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Ensayo

“Los principios de la religión”

Alumno:

Edwing Joel Hernández Murillo


Programa Académico:

Unidad Académica de Antropología, Licenciatura en Arqueología.

Semestre: 2°

Asignatura:

Teoría Antropológica I
Maestro:

Dr. Daniel Hernández Palestino.


Lugar y Fecha de Entrega:

Zacatecas, Zac. 06 de junio de 2016.


Contenido
Introducción ........................................................................................................................................ 3
Desarrollo ............................................................................................................................................ 4
¿Qué es la religión? ......................................................................................................................... 4
Viaje por las principales religiones del mundo ............................................................................... 5
Egipto .............................................................................................................................................. 5
Hebreos ........................................................................................................................................... 7
Grecia .............................................................................................................................................. 9
Budismo......................................................................................................................................... 12
Cristianismo ................................................................................................................................... 13
Espiritualismo ateo........................................................................................................................ 15
Conclusiones ..................................................................................................................................... 16

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Los principios de las religiones

Edwing Joel Hernández Murillo

Introducción
A lo largo de la historia de la humanidad, el ser humano ha tenido distintas creencias, y con
ello, religiones que han tomado un papel fundamental en la organización de las sociedades,
tanto en el sentido espiritual como en el comunitario, y en algunos otros aspectos de la vida.
Así en el contexto actual como en el antiguo, podemos observar la pluralidad de culturas y
la diversidad de religiones que han marcado grandemente el progreso integral de las
civilizaciones.

En la dimensión social de la religión podemos encontrar el control sobre la vida


moral de los habitantes de una cultura o sociedad, así como el dominio del pensamiento
mayoritario, lo cual, además de ser guía de la moralidad, lo es también, por este medio, de
la vida política. Sin embargo, cabe en este estudio hasta qué punto las creencias se unifican
para hacer una institución, en la que aparecen las normas que indiquen cómo ser fieles al
credo que profesan y por otro lado está la espiritualidad fuera de una institución
propiamente dicha.

Para entender una religión, habrá que conocer el contexto histórico en el que se
desenvuelve, porque en el nacimiento de una religión se pueden conocer sus principios
fundamentales, los cuales nos ayudan a tener en cuenta que puede suceder que éstos se
modifiquen por el progreso de las sociedades o incluso puede que no sea así.

En el presente ensayo, para tener una óptima comprensión de los principios de una
religión y como forma de control presentaré algunas de las más importantes civilizaciones y
con ellas su religión, tales como Egipto, Hebreos, Grecia y Roma, Budismo, Cristianismo y
espiritualismo ateo, que han aparecido a lo largo de la historia con el objetivo de extraer sus
diferentes principios y con ello responder si este método de control funciona para el
progreso de una civilización.

En primer lugar trataré de definir el concepto de religión para poder unificar la


cuestión que llevaré a cabo, después emprenderé el recorrido por las religiones arriba

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mencionadas, para concluir con una reflexión antropológica de la función de la institución
religiosa como parte de un gobierno progresivo.

Desarrollo

¿Qué es la religión?
La mayoría de los conceptos abstractos, como el de religión, han tenido un progreso
en su significado, considero que es pertinente hacer una recopilación de éste, desde lo
antiguo hasta la sociedad moderna.

En los tiempos primitivos existía una serie de prácticas tradicionales fijas que
todo miembro de una sociedad aceptaba como algo normal, sin embargo el ser humano no
seguiría habitualmente ciertas prácticas sin atribuirles un significado. El conjunto de estos,
conformaban una estructura de creencias ahora denominadas como ritos, los cuales, en su
principio, no se relacionaban con un dogma sino con un mito. He aquí una suma total de las
antiguas religiones que consistían en el uso práctico y el ritual (Radcliffe, 1975: 178 y 179).
Agregando que el rito es el elemento más estable y duradero en todas las religiones,
haciéndolo una fuente confiable para el antropólogo durante el estudio de una práctica
religiosa.

Un tema importante en el que hay que detenerse es el concepto de rito, ya que


desde la antigüedad y en la actualidad se siguen dando este tipo de prácticas, definiéndolos
como las expresiones simbólicas reguladas de ciertos sentimientos, y para poder entender
una religión habría que considerarla primeramente como un asunto de fe, pero al hablar de
fe habría que tratar a los ritos considerados como el uso práctico de las creencias. Tenemos
pues que las acciones propias son expresiones meramente simbólicas de sentimientos.

Es importante el uso de los ritos dentro de la sociedad o cultura, puesto que,


principalmente, sus efectos son producir y mantener una sociedad humana ordenada, tal
como lo describe el autor:

Es evidente que los ritos son las expresiones simbólicas reguladas de ciertos
sentimientos. Puede, por tanto, demostrarse que los ritos tiene una función
social específica siempre y cuando tengan para su efecto que regular,

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mantener y transmitir de una generación a otra los sentimientos de los que
depende la constitución de la sociedad (Radcliffe, 1975: 180).

Una religión es un sistema de creencias y prácticas referentes a una divinidad o


algún otro poder superior que trasciende la realidad de la vida terrena. Las creencias
religiosas se expresan tanto en forma de rito como en la manera en que los creyentes guían
su vida (Wilkinson, 2006: 10), o dicho en pocas palabras, teóricamente, una religión
verdadera es sólo la que puede procurar la base de una vida social ordenada.

Viaje por las principales religiones del mundo


Una vez definido el término de religión, emprenderé un viaje en diferentes culturas,
donde recataré algunos principios, así como el progreso y la importancia de las religiones
para el control de una sociedad políticamente ordenada. Es de suma importancia aclarar que
no pretendo hacer un estudio minucioso sobre cada religión, sino extraer sólo algunos
aspectos de ellas como su creencia sobre la muerte, sus enseñanzas morales, y la influencia
en el gobierno.

Egipto
En el antiguo Egipto existía una serie de creencias y rituales que podríamos catalogar como
su religión, aunque no propiamente institucionalizada. La creación fue obra del dios Jnum,
el cual moldeaba con arcilla a cada persona en el momento de su nacimiento (Littleton,
2007: 66). Uno de los rituales más relevantes era el de los actos fúnebres, el cual adoptaba
su importancia en la creencia de que para acceder al más allá la preservación del cuerpo
después de la muerte era un punto central.

En primer lugar pensaban que una persona estaba dividida en siete partes: el Sak,
que era el cuerpo físico; el Ib que era el corazón donde residía la inteligencia y los
sentimientos; el ka que es la fuerza vital o alma; el ba que era la personalidad o espíritu, el
akh la unión inmortal entre el ka y el ba; ren que es el nombre; y el shuwt, la sombra. Al
momento de la muerte, el ka se queda en la tumba para recibir los nutrientes de las
ofrendas, en cambio el ba tenía que atravesar el mundo de los muertos para al fin juntarse
con el ka y hacer el akh, el cual moraría en el cielo con los dioses. Así pues, para que el
individuo accediera a la vida después de la muerte, eran necesarias tres cosas: la perfecta

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conservación del cuerpo una vez muerto, el correcto sustento del ka y la pronunciación del
nombre del fallecido en las oraciones. (Littlenton, 2007: 66)

Una vez llegado el akh a la presencia del dios Osiris, el dios de los difuntos, el
corazón era pesado por Anubis, el dios protector de los muertos. El peso del corazón
denotaba la pureza de la vida de la persona; si el corazón era muy pesado, el akh de la
persona era devorado por un monstruo, en cambio, si era liviano pasaba a formar parte de la
vida eterna. (Littlenton, 2007: 69)

http://egiptologia.ru/articulos/religion/74-descubriendo-el-libro-de-los-muertos

De este bosquejo de la religión de los egipcios podemos extraer 3 cosas: en primer


lugar que la integridad de la persona se divide, en este caso las cinco partes antes descritas.
En segundo lugar puedo extraer cómo es que las creencias modifican o rigen la conducta
del ser humano en sociedad, pues sus prácticas debían obedecer a la moral que nacía de la
esperanza de tener un corazón liviano para así, después de la muerte, tener vida eterna.
Rescato una poesía egipcia colectiva en las que expresan su temor y reverencia al dios
Osiris:

“[…] concede al escriba Ani esplendor en el cielo,


Poder en la tierra y victoria en el mundo inferior.
Haz que pueda entrar y salir sin problema
Por los templos de los dioses subterráneos.
Y ordena que me entreguen pan en la casa fresca
Y ofrendas, y un campo con trigo y cebada”.
(Serrano, 2002: 25)

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Finalmente, como dice Radcliffe Brown, es en el culto a los antepasados donde
podemos descubrir y demostrar más fácilmente la función social de un culto religioso
(Radcliffe, 1975: 186) he aquí otro aspecto importante de la vida social en las culturas,
donde se unen para hacer un rito, es decir, la profesión de su fe mediante prácticas
religiosas. Un culto religioso, da pues pautas para la convivencia social en la unión de las
creencias.

Así mismo, podemos observar que la religión egipcia –si es que la podemos llamar
de esa manera- contiene diferentes dioses a su alrededor, que como es claro de su época,
constituyen divinidades acerca de los fenómenos naturales, como vimos, está Anubis,
Osiris y otros. Así los podemos catalogar en una religión politeísta.

Hebreos
La cultura hebrea comenzó a existir hace casi 4,000 años. Se desarrolló en Asia en lo que
hoy es la franja de Gaza. El primer hebreo que se considera es Abraham, quien es padre de
los Israelitas junto con su hijo Isaac y posteriormente Jacob. La fuente fundamental de esta
cultura es la Biblia, en donde se narran todas las historias acerca de sus creencias.

La principal característica es el monoteísmo. Dios se comunica al pueblo, en primer


lugar a Abraham y le hace la promesa de una tierra dadora de bienes, recordemos que era
un pueblo completamente agricultor y ganadero, y la promesa de una tierra con esas
características era todo para ellos. (Gn. 12-15) Hay que resaltar que para este pueblo el
patriarca en turno era el gobernante y era el guía, este patriarca era escogido directamente
por Dios, así primero Abraham, luego Isaac, Jacob, Moisés, etc.

Para los hebreos, Dios se manifiesta a través de señales de la naturaleza, no lo ven


cara a cara porque sería la muerte de las personas. No es un Dios antropomorfo, sino más
bien es espíritu.

En el monte Sinaí, Dios se comunica con Moisés, pero ahora para dar una Ley
moral, lo que se conoce como las tablas de la Ley, o los 10 mandamientos, los cuales
contienen tres mandatos para con Dios y siete para las relaciones humanas:

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I Amarás a Dios sobre todas las cosas.
II No jurarás el nombre de Dios en vano.
III Santificarás los días festivos.
IV Honrarás a tu padre y a tu madre.
V No matarás.
VI No cometerás adulterio.
VII No robarás.
VIII No mentirás.
IX No levantarás falsos testimonios.
X No desearás las cosas ajenas.
(Cfr. Ex. 20)
además de un conjunto de aproximadamente 520 normas sobre los alimentos, los sacrificios
y otras cosas, todas estas las encontramos en los libros del Éxodo, Levítico, Números y
Deuteronomio. En adelante, los hebreos tienen un cargo moral para sus acciones, lo cual
por mandato divino se introducen los sacrificios de expiación por los pecados cometidos,
que son llamados holocaustos.

En cierta ocasión los egipcios esclavizaron a los hebreos y ellos tenían otra
esperanza que era la der ser libertados, así Dios llamó a Moisés desde el monte Sinaí para
escogerlo como libertador del pueblo de Israel. (Ex. 3, 16-22) Después de la liberación por
el paso a pie del Mar Rojo, los Israelitas pecaron de idolatría y Dios los castigó, los hizo
rodear y vagar por el desierto durante 40 años, de tal manera que se extinguiera toda la
generación de los idólatras. (Ex. 14-24) No obstante, ellos a ciegas siguieron los decretos
de Dios.

http://www.seminarioabierto.com/tiempos03.htm

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De esta civilización es importante recatar el culto hacia creencias que no estaban
fundamentadas en escritos sagrados o en mitos, sino que Dios se revela directamente
mediante algunos fenómenos naturales que eran signos de la presencia divina, tales como la
zarza ardiendo en el Monte Sinaí, la columna de fuego y la nube en el paso del Mar Rojo
(Ex. 13, 20-22).así, Dios no era el fenómeno, sino un ente espiritual.

Por otro lado, su esperanza no está basada en la creencia de otra vida después de la
muerte o en una resurrección, sino en la promesa de algo material –la tierra prometida- y
más tarde su rescate de los opresores. La forma de organización social es totalmente
teocrática, incluso el dirigente es escogido por Dios, vemos ya un poder que la religión
adopta para el control y si además le sumamos una Ley moral, propiamente dicha, esto es
los mandamientos arriba citados, tenemos una sociedad estructurada meramente por palabra
divina y no por voluntad del hombre.

Grecia
Decidí abordar esta civilización por la ruptura que hay con la anterior descrita, puesto que,
a pesar de que son contemporáneas y se desarrollan territorialmente cerca, las creencias son
totalmente diferentes, pues siendo un pueblo intelectualmente reconocido optaron por el
politeísmo.

La primera característica que resalta es el antropomorfismo de sus dioses, los cuales


adoptan un cuerpo humano, y con ello las pasiones y sentimientos. Así mismo, la
procreación entre hombres y dioses, fruto de la característica antes dicha. Pongamos por
ejemplo a Zeus, dios del cielo, el cual representaba el
padre de los dioses que mantenía el orden. Se le solía
representar con gran majestuosidad sentado en un
trono con sus temibles rayos y un cetro en las manos.
Se decía de él que las pasiones lo gobernaban, así era
un maestro en la seducción que no conocía límites,
incluso dejando a un lado a su esposa, la diosa Era.
Muestra de ello son la infinita cantidad de hijos desde

http://www.crystalinks.com/zeus.html

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dioses como Hermes, las Musas, las Estaciones, etc., hasta inmortales, como el mismo
Heracles el Héroe, quien es un ejemplo de la posible procreación entre un dios y un mortal
(Littleton, 2007: 156 y 157).

El gran ideal griego era alcanzar la gloria en vida, esto por su tendencia a la guerra
en la preservación de su identidad. Aquí incluyo, una vez más la teoría de Radcliffe Brown,
diciendo que una de las funciones sociales de la religión es la guerra, porque el tener un
referente divino como protección, puede dar a los hombres fe, confianza y devoción en el
campo de batalla (Radcliffe, 1975: 184).

Lo anterior implica, además, el amor a la vida, que en el mundo griego, los dioses,
aunque raramente, recompensaban con la inmortalidad a aquellos hombres que tenían un
especial significado a su vida. Esto nos muestra una vista panorámica sobre la concepción
de la existencia en los helénicos, pero además nos introduce al gran misterio de la muerte,
donde cabe preguntar ¿qué esperaban después de la vida?

Una respuesta tentativa es, que sí esperaban vivir después de su fallecimiento, pero
hay que tomar en cuenta que, en realidad, la inmensa mayoría consideraba que este misterio
era algo desconcertante y eterno, puesto que consideraban como bueno todos los actos que
hacían día a día, sin la necesidad de esperar un juicio en el más allá (Littleton, 2007: 170).

Vayamos a los mitos para descubrir su concepción acerca del mundo de los
muertos, que no es el mismo que el del pacífico reino divino. El primer aspecto que
debemos aclarar es, que los griegos tenían una concepción dualista de la persona, es decir,
que consideraban la existencia de cuerpo y alma (Littleton, 2007: 192). Después de la
muerte, ésta última va al mundo de los muertos, que era un espacio debajo de la superficie
terrestre, el cual era gobernado por el temible Ades, hermano de Zeus.

Sin embargo, existían otros destinos posibles; podríamos decir que los más
afortunados iban a los Campos Elíseos, donde los aguardaba un paraíso eternamente feliz.
A los afortunados los podemos describir como aquellos que se esforzaban por alcanzar la
gloria en vida y que por esto, eran favoritos de los dioses. Por el contrario, aquellos que
osaban ofender a Zeus, eran arrojados al Tártaro. Para explicar este último es necesario
remitirnos al camino al mundo de los muertos.

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El primer paso era el entierro, ya que el alma de un cuerpo no enterrado estaba
condenada a penar por el mundo de los vivos. La primera etapa del viaje era conducir al
alma hasta el río Estigia, que rodeaba el mundo de los muertos. La segunda era llegar a las
puertas de acceso al Ades, y la tercera es arribar al cruce de tres caminos, donde había tres
jueces que deliberaban el destino de cada alma. Una vez emitido el juicio, el alma debía
tener un camino, ya sean los Campos Elíseos antes descritos, los Campos Asfódelos, una
especie de purgatorio, o el Tártaro, donde les aguardaba la completa oscuridad.

Lo que hay que resaltar en lo anterior es que a pesar de que los griegos tenían una
concepción de juicio después de la muerte, la hacían a un lado, y en cambio, ponían como
máxima el amor a la vida, que a fin de cuentas, era agradable a los dioses, así su vida moral
no estaba delimitada en vista a un juicio final, sino que vivían concorde al avance de la
existencia y en el momento. Buscaban la felicidad en vida, una especie de desesperanza
feliz (cfr. Comte-Sponville, 2008).

Es importante rescatar la idea de que su vida religiosa es inseparable de su


organización política, estas dos en el mundo helénico iban de la mano, el ciudadano se
preocupaba tanto en cumplir con las leyes (justicia) como en cumplir sus deberes para con
los dioses (piedad) y ambas hacían el conjunto del control de la sociedad (Radcliffe, 1975:
186). Recordemos que estas dos instituciones, religión-Estado, sin perder su independencia,
seguían un mismo fin, la correcta organización y dominio del pueblo, preludio de una
sociedad estructural.

A manera de conclusión, puedo decir que la creencia en una diversidad de dioses


con forma humana, solamente servía como una consolación en las tribulaciones de la vida y
más centradamente en la guerra, no era la religión poseedora de principios morales en la
mente de los griegos con vista a un juicio, y el destino del alma después de la muerte, sino
que era mucho mayor el peso de la felicidad en esta vida.

Así mismo, la unión religión-Estado podría ser el motivo por el cual la Grecia
antigua es tan renombrada políticamente, ya que por medio de estas dos instituciones se
garantizaba el control total sobre la sociedad.

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Budismo
El budismo es una doctrina religiosa que comenzó en la India hacia el siglo V a. C. Es
relevante que esta no se basa en la creencia de un dios o dioses, sino en el simple
seguimiento de la forma de vida que tuvo una persona relevante en la sociedad, este es
Buda “el iluminado”, el cual enseñaba a sus discípulos el cómo superar el sufrimiento, cuyo
objetivo es alcanzar un mayor grado de conciencia o iluminación (Wilkinson, 2006: 54).

El budismo es una religión meramente moral, su fundador se empeñó en la


enseñanza de cómo vivir en vista a la liberación del sufrimiento, y para ello primero
reconoció los problemas de la vida en cuatro Nobles Verdades, a saber: el sufrimiento es
inherente a la vida, la causa del sufrimiento es el deseo, el final del sufrimiento viene al
librarse del deseo y la liberación del deseo surge al seguir el Camino Óctuple (Wilkinson,
2006: 64-66), éste constituye la regla básica para la vivencia del budismo y alcanzar la
iluminación.

http://www.taringa.net/post/offtopic/18791800/El-Noble-octuple-sendero.html

Los budistas tienen la creencia de que esta vida no tiene fin, esto es, que creen en la
reencarnación, su vida se compone de un ciclo de nacimiento, muerte y reencarnación.
Con su forma de vida consideran que al final de esta existencia conseguirán un mejor
renacimiento. (Wilkinson, 2006: 54)

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Un monje budista al internarse en esta religión acepta cumplir más de 200 reglas
que delimitan su vida desde su comer hasta sus relaciones personales, se abstienen
totalmente de la vida sexual activa, viven en monasterios y en comunidad, donde practican
la meditación, así su vida está completamente dominada por su religión, como decía su
maestro; el Camino Óctuple es para vivirse y debe de estar presente en toda actividad
(Wilkinson, 2006: 98).

Hay que tener muy en cuenta las grandes diferencias con las religiones que he
estado exponiendo, existe por vez primera una confiabilidad no en un dios o dioses sino en
un hombre, en cierta manera divinizado, pero al fin y al cabo hombre. Otro aspecto muy
importante es la gama de reglas morales a lo largo de esta doctrina, se ve muy claramente el
control que ejerce esta institución sobre las vidas de las personas que la practican, lo
relevante es que no hay divinidad con la autoridad que esto supondría, para poder ejercerse
un control, sin embargo se hace sin el mayor cuestionamiento y sólo acatando los principios
de su profesión.

Cristianismo
Otra religión que podemos suponer fue fundada por el ser humano, es el cristianismo, el
cual, como su nombre lo dice, sigue los principios de Cristo Jesús, quien vivió aquí en la
tierra y dejó un legado en el recto camino de la vida. Hay que tomar en cuenta que el
aparente fundador hombre no lo era del todo, es amén del cristianismo el que Jesús es el
Hijo de Dios, y al mismo tiempo humano. Así pues, tiene dos naturalezas, la humana, pues
fue concebido y nacido, y la divina, pues proviene de Dios (Lc. 1, 26-38).

La vida de Jesús, en semejanza con la de Buda, tiene una línea completamente


moralista, pero con un fin muy bien determinado, que es la salvación de las almas. Esta
fuente de moralidad la podemos encontrar en la Biblia, específicamente en el Nuevo
Testamento en los cuatro evangelios, los cuales narran la vida y enseñanzas que Jesús dio a
sus discípulos y que ordenó a transmitir a todas las naciones.

La enseñanza moral de Jesús consiste principalmente en el cumplimiento de la Ley


dada por Dios a Moisés en el Monte Sinaí, como se expuso en el apartado de los hebreos, y
de una forma resume el conjunto de normas en el amor a Dios y en el amor al prójimo. Así,

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el amor a Dios consiste en la perfecta observancia de los tres primeros mandamientos, y el
amor al prójimo, en el cumplimiento de los otros siete. Además de ésta, la regla de oro del
cristianismo dice “no hagas a los otros lo que no quieres que te hagan a ti” (Mt. 7, 12).

La enseñanza del cristianismo, respecto a la inmortalidad del alma, y la salvación de


ésta, proviene desde el Génesis. Recordemos que para los cristianos es válido tanto el
Antiguo como el Nuevo Testamento. Los padres de la humanidad pecaron en desobediencia
a Dios, lo que produjo que toda su descendencia llevara consigo el denominado pecado
original y con él, la tendencia a la maldad.

Así una humanidad en la maldad presupone una humanidad alejada de la bondad de


Dios, por ello, es estrictamente necesario un Salvador, y este viene a ser el mismo Dios
encarnado. Así pues, la vida moral predicada por Jesús, va encaminada a la salvación del
alma del cristiano, de tal manera que al llegar el momento de la muerte y el juicio final, sea
recibido entre el número de los bienaventurados.

Una vez cumplida la meta después de haber vivido en la práctica del bien, se llega al
paraíso, que es interpretado como el lugar sagrado de la unión con Dios, en donde la
perturbación ya no tendrá cabida y sería la felicidad perpetua. Todo esto es consecuencia
del juicio final que emitirá el Juez supremo que es Jesús en su segunda venida a la tierra,
donde hará distinción de las almas buenas y de las malas. Las primeras serán elevadas al
paraíso, en cambio, las segundas, serán arrojadas al infierno, que es en pocas palabras la
ausencia de Dios, y con ello la ausencia del amor, la felicidad y la paz (Ap. 7; 14; 21)

Esta entrada al paraíso tiene su base en la resurrección de los muertos. Es Jesús


quien inaugura la resurrección y les da la esperanza de que, así como él resucitó, al final de
los tiempos, los buenos cristianos resucitarán. De esta manera, otra de las condiciones para
entrar al paraíso es entrar en cuerpo y alma.

A manera de concluir el cristianismo, resumidamente tiene los siguientes principios:


el hombre es pecador desde el momento de su nacimiento, necesita de la gracia divina que
recae en Jesús para ser salvado, debe de llevar una vida a ejemplo de la enseñanza del amor
que Cristo legó, para así poder llegar en la consumación de los tiempos, a la resurrección a
una vida nueva en el paraíso en compañía de Dios.

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Espiritualismo ateo
Llegados a este punto hay que hacer una reflexión de lo que varios autores definen por
religión y espiritualidad. La crítica que hace Comte-Sponville, se declina hacia un
espiritualismo independiente de una religión, tomando a ésta como base de una institución
que se impone regularmente en las sociedades, pues espiritualismo lo define como el
espíritu de una sociedad con el amor y con las relaciones humanas (Comte-Sponville, 2008:
89 y 90). Proponiendo así la necesidad de valores espirituales.

Tomando unas características de las religiones anteriores, propone como la antigua


Grecia, la reintroducción de dioses y retoma del budismo la espiritualidad sin Dios, la cual
no se reduce a una vida religiosa, sino una manera de vivir la relación con uno mismo, con
lo real y con el prójimo (Comte-Sponville, 2008: 94).

La reintroducción de los dioses no consiste en regresar al politeísmo como tal, sino


mantenerse fiel a nuestras raíces. En este sentido metafórico, el autor toma a Grecia como
ejemplo por pertenecer al campo de la filosofía. Así, en el occidente, debemos mantenernos
fieles al espíritu cristiano, pues durante más de dos mil años, se nos ha educado con
influencias de estas creencias, que prácticamente comparten todas las religiones, ejemplo
de ello son las arriba expuestas, las cuales, independientemente de su fin o sus principios,
buscan vivir haciendo el bien para el éxito de la sociedad en la que se transmite (Comte-
Sponville, 2008: 90 y 91).

En un sentido bastante budista, Comte-Sponville propone que para llegar a tener una
espiritualidad sin Dios y sin religión, es necesario deshacernos de nuestras esperanzas,
porque declara que creer en Dios es creer en nuestros deseos más profundos, y la religión
solamente trata de consolar y de cumplir nuestros deseos (Comte-Sponville, 2008: 20).

Esto es a lo que le llama la feliz desesperanza, regresar a la religión griega donde lo


que se busca es el amor a la vida, sin la espera de una recompensa o de un final feliz en la
contemplación de una divinidad. No es pues una propuesta de renovación de valores, sino
simplemente de reconocimiento y aceptación de los principios básicos de la religión.

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Conclusiones
Resumiendo todo lo anterior, podemos puntualizar que la religión, tomándola como una
creencia en alguien superior al poder humano, nos abre dos caminos para el control de una
sociedad; el primero es el rito, como normas para el correcto funcionamiento de una
sociedad, tal como lo vemos en los egipcios con su esperanza del más allá, donde se cuida
la integridad comunitaria del difunto.

El segundo es el la moralidad que es el más compartido que a la vez tiene dos


variables, una de ellas es la motivación para actuar correctamente, la cual viene de una
esperanza de alcanzar algo después de la muerte, así nuevamente un ejemplo son los
egipcios, los cristianos y alguna parte del budismo.

Por otro lado está la esperanza en algo material, es decir, el cumplimiento de la


felicidad pero en esta vida, sin vistas a algún premio metafísico, tal es el caso de los
hebreos, que esperaban la tierra prometida, los griegos, que buscaban la eudaimonía, es
decir, la imperturbabilidad del alma y la felicidad. De igual manera, algún aspecto del
budismo buscaba una mejor vida en la reencarnación, y el espiritualismo ateo, que aunque
propone la total desesperanza, busca la plenitud de ser humano en esta vida.

Así pues, con estas modalidades de religión, el centro está en el control de la


sociedad, ya sea mediante comunidades teocráticas u otro tipo de gobierno, pero dejando a
la religión en un papel importante de tal manera que contribuya al orden social.

Lo que no debemos dejar pasar en este estudio y a manera de conclusión es, que
una importante manera de entender a una sociedad, cultura o civilización específica, podría
ser, estudiando su religión y creencias con las que se vive día a día. Pero para obtener el
óptimo entendimiento, es necesario entrar al fondo de los ritos que profesan, y lo más
importante, ponernos en el lugar de los habitantes, comprendiendo sus creencias en función
con su cargo en la sociedad.

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Bibliografía

Comte-Sponville, André, La feliz desesperanza, Paidós, México, 2008.

Littleton, Scott C., et. Al., Mitología: antología ilustrada de mitos y leyendas del mundo,
SEP: Naturart, México, 2007.

Radcliffe, Alfred, El método de la antropología social, Anagrama, Barcelona, 1975.

Serrano, Francisco, Lecturas de poesía clásica I: de Mesopotamia a la Edad Media, SEP:


CIDCLI, México, 2002.

Tello, Antonio, et. Al., Atlas básico de las religiones, SEP: Parramón ediciones, México,
2005.

Wilkinson, Philip y Doulas, Charing, Enciclopedia de las religiones, SEP: Editorial cordillera
de los Andes, México, 2006.

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