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RESUMEN DE ORDEN Y MATRIMONIO

(II PARTE)

El ministro en nombre de la Comunidad y en nombre de Cristo


1520: Lutero dice que el ministerio es delegación de la Comunidad: “el párroco ejerce su ministerio
en nombre de la comunidad”. Luego dirá que el ministerio se sustenta en el encargo de Cristo a los
apóstoles; por eso dirá que el ministerio tiene sustento en Cristo. El ministerio del párroco es
representación de Cristo.
Síntesis:
1. Lutero supervaloró el sacramento bautismal de los fieles. Estableció una igualdad radical
entre los cristianos; negando el ministerio sacerdotal.
2. Lutero prescinde de la relación “Eucaristía- sacerdocio”.
3. Negó la sacramentalidad del orden, a partir del rito de ordenación; ya que la institución no
consta en el NT.
4. Equiparó al párroco con el obispo.

TRENTO. Contrareforma.
El Conc. Delegó una comisión de teología hacer un elenco de temas de los reformadores. (Ej. Lainez,
Salveron). Estos teólogos extrajeron del pensamiento de Lutero (de sus obras “De cautivitate
Babiloniae” y “Abroganta privata”) algunas premisas importantes:
1º El orden no es sacramento, sino un oficio. Por derecho divino, quien instituye a los ministros es el
pueblo, y él les depone.
2º Lo propio de la potestad del orden es la predicación de la palabra y no ofrecer sacrificios.
3º Todos los cristianos son sacerdotes por el bautismo, para ejercer su ministerio se necesita la
llamada.
4º Los obispos no tienen el derecho de ordenar presbíteros.
Por tanto, hay una necesidad de afirmar la sacramentalidad del orden y establecer la establecer la
justa relación entre el obispo y el presbítero.
También es importante aclarar lo que es el sacerdocio común de los fieles.
El sacerdocio común de los fieles en Trento
La tradición catequética afirmó siempre el sac. Común de los fieles: Ap 1,6;5,10;1Pe 2,5; Ex 19,6
(CEC)
No es, por tanto, un tema desconocido. La naturaleza del sac. Común se adquiere por el bautismo.
Trento quiere afirmar tanto el sac. Común, como el sac. Ministerial.
Gedín afirma: “Trento dejó recortada la doctrina sobre el sac. Común de los fieles”.
Trento indicó la diferencia entre ambos:
Sac. Ministerial = Sac. Externo.
Sac. Bautismal = Sac. Interno.
Trento niega que de modo indiferenciado todos los cristianos son sacerdotes.
Catecismo de San Pio V: la sagrada escritura, presenta un doble sacerdocio (sacerdocio externo y el
sac. Interno).
Sac. Interno: lo tiñen todos los fieles después de haber sido lavados por el agua del bautismo; son
sac. En Cristo. Después de Trento, la teolog. No se ocupó del sac. Común de los fieles, hasta el Vat.
II.
Hay conciencia, entonces, que no hay igualdad de potestad entre el sac. Bautismal y ministerial.
Celebración eucarística y predicación en el sacerdocio ministerial.
Trento propone la potestad de consagrar y administrar la Eucaristía (=Euc.). Lo propone como
prueba de un silogismo, cuya premisa se realiza en relación a un sacrificio externo, por tanto, se
puede hablar de un sac. Externo.
Por derecho divino, en la Iglesia existe un sacrificio externo (Euc.) en consecuencia es necesario un
sac. Externo.
La relación entre el sac. Y sacrificio, se fundamenta en la trilogía: Eucaristía- Sacrific ministerial-
bautismo.
El sacrificio del orden fue instituido por Jesucristo al conceder a sus discípulos la potestad de
consagrar y administrar la Euc. (Dz 1740).
Trento habla de la sucesión apostólica en el sentido…
Lutero: ser ministro de la palabra, no es lo mismo que ser ministro de la Euc.
Trento indirectamente; niega que el ministerio sea sólo de la palabra (Dz 1741).
Pedro de Soto: La predicación suprema es obligación del ministro eclesiástico (es episcopal)
Trento: el sac. Está relacionado con la Euc.
Rito de la ordenación y el carácter sacramental
Trento: por la ordenac. Se confiere el Esp. Sto. en el orden sac. (Dz 1754).
Trento no describe el carácter del sacr., pero reconoce su efecto indeleble y niega que quien ha sido
ordenado pueda volver al estado laical.
Ordenación divina de la jerarquía eclesiástica
Lutero: párroco y el obispo, están al mismo nivel.
Trento: Hay una jerarquía por institución divina (diácono, presbítero y obispo)
Debate: unos defendían el poder del obispo como de derecho divino, que la recibe de Dios en la
consagrac. Episcopal. Otros, decían que recibe, no de Dios, sino del Papa. Después de un año de
discusión, se halló una fórmula de compromiso: “Divina ordenatione” y no “institutione divina”.
El obispo tiene autoridad sobre el presbítero, y el Papa sobre los obispos.
- superioridad del obispo sobre el presbítero.
- El reconocimiento del obispo como ordenador de la Confirmac. y el orden sac.
- Potestad del obispo no es la misma que la de los presbíteros.
Trento, propone como dogma de Fe: la existencia del ministerio eclesiástico, como insitución de
Jesucristo.
Como doctrina teológica: la vinculación del sacerdocio a la Eucaristía. También los presbíteros son
sucesores de los apóstoles en el sacerdocio, pero diferenciados de los obispos, en cuanto ocupan un
lugar en la Iglesia, como sucesores de los apóstoles.

VATICANO II
Lumen Gentium. Se habla de un modo amplio a cerca del ministerio sac. Indica la relación estrecha
entre el ministerio y la comunidad. Porque para la Iglesia es importante la predicación y la
administración de los sacramentos.
Teología del ministerio sac.= eclesiología.
La teología del ministerio aparece en la LG como una realidad necesaria para entender a la Iglesia.
Vat. II: - el ministerio de la Iglesia se fundamenta sobre el carácter sacramental y funcional.
- En las opciones fundamentales de la teología sobre el ministerio hay que tener en cuenta
que unos surgen del momento inicial de la Iglesia (fase normativa) y se han mantenido a
lo largo de su historia. Esquema:
Ministerio: Carácter sacramental
Carácter funcional

Dimensión funcional del ministerio eclesial.


LG 18: “Para apacentar el pueblo…Cristo instituyó los ministerios”. Función: Edificación de la
Iglesia. Esta función consiste en tres oficios o ministerios:
- Predicación del Evangelio
- La celebración de los sacramentos
- La dirección de la comunidad.
Los ministros tienen una misión, una potestad, y su origen está en la misión de Cristo (su encargo).
Tiene, por tanto, su fundamento en el evangelio.
Tanto el ministerio apostólico como el post-apostolado, se verifica en la dirección de la Comunidad,
en la predicación del evangelio y en la praxis de los sacramentos.
En LG 18-20, se habla del aspecto funcional del ministerio. Sin embargo, ello no es suficiente para
definir el ministerio ya que él se fundamenta necesariamente en el aspecto sacramental.
Dimensión sacramental del ministerio.
La denominación “sacramental” en LG se refiere a la misma Iglesia (LG 1,9); hay dos afirmaciones
relacionadas:
1º la única y verdadera Iglesia, en cuanto realidad de fe, se manifiesta en la Iglesia única, visible y
universal.
2º la esencia de la única y verdadera Iglesia es ser el cuerpo de Cristo, y que está unido a su cabeza,
que es Cristo.
Por tanto, por su esencia la Iglesia está para reflejar a Cristo y su misión.
Así, la Iglesia es una realidad de fe y a la vez, organismo visible. Por una parte la Iglesia es misterio
(espacio que permite la comunión con Dios) y tb. La Iglesia es sacramento: signo visible de esta
unión con Dios.
La iglesia como realidad espiritual y como realidad visible de esta unión con Dios, es una sola
realidad, unidad del elemento divino y humano (LG 8).
LG. Habla de la única Iglesia de Cristo, y que en este mundo subsiste en la Iglesia católica,
gobernada por el pontífice y los obispos en comunión con él.
Otra afirmación: en la estructura de la Iglesia visible se expresa la esencia de la Iglesia como realidad
espiritual.
La Iglesia en cuanto misterio, se hace visible en su forma institucional y estructural: por tanto el
misterio (LG 3 pertenece a la estructura fundamental de la Iglesia) y está unida a la Comunidad, en la
cual ella se expresa como sacramento de su esencia.
La relación ministerio y la comunidad, pertenece a los elementos constitutivos de la Iglesia, ya desde
la fase normativa de la Iglesia.
Esta relación está expresada en la Iglesia como cuerpo de Cristo. El sínodo de los obispos de 1971: la
estruja de la Iglesia, de la grey y los pastores es normativa: Cristo es su origen y cabeza.
Por tanto, hay unidad entre la dimensión sacramental y funcional del ministerio.
Proviene de la misma tradic. Eclesial. No se puede admitir una fase de la Iglesia en la que no haya
existido el ministerio eclesial.
Desde si origen hay un ministerio en la Iglesia; ello no significa, que desde su origen haya existido la
forma en la que hoy existe.
Desde lo histórico el ministerio es esencial a la Iglesia.
El ministerio y la Iglesia universal
El Vat II relaciona el ministerio, con la Iglesia universal:
1º Colegialidad. Todo ejercicio ministerial tiene una conexión con toda la Iglesia. Por ello, la
ordenación ministerial no consiste sólo en dar la capacidad para cumplir una función en una Iglesia
concreta, sino que se incorpora a un grupo u orden; dando la responsabilidad hacia toda la Iglesia
(desde el punto de vista teológico). Cristo instituyó a los doce a modo de colegio (Grupo estable).
LG 22: Es importante la “communio” entre todos los obispos del mundo (concilios).
LG 23: En cuanto miembro del colegio, el obispo debe tener la solicitud por toda la Iglesia universal.
LG 28.
2º Carácter indeleble. Dz 1877, LG 21 : Ordenación episcopal, actúan inpresona Christi.
Presbit. Ordinis 2: los configura a Cristo sacerdote, el carácter destina a la comunión con la misión
de la Iglesia.
3º sucesión apostólica. LG 20. Los obispos son sucesores de los apóstoles; hay una cadena
ininterrumpida de la práctica de la imposición de manos. La Iglesia es el sacramento fundamental,
realidad única.
En la ordenac. Episcop. Se da la sucesión apostólica, que forma parte del ministerio.
Profundización.
PDV (Pastores dabo vobis): caridad pastoral, consiste en la configuración con Cristo para el servicio
eclesial.
La dimensión eclesial: el presbítero es para la Iglesia, ésta dimensión es sacramental, no se agota en
lo funcional.
La configuración con Cristo: siervo, maestro y pastor.
Ritual de ordenes: los escrutinios y la oración consecratoria: contiene la del inistro ordenado.
Los escrutinios: son oraciones consecratorias:
- en cuanto al episcopado, esta clave insiste en la caridad.
- Promesa de obediencia: novedad de la nueva edición. Antes se le aceptaba la promesa al
religioso; ahora se le pide tb. Al ministro ordenado.
-
PROFUNDIZACIÓN ACTUAL EN LA COMPRENSIÓN DEL MINISTERIO ECLESIAL

1. Diversas funciones del ministro.


Vat II aplica al ministro (de modo particular), la doctrina de la misión eclesial: Tria munera
Christi. Cfr. LG 25,26 y 27.
El conc. Habla de la predicación del evangelio y deja claro que estos “tria munera” están unidos
inseparablemente, y son parte del ministro ordenado.
DZ 1763.1778: Verdadero sacramento, verdadero sacerdocio para ofrecer el cuerpo y la sangre de
Cristo y el perdón de los pecados.
La misa como sacrificio: se da un verdadero y propio sacrificio. Vat II, amplia su contenido. Durante
4 a 5 siglos la dirección de la Comunidad y de la predicación de la palabra, fueron como los aspectos
que se resaltaban mayormente.
El conc. Vat II rescatará todo esto, sin que signifique que el conc. De Trento se haya olvidado, sino
que se centro en la Euc. Vat II va a señalar fuertemente la “tria munera Christi”, amplia la visión del
ministerio.
2. Recuperación de la estructura episcopal de la Iglesia.
A partir del conc. De Trento se logra una recuperación de la estruja episcopal.
El ministerio ha tenido diversas configuraciones de a cuerdo a las épocas históricas, subrayando
diversos aspectos.
Ya en los primeros siglos se habla de “communio ecclesiae”: comunión entre las diversas Iglesias
locales.
Esto significa que cada Iglesia es presidida por un obispo, y en el está el signo de unidad de la Iglesia
local y es fuente de comunión con las otras Iglesias.
Función del obispo: cuidar la comunión dentro de su Iglesia local, y velar tb. Por la comunión con la
Iglesia universal.
A partir de esto, Roma asumió un rol importante: ser signo de la verdadera comunión con la única
Iglesia de Cristo.
El obispo de Roma: signo esencial de unidad comunional de la Iglesia. LG 27.
Vat II en LG, reconoce tres grados del ministerio: Episcopado, presbiterado y diaconado.
3. Revaloración del sacerdocio común de los fieles
El conc. Vat II revaloriza el sac. De todos los fieles cuyo fundamento es el bautismo, la confirmación
y la pertenencia a la comunidad. Todos los miembros dela comunidad cristiana están vinculados con
el único sacerdote de la nueva Alianza, porque son su cuerpo.
Es clara y decidida la afirmación de que el sacerdocio común de los fieles ésta dentro de la Iglesia.
En esa Iglesia existe el sacerdocio ministerial, que representa a Cristo, y el sacerdocio bautismal.
Con esto, se quiere dejar claro, que el sacerdocio ministerial pertenece a la Iglesia, surge en ella y
con ella. El sacerdocio ministerial está ordenado a la edificación o al servicio del sacerdocio común.
4. Ministerio ordenado y servicio
El Vat II, ha recalcado con fuerza la idea del ministerio ordenado. El ministerio está frente (servicio)
de la comunidad. Sac. Común y sac. Ministerial son distintos esencialmente, esta diferencia esencial
consiste en que el bautizado tiene su ser cristiano, el sacerdocio ministerial consiste en el servicio
particular. Lo propio del ministerio es tener una actitud de servicio con la Iglesia. El ministerio
ordenado implica una autoridad, pero que en su ejercicio tiene una norma viviente: Jesucristo.
Servicio y autoridad no se excluyen sino que se complementan. En Cristo se une la exusía (poder) y
la diakonia (servicio). El ministro es ordenado en la Iglesia para el servicio de su comunidad y para
su unidad.
5. La cuestión teológica del sacramento del orden
Sacramento del orden tiene un fundamento divino; realidad que el pensamiento luterano lo niega.
Iglesia católica: la misión que Cristo confía a los apóstoles tiene consigo una potestad; hay una
intensión de querer perpetuar su misión redentora: sacramento del orden.
La institución eucarística: última cena = institución del ministerio del orden, es institución divina.
“Haced esto en conmemoración mía”: fundamento de la voluntad de Cristo de instituir la Euc., a la
vez designa e instituye a quienes perpetuaran este sacramento.
6. Dimensión trinitaria del orden
Dimensión trinitaria del orden
Sólo se enfatiza la dimensión cristológica. Sin embargo tiene una dimensión trinitaria:
- la vocación viene del Padre.
- Se vive al modo del Padre.
- Se deja conducir por el Esp. Sto.
- Lo cristocéntrico lo abre a lo trinitario “sacerdos alter Cristos”.
- El sacerdocio ministerial está al servicio del sacerdocio bautismal (pueblo sacerdotal).
El sacramento del orden es UNO, no se puede hablar de tres sacramentos.
Es un sacramento con tres grados: episcopado, presbiterado y diaconado.
Otra cosa son los ministerios laicales.
Sacerdocio tiene dos grados: episcopado y presbiterado.
Capitalidad del episcopado.
Vat II: cuando se afirma que Jesucristo constituye a los apóstoles, ellos a su vez ordenan episcopos.
Episcopado es la fuente del ministerio. Colegio episcopal tiene su fuente en el colegio apostólico.
El presbiterado no se puede entender sin el obispo.
El diácono es el ministro de la caridad.
Desde el medioevo:
Forma del sacramento: oración consecratoria.
Materia del sacramento: entrega de los ornamentos.
s. XX, Pio XII, plantea una reforma: se constituye que: la materia del sacramento es la imposición de
las manos, la forma del sacramento es la oración consecratoria.
El carácter no es repetible, es indeleble.
Ministro del orden: es el obispo del lugar. No hay ministro extra-ordinario.
Orden del episcopado. Se requiere tres obispos: consagrante principal y otros dos co-consagrantes.
Sujeto del orden: “vir baptizatur” (varón bautizado), con condiciones morales.
Dimensión espiritual del sacerdocio ministerial
Sacerdocio ministerial: es la cabeza y pastor. Sacerdocio es figura de Cristo esposo.
Dimensión eclesial del sacerdocio.
Son cooperadores del orden episcopal; debe haber una relación afectiva y efectiva entre ambos.

MATRIMONIO

Sinópticos
Texto sobre el repudio: Mt, Lc, Mc y Cor.
Lc 16,18 “el que repudia a la propia mujer y se casa con otra, comete adulterio; y aquel que se casa
con aquella repudiada por el esposo comete adulterio”. Vemos que se condena el repudio. Se condena
las segundas nupcias, después del repudio.
También comete adulterio el que se casa con una repudiada.
Se habla sólo del varón, porque la iniciativa del repudio pertenecía sólo al varón legalmente. La
mujer sólo podía pedir ser repudiada.
Mt 5,32 “Yo les digo que quien repudia, excepto en el caso de fornicación, le hace ser adúltera”.
La ley judía, sostiene que comete adulterio quien se junte con la adúltera.
Mc 10,12 “Si ella, se casa con otro comete adulterio”. Implícitamente se admite que la mujer también
puede repudiar a su esposo; según la ley greco-romana.
Mt 5,31 “Yo les digo...” puede entenderse desde Dt 24,1.
Vemos que los textos del NT expresan la indisolubilidad del matrimonio. Ni siquiera en el caso de
adulterio se puede admitir un segundo matrimonio.
En oriente desde el s.VII basándose en estos textos, en algunos casos permiten que se pueda dar un
segundo matrimonio.
Trento, en cambio, mantiene la tradición occidental, negando la posibilidad de que se pueda realizar
un segundo matrimonio. Sobre esto hay tres interpretaciones:
1º la interpretación como excepción real. Ante el adulterio de la mujer la reacción posible es el
divorcio. Es una interpretación de la teología de los orientales.
2º La interpretación tradicional. Ante la situación de adulterio, cabe la posibilidad de separación;
pero no de un segundo matrimonio.
3º La interpretación rabínica. Consiste en la prohibición de contraer el matrimonio con parientes
cercanos (que sería denominada “prostitución” según dicha interpretación). La indisolubilidad el
matrimonio es absoluta; excepto en el caso de incesto, el vínculo queda disuelto.
Snakerball no duda que la tercera interpretación es de mayor claridad y la acepta. No parece que
Jesucristo se pone de parte de una de las escuelas del momento.

Mateo
El matrimonio (que en el fondo no hubo) en caso de fornicación, puede ser disoluble.
Escuelas:
a) Shamai. Era severa y no admitía el repudio.
b) Léyel. Era más laxa.
Jesús, admite la imposibilidad de la indisolubilidad.
Mt 19,1-9:
1º pregunta ¿Es lícito repudiar a la mujer...?
- Rpta. Gén 1,27; 2,24 “Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”
- Se remite a la finalidad originaria de la creación.
2º Pregunta ¿Moisés...?
- Rpta. Motivo “Duritia cordis” (dureza del corazón)
- Pero, “al principio no fue así...”
Ez 6,36: corazón de piedra.
Jer 31,31-34: promesa de la alianza.
Con la llegada del mesías habrá un nuevo orden de cosas. La voluntad del creador, no incluye la
posibilidad del repudio.
Novedad: consiste en que después de la separación, el vínculo permanece, es indisoluble.
Mt 5, debe entenderse en relación a Mt 19.
Mt 19: “Quien rechaza su esposa, y se vuelve a casar comete adulterio”
Mt 5: “Quien rechaza su mujer, la convierte en adúltera a quien se casa con ella, y ella, también
comete adulterio.
1 Corintios 7.
Estructura:
a) 1-7: sobre el matrimonio
b) 8-9: condición de vida célibe
c) 10-11: casados.
d) 12-16: matrimonio mixtos.
e) 17-20: judíos y paganos
f) 21-24: libres y esclavos
g) 25-35: vírgenes
h) 36-37: Vírgenes prometidos
i) 39-40: Viudas
a) 1-7: Matrimonio. “Sería para el hombre no tocar mujer…”. Frente al peligro de la incontinencia,
que cada mujer tenga su marido, se recomienda que cada hombre tenga su esposa.
Por tanto, el matrimonio vendría a ser una especie de cura a la concupiscencia (San Agustín).
1,3: se habla de la actividad sexual; de las exigencias y obligaciones a la vida matrimonial.
1,5: Excepción: Abstención, a causa de la oración (de común acuerdo, y temporalmente). Hay
consciencia de que son “una sola carne” y la mujer es puesta al mismo nivel del hombre.
1,6: la petición de Pablo tiene un carácter de concesión, y no es un mandato.
1,7: “quisiera que todo fueran como yo (célibes…), pero cada uno tiene su propio carisma. LG 11:
Cada uno tiene su propio don: celibato o matrimonio.
Hay una valoración del matrimonio. Y no se debe hacer una interpretación incompleta; indicando que
el matrimonio es sólo un remedio a la concupiscencia. Sino, que se debe interpretar adecuadamente:
El matrimonio, es un don en sí mismo.
La desvalorización del cuerpo, no tiene origen judío, ni cristiano.
Valoración del matrimonio:
1º Pablo rechaza una desvalorización del cuerpo y mantiene plenamente la dignidad el
matrimonio.
2º El matrimonio, es remedio contra la inmoralidad y el desorden de la incontinencia.
3º Hay una valoración muy positiva del matrimonio. Los padres deben aconsejar a sus hijos el
matrimonio.
4º Se defiende el celibato; y ésta es la novedad frente al judaísmo.
b) 25-35: Significado de la escatología para el matrimonio.
En Pablo no se desvaloriza el mundo, sino se le ve su gran valor a partir de la teología de la creación.
c) 36-38: Vírgenes prometidas (lo que hoy es el noviazgo)
d) 10-11: casados: Se debe entender a partir de los sinópticos: La indisolubilidad del matrimonio.
Efesios
Ef 5,21-23: fundamenta la sacramentalidad del matrimonio.
El matrimonio como institución es anterior a Jesucristo, no es una originalidad del cristianismo; pero
sí, su sacramentalidad.
Estructura del texto:
Cap. 21: nos ofrece el principio general “someteos unos a otros, en temor a Cristo”.
Cap. 22-32 contiene la enseñanza sobre el matrimonio cristiano.
Cap. 33: Conclusión.
La enseñanza del matrimonio…..
La parte central del texto se divide en:
a) 22-24: exhortación a las esposas.
b) 25 ss: exhortación a los maridos y la motivación. La motivación de esta exhortación se funda
en la relación “Cristo Iglesia”.
21: con términos con sentido cristiano, que se debe entender en el contexto de una relación con
Cristo. La relación con Cristo tiene una consecuencia concreta para la relación entre los hermanos en
la fe.
“Someterse” indica la recíproca subordinación entre cristianos.
La exhortación es un principio válido no sólo para la relación Xto- Iglesia, sino tb. Para la vida
matrimonial.
22-24: Aquí, Pablo aplica el principio general de una actitud de sometimiento de unos a otros, de la
mujer en relación al marido; la relación que está en el fondo es de Cristo y la Iglesia. Ef 1,22; Col
1,18.
Si la relación entre los esposos está basada sobre la relación “Xto – Iglesia”, y Cristo es cabeza, en
este sentido, el esposo es cabeza de la mujer. Así, como la Iglesia está sometida a Cristo, así las
mujeres deben estar sometidas a sus esposos.
25-31: los maridos son objeto de una exhortación breve y concisa “amen a sus mujeres”, exhortación
que presenta una doble afirmación: 1. Hay un principio de la motivación, curiosamente cuando se
había hablado de esta relación entre el hombre y la mujer; luego, en el c. 22-24 se justifica que el
hecho de que la mujer debe someterse al marido, tiene su fundamento en la relación Xto- Iglesia. A
partir del c. 27, el acto concreto de Cristo que es la devoción a su Iglesia, este es el principio por el
cual el marido debe amar a su mujer.
Cristo donándose a su Iglesia en la cruz, como acontecimiento de salvación, se describen tres
momentos: 1. santificación, 2. purificación mediante el lavado de la palabra (¿?), 3. Presentación.
En la mentalidad judía la novia era presentada al prometido, y usando esta comparación, Pablo habla
de cómo Cristo la presenta a la Iglesia.
Así, la motivación del amor, entre el hombre y la mujer, por un lado, el acto de Cristo y por otro lado
está la exigencia moral del amarse así mismo. Así, en el matrimonio los esposos se convierten en una
sola carne, porque nadie odia su propia carne. Pero la verdadera y más alta motivación es la relación
Xto-Iglesia. Por eso, el hombre debe amar a su esposa, y la relación de amor entre ambos debe ser
perenne.
Se cita Gn 2,24 “serán los dos una sola carne”. Este misterio que es grande, y su grandeza alcanza en
relación a la unidad de Xto-Iglesia, que es también un gran misterio.
El misterio en Pablo es un designio de salvación. La voluntad de salvación que Cristo tiene por los
demás, se contiene en la expresión “serán una sola carne”. Xto. realiza esta unión, en su relación con
la Iglesia.
Consecuentemente la unión entre los esposos en el matrimonio, no es sólo en cumplimiento de la
voluntad del creador, sino que en ella encuentra el cumplimiento de la salvación y que se cumple en
la relación de Cristo, con la Iglesia.
El matrimonio es signo real de ese misterio de salvación que se realiza en Cristo. Por tanto, la
relación del hombre y la mujer dentro del matrimonio, no es sólo una imagen, ni un símbolo, sino
que en él, se actualiza el misterio de salvación de Dios. En esto, radica el fundamento del
matrimonio, como sacramento.
Por tanto, el comportamiento de los esposos cristianos deberá reproducir el comportamiento de
Cristo, en relación a la Iglesia.
Origen de la celebración cristiana del matrimonio
La enseñanza bíblica sobre el matrimonio, no indica que desde el inicio del cristianismo haya habido
una manera particular de celebrar el matrimonio.
En la carta a Diogneto dice que los cristianos se casan como los demás; lo cual significa que lo más
probable es que adoptaron la manera de la sociedad en la cual vivieron. Pero lo que les diferenciaba
era su manera distinta de vivir.
Como indica el derecho romano, al mártir “nuptiae sunt comunio maris et feminae, consortium ovnis
vitae divinae et humani, iuris conmunicatio.
El matrimonio romano, a diferencia del judío, se realizaba por el consentimiento, (en cambio, el
judío, se daba por etapas “María estaba desposada…” en un rito inicial).
Ulpiano: “el matrimonio se constituye por el consentimiento, no por la unión sexual”.
El objeto del consentimiento: Estar de acuerdo con las exigencias del derecho “iustum
matrimonium”. Se pedía que respetaran el “honores matrimonii”, en el que se indicaba que el hombre
debe tratar a la mujer con afecto y respeto. La mujer debía tener el mismo rango social que el marido.
El matrimonio era monógamo, y no podían casarse entre personas que pertenecen a grupos sociales
diversos (ej. Un senador y una esclava).
Siempre tenía una connotación religiosa. La mujer debía participar del culto, del que participaba la
familia del marido.
Los cristianos tomaron elementos del matrimonio romano, pero con las siguientes diferencias:
- no aceptaban el divorcio (por mutuo consentimiento).
- No aceptaban el repudio.
- Si bien, el repudio y divorcio eran defendidos por el derecho, no fueron aceptados por los
cristianos.
Un tema delicado fue, la desigualdad social. El cristianismo aceptó el matrimonio entre personas de
diversas clases sociales. Ya que Calixto, fue duramente criticado por Hipólito, que aseguraba que no
se podía aceptar el matrimonio Cristiano en contra del matrimonio civil.
El matrimonio de “consciencia”, fue concedido por el obispo, pero no se comunicaba a la autoridad
civil.
En cuanto al rito:
- Pietro Dacquino: “el matrimonio siempre tuvo un rito propio”
- Ritzer: “la celebración específica del matrimonio sólo aparece por el s. V.
Sin embargo ya en los primeros siglos hubieron algunas indicaciones; por ej. De San Ignacio en que
en una carta a Policarpo le dice “la nupcias sean según el Señor, con el parecer del obispo…”.
El obispo hacía las veces de jefe de familia.
Tertuliano: en el periodo en el que pertenecía a la Iglesia católica, dice que el matrimonio se celebra
en la Iglesia (ante la comunidad). Tb. Afirma que un hombre puede casarse sólo con una cristiana.
Exalta aquello que tiene el matrimonio cristiano: “Ecclesiae, comunio oblatio”. Dacquino dice que
este texto deja claro que la celebración del matrimonio se realiza dentro de la Eucaristía, y además
hay una bendición de nupcias.
Sin embargo, Ritzer y Squile Recks, dicen que este texto, más bien se refiere a la prohibición de
matrimonios mixtos.
Más tarde en el Ambrosiaster en Roma (366-384), se halla datos de una celebración específicamente
cristiana, también ello se consta en Ambrosio; en una carta del Papa Silicio a Ireneo (385), en San
Paulino de Nola (“el padre conduce a la esposa hasta el altar, el obispo cubre con el velo a los dos y
pronuncia la bendición…”). También en esta época se celebra el matrimonio dentro de la misa. En
esta celebración no se puede hablar de una celebración jurídica para el cristianismo, sino de una
obligación moral.
San Agustín. Dice que el matrimonio pertenece al carácter social propio del ser humano y al gran
valor que tiene la amistad. Escribió “De bonum conyugali”, (a.401); años después los pelagianos le
acusaron a Agustín de negar el valor del matrimonio, porque según ellos, Agustín dice que es
consecuencia del pecado original. Sn Agustín responde con el “nuptiis et concupiscentia” (418), en la
que demuestra que de ningún modo condena el matrimonio, ni tampoco su valor es consecuencia de
la concupiscencia, del pecado original. Habla de tres bienes del matrimonio: 1. Fidei: mutua fidelidad
de los esposos, 2.Proles: el fruto del matrimonio, los hijos, 3. Sacramentum: valor sacramental y
definitivo.
La castidad conyugal es más bien, superación del desorden de la concupiscencia, y es un don
gratuito. Agustín distingue entre el placer, y el placer desordenado; por tanto, la unión sexual es un
bien en miras a la procreación (los hijos). La concupiscencia no destruye el matrimonio, no se puede
hablar de un maniqueísmo agustiniano.
En su obra: “Delectatio Concupiscentia”, dice que el pecado radica en placer desordenado.
En: “De bono conyugali” dice que todo hombre es social. El primer lazo de la sociedad humana se
dan entre el hombre y la mujer “codo a codo, caminan juntos a una misma meta”. También se
indicaba, que se denomina adulterio, a quien se une con otra persona después del divorcio.
La indisolubilidad en los primeros siglos.
El cristianismo rechazó el divorcio. Sin embargo, hubo ciertos titubeos de origen pastoral.
Orígenes, deplora que en algunas parroquias se de permiso para que se puedan casar, en caso de
divorcio; mientras la otra persona estaba viva.
San Ambrosio, niega el divorcio; por más que la ley imperial lo permite.
San Jerónimo, dice que el cónyuge le puede echar a su pareja infiel, pero no puede volver a casarse:
“Aliae sunt leges cesarum, aliae Crhisti”.
San Agustín: La separación es menos grave, que se separe la mujer.
Sn Inocencio: es necesario separar de la Iglesia a los que se casan después de haber cometido
adulterio.
El adulterio fue siempre, concebido como pecado grave.
Tertuliano (periodo montanista), dice que el pecado del adulterio es imperdonable. Dentro de un
contexto en el que la reconciliación con la Iglesia, se daba después de un largísimo periodo de
penitencia.
En Oriente, Sn Basilio (s IV), habla de una absoluta indisolubilidad y la inapelable aprobación de las
segundas nupcias; sin embargo, en el caso de que un hombre cometa adulterio (por haber sido
abandonado por su mujer), parece que está la posibilidad de que pueda contraer un segundo
matrimonio.
Abnes: Interpreta a Basilio, diciendo que éste no admite el adulterio.
Gregorio Niazanceno, Juan Crisóstomo, Hilario de Poitiers, no hablan del tema, ello, hace pensar que
admiten las segundas nupcias.
Crousel y Adnés, dicen “No hay testimonio de admisión a segundas nupcias, ni siquiera en caso de
adulterio (no provocado)”.
Excepciones: Ambrosiater (366-384), al comentar las cartas de Sn Pablo (1 Cor 7,11), dice que
concede al esposo el permiso de volverse a casar, si su esposa cometió adulterio. En cambio la mujer,
no goza de dicho derecho.
Agustín y Ambrosio, dicen que el pecado es menos grave, si la mujer repudiada es inocente.
Hay una unanimidad hasta el siglo V, de rechazo a las segundas nupcias.
Siglos VI – IX
En occidente: en los siglos VI, VII y VIII, hay muchas confusiones respecto a la comprensión de los
sacramentos; debido a las invasiones e influencias políticas y religiosas de países paganos.
En la práctica hubo diversidad de cambios, por ej. Surge la penitencia tarifaria, los libros
penitenciales de Teodoro de Canterbury, en el que se hablaba de la posibilidad del divorcio en
diversos casos.
En algunos concilios locales, como el de Congiegne (757) y el de Ververie (758), se preven algunos
casos de divorcio en diversas ocasiones, por ej. Para entrar en la vida religiosa (previa aprobación del
otro cónyuge), también en el caso de que uno se casó siendo esclavo y sin haberlo dicho, y también si
contraía la lepra.
En cambio la mayoría de los concilios hablan de la absoluta indisolubilidad el matrimonio.
En el s. IX, se afirma: La indisolubilidad, inclusive en el caso de adulterio, por ej. El concilio de
Friol (796) y el concilio de Nantes. En este contexto, la autoridad de los obispos, es reconocida por el
emperador Constantino; con ello se busca afirmar lo que ya se decía en el s. IV.
En oriente: desde el s. VI se permite el divorcio y la posibilidad del segundo matrimonio (por
influencia de Justiniano), el fundamento para ello es la “forneia”, es decir se acepta el segundo
matrimonio en los siguientes casos: Adulterio, Apostacía, abandono irreversible.
Sin embargo, pese a ello, los datos que se hallan con mayor frecuencia, afirman la indisolubilidad del
matrimonio.
Constitución del matrimonio.
Según el derecho romano, el matrimonio consiste en: - Consenso de las voluntades, pagar la dote,
acuerdo de las familias de los futuros cónyuges.
El cristianismo adoptó el matrimonio romano, pero con algunas variaciones:
En el s. VI, en Bulgaria surge la pregunta ¿Cuáles son los elementos esenciales del matrimonio?. El
Papa Nicolás en el año 866 responde a este cuestionamiento del modo siguiente “Los elementos que
intervienen en el matrimonio, son los siguientes: presencia del sacerdote, presencia de la familia,
pago de la dote, pero ante todo lo esencial es el pacto que se da por el consentimiento de las
voluntades, sin esto, todo es inútil (incluso la unión sexual).
Ya algunos padres y teólogos habían tocado este tema. Por ej. Inc Maro de Riñes decía “El
matrimonio está constituido por la unión carnal”, decía esto porque Esteban de Aquitania se casó,
pero creía que su matrimonio no podía ser consumado…
El Derecho romano acentúa el consentimiento, como elemento constitutivo del matrimonio. En
cambio, el realismo popular del pueblo germánico, subraya el unión sexual, con el fundamento
bíblico “sean una sola carne…”.
La doctrina del “consentimiento” fue aceptaba por Pedro Lombardo (París), y se llegó a clarificar del
siguiente modo: el consentimiento es la causa eficiente.
La escuela de juristas de Bologna, con su representante Graciano hace una distinción entre :
- Matrimonium iniciatum
- Matrmonium ratum
- Matrimonium Consumatum
- Matrimonum perfectum
Siendo estos dos últimos los elementos constitutivos del matrimonio.
Sin embargo una es la teoría válida, la del consensualismo de la escuela de Paría, pero
complementada con la teoría de Bologna; como lo podemos ver en los decretales de Alejandro III: el
consentimiento, que debía ser explícito, es el elemento constitutivo, por que ya desde ese momento
es indisoluble; pero absolutamente indisoluble sólo después de la consumación.
Edad Media
En general este periodo se caracteriza por haber profundizado el pensamiento cristiano, a partir de
los datos de la tradición.
Dentro de los distintos estudios que se realizan en esta época, una cuestión que se trata es acerca de
los fines del matrimonio.
Algunos teólogos dicen que el fin ha sido dado por Dios desde la creación; la procreación. Y otro fin,
después del pecado original, es el remedio contra la concupiscencia.
Otros teólogos dicen más bien que el fin del matrimonio es la mutua ayuda: la generación (hijos) y la
cooperación en las necesidades materiales.
Hugo de San Victor (+1141), Habla de un doble fin del matrimonio:
- Unión de los espíritus en el amor conyugal. Un amor espiritual que ayuda a crecer en la
comprensión del amor de Dios.
- Propagación del género humano. Como remedio contra la concupiscencia.
Por lo tanto, hay un doble consentimiento:
- “si” que se dan, es el inicio común en el amor recíproco.
- Poder realizar el acto sexual.
Hugo de Sn Victor es el único teólogo que resalta el valor del amor conyugal.
San Buenaventura (+1274). Admite una doble unión: Espiritual y corporal. Pero no admite un doble
consentimiento; sino que habla del acto generativo (sexual) en orden a la procreación.
Santo Tomás. Hace una síntesis de la teología anterior, a partir de algunos principios aristotélicos.
La naturaleza busca la conservación de la especie, es superior al bien de un solo individuo. Por eso,
se desarrolla en individuo en función de la conservación de la especie.
La relación sexual, está ordenada a la transmisión de la vida, para conservar la especie. Para el
hombre, el objetivo es transmitir la vida humana, que junto con la generación biológica, incluye el
cuidado del cuerpo y del alma. Hay una promoción de la persona, los padres deben estar unidos de
modo estable, deben estar casados. Finalidad es: la procreación (generación de los hijos).
El matrimonio es unidad e indisolubilidad. Sto. Tomás habla de otro fin: Dinamismo hacia la
sociedad. El matrimonio es la base de la sociedad. El matrimonio entendido como ayuda mutua, no
es un medio, sino una finalidad.
En la suma contra los gentiles, da las características del matrimonio: Relación estable de los padres,
transmisión de la vida; la mujer no debe repudiar al marido, y el marido no debe repudiar a su mujer.
La amistad cuanto es más grande, es más sólida y duradera.
La máxima amistad que se puede vivir es entre el hombre y su mujer.
El matrimonio debe ser monógamo, no polígamo.
¿El matrimonio es sacramento?
Teólogos escolásticos no dudan que sea un sacramento, pero la cuestión surge sobre todo respecto a
la pregunta; si es sacramento ¿en qué aporta a la salvación eterna, como los otros sacramentos
claramente lo hacen?
Hugo de San Víctor dice que el matrimonio es santo y santificante.
S XIII, Santo Tomás y otros, afirman que el matrimonio no sólo da una gracia que quita el mal, sino
que también ayuda a hacer el bien (ad bonum: Suma teológica, Par III, q 62-65). El matrimonio se ve
desde el tema de la gracia, es decir, desde una perspectiva positiva.
Trento admite estas perspectivas de pensamiento.
Lutero
Siempre habló del matrimonio, y habla de la sacramentalidad del matrimonio.
El concilio de Florencia y segundo de Lyon, expresan la fe católica: sacramentalidad del matrimonio.
Como resultado de una teología de siglos.
En 1519, Lutero habla sin dificultad del matrimonio como sacramento: “Santo, signo
sacramento….unión en Cristo…”.
En 1520, niega la sacramentalidad del matrimonio en su obra “De captivitatae Babilonia”.
Argumenta para ello, diciendo que el matrimonio no tiene ningún fundamento bíblico, además existe
desde siempre. Con Cristo no se da ningún cambio. El matrimonio es algo externo, mundano como el
vestido, la comida, la casa, el jardín…”
Ef 5, 32, al ser explicado dice que la Iglesia, se ocupó de oscurecer el sentido del matrimonio. Se
critica la vida consagrada. Por la imposibilidad de vivir la castidad.
Por tanto, el matrimonio es una estado de vida santo y querido por Dios. Ha sido creado directamente
por Dios (Gén). Le da al matrimonio un sentido religioso y santo, cosa que se les había quitado por
los teólogos católicos por el tema del celibato. Argumentos:
1º Gén 1,21-28: el creador quiso el matrimonio. Y en la Biblia no hay texto que fundamente el
carácter sacramental del matrimonio.
2º El matrimonio, es la célula fundamental de la sociedad. De ahí que el matrimonio tiene una
dignidad y santidad.
3º La vida familiar está fundamentado en el cuarto mandamiento; de ahí le viene la dignidad altísima.
Por tanto, es importante que los padres decidan sobre el matrimonio de sus hijos.
4º Ef: El matrimonio es la representación del amor de Cristo y la Iglesia.
Aspectos problemáticos:
Lutero, dice que Dios reina en lo:
- mundano: y en este reino está el matrimonio, por es competencia del Príncipe (Estado).
- Redención, es el reino celeste, el de la predicación.
Según Lutero, el matrimonio no es sacramento en sentido estricto, sino un estado de vida santa. Y el
matrimonio compete al estado y no a la Iglesia.
Por tanto, la Iglesia no puede dictar leyes, ni hacer juicio sobre temas del matrimonio. Sólo en casos
de dificultad matrimonial y de conciencia, el sacerdote puede aconsejar. Es decir, en casos
excepcionales.
En cuanto a la relación dice: después del pecado original toda relación es pecado, tiene algo de
pecado; por más que se dé dentro del matrimonio, aunque en este último caso, el pecado Dios no lo
imputa.
Critica la vida religiosa: bajo estos dos argumentos:
- No hay fundamento bíblico para el celibato.
- La imposibilidad del hombre, después del pecado original, consiste en poder superar el
instinto sexual. 1Cor 7 : Nadie puede vivir esa virginidad, de la que habla San Pablo.
Divorcio: en caso de adulterio, el divorcio es permitido. También en el caso de un comportamiento
gravemente malo, por el que se le puede considerar al cónyuge como muerte, y por tanto, uno se
puede volver a casar.
TRENTO
Trento refuta la crítica de los reformadores: afirma la sacramentalidad del matrimonio.
El concilio de Florencia (1439) ya afirmó la doctrina de la sacramentalidad del matrimonio. Trento
confirma los siete sacramentos (Dz 1600)
Decreto de Tametzi. En lo doctrinal se confirma el carácter indisoluble y monógamo del matrimonio.
Ef 5,25-32: Pablo alude con este texto al matrimonio. Así como tb. En Mt 19,6 y Mc 10,8-9.
También se hacen afirmaciones sobre el matrimonio en el derecho canónico. Se pone algunos
impedimentos, se afirma la indisolubilidad, pero si se puede “disolver” el matrimonio si aún no se ha
consumido.
Este decreto también se refiere a los matrimonios clandestinos, y dice que estos, son totalmente
verdaderos y válidos.
Forma canónica del matrimonio: Se exige que la celebración del matrimonio se haga en la Iglesia. El
párroco debe interrogar a los esposos y bendecir su matrimonio (en lo posible). Si no se cumplen con
estas condiciones, los matrimonios son inválidos.
Post- Trento:
Hay la aplicación del privilegio paulino, en el contexto del descubrimiento de América.
Siglo: XVI, se distingue en el matrimonio. La materia = Contrato
La forma = Sacramento
Ambos elementos pueden ser separables.
En Francia, el s. XVIII: se nota esta distinción, ya que el matrimonio contrato, compete al poder
civil, en cambio el matrimonio sacramento, compete a la Iglesia. Sólo si hay bendición, se da
verdaderamente el matrimonio.
El emperador José II (1790), dice que todo el matrimonio se debe celebrar como competencia del
estado civil.
En el s XIX: Pio IX y León XIII, defienden el matrimonio religioso, con la afirmación “arcanum
divinum sapientitiae”.
Pio Xi, en 1930 afirma la “casti connuvii”, es decir el amor conyugal. Incluso en el caso de
infecundidad, el matrimonio tiene sentido.

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