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Iura Novit Curia // Dr.

CARLOS BRENDER

Resulta frecuente observar sentencias en las cuales se declara


inadmisible la demanda por considerar que tratándose de un contrato de
arrendamiento a tiempo indeterminado ha debido demandarse por
desalojo en lugar de resolución de contrato, olvidándose el sentenciador
que ni el desalojo ni la resolución de contrato resultan demandas
contrarias a derecho. En este sentido, resulta oportuno destacar que a la
parte actora le corresponde señalar los hechos en las cuales se basa su
pretensión y las normas legales que la fundamentan. Ahora bien, la
calificación jurídica de la pretensión que hace la parte actora no resulta
vinculante para el juez, a quien le corresponde en definitiva la
subsunción de los hechos en la norma jurídica que la regula. Mal puede
ser desestimada una demanda en la cual la parte actora solicitó el
desalojo en vez de la resolución de contrato, o viceversa, habida cuenta
que, en ambos casos la consecuencia es la terminación del contrato de
arrendamiento. La diferencia entre desalojo y resolución, no deja de ser
una discusión ociosa, ya que mal puede hablarse de un desalojo sin la
terminación del contrato suscrito entre las partes, por esta razón, la
legislación colombiana, en lugar de referirse a resolución, rescisión,
revocación, etc., se refiere a la terminación del contrato de
arrendamiento, para distinguirlo de los efectos propios de la resolución
del contrato. El principio ‘iura novit curia’ tiene plena aplicación en este
caso, sin embargo, este principio general del derecho es poco
comprendido por los jueces y no se encuentra previsto en el Código de
Procedimiento Civil, exceptuando la casación de oficio prevista en el
artículo 320 eiusdem y lo previsto en el artículo 389 ordinal 1º ibidem.

En sintonía con la aplicación del principio ‘iura novit curia’, el artículo


333 del Código Orgánico Procesal Penal, prevé la posibilidad de que el
juez pueda modificar la calificación jurídica que no ha sido considerada
por ninguna de las partes, con la salvedad de que debe advertir al
acusado o acusado sobre esa posibilidad para que prepare su defensa.
Así mismo, en la parte ‘in fine’ del artículo 86 de la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos, establece que el error en la calificación
del recurso por parte del recurrente no será obstáculo para su
tramitación, siempre que del escrito se deduzca su verdadero carácter; lo
mismo dispone la parte final del artículo 243 del Código Orgánico
Tributario.

La Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia


de fecha 12 de marzo de 2001, caso: Enio Alfredo López González contra
Barreto, Arias y Asociados S.A. (Barsa), Corretaje de Seguros y C.A. C.A.N.
Seguros Consolidados, con ponencia del magistrado Carlos Oberto Vélez,
exp. nº AA20-C-2001-000468, sostuvo lo siguiente:
“En efecto, se puede decir que la cuestión de hecho corresponde a las
partes y la cuestión de derecho, su calificación y declaración,
corresponde a los jueces.-
Es éste el principio que se encuentra en la máxima “IURA NOVIT CURIA
(el juez conoce la ley) y asi la Sala tradicionalmente en doctrina
constante y pacífica a través de su larga existencia ha dicho:
“....Conforme al principio admitido IURA NOVIT CURIA, los jueces pueden
sin suplir hechos no alegados por las partes, elaborar argumentos de
derecho para fundamentar su decisión, pues a ello se contrae su deber:
Aplicar el derecho alegado o no por las partes a los hechos que si deben
ser siempre alegados por éstas.
Por tanto no hay incongruencia en ningún sentido cuando en la decisión
el Juez presenta la cuestión de derecho en forma distinta a como la
presentaron las partes cambiando las calificaciones que estos hayan
dado o adicionando apreciaciones o argumentos legales que son
productos de su enfoque jurídico.
Consecuente con estos principios doctrinarios la Sala ratificando su
doctrina constante y pacífica en sentencia de fecha 17-2-2000, Exp. Nº.
96-789, Sentencia Nº. 02 en el caso de Robert Watkin Molko, contra
Humberto Quintero, que:
“...Respecto de lo expresado en el fallo, esta Sala ha indicado que:
‘...conforme al principio admitido ‘iura novit curia’ los jueces pueden, ‘si
no suplir hechos no alegados por las partes’, sí elaborar argumentos de
derecho para fundamentar la decisión, pues a ello se contrae su deber
jurisdiccional...’. Con relación a la soberanía del juez respecto de la
calificación jurídica, necesariamente la subsunción se debe efectuar de
los hechos alegados por las partes a la norma. Según Chiovenda, lo que
la regla prohíbe es la sustitución de hechos constitutivos, tales que
individualicen una nueva acción o una nueva excepción a aquellos que se
hacen valer por las partes, porque tanto la acción como la excepción, se
individualizan por el hecho y no por la norma. Por consiguiente, si un
mismo hecho cae bajo diversas normas, el cambio del punto de vista
jurídico está permitido al juez, pero los hechos deben haber sido
correctamente alegados....” (Sentencia de 04-10-93, ratificada el 12-08-
99)....”

En Venezuela, en materia de Procedimiento Civil, la exigencia de indicar


los fundamentos de derecho se encuentra previsto en el orinal 5º del
artículo 340 del Código de Procedimiento Civil, en virtud del cual, la parte
actora, al presentar la demanda, debe indicar al tribunal el fundamento
de derecho en que se base la pretensión invocada. De manera que, en
Venezuela, en materia del procedimiento civil ordinario, a juicio de la
Sala de Casación Civil, la carga de las partes de alegar el derecho
aplicable al caso concreto, tiene el carácter de requerir de aquellas una
colaboración necesaria, pero no vinculante ni limitante para el tribunal
de la causa, quien puede, en aplicación del principio iura novit curia,
aplicar al caso concreto normas de derecho distintas de las alegadas por
las partes.

En el novísimo Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Regulación


del Arrendamiento Inmobiliario para el Uso Comercial, en su artículo 40
se establecen las causales para demandar el desalojo, sin distinguir si se
trata de un contrato a tiempo determinado o indeterminado. Al respecto,
señalamos dos (2) observaciones: 1) Ello no excluye demandar la
resolución de contrato cuando fuere por causas diferentes a las previstas
en la citada norma y, 2) Considero que es un error hablar del desalojo de
un inmueble sin previa declaratoria judicial en la cual se determine la
resolución o más bien la terminación del contrato de arrendamiento, en
virtud de que, entre ambos existe una relación causa (terminación del
contrato)-efecto (desalojo).

En síntesis, el principio ‘iura novit curia’ debe entenderse en el siguiente


sentido: “a las partes le corresponde aportar los hechos y al juez aplicar
el derecho al caso concreto”.

Dr. CARLOS BRE

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