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Guía básica de liturgia

San Juan XXIII


El Papa Bueno

“Nunca vaciles en tender la mano; nunca


titubees en aceptar la mano que otro te tiende.”
Gestos litúrgicos
Manos juntas: señal de respeto y actitud orante. La mejor postura a la
hora de comulgar.
Extender los brazos y elevar a la vez los brazos: al rezar expresa los
sentimientos del alma que busca y espera el auxilio de lo alto. Solo
quien preside la santa misa.

Extender y volver a juntar las manos: deseo del sacerdote de


recoger las intenciones y deseos de todos para ofrecérselos a Dios.
Señal de la cruz: venerar la cruz, y sellar con ella nuestra persona
cristiana y fortalecerla para hacer el bien.
La reverencia: ante imágenes, el altar, al recibir la comunión. Se hace
despacio y solo con la cabeza.
Reverencia profunda: de rodillas o inclina el cuerpo, cuando se
ofrece el pan y el vino, y en la exposición del Santísimo.
El beso: el sacerdote besa el altar al comenzar y terminar la misa; es
Cristo quien recibe el beso. Los fieles se dan en la paz. Por motivos
culturales, se da el apretón de manos.
Imposición de las manos: trasmisión de poderes: misiones,
absolución de pecados, etc. En la consagración, manifiesta el poder
del sacerdote de convertir el pan y vino en cuerpo y sangre de cristo
Caminar hacia el altar: peregrinar al cielo; caminamos juntos, no
solos.
El altar: sacerdote, víctima y altar; en el centro de atención durante
toda la eucaristía, y a la cual se le debe hacer reverencia.
MONICIÓN E INTENCIONES

Las intenciones se leen antes de que inicie la celebración eucarística, de igual


manera la monición inicial. Luego de la monición inicial se introduce un canto
para acompañar al celebrante en la procesión hasta el altar o lugar de donde va a
presidir la celebración.

RITOS INICIALES

Saludo: con cual inicia la celebración. Mientras que el sacerdote dice: en


nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, el pueblo hace la señal de la
cruz y al final responde amen.

Sacerdote: El Señor este con ustedes: no es correcto decir „con


nosotros’ ya que el sacerdote habla en nombre de Cristo.
Pueblo: Con tu espíritu: sentido de reconocimiento; respuesta del pueblo
al sacerdote para que pueda celebrar

Acto penitencial: tras una breve pausa de silencio, realiza toda la comunidad
realiza el acto con una fórmula de la confesión general, y la absolución. Los
domingos, y más en pascua, se puede hacer la aspersión del agua bendita.

Gloria: texto que no se puede cambiar y con el cual la Iglesia glorifica a Dios
padre. Lo inicia el sacerdote, o a su vez el cantor o el coro. Se lo canta o recita
en domingos, no en cuaresma y adviento, solemnidades y fiestas, y otras
celebraciones peculiares más solemnes.

Oración colecta: invitación a orar a todos, relación comunitaria.

Monición de las lecturas: terminada la oración colecta se puede hacer la


monición de preparación para las lecturas, e inician la procesión.

LITURGIA DE LA PALABRA

Para las lecturas, primero los lectores deben ponerse frente al altar y realizar una
breve reverencia, e inmediatamente pasar al Ambon, y en caso de ser avisos se
lo hace desde el atril, que debe estar al lado izquierdo del altar. No se hace
reverencia ni la señal ante el sagrario, sino directo a las lecturas.

Al momento de las lecturas, las letras en rojo o en su lugar „primera lectura,


salmo, y segunda lectura‟ no se pronuncia; se inicia directo con el libro de la
lectura tomada.
Ambon: lugar de donde se proclama las lecturas, la homilía y las
peticiones universales.
Atril: lugar de donde se dan los avisas, las moniciones y las peticiones.

Aleluya: si se canta el aleluya, no hay necesidad de recitar los que están antes y
después de la antífona del evangelio. Se lo hace de pie. Se canta en todos los
tiempos, menos en cuaresma

Evangelio: de pie para la lectura, toda la asamblea gira un poco el cuerpo con
dirección hacia donde se está proclamando el evangelio, ya que es el centro de
atención.

Homilía: se centra en la palabra de Dios, y se estima de entre 7 a 12 minutos.

Profesión de fe: se lo recita los domingos y en solemnidades; implica a todo el


pueblo y que este responda a la Palabra de Dios que ha sido anunciada. Lo
recitan el sacerdote y el pueblo, juntos.

Oración universal: peticiones para la salvación del mundo. El orden seria: la


Iglesia, gobernantes, por los necesitados, comunidad.

LITURGIA EUCARÍSTICA

Al comienzo se llevan las ofrendas al altar, esta procesión es acompañada con


un canto. En el caso de una procesión solemne, le acompaña el incienso.

* Quienes llevan los dones, no suben al presbiterio, ni tampoco presentan al


pueblo, solo hacen la entrega al sacerdote y este los presenta al pueblo.

* No hay moniciones por las ofrendas, en todo caso, opcional, se puede hacer
una monición general, y que no se mencione los elementos.

* Orden: pan, vino, luz, agua, flores…

El sacerdote, luego de recibir los dones inciensa el altar, el crucifico entre


otros, y los ministrantes inciensan al pueblo y este se pone de pie.

Sacerdote: Oren hermanos para que este sacrificio mío y de Uds. se


agradable a Dios, Padre Todopoderoso.
Pueblo: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y
gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda la Iglesia.

Oración sobre las ofrendas: invitación a orar junto con el sacerdote.


Santo: toda la Iglesia lo recita juntamente con el sacerdote

Inicia la plegaria eucarística, (hay 4 comunes) en las cuales hay palabras claves
que nos indican el momento para ponernos de rodillas:

+… líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos; de


rodillas.

+… Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; de rodillas

+… ofreció un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta su ocaso; de
rodillas

+… nos explicas las Escrituras y partes para nosotros el pan; de rodillas.

Permanecemos de rodillas hasta que:

- Sacerdote: este es el sacramento de nuestra fe


- Pueblo: anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven Señor
Jesús.

Luego, todos se ponen de pie para presenciar el sacrificio, no conviene quedarse


de rodillas.

Doxología: “por Cristo, con él y en él…” lo la recita el sacerdote, y al final


responde el pueblo con amen. Esta expresa la glorificación de Dios, que se
concluye y confirma con la aclamación del pueblo.

Padre nuestro: el sacerdote inicia la oración y el pueblo debe seguirla. Al final


no se dice „amen‟ porque la oración no termina ahí, sino que sigue con estas
palabras: líbranos de todos los males…”

- Sacerdote: Padre Nuestro…


- Asamblea: que estás… [continua la oración]

La oración termina cuando el celebrante diga: „tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos” y la respuesta conclusiva del pueblo es amen.

Rito de paz: la paz en conveniente dársela a quienes estén a nuestro lado, sin
alterar el orden. Por lo tanto se puede suprimir la paz en las celebraciones como:
misa de 15 años, bautizos, matrimonios, y misa de difuntos. En el rito romano,
no existe canto de paz.
*Conviene no subir a dar la paz al sacerdote, ni a los con celebrantes, y tampoco
a los ministrantes por motivos de orden.

Luego del rito de paz, se pasa al „cordero de Dios‟ que puede ser cantado o
recitado, acompañando a la fracción del pan.

Comunión: el sacerdote toma el pan sobre el cáliz o la patena y hace la


invitación al pueblo a participar. Conviene que quien reciba la sagrada
comunión, lo haga directamente en la boca (solo las manos pecadoras del
sacerdote pueden tocar la sagrada comunión), o a su vez en la mano (signo de
los primeros cristianos). En cualquier caso, conviene, siempre, hacer una breve
reverencia antes de recibir la comunión.

- Sacerdote: el cuerpo de Cristo.


- Pueblo: amen.

Durante la comunión se puede acompañar con unos cantos adecuados; una vez
terminada la distribución del cuerpo de Cristo, cesan los cantos e inicia el
silencio para la oración personal.

RITOS FINALES

Oración final: para concluir el rito de comunión, el sacerdote pronuncia la


oración, con la que se ruega para que el misterio celebrado produzca frutos.

Avisos: luego de la oración postcomunión o final se pueden hacer avisos


generales, o a su vez la monición final. No antes.

Bendición: el sacerdote da la bendición final y se despide del pueblo. en


ocasiones se puede usar formulas solemnes o a su vez alguna oración por el
pueblo.

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