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ADMINISTRACION DE EMPRESAS
MARKETING
POLITICO
DOCENTE DEL CURSO DE DERECHO EMPRESARIAL
CICLO V
Las organizaciones, sin importar la actividad a la que se dedican, encuentran que el marketing
es una herramienta que los puede ayudar a la solución de su principal problema: ¿cómo
relacionarse con su cliente, con su público, con el que solicita sus servicios? Por supuesto,
las organizaciones o partidos políticos no escapan a tal consideración. La organización
política también tiene clientes.
Sin embargo, en este sector su uso todavía es limitado y se utiliza sólo en momentos
coyunturales como es un proceso electoral. Lo que deberían preguntarse los responsables de
la relación con los electores es: ¿En qué momento concluye la tarea del marketing de una
organización política? La única respuesta que cabe es que no hay momento en que concluye
su aplicación; el marketing es una actividad consciente y permanente; consciente porque la
organización lo planifica y lo tiene bajo control, y permanente, porque ocurre a cada instante
y las acciones son a criterio de la organización.
Según Herrera (2000) existen cuatro elementos del marketing político los cuales son:
1.- El mercado electoral: es el que se encuentra compuesto por todas las personas con
capacidad para elegir y ser elegidos.
2.- El candidato: la persona a elegir para este puesto debe ser el resultado del perfil correcto
e idóneo que haya sido elegido en base a estudios minuciosos de acuerdo a las características
del votante, el entorno social, económico y político.
3.- Las ideas: éstas son de acuerdo a los diversos temas de interés de los ciudadanos, las
cuales deberá pronunciar el candidato en su campaña.
4.- Los otros candidatos: En la campaña se deben de estudiar las fortalezas y debilidades del
candidato o partido para trabajar en ellas, así como hacer un análisis de los contrincantes para
conocerlos y poder contraatacarlos.
El marketing político actual se concibe claramente al visualizar los 4 elementos centrales que
lo componen y caracterizan. Esos 4 elementos principales son:
Investigación cualitativa y cuantitativa del mercado electoral.
Campañas que recurren a servicios profesionales de consultoría política.
Enfoque gerencial de las campañas electorales para administrar mejor los recursos
(que son siempre limitados).
Comunicación política altamente profesional en su estrategia, diseño y ejecución.
El marketing político usa tres etapas también usadas en el marketing general. Entre las etapas
del marketing político o características de la mercadotécnica política se encuentran las
siguientes:
Identificar la demanda del consumidor, con el fin de usarlo para crear un producto
(político) y mensaje ideal, para refinarlo como se necesita.
Informar a los consumidores de los cambios al producto que se están haciendo para
cumplir sus demandas y necesidades.
Entregar el producto refinado que satisfacerá la demanda del consumidor mejor, por
lo tanto, creando mayor beneficio.
Un punto de partida fundamental para ganar una elección es tener conocimiento del
electorado y hacer un diagnóstico del proceso electoral. Las encuestas junto con los estudios
de opinión pública y el análisis estadístico, permiten responder a cuatro interrogantes claves:
¿cómo es el candidato?, ¿cómo son sus adversarios?, ¿cómo son los electores?, ¿cuáles son
las tendencias que predominan en la elección?
Conocido como diagnóstico socio-político (DSP), este punto de partida sirve como base para
elaborar una estrategia de campaña. Sin él no es posible diseñar una hoja de ruta por la que
el candidato debe transitar. Y sin él, la campaña será llevada a ciegas.
De la misma forma, la estrategia de campaña debe contar con los siguientes elementos: el
mensaje para los grupos objetivos a los cuales se dirige el candidato, los medios de difusión
a utilizar y un manejo específico de los tiempos para el procesamiento de los contenidos.
Entrando al papel del candidato durante la campaña, siempre se recomienda que su mensaje
sea único: el eslogan de la campaña y la imagen del candidato deben estar inequívocamente
amalgamados. Que el mensaje sea único no significa que se repitan exactamente las mismas
expresiones. Un mismo mensaje puede ser expresado de distintas maneras. Incluso los gestos,
que son parte de la comunicación no verbal, deben guardar sintonía como mensaje.
Dicho esto, se debe tener claro que el mensaje debe ser comunicado a los electores, pero no
a todos al mismo tiempo ni de la misma forma. En ese sentido, es importante segmentar y
saber dirigirse a cada segmente 'traduciendo' el mensaje en cada escenario y para cada grupo
específico.
El candidato no debe cambiar de mensaje. Cabe señalar que el mensaje es el producto de un
trabajo previo. Además, el mensaje debe estar acorde con la imagen que el elector ya tiene
del candidato. Una campaña sólida y consistente es aquella que logra mantener el mensaje
desde el principio hasta el fin, logrando que el mensaje cale profundamente en la gente.
Los mítines, especialmente si se cuenta con grandes concentraciones televisadas, sirven para
mostrar el respaldo ganado por el candidato. Entre mitin y mitin el candidato puede
aprovechar para ofrecer declaraciones por radio y televisión. Ahí es donde él se puede
presentar y explicar propuestas que sean de interés de los ciudadanos, especialmente para los
oyentes y televidentes locales. A través de esto, el candidato consolida la emisión del mensaje
en una zona determinada, y esto deberá repetirse en todas las localidades adonde vaya a hacer
campaña.
Por otro lado, otro tema de suma importancia es contar con un plan de medios en el que se
programe y dosifique las apariciones del candidato, a través de entrevistas amplias donde
este pueda explicar su programa. Se debe contar con una primera plataforma de medios de
gran difusión nacional como la televisión y programas radiales de amplia cobertura y
teleaudiencia. A partir de allí vienen los medios impresos y digitales de cobertura nacional y
los programas radiales de menor cobertura. Además, y en cada visita a una ciudad del interior,
el candidato debe acceder a entrevistas de medios locales o regionales donde debe concretarse
un mini plan de medios.
Aquí cabe resaltar un aspecto mediático que ha cobrado enorme relevancia: la presencia del
candidato en las redes sociales. Es preciso contar con un equipo que desarrolle una estrategia
específica en este campo.
En cuanto al manejo de los tiempos, este quizá es el aspecto en el que se debe hilar más fino.
El equipo de asesores del candidato debe saber definir en qué momento y cómo debe
comenzar la campaña o precampaña. Debe manejar las técnicas de inicio, de sostén y de
cierre de una campaña electoral. Es preciso definir una agenda en las que se dosifiquen
debidamente exposiciones, mítines, entrevistas y debates en los que participará el candidato.
También deben establecer cuáles serán los grupos objetivos a los que se debe dirigir el
mensaje en cada escenario -y en qué momento-, a fin de ganar su preferencia.
Finalmente, el candidato debe priorizar la profundización de su mensaje en positivo,
mediante la explicación de sus propuestas programáticas. El candidato debe evitar atacar o
responder a los ataques que se presentarán. Los ataques tienen como objetivo evitar que el
candidato exponga ampliamente sus propuestas, haciendo que dedique tiempo en responder
a sus adversarios. Y no debe caer en ese juego.
Ante todo, tener claros los objetivos y el conocimiento del target al que se va a dirigir.
Además, el conocimiento de las fortalezas y debilidades, el saber cómo se está posicionando
la competencia, y con ello, la identificación de posibles problemas y oportunidades son
puntos relevantes para la implementación de dicha estrategia.
A primera vista podríamos decir que los objetivos de una campaña electoral es ganar unas
elecciones, pero realmente no siempre este es el objetivo de todos los partidos políticos. Otros
objetivos relevantes son la difusión de los ideales/ideas de un partido político o la obtención
de determinados votos para tener la suficiente fuerza política como para formar parte de la
oposición.
Para todos estos objetivos, la medición base es la misma: influenciar a los electores. Durante
mucho tiempo, los partidos políticos han confiado en su “olfato”. En la actualidad existen
técnicas de sondeo de opinión y análisis estadísticos de datos disponibles que nos ayudan a
conocer cuál es la radiografía de nuestra ciudadanía.
Los entornos digitales forman parte ya de nuestras vidas. Internet posibilita una relación
individualizada y personalizada con un número infinito de usuarios, en la que la organización
política o el candidato pueden interactuar individualmente con todos ellos. Las redes sociales
son el pilar fundamental en nuestros tiempos, puesto que la interacción con el usuario es
mucho mayor. Además, las redes sociales nos ayudan a expandir el mensaje electoral a bajo
costo y alta velocidad.
Ofrecen además infinidad de ventajas, como la permanente actualización de bases de datos,
evaluación y mediciones de incidencias en tiempo real, contactos directos con destinatarios
de proyectos, oportunidad de conocer opiniones de los actores con los que se interactúan,
personalización y especificación del trabajo a realizar y conocer de forma permanente temas
de interés, eventos y aspectos coyunturales. Todo ello sin olvidarnos del aporte de imagen de
modernidad: el candidato y las organizaciones políticas ya no pueden estar ajenos al avance
tecnológico y a la innovación.
Con plena conciencia de la propia pequeñez y de las propias limitaciones, sin plantearse
objetivos grandilocuentes pero imposibles.
Construyendo una fuerza política adaptada a los tiempos actuales. Hay un mundo de
posibilidades adicionales en Internet, en Facebook, en el email marketing, en YouTube, en
Twitter, en los medios de comunicación alternativos…
Con la obsesión de crecer, echar músculos, acumular fuerzas.
Buscando alianzas estratégicas. Y luego consolidándolas y fortaleciéndolas.
Vivimos tiempos de discontinuidades, rupturas, fragmentación, fogonazos y espasmos. Todo
amenaza con romperse o quebrarse, con disolverse o separarse o subdividirse.
Por eso mismo, y quizás más que nunca, hay oportunidades para los pequeños.
Piensa en pequeño.
BIBLIOGRAFIA
https://www.cerem.pe/actualidad/que-es-y-para-que-sirve-el-marketing-politico
https://www.antevenio.com/blog/2018/03/ejemplos-de-marketing-politico-2/
https://medium.com/@mariapazvera/10-claves-esenciales-del-marketing-politico-
b127fa42fb94
https://www.universidadviu.com/12-claves-marketing-politico/
https://maquiaveloyfreud.com/estaciones-marketing-politico/
https://maquiaveloyfreud.com/marketing-politico/
CONCLUSIONES
El marketing político no sólo implica informar, pues también hay que SABER
ESCUCHAR para tomar decisiones.
Nos enseña cómo ACERCANOS a la gente y darle un mensaje.
Importancia de las herramientas de marketing es que también nos ayudan a conocer
y a escuchar a la gente. Es uno de los muchos caminos para hacerlo.
De nosotros depende darles el uso correcto y sumar esfuerzos para construir un mejor
país.