Una cita con el Centro Carlos Gardel
pero luego adoptadas por otros paises de la Unién Europea, despla-
varon de la abstinencia el eje de los abordajes de las toxicomanias
privilegiando los cuidados de la salud, la prevencidn, la educacién
sanitaria orientadas a disminuir dafos y riesgos en el uso de dro:
{gas evitando la transmisién del VIH. Sus resultados tuvieron como
‘consecuencia una fuerte disminueién de la seroprevalencia entre los,
UDI’s. En nuestro medio se constata también una importante se-
roprevalencia de SIDA (casos notificados) en UDI's, que de acuer-
do con informes de OPS se ubieaba en easi el 40% de los casos. La
particularidad del uso de drogas inyectables en nuestro pais es que
se trataba de consumo intravenoso de cocaina, a diferencia de Eu-
ropa donde el uso inyectable se refiere a la heroina. Sin embargo,
las estrategias de reduccién de dafios en nuestro medio hasta ahora
solamente son desarrolladas por ONG's.”* Bl Centro Carlos Gardel
desarrolla algunas actividades de capacitacién y formacién en Re-
duecién de Dafios y Riesgos dirigidas a profesionales integrantes de
equipos de salud de diversas dreas del GCBA, También ha comen-
zado a participar en proyectos de capacitacion dirigidos a usuarios
de drogas y a pacientes recuperados en estrategias de reduecién de
datios articulados con ONG’.
28. La Salud en las Américas, OPS, 2008,
26, Hasta hoy solo la ciudad de Rosario (Santa Fe) ha adoptado estas es
trategias como politicas piblicas desde el estado municipal, preconiza-
das desde hace unos aos por el CEADS -Centro de Estudios Avanza-
ddos en Drogadependencia y SIDA- de la Universidad Nacional de Ro-
sario (UNR). ARDA (Asociacién de Reduetién de Dafios de la Argen
tina) es una de las instituciones que llevan adelante programas de re-
duceién de dafios en nuestra ciudad y en otras de nuestro pais.
27. Bn el aho 2004 el Contro Carlos Gardel fue invitado a participar del
Proyecto del Fondo Global contra el SIDA, Malaria y TBC-Programa
dde Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ejecutado por la Aso-
ciacién de Reduecién de Dafos de la Argentina (ARDA) “Preveneién
de] VIH-SIDA en usuarios de drogas (UD's)", mediante actividades de
capacitacién y formacién de UD'S en funciones de Operadores Socio-
sunitarios de calle (Agentes sociosanitarios) en forma de talleres par-
ticipativos de prevencién y reduccién de dais y riesgos.
Primeras entrevistas
en la clinica con personas
con problemas vinculados
al uso de drogas en el
Centro Carlos Gardel
Héctor Pérez Barboza
Como se verd el t
ulo abunda en restriceiones relativas al con-
cepto de entrevistas en la clinica, Es necesario explicarlas, ya que
hhace a la esencia de nuestro quehacer conocer los limites y, por
ende, las posibilidades de nuestra préctica, Lo haré de un modo
breve para lueyo poder adentrarnos en Jas cuestiones elinieas mas
detalladas,
éPorqué las llamo primeras entrevistas y no preliminares o de
iniciacién del tratamiento? Porque a veces no son preliminares a
nada o no inician ningtin tratamiento, Algunos pacientes no nos
dan la menor oportunidad de intervenir. Es usual que alguien ven-
ga una vez y no retorne més. O puede ocurrir que luego de dos 0
tres entrevistas desaparezca sin hacer siquiera un Hamado tele-
fonico. También puede suceder que algunos vuelvan ~después de
‘semanas 0 meses- y que otros contindien después de las primeras
entrevistas.
Estas entrevistas se enmarean en la clinica psicoanalitica, que
se sostiene en una posieién ética diferente de todos los otros dis-
cursos- sociolégico, médico,juridico, psicol6gico-que atraviesan el
fenémeno del consumo de sustancias y del tratamiento que se le da
al mismo. Se trata de otorgar un lugar a la subjetivided haciendo
una aplicacién del psicoandlisis en un contexto terapéutico.
éPor qué los llamo personas? Porque la subjetividad que men-tna cita con et Centro Cartos Gardel
cionamos es una suposicién que tendremos que ir probando caso
or caso, Serd necesaria una funcién llamada deseo del analista
para eausar a ese sujeto, Poniendo en juego esa funcién es posible
ayudar a quienes llegan a consultar por sus “problemas de consu-
mo”. Prefiero este término y no los clisicos “adicto o drogadopen:
diente”, ya que muchos de los que consultan no son incluibles er
esas catogorias.
Hay diversas modalidades con que los sujetos se relacionan «
las sustancias toxicas y no todos aquellos que las consumen tie-
zen un problema con el consumo mismo. Mas atin, el problema se
sittia antes o si se quiere més allé del consumo de una sustancia,
y esa sustancia viene a traer una “solucién” a ese problema. Con
esto dejaremos abierto para otra oportunidad el debate sobre la
“eficacia” de las terapias abstencionistas.
Es necesario des-sustancializar el problema, Esto quiere decir,
atenuar en la mayor medida posible lo que Sylvie Le Poulichet? Hama
“Omnipotencia de la Sustancia” (algo que los medios de comunica
ci6n y algunas leyes e intervenciones politicas alimentan dia a dia),
sin que por ello dejemos de considerar los efectos reales, simbélicos
imaginarios que cada una de ellas producen ni las diferentes ope-
raciones en las que las mismas se inscriben para cada persona.
Contexto Institucional
Bjerzo mi préctica clinica en el Centro Carlos Gardel, un di
positive ambulatorio ampliado de tratamiento, que desarrolla sus
actividades en dos espacios fisicos: el CESAC 11 y el Centro Lola
Mora? que denenden respectivamente de la Scerctaria de Salud y
de la Direccién de la Mujer, ambos pertenecen al Gobierno de la
1. Le Poulichet, §."Toxicomanias y Psicoandlisis. Las narcosis del de-
seo”, Amorrortu editores, Buenos Aires. (1990)
2, Esel Centro de Salud y Accién Comunitaria N°L1 dependiente -como
también el Centro Carlos Gardel~ del Area Programética del Hospi
{al General de Agudos JM Ramos Mejia, dela Secretaria de Salud. El
Lola Mora es un centro de la Direccion General de la Mujer de la Se-
cretaria de Desarrollo Social que meroed a un convenio entre ambas
secretarias presta parte de sus instalaciones para el funcionamiento
dol Carlos Gardel
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Clintca institucional en toxicomanias
Ciudad de Buenos Aires. Esto significa que el Centro Carlos Gar-
del no cuenta con un lugar fisico propio ni tampoco con un lugar
administrative, pues no ha sido incluido atin dentro de la estruc-
tura oficial de los organismos dependientes de la Secretaria de Sa
Jud. Podemos decir en este sentido, que el Centro no ha sido atin
nombrado de derecho en un sistema al que de hecho pertenece,
Desde hace unos doce atios el trabajo de los profesionales del
Centro Carlos Gardel se despliega sin interrupciones a pesar de
las diversas restricciones que ha tenido el equipo en el ejercicio de
su préctica profesional -inadecuado encasillamiento en algunos
casos, contratos precarios en otros, carencia de espacio fisico ade-
cuado, y de recursos fisicas y materiales-. Sefialo estas dificulta-
des, porque hablan a las claras de un deseo muy fuerte sostenido
en el tiempo, puesto en atender a los pacientes que consultan por
esta problemstica.
Atendemos en un centro que no est del todo inscripto en la
estructura municipal, pero si muy reconocido desde lo que se Ila.
ma “de boca en boca”. La transmisién oral a través de cursos, jor-
nadas, seminarios en los que nos hemos hecho presentes hace que
se nos reconozca a quienes trabajamos alli en referencia a ese de-
seo mencionado.
No del todo ineluidos, no del todo excluidos, reconocidos de he
cho pero no de derecho, sostenidos en una practica colectiva y a
la vez particular, que hace que seamos reconocidos como “el Car.
Jos Gardel”.
Una dificultad clinica
La preocupacién que da origen a esta exposicién nace de una
dificultad clinica bastante comin, y que se manifiesta en los co-
mentarios que realizamos entre aquellos que trabajamos en este
Ambito.
Es usual oir sobre estas personas que “vienen unas pocas en-
trevistas”, “se van", “faltan” o “desertan” de los tratamientos Y
veces se van sin que hayamos puesto siquiera la semilla de una
pregunta respecto a lo que los aqueja.
Pareciera que en el ambito piblico la permanencia o no de los
pacientes es irrelevante para el sistema pues siempte llegan otros,
43‘una cita con et Centro Carlos Gardel
Incluso los indicadores estadisticos cldsicos toman como un buen
dato el mayor recambio de pacientes.
En nuestro caso, consideramos necesario que los pacientes se que-
den un tiempo, También se dice que “son actuadores, perversos, psi
potas” y, a veces, no sabemos bien qué hacer con eso. Sabemos que
el hacer en psicoandlisis no se basa en ninguna palmoterapia, ni en
ordenar o prescribir conductas, ni de cualquier accién fisica propia.
mente dicha, sino de un hacer de la palabra en toda su dimensi6n
yno sélo la de los enunciados, Estos pacientes en particular ponen
en cuestién la eficacia de nuestra palabra para curar. Tenemos que
alcanzar el punto en el que decir sea hacer -Ia referencia a las estu-
endas conferencias de Austin’ es insoslayable-y muchas veces no
- y siempre las guia una doble
intencionalidad: la de establecer una aproximacién diagnéstica (no
estoy hablando de un diagnéstico con firma y sello, pero sf de una
aproximacién) y la de dejar una marca para propiciar que esa per-
sona que consulta por primera vez tenga un deseo de volver, o en
l caso de ser derivado a otra instituci6n acuda a la cita. Los con-
sultantes por lo general vienen con referencias del Centro, y a ve-
4. Freud, S. “Sobre la iniciacién del tratamiento”, en Obras Completas.
VoLXII. Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 1980 *
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