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El pecado nos separa de Dios

Existe un dicho en el vocabulario cristiano que dice: “Dios ama al pecador pero odia el
pecado”… aunque las escrituras no mencionan nada de esta suposición, muchos la emplean como si
fuera una ley espiritual, en cambio lo que las escrituras SI mencionan es esto: “alma que pecare esa
morirá”. Si la suposición de que Dios ama el pecador y que lo exime, aun cuando este se encuentre
pecando, fuera verdadera, la escritura diría algo así: “hombre que peque no morirá, sino que el pecado
que lo atrapo morirá” ¿no le parece ridículo? ¿Como puede haber pecado sin personas que pequen? El
pecado solitario no existe porque el pecado es trasgresión de la ley.

La palabra “pecado” significa “errar al blanco”… o desviarse de la meta…es decir, que el


pecado tiene una connotación mayor que la mera idea de hacer lo malo. El concepto general de pecado
es hacer una acción perniciosa para uno mismo o para otros, sea esta, robar, matar, mentir, fornicar,
etc. Obviamente, hacer cada una de estas acciones es pecado, pero en el contexto general, el pecado,
es incluso, dejar de hacer lo que Dios ha ordenado que hagamos. La escritura dice: “y al que sabe hacer
lo bueno, y no lo hace, le es pecado” Santiago 4:17 de manera que no hacer lo bueno, es tan
pecaminoso como hacer lo malo, para Dios no hay diferencia entre lo uno y lo otro.

El error de muchos es creer que Dios juzga conforme al criterio humano porque acorde a la
mentalidad humana una “buena persona” es aquella que es honrada, amistosa, jovial, y que no se mete
en problemas, y el pecador suele ser una persona que anda en drogas, alcohol, que engaña a su
esposa(o), que miente, que ha asesinado o que tiene por costumbre robar. Para Dios pecador es aquel
que quebranta uno de sus mandamientos, sea cual fuere, grande o pequeño; pero también pecador es
aquel que no hace lo que él le ha ordenando hacer.

Ahora bien, ¿Que diferencia existe entre un pecador inconverso y aquel que es
cristiano? Ninguna… delante de Dios no hay diferencia entre ambos porque uno y otro son pecadores.
Probablemente usted dirá:…”nosotros los cristianos hemos sido perdonados de nuestros pecados desde
el momento que creímos en Jesús como nuestro Salvador personal” o… “ya no hay condenación para
los que creen en Cristo Jesús”… o también decir: “Jesús vino para perdonar nuestros pecados”. Y tiene
mucha razón… Jesús vino a perdonar los pecados de todo aquel que creyera en su nombre, tal como
los predicadores nos han dicho por mucho tiempo. Lo que ellos no dicen o no saben, es que el perdón
viene acompañado de una condición: no continuar pecando.

Cuando los fariseos llevaron delante de Jesús a una mujer que encontraron en el acto de
adulterio, sucedió algo que por lo general pasa desapercibido, según ellos los pecados “mas” dañinos o
más “inmorales” eran los que merecían mayor condena, pero como Jesús les hizo ver, el pecado por
pequeño que sea, es pecado. Obviamente, ellos guardaban uno o muchos de esos “pequeños” pecados
en su corazón. Para los hombres es fácil señalar lo obvio, como los fariseos hicieron, por eso insistían
en acusar a la mujer “7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté
sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo,
siguió escribiendo en tierra. 9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno,
comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en
medio. 10Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que
te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te
condeno; vete, y no peques más” Juan 8:1-11.

Jesús no excusó el pecado de ninguno de los que estaban en esa acontecimiento; tanto los
Fariseos como la mujer fueron redargüidos por la presencia del Señor; sin embargo, la mujer quien era
la protagonista de la historia y que se suponía digna de muerte, recibió el perdón de Dios, en cambio
ellos, se marcharon acusados por su corazón pero sin recibir el perdón del Señor. Lo importante en esta
historia es la frase final que Jesús le dijo a la mujer: “vete y no peques mas” ¿a caso esta frase fue un
simple consejo o fue un mandamiento que debería guardar?

El pecado desde cualquier ángulo que se le quiera ver es lo mismo, no podemos justificar el
pecado como lo trataron de hacer los fariseos. Ellos querían pasar por inocentes, quizá porque no
fornicaban como pero a lo mejor, eran mentirosos, o robaban. No podemos especular al respecto. Lo
que si sabemos es que continuaron en su condición de pecadores porque nunca se acercaron a Jesús
contritos y humillados para que los perdonara. El pecado los alejo de Jesús, por eso dice la escritura: “El
que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto fue manifestado
el Hijo de Dios: para deshacer las obras del diablo" 1 Juan 3:8

El apóstol Juan dice que cualquiera que “practica” el pecadoconstantemente es del Diablo y si
en lugar de arrepentirse, se justifica a si mismo diciendo: “Dios ya me conoce y sabe que soy débil” es
cuando se aleja cada vez más de la Gloria de Dios. El Padre quiere que vivamos en Santidad y que
seamos perfectos como él es; de manera que justificar el pecado es una testaruda manera de
engañarnos a nosotros mismos. Pero en su infinita sabiduría Dios nos manda a ser obedientes a sus
mandamientos, para que de esta manera seamos como el es: Santo“como hijos obedientes, no os
conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó
es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos,
porque yo soy santo” 1 Pedro 1:14-16 y no solo nos manda a ser Santos sino también que seamos
perfectos como el Padre “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es
perfecto” Mateo 5:48

¿Acaso Dios esta diciendo que seamos Santos y Perfectos sabiendo que somos incapaces
de cumplir con esa demanda?

De ninguna manera… si él dice que seamos Santos y perfectos es porque SI es posible, tal
como Adán era Santo y vivía en estrecha relación con Dios. Lamentablemente esa comunión se perdió
cuando Eva quiso alcanzar sabiduría y Adán siguió la voz de su mujer. De esta manera, vino el pecado
al hombre y por ende la muerte Espiritual, es decir, la separación de el hombre con Dios Génesis 2:9;
pero hace dos mil años el velo que nos separaba del lugar Santísimo donde habita la presencia de Dios
fue rota por medio de la sangre de Jesús. La muestra fehaciente de que Dios quiere restaurar esa
relación es precisamente la muerte de su único Hijo; Dios desea que nosotros tengamos la misma
comunión que Adán tuvo con el, al principio de la creación Génesis 2:16

Adán tenia la oportunidad de vivir por siempre porque Dios no le prohibió comer el fruto del
árbol de la vida; pero cuando pecó, fue echado del huerto para que no comiera de el; la serpiente sabia
que si el hombre comía de ese árbol de la vida, viviría por siempre en la presencia de Dios. Pero al
pecar Adán perdió la comunión con Dios porque el pecado levanto una pared que separaba al hombre
de Dios, la desobediencia trajo consigo muerte o separación del hombre con Dios Génesis 3:23-24El
pecado aleja al hombre de Dios de modo que es imposible que un pecador pueda vivir eternamente.

El pecado es lo único que nos aleja de Dios. Esta es la barrera que debemos derribar para
llegar a la presencia de Dios porque no puede haber ninguna impureza, ni mancha ni cosa semejante en
su pueblo Efesios 5:27 por lo cual es necesario vivir limpio de maldad y de pecado para entrar de nuevo
en el paraíso de Dios Apocalipsis 22:1-4El hombre se enemisto con Dios cuando se apartó de sus
caminos y de los mandamientos, esa enemistad se mantuvo por siglos pero Jesucristo rompió con ella
por medio de su muerte en la cruz. Jesús vino a salvar lo que se había perdido, esto es la comunión
entre Dios y los hombresLucas 19:2

Ahora por medio de la fe en Jesucristo tenemos una esperanza gloriosa de ser llamados
amigos de Dios, y romper con la enemistad que nos alejaba. La condición para renovar esa amistad es
una, guardar sus mandamientos: “Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os
llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque
todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” Juan 15:14-15 Jesucristo es el único
camino que nos lleva al Padre de quien estuvimos separados por siglos, así:“porque por medio de él los
unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre” Efesios 2:18.

Sin embargo, el hombre aun siendo cristiano pierde la comunión con Dios al no guardar sus
mandamientos y pecar deliberadamente, la escritura declara cuales son las consecuencias de pecar
voluntariamente“26Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de
la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,27 sino una horrenda expectación de juicio, y de
hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio
de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el
que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e
hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el
pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 31!!Horrenda cosa es caer en manos del
Dios vivo!!”Hebreos 10: 26-31

El escritor del libro de los Hebreos se dirige a los cristianos y dice que aquellos que hemos
recibido el conocimiento de la verdad tenemos la obligación de permanecer sin pecado de lo contrario
estamos expuestos a la ira de Dios. Por eso dice: “El Señor juzgara a su pueblo” y si hemos pecado
deliberadamente no queda mas sacrifico por nuestros pecados sino una horrenda expectación de Juicio.
El auténtico evangelio del Reino dice que no pequemos, pero si hemos pecado tenemos a Jesús que
intercede por nosotros “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere
pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” 1 Juan 2:1

La buena noticia es que Jesús el sumo sacerdote intercede por nosotros por toda la eternidad
“ Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. 23 Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos,
22

debido a que por la muerte no podían continuar; 24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene
un sacerdocio inmutable; 25por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan
a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” Hebreos 7: 22-26

La intercesión en el tiempo de la ley Mosaica estaba a cargo de los levitas, ellos ofrecían
sacrificios de animales a cambio de la vida del pecador o de todo el pueblo, dependiendo de la
situación, el sacerdote sacrificaba un cordero para expiar el yerro del pecador tal como lo menciona el
libro de Levítico “2 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguna persona pecare por yerro en alguno
de los mandamientos de Jehová sobre cosas que no se han de hacer, e hiciere alguna de ellas; 3si el
sacerdote ungido pecare según el pecado del pueblo, ofrecerá a Jehová, por su pecado que habrá
cometido, un becerro sin defecto para expiación. 4 Traerá el becerro a la puerta del tabernáculo de
reunión delante de Jehová, y pondrá su mano sobre la cabeza del becerro, y lo degollará delante de
Jehová” Levítico 4:2-4

Es difícil entender como millones de cristianos siguen creyendo que Jesús perdono sus
pecados “pasados, presentes y futuros” como si el perdón de pecados fuera una especie de tarjeta de
crédito en donde los pecados se acumulan pero que nunca se pagan. Tal parece que el cristiano
moderno no necesita de la intercesión diaria de Jesús y que la sangre derramada en el monte Calvario
solo fue efectiva cuando acepto al Señor como Salvador de sus vidas. El pecado es una cadena que ata
al cristiano y que lo aparta de la presencia de Dios. Por esa razón la escritura dice: “Sabemos que todo
aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda,
y el maligno no le toca” 1 Juan 5:18.

La naturaleza de Dios es sin pecado y si hemos nacido de él, es de suponer que no


practiquemos el pecado. La escritura nos manda a no pecar, absurdamente muchos predicadores
enseñan a sus congregaciones a justificar el pecado; según ellos, no importa si pecamos aquí en la
tierra, porque cuando lleguemos al cielo los pecados que hallamos cometido serán borrados
instantáneamente aun sin arrepentirnos. Pero la palabra de Dios dice: “Os digo: No; antes si no os
arrepentís, todos pereceréis igualmente” Lucas 13:5.

Mientras tengamos vida tenemos la oportunidad de arrepentirnos de nuestros pecados porque


cuando muramos lo próximo que nos espera es el juicio “Y de la manera que está establecido para los
hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” Hebreos 9:27 ¿Quién dijo que los
cristianos no seremos juzgados? La mentira satánica de que los cristianos no seremos juzgados llevará
a millones de cristianos al infierno porque siguen creyendo que no importa si pecan Dios así los ama.
“Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros,
¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?” 1 Pedro 4:17

Pero gracias a Dios por Jesucristo que se ofreció a si mismo como sacrificio perfecto y como
sacerdote inmortal continua intercediendo por nosotros para expiar nuestros pecados “24mas éste, por
cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; 25por lo cual puede también salvar
perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” Hebreos
7:24-25. La intercesión de Cristo es esencial para nuestra salvación puesto que si Jesús no intercediera
delante del Padre estaríamos perdidos, porque Dios es Santo y no puede haber pecado delante de su
presencia, por lo cual si nos hemos desviado del buen camino todavía tenemos tiempo para rectificar,
esta es la ultima oportunidad de reconciliarnos con Dios, este puede ser tu ultimo día sobre la tierra.
¿Sigues pecando? Pide perdón al Señor y no peques mas.

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