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LAMENTACIONES

“¡CÓMO!”
EL LIBRO DEL PROFETA LLORÓN – PORQUE LA CIUDAD ESTA
EN RUINAS
Contiene 5 capítulos, 154 versículos y aproximadamente 2.947 palabras.

¿CÓMO LEER LAMENTACIONES?


Debido a que este libro en cada capítulo es un poema, léalo en voz alta para que pueda
sentir la emoción profunda que estaba viviendo Jeremías. El profeta estaba viviendo el
dolor, consternación y horror de lo que le había sucedido a Jerusalén cuando fue
destruida por los Babilónicos.

LAMENTACIONES
5 Capítulos

A. Autor del libro: fue Jeremías.


Y para tener una idea más clara véase 2 Cr. 35:25. Este pasaje habla seguramente
refiriéndose a este libro de Lamentaciones.
B. Fecha: El relato y ocasión del libro nos da a conocer que la fecha fue inmediatamente
después de la caída de Jerusalén en el año 586 a.C.
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C. Método: “Poesía” cada capítulo es una lamentación con el uso acróstico del alfabeto
Hebreo. Los cp. 1–4 expresan pesadumbre desde la A hasta la Z; finalmente la razón para
la ausencia del arreglo alfabético del cp. 5 es simplemente que la lamentación se resuelve
en una oración.
D. Propósito: Es mostrar un canto fúnebre, un lamento sobre el infortunio que aqueja a la
pecaminosa Judá. También, mostrarnos la lamentable destrucción sobre la ciudad santa
y el templo de Jehová.
E. El nombre: Lamentaciones en hebreo es “ekah” y significa “¡Cómo” Este lamento se
expresa desde el inicio del libro que dice: “¡Cómo a quedado sola la ciudad populosa”
1:1. Esta palabra es una expresión de lamento, compárese con, Jer. 48:17b. Los judíos
usaban esta palabra para demostrar sus lamentaciones.
F. ¿Para que se escribió? para revelar:
• El destierro y la desolación total del pueblo de Jerusalén
• Que las opresiones, el robo, el hambre están relacionadas con la desobediencia.
• Que la falta de sometimiento a Dios y la dependencia de las fuerzas humanas dan
como resultados el dolor y el sufrimiento.
Bosquejo: el libro tiene 5 divisiones principales:
I. Tristeza: Por las ruinas de Jerusalén ► 1:1–22
A. Lamento de Jeremías por la condición de Jerusalén, 1:1–11
B. Lamento, confesión y oración de la ciudad, 1:12–22
II. Llanto: La ira de Dios por el pecado de Jerusalén ► 2:1–22
A. Dios y el juicio, guerra, y destrucción lamentable, 2:1–13
B. Jeremías, su lamentos y oración, 2:11–22
III. Esperanza: de Jeremías en medio de las aflicciones ► 3:1–66
A. La aflicción del profeta y del pueblo, 3:1–20
B. La esperanza del profeta y del pueblo, 3:21–38
C. La oración y el consejo del profeta, 3:39–66
IV. Memoria: del juicio como consecuencia del pecado ► 4:1–22
A. Sufrimiento para los niños → sed, y hambre 4:1–4
B. Sufrimiento para los Jóvenes → maltratados, 5:13
C. Sufrimiento para el rico → mendigos, 4:5
D. Sufrimiento para los nobles → sus caras de aspecto negro, 4:7, 8
E. Sufrimiento para las mujeres → cocinaron a sus propios niños, 4:10
F. Sufrimiento para los profetas falsos y sacerdotes → estaban perdidos, 4:14

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V. Suplica: confesión y plegaria del remanente para que Dios los restaure ► 5:1–22
A. Para ser ayudados por Dios, 5:1–18
B. Para ser restaurados por Dios, 5:19–22
Uno de los mayores pasajes → sobre la fidelidad de Dios se encuentra en Lm. 3:21–33.
Compare con 2 Ti. 2:13.

PRIMERA DIVISIÓN
I. TRISTEZA: POR LAS RUINAS DE JERUSALÉN ► 1:1–22
En esta primera división, aparte de la profunda tristeza que sentía el profeta y el pueblo por
el desastre de Judá y de Jerusalén, también una y otra vez lleva al pueblo a reconocer su
propia responsabilidad y a declararse culpable delante de Dios, 1:8, 14, 20. Sobre todo, el
pueblo reconoce tristemente que Judá y Jerusalén merecieron la severidad con que las trató
el Señor y que Él nunca dejó de actuar con perfecta justicia, 1:18.
Jeremías comprende que los babilonios fueron la herramienta de Dios para traer juicio sobre
Jerusalén, 1:12–15; 2:1–8; 4:11. Por lo tanto queda bien en claro que el pecado y la rebelión
fueron las causas de que la ira de Dios fuera derramada sobre Su pueblo, 1:8–9; 4:13; 5:16.
Y el pueblo ha sido vencido y ha sido llevado cautivo; la ciudad ha sido incendiada y
totalmente destruida.

SEGUNDA DIVISIÓN
II. LLANTO: LA IRA DE DIOS POR EL PECADO DE JERUSALÉN ►
2:1–22
Ahora, Jeremías no solo tiene tristeza profunda sino que llora afligidamente al ver los
escombros de la ciudad. Durante 40 años Jeremías instó al pueblo de Judá a que se
arrepintiera. Trató de fortalecer las manos de Josías y sus hijos para que gobernaran el país
con justicia y siguieran una política sabia y honrada en las relaciones exteriores. Sobre todo,
amonestó a Judá en cuanto a la certidumbre de la destrucción venidera si persistía en sus
malos caminos, pero ellos no se arrepintieron y les llovió la ira de Dios.
Aquí se describe el cumplimiento del juicio. Al principio de este capítulo tenemos una
descripción de cómo los ejércitos de Nabucodonosor destruyeron totalmente la ciudad. Sin
embargo, Jeremías no atribuye esta destrucción a los ejércitos de Nabucodonosor, sino al
Señor. Mira más allá de las circunstancias inmediatas para ver lo que está haciendo Dios. Al
leer el capítulo completo verá usted que hace notar que todo ha sido destruido, que no ha
quedado nada. No hay nada que pueda tocar su mano porque el juicio de Dios ha sido a
conciencia.

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TERCERA DIVISIÓN
III. ESPERANZA: DE JEREMÍAS EN MEDIO DE LAS AFLICCIONES
► 3:1–66
Debido a la hambruna, el canibalismo llegó a ser parte de la vida de la ciudad; Jeremías habla
acerca de su propia reacción, su dolor personal como persona que contempla toda esa
destrucción, comenzando con las siguientes palabras: “Yo soy el hombre que ha visto
aflicción bajo el látigo de su indignación… Ha consumido mi carne y mi piel; ha quebrantado
mis huesos…” Lm. 3:1–6.
A pesar de todo esto el profeta reconoció que Dios era justo, él recordó las promesas de Dios
cuando dijo: “Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad” 3:23. Ahora, la tristeza de
Jeremías se convierte en esperanza. Todo este cambio llegó cuando el profeta consideró la
gracia, y la misericordia prometida a Su pueblo.

CUARTA DIVISIÓN
IV. MEMORIA: DEL JUICIO COMO CONSECUENCIA DEL
PECADO ► 4:1–22
En esta división Jeremías recordó que el juicio de Dios para Judá había sido un justo juicio
por el pecado de la nación. El profeta no podía creer todo lo sucedido. Al mirar y encontrarse
con los cadáveres de los hijos de Israel, aquella preciada gente que había sido destruida,
convirtiéndose en barro y polvo en las calles, dice: “Más afortunados fueron los muertos por
la espada que los muertos por el hambre… [Había habido una gran hambruna en la ciudad]
porque estos murieron poco a poco, atravesados por falta de los productos del campo.” 4:9
La invasión fue tan devastadora que: “Las manos de las mujeres compasivas cocinaron a sus
propios hijos. Ellos les sirvieron de comida en medio del quebranto de la hija de mi pueblo.”
4:10. Aquel fue el más espantoso sitio de todos los tiempos que resultaba verdaderamente
increíble, “No creían los reyes de la tierra, ni ninguno de los habitantes del mundo, que el
adversario y el enemigo entrarían por las puertas de Jerusalén.” 4:12. Todo esto recordó
Jeremías como consecuencias del pecado de Judá y Jerusalén.

QUINTA DIVISIÓN
V. SÚPLICA: CONFESIÓN Y PLEGARIA DEL REMANENTE PARA
QUE DIOS LOS RESTAURE ► 5:1–22
En el capítulo final la esperanza de Jeremías llega ha convertirse en una oración: “Vuélvenos,
oh Jehová, a ti, y nos volveremos; renueva nuestros días como al principio” 5:21. Aquí, el
profeta sin ningún enfado sino con humildad de corazón implora por misericordia,
confesando los pecados de su pueblo para que sean restaurados. Esta oración fue el inicio de
la restauración del pueblo cuando se volvió a Dios con fidelidad.

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Jeremías → Se sentaba llorando fuera del muro norte de Jerusalén bajo una colina
llamada Gólgota, dónde Cristo murió.

CAPÍTULOS IMPORTANTES
Capítulos
2 El carácter de Dios revelado en su justo juicio.
3 La tristeza, aflicción, consejo y oración de Jeremías.
5 La soberanía y misericordia de Dios demostrada en la oración de Jeremías.

ENSEÑANZAS IMPORTANTES
• Olvidarse de Dios acarrea miseria y desolación.
• El juicio de caerá sobre nuestras vidas, en respuesta a nuestros pecados.
• El pecado del pueblo de Dios despierta la ira o justicia Divina.
• La santidad de Dios puede ser ofendida por nuestro pecado.
• Dios usa a las naciones paganas para ser su instrumento humano de ira.
• Lamentarse de las calamidades no detienen los juicios de Dios por el pecado.
• Debemos de tener esperanza en Dios aun en medio de las calamitosas situaciones.
• Dios perdona la maldad cuando nos acercamos con un corazón humilde ante Él.
• Dios escucha las oraciones de un pueblo afligido.
• Debemos de clamar a Dios para que su compasión sea manifiesta.
• El arrepentimiento se muestra cuando sentimos angustia, y tenemos llanto por nuestro
pecado.

EL VERSICULO CLAVE DE TODO EL LIBRO ES:


“Jehová ha hecho lo que tenía determinado; Ha cumplido su palabra, la cual él había
mandado desde tiempo antiguo. Destruyó, y no perdonó; Y ha hecho que el enemigo se
alegre sobre ti, Y enalteció el poder de tus adversarios.” 2:17

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CUADRO SINOPTICO DEL LIBRO DE LAMENTACIONES

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