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Introducción.

Teniendo como premisa los conocimientos adquiridos a lo largo de distintos


cursos, se sabe que las propiedades eléctricas definen el comportamiento de los
materiales frente a la corriente eléctrica y a los campos magnéticos
respectivamente. Respectivamente las propiedades magnéticas se refieren al
comportamiento de los materiales con respecto a campos magnéticos, donde
ambas propiedades vienen explicitas en el video propuesto para aterrizar estos
temas.

Propiedades Eléctricas.

Siendo de las propiedades que, en lo particular, más interesantes me parecen, las


propiedades eléctricas y magnéticas son las primeras encargadas y responsables
de que todo en una industria funcione debido a la simple e indispensable
propiedad de la conducción, de electricidad.

La principal propiedad eléctrica es la resistencia eléctrica. La resistencia eléctrica


mide el grado de oposición de un material a ser atravesado por la corriente
eléctrica. Un material tiene una alta resistencia cuando presenta gran oposición a
ser atravesado por una corriente eléctrica. A los materiales con resistencia
eléctrica alta los llamamos aislantes; mientras que a los materiales con una
resistencia eléctrica bajo los llamamos conductores.

Son buenos aislantes (alta resistencia eléctrica): el vidrio, la madera, el aire, el


plástico, etc. Se necesitan materiales aislantes cuando queremos evitar el paso o
la circulación de corriente eléctrica, por ejemplo, la cubierta de un cable debe ser
de material aislante así como la carcasa de un enchufe o las piezas que fijan los
cables a las torres de transporte.
Propiedades Magnéticas

Las propiedades magnéticas se refieren al comportamiento de los materiales con


respecto a campos magnéticos. Los imanes son objetos que generan un campo
magnético que atrae a los metales; a esta fuerza de atracción la denominamos
magnetismo.

Con respecto al magnetismo nos interesan dos cosas, si un material es magnético


o no lo es y si al magnetizar un material este se magnetiza temporalmente o
permanentemente.

Los materiales que pueden ser atraídos por un imán, son los que poseen
propiedades magnéticas. Ejemplos de materiales magnéticos son: Hierro, cobalto
y níquel y acero.

Cuando se hace pasar una corriente eléctrica por una bobina de hilo conductor,
esta se convierte en un imán. Si dentro de la bobina colocamos una barra de
acero, esta se magnetiza permanentemente, pero si la barra es de hierro dulce,
solo se magnetizará mientras esta circulando la corriente por la bobina.

Un electroimán o imán controlado por electricidad esta formado por una bobina y
un núcleo de hierro dulce. Los electroimanes se emplean en motores eléctricos,
timbres electroválvulas, altavoces y otros dispositivos electromagnéticos.

Los materiales diamagnéticos son ligeramente repelidos por los imanes, ya que
generan un campo magnético opuesto al que reciben. Los materiales
paramagnéticos, sin embargo, generan un campo del mismo sentido que el que
reciben y son atraídos por los imanes.
Introducción.

La temperatura es un factor de mucha importancia, pues afecta en su mayoría a


prácticamente todas las características de los materiales, sea cual sea. Las
distintas propiedades como lo son: eléctricas, magnéticas o mecánicas, sufren
importantes cambios cuando la temperatura es desemejante, por lo que los
efectos térmicos que se originan sobre estas propiedades deberán tomarse en
cuenta para en lo que se quiera emplear, como por ejemplo dimensionar o
seleccionar un material específico.

Propiedades Térmicas

La decisión de usar unos materiales u otros puede tener un gran impacto en el


desempeño térmico y energético de los edificios. No todos los materiales son
iguales, y no todos los materiales tienen el mismo comportamiento ante diferentes
condiciones ambientales. Por otro lado algunos materiales tienen cualidades que,
si se aprovechan, pueden ayudar a resolver las exigencias climáticas a las que se
ven sometidos los edificios.

Si bien la densidad no es una propiedad térmica en sí misma, se trata de una


característica que afecta de manera significativa el desempeño térmico de los
materiales. La densidad, o masa específica de un material, es el cociente que
resulta de dividir la cantidad de masa (kg) de dicho material por su volumen
unitario (m3). Así, la densidad que caracteriza al material se mide en kilogramos
por metro cúbico (kg/m3).

Los materiales empleados en la edificación presentan un amplio rango de


densidades. Algunos productos aislantes apenas alcanzan una densidad de 10
kg/m3, mientras que los más pesados, como el cobre, alcanzan densidades
cercanas a los 8,900 kg/m3.
Las propiedades superficiales de los materiales pueden afectar de manera
significativa su desempeño térmico, por lo que es necesario tomarlas en cuenta en
el momento de su elección. Esto es especialmente importante para los materiales
que conforman las capas externas de los cerramientos.

La absortividad es la propiedad de un material que determina la cantidad de


radiación incidente que puede absorver. La absortancia, por otro lado, representa
en sí la fracción de radiación incidente que es absorbida por un material, con
valores que van de 0.0 a 1.0 (aunque también se puede expresar en términos de
porcentaje, de 0% a 100%). La absortancia, en ocasiones denominada absorción
superficial, depende fundamentalmente del color y el acabado de los materiales.
Introducción

Sabemos que las propiedades físicas son aquellas que son observadas o incluso
medidas sin necesidad de que ocurra un cambio en la composición química de la
sustancia. En cambio, las propiedades químicas son las que se pueden observar o
medir dependiendo de la habilidad de sustancias para reaccionar, y poder así
crear una nueva sustancia en la cual pueda contener diferentes propiedades.

Propiedades Químicas

Las principales propiedades químicas de la materia son: La oxidación, que es todo


el proceso por el que pasan los átomos. La reducción, que es el proceso por el
cual un átomo o un ion ganan electrones. La combustión, es el proceso de
oxidación rápida que se produce gracias al calor o a la luz. La hidrolisis, es el
proceso químico que involucra la ruptura de una molécula o de un compuesto
iónico por acción del agua. Y la saponificación, que es una hidrolisis de un
triglicérido con una base fuerte.

Las reacciones químicas fundamentales que pueden sufrir los materiales son:

 El enlace metálico: Es un enlace químico que se da en sustancias en estado


sólido, concretamente en materiales metálicos en estado sólido. Un enlace
metálico mantiene unidos los átomos de los metales entre sí, los cuales se
agrupan en estructuras compactas.
 El enlace covalente: Se produce cuando dos átomos o grupos de átomos
comparten electrones del último nivel, y la diferencia de electronegatividades
entre átomos no es lo bastante grande para que se efectúe una transferencia
de electrones. Los enlaces covalentes se suelen producir entre elementos
gaseosos, o materiales no metálicos.

 El enlace iónico: Es el resultante de una unión de átomos, unidos por atracción


electrostática entre los iones de distinto signo, es decir, uno fuertemente
electropositivo y otro fuertemente electronegativo. Esta reacción sucede
cuando en el enlace uno de los átomos capta electrones del otro. El enlace
iónico suele darse entre un compuesto metálico y uno no metálico.

 La oxidación: Es la facilidad con la que un material reacciona en contacto con


el oxígeno del aire, es decir, se oxida. Cuando el material se oxida en contacto
con el agua en lugar de con el aire, se suele decir que se corroe.
Introducción.

Las Propiedades mecánicas de los materiales son quizás las más importantes pues son las
que determinan el comportamiento de éstos cuando se ven sometidos a la acción de
fuerzas exteriores de cualquier tipo, continuas o discontinuas, estáticas, dinámicas o
cíclicas.

Propiedades Mecánicas.

Pueden definirse como la Resistencia mecánica que ofrece el material a dichos esfuerzos.
Las propiedades mecánicas de un material tienen mucha importancia desde un punto de
vista técnico.

Las más importantes de estas propiedades mecánicas son las siguientes:

Resistencia: Capacidad de un material a soportar un determinado esfuerzo exterior.

Elasticidad: Capacidad de un material de recuperar su forma original una vez que cesa la
fuerza exterior que originó su deformación. Un material muy elástico vuelve a su forma
original una vez que cesa la fuerza aplicada. Lo contrario de la elasticidad es la plasticidad.

Plasticidad: Capacidad de un material de adquirir deformaciones permanentes sin llegar a


romperse.

Dureza: Resistencia que presenta un material a dejarse rayar por otro. Para medir la
dureza de un material se utiliza la escala de Mohs, de 1 a 10, correspondiendo el número
10 al material más duro. El material más duro que se conoce es el diamante, y por ese
motivo se usa como abrasivo para cortar o marcar otros materiales más blandos.
Tenacidad: Resistencia a la rotura que opone un material cuando es golpeado. El metal es
un material tenaz.

Fragilidad: Es lo contrario a la tenacidad, representa la propiedad de un cuerpo de


romperse con facilidad cuando es golpeado. El vidrio simple es un material frágil.

Ductilidad: Capacidad de un material para deformarse fácilmente. Si se trata de un


material metálico, el término alude a la capacidad de extenderse y formar así hilos o
cables.

Maleabilidad: Capacidad de un material para adoptar una forma diferente a la original sin
romperse. En el caso de los materiales metálicos es la capacidad de extenderse y formar
así planchas o láminas.

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