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Rafael NAVARRO
INTRODUCCIÓN
En la década de los setenta se produce una verdadera epidemia que se extiende hasta
nuestros días con el uso de la PBC en Sudamérica, y, en la década de los ochenta, con el
uso del crack (cocaína hidrolizada) en los Estados Unidos. Ambas se ingieren por vía
respiratoria. Actualmente, el consumo de drogas constituye un serio problema de Salud
Mental y ha superado todos los criterios exigidos por la OMS para ser considerado como
problema de Salud Pública.
1. DEPENDENCIA PSICOLÓGICA
Estado provocado por un fármaco que se experimenta como placentero, asociado a un
impulso que lleva al individuo a tomarlo, periódica o continuamente, para experimentar
el placer o evitar el malestar.
2. DEPENDENCIA FÍSICA
3. SÍNDROME DE ABSTINENCIA
4. TOLERANCIA METABÓLICA
Determinada por la capacidad del hígado para eliminar una droga. En relación al alcohol,
está calculada en una onza por hora: esta tolerancia se incrementa gradualmente pudiendo
el individuo consumir cantidades que superan la dosis letal para sujetos no consumidores.
5. TOLERANCIA FARMACODINÁMICA
6. TOLERANCIA CRUZADA
Cuando la tolerancia a una droga produce tambien tolerancia a otra del mismo tipo, a
veces de otra conexa; por ejemplo, la heroína produce tolerancia cruzada a la morfina y
viceversa; el consumo intenso de bebidas alcohólicas produce tolerancia cruzada a los
fármacos del tipo barbitúrico.
7. NEUROADAPTACIÓN
BASES NEUROQUÍMICAS
Se considera que el cerebro humano contiene entre diez y doce mil millones de neuronas
y que cada una de ellas tiene la posibilidad de establecer unas 300,000 conexiones. La
información excitatoria e inhibitoria llega a través del axón hasta el botón sináptico
mediante la despolarización de la membrana; a este nivel se producen los
neurotransmisores, pasan al espacio intersináptico favorecidos por el ion Ca. a nivel de la
membrana presináptica para luego, una parte de ellos, dirigirse a los receptores para abrir
los canales de Na (excitatorio) y el Cl y K (inhibitorios) y así consumar el proceso.
Cuando los receptores están ocupados por sus correspondientes neurotransmisores se
produce una retroalimentación ordenando que las vesiculas se inhiban de producir más
neurotransmisores; en el caso contrario, la retroalimentación ordena, más bien, mayor
producción de los mismos. Finalmente, éstos se diluyen en el espacio intersináptico, son
recaptados por las vesículas productoras o destruidos por enzimas específicas. Estos
mecanismos que facilitan la neurotransmisión son alterados por las drogas.
4. Inhalantes.
1. ANFETAMINAS
2. COCAÍNA
Se usa en diversas formas: por la mucosa nasal, como clorhidrato, que puede tambien ser
mezclado con heroína e inyectado (speed ball). La base libre, y el crack, que es la cocaína
pura hidrolizada, son tratados con bicarbonato para darles consistencia, calentándolos en
pipetas de vidrio y fumados. El 80% del alcaloide llega al cerebro, siendo suficiente dos
segundos para que la droga esté presente a nivel neuronal. En nuestro medio el uso de la
pasta básica de cocaína (PBC), que es un sulfato de cocaína (del 40 al 80%), mezclado
con diversas impurezas (ácido sulfúrico, ácido benzoico, metanol, jabones, kerosene), se
hace fumándola mezclada con tabaco ("tabacazo") o con marihuana ("mixto").
La cocaína consumida por vía nasal, inyectada o fumada, presenta un claro síndrome de
abstinencia caracterizado por depresión, apetencia intensa por la droga, aislamiento
social, tremor, dolores musculares, sueño prolongado, cambios en el ritmo del sueño.
En los últimos cinco años, los investigadores coinciden en señalar que ya no es importante
la dilucidación de si la dependencia es física o psicológica, sino la afirmación de que la
PBC, en particular, y la cocaína en sus variadas formas, en general, son adictivas. Lo
demuestra el hecho de provocar una compulsión intensa por el consumo, produciendo una
pérdida del auto-control tendiendo el consumo a hacerse crónico a pesar de las
consecuencias catastróficas para la salud, la familia y la sociedad; finalmente, porque se
constituye en un comportamiento que de no ser detenido lleva inexorablemente a la
destrucción.
Fase Crónica. En el consumidor crónico de PBC se produce una extinción gradual de los
comportamientos más diferenciados como son los valores, tornándose el paciente en un
sujeto cínico, mentiroso, deshonesto e incorporando un claro síndrome de psicopatización
secundaria; luego se extinguen los comportamientos intermedios como son los hábitos de
trabajo y estudio; el individuo modifica su bioritmo, consumiendo la droga en la noche y
durmiendo en el día; finalmente, se deterioran los comportamientos primarios como son
los hábitos de alimentación, cuidado e higiene personal, manifestándose un serio
deterioro con desnutrición, presencia de numerosos problemas infecciosos y de otra
índole, favorecidos por el poder inmunodepresor de la droga.
2.2. Tratamiento
El tratamiento de la intoxicación aguda por cocaína está dirigido al mantenimiento de las
funciones vitales. De preferencia, no deben utilizarse drogas tipo fenotiazinas o
butirofenonas porque aumentan la depleción dopaminérgica. Su empleo sólo está
justificado cuando el comportamiento o riesgo agresivo son muy elevados, la "apetencia"
es muy intensa o existe evidencia clínica de psicosis. Estudios recientes y nuestra propia
experiencia personal nos permiten afirmar la utilidad de la bromocriptina; en dosis de
0.650 mg. tres veces al día, disminuye la "apetencia" significativamente. Asímismo, es
útil el uso de la desipramina, especialmente cuando los cuadros se acompañan de
depresión. En personalidades ciclotímicas o cuando la dependencia se asocia a cuadros
afectivos bipolares, el carbonato de litio es de gran utilidad. Igualmente se está utilizando
el bupropion.
1. ALCOHOL
2. OPIÁCEOS
Los opiáceos se utilizan como potentes analgésicos. En nuestro medio se usa la codeína
como componente de jarabes para la tos. La heroína, otro derivado opiáceo, se consume
en gran cantidad en los países desarrollados. América Central y del Sur comenzaron a ser
afectados por su uso, pero la cocaína la ha reemplazado totalmente, al extremo que, en la
actualidad, la adicción a la heroína es rara.
3. BENZODIACEPINAS
En 1960 aparece en la farmacopea el clodiazepóxido y su uso se difunde rápidamente. Se
metaboliza en el hígado y sus metabolitos pueden ser hallados en la orina; su vida media
de permanencia en la sangre es de 24 horas. La dosis letal en sujetos humanos no está
establecida. Si se usa durante 60 a 180 días, el individuo comienza mostrar
manifestaciones de dependencia pudiendo llegar a ingerir 600 mg diarios.
El diazepam tiene una vida media de 7 a 12 horas. Si se usa por más de 42 días se presenta
un síndrome de abstinencia. Los dependientes a esta droga pueden tomar hasta 120 mg
diarios.
Las benzodiacepinas producen inhibición, a través de los canales de Cl, de los receptores
de la membrana postsináptica; además se ha postulado la existencia de receptores
específicos para ellas. Las benzodiacepinas cambian la actividad normal del GABA;
producen una dependencia marcada y concomitante síndrome de abstinencia. La
tolerancia parece nos ser tan intensa como aquella a los barbitúricos. Su suspensión
abrupta puede producir convulsiones de tipo gran mal. Las benzodiacepinas disminuyen
la ansiedad porque ocupan el receptor, funcionando como agonistas y disminuyendo la
necesidad de aquél por la endorfina así como disminuyendo la producción de esta última.
4. BARBITÚRICOS
Son sustancias químicas depresoras del SNC. Esta adicción depende de la dosis, de la vía
de administración , del grado de absorción, del metabolismo y de la excreción. Por via
oral, la vida media es de 5 a 10 minutos para el pentobarbital y de 79 a 100 minutos para
el fenobarbital.
Intoxicación aguda: Miosis, disminución de los reflejos superficiales, ataxia con caída,
lenguaje farfullante, confusión con desorientación, pensamiento lento, déficit en la
atención y la memoria, fallas del juicio crítico, labilidad emocional, depresión respiratoria
y muerte. También provoca efectos adversos como la supresión del sueño REM,
excitación paradójica caracterizada por sueño intranquilo, excitación y delirio; en
personas hipersensibles puede producirse daño hepático. Las dosis elevadas inhiben la
contractibilidad del miocardio.
1. MARIHUANA
Efectos: A dosis baja y moderada actúa como sedativo hipnótico, parecido al alcohol y a
la benzodiazepina. A dosis alta provoca euforia, alucinaciones, sensación de volar, similar
al LSD. En 1977, el 60% de jóvenes en Estados Unidos la usaban; actualmente, uno de
cada cuatro la usa. La prevalencia de vida del consumo de marihuana en el Perú es de
7,8%, siendo más prevalente el uso en sujetos de sexo masculino. Cada cigarrillo
contienen más o menos 30 mg. de THC. A los 20 minutos se alcanza el mayor efecto;
cuando se come la planta el mayor efecto se alcanza a las dos horas. La presencia de sus
metabolitos en la orina es detectada hasta una semana después del consumo; en la sangre
se les puede encontrar hasta las cuatro semanas. Estando en el torrente sanguíneo tiende
a depositarse en los tejidos grasos, hígado, riñones, bazo, pulmones y testículos. Es
metabolizada por el hígado y eliminada por la orina y las heces.
El LSD es un producto sintetizado del alcaloide del cornezuelo del centeno. Produce
pseudopercepciones, alteraciones en el esquema corporal, dismegalopsia,
ensimismamiento y perplejidad, que se asemejan a la regresión autista en los
esquizofrénicos. Su uso crónico puede provocar francas reacciones paranoides y
evidentes trastornos de la personalidad.
El abuso de esta droga comenzó en la decada del 60, pero ha disminuido gradualmente.
Puede desencadenar psicosis esquizofrénica en individuos predispuestos y, a ciertas dosis,
provocar la llamada psicosis modelo caracterizada por la presencia de alucinaciones
visuales, auditivas, cenestésicas y actos compulsivos que pueden conducir al suicidio,
homicidio u otras formas de conducta destructiva.
3. Inhalantes
La adicción crónica produce un síndrome orgánico cerebral difuso así como alteraciones
en los nervios periféricos con parestesias y paraplejia. También se observan cataratas,
habiéndose informado casos de anemia aplásica.
REHABILITACIÓN
2. Lograr la abstinencia total a todo tipo de droga para lo cual será necesario un
significativo cambio en su estilo y filosofía de vida. Consecuentemente, las técnicas
deberán dirigirse a modificar el sistema de creencias y de interpretaciones que el paciente
hace de su realidad en general, y de sus relaciones interpersonales en particular.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. NAVARRO, R. "Evaluación de la Adicción a Cocaína, Cannabis y Heroína". En:
BUELA-CASAL, G., CABALLO, V. & SIERRA, J. C. Manual de Evaluación en
Psicología Clínica y de la Salud. 1996.