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ACTAS DEL

SEMINARIO PERMANENTE

FEMINISMO E ITUSTRACION
1988-1992

Coordinadora:CELIA AMOROS

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FEMINISTAS


UNIVERSIDAD COMPLUTENSEDE MADRID

Estas actas se han editado en colaboración con la

DIRECCIONGENERALDE LA MUJER
DE LA COMUNIDADAUTONOMADE MADRID
ESTADO DE NATURALEZA Y FAMILIA. HOBBES:
PER PERVERSAM RATIONEM

Angeles Jiménez Perona

obbes es conocido por ser uno de los primeros y principales teóricos del Estado
moderno, y también como uno de los primeros pensadoresque intenta elaborar una
.-ienciapolítica en sentido estricto. Esto último se traduce en la necesidadque aparece
:ecurrentementeen su obra de construir per rectam rationem la ciencia política que
Jesembocaráen el Estado absoluto. La magnitud de este empeño le obüga a reflexionar
robre las condicionesepistemológicasde posibilidad de su propia taÍea,y a ello dedicagran
parte de su esfuerzoteórico. Esta reflexión es relevanteal punto de condicionar el curso
.¡lteriorde sü pensamientopolítico.
La problemática de la existencia o no de la institución familia¡ en el estado de
:taturalezay, de su mano, la problemáticadel lugar asignadoa las mujeresen su constructo
¡tütico-social, pone de manifiestohasta qué punto el propio Hobbes seciñe a su exigencia
spistemológicade procedefper rectamrationem en la construcciónde la cienciapolítica. En
-s páginasque siguenintentaremos aclatar esta cuestión.

Seránecesario,pues,reconstruirbrevementelas premisasepistemológicasque Hobbes


:< marca.Como todos los pensadoresmodernosintenta fundamentarsu teoría al margende
;ualquier verdad heredada o dogma, y, paÍa ello, hace que arranque de la "raz6n". La
:rueba de esto la tenemosen el Leviathan cuando expone lo que entiendepor oociencia" o
lllosofía": "Por filosofía seentiendeel conocimientoadquirido por razonamientoqueparte
*l modo en que una cosa se genera, para llegar a suspropiedades; o que parte de las

22'1
FEMrNrsMoE ILUSTRAcTóN.19gg.lgg2

propiedades para llegar a algún modo posible de explicar


cómo se generó dicha cosa.s
de producir, hasta donde lo permita er asunto y la capacidad
humana, esosefecro.soz
vida humana requiere.Así, el geómetra,partiendo de lá construcción
de las figuras,dnr-
muchaspropiedadesde las mismas;y partiendo de las propiedades
descubre,haciend.
del razonamiento,nuevosmodos de construcción,a fin de lograr con
ello medir la tic.::r
el agta, y para otra infinidad de usos,,(1).
En esta definición encontramosexpuestostres rasgoscaracterísticos
de la cien-¿
esun conocimiinto que pafte deraruzln;en segundolugar. s
l{l{:::,1{fme1.1i1sar,
conocimientocondicional,y, por último, tieneiinalidad utilitaria.
ü;;;;;;;;:j;,;
el primero de estos rasgos. La caracterizaciln que Hobbes hace
del concepto de r--;r
supone acuñatuno de sussignificadosmodernos:la razón -a sujuicio-
escálculo. Ar,r¡
bien, Hobbes es un nominalista y como tal no puede aceptatsin
más que existauna Ra¡.q
que' como término absoluto,designeun objeto abstracto.
En esamediáa,lo que en realu¡ú
hay son sereshumanos que piensanracionalmente:la razón,
frrar, ,ro es otra cosa quc *
acto que los sereshumanos reaTtzanalrazonar, y ésteconsisteen
lo siguiente:,.Cuanáo:r
hombre razonano hacesino concebiruna suma total, por adiciónde
partes, o concebir ;t
resto, por sustracción"(2). En definitiva, para Hobbes,razonar
es sumar y restar. En el /r
corpore (3). amplta.esta noción y la clarifica al afrmar que
la suma equivale a ¿
composicióno síntesisy la resta a la resolucióno análisis.Conio
cual tenemo, qrr" p.r,*.
racionalmentees hacerlo con arreglo al método compositivo-resolutivo,
esto es, "l -¿r..*,
que en manos de Gaüleo había dado tan buenosresultados
en el ámbito de la c-ienciade -¿
naturaleza.Sin embargo, el modelo de toda cienciapara Hobbes
no es la ciencia natura-
sino la geometría,aunque utilizando el método de lá ciencia natural
garileana.
Efectivamente,la geometríacumple con los requisitosque Hobbá
exige que satisfae,
todo saberque pretendaser "ciencia" o "filosofía", ya que aquélla
es construida per rectan:
rationem a pattir de unas definicionesuniversalesindisiutibles.
Además,es cond-icional.cr.
tanto que es capazde ir a los efectosconsiderandolas causaso
ir a las causasconociendr
previamente los efectos. Y, por último, es un conocimiento
útil, por ejemplo, para t"
agrimensura.Todo ello hace de la geometríaun conocimiento
apodíctico y universal.
Ahora bien, conviene-tener presenteque, segúnestemodeló de
ciencia,es el método
(compositivo-resolutivo)el que impone las condiciones de
racionalidad aí objeto. Est.
significa que la cienciano parte de ios objetos de la experiencia
tal y como se piesentana
los.sentidos,sino que los construye(con irreglo a métüo). El
ejemplo de la construcción-
definición de un círculo aclarael tránsito de la producción
de un objeto al conocimiento
científico del mismo a través de sus propiedadés.Veámoslo:
ante una figura plana que
pareceun círculo la sensación-afirma Hobbes (4)- no nos permite
saberclonceitera si tal
figura es realmenteun círculo. Ahora bien, si ,o-o, capacesde
reconstruirlo atendiendoa
sus causas de generación podremos comprobarro; y, precisamente,
elo es posible
simplementedesplazandoun radio. Es decir, en realidad.sauemo,
de antemanolo que esun
círculo porque hemos hecho su definición y ésta no es otra
cosa que las reglas de su
construcción (sus causas).Por tanto conocer un círculo (o
cualquiér otra fiiura de la
geometría) equivale a poder construirlo según su definición. y,
generalizando,conocer
propiamente un objeto es ser capacesde construirlo a partir
de ia definición del mismo.
Sobre tales objetos susceptiblesde ser "construidos" ca^be
ciencia en sentido estricto. La
ciencia,pues,versa sobre artefactos.
Pero la cienciano sólo secaracterizapor construir su objeto con
arreglo a método, sino
que en estaconstruccióndebepartir de definicionesuniversales.
La geonietría,como saber
228
ANGnr-nsJrMÉNEZP¡noNe

paradigmáticoelegidopor Hobbes, maÍca de nuevo el camino. Efectivamente,la geometría


(Hobbes, como es obvio, piensa en la euclidiana) parle de una serie de axiomas que son
definicionesuniversales,a partir de las cuales se construye la ciencia como una cadena
deductiva.El problema es cómo se obtienentales definicionesuniversales,pues no pueden
procederde los datos de la experiencia,al seréstaúltima siemprede lo particular. Tampoco
son algo subsistenteen sí mismo. ¿Cómollegar,pues,a ellas?Tres elementosentran enjuego
en la solución hobbesiana: raz6n, método y lenguaje. La razón, procediendo según el
método, llega a las definicionesuniversalesque no son sino consensoslingüísticossobre el
significado de determinados principios que van a funcionar como los axiomas de los
Elementos.-. de Euclides.
De acuerdo con este patrón epistemológico que hemos expuesto sumariamente,
Hobbes intenta presentarla poHtica como ciencia en sentido estricto, esto es, intenta la
construcciónracional y la fundamentaciónde esegran artefactou "hombre artificial" que es
el Estado.

il

El punto de partida de la ciencia política hobbesiana nos sitúa en el estado de


naturaleza,que es, como para la mayona de los pensadoresdel momento, una hipótesis
lógica. El hombre en estado de naüxafeza es concebido por Hobbes como un sistema
automático de materia con movimiento autodirrgrdoy fuerzaspropias. Nótesecomo en el
transfondo de esta concepciónhay un mecanicismoque es resultado de la transposición
efectuada por Hobbes del movimiento uniforme propio de la ciencia natural a su
antropologíafi losófico-política.
Esasfuerzaspropias son las pasiones;y, precisamente,dado que son característicasde
todo ser humano, las definicionesde talespasionesson los "axiomas" de los que va a partir
la ciencia política hobbesiana.Ciertamente, Hobbes no se ocupa de las pasionesen su
aspectopsicológico,no le interesancomo premisasfácticas,sino como proposicioneslógico-
sistémicas.
La exigenciade universalidaden las definicionesa la que nos referíamosen el apartado
anterior, lleva a Hobbes a buscarla definición de las dos pasionesque él consideraque están
presentesen todos sus objetos de estudio. Las dos pasiones,de cuya definición parte
Hobbes,son la del amor-deseoy la del odio-aversión:"Lo que los hombresdesean,se dice
tambiénque lo aman.Y sedice que odian aquellopor lo que tienen aversión"(5). A estohay
que añadir que lo que los sereshumanosamar o deseaneso'elbien", lo que odian es"el mal"
(6). Y la ciencia, puesto que debe ser útil, debe proporcionar el bien, esto es, lo que
deseamos.En el casode la cienciapolítica el bien que puedeproporcionar y cuyo logro mide
su utilidad, es la paz, en tanto que condición de posibilidad para la preservaciónde la vida
(que según Hobbes es lo máximamente amado, del mismo modo que la muerte es lo
superlativamenteodiado). La vida, pues,es concebidaen esteesquemaexplicativo como el
movimiento uniforme, propio de los sereshumanos,que tiende a perpetuarsea no ser que
una fuerza contraria lo impida.
El segundoaxioma que está enlaraiz de la construcciín (per rectam rationem) dela
ciencia política es el teorema de la igualdad y uniformidad de los humanos entre sí. En
efecto,todos son mecanismosde estructurasimilar, en tanto que todos poseenlas pasiones
antesdefinidas,aunqueel objeto de las mismaspuedavariar. Además,todos son igualesen

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FEMrNrsMoE ILUSTRACTóN.
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suscapacidades, porque,en último extremo,hastael más débil en fuerza o ingeniopuedr


matar al más fuerte (7); por decirlo con terminología mecanicista: cualquier sistem¡
automático de materia puedeejercerun movimiento contrario al de cualquier otro y, en esr,
medida,anularlo.Por otro lado, Hobbespartetambiéndel postuladode que los bienes(qu..
para el pensadoringlésson siempremateriales,puestoque -a su juicio- lo único real e.
la materia) son limitados en número, 1o cual quiere decir que de la posesiónde ur.
determinadobien por parte de un individuo se siguela no posesióndel mismo por otr(,
individuo.
Sin embargo,si tenemosen cuentalos axiomasanterioresresultalo siguiente:de la.
definiciones de las pasiones se sigue que tanto un individuo como el otro tienden
legítimamenteal mismo bien; por otro lado, del teoremade la igualdadse sigueque tanro
el uno como el otro tienenigualderechoa disfrutarla posesiónde esebien.De aquíconclurc
Hobbesque el enfrentamientoesinevitable.Ahora bien, como puso de relieveMacpherson
en su estudioya clásico(8), esta conclusiónno se desprendenecesariamente per rectan:
rationem (como exige el modelo de ciencia que maneja Hobbes) de las premisa..
mecanicistas. En realidad,esaspremisasdebensercompletadas con un postuladoque afecta
al modelo social anexo a su modelo político. En efecto,Hobbes transponeel modelo de
sociedad competitiva en la que él mismo vive al estado de naturaleza. Este modelo d..
sociedadsecaracterizaporqueen ella hay algunosindividuosque tienenun d.eseo innato de
más poder o, 1oque eslo mismo,de una posesiónde bienescadavezmayor. El restode los
individuosse contentacon mantenersu nivel de bienes(9). Sin embargo,el primer grupcr
sólo puede satisfacersus deseosa costa del segundo,eue, en consecuencia,intenta
defenderse. De aquí la inevitabilidaddel conflicto.Hobbes,por tanto, suponeque el poder
de cadaindividuo compitey se oponeal de los demás:en la condiciónnatural del hombre
hay tres causasde conflicto,a saber,competencia,desconfianzayafánde gloria (10).Y si
esto es propio de la condición natural del hombre implica que el conflicto nunca podrá
desaparecer,sólo cabe canalizarlo. En efecto, en el estado de naturaleza el conflicto se
traduceen la guerrade todos contratodos para sobrevivir,lo cual, setraduceen el modelo
socialanexoal modelopolíticoque surgedel pactoen la competenciade todoscontratodos.
aunque desdeluego esta es una competenciapacífica, regJadapor las leyes del mercado
(propias del capitalismo en esosmomentos emergenteen la Inglaterra del XVID.
El último principio con el que opera Hobbes consisteen presuponerque el individuo.
incluso en el estadode naturaleza,poseeraz6n, es capazde "calcular". Este presupuestoes
necesariopara instaurar la paz, pues solamentela raz6n es capaz de presentara los
individuos la forma de salir del enfrentamiento.Ciertamente,las pasionesles hacen desear
7a paz, pero sólo \a razón puedeinstrumentaresedeseopresentándoles la necesidadde
contratarla mutuamente y de garantizarla instaurando una autoridad externa, el Estado.
Eso lo haceprimariamentelarazón mediantelas leyesde la naturalezaque presentana los
individuosla obligaciónpolítica del contrato como medio para consegurla paz.

III

Las primerascríticasque se presentaroncontra el modelo hobbesianode estadode


naturalezafueron hechaspor Rousseau,y coincidían en esenciacon la idea que evidencia
Macpherson en su análisis: Hobbes transfiere al estado de naturaleza y a la condición
natural del hombre rasgospropios de su sociedady de suscoetáneos.Pero estaacusación

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ANGnr-¡s JrMÉNEzP¡noNr

se puede generahzara todos los teóricos clásicos del estado de naturaleza, incluido
Rousseau.Todos proyectanalgunainstitución sociale histórica en su conceptode estadode
nainaleza. Precisamentetodos, exceptoHobbes,conciben(y asílo explicitan) a"lafamlha"
como una institución propia de algún momento del estadode nairaleza.
En efecto, Hobbes consideraque en el estado de nattraleza no hay ningún tipo de
dominio natural, ni siquierael propio de la institución famfiar; a sujuicio no hay raz1npara
ello, puesto que atributos y capacidadesindividuales se reparten indistintamenteentre l.es
individuos.
En el capítulo XX del l¿viathan, dedicadaal análisisdel dominio paternaly despótico,
se puedecomprobar lo cierto de la afirmación de Carol Pateman segúnla cual Hobbes es
el fundador del patriarcadomoderno (11). Frente al patriarcadotradicional que sosteníaque
la familia era una institución natural y que el poder del padre sobre la familia surgió
naturalmentede las capacidadesy cuidadospaternos, aun cuando su poder pudiera estar
basadotambién en el consentimiento,Hobbes, por su parte, sostieneque la familia es una
institución "artifrciú", construida y que el derechodel padre es puramenteconvencionalo
contractualy, en esamedida, es algo poHticoy no natural. Su patriarcalismoes conyugaly
no paternal. Efectivamente,nuestro autor sostieneque el dominio paternal "no sederiva de
la procreación,en el sentido en que el padre tenga estederecho sobre el hijo por haberlo
engendrado,sino por el consentimientodel hijo, ya sea este consentimientoexpreso o
declarado con otros argumentos suficientes(12). Ademrás,ese dominio en el estado de
nattralezano tiene por qué serdel padre mejor que de la madre:"... en su estadomeramente
natural, donde se suponeque no hay leyesmatrimoniales,ni leyesparala educaciónde los
hijos (...), o bien los padresdisponenentre sí, mediantecontrato, el dominio sobre el hijo,
o bien no determinanesedominio en absoluto(...). Si no hay contrato, el dominio pertenece
a la madre. Porque en la condición de mera naturaleza,donde no hay leyesmatrimoniales,
no puedesabersequién esel padre, a menosque la madre lo declare;y, por tanto, el derecho
de dominio sobre el hijo dependede su voluntad y es, en consecuencia,suyo" (13).
De hecho,continúa Hobbes,en el estadode naturalezaesla madre la que tiene derecho
sobrela prole, pues es ella la que decidecriar o abandonar a su hijo. Si decidecriarlo está
preservándolela vida (el bien absoluto) y ello es motivo de que la criatura se vea sometida
a un pacto de obedienciacon la madre y a un pacto de no convertirseen su enemigocuando
€rezca.Hay que tener en cuenta a esterespectoque Hobbes identifica a la hora de pactar
ruerdo voluntario y sumisión forzosa, o consentimientoy conquista. El problema, sin
cmbargo,es que en el estadocivil absoluto -a diferenciade 1o que sucedeen el estadode
¡aturaleza- hay matrimonios y, por tanto, familias que son la basedel Estado,y en las que
ssel padre el que detentala autoridad de maneraabsoluta.Lapreglnta, por tanto, escómo
st llega a estasituación,es decir, cómo se verifica el cambio de autoridad de las manos de
hs madresa las de los padres.
La hipótesisde Pateman a esterespectoes sumamenteinteresante(14). A su juicio tal
cambio se explica si suponemosque las mujereshan sido hechassiervasantesdel contrato
rrial. IIabna, pues, un contrato sexual previo que sometea las mujeres a los padres en
€alidad de esposasy madres de la prole. El contrato social sanciona e institucionahza
Pqteriormente estasituacióncon el matrimonio. Aunque en la obra de Hobbes no aparece
crplicitado nada que se parezcaa esta hipótesis,sin embargo, sí está en consonanciacon
rxrtas afirmacionesde este pensador.Precisamente,en el capítulo dedicado al dominio
dernal parece suponer como algo posible un enfrentamiento entre los sexos para
t¡erminar el dominio sobrelos hijos en los Estados,enfrentamientoque seresuelveen favor

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Fnrr¿rNrsrr¡o
E ILUSTRACTóN.
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de los padres,pueslas madresya apareceninexplicablementesometidas:'oYaunquealgunos


han atribuido el dominio al varón solamente,por ser el sexo más excelente,se han
equivocadoen esto. Pues no siempreexiste una diferencia de fuerza y prudencia entre el
hombre y la mujer, que seatan claro como para que puedadeterminarsesin discusión quién
tiene derecho al dominio. En los Estados,estetipo de controversiaes decidido por la ley
civil, y generalmente,aunqueno siempre,la sentenciafavoreceal padre,pues,por lo común.
los Estadoshan sido erigidospor los padresde familia, y no por las madres"(15).
Sin embargo,como la propia Patemanseñala(16) a Hobbes sele escapauna reflexión
importante. Si las mujeresen el estadode naturalezaven comprometida su independencia
y seguridadfrente a los varonespor el hecho de cuidar la prole, lo lógico seríapensar que
abandonaríanesaprole antesde versesometidas,conclusiónéstaque sederiva directamente
de las premisasantropológicasde Hobbes. En efecto,si los sereshumanos son sistemasde
materia autodirigidos, básicamenteegoístas,y el cuidado de los hijos les acarceala
servidumbre,o lo que es lo mismo, la pérdida de su autodirección,entonceslo lógico sería
que abandonarana la prole.
Por tanto, las mujeres,para haber sido sometidascomo genérico,o bien han hecho un
mal cálculo (estoes,un mal uso de su razón) que les ha impedido como genéricoprever las
consecuencias provenientesde su decisiónde criar a los hijos; o bien estánhabitadaspor una
pasión altruistapropia y exclusivamentesuya(como si de otra especiehumana setratara): la
de criar a su prole por encimainclusode interesesegoístas.La segundaposibilidadcontradice
las premisasepistemológicasnominalistasdel discursohobbesianoy por 1o que hace a la
primera, ademásde ir también en contra del nominaüsmo, no cabe conciliarla con la
afirmación del mismo Hobbes-recogida aniba de que argüir que los miembrosdel sexo
masculinoson más excelenteses un error (17). En todo caso,lo que sí pareceen un primer
momento coherentecon las tesis hobbesianases que las mujeres como genérico hayan
perdido una gueffa en el estadod,enaturalezafrente a los hombrescomo genérico;de manera
que, al margende su oscuro origen,pareceque en el estadode naturalezase superpondrían
dos guerras,la de todos contra todos y la que se daría entre varonesy mujeres.
En cualquier caso,el resultadode esaguerra seríaque todas las mujeresconvienen
en pactar su sometimiento a los varones. Ahora bien, ¿cómo es posible que todo un
genéricoconsientaen pactar su sujección?En la obra de Hobbes esto no es difícit de
explicar, pues -como ya ha sido señalado- identifica consentimientoy conquista,de
manera que todo pacto ya sea voluntario, ya sea forzoso, es un intercambio de
propiedad,y éstapuedeconsistir ora en bienesmateriales,ora en la propia persona.En
esteúltimo caso,lo que se pacta es obedienciaa cambio de protección. De estaforma,
quien protege determina cómo debe actuar la otra parte para cumplir el contrato.
Todp estoesexplicablesi recordamossu mecanicismo.Ciertamente,lo que interesa
de todo contrato es el resultado,a saber:la preservaciónde la vida, es decir, que todos
los individuos perseverenen su movimiento (la vida). Además,esto es necesariono sólo
desdeel punto de vista de los átomos individuales,sino también desdela perspectivadel
todo social y político: lo importante es mantener el equilibrio de fuerzas,y no que se
destruyan. Ciertamente, podría parecer que el interés hobbesiano se centra en la
preservaciónde los individuos aisladamente.Sin embargo, no convieneolvidar que la
elucidaciónhobbesianatiene como meta mostrar la necesidaddel Estado absoluto, del
"hombre
artificial", aunque,desdeluego, seacomo medio para satisfacerlos deseosde
los átomos individuales que lo componen. Así pues, la autoconservacióndel Estado
garantizala autoconservaciónde los individuos, pero estaúltima, a su vez, es necesaria

232
ANcsr-Bs JIMÉNEZ PERoNA

para que el Estado exista, y que exista como oopersona",en el sentido que Hobbes da a
I esta palabra (18), esto es, como representantede las acciones o palabras de los
I individuos (en terminolosía mecanicista:reDresentav aúna las fuerzasindividuales).
I Ahora bien, la centralidad del concepto de autoconservaciónobliga a pensar los
I mediosconducentesa la eliminaciónde cualquierestadode guerra,pero sin aniquilación
I ¿. fuerzas. Cabe preguntarsepor qué Hobbes ve tan necesariala no aniquilación del
I enemigovencido (entiéndasebien: no se trata de conservarlafierza del enemigo,sino
I al enemigoen tanto que fuerza). La explicaciónla encierrasu mecanicismo:las fuerzas
I son los elementosdinamizadoresdel sistema como un todo. En efecto, así como el
I enfrentamiento de todos contra todos no desapareceen el estado civil, sinb que se
I institucionalizaen la competenciaque rige el modelo social,del mismo modo la guerra
I entre los sexos en casode existir seresuelveen un pacto de sujecciónsexualque no
I aniquila a las mujeres,sino que las institucionalizacomomadresde una prole que ahora,
I .n el estadocivil, es paterna.
I Ahora bien, teniendoen cuentala textualidad de la obra de Hobbes,¿essostenible
I lu hipótesisde una guerra de sexosen el estadode naturaleza?No, si tenemosen cuenta
I lu siguiente afirmación de Hobbes: "De modo que, en la nattnaleza del hombre,
I encontramostres causasprincipales de disensión. La primera es la competencia;en
I segundolugar, la desconfianza;y en tercer lugar, la gloria. La primera hace que los
I hombres invadan el terreno de otros para adquirir ganancia;la segunda,para lograr
I seguridad;y la tercera,para adquirir reputación. La primera hace uso de la violencia
t para que asílos hombressehagandueñosde otros hombres,de susesposas, de sushijos
t v de su ganado" (19). A raíz de esta cita puede explicarsepor qué las mujeres,como
I genérico,aparecensometidasen el estado civil. En efecto, ¿cómo un botín de guerra
t puedeguerrear?Podría objetarseque los varonestambién son botín de guerra, pero lo
t son en tanto que protagonizanuna guerra que pierden,pero nunca en tanto que
t posesióndel protagonistade la gterra, nunca en tanto que esposos.
I Lo que ocurre es que, realmente,las mujeresnunca han sido concebidascomo no
I sometidas,a pesarde las afirmacioneshobbesianasque anteshemosrecogido.De hecho,
I en esta última cita comprobamos cómo para Hobbes las mujeres ya en el estado de
I naturalezason oobotínde guerra" y esposas,a pesar de sus afirmacionessobre la no
I existencia de la familia en dicho estado de naturaleza. En contra de sus propios
¡ principios y afirmaciones(y completamentealejadode la forma de procederper rectam
I rationem Hobbes hipostasía la sujección de las mujeres. Ni siquiera han tenido la
I oportunidad de guerrear y de hacerseo no hacersesiervas,pues pareceque ya, por el
I hecho de ser mujeres,están alejadasde tal posibilidad.
I Esta hipóstasis puede ser entendida como una forma de autolegitimación. En
I efecto,lo que hay que legitimar es un modelo de Estado que, entre otros pilares, tiene
I el de una institución familiar que conviertea las mujeresen esposassometidas.¿Cómo
I conseguirlo?Caben dos posibilidades:o se suponeque las mujerescomo colectivo han
I perdido una guerra en el estadode naturalezay, en estamedida, han sido todas hechas
I siervas;o se suponeque las mujeresni tan siquierapueden entrar en guerra, dado que
I va en el estado de naturaleza aparecensometidas.La primera posibilidad presentala
t dificultad epistemológica,yaseñalada,de que obliga a suponer que las mujeres como
I colectivo (en general, y salvo excepciones)tienen tna razón deficitaria, lo cual
I contradice,como hemosvisto antes,el nominalismohobbesiano.La segundaposibilidad
I rambiéncontradicesu postulado de la igualdad natural, así como todas sus reflexiones

t n 3
a
F E V t \ r s M ¡o I r u s r n e c r ó Nl g. g g _ 1 9 9 2

a propósito de la inexistenciade la familia en


el estado de naturaleza. Hobbes, sin
embargo, a pesarde su minuciosa elaboraciónteórica,
pu."". no darsecuenta de estas
dificultades,que puedenconcretarseen el hecho
de intioducir un eslabónilegítimo en la
cadenaque tendría que conducirper rectam rationem
a la deduccióndel Estado. Cabe,
sin embargo, sospechar,que el error de Hobbes
,".porrá" en realidad a \a clara
concienciaque tiene de que el Estado moderno que
él teo'rizanecesitauna institución en
cuyo seno esténlas mujeressometidas.El .,supúesto
error,,, pues, está al servicio de la
legitimación de esta necesidad,la cual, insistimos,
"r Áoáo'uiguno pueoe derivarse per
rectam rationem de las premisasde las que parte
el razonarnrentohobbesiano.Estas
deben ser completadascon el supuestoesencialista
pir:ilalico en ,rr, ,ro-mfirtu;
segúnel cual en la condición natural del ser humano ltun
estáel sometimientode las mujeres
a los varones en calidad de esposas.y, a ra
vez, este ,.rprr.rto tiene funciones
legitimatorias de lo que es el casó: el sometimiento
áe las mu¡eresen el estado civil.
Hobbes, pues,al traicionar su propio discursocrea
las condicionespara legitimarlo: un
discurso
.que para autolegitimarr" ,. traiciona, -ortr¿rráor" bifronte a costa de ra
coherenciaepistemológica,en esaespeciede dialéctica
patriarcaltan caracferistica de los
pensadoresmodetnos, a los cuales
.siempre les surgen tensionesentre sus premisas
igualitaristasy el rugar social y político que asignan
á ru, -,ri"."r.

NOTAS

(1) Hobbes,Th., Leviathan,Madrid: Alianza


Universidad,1989,cap. '\L
XLW,' L' p.
P' 510.
(2) Hobbes,Th., Idem, Y. p. 42. .
"ooo"s'Th' De Corpire' VI, 1, en Hobbes.Textoscardinales.
,nrr.t" Edición de E. Lynch, Barcelona:penínsuta.
(4) Cfr. Hobbes,Th. De Corpore,I,5.
(5) Hobbes,Th. Iaviathan, if, p. Sb.
(6) Cfr. Idem VI, p.51.
(7) Cfr' Idem, XIII, p. 105.Tb. Elementos
de derechonaturaly político, Madrid: c.E.c., 1g7g,p.202.
c'B' r'a teoríapotítíc" ¿rti"ilr,¡i"ax*o poirno. D;H;lb;t a Locke,Bar"éiá.,u,Fontane¡a,
,rrjtJrYStíierson,
(9) Cfr- Hobbes,-Ih. De Cive,l,4, en Hobbes.
Textoscardinales.ed. cit.
---
f19) lft Hobbes,Th. r,eviathan,Írr¡ p. rOz.
(11) cfr' Pateman,C. The sexuarConiact,
ca.lifornia:Stanforduniv. press,r9gg,p. 26.
(12) Hobbes,Th. I¿viathan, XX, p. 166.
(13) Hobbes,Th. I¿viathan,XX,p. rc1.
(14) Cfr. op. cit. pp. 4g y ss.
(15)
t{obbes,Th., kviathan, XX, p. 166.
(16) Cfr. op. cit. p.49.
tamlién es cont¡adictoriacon suspremisas.epistemológicas
^,,- s1l 9*"en susElementos
que aparece nominalistasestasignificativaafrmación
de der,echonatura.ly político: "Ai consideiard" ,rr.uo!.r"
deseaquesussucesores se suponeque cada monarca
continuengobernandomientiasseaposible,y qu" to, hoÁur.s
de inteligenciay valor que las mujires,",tlriouoe"gru"iu, óte' g"rr"ralmentemejordotados
ul* ".ráé, i"o^-r^ -á".r[uías semantienensin disolverse,
esde presumirqueno existiendo. áitpátuo" ""p."iu*""lontru, los hijos u*o.r., ,"ráo'p¡eferidos
implicaqueno seanaptaslasmujeresparael gátier"o, p".r a las mujeres.Ello no
rru" gobeinadosabiamenie en ¿lversasépocasy países;perr,
sontan aptas
:i::::1L,-""
nomrnahstasepuedeexclui¡ia f:l::*:l::l @iitid, c E c' teis,; ü. i" p'ü*" * cómodesdeuna postura
las mujerescomogenéricode las tareaspolíticas,dejaíndoles
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(18) Cfr. Hobbes,Tln.I¿viathan. (¿) incapacrtado.
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xwII, p' 107. Agradezco a la Dra. Amorós que hayarlamadomi atehciónsobre
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