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Confesando la voluntad de Dios para mi salud y mi

bienestar
Sé que la voluntad de Dios es que yo viva en salud divina. La Palabra
trae vida a mi cuerpo y salud a mi carne; por tanto, habito en ella. Sé
que las enfermedades y las dolencias no provienen de Dios, y que no
forman parte de Su plan para mi vida. El diablo es el único que roba,
mata y destruye. El plan de Dios para mí es ¡que goce de una vida en
abundancia! Dios es bueno, y ¡alabo Su nombre!
Jesús sanaba porque tenía un corazón compasivo, y cuando Él murió
por mí, me redimió de la maldición de la enfermedad y de las
dolencias. Él venció al diablo en su propio territorio, y recuperó toda
la autoridad para dársela a aquellos que creyeran. Yo ejerzo esa
autoridad cuando declaro el nombre de Jesús, ¡por fe!

Proverbios 4:20-23
Hijo mío, presta atención a mis palabras; Inclina tu oído para
escuchar mis razones. No las pierdas de vista; guárdalas en lo más
profundo de tu corazón. Ellas son vida para quienes las hallan; son la
medicina para todo su cuerpo.
Juan 6:63;
El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha. Las
palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida.
Juan 10:10
El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Salmos 136:1
¡Alabemos al Señor, porque él es bueno! ¡Su misericordia permanece
para siempre!

1
Mateo 15:30-31
Mucha gente se le acercó. Llevaban cojos, ciegos, mudos, mancos, y
muchos otros enfermos, y los pusieron a los pies de Jesús, y él los sanó,
La multitud se quedaba asombrada, y al ver que los mudos hablaban,
los mancos eran sanados, los cojos andaban y los ciegos veían,
glorificaban al Dios de Israel.
Marcos 1:41
Jesús tuvo compasión de él, así que extendió la mano, lo tocó y le dijo:
«Quiero. Ya has quedado limpio.»
Hechos 10:38
Ese mensaje dice que Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu
Santo y con poder, y que él anduvo haciendo el bien y sanando a todos
los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Gálatas 3:13
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, y por nosotros se hizo
maldición (porque está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un
madero»),
Colosenses 2:15
Desarmó además a los poderes y las potestades, y los exhibió
públicamente al triunfar sobre ellos en la cruz.
Juan 14:12-14.
De cierto, de cierto les digo: El que cree en mí, hará también las obras
que yo hago; y aún mayores obras hará, porque yo voy al Padre. Y
todo lo que pidan al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre
sea glorificado en el Hijo. Si algo piden en mi nombre, yo lo haré.
Salmos 107:20
Con el poder de su palabra los sanó, y los libró de caer en el sepulcro.

2
Isaías 53: 4-5
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores;
y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas
él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el
castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros
curados.
Mateo 8: 16-17
Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la
palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para
que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo
tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
1 Pedro 2:24
Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero,
para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la
justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
Marcos 5: 27-29, 34
Cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó
su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva.
Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que
estaba sana de aquel azote. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva;
vé en paz, y queda sana de tu azote.
Jeremías 33:6
He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les
revelaré abundancia de paz y de verdad.
Éxodo 15:26
y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo
recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y
guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a
los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.

3
Jeremías 30:17
Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová;
Mateo 4:23-24
Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y
predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda
dolencia en el pueblo. Y se difundió su fama por toda Siria; y le
trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas
enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos;
y los sanó.
Salmos 103:3
El Señor perdona todas tus maldades, y sana todas tus dolencias. El
Señor te rescata de la muerte, y te colma de favores y de su
misericordia.

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