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Gardner, Richard. “Collection development policies”. – En su : Library


collections : their origin, selection, and development. – p. 221-231.

Traducción de Claudia Bazán y Karina Debard.

Políticas de desarrollo de colecciones.

Cada biblioteca debería tener razones para seleccionar materiales


para sus colecciones. Lo que es más, debería estar dispuesta y deseosa de
escribir esas razones en una política de desarrollo de colecciones. (Los
términos “políticas de selección” y “política de adquisición” son a menudo
usados como sinónimos por “políticas de desarrollo de colecciones”, sin
embargo esto último es un término más comprensivo y es más apropiado para
nuestra discusión ya que el desarrollo de colecciones involucra más que
sólo selección y adquisición, como hemos visto en los capítulos
precedentes). Una política de desarrollo de colecciones es una declaración
escrita que es tanto una herramienta de planificación cuanto un mecanismo
de comunicación. Su finalidad es clarificar objetivos y facilitar la
coordinación y cooperación, tanto dentro de una biblioteca o sistema de
bibliotecas y entre bibliotecas cooperantes dentro de una región. Si está
bien hecha debería servir como una herramienta de trabajo diario que
provee las guías necesarias para llevar a cabo la mayoría de las tareas
dentro del área de construcción de colecciones.

Propósito.
En los 50 y principios de los 60 la política de desarrollo de
colecciones (usualmente entonces llamadas simplemente políticas de
selección) fueron escritas como parte de una defensa contra la censura y
en apoyo a la libertad intelectual. La época McCarthy había originado
muchos ataques sobre ciertos libros y revistas en las colecciones de
biblioteca y los bibliotecarios sentían la necesidad de una declaración
escrita de los motivos por los que la biblioteca estaba coleccionado tales
materiales que pudiera ser mostrado en caso de queja. El personal de la
biblioteca también sentía la necesidad de contar con apoyo por parte de
los grupos de gobierno y así intentaron hacer que esos cuerpos adoptaran
políticas escritas de selección que estarían disponibles como un resguardo
en caso de crisis. En los finales de los 60 y principios de los 70 las
bibliotecas que produjeron políticas de desarrollo de colecciones lo
hicieron principalmente por un interés por las responsabilidades sociales.
A menudo la escritura de una política de desarrollo de colecciones fue
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parte de un estudio general sobre si la biblioteca estaba sirviendo a la


comunidad entera a la cual debía servir o solo a los pocos seleccionados
que hacían el esfuerzo de usarla. ¿Tenían las colecciones o solamente para
los intelectualmente superiores?. En la segunda mitad de los 70 la
racionalidad detrás de las política de desarrollo de colecciones cambiaron
otra vez. Esta vez, disminuyendo los fondos para las colecciones
bibliotecarias cada vez más escasos originaron la necesidad de asegurar
que todos los fondos estuvieran siendo gastados tan inteligentemente como
fuera posible, que hubiera incluso un plan racional de acción que pudiera
ser defendido ante las autoridades presupuestarias y el público.
Una política de desarrollo de colecciones puede ser un conjunto de
objetivos teóricos o una declaración de práctica real. Idealmente es un
conjunto de objetivos basados sobre practica real -esto es, algo que puede
ser puesto en practica pero al mismo tiempo será un desafío para que el
personal funcione mejor. Debería ser algo más que solo un artilugio, como
algunas de las primeras políticas de selección desafortunadamente fueron
una mera bandera ondeando para mantener los lobos a distancia. Debería ser
una herramienta de trabajo cotidiana, algo que provee las respuestas para
la mayoría de los problemas encontrados en la rutina diaria. Si una
política de desarrollo de colecciones va a ser exitosamente escrita,
requiere de un input desde tanto el personal de la biblioteca a todos los
niveles y la clientela de la biblioteca (si es posible, los usuarios
potenciales, como también los usuarios reales). Eventualmente la política
debería ser entregada a los cuerpos de gobierno bibliotecarios y adoptada
por ellos como una política bibliotecaria oficial. En el curso de la
entrega podría haber revisiones, pero una política satisfactoria tanto
para el personal como para el equipo de gobierno, debería ser producida;
una que no tenga el apoyo del cuerpo de gobierno es de poca utilidad a
largo término.
¿Por qué son las políticas de desarrollo de colecciones necesarias?
Hay un número de buenas razones:

1) Una política de desarrollo de colecciones fuerza al personal de la


biblioteca y al equipo de gobierno a pensar a través cuidadosamente los
objetivos de la biblioteca y, ponerlos en papel, para comprometerse a
sí mismos con esos objetivos. Las bibliotecas necesitan identificar
las necesidades de largo y corto rango de sus clientes y establecer
prioridades para la asignación de fondos para satisfacer esas
necesidades.
2) Una política de desarrollo de colecciones ayuda a asegurar que la
biblioteca se comprometerá seriamente a servir a todas las partes de la
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comunidad y no se contentara con servir solamente a su clientela


actual.
3) Una política de desarrollo de colecciones ayuda a establecer estándares
de calidad para la inclusión y exclusión (selección y descarte) de
materiales.
4) Una política de desarrollo de colecciones informa al usuario, a los
administradores y a los cuerpos de gobierno y a otras bibliotecas en el
área, de la cobertura y naturaleza de la colección. Esto facilita la
coordinación del desarrollo de colecciones entre diferentes
instituciones dentro de un área o región.
5) Una política de desarrollo de colecciones ayuda a minimizar prejuicios
personales por parte de los selectores individuales. Cuando un
bibliotecario tiene que defender cierta selección en términos de
criterios pre-acordados, es mucho menos probable que gustos o disgustos
personales sean impuestos sobre la colección. Un desbalance en un área
es pronto percibida como en disonancia con la política general.
6) Una política de desarrollo de colecciones sirve como una buena
herramienta de entrenamiento en servicio para los nuevos miembros del
personal.
7) La política de desarrollo de colecciones ayuda a asegurar la
continuidad cuando el personal o el equipo de gestión cambia. Es
difícil para los nuevos miembros del staff orientarse a sí mismos
rápidamente hacia una nueva colección, particularmente si es de gran
especialización y tamaño. Las guías sobre lo que ha sido hecho en el
pasado y por qué son una enorme ayuda, si solamente para decidirse a
adoptar una nueva política. Ellos también pueden evitarle al personal
de la biblioteca crítica no deseada por parte de las entidades de
gobierno, quienes pueden también preguntarse por qué algo está o no
está siendo hecho. El tema de la continuidad en la selección ha sido
siempre un problema. Esto afecta tanto a las bibliotecas públicas, en
las cuales solo los cambios del personal afectan el desarrollo de
colecciones y en las bibliotecas académicas, en las cuales cada cambio
de facultativos en un campo del conocimiento puede afectar en gran
medida la colección en esa área.
8) Una política de desarrollo de colecciones provee un medio para que el
plantel superior evalúe su propio funcionamiento periódicamente. Es
también una herramienta de uso para evaluar el funcionamiento del
personal de la biblioteca -un punto muy importante en estos días de
responsabilidad pública creciente.
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9) Una política de desarrollo de colecciones también ayuda a demostrar al


público que la biblioteca esta llevando a cabo una transacción la cual
es vitalmente importante en relaciones públicas.
10) Una política de desarrollo de colecciones provee información que
asistirá en el proceso de asignación presupuestaria.
11) Una política de desarrollo de colecciones contribuye a la eficiencia
en las operaciones internas en que muchas decisiones de rutina pueden
ser hechas para todo y para siempre y no necesitan ser consideradas
cada vez que ellas surgen. Los miembros del staff, particularmente
aquellos de bajo status, a menudo aprecian mucho tales decisiones
políticas, las cuales hacen la vida más simple para ellos.
12) Finalmente, una política de desarrollo de colecciones puede servir
como una herramienta para responder las objeciones individuales o de
grupos interesados en la compra o rechazo de títulos específicos.
También provee de una guía para el manejo de tales quejas. Así tomando
decisiones ad-hoc, hechas en un instante, cuando no es probable que
prevalezca el pensamiento calmo y tranquilo.

Contenidos
¿Qué es lo que contiene una política de desarrollo de colecciones?.
Ellas deberían, primero de todo, preocuparse por los clientes a ser
servidos y sus características. ¿Qué grupos de edades van a ser
incluidos?, ¿qué grupos étnicos?, ¿Qué niveles educacionales?. En segundo
lugar, ¿qué tipos de programas serán apoyados?, ¿va a apoyar la biblioteca
a la investigación, la instrucción, la referencia, la información general,
o la recreación?. Finalmente, qué límites van a ser establecidos para la
colección?. Estos son multifacéticas. ¿Qué materias, y en qué profundidad
van a ser coleccionadas? (la profundidad de la cobertura variará
probablemente con la materia, particularmente con las bibliotecas
académicas). ¿Qué formas de materiales van a ser coleccionados? -libros,
periódicas, microprints o materiales audiovisuales, etc. ¿Qué idiomas van
a ser utilizados? (otra vez, es más probable que varias materias tendrán
una influencia sobre el idioma). ¿Qué niveles de materiales van a ser
considerados -materiales académicos, materiales populares, materiales de
interés para adultos pero de fácil nivel de lectura?, ¿cuántas
duplicaciones se permitirán?, ¿de qué tipo de materiales y por qué
razones?, ¿qué compromisos, locales, regionales y aun nacionales existen
para la cooperación?. Esto tendrá un efecto definitivo sobre la política
de colección de la institución.
Cada materia debe ser examinada a la luz de una (1) Las fortalezas
existentes en la colección, (2) El nivel actual real de la colección, (3)
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el nivel deseable de colección para satisfacer adecuadamente el programa


de necesidades de la institución. Hasta qué punto las materias necesitarán
ser divididas en categorías en entidades separadas para consideración,
indudablemente dependerá del tamaño de la biblioteca. En instituciones
grandes las materias necesitarán probablemente ser examinadas en detalle
considerable. siendo dividas a menudo por área geográfica y período
cronológico, en las bibliotecas pequeñas, particularmente en las
bibliotecas públicas en un tratamiento más general, usualmente probará ser
más adecuado. Un área de materia entera, por ejemplo, sin división
adicional, temas de interés especial, tales como historia local, puede
requerir consideración especial, sin embargo siendo excepciones al patrón
general de la colección. Sólo como cada área de materia necesitará
atención así, en la mayoría de los casos, lo serán también cada forma del
material bibliotecario. Cada uno tiene su propia característica y
necesidades individuales y necesita consideración individual.

Formulación
¿Cómo es escrita una política de desarrollo de colecciones?. Esto no
es una tarea fácil y a menudo se necesita mucho tiempo para recolectar
información. Primero de todo la comunidad de usuarios debe ser examinada,
quién es servido o debería ser servido. La información puede ya estar
disponible desde las fuentes dentro de la ciudad o la institución,
particularmente desde oficinas de planeamiento, si no lo es, entonces, la
biblioteca debe considerar modos de obtenerla. Encuestas pueden haber sido
llevadas a cabo, en cualquier caso, una investigación considerable será
necesaria. La tarea próxima es usualmente el examen de la practica actual.
Cómo están hechas las cosas ahora y por qué razones, solamente entonces
pueden los bibliotecarios determinar si los procedimientos son adecuados o
si deben realizarse cambios. La colección existente debe ser estudiada en
algún detalle para confirmar sus fortalezas y debilidades. Después de que
esto ha sido determinado, entonces las razones detrás de las fortalezas y
debilidades deberían ser buscados. La mayoría de estos serán históricos y
los miembros del personal responsables por la selección deberán ser
consultados. Conociendo porqué algo fue hecho en el pasado a menudo ayuda
a determinar las acciones presentes o las políticas futuras.
Las restricciones sobre qué puede ser hecha necesita ser reconocido
temprano en el proceso de escribir una declaración de políticas. Las
restricciones pueden ser puramente financieras, pero a menudo, también
involucran limitaciones espaciales. Esto puede afectar los tipos de
materiales a ser seleccionados, los microprint antes que copias en papel,
por ejemplo. Compromisos con redes para compartir materiales y para
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cooperación con otras bibliotecas imponen restricciones, si ellos prueban


ser demasiado restrictivos ellos tendrán que ser renegociados, pero no
pueden ser ignorados.
En este punto o tal vez incluso antes de embarcarse sobre cualquiera de
las tareas delineadas aquí. Las políticas de desarrollo de colecciones de
otras bibliotecas deberán ser examinadas para determinar exactamente que
está involucrado en la creación de tal documento. Afortunadamente las
compilaciones de ejemplos de políticas de desarrollo de colecciones han
sido publicadas1. Ellas dieron ejemplos de políticas de diferentes tipos y
tamaños de bibliotecas y encuestas de partes individuales de políticas.
Desde esto muchas guías pueden ser derivadas. El comité de desarrollo de
colecciones de la división de servicios técnicos y recursos de ALA también
público en 1977, guías para la formulación de políticas de desarrollo de
colecciones (véase Apéndice 1)a. Mientras estas guías fueron hechas con
las grandes bibliotecas académicas en mente, ellas pueden ser seguidas en
general por todos los tipos de bibliotecas.
Las políticas de desarrollo de colecciones usualmente consisten de las
siguientes secciones y son organizadas de la siguiente forma:
1) Introducción. Esta explica por qué la política ha sido escrita y para
quién. También describe, a veces en profundidad considerable la
comunidad que va a ser servida.
2) Filosofía y objetivos. Los objetivos de la biblioteca y su institución
matriz, si hay alguna, están mencionadas aquí, tanto la necesidad
teórica y práctica necesita ser considerada.
3) Declaración de selección. Esto es el corazón del desarrollo de
colecciones y usualmente toma la cantidad más grande de espacio. Los
siguientes ítems necesitan ser considerados: ¿Quién hace la selección,
cómo es hecha? ¿Qué es lo que se hace?. A menudo la política
determinará qué criterios van a ser usados en la selección de
materiales (similar a los delineados en el Capítulo 8b) y qué ayudas
para la selección van a ser usadas (tales como aquellas listadas en los
Capítulos 6 y 7c). ¿Dónde cae la responsabilidad por la selección de
materiales debería ser cuidadosamente puesto por escrito. En este
punto, varios campos de materias deben ser considerados. ¿Qué niveles
de selección deberían existir para cada materia?. Las Guías RTSD

1
Calvin J. Boyer and Nancy L. Eaton (eds.), Book Selection Policies in American Libraries : an anthology of
policies from College, Public and School Libraries (Austin, Tex. : Armadillo Press, 1971); Library Axquisition
Policies and Procedures, ed. By Elizabeth Futas (Phoenix, Ariz : Oryx Press, 1977).
a
Nota de las traductoras: El Apéndice 1 se titula: Collection Development Policies.
b
Nota de las traductoras: El capítulo 8 refiere a la selección y se titula Selection: Theory and Principles
c
Nota de las traductoras: El capítulo 6 se titula Rewiews and Reviewed; el 7 se denomina Aids to Retrospective
Collection Development
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sugieren cinco niveles: cobertura, investigación, estudio, básico y


mínimo. Algunas bibliotecas reducen esto a cuatro niveles: nivel por
edad, por idioma y por formatos especiales, que se debe tratar con
todos estos, y puede ser preferible tener una sección separada para
cada formato. Finalmente las limitaciones presupuestarias han de ser
consideradas.
4) Áreas problemáticas. Estas usualmente incluyen lo siguiente:
duplicación de materiales y números de copias compradas, reemplazo de
gastados o perdidos. Encuadernación y manejo de la desiderata. En este
punto, puede ser necesario considerar, rústica, bajo qué condiciones
ellos serán agregados a la colección además de ítemes en tapa dura.
Algunos otros tipos de libros también presentan problemas,
particularmente libros de texto. Muchas bibliotecas académicas, por
ejemplo, tienen una política de no agregar libros de texto que han sido
asignados para un curso a la colección de biblioteca. Se espera que los
estudiantes compren esos libros de texto o que sean adquiridos para el
uso de estudiantes con los fondos para libros de textos. Las
disertaciones son otro tipo de material que requiere decisiones
especiales. Los materiales pueden estar en otros formatos que libros,
son usualmente considerados como la quinta parte. Aunque no hay razones
para que la parte cuatro y cinco no puedan estar combinadas en una sola
sección.
5) Formatos especiales. Esta sección usualmente trata con los formatos que
no son libros, tales como publicaciones periódicas, diarios, panfletos,
manuscritos, microprints y una multitud de tipos de materiales
audiovisuales. Materiales basados en computadoras (bases de datos)
también caerían dentro de esta categoría como así también archivos de
información local compilados para ayudar a la información de las
bibliotecas públicas y a los servicios de referencia.
6) Donaciones. ¿Qué hacer con los materiales dados a la biblioteca?. Esto
requiere una declaración separada. Se espera que la biblioteca decida
aplicar los mismos estándares para la selección de materiales donados
que los que se aplican para la compra de materiales. Existe siempre el
peligro de bajar los estándares aunque los costos del proceso de
almacenamiento son tan altos para las donaciones como lo son para las
adquisiciones.
7) Expurgo. Como con la selección, la responsabilidad por el expurgo debe
ser asignada. Qué va a ser expurgado y cómo son otras preguntas.
Generalmente debe ser decidido el modo en que los materiales van a ser
descartados.
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8) Libertad intelectual. Aunque este tema ya no domina las políticas de


desarrollo de colecciones como lo hizo en la era McCarthy es aún un
área muy importante, y probablemente requiera una consideración más
detallada por parte del equipo de gobierno que por parte de los otros
temas, ya que ellos indudablemente serán traídos dentro de la
discusión. La mayoría de las políticas de desarrollo de colecciones
reproducen en forma completa el Estatuto de la biblioteca de la ALA y
la declaración conjunta de la ALA y el Consejo de los Editores
Americanos de Libros titulada “La libertad de leer” (véase apéndice 3).
Otras declaraciones de la ALA sobre clasificación y sobre el manejo de
materiales para niños o adultos jóvenes puede ser incorporado. El
Consejo Nacional de Profesores de Inglés ha también editado materiales
de ayuda que pueden ser citados. La parte más importante de esta
sección es un plan detallado de cómo las quejas van a ser manejadas y
qué se va a hacer cuando la biblioteca es el tema de una campaña por
parte de un individuo o un grupo para hacer que se retiren materiales.
Los formularios para quejas a ser llenados son herramientas útiles
para, anexar aquí. (Más será dicho en el capítulo 14 acerca de cómo
deberán ser manejados los problemas de censura).
9) Revisión. Se necesita tomar decisiones sobre cómo va a ser mantenida la
política de desarrollo de colecciones y cómo y por quien va a ser
revisada. Se comprometen muchas horas de trabajo en la creación de una
política de desarrollo de colecciones y no debería ser permitido que se
desactualice. La revisión periódica y la actualización son tareas más
simples que reescribir la política después de un largo período de
desatención. Lo que es más, el personal, el equipo de gobierno y el
público pronto perderán fe en un documento que no tiene relación con la
situación actual. La política de desarrollo de colecciones debe ser
revisada para cuidar cada decisión. Las políticas deben ser flexibles y
no suficientemente generales para encargarse de algunos cambios en el
énfasis, pero ellas deben ser reexaminadas al menos anualmente para ver
si la biblioteca esta siguiendo esas normas, sino razones deben ser
buscadas y las necesarias revisiones incorporadas en la política. Tal
vez la posición financiera de la biblioteca ha cambiado radicalmente.
Tal vez hubo un cambio en el equipo de gobierno y en su pensamiento,
tal vez una nueva administración desea acentuar diferentes aspectos del
servicio. Tal vez la currícula académica universitaria ha cambiado y la
biblioteca deba reaccionar de acuerdo con eso. En todos esos casos, la
política de desarrollo de colecciones necesita ser reexaminada y
revisada donde sea necesario.
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Escribiendo y adoptando la política.


Ahora que hemos discutido qué debería contener una política de
desarrollo de colecciones, necesitamos considerar los problemas de hacer
que se escriban y se adopten. El personal de la biblioteca es
probablemente el único grupo que tiene el conocimiento necesario y la
experiencia para escribir una declaración política. Esto no significa que
ellos no deban buscar ayuda en e información de otros grupos,
particularmente de usuarios de biblioteca, pero en el análisis final, son
ellos quienes deban escribirla. Una vez que ha sido escrita, debería ser
presentada al cuerpo de gobierno de la biblioteca y/o a los
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administradores para la aprobación . La revisión puede ser necesaria si
este cuerpo no acuerda con todas las actitudes o decisiones adoptadas por
el personal. El personal de la biblioteca puede necesitar instruir a las
autoridades sobre ciertos puntos. Una discusión completa y abierta -y la
aceptación por parte del personal de las revisiones necesarias a fin de
satisfacer al cuerpo de gobierno- es infinitamente preferible a que este
grupo o un individuo desoigan la política en un momento de crisis. El
cuerpo de gobierno y la administración necesita estar totalmente informado
de las implicancias de todas las partes de la política. Esto es
particularmente importante en lo que respecta a compromisos financieros y
a todos los aspectos relacionados con la censura y la libertad
intelectual. Lo que uno debería tratar de evitar es hacer que el cuerpo de
gobierno o la administración realmente tome parte en la redacción del
documento. Después de que tienen lugar las discusiones, el personal
debería volver al borrador con todas las sugerencias que han sido hechas.
Un documento revisado debería ser entonces presentado a las autoridades
para más discusión e (idealmente) aprobación. Si las diferencias entre el
plantel y el cuerpo de gobierno son tan amplias que ellas no pueden ser
superadas en la declaración de la política de desarrollo de colecciones,
entonces tendrá que haber indudablemente una separación de los caminos. El
cuerpo de gobierno podría bien decidir que se necesitan diferentes
administradores para la biblioteca.
Debería ser enfatizado que la política de desarrollo de colecciones,
ya que trata con temas controversiales, necesita ser formulada en calma y
quietud, no en un momento de crisis. Una declaración política adoptada
apresuradamente en mitad de la crisis nunca resistirá la prueba del
tiempo. Permanecerá como una solución ad-hoc para un tema particular. Lo
que es más, las quejas pueden ser manejadas con mayor efectividad cuando
existe una política preacordada que cuando las decisiones tienen que ser
hechas en el fragor de la batalla.
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Otro punto a ser enfatizado es que una política de desarrollo de


colecciones debe ser escrita en coordinación con otros bibliotecarios en
el área. Ninguna biblioteca hoy, como he puntualizado antes, existe
aisladamente. Ninguna biblioteca puede esperar ser autosuficiente en todas
las áreas de su colección. Por lo tanto, su compromiso de cooperación,
tanto en un sistema jerárquico o a través de una división de
responsabilidad entre pares, necesita ser considerado. Cualquier política
de desarrollo de colecciones buena y detallada debería asistir a las
bibliotecas vecinas en sus planes de desarrollo de colecciones también, ya
que les informará de las metas de su vecino. Mayor coordinación de
construcción de colecciones debería entonces ser posible.

Resistencia a las políticas de desarrollo de colecciones


Cuando todo esta dicho y hecho, todavía puede ocurrir que muchas
bibliotecas, particularmente las grandes, nunca han adoptado una política
de desarrollo de colecciones. ¿Por qué esto es así? Primero de todo, ellos
pueden no darse cuenta de la importancia de un documento tal. Hay aún hoy
administradores de bibliotecas en posiciones de autoridad que llegaron a
la profesión bibliotecaria antes de que se pensara que tal documento era
importante. Ya que algunos bibliotecarios también piensan a las políticas
de desarrollo de colecciones como artilugios de relaciones públicas antes
que como herramientas de trabajo cotidiano, ellos no ven la necesidad de
escribir un documento tal. A menudo el ímpetu para poner por escrito una
política de desarrollo de colecciones se origina en los rangos más bajos
del plantel de la biblioteca, de individuos frustrados de intentar llevar
a cabo su trabajo cuando no hay guías escritas de desarrollo de
colecciones. Cuando ninguna política escrita existe -concernientes al
personal, desarrollo de colecciones, o a cualquier otro tema- las
decisiones a menudo parecen ser hechas según el capricho del administrador
y cambian de un dìa para el otro. Las políticas que existen solamente en
la cabeza de una persona apenas pueden ser efectivamente llevadas a cabo
por un personal numeroso.
En años recientes, la razón principal dada en la mayoría de las
instituciones para no tener una política de desarrollo de colecciones –una
base racional escrita para las acciones que serán llevadas a cabo- es la
dificultad al crearla. Una gran cantidad de datos son necesarios como
imput para tal política. Esta información no está a menudo disponible
rápidamente, al menos no de una forma utilizable, y por lo tanto debe ser
buscada, incluso creada, a un costo considerable de tiempo y dinero. Puede
ser difícil obtener acuerdos entre las diferentes facciones dentro de una
biblioteca, pero esa es todavía una razón más para arribar a algún tipo de
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política común; de otra forma la biblioteca estará en constante estado de


desorden y acciones conflictivas. Grandes bibliotecas académicas han
tenido las mayores dificultades al desarrollar políticas de desarrollo de
colecciones pero, como las Guías RTSD señalan, es justamente en esta área
que se necesita coordinación. Se espera que las guías estimularán a las
bibliotecas universitarias para hacer el esfuerzo. Ciertamente ellas ahora
tienen algunas Guías que deberían facilitar su camino. Las Guías señalan
la necesidad de uniformidad al detallar niveles de colección de modo que
otras instituciones tendrán alguna idea de lo que esta siendo hecho en una
biblioteca particular. Las grandes bibliotecas universitarias han
encontrado a menudo que un modo de iniciar una política de desarrollo de
colecciones es hacer que varias unidades dentro del sistema, desarrollen
una para su área particular. Esto puede significar desarrollar una
política de desarrollo de colecciones para un área de materia o un tipo de
material. Una política general para todo el campus es entonces
desarrollada desde estas versiones parciales. Adivino que las exigencias
financieras forzarán a la mayoría de las bibliotecas a poner por escrito
lo que sus objetivos de colección son, y cómo se espera que ellos sean
llevados a cabo. Las políticas de desarrollo de colecciones son
herramientas esenciales. Prácticas de gestión sólidas demandan que tales
herramientas sean usadas. Los días en que se confiaba en los caprichos
personales para desarrollar la colección de la biblioteca son parte del
pasado.

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El cuerpo de gobierno variará de una biblioteca a otra. La mayoría de las bibliotecas públicas tienen un
cuerpo de regentes elegidos, pero otras deben ser dirigidas como un departamento municipal. La política en
centros y escuelas medias pueden ser establecidas por el cuerpo del colegio o por un administrador. Las
bibliotecas académicas pueden o no tener comités bibliotecarios; usualmente el bibliotecario es responsable
ante un administrador académico y principalmente ante un cuerpo de regentes. Cualquiera sea el caso, la
biblioteca necesita ganar la aprobación del cuerpo gobernante o administración principal.

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