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La quimica del amor romantico

El amor es un sentimiento universal, que ha sido investigado y se ha


determinado que es producido por sustancias químicas y estructuras
específicas del cerebro.

La antropóloga Norteamérica Helen Fisher: señala en su libro: “Por qué


amamos”, que existen “3 redes cerebrales primigenias” que durante miles de
millones de años evolucionaron para dirigir el apareamiento y la reproducción:
El amor romántico, la euforia y la obsesión de “estar enamorado”.

Pero ¿Cómo explicar este comportamiento? El comportamiento de estar


enamorado obedece a un intercambio químico de sustancias que se dan en el
cerebro. En él existen unos mecanismos, sustancias químicas, de interacción
cerebral, denominados neurotransmisores. Uno de ellos la Dopamina, cuando
se encuentra en altos niveles de concentración, producen una gran disposición
para la atención. Cuando alguien nos es atractivo o atractiva, nos predispone y
motiva a la consecución de una conducta orientada a un objetivo. Cuando uno
ama, la alta concentración de Dopamina en el cerebro, produce una mayor
“concentración” en el ser amado, entiéndase atención, deseo de estar
pendiente en pensamientos y acciones frente el objeto amado. “Los amantes
se concentran en el amado”.

Los amantes comparten esa necesidad y excluyen, por lo general, y muy


frecuentemente, todo lo que les rodea, todo lo que pueda perturbarlos. El
enamoramiento, es a entender del gran filósofo y académico español Ortega y
Gasset, “Un estado anormal de atención que se produce en un hombre
normal”; se refería a este peculiar estado, como un “estado de estupidez
transitoria”.

Cuando uno ama es frecuente observar en los amantes, conductas en


las cuales “todo se perdona”, “todo se permite”, “todo se comparte”, se pierde la
individualidad y uno se enajena; pero también, además, se pasan por alto todas
aquellas pequeñas, medianas o grandes características negativas que forman
parte del repertorio conductual del amado, o de la amada. Luego con los años,
las recriminaciones de esos detalles no observados en un momento inicial de
“mágica” atracción, o atención desmedida, colapsarán por la variable tiempo y
por ende, a consecuencia de la disminución de la Dopamina, como causa que
distrae los defectos del ser amado(a).

La pareja amada como todo “objeto” nuevo, es considerado algo


novedoso y único”. Los estudios de neurotransmisores han demostrado las
bondades de la Dopamina en su asociación con el aprendizaje de los estímulos
novedosos.

Cuando se dan altas concentraciones de Dopamina en el Cerebro se


producen respuestas como lo son: euforia, aumento de energía, hiperactividad,
insomnio, pérdida del apetito, temblores, aceleración en los latidos del corazón
y de la respiración. Incluso en algunas oportunidades pueden presentarse
respuestas de obsesión, ansiedad o miedo.

Pero, ahora también se reconoce el efecto adictivo que el amar produce.


La Adicción al Amor, no es otra cosa que las consecuencias de la relación
Dopamina y dependencia, lo cual en parte explicaría el por que: “los
enamorados se vuelven tan dependientes”.

Son comunes los síntomas que se presentan en un proceso adictivo:


conducta dependiente y ansia, deseo por el consumo de alguna sustancia
psicoactiva. Estas conductas se explican en el paciente fármaco dependiente,
como producto de altas concentraciones de Dopamina en el cerebro. Este
proceso se repite en el amor romántico, altas concentraciones predisponen a
ser adictos al ser amado. Es por ello que, cuando el amor es correspondido
se produce: “Una feliz dependencia”. Sin embargo, cuando esto no sucede,
cuando se presenta el rechazo, la indiferencia, la no correspondencia, la
respuesta emocional es una ansiedad que provoca profundo dolor, nos lleva a
la tristeza y a menudo nos envuelve en un comportamiento destructivo.

Pero la investigación sobre las bondades de la Dopamina y su relación


con el amor romántico no se agotan ahí. También actúa en la estimulación y el
desarrollo de las relaciones sexuales. Cuando existen altos niveles, se produce
el anhelo de tener una relación sexual. Al aumentar la Dopamina, aumenta el
nivel de Testosterona, que es por excelencia la hormona del deseo sexual.
También existe otra sustancia química denominada Norepinefrina,
derivada de la Dopamina. Su aumento produce: euforia, energía excesiva,
insomnio y pérdida de apetito. Que como se han demostrado, son algunas de
las características que se presentan en el amor romántico.

La Norepinefrina, aumenta la capacidad de recordar estímulos nuevos,


lo que permite explicar por qué los amantes recuerdan los más mínimos
detalles, así como los momentos inolvidables de la relación con el amado(a).
Podríamos atrevernos a señalar que cuando disminuye, el olvido de aquellas
fechas y eventos importantes, pequeños detalles podrían pasar desapercibidos;
cosa que nunca ocurriría, si los niveles de concentración estarían elevados.
La Serotonina, constituye el tercer neurotransmisor que interviene en
este enmarañado proceso químico del amor. Es el neurotransmisor que
produce el buen humor en el cerebro. Brinda felicidad y logra generar una
mejor disposición anímica frente a los problemas. El ejercicio físico diario nos
permite producir Serotonina. Es la sustancia mensajera de la felicidad. “Existe
una posible conexión entre el amor romántico y los bajos niveles de
Serotonina orgánica”. Cuando en interminables horas pensamos en el ser
amado(a), podría haber reducción de los niveles normales de Serotonina. La
falta, ausencia, no presencia física del objeto amado, produce la disminución
de la las concentraciones de Serotonina en el cerebro. Nos sentimos tristes,
nos deprimimos.

Una de las características de la enajenación, en el amor, es la obsesión.


Los amantes son obsesivos. Los Trastornos Obsesivos Compulsivos (TOC)
están relacionados a bajos niveles de Serotonina. Las medicinas por
excelencia, las famosas pastillas de la felicidad son: Prozac o Zoloft que elevan
los niveles de Serótina.

Atención, concentración, obsesión en el ser amado, son producto de


reacciones químicas de aumento o disminución de determinados
neurotransmisores.

Finalmente podríamos aseverar que hoy una declaración de amor, al


estilo de un alquimista, seria: “Te amo, con la fuerza de mi Dopamina, el
recuerdo imborrable de esta pasión que me da la Norepinefrina, y la felicidad,
que cuando estas a mi lado me produce la Serotonina”.

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