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RITOS INICIALES
Acto penitencial: tras una breve pausa de silencio, realiza toda la comunidad
realiza el acto con una fórmula de la confesión general, y la absolución. Los
domingos, y más en pascua, se puede hacer la aspersión del agua bendita.
Gloria: texto que no se puede cambiar y con el cual la Iglesia glorifica a Dios
padre. Lo inicia el sacerdote, o a su vez el cantor o el coro. Se lo canta o recita
en domingos, no en cuaresma y adviento, solemnidades y fiestas, y otras
celebraciones peculiares más solemnes.
LITURGIA DE LA PALABRA
Para las lecturas, primero los lectores deben ponerse frente al altar y realizar una
breve reverencia, e inmediatamente pasar al Ambon, y en caso de ser avisos se
lo hace desde el atril, que debe estar al lado izquierdo del altar. No se hace
reverencia ni la señal ante el sagrario, sino directo a las lecturas.
Aleluya: si se canta el aleluya, no hay necesidad de recitar los que están antes y
después de la antífona del evangelio. Se lo hace de pie. Se canta en todos los
tiempos, menos en cuaresma
Evangelio: de pie para la lectura, toda la asamblea gira un poco el cuerpo con
dirección hacia donde se está proclamando el evangelio, ya que es el centro de
atención.
LITURGIA EUCARÍSTICA
* No hay moniciones por las ofrendas, en todo caso, opcional, se puede hacer
una monición general, y que no se mencione los elementos.
Inicia la plegaria eucarística, (hay 4 comunes) en las cuales hay palabras claves
que nos indican el momento para ponernos de rodillas:
+… ofreció un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta su ocaso; de
rodillas
La oración termina cuando el celebrante diga: „tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos” y la respuesta conclusiva del pueblo es amen.
Rito de paz: la paz en conveniente dársela a quienes estén a nuestro lado, sin
alterar el orden. Por lo tanto se puede suprimir la paz en las celebraciones como:
misa de 15 años, bautizos, matrimonios, y misa de difuntos. En el rito romano,
no existe canto de paz.
*Conviene no subir a dar la paz al sacerdote, ni a los con celebrantes, y tampoco
a los ministrantes por motivos de orden.
Luego del rito de paz, se pasa al „cordero de Dios‟ que puede ser cantado o
recitado, acompañando a la fracción del pan.
Durante la comunión se puede acompañar con unos cantos adecuados; una vez
terminada la distribución del cuerpo de Cristo, cesan los cantos e inicia el
silencio para la oración personal.
RITOS FINALES