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Michel Foucault.

El orden del discurso

1.- ¿Cuál es la hipótesis que guía la investigación de Foucault?


Foucault supone que en toda sociedad la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y
redistribuida por un cierto número de procedimientos que tienen por función conjurar los poderes y peligros,
dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad.

2.- ¿Cuáles son los procedimientos de exclusión desde el exterior?

La palabra prohibida
Es el procedimiento más evidente y familiar, uno sabe que no se puede decir cualquier cosa en cualquier lugar
o circunstancia, no se puede hablar de cualquier cosa.
Se ponen en juego tres tipos de prohibiciones que se cruzan, se refuerzan o se compensan, formando una
compleja malla en constante modificación:
1. Tabú del objeto.
2. Ritual de la circunstancia.
3. Derecho exclusivo o privilegiado del sujeto que habla.
Resalta que en las regiones en que malla se encuentra “más apretada” son las de la sexualidad y la de la
política que es donde se ejercen algunos de sus mas temibles poderes, la prohibición que recae sobre el discurso
revela su vinculación con el deseo u el poder.
Según el psicoanálisis el discurso no es simplemente lo que manifiesta el deseo, es también lo que es objeto de
deseo. El discurso es aquello por lo que y por medio del cual se lucha por aquel poder de que quiere uno
adueñarse.

La separación de locura y la razón


No se trata ya de una prohibición sino de separación y rechazo. Durante la edad media, el loco era aquel cuyo
discurso no puede circular como el de los otros, su palabra es considerada nula y sin valor, no contienen verdad
ni importancia, ni pueden dar testimonio. A través de sus palabras era como se reconocía la locura del loco y se
separaba o se lo rechazaba.
A finales del SXVIII se cambia la forma en que se separa la palabra del loco ya que ahora es necesaria toda una
“armazón de saber” para descifrar dicha palabra, así como toda una red de instituciones (médico, psicoanalista).
La línea de separación lejos de borrarse, actúa de otra forma, según líneas diferentes, a través de nuevas
instituciones y con efectos que no son los mismos. La escucha se efectúa manteniendo, aún, la censura.

La voluntad de verdad
La voluntad de verdad tiene relación con el tipo de separación que rige nuestra voluntad de saber que ha
atravesado diversos siglos de la historia y que va configurando un sistema de exclusión de carácter histórico,
modificable e institucionalmente coactivo. En la época de los griegos el discurso verdadero era aquel que era
dicho por quién tenía el derecho y no sólo anunciaba el porvenir, sino que contribuía a su realización, después
había que desplazar lo que era y hacía para residir en lo que decía , es decir, la verdad se desplazó del acto de
enunciación al enunciado.

(3) Ésta voluntad de verdad, como los otros sistemas de exclusión , se apoya en un soporte institucional, a la
vez reforzada por una serie de prácticas como la pedagogía, el sistema de libros, los laboratorios, también
acompañada por la forma que tiene una sociedad de poner en práctica “el saber”, como es valorizado, repartido
y atribuido.

(4) Ésta voluntad de verdad, basada en un soporte institucional, tiende a ejercer sobre los otros discursos una
especie de presión y como un poder de coacción.
De los tres sistemas de exclusión que afectan al discurso más hizo hincapié en la voluntad de verdad, porque
los dos primeros derivan hacia él. Los dos primeros de hacen más frágiles al estar atravesados por la voluntad
de saber.
En la voluntad de verdad lo que está en juego es el deseo y el saber.

La palabra prohibida, la separación de la locura y la razón y la voluntad de verdad ejercen control y


delimitación del discurso desde el exterior, funcionan como sistemas de exclusión y conciernen la parte del
discurso que pone en juego el poder y el deseo

5.- Procedimientos de exclusión internos:


El comentario
El comentario es aquel que tiene por fin decir aquello que estaba silenciosamente articulado.
Puede sospecharse que hay regularmente en las sociedades una especie de nivelación entre los discursos: los
discursos que se dicen en el curso de los días y de las conversaciones y que desaparecen con el acto mismo que
los ha pronunciado. Más allá de su formulación, son DICHOS, PERMANENCEN DICHOS Y ESTAN
TODAVÍA POR DECIR,. Los conocemos en nuestra cultura: son los textos religiosos o jurídicos, los literarios y
los científicos. El comentario limitaba el azar del discurso; lo nuevo no está en lo que se dice, sino en lo que
retorna.
(Decir por primera vez aquello que sin embargo había sido ya dicho permite construir (indefinidamente)
nuevos discursos)

El autor
El autor es entendido como la agrupación del discurso, como origen y unidad de sus significaciones, como foco
de su coherencia. Los terrenos en que la atribución del autor es indispensable, se percibe que no juega siempre
la misma función; en el orden del discurso científico, la atribución de un autor era, durante la Edad Media, un
indicador de su veracidad, una proposición venia justificada por su autor incluso para su valoración científica.
Desde el SXVII en el discurso científico, el nombre sirve, apenas, para designar un teorema o una teoría.

La organización de las disciplinas


La disciplina es un principio de control de la producción del discurso. Ella le fija sus límites por el juego de una
identidad que tiene la forma de una reactualización permanente de las reglas. Reactualiza constantemente las
reglas del discurso.
Para poder conformar una disciplina es necesario dirigirla hacia un plan de objetos, poder inscribirse en ciertos
tipos de marcos teóricos y hallarse en “la verdad”. No se está en la verdad más que obedeciendo a las reglas de
una “policía” discursiva que se debe reactivar en cada uno de los discursos.
Se puede ver la fecundidad de un autor en la multiplicidad de sus comentarios, en el desarrollo de una
disciplina, como en otras tantas fuentes infinitas para la creación de los discursos.

6.- Procedimientos de control por determinación de las condiciones de utilización.

a. Enrarecimiento del discurso: no todas las partes del discurso son igualmente accesibles e ininteligibles,
algunas se hallan evidentemente protegidas
b. Ritual: aquel que define la cualificación que deben tener los individuos que hablan, los gestos, los
comportamientos, las circunstancias y todo el conjunto de signos que deben acompañar al discurso, además de
fijar la eficacia supuesta o impuesta de las palabras.
c. “Sociedades de discurso”: son aquellas cuyo cometido es conservar o producir discursos, empero los hacen
circular en un espacio cerrado, distribuyéndolos según reglas estrictas, es decir, regulan la apropiación del
secreto y la no intercambiabilidad.
d. “Doctrinas”: son aquellas que cuestionan los enunciados a partir de los sujetos que hablan, a la vez que los
vincula a ciertos tipos de enunciación y, como consecuencia, les prohíben cualquier otra; sin embargo, se sirve,
en reciprocidad, de ciertos tipos de enunciación para vincular a los individuos entre ellos, y diferenciarlos por
ello mismo de los otros restantes; “la doctrina efectúa una doble sumisión: la de los sujetos que hablan a los
discursos, y la de los discursos al grupo, cuando menos virtual, de los individuos que hablan”.
e. La educación: pese a que sirve como instrumento para que todo individuo pueda acceder a cualquier tipo de
discurso, es sabido que en su distribución, en lo que permite y en lo que impide sigue las oposiciones y luchas
sociales. “Todo sistema de educación es una forma política de mantener o de modificar la adecuación de los
discursos, con los saberes y los poderes que implican”.

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