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Salmos 100:1-5

La actitud del cristiano ante Dios


Introducción
Cuando nosotros nos vamos a una fiesta ¿cuál es nuestra actitud?, es verdad que cuando nos invitan
a la fiesta nos vamos muy elegantes, nos cambiamos de ropa o nos vamos a Coppel para estrenar
ropa, esperamos el momento y nos vamos muy alegres y ya queremos estar en la fiesta para
empezar a convivir y platicar con los amigos. Nuestra actitud como seres humanos es la de ser feliz
y vivir el momento. Pero la actitud del cristiano ante Dios es que:
I. Debemos cantar alegres. v1
 Cuando nosotros llegamos a la presencia de Dios, verdad que es de gozo, cantamos a
Dios con alegría, nadie viene con caras tristes. Usted viene a este lugar no con tristeza
sino con gozo de alabar a Dios.

II. Debemos servir a Dios con alegría. v2


 Servir a Dios con alegría, no solo es tener una venta y hacerlo porque me lo exigen, o
porque soy miembro de la iglesia y lo tengo que hacer por obligación. Pues todo lo que
hacemos es para la gloria de Dios y no agradamos a los hombres sino a Dios.
 Colosenses 3:23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no
para los hombres;
 La actitud del cristiano, es servir a Dios con alegría en todos los ámbitos de la vida, no
solo en participar en una alabanza, o ser director de Culto, sino en todo.
 1 Corintios 10:31 Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la
gloria de Dios. Claro esta en que todo lo que hagamos es de para glorificar a Dios y
debemos servir y hacer toda obra con alegría, y corazones entregados a Dios.

III. Debemos venir ante su presencia con regocijo.


 Gritar con alegría, venir con gran entusiasmo ante Dios, creo que nadie en este día vino
ante el Señor porque tenga problemas, sino porque ha venido con gratitud y viene con
ese regocijo que se expresa en ese rostro hermoso que contagia. Un cristiano si es que
podamos llamarlo así no viene ante Dios de malas sino con regocijo en adorar a Dios.
Conclusión
El venir ante Dios y estar con Dios es cantarle con alegría, no solo debe ser por un día, sino todo el
momento de nuestra vida, servir a Dios no por obligación sino con un gratitud que se ve reflejado
en alegría, reconociendo al Dios quien es el motivo de nuestra alegría, venimos ante Dios con
regocijo no con corazones tristes, porque el venir a la casa de Dios debe ser una fiesta donde los
creyentes conviven en amor fraternal y expresar allá a fuera su servicio con alegría y regocijo….que
Dios los bendiga.

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