Sie sind auf Seite 1von 17

Caratula

LA PRESENCIA FEMENINA EN LA POLICIA


Dedicatoria

A mis padres, por su inmenso amor, comprensión y apoyo incondicional que me brindan en mi

vida profesional.

A mis compañeros de trabajo y de la universidad por su apoyo y comprensión en los momentos

que lo necesite.
Índice

Dedicatoria .................................................................................................................................... 2

Introducción .................................................................................................................................. 4

Objetivo del estudio ...................................................................................................................... 6

CAPITULO I CONTENIDOS TEORICOS............................................................................................. 6

CAPITULO II CAMPO POLICIAL....................................................................................................... 9

CAPITULO III ANALISIS DE LA INFORMACION.............................................................................. 11

CONCLUSIONES ........................................................................................................................... 14

RECOMENDACIONES .......................................................................Error! Bookmark not defined.

LIMITACIONES .................................................................................Error! Bookmark not defined.

BIBLIOGRAFIA .............................................................................................................................. 16

ANEXOS ...........................................................................................Error! Bookmark not defined.


Introducción

Actualmente la Policía Nacional cuenta con la valiosa participación de la mujer peruana y, desde

el momento mismo que vistió el uniforme policial demostró calidad, esfuerzo y sagacidad en el

trabajo.

Por lo que es preciso resaltar que la mujer policía hace de la vida un motivo de alegría, pues

cumple con sus responsabilidades tanto dentro del hogar como en su espacio de trabajo, desde

donde garantiza la protección y la seguridad de la comunidad.

Aunque en los últimos años, son cada vez más las mujeres que forman parte de los cuerpos y

fuerzas de seguridad del Estado, los porcentajes siguen estando muy lejos de la realidad

demográfica, con una población femenina que supera el 50%.

Actualmente, solo hay un 7,5% de mujeres en la Guardia Civil, un 12% en la Policía Nacional y un

12,5% en las fuerzas Armadas. Las cifras son similares a otros cuerpos autonómicos y locales

como la Policía Foral de Navarra (8,2%), la Ertzaintza (11%), alcanzando el 20,9% en los Mossos

d’Esquadra. Si nos comparamos con nuestros vecinos europeos, ningún país supera el 20%,

siendo Francia, con un 19% el que más presencia de mujeres tiene, e Italia, con el 3%, el que

menos.

La secretaria de Estado de Igualdad hizo hincapié en la necesidad de “modernizar” a las FFCCSE,

equiparándolas con “la mayoría de la población” ya que siguen siendo unos cuerpos “muy

masculinizados”, con datos que reflejan que, por ejemplo, haya 7 mujeres comisarias en la

Policía Nacional, frente a 122 hombres con el mismo rango, explicó.

Soledad Murillo alabó la “valentía” de las mujeres que han puesto en marcha esta iniciativa y

destacó la importancia de esta plataforma, en sí misma “un indicador de modernización”, dijo.

A su juicio, “no basta con un protocolo, tiene que haber un plan de igualdad”.
Los problemas a los que se enfrentan estas profesionales son muchos, sobre todo en materia de

conciliación, material adaptado y casos de acoso laboral y sexual. En la Guardia Civil, el 77% de

los casos de acoso acaban archivados, entre ellos el que relatamos recientemente en estas

mismas páginas.
Objetivo del estudio

El presente artículo tiene como objeto desarrollar una primera aproximación a la realidad de las

mujeres en las policías locales en conjunto, pero, dado que lo masculino se ha vinculado

tradicionalmente con lo universal y que los cuerpos de seguridad son una profesión

históricamente masculinizada, se prestará especial atención a la realidad de las mujeres. Se

ofrece una radiografía de las características sociodemográficas de los/as policías locales,

describiéndose la situación personal, familiar y laboral de estas personas, antes de acceder al

puesto y en el momento actual, realizando un diagnóstico desde la perspectiva de la igualdad

de género. Además, se analizan los diferentes fenómenos y procesos que contribuyen a

reproducir el carácter masculinizado de cuerpo.

CAPITULO I CONTENIDOS TEORICOS

Para acceder a los cuerpos de las policías locales, existe un examen unificado, cada

departamento publica en el Perú su convocatoria y realiza sus propios exámenes. Existe una

exigencia de altura que es ya de por sí discriminatoria para las mujeres, al exigir 1,60 cm para las

mujeres y 1,65 para los hombres. Esta diferencia implica ya de por sí un sesgo de género ya que

la estatura media de mujeres (1,61) está sólo un centímetro por encima de la altura mínima

requerida, mientras que la de los hombres (1,77), se situaría 12 cm por encima. Para igualarlo a

las mujeres y por tanto, que el porcentaje de la población masculina elegible fuera similar al de

la población femenina, la altura mínima para los varones se tendría que haber elevado a 1,76cm.

El examen cuenta con tres fases, una teórica, una física y una prueba psicotécnica. Este carácter

local, específico y el gran grado de discrecionalidad con el que según se desprende del estudio,

operan los municipios favorecen la falta de transparencia en los procesos, las irregularidades y

la preferencia por aquellos individuos que se adaptan bien a la horma, en este caso, los hombres.

En general, las mujeres siempre se han beneficiado de procesos más meritocráticos. Los

resultados de la encuesta muestran cómo la mayor parte tanto de hombres como mujeres
dedicaron entre 1 y 2 años a preparar las oposiciones al Cuerpo de Policía, aunque en el caso de

los hombres el tiempo de dedicación era un poco mayor. Esto podría guardar relación con el

hecho de que las mujeres, al tener mayor formación, tienes más conocimientos ya adquiridos y

han adquirido un mayor hábito y técnicas de estudio lo que les permite interiorizar más

rápidamente los contenidos. Sin embargo, los grupos de discusión revelan un periodo de

preparación significativamente más alto, de hasta 8 años y en todo caso, superior a 3, lo que

podría estar reflejando un endurecimiento y mayor competitividad en los procesos selectivos en

los últimos años vinculado con la congelación de las oposiciones y las menores oportunidades

laborales en otros sectores profesionales por la crisis y las políticas de austeridad. Con respecto

a la experiencia laboral previa, la mayoría poseen una experiencia de más de 5 años (en el caso

de los hombres, esta experiencia media es mayor, dado en general su menor nivel de estudios).

La principal motivación para mujeres y hombres a la hora de acceder al Cuerpo es el de contar

con un puesto de trabajo, dándole más importancia que el hecho de formar una familia. Además,

los hombres valoraban el formar una familia en mayor medida que las mujeres, tal vez porque

a ellos se les presupone desarrollar una carrera profesional en el mercado de trabajo y a ellas

no, tal y como demuestra la evolución de las tasas de actividad por sexo en España (Gálvez, Lina

y Rodríguez, Paula, 2013).

Con respecto al factor más importante para las mujeres, éste era la vocación, en el caso de los

hombres era el apoyo familiar. La visión general de los grupos de discusión, y especialmente las

personas que han accedido al Cuerpo más recientemente, es que es un proceso muy lago y muy

duro. Éstos han subrayado la dificultad del proceso de acceso, dificultad que, en sus discursos,

estaría relacionada con diferentes factores:

- Una gran competencia, con personas muy formadas, con titulación universitaria.

- Reducción del número de plazas por causa de la crisis.


- Necesidad de dedicación plena a la preparación de las oposiciones lo que implica en numerosas

ocasiones dependencia monetaria de terceras personas (no contar con recursos propios o con

ingresos reducidos por trabajar a media jornada), dificultades para conciliar con otros aspectos

de la vida (vida familiar) y mantener una vida social (pérdida de amigos/as).

- Necesidad de adquirir un determinado nivel formativo del que se carecía, para poder opositar.

- Altos costes monetarios asociados a la preparación y las oposiciones en sí mismo: academias,

carnet, tasas, desplazamientos y gastos de manutención.

- Procesos arbitrarios de selección que priman a los candidatos locales y/o que tienen contactos,

en los que las mujeres se ven especialmente perjudicadas.

En cuanto a la percepción de la discriminación por sexo a la hora de acceder al Cuerpo se

muestran diferencias significativas entre hombres y mujeres. Se observa que casi la mitad de las

mujeres encuestadas (un 45,7%) percibieron algún tipo de discriminación por el mero hecho de

ser mujer al acceder al cuerpo. En el caso de los hombres, tan solo un 7,4% señalan haberse

sentido discriminados durante los procesos selectivos por el hecho de ser hombre.
CAPITULO II

De manera general, podemos confirmar que los hombres le dedican más tiempo a la formación

que las mujeres una vez dentro del Cuerpo, mostrando preferencia por la modalidad virtual. Sin

embargo, el porcentaje de mujeres que ha realizado formación presencial es mayor que el de

aquellas que han realizado cursos virtuales.

El principal motivo por el que éstas no han realizado más cursos de formación, en mayor

porcentaje que sus compañeros varones, es la imposibilidad por falta de tiempo. Un 33,7% de

las mujeres afirmaban no tener tiempo, superando en más de 7 puntos porcentuales a los

hombres, con un 26,3%. Esta situación se produce como consecuencia de la escasa

corresponsabilidad y problemas de conciliación que afectan en mayor medida a las mujeres.

Junto a la falta de tiempo, se encuentran la accesibilidad a internet o dificultades por no dormir

en sus casas.

En los grupos de discusión se hace referencia a las trabas que se encuentran por parte de la

administración, Jefatura y Ayuntamientos, desde los que no se permiten acceder a estos cursos

ni se facilita la posibilidad de realizarlos, principalmente aquellos de modalidad presencial. De

esta forma, aducen que no se les designan permisos ni se proporciona información. Se trata de

una muestra de discriminación de género.

Ante estas situaciones, encontramos un posible motivo adicional que podría desincentivar a las

mujeres a la hora de plantearse seguir algún curso, como es la percepción de barreras a la

promoción de las mujeres.

Con respecto al tiempo transcurrido para promocionar desde que se accedió al Cuerpo, se

constata que las mujeres deben superar más barreras que los hombres, invirtiendo más tiempo

que éstos. Se trata de una de las principales manifestaciones de la existencia del techo de cristal

en el Cuerpo de Policías. De esta forma, en una media de 8,40 años los hombres han realizado

una segunda promoción, mientras que sus compañeras policías han necesitado 13,67 años de
media. La diferencia es aún mayor en el caso de la tercera promoción, para la que las mujeres

tardan 8,29 años más de media que los hombres (7,71 años para los hombres y 16 años para las

mujeres).

La consideración de la discriminación de género a la hora de promocionar en el Cuerpo muestra

diferencias significativas entre hombres y mujeres. La principal conclusión reside en la

consideración por parte de las mujeres de la existencia de más dificultades y barreras para

promocionar en comparación con sus compañeros por el simple hecho de ser mujeres (53,5%

de las mujeres frente a un 4,35% de los hombres).

Sin embargo, en los grupos de nuevo acceso, al igual que en parte de los mandos varones

entrevistados, se observa una tendencia a la negación de estos procesos discriminatorios y a

situar una mayor responsabilidad en las mujeres, si bien no se niega que el proceso sea más fácil

para los hombres:

Entre los obstáculos mencionados por las mujeres, se encuentran: la decisión personal de no

promocionar, la escasez de plazas, la existencia de sistemas de cooptación y enchufismo, junto

con el machismo. En todos los obstáculos señalados coinciden con sus compañeros varones, a

diferencia del último mencionado, el machismo. Una parte considerable de éstas, afirmaban que

los superiores no facilitan la promoción de las mujeres, negándose en algunos casos a que

promocionen y en otros tantos, dificultándolo. Igualmente, se sienten discriminadas por el

hecho de ser madres, lo que es considerado por parte de sus jefes como un obstáculo a la hora

de acceder al Cuerpo y de promocionar. Los grupos de discusión reproducen este sentir.

Entre las mujeres participantes, se observa un discurso orientado hacia el “no me ha interesado

promocionar porque he priorizado la familia” en el que la corresponsabilidad de sus parejas,

significativamente, está totalmente ausente. Pero este discurso enlaza directamente con un

lamento acerca de la discrecionalidad y politización de los procesos y el no contar con el apoyo

de los agentes políticos.


CAPITULO III ANALISIS DE LA INFORMACION

La mayor parte de hombres y mujeres policías cuentan con una antigüedad de 5 a 9 años en el

Cuerpo de Policía, aunque el porcentaje de mujeres que poseen una antigüedad mayor de 30

años es notablemente superior al de sus compañeros varones (12,9% de las mujeres frente a un

3,6% de hombres). Sin embargo, a pesar de esta antigüedad, se observa la tendencia por parte

de compañeros y superiores a “infantilizar” a las mujeres policías siendo constante la utilización

de términos como “niñas” o incluso “crías” a la hora de nombrar a sus compañeras y personal a

su cargo.

La mayoría pertenecen a la Escala Básica (95,2% de hombres y 89,1% de mujeres) y más de la

mitad de las personas encuestadas manifiestan haber elegido el puesto en el que se encuentran

actualmente, sin tener intención de cambiarlo. A pesar de esto, es patente la situación de discri

minación horizontal existente dentro del Cuerpo de Policía Local, realizando mujeres y hombres

tareas claramente diferenciadas, según han sido consideradas históricamente como tareas

femeninas o masculinas.

De hecho, cuando, se desarrollan Buenas Practicas de trasparencia en la selección y

adjudicación de destinos, se observa como las mujeres no necesariamente prefieren puestos

administrativos, su preferencia por ellos a partir de un determinado momento podría tener más

que ver con una uestión de edad que de género.

Con respecto a este tema, en los grupos de discusión se debate sobre la gran presencia de

mujeres en las oficinas. Por una parte, las mujeres perciben que los mandos tratan de asignarles

tareas de oficina, por otra aún prevalece la creencia de que las mujeres prefieren estar en

oficinas, si bien esto podría, a su vez ser fruto de presiones acumuladas.

De esta forma, las actividades más frecuentes a las que se dedican ambos sexos son las de tráfico

y seguridad vial, aunque la diferencia porcentual es más que notable. Los hombres superan a las

mujeres en casi 20 puntos porcentuales (70,6% y 53,5%, respectivamente). Llama la atención


esta diferencia porcentual entre ambos sexos, si consideramos que tradicionalmente, en algunas

localidades, tráfico era una de las actividades que se consideraban más adecuadas para las

mujeres.

La segunda actividad diaria que realizan los hombres y mujeres de manera más frecuente son

aquellas relacionadas con conflictos y necesidades sociales (57,1% de hombres y 47,5% de

mujeres).

Por otro lado, hay más de 13 puntos de diferencia entre el 51,1% de los hombres que se dedican

como tercera actividad más común a la intervención policial de manera diaria, frente al 37,6%

de las mujeres. Por último, se observa cómo con respecto a aquellas actividades de planificación

y organización los hombres con un 16,7% doblan a las mujeres que realizan estas actividades de

manera diaria en un 7,9% de los casos. Esta mayor presencia de hombres en la planificación y

organización podría perpetuar un modelo “masculino” que dificultaría la trasformación en los

hábitos, comportamientos y de y la valoración y prioridad que se da a los diferentes tipos de

actuaciones que desarrolla la policía. De la opción “otras tareas” de la encuesta y de los grupos

de discusión trasciende cómo las mujeres se dedican en mayor medida que los hombres a

realizar tareas especializadas en lo social. Los temas de violencia de género y contra menores

son, en mayor medida, ámbitos en los que las mujeres policía juegan un papel significativo. En

este sentido las mujeres son aceptadas más por la “diferencia” que pueden aportar (por ejemplo

cacheo de mujeres) que por una cuestión de igualdad y democracia.

Sin embargo, la falta de valoración existente en este tipo de servicios y de apoyo se plasma

también en un escaso reconocimiento, por ejemplo no son temáticas mediante las que se

obtengan medallas. Así como, tampoco presentan una contrapartida económica (en ocasiones

puede implicar ganar menos dinero porque no se tienen pluses), es decir la segregación

ocupacional se traduce en una mayor concentración de mujeres en ocupaciones donde se cobra

menos y se reconoce menos. Sin embargo, en ocasiones, estos ámbitos, han sido vista por las
propias mujeres como una “vía de escape”, un espacio donde se las tolera más y se las presiona

menos y una manera de situarse en un mundo de hombres, frente a un proceso de

masculinización, aunque suponga una carga extra de trabajo.

Además, junto con las dificultades que plantea la relación con compañeros y superiores y

políticos/as, es decir la discriminación de género dentro del Cuerpo de Policía, las mujeres

policías también se topan a diario con el apoyo o rechazo de la ciudadanía. Frente a esto, los

policías hombres y los mandos se remiten a la existencia de comportamientos machistas por

parte de la sociedad para, de alguna manera, justificar sus actitudes por ejemplo, las actitudes

paternalistas, hacia sus compañeras.


CONCLUSIONES

Este trabajo ha permitido realizar una primera radiografía a la situación de mujeres y hombres

en las Policías Locales Andaluzas en cuanto a su proceso de acceso, su situación actual en el

cuerpo, su formación y promoción dentro de él y como todo ello interacciona con sus

características personales y familiares. El hecho de hacerlo desde un enfoque de método mixto

permite, por una parte, generar un conjunto de datos estadísticos nuevos y por otro, indagar en

torno a los discursos existentes de los hombres y las mujeres policías.

Hemos podido comprobar cómo la Policía Local, al igual que otros cuerpos de seguridad como

la Guardia Civil, siguen estando construidos con atributos y modelos masculinos, lo que hace

difícil a las mujeres encajar en esos moldes, tanto desde el punto de vista de la oferta el que las

mujeres opten por entrar en esos cuerpos-, como desde el punto de vista de la demanda el que

en el caso de presentarse, sean elegidas y posteriormente promocionadas-, así como por las

culturas de las propias organizaciones, en donde concurren unas serie de características a las

que se amoldan más los perfiles masculinos, especialmente en todo lo vinculado con el mito de

la “fuerza física” y la importancia que se le suele otorgar en este tipo de ocupaciones y

organizaciones.

Cuando se indaga sobre los motivos por los que hay tan pocas mujeres en las Policías Locales

Andaluzas, un elemento central en los discursos que emergen en los grupos de discusión, es que

se presentan pocas mujeres, elemento que, según se ha visto, es insuficiente dados las

desiguales ratios de acceso entre mujeres y hombres. Cuando se profundiza en la razón para

esta desigualdad los/as participantes proponen un amplio abanico de respuestas.

a. Perú sigue siendo una sociedad machista.

b. La policía sigue siendo considerada una profesión masculina con la que, según las/os

participantes, las mujeres no se sienten muy identificadas, si bien el alto porcentaje de mujeres

en los estudios de criminología podría reflejar el inicio de un cambio social, aunque si la policía
local no promociona más los ingresos por escala técnica es posible que tengan más impacto en

otros cuerpos de seguridad.

Si bien las mujeres policías participantes reivindican su vocación y entusiasmo respecto a la

profesión.
BIBLIOGRAFIA

 Brown, J. y Heidensohn, F. (2000). “Gender and Policing: Comparative Perspectives”.

Macmillan, Houndmills. Borra, C. (2010). “Childcare cost and Spanish mother's labour

force participation”, Hacienda pública española, Nº 194, pp. 9-40.

 Del Moral, L; Gallego, N.; Gálvez, L; Matus, M. y Rodríguez, P. (2015).

“Estudiodiagnóstico del acceso y promoción de mujeres en los Cuerpos de Policía Local

de Andalucía”. Consejería de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía (en prensa).

 Dick, G. y Metcalfe, B. (2007). “The progress of female police officers?”, International

Journal of Public Sector Management, Vol. 20 Issue 2, pp. 81-100.

 Dick, P. y Cassell, C. (2004). “The position of policewomen: a discourse analytic study”,

Work, employment and society, Vol. 18 Number 1, pp. 51-72.

 Dolado, J.J.; García, C; y de la Rica, S. (2013). “On Gender gaps and self-fulfilling

expectations: alternative implications of paid-for training”, Economic Inquiry, 51 (3),

1829-1848.

 Dolton, P.; Marcenaro-Gutierrez, O.; Skalli, A. (2008). Gender differences across Europe,

en Bettio, F.; Verashchagina, A. (eds.), Frontiers in the Economics of Gender. Londres:

Routledge.

 Figueroa, M. (2008). “Mecanismos y procesos de segregación ocupacional de la mujer:

las pruebas de selección al cuerpo de Policía Municipal”. Cuadernos de Relaciones

Laborales, Vol. 26 (1), pp. 151-178.

 Gabinete de prensa de la Guardia Civil (2014) “Mujer en la Guardia Civil, 25 aniversario”.

Disponible en

<https://www.guardiacivil.es/es/prensa/especiales/25_aniv_mujer_gc/index.html>
 Gálvez, L. y Rodríguez, P. (2013). “El empleo de las mujeres en la España democrática y

el impacto de la Gran Recesión”, Áreas Revista Internacional de Ciencias Sociales, Vol.

32, pp. 105-123.

 Observatorio militar para la igualdad (2014). “Datos sobre el personal en el Ministerio

de Defensa”. Secretaría Permanente de Igualdad. Disponible en

<http://www.defensa.gob.es/Galerias/areasTematicas/observatorio/fichero/estadistic

as/datos-mujer-hombres-2013.pdf>

Das könnte Ihnen auch gefallen