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Propiedades Eléctricas.
Los materiales que pueden ser atraídos por un imán, son los que poseen
propiedades magnéticas. Ejemplos de materiales magnéticos son: Hierro, cobalto
y níquel y acero.
Cuando se hace pasar una corriente eléctrica por una bobina de hilo conductor,
esta se convierte en un imán. Si dentro de la bobina colocamos una barra de
acero, esta se magnetiza permanentemente, pero si la barra es de hierro dulce,
solo se magnetizará mientras esta circulando la corriente por la bobina.
Un electroimán o imán controlado por electricidad esta formado por una bobina y
un núcleo de hierro dulce. Los electroimanes se emplean en motores eléctricos,
timbres electroválvulas, altavoces y otros dispositivos electromagnéticos.
Los materiales diamagnéticos son ligeramente repelidos por los imanes, ya que
generan un campo magnético opuesto al que reciben. Los materiales
paramagnéticos, sin embargo, generan un campo del mismo sentido que el que
reciben y son atraídos por los imanes.
Introducción.
Propiedades Térmicas
Sabemos que las propiedades físicas son aquellas que son observadas o incluso
medidas sin necesidad de que ocurra un cambio en la composición química de la
sustancia. En cambio, las propiedades químicas son las que se pueden observar o
medir dependiendo de la habilidad de sustancias para reaccionar, y poder así
crear una nueva sustancia en la cual pueda contener diferentes propiedades.
Propiedades Químicas
Las reacciones químicas fundamentales que pueden sufrir los materiales son:
Las Propiedades mecánicas de los materiales son quizás las más importantes pues son las
que determinan el comportamiento de éstos cuando se ven sometidos a la acción de
fuerzas exteriores de cualquier tipo, continuas o discontinuas, estáticas, dinámicas o
cíclicas.
Propiedades Mecánicas.
Pueden definirse como la Resistencia mecánica que ofrece el material a dichos esfuerzos.
Las propiedades mecánicas de un material tienen mucha importancia desde un punto de
vista técnico.
Elasticidad: Capacidad de un material de recuperar su forma original una vez que cesa la
fuerza exterior que originó su deformación. Un material muy elástico vuelve a su forma
original una vez que cesa la fuerza aplicada. Lo contrario de la elasticidad es la plasticidad.
Dureza: Resistencia que presenta un material a dejarse rayar por otro. Para medir la
dureza de un material se utiliza la escala de Mohs, de 1 a 10, correspondiendo el número
10 al material más duro. El material más duro que se conoce es el diamante, y por ese
motivo se usa como abrasivo para cortar o marcar otros materiales más blandos.
Tenacidad: Resistencia a la rotura que opone un material cuando es golpeado. El metal es
un material tenaz.
Maleabilidad: Capacidad de un material para adoptar una forma diferente a la original sin
romperse. En el caso de los materiales metálicos es la capacidad de extenderse y formar
así planchas o láminas.