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Unidad V
Estudios de la Literatura Medieval, Renacentista y Barroca
(UNGS)
Manierismo
Bajo Renacimiento (siglo XVI)
Capilla Sixtina
Miguel Ángel,
Piedad florentina
o de las cuatro
figuras
(1547-1553)
Giambologna,
también conocido como
Jean Boulogne o Juan de
Bolonia,
Rapto de las sabinas
(hacia 1582)
El Greco. Bautismo de Cristo (izq.,
1608-1614) y El entierro del conde de
Orgaz (abajo, 1586-1588)
Giuseppe
Arcimboldo,
El bibliotecario
(ca. 1566)
Posible retrato
del humanista e
historiador
Wolfgang Lazius
Los cuatro elementos de la Antigüedad (ca. 1566): Agua, Aire
Fuego, Tierra
Las cuatro estaciones del año:
Primavera, Verano, Otoño, Invierno
(1573)
Barroco
(siglo XVII)
Diego de
Velázquez,
Las Meninas
(1656)
Gian Lorenzo Bernini,
Apolo y Dafne (1622-1625)
detalle
detalle
Peter Paul Rubens,
Las tres Gracias
(1636-1639)
Rembrandt, La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp (1632)
Juan de
Valdés Leal,
In ictu oculi
(1670-72)
El primero de los
dos “Jeroglíficos
de nuestras
postrimerías” en
el Hospital de la
Caridad, Sevilla
Juan de
Valdés Leal,
Finis gloriae
mundi (1672)
El segundo de
los “Jeroglíficos
de nuestras
postrimerías”
Juan de
Valdés Leal,
Alegoría de la
vanidad
(1660)
Renacimiento Barroco
ARMONÍA EXTREMOSIDAD
Barroco: algunos rasgos
constante tensión entre opuestos: apariencia y realidad, verdad e
ilusión, engaño y desengaño, naturaleza y artificio, trascendencia
y caducidad, belleza y fealdad, seriedad y parodia, gravedad y
comicidad.
por lo general no se arriba a una síntesis, sino que se mantiene
el juego de tensiones, el desgarro, la unidad en la variedad o el
concierto en el desconcierto; complejidad, pluralidad y movimiento.
cobran fuerza: oposiciones, antítesis, contrastes, paradojas y
apariencias engañosas.
desengaño barroco: intuición de que el hombre vive engañado
por las apariencias y no puede apreciar lo que es verdadero.
se busca conmocionar y producir una impresión profunda en el
público.
Época isabelina en Inglaterra
Reinados de Elizabeth / Isabel I (1588-1603) y James / Jacobo
VI de Escocia (1567-1625) y I de Inglaterra (1603-1625)
“Edad de oro” de Inglaterra. Optimismo.
Fuerte desarrollo económico, cultural y social.
Expansión internacional y triunfo naval sobre España y su “Armada
Invencible”.
“Renacimiento inglés”: florecimiento y renovación del teatro, la
poesía, la literatura, la música y la arquitectura.
Consolidación de la reforma protestante y el anglicanismo.
Subordinación de la iglesia al poder monárquico. Lapso de paz
religiosa.
Absolutismo monárquico: fortaleza de la figura real.
Gobierno centralizado y bien organizado.
Gran potencia naval, militar y mercantil.
Grandes beneficios del comercio trasatlántico, la piratería y el
tráfico de esclavos africanos. Corsarios con “licencia para saquear y
robar”: sir Francis Drake, sir Walter Raleigh.
Impulso a las actividades artesanales y la manufactura.
Era de los descubrimientos.
Renacimiento inglés
Desde comienzos del siglo XVI a comienzos del siglo XVII.
Influencia del Renacimiento italiano y los estudios humanísticos.
Desarrollo relativamente tardío.
Rasgo diferencial: predominio de la literatura y la música frente a las
artes visuales.
Florecimiento de la poesía: Thomas Wyatt, introductor del soneto
en Inglaterra; John Lily; Philip Sidney; Edmund Spenser; John Donne.
Entre los intelectuales y filósofos destacan Tomás Moro, Francis
Bacon y John Dee, erudito, ocultista, estudioso de la magia
hermética y consultor de Isabel I; posible modelo de Próspero.
Book of Common Prayer (1549) y la “versión autorizada” o “del rey
James” de la Biblia, ambos en inglés. Influencia perdurable.
El mayor esplendor se alcanza en el teatro: Thomas Kyd,
Christopher Marlowe, Ben Jonson. La figura central: William
Shakespeare (1564-1616).
La gran cadena del
ser o scala naturae
Todos los seres se
ordenan de manera
lineal, continua,
progresiva y jerárquica,
comenzando por el más
simple y básico hasta
alcanzar al más
complejo y perfecto.
En 1997 se inauguró
una reconstrucción
moderna del Globe, a
230 metros de la
parcela original.
El teatro isabelino se
desarrolló a partir
de la apertura de
grandes teatros
públicos abiertos.
Espectáculo popular,
al que acudían todas
las clases sociales.
Teatro isabelino
Mezcla de géneros, formas y tonos. Por ejemplo: lo trágico y lo cómico,
contrastes, claroscuro, tensión entre opuestos.
La Poética de Aristóteles había prescrito las unidades de tiempo y de
acción; los humanistas añadieron la de espacio. El teatro isabelino
renuncia a estas reglas y se libera de sus limitaciones. Sucesión, variedad.
Emplear a actrices estaba prohibido por la ley. Los personajes femeninos
eran representados por muchachos.
Compañías privadas conformadas por actores, que pagaban a los autores
para interpretar su texto y a otros actores secundarios. Algunos
alquilaban el teatro y otros eran propietarios. Solían tener el patrocinio
de algún noble.
Escenografía, vestuario y efectos especiales reducidos
al mínimo. Un teatro cuyo centro son los parlamentos,
la palabra.
Teatro adentro del teatro.
Uso de la ironía.
Complejidad psicológica de los personajes.