitarios, y de una corrupción política y
económica.
Las grandes ciudades se va colmando de ofertas de drogas y los índices de violencia
cotidiana cada vez van en aumento. Existen ciudades donde se registra mayor violencia,
como Bogotá, Medellín, Caracas o Río. Estas vieron aumentar más la violencia en los 80,
coincidiendo con la crisis económica y su consiguiente costo social, con la acumulación de
problemas urbanos no resueltos o con otras variables difíciles de ponderar. En el Cono Sur
apareció la violencia e inseguridad urbana como una novedad sin precedentes, sobre todo
en Buenos Aires en los 90, y en menor medida en Santiago. En ciudades como Caracas o
Ciudad de México, la violencia pareció multiplicarse tras el desastre económico y los
grandes golpes de estado. Claros ejemplos que hace pronunciar la frase: cuando la
violencia se multiplica, viene para quedarse.
El abuso de drogas puede conducir a la adicción o a la dependencia de las mismas.
Las personas que utilizan drogas para aliviar el dolor pueden volverse dependientes,
aunque es raro que esto suceda en personas que no tienen antecedentes de adicciones.
Según la Organización Mundial de la Salud en sucesivos estudios; que tuvieron en cuenta
las variaciones en función de la edad, el sexo y la etnia, se determinó que cuando los
jóvenes pasan de la adolescencia a la edad adulta los factores inmediatos de predicción de
la violencia fluctúan. Con la edad se reduce la influencia de los padres y aumenta la
influencia de los pares; esto aumenta la probabilidad de que los jóvenes, esencialmente los
hombres jóvenes, adopten comportamientos de violencia, delincuencia o uso indebido de
drogas cuando a esta situación se suman factores negativos. Si bien es difícil identificar
factores específicos que influyen en la participación de los jóvenes en crímenes violentos
asociados con delitos de drogas, los estudios han destacado los siguientes factores que
contribuyen a la participación de los jóvenes en delitos violentos y/o el uso indebido de
drogas:
- Entorno: situación socioeconómica baja y/o desempleo en vecindarios con altos niveles
de delincuencia; altas tasas de victimización;
- Variables familiares: separación temprana de los padres; poco apego a los padres;
actitud severa de los padres; ejercicio irregular de la paternidad; presenciar actos de
violencia familiar;
- Actitudes y asociaciones: asociaciones con pares delincuentes; actitud favorable al uso
indebido de drogas o la violencia;
- Características individuales: miembro de un grupo minoritario; dificultades en la escuela
y/o ausencia de la escuela; 3/1 6
- Problemas de conducta y sicopatología: alta tasa de actividades delictivas
comunicadas; iniciación temprana en el uso indebido de drogas; venta de drogas;
trastornos de la conducta; personalidad antisocial; problemas emocionales percibidos
u observados.
El uso de drogas no siempre resulta en adicción, sin embargo, éstas tienen un efecto
tal en la mente del individuo que la consume que normalmente siente la necesidad de
utilizarlas nuevamente, hasta que se convierte en un vicio que puede originar conductas
violentas y delictivas. La violencia con la droga actúa en cristalizar los temores y las fobias
que despierta sociedad actual en América Latina. Temores que resultan del debilitamiento
de la relación social y de las fracturas de la moral pública y privada, la violencia urbana y el
descontrol de la droga.
Programas de prevención
1. Programa Lucha Contra La Violencia Familiar.
Objetivo: Lograr la salida del entorno de la violencia y empoderamiento de la
mujer. Esta iniciativa, aporta directamente al cumplimiento del Objetivo de
Desarrollo Sostenible que propone el Plan Estratégico de PNUD, sobre eliminar
todas las formas de violencia contra la mujer y las niñas.
2. Entender para prevenir: Proceso de investigación sobre los Determinantes de la
Violencia que afecta a los Niños, Niñas y Adolescentes liderado por el Centro
Internacional de Investigaciones de UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la
infancia) en el cual se involucran 4 países Perú, Italia, Zimbabue y Vietnam.
Objetivo: Basarse en investigaciones sólidas para diseñar políticas y programas
de prevención de la violencia en Perú, que aborden los factores que la
determinan; tomando en cuenta la historia, la cultura y que además sean
factibles y sostenibles, dados los recursos disponibles en cada uno de los
países.
3. Programa Integral de Prevención contra la violencia familiar y sexual en Ayacucho.
Crea el sistema de prevención y atención a la violencia familiar y sexual en las
11 provincias de Ayacucho, logrando de esta manera que este tema este en la
agenda de las políticas públicas en la Región de Ayacucho y ofreciendo un
servicio articulado para responder a la necesidad de la población.
Se formula y aprueba un Plan Regional Contra la violencia hacía la mujer 2010
– 2015.
Se diseña un modelo de intervención rural, lo que permite un acercamiento real:
atender mejor, con mayor efectividad a una población alejada de los accesos al
servicio.
4. Proyecto de Generación de Ingresos con Mujeres de Ayacucho.
Objetivo: Proponer un modelo de intervención para proyectos de generación de
ingresos con mujeres en situación de vulnerabilidad y víctimas de violencia
familiar.
5. Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual.
Objetivo: El Plan Nacional Contra la Violencia Hacia la Mujer (2009 – 2015)
plantea la construcción de una sociedad que garantice a las mujeres, sin
distinción alguna, el derecho a una vida libre de violencia a través del trato
digno, estableciéndose las relaciones de igualdad entre mujeres y hombres y la
eliminación de patrones socio-culturales discriminatorios.
6. Programa Facilitadoras/es en Acción Contra la Violencia Familiar y Sexual.
Objetivo: Involucrar proactivamente a comunidades y a los líderes de las
organizaciones sociales para desarrollar habilidades y acciones preventivas con
el fin de que estos puedan enfrentar esta problemática social y así potenciar
acciones comunales, y dar lugar a un proceso integral de desarrollo de
capacidades, donde puedan intervenir ante situaciones de violencia,
especialmente hacia las personas más vulnerables.
7. Programa conjunto para prevenir la violencia hacia la mujer.
Objetivo: Prevenir los feminicidios a partir de la adecuada implementación de la
Ley de protección frente a la violencia familiar. Por lo cual, busca asegurar y
mejorar la acción multisectorial en el procesamiento de las denuncias por
violencia contra la mujer y facilitar el proceso que las mujeres víctimas de
violencia deben seguir para hacer una denuncia, mediante la implementación
de un sistema informático que permita monitorear el cumplimiento de las
funciones de las autoridades competentes.
8. Evaluación de Diseño y Ejecución Presupuestal – EDEP Programa Lucha Contra la
Violencia Familiar.
Objetivo: Reducir la Violencia Familiar contra mujeres, niñas, niños,
adolescentes, ejercida por personas que viven con ellos en el hogar.
9. Plan de Prevención Integral Contra la Violencia Familiar y Sexual.
Objetivo: Contribuir con la reducción de la alta prevalencia de la violencia
familiar en mujeres, niñas, niños y adolescentes, a través de la promoción del
respeto de los derechos de hombres y mujeres.
10. Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual en Cifras 2015.
Objetivo: Su contenido está orientado a difundir las principales cifras
estadísticas de los servicios y estrategias del PNCVFS durante el año 2015,
para conocer la magnitud y características de violencia familiar y sexual de los
casos recibidos por el Programa, para así poder aportar a la comprensión de
esta problemática y contribuir con información pública y confiable para la
adecuada toma de decisiones.
Conclusiones
Anexos
Anexo A
Anexo B
Anexo C: número de feminicidios y tentativas de feminicidio registrados por los CEM Año:
2009 – 2017 (enero - noviembre).
Anexo D
Referencias
Arboccó, M., Arboccó, J. (2013). Barras Bravas y Tiempos Bravos: Violencia En El Fútbol
Peruano. [En línea]. Recuperado el 18 de Julio de 2018 de
http://www.unife.edu.pe/publicaciones/revistas/psicologia/2013/2/Manual-
Arbocco.pdf
Bélgica Contigo. (s.f.) Programa de Lucha contra la violencia familiar y sexual en Ayacucho.
[En línea]. Recuperado el 17 de julio de 2018 de
http://belgicacontigo.com/proyectos/programa-de-lucha-contra-la-violencia-familiar-
y-sexual-en-ayacucho-pilvfs/
Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF). (2014). Entender para prevenir.
Violencia hacia las niñas, niños y adolescentes en el Perú (pp. 2, 3). Perú. [En línea].
Recuperado el 17 de julio de 2018 de https://www.unicef.org/peru/spanish/Entender-
para-prevenir-Violencia-hacia-ninos-ninas-y-adolescentes-en-el-Peru-Resumen-
Ejecutivo.pdf
Garmendia, F. (2016). La violencia en el Perú 2015. [En línea] Recuperado el 18 de julio de
2018 de http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1025-
55832016000200010
Mejía, J. (2015). Sociedad, Violencia y Juventud: Los Pandilleros En El Perú. [En línea].
Recuperado el 18 de Julio de 2018 de
revistas.urp.edu.pe/index.php/Yuyaykusun/article/download/101/92/
Ministerio de Economía y Finanzas. (2016). Evaluación de Diseño y Ejecución Presupuestal
– EDEP Programa Lucha Contra la Violencia Familiar (pp. 2,5). Lima, Perú. [En
línea]. Recuperado el 17 de julio de 2018 de
https://www.mef.gob.pe/contenidos/presu_publ/ppr/eval_indep/EDEP_violencia_fa
miliar.pdf
Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social. (2011). Programa “Facilitadoras/es en Acción”
Contra la Violencia Familiar y Sexual. (p. 5). Perú. [En línea]. Recuperado el 17 de
julio de 2018 de https://www.repositoriopncvfs.pe/wp-
content/uploads/2016/09/Facilitadores-Modulo-de-especializacion.pdf
Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social. (2008). Plan de prevención integral contra la
violencia familiar y sexual. (pp. 2, 3, 4). Lima, Perú. [En línea]. Recuperado el 17 de
julio de 2018 de
https://www.mimp.gob.pe/files/programas_nacionales/pncvfs/proyectos_actividade
s/306_plan__prevencion_integral_2008.pdf
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables – MIMP. (s.f.) Programa Nacional Contra
la Violencia Familiar y Sexual. [En línea]. Recuperado el 17 de julio de 2018 de
https://www.mimp.gob.pe/contigo/contenidos/pncontigo-articulos.php?codigo=7
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (2017) Experiencias de investigación en
violencia familiar y sexual – Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y
Sexual. [En línea]. Recuperado el 18 de julio de 2018 de
https://www.mimp.gob.pe/files/programas_nacionales/pncvfs/publicaciones/informe
-estadistico-04-PNCVFS_UGIGC.pdf
Organización Mundial de la Salud. (s.f.) Violencia. [En línea] Recuperado el 17 de julio de
2018 de http://www.who.int/topics/violence/es/
Organización de las Naciones Unidas. (2013). Se lanza programa conjunto para prevenir la
violencia hacia la mujer en Ayacucho «Sistema de las Naciones Unidas en el Perú»
[En línea]. Recuperado el 17 de julio de 2018 de http://onu.org.pe/noticias/se-lanza-
programa-conjunto-para-prevenir-la-violencia-hacia-la-mujer-en-ayacucho/
Padro, V. (s.f.). LA CRIMINALIDAD ORGANIZADA. [En línea]. Recuperado el 18 de Julio
de 2018 de
http://www.derecho.usmp.edu.pe/postgrado/maestrias/maestria_ciencias_penales/
cursos/4ciclo/DELITOS_NO_CONVENCIONALES_Y_LA_CRIMINALIDAD_ORGA
NIZADA/DR._VICTOR_PRADO/Criminalidad_Organizada.Dr.VICTOR_PRADO.pdf
POLIS. (2002). Droga y Violencia: Fantasmas de la Nueva Metrópoli Latinoaméricana. [En
línea]. Recuperado el 18 de julio de 2018 de
https://journals.openedition.org/polis/7650
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Perú. (2018) PNUD y CAF Prevenir
y responder a una violencia de género. [En línea]. Recuperado el 17 de julio de 2018
de
http://www.pe.undp.org/content/peru/es/home/presscenter/articles/2018/04/27/pnu
d-y-caf-prevenir-y-responder-a-violencia-de-g-nero.html
Real Academia de la Lengua Española. (2017). Definicion de Violentar. [En línea]
Recuperado el 17 de julio de 2018 de
http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=violentar
Rev Latino-am Enfermagem. (2005). Consumo de drogas y violencia en el trabajo femenino
zapallal – Lima/Perú. [En línea]. Recuperado el 22 de julio de 2018 de
http://www.scielo.br/pdf/rlae/v13nspe2/es_v13nspe2a13.pdf
RPP Noticias. (2018). ANAR: “La violencia en el Perú tiene rostro de mujer y edad de niño”.
[En línea] Recuperado el 17 de julio de 2018 de http://rpp.pe/peru/actualidad/anar-
la-violencia-en-el-peru-tiene-rostro-de-mujer-y-edad-de-nino-noticia-1103107
Síseve. (s.f.). Número de casos reportados en el SíseVe a nivel nacional. [En línea]
Recuperado el 18 de julio de 2018 de http://www.siseve.pe/Seccion/Estadisticas
SPANISH-INCB. (2003). Las drogas, la delincuencia y la violencia: los efectos a nivel
microsocial. [En línea]. Recuperado el 18 de julio de 2018 de
https://www.incb.org/documents/Publications/AnnualReports/Thematic_chapters/S
panish/AR_2003_S_Chapter_I.pdf
Torres, J. (2016). Criminalidad organizada en el Perú: Narcotráfico, Corrupción y otros
delitos. [En línea]. Recuperado el 18 de Julio de 2018 de http://www.red-
alas.net/wordpress/wp-content/uploads/2016/02/Criminalidad-Organizada-en-el-
Perú-Torres-VF.pdf
Webscolar. (s.f.). Las características de la violencia. [En línea] Recuperado el 17 de julio de
2018 de http://dle.rae.es/?id=brhWhJl