Contaminación cruzada con las esponjas de lavar platos:
Las esponjas de cocina, debido a su naturaleza porosa y la capacidad de remojo de agua,
funcionan como incubadoras ideales de microorganismos. En concreto, de parientes cercanos de las bacterias que causan neumonía y meningitis, Este elemento tan común en todas las cocinas y tan relacionado con la higiene doméstica, contiene cantidades ingentes de bacterias como la Campylobacter, Enterobacter cloacae, Escherichia coli, Klebsiella Proteus, Salmonella y Staphylococcus. Además, la Moraxella osloensis puede causar infecciones en personas con un sistema inmunológico débil ( Instituto de Medicina de Precisión (IPM) de la Universidad de Furtwangen, en Alemania). Durante el estudio, ningún método por sí solo fue capaz de conseguir una reducción bacteriana general de más de aproximadamente 60%. Sorprendentemente, la ebullición o el microondas de las esponjas no mataron a estos microbios: las esponjas que habían sido regularmente desinfectadas estaban llenas de un mayor porcentaje de bacterias relacionadas con patógenos que las esponjas que nunca habían sido limpiadas. Esto podría deberse a que las bacterias relacionadas con patógenos son más resistentes a la limpieza y rápidamente recolonizan las áreas abandonadas por sus hermanos más débiles. En un ambiente doméstico, las cocinas y baños tienen un alto potencial para funcionar como "incubadoras microbianas", debido a la inoculación continua de nuevas células microbianas por la manipulación de los alimentos y el contacto directo del cuerpo con las superficies domésticas. El éxito de la colonización de estos microbios depende de la idoneidad de las condiciones ambientales, como la humedad, y la disponibilidad de nutrientes. Las esponjas de cocina no sólo actúan como reservorio de microorganismos, sino también como diseminadores sobre las superficies domésticas, lo que puede conducir a la contaminación cruzada de las manos y los alimentos, que se considera una causa principal de brotes de enfermedades de origen alimentario. La única solución para mantener las bacterias al mínimo en la cocina, según los expertos, es sustituir la esponja de cocina todas las semanas. Aunque no desaparecen completamente los gérmenes que se encuentran en un estropajo, se puede reducir el riesgo de contaminación cruzada:
Desinfectar la esponja: Una manera eficaz de desinfectar un estropajo es sumergirlo
de 10 a 30 segundos en una solución de cloro con agua, así se matan los microbios que crecen en la esponja. Con sólo dos o tres usos, el estropajo ya puede estar lleno de bacterias: Debe considerarse la sustitución con regularidad; lavarlo después de cada uso, incluso en la lavadora. Secarlo: Dejarlo en un lugar húmedo hace que tarde más en secarse y que las bacterias se multipliquen más rápido. Sin embargo, las bacterias no se mueren por sí solas, hay que desinfectar el estropajo. Rotar los estropajos: Tener uno limpio, seco y listo para usar, mientras se desinfecta el otro. Restirar los restos de comida que queden después de usarla.
De acuerdo con un estudio realizado por la NSF International, organización de salud y
seguridad pública independiente, 75 por ciento de los estropajos tiene bacterias coliformes y 18 por ciento, gérmenes estafilococos. http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/sociedad-y- consumo/2011/05/31/200982.php
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