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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER PARA LA EDUCACION CIENCIA Y TECNOLOGIA


PNF: TECNOLOGIA PARA LA PRODUCCION AGROALIMENTARIA
ALDEA UNIVERSITARIA “BICENTENARIO DE LAS AMERICAS”
TRAYECTO II TRAMO III, SECCION: 560-564
CALABOZO ESTADO-GUARICO

FACILITADOR: TRIUNFADORES:
Dilcia Astudillo Daisy Cárdenas
Eglys Escobar
Naudis Duarte
Nelson Hernández

Septiembre/2017
Venezuela posee innumerables riquezas naturales como: Playas,
montañas, tierras para el cultivo y variedad de árboles que han sido testigos
incondicionales de nuestra cultura e historia. Los árboles típicos de Venezuela
simbolizan y representan a los diversos estados y regiones del país.

LOS ARBOLES AUTOCTONOS DE VENEZUELA SON:

Araguaney: fue declarado Árbol Nacional de Venezuela el 29 de mayo de 1948


y se da a lo largo y ancho del territorio nacional. Este es un árbol autóctono y su
altura oscila entre 6 y 12 metros. Su tronco es recto, cilíndrico La floración se
presenta durante los meses de febrero a abril, cuando está totalmente desprovisto
de hojas. Las semillas están maduras al comenzar las lluvias, lo que permite la
germinación en un gran número de semillas. Se distingue por una floración
masiva, que se presenta fulgurante luego de botar sus hojas por la sequía.
Presenta un crecimiento lento.

Cereipo (Estado Anzoátegui): es un árbol que alcanza los 30 pies de


altura, con uno o varios troncos de 6 o más pulgadas de diámetro. Las hojas
miden hasta 8 pulgadas de largo y tienen hasta 19 hojuelas. Las flores miden unos
cinco octavos de pulgada de largo y aparecen en vistosos racimos terminales
erectos de unas 4 pulgadas de largo.

Caucho: Es un árbol que crece en los inmensos bosques, altos, densos y


de gran pluralidad de especies del Amazonas, donde conviven en ese ecosistema
líquenes, algas, hongos, musgos, helechos, orquídeas y bromelias. Se eleva a una
altura aproximada de 24 metros, adornada con sus hojas alternas, de flores
pequeñas, dispuestas sobre las ramas, o en la extremidad del tallo.

Samán: árbol comúnmente llamado “árbol de lluvia”. Posee gran tamaño


con una copa ancha y densa, su tronco es grueso y sin espinas. Tiene flores
pequeñas con corola amarilla y estambres numerosos de color rosado claro. Los
frutos son legumbres o vainas oscuras. Se utiliza como forrajera por sus
legumbres verdes y por sus semillas que son comestibles. También se cultiva
como ornamental.
Merecure: Es un árbol frondoso y resistente. En forma silvestre, el
merecure forma parte de la vegetación boscosa de las tierras bajas y cálidas. Este
extraordinario árbol, es conocido como árbol de sombra y se utiliza cerca de las
viviendas del campo y en los potreros; con la misma finalidad se siembra en
parques, plazas y avenidas amplias. Sus frutos ovalados contienen una sustancia
harinosa que es comestible y de sabor agradable. De crecimiento lento y tiene
vida larga.
Sarrapia: Es un árbol autóctono del estado Bolívar en mayo de 1952 y su
zona de distribución natural coincide con la cuenca baja del río Caura. Posee
tronco medio, liso y de apariencia escamosa grisácea, puede llegar a medir 30
metros de altura. El fruto de la sarrapia es lágrima alargada de color marrón con
centro blandos y nuez en ella, totalmente insípida pero aromática, su semilla es
grande.
Camoruco: Es un árbol de gran tamaño. Posee tronco recto ramificado a
gran altura con hojas acorazonadas. Las raíces son profundas y tiene vida larga.
Las flores son moradas y poco vistosas. Se encuentra en todas las tierras bajas,
especialmente en los estados de Aragua y Carabobo, donde llega a alturas
gigantescas. Se reproduce por semilla. Durante el período de crecimiento requiere
de sombra para su desarrollo.
Apamate: Es un árbol nativo de los bosques tropófilos de la zona
intertropical americana. Tiene un tamaño 5-14 metros de altura, con tronco corto,
corteza grisácea, algo fisurada. Las flores presentan una gama de colores que van
desde el amarillento hasta el morado, todas muy vistosas y llamativas. Sus frutos
son capsulares de 25-35 cm de largo, con semillas comprimidas tenuemente y
aladas. Se usa para adornar parques y jardines.
Mangle Rojo: Este árbol alcanza alturas de 15 metros o más, de sus tallos
se desprenden raíces aéreas (fúlcreas) las cuales no sólo sustentan la planta sino
que sirven como redes de retención de sustancias orgánicas como hojas, troncos,
animales muertos, etc., formando así una isla vegetal. Las flores brotan de 2 a 4
juntas en un pedúnculo verdoso en forma de horqueta y suelen estar presentes
durante casi todo el año. Se utiliza como pilotes de muelle en la fabricación de
vigas, viguetas y como madera de construcción en general. Las sustancias tánicas
de sus hojas y corteza se utilizan en la curtiembre de pieles.
Ceiba: Es un árbol que alcanza 60 a 70 metros de altura con raíces
tabulares. El tronco espinoso sobre todo en árboles jóvenes. La floración suele ser
durante los meses de Enero a Marzo, apareciendo antes que rebroten las hojas
nuevas. Las Semillas se encuentran envueltas por abundante lana que le sirve
para ser dispersadas por el viento. Esta especie es usada como centro de parques
en pueblos de clima cálido.
Cují-Yaque (Estado Falcón): es un árbol espinoso, pequeño y mide de 3-6 metros
de altura, de tronco retorcido, de corteza cuarteada, de copa extendida, a manera
de amplio paraguas. Crece en los terrenos secos y arenosos de gran parte del
estado Falcón. Las flores presentes durante casi todo el año y abundantes. La
madera se utiliza para postes de cercas, carpintería rural y para algunos trabajos
de ebanistería.
Palma Llanera: es una especie de palma o palmera con un tamaño de 6
a 12 metros. Tiene las hojas en forma de abanico. La Palma Llanera se
desarrolla en áreas que están bajo el agua durante seis meses y durante otros
seis meses están secas. El crecimiento es lento hasta que desarrolla sistema
radical. Las hojas secas se usan para los techos de viviendas, frutos para el
forraje de los animales, entre otros.
Semeruco: Es un arbusto que mide entre 3 y 6 metros de altura, de
corteza obscura, tiene numerosas ramas, generalmente dirigidas hacia arriba,
frágiles y cortas. Las hojas son simples, enteras y opuestas, cuneiformes en la
base. Las flores tienen cinco pétalos y son de color rojo, rosado, lila o algunas
veces blanco. Su fruto es redondo, de piel lisa, de color rojo o amarillo y tiene
semejanza con la cereza. Se utiliza para formar setos vivos. También como
ornamental y frutal en patios internos y jardines.
Bucare Ceibo: Es un árbol que posee una altura de 15 a 30 metros, el
tronco presenta un gran desarrollo de fuste corto. La corteza es de color castaño a
grisáceo, con textura rugosa y corchosa. Las flores de color rojizo anaranjado. Las
raíces son profundas, su crecimiento es muy rápido y su reproducción es por
semilla. Se ha utilizado mucho para sombrear los cafetales y los cacaotales, que
necesitan la sombra que dan los árboles más grandes para poder desarrollarse
apropiadamente.

Roso Blanco: Este árbol se reproduce en la sombra de otros árboles y


crece en bosques húmedos. Se propaga por semilla y presenta crecimiento lento.

Palma de Moriche: Es una palma con tallo solitario de 20 a 35 metros de


altura, de color café claro. Crece en terrenos inundables en la Orinoquia. Este
árbol forma amplias asociaciones vegetales en las riberas de los ríos, llamadas
morichales, una vegetación muy espesa y nutrida, casi impenetrable.

Guayacán: Es un árbol grande que mide 40 metros de alto, copa


frondosa y redondeada, tronco corto y recto de corteza jaspeada. Las flores son
de color azul. El fruto es una cápsula achatada de color amarillo que al abrirse
libera 1 o 2 semillas de color castaño cubierta de un tejido carnoso de color rojo;
los frutos permanecen abiertos durante largo tiempo. La floración y fructificación
tienen lugar durante casi todo el año. Se propaga por semilla, su crecimiento es
lento pero de larga vida; se desarrolla bien en los suelos pobres y se caracteriza
por su resistencia a la sequía.

Caoba: Es un árbol de 25-50 metros de alto, tronco recto, sin ramas hasta
cierta altura, de corteza gris claro a marrón grisáceo, copa frondosa tupida y
redondeada excepto durante las sequías muy prolongadas en que desprende sus
hojas.

Roble: Es un árbol robusto que en espesura crece con tronco derecho y


limpio sin ramificarse hasta los 15 metros. Su copa ancha irregular con ramas
tortuosas, nudosas y acodadas que proporcionan escasa sombra.

Pino Criollo: Este árbol también denominado Pino Laso también


Pinabete y Pino Real, debido a la magnitud de su tamaño. Llega a medir hasta 45
metros de altura. Posee hojas compuestas, coriáceas, decusadas. La floración
ocurre entre los meses de marzo - abril y fructifica entre mayo y julio. Se propaga
por semillas. Crece en bosques nublados y subpáramos en los estados andinos.
Tiene uso maderable.
Bucare Anauco: Es un árbol que puede alcanzar una altura entre 10 a 20
metros. Posee un tronco recto con raíces tubulares en la base. Las flores
presentan una coloración rosada con pinceladas rojizas. La madera de color
amarillo tiene poco valor comercial, pues es de textura ordinaria y quebradiza. Se
utiliza para hacer carbón, corcho y poco en ebanistería. Fue plantado a lo largo de
las regiones costaneras situadas cerca de la cordillera andina para dar sombra a
plantaciones de cacao.
Chaguaramo: Es la segunda especie de palma más cultivada en
Venezuela y es una especie nativa. Tiene una altura de 5 metros, cuando el suelo
es rico en nutrientes y profundidad. Se caracteriza por tener una base gruesa de
colorblancuzco para terminar en un cogollo de hojas verde claro de un brillo vivo.
Esta planta florece y fructifica durante todo el año. Es apreciada por su gran valor
ornamental por lo cual ha sido cultivada en muchos países.
Cocotero (Estado Zulia): el cocotero es una planta que puede alcanzar los
100 años de vida. Tiene un tronco único, alto hasta 20-30 metros, con corteza lisa
y gris marcada por las cicatrices anulares de las hojas viejas. Posee hojas
pinnadas y largas arqueadas de hasta 6 metros de longitud. La floración es
durante todo el año. Se producen sucesivas oleadas de florecillas seguidas de
frutos comestibles ovoides de envoltura fibrosa.

IMPORTANCIA AMBIENTAL Y ECONÓMICA DE LA REGION


La concepción de un mundo verde ha ganado espacios cada vez más
importantes en nuestra sociedad. La necesidad de preservación del medio
ambiente surge del hecho de percatarnos del grave daño que hemos ocasionado a
nuestros ecosistemas a través de la galopante transformación negativa que estos
han sufrido debido a nuestros intentos frustrados de desarrollo. No hemos
comprendido la necesidad de tener un crecimiento económico que vaya de la
mano con la preservación de nuestro ambiente, porque la depredación de la
naturaleza para obtener beneficios económicos abundantes ha resultado más fácil
que reponer los daños que se le originan al tomar sus recursos de manera
indiscriminada.

La conservación ambiental surge de la necesidad de preservar todos los


recursos naturales de una manera cónsona con el desarrollo, de tal manera que
nos permita equiparar en una balanza el crecimiento y desarrollo de nuestro país
con la conservación de nuestros recursos naturales, procurando que los mismos
sirvan para sustentar el crecimiento económico que deseamos para nuestra
nación. El rápido crecimiento de nuestra población producto de la mayor
disposición de recursos económicos en el país, ha originado una distribución
desigual en nuestros espacios geográficos que traen graves consecuencias a
nuestros recursos naturales.
Con preocupación podemos apreciar cómo se alteran negativamente
nuestros espacios naturales, permitiéndose incluso la desaparición de grandes
extensiones de recursos vegetales por la invasión indiscriminada de grupos
humanos en sus áreas, los cuales se procuran un espacio para vivir. El gobierno
nacional ha aupado dicha iniciativa, justificándola en muchas oportunidades,
trayendo esto graves consecuencias para nuestros pulmones naturales. Dicha
conducta ha ocasionado la deforestación de grandes extensiones vegetales y la
inadecuada utilización de los suelos, apreciándose la construcción de viviendas
inseguras en sus espacios, sufriendo en ocasiones los embates de los elementos
naturales como la lluvia, que originan la pérdida de bienes y vidas humanas,
debido a la utilización inadecuada de espacios no aptos para la ubicación de
viviendas. Al abandonar por orden de las autoridades los espacios invadidos,
dejan una estela de destrucción en nuestra naturaleza, sin que existan políticas
cónsonas que permitan su recuperación.
Observamos cada día como la contaminación arrasa con nuestros
espacios verdes, producto del desinterés de los organismos gubernamentales de
preservar los mismos para el disfrute de toda la población. La expansión de los
espacios destinados a empresas manufactureras, la construcción de conjuntos
residenciales en extensiones de terrenos verdes, las invasiones de estos espacios
por viviendas improvisadas, entre otros, han ocasionado un incremento en la
contaminación de nuestra naturaleza, sin que existan políticas dirigidas a subsanar
este grave problema. Podemos apreciar como muchas de las empresas
manufactureras afectan nuestra atmósfera emanando gran cantidad de gases a la
misma, produciendo contaminación del aire y contribuyendo con el fenómeno del
calentamiento global. El crecimiento poblacional desmedido, por su parte, ha
ocasionado un incremento de los desechos sólidos contaminantes que, aunado a
la ausencia de políticas de reciclaje, han incrementado de manera exponencial la
contaminación de nuestros suelos. La mala disposición de excretas y de aguas
servidas contamina nuestros cauces naturales, sin que se aprecien políticas de
procesamiento para la descontaminación de nuestras aguas.

Surge entonces así la importancia de tomar conciencia para conservar


nuestro medio ambiente en medio del caos de un crecimiento económico y
poblacional mal planificado. Debemos establecer políticas de Estado que permitan
concatenar el crecimiento y desarrollo de nuestro país con la preservación de
nuestros ambientes naturales, haciendo sustentable nuestro desarrollo.

Si nos preguntamos qué hacer en Venezuela para conservar nuestro medio


ambiente, debemos partir de la idea de comprender para qué debemos conservar
el mismo. En primer lugar, debemos garantizar la vida de nuestros ecosistemas
para poder así mejorar la calidad de vida de nuestra población, ofreciéndole un
medio ambiente que le asegure un aire cada vez más puro y unos recursos
naturales que brinden los elementos necesarios para su supervivencia de manera
constante, sin el miedo persistente de que puedan extinguirse como consecuencia
del mal uso y preservación de los mismos. Esto se asegura con el establecimiento
de políticas de Estado que permitan reglamentar la disposición de elementos
contaminantes en nuestro medio ambiente y la creación de medidas para el
procesamiento de las aguas servidas que aseguren la descontaminación de
nuestros ríos y mares. De esta manera, estaremos asegurando que las presentes
y futuras generaciones puedan disfrutar de todos los recursos que nuestra
naturaleza es capaz de brindar. Por otra parte, de manera igualmente inmediata
y paralela, es necesario educar a nuestra población sobre la importancia de
conservar nuestro medio ambiente libre de contaminación. Campañas educativas
han sido notorias por parte de organizaciones no gubernamentales y entes
privados que han promovida la idea de un planeta verde, en concordancia con la
idea universal de preservación de nuestra naturaleza, sobre todo a nivel de los
medios de comunicación masivos. Sin embargo, se requiere de un mayor alcance
por parte del Estado de políticas educativas que permitan crear conciencia, día a
día, acerca de la importancia de preservar nuestros recursos naturales, desde las
etapas más tempranas de la educación de nuestros niños hasta la creación de una
conciencia ambientalista en nuestros adultos. La idea última será que dicha
conciencia de preservación se internalice en nuestra población de manera natural
y se convierta en un estilo de vida, para originar en los hogares de todos los
venezolanos, desde el comienzo de la crianza de nuestros hijos, la idea de
preservar nuestra naturaleza para así poder disfrutar perpetuamente de todos los
recursos que ella es capaz de brindarnos.

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