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>> CURADOR En medio de la escena artística contemporánea, el curador ha

tomado protagonismo pleno como intermediario cultural, al punto tal que es difícil
hallar una exhibición carente de su intervención. El término "curador" proviene del
latín curator y significa ´cuidador’, ‘encargado de resguardar un legado’. En
Argentina, la figura del curador llega y se consolida -de forma tardía- a mediados de
la década de los noventa. Su llegada encontró un campo artístico complejo,
atravesado por diversos actores que ostentaban roles protagónicos de corte
canónico (historiadores del arte, galeristas, artistas, conservadores de museo,
coleccionistas, etc). No es sorpresa, entonces, la gestación de un profesional cuya
actividad brinda una necesaria relectura de estos mismos roles del arte, dando
curso así a una nueva configuración interdisciplinaria a la altura de los procesos de
transformación y reformulación que se dan en el seno del arte contemporáneo.

Entre los soportes de investigación que ahondan en su genealogía, Syd Krochmalny


(2007) brinda una serie de factores socioeconómicos y propios de la episteme del
arte que han propiciado la emergencia del curador y su posterior papel protagónico
en el campo. El repaso de estos factores brinda una idea de la creciente
complejidad que enfrenta el sistema de circulación social de artefactos artísticos que
ponen en juego la propia inteligibilidad. En este sentido, Krochmalny cita a Luhmann
para aseverar -muy atinadamente- que es necesario simplificar la hipótesis de
trabajo en tanto complejidad, y es por este mismo motivo que una figura como la del
curador se torna imprescindible para acompañar y reducir el impacto de las
constantes mutaciones que sufre la escena artística.

Progresivamente, el curador va tomando a su cargo distintas incumbencias que


antes estaban repartidas entre un gran número de individuos. Es preciso destacar
que dicha disrupción no fue pacifica, sino mas bien centro de controversias y
conflictos que se fueron suscitando en la medida que su figura tomaba relevancia.
Siguiendo a Krochmalny, estos conflictos decantan en un quiebre polar entre dos
posiciones que fueron encarnando estas prácticas. Por un lado, la figura del curador
independiente, aquel con sólida formación académica y fuerte foco por la teoría y el
concepto como piedra angular de su actividad. Su par antagónico, el curador artista,
es aquel proveniente de las prácticas artísticas en primera persona, fiel a sus
propios criterios estéticos y a su mirada intrínseca que pregona una propuesta
superadora frente a quienes resultan ajenos (outsiders) a las mismas. Pero el autor
afirma una tercera existencia de jerarquía mayor. Los curadores institucionales son
‘curadores de curadores’. Naturalmente encarnados por funcionariado del sector
público en materia cultural, u oriundos del board de grandes instituciones
museísticas, el curador institucional ejerce un poder creativo-estratégico para
delimitar conceptos de alta trascendencia en el campo de las artes.

Teniendo presente esta relación tensa marcada por el contexto histórico de la


actividad, el curador Rodrigo Alonso ofrece una mirada contemplativa en Curadores
- Entrevistas de Jorge Gumier Maier publicado en 2005. Alonso, curador
independiente siguiendo la propuesta de Krochmalny, denuncia una suerte de
impronta marcada por el Centro Cultural Rojas en los años noventa (por entonces
con el propio Gumier Maier a la cabeza) con el objeto de generar un foco discursivo
estético propio por fuera del “oficial”. Este movimiento artístico alimenta una suerte
de enfrentamiento entre dos discursos que aún hoy sigue vigente y sirve para
comprender cómo se orquesta la poética del curador en estos días.
Actualmente, la actividad del curador aún sigue siendo reformulada, acompañando
las cambiantes tendencias a las que se circunscribe el mundo del arte. Su función
es claramente discursiva, abogando por la necesidad de determinar un
funcionamiento de las obras en el marco del sistema de circulación social del arte.
Mediante la edición de contenidos genera nuevas identidades en sus muestras. Tal
como acusa Rodrigo Alonso, el curador plantea una lectura sobre las obras que
selecciona. Nada en su actividad es adrede, todo forma parte de una significación
mayor para la cual hace valer un criterio de selección en función del concepto que
se busca transmitir. Para tal fin, las producciones curatoriales promueven la
contextualización discursiva de las obras, tomando partida por un pronunciamiento y
descartando otros. No se valen únicamente de un soporte, sino buscan propagarse
entre múltiples dispositivos como textos, catálogos, guiones, inscripciones,
combinando y experimentando múltiples lenguajes.

La actividad curatorial esta enmarcada en un vasto campo de aplicaciones


interdisciplinarias que implican un dialogo activo entre sí. En ocasión del octavo
aniversario de Proyecto PAC, una plataforma interactiva para la investigación,
producción y contextualización del arte contemporáneo cuya sede esta ubicada en
el barrio de Palermo, Gachi Prieto -su fundadora, coordinadora y galerista-
comentaba para la revista Ramona que “el curador es un profesional multifacético,
que tiene que llevar a cabo una tarea de gestión que es compleja: gestión de ideas,
de espacios, de recursos, y de personas… porque está todo el tiempo involucrado
con otros”1.

1Hipolitti, F. (2019, 06 de marzo). Proyecto PAC: 8 años de impulso a la escena del arte contemporáneo.
Recuperado de http://www.ramona.org.ar

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