FE Y MARKETING

Los evangelistas crecen y ahora avanzan sobre la clase media y

los jóvenes
Más del 10 por ciento de la población profesa esta religión, contra el 2% que lo hacía
hace 15 años. Llegan a cárceles, comedores y villas, y tienen, entre sus distintas
ramas, más de 15 mil congregaciones. Ahora llevan su prédica a los sectores medios.
Los creyentes aportan dinero y defienden a sus pastores. Para la Iglesia Católica,
“lucran con el dolor ajeno.”
Por Camila Brailovsky

“¡Quema, quema!”, grita el pastor, y los cientos de fieles, de pie y con las manos alzadas, repiten al
unísono: “¡Quema!, ¡Quema!”. El que quema es el Diablo, y la escena se monta en la iglesia Rey
de Reyes un domingo por la noche, en pleno barrio de Belgrano. Pero el mismo o similar ritual se
está dando al mismo tiempo en 15 mil congregaciones evangélicas distribuidas en todo el país:
más de 5 millones de almas que adhieren a su prédica efectista, en la que el aquí y ahora es tan
importante como la vida en el Más Allá, son la prueba fehaciente de que el movimiento evangélico
es ya uno de los principales cultos del país y gana cada vez más espacio sobre las religiones
tradicionales. Su peso, sin embargo, no se debe sólo a que representan más del 10 por ciento de
la población, lo que ya significa un crecimiento exponencial si se tiene en cuenta que hasta hace
15 años eran tan sólo el 2%, sino que además se hacen sentir como pocas colectividades. “Es que
nosotros no nos quedamos esperando que las personas se acerquen, salimos a predicar la palabra
del Señor”, justifica el pastor Ciro Crimi, presidente de la Federación Confraternidad Evangélica
Pentecostal (FECEP). Llegan a donde el Estado no, como villas, comedores y penales; de hecho,
la Unidad 25 Cristo la Unica Esperanza es una cárcel en la que tanto los presos como los
celadores y autoridades pertenecen al culto evangélico.
Al no tener la rigidez institucional del catolicismo, cada templo tiene mayor libertad de acción.
“Anteponen a su presencia institucional la construcción de una red de relaciones interpersonales,
capaces de proporcionar recursos simbólicos e incluso materiales a quienes se encuentran en
situación de vulnerabilidad”, explica Juan Cruz Esquivel, sociólogo especialista en temas de
religión. “El Dios en el que el evangelista cree no lo dejará caer jamás en la enfermedad o la
pobreza.” Y es por esto que su discurso penetra con mayor fuerza entre las clases populares,
aunque de a poco también lo hace en los sectores medios y altos. El pastor Víctor Addolorato,
titular del Consejo Pastoral de Vicente López, lo confirma. “Actualmente hay una enorme cantidad
de profesionales y gente de otro nivel socioeconómico que participa del espectro evangélico.”
Prueba de ello es la reunión convocada el sábado 29 de septiembre frente a la Quinta de Olivos
para “rezar en época de elecciones”, de la que participaron miembros de la comunidad
involucrados en la vida política.
Los evangelistas parecen haber encontrado también el lenguaje para conquistar a los más jóvenes.
La fórmula, según Alejandro Seselovsky, periodista y autor del libro Cristo Llame Ya, es la
conformación de un mercado joven evangélico muy fuerte: “Con el rock cristiano, con Rescate
como banda principal, llegan a las radios, sellos discográficos, merchandising. Replica al mercado
joven secular, pero con Cristo de telón de fondo”, explica. Crimi considera que el aporte de estas
bandas es muy importante, ya que “sin hacer hincapié en el alcohol o las drogas, dan un mensaje
sano a los jóvenes, que tanto lo necesitan hoy”.
Muchos nuevos fieles evangelistas provienen de las religiones tradicionales, especialmente del
catolicismo, que, según Silvio Alexis Lucena, licenciado en Letras dedicado al estudio de la prédica
de los pastores, “construyen relaciones asimétricas: la comunicación entre el cura y sus fieles está
mediada por una serie de fórmulas preestablecidas”. Esquivel agrega que “la búsqueda de un Dios
menos institucionalizado potenció su crecimiento”.
La Iglesia Católica, sin embargo, no coincide con esto. El presbítero Guillermo Marcó asegura que
“la mayoría de esa gente nunca renuncia a su fe , le siguen rezando a la Virgen aunque escuchen
al pastor”. Su popularidad, según él, se debe a que “lucra con el dolor de las personas”. Como sea,
el número de evangélicos ya iguala a la cantidad de católicos.