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“El corista debe transmitir la fe, pero no hay que

sentirla”
Redacción Diario de Alcalá- lunes 13 de septiembre de 2010 a las 17:21 horas

Amaro González, director de coros y corista, ha dedicado su vida al arte de la voz.

Amaro González es el señor del silencio. Marca a sus coristas cuando eclipsar con sus
voces a la Magistral, y cuando inundar de solemne vacío sonoro el sagrado templo.
Hace trece años que comenzó a dirigir el coro de cámara Duque de Calabria, que actuó
el sábado en honor a la Virgen del Val en la Catedral de Alcalá. La agrupación vocal
complutense estrenó la temporada jugando en casa y cantándole a la más ilustre de las
alcalaínas, con Amaro González de Mesa como conductor de la función.

-¿La música clásica es para elitistas?


–Sinceramente, creo que no. Me dedico a ello y veo que en los espectáculos que realizo
con la Capilla Real de Madrid, un grupo de mucho nivel, se forman colas enormes para
ver nuestro rato de canto. Los hay que esperan hora y media, e incluso algunos se
quedan fuera.

–Usted canta en la eminente Capilla Real de Madrid y además dirige al coro


Duque de Calabria y la agrupación de la UAH, ¿se queda con el canto o con la
dirección?
–En todo momento lo he podido complementar. Cuando diriges, la responsabilidad es
colosal, ya que todo recae sobre tus hombros. En un grupo, eres parte de un equipo, y si
te confundes no es el fin del mundo. No tengo preferencias por el canto o la dirección.

–¿Qué es más importante, tener buen oído o buena técnica en el canto?


–La voz se educa, aunque debes poseer una base. El oído lo tienes que tener de
nacimiento. Si no lo traes de la cuna, lo puedes educar cuando eres muy joven, pero,
aún así, exige mucho esfuerzo. El canto tiene técnicas y caminos que dificultan menos
su buen uso.

–Además dirige el coro de la UAH, ¿tiene suficiente apoyo de los estudiantes?


–Nunca es suficiente. Falta información en la Universidad, pero intentamos que sea
visible para todos. Los estudiantes de la UAH no son los únicos que conforman la
agrupación, sino que antiguos alumnos, trabajadores, profesores y personas externas a la
vida universitaria integran este coro. Todo el que quiera probar puede hacerlo, y en este
principio de curso haremos audiciones.

–Muchos accederán para conseguir créditos, ¿verdad?


–No demasiados. Planteamos la posibilidad de conseguir créditos al que diera el paso,
pero al final los que se mantienen son los que realmente aman el canto, sin entrar a
valorar si pretendían los créditos. Otras actividades dan los mismos créditos y exigen
mucho menos tiempo.
–¿Qué volumen de trabajo tienen durante el año?
Cuando llegan las temporadas de Navidad y Semana Santa tenemos muchísimos
conciertos. Las iglesias y catedrales requieren tus servicios con asiduidad en estas
fechas. Aún así, procuramos trabajar todo el año para tener un repertorio fresco y
ofrecer de todo, aunque en agosto siempre nos vamos de vacaciones.

–¿En qué medida está asociada la vida de un coro con la religión?


–En una dimensión alta. Durante muchos siglos, la mayor parte de la música era para
iglesias, y además era la mejor que se hacia… eso es así. No es que no hubiera música
profana, pero la de mejores características, y que continúa ocupando gran parte de
nuestro repertorio, es la religiosa.

–¿Se puede ser ateo y corista?


–Sin ningún problema. Si te gusta la música que interpretas no pasa nada por cantar a
figuras religiosas. Al igual que los actores de la ópera realizan un papel, si cantas ante
una catedral abarrotada debes transmitir la fe, la sientas o no la sientas.
–¿Qué sería de de la música clásica en los medios de comunicación de no ser por
RTVE?
–Con este tema hablo como espectador. A mi me gusta ver los conciertos en directo, ya
que es un estilo que pierde todas las virtudes si se ve por la televisión o se escucha por
la radio. Aún así, los conciertos que emiten no tienen mala audiencia.

–¿Compartió coro con Sonsoles Espinosa, mujer del actual presidente del
Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero?
–Sí. Es una profesional estupenda y de nivel. Es una compañera más del gremio.

–¿La conoció antes o después de que Zapatero fuera elegido presidente?


–Ella entró en la Capilla Real de Madrid un poco antes de que él fuera presidente, y ahí
fue coincidí con ella.

Por Emilio Sánchez.

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