El cuento literario: es aquel cuento que se trasmite mediante escritura, generalmente se conoce

quien es el autor, por lo general el texto escrito tiene una sola versión, sin el juego de variantes
característico del cuento popular.

Características del cuento literario

Es narrativo, cuenta algo.

Es una narración inventada (ficción) aunque puede apoyarse en hechos reales de la historia o vida
cotidiana del narrador.

Es corto o breve, se desarrolla en pocas páginas, con un desenlace (final) oportuno.

Tiende un tema principal, en un mundo (inventado) ficticio, con elementos diversos: ambientes,
épocas, personajes.

Los tres planos principales de su estructura son:

El mundo narrado: el hecho o evento narrado,

El contenido narrado: transformar la realidad con imaginación y como se expresa.

La forma de expresión: la forma de escribir (expresión lingüística) y del mundo representado,

RECETAS PARA MODIFICAR CUENTOS TRADICIONALES.

1.- Olvídate de un detalle.

2.- Adapta o elimina rasgos físicos o psicológicos, episodios ...

3.- Modernízalo.

4.- Haz genérica una cosa particular o haz particular una cosa genérica.

5.- Altera el orden de los episodios.

6.- Agrega un episodio al final o al principio.

7.- Cambia el tiempo de la acción: primavera por otoño, pasado por presente.

8.- Incluye en un cuento elementos de otro.

9.- Repite un episodio.

10.- Multiplica los personajes.

11.- Modificaciones impuestas por alguno de los cambios anteriores.

12.- Si aparece un animal, cámbialo o haz que sean varios.

13.- Humaniza a personajes animales.

14.~ Animaliza a personajes humanos.

15.- Conviértete en el protagonista.

16.- Adapta el ambiente en el que se desarrolla.

Se llama narrador omnisciente a aquel que se caracteriza por contar una historia en 3ª persona y
que aparte de ello no es un personaje del relato, sino que se encarga de transmitirlo desde fuera
del mismo. Tal y como lo indica su nombre, este es un tipo de narrador que funciona como especie
de un dios en la historia; esto se debe a que lo conoce todo sobre los personajes de la historia y las
tramas que se suscitan, puede además predecir el porvenir, suponer y juzgar. Sin embargo suele
ser lo más objetivo que se pueda respecto a la aportación de los datos, con el objetivo de no
condicionar a la persona que está leyendo la historia. El narrador omnisciente era el más frecuente
en las novelas que se presentaban durante el siglo XIX.