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CUIDADOS DE ENFERMERÍA DURANTE LA TRANSFUSIÓN DE HEMODERIVADOS

La transfusión de sangre es un procedimiento médico que consiste en hacer pasar sangre o alguno de sus derivados de
un donante a un receptor para reponer el volumen sanguíneo, mejorar la hemoglobina y la capacidad de transporte de
oxígeno y otras sustancias, corregir los niveles séricos de proteínas o para compensar un déficit de los componentes de la
sangre.

La transfusión de sangre está indicada para el tratamiento de pacientes que, en un momento determinado, presentan una
carencia de componentes sanguíneos que no puede ser sustituida por otras alternativas. Por ejemplo, algunos pacientes
con cáncer pueden necesitar transfusiones de concentrados de hematíes o de plaquetas porque durante la quimioterapia
la médula ósea puede perder temporalmente la capacidad de fabricar nuevas células sanguíneas. O personas con
hemofilia, una enfermedad que afecta a la capacidad de la sangre para coagularse, necesitan plasma o los factores de
coagulación contenidos en el plasma para favorecer la coagulación y prevenir posibles hemorragias internas.

No debemos olvidar que los componentes sanguíneos son un producto de origen humano y, aunque el proceso de la
transfusión se hace con las mayores garantías de seguridad para el paciente, siempre existen riesgos que deben valorarse
a la hora de decidir si se debe llevar a cabo una transfusión o no. Por eso hay que considerar la causa que motiva la
indicación, cuál es el objetivo a conseguir, si hay alternativas terapéuticas, o los posibles efectos desfavorables que pueda
provocar la transfusión.

ACCIONES PREVIAS A LA TRANSFUSIÓN

 Solicitud de transfusión: correctamente cumplimentada y firmada por el médico que prescribe la transfusión.
 Extracción de sangre previa a la transfusión: la muestra debe estar correctamente identificada con todos los datos
del paciente, así como del profesional que realiza la extracción, fecha y hora de la extracción
 Revisión de las órdenes prescritas por el médico: confirmación de transfusión, cantidad, componente, ritmo y
posible administración de medicación previa a la transfusión.
Canalización de vía venosa:

1. Si ya existe una vía periférica, comprobar que funciona correctamente y está permeable, comprobar posibles
signos de infección y la compatibilidad de la transfusión con otros fluidos.
2. Si no existe via periférica, es recomendable utilizar catéteres 18G en extremidades superiores. En el caso de niños
y malas venas, se podrá utilizar catéteres con un menor diámetro.

 Evitar añadir medicaciones o soluciones por la misma vía de forma simultánea: la única excepción es el suero
salino isotónico.
 Control de constantes vitales
 Informar al paciente de la necesidad de comunicar al personal sanitario cualquier incidencia observada durante el
transcurso de la transfusión.

ADMINISTRACIÓN DE HEMODERIVADOS:

 Solicitar al receptor que comunique al profesional su nombre y dos apellidos. Si no es posible, utilizar y contrastar
con otras fuentes de información correctas (familiares, profesionales de la unidad, pulsera identificativa, historia
clínica del paciente).
 A la llegada del componente, se deberá: observar el aspecto de la unidad, integridad y fecha de caducidad, así
como, dejar constancia de la persona que reciba el componente, fecha y hora en la que es recepcionado.
 Verificar que el componente sanguíneo a transfundir es administrado al receptor correcto.
 Comprobación de grupo AB0 ante la transfusión de concentrado de hematíes.
 Una vez iniciada la transfusión, vigilar al paciente durante los primeros minutos.

EQUIPOS DE TRANSFUSIÓN

 El equipo de transfusión contiene un filtro dentro de la cámara de goteo de entre 170 y 260 μm.
 No llenar la cámara de goteo más de la mitad
 Purgar todo el equipo con suero fisiológico.
 Una finalizada la administración del componente, se deberá lavar el equipo con al menos 50cc de suero salino
isotónico.

VELOCIDAD DE INFUSIÓN

 Los primeros centímetros cúbicos de la transfusión de hemoderivados deben hacerse de forma lenta.
 Tras comprobar que la transfusión no ha provocado ningún tipo de reacción, se puede aumentar la velocidad de
infusión
 Factores a tener en cuenta en el ritmo de infusión:

1. Calibre del acceso venoso


2. Viscosidad del componente

ACTITUD ANTE UNA REACCIÓN TRANSFUSIONAL INMEDIATA:

 Detener la transfusión del componente y mantener la vía venosa administrando solución salina isotónica.
 Avisar al médico responsable del paciente.
 Verificar todos los registros, las etiquetas e identificaciones del producto transfundido y del paciente para
determinar si éste ha recibido el componente previsto.
 Control de temperatura, tensión arterial, frecuencia cardíaca, respiratoria y saturación de oxígeno.
 Comunicar de forma inmediata la sospecha de reacción transfusional al personal de banco de sangre y seguir sus
indicaciones.
 Enviar al banco de sangre, la unidad causante de la reacción junto al impreso de registro de reacciones
transfusionales.
 Una vez establecida la causa de la reacción, se tomarán las medidas específicas.

REGISTROS:

 En la historia clínica del paciente ha de constar el consentimiento informado de transfusión firmado.


 Debe quedar constancia de los profesionales que ha intervenido durante el proceso de transfusión, así como, de
todas las indicaciones e incidencias.
 El banco de sangre llevará un registro de todas las solicitudes, unidades, tipo, producto, pruebas de compatibilidad
y el destino final de los componentes.

Es primordial asegurar una correcta trazabilidad desde donante hasta el receptor, con el objetivo de asegurar la calidad y
seguridad durante todo el procedimiento.

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