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A quienes trabajan en la enseñanza muchas veces les preocupa que los alumnos puedan
aprender, interesarse en la clase, seguir viniendo y sostener un vínculo. No siempre
tienen claro ese último aspecto: el aprendizaje supone un vínculo. Desde este lugar es
que se invita a pensar sobre los problemas de aprender, basados en el concepto de
matriz de Alicia Fernández.
A quienes trabajan en la enseñanza muchas veces les preocupa que los alumnos puedan
aprender, interesarse en la clase, seguir viniendo y sostener un vínculo. No siempre
tienen claro ese último aspecto: el aprendizaje supone un vínculo. Desde este lugar es
que se invita a pensar sobre los problemas de aprender, basados en el concepto de
matriz de Alicia Fernández.
A quienes trabajan en la enseñanza muchas veces les preocupa que los alumnos puedan
aprender, interesarse en la clase, seguir viniendo y sostener un vínculo. No siempre
tienen claro ese último aspecto: el aprendizaje supone un vínculo. Desde este lugar es
que se invita a pensar sobre los problemas de aprender, basados en el concepto de
matriz de Alicia Fernández.
A quienes trabajan en la enseñanza muchas veces les preocupa que los alumnos puedan
aprender, interesarse en la clase, seguir viniendo y sostener un vínculo. No siempre
tienen claro ese último aspecto: el aprendizaje supone un vínculo. Desde este lugar es
que se invita a pensar sobre los problemas de aprender, basados en el concepto de
matriz de Alicia Fernández.
A quienes trabajan en la enseñanza muchas veces les preocupa que los alumnos puedan
aprender, interesarse en la clase, seguir viniendo y sostener un vínculo. No siempre
tienen claro ese último aspecto: el aprendizaje supone un vínculo. Desde este lugar es
que se invita a pensar sobre los problemas de aprender, basados en el concepto de
matriz de Alicia Fernández.
A quienes trabajan en la enseñanza muchas veces les preocupa que los alumnos puedan
aprender, interesarse en la clase, seguir viniendo y sostener un vínculo. No siempre
tienen claro ese último aspecto: el aprendizaje supone un vínculo. Desde este lugar es
que se invita a pensar sobre los problemas de aprender, basados en el concepto de
matriz de Alicia Fernández.
A quienes trabajan en la enseñanza muchas veces les preocupa que los alumnos puedan
aprender, interesarse en la clase, seguir viniendo y sostener un vínculo. No siempre
tienen claro ese último aspecto: el aprendizaje supone un vínculo. Desde este lugar es
que se invita a pensar sobre los problemas de aprender, basados en el concepto de
matriz de Alicia Fernández.
A quienes trabajan en la enseñanza muchas veces les preocupa que los alumnos puedan
aprender, interesarse en la clase, seguir viniendo y sostener un vínculo. No siempre
tienen claro ese último aspecto: el aprendizaje supone un vínculo. Desde este lugar es
que se invita a pensar sobre los problemas de aprender, basados en el concepto de
matriz de Alicia Fernández.
A quienes trabajan en la enseñanza muchas veces les preocupa que los alumnos puedan
aprender, interesarse en la clase, seguir viniendo y sostener un vínculo. No siempre
tienen claro ese último aspecto: el aprendizaje supone un vínculo. Desde este lugar es
que se invita a pensar sobre los problemas de aprender, basados en el concepto de
matriz de Alicia Fernández.
A quienes trabajan en la enseñanza muchas veces les preocupa que los alumnos puedan
aprender, interesarse en la clase, seguir viniendo y sostener un vínculo. No siempre tienen claro
ese último aspecto: el aprendizaje supone un vínculo. Desde este lugar es que se invita a pensar
sobre los problemas de aprender, basados en el concepto de matriz de Alicia Fernández.
Parámetros de cribáje técnico empírico
No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y
dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el
menos, sin ser específica; que un pequeño número de administrados constituiría el dueño, un número mayor el
padre de familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en
absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del
uno es personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las
definiciones mismas de su pretendida ciencia.
No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y
dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el
menos, sin ser específica; que un pequeño número de administrados constituiría el dueño, un número mayor el
padre de familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en
absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del
uno es personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las
definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los
caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la
diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de
administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el
rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por
lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte
jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón,
pues, los autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden.
Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser
específica; que un pequeño número de administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de
familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un
pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es
personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones
mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los caracteres de
rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre
éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de administrados
constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de
suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace
al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en
parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los
autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto
equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica;
que un pequeño número de administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno
más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño
Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e
independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su
pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado,
padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste
sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de administrados constituiría el dueño,
un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una
gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey,
que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose
de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que
los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la
diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de
administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el
rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por
lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte
jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón,
pues, los autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden.
Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser
específica; que un pequeño número de administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de
familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un
pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es
personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones
mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los caracteres de
rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre
éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de administrados
constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de
suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace
al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en
parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los
autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto
equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica;
que un pequeño número de administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno
más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño
Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e
independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su
pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado,
padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste
sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de administrados constituiría el dueño,
un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una
gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey,
que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose
de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que
los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la
diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de
administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el
rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por
lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte
jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón,
pues, los autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden.
Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser
específica; que un pequeño número de administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de
familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un
pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es
personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones
mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los caracteres de
rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre
éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de administrados
constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de
suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace
al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en
parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los
autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto
equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica;
que un pequeño número de administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno
más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño
Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e
independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su
pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado,
padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste
sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de administrados constituiría el dueño,
un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una
gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey,
que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose
de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que
los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la
diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de
administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el
rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por
lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte
jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón,
pues, los autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden.
Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser
específica; que un pequeño número de administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de
familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un
pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es
personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones
mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los caracteres de
rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre
éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de administrados
constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de
suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace
al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en
parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los
autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto
equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica;
que un pequeño número de administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno
más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño
Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e
independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su
pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado,
padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste
sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de administrados constituiría el dueño,
un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una
gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey,
que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose
de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que
los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la
diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de
administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el
rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por
lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte
jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón,
pues, los autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden.
Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser
específica; que un pequeño número de administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de
familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un
pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es
personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones
mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los caracteres de
rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre
éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de administrados
constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de
suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace
al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en
parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los
autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto
equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica;
que un pequeño número de administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno
más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño
Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e
independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su
pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado,
padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste
sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de administrados constituiría el dueño,
un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una
gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey,
que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose
de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que
los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la
diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de
administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el
rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por
lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte
jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón,
pues, los autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden.
Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser
específica; que un pequeño número de administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de
familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un
pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es
personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones
mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los caracteres de
rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre
éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de administrados
constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de
suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace
al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en
parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los
autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado, padre de familia y dueño se confunden. Esto
equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste sino en el más y el menos, sin ser específica;
que un pequeño número de administrados constituiría el dueño, un número mayor el padre de familia, uno
más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una gran familia es en absoluto un pequeño
Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey, que el poder del uno es personal e
independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose de las definiciones mismas de su
pretendida ciencia. No han tenido razón, pues, los autores para afirmar que los caracteres de rey, magistrado,
padre de familia y dueño se confunden. Esto equivale a suponer que toda la diferencia entre éstos no consiste
sino en el más y el menos, sin ser específica; que un pequeño número de administrados constituiría el dueño,
un número mayor el padre de familia, uno más grande el magistrado o el rey; es de suponer, en fin, que una
gran familia es en absoluto un pequeño Estado. Estos autores añaden, por lo que hace al magistrado y al rey,
que el poder del uno es personal e independiente, y que el otro es en parte jefe y en parte súbdito, sirviéndose
de las definiciones mismas de su pretendida ciencia.
Objetivos Clásicos de la Investigación Parasitaria en ciernes.
Este año, digamos que con este insu-que-sait de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más
lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto, que es preciso admitir, que nosotros tenemos un
interior, que llamamos como podemos, psiquismo por ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo,
y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que haya que endosar este endo!— qué relación hay entre
este interior, y lo que llamamos corrientemente la identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este
año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario.
Este año, digamos que con este insu-que-sait de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más
lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto, que es preciso admitir, que nosotros tenemos un
interior, que llamamos como podemos, psiquismo por ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo,
y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que haya que endosar este endo!— qué relación hay entre
este interior, y lo que llamamos corrientemente la identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este
año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
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La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
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fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
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que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
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haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
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La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
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fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
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que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
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haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
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La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
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fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
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que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
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haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
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que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
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La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
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fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
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fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
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que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
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La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
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que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
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La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
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que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
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La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
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fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
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La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
de l'une-bévue, trato de introducir algo que va más lejos que el inconsciente. ¿Qué relación hay entre esto,
que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario. Este año, digamos que con este insu-que-sait
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que es preciso admitir, que nosotros tenemos un interior, que llamamos como podemos, psiquismo por
ejemplo —se ve incluso a Freud escribir endopsiquismo, y esto no va de suyo, que la psique sea ende ¡y que
haya que endosar este endo!— qué relación hay entre este interior, y lo que llamamos corrientemente la
identificación? Ahí está lo que pongo bajo mi título de este año
La identificación es lo que se cristaliza en una identidad. Esta fication(4) está en alemán enunciada
de otra manera —identifizierung dice Freud. Si bien noto haber olvidado mi seminario sobre la identificierung,
recuerdo muy bien que hay para Freud al menos tres modos de identificación, a saber— una identificación
para la cual él reserva, no se sabe bien por qué, la calificación de amor, es la identificación al padre — una
identificación hecha de participación, que él evidencia como la identificación histérica — y luego la que él
fábrica de un rasgo, que yo en otro tiempo traduje como unario.
Naturaleza intrínseca de la materia rosita en física cuántica.
Las preguntas demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo tanto,
aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas
más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas
escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los
gerentes se comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los
medios de comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas
constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el
comienzo de un estudio.
Las preguntas demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo tanto,
aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas
más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas
escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los
gerentes se comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los
medios de comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas
constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el
comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una
investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más
que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles
programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las
personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con su empresa que
los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc.,
deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar
y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no
conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos
matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo
que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian
con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con
su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con
el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es
necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas
demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como:
¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas
con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas
sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se
comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de
comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más
bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un
estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo
tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay
personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay
muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?,
¿los gerentes se comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan
los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas
constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el
comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una
investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más
que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles
programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las
personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con su empresa que
los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc.,
deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar
y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no
conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos
matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo
que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian
con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con
su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con
el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es
necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas
demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como:
¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas
con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas
sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se
comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de
comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más
bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un
estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo
tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay
personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay
muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?,
¿los gerentes se comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan
los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas
constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el
comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una
investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más
que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles
programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las
personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con su empresa que
los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc.,
deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar
y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no
conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos
matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo
que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian
con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con
su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con
el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es
necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas
demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como:
¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas
con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas
sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se
comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de
comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más
bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un
estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo
tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay
personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay
muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?,
¿los gerentes se comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan
los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas
constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el
comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una
investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más
que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles
programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las
personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con su empresa que
los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc.,
deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar
y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no
conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos
matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo
que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian
con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con
su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con
el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es
necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas
demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como:
¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas
con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas
sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se
comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de
comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más
bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un
estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo
tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay
personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay
muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?,
¿los gerentes se comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan
los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas
constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el
comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una
investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más
que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles
programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las
personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con su empresa que
los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc.,
deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar
y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no
conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos
matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo
que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian
con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con
su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con
el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es
necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas
demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como:
¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas
con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas
sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se
comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de
comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más
bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un
estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo
tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay
personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay
muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?,
¿los gerentes se comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan
los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas
constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el
comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una
investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más
que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles
programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las
personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con su empresa que
los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc.,
deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar
y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no
conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos
matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo
que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian
con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con
su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con
el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es
necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas
demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como:
¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas
con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas
sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se
comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de
comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más
bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un
estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo
tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay
personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay
muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?,
¿los gerentes se comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan
los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas
constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el
comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una
investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más
que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles
programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las
personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con su empresa que
los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc.,
deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar
y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no
conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos
matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo
que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian
con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con
su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con
el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es
necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas
demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como:
¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas
con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas
sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se
comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de
comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más
bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un
estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo
tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay
personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay
muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?,
¿los gerentes se comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan
los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas
constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el
comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una
investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más
que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles
programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las
personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con su empresa que
los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc.,
deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar
y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no
conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos
matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo
que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian
con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con
su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con
el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es
necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas
demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como:
¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas
con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas
sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se
comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de
comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más
bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un
estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo
tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay
personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay
muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?,
¿los gerentes se comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan
los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas
constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el
comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no conducen a una
investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos matrimonios duran más
que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo que otras?, ¿en cuáles
programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian con el tiempo las
personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con su empresa que
los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con el voto?, etc.,
deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es necesario refinar
y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas demasiado generales no
conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como: ¿por qué algunos
matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas con su trabajo
que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas sexuales?, ¿cambian
con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se comprometen más con
su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de comunicación colectiva con
el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más bien ideas iniciales que es
necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un estudio. Las preguntas
demasiado generales no conducen a una investigación concreta, por lo tanto, aquellas como:
¿por qué algunos matrimonios duran más que otros?, ¿por qué hay personas más satisfechas
con su trabajo que otras?, ¿en cuáles programas de televisión hay muchas escenas
sexuales?, ¿cambian con el tiempo las personas que van a psicoterapia?, ¿los gerentes se
comprometen más con su empresa que los obreros?, ¿cómo se relacionan los medios de
comunicación colectiva con el voto?, etc., deben acotarse. Esas preguntas constituyen más
bien ideas iniciales que es necesario refinar y precisar para que guíen el comienzo de un
estudio.
Magnitud y tendencias del reciclaje de la basura en Suiza.
De nada sirve contar con un buen método y mucho entusiasmo, si no sabemos qué investigar.
En realidad, plantear el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de
investigación. El paso de la idea al planteamiento del problema en ocasiones puede ser
inmediato, casi automático, o bien llevar una considerable cantidad de tiempo ello depende de
cuán familiarizado esté el investigador o la investigadora con el tema a tratar, la complejidad
misma de la idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y sus
habilidades personales. Seleccionar un tema o una idea no lo coloca inmediatamente en la
posición de considerar qué información habrá de recolectar, con cuáles métodos y cómo
analizará los datos que obtenga. Antes necesita formular el problema específico en términos
concretos y explícitos, de manera que sea susceptible de investigarse con procedimientos
científicos (Selltiz et al., 1980). Delimitar es la esencia de los planteamientos cuantitativos.
De nada sirve contar con un buen método y mucho entusiasmo, si no sabemos qué investigar.
En realidad, plantear el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de
investigación. El paso de la idea al planteamiento del problema en ocasiones puede ser
inmediato, casi automático, o bien llevar una considerable cantidad de tiempo ello depende de
cuán familiarizado esté el investigador o la investigadora con el tema a tratar, la complejidad
misma de la idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y sus
habilidades personales. Seleccionar un tema o una idea no lo coloca inmediatamente en la
posición de considerar qué información habrá de recolectar, con cuáles métodos y cómo
analizará los datos que obtenga. Antes necesita formular el problema específico en términos
concretos y explícitos, de manera que sea susceptible de investigarse con procedimientos
científicos (Selltiz et al., 1980). Delimitar es la esencia de los planteamientos cuantitativos. De
nada sirve contar con un buen método y mucho entusiasmo, si no sabemos qué investigar. En
realidad, plantear el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de
investigación. El paso de la idea al planteamiento del problema en ocasiones puede ser
inmediato, casi automático, o bien llevar una considerable cantidad de tiempo ello depende de
cuán familiarizado esté el investigador o la investigadora con el tema a tratar, la complejidad
misma de la idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y sus
habilidades personales. Seleccionar un tema o una idea no lo coloca inmediatamente en la
posición de considerar qué información habrá de recolectar, con cuáles métodos y cómo
analizará los datos que obtenga. Antes necesita formular el problema específico en términos
concretos y explícitos, de manera que sea susceptible de investigarse con procedimientos
científicos (Selltiz et al., 1980). Delimitar es la esencia de los planteamientos cuantitativos. De
nada sirve contar con un buen método y mucho entusiasmo, si no sabemos qué investigar. En
realidad, plantear el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de
investigación. El paso de la idea al planteamiento del problema en ocasiones puede ser
inmediato, casi automático, o bien llevar una considerable cantidad de tiempo ello depende de
cuán familiarizado esté el investigador o la investigadora con el tema a tratar, la complejidad
misma de la idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y sus
habilidades personales. Seleccionar un tema o una idea no lo coloca inmediatamente en la
posición de considerar qué información habrá de recolectar, con cuáles métodos y cómo
analizará los datos que obtenga. Antes necesita formular el problema específico en términos
concretos y explícitos, de manera que sea susceptible de investigarse con procedimientos
científicos (Selltiz et al., 1980). Delimitar es la esencia de los planteamientos cuantitativos. De
nada sirve contar con un buen método y mucho entusiasmo, si no sabemos qué investigar. En
realidad, plantear el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de
investigación. El paso de la idea al planteamiento del problema en ocasiones puede ser
inmediato, casi automático, o bien llevar una considerable cantidad de tiempo ello depende de
cuán familiarizado esté el investigador o la investigadora con el tema a tratar, la complejidad
misma de la idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y sus
habilidades personales. Seleccionar un tema o una idea no lo coloca inmediatamente en la
posición de considerar qué información habrá de recolectar, con cuáles métodos y cómo
analizará los datos que obtenga. Antes necesita formular el problema específico en términos
concretos y explícitos, de manera que sea susceptible de investigarse con procedimientos
científicos (Selltiz et al., 1980). Delimitar es la esencia de los planteamientos cuantitativos. De
nada sirve contar con un buen método y mucho entusiasmo, si no sabemos qué investigar. En
realidad, plantear el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de
investigación. El paso de la idea al planteamiento del problema en ocasiones puede ser
inmediato, casi automático, o bien llevar una considerable cantidad de tiempo ello depende de
cuán familiarizado esté el investigador o la investigadora con el tema a tratar, la complejidad
misma de la idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y sus
habilidades personales. Seleccionar un tema o una idea no lo coloca inmediatamente en la
posición de considerar qué información habrá de recolectar, con cuáles métodos y cómo
analizará los datos que obtenga. Antes necesita formular el problema específico en términos
concretos y explícitos, de manera que sea susceptible de investigarse con procedimientos
científicos (Selltiz et al., 1980). Delimitar es la esencia de los planteamientos cuantitativos. De
nada sirve contar con un buen método y mucho entusiasmo, si no sabemos qué investigar. En
realidad, plantear el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de
investigación. El paso de la idea al planteamiento del problema en ocasiones puede ser
inmediato, casi automático, o bien llevar una considerable cantidad de tiempo ello depende de
cuán familiarizado esté el investigador o la investigadora con el tema a tratar, la complejidad
misma de la idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y sus
habilidades personales. Seleccionar un tema o una idea no lo coloca inmediatamente en la
posición de considerar qué información habrá de recolectar, con cuáles métodos y cómo
analizará los datos que obtenga. Antes necesita formular el problema específico en términos
concretos y explícitos, de manera que sea susceptible de investigarse con procedimientos
científicos (Selltiz et al., 1980). Delimitar es la esencia de los planteamientos cuantitativos. De
nada sirve contar con un buen método y mucho entusiasmo, si no sabemos qué investigar. En
realidad, plantear el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de
investigación. El paso de la idea al planteamiento del problema en ocasiones puede ser
inmediato, casi automático, o bien llevar una considerable cantidad de tiempo ello depende de
cuán familiarizado esté el investigador o la investigadora con el tema a tratar, la complejidad
misma de la idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y sus
habilidades personales. Seleccionar un tema o una idea no lo coloca inmediatamente en la
posición de considerar qué información habrá de recolectar, con cuáles métodos y cómo
analizará los datos que obtenga. Antes necesita formular el problema específico en términos
concretos y explícitos, de manera que sea susceptible de investigarse con procedimientos
científicos (Selltiz et al., 1980). Delimitar es la esencia de los planteamientos cuantitativos. De
nada sirve contar con un buen método y mucho entusiasmo, si no sabemos qué investigar. En
realidad, plantear el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de
investigación. El paso de la idea al planteamiento del problema en ocasiones puede ser
inmediato, casi automático, o bien llevar una considerable cantidad de tiempo ello depende de
cuán familiarizado esté el investigador o la investigadora con el tema a tratar, la complejidad
misma de la idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y sus
habilidades personales. Seleccionar un tema o una idea no lo coloca inmediatamente en la
posición de considerar qué información habrá de recolectar, con cuáles métodos y cómo
analizará los datos que obtenga. Antes necesita formular el problema específico en términos
concretos y explícitos, de manera que sea susceptible de investigarse con procedimientos
científicos (Selltiz et al., 1980). Delimitar es la esencia de los planteamientos cuantitativos. De
nada sirve contar con un buen método y mucho entusiasmo, si no sabemos qué investigar. En
realidad, plantear el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de
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inmediato, casi automático, o bien llevar una considerable cantidad de tiempo ello depende de
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misma de la idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y sus
habilidades personales. Seleccionar un tema o una idea no lo coloca inmediatamente en la
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analizará los datos que obtenga. Antes necesita formular el problema específico en términos
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inmediato, casi automático, o bien llevar una considerable cantidad de tiempo ello depende de
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misma de la idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y sus
habilidades personales. Seleccionar un tema o una idea no lo coloca inmediatamente en la
posición de considerar qué información habrá de recolectar, con cuáles métodos y cómo
analizará los datos que obtenga. Antes necesita formular el problema específico en términos
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científicos (Selltiz et al., 1980). Delimitar es la esencia de los planteamientos cuantitativos. De
nada sirve contar con un buen método y mucho entusiasmo, si no sabemos qué investigar. En
realidad, plantear el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de
investigación. El paso de la idea al planteamiento del problema en ocasiones puede ser
inmediato, casi automático, o bien llevar una considerable cantidad de tiempo ello depende de
cuán familiarizado esté el investigador o la investigadora con el tema a tratar, la complejidad
misma de la idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y sus
habilidades personales. Seleccionar un tema o una idea no lo coloca inmediatamente en la
posición de considerar qué información habrá de recolectar, con cuáles métodos y cómo
analizará los datos que obtenga. Antes necesita formular el problema específico en términos
concretos y explícitos, de manera que sea susceptible de investigarse con procedimientos
científicos (Selltiz et al., 1980). Delimitar es la esencia de los planteamientos cuantitativos. De
nada sirve contar con un buen método y mucho entusiasmo, si no sabemos qué investigar. En
realidad, plantear el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de
investigación. El paso de la idea al planteamiento del problema en ocasiones puede ser
inmediato, casi automático, o bien llevar una considerable cantidad de tiempo ello depende de
cuán familiarizado esté el investigador o la investigadora con el tema a tratar, la complejidad
misma de la idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y sus
habilidades personales. Seleccionar un tema o una idea no lo coloca inmediatamente en la
posición de considerar qué información habrá de recolectar, con cuáles métodos y cómo
analizará los datos que obtenga. Antes necesita formular el problema específico en términos
concretos y explícitos, de manera que sea susceptible de investigarse con procedimientos
científicos (Selltiz et al., 1980). Delimitar es la esencia de los planteamientos cuantitativos. De
nada sirve contar con un buen método y mucho entusiasmo, si no sabemos qué investigar. En
realidad, plantear el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de
investigación. El paso de la idea al planteamiento del problema en ocasiones puede ser
inmediato, casi automático, o bien llevar una considerable cantidad de tiempo ello depende de
cuán familiarizado esté el investigador o la investigadora con el tema a tratar, la complejidad
misma de la idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y sus
habilidades personales. Seleccionar un tema o una idea no lo coloca inmediatamente en la
posición de considerar qué información habrá de recolectar, con cuáles métodos y cómo
analizará los datos que obtenga. Antes necesita formular el problema específico en términos
concretos y explícitos, de manera que sea susceptible de investigarse con procedimientos
científicos (Selltiz et al., 1980). Delimitar es la esencia de los planteamientos cuantitativos.
La obesidad es una enfermedad de curso crónico que tiene
como origen una cadena causal compleja, de etiología
multifactorial, donde interactúan factores genéticos,
sociales y ambientales, incluyendo estilos de vida así
como determinantes sociales y económicos. Se caracteriza
por un aumento en los depósitos de grasa corporal y por
ende ganancia de peso, causados por un balance positivo de
energía, que ocurre cuando la ingestión de energía de los
alimentos excede al gasto energético y, como consecuencia,
el exceso se almacena en forma de grasa en el organismo. 1-5
El balance positivo de energía es la causa inmediata de la
obesidad; sin embargo, la falta de correspondencia entre
la ingestión y el gasto de energía tiene sus orígenes en
un sistema causal de gran complejidad, donde diferentes
factores biológicos, sociales, culturales, políticos y
económicos (locales y globales) se interconectan, integran
e interactúan modificando las características de la
alimentación y la actividad física, haciendo difícil el
control y prevención de esta enfermedad tanto a nivel
individual como poblacional.
Formule la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere
preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo.
Formule la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere
preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere
preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere
preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
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preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere
preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere
preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere
preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
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preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere
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la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere
preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere
preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere
preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere
preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere
preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
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preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere
preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
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ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
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preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
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la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
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la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
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la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
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ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere
preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que
la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
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“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
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la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule
la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo:
“¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál
ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma
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la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo.
La tarea que se impuso el presidente de la Academia
Nacional de Medicina no fue menor y tampoco irrelevante.
Por el contrario, se trata de una gran contribución a los
sistemas de salud, en especial a la mejoría de las
condiciones de vida de nuestra población. Por ello habría
que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e
integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de
esta obra escrita que documenta el problema y que propone
respuestas en todos los campos.
El viaje que para el estudio de la obesidad se hace en
este libro es simplemente extraordinario. El recorrido
lleva al lector de la epidemiología de la enfermedad al
recuento de las políticas y programas para prevenirla; del
análisis de los factores genéticos que intervienen en su
etiología a las normas y regulaciones que existen para su
control; de los cambios registrados en la cultura
alimentaria a las opciones quirúrgicas de su tratamiento;
del abordaje de la obesidad infantil al análisis de los
determinantes económicos, educacionales, comerciales,
psicosociales y de actividad física, elementos que forman
parte de la red de su causalidad; de los costos que genera
la enfermedad a la revisión del papel que tienen la
educación, los instrumentos fiscales o los sistemas de
salud en su prevención y tratamiento. El mapa de viaje que
plantea el libro es completo y muy aleccionador.
La tarea que se impuso el presidente de la Academia
Nacional de Medicina no fue menor y tampoco irrelevante.
Por el contrario, se trata de una gran contribución a los
sistemas de salud, en especial a la mejoría de las
condiciones de vida de nuestra población. Por ello habría
que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e
integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de
esta obra escrita que documenta el problema y que propone
respuestas en todos los campos.
El viaje que para el estudio de la obesidad se hace en
este libro es simplemente extraordinario. El recorrido
lleva al lector de la epidemiología de la enfermedad al
recuento de las políticas y programas para prevenirla; del
análisis de los factores genéticos que intervienen en su
etiología a las normas y regulaciones que existen para su
control; de los cambios registrados en la cultura
alimentaria a las opciones quirúrgicas de su tratamiento;
del abordaje de la obesidad infantil al análisis de los
determinantes económicos, educacionales, comerciales,
psicosociales y de actividad física, elementos que forman
parte de la red de su causalidad; de los costos que genera
la enfermedad a la revisión del papel que tienen la
educación, los instrumentos fiscales o los sistemas de
salud en su prevención y tratamiento. El mapa de viaje que
plantea el libro es completo y muy aleccionador. La tarea
que se impuso el presidente de la Academia Nacional de
Medicina no fue menor y tampoco irrelevante. Por el
contrario, se trata de una gran contribución a los
sistemas de salud, en especial a la mejoría de las
condiciones de vida de nuestra población. Por ello habría
que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e
integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de
esta obra escrita que documenta el problema y que propone
respuestas en todos los campos.
El viaje que para el estudio de la obesidad se hace en
este libro es simplemente extraordinario. El recorrido
lleva al lector de la epidemiología de la enfermedad al
recuento de las políticas y programas para prevenirla; del
análisis de los factores genéticos que intervienen en su
etiología a las normas y regulaciones que existen para su
control; de los cambios registrados en la cultura
alimentaria a las opciones quirúrgicas de su tratamiento;
del abordaje de la obesidad infantil al análisis de los
determinantes económicos, educacionales, comerciales,
psicosociales y de actividad física, elementos que forman
parte de la red de su causalidad; de los costos que genera
la enfermedad a la revisión del papel que tienen la
educación, los instrumentos fiscales o los sistemas de
salud en su prevención y tratamiento. El mapa de viaje que
plantea el libro es completo y muy aleccionador. La tarea
que se impuso el presidente de la Academia Nacional de
Medicina no fue menor y tampoco irrelevante. Por el
contrario, se trata de una gran contribución a los
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condiciones de vida de nuestra población. Por ello habría
que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e
integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de
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este libro es simplemente extraordinario. El recorrido
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control; de los cambios registrados en la cultura
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Medicina no fue menor y tampoco irrelevante. Por el
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integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de
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Medicina no fue menor y tampoco irrelevante. Por el
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que se impuso el presidente de la Academia Nacional de
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contrario, se trata de una gran contribución a los
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que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e
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El viaje que para el estudio de la obesidad se hace en
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psicosociales y de actividad física, elementos que forman
parte de la red de su causalidad; de los costos que genera
la enfermedad a la revisión del papel que tienen la
educación, los instrumentos fiscales o los sistemas de
salud en su prevención y tratamiento. El mapa de viaje que
plantea el libro es completo y muy aleccionador.
Al ser humano se le puede definir por muchas características que le
distinguen. Su racionalidad, su conciencia o su capacidad de hacer herramientas.
Aunque fácilmente se puede describir también por su capacidad de hacer
preguntas, algo que se encuentra en la base de su condición como humano.
Formulamos esas preguntas por asombro. Cuando la curiosidad es despertada, nos
genera inquietudes. El primer paso para ello es el percatarse de del carácter
problemático de la realidad.