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El Derecho

Penal
Económico

Derecho Penal III


(Derecho Penal
Económico) 1
El derecho penal económico
Introducción al derecho penal económico
Repasen cuidadosamente estas imágenes.

Figura 1: Sujeto cometiendo un delito

Fuente: https://bit.ly/2XFJB63

Figura 2: Sujeto esposado

Fuente: https://bit.ly/2IWpXyy

Estas figuras representan claramente la evolución que ha sufrido la


problemática del delito en nuestra sociedad. El estereotipo del delincuente
marginal, estigmatizado y ofensor de bienes jurídicos individuales se
encuentra superado por este otro, el correspondiente al delincuente
universitario, empresario, socialmente exitoso, inmerso en la actividad
económica, que lesiona bienes jurídicos supraindividuales.

Nuestra primera mirada introductoria al derecho penal económico nos


permite advertir sin mayor esfuerzo que lo nuclear de su estudio gira en
torno al cambio de paradigma entre el concepto tradicional de delito y el
delito económico.
2
Esta nueva forma de criminalidad de características tan especiales y disímiles
al delito común ha evidenciado la insuficiencia de las soluciones
tradicionales de la dogmática penal para brindar una respuesta adecuada a
la problemática que presenta. Es en ese punto que el derecho penal
económico –como rama especial del derecho penal– aparece.

Concepto

Resulta difícil lograr un concepto material del derecho penal económico.


Cuando referimos concepto material, por contraposición al concepto formal,
aludimos a una noción válida para ser aplicada a cualquier derecho de esas
características, en cualquier tiempo y lugar: un concepto universal. Por su
parte, un concepto formal precisa el contenido del derecho penal
económico en determinado tiempo y lugar.-

La dificultad para esbozar un concepto material de esta rama del derecho


penal se debe, entre otros, a los siguientes obstáculos:

 Heterogeneidad de la materia.
 Ausencia de un criterio unánime a nivel internacional.
 Ausencia de univocidad y claridad en las legislaciones comparadas.
 Dificultad para determinar un concepto material por el conflicto
entre delito y contravención.
 Ambigüedad del término económico.

Estas dificultades para determinar el contenido del derecho penal


económico se agudizan en países federales como el nuestro, donde el
derecho sustantivo como el penal es materia federal y el derecho procesal
es una de las potestades no delegadas por las provincias a la nación. Esto
apareja que la creación de fueros penales económicos por las provincias
genere zonas paralelas al derecho penal económico, contemporáneas a
aquellas creadas por el gobierno federal

A ello se suma la recepción que tuvo en el país la tesis que sostiene la


existencia de una diferencia cualitativa entre delito y contravención. Esta
tesis es desarrollada por la escuela toscana y por James Goldschmidt, y
receptada por Ricardo Núñez, que sostiene que el delito es sustancialmente
distinto de la contravención; mientras el delito ofende los principios de ética
universal, la contravención es una simple pena de orden que se aplica por
razones de utilidad pública. Esto permitía mantener en manos de las
3
provincias la regulación administrativa preservando el federalismo y
evitando una mala conclusión de la legislación federal con la común. Si bien
esa tesis ha sido superada y hoy la doctrina es conteste en sostener que la
diferencia entre delito y contravención es solamente cuantitativa y que no
hay diferencia sustancial entre ellas, esa posición derivó en la proliferación
de reglas legales violatorias del non bis in ídem.

Si entendemos que la diferencia entre delito y contravención es sustancial o


cualitativa (como proponen la escuela toscana y Goldschmidt), la materia
penal económica, mayormente contravencional, permanecería en Argentina
dentro de las potestades reservadas por las provincias y no se confundiría la
legislación federal con la común.

En definitiva, los obstáculos precedentemente enunciados evidencian la


dificultad para enunciar un concepto material del derecho penal económico.
Por ello, nos conformaremos con brindar un concepto formal que nos
permita precisar qué es derecho penal económico en Argentina hoy.

Para Jorge de la Rúa:

Es el conjunto de normas en las cuales la sanción tiende a


proteger los fines y políticas económicas del Estado en la
sociedad prestando especial atención a ciertos derechos
supraindividuales e individuales que hacen a la producción,
circulación y consumo de bienes. (2014)

Por su parte, Bacigalupo propone que “es toda aquella legislación que en
sentido amplio protege mediante el uso de los medios penales la
intervención del Estado en la economía”. (Casas, 2005,
https://bit.ly/2UUrSLt)

Contenido

A diferencia de nuestra posición de limitarnos a brindar un concepto formal


del derecho penal económico, la doctrina ha realizado notables esfuerzos
para definir un concepto material de esta rama del derecho. Ha intentado
buscar algún criterio dogmático válido para lograr la comprensión y la
4
sistematización de todo aquello que incluya la expresión derecho penal
económico. Por otra parte, este contenido debe referirse a un tiempo y lugar
determinado.

De este modo, nos encontramos con dos niveles de criterios para determinar
el contenido del derecho penal económico:

Criterio dogmático crítico o valorativo (criterio de primer grado): se refiere


a los parámetros estables para determinar el contenido del derecho penal
económico independientemente de cualquier ordenamiento jurídico.
Permite elaborar criterios puros.

Conforme a cada uno de estos criterios, el contenido del derecho penal


económico consiste en:

 Criterio estrictísimo: en la década del cuarenta en Francia, se


desarrolla un criterio que tiene como contenido del derecho penal
económico exclusivamente las infracciones a las disposiciones sobre
precios (excluyendo al derecho financiero fiscal y del trabajo).

 Criterio restrictivo: indica que el derecho penal económico está


constituido por las infracciones que atentan contra la actividad
interventora y reguladora del Estado; el bien jurídico protegido es el
orden económico estatal, es decir, el flujo de la economía.

 Criterio amplio: elaborado por Tiedemann, son todas aquellas


normas que regulan la producción, la fabricación y el reparto de
bienes económicos y que atiendan un bien jurídico supraindividual
de contenido económico. Estos bienes jurídicos están diseminados
entre los miembros de una comunidad, por lo que su satisfacción o
lesión se extiende a todos los integrantes del grupo o comunidad.

 Criterio criminológico: indica que el derecho penal económico se


ocupa de aquellas determinadas formas de delincuencia
caracterizadas por la pertenencia de los autores a un círculo social
determinado, siempre que el hecho sea realizado en el marco de su
actividad profesional. Se divide en:
o Criterio criminológico restringido: solo son delitos económicos los
white collar crimes, es decir, aquellos cometidos por personas de
gran poder adquisitivo y, en particular, los altos ejecutivos de
empresa.

5
o Criterio criminológico amplio: incluye junto a esta clase de autores
a los funcionarios públicos, ya que el delito económico
generalmente está vinculado con la actividad política.
o Criterio vinculado a la empresa: se trata de aquellos delitos
cometidos a través de una empresa; concibe a la corporación
empresaria actuante en el mercado de bienes y servicios como el
medio a través del cual se comete un delito de características
económicas.
o Criterio vinculado a los modernos instrumentos de la vida
económica: aquellos delitos que implican un abuso de modernos
instrumentos de la vida económica (tarjetas de crédito, cheques,
transferencia de tecnología).
o Criterio dogmático descriptivo o empírico (criterios de segundo
grado o procesales): se refiere al contenido del derecho penal
económico en un sistema jurídico determinado. Se estructura a
través del análisis detenido de la política criminal económica de un
ordenamiento mediante la utilización de criterios valorativos, o
bien a partir de decidir prima facie qué es lo que comprende el
derecho penal económico.

Así, el contenido del derecho penal económico se conforma con base en:

Prueba compleja: aquellos delitos patrimoniales clásicos cuya acreditación


implica desproporcionadas dificultades financieras, de tiempo o de
especialización.

Organización judicial: el legislador crea un fuero como penal económico y le


atribuye competencia para determinados delitos caracterizados como
económicos enumerados en la ley.

Importante: no es bueno determinar el contenido del derecho penal


económico de acuerdo con un solo criterio. Es conveniente combinarlos. .

Criterios observados en Argentina

Se han combinado criterios de primer y segundo grado. En el fuero federal,


se ha seguido como criterio de primer grado el criminológico estricto y como
criterio de segundo grado, el criterio procesal de organización judicial.

6
En el fuero provincial cordobés, se ha seguido como criterio de primer grado
el criminológico amplio y como criterio de segundo grado, el procesal de
organización judicial.

Origen del derecho penal económico

El derecho penal económico es un derecho de corta edad, tanto a nivel


internacional como nacional. Si bien aparecen atisbos de criminalización
vinculados con esta rama del derecho a lo largo de toda la historia, cierto es
que recién en el devenir del siglo XX es cuando el fenómeno se desarrolla
exhaustiva y conscientemente.

Origen político

Tabla 1: Origen del derecho penal económico

ETAPAS EVOLUCIÓN
Nudo Estado liberal. Se desarrolla a partir de la transformación de los
Siglo XIX estados agrarios en industriales y comerciales. No
se advertía la necesidad de un derecho penal
económico, ya que el interés común debía ser
obtenido a través del libre juego de la oferta y
demanda.
Marxismo. A partir de la Revolución bolchevique, el control de
Siglo XIX la economía por el Estado es absoluto. Se afirma
que el derecho penal tiene base económica.
Totalitarismo. A partir del nazismo y el fascismo, la preocupación
Siglo XX se traslada a la represión de hechos vinculados con
la seguridad del Estado o la raza.
Segunda Guerra En esta etapa, la conflagración mundial evidencia
Mundial. las deficiencias de las tres principales posiciones: el
Siglo XX estado liberal –totalmente falto de compromiso
hacia el ciudadano carente de propiedad–; el
Estado socialista –totalmente despreocupado de la
autorrealización del proletario–; y el Estado
totalitario –que anulaba el acceso del ciudadano a
la vida pública–.
Fuente: elaboración propia

7
Ley Fundamental Consagra el Estado social de derecho que aglutina
Alemana (1949). los mejores aspectos de las posiciones referidas:
Siglo XX del Estado liberal asume los derechos de
autonomía individual; del Estado socialista, los
derechos de prestación social; como contracara del
Estado totalitario, garantiza el derecho del
ciudadano a participar en la vida política. En esa
instancia aparece el derecho penal económico para
vigilar que la libertad económica no sea libertinaje
y garantizar la intervención del Estado cuando sea
necesario para la dirección de la economía.
Origen doctrinario

También en el siglo XX, la criminología sufrirá un cambio de paradigma,


como señalamos en la introducción.

Desde el criminalismo etiológico enfocado en el delincuente y sus


circunstancias genéticas, físicas, psíquicas y sociales, se evolucionó a la
criminología de la reacción social o interaccionista que centralizó su objeto
de estudio en la denominada sociedad criminógena como elemento
definidor de la desviación y de la criminalidad, esta última es el resultado de
una definición a través de las instancias de control social y que afectan en
mayor medida en estratos sociales más bajos.

Evolución de la materia penal económica en el derecho


comparado

Un derecho penal económico en sentido propio se comenzó a desarrollar


cuando nació una economía dirigida y centralizada, que superó al
liberalismo. Esto ocurrió con la crisis económica de 1929, momento a partir
del cual la economía de mercado exige la presencia del Estado.

En Estados Unidos, en la segunda mitad del siglo XIX, se produce un cambio


en el modelo económico que obliga a elaborar leyes que eliminaron las
situaciones de abuso del poder económico, por ejemplo, la ley Sherman
(1890) que protegía la libre competencia. Ya en el siglo XX se dictan
numerosas leyes protectoras del consumo, de la publicidad y otros sectores
de la economía.

8
En Gran Bretaña, el proceso fue similar: después de la Segunda Guerra
Mundial, el Estado interviene activamente en el sector productivo industrial,
que luego dio nacimiento a una serie de leyes, como, por ejemplo, la Ley de
Control de cambios, la Ley de Control de Monopolios etcétera.

En Alemania, en los últimos años de la década del veinte y primeros de la del


treinta, se desarrollan las primeras posturas científicas y doctrinarias
vinculadas al derecho penal económico. En 1949, se crea la República
Federal Alemana y con ella, se producen los cambios en la Constitución
económica con la intervención el Estado en el mercado; más adelante, en
1954, se sanciona la Ley Penal Económica.

En Francia, en 1905, se promulgan normas sobre protección al consumo; en


1926, se sanciona la ley sobre acción ilícita sobre el mercado; en 1945, es
proclamada la Ordenanza N.° 45/1484, que refiere a infracciones a las reglas
de publicidad sobre los precios, el mercado negro y las infracciones a la ley
de abastecimiento; luego, en 1994, comienza a regir la modificación del
Código Penal francés, que incorpora la responsabilidad penal de las personas
jurídicas.

En España, no hubo regulación jurídica sistemática en materia penal


económica hasta los años sesenta; esta se desarrolló especialmente a partir
de 1978, con la modificación de la Constitución y con la implementación del
Estado social y democrático de derecho. El Código Penal español de 1995
distingue entre delitos contra el patrimonio y delitos contra el orden socio-
económico.

Nuestro derecho penal económico ha abrevado del sistema continental


europeo, por lo que resultó un usuario permanente de las teorías alemanas,
españolas e italianas sobre la materia.

Situación del derecho penal económico argentino

Varios congresos internacionales proclamaron la necesidad de la existencia


de un fuero penal económico en nuestro país, entre ellos se destaca el
Congreso Latinoamericano de 1941 en Chile.

Con base en estos antecedentes, el 30 de septiembre de 1958 se sanciona la


Ley N.° 145581, que creaba en Capital Federal los cargos de jueces de agio y

1 Ley N.° 14558. (1958). Ley de Agio y Especulación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
9
especulación, una cámara de apelación y tres fiscales. La Ley N.° 145592, de
misma fecha, establecía el procedimiento para juzgar las infracciones en las
que eran competentes estos tribunales.

Sin embargo, esta ley no fue operativa. Un año después, el 9 de setiembre


de 1959, se sancionó la Ley N.° 148313. En su artículo 1, estableció que los
tribunales creados por la Ley N.° 14558 se denominarán en lo penal
económico e integrarán los tribunales nacionales de la Capital Federal,
ampliando su competencia, entre otros, a los fraudes al comercio y la
industria, leyes antimonopólicas, comercio de carnes, etcétera4.

A nivel provincial, el fuero en lo penal económico de Córdoba fue creado a


partir de la sanción de la Ley N.° 81805 (luego modificada por la Ley N.°
88356) y puesto en funciones a través de la Ley N.° 91227 y sus
modificatorias.
La competencia de este fuero se desarrolla a continuación.

Fuero penal económico de Córdoba

Son los delitos comprendidos en el catálogo de la Ley N.° 9199 cometidos


con posterioridad al 8/8/2003, o cometidos con anterioridad, pero cuya
investigación hubiera comenzado después de esa fecha.

A) Título VI (Delitos contra la Propiedad):


a) Capítulo 4º: Relativos a Estafas y Otras Defraudaciones.
Artículo 173 (Incisos 7°, 11°, 12°, 13° y 14°) y Artículo 174
(Inciso 5º) cuando su autor, partícipe primario o
secundario, y/o instigador, sea un funcionario o empleado
público, o, miembro o funcionario de una sociedad
comercial, bancaria o financiera, regular o irregular.
Artículo 174 (Inciso 6º)
b) Capítulo 4º bis: Usura Artículo 175 (bis), Tercer párrafo.

2 Ley N.° 14559. (1958). Ley de Prácticas Anticompetitivas. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
3 Ley N.° 14831. (1959). Ley de Justicia Nacional. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
4 Art. 1, Ley N.° 14831. (1959). Ley de Justicia Nacional. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
5 Ley N° 8180 (1992). Fuero Penal Económico. Poder Ejecutivo. Recuperado de: https://bit.ly/2IDIkcc
6 Ley N° 8835 (2000). Carta del Ciudadano. Poder Ejecutivo. Recuperado de: https://bit.ly/2PCla6Z
7 Ley N° 9122 (2003). Tribunales del Fuero Penal económico y anticorrupción, modificación L.Nº .Nº

8835-Carta al Ciudadano y L.Nº. 8123-Código Procesal Penal de la Provincia de Córdoba. Poder


Ejecutivo. Recuperado de: https://bit.ly/2KZoREN
10
c) Capítulo 5º: Quebrados y Otros Deudores Punibles
Artículos 176, 177, 178, 179 (Primer párrafo) y 180.
B) Título VIII (Delitos contra el Orden Público)
Artículo 210: En este caso, cuando el acuerdo para
delinquir versare sobre la comisión de los hechos típicos
establecidos en este Artículo.
C) Título XI (Delitos contra la Administración Pública):
a) Capítulo 4º: Abuso de Autoridad y Violación de los
Deberes de los Funcionarios Públicos. Artículos 248, 249,
250, 251, 252 y 253.
b) Capítulo 5º: Violación de Sellos y Documentos Artículo
254.
En estos dos últimos casos cuando sus autores o partícipes
integren o hayan integrado el Poder Ejecutivo Provincial o
Municipal, desempeñando las funciones de Gerente,
Director o jerarquía superior, sean o hayan sido miembros
de Directorios de Entes Descentralizados, Entidades
Autárquicas, Sociedades o Agencias del Estado, ejerzan o
hayan ejercido el cargo de Comisario Mayor o superior de
las Fuerzas de Seguridad, miembros del Tribunal de
Cuentas de la Provincia o Municipales, Intendentes y
Presidentes de Comuna, Legisladores Provinciales o
Concejales Municipales, o funcionarios de ambos Poderes
Legislativos que ostenten la jerarquía de Director o
superior y funcionarios o magistrados que integren o
hayan integrado el Poder Judicial.
c) Capítulo 6º: Cohecho y Tráfico de Influencias Artículos
256, 256 bis, 257, 258, 258 bis y 259.
d) Capítulo 7º: Malversación de Caudales Públicos Arts.
260, 261 (Primer párrafo), 262, 263 y 264.
e) Capítulo 8º: Negociaciones Incompatibles con el
Ejercicio de Funciones Públicas Artículo 265.
f) Capítulo 9º: Exacciones Ilegales: Artículos 266, 267 y
268.
g) Capítulo 9° bis: Enriquecimiento Ilícito de Funcionarios
y Empleados. Artículos 268 (1), 268 (2) y 268 (3).
h) Capítulo 13: Encubrimiento y Lavado de Activos de
Origen Delictivo: Art 279 (Inciso 3°), en función del 278.
D) Título XII (Delitos contra la Fe Pública):

11
e) Capítulo 5º: De los Fraudes al Comercio y a la Industria:
Artículos 300 (Incisos 2° y 3°) y 301. 8

Delitos comunes que sean de competencia del Fuero en virtud de las


reglas de conexión –art. 47 y siguientes del C. P. P. y art. 3 Ley N.° 9181–.
Excepción: no son del fuero especializado aquellos expedientes que pese
a estar hoy incluidos en el catálogo vigente fueron distribuidos a otras
fiscalías y juzgados de control en virtud de la Ley N.° 9181 y A. R. 733,
736 y 747 –estaban comprendidos en el catálogo de la Ley N.° 9122 y
quedaron excluidos por la Ley N.° 9181–.

Podemos concluir en relación con esta cuestión que los caracteres más
relevantes del derecho penal económico son:

 La distinción entre delitos y contravenciones.


 La falta de claridad entre penas criminales y reglamentarias.
 La ausencia de precisión respecto de la responsabilidad de las
personas jurídicas.
 La utilización de leyes penales en blanco y de tipos penales abiertos.
 La ausencia de eficacia de la amenaza de la pena por apego a
sanciones tradicionales.

Relación entre el derecho penal y derecho penal


económico

Derecho penal nuclear, derecho penal accesorio y derecho penal


económico

 Con el Estado liberal y el proceso codificatorio, surge el derecho


penal nuclear, convencional o central. Se sancionan, en un conjunto
mínimo de normas, aquellas conductas que afectan los bienes
jurídicos relacionados directamente con la persona física (bienes
jurídicos individuales).
 El desarrollo tecnológico y la proliferación de riesgos generó la
necesidad de expandir las regulaciones penales para atender la
protección de nuevos ámbitos sociales: medio ambiente,
informática, comunicaciones, energía nuclear, etcétera. Se

8 Ley N° 8835 (2000). Carta del Ciudadano. Poder Ejecutivo. Recuperado de: https://bit.ly/2PCla6Z
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construyó así, a la par del derecho penal nuclear, un derecho penal
accesorio, no convencional o periférico.
 A partir de la intervención del Estado como garante de la prestación
de los ciudadanos, se comenzaron a proteger nuevos bienes jurídicos
de carácter social o supraindividuales vinculados a lo patrimonial,
empresarial y a la función pública. A este conjunto de normas, se lo
llamó derecho penal económico.

Evidentemente, esta nueva rama del derecho se integra al derecho penal


accesorio sin que existan, por el momento, criterios materiales de entidad
suficiente para diferenciarlo del resto del derecho accesorio.

Naturaleza jurídica de la relación entre derecho penal y


derecho penal económico

La vinculación entre derecho penal nuclear y derecho penal económico se


refiere a dos aspectos: si este último es autónomo del derecho penal nuclear
y, en caso contrario, si la correspondencia existente es una vinculación de
especialidad o excepcionalidad en relación con el derecho penal
convencional.

Autonomía
Científica: en caso de seguir la doctrina de Goldschmidt, que sostiene una
diferencia ontológica o sustancial entre delito y contravención, podría
afirmarse su autonomía, ya que sería considerada como una rama distinta
dentro del derecho penal administrativo ajena al derecho penal común.

Actualmente, se promueve la posición de un derecho penal de intervención.


Este derecho estaría entre el derecho penal y el derecho administrativo,
entre el derecho privado y el derecho público con menores garantías y
sanciones: es decir, un miniderecho. No es admisible, porque el consenso
doctrinario actual no reconoce entre delito y contravención diferencia
cualitativa alguna, solo cuantitativa.

Los problemas del derecho penal económico (autoría, menores garantías


procesales, responsabilidad) no son exclusivos de este, sino de todo el
derecho accesorio. Por ello, no estamos en condiciones de afirmar que, por
ahora, el derecho penal económico tenga autonomía científica.

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Legislativa: existiría autonomía si la normativa que nos ocupa se encontrase
en un ordenamiento independiente (código) o en un conjunto de leyes
orgánicamente entrelazadas (leyes específicas). En nuestro país, esto no es
así. Las leyes penales económicas se encuentran dispersas tanto en el Código
Penal, como en leyes especiales (por ejemplo, el Código Aduanero), y en
leyes penales especiales (como es el caso del régimen penal tributario).

Académica: se ha desarrollado una autonomía académica a través de su


estudio pormenorizado en cátedras especiales y posgrados.

Excepcionalidad y especialidad
Sería un derecho de excepción si el derecho nuclear siguiera vigente salvo
derogación expresa del legislador. Si no la hay, y si la derogación es tácita,
es un derecho especial.

El artículo 4 del Código Penal9 expresa: “Las disposiciones generales del


presente Código se aplicarán a todos los delitos previstos por leyes
especiales, en cuanto éstas no dispusieran lo contrario”.

Como se puede advertir, es ambiguo respecto de si la disposición en


contrario debe ser expresa o tácita. Como no podemos distinguir donde la
ley no lo hace, corresponde aplicar el principio interpretativo de que la ley
especial deroga a la general.

Por ello, el derecho penal económico, como todo derecho accesorio, se


vincula al derecho penal por una relación de especialidad Ahora bien,
debemos tener cuidado, pues esa especialidad se presentará en tanto se
verifiquen derogaciones expresas o mediante la interpretación que excluya
la aplicación de los principios generales del derecho penal nuclear. Distinto
es el caso cuando no existe tal derogación. En esas situaciones, el derecho
penal económico seguirá vinculado a los principios generales establecidos
por el derecho penal nuclear.

Caracteres del derecho penal económico


contemporáneo

9 Ley N° 11.179. (1921). Código Penal. Recuperado de: https://bit.ly/2XIH77a


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Algunas son compartidas con las propias del derecho penal nuclear; otras
son propias de esta rama especial.

Tabla 2: Derecho penal económico contemporáneo

En tanto derecho, es: Normativo: enuncia leyes del deber ser.


Valorativo: se estructura según las
apreciaciones valorativas sobre lo punible.
Finalista: persigue asegurar la convivencia
social.
En tanto derecho penal, es: Público: regula las relaciones del individuo
con el Estado.
Sancionatorio.
Subsidiario y complementario: se
aplica como última ratio.
Fragmentario: porque es un sistema
discontinuo de ilicitudes (sus silencios son
esferas de libertad).
Judicial: se aplica a través de órganos
jurisdiccionales.
En tanto derecho penal Prevalentemente accesorio.
económico, es: Dinámico y variable.
Apela a la reparación como tercera vía.
Fuente: elaboración propia.

Críticas al derecho penal económico


Tabla 3: Críticas al derecho penal económico
Inflación penal: se amplían y crean
nuevos tipos penales en el derecho penal
accesorio.
Proliferación de delitos de peligro
abstracto: ante el advenimiento de una
Comunes al derecho penal sociedad de riesgo, ocasionado por el
accesorio exorbitante desarrollo tecnológico, se
aplica indiscriminadamente esta tipología
delictiva que previene en forma
anticipada futuros riesgos y, a veces,
entra en colisión con el principio de
legalidad.

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Crisis del principio de subsidiariedad: en
los conflictos económicos, se recurre
permanentemente al derecho penal
como modo de presión y entonces deja
de actuar como última ratio en la
resolución de conflictos.
Nebulosos contornos conceptuales:
imprecisión y vaguedad de su objeto. El
término orden público económico es muy
vago.
Globalización: impone políticas penales
con menores garantías procesales.
Especiales del derecho Manifestación de ideologías de
penal económico izquierda: nos referimos a los grupos que
representan minorías que pretenden
mayor incidencia en las políticas estatales
y, en vez de luchar por reducir su
estigmatización, promueven un proceso
de reacción punitiva inversa contra los
sectores con los que compiten.
Fuente: elaboración propia.

El delito económico

Sentido y alcance de la expresión delincuencia económica.


Noción

Dentro de la criminología, se han usado distintas expresiones para referirse


a un fenómeno similar, pero no idéntico: delincuencia económica, de
caballeros, profesional, etcétera, pero la más consagrada es la de
delincuencia de cuello blanco, que nace con Sutherland en 1939.

Edwin H. Sutherland desarrolla la teoría de la asociación diferencial y define


al delito de cuello blanco como “la violación de la ley penal por una persona
de alto nivel socio- económico en el desarrollo de la actividad profesional”
De este modo, pone los pilares de un nuevo objeto de estudio criminológico.

Su mérito consiste en evidenciar que la delincuencia no es patrimonio de


una sola clase social (la clase baja).

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Ese concepto de delito tiene tres características esenciales:

 La comisión de un delito.
 El autor de alto nivel social.
 El vínculo entre el delito y la actividad profesional.

Si bien estas son las notas esenciales, distintos autores agregan otras que
consideran importantes. La acentuación de una u otra da lugar a las distintas
expresiones que mencionamos al inicio:

 Lesión a la confianza en el tráfico mercantil.


 Abuso de la credulidad de la víctima.
 Especial astucia del autor.
 Conciencia de la ilicitud del hecho, pero no de su trascendencia criminal.
 Pertenencia del autor a un sector de actividad económica.
 Imagen de honorabilidad.

La acentuación de una u otra característica determinó el nacimiento de


distintas denominaciones relativas al delito económico, tales como:

Delincuencia profesional (occupational crime): enfatiza el vínculo entre el


delito y la actividad profesional que la esfera social a la que pertenece el
autor. Se considera que lesiona las esperanzas institucionalizadas que se
anudan al rol profesional. Incluiría la delincuencia de cuello blanco y la
delincuencia de cuello azul (referida a las actividades de obreros
profesionales). Por ejemplo, los abortos, la venta ilegal de narcóticos, el
abuso de tratamientos inútiles –por parte de los médicos–, el asesoramiento
para evasión impositiva, las falsas demandas por indemnización – por parte
de los abogados–, etcétera.

Delincuencia de caballeros (kavaliersdelikt): enfatiza más el rango social


que la relación con la actividad profesional. Por ejemplo: el duelo, la
tenencia ilícita de armas, el adulterio, entre otros.

Delincuencia económica: a menudo, se la identifica con la delincuencia de


cuello blanco de Sutherland, pero en realidad es una especie de ella, ya que
en estos casos la actividad profesional siempre se refiere a una actividad
mercantil.

Así, criminológicamente hablando, podemos ya concluir que la delincuencia


económica consiste en infracciones lesivas del orden económico, cometidas
17
por personas de alto nivel socioeconómico en el desarrollo de su actividad
profesional.

Si bien algunos desaconsejan la referencia a la procedencia social del autor,


precisamente esa característica es la que permite diferenciar la delincuencia
económica de la delincuencia de cuello azul o las pequeñas estafas que tiene
un interés criminológico distinto del que interesa a nuestra materia.

Importancia y efectos de la delincuencia económica


¿Existe conciencia social relativa a la importancia de la delincuencia
económica? Veamos el siguiente artículo, “Deficitaria sanción de la
delincuencia económica”, de Carlos Palacio Laje, abogado especialista en
derecho penal.

...el sistema penal sólo parece poder atender a la


delincuencia tradicional, resultándole sumamente dificultoso
ocuparse de la delincuencia económica.

En efecto, esta criminalidad tiene un gravísimo déficit de


sanción penal. Ese déficit implica que son muy pocos los
hechos que se detectan y que logran encausarse en un
proceso penal; sólo algunos pasan la etapa instrucción y son
casi imperceptibles los que obtienen una condena.
Difícilmente corran esa suerte las grandes maniobras
delictivas. En este sentido, sostiene el penalista Juan María
Rodríguez Estévez, en la delincuencia económica los casos
merecedores de pena son mucho mayores que los casos en
que, efectivamente, alguien es declarado responsable...

...así por ejemplo, es palmario que los altos grados de


corrupción que refieren los organismos internacionales de
nuestro país (en la clasificación del 1 al 10 Argentina obtuvo
en 2001 la nota 3,5 y en 2002 la nota 2,8), no están reflejados
ni en condenas ni en procesos penales.

¿A qué causa responde el déficit de sanción penal de la


delincuencia económica? Indudablemente que las razones
son muy variadas: sobrecarga de labor judicial relacionada a
la delincuencia común, falta de preparación de los
18
operadores, dificultades en acceder a prueba, complejidad de
algunos procesos, etcétera.

Desde nuestra perspectiva, uno de los motivos esenciales


de aquel déficit, está relacionado a otro déficit, cual es el de
la valoración de la gravedad que implica esta delincuencia.
Nos referimos a un déficit de reconocimiento.

No existe una conciencia social acabada de la amenaza que


implica esta clase de criminalidad. En efecto, la valoración
social (y judicial) de los hechos enmarcados como delitos
económicos, es todavía muy distinta de la valoración que
generan, por ejemplo, los delitos contra la vida o contra la
integridad sexual. Es así que todavía se reacciona con más
vehemencia en contra de la delincuencia común que en
contra de la delincuencia económica, y de esta manera hoy
sigue siendo menos reprobable quitar un centavo cada uno a
un millón de habitantes “a punta de maniobras contables”,
que 100 mil pesos a 10 bancos “a punta de revolver”
(parafraseando a Wright Mills). (Palacio Laje, 13 de diciembre
de 2004,
http://buscador.lavoz.com.ar/2004/1213/opinion/nota2902
99_1.htm).

Evidentemente, y de acuerdo con lo señalado por este prestigioso


especialista cordobés en su nota periodística, la sociedad continúa
identificada con el estereotipo de que solo resultan dañosos socialmente los
delitos comunes.

Sin embargo, los datos estadísticos sobre los efectos de los delitos
económicos son sorprendentes, al punto de permitirnos afirmar lo siguiente:

 El perjuicio que ocasionan es inimaginable en los delitos comunes.


 Lesiona la vida y la integridad de las personas.
 Se expanden a nivel internacional.

19
Daños materiales
Si bien los daños materiales característicos de la delincuencia económica son
financieros, estos superan en su cuantía al valor de los daños ocasionados
por los delitos comunes. Pero, además, hay otros daños materiales más
relevantes que los financieros. Por ejemplo, el caso del síndrome tóxico o
del aceite de colza.

En 1981, se desató en España una supuesta epidemia de neumonía atípica


que azotó todo el país y que ocasionó 740 muertes y 25 000 enfermos
crónicos. Las investigaciones desarrolladas arrojaron que la supuesta
neumonía, en realidad, era un síndrome tóxico generado por aceite de colza
desnaturalizado para uso industrial importado por la empresa española
Raelca. Esta, mediante químicos, lo convirtió y lo vendió para consumo
humano, a fin de abaratar costos y mejorar su posición en el mercado. En
1987, se inició el llamado juicio del siglo contra los empresarios y los
traficantes del aceite, quienes recibieron condenas de hasta 80 años de
prisión y obligaron al Estado a indemnizar por un monto de 500 000 millones
de pesetas (3253 millones de euros) a los afectados.

Los fraudes alimenticios, las manipulaciones con medicamentos cosméticos,


etcétera, atentan contra la vida y la integridad física de las personas en
escalas superlativamente mayores a las que atentan los delitos comunes y
pertenecen a la esfera de los delitos económicos.

Daños inmateriales y otros efectos

En tanto daños, podemos mencionar, entre otros, la pérdida de confianza


en el tráfico mercantil, la deformación del equilibrio de mercado y la
eliminación de la competencia. A veces, estos no se producen en forma
directa, sino remota.

Por ejemplo, cuando evadimos impuestos, perjudicamos la hacienda


pública, pero si cometiendo ese delito nos colocamos en una mejor situación
de competitividad en relación con mis otros competidores, puedo lograr un
monopolio y eliminar la competencia.

Según Karl Dieter Opp, “Cualquier sistema de mercado no puede


soportar más allá de determinados niveles de delincuencia porque
precisamente, al superarlos se produce una pérdida de confianza que
hace quebrar el sistema”
20
Conforme a lo desarrollado, encontramos que el delito económico produce
los siguientes efectos:

Efecto resaca: es aquel efecto pernicioso logrado cuando un competidor –


una vez agotadas las posibilidades legales de lucha en un mercado de fuerte
competencia– delinque para lograr mayores beneficios y asume así una
posición de privilegio en el mercado, que obliga a los otros actores a
delinquir para mantenerse en una situación de competitividad.

Efecto espiral: es el efecto producido cuando cada uno de los perjudicados


se convierte en eje de una nueva resaca.

Reacción en cadena: en un delito de elevados daños materiales, cada


perjudicado se torna en el primer eslabón de una cadena de víctimas al
transmitir a terceros las dificultades de pago, las crisis y las quiebras.

Como contracara de estos efectos, debe destacarse el lucro obtenido por el


delincuente económico que alcanza niveles espectaculares,
aproximadamente el 90 por ciento de toda la delincuencia.

Etiología
La criminología intenta encontrar una explicación relacionada a las causas
que generan el delito económico. Analizaremos cada una de ellas, dejando
a salvo que todas las que desarrollaremos pecan de arrojar un enfoque
parcial del objeto de estudio, por lo que, luego de exponerlas, resumiremos
aquellos factores causantes del delito que resultan comúnmente admitidos
por todos.

1) La personalidad del autor como explicación causal:

Psicodrama de Mergen: un psicograma es el resultado de gran


número de exámenes y evaluaciones que realiza un psicólogo para
estudiar la personalidad total de un individuo.

Con base en las conclusiones logradas a través de entrevistas


personales, el examen de procesos judiciales y el análisis de
tratamientos psicológicos, Mergen elabora un psicograma del
delincuente económico, en el que detalla la siguiente estructura
psíquica:

21
 Materialismo: solo concede valor a los bienes materiales. Busca
ávidamente el provecho material.
 Egocentrismo y narcisismo: su personalidad no pasa del estadio
primario del egocentrismo sin desarrollo de su afectividad. Son
solitarios, pero lo compensan mostrándose pródigos, caritativos
y mecenas de las artes.
 Dinamismo y audacia: son presos de un extremo dinamismo
propio de su carácter primario. Su optimismo egocéntrico les
impide calibrar riesgos.
 Inteligencia: son refinados, inteligentes, pero raramente cultos.
 Peligrosidad: su fuerte potencialidad criminal, su gran capacidad
de adaptación social e su ignorancia de los límites éticos los hace
uno de los delincuentes más peligrosos.
 Hipocresía: su frialdad e inmoralidad contrasta con su seducción
social.
 Neurosis: la manía de lucro genera comportamientos neuróticos.

Crítica: su método no es fiable, pues no da prueba alguna de la


realidad de los análisis efectuados. Sus conclusiones son vagas e
imprecisas. No explica a qué delitos conduce esta personalidad. No
existe a estas alturas un consenso doctrinario relativo a que el
delincuente económico es un ser enfermo.

2) Teorías de orientación sociológica:

Estas teorías parten de dos postulados comunes:

 La conducta social es regulada, lo que posibilita la existencia de


comportamientos irregulares. La creación de normas para
regular conductas determina automáticamente como
contracara el conjunto de la delincuencia de esa sociedad. De
este modo, la delincuencia es un acontecer ordinario de la vida
social.

 Rompen con la perspectiva tradicional de la criminología en


virtud de la cual la delincuencia ya no puede explicarse a partir
de la desorganización familiar, la pobreza o del cromosoma Y
extra.

a) Teoría de la asociación diferencial (Sutherland):

22
Desarrollada por Sutherland en 1939, se aplicó en 1949 para
esclarecer la delincuencia de cuello blanco.

Mediante esta teoría, Sutherland pretende explicar el delito


económico con prescindencia de explicaciones psiquiátricas o
ligadas a la condición socioeconómica del autor, que elabora en
nueve puntos.

Sostiene que el comportamiento criminal se aprende en


contacto con otras personas en un proceso de comunicación a
través de un grupo reducido de relaciones personales. La
orientación de los móviles del individuo está en función de las
interpretaciones favorables o desfavorables de las normas.
Todos los sujetos de una economía competitiva están sometidos
a necesidades y valores comunes centrados en el dinero. Así, el
delincuente económico surge porque, sometido a estas
necesidades y valores, aprende el comportamiento criminal
mediante interacción en un grupo en el que prevalecen las
interpretaciones favorables a la violación de la ley sobre las
contrarias.

Crítica: el delincuente antes de delinquir tenía una valoración


social distinta. La teoría no explica el motivo de ese cambio de
actitud valorativa frente a la norma.

b) Teoría de la anomia (Merton):

Merton interpreta que el delito es un hecho normal en la


sociedad; por el contrario, lo anormal es el aumento o la
disminución brusca de la criminalidad. Entonces, existe anomia
cuando se derrumban las reglas vigentes en una sociedad
determinada. Según este autor, el comportamiento irregular
aparece cuando hay una ruptura entre las expectativas sociales
y los medios determinados por la estructura social para lograrlas.
En relación con la delincuencia económica, Opp la ha aplicado
señalando que el comportamiento irregular depende de la
intensidad de las expectativas y las posibilidades legítimas o
ilegítimas que un individuo tiene dentro de una comunidad para
lograrlo.

c) Teoría de labeling approach

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Se desarrolló en Estados Unidos en los 60. Para esta teoría, la
delincuencia es consecuencia de la atribución de roles a una
persona a través de un proceso dinámico de interacción entre el
individuo y la sociedad. Esto origina en aquel una autoimagen
correspondiente a la que los demás tienen de él, lo que da lugar
a una desviación primaria (un comportamiento de defensa o
adaptación). La reacción social posterior encauza el proceso de
desviación secundaria con la formación de modelos más firmes
de conducta desviada. La estigmatización como desviado implica
la atribución al individuo de un rol desviado que finalmente
adopta y conforme al cual se comporta.

En ese proceso de estigmatización, se produce una selección. La


delincuencia se extiende a todas las capas sociales por igual. El
hecho de que los procesados sean miembros de la clase inferior
es consecuencia de una anómala selección de los mecanismos
sociales integrados por las clases superiores.

Crítica: Opp entiende que no se aplica a la delincuencia


económica. No hay estigmatización ni autoimagen negativa en el
delincuente. Además, la reacción social es positiva. Esta teoría
solo explica la delincuencia tradicional.

d) Explicaciones marxistas:

La delincuencia económica es el resultado de la dependencia al


sistema capitalista. Es una consecuencia de la diferencia entre
pobres y ricos, la lucha por la competencia y el afán de lucro. Si
existe la delincuencia económica en los países marxistas, es
porque algunos sectores sociales han asumido la ideología
burguesa en virtud de la presión política, económica e ideológica
ejercida por el imperialismo capitalista.

Crítica: no se ha probado que la delincuencia económica en


países socialistas se deba exclusivamente a la influencia
ideológica burguesa. En los países socialistas, se produce una
delincuencia económica de rasgos característicos, lo que lleva a
pensar que cada sistema económico tiene una delincuencia de
características propias. No es admisible una vinculación
necesaria entre delincuencia económica y sistema capitalista

24
toda vez que la tendencia a la posesión y a la riqueza no es
producto de una ideología determinada, sino una realidad
indiferente a cualquier sistema

Conclusión

Todas estas explicaciones brindan una visión parcial del problema etiológico
de la delincuencia económica. Las teorías psicológicas intentan explicar el
origen del delito económico solo como un fenómeno patológico individual.
Las teorías sociológicas soslayan los aspectos psicológicos y conllevan la
carga ideológica de considerar el derecho como instrumento de la clase
dominante y esa no es una característica esencial del derecho, sino una nota
circunstancial. En resumen, su fracaso finca en el intento de brindar
explicaciones monistas al fenómeno de la delincuencia económica, que debe
ser enfocado de otro modo.

Se debe tener presente que el estudio del delito económico debe


enderezarse al conocimiento del autor, pero no aisladamente, sino en sus
interdependencias sociales. Con base en ello, podemos encontrar los
siguientes factores individuales y sociales explicativos de la delincuencia
económica.

1. Factores individuales:

 Pertenencia a altas capas sociales: no solo define a la delincuencia


económica, sino que también es un factor criminógeno, ya que su
posición social lo adapta socialmente, le brinda imagen y le facilita la
relación con grupos de poder.
 Inteligencia y astucia: presentan gran facilidad para no ser
descubiertos.
 Especial peligrosidad: aun sabiendo que el hecho no es punible, no
dudan en cometerlo si creen posible eludir la prisión, lo que
demuestra una inclinación natural al delito.
 Aunque estén al corriente de la ilegalidad de sus actos, no los
consideran actos criminales, ya sea porque creen que su posición
social les otorga derechos a violar la ley, porque la consideran
irracional, porque el delito se comete con habitualidad en el grupo al
que pertenecen, etcétera.
25
 Situación económica del autor: no es posible cometer delitos
económicos sin poseer medios suficientes. Aun si algunos delitos se
realizan cuando el autor se encuentra en condiciones económicas
angustiantes (quiebra, iliquidez), siguen siendo sujetos poseedores
de bienes. (Bajo Fernández, 1982)

2. Factores sociales:

 Legítimo deseo de enriquecimiento.


 Sistema de libre competencia.
 Desarrollo económico: se ha producido un viraje de una economía
individual de producción de mercancías a procesos industriales de
producción, nuevas formas de pago, mayor intervención estatal,
etcétera.
 Cambio de paradigma del prestigio que ya no se sustenta en la
cultura o en el estamento de pertenencia, sino exclusivamente en el
éxito económico. (Bajo Fernández, 1982)

Estos son los factores explicativos fundamentales de la delincuencia


económica. Sin embargo, la etiología de este fenómeno no quedaría
completamente explicada si no se advierte la importancia de una serie de
características que, por su doble condición de factor causal y obstáculo
político criminal, analizamos a continuación. (Bajo Fernández, 1982)

Lucha contra la delincuencia económica. Consideraciones de


política criminal

Para analizar las medidas preventivas necesarias para luchar eficazmente


contra la delincuencia económica, debemos, en primer lugar, comprobar si
esa lucha es posible en nuestro sistema capitalista. Luego, examinaremos las
dificultades que impiden la implantación de medidas más eficaces.
Finalmente, describiremos los medios de lucha desde las medidas de
profilaxis social y las medidas jurídicas extrapenales, hasta las sanciones
criminales, como último recurso del derecho para lograr la finalidad
perseguida.

1. Posibilidad de lucha contra la delincuencia económica

Aquí corresponde una primera pregunta: ¿La reducción de la


delincuencia en países capitalistas exige o no la pérdida de las
condiciones de la libertad de mercado? Si se admite como positiva la
26
libertad de mercado, habrá que intensificar las medidas que protejan
la competencia y a la vez reduzcan la delincuencia.

De todos modos, reconocer la necesidad de intensificar esa lucha


implica cuestionar la absoluta justificación ética del sistema.

2. Dificultades para una prevención eficaz

Esta forma de delincuencia tiene una elevada cifra negra, lo que se


deriva de las específicas características del hecho, la especial actitud
de la sociedad frente al delincuente y frente al delito y de una
persecución judicial mínimamente eficaz.

Características del hecho

La primera y más relevante de ellas es la apariencia externa de licitud. En


efecto, resulta difícil, a menudo, determinar cuándo una operación
mercantil específica es un acto normal propio de un empresario audaz o una
estafa. Una consecuencia de ello es la ausencia de afectividad (crime appeal)
del delito, es decir, que este se presenta como un acto neutro al rechazo
social. No genera la misma repulsa un homicidio que una estafa. Esta
neutralidad se deriva también de su circunstancialidad y abstracción. El
homicidio siempre es un crimen atroz; en cambio, el delito económico oscila
entre ser un hecho lícito e inclusive beneficioso a ser un grave delito. Por
ejemplo, el caso de acumulación de productos, según se haga en época de
acaparamiento o escasez.

Por otra parte, la apariencia de licitud deriva en otra consecuencia, la moral


de frontera: nadie acepta el reproche jurídico-penal por un hecho levemente
más grave que otro considerado lícito, por lo que se modifican los límites de
la moral.

“La misma persona que en la guerra no titubeó en jugarse la vida y la


salud a favor de su patria, desatiende maliciosamente sus deberes
fiscales” (Rymann)

27
Actitud social

Una dificultad se presenta a través de la ausencia de una negativa valoración


social. Esto se deriva de los siguientes hechos:

 El aprecio a los valores materiales, como el éxito económico o el


lucro.
 La ausencia de crime appeal.
 La posición social del autor.
 La consideración social de que solo se lesiona el sector público.
 La escasa delación (ya sea por el temor ante la posición social del
autor, por la dependencia económica de este, por la ignorancia de la
criminalidad del hecho o por el interés comercial de mantener un
prestigio).
 La manipulación del autor, quien invoca la posibilidad de pérdida de
puestos de trabajo si se continúa o recrudece la persecución penal.
(Bajo Fernández, 1982)

Las dificultades para el tratamiento jurídico y la persecución judicial son las


siguientes:

 Conflictos relacionados con la tipificación del delito económico:


resulta difícil traducir al lenguaje del tipo penal los conceptos y los
criterios propios de la economía y la tecnología.
 Heterogeneidad de la materia: entorpece una política legislativa
eficaz y exhaustiva.
 Problemas para el conocimiento de la antijuridicidad del hecho.
 Dificultades probatorias: el delito económico no es constatable por
los sentidos, como el delito común, y no producen por sí mismos
indicios razonables de criminalidad. Por ejemplo, la comisión del
delito de aborto por sí misma indica ya su tipicidad, antijuridicidad y
culpabilidad. Esto no sucede con los delitos económicos.
 Necesidad de personal auxiliar especializado y numeroso.
 Desproporción entre los recursos de la justicia y los del imputado.
 Dificultades para la persecución a nivel internacional cuando el delito
se comete en varios países a la vez.
 Dificultades para lograr la extradición del delincuente económico.

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Medios de lucha

 Profilaxis social: se debe realizar, en primer lugar, a través de la


información. Esta generará un mayor nivel de afectividad,
determinante de un más profundo rechazo social que solo se
obtendrá con mayor conocimiento de la festividad de estos delitos.
Esa información deberá comprender asimismo conocimiento de las
medidas de protección que deben adoptarse a nivel individual (por
ejemplo: asesoramiento legal, mayor atención a las cláusulas
abusivas en ciertos contratos, etc.). En segundo lugar, la profilaxis
debe realizarse a través de la organización, desde organismos
públicos hasta organizaciones de consumidores.

 Medidas jurídicas extrapenales: mayor control en defensa de la


libertad de la competencia y del crédito, ya sea a través de
organismos de defensa de los consumidores u organismos de control
en las empresas. También sería importante contemplar la posibilidad
de legitimar procesalmente a las asociaciones de consumidores, así
como simplificar los requisitos para la extradición cuando se trate de
delitos fiscales o monetarios. Finalmente, resultaría aconsejable
unificar las sanciones, los procesos y otras instituciones, como la
responsabilidad de las personas jurídicas.

 Función del derecho penal frente a la delincuencia económica: para


respetar el principio de igualdad ante la ley penal (art. 16 de la
Constitución Nacional)10, es necesario crear mecanismos eficaces
para perseguir y castigar adecuadamente al delincuente económico.
El primer problema que surge en esta tarea es el relativo a la teoría
del bien jurídico, ya que se plantea la cuestión de la necesidad de un
adelantamiento de la protección de esos bienes a través de los tipos
penales de peligro abstracto. El segundo problema es lo relativo a la
teoría de la pena, puesto que la delincuencia económica aporta a la
eterna disputa entre preventistas y retribucionistas. En primer lugar,
las sanciones penales de los delitos económicos suelen ser más leves
y menos estigmatizantes que las de otros delitos en desproporción a
la gravedad de sus efectos lesivos. Además, generalmente, la
persecución no se hace por la vía judicial, sino a través de otros
órganos sancionadores. En cuanto a los fines de la pena, solo una
concepción retribucionista puede fundar una lucha eficaz. Ello es así,
puesto que la sociología criminal ha evidenciado que las clases
10 Art.16. Ley N° 24.430 (1994). Constitución de la Nación Argentina. Poder Ejecutivo.
29
superiores no son susceptibles de rehabilitación, readaptación ni
reeducación, por lo que los fines de prevención especial no se
cumplen. En cuanto a la pena idónea para una lucha eficaz,
entendemos que debe respetarse la proporcionalidad a la gravedad
del hecho y, por otro lado, que las sanciones revistan la naturaleza y
la gravedad necesarias para compeler al autor a desistir de la
comisión del delito sin afectar el orden económico. Ahora bien, en lo
que hace a la naturaleza de las penas, las idóneas serían la privativa
de la libertad y la de multa, a las que deberían adunarse otros tipos
de sanciones, como la prohibición de ejercer la profesión, la
publicidad de la infracción, la revocación de la autorización, la
pérdida de la licencia, la patente o la concesión, etcétera.

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Referencias
Bajo Fernández, M. (1982). La delincuencia económica, un enfoque
criminológico y político criminal. Universidad Autónoma de Madrid.
Recuperado de: http://www.bajo-
trallero.es/publicacion/LaDelincuenciaEconomica.pdf

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Ley N.° 14.558. (1958). Ley de Agio y Especulación. Honorable Congreso de


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Ley N° 24.430. (1994). Constitución de la Nación Argentina. Poder Ejecutivo.
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Palacio Laje, (2004). Deficitaria sanción de la delincuencia económica.


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http://buscador.lavoz.com.ar/2004/1213/opinion/nota290299_1.htm

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