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CONCEPCIONES IDEOLÓGICAS DE LA PRESIDENCIA COLOMBIANA ACERCA DE

DEMOCRACIA EN EL PERÍODO 2006-2010

Fischër, J. 1
juan_inc@hotmail.com
Galindo, J.
joan.galindo@hotmail.com
Universidad Icesi
Cali, Colombia

Marco conceptual

El debate sobre lo ideal en las relaciones sociales es un debate de vieja data. Ya Durkheim a
finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX se refería al concepto de conciencia colectiva, como
un conjunto de creencias, sentimientos o valores que posee en común una sociedad, y la lleva a
comportarse como un individuo. También Marx y Engels hablaban sobre lo ideológico, pero esta
vez poniéndolo al servicio de las formas de producción y su perpetuación.

Godelier (1990) nos presenta este debate a partir de dos tesis. La primera, aquella que
establece que son las ideas las que mueven al mundo, principalmente las religiones. La segunda, de
un corte marxista, que afirma que las ideologías no son posibles sin condiciones materiales que las
propicien, es decir las relaciones de producción que las hacen existir. Desde esta segunda postura,
las ideas son solo subordinadas del aspecto económico de una sociedad. Podemos decir de una vez,
que nuestra postura no se encuentra en ninguna de estas dos, y pues como señala Godelier (1990),
en una sociedad no hay estratificación entre lo ideal y lo material, ninguna es subordinada directa de
la otra, la diferencia está en la función.

Los imaginarios se pueden entender, entonces, como un asunto de la conciencia colectiva


(como ya lo había señalado Durkheim) que evoca imágenes y representaciones globales de lo
social. Los imaginarios a su vez constituyen identidades colectivas entre quienes los comparten,
regulan sus formas de relación, así como sus formas de interpretación de la realidad. Están
fuertemente ligados a elementos simbólicos que los presentan como materiales. Y una característica
central para entender la importancia y naturaleza de lo ideal es que se constituye de manera
histórica y colectiva, por lo que se ubican en espacios y tiempos determinados.

Generalmente, y sobre todo desde el marxismo, se entiende lo ideológico como lo ilusorio, lo


irreal, aquello que subvierte la realidad. Sin embargo, aquello que corresponde a las ideas, tiene un
papel más allá de oscurecer la realidad de las relaciones sociales, también les da un sentido.
Respecto a esto Baczko (1999) nos ejemplifica la relevancia de lo imaginario en las revueltas
campesinas francesas en el siglo XVII y las sublevaciones de 1789. En sus ejemplos se hace
evidente que lo imaginario tiene serias funciones dentro de lo social. En primer lugar, como ya se
mencionó anteriormente, lo ideal tiene la función cognitiva y hasta cierto punto afectiva de generar
una representación sobre un objeto o evento para la conciencia de quienes lo comparten. Le da un
sentido y significado al elemento representado. La segunda función es la de generar un marco de

1
Estudiantes de séptimo semestre de Psicología.
interpretación a los eventos de la cotidianidad, que en el caso de los campesinos franceses era darle
un sentido a la aparición de vagabundos en los caminos o forasteros en los pueblos como señales de
la invasión de bandidos, suecos, moros, etc. La tercera función de los imaginarios es la de organizar
al colectivo, organizar sus prácticas, sus rituales, sus formas de relación. Los campesinos, por
ejemplo, mantenían en estado de alerta y desconfianza por el temor a una invasión extranjera o del
ejército corrupto de su majestad. La cuarta función que tienen los imaginarios es legitimar las
acciones del colectivo, rituales como la “marcha del gabelero” y las acciones violentas que se ven
por sus actores como defensa válida contra las amenazas que tienen… o perciben. El aspecto
simbólico es ilustrado por Baczko (1999) en prácticas rituales como la nombrada “marcha del
gabelero”, y el uso de signos y símbolos por los rebeldes de 1789 (escarapelas que identifican como
antimonárquicos, el nuevo calendario, los monumentos postrevolución, etc), que a su vez tienen el
papel de reafirmadores de la identidad.

Aunque estos son aspectos generales de las ideas como factores sociales, varios autores
señalan las diferencias entre imaginarios sociales, representaciones sociales e ideologías. Los
imaginarios son presentados como estas matrices básicas de sentido, que organizan la cotidianidad
de los sujetos en tanto pública, es decir, organizan su conducta y le hacen inteligible la realidad.

El término representación social aparece en 1961, propuesto por el psicólogo social francés y
nacido en Rumania Serge Moscovici, retomando la idea durkhemiana de conciencia colectiva, para
el estudio del conocimiento ingenuo o lego, de la visión del mundo que tienen los sujetos o
colectivos (Abric, 2001). Moscovici estudió cómo la teoría psicoanalítica ha permeado el
conocimiento de la sociedad francesa, hasta tal punto que sus conceptos teóricos centrales se
pueden encontrar en el vocabulario popular y el actuar de las personas en comunidad se ve
atravesado por un pensamiento psicoanalista, mucho menos riguroso que en un ámbito académico o
profesional.

La representación social es entendida como la forma en que un sujeto o colectivo se


representa un objeto particular, material o inmaterial, animado o inanimado, humano o no humano.
Ibáñez (1998) y Jodelet (1986) señalan que las representación sociales siempre se constituyen en
procesos colectivos de objetivación (selección y descontextualización, formación del núcleo
figurativo, y naturalización) y anclaje (integración cognitiva del objeto representado en el sistema
de pensamiento; significado y utilidad). Ibáñez (1998) explica que las funciones de las
representaciones sociales son:

1. Dar un trasfondo a la comunicación.


2. Integrar novedades al pensamiento social (incluye la transformación de
conocimientos científicos en contenidos del sentido común).
3. Conformar identidades personales y sociales.
4. Producir los significados que la gente necesita para comprender, actuar y
orientarse en su medio social.

A su vez, este autor hace una pequeña diferenciación entre este concepto y el de ideología, en
tanto que la representación social es particularizada (representa algo), mientras que las ideologías
son más generales en cuanto funcionan a manera de “código interpretativo”, y considera la
ideología como un marco de producción de representaciones sociales. Ibañez (1998) reconoce que
en ambos casos contribuyen a orientar la interpretación o construcción de la realidad, y dirigir las
conductas de quienes las comparten. La diferencia entre estos dos conceptos, va un poco más allá de
lo que propone Ibáñez (1998).
Marx y Engels proponen la ideología como un discurso propio de la clase dominante que
legitima las relaciones materiales de producción de la sociedad, y al preservarlas busca perpetuar su
dominación sobre las clases con menor poder en estas relaciones de producción. Para esta discusión
también es importante tener en cuenta que estos autores aclaran que una de las características de la
ideología es la de ser una falsa conciencia, al subvertir el orden social como un orden dado, es decir
dar por natural y universal las relaciones de dominación creadas por el ser humano. Debido a estas
formas de dominación, los autores terminan diciendo que la ideología es un instrumento de
alienación al suprimir la personalidad de los sujetos dominados, reduciéndolos a engranajes de los
sistemas de producción.

Por su parte, Terry Eagleton (Eagleton, 1997) aborda la discusión de la falsa conciencia
reconociendo que las ideologías dependen de ciertas lógicas del pensamiento de sus autores, y que
no necesariamente corresponden con lo empírico, sin embargo sería infructuoso pensar que los
sujetos, a excepción de aquellos con algún tipo de desorden psicológico, vivieran en un mundo de
falsedad. Eagleton afirma que las ideologías, entonces, pueden ser verdaderas o falsas en lo que
afirman u ocultan, así como válidas en un contexto espacio-temporal determinado, pero no en otros.
Este autor también señala otros tipos de definiciones de ideología más generales que incluyen todas
las formas de pensamiento y significación de la vida social, sin embargo propone que la discusión
se acote a las formas de relación que ocupan un papel central en la vida de cierta sociedad, como lo
son las relaciones de poder. Teniendo en cuenta que el autor tiende su concepción de ideología a las
intersecciones entre formas de pensamiento o sistemas de creencias y el poder político, cabe señalar
que su función básica es legitimar formas de organización social determinadas, estas pueden ser las
establecidas, es decir, que perpetúan las relaciones de dominación presentes, o formas alternativas a
la vigente. Esta legitimación se da por seis medios según el autor: la promoción, naturalización,
universalización, denigración de lo opuesto, exclusión de aquello que contradice la ideología en
cuestión y la ocultación de aquello que vulnera la coherencia de la ideología.

De esta manera, la ideología la podemos entender como los discursos de un sector de la


sociedad que legitiman formas determinadas de organización social. Una de las formas de
organización más populares ha sido la democracia que tiene sus orígenes en la política griega,
principalmente la ateniense, y se entiende en términos generales como el gobierno soberano del
pueblo, sin embargo a lo largo de la historia y los contextos sociales particulares ha tenido
diferentes concepciones y variaciones (Marcos, 2000). La forma de democracia que se aplica a
contextos como el colombiano (también el estadounidense) es la democracia liberal que surgió
como forma de emancipación de los sistemas monárquicos y promueve la posibilidad de que la
población tenga derecho al voto, así como a ser elegida, y se protege la propiedad privada.

Bénéton (1995) pertinentemente profundiza precisamente en el concepto de democracia


liberal, identificándola inicialmente como el modelo predominante desde la caída del mito de la
“democracia socialista” del régimen soviético. Así mismo la caracteriza como laica y amarrada a
una economía del mercado. De la anterior caracterización se deriva el concepto de “régimen
demoliberal”, que es el de igualdad para los hombres, que legitima la organización democrática del
poder.

Esto plantea un problema filosófico que tiene repercusiones en la noción de igualdad entre
los hombres, la cual puede ser entendida de dos maneras: igualdad sustancial, que se refiere a lo que
los hombres tienen en común; e igualdad formal, que se refiere a la libertadade no tener nada en
común. La democracia liberal se nutrirá de esta segunda concepción de libertad aludiendo a
defender la idea según la cual los seres humanos son iguales en la medida en que son diferentes, en
términos concretos “igualdad por defecto”.
Frente a esto la concepción que se elabora en torno a las características de una democracia
liberal son las de un Estado neutro, agnóstico, libre de prejuicios respecto a estilos de vida y formas
de concebir el mundo y que asume la regla democrática de la legitimación de acuerdos por medio
del sufragio universal y la regla de mayoría. Lo anterior a pesar de que históricamente el
“demoliberalismo” ha derivado en concepciones ideológicas (legítimas para la época) que han sido
compatibles con la esclavitud, como sucedió con el racismo en Estados Unidos entre 1776 y 1865,
la falta de reconocimiento de los derechos políticos de la mujeres y más recientemente, la pugna por
el reconocimiento de los mismos en la población LGTB.

Los sistemas definidos como democracia liberal, aparte de las características generales que se
enunciaron anteriormente, implica la existencia de una constitución que al estar por encima de todas
las demás leyes limita los poderes estatales y controla el funcionamiento gubernamental; en
segundo lugar la división de poderes, que generalmente se trata del ejecutivo, legislativo y judicial;
el derecho a votar y ser elegido, como se nombró anteriormente, lo que constituye el centro de los
procesos electorales universalizados; la protección de la propiedad privada; la pluralidad de los
partidos políticos; la protección de la libertad de expresión; la protección de la libertad de prensa,
lo cual incluye el acceso a fuentes de información no gubernamentales; la libertad de asociación; y
el velar por los derechos humanos. Estas características deben ser extendidas a la totalidad de la
población en un sistema democrático liberal.

Objetivo general
 Identificar cuáles son las concepciones ideológicas de democracia, que tienen la presidencia
colombiana en el período 2006-2010.

Objetivos específicos
 Identificar referencias a los aspectos de democracia liberal en el discurso presidencial.
 Identificar los mecanismos de legitimación de la ideología a través del discurso
presidencial.

Metodología

Se hizo una revisión documental de los comunicados, entrevistas y discursos del presidente
de la república, en el período 2006-2010, teniendo como categorías de análisis las características
definidas como propias de la democracia liberal: división de poderes, participación ciudadana,
propiedad privada, libertad de expresión y prensa, libertad de asociación y derechos humanos; así
como de las formas de legitimación de las ideologías según Eagleton (1997): promoviendo,
naturalizando, universalizando, denigrando, excluyendo y ocultando. (Ver anexo).

Resultados

De acuerdo a la metodología utilizada, la información recogida corresponde únicamente a


aquellas afirmaciones explicitas en el discurso presidencial, y no a otras realidades que contradigan
este discurso. Esto quedará para el apartado de discusión.

Las referencias de la presidencia sobre la democracia liberal, fueron analizados a través de


siete categorías, que se especificaron anteriormente, aunque en un discurso específico el presidente
da cuenta de características que para él debe tener una democracia moderna, y muchos de estos
aspectos no entran en la matriz de análisis utilizada.

Para la presidencia la democracia debe cumplir con cinco características básicas: seguridad,
libertades para todos, cohesión social, transparencia y un Estado con división de poderes. Seguridad
para toda la población sin distinciones, seguridad para promover la inversión, seguridad como
condición necesaria para la prosperidad. Libertad, la cual es permitida por la seguridad, la cual a su
vez no debe ser excusa para coartar las libertades civiles. La cohesión social aparece como la lucha
por lo social, la cual según el presidente es necesaria en toda democracia. La definición se queda
ahí. Transparencia en el actuar gubernamental para generar confianza y credibilidad, más que
adhesión. La división de las instituciones se tratará después.

En primer lugar frente a la existencia de una constitución nacional, como ley de leyes, el
presidente la reconoce como tal y la elogia en ciertos aspectos, mientras que en otros no. La
presidencia reconoce la posibilidad de inclusión de empresa tanto privada, como pública y mixta en
la economía nacional, al quitarle el monopolio de temas sociales al Estado, pero manteniendo la
supervisión, a esto lo llama economía solidaria. Elogia también la exigencia de concurso para
acceder a cargos administrativos públicos, y no solo el nombramiento que produce corrupción, lo
mismo que la posibilidad de elección popular para cargos como los de gobernación y alcaldía. En
cuanto al procedimiento que se utilizó para convocar a una constituyente en 1991, el presidente
considera que no fue el adecuado y dice que la legitimidad de la constitución está es en los logros
de ésta, y no en la forma en que fue hecha.

Mirando el procedimiento, hay que decir esto: en alguna forma la convocatoria


de la Constituyente, fue un desconocimiento de las instituciones existentes. Y no
hay duda de que la Constituyente excedió el mandato para el cual había sido
elegida.

Desde el punto de vista jurídico, su convocatoria fue un rompimiento


institucional. Y desde el punto de vista político, no tuvo legitimidad en el origen,
que sí la ganó después, en alguna forma, por su texto y por las condiciones del
país.

Por qué lo digo? Porque la votación que la convocó fue mínima. No había
exigencias de umbrales.
(V Encuentro de Jurisdicción Constitucional, Barrancabermeja, 11 de agosto de
2009)

El presidente por su parte, considera que no era necesario convocar a una constituyente, sino
que con reformas era suficiente. Pareciera que considera cada reforma como una nueva
constitución, ya que nombra constituciones en 1936, 1945 y 1968, cuyos orígenes son reformas
constitucionales.

…la Constitución del 36, de Alfonso López Pumarejo

¿Los mecanismos de reforma de la Constitución que hasta el momento existían


habían fallado? No.

El país había sido pródigo en reformas constitucionales: la del 36, la del 45,
aquellas que permitieron el nacimiento, la vigencia del Frente Nacional,
también su marchitamiento, la del 68.

Y las administraciones López Michelsen y Turbay Ayala obtuvieron del


Congreso sendas reformas constitucionales, que también inspiraron muchos de
los puntos adoptados finalmente por el constituyente del 91.

El Congreso siempre estuvo dispuesto a aprobar estas reformas. No es del caso


juzgar, pero sí hacer la anotación histórica.
(Ídem)
El segundo aspecto a considerar en una supuesta democracia liberal es la división de los
poderes estatales. No se encontró información extensiva, sin embargo desde la presidencia se
afirma que en Colombia hay una división clara entre las instituciones e incluso perspectivas
divergentes, pero no objetivos divergentes.

Hay que respetar las instituciones independientes. Yo he venido observando un


problema: el respeto a la independencia de las instituciones no es silenciarse.
No es tener que renunciar a la discrepancia. Hay que saber combinar la
discrepancia con el respeto a la independencia de las instituciones. Y también
hay que buscar acuerdos.
(conferencia Retos y desafíos en una sociedad democrática, San Salvador, El
Salvador, 25 de septiembre de 2008)

Las instituciones colombianas son un ejemplo de funcionamiento independiente,


respetuoso y complementario entre ellas, y como en toda democracia, las
diferencias propias del pluralismo se debaten públicamente. Pedir que las
diferencias se oculten, o el unanimismo, es una pretensión ajena a la democracia
que queremos fortalecer. Hay muchas opiniones diversas sobre cómo llegar a
los objetivos, pero no hay ninguna diferencia respecto a los objetivos.
(Comunicado de la Vicepresidencia de la República, Bogotá, 16 de octubre de
2008)

En cuanto a los mecanismos de participación ciudadana, el presidente reconoce los


mecanismos instituidos por la constitución bajo el Estado de derecho, e insiste en la
participación exhaustiva de la ciudadanía como veedora de los procesos gubernamentales.
Aclara que no existe tal disyuntiva entre el Estado de derecho y el de opinión.

En mi concepto, es la participación de opinión lo que distingue el nuevo


concepto de Estado de Derecho, el Estado de Opinión. Una participación de
opinión vigorosa, ilimitada, plural, que pueda expresarse desde todas las
canteras del pensamiento y en todos los momentos.

En esa concepción de Estado, los Consejos Comunales, que ustedes


generosamente han ponderado, son un valioso instrumento, una mesa de trabajo
que permite avanzar en los asuntos administrativos, sin que se desconozca o
demerite la importante labor que cumple el legislativo como órgano de la
representación ciudadana.
Es falsa la disyuntiva entre democracia participativa o representativa. Se
requieren ambas, tienen una relación mutuamente dependiente. La
representativa requiere para formarse, para operar y para legitimarse, una
acción permanente muy fuerte de la participativa. A su vez, la participativa
puede tornarse en anarquía sin los órganos de representación.

Y la Constitución colombiana ha sido sabia: los mecanismos de participación


ciudadana directa de la Constitución de 1991, con los avances sobre los órganos
de representación, nos ponen de presente que Colombia, en su normatividad,
entiende ese equilibrio entre la democracia representativa y la democracia
participativa.

La presión ciudadana sacude al Ejecutivo y a los partidos de la negligencia en


que incurren cuando se sienten en el ficticio paraíso de pensar que todo anda
bien. El contacto directo con la ciudadanía muestra, una y otra vez, que las
realizaciones oficiales que con vanidad exhiben todos los gobiernos, son
infinitamente menores que las dolencias populares desatendidas.
Los Consejos Comunitarios obligan a la transparencia, a la honradez, a la
eficacia. Para que haya transparencia es vital un ejercicio combinado y
equilibrado entre democracia representativa y participativa. En una época en
que hay todas las posibilidades de participación de opinión, si bien se necesitan
referentes ideológicos y programáticos organizados y a largo plazo, como los
partidos, también se necesita acudir de manera permanente a la consulta
comunitaria.
(Discurso del Presidente en la Universidad Los Libertadores al recibir el
Doctorado Honoris Causa en Comunicación Social y Periodismo, Bogotá, 11 de
abril de 2007)

Otra forma de participación ciudadana contemplada por la presidencia es la colaboración a la


fuerza pública por medio de la entrega de información y planeación, así como la denuncia a
violaciones de derechos humanos.

¿Cómo hemos avanzado nosotros en la participación de la comunidad? Voy a


referirme a dos elementos: la figura de los informantes, de los cooperantes de la
Fuerza Pública, y la figura de los consejos de seguridad.
… yo creo que eso es algo de participación democrática bien importante, los
ciudadanos sin censura, los ciudadanos sin filtro, poder llamar a un programa
de televisión donde están el Ministro de Defensa, los Altos Mandos, el
representante de la Fiscalía (General de la Nación), de la Procuraduría
(General de la Nación), de la comunidad internacional y el Presidente de la
República, a decir: ‘Tengo tal queja de derechos humanos’ o ‘presenté tal queja
en tal oportunidad y no me la han contestado’.
(Discurso presidencial en el seminario sobre mecanismos de participación
política y ciudadana, Bogotá, 23 de abril de 2009)

En cuanto a la defensa de la propiedad privada, este ha sido un elemento central de las


políticas del actual gobierno. Es uno de los aspectos centrales para la confianza inversionista y las
demás políticas estatales, al promover la seguridad de la propiedad privada nacional y fomentar la
inversión privada extranjera en el país. Las propuestas para solucionar los problemas efectividad de
las empresas estatales da cuenta de esto, al tratarse en su mayoría de privatizaciones o venta al
público de parte de las acciones de tales empresas.

La libertad de expresión y de prensa es defendida por el Estado, según el discurso


presidencial, pues afirma que la oposición nunca había tenido tantas garantías en el pasado. Lo
mismo ocurre con la libertad de asociación, aunque solo se hable en explícitamente de las
agremiaciones sindicales.

…no solo ha habido una disminución en el número, sino que hay, incluso, una
política de protección a sindicalistas.

Si gano la elección presidencial, voy a poner en práctica una política de


seguridad con valores democráticos. Necesitamos proteger a los sindicalistas,
necesitamos proteger a los voceros de la oposición, necesitamos proteger a
todos los colombianos.

Hoy, esos miembros de la oposición que vivían en otros países, viven en


Colombia, disfrutando de nuestros avances en seguridad.

Segundo, por favor, considere que estamos en el camino de superar la


impunidad. Antes de mi administración solo hubo una sentencia en contra de
responsables de asesinatos contra de sindicalistas. Ahora tenemos en la cárcel a
144 responsables de este delito.
(Foro Económico Mundial, Davos, Suiza, 30 de enero de 2009)

Por otro lado, a pesar de que se diga explícitamente que se defiende la libertad de expresión y
prensa, se acostumbra desacreditar estas expresiones al amarrarlas a intereses oscuros.

Hay acusaciones que son ciertas, pero hay otras acusaciones que son falsas.
Mucha gente que se opone a mi política no se opone a mi política abiertamente.
El camino que usan para discrepar de mi política es acusando a mi Gobierno de
crímenes extrajudiciales.
(Ídem)

La defensa de los derechos humanos aparece en el discurso explicito como una prioridad del
gobierno e incluso se promueve como forma de participación ciudadana la denuncia de estos casos,
pero también se desacreditan algunas denuncias sobre estos.

Uribe Vélez explicó que hay muchos casos en los que organismos nacionales e
internacionales, acusan a las Fuerzas Armadas, inmediatamente conocen de un
operativo en el que fueron abatidos integrantes de la guerrilla, alegando que
eran ciudadanos inocentes y que se trató de ejecución extrajudicial.

Agregó que en el tema de operatividad de la Fuerza Pública hay muchas


lecturas equivocadas; por ejemplo, hoy toda baja que producen las Fuerzas
Armadas exige una investigación de la Fiscalía, por solicitud del propio
Gobierno.

…hace unos pocos días reconoció que en el último año y medio ellos sólo han
recibido cuatro quejas de presuntas violaciones de derechos humanos; de ellas,
dos están en investigación y otras dos ya fueron descartadas.

“Pero no estoy contento, porque nuestro objetivo ha sido cero violación de


derechos humanos”, concluyó.
(Comunicado de secretaría de prensa, Bogotá, 11 de mayo de 2010)

Cuando se elaboran informes con sesgo y cargados de animadversión personal,


se pierde la credibilidad y se debilita la lucha por los Derechos Humanos.
(Comunicado de la Vicepresidencia de la República, Bogotá, 16 de octubre de
2008)

Ahora bien, como se mencionó anteriormente Eagleton (1997) aporta categorías para
identificar las formas en que se legitiman las categorías, estas son: promoviendo, naturalizando,
universalizando, denigrando, excluyendo y ocultando. A continuación se presenta una ilustración de
cada una de estos mecanismos.

Promoviendo.
Puede ser ejemplificado en la entrevista concedida por el Presidente Álvaro Uribe a Caracol
Radio, en abril 23 de 2008, refiriéndose en gran medida a la reelección:

Eso sí, yo sí estoy interesadito en una cosa, y ya que me hablas de reelección, me


van a dar oportunidad de, válida y legalmente, hacerle campaña a una
reelección, a la reelección en la cual creo: este país tiene que reelegir la
seguridad democrática, tiene que reelegir la confianza inversionista, como
presupuestos de la política social.
Así mismo la promoción se da a través de la exaltación de atributos de candidatos con quien
comparte la misma corriente ideológica. La siguiente es una cita extraída de una entrevista al
Presidente Álvaro Uribe a La FM de RCN, en junio 11 de 2008

Es una persona que tiene muchos atributos. Tengo el mejor concepto del doctor
Germán Vargas, y de otros compatriotas. Lo fundamental allí es que este país no
abandone la Seguridad Democrática ni la confianza inversionista.

La promoción de la ideología es dada así mismo, escudándose en garantías a la


institucionalidad y los procesos electorales. La siguiente es una cita extraída de una entrevista del
Presidente Uribe a Radiosucesos Rcn, en enero 17 de 2007:

Pero es muy importante que el país compare cómo estaba la democracia con ese
control de tantos grupos terroristas, y cómo hemos liberado la democracia,
cómo hemos aplicado nuestra política de seguridad al rescate de la
institucionalidad y al rescate de la democracia.

De igual forma este mecanismo de legitimación es hecho por medio de la presentación de cifras que
buscan respaldarlo. Esto se ve evidenciado en una entrevista del Presidente Álvaro Uribe Vélez a
La W Radio, en marzo 5 de 2010:

Cuando este Gobierno empezó, Colombia tenía aproximadamente 60 mil


terroristas, sumando gente en uniforme de las Farc, del Eln, de los mal llamados
paramilitares, personas de las milicias, etcétera. Hoy hay menos de ocho mil.
Creo que hemos avanzado bastante. Por supuesto, falta. Y de ahí nuestra
preocupación de que no se abandone el rumbo de la Seguridad Democrática.

Por último, este apartado encuentra ejemplificación en la búsqueda de la perpetuación de la


ideología en períodos de elecciones presidenciales del mismo país, esto corresponde a una
entrevista del Presidente Álvaro Uribe Vélez, a la Emisora de la Policía Nacional en abril 05 de
2010:
Por primera vez Colombia tiene ocho años continuos de Política de Seguridad.
No se ha logrado todo, pero el país ha mejorado. No abandonemos este camino.

Naturalizando
La forma en que se presenta la seguridad democrática como evidente en diferentes
fenómenos puede ser encontrada en el siguiente extracto de una Entrevista concedida por el
Presidente Uribe a RCN Radio, en junio 19 de 2008:

Yo no entiendo por qué, un país europeo nos ayuda en la política de paz pero no
nos ayuda en la política de seguridad, si la paz y la seguridad son inseparables.
La paz nace de la seguridad.

El discurso acerca de relacionar la paz con la seguridad aparece recurrentemente, como por
ejemplo en una entrevista del Presidente Álvaro Uribe Vélez, a la Emisora de la Policía Nacional en
abril 05 de 2010 cuando dice que “La paz es hija de la firmeza, de la autoridad, de la seguridad”.

Por último, es de resaltar las analogías que son utilizadas para presentar como inalterable la
ideología, como por ejemplo la siguiente cita de una entrevista del Presidente Álvaro Uribe, a
Caracol Radio en abril 23 de 2008.
Yo invito a mis compatriotas a que no nos dejemos arrebatar tres banderas
fundamentales, a pesar de que digan ‘están naufragando, están ahogados’.
Entonces, hagamos lo del náufrago, si creen que estamos muy mal hagamos lo
del náufrago y apeguémonos de una tabla. Usted sabe lo difícil que es quitarle la
tabla de salvación al náufrago, así el náufrago esté muy grave. Que a nosotros,
de ninguna manera, nos quiten una tabla para este país que es muy importante
para que salga adelante, que es la tabla de la seguridad democrática, que es la
tabla de la confianza inversionista y que es la tabla de la política de cohesión
social.

Universalizando
Una forma en que se configura la ideología, es precisamente al extrapolar su supuesta
influencia a otras esferas.

En la Asociación Bancaria hubo una queja: que este país no estaba creciendo la
reforestación. La había parado la reforma tributaria de 1974, que quitó los
incentivos a la reforestación. Nosotros los regresamos. Y esta combinación de
incentivos tributarios, confianza inversionista en el país y, al mismo tiempo,
seguridad democrática, ha logrado que vuelva a empezar la reforestación.
(Entrevista del presidente a RCN radio, 19 de junio de 2008)

Y a medida que uno explica cómo con esta droga se financia el terrorismo, cómo
ese terrorismo es el que comete estos secuestros, cómo mantienen a un hombre
como Fernando Araújo en el cautiverio durante seis años, y para mantenerlo
necesitan una gran cantidad de gente en esa actividad terrorista y que toda esa
gente es pagada por la droga, y a medida que uno explica cómo es la droga la
que contamina, no el glifosato con el que erradicamos, porque es la droga la que
contamina, porque cuando se derriba la selva para sembrar droga se presenta
un fenómeno de erosión en el suelo, entonces la escorrentía lleva esa erosión a
los cauces de los ríos, se presenta deforestación en la selva, sedimentación en
los cauces de los ríos y después utilizan los precursores químicos para procesar
la coca, para convertir la hoja de coca en cocaína y esos precursores químicos
son letales.
(Entrevista del presidente a Radio Santa Fe, Bogotá, 16 de enero de 2007)

Denigrando
Otro mecanismo que utiliza la ideología es mancillando ideas que desafían sus supuestos. Lo
anterior se ve evidenciado en el siguiente comunicado de la Secretaría de Prensa, dado en la ciudad
de Bogotá, el 11 de mayo de 2010:

El Presidente Álvaro Uribe Vélez denunció este martes que existen muchas
falsas acusaciones contra la Fuerza Pública, por cuenta de los enemigos de la
política de Seguridad Democrática, que en parte son “nostálgicos de las Farc”
y se dedican a desacreditar las instituciones.

Excluyendo
El mecanismo de excluir formas contrarias de pensamiento de las ideologías, es evidenciado
igualmente en el mismo comunicado de la Secretaría de Prensa citado anteriormente:

(El presidente) insistió en la necesidad de impedir que los enemigos de la


Seguridad Democrática triunfen en sus propósitos, y recordó que ellos “actúan
en las urnas, actúan ante la opinión pública, actúan en el extranjero, actúan en
medios de comunicación”, y que se han orquestado, desde hace muchos años,
para desacreditar la seguridad
Ocultando
El sexto mecanismo de legitimación propuesto por Eagleton (1997) consiste en
ocultar aquellos aspectos de la ideología y el actuar que puedan ser perjudiciales para la
misma. Lo que complica el análisis de este mecanismo a través del análisis documental de
una fuente oficial es que generalmente es tan eficiente, que logra ocultar estos aspectos
sombríos, sin embargo se puede ver un intento por presentarse de manera positiva en los
siguientes fragmentos:

En América Latina hubo dictaduras que hablaron de seguridad y, en nombre de


la seguridad, cercenaron las libertades, censuraron la prensa, afectaron el
disenso. La seguridad nuestra es Democrática y lo ha probado. Aquí la prensa
tiene todas las libertades, las hemos recuperado, porque aquí los terroristas
coaccionaban a los periodistas.
(Entrevista al Presidente de la República, Álvaro Uribe, en RCN Radio
Junio 19 de 2008)

Seguridad Democrática. Nosotros llevamos tres procesos electorales con toda


claridad. Tres procesos electorales donde la Seguridad Democrática ha
defendido plenamente los derechos de todos los aspirantes. Y este año con una
Seguridad Democrática más consolidada, tenemos que tener un proceso
electoral impecable.
(Entrevista del presidente a Radio Santa Fe, Bogotá, 16 de enero de 2007)

Finalmente, resaltó que la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos


en Colombia (delegado de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de
Ginebra), hace unos pocos días reconoció que en el último año y medio ellos
sólo han recibido cuatro quejas de presuntas violaciones de derechos humanos;
de ellas, dos están en investigación y otras dos ya fueron descartadas.
(comunicado de secretaría de prensa, Bogotá, 11 de mayo de 2010)

Las denuncias en contra de su familia (Petro), el Gobierno que presido, se ha


dedicado en cuatro años y medio a darle protección a todo ciudadano que dice
que hay una persecución o un riesgo contra él o contra su familia. Prueba de
ello, lo que ha pasado en Colombia: muchos intelectuales, mis críticos que
vivían en el extranjero huyendo, hoy hay muchos en el país, viviendo felices en
Colombia y me critican. Muchas veces le he dicho a la senadora Piedad
Córdoba: como eres de dura conmigo y antes se te oía hablar, pero desde
Canadá. Ahora vives feliz en Colombia, protegida por la Seguridad Democrática
y aquí me critican todos los días.
(Entrevista al presidente en la FM de RCN, 29 de enero de 2007)

Conclusiones
El presente trabajo permite establecer un abordaje inicial a categorías de cierta naturaleza
abstracta, como lo es la ideología, pero que igual se ven encarnadas en actores políticos y sociales
concretos, como lo son las instituciones.

Alrededor del objeto de investigación que hemos decidido acercarnos, cabe resaltar que es
posible inferir en el discurso enunciado por este actor social que existe un gran énfasis en temas
como la seguridad que permean todos los fenómenos que pretende abarcar la ideología. Si bien los
hechos empíricos en temas de lucha armada han sido contundentes e incuestionables, por lo menos
en cuanto a los resultados, los fines son prestos a debate, ya permean actores sociales a los que se
les infringen sus derechos, tal es el caso de las garantías para la oposición, la prensa y funcionarios
gubernamentales como lo son los magistrados, de quienes se ha sabido últimamente que les fueron
intervenidos sus medio de comunicación como los teléfonos (chuzadas) y contra los cuales se
gestaban maniobras negras de desprestigio y presión para obtener algún tipo de beneficio político,
aunque explícitamente se hable de garantías para la oposición y la libre expresión (lo que incluye a
la prensa).

Es así mismo posible inferir que el discurso de la ideología uribista, equipara bajo sus
supuestos de una forma casi que lógica y natural la democracia con la seguridad, en la medida en
que justifica la participación ciudadana dada por medio del delatar crímenes (“sapos”) dentro de las
formas de ejercer la democracia, particularmente en sectores como el estudiantil y gremios como el
de los taxistas. Práctica que en últimas resulta ser poco distante de los regímenes alemanes, en los
que organismos encargados de la seguridad como la STASI, contaban con cerca de 180.000
informadores ciudadanos que alertaban sobre comportamientos catalogados como “subversivos”, lo
cual no dista mucho de la etiqueta usada de “terrorista” por el gobierno para estigmatizar a
cualquiera que vaya en contra de lo establecido como norma, bajo una política de enemigo/amigo
del gobierno.
Por otra parte además del carácter global que caracteriza a la seguridad democrática, en
cuanto comprende para todos los ciudadanos por igual, sin distinción, la ideología permea el
fenómeno económico, puesto que se concibe que esta política es vital para la inversión externa y, a
continuación, la materialización espontánea de la cohesión social, sin ningún paso intermedio que
explique concienzudamente, cual es la forma en que opera esta fórmula mágica. Que mejor ejemplo
para ilustrar uno de los mecanismos de legitimación de las ideologías (Eagleton, 1997), la
ocultación, frente a la demostración de la efectividad de políticas, asunto que no le es favorable y la
contradice.

Pero es tal el nivel de absurdo de permeabilidad de la ideología uribista, que concibe tener
incluso incidencia sobre la reforestación, cuando la tradición consistente y comprobable por medio
de hechos empíricos, revela que el daño ambiental es un resultado colateral real (entiéndase
fumigaciones con glifosato). Esto por supuesto se ve manifestado en los discursos presidenciales en
indicadores fácilmente medibles, como el análisis descriptivo de la frecuencia en que se evoca el
concepto “seguridad democrática” y que tiene el efecto de tocar la esfera afectiva de las personas y
movilizar a la acción, asunto que cobra vital importancia en vísperas de la celebración de la cita de
elecciones presidenciales, en las que el presidente ha manifestado, de forma para nada disimulada,
su predilección por uno u otro candidato.

En cuanto a participación ciudadana se refiere, los discursos presidenciales presentan un


llamado Estado de opinión, considerado un Estado posterior, evolucionado, del Estado de Derecho.
Este Estado de opinión exalta la permanente participación ciudadana en formas de consejos
comunitarios y otras formas que permitan una veeduría del actuar gubernamental. Cabe resaltar en
este punto que contrario a lo que los seguidores menos rigurosos del uribismo, y los más contrarios
a esta ideología, la concepción del Estado de opinión no excluye al Estado de derecho, sino que la
democracia participativa necesita de la democracia representativa y viceversa, cumpliendo con las
normas establecidas por la constitución. Contrario a lo que dice el periodista Daniel Samper Ospina,
el Estado de opinión no consiste en “un conducto similar al que le permitió obtener la victoria a
Jáider Villa en Protagonistas de novela” (Semana, 29 de agosto de 2009). En este caso, tanto los
uribistas legos (por llamar de alguna manera a los seguidores de esta ideología), quienes muchas
veces han manifestado que es necesario que las mayorías se manifiesten casi negando cualquier
regulación, como los opositores, tienen una visión errada de lo que se propone como Estado de
Opinión.

Ahora bien, ahondando específicamente en las formas de legitimación de las ideologías


según Eagleton (1997) y para no incurrir de nuevo en una descripción de cada una de ellas y la
ilustración en el discurso de la seguridad democrática, consideremos dar una breve mirada a la
repercusión directa que estas tienen sobre asuntos de actualidad colombiana que contrarían la
ideología directamente.

Esta forma particular de ejercer la democracia liberal que concibe la seguridad democrática,
cuando se presentan hechos de gravedad que atentan con cuestionar la permanencia ideológica, en
primer lugar las fuentes son denigradas, como simpatizantes de grupos no aliados al gobierno o se
priman las fuentes oficiales, sobre las de organismos internacionales encargados específicamente de
esta labor. Pero en los casos en los que resulta inevitable “lavar la culpa”, estos hechos son
clasificados como casos aislados, y que son errores en el pasado, cuando la realidad no coincide tan
exactamente con esto. De igual forma es presentada como la única forma ideológica posible,
además de denigrar de contrarias y justificar la propia, en la medida en que es exaltada como La
Ideología, que conforma el único referente simbólico para ejercer el poder, se naturaliza en recursos
discursivos presidenciales como el establecimiento de la analogía entre la seguridad democrática y
la tabla de un náufrago.

Como se mencionó anteriormente, el presente reporte de investigación concebía un fin


exploratorio, presto a generar nuevos problemas de investigación. Limitaciones encontradas en el
desarrollo del mismo pueden ser referidas al exclusivo uso de la revisión documental, como medio
de recolección de información para los análisis. Para futuras investigaciones que identifiquen como
fenómeno de estudio, el desarrollado en esta investigación, pueden ser útiles la triangulación de
datos de distintas fuentes y de ser posible, entrevistas a políticos afiliados al uribismo, ideólogos,
entre otros, que permitan acceder a datos con mayor riqueza acerca de la concepción de democracia
que se gesta desde el uribismo.

Referencias
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representaciones. Presses Universitaires de France y Ediciones Coyoacan, S.A de C.V,
México.

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Bénéton, P., Revista de Filosofía, 3ra época VII (l995), núm. l3, págs. 12 l -128. Servicio de
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Eagleton, T (1997) ¿Qué es la ideología? En Ideología. Paidós. Barcelona, España.

Godelier, M. (1990) Lo ideal y lo inmaterial. En Pensamiento, economía, sociedades. Taurus


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Ibáñez, T. (1998) Representaciones sociales, teoría y método, en Ideologías de la vida cotidiana.


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Jodelet, D. (1986) La representación social. Fenómeno, concepto y teoría, en: Moscovici, S.


Psicología social, II. Pensamiento y vida social. Psicología social y problemas sociales.
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Marcos, P (2000) ¿Qué es democracia? Publicaciones Cruz O. S.A. México D.F, México

Marx, C. y Engels F. “Feuerbach: contraposición entre la concepción materialista y la idealista


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