Cuentos y Metáforas

para usar en terapia

Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la
Vergüenza y un peligro llamado Confianza

“El Arpa Mágica”

“La Ciudad de los Autos Locos”

Autora:

Olga Barroso Braojos

© Imágenes Josechu Velasco Navarro, 2018

Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid

Cuesta de San Vicente, 4, 5º. 28008 Madrid
formacion.online@cop.es

Depósito Legal:
© Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, 2018

Nota aclaratoria: En beneficio de una mayor facilidad y claridad en la lectura y comprensión del texto, se utilizará un lenguaje
igualitario y no sexista. No obstante, se explicita que, en el uso de términos como los profesionales, los estudiantes, los
responsables, los psicólogos,... y cualquier otro que se encuentre en este documento, se hace referencia a hombres y mujeres, e
incluye el masculino y el femenino.
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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
un peligro llamado Confianza

Índice

Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la

Vergüenza y un peligro llamado Confianza

Primer cuento “El Arpa Mágica” 2

1. Introducción 3
2. Explicación del caso 3
3. Lectura del cuento 7
4. Construcción del cuento y de los personajes 7
5. Resultado tras aplicarlo en terapia 11
6. Aplicación del cuento a otros casos 12

Segundo cuento “La Ciudad de los Autos Locos” 13

1. Introducción 13
2. Explicación del caso 16
3. Cuento La ciudad de los autos locos 20
4. Construcción del cuento y de los personajes 20
5. Resultado tras aplicarlo en terapia 22

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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
un peligro llamado Confianza

Primer cuento “El Arpa Mágica”

1. Introducción

Un problema común de nuestros pacientes es que se avergüenzan profundamente

de comportamientos que han emitido, y esta vergüenza les impide contarnos en
terapia precisamente aquello que es necesario que exterioricen y expliciten. Puede ir
incluso más lejos e impedirles iniciar o mantenerse en un proceso psicoterapéutico.

Esto fue lo que le sucedió a Verónica. El cuento le permitió no abandonar la terapia,

querer continuar e, incluso, encontrar una fuerte motivación para adentrarse en un
proceso psicoterapéutico.

Vamos a analizar cómo fue resuelto su caso con el cuento.

2. Explicación del caso

Análisis previo de la situación

Verónica, adolescente de 16 años, llegó a terapia con una breve vida a sus espaldas
pero con una extensa experiencia en atravesar situaciones dolorosas y altamente
traumáticas siendo niña.

El padre de Verónica ejerció violencia de género en la relación de pareja que mantuvo

con su madre. Como suele ser común en el patrón de comportamiento de un hombre
que maltrata en las relaciones íntimas, el padre, al principio de la relación con su
madre fue “encantador”, le mostraba cariño, la ensalzaba, le expresaba con intensidad
y frecuencia que ella era la mujer de su vida y que quería pasar la vida a su lado.

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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
un peligro llamado Confianza

Tras esta fase, que enamoró a la madre de Verónica, formalizaron la relación y se

casaron.
Al saber el padre, que su matrimonio
estaba consolidado se permitió
empezar a emitir conductas violentas.
Al principio muy sutiles pero cada vez
más intensas, para conseguir su
objetivo, el de tener a la madre
viviendo por y para él, sin amigas, sin
apenas contacto con la familia, sin
tiempo para sí misma, sin hacer otra
cosa que pensar en él, que estar
pendiente de él.

Al año de estar casados, nació Verónica y cuando ésta tenía un año su padre perdió el
trabajo, o se esforzó para perderlo. Esto impuso a la madre tener que trabajar muchas
más horas para sacar adelante a la familia. “Tú que puedes y tienes opciones, tendrás
que ser la que trabajes por los dos”, solía decirle él mientras no hacía ningún esfuerzo
por volver a trabajar alegando que en su sector todo estaba imposible y que no iba a
trabajar para perder dinero. Esto supuso que Verónica siendo un bebé de apenas un
año, empezó a pasar la mayor parte del tiempo de sus días sola con su padre.

Él no le permitía jugar ni explorar como ella quería porque esto le molestaba, le

obligaba a estar dónde y cómo él quería, limitándola continuamente. En lugar de
dejarle gatear por la casa con acceso a sus juguetes, la dejaba en la cuna o en un
parque (no en el espacio al aire libre destinado a que jueguen los niños, sino en el
pequeño recinto cerrado a modo de cuna grande). La desatendía cuando consideraba
que se quejaba y lloraba por motivos que, bajo su criterio, no eran relevantes. La
obligaba a comer de manera brusca y a dormir mucho tiempo para que no le
molestase. En otras ocasiones era afectuoso con ella y, a veces, tras mucho insistir, le
permitía hacer algunas de las cosas que quería.

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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
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Esta es una conclusión extraída de narraciones de la madre de Verónica de este tipo:

“tras mucho, mucho llorar entiendo que finalmente él la debía coger porque muchos
días, cuando llegaba a casa, le veía con la niña en brazos con los ojos de haber
llorado sin parar y él me decía, “tu hija es una pesada, no ha parado de llorar hasta
que he ido a sacarla de la cuna”.

Así fue la vida de Verónica hasta que cumplió 3 años. En este tiempo la madre
empezó a hacerse consciente de que su marido, aunque no pegara a su hija, aunque
no le gritara ni insultara le estaba haciendo daño porque la trataba de un modo
inadecuado y negligente. Pero, además, la intensidad de la violencia hacia la madre de
Verónica había ido subiendo hasta dejar de ser sutil para convertirse en evidente. Ya
no sólo se mostraba serio y tristemente enfadado cuando ella atendía a algo diferente
que él, ya no le decía “si me quisieras serías más comprensiva y me dedicarías más
tiempo y no pensarías en ver a tus amigas tanto”, sino que le decía “eres una guarra
que piensas en divertirte por ahí en lugar de centrarte en tu casa y tu familia” cuando,
por ejemplo, ella quería ir a una cena con sus compañeros de trabajo. Esto hizo que la
madre decidiera dejar a su marido y con esto separar a Verónica de un trato que
estaba dañando su desarrollo.

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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
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Ambas se fueron a vivir a casa de sus abuelos. Su madre, seguía trabajando

prácticamente todo el día por lo que quien cuidaba de ella eran sus abuelos,
especialmente su abuela.

Verónica describe unos abuelos (sobre todo a una abuela) dulces, cariñosos, atentos,
preocupados por su felicidad, que invitaban a sus amigos a merendar y que la
ayudaban cada tarde a hacer los deberes.

Ella se adaptó bien al colegio, sacaba buenas notas y construyó buenas amistades
tanto en el colegio como en el barrio de sus abuelos.

Cuando pasó al Instituto (13 años), su vida volvió a complicarse. Su madre decidió que
era el momento de dejar la casa de los abuelos e irse a vivir solas. Consideró que su
hija era ya lo suficientemente mayor para no necesitar la supervisión y cuidado de los
abuelos durante el tiempo que ella trabajaba y no estaba en casa.

Verónica tuvo que responsabilizarse de prepararse o calentarse la comida cuando

regresaba del instituto, de estudiar sola, de organizar su tiempo de la tarde hasta que
llegaba su madre a última hora del trabajo. Estaba profundamente triste porque
echaba mucho de menos a sus abuelos y se sentía sola. Empezó a irle mal en el
Instituto, a suspender y a no querer ir, a veces, a clase.

A los 15 años conoció a Isaac y se enamoró como

adolescente de él. Isaac le hacía sentir que contaba
con alguien que estaba pendiente de ella, que si se
encontraba mal había alguien a su disposición y, de
este modo, se sentía segura. Poco a poco Isaac
empezó, al igual que su padre había hecho con su
madre, a controlarla, a exigirla que hiciera
determinadas cosas y que no hiciera determinadas
otras, como arreglarse para ir a clase o salir con sus
amigas. Su comportamiento, de manera muy rápida,
fue agravándose, llegó a escupir a Verónica, a
empujarla una vez por las escaleras de su portal, a
llamarla puta por ponerse una minifalda para ir a
clase.

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Ella creyó en él cuando, después de todas estas conductas, le lloraba y le decía que
había hecho todo esto no porque quisiera hacerla daño, sino porque la quería como la
mujer de su vida y no soportaba pensar que la podía perder. Hasta el día que le dio un
puñetazo y tras casi dos años de relación a los 17 años, Verónica le dejó.

Cuando rompió la relación y le contó a su madre lo que había pasado con él, ésta se
alarmó mucho, la consoló, la dio cariño y empezó a reflexionar sobre la influencia en
Verónica de pasar tanto tiempo sola. Buscó ayuda para ella y empezó a acudir al
centro de terapia para adolescentes víctimas de violencia de género en sus relaciones
de pareja en el que yo trabajaba.

En la primera entrevista mantenida con su madre (anterior a iniciar la terapia con

Verónica) para evaluar la situación de la menor, expuso que su hija estaba reticente a
venir a terapia. No estaba muy dispuesta a venir porque no quería tener que contar
todo lo que había aguantado y tolerado en su relación con Isaac ya que le daba una
vergüenza enorme. Y más vergüenza le daba, me explicó la madre, el que ella se veía
una chica fuerte, que en el barrio se sabía defender, que nadie la tosía, que tenía
amigos y amigas, que había sabido siempre adaptarse a todos los grupos, que había
conseguido, después de suspender mucho, estar cursando un ciclo formativo de grado
medio con cierto éxito, que era autónoma desde bien pequeña y que, a pesar de ser
así, en la relación con Isaac, hubiera sido “tan cobarde y tan tonta de haber aguantado
tanto y no haber roto la relación antes”. La vergüenza de haberse comportado

de un modo tan sumiso con Isaac y de no haber sido ella misma, la

torturaba, según me explicó la madre.

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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
un peligro llamado Confianza

Verónica vino a la primera sesión de terapia medio obligada por su madre. Ante mi
compañera se mostró molesta por estar en el centro y reacia a hablar de ella y de lo
que había sucedido en su relación de pareja ya terminada.

En la segunda sesión, volvió a mostrar la misma actitud. Mi compañera planteó el caso

al equipo, porque le preocupaba que dejara de venir a la terapia y que la menor no
consiguiera bajar sus defensas para poder abordar con ella la violencia sufrida en la
relación con su expareja. Yo, sabiendo de la vergüenza de Verónica y de su historia de
vida por la información que había recogido en la entrevista con la madre, le escribí
este cuento para que mi compañera se lo leyera en la siguiente sesión.

3. Lectura del Cuento

Actividad de lectura del cuento

Pincha aquí para la lectura del cuento “El arpa mágica”. También puedes
descargarlo en pdf en el Área de descargas Módulo 1. Cuento El Arpa
Mágica.

4. Construcción del cuento y de los personajes

El objetivo principal de mi cuento era bombardear la vergüenza de Verónica,

hacerle ver que el comportamiento para ella “indigno” que había mostrado en la
relación con Isaac tiene una explicación, y que sus causas no tienen nada que ver con
una falta de valor y de capacidad en ella, sino con unas heridas antiguas de las que
no era consciente (heridas presentes pero no procedentes de ella, sino de lo
equivocado que su padre había hecho cuando era pequeña).

Mis hipótesis de trabajo para escribir este cuento, construidas desde las bases
teóricas de la teoría del apego y desde las evidencias del daño psicológico que
generan los procesos traumáticos en la infancia, eran:

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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
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 Que durante el tiempo que fue criada fundamentalmente con su padre, éste
le hizo pasar miedo porque le dejaba mucho tiempo desatendida y esto
asusta profundamente a un bebé. Por tanto Verónica vivió momentos en los que
estaría asustada durante horas.

 Que durante el tiempo que fue criada por su padre, tuvo que adoptar un
comportamiento basado en la obediencia y en el sometimiento a él, puesto
que estas conductas suponían la única alternativa con la que se reducían las
agresiones de su padre hacia ella (gritos, malas caras, insultos…). Sobreaprendió
a obedecer ante las amenazas, porque eso era lo que le hacía estar más
segura, ante el peligro de alguien cercano, por tanto la escapatoria es
permanecer al lado de esa persona poniendo todas las fuerzas en reducir sus
agresiones.
 Que Isaac al principio cuando se mostró de un modo positivo hacia ella la atrajo y
se unió afectivamente de un modo muy rápido y profundo a él ya que ella se
sentía sola. Verónica vivía sin un referente afectivo permanente y disponible para
ella que le diera la seguridad necesaria para seguir desarrollándose (puesto que
ya no veía casi a sus abuelos y su madre pasaba casi todo el día fuera).

 Que cuando en Isaac aparecieron las conductas violentas y abusivas hacia

Verónica, ésta se vio invadida por los recuerdos traumáticos de la crianza
negligente de su padre. Empezó a sentirse como se sintió ese bebé de un año al
que gritaban, al que amenazaban con abandonar si no obedecía, e invadida por
esas sensaciones, su cuerpo actuó y se comportó como ese bebé había
aprendido que tenía que comportarse para que las cosas fueran de la mejor
manera posible.

 Que Verónica tenía estas heridas, estas memorias traumáticas, este sobre
aprendizaje de la sumisión ante personas que nos dan miedo, pero que también
tenía muchas capacidades y sobre todo que había nacido perfecta y que sus
heridas no eran propias de ella aunque estaban en ella y en su cuerpo.

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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
un peligro llamado Confianza

Con estas hipótesis, necesitaba para construir mi cuento unos personajes semejantes
a las figuras de la vida de Verónica y un relato similar a su biografía. Es decir, una
historia en la que sucediera lo mismo que había sucedido en su vida, pero en un
contexto totalmente diferente al suyo, para que Verónica pudiera reflexionar con
ella sobre los hechos más relevantes de su vida pero sin pensar en ellos (cosa que no
quería hacer, ni podía hacer por la vergüenza). Y para que pudiera ver que, aunque
hubiera tenido un comportamiento muy inadecuado con Isaac, seguía siendo cierto
que ella era una persona con capacidades y para que pudiera ver que existía una
explicación a por qué aun teniendo muchas capacidades, no había salido antes y
dejado de soportar el abuso de Isaac.

Creación de los personajes:

 Verónica: un Arpa Mágica, que nació perfecta y que tenía todas las
capacidades para “sonar bien”, para “ser bien lo que ella era”.
 El padre de Verónica: el Rey Maligno que había hecho sobre el arpa lo que
hizo el padre de la menor sobre ésta, darle miedo e imponerle la obediencia y
sumisión para reducir las agresiones sobre ella.
 Los abuelos de Verónica: Los Sabios Músicos de la capital, que la cuidaron
muy bien y la permitieron desarrollarse bien pero que con esto no pudieron
evitar que ella tuviera las heridas causadas por el Rey.
 Isaac: El Director de Orquesta, que al Arpa, sin ser consciente de esto ni
poder serlo, le gatillaba las sensaciones que le impuso el Rey Maligno. Y hacía
que despertaran de sus memorias traumáticas todas esas emociones que le
llevaban a comportarse como el Arpa no era y le hacían ser obediente y
sumisa.

Y los hechos más relevantes de la vida de Verónica en otros personajes:

 Imposición a Verónica de aprender a obedecer y someterse ante el
comportamiento amenazante: tiempo que el arpa vivió con el Rey Maligno.
 Tiempo en el que Verónica pudo ser quien es y utilizar sus capacidades, tiempo
que estaba lo suficientemente protegida y bien cuidado para que tal
comportamiento fuera posible, es decir el tiempo que estuvo con sus abuelos:

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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
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tiempo que el arpa fue cuidada por los Sabios de la Capital.

 Comportamiento de Verónica, no realmente propio, sino comportamiento derivado
del daño que el proceso traumático que sufrió de 1-3 años le ocasionó:
comportamiento del Arpa con el Director de Orquesta de la Capital.

Y con los personajes y los acontecimientos de la vida de Verónica contados con

hechos de estos personajes ficticios, terminé de armar el Arpa Mágica.

Objetivos del cuento

El cuento trata de:
 Hacerle ver a Verónica que ella era y es una persona valiosa, pero que ese
valor no sirve cuando nos vemos inmersas en una relación que, de repente,
empieza a darnos mucho miedo, a suponer una amenaza y que a nuestro
cerebro le recuerda a una relación afectiva primaria traumática. Porque en
esas situaciones no nos podemos comportar haciendo uso de nuestras
capacidades sino que nuestro cerebro entra en el modo de funcionamiento
propio y específico ante las amenazas. Y si en esa relación afectiva primara se
nos forzó a obedecer y a someternos ante las agresiones y además esta era la
manera en la que estábamos más seguras de las 3 posibles (luchar, huir, o
congelarse, que en humanos corresponde a la sumisión) en la situación
amenazante actual no utilizaremos nuestras capacidades (propias de nuestro
modo de funcionamiento cuando estamos fuera de las amenazas) sino que
volveremos a “obedecer” y a “someternos”.

 Hacerle ver a Verónica que ella fue criada mucho tiempo, tres años, en una
relación abusiva. Y estar de nuevo en una situación de abuso nos lleva a
funcionar no como nosotras somos verdaderamente sino como esa relación
pasada nos impuso comportarnos en ese periodo y, además, de la manera
que aprendimos nos llevaba a conseguir estar lo mejor posible dentro del
abuso.

 Hacerle ver a Verónica que ella aprendió con su padre que cuando alguien en
una relación afectiva es abusiva conmigo no tengo escapatoria de esa
persona, ni existe. Por lo que mi cerebro entiende que es mejor esforzarme,

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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
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no para salir porque no lo contemplo como probable, sino para estar lo mejor
posible y más segura. Siendo ésta una de las poderosas razones que le
llevaba a ella a no salir de la relación con Isaac y a usar erróneamente todas
sus capacidades y toda su capacidad de luchar a que él cambiara y a que no
la tratara mal.

Mi objetivo era hacerle ver todo esto a Verónica a través de pensar sobre otra historia
que contara lo mismo que le había pasado a ella pero con otros personajes.

Y para ayudarla a ver, con ello, que no tenía nada de lo que avergonzarse, para que
viera que a pesar de haberse comportado así tenía todo ese valor que ella había visto
expresarse con los amigos, con la gente del barrio, con los estudios, intacto, por eso
había sido capaz finalmente de romper con Isaac la primera vez que la golpeó.

5. Resultado tras aplicarlo en terapia

En la tercera sesión de terapia, mi compañera leyó el cuento a Verónica y comprobó

cómo poco a poco iba descruzando los brazos y alejándolos de su cintura para
ponerlos en la mesa.

Constató cómo fue prestando cada vez más atención a lo que le decía y cómo empezó
a llorar. Pero esta vez no de sufrimiento, sino de alivio. Y cuando mi compañera
terminó de leerlo, Verónica le dijo:

“Yo soy ese arpa y no he hecho nada malo, no tengo por qué tener vergüenza,
ahora lo entiendo todo, ahora me entiendo, gracias”.

Y colorín colorado quiso seguir su proceso terapéutico que terminó con éxito.

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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
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6. Aplicación del cuento a otros casos

Hemos querido dejar recogido este cuento en este curso para que podáis aplicarlo a
casos que os puedan resultar parecidos al de Verónica. Puesto que hemos
comprobado que es de gran utilidad en casos de pacientes que:

 Han sido forzados a desarrollarse con figuras de apego primarias abusivas que les
han llevado a pasar miedo y a crecer con un cerebro en modo amenaza.

 Y que después han vuelto a cruzarse en sus vidas con figuras afectivas o no
afectivas pero cercanas y relevantes (compañeros de trabajo, jefes…) que han
vuelto a ser abusivas con ellas, o por algún motivo a nuestro paciente le han
recordado a sus figuras afectivas primarias abusivas (les hayan gatillado las
memorias traumáticas) y les han llevado a comportarse no como nuestro paciente
es sino de un modo valorado como “indigno” por él.

Puntos clave
Podéis transformar el cuento lo que necesitéis para que la historia del arpa se
asemeje lo más posible a la historia de vuestro paciente:

 Años que estuvo el arpa viviendo con el rey maligno. El Arpa- Verónica estuvo
3 porque 3 fueron los años que Verónica vivió con el Rey.
 Sexo del Rey Maligno, si fue una mujer quien abusó, introduciremos una Reina
Maligna.
 Personas de cuidado real a las que fue entregada el Arpa por el águila. El Arpa
fue “rescatada” por los abuelos, por eso está el matrimonio de Sabios de la
Música de la capital, pero podría ser más o una persona sola.
 O introducir los cambios, personajes, efectos, que deseéis para que vuestro
paciente se sienta identificado con el Arpa. Creatividad y altas dosis de ganas
de leer cuentos.

Os animamos a que uséis todo lo que queráis este cuento y nos devolváis los
resultados en los pacientes de hacerlo.

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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
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Segundo cuento “La Ciudad de los Autos Locos”

1. Introducción

La vida está marcada por la existencia del peligro y de amenazas diversas. Por tanto
una gran parte de la vida la dedicamos a la obtención de protección y seguridad.

Las madres y los padres dedican gran parte de la crianza de sus hijos e hijas a
protegerles de los múltiples peligros que les rodean, diferentes en cada etapa
evolutiva, desde caerse, hacerse daño por el mal uso de objetos aparentemente
inofensivos como un simple vaso de cristal, beber o comer algo inapropiado como
detergente, asfixiarse por meterse en la boca y tragarse un cacahuete, a caer en el
fracaso escolar, en círculos de amigos y amigas que delinquen, a beber más de la
cuenta en una fiesta, a engancharse a las drogas o a no encontrar trabajo.

Cuando en la infancia los niños y las niñas viven protegidos por sus figuras de apego
y por el hecho de que éstas cuentan con un entorno (afectivo, social y económico)
seguro en el que vivir, es decir las figuras de apego;

 Velan porque los peligros físicos graves queden al margen de sus hijos e hijas
 Disfrutan de una relación de pareja y/o de relaciones familiares/sociales
afectuosas, respetuosas, cálidas y protectoras
 Han alcanzado una cierta estabilidad económica, pueden realizar el siguiente
aprendizaje, muy importante, para su vida futura

Aprenden que la vida tiene muchos peligros, sí, pero que al mismo tiempo, la vida
tiene un cierto margen de seguridad amplio y, por tanto, se puede convivir con el
peligro sin que éste nos sacuda de manera grave. Entienden que se puede pasar mal
a veces, que se puede sufrir, pero que este sufrimiento no conlleva terminar hundido o
hundida porque han vivido experiencias que les han mostrado cómo sus personas
protectoras y su entorno les han parapetado de las amenazas. Se han sentido la
mayor parte del tiempo protegidos como quien ve, a través del cristal, una terrible
tormenta sentado cálidamente frente a su chimenea.

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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
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Y, además, han entendido que sus personas queridas están cerca, pendientes de su
bienestar, de evitar o minimizar que les sacuda el peligro. Con este aprendizaje, estos
niños y niñas, futuros adultos y adultas estarán más lejos de la impotencia y de la
ansiedad que, lamentablemente, muchas de las personas que vemos los psicólogos y
psicólogas en terapia, que no pudieron alcanzar este desarrollo.

Este aprendizaje es necesariamente experiencial, es decir, requiere tener la vivencia

de sentirse protegido y seguro a pesar de estar rodeado de peligros. Lograr esta
práctica impide verse desbordado por el miedo que genera una imponente realidad en
la que existe una amenaza, e impide que la persona desarrolle adaptaciones
emocionales, cognitivas y conductuales ante el hecho de estar desprotegido y
constantemente en peligro, potencialmente disfuncionales en el futuro.

Imaginemos por un momento que la realidad de un niño o de una niña fuera que cada
cierto tiempo le sacude una tormenta, que no puede predecir cuándo va a venir, pero
que finalmente acaba llegando y que no tiene una casa en la que guarecerse calentito
y seco, que existen esas casas, pero él o ella no tiene una y que no hay nadie
pendiente de él para ayudarle en los momentos de tormenta. Lo que aprenderían
estos niños sería bien distinto. Vivirían desbordados por el miedo que genera estar
bajo peligros para los que no cuentan con suficiente protección y tendrían, para vivir,
que adaptarse a esta situación.

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 Cuentos y metáforas para usar en terapia
Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
un peligro llamado Confianza

Dado que las amenazas y el riesgo existen, y que los niños son profundamente
vulnerables, su garantía de estar seguros (más incluso que vivir fuera del peligro,
alejados de las tormentas) es saber que cuentan con un adulto, con al menos una
figura de apego que está cerca y pendiente de ellos para protegerles (que en el caso
de que venga la tormenta hará todo lo necesario para que ésta no lo dañe). Como
dependen tanto de los adultos, los niños necesitan también como garantía de que
están seguros sentir que la relación interpersonal que mantienen con sus figuras de
apego es segura y protectora y, por tanto, no peligrosa.

Necesitan que sus figuras de apego le demuestren que lo ven, que lo tienen en
cuenta, que lo respetan, que lo siguen queriendo y valorando aunque haga cosas mal,
que no desatienden sus necesidades, que se alegran de estar con él o ella, que
disfrutan de su crianza (contrario total a las figuras de apego que demuestran al niño
que cuidarlo es un suplicio), que se conmueven con su sufrimiento y que tratan de
consolarlo y eliminarlo, etc.

Si la figura de apego protege de los peligros externos, en este sentido puede hacer
sentir protegido al niño o niña, pero si no le demuestra todo esto, que acabamos de
detallar, no hará que sienta protección en lo que tiene que ver con su relación. Y, si lo
que hace en la relación es negativo en gran intensidad, no sólo no le hará sentir
protegido, sino que le hará sentir tan desprotegido, que le dará miedo.

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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
un peligro llamado Confianza

Los niños y niñas suficientemente bien tratados aprenden lo mismo de las relaciones
interpersonales, que lo que aprendieron del mundo, que son lugares libres de peligros
serios y por tanto que podemos confiar en ellas. Que pueden entrañar dificultades pero
que contamos con un margen amplio de seguridad. Que a veces podemos pasarlo
mal, que a veces podemos sufrir desencuentros y malos entendidos, pero los
problemas no son nada más grave que eso. Aprenden que esa es la generalidad de
las cuestiones desagradables con otros seres humanos. Y se dan cuenta también, que
existen, aunque de manera poco frecuente, personas en mal estado, personas tóxicas,
de las cuales hay que alejarse, y, con esto, se acabará el problema que supone que
existan. Como quien sabe que una ciudad nueva que está visitando es maravillosa y
segura en general pero que tiene un barrio muy peligroso, sabrá, por tanto, que no
tiene por qué dejar de visitar esa ciudad, sino tan sólo no adentrarse en esa zona para
estar a salvo.

Para los niños y niñas que han experimentado que las relaciones con sus figuras de
apego son lugares peligrosos, es complicado que aprendan que el mundo es un lugar
distinto a cómo fue, lo que para todos es nuestro primer mundo, ese lugar
comprendido en la relación afectiva que mantenemos con nuestros padres.

Por tanto tendrán más sensación de inseguridad y de peligrosidad ante la realidad que
los niños y futuros adultos bien tratados. Y con ello, más problemas de ansiedad e
impotencia/depresión.

2. Explicación del caso

Análisis previo de la situación

Analicemos el caso de Martín, para quien escribí el cuento de este capítulo, paciente
que mostraba estos problemas y fundamentalmente una incapacidad para confiar en
las personas dentro de una relación íntima puesto que sus primeras relaciones
íntimas habían supuesto lugares peligrosos (no por daño directo sino por falta de
atención y por tanto por falta de sensación de seguridad).

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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
un peligro llamado Confianza

La madre de Martín se esforzó por protegerle de los peligros externos, pero en la

relación maternofilial que mantenía con él le hizo daño, le hizo sentir que no contaba
con alguien permanente e incondicional para su cuidado y, por tanto, le hizo sentir en
peligro y le hizo vivir asustado, con miedo. Y peor aún, consiguió que conceptualizase
a las personas como no confiables y, del mismo modo, a las relaciones
interpersonales como lugares no seguros.

Martín es un hombre joven, cuando acude a consulta tiene 30 años y pide ayuda
porque en todo este tiempo no ha sido capaz de mantener una relación de pareja
estable. Su pareja más larga ha sido de un año. En cuanto ve que la relación de pareja
que está manteniendo adquiere un mayor nivel de compromiso e intimidad, siente la
necesidad de salir de allí, de romper la relación.

El padre de Martín le abandonó a él y a su madre nada más nacer. Desde el embarazo

de su madre, Jaime, que así se llamaba su padre, había ido sumergiéndose en una
espiral de drogas y alcohol cada vez más profunda. Hasta que justo al mes del
nacimiento de Martín, Jaime dijo que no podía estar más en Madrid, que la ciudad le
estaba destruyendo por lo que se marchaba a Barcelona con unos amigos para
intentar volver a empezar. Les dijo que trataría de mandar dinero de vez en cuando
así como venir a ver a Martín.

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Su madre se quedó sola con un bebé de un mes, un alquiler que afrontar con su
escaso sueldo y muchas dudas tortuosas que la preguntaban constantemente por qué
Jaime había preferido las drogas y la vida con sus amigos a ellos.

Atenazada por facturas y tristezas trató de sacar adelante a su bebé realizando un

ímprobo esfuerzo diario. Pero tal era su desgaste por esta situación que necesitaba
buscar consuelos por las esquinas y si, al doblar una, tenía suerte y encontraba algo
que supusiera un alivio a su pena, no dudaba en atraparlo aunque eso supusiera tener
que olvidarse de Martín.

En realidad nunca hizo nada aparentemente terrible, es decir nunca le pegó, nunca se
lo entregó a nadie para que lo criara por ella, luchó por alimentarlo, por su
escolarización… pero cometió muchas tentativas de abandono involuntario. La
mayoría fueron consumadas y otras pocas, tal vez por cuestiones del destino más que
por su propio deseo, no.

Martín sufrió constantemente que su madre le había prometido llevarle al parque pero
ese día su nuevo novio la invitaba a pasar la tarde con él y desaparecía. Que le había
dicho que ese viernes por la noche verían juntos una película y cenarían pizza y
pasaba la noche fuera y él cuidado por una amiga de su madre. Sufrió que le llevara
de paseo con ella y con otro nuevo novio y no le mirara apenas en toda la tarde,
incluso tras haberse caído y haberse hecho mucho daño.

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 Cuentos y metáforas para usar en terapia
Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
un peligro llamado Confianza

Y sufrió haber adquirido el súper poder de volverse invisible cuando a los 9 años, su
madre se volvió a casar, y fruto de este nuevo matrimonio, tuvo otra hija. A partir de
ese momento le decían que no tenían dinero para que él fuera a una academia de
dibujo, algo que le fascinaba, pero sí para ropa de marca para su hermana. Que no
había tiempo para hacer los deberes con él pero sí para salir con su hermana al
parque, cuando con él no había ido casi nunca. Que a él lo mandaban de campamento
en verano mientras su madre, su nuevo marido y su hermana se iban de vacaciones a
la playa. Y un largo etcétera de ausencias y desprecios sin palabras.

Para Martín la idea de que en algún momento, en una relación afectiva, alguien se
acercara mínimamente a no prestarle suficiente atención, sin querer, por necesidad,
razonablemente o no, era algo que le torturaba. Algo que no quería bajo ningún
concepto volver a experimentar, de lo que huía como huía de todas sus novias llegado
un momento.

Y con este sufrimiento de Martín en la cabeza le escribí este cuento.

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un peligro llamado Confianza

3. Lectura del Cuento

Actividad de lectura del cuento

Pincha aquí para la lectura del cuento “La ciudad de los autos locos”.
También puedes descargarlo en pdf en el en el Área de descargas Módulo 1.
La ciudad de los autos locos

4. Construcción del cuento y de los personajes

Lo que más me sirvió para crear este cuento fue el momento en el que Martín me
preguntó angustiado que no entendía por qué a él le costaba tanto confiar en los
demás, por qué era diferente a las personas de su alrededor, por qué para él era tan
grave, doloroso e insoportable que las parejas le pudieran fallar, o pequeños
desplantes cotidianos sin intencionalidad.

Decidí escribir este cuento tras la sesión en la que Martín me expresó, con tanto dolor,
que consideraba que intrínsecamente él debía ser diferente a las personas que podían
confiar en los demás fácilmente. Con estas manifestaciones me quedaba claro que él
consideraba que estaba hecho de una pasta diferente y peor a la del resto de
personas. Me quedaba muy claro también que (aunque su cerebro lo sabía
perfectamente, mejor que yo) él no había podido pensar en que habían sido las
constantes muestras de poca fiabilidad y disponibilidad que le habían dado su madre
y, más aún, su padre, las que le habían causado estos problemas de confianza, no
nada propio de él.
Lo que causaba sus problemas de confianza era algo que ahora estaba en él pero no
propio de él, no algo con lo que hubiera nacido, sino resultado de lo que sus padres
habían hecho con él. Resultado de haber sido siempre la segunda o tercera opción de
las personas que para él durante la infancia siempre fueron las primeras, su padre y su
madre. Resultado de que se hubieran producido múltiples “averías” en su relación con
ellos y que hubiera estado constantemente incómodo e incomodado por ellos por su
falta de confiabilidad. Pero todo esto Martín aún no lo había podido conectar. Y para
eso le escribí La Ciudad de los Autos Locos.

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un peligro llamado Confianza

Creación de los personajes:

Quise construir una figura metafórica que sirviera para mostrarle a Martín cómo sus
problemas de confianza se debían a que sus padres siempre le habían fallado. Elegí:

 Martín: Habitante de Riminik

 Padres de Martín: unos Coches de alquiler de Riminik que constantemente te
fallan, se averían y te dejan tirado para representar el comportamiento de sus
padres y cómo éste había ocasionado que él se representara a las personas, igual
que los Riminikeños se representan a los coches y a las empresas de alquiler de
coches, como no fiables... Porque si esta es toda la primera experiencia que has
tenido con los coches así te los vas a representar.

Mi intención era que viera este razonamiento como lógico para llevármelo después
como algo análogo a lo que le había pasado a él con las personas, es decir que
pudiera pensar que si esta es la primera y toda la experiencia que has tenido con las
personas importantes en la infancia, no vas a poder sino conceptualizar a las personas
igual que a los coches de Riminik. Por tanto los coches en Riminik serían la figura que
representaría a los padres de Martín en su infancia.

Y los hechos más relevantes de la vida de Martín:

 Quise mostrarle a Martín que esta era la experiencia afectiva que él había tenido,
una experiencia con coches de Riminik, y que de esta experiencia derivaban sus
problemas de confianza, no de que él fuera peor que otras personas y no de que
efectivamente las personas fueran en sí no confiables.
 Esta era la segunda idea que me parecía básico trabajar con Martín y desmontar,
el que no es condición de las personas ser no confiables o ser traidoras o
“abandónicas”, no es condición de los coches estropearse constantemente, sino
condición de los coches de Riminik, que son los coches que le tocaron en suerte a
los habitantes de esta ciudad.

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un peligro llamado Confianza

Objetivos del cuento

 Quise mostrarle a Martín que había otros países donde no pasaba esto, claro era
difícil de concebir algo así para un Riminikeño, pero la realidad era esta. Y por
este motivo merecía la pena tener coche, buscar un coche diferente a los de
Riminik, que existen y que son garantía de mucha felicidad.

 Con la actitud de los amigos del Riminikeño del final del cuento quise mostrarle
que “no era para tanto” encontrarse con pequeñas averías, que en un buen coche
no eran más que eso (aunque era normal que se hicieran un mundo para nuestro
Riminikeño puesto que para él “llovía sobre mojado”). Y que si el coche era de
calidad no pasaba nada porque tuviera esas pequeñas averías, porque nos iba a
ir bien con él, nos iba a dar seguridad, sólo en algunos momentos pequeñas, muy
pequeñas incomodidades, pero excepcionales, rutinas como en Riminik.

5. Resultado tras aplicarlo en terapia

Para Martín lo que fue más impactante y lo que creo que más le ayudó fue cuando le
pregunté:

¿Crees que si yo hubiera sido una habitante de Riminik hubiera reaccionado igual
que el Riminikeño que aparece en el final del cuento?

A esto él me respondió que sí, sin dudar. Yo le reforcé diciéndole

“claro, si yo hubiera vivido en Riminik también habría desconfiado de los coches de
alquiler de un lugar en el que nunca o casi nunca dan problemas los coches de
alquiler”, “porque hubiera pensado en los coches con mi experiencia previa, con la
única que además había tenido. Y era esta información la que me hacía describir a
los coches de alquiler de todo el mundo como coches que fallan, cuando esto no es
así”. “Yo hubiera pensado en la realidad como no es la realidad”.

Le seguí preguntando…

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Módulo 1. Comprendiendo el sentido de la Vergüenza y
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¿si yo hubiera tenido una madre como la tuya, crees que tendía los mismos
problemas de confianza que tú?

Como si le hubiera pillado me respondió que sí, medio sonriendo como quien
descubre que tiene frente a sí un objeto que lleva buscando por la casa toda la
tarde.

Seguí con mis preguntas,

¿crees que si yo hubiera vivido en Riminik podría pensar que existen coches de
confianza que no fallan más que veces puntuales y no como rutina? No, no podrías
pensarlo, me respondió.

¿Pero existen Martín, los coches buenos, de confianza que no fallan más que a
veces puntuales, fallos que se solucionan con las revisiones habituales que hay que
hacer a los coches?

Claro que existen.- me respondió.

¿Y existen personas de confianza aunque tus padres no lo hayan sido contigo y tú

no las hayas conocido?

Touche.

En este momento Martín se echó a llorar.

Pasados unos meses del trabajo con este cuento Martín empezó a salir con una
nueva novia, con la que sé que sigue a día de hoy. Y mientras yo escribo este
capítulo, ya bien entrada la noche, él estará durmiendo plácidamente a su lado,
puesto que tras un año de relación aceptó de buen grado irse a vivir con ella.

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