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Universidad Nacional de Colombia, Instituto de Estudios Ambientales (IDEA); 2Universidad Nacional de Colombia,
1
Resumen
Summary
This article presents the first field application of a biodiversity agro-ecosystem indicator, in-
cluding a discussion about ecosystem and cultural aspects from the environmental vision of agri-
culture. The indicator, called “Main Agroecological Structure of the Farm” (Estructura Agroecológica
Principal, EAP for its initials in Spanish) is the internal configuration or spatial arrangement of the
farm and the connectivity among its various sectors, hedges and vegetation corridors or produc-
tion systems. The EAP allows the movement and the exchange of different animal and plant spe-
cies, offering them shelter, food and habitat. EAP also provides microclimate regulations and af-
fects the production, conservation of natural resources and other ecosystem and cultural aspects
of the major agro-ecosystems. The greatest degree of internal and external connectivity (with
the Ecological Structure of the Landscape –EEP) offers greater possibilities of biological control
compared to farms without structure or with weakly developed EAP. The concept can be useful in
taxonomy and description of agro-ecosystems. This study evaluated the EAP of six organic farms
(20 to 0.16 hectares) in the Bogotá savannah, by using ten general criteria: 1. Connectivity with
the EEP 2. External Connectors Extension (ECE) 3. Diversification of External Connectors (DCE). 4.
Internal Connectors Extension (ECI) 5. Diversification of Internal Connectors 6. Land Use (US) 7.
Handling Weed (MA) 8. Other Management Practices (OP) 9. Perception - Awareness (PC) 10. Abil-
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ity for Action (CA). Results indicate that only one of these farms had strongly developed EAP (81)
and the rest ranged from moderate to slightly developed (EAP between 47 and 62). The discon-
nection with external elements of the landscape, the small size of the farms and diversification of
external connectors, explain a great part of these results.
en la mayoría de los casos en exigencias de interdisci- simbólica (las orientaciones filosóficas de la ciencia, por
plina o de transdisciplina, elementos también amplia- ejemplo), la organización social, económica y política y,
mente discutidos en la literatura ambiental. al mismo tiempo, la plataforma tecnológica a través de
las cuales se realiza la apropiación y transformación del
AGRICULTURA Y AMBIENTE resto de la naturaleza y se propicia la capacidad adapta-
tiva (mecanismos para la evolución de la novedad y el
Tal vez la mayor transformación cultural de los eco- aprendizaje) de los grupos sociales.
sistemas que haya sucedido en la historia humana es La agricultura es, por lo tanto, indisoluble de la so-
el cambio de los procesos de caza y recolección por las ciedad y el ambientalismo ha aportado las bases con-
actividades de agricultura y ganadería, de las cuales los ceptuales necesarias para repensar los modelos de de-
seres humanos no han podido liberarse, desde la lejana sarrollo agrario. La agroecología, en tanto que ciencia,
época de su aparición en el período neolítico (Harris acoge este desafío y asume el rol de estudiar al unísono
1978, Ángel 2014, Diamond 2006). la complejidad de las relaciones ecológicas y culturales
Tanto la agricultura como la ganadería1 son pro- que se dan en los procesos agrarios y en esto hace parte
cesos complejos que involucran no solamente la pro- del movimiento ambiental que cuestiona, en últimas, ta-
ducción de alimentos, fibras y otras materias primas a les modelos y las formas culturales de apropiación de la
partir de factores tecnológicos, dotaciones de recursos naturaleza (León 2014, Norgaard y Sikor 1999, Guzmán
naturales e inversiones de capital, sino también una se- et al. 2000).
rie de factores vinculados con las circunstancias en que
se desenvuelven y con los efectos que ella producen LA AGROECOLOGÍA: UNA CIENCIA AMBIENTAL
en las sociedades y en los ecosistemas. A partir de esta
consideración, puede aceptarse fácilmente que las ac- León y Altieri (2010) indican que la agroecología
tividades agrarias son parte fundamental de las interac- puede definirse, entonces, como la ciencia que estudia
ciones humanas con el resto de la naturaleza y desde la estructura y función de los agroecosistemas desde el
esta perspectiva sus análisis pueden realizarse desde el punto de vista de sus interrelaciones ecosistémicas y
enfoque ambiental complejo. La agricultura es el resul- culturales, es decir, desde el punto de vista ambiental.
tado de la coevolución de ecosistemas artificializados y De ahí que los agroecólogos indaguen más por las
culturas humanas (Altieri 1999, Guzmán et al. 2000, He- propiedades emergentes de los agroecosistemas según
cht, 1999, Toledo y Barrera - Bassol 2008). los manejos a que son sometidos que por los efectos
La agricultura constituye, por lo tanto, el más impor- específicos de determinadas prácticas agronómicas ais-
tante acto de transformación ecosistémica de la espe- ladas. Se interesan más por el “efecto sistema” que por el
cie humana realizado a través de su adaptación cultural, efecto parcial de variables, aunque esta última perspec-
que se juega en distintos ámbitos: domésticos, cientí- tiva tampoco se abandona.
ficos, tecnológicos, comerciales, políticos, económicos Por lo tanto, la agroecología ha abierto las puertas al
e incluso, militares. La historia de la humanidad se ha estudio de los componentes culturales, es decir, simbó-
escrito también como historia de la agricultura, de los licos, socioeconómicos, políticos, históricos, filosóficos y
alimentos, de los territorios, del suelo, de la irrigación, tecnológicos, que inciden en los campos de cultivo con
de los bosques. El mayor producto de esta actividad, el igual o en algunos casos con mayor fuerza que las varia-
alimento, se inserta silenciosa pero efectivamente y de bles meramente ecológicas.
manera irreversible en la historia humana, provocan- Es el caso de decisiones económicas que afectan la
do guerras de conquista, nuevas estrategias militares, regulación de precios en el mercado o de tendencias de
desarrollos tecnológicos, artefactos gastronómicos, ru- comportamiento exclusivo de determinada comunidad
tas comerciales, imposiciones tributarias, intercambios hacia la producción de alimentos, que pueden tener re-
económicos, innovaciones científicas, modificaciones percusiones significativas tanto en los patrones territo-
territoriales, industrias alimentarias, nuevas institucio- riales de agroecosistemas locales como en la manera de
nalidades, relaciones comunitarias, modas, costumbres implementar o no tecnologías de producción.
culinarias, rituales… en fin, toda una constelación de Con toda legitimidad, entonces, la agroecología en
eventos ambientales complejos. tanto que ciencia, indaga sobre estas y otras relacio-
La dimensión ambiental agraria exige entonces, nes en agroecosistemas que pueden ser claramente
comprender el escenario biofísico o ecosistémico en el ecológicos, como las chagras indígenas o las fincas de
que se desarrollan las actividades de producción y, al producción orgánica, ecológica o biológica, pero tam-
mismo tiempo, plantea una aproximación cultural a los bién cuestiona, estudia, observa, cataloga y analiza las
grupos humanos, en donde se haga visible la estructura implicaciones ecológicas y culturales de los sistemas
de agricultura convencional de la revolución verde, los
1 En este documento se engloban las actividades agrícolas, campos transgénicos, las fincas dominadas por mono-
pecuarias, piscícolas y forestales bajo un solo término: ac- cultivos o los sistemas de producción agroindustriales
tividades agrarias
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homogéneos, para evaluar sus grados de sostenibilidad rias, entre otros factores, también determinan lo que se
y/o insostenibilidad ambiental y proponer modificacio- producirá, cuándo, con qué tecnología, cómo, a qué rit-
nes que los conduzcan hacia distintas etapas de recon- mos, para qué clase de consumidores y con qué calidad
versión. e impactos ambientales (ecosistémicos y culturales),
abriendo más el espectro de lo que puede entenderse
El agroecosistema complejo como borde o límite de los agroecosistemas, por cuanto
muchos de ellos inciden en su contracción o elongación
La agroecología, entre muchos otros, enfrenta el reto (cambios en el uso de suelos y de coberturas vegetales),
de clasificar taxonómicamente a los agroecosistemas. persistencia en el tiempo y distribución espacial.
Una clasificación de este tipo requiere, por lo menos, Todos los agroecosistemas (sean ellos de agricultura
que exista un consenso sobre la definición misma del moderna o tradicional) aunque poseen límites biofísi-
objeto de estudio (el agroecosistema) y sobre sus dis- cos definidos por los títulos de propiedad, bien sea indi-
tintas representaciones. Este consenso parece no existir. vidual o colectivos, presentan esta característica de ser
La literatura muestra una amplia gama de definiciones influidos en distinto grado por la esfera cultural.
de agroecosistema, desde aquellas ligadas solamente a Desde el punto de vista ambiental, León (2010) de-
la visión ecosistémica de su manejo (Azzi 1956, Hénin fine a los agroecosistemas como “…el conjunto de re-
1967, Gliessman 1998, Wezel y Soldat 2009) que dejan laciones e interacciones que suceden entre suelos, cli-
por fuera sus relaciones culturales (simbólicas, de orga- mas, plantas cultivadas, organismos de distintos niveles
nización social, económica y política y las plataformas tróficos, plantas adventicias y grupos humanos en de-
tecnológicas), hasta otras que los consideran como sub- terminados espacios físicos y geográficos, cuando son
sistemas de unidades mayores (las fincas) (Hart 1985) o enfocadas desde el punto de vista de sus flujos energé-
que los definen en relación parcial con la sociedad (Dal- ticos y de información, de sus ciclos materiales y de sus
gaard et al. 2003). relaciones simbólicas, sociales, económicas y políticas,
La definición del agroecosistema ha variado en el que se expresan en distintas formas tecnológicas de
tiempo y en función de distintos autores. Altieri (1999) manejo dentro de contextos culturales específicos…” y
afirma que existen muchas maneras de definir un agro- desde allí plantea otra discusión: ¿Cuál es la unidad mí-
ecosistema y que también resulta difícil delinear sus nima que debe considerarse como un agroecosistema
límites exactos. En efecto, los agroecosistemas no ter- (si es la finca o los sitios específicos de cultivo, ganadería
minan en los límites del campo de cultivo o de la fin- o actividad forestal, dentro de ella)? La decisión sobre
ca puesto que ellos influyen en y son influenciados por qué considerar como agroecosistema es todavía difusa
factores de tipo cultural. Sin embargo, el límite cultural y no existe ningún consenso entre los estudiosos sobre
(social, económico, político o tecnológico) de un agro- cuál es la verdadera o por lo menos la mejor unidad de
ecosistema es difuso, puesto que está mediado por análisis.
intereses de distinta índole y procesos decisionales in- Muchos pensadores asimilan indistintamente el
tangibles que provienen tanto del ámbito del agricultor agroecosistema a las parcelas de cultivo o a las fincas
como de otros actores individuales e institucionales. individuales o al conjunto de fincas distribuidas en el
Aunque la vegetación natural circundante y las ca- paisaje. De la mano de la economía aparecen concep-
racterísticas de los demás elementos biofísicos influyen tos como los de sistemas de producción aplicados a
en la dinámica de los agroecosistemas, las señales de los unidades campesinas, agroindustriales o de base capi-
mercados, la disponibilidad de tecnologías, los apoyos talista. Los sociólogos utilizan otras categorías apelando
de infraestructura y las políticas nacionales agropecua- a denominaciones que tienen que ver con pequeños,
grandes o medianos propietarios, arrendatarios o par- tes y con una visión de sistemas a diferentes escalas. Sin
celeros. Las figuras de fincas de colonos o de indígenas embargo, incluso desde esta perspectiva la finca tam-
o afroamericanos también se introducen en estas clasi- bién podría considerarse como un agroecosistema en sí
ficaciones. De esta manera se habla indistintamente de mismo (que también resulta coherente con la definición
agroecosistemas de maíz, agroecosistemas campesinos, anterior de agroecosistema) o, en el peor de los casos,
fincas agroecológicas, regiones de agroecosistemas, como un agroecosistema de nivel superior o como un
agroecosistemas de subsistencia…en fin (Tabla 1). agregado o conjunto de agroecosistemas.
Una ciencia igualmente emergente como la “Ecolo- Debido a que tanto la finca como sus componentes
gía del Paisaje”, tampoco ha catalogado los distintos ti- específicos (cultivos, áreas ganaderas o forestales), tie-
pos de agroecosistemas y los envuelve a todos dentro nen igual carácter de agroecosistemas, pero presentan
de conceptos globalizantes dirigidos al estudio de ma- cualidades disímiles en atención a su misma naturaleza
trices territoriales, en los cuales las figuras de la Estruc- y escala de percepción y de manejo, el autor propone
tura Ecológica Principal o la Infraestructura de Soporte, denominarlos de manera diferente, reservando el nom-
subsumen y dan cuenta parcialmente de los agroeco- bre de Agroecosistema de Nivel Mayor o Agroecosis-
sistemas. tema Mayor para las fincas y Agroecosistema de Nivel
El problema podría ser de escala, pero también es Menor o Agroecosistema Menor, para sus componentes
de inconmensurabilidad del término “agroecosistema”. (cultivos, pastos o sitios forestales) (León 2014). Entre va-
De escala, porque a niveles muy pequeños, el paisaje rias otras, una razón importante que aduce el autor para
dominante convoca a utilizar categorías amplias como tal propuesta es que los agroecosistemas menores no
cuencas hidrográficas o territorios y en escalas muy son susceptibles de una clasificación taxonómica, cosa
grandes, a usar el cultivo o la finca como objeto de es- que, aparentemente, es más viable a nivel del agroeco-
tudio. De inconmensurabilidad, porque, como se anotó sistema mayor (finca).
anteriormente, las variables culturales son continuas en En la búsqueda de conceptos que describan las rela-
el tiempo y el espacio y su inclusión incide en la manera ciones estructurales y funcionales de los agroecosiste-
de nombrar los agroecosistemas. mas mayores y que permitan, tanto su estudio espacial
No obstante lo anterior, varios investigadores han y comparativo, como las posibilidades mismas de una
realizado esfuerzos por definir y clasificar agroecosiste- futura clasificación taxonómica, León (2010) propuso
mas en distintos niveles: uno de los principales y más el término de la Estructura Agroecológica Principal del
conocidos trabajos en esta dirección lo ejecutó Hart Agroecosistema Mayor o Finca (EAP), definida como: “…
(1985), a comienzos de la década de los ochentas en el la configuración o arreglo espacial interno de la finca y
Centro Agronómico Tropical de Investigación y Ense- la conectividad entre sus distintos sectores, parches y
ñanza (CATIE) de Turrialba, Costa Rica, a partir de la teo- corredores de vegetación o sistemas productivos, que
ría de sistemas. permite el movimiento y el intercambio de distintas es-
El autor considera los sistemas agrícolas como un pecies animales y vegetales, les ofrece refugio, hábitat y
subconjunto de los sistemas ecológicos, lo cual no es alimento, provee regulaciones microclimáticas e incide
totalmente cierto, si se considera la discusión presen- en la producción, conservación de recursos naturales
tada en las páginas anteriores. Resulta evidente, por y en otros aspectos ecosistémicos y culturales de los
supuesto, que los agroecosistemas comparten con los agroecosistemas mayores”.
ecosistemas los fundamentos de las interacciones en y La EAP puede ser considerada como una caracterís-
entre especies, los antagonismos, la alelopatía, las pre- tica distintiva, funcional y natural de los agroecosiste-
daciones, los ciclos de nutrientes, las sucesiones vege- mas mayores. Está relacionada con la comunicación, la
tales y animales, las adaptaciones y los desequilibrios conectividad y las funciones de lo que se llama amplia-
y, en fin, las bases del funcionamiento ecológico de la mente como la biodiversidad funcional y se concibe
naturaleza. Pero el sistema agrícola es parte de sistemas dentro de los estudios de conectividad del paisaje. Es
mucho más amplios, que podríamos enunciar acá como un concepto derivado de las aproximaciones realizadas
sistemas ambientales y cuya estructura, composición y en este sentido por Van der Hammen y Andrade (2003)
función sobrepasa en mucho a los sistemas ecológicos quienes buscaron un concepto general y globalizador
que enuncia el autor. que diera cuenta de la calidad y conservación de los re-
Por otra parte, Hart (op. cit) considera a la finca como cursos naturales de un país y propusieron la idea de la
un sistema de producción y de allí colige que los agro- Estructura Ecológica de Soporte de la Nación (EES), en-
ecosistemas son subsistemas de la finca. tendida como la conjunción entre la Estructura Ecológi-
La idea de considerar a las fincas como sistemas de ca Principal del Paisaje (EEP) que es “…el conjunto de
producción y a sus componentes de cultivos, pastos ecosistemas naturales y seminaturales que tienen una
(producción animal - pecuaria) o plantaciones foresta- localización, extensión, conexiones y estado de salud,
les como agroecosistemas específicos, resulta coheren- tales que garantiza el mantenimiento de la integridad
te con la definición expuesta en los párrafos preceden- de la biodiversidad, la provisión de servicios ambienta-
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les (agua, suelos, recursos biológicos y clima), como me- La capacidad de restaurar un agroecosistema depen-
dida para garantizar la satisfacción de las necesidades de de una gran cantidad de conocimientos a diferentes
básicas de los habitantes y la perpetuación de la vida…” escalas, que incluyen información sobre el estado del
y la Infraestructura Ecológica (IE) o “…el conjunto de paisaje y la interrelación de factores de carácter ecológi-
relictos de vegetación natural y seminatural, corredores co, cultural e histórico (von Wehrden et al. 2014), es decir,
y áreas a restaurar en los agroecosistemas y otras áreas la relación histórica y actual entre el sistema natural y
intervenidas del país (centros urbanos y otros sistemas el sistema socioeconómico que se relaciona, entre otras
construidos) que tiene una funcionalidad en la conser- cosas, con la disponibilidad de la biota nativa necesaria
vación de la biodiversidad, la productividad y la calidad para la restauración de parches de vegetación cercanas
de la vida de la población”. De igual manera, la EAP ofre- a los agroecosistemas.
ce una conceptualización adicional al paradigma de la El paisaje se compone de grandes matrices de agro-
biología de la conservación basado en la matriz de la ecosistemas, parches de vegetación natural o seminatural
naturaleza, propuesta por Perfecto et al. (2009). y corredores de vegetación, elementos que poseen dife-
En este sentido, la EAP no hace parte del debate entre rentes tamaños según el estado del paisaje que, en teoría
“land sharing” versus “land sparing”, sino que pretende pueden modificarse cuando es necesario incrementar un
establecer lazos “hacia dentro” del agroecosistema, que factor para restaurar un servicio, por ejemplo los corre-
facilite la comprensión “hacia afuera” del manejo de la dores para insectos polinizadores o aves. En paisajes muy
biodiversidad y la agrobiodiversidad, en la línea tanto de transformados la matriz es una red homogénea o mosai-
la restauración ecológica (Vargas 2011) como del nuevo cos de agroecosistemas sin parches de vegetación nativa
paradigma de la conservación biológica propuesto por y sin corredores de vegetación (Vargas 2011).
Perfecto et al. (2009; 2015). La restauración de agroecosistemas a escala de paisa-
La necesidad de este cambio de paradigma, queda je implica la búsqueda de la reintegración de ecosistemas
evidente cuando se analizan algunos estudios de corte fragmentados y paisajes, más que el enfoque sobre un
ecológico que, aunque apelan a las métricas del paisaje, único ecosistema. De hecho, aún si el objetivo de la res-
no logran comprender las dinámicas internas y externas tauración es planteado a escala ecosistémica, se requiere
de los agroecosistemas, referidos a sus condicionantes una visión del proceso a escala de paisaje, puesto que las
culturales y ecosistémicos, recordando que entre los funciones ecosistémicas están relacionadas con flujos de
elementos de la cultura hay que insistir en los factores energía, movimientos de organismos y ciclos materiales
tecnológicos, simbólicos y organizacionales. entre las diferentes unidades del paisaje (SER 2004).
La restauración ecológica toma cada vez más impor- Uno de los temas centrales de la relación entre pai-
tancia dentro de las agendas nacionales e internacio- sajes y restauración es cómo aumentar la conectividad
nales y se considera una estrategia para garantizar la entre elementos como parches o fragmentos, para lo
sostenibilidad de los procesos que mantienen funcio- cual el concepto de redes ecológicas es una estrategia
nando los servicios ecosistémicos que prestan los eco- o modelo de protección territorial que optimiza las rela-
sistemas naturales, seminaturales y agroecosistemas ciones entre hábitats, especie y poblaciones con el ob-
(Vargas 2011). jetivo de garantizar la conservación de la biodiversidad
La restauración ecológica se define como “el proceso (especies, hábitats, paisajes) (Santos y Herrera 2013).
de asistir la recuperación de un ecosistema que ha sido Un modelo de zonificación del paisaje contiene
degradado, dañado o destruido” (SER 2004) o como “un los siguientes elementos: 1) Zonas núcleo o nodos de
proceso que recupera y mejora la funcionalidad de un conservación (parches o fragmentos de vegetación), 2)
ecosistema dentro de paisajes conformados por tierras Zonas tampón o de amortiguación (bordes o zonas de
en producción agrícola y áreas en conservación” (Aron- transición entre agroecosistemas y parches), 3) Corre-
son et al. 2006). dores y mosaicos, 4) Barreras ecológicas y 5) Zonas de
White (1990 citado por Higgs et al. 2014) ha argumen- restauración en matrices de agroecosistemas (Santos y
tado que los paisajes “proporcionan a la tierra el material Herrera 2013).
de la historia humana”, describen relaciones recíprocas Teniendo en cuenta estas estructuras en redes es más
entre las personas y el paisaje. Es decir la huella huma- fácil aplicar los principios formulados por Turner et al.
na que queda en los paisajes es un proceso básico para (2001) para la protección y restauración de hábitats a es-
alcanzar objetivos de restauración y el conocimiento his- cala de paisaje. Desde el punto de vista de la restauración
tórico toma mucha importancia para la interpretación de ecológica es importante conservar tanto parches gran-
paisajes y áreas locales. Desde una perspectiva social los des como parches pequeños (zonas núcleo o nodos), las
paisajes culturales son la base de la restauración como cuales van a servir de referencia para establecer áreas de
práctica ecológica, cultural y social. restauración en la matriz que conforman los agroecosis-
El principal objetivo de la restauración de agroecosis- temas. Una estrategia de restauración es aumentar el ta-
temas a corto plazo es la recuperación de sus servicios maño de los parches pequeños y lograr la conectividad
de provisión y regulación. con otros parches ya sean pequeños o grandes. Esfuerzos
La estructura agroecológica principal de la finca (EAP): un nuevo concepto útil… 61
Las cercas vivas, utilizadas ellas mismas como tran- rios de las fincas, para establecer los criterios 9 y 10 de
sectos, se evaluaron en áreas de 20 m de largo x 5 m de la metodología EAP. La evaluación final de la Estructura
ancho, en donde se recolectó el material vegetal (tallos, Agroecológica Principal de la finca o agroecosistema
hojas, flores de las plantas presentes) para establecer su mayor, se define por la sumatoria de los índices anterio-
composición florística y la estructura de la vegetación. res, así: EAP = EEP + ECE + DP + ECI + DCI + US + MA +
Además, se realizaron 6 talleres de cartografía participa- OP + PC + CA. La escala de su interpretación se presenta
tiva y 5 entrevistas semiestructuradas con los propieta- en la tabla 12.
La escala anterior evalúa el conjunto de los índices = 3), situación que está de acuerdo con la estructura
planteados, entre un valor cercano a 100 (80–100) para ecológica principal del paisaje de este territorio, carac-
aquellas fincas o agroecosistemas mayores que estén terizado por fincas ganaderas o de cultivos intensos de
altamente conectadas con la EEP y en su interior posean hortalizas, en donde se ha talado la mayor parte de la
conectores altamente diversificados, manejen arvenses, vegetación original y no se encuentran con facilidad
posean policultivos de manera predominante dentro conectores, parches o fragmentos de vegetación natu-
de sus usos del suelo y que además estén soportados ral. Los menores índices de conexión con la EEP en este
en agricultores con alta conciencia del valor de la bio- caso fueron los de las fincas Gabeno y Yuma (EEP = 1)
diversidad y de los efectos ambientales de los sistemas que están rodeadas de invernaderos de flores y hortali-
productivos. Contra este ideal de EAP fuertemente de- zas, fincas de recreo y áreas de pastos, respectivamente.
sarrollada aparece la evaluación “sin estructura”, que se A continuación, aparece la finca Yemayá, que obtuvo
refiere a aquellas fincas típicas de la agricultura conven- un puntaje de EAP = 62 (moderadamente desarrollada),
cional de monocultivos o de praderas aisladas, que se debido a sus altos índices en la estructura y composi-
extienden por muchas hectáreas en donde no apare- ción de sus cercas vivas externas (cuatro estratos de ve-
cen conectores o enlaces de biodiversidad y que en su getación rasante, arbustiva, arbórea y emergente). Es el
interior tampoco poseen cercas vivas, setos, o reservas único agroecosistema mayor estudiado que está conec-
de bosques que mejoren la calidad de la matriz agrope- tado en un porcentaje cercano al 25% de su perímetro,
cuaria y cuyos propietarios tampoco conocen o no se con un fragmento de bosque. No obstante, esta finca no
interesan por los problemas ambientales y de manejo posee conectores internos y sus propietarios no poseen
de la biodiversidad. En medio de estas dos calificaciones conocimientos sobre las funciones ecosistémicas gene-
extremas, se asignan valores descendentes en la medi- rales de las fincas y tampoco interactúan con otros acto-
da en que la EAP de la finca se aleja del ideal, bien sea res sociales ligados a la agricultura ecológica.
porque su conectividad con la EEP es baja o inexistente, Las cuatro fincas restantes (Gabeno, Organizmo,
sus setos o cercas vivas no son diversificadas o porque Yuma y Senderos de Paz) obtuvieron, respectivamente,
no se conectan continuamente y aparecen sectores con puntajes de 59, 47, 57 y 57 que las coloca como fincas
cercas muertas (alambres de púas, cercas eléctricas) o con EAP ligeramente desarrollada debido a varias razo-
bien porque existen otras variables complejas del mun- nes: los conectores internos de estas fincas son poco ex-
do de la cultura que impiden el establecimiento y man- tensos (varían entre 3 y 15 metros) y en ocasiones, como
tenimiento de una EAP completa y funcional. sucede con la finca Yuma, no existen. Esta finca posee
una extensión muy reducida (menos de una hectárea),
RESULTADOS Y DISCUSIÓN que explica en parte su baja conectividad interna. Tales
conectores, en general, son poco diversificados. En la
En la tabla 13, se muestran los resultados de la eva- finca Organizmo, por ejemplo, las cercas internas están
luación de la EAP en las fincas estudiadas. De su obser- compuestas principalmente de especies foráneas como
vación, se pueden hacer las siguientes consideraciones: el ciprés (Cupressus lusitanica) y el eucalipto (Eucalyptus
En primer lugar se observa que la única finca con EAP globulus) y en menor proporción la acacia (Acacia decu-
fuertemente desarrollada, fue Cuatro Vientos (EAP = 81), rrens). En las finca Cuatro Vientos y Gabeno, principal-
debido esencialmente a su potencial cultural (expresa- mente de sauco (Sambucus peruviana ).
do en el alto grado de compromiso y conocimiento de Con excepción de la finca Organizmo, la evaluación de
sus propietarios), a las prácticas de manejo agrícolas y la extensión de las cercas o conectores externos, por el
a la extensión (100%) y diversidad de sus conectores contrario, arrojó valores positivos en todas ellas. Yemayá
externos y de su sistema hortícola. Falla, como casi to- tiene en su perímetro un poco más del 40% en vegeta-
das las demás (a excepción de la finca Yemayá) en su ción arbórea nativa destacándose como especies pre-
conectividad con los elementos naturales externos (EEP dominantes el cucharo (Rapanea guianensis) arboloco
Tabla 13. Estructura Agroecológica Principal (EAP) de seis fincas ecológicas en la cuenca del río Chicú (Cundinamarca – Colombia)
– 2011.
(Smalanthus pyramidalis) y croton (Croton funckianus). En verde en sus cultivos. Las demás fincas utilizan semillas
menor proporción (25 - 35%) existen hileras de árboles certificadas (es muy difícil conseguir semillas ecológicas
nativos en las fincas Yuma y Senderos de Paz, en donde de hortalizas en la zona), preparan suelos de manera
dominan cucharos (R. guianensis) y abutilones (Abutilon manual o utilizando motocultores, fabrican compost
insigne) respectivamente. En la finca Yuma, el valor de 8 con residuos vegetales y animales producidos in situ,
en el indicador ECE, se explica porque los vecinos que utilizan análisis de suelo, el abonamiento es orgánico
colindan con ella en el costado suroccidental no desean, y en ocasiones utilizan polvo de roca fosfórica, fabrican
por motivos estéticos y de seguridad, que se coloque nin- biopreparados (purines, bioles, infusiones) y no aplican
guna barrera de árboles y han boicoteado todos los es- sustancias tóxicas de ninguna naturaleza.
fuerzos de siembra de material vegetal. En la finca Gabe- De manera sorprendente, en cuatro de las fincas es-
no se encuentran árboles como mermelada (Streptosolen tudiadas con valores EAP altos, los agricultores, aunque
jamesonii), holly (Cotoneaster multiflora Bunge) y arrayán están conscientes de la importancia de los factores am-
(Myrceugenella apiculata) que atraen aves e insectos y bientales y de la biodiversidad en sus fincas, descono-
permiten la restauración de relaciones ecológicas. cen el rol de los enlaces, setos y cercas vivas y en cambio
El manejo de arvenses, por su parte, es excelente en en la finca Organizmo, que tiene el menor valor EAP, su
las fincas Cuatro Vientos, Gabeno y Yuma, en donde in- propietario y trabajadores conocen la importancia de
tencionalmente se dejan “bancos de arvenses”, con el la biodiversidad y además tiene capacidades y recursos
único propósito de aumentar las interacciones entre para mejorarla.
distintos niveles tróficos de organismos. Un estudio re-
ciente efectuado en la fincas Gabeno y Cuatro Vientos CONCLUSIÓN
por Pradilla et al. (2011), determinó la abundancia y di-
versidad de avispas (Hymenoptera: Apocrita) asociadas En las seis fincas ecológicas estudiadas en la Sabana
a corredores de arvenses en estas dos fincas (de 6.4 y de Bogotá, se encontraron valores de EAP entre 47 y
1.8 hectáreas respectivamente). En total registraron 81, que revelan diferencias sustanciales de manejo de
2170 avispas en estado adulto, distribuidas en 7 super- sus enlaces de vegetación. Casi todos estos agroecosis-
familias, 14 familias y 61 morfoespecies, la mayoría de temas mayores están desconectados de la estructura
las cuales son parasitoides de otros insectos y arañas. La ecológica principal del paisaje, que es probablemente
familia más abundante de avispas fue Scelionidae. Iden- el único factor que el agricultor no puede modificar a
tificaron, además, 27 especies de arvenses pertenecien- voluntad. Sin embargo, llama la atención que la mayor
tes a 10 familias. (23 en Gabeno y 21 en Cuatro Vientos). parte de las fincas (5 de 6) presenten EAP moderada a
El número de especies exclusivas fue de 7 y 5 respecti- ligeramente desarrollada, precisamente porque de ellas
vamente y su mayor número se presentó en la época se espera una serie de prácticas que inducen a pensar
seca (24 vs 19). Las especies de arvenses predominantes que el manejo de cercas, arvenses y otros componentes
fueron Rumex acetosella L., (vinagrita), Oxalis cornicula- vegetales del agroecosistema mayor fuese realizado de
ta L., (acederilla, trébol, aleluya) y Veronica pérsica Poir. manera tal que se expresara en mayores valores de este
(azulete, canchalagua). La mayor abundancia y diversi- indicador. Este primer ejercicio de valoración de la EAP
dad de avispas se asoció con la alta oferta de recursos revela que los índices seleccionados pueden ser aplica-
estimada para las arvenses, cuya diversidad parece estar dos en condiciones de fincas agroecológicas pequeñas,
mediada por ciertas prácticas de manejo, en particular pero es necesario el estudio de su viabilidad a escalas y
el riego, uso de acolchados naturales y abonos verdes. condiciones ambientales diferentes.
El uso del suelo en los agroecosistemas mayores es-
tudiados, corresponde a cultivos hortícolas que ocupan REFERENCIAS
entre el 20% y el 40% de las superficies de las fincas,
cuya producción se destina al mercado ecológico de Altieri MA. 1999. Agroecología. Bases científicas para
Bogotá. Entre el 17% y 30% se dedica a pastos de kikuyo una agricultura sustentable. Montevideo: Nor-
(Pennisetum clandestinum), pasto azul (Poa pratensis) y dan–Comunidad.
ryegrass (Lolium spp), situaciones que ameritan las clasi- Ángel A. 1993. La trama de la vida. Bases ecológicas del
ficaciones medias a bajas que se otorgaron a estos agro- pensamiento ambiental. Universidad Nacional
ecosistemas mayores. de Colombia. Bogotá: Dirección General de Ca-
En general, las prácticas de manejo de las fincas es- pacitación, Ministerio de Educación Nacional Co-
tudiadas corresponden a los agroecosistemas ecológi- lombia, Instituto de Estudios Ambientales (IDEA).
cos (Gabeno, Cuatro Vientos y Yuma son certificadas), Ángel A. 1995. La fragilidad ambiental de la cultura. Uni-
con excepción de la finca Organizmo, que solamente versidad Nacional de Colombia. Bogotá.
efectúa Buenas Prácticas Agrícolas en seis de sus 20 Ángel A. 1996. El reto de la vida. Ecosistema y cultura.
hectáreas, mientras que las 14 restantes se arriendan a Una introducción al estudio del medio ambiente.
distintos usuarios que incluyen prácticas de revolución Bogotá: Ecofondo.
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